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Full text of "Boletín de la Real Academia de la Historia"

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13.1 


AUG  2  3  1906 


l^arbarl)  ColUgr  líbraru 
CHARLES   SUMNER,  LL.D.. 

OF   BOSTON. 


BOLETÍN 


DB    LA 


:evbjli^  jLOJLi^ia^uriA.   id:®   i^jl   historia 


SX/ 


t 


BOLETÍN 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


TOMO    XLVII 


MAÜRID 

KSTABLECIMIENTO  TÍPOGRÁKICO    DE   FORTANET 

Clllc  de  U  Libeftid,  QÚm.  19 

,905 


Qoüu'n.  /3w 


«En  las  obras  que  la  Academia  adopte  y  publique,  cada  autor  será  res- 
ponsable de  sus  asertos  y  opiniones;  el  Cuerpo  lo  será  solamente  de  que 
las  obras  sean  acreedoras  á  la  luz  pública.» 

Esiaiuto  XXV. 


BOLETÍN  ^'"^"¡ 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


TOMO  XLVII— CUADERNOS  I-III 
JUUO-smiEMBRE,  1905 


MADRID 

ESTABLECIMIENTO  TIPOGRÁFICO  DE  FORTANET 

Calle  de  Ii  Libcmd,  núm,  19 

1905 


SUMARIO  DE  ESTE  CUADERNO 


/ 

Págs, 


Informes: 


I.     Correspondencia  epistolar  entre  D.  José  de  Vargas  y  Poncey 

•  D.  Juan  Agustín  Ceán  Bermúdez^  durante  los  años  de  1803 

á  jSqs,  existente  en  los  Archivos  de  la  Dirección  d$  Hír 

drografiay  de  la  Real  Academia  de  la  Historia é  .        5 

n.    Nuevas  inscripciones  romanas  de  la  región  Norbense. — Mano 

Roso  de  Luna. 60 

in.    Le  dieu  Soziwá^  dansHe  Coran  et  sur  une  jnscripiion  sabéenne 

récemmeni  decouverte, — Hartwig  Derenbourg 72 

íV.    El  sitio  de  Almería. -^Frdmcisco  Codera 79 

V.  Arquitectura  tartesia:  la  necrópoli  de  Aniequera. — M.  Gómez- 

Moreno.  .  .  » 81 

VI.  Nuevas  incripciones  romanas  y  hebreas, — Fidel  Fita 133 

VIL    Estudios  españoles  del  siglo  XVI II, — Fernando  VI y  Dona 

Bárbara  de  Braganza  (1713-1748),  por  Alíonso  Danvila.— 

Antonio  Rodríguez  Villa 147 

Inventario  de  las  medallas  españolas  que  posee  la  Real  Acade- 
mia de  la  Historia. -]\i2in  Catalina  García.  . 152 

Variedades: 

Viaje  epigráfico. — Fidel  Fita 230 

Noticias 240 


TOMO  xLvii.  jaKo-Se^eabre,  Í90S.       cuadernos  i-iii. 


BOLETÍN 


DE    LA 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


-»->4<  ♦ 


INFORMES 


I. 

CORRESPONDENCIA  EPISTOLAR  ENTRE  DON  JOSÉ  DE  VARGAS 
Y  PONCE  Y  DON  JUAN  AGUSTÍN  CEÁN  BERMÚDEZ  durante 
LOS  AJ^os  DE  1803  A  1805,  existente  en  los  Archivos  de  la  Dirección 
de  Hidrografía  y  de  la  Real  Academia  de  la  Historia, 

Hace  algún  tiempo  que  tenía  el  propósito  de  dar  á  conocer 
en  la  Q)misí6n  provincial  de  Monumentos  históricos  y  artísti- 
cos de  Guipúzcoa  una  serie  de  cartas  inéditas,  que  mediaron  en- 
tre los  Sres.  Vargas  Ponce  y  Ceán  Bermúdez,  durante  los  pri- 
meros años  del  pasado  siglo,  siendo  su  contenido,  en  gran  parte, 
dmlicido  á  asuntos  referentes  á  la  Historia  y  las  Bellas  Artes  de 
la  mencnoaada  provincia. 

Este  deseo  se  fundaba,  tanto  en  la  índole  que  encama  á  la  ci- 
tada Comisión  que  había  de  escucharlas,  cuanto  á  la  importan- 
cia que  contienen  los  datos  que  forman  la  citada  corresponden- 
cia; pero  mi  proyecto  no  se  ha  efectuado  por  impedirlo  las  di- 
versas causas  que  obligan  á  la  mencionada  entidad,  á  no  cele- 
brar reuniones,  siendo  su  silencio,  á  mi  modo  de  ver,  un  hecho 
lamentable,  porque  estimo  en  mucho  la  importancia  y  transcen- 
dencia que  se  tiene  conñada  á  la  referida  Comisión. 

He  de  hacer  presente,  al  manifestar  estas  afirmaciones,  que 
no  es  mi  deseo  dirigir  censuras  para  nadie;  pero  sí  entiendo 
que  me  cabe  el  derecho  de  indicar  mi  opinión,  como  indivi- 
duo que  de  ella  soy,  y  con  cuyo  título,  que  estimo,  me  honro  en 
grado  sumo. 


6  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

Conociendo  el  afecto  con  que  la  ilustre  Academia  de  la  His- 
toria acoge  todo  trabajo  de  investigación,  y  si  cabe  aún  más, 
aquellos  que  como  el  presente  son  obra  de  uno  de  sus  excelsos 
directores  hace  una  centuria,  dirigidos  á  otra  celebridad  de  la 
época,  he  pensado  dedicarle  estos  hallazgos,  fundado  solamente 
en  la  benevolencia  acreditada  por  tan  respetable  Corporación,  y  * 
sin  otros  títulos  pbr  mi  parte,  para  dirigirme  á  ella,  que  los  de 
ser  un  entusiasta  admirador  de  las  investigaciones  históricas. 

Ocioso  y  fuera  de  lugar  sería,  el  que  intentase  hacer  algunas 
referencias  á  la  biografía  de  los  personajes,  entre  quienes  media- 
ron las  cartas  que  á  continuación  se  incluyen,  tanto  por  ser  el 
Sr.  Vargas  Ponce  en  extremo  conocido  y  apreciado  de  la  Cor- 
poración que  presidió  hace  cien  años,  cuanto  que  sus  trabajos, 
en  gran  parte,  se  custodian  cuidadosamente  en  su  archivo,  por 
lo  cual  son  del  dominio  de  los  señores  académicos  los  escritos 
indicados,  así  como  notoriamente  familiares  las  obras  del  señor 
Ceán  Bermúdez. 

Pero  aun  existiendo  estas  razones  para  no  intentar  ningún 
trabajo  de  este  género,  sí  me  he  de  permitir  el  manifestar  la  ad- 
miración que  me  causa  el  primero  de  dichos  escritores  por  su 
laboriosidad  asombrosa,  su  densidad  de  trabajo  admirable,  y  su 
constancia  sin  igual  para  formar  las  inapreciables  colecciones  de 
documentos,  que  con  el  fin  de  reunir  datos  para  la  Historia  de  la 
marina,  acumuló  tan  eximio  polígrafo. 

Estas  afirmaciones  me  las  sugiere  el  estudio  detenido  de  los 
documentos  aportados  por  tan  sin  igual  coleccionador,  referen- 
tes en  su  mayor  parte  á  la  historia  de  Guipúzcoa,  en  cuya  pro- 
vincia trabajó  durante  varias  épocas  en  sus  archivos  y  biblio- 
tecas. 

Las  colecciones  principales  de  Vargas  Ponce  existen,  como 
es  sabido,  en  la  Academia  de  la  Historia  y  en  la  Dirección  de 
Hidrografía.  La  primera  posee  solo  de  Guipúzcoa  1. 141  docu- 
mentos más  300  del  Libro  Becerro  y  ICO  actas  de  la  provincia. 

La  segunda  contiene  3.002  documentos,  formando  con  los  de 
aquélla  un  conjunto  de  cerca  de  5. 000  escritos  de  la  referida 
provincia. 


CORRESPONDENCIA   EPISTOLAR.  7 

En  el  citado  Centro  de  Marina  es  en  donde  he  hallado  24  de 
las  26  cartas  que  á  continuación  se  acompañan,  estando  reuni- 
das en  el  tomo  que  lleva  por  título  exterior  Magallanes  y  Cano 
(signatura  A.  3.);  las  otras  dos  se  custodian  en  la  Academia  de 
la  Historia  (Leg.  26), 

Esta  correspondencia  puede  servir  de  continuación  á  la  que 
publicó  mi  respetable  y  sabio  amigo  el  Sr.  Fernández  Duro  en 
el  Boletín  de  la  Real  Academia  de  Bellas  Artes  de  San  Feman- 
do^ por  comenzar  las  cartas  referidas  en  el  año  1 803  para  termi- 
nar en  1805. 

El  asunto  principal  sobre  el  que  gira  la  citada  corresponden- 
cia es  el  deseo  de  Vargas  de  conocer  los  datos  que  existían  en 
el  Archivo  de  Indias  de  Sevilla  referentes  á  la  vida  de  Cano,  de 
quien  dice  se  hallaba  escribiendo  la  biografía. 

A  su  vez  Ceán  le  pide  noticias  sobre  arquitectos  y  arte  de 
Guipúzcoa,  para  emplearlas  en  la  adición  del  Diccionario  de  Ar- 
quitectos ^  de  Amírola,  trabajo  en  que  se  hallaba  ocupado,  entre 
otros. 

•El  estilo  jocoso  y  poco  correcto  de  Vargas  aparece  con  toda 
efusión  en  estas  cartas,  por  prestarse  esta  clase  de  escritos  ínti- 
mos á  la  espontaneidad  propia  de  su  carácter.  Alguna  vez  tras- 
pasa los  límites,  no  solo  de  la  urbanidad,  sino  aun  los  de  la  de- 
cencia, con  expresiones  demasiado  naturalistas. 

Ceán,  por  el  contrario,  emplea  de  continuo  la  circunspección 
y  aplomo  de  que  dio  pruebas  en  sus  actos,  teniendo,  sin  embar- 
go, que  contestar  á  las  desnudeces  de  su  amigo  para  llamarle  al 
orden. 

Estos  lunares  no  son  obstáculo,  á  mi  modo  de  ver,  para  que 
la  referida  correspondencia  sea  estimada  como  colección  de  no- 
ticias curiosas  é  interesantes  sobre  personas,  entidades  y  diver- 
sos temas  artísticos  y  literarios,  así  como  del  estado  de  ánimo 
de  cada  uno  de  los  autores  de  la  misma.  Por  ella  sabemos  sus 
pensamientos  íntimos  sobre  varios  acontecimientos  del  momen- 
to, y  el  juicio  que  les  merecía  la  influencia  política,  que  en  aque- 
lla época  ocupaba  todos  los  ámbitos  del  poder. 

Varias  cartas  más  debieron  mediar  entre  dichos  personajes. 


8  BOLETÍN    DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

desprendiéndose  del  texto  de  las  mismas  el  acuse  de  algunas^ 
que  no  existen.  Por  más  medios  que  he  empleado  para  indagar 
su  paradero,  no  me  ha  sido  posible  el  hallarlas,  pudiendo  haber 
acontecido  lamentables  extravíos. 

Del  mérito,  si  lo  hubiese,  de  la  correspondencia  que  se  acom- 
paña, así  como  de  su  importancia  y  utilidad,  sabrá  juzgar  sobra- 
damente la  ilustre  Corporación  á  que  se  dedican,  con  la  inteli-- 
gencia  y  criterio  histórico  sobresaliente,  de  que  tantas  pruebas- 
tiene  dadas. 

El  Marqués  de  Seoane. 

1. 

Ceán  á  Vargas. 

Sevilla  y  Mayo  ii  de  1803. 

Mi  amigo  Pepe:  No  he  tenido  tiempo  para  leer  más  que  una 
vez  la  carta  de  Vm.  de  25  (l)  del  pasado,  en  la  que  hallo  orden 
cronológico  y  división  de  artes;  excelente  modo  para  sacar  las 
noticias  y  aprovecharme  de  ellas;. por  todo  doy  á  Vm.  las  más 
sinceras  gracias,  y  luego  que  acabe  el  artículo  de  D.  Ventura 
Rodríguez,  que  es  muy  largo,  entraré  á  chupar  la  miel  del  últi- 
mo  panal  de  Vm. 

A  consecuencia  de  lo  que  Vm.  escribió  á  Rosarte,  me  escri- 
bió á  mí  lo  mismo  que  dijo  á  Vm.,  sin  que  yo  le  hubiese  escrito 
carta  alguna  más  ha  de  un  año,  y  esto  me  hace  sospechar,  con 
mucha  probabilidad,  que  lo  que  él  achaca  á  los  profesores,  es 
invención  suya  para  desacreditar  mi  obra  y  vengarse  de  ciertos 
pasajes  que  acaecieron  en  la  Academia  cuando  se  trató  de  exa- 
minarla, y  que  por  haberme  opuesto  desde  el  prólogo  á  lo  que 
yo  decía  con  tanta  moderación  de  Palomino,  se  le  exhoneró  de 
asistir  á  las  demás  juntas  de  examen.  Esta  oposición  al  Diccio- 
nario viene  de  más  atrás.  Ya  sabe  Vm.  que  él  y  Sancha  ofre- 


(i)  La  publicó  el  Sr.  Fernández  Duro,  pág.  229  de  la  Correspondencia 
epistolar  entre  el  Sr.  Vargas  Ponce  y  otros  en  el  Boletín  de  la  Real  Aca- 
demia de  Bellas  Artes  de  San  Femando. 


CORRESPONDENCIA    EPISTOLAR.  9 

cieron  al  público  la  reimpresión  del  Palomino,  con  enmiendas  y 
adiciones,  y  que  la  reimpresión  salió  pelada,  sin  nada  de  lo  ofre- 
cido, porque  nada  pudieron  añadir,  y  lo  intentó  hacer  con  lo 
que  yo  tenía  trabajado  para  mi  obra.  Desde  entonces  se  declaró 
enemigo  de  ella,  é  hizo  cuanto  pudo  por  estorbar  su  impresión, 
y  ahora  se  aprovecha  de  mi  suerte  y  de  mi  ausencia  para  ven- 
garse de  mi  y  desacreditarla. 

Sé  yo  muy  bien  que  los  Profesores  estaban  muy  contentos 
con  haberlos  expuesto  entre  Reyes,  Príncipes  y  otros  personajes 
que  ejercieron  las  artes  por  añción,  y  es  imposible  que  piensen 
ahora  de  otro  modo,  sino  inspirados  por  Bosarte.  A  mí  me  im- 
porta un  bledo,  porque  ni  él  ni  los  artistas  podrán  quitarle  el 
mérito  que  tenga,  ni  yo  tengo  ambición  en  que  se  venda.  Mis 
hijos  cogerán  el  fruto  de  ella  y  las  alabanzas. 

Nada  de  esto  me  incomoda,  lo  que  yo  trato  es  de  divertirme 
ahora  con  mis  arquitectos  y  de  vegetar,  hermano  Pepe;  ayúde- 
me Vm.  y  vea  si  los  arquitectos  vivos  que  subsisten  ahí,  pueden 
darle  noticias  del  nacimiento,  muerte,  maestro,  obras  y  méritos 
de  sus  padres  y  abuelos,  como  las  que  Vm.  me  envió  en  la  pe- 
núltima carta  que  me  escribió  de  un  tal  Carreras. 

Quisiera  ser  más  largo,  pero  ya  unos  días  que  no  puedo  con 
la  cabeza,  siento  en  ella  un  peso  que  no  me  deja  trabajar  todo 
lo  que  yo  quisiera  y  hoy  ha  sido  muy  largo  el  correo. 

Perdóneme  Vm.  por  Dios,  reciba  finas  expresiones  de  la 
Aragonesa  y  mande  Vm.  y  quiera  á  su  verdadero  amigo, 

CkAn. 

2. 

Pepe  á  Juan, 

Vergara  y  Agosto  28  de  1803. 
Empezó  Vm.  á  mearse  en  el  mundo,  honrado  asturiano:  An- 
taño se  nos  volvió  Tándalo  y  Ogaño  ya  para  en  Árabe,  por  eso 
cada  vez  es  menos  de  fiar,  y  ahora  con  sxxsfides  púnica  quedo 
temblando  y  se  me  resbala  á  continuar  Judío;  no  tiene  remedio, 
lo  quemo.  Que  arto  quemado  estoy  yo  de  ver  pasar  meses  y 
meses  y  no  procurarme  Vm.  otras  noticiae  que  me  importan 


10  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

tanto  acerca  del  Argonauta.  Por  usurero  que  Vm.  sea,  ya  se 
tiene  allá  el  ciento  por  uno,  y  no  voy  continuando.  Ablándate 
pecador. 

Con  este  prólogo  doy  á  entender  que  he  recibido  la  del  17(0 
de  vuelta  de  muchas  andanzas  niías,  de  que  sacará  Vm.  más 
provecho  que  yo,  y  antes  de  entrar  en  nueva  materia,  saldemos 
algunas  de  sus  especies. 

Sí,  señor;  tendrá  Vm.  cumplida  noticia  de  los  Iberos;  Mayo- 
razgos hoy,  ó  Arquitectos  ayer  (hoy  valga  por  este  siglo,  ayer 
por  el  pasado),  de  quienes  decía  el  pasado  Monte  hermoso,  eran 
nacidos  para  mal  y  deshoora  de  Guipúzcoa.  Todo,  todo  lo  sabrá 
Vm.  si  la  vara  no  se  quiebra  ó  no  arrean  al  burro  hacia  otra 
parte,  que  siendo  uno  y  otro  malo,  todo  me  lo  puedo  temer  de 
los  ruines  artes  del  Encantador  que  me  persigue. 

Celebro  saber  lo  de  Murillo,  pues  bien  está  San  Pedro  en 
Roma  aunque  no  coma.  Con  todo,  de  resulta  del  último  augusto 
viage  ha  ganado  mucha  fama,  y  encaramándose  á  la  estimación 
de  uno  de  los  mejores  pinceles  conocidos;  y  algo  de  lo  mejor 
suyo,  no  estaría  mal  colocado  en  una  galería  de  todo  lo  mejor 
nuestro;  no  estaría  fuera  de  lugar  en  la  ala  no  labrada  del  Pala- 
cio nuevo,  labrándola  al  intento;  ojalá  que  los  millones  de  Be- 
lén... basta. 

Pues  señor,  ante  todas  cosas,  vaya  un  apéndice  á  los  arqui- 
tectos de  Vergara. 

En  un  índice  octavo  manuscrito  que  he  visto  últimamente, 
cuyo  libro  Arte  y  uso  de  la  Arquitectura  por  José  Ignacio  Ari- 
zabaleta,  en  Vergara^  ano  172^  (cuyo  José  Ignacio,  de  más  de 
90,  murió  hace  algunos  bastantes),  se  lee  en  el  capítulo  xv  (por- 
que aunque  esté  muy  bien  escrito,  no  está  foliado)  de  la  suerte 
en  que  se  ha  de  plantar  una  torre  y  su  fortificación,  se  lee,  repi- 
to, al  fin,  lo  siguiente:  «Estos  dos  alzados  de  Torres  y  su  planta 
que  le  siguen,  los  he  sacado  yo  para  que  el  curioso  lector  pueda 
añadir  ó  quitar;  al  añadir  otro  cuerpo  se  pudiera  (á  no  que  los 
cimientos  tengan  las  cosas  y  el  grosor  que  en  este  capítulo  hé- 

(1)     Pág.  254  de  la  obra  citada. 


CORRBSPOMDSNCIA  EPISTOLAR.  I  I 


monos  referido),  como  lo  tiene  la  torre  de  Santamaría  (parroquia 
primera  de  la  villa  de  Vergara),  pieza  bien  aseada  y  trabajada 
por  el  Maestro  Esteban  de  Abania.  Antes  que  lebante  un  cara- 
billo  sobre  mi  manuscrito,  sepa  que  no  es  otra  cosa  que  un  com- 
pendio de  Fr.  Laurencio  de  San  Nicolás;  v.  g.:  este  capítulo  xv 
corresponde  al  lxiii  suyo»;  una  y  otra  especie  añadió  Arizaba- 
leta  y  multiplicó  los  dibujos,  no  con  el  más  exacto  dibujo. 

Estamos  ya  sin  escrúpulos  acerca  de  las  confeciones  pasadas, 
y  Vm.  muy  en  ello  de  que  la  nueva  será  de  Tolosa.  Pues  no 
Señor,  están  los  pecados  en  San  Sebastián,  y  yo  no  por  mis  pe- 
cados todavía,  y  como  Vm.  tenía  entre  sus  pulgares  á  D.  Ven- 
tura Rodrígfuez  y  yo  he  estado  en  Plasencia,  pláceme  salir  con 
Vm.  de  Plasencia,  antes  que  Vm.  salga  de  Rodríguez. 

No  crea  Vm.  que  en  esta  Plasencia  (l)  de  que  trato  es  aquella 
de  tan  renombrada  Vega  hasta  en  los  romances  de  los  Árabes 
guapetones,  no  señor,  está  tan  distante  ésta  de  tener  vega,  que 
por  su  angustiada  situación  entre  dos  montes,  la  denominaba 
Larramendi  «Una  albarda  al  revés»;  ésta  tiene  solo  II I  casas, 
todas  de  herreros,  y  no  deja  de  ser  notable  que,  estando  siem- 
pre negros,  gasten  al  año  sobre  ocho  mil  libras  de  jabón,  y  que 
tanta  agua  consuman  en  labarse,  no  es  mucho  que  de  vino  con- 
suma... vaya  cuanto,  sáquelo  Vm.  por  este  dato.  La  sisa  de  8 
maravedís  en  azumbres,  produce  l¿  mil  reales. 

En  esta,  pues,  famosa  fábrica  de  armas  negras,  está  siempre 
blanca,  una  de  las  buenas  producciones  de  Rodríguez...  pero 
vaya  por  su  orden: 

Plasencia  de  Guipúzcoa. 

Arquitectos:  1 532.  Martín  de  Igarza  dio  la  traza  de  la  capilla 
mayor,  Maese  Martín  de  Igarza,  hijo  de  Martín  García  de  Igarza. 

1538.  Pascual  de  Iturriza,  natural  de  Motrico.  Existe  una 
obligación  ante  Francisco  Irure,  escribano  de  Plasencia,  de  en- 
señar á  Juan  de  Alzua  el  arte  de  la  cantería,  bajo  muchas  con- 
diciones que  expresa,  por  el  aprendizaje. 

1 541  á  8  de  Mayo,  el  mismo  Pascual. 

(1)    Su  verdadero  nombre  es  PLACENCIA.  Ms. 


12  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

Consejo  abierto  para  tratar  de  la  obra  de  la  capilla,  quejándo- 
se que  Maese  Pascual  de  Iluriza  hacía  labor  muy  menuda  que  no 
podía  verse  desde  abajo.  Era  maestro  del  arte  de  Gimetrfa...  él 
se  presentó  y  dijo  que  trujesen  otros  peritos  en  el  arte  de  la 
Giqíetría...  se  vio  su  tasa  y  la  de  Maese  Martín  de  Igarza,  que 
dio  9  años  antes;  pero  fué  aprobada  la  de  Pascual,  y  se  entregó 
al  Vicario  para  que  celare  en  su  cabal  ejecución,  como  quiera 
que  siempre  estaba  en  la  iglesia,  y  Pascual  añadió  que  lo  hacía 
atendido  al  Patio  y  el  concurso  del  pueblo  y  sus  como  convenía  se- 
gún arte. 

La  Iglesia  es  gótica,  de  aquellas  columnitas  acordonadas  de 
un  solo  cañón,  bóveda  de  arista,  bien  proporcionado  y...  basta. 

165 1.  Pedro  de  Mendiola,  maestro  cantero,  hizo  la  sacristía, 
y  se  le  apuntó  á  18  maravedís  la  vara  de  cantería. 

1689.  Juan  de  Arauceta  hizo  la  casa  concejil,  por  cuya  tasa 
se  le  dieron  8  escudos  de  oro,  y  solo  jjor  la  cantería  29.075  rea- 
les; ya  en  1 703  también  hizo  la  torre  de  la  Iglesia,  no  mala;  el 
otro  edificio  sobre  arcos»  etc.,  no  es...  mierda  de  Palomo,  que  ni 
huele  ni  jede. 

1689.  Juan  de  Zaldúa  hizo  otra  traza  para  la  casa  concejil,  que 
no  fué  admitida,  pero  se  le  pagó  por  ella  180  reales. 

Ventura  Rodríguez.  Por  su  dibujo  se  hizo  el  litidásimo  altar 
mayor  <|ae  «e  gvaa  perfectaaenle  desde  la  jcntraria,  sokwe  m 
zócalo  que  liega  á  la  altura  de  la  mesa  del  aátar,  y  como  ella,  es 
todo  de  mánmrf  de  Azpeitia  rojo;  se  elevan  los  pedestales  de 
cuatro  columnas  pareadas  corintias  y  completo  el  orden  omaico, 
que  ocupa  la  Santísima  Trinidad  en  acción  de  coronar  á  la  vir- 
gen, la  cual,  elevándose  del  Sepulcro,  que  está  rodeada  de  los 
apóstoles,  sube  magestuosamente  y  ocupa  un  magestuoso  ca- 
marín, cito  en  el  baño  de  las  cuatro  columnas;  y  como  tenga  una 
luz  vivísima  que  se  derrama  desde  la  ornacina  superior  por  ven- 
tanas que  no  se  registran  abiertas  de  otras  de  ático,  y  esta  luz 
solo  baña  hasta  la  mitad  del  huerto  de  la  sacristía,  parece  su  in- 
greso en  la  gloria,  y  hace  un  bellísimo  y  natural  efecto.  La  obra 
es  toda  de  estuco  y  la  trabajó  con  esmero...  pero  más  le  gustará 
á  Vm.,  aunque  yo  reviente,  que  copie  las  dos  inscripciones,  que 


CORRBSPONDBNCIA   BPISTOLAR.  1 3 

en  letras  doradas  (como  lo  están  los  capiteles  y  hazes  de  las 
columnas,  y  la  greca  que  borda  el  iriso)  adornado  este  superior 
retablo  por  una  y  otra  banda*  Pues  para  que  nos  entendamos, 
vaya  primero  la  Bascongada: 

Virginia.  Ama.  Mariaren. 

Ceruraco  Jasoerart. 

Bere  Mendeco. 

Placenciatarrac. 

Len  Jaso  Eta  Escanitaco. 

Altara  Naguesi  Auo. 

Oran  Barriro  Jasorico  Aciric  Ederturic. 

Escancen  Duetje. 

Christojoazanetic.  1 790-  Garren  Urtean. 

Don  José  M.*  Landizábal.  Carlos  Erregue.  III.  Garrenaren  2^1- 
dunzocoac.  Gay  Onetaraco.  Agnintariac  Ereguin,*  Eta  onzat 
Emanceban.  Don  Manuel  José  Iraolac  Elizaren.  Equeda  dirutic, 
Gastua  Paga  tu  Eta.  Contu  Gusia.  Ematen  Ebala.  Ventura  Rodrí- 
guez Taratuta.  Miguel  Antonio  Jáuregui,  Arquitectura.  Eta  Es- 
culturaco  Langay  Biac.  Berac.  Biarit.  Eguin  Zituan. 

Como  supongo  á  Vm.  al  cabo  y  como  quiera  que  estoy  ata- 
readísimo,  estaba  por  escusar  la  latina;  pero  vaya,  para  que  se 
le  caiga  á  Vm.  la  cara  de  vergüenza: 

Placencia  Guipuzcoatum. 
Hanc  aram  maximam 
Virgini  Matri  Mariae 
In  coelum  Asupttae 
Sacram. 
Nunc  Instauratam  Auctam  Sculptam.  Eidem. 
Coelesti  Patronae 
Horum  Dedicant. 
Anno  C.  N.  cioioccxc. 

Josef  María  Lardizabal  Eximii  ordinis  Caroli  III  Eques  curator 
Faciendum  curavit  atque  probavit.  El  Em.  Josef  M.*  Iraola,  Dis- 
pensator  de  Eclesiae  thesauro  sumptus  supeditavit.  Et  rationes 
curabit. 


14  boletín  de  la  real  academu  de  la  historia. 

Bonaventura  Rodrigerensius  Archit  Delineavit. 
Michael  Antonius  Jaureguius  Exactor  operis  omnes  Eius  Par- 
tes Tam  Architectonicam  Quam  sculptilem.  Perse  ipse  confecit. 

(con  que  volviendo  á  nuestro  paso  castellano  de  andadura) 
henos  salido  de  Rodríguez,  pues,  por  ahora,  hasta  que  en  lo  de 
San  Sebastián  sepa  Vm.  cosa  chistosa. 

Y  para  salir  de  Jáuregui,  sepa  Vm.  que  este  buen  profesor 
(maestro  de  dibujo  en  Vergara),  y  que  por  sus  obras  ha  dejado 
nombre  en  la  Rioja  (como  es  natural  haya  dicho  á  Vm.  nuestro 
Navarrete  y  los  proceres  de  corachita),  hizo  también  de  estuco, 
en  las  Monjas  de  Plasencia,  el  altar  mayor,  que  consta  de  solo 
dos  columnas  corintias,  que  vienen  desde  el  suelo,  y  dos  pilas- 
tras; y  enmedio  de  más  de  medio  relive  Santa  Ana,  que  es  la 
tutelar,  figupa  á  la  verdad  un  poco  larga  y  angosta. 

Escultores,  Felipe  Arizmendi. 

Un  Nazareno,  objeto  de  la  mayor  devoción  del  pueblo;  es 
muy  devoto,  de  figura  algo  mayor  que  el  natural;  pero  con  todo 
no  es  su  mejor  obra. 

Una  Dolorosa  y  un  San  José  que  vinieron  de  Madrid,  dona- 
dos por  un  covachuelista.  Es  cosa  buena,  por  ventura  de  la  ofi- 
cina de  Mena. 

Pintores:  Traslado  á  la  futura  carta  de  Elgóibar,  donde  sabrá 
Vm.  lo  que  le  hará  rechinar  los  dientes. 

Por  que  por  hoy  salimos  de  carta  y  de  Plasencia;  á  la  verdad, 
quedan  poniéndose  las  botas,  no  sé  si  una  ó  dos,  que  incluyan 
lo  de  Eibar  y  Elgóibar,  pues  en  ambos  hay  arquitectos  buenos 
del  siglo  XV,  no  muy  zagalón,  y  escultores  de  iden,  y  documen- 
tos y  cartas  originales  acerca  de  Gregorio  Hernández,  que  ya  se 
saldrán  al  pie  de  la  letra  en  los  apéndices  y  otras  cosacas  que 
verá  el  curioso  lector.  Lo  que  no  hay  es  ojos,  ni  manos,  ni  es- 
paldilla; trabajo  más  de  lo  que  puedo.  Hace  Vm.  bien  en  aguar- 
dar á  otras  mis  cartas,  para  sacar  el  conjunto  de  obras  de  estos 
artistas,  pues  como  Vm.  ha  visto  y  verá,  de  uno  mismo  las  hay 
en  varios  lugares. 

Y  hace  V^m.  mejor  en  estar  tan  bueno  y  gordo  con  su  Ara- 


CORRESPONDENCIA   EPISTOLAR.  I  5 

gonesa  y  prole  (á  quien  cordialtnente  saludo),  y  aun  que  hasta 
eso  me  pudre,  pues  signo  de  que  no  tienen  valor  las  maldiciones 
que  yo  tomo  contra  la  familia,  al  ver  cuan  poco  caso  de  mis  pe- 
ticiones su  rechoncho  Jefe.  A  Dios. 

3. 

Vargas  á  Ceán. 
Salud  y  CoDÍentamiento. 

San  Sebastián  estaba  desnudo, 
dábale  el  sol  en  el  ojo  del  c... 

Septiembre  ib  de  1803. 

¿Son  cartas  ó  lentejas  las  mías.?  ¿Es  correspondencia  6  aguace- 
ro.? ¡Ay  me!  que  de  sab?r  Vm.  el  dolor  de  la  espaldilla  con  que 
ésta  se  hilvana,  hijo  legítimo  de  lo  que  aré  el  estéril  campo  del 
papel  con  el  buey  de  mi  pluma,  sabría  lo  que  vale.  Al  grano. 

Debiéramos  hablar  de  Eibar,  según  la  serie  de  mis  viages; 
pero  será  de  Elgóibar,  y  por  que  estoy  con  el  legajo  de  ata  en- 
tre los  pulgares,  y  por  que  con  la  conversación  de  la  otra  deben 
ir  ciertas  copias...  Allá  lo  veredes,  dijo  Agrases. 

Y  pues  amigo,  ya  sobra 
de  prólogo  y  prevención. 
Silencio;  chito;  atención; 
que  se  comienza  mi  obra. 

Parroquia  de  San  Bartolomé  de  Olaso.  Era  muy  antigua  é  in- 
memorial en  1 290;  es  ya  un  montón  de. ruinas,  por  que  los  clé- 
rigos, protestando  que  se  caía  (y  ni  con  tiro  de  pólvora  la  pu- 
dieron derrocar),  la  echaron  abajo,  por  no  subir  la  cuestecita  en 
que  estaba,  algo  fuera  del  lugar...  (ay  mi  espaldilla,  duele,  gra- 
cias; que  si  no  soltaba  la  maldita).  Vive  todavía  la  portada  gó- 
tica con  una  serie  de  cordones  (nueve  por  banda)  sin  filigranas^ 
sino  en  las  repisas  altas.  No  es  tan  rica  de  labores  como  la  de 
Deva;  pero  sí  mucho  más  que  la  de  Tarragona.  Dividía  su  gran 
puerta  de  fierro  un  poste  que  era  la  imagen  de  Nuestra  Señora^ 


l6  BOLETÍN   DB  LA    RBAL    ACADEMIA   DE   LA    HISTORIA. 

y  como  en  su  sombrero  me  pareció  columbrar  letras,  busqué  en 
los  caseríos  inmediatos  una  escalera,  y  traída  (creyendo  el  zagal 
conductor  de  ella  que  venía  á  cojer  un  nido  de  vencejos),  y  en- 
caramándome hacia  arriba,  cacé  el  siguiente  letrero. 

MIL  é  CCCCLIX.  M.  SANCHO. 

Con  que  tiene  Vm.  al  Seor  Martín  (que  eso  signiñca  segrún  mi 
leal  saber  y  entender  y  la  práctica  de  la  farándula,  la  tal  cifra 
m),  un  arquitecto  de  provecho  de  mediados  del  siglo  xv.  Buen 
provecho.  La  obra,  como  toda  la  de  tal  vestíbulo,  que  es  cua- 
drado y  espacioso,  es  de  lo  más  magnífico  y  mejor  de  mi  edad. 

No  sería  malo  hallar  un  escritor  coetáneo.  Agua  va.  Entre  el 
3.°  y  7.**  cordón  hay  dos  nichos  por  banda,  y  ocupa  la  del  cen- 
tro un  San  Pedro  y  San  Pablo  de  Carulla,  y  con  su  palio  griego 
encima,  aquél  con  un  llavón  descomunal  y  éste  con  un  montan- 
te; ambos  sumamente  ópticos,  y  más  todavía  que  los  de  Ta- 
rragona. 

Los  otros  dos  bultos  son  de  San  Antón  á  mano  diestra  y  de 
San  Bartolomé  á  la  izquierda.  El  cual,  ó  por  ser  el  titular,  ó  aca- 
so por  algo  más  moderno,  aunque  muy  gótico  todavía,  era  algo 
más  movido  y  acabado  que  sus  compañeros.  Este  tiene  en  su 
peana,  escrito  de  muy  buena  letra  gótica,  lo  que  calcado  de  cua- 
tro ó  cinco  maneras,  incluyo  á  Vm.  para  que  lo  lea  y  diga  el 
apellido,  pues  no  teniendo  yo  á  la  mano  ningún  libro  que  con- 
sultar, no  adivino  si  es  abreviatura.  Si  todavía  no  lo  saca  díga- 
melo, y  si  es  necesario  lo  haré  calcar  en  letra  ó  barro,  pues  un 
escultor  de  aquélla  era  de  Don  Juan  el  2.**,  no  es  de  perder.  Na- 
turalmente, son  suyos  los  otros  tres  bultos  que  tienen  más  de 
una  y  media  vara  de  alto  cada  uno,  y  son  de  superior  piedra 
caliza,  de  muy  buen  grano,  como  también  otro  de  á  vara  de  San 
Sebastián  que  está  fuera  de  la  portada,  y  los  casos  de  vírgenes, 
ángeles  y  apóstoles,  que  según  el  estilo  de  todas  estas  obras,  si- 
guen entre  los  cordones  hasta  la  clase  de  figuritas  de  no  media 
vara. 

Mucho  mayor  es  la  virgen  del  poste  divisorio,  y  sobre  ésta, 
ocupando  todo  el  medio  puesto,  había  un  calvario  de  figuras 


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CORRESPONDENCIA   EPISTOLAR.  1 7 

grandes  de  piedra  arenisca,  con  grupos  de  las  Marías,  etc.,  etc., 
ya  muy  destruido,  siempre  muy  gótico,  y  con  todo  no  falto  de 
expresión.  Dixi. 

t6cx).  Maese  Martín  de  Alazábal.  ^S 

Este  hizo  el  campanario  de  esta  parroquia,  y  en  este  año  se 
liquidó  su  cuenta  con  Martín  Núñez,  su  yerno,  esposo  de  su  hija 
Clara. 

l6oi.  Maese  Martín  de  Garmendía. 

Se  le  pagaron  1 428  maravedís  por  la  traza  que  dio  para  la 
torre. 

1606.  Maese  Domingo  Aldasao. 

Este  continuaba  el  campanario.  Hasta  aquí  los  arquitectos 
edificadores. 

1682.  Juan  de  Urzularre.  Escultor. 

Siete  mil  reales  de  cuenta  del  retablo  de  la  capilla  mayor,  y 
luego  hay  120  reales  á  Lucas  Longa  que  lo  reconoció. 

No  olvide  Vm.  este  nombre,  que  ya  lo  ha  oído  en  otras  mías, 
y  le  queda  que  oir. 

Conque  para  llenar  el  terno  solo  nos  falta  algún  pintor  de  esta  *  }1 

derrumbada  iglesia,  que  tanto  nos  hubiera  enseñado  en  sus  tum- 
bas, casullas,  etc.,  etc.,  si  la  atrevida  mano  de  la  ignorancia  y 
pereza...  (me  rabia  la  espaldilla).  Sus  y  vamos  á  un  pintor. 
1681.  Don  Diego  de  Mugarrieta. 

900  reales  por  pintar  tres  lienzos  para  el  monumento,  y  por 
estos  años,  y  algunos  antes  y  después,  le  están  abonados  miles 
de  reales  por  la  pintura  de  la  bóveda  de  toda  la  espaciosa  Igle- 
cia.  Era  de  madera  y  contenía  la  vida  y  martirio  de  San  Andrés, 
vistas  de  Elgóibar,  etc.,  etc.  ¡Qxié  dolor!  nada  diría  tanto  su  mé- 
rito... me  voy  por  que  todo  no  se  pierda... 

Parroquia  de  San  Bartolomé  de  Elgóibar,  en  su  plaza  pública 
de  Calegoen. 

Aunque  venía  de  muy  atrás  el  proyecto  en  1 693. 
Lucas  de  Lonja.  Arquitecto. 

Hizo  escritura  ante  Miguel  Mugmara;  se  le  anticiparon  I.500 
ducados  de  plata;  se  le  dieron  además  20  escudos  de  plata  por 
las  trazas  que  hizo  (aunque  merecían  200  coces),  y  cinco  reales 

TOMO   XLVII.  2 


;7»^.-^^ 


18 


boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 


Ii  i 


cada  año.  En  1714  se  ajustaron  cuentas  con  su  viuda  D.*  María 
Antonia  Eguiral  y  sus  herederos,  y  montaba  la  obra  de  cantería 
102.940  reales,  de  lo  que  se  le  estaba  debiendo  6.180. 

Y  para  salir  por  hoy  de  Lucas  Lonja,  éste  mismo  hizo  las 
magníñcas  lonjas  (casas  como  palacios,  algunas  sobre  columnas 
y  otras  sobre  arcos  con  postes,  que  tienen  en  su  primer  piso  es- 
paciosos almacenes)  en  el  lugar  de  Alzóla,  sobre  el  Deva.  Le 
hacen  natural  de  Mendaro,  y  dicen  que  él  abrió  la  peña  de  Or- 
duna;  noticias  que  piden  confirmación  y  se  averiguarán: 

Vase  Lucas  de  Lonja. 

1732.  Tomás  de  Larraza. 

Fué  el  digno  sucesor  de  Lucas,  hizo  el  arco  del  coro,  la  gra- 
dería del  presviterio  y  abrió  los  cimientos  de  la  torre,  y  hasta 
21  hiladas  la  levantó;  pero  como  él  se  tendió  para  siempre  en 
1738,  examinadas  sus  obras  por  el  examinador  perpetuo  José 
Lisardi,  se  valuaron  en  2.0OO  reales,  habiendo  él  recibido  2.S68>. 
con  lo  que  se  verificó  lo  que  rara  vez,  de  quedar  deudores  los 
artistas  á  las  fábricas. 

1734.  Ignacio  Veelay,  maestro  albañil. 

Ejecutó  la  media  naranja  y  bóvedas  de  la  Iglesia. 

1748.  Ignacio  y  Francisco  de  Ibero.  Padre  y  hijo. 

Con  que,  como  iba  diciendo  en  mi  cuento,  en  14  de  Marzo  se 
contrató  con  Ignacio  Ibero,  maestro  del  colegio  de  Loyola,  y  su 
hijo  Francisco,  vecinos  de  Azpeitia,  hechos  diversos  aprobados 
por  el  consejo^  etc.  Notóse  al  continuar  la  obra  que  los  arcos  en 
que  habían  de  estar  las  campanas,  según  las  trazas,  quedaban 
muy  bajas;  llamóse  á  José  de  Zuaznabar,  maestro  de  obras,  veci- 
no de  Hermúa,  que  dio  cinco  pies  de  más  altura,  tres  á  la  base 
y  dos  á  los  arcos,  y  recetó  más  adorfto  en  la  repisa. 

Hízose,  sobre  todo,  nueva  sacristía  en  li  de  Marzo  de  1 740* 
En  15  de  Enero  de  1757  se  dio  por  concluida  la  obra  que  tasó 
Martín  Carrera,  maestro  de  obras,  vecino  de  Mondragón,  en 
141.492  reales  21  maravedís,  que  con  los  dos  mil  anteriores  y 
largos  cuarenta  mil  de  cales  y  otros  acopios,  pasó  de  200.000  la 
tal  torre.  De  ella  dice  la  villa  en  la  Descripción  de  sus  cosas  no- 
tables que  envió  al  Consejo  en  1785*-  *Con  una  torre  de  una  es- 


CORRESPONDENCIA   EPISTOLAR.  1 9 

tructura  muy  hermosa  y  de  buen  gusto,  echa  con  la  cantera  de 
la  piedra  de  Manióla,  que  es  la  admiración  de  cuantos  la  ven  y 
una  de  las  mejores  de  España.  :&  Esto  la  villa  mi  Señora. 

Ugartemendia  (mozo  muy  hábil,  ahora  vuelto  aquí  desde  Ma- 
drid para  restaurar  el  buen  proyecto  de  la  arquitectura  que  los 
Iberos  habían  desterrado  de  Guipúzcoa),  confiesa  que  cuando  va 
por  esta  plaza,  cuya  principal  fachada  ocupa  la  Iglesia,  no  se 
atreve  á  lebantar  los  ojos  del  suelo  por  no  ver  mostruosidad 
tamaña.  Yo  digo  anun,  añadiendo  que  es  un  padrón  eterno  de 
la  natural  ignorancia  de  sus  constructores,  pagadores,  examina- 
dores y  aprobadores,  todos  á  cual  peores. 

El  tal  Francisco  Ibero  hizo  la  gran  casa  de  Ayuntamiento  so- 
bre cinco  arcos  y  un  espacioso  atrio  ó  vestíbulo  que  coje  todo 
el  írotitís  izquierdo  de  la  tal  plaza  y  edificio,  en  donde  el  gusto, 
el  ornato  y  la  comodidad,  se  echan  igualmente  de  menos. 

Suyas  son  las  dos  posadas  públicas,  también  sobre  arcos  que 
están  enfrente,  que  ni  merecen  crítica  ni  alabanza,  y  suyos  los 
dos  claustros  llamados  cementerios  que  están  á  los  lados  de  la 
Iglesia,  con  arcos  y  coronamientos  de  balaustres,  no  malos  ni 
desarreglados,  que  es  lo  mejor  de  estos  cuatro  edificios,  y  como 
el  otro  frontis  que  mira  á  la  Iglesia,  ó  sea  el  portal  de  entrada, 
y  un  buen  puente  sobre  el  Deva,  si  todo,  que  es  tan  moderno, 
se  hubiera  hecho  bajo  la  tutela  de  la  Academia  de  San  Fernan- 
do, con  el  mismo  gasto,  pero  con  otro  gusto,  haría  gesto  de  ad- 
miración quien  ahora  de  aíeo. 

Victor  y  vanse  los  arquitectos. 

Escultores. 

1 716.  Felipe  Arizmendi.  Un  San  Antón  Abad,  buena  obra  de 
Arizmcndi. 

1 7 16.  Gerónimo  de  Liermo.  1 6  doblones  y  á  sus  oficiales  es- 
cudo y  medio  por  el  bulto  entero  de  San  Bartolomé,  y  con  131 
reales  de  sus  gastos,  en  total  I.II4,  y  ello  es  que  tiene  mucho 
mérito  y  expresión  y  su  bullicio  de  pliegues  muy  bien  entendi- 
do, y  como  desterrado  de  la  portada  está  ahora  al  descampado 
sobre  un  arco  ó  cielo  raso,  yo  he  interpuesto  mis  buenos  oficios 
para  que  le  den  siquiera  lo  que  á  todo  soldado  raso,  esto  es,  un 


20  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

simple  cubierto;   quedaron  en   hacerlo,   pero  son  clérigos 

tate. 

1734.  Juan  Antonio  Ontañón, 

Por  la  efigie  de  San  Bartolomé,  800  reales;  su  gasto  y  alimen- 
to  en  31  días,  186,  total  986.  Este  estubo  en  el  altar  mayor,  des- 
alojado de  allí,  ha  desalojado  al  de  la  portada,  y  como  valga  tan- 
to menos  que  él (ay  mi  espaldilla). 

1785.  El  altar  mayor  estubo  condenado  á  ser  hecho  (Jesús!) 
por  Francisco  Ibero:  hubo  de  morir  (R.  I.  P.  A.),  y  con  mejor 
acuerdo  se  consultó  á  Roma  y  por  la  linda  traza  que  envió  Al- 
dará  se  le  enviaron  750  reales.  Ejecutáronla  Francisco  Ugarte- 
mendía  (padre  del  mozo  susodicho)  y  Francisco  Justiniani,  am- 
bos vecinos  de  San  Sebastián,  y  el  primero  hoy  día  de  Tolosa, 
y  se  reduce  á  una  linda  mesa  de  altar  y  zócalo  de  mármol  de 
Azpeltia  y  cuatro  columnas  pareadas,  de  orden  corintio,  de  es- 
tuco, con  bases  y  capiteles  dorados.  El  medio  le  ocupa  una 
gran  medalla  del  martirio  de  San  Bartolomé,  que  ejecutó  media- 
namente N.  Mendizábal,  el  de  Eibar,  y  su  coste  total  subió  á 
59  mil  reales  vellón,  y  es  el  decoro  de  la  Iglecia  y  merecía  que 
ella  no  fuese  un  cajón  de  cal  y  canto. 

Cuyo  N.  Mendizábal,  de  quien  os  daré  cumplida  noticia  en  lo 
de  Eibar,  donde  vive  y  bebe,  también  trabajó  el  retablo  de  la 
capilla  del  Señor,  que  está  saliendo  por  el  puente,  y  el  que  no 
se  ha  santificado  todavía  en  la  nueva  hermita  de  Malzaga,  en  el 
punto  divisorio  de  los  tres  caminos  de  Eibar,  Elgóibar  y  Plasen- 
cia,  en  la  confluencia  del  Deva  y  Ega  (Bravísimo ay  mi  es- 
paldilla.) 

AUons-donc  á  los  Pintores. 

jMás  te  valiera  estar  duermes!  Pues  aunque  en  el  convento  de 
San  Francisco  hay  un  lindísimo  San  José  con  un  niño  en  los  bra- 
zos, firmado  de  Jordán,  del  tamaño  del  natural,  y  cito  en  el  co- 
lateral de  la  izquierda:  es  venido  aquel  mal  rato  con  que  le  ame- 
nacé á  Vm.  en  mi  anterior.  El  tal  altar,  de  lo  peor,  y  de  lo  que 
aquí  llaman  A  la  valenciana^  era  de  la  parroquia  de  Plasencia; 
cuando  hizo  ésta  el  actual  trato  de  vender  el  otro,  y  á  duras  pe- 
nas le  dio  por  él  con  todas  sus  pinturas  mil  reales.  Un  quidan 


CORRESPONDENaA    EPISTOLAR.  31 


de  Elgóibar,  de  cuyo  nombre  no  quiero  acordarme  (que  el  San 
José  solo,  los  valía),  trájolo  á  su  casa  y  antes  de  depositarlo  en 
el  convento  ¿qué  hace?  trata  de  limpiar  los  cuadros,  y  con  un?i 
muy  linda  leg^a,  les  dio  una  mano  tan  desapiadada,  como  yo  se 
la  daría  de  azotes.  De  aquí  resultó  que  pedazos  como  mi  mano 
saltaron  de  la  pintura,  y  que  toda  quedó  cual  Vm.  puede  consi- 
derar, como  yo  considero  á  Vm.  en  este  instante. 

Y  qué  sería  ello,  si  hubiese  considerado  como  yo  en  los  res- 
tos una  de  las  cosas  mejor  acabadas  y  más  graciosamente  colo- 
ridas? 

Menos  padecieron  unos  óbalos  que  hay  también  en  este  reta- 
blo de  Pablo  Martín,  su  discípulo. 

Y  siento  mucho  no  saber  de  quién  son  unas  cabezas  de  Após- 
toles que  hay  en  esta  sacristía,  y  un  cuadro  del  descendimiento, 
de  no  tanto,  pero  de  bastante  mérito,  y,  sobre  todo,  un  San 
Francisco  en  los  claustros  altos,  tan  tierno  y  bien  colorido,  que 
apesar  del  velo  de  polvo  y  muro  de  telarañas  que  lo  entapizaba, 
yo  lo  hubiera  creído  de  Morales  si  otro  me  lo  hubiera  bautizado; 
pero  no  soy  cura  ni  menos  arzobispo,  y  así  ni  bautizo  ni  con- 
firmo. 

Y  siento  mucho  tener  que  concluir  esta  lista  con  1 726. 
Ignacio  de  Arana  pintó  en  la  parroquia  las  Pechinas  con  los 

cuatro  D.  D.  8  ángeles  y  encarnó  un  ejército,  y  por  todo  se  le 
dieron  1. 264  reales. 

1730,  al  mismo  por  la  pintura  del  Jordán  (sin  duda  para  el 
bautisterio)  270  reales. 

De  este  propio  hay  bajo  el  coro  de  San  Francisco  el  jubileo 
de  la  Porcíncula,  con  muchas  figuras  parlantes,  todas  de  negro  y 
blanco  (¿no  se  dice  clarión?),  y  varios  cuadros  del  claustro,  fir- 
mados 1740,  y  frescos  entre  balcón  y  balcón  de  la  galería  alta, 
que  son  santos  de  la  orden;  parece  copiada  de  las  estampas, 
pero  ¡ay!  ¡qué  semblantes!  y  jqué  colorido!  ¡hay  qué  Pintor! 

Os  adbierto  que  el  renglón  del  escultor  de  Olaso  dice  Johnf  de 
(aquí  el  apellido  cuyas  trazas  van)  me  fecit. 

Salimos  de  Elgóibar,  así  del  dolor  que  de  veras  me  fatiga  har- 
to, será  preciso  el  tomar  vacaciones,  y  hasta  que  se  mude  como 


22  boletín    de   la   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

Otras  veces.  Ido  que  se  sea,  irá  alia  Eibar  y  con  ella  muy  bue- 
nas cosas;  y  luego  Tolosa  y  sus  24  pueblos,  y  después  San  Se- 
bastián y  toda  la  provincia  se  andará;  si  el  burro arre,  dolor. 

Hoy  sí  que  escribo  á  la  Diabla.  El  Divino. 

Da  vergüenza,  no  os  recuerdo  el  empeño  de  Juan  Sebastián. 
I  Ah!  buen  Juan. 

4. 

Ceán  á  Vargas. 

Sevilla  y  Septiembre  de  1803. 

Mi  amado  Pepe:  Así  Dios  nos  deje  ver,  hablar  y  abrazar  an- 
tes que  se  acabe  el  año,  tan  gordos  y  robustos  como  ahora  esta- 
mos, á  vista  del  que  suspira  ahorrojada  por  nuestra  separación, 
que  es  Vm.  el  hombre  más  escudriñador  que  he  topado  entre 
los  de  mi  facción,  y  que  si  la  Providencia  me  deparara  otro  tal 
en  cada  provincia,  sería  mi  obra  de  los  arquitectos  la  obra  más 
completa  que  hubieran  leído  y  visto  los  más  famosos  biógrafos 
del  mundo;  pero  es  época  de  mucha  escasez  y  cada  cual  piensa 
con  más  juicio  y  razón  en  darse  malos  ratos,  y  en  no  ensuciarse 
el  vestido  con  polvo,  ni  en  acortarse  la  vista  con  malditos  ca- 
racteres, peor  papel  y  tinta.  Hasta  ahora  estaba  yo  lleno  de  va- 
nidad y  sovervia,  teniéndome  por  el  animal  más  pescudador 
que  había  en  Asturias,  pero  avergonzado  cedo  la  palabra  al  ván- 
dalo bascuence. 

La  carta  de  Vm.  de  28  del  pasado,  que  recibí  ayer  por  la  es- 
tafeta Navarrética,  está  llena  de  buenas  y  útiles  noticias  y  muy 
distintas  de  las  que  yo  esperaba  en  esta  remesa  de  Septiembre. 
Desde  Julio  tengo  sobre  la  mesa  al  benerable  Fr.  Miguel  de 
Aramburo,  el  que  trazó  la  casa  del  Ayuntamiento  de  Rentería, 
esperando  el  acabar  su  artículo,  porque  sin  saber  cómo  he  to- 
mado tanto  cariño  á  este  religioso,  que  estoy  persuadido  que  ha 
sido  el  mejor  Arquitecto  de  Guipúzcoa,  y  quisiera  redondearle 
un  artículo  digno  de  su  mérito  y  de  sus  obras.  Vm.  ha  ofrecido 
su  continuación,  y  no  es  justo  que  esté  su  alma  penando  tanto 
tiempo  por  su  causa,  hasta  que  se  concluya  este  sufragio,  con  el 
qu«*  no  dudo  pase  más  en  el  Purgatorio. 


CORRESPONDENCIA   EPISTOLAR.  23 

Otros  están  también  pendientes  de  hacia  aquella  parte  del 
Norte  guipuzcoano,  pero  creo  que  no  son  de  tanta  monta  como 
mi  amigo  Fr.  Miguel. 

Curiosas  son  las  inscripciones  de  Plasencia  la  de  la  Albarda,  y 
las  copiaré  yo,  mas  nadie  entienda  el  bascuence  en  el  artículo 
que  tengo  hecho  de  más  de  20  pliegos  al  benemérito  D.  Ventu- 
ra. Sus:  Amigo  Pepe:  Sus:  vamos  á  ver  lo  que  hay  demás  de 
nuestro  honrrado  Hernández,  para  añadir  á  su  interesante  ar- 
ticulo de  mi  Diccionario:  Sus  de  pintores:  Sus  de  escultores, 
pero  ño  olvide  Vm.  el  alma  de  Fr.  Miguel. 

Ahora  mismo  acabo  de  recibir  un  extracto  de  las  grandes 
obras  que  escribió  un  desconocido  Arquitecto,  y  sepultadas  en 
-el  Monasterio  de  Cárdena;  se  asombraría  Vm.  de  los  buenos 
que  son  y  del  gusto  é  inteligencia  con  que  el  monge  hizo  el  ex- 
tracto. 

Allá  voy (me  llaman  á  comer).  Espérate  un  poco,  Manue- 
la, que  estoy  hablando  con  Vargas.  Dale  memorias,  dice  la  Ara- 
gonesa. 

Soy  hombre  demasiado  formal  para  que  Vm.  me  eche  en 
cara  lo  del  Argonauta  del  Cano;  ya  le  dije  á  Vm.  que  nada  le  he 
contestado  perteneciente  á  él,  porque  nada  encontré  y  que  de 
participar  sea,  porque  haberlo  hallado  se  lo  hubiera  remitido. 
Ahora  estoy  examinando  y  entresacando  los  papeles  más  anti- 
guos é  interesantes  que  han  venido  á  este  archivo  del  de  Si- 
mancas, donde  voy  separando  las  cosas  más  curiosas.  Tengo 
hecha  una  separación  de  Real  armada,  en  la  que  nada  he  puesto 
todavía  del  Cano;  pero  no  pierdo  las  esperanzas  de  hallar  cuan- 
to se  dice  de  él  y  de  su  viaje  al  rededor  del  mundo. 

Dale  con  comer,  allá  voy No  me  dejan  en  paz. 

A  Dios,  amigo  mío,  quédese  \^m.  en  paz  y  diviértase  entro 
esas  gentes,  mientras  yo  metido  en  mi  concha,  me  divierto  solo. 

Le  abraza  su  amantísimo. 

Juan  Agustín. 


34  BOLETÍN   DE   LA    REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


5. 

Ceán  á  Vargas. 

Sevilla,  1.**  de  Octubre  de  1803. 

Mi  amantísimo  Pepe:  Respondo  á  la  apreciable  6  instructiva 
carta  de  Vm.  de  16  del  pasado,  que  he  leído  ion  el  mismo  gus- 
to que  las  anteriores,  porque  no  he  extractado  ni  ordenado  sus 
noticias  artísticas,  esperando  las  futuras,  porque  la  esperiencia 
me  ha  enseñado  de  que  así  conviene,  á  causa  de  que  se  repiten 
los  profesores  y  se  debe  de  dar  á  cada  uno  las  obras  que  hubie- 
ra hecho. 

No  entiendo  lo  que  quiere  d^cir  la  palabra  estampada  y  es- 
crita, pero  haré  todo  lo  posible  por  haberiguarlo.  Las  demás  no- 
ticias son  útiles,  y  de  las  de  los  pintores  y  escultores  se  sacan 
las  que  se  deben  poner  en  el  aumento  que  se  va  dando  al  Dic- 
cionario. 

Quisiera  que  no  fuere  tan  agudo  el  dolor  de  la  espaldilla;  pero 
tales  dolores  á  tales  hombres  como  Vm.  no  les  son  muy  incó- 
modos, por  que  sarna  con  gusto  no  pica  á  nadie.  Quisiera  miti- 
garlos con  alguna  cosa  nueva  e  interesante  de  Juan  del  Cano; 
pero  no  puedo,  por  que  nada  parece,  bien  que  tengo  esperan- 
zas de  que  parezcan  entre  los  papeles  más  curiosos  de  este  archi- 
vo que  tengo  entre  manos. 

Para  descansar  de  la  multitud  de  adiciones  y  notas  á  la  obra 
de  Llaguno,  he  emprendido  una  obrita  que  debe  tener  la  apro- 
bación de  Vm.,  tal  es  Descripción  artística  de  la  catedral  de 
Sevilla.  El  trabajo  principal  está  hecho  en  mi  Diccionario  y  en 
las  citadas  notas  y  adiciones  á  la  obra  de  Llaguno;  solo  falta  or- 
denar las  noticias  y  no  celebrar  lo  que  no  lo  merezca.  Si  el  Ca- 
bildo no  adoptase  este  obsequio,  la  imprimiré  yo  aquí  á  mi  cuen- 
ta, por  lo  que  procuraré  que  no  pase  de  1 5  <3  1 7  pliegos,  que  es 
hasta  donde  se  puede  extender  la  licencia  del  Regente  de  esta 
Audiencia.  La  obra  será  interesante,  por  que  se  darán  noticias 
que  ningún  sevillano  sabe  ni  nadie  ha  publicado,  y  será  un  es- 


CORRESPONDENCIA    EPISTOLAR.  25 

tímulo   para  que    las  demás   catedrales    hagan    otro   tanto,  si 
pueden. 

Consérvese  V^ni.  bueno,  reciba  expresiones  de  la  Aragonesa, 
y  mande  y  quiera  á  su  verdadero  amigo,  que  le  abraza, 

Ceán. 

6. 

Pepito  á  Jíian, 

Salud  y  Contentamiento. 

Orlo,  Octubre  24  de  1803. 

Salgamos  de  este  lugar  y  pleito  por  menos.  Solo  la  iglesia  es 
notable,  y  lo  es  bastante,  siendo  como  es  de  un  cañón  y  su  cru- 
cero y  bóvedas  vahidas,  todo  muy  arreglado  al  orden  dórico  y 
con  su  serie  de  pilastras  (que  algo  salientes,  sirven  de  estrivos 
interiores),  su  cornisa,  no  interrumpida,  y  todo  de  escelente  pie- 
dra arenisca,  que  es  un  dolor  esté  muy  enhalvegada  interior- 
mente; esto  supuesto  de  ella,  he  hallado:  1 578,  Juan  de  Landa- 
rrain.  Poder  á  los  alcaldes  y  otros  vecinos  para  comprar  una 
casa  para  agrandar  la  iglesia,  según  está  señalado  y  parece  por 
la  traza  el  modelo  que  en  razón  de  ello  ha  dado  Juan  de  Landa- 
rrain,  maestro  cantero,  natural  de  la  tierra  de  Regil,  residente 
en  el  reino  de  Aragón,  qiLe  ha  trazado  otras  muchas  iglesias  y 
en  especial  la  Iglesia  de  Santa  Maria^  de  San  Sebastián^  que  es 
uno  de  los  buenos  maestros  que  hay  en  su  arte  de  cantería;  y 
porque  esta  villa  tiene  ahorrados  y  recogidos  400  y  más  duca- 
dos en  una  arca,  y  otros  tiene  de  recibir  de  personas  legas  y 
abonadas  para  el  dicho  efecto  de  hacer  la  dicha  iglesia  conforme 
á  la  dicha  traza  y  modelo...  para  hacer  y  edificar  la  dicha  iglesia, 
así  la  cabecera  como  el  crucero,  y  la  iglesia  vieja,  conforme  á  la 
dicha  traza  y  modelo  de  su  sacristía  y  campanario  y  coro,  con^ 
tratarlo  con  cualquier  maestro.  (A  fe  que  es  flojo  el  articulito 
éste.) 


26  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


7. 

Pp,  á  Jtian, 

Salud  y  Contentamiento. 

Madrid  y  Mayo  23  de  1804. 

Solo  porque  vea  Vm.  que  no  le  tengo  olvidado,  incluyo  á 
Vm.  esas  cinco  piezas,  que,  menos  la  de  Arizmendi,  que  queda 
copiada,  me  hará  Vm.  el  gusto  de  devolverme,  pues  á  mí  tam- 
bién me  hacen  falta  cuando  Vm.  haya  sacado  de  ellos  lo  que 
bien  le  parezca. 

Y  cuando  yo  pueda  respirar  y  haya  encontrado  el  bado  á  mi 
torrente  de  quehaceres  que  me  arrastra  ahora,  veré  de  concluir 
una  que  tengo  comenzada  para  Vm.  Si  no  lo  ha  por  enojo  desde 
el  24  de  Octubre  del  año  anterior,  y  que  debe  acabar  de  conte- 
ner todo  lo  de  Orio,  tras  ella  irá  lo  de  Tolosa  y  después  lo  que 
Dios  quiera. 

Todo  esto  bajo  la  salva  que  Vm.,  que  es  muy  alma  de  cánta- 
ro (mejorando  lo  presente),  no  se  me  hará  de  pencas  con  Juan 
Sebastián  del  Cano,  que  va  á  entrar  libre  el  tapiz;  y  es  mucha 
cabronada  la  mía  que  pudiendo  mandar,  me  conteste  con  rogar 
de  hinojos. 

Cuidado  conmigo, 
que  me  llamo  Rodrigo. 

El  último  viernes  salí  por  fiador  y  di  canción  de  gato  que  la 
vuestra  obra  topo-artística  de  esa  Catedral  era  cosa  buena,  y 
mereciente  de  no  negaros  el  título  de  cofrade;  y  se  os  concedió 
la  gracia  de  repugnancia  de  pocos  que  (no  sin  razón)  querían 
llenar  el  estatuto,  que  yo  que  lo  dicté  tomé  de  Santo  Tomás 
nisi  videro  non  credam.  Con  que  salga  enhorabuena  con  todos 
vuestros  flecos  y  campanillas. 

Adiós,  que  esta  no  es  carta  ni  cosa  que  le  parezca.  Vuelva  lo 
adjunto,  que  yo  necesito  para  cuando  Dios  quiera  y  quiera  Dios 
multiplicaros  con  la  Aragonesa.  Como  buñuelos  en  artesa. 


CORRESPONDENCIA  EPISTOLAR.  27 


8. 

Ceán  á  Vargas- 

Sevilla  y  Mayo  30  de  1804. 

Mi  estimado  Pepe:  Acabo  de  recibir  cinco  piezas  de  noticias 
artísticas  de  Vizcaya,  que  devolveré  luego  que  haya  sacado  lo 
que  me  convenga,  que  no  será  mucho,  según  he  visto  por  enci- 
ma, pues  las  más  son  de  profesores  churriguerescos,  que  no  me- 
recen se  haga  caso  de  sus  obras,  y  las  de  los  buenos  no  están 
autorizadas;  con  todo,  doy  á  Vm.  las  más  atentas  gracias,  pero 
me  importaría  más  me  reuniere  lo  ofrecido,  pues  tengo  pen- 
diente varios  artículos  de  arquitectos  que  las  buenas  noticias  de 
Vm.  me  han  hecho  comenzar;  por  ejemplo,  el  de  aquel  fraile 
francisco  que  trazó  un  conbento  de  monjas  en  Guipúzcoa. 

Mucho  siento  que  Vm.  me  reconvenga  con  lo  del  Cano,  cuan- 
do no  he  dejado  rincón  en  el  archivo  que  no  pescudase  por  ha- 
llar algo  suyo,  y  nada  encuentro  más  que  lo  dicho,  siendo  así 
que  tengo  arreglado  y  trabajado  todo  lo  de  la  especiería  que 
vino  de  Simancas;  pero  no,  amigo  mío;  Vm.  no  quiere  acabar 
de  creer  que  han  andado  en  estos  papeles  otros  muchos  antes 
que  yo,  y  que  sin  temeridad  se  puede  asegurar  que  se  han  lle- 
vado los  más  curiosos. 

Sería  muy  conveniente  y  aun  necesario  que  Vm.  viniese  aquí 
con  dos  pares  de  escribientes,  antes  de  entrar  en  su  comisión, 
si  es  que  no  tiene  en  su  poder  lo  que  han  copiado  los  que  vinie- 
ron con  Navarrete. 

Muchas  gracias  por  la  canción  que  ha  hecho  Vm.  en  la  Aca- 
demia de  la  Historia,  para  que  me  permita  usar  de  lo  que  me 
ha  concedido,  sin^  haberlo  yo  pretendido,  sino  después  de  estar 
nombrado.  Suponga  Vm.,  y  suponga  la  Academia,  que  yo  le  re- 
mitiese mi  manuscrito  de  la  Descripción  de  esta  Catedral,  y 
quienes  son  en  ella  los  que  saben  historia  artística  para  juzgar 
mi  obra?  Y  en  caso  de  dudas,  ^ladónde  habían  de  acudir  para  re- 
solverlas, cuando  todo  consta  del   archivo  de  la  misma  Iglesia? 


V 


28  BOLETÍN   DE.  LA    REAL    ACADEMIA    DE   LA    HISTORIA. 

¿Y  quiénes  son  los  jueces  de  mis  juicios?  Bosarte  y  Ortiz,  que 
jamás  han  estado  en  Sevilla?  Desengáñese  Vm.,  amigo,  que  esos 
pocos  son  gentes  que  no  supieron  lo  que  decían,  pues  aun 
la  misma  Academia  de  San  Fernando  no  podría  dar  un  cabal 
informe  sobre  lo  que  yo  digo  en  mi  Descripción,  porque  ningu- 
no de  los  que  la  componen  saben  lo  que  hay  en  esta  Iglesia,  ni 
tampoco  los  que  viven  en  Sevilla  lo  conocen.  Esto  no  es  pre- 
sunción, sino  hablar  con  aquella  pureza  que  dicta  la  verdad. 

Ya  habrán  informado  á  Vm.  los  Mayorquines  que  Vm.  me 
recomendó,  cuan  bien  lo  hice  con  ellos,  pues  los  acompañé  á 
todas  partes. 

Saluda  á  Vm.  la  Aragonesa  con  sus  hijos,  y  queda  todo  suyo 
su  verdadero  amigo, 

CeAn. 
9. 

Madrid,  Agosto  28  de  1804. 

Pero  habiendo  querido  averiguar  por  los  libros  de  S.  S.  (siem- 
pre quiere. decir  San  Sebastián)  qué  había  en  los  tales  años  de 
Landarrain,  no  he  hallado  nada. 

1 580.  A  maese  Juan  de  Aporto,  por  lo  que  trabajó  en  la  traza 
que  dio  para  hacer  la  dicha  iglesia  de  Orio,  como  consta  de  una 
carta  de  pago,  88  reales  y  33  por  las  comidas. 

1 585.  Maese  Martín  de  Lizárraga  hacía  la  obra  de  la  iglesia,  y 
en  1585  había  recibido  877  ducados  y  i  real,  de  que  dio  carta 
de  pago. 

1598.  Sigue  cobrando  Nicolás  de  Garagarza,  maese  cantero, 
vecino  de  Asteazu,  yerno  del  Martín  de  arriba,  y  se  graduó  la 
obra  en  3.500  ducados;  el  tal  Martín  trabajó  diez  años,  desde 
1 586  á  96.  Murió,  y  dejó  un  hijo,  llamado  Cristán  de  Lizárraga, 
beneficiado  de  Asteazu. 

De  esta  familia,  toda  de  Arquitectos,  tengo  algo  que  decir 
cuando  quiera  Dios  que  embíe  lo  de  San  Sebastián. 

1609,  á  10  de  Diciembre.  Fr.  Miguel  de  Aramburo,  Nicolás 
de  Garagarza.  El  segundo  se  obligó  por  escritura  al  Capitán  To- 


Correspondencia  epistolar.  29 

más  de  Larraspuru  (después  rico  general  marino)  y  al  contador 
Juan  Sanz  de  Aramburu  de  hacer  el  interrorio  y  carnero  para 
D.  Gabriel  de  Oa,  según  la  traza  de  Fr.  Miguel  de  Aramburo,  y 
á  contento  suyo,  dándola  acabada  para  Enero  siguiente  y  reci- 
biendo cien  ducados  de  pronto  y  luego  la  tasación.  Debía  ser  de 
mármol  negro,  de  amasa  sin  salitre.  No  tuvo  efecto  más  que  el 
arco,  que  es  de  lindísimas  proporciones,  y  una  como  tumba,  que 
coje  como  un  tercio  de  su  luz  hasta  el  pavimento  de  mármol  ne- 
gro, enteramente  cuadrada  y  lisa,  sin  epitafio  ni  otra  cosa  algu- 
na. Del  tal  fraile  os  diré  más  cuando  Dios  quiera  que  os  enbíe  lo 
de  San  Sebastián  y  Tolosa.  Ahora  sabed  que  no  es  el  primer 
Arquitecto  de  Guipúzcoa,  como  os  lo  habéis  figurado;  es  mucho 
mejor  Pedro  de  Zardúa;  lo  veréis  á  su  tiempo,  y  sabiendo  ahora 
que  el  San  Nicolás  del  altar  mayor,  de  Orio,  es  de  Arizmendi,  y 
también  una  Concepción  lindísima  que  hay  en  la  sacristía,  y  una 
Dolorosa,  bajo  el  coro,  y  un  San  Ignacio,  que  es  lo  mejor  de  la 
iglesia,  tiene  Vm.  sabido  cuanto  acerca  de  bellas  artes  hay  que 
saber  en  Orio,  y  al  cabo  de  los  años  mil  vuelvo  á  mudar  mi  co- 
rrespondencia, no  por  que  esté  sobrado  de  tiempo,  ni  por  pien- 
so, sino  por  que  lo  guardo  para  cumplir  como  debo  con  mis  ami- 
gos; y  antes  de  seguir  riñendo,  como  lo  haré  aunque  me  lo  quite 
del  sueño,  vaya  el  apéndice  á  las  cosas  de  Vergara,  que  con  lo 
de  Orio  os  estaba  preparado. 

Vergara.  1607,  á  ll  de  Diciembre.  Maese  Francisco  Pérez  de 
Aroztegui.  Carta  de  pago  de  lo  hecho  hasta  esta  fecha  en  el  co- 
legio de  los  Jesuítas  (hoy  Seminario  de  Nobles),  25.802  reales. 

1 614,  á  23  de  Mayo,  en  Valladolid.  Gregorio  Hernández  otor- 
gó carta  de  pago  al  padre  Gaspar  Suárez  de  1. 200  reales,  en  que 
concertó  una  hechura  de  bulto  de  San  Ignacio,  de  2  ^/j  de  varas 
de  altOy  para  el  colegio  de  Vergara. 

1614,  á  9  de  Marzo.  Marcelo  Martínez,  pintor,  carta  de  pago 
de  80  ducados  al  mismo  padre  por  estofar  la  áicha  estatua,  5^5 
reales  por  traerla  desde  Valladolid  á  Vitoria.  48  ducados  y  6 
reales  y  el  Jesús  y  diadema  hecha  por  Martín  de  Aranda,  platero 
de  Valladolid. 

Ojo.  Escritura  formal  para  traerla  en  un  macho  desde  Vitoria 


30  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA   DE  LA  HISTORIA. 

á  Vergara,  obligándose  el  arriero  á  pagar  los  menoscabos,  y  dijo 
que  solo  por  las  sogas  padecería  el  estofado  (no  de  carnero  ni 
Lode);  pero  que  un  pintor  en  pocas  horas  podría  repararlo,  pues 
con  estas  condiciones  fué  el  porte  30  reales;  sé  el  nombre  del 
arriero  y  del  secretario  que  otorgó  la  escritura,  pero  algo  he  de 
callar. 

1614,  á  16  de  Enero.  Pedro  de  Ayala,  escultor,  vecino  de  Vi- 
toria, se  obligó  á  hacer  el  retablo  mayor  del  colegio,  de  nogal  y 
orden  jónico,  según  la  traza  que  presentó,  en  i.ooo  reales;  pa- 
rece no  tubo  efecto,  aunque  cobró  los  500  de  contado.  Nota, 
Acordaos  lo  que  tenéis  allá  del  tal  Ayala,  y  hay  más  que  decir 
cuando  toque  á  Mondragón  y  otras  partes. 

1662.  El  Colegio  de  Jesuítas  de  Santander  era  de  traza  de 
padre  Pedro  de  Matos,  y  éste  sirvió  de  modelo  en  1662  para  el 
de  Vergara,  siguiendo  el  parecer  de  los  Maestros  Juan  de  An- 
suola  Ibarguren,  que  lo  dio  firmado  en  Eibar,  su  patria,  y  de 
Miguel  de  Marín  y  Juan  de  Zaldúa,  arquitecto  vecino  de  Verga- 
ra, en  ella  á  14  de  Abril  1 662,  y  Mateo  del  Río  en  4  de  Mayo, 
y  éste  siguió. 

1662,  á  24  de  Julio,  en  Guernica.  Francisco  del  Río,  vecino 
de  Matienzo,  maestro  cantero,  y  Mateo  del  Río.  Este  tenía  á  su 
cargo  la  obra  de  cantería  del  colegio  de  Vergara  y  el  otro  lo  fió; 
lo  que  se  obraba  era  la  Iglesia,  á  costa  del  Perulero  D.  Andrés 
Madariaga. 

1674,  á  14  de  Abril.  Miguel  de  Abaría,  vecino  de  Beasaín. 

Recibió  23.500  reales  á  cuenta  de  la  misma  obra,  que  por  es- 
critura de  6  de  Enero  de  1673  tomó  á  su  cargo,  para  darla  con- 
cluida en  1675»  no  siendo  á  su  cuenta  la  cornisa  de  yeso  de  den- 
tro ni  los  escudos  de  piedra  de  fuera. 

^        ,       ,    T-  Rafael  de  Larral.  )  _ 

1092,  á  9  de  Enero.  ,       1       t     a  \  Escultores. 

Jacobo  de  Ayesta.' 

Se  concertó  el  Colegio  con  ellos  para  el  retablo  mayor  en 
4  mil  ducados,  sin  el  pedestal,  y  dando  el  material  el  colegio;  se 
acabaron  en  22  de  Agosto  de  1695,  y  costó  2.500  reales  más  de 
lo  pactado. 

El  pedestal  lo  hizo  Mateo  de  Azpiazu,  vecino  de  Azcoitia,  por 


CORRESPONDENCIA    EPISTOLAR.  3  I 

I.20O,  y  él  mismo  hizo  los  colaterales  de  S.  Francisco  Javier  y 
San  Francisco  de  Borja;  éste  en  3. 177  (no  son  cosa). 

Qué  tal?  Ks  floja  la  añadidura  de  V'^ergara?  pues  vaya  por  vía 
de  caminos  esa  noticia  para  Bilbao. 

Bilbao:  Jesuítas,  l675>  á  6  de  Febrero.  PVancisco  de  Elorriaga 
se  obligó  este  día  á  hacer  el  crucero  y  capilla  mayor,  según  una 
traza  (que  parece  arreglada)  que  dio  el  maestro  de  Rioja,  y  era 
siguiendo  el  orden  de  la  iglesia,  por  cinco  mil  reales  vell(3n,  in- 
clusa la  media  naranja.  FA  tal  maestro  que  dio  la  traza  era  Juan 
de  la  Riva,  maestro  arquitecto,  vecino  del  lugar  de  Garillicano, 
en  la  merindad  de  Transmiera. 

Finis  coronat  opus. 
().  S.  C  S.  R.  E, 

¿Qué  sigue  ahora?  La  riña  formal  por  vía  de  contestación  á  la 
de  30  de  Mayo  último,  su  carta,  que  no  parece  vuestra  según  lo 
entonada  y  fuera  del  cuadro  por  lo  general  y  siguiente,  y  por 
que  las  cinco  piezas  artísticas  que  os  embié  no  son  de  Vizcaya, 
sino  de  Guipúzcoa,  y  es  demasiado  error  geográfico  en  un  escri- 
tor público,  y  por  que  no  las  habéis  devuelto  como  prometis- 
teis, lo  cual  es  contra  vuestra  y  ingénita  formalidad,  y  por  que 
aun  que  fueren  todas  de  A.  A.  Churriguerescos,  ó  no  se  debe 
escribir  historia  de  las  artes,  ó  deben  entrar;  sea  enhorabuena 
con  brevedad  y  desprecio,  pero  sin  omitirlas,  y  por  que  es  dis- 
paratado aquello  y  ¡as  de  los  buenos  no  están  autorizadas.  ¿Pues 
no  es  bastante  autoridad  que  os  lo  mande  yo?  ¿no  son  noticias 
públicas  y  sabidas  en  los  lugares  donde  las  tomé  hasta  de  las 
viejas?  ¿No  van  de  letra  y  puño  (que  no  siempre  ha  de  ser  al  re- 
vés) de  los  mismos  que  las  an  hecho  ó  sus  descendientes?  ¿Ne- 
cesitáis que  vayan  con  el  sello  de  la  puridad  de  algún  Rey,  ó 
con  bula  bajo  el  anillo  del  pescador?  Vaya,  vaya  que  me  ha  caí- 
do en  gracia  la  entonación,  lo  que  yo  he  prometido  irá  cuando 
pueda;  cuando  sea  mío;  cuando  tenga  mi  colección  en  estante; 
estad  seguro  de  que  no  os  lo  dejaré  de  enviar,  al  menos  que  al- 
guna pútrida  de  las  de  moda  no  me  embíe  al  otro  mundo;  no  lo 
dejaré  de  embiar  por  que  me  precio  de  consecuente  con  todos^ 


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32 


boletín  db  la  real  academia  de  la  historia. 


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aun  que  sean  Asturianos  revelados.  Salto  lo  del  Cano  hasta  las 
2.*  parte  de  las  quejas,  en  que  os  pondré  como  merecéis. 

Aunque  tengo  en  mi  poder  cuanto  acopió  nuestro  Navarrete 
que  me  hace  al  caso,  en  llegando  á  la  época  en  que  entra  la  ju- 
risdicción de  ese  archivo,  estoy  en  hacerle  la  visita  más  acom- 
pañado que  pueda.  Es  mucho  vanistorio  lo  del  artículo  siguiente 
para  dejar  de  refregarlo  por  vuestros  hocicos.  «Muchas  gracias 
por  la  canción  que  ha  hecho  Vm.  en  la  Academia  de  la  Histo- 
ria, para  que  me  permita  usar  de  lo  que  me  ha  concedido,  sin 
haberlo  yo  pretendido,  sino  después  de  estar  nombrado.  Hizo 
mal,  muy  mal;  muchos  otros  hombres  lo  han  prometido  y  creí- 
dose  dichosos  con  obtenerlo.  Así  con  ello  se  ha  libertado  de  se- 
mejante flato;  éstos  han  sido  los  Llagunos;  los  Jovinos,  los  Sán- 
chez, &*.  Suponga  Vm.,  y  suponga  la  Academia,  que  yo  les  re- 
mitiese mi  manuscrito  de  la  Descripción  de  esta  Catedral.  ¿V 
quién  son  en  ella  los  que  saben  historia  artística  para  juzgar  mi 
obra?  Muchos,  qué  no  es  el  arte  magno  de  Lulio,  ni  la  Astrono- 
mía física  de  Cousin.  Y  en  caso  de  duda,  ¿Dónde  habían  de  acu- 
dir para  resolverla,  cuando  todo  consta  del  archivo  de  la  dicha 
iglesia?  ¿Y  quiénes  son  los  jueces  de  mis  juicios?  ¿Rosarte  y  Or- 
tiz,  que  jamás  han  estado  en  Sevilla?  Desengáñese  Vm.,  amigo 
mío,  que  esos  pocos  son  gentes  que  no  supieron  lo  que  decían; 
pues  aun  la  misma  Academia  de  San  Fernando  no  podría  dar 
un  cabal  informe  sobre  lo  que  yo  digo  en  mi  descripción,  por 
que  ninguno  de  ios  que  la  componen  saben  lo  que  hay  en  esta 
Iglesia,  ni  tampoco  los  que  viven  en  Sevilla  lo  conocen;  (V^íctor 
y  vanse)».  Que  solo  conque  Vm.  vuelva  á  leer  este  capítulo  suyo, 
estoy  segurísimo  que  llorará  de  haberlo  escrito,  pues  yo  conozco 
que  en  su  pecho  no  es  el  hipo  tie  vanidad  que  está  saliendo  por 
todos  los  poros  del  parrafiUo.  Supuesto  el  lloro,  queda  absuelto 
y  luego  le  daré  la  saludable  penitencia;  pero  sepa,  hermano  ca- 
rísimo, que  aun  dado  (que  es  bastante  Jar)  que  Vm.  fuese  el  fé- 
nix en  la  historia  de  las  Bellas  Artes,  la  Academia  podría  y  de- 
bía llamar  así  su  escrito,  antes  de  dejarle  usar  del  título  de  que 
Vm.  quiere  hacer  ostentación,  al  mismo  tiempo  que  lo  tiene  en 
tan  poco,   y  que  en  dispensarle  un  estatuto  muy  justo  y  muy 


CORRESPONDENCIA   EPISTOLAR.  33 

sabio  y  terminante  le  hizo  especial  favor,  que  pedía  gratitud  y 
no  sarcasmo;  por  que  si  bien  en  el  fondo  de  la  obra  misma  no 
pudiese  ser  juez,  en  su  disposición,  en  su  estilo,  en  su  dignidad 
y  decoro,  en  la  multitud  de  noticias  episódicas,  como  llaman  á 
Guipúzcoa  Vizcaya  y  mil  semejantes,  tendrían  una  legítima  ins- 
pección, y  por  su  propio  honor  y  el  de  Vm.  podrían  exijir  la 
•censura  de  la  obra.  Dispensando  lo  cual,  hizo  de  Vm.  no  poca 
conñanza,  de  que  no  creo  que  tenga  que  arrepentirse,  como  Vm. 
Jo  está  (me  parece  que  estoy  hervir  sus  pucheritos),  de  haberlo 
-estimado  en  tan  menos  y  tomádolo  por  el  tono  que  lo  ha 
tomado. 

Esto  no  es  presunción,  sino  hablar  con  aquella  pureza  que 
-dicta  la  verdad.  No  será  presunción,  enhorabuena,  y  no  me 
cuesta  trabajo  maldito  el  creerlo;  pero  aseguróle  á  Vm.  que  se 
Je  parece  como  un  huevo  á  otro  y  una  gota  de  agua  á  otra  gota 
■de  agua,  y  un  husurero  á  un  genovés.  Y  si  lo  de  Vm.  lo  dictó  la 
pureza  de  la  verdad,  ésta  muy  fraterna  la  escupe  la  sincera  amis- 
tad, que  sentiría  mucho  que  Vm.  se  nos  echase  á  perder  y  de- 
jase de  ser  lo  que  ha  sido  hasta  el  día  30  de  Mayo  de  1804.  Se 
acabó  mi  sermón.  Vaya  una  de  cal  y  otra  de  arena.  Los  Mallor- 
quines vinieron  contentísimos  de  Vm.  y  creyendo  que  mi  reco- 
mendación valía  algo.  [Pobres!  No  saben  lo  que  va  á  ser  el  asunto 
de  mi  segundo  tomo  de  quejas. 

Tomo  2.^  Quejas  echando  chispas  contra  el  ingrato  Ceán. 
Argumento:  Mucho  siento  que  Vm.  me  reconvenga  con  lo 
del  Cano,  cuando  no  he  dejado  rincón  en  el  archivo  que  no  pes- 
x:udase  por  hallar  algo  de  él,  y  nada  encuentro  más  que  lo  di- 
>cho,  siendo  así  que  tengo  arreglado  y  trabajado  todo  lo  de  la 
Especiería  que  vino  de  Simancas;  todo  mentirilla,  padre;  l.°  por 
que  en  esos  mismos  papeles  encontró  Navarrete  lo  que  yo  nece- 
sito; tomó  un  ligero  apunte,  como  quiera  que  á  él  no  le  hacía  al 
caso;  y  por  desgracia,  este  apunte  que  tenía  sobre  su  mesa  se  le 
ha  desaparecido  y  no  puede  dar  con  él.  Sí,  señor,   en  el  tal 
apunte  estaba  que  entre  los  papeles  de  la  Especiería  se  halló  el 
recurso  de  Doña  Catalina  del  Puerto,  madre  de  Juan  Sebastián 
4el  Cano,  para  cobrar  los  caídos  de  su  hijo  difunto,  y  en  este 
TOMO  xLVii.  3 


34  BOLETÍN   DB   LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

instrumento  constaba  el  número  de  hijos  que  tuvo  y  otras  miF 
cosas  curiosas  que  á  mí  me  hacen  al  caso  y  él  no  extractó  por 
que  no  le  hacían  al  suyo;  y  si  en  él  6  en  otro  recurso  adelante 
(este  primero  fué  por  los  aíios  de  1532),  que  hizo  para  lo  mismo 
el  licenciado  Gainza  (creo  que  Rodrigo,  ya  lo  tiene  Vm.  en  la 
papeleta  que  le  envié),  se  encuentra  la  edad  de  Juan  Sebastián 
del  Cano,  que  es  el  único  dato  que  me  falta  para  tener  cuantos 
necesito  para  la  vida  de  este  héroe,  en  la  que  me  estoy  ocu- 
pando actualmente,  entonces  he  completado  mi  trabajo,  y  no 
cesaré  de  darle  á  Vm.  gracias  en  una  cuarentena.  2.°  También 
no  me  huele  bien  que  no  encontrase  Vm.  nada  de  Juan  Sebas- 
tián, pues  entre  lo  de  Loaysa,  segunda  expedición  al  Magallanes, 
hay  bastante  suyo,  que  sacó  Martín  y  está  en  mi  poder;  Ergo. 
La  diligencia  se  hizo  como  se  hará  según  apunto  ahora.  Ea,  pues, 
señora  abogada  nuestra,  vuelv'e  á  nosotros  esos  tus  hojos,  y 
vuélvalos  Vm.  hacia  los  papeles  de  la  Especiería,  y  busque  y 
lea  lo  que  haya  de  Doña  Catalina  del  Puerto  y  del  Bachiller 
Gainza,  y  cuanto  ataña  á  hermanos  y  sobrinos  y  casta  perruna 
del  tal  guipuzcoano  que  tantas  vigilias  y  pasos  me  cuesta.  Envíe- 
melo hacia  acá  antes  que  á  mí  se  me  hinchen  las  narices  y  le 
envíe  á  la...  Uñeta  Súpito.  Contar  á  Vm.  mi  vida  y  quehaceres 
sería,  tras  de  muy  largo  largo,  ocioso  trabajo,  de  que  no  sé  de- 
cir, pero  pues  tengo  salud  debo  trabajar. 

Esta  deseo  á  la  buena  Aragonesa  y  prole,  Amén  Jesús.  Nove- 
dades? para  mi  contrabando  ni  del  terremoto  del  sábado  quiero 
hablar,  yo  estaba  sobre  mi  mesa  y  no  lo  sentí.  La  Gaceta  es  na- 
tural nos  ilustre;  ¡lústrenos  Vm.  sobre  Juan  Sebastián,  y  por 
ahora  no  pienso  en  otra  cosa.  Martín  bueno,  su  amable  hembra 
malparida.  |Dios  nos  libre  y  la  Virgen  del  Amparo! 

10. 

Ceán  á  Vargas, 

Sevilla  y  Septiembre  4  de  1804. 
Señor  Pepito:  Ayer  tarde  me  han  entregado  la  carta  de  Vm., 
que  principia  en  Orio  el  24  de  Octubre  último  y  acaba  en  loé- 


CORRESPONDENCIA   EPISTOLAR.  35 

infiernos  sin  fecha.  No  he  podido  todavía  leerla,  pero  encontré 
á  lo  último  dos  paulinas  sobre  aquello  de  la  Academia  de  la 
Historia,  que  no  vale  un  bledo,  y  sobre  lo  otro  del  Cano. 

Siento  que  me  llamen  embustero,  porque  juro  á  Dios  que  no 
lo  soy,  aunque  estoy  en  Andalucía,  y  es  el  mayor  insulto  que 
me  pueden  hacer.  Prescindiendo  ahora  de  las  reconvenciones  de 
Vra.,  digo  que  esta  mañana  fuy  furioso  al  archivo  y  hice  que  to- 
dos los  epígrafes  (son  más  de  200)  que  yo  he  trabajado  y  arre- 
glado el  año  pasado  en  los  tres  tomos  de  papeles  de  la  especie- 
ría, ó  del  Maluco,  y  nada  encontré  en  ellos  del  buen  Cano, 
sino  lo  siguiente:  Una  Real  Cédula,  fecha  en  Burgos  á  21  de 
Marzo  de  1 524,  nombrando  el  Emperador  á  Hernando  Colón, 
Simón  de  Alcazaba,  el  Doctor  Salaya,  Pedro  Ruiz  de  Villegas, 
Fr.  Tomás  Duran  y  Juan  Sebastián  del  Cano,  Astrólogos  y  pilo- 
tos de  S.  M.,  para  que  juntos  con  los  Diputados  del  Emperador 
pasasen  á  la  raya  de  Portugal  á  tratar  con  los  otros  de  Portugal 
de  S.  M.  fidelísima  del  asunto  y  controversia  del  Maluco  ó  de  la 
especiería. 

Y  el  parecer  firmado  de  los  6  dichos  anteriores  astrólogos  y 
pilotos  sobre  el  propio  asunto  sin  íecha  ni  lugar. 

Esto  es  lo  único  que  he  hallado  en  los  tres  tomos,  que  pudie- 
se tocar  ó  tañer  al  buen  argonauta  Elcano. 

Lo  que  Vm.  me  dice  con  referencia  á  Navarrete  y  el  mismo 
Martín  me  añade  en  su  última  carta,  no  es  cierto,  porque  las 
noticias  que  se  buscan  no  han  estado  jamás  en  los  papeles  de  la 
especiería. 

Sabía  yo  que  los  oficiales  andaban  ocupados  en  arreglar  otros 
papeles  judiciales  del  Consejo  llamados  ^  Autos  fiscales»,  y  aca- 
bada la  hora,  enfadado  de  haber  ocupado  la  mañana  casi  inútil- 
mente, me  fui  á  los  Autos  fiscales,  y  revolviendo  legajos  y  más 
legajos,  hallé  en  el  año  1534  el  que  deseaba;  le  di  de  bofetones, 
le  hojeé  y  vi  el  nombre  de  la  madre  Doña  Catalina  del  Puerto, 
el  del  bachiller  Gainza,  licenciado,  sus  solicitudes  y  los  nombres 
de  los  hermanos  de  Elcano,  que  también  fueron  á  la  armada  de 
la  especiería,  y  dije:  ¡Gracias  á  Dios!  canté  el  Te  Deum  y  man- 
dé que  le  pusiesen  sobre  mi  mesa,  donde  se  examinará  despa- 


36  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE  LA  HISTORIA. 

cío,  porque  está  roto,  maltratado  y  borrado  por  haberse  borra- 
do y  tiene  maldita  letra.  Llevaré  mis  lentes,  se  leerá  muy  des- 
pacio, se  estractará,  y  lo  que  fuere  muy  preciso  se  copiará, 
pero  como  digo,  muy  despacito,  hermano,  porque  ya  se  acabó 
el  tiempo  de  correr,  y  con  los  grandísimos  calores  que  aquí  se 
sienten  no  estoy  para  darme  malos  ratos,  amén  de  que  tengo 
privilegio  exclusivo  para  no  asistir  al  archivo  no  más  que  dos 
horas  al  día,  y  Vm.  no  ha  de  pretender  que  yo  abuse  de  mi  pre- 
servativo contra  la  vejez  y  tan  en  favor  de  mi  conservación. 
Dixi:  y  hasta  otro  día,  que  haya  leído  la  carta  de  Orio  y  con- 
teste. 

Memorias  á  Navarrete,  á  quien  no  escribiré  tan  pronto. 

CeAn. 

11. 

Pp.  á  yuan, 

Salud  y  Contentamiento. 

Madrid,  Septiembre  ii  de  1804. 

Quien  bien  te  quiere  te  hará  llorar. 

Pero  venga  Vm.  acá,  cativa  criatura;  si  Vm.  hubiera  practica- 
do las  diligencias  que  me  anunciaba  en  la  del  4  (por  cuyo  buen 
éxito  no  ceso  de  dar  gracias  á  Dios  y  á  Vm.),  en  una  de  tantas 
ocasiones  como  se  lo  he  suplicado  con  llantos  y  mocos,  ¿'no  me 
hubiera  libertado  de  mil  berrinches  y  se  hubiera  puesto  á  cu- 
bierto de  tantos  partes?  Confiese  Vm.  compugido  que  yo  le 
tenía  muy  merecida  esa  diligencia  y  mañana  que  llama  perdi- 
da, puesto  que  ganadas  llamo  yo  tantas  y  tantas  como  he 
consagrado  á  Vm.  y  pienso  dedicarle.  Y  pues  me  es  muy 
dulce  el  perdonar,  y  más  á  tales  ^  amigos,  póngase  de  rodillas 
que  le  cuele  mi  absolución,  le  dé  paz  en  el  rostro  y  solo  me 
acuerde  de  hoy  más  del  buen  rato  que  me  ha  dado  con  la  suya. 

Y  pues  Juanico  ya  sobra 
de  epílogo  y  prevención, 
ya  se  acabó  mi  sermón 
y  á  la  vuelta  va  la  obra. 


CORRESPONDBNCIA    EPISTOLAR.  37 

Sí,  caro  Ceán,  suplico  á  Vm.  me  envíe  copia  de  la  Real  Cédu- 
la fecha  en  Burgos  á  21  de  Marzo  1524,  mandando  el  Empera- 
dor á  Hernando  Colón,  Simón  de  Alcazaba,  el  doctor  Salaya, 
Pedro  Ruiz  de  Villegas,  Fr.  Tomás  Duran  y  Juan  Sebastián  del 
Cano,  astrólogos  y  pilotos  de  S.  M.,  para  que  juntos  con  los  di- 
putados del  Emperador  pasasen  á  la  raya  de  Portugal  á  tratar 
con  otros  diputados  de  S.  M.  F*.  del  asunto  y  controversia  del 
Maluco  y  de  la  especiería;  Y  también  el  parecer  firmado  de  los 
seis  dichos  anteriores  astrólogos  y  pilotos  sobre  el  propio  asun- 
to, sin  fecha  ni  lugar,  pues  como  Vm.  comprenderá,  es  un  rasgo 
precioso  de  la  vida  del  Guipuzcoano. 

Sí,  caro  Ceán  del  alma,  en  esos  autos  fiscales,,  que  como  el 
socorro  de  España  habrá  Vm.  recibido  mi  noticia  exacta  de  su 
paradero  cuando  ya  es  inútil;  en  esos  autos  cuento  yo  esté  cuan- 
to á  mí  me  es  ütil  para  completar  mis  noticias;  El  año  del  naci- 
miento de  Juan  Sebastián,  el  de  su  muerte,  cuándo  murió  su 
madre,  cuándo  sus  hermanos,  sus  méritos,  sus  servicios,  &*.  Si 
fuera  posible  enviarme  los  autos  á  mí  que  me  interesa  y  á  quien 
á  expensas  de  mis  ojos  no  hay  letra  que  se  haya  resistido  toda- 
vía, en  muy  pocos  días  lo  vería  todo  y  devolvería,  aunque  fuese 
preciso  hacerlo  por  la  vía  del  Ministro  de  Estado  ó  Marina,  y 
aunque  para  enbiármelos  sea  de  pedírselo  á  éstos,  pues  ni  á  uno 
ni  á  otro  tengo  inconveniente  de  pedirlo  de  oficio,  porque  aho- 
ra me  íavorecen  y  á  mi  trabajo. 

Dígamelo  Vm.  para  ponerlo  por  obra,  aunque  si  Vm.  quiere 
hacer  la  misericordia  de  tomarse  por  mí  ese  trabajo,  con  tal  que 
lo  haga  con  el  escrúpulo  y  exactitud  que  los  de  su  haya  requie- 
ren, yo  se  los  tendré  en  señalada  merced  y  será  miel  sobre  bu- 
ñuelos. 

En  cuenta  y  parte  de  pago  remito  á  Vm.  ese  precioso  plan 
de  los  estudios  de  un  arquitecto,  obra  de  uno  de  los  mejores  de 
nuestra  edad,  que  como  Vm.  sabrá  hace  poco  finó  en  Pamplo- 
na, donde  yo  le  traté  con  mucho  gusto  en  1800,  y  en  donde 
después  de  tantas  persecuciones  y  calumnias  gozaba  ya  del 
aprecio  común  y  de  los  beneficios  que  con  sus  acueductos,  ca- 
minos y  demás  obras  de  provecho  común  había  hecho  al  Reino 


38  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 


\ 


de  Navarra;  el  buen  D.  Santos  Ángel  de  Ochandategui  merecía 
más  larga  vida,  así  como  mereche  que  Vm.  haga  mención  de  él 
entre  los  ilustres  de  su  arte  que  está  zurciendo. 

Supongo  que  me  lo  devolverá  V^m.  en  despachándolo,  pues 
no  es  mío;  como  Vm.  puede  dar  por  supuesto  que  encontrando 
otros  apuntes,  que  tengo  muchos  suyos  y  buenos,  los  tendrá 
Vm.  allá;  todavía  no  tengo  coordinados  mis  papeles  como  de- 
seo. En  cumpliéndoseme  éste,  irá  todo  de  una  vez;  basta  por 
ésta,  en  la  que  mis  ojos  y  cabeza  no  están  para  muchas  fiestas. 

Hágole  á  Vm.  mil  por  el  hallazgo;  repártalas  Vm.  con  la  Ara- 
gonesa y  prole,  y  á  Dios. 

Vargas. 

12. 

Ceán  á  Vargas. 

Sevilla,  Septiembre  1804. 

Señor  amigo:  Dejando  para  otra  el  contestar  á  la  carta  de  las 
desvergüenzas  que  no  deben  correr  entre  gentes  que  saben  don- 
de les  aprieta  el  zapato,  y  respondiendo  á  lo  que  escribe  tres 
cartas  en  ocho  días,  después  de  haber  callado  8  meses  en  Ma- 
drid, sin  duda  porque  tendrá  á  menos  tratar  con  el  que  tiene  el 
alto  honor  de  estar  desterrado  de  allí.  Digo  que  remito  á  Vm. 
ese  exacto  y  prolijo  extracto  del  proceso  fiscal,  sin  que  por  nin- 
gún motivo  deba  quedar  á  Vm,  ni  á  ningún  otro  duda  ni  escrú- 
pulo de  que  en  el  tal  proceso  haya  ni  pueda  haber  más  noticias 
acerca  de  Juan  Sebastián  del  Cano  (que  es  como  siempre  se 
halla  escrito,  y  no  de  Elcano,  como  Vm.  quiere).  Aunque  Vm. 
diga  que  precisamente  habrá  la  legitimación  de  su  persona  y 
tal  vez  su  fe  de  bautismo  ó  su  testamento,  pues  nada  de  eso  hay 
ni  puede  haber  respecto  de  que  no  se  encuentran  fes  de  bautis- 
mo en  ninguna  parroquia  de  España  de  aquel  tiempo,  y  menos 
el  testamento  de  quien  no  se  sabía  de  cierto  hubiese  muerto,  y 
sí  por  pública  voz  no  más.  En  fin,  va  ese  extracto,  que  debe 
Vm.  estimar  mucho,  tanto  por  lo  que  vale,  cuanto  por  estar  he- 
cho por  un  hombre  muy  ocupado  y  que  dejó  sus  ot)ligaciones 
para  trabajarlo. 


CORRESPONDENCIA  EPISTOLAR.  39 

De  lo  demás  que  V.  pide,  el  tiempo  dirá.  Suponiendo  que  en 
«I  archivo  de  Indias  no  hay  más  que  3  oficiales  y  yo  para  arre- 
glar sus  papeles,  y  que  yo  no  asisto  más  que  dos  horas  al  día, 
porque  así  está  mandado. 

Cuidado  con  creer  todo  lo  que  ahí  va  escrito;  y  no  hay  que 
andar  con  dudas  y  reparos;  pues  veo  que  las  noticias  que  Vm. 
íiene  del  Cano  están  trabucadas  y  estas  son  las  ciertas. 

Páselo  Vm.  bien,  y  le  libre  Dios  de  temores  que  le  envilecen, 
para  no  tratar  como  debe  á  un  hombre  de  bien  como  yo  soy,  y 
que  cuanto  más  quieran  los  débiles  abatirme,  más  me  ensalzan; 
tal  es  el  poder  de  la  virtud  superior  á  los  desdichados  que  no  la 
-conocen.  ¡Qué  cosas  podría  decir  á  Vm.  sobre  este  punto!... 

Trabaje  Vm.  inútilmente,  y  no  dude  jamás  de  que  no  puede 
<iejar  de  ser  su  amigo,  el  que  lo  ha  sido  antes  aquí  y  ahí. 

CeAn. 

13. 

Vargas  á  Ceán, 

Que  no  te  cuento  yo  ni  digo  cosa 
para  que  debas  tú  por  ella  darme 
respuesta  tan  aceda  y  tan  odiosa. 

Garcilaso. 

Pepe:  buenos  días;  aparta  por  buen  rato  los  varios  y  serios 
<íncargos  que  te  embargan  todo,  y  responde  la  de  Ceán  del  12; 
tu  contestación  debe  componerse  de  párrafos  dulces  y  muy 
agrios;  pero  empieza  por  los  primeros,  pues  retocó  un  corazón 
-andaluz  y  sin  pliegues,  donde  dejan  más  profunda  huella  los  be 
neficios  que  los  agravios. 

Madrid,  Septiembre  18  de  1804. 

Caro  y  estimado  amigó  D.  Juan  Agustín:  Con  indecible  gusto 
he.  recibido  el  exacto  y  prolijo  extracto  del  proceso  ñscal  con 
los  herederos  de  Juan  Sebastián  del  Cano  que  Vm.  me  ha  traba- 
jado, á  pesar  de  sus  multiplicadas  y  útiles  tareas,  y  con  igual  ce- 
leridad, para  merecer  por  ese  título  más  mi  gratitud.  Está  cual 
yo  pudiera  desear  y  de  mano  maestra,  denotando  su  antigua 


40  BOLETÍN   DB   LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

destreza  en  otros  muchos  más  complicados.  Y  si  bien,  por  des- 
gracia, no  admite  maldita  la  especie  de  los  originales  que  yo  me 
temía,  siquiera  sé  que  no  debo  buscarlos  donde  racionalmente 
yo  creía  pudiesen  estar. 

Tengo  en  mi  colección  todas  las  cédulas  dirigidas  á  aquel  pi- 
loto y  los  suyos;  su  testamento,  las  relaciones  de  Fray  Andrés 
de  Urdaneta,  los  varios  poderes  otorgados  por  su  madre  y  her- 
manos, los  testamentos  de  algunos,  las  sentencias  que  Vm.  me 
extracta  y  todo  copiado  al  pie  de  la  letra.  Mi  deseo  era  saber  si 
en  el  proceso  para  satisfacer  la  oposición  fiscal  había  unas  pro- 
vanzas  é  informaciones  que  me  aclarasen  su  edad,  que  es  el 
único  dato  que  echo  de  menos;  y  aunque  es  verosímil  que  en¡ 
algún  otro  proceso  é  información  de  aquellos  tiempos  se  halle 
como  testigo  declarante,  &*  (á  la  manera  que  halle  yo  alguna 
para  fijarle  á  Vm.  la  edad  de  algún  arquitecto),  yo  desisto  por 
ahora  de  semejante  investigación. 

Precisamente,  como  yo  decía,  hay  la  legitimación  de  la  per- 
sona de  la  madre,  además  de  otra  información  hecha  en  Gueta- 
ria,  que  para  en  mi  poder;  y  yo  pudiera  citar  á  Vm.  fes  de  bau- 
tismos de  aquella  edad,  aunque  confieso  que  son  rarísimas;  pero 
me  urge  más  expresar  á  Vm.  que  estimo  mucho  su  trabajo,  tanto 
por  lo  que  vale,  cuanto  por  estar  hecho  por  un  hombre  muy 
ocupado  y  que  dejó  sus  obligaciones  por  trabajarle.  Por  satisfa- 
cer á  este  hombre,  apreciable  hoy,  doy  de  mano  á  las  mías,  por 
más  que  sean  más  en  número  y  de  arta  más  asiduidad  y  cons- 
tancia que  las  que  ahora  ocupan  á  aquel  amigo. 

Desde  que  llegué  estoy  sumido  en  amarga  labor  de  informes 
á  la  superioridad,  de  tanto  peso  como  interés,  y  que  mal  mi 
grado  han  de  ir  de  mi  perruna  letra;  tres  de  ellos  fueron  desco- 
munales infolio,  que  me  han  fijado  un  dolor  casi  continuo  en  la 
espaldilla  derecha,  que  hasta  ahora  es  mi  único  vínculo. 

Si  Vm.  se  hubiera  dado  el  trabajo  (en  lo  que  no  se  hubiera 
quebrado  ninguna  patita)  de  visitar  una  que  otra  vez  á  mi  tía,, 
señora  apreciable  por  todos  respetos,  hubiera  sabido  que,  á  pe- 
sar de  tenerla  en  lugar  de  madre  y  hasta  de  esperar  de  ella  al- 
guna fortuna,  no  la  contesto  sino  una  fe  de  vida  á  continuación 


CORRESPONDENCIA   EPISTOLAR.  4I 

do  SU  propia  carta,  y  llega  á  tanto  mi  astío  de  escribir,  que  la 
he  prevenido  se  verá  sin  ella  una  vez  por  semana;  con  todo,  que 
es  mi  único  correo  hacia  el  Sur  y  ni  Águila  y  los  suyos,  de  quie- 
nes consta  Á  Vm.  soy  tan  afecto,  ni  mi  cara  patria  ven  letra  mía, 
y  si  algunos  la  ven  hacia  el  Norte  es  porque  son  restos  de  mi 
comisión  y  en  realidad  de  verdad  cartas  de  oficio. 

Porque  Vm.  no  los  haya  tenido  todavía,  hay  otros  motivos 
muy  poderosos,  no  habiendo  podido  aún  alojarme  con  mediana 
comodidad,  tengo  encajonados  todos  mis  papeles,  y  los  que  he 
sacado  en  mucha  confusión.  Sirva  de  prueva  que  quise  enviar 

■ 

con  la  última  mía  la  lista  de  las  obras  de  consideración  de  arqui- 
tectura del  Reino  de  Navarra,  que  para  Vm.  me  procuré,  y  la 
nota  de  las  obras  de  Don  Santos  Ángel,  y  habiendo  perdido  me- 
dia mañana  en  vuscarlas,  fué  solo  su  obrita  del  plan  de  enseñan- 
za, por  lo  que  me  urgía  demostrar  á  Vm.  mi  gratitud. 

Estos  son,  buen  Ceán,  los  justificados  y  forzosos  motivos  do 
mi  silencio,  no  los  indignos  que  Vm.  no  duda  atribuirme  de  tener 
d  menos  tratar  con  el  que  tiene  el  alto  honor  de  estar  desterrado. 
Tiene  Vm.  tantas  y  tantas  pruevas  en  contrario,  una  experien- 
cia tan  constante,  que  me  corro  á  Vm.  por  su  falta  de  reflexión 
al  chorrear  por  la  pluma  calumnia  semejante.  Es  notorio,  y  Vm. 
sabe  como  pocos,  que  jamás  doblé  la  rodilla  al  ídolo  del  poder, 
así  como  mi  fervor  en  exhalar  inciensos  al  numen  de  la  amistad; 
así,  que  cuando  Vm.  escribió  con  hiél,  líbrele  Dios  de  temores 
que  le  envilecen,  para  no  tratar  como  debe  á  un  hombre  de 
bien  como  yo  soy,  y  que  cuando  más  quieran  los  débiles  aba- 
tirme más  me  ensalzan;  tal  es  el  poder  de  la  virtud,  superior  á 
los  desdichados  que  no  la  conocen;  Vien  sabe  Vm.,  sin  género 
de  duda,  que  no  habla  con  migo,  y  de  ello  estoy  yo  enteramen- 
te persuadido  que  esas  sí  que  son  verdaderas  desvergüenzas  que 
ningún  hombre  de  honor  sufre  á  nadie,  y  no  son  desvergüenzas 
las  expresiones  de  otra  laya  que  Vm,  gradúa  de  tales  y  á  que 
voy  á  satisfacer. 

Un  estatuto  tan  sensato,  como  que  es  general  en  todos  los 
cuerpos  literarios  de  Europa,  previene  á  nuestra  Academia  que 
no  use  de  su  dictado  individuo  alguno  sin  presentar  á  censura 


42,  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

de  ella  la  obra  en  que  lo  quiere  lucir.  Pretendió  Vm.  ser  eximi- 
do de  esta  Ley,  y  yo,  como  el  más  interesado,  tomé  la  palabra 
á  su  favor,  y  por  la  notoriedad  de  su  superior  suficiencia  y  la 
clase  de  la  obra,  conseguí  el  acuerdo  favorable.  Aviséselo  á  Vm. 
y  fué  su  extraña  contestación.  «Muchas  gracias  por  la  canción  que 
ha  hecho  en  la  Academia  de  la  Historia,  para  que  me  permita 
usar  de  lo  que  me  ha  concedido,  sin  haberlo  yo  pretendido,  sino 
después  de  estar  nombrado.  Suponga  Vm.,  y  suponga  la  Aca- 
demia, que  yo  le  remitiese  mi  manuscrito  de  la  Descripción  de 
esta  Catedral  ¿y  quiénes  son  en  ella  los  que  saben  historia  artís- 
tica para  juzgar  mi  obra?  Y  en  caso  de  duda,  ^jadónde  habían  de 
ir  para  resolverlas?  Cuando  todo  consta  del  archivo  de  la  Iglesia? 
¿Y  quién  son  los  jueces  de  mis  juicios?  Bosarte  y  Ortiz,  que  ja- 
más han  estado  en  Sevilla?  Desengáñese  Vm.,  amigo,  que  estos 
pocos  son  gentes  que  no  supieron  lo  que  decían,  y  aun  la  misma 
Academia  de  San  Fernando  no  podría  dar  un  cabal  informe  so- 
bre lo  que  yo  digo  en  mi  Descripción,  porque  ninguno  de  los 
que  la  componen  saben  lo  que  hay  en  esta  iglesia,  ni  tampoco 
los  que  viven  en  Sevilla  lo  conocen.  Esto  no  es  presunción,  sino 
hablar  con  aquella  pureza  que  dicta  la  verdad.» 

A  este  encostillado  párrafo  en  que  yo  desconocía  á  Vm.  mis- 
mo, en  que  le  veía  desertar  de  las  banderas  de  una  quizá  nimia, 
pero  hechicera  humildad,  á  la  de  una  elación  que  á  ninguno 
sentaría  bien,  contesté  acaso  durito,  pero  como  amigo  que  que- 
ría encarrilar  á  Vm.  por  el  buen  camino  en  que  lo  conoció,  no 
me  acuerdo  en  qué  desmenucé  todas  equivocaciones  y  contra- 
principios de  que  revosa;  pero  constante  en  los  míos,  juraría  fué 
mi  tema  que  Vm.  no  hacía  bien  en  expresar  cierto  aire  de  des- 
dén de  no  haber  llamado  á  una  puerta,  donde  se  creyeran  hon- 
rados al  pulsarla  un  Ríos  y  un  Tofiño,  un  Villamil  y  un  Risco, 
un  Navarrete  y  un  Conde,  y  que  tan  preciada  en  el  día  desde 
que  se  declaró  calavera  el-campo  de  duendes  (vulgo  Campoma- 
nes).  De  modo  que  da  Vm.  á  entender  que  si  entró  es  porque 
se  la  abrieron  espontáneamente,  y  entró  en  un  círculo  adonde 
nadie  es  capaz  de  juzgar  á  Vm,  A  ambas  cosas  reñí,  tal  vez  con 
severidad,  con  verdadero  celo  fraterno,  y  malo  sea  yo  si  estampé 


CORRESPONDENCIA    EPISTOLAR.  43 

queriéndolo  una  que  pueda  llamarse  desvergüenza.  Como  Vm., 
aunque  tan  consumado,  es  todavía  escritor  y  Académico,  y  yo, 
aunque  siempre  un  carraña,  voy  siendo  tan  veterano,  aunque  no 
en  mérito,  que  me  hombreo  con  el  mismo  Ortega,  y  ya  las  más 
de  las  sesiones  me  cobija  la  sombra  del  dosel  damasquino,  y  por 
otra  parte  miraba  á  Vm.  casi  como  mi  recluta  para  el  servicio 
literario,  que  por  mal  mío  y  de  él  empecé  yo  tan  temprano,  y 
Vm.,  aunque  venido  al  mundo  algo  antes  para  caminar  con  pa- 
sos más  firmes  y  ciertos,  se  alistó  tanto  después  con  tanto  pro- 
vecho de  todos;  por  este  conjunto  de  consideraciones  (todas 
huecas  y  vanas)  la  eché  de  padre  grave,  sin  persuadirme  fuese 
echando  mi  sermón  á  mala  parte.  Pésame  de  lo  hecho.  Presto 
la  enmienda  con  mi  desengaño  doloroso  de  que  en  general  los 
asturianos  pecan  de  indóciles  y  suspicaces. 

Aunque  (mal  pecado)  creía  tener  algún  derecho  adquirido  á 
robar  á  Vm.  algunos  cuartos  de  hora,  reconozco  mi  equivoca- 
ción, y  no  quiero  abusar  de  un  tiempo  que  Vm.  enplea  tan 
bien.  Así,  que  suspenda  Vm.  el  envío  de  cuanto  le  tenía  supli- 
cado de  ese  archivo;  pedíalo  para  el  Rey,  que  no  para  provecho 
mío.  Pedirelo  de  oficio,  y  entonces  Vm.  hará  lo  que  juzgue  con- 
veniente. Cuando  vaya  encontrando  lo  de  los  artistas,  que  tengo 
recogido,  se  lo  remitiré  á  V^m.,  celebrando  en  mi  corazón  que 
libe  primero  lo  que  después  pienso  yo  disfrutar  en  mi  Guipúz- 
coa, así  como  aplaudiré  que  al  mérito  y  virtud  indispensables 
que  adornan  á  Vm.  corone  el  descanso  y  premio  como  tienen 
ya  la  justa  estimación  que  se  merecen:  Pepe:  Dan  las  diez;  entra 
el  correo  del  Norte,  y  debes  dejar  eso  que  te  ha  calentado.  Obe- 
dezco. 

14. 

Ceán  á  Vargas, 

Sevilla  y  Septiembre  26  de  1804. 

Amigo  mío:  Recibí  un  libro  manuscrito  forrado  en  pergamino 
que  no  he  podido  leer,  y  que  parece  ser  un  método  de  los  estu- 
dios de  un  Arquitecto,  con  carta  de  Vm.  de  II  del  corriente  y 


44  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

otra  doble  del  1 8,  con  más  desvergüenzas  que  letras  y  más  gor- 
das que  las  mismas  letras,  á  la  par  que  da  gracias  por  un  trabajo 
que  está  Vm.  muy  lejos  de  conocer,  el  que  me  costó  evacuarle 
con  tanta  prontitud  y  exactitud. 

Ahí  va  ese  otro,  no  menos  laborioso  y  sí  tan  exacto  como  el 
primero,  que  por  uno  y  otro  y  por  la  materia  debe  Vm.  apre- 
ciar tanto  como  aquél. 

Con  esto  doy  fin  á  lo  de  la  armada  del  Comendador  Loaisa, 
trabajo  tal  vez  escusado,  pues  estoy  creído  ser  vano,  supuesto 
que  de  todo  sacó  copias  y  apuntes  Martín  cuando  estuvo  aquí; 
pensaba  seguir  estractando  papeles  sobre  la  armada  de  Magalla- 
nes al  Maluco,  después  sobre  la  de  Caboto  y  deseguida  sobre 
las  demás,  pues  me  parecen  papeles  tan  interesantes  como  los 
del  Cano;  pero  si  de  todo  ello  tiene  Vm.  copia  y  apuntes  será 
lástima  robarme  el  tiempo,  para  mí  tan  precioso,  y  robarle  al 
archivo,  tan  ehxausto  de  gente  que  trabaje.  Además  de  todo 
esto,  amigo  mío,  no  hay  gusto  ni  placer  para  estas  cosas,  pues 
está  toda  la  ciudad  cercada  de  tropas  y  asustada,  para  preca- 
verla de  los  males  que  andan  en  Málaga,  Cádiz  y  otras  partes. 
Yo  no  he  pasado  la  epidemia,  que  se  hace  ya  tan  preciso  como 
tener  viruelas,  por  lo  que  debe  temer,  y  así  no  será  extraño  que 
procure  huir  el  pellejo  de  una  Ciudad  que  todo  el  día  se  ocupa 
en  rogativas,  &*. 

Acompaño  también  un  ejemplar,  de  los  pocos  que  me  ha  re- 
mitido Iriarte,  de  la  Descripción  del  hospital  de  la  Sangre,  y 
cuando  se  acabe  aquí  de  imprimir  la  de  la  Catedral,  que  constará 
de  unos  15  ó  l6  pliegos,  tendrá  Vm.  otro. 

Hasta  que  me  venga  toda  la  impresión  de  Valencia  no  puedo 
remitir  á  las  dos  Academias  sus  ejemplares  en  posta,  ni  á  otros 
amigos,  por  lo  que  no  conviene  enseñar  esc;  sirva  solo  para  que 
.Vm.  lo  lea  y  se  admire  del  tino  y  prudencia  con  que  unos  frai- 
les emprendieron  la  obra  del  Hospital,  que  es  el  principal  ob- 
jeto que  he  tenido  para  publicarle.  ¡  Ah!  ¡Pero  qué  tiempo  y  qué 
dinero  tan  mal  empleado  en  las  actuales  circunstancias  y  en 
una  nación  que  corre  precipitadamente  á  la  barbariel  Dejémo- 
nos de  esto,  pues  con  tales  consideraciones  se  cae  la  pluma  de 


CORRBSPONDBNCIA  EPISTOLAR.  45 

la  mano.  Dios  conserve  á  Vm.  bueno  y  en  estado  de  no  tener 
tales  consideraciones,  para  no  aflojar  en  sus  buenos  deseos  y 
para  responder  y  hacer  por  si  esos  informes  que  le  piden,  aun- 
que yo  los  considere  tan  inútiles  como  las  Descripciones  del 
Hospital  de  la  Sangre  y  de  la  Catedral  de  Sevilla. 

Aquí  hay  salud,  pero  mucha  vigilancia  en  no  perderla,  y  ha 
este  ñn  he  estado  24  horas  sin  desnudarme  la  semana  pasada 
custodiando  la  puerta  de  la  carne;  con  todo,  dudo  pueda  esca- 
parse del  contagio  esta  Ciudad.=Queda  á  todo  de  Vm.=CEAN. 
=A1  Sr.  Vargas. 

15. 

Pepe  á  Jíian. 

Salud  y  Contentamiento. 

Madrid,  Octubre  2  de  1804. 

Ceán  mío:  como  soy  hombre  de  bien  que  me  aflijen  mucho 
las  de  Vm.,  6  habla  Vm.  en  chanza,  y  á  fe  que  se  verifica  en  mí 
lo  de  la  dama  del  Desdén  con  el  desdén. 

«Cierto  que  lo  finges  de  manera,  que  lo  tuve  por  verdad.» 
O  yo  y  Vm.  no  convenimos  en  la  definición  funesta  de  lo  que 
son  desvergüenzas;  en  una  palabra,  en  la  primera  mía,  de  que 
Vm.  se  quejó,  yo  solo  quise  usar  del  derecho  que  me  daba  una 
verdadera  y  cordial  amistad;  y  en  la  2.*  quise  vindicarme,  pues 
Vm.  me  acusaba  con  acritud,  y  usando,  á  mi  parecer,  de  armas 
vedadas.  Jamás  quise  desvergonzarme  (que  no  es  mi  quedo),  y 
quise  en  una  y  otra  correjir  sin  sacar  sangre,  y  ser  con  V^m.  tan 
franco  y  leal  como  debe  serlo  un  amigo  que  lo  es  naturalmente 
con  todos.  Punto  final  de  esta  camorra,  y  vamos  á  lo  que  me  dá 
tanto  gusto  como  aquello  sinsabor.  Sí,  buen  Juan,  los  estractos 
de  ahora,  como  los  de  antes,  son  con  lo  que  yo  haya  de  menes- 
ter; solo  la  edad  de  Juan  Sebastián  se  me  escapa,  pero  ad  impo- 
sünlia  netnotenetur;  están  trabajados  de  una  manera  maestra,  y 
yo,  que,  mal  pecador,  no  conozco  la  adulación,  y  yo  que  he  he- 
cho tantos  millares,  por  mal  de  mis  pecados  conozco  á  fondo  y 
lo  que  eso  cuesta  y  lo  mucho  que  vale  el  buen  y  pronto  desem- 
peño de  lo  que  Vm.  me  envía;  Ergo,  doy  miles  de  gracias.  Tran- 


1 


46  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

quilícese  Vm.  sobre  que  serán  inútiles  por  duplicados  respecto  á 
que  nuestro  Martín  anduvo  con  esos  mismos  papeles.  Pues  como 
navegaba  entonces  con  Lángara  y  la  comisión  el  principal  de 
sus  escribientes  (que  no  era  un  Martín),  y  éste  nada  entendía  de 
biografías,  solo  sacó  lo  gordo,  como  la  relación  de  Urdaneta,  la 
de  Torres,  que  Vm.  cita,  que  son  muy  importantes,  y  nada  de 
cuanto  Vm.  me  ha  remitido  ahora  y  la  vez  pasada,  que  me^arma 
mucho  y  sin  que  yo  no  podía  aventurarme  á  publicar  la  vida^ 
que  tengo  muy  adelantada  y  entre  manos.  Por  que  así  es  pre- 
ciso, será  la  primera  la  de  Cristóbal  Colón,  esto  es,  un  estracto 
de  cuanto  dejó  impreso  y  manuscrito  nuestro  Muñoz;  seguirá  la 
de  Magallanes,  y  luego  la  de  Juan  Sebastián;  de  aquí  es  que  si 
buenamente  puede  Vm.  mandar  se  me  saque  un  índice  de  lo 
que  hay  de  la  armada  de  Magallanes  al  Maluco,  que  V"m.  me 
apunta,  para  ver  que  hay  relativo  á  su  persona  que  no  tenga  yo, 
me  haría  Vm.  señalada  merced;  pues  aunque  poseo  todo  lo  de 
nuestro  Martín  y  Muñoz,  veo  por  los  apreciabilísimos  estractos 
de  Vm.  cuantas  más  luces  tengo  de  Juan  Sebastián  de  la  que 
con  lo  mío  y  lo  suyo  tenía. 

He  recibido  la  lindísima  descripción  del  hospital  de  la  sangre, 
¡cuanto  y  cuanto  convendría  que  el  último  párrafo  calentase  á 
esa  jente  y  á  la  superioridad!  Por  falta  á  pregonarlo  por  acá 
cuanto  se  pueda  no  quedará,  ¡Que  no  sería  esa  Ciudad  con  un 
Intendente  hábil  y  amado!  Zape...  No  se  amilane  Vm.  que  la  vi- 
gilancia y  la  lluvia  purificaran  la  Atmósfera  andaluza,  que  tan 
asustados  nos  tiene  á  todos. 

Aquí  también  se  toman  precauciones,  y  con  decir  que  ayer 
no  hubo  toros,  está  dicho  todo. 

Nuestro  caro  Martín  hace  días  que  está  harto  malo,  ya  se  le 
fué  la  calentura,  pero  una  multitud  de  llaguitas  en  la  garganta  le 
incomodan  mucho  y  no  le  dejan  pasar  lo  que  no  sea  frío. 

Ya  estoy  con  la  faena  de  mudarme  por  tercera  vez.  ¡Dios 
quiera  que  sea  la  última!  voy  á  vivir  la  misma  casa  que  nuestro 
Muñoz,  cuya  viuda  se  la  lleva  el  Canónigo  por  que  hace  22  me- 
ses no  cobra  la  viudedad  y  pensioncilla.  Como  cuenta  volver 
dentro  de  dos  años,  no  levanta  su  casa,  con  la  que  me  quedo  yo 


CORRESPONDBNXIA   EPISTOLAR.  47 

y  ofrezco  á  Vm.  y  á  la  Aragonesa.  Solo  8  votamos  á  Goya  para 
Director  general  este  trienio;  los  29  restantes  (por  que  son  1 50 
convidados,  solo  37  acudieron  á  la  Academia,  y  los  demás  cuer- 
pos están  en  igual  decadencia)  votaron  á  Ferro.  ¡Lo  que  va  de 
Alfonso  á  Alfonso!  ¡Adiós!  Saludo  á  toda  la  casa  ínterin  que 
Vale. 

Vea  Vm.  el  discurso  de  Argote  de  molina  que  antecede  á  la 
historia  del  Gran  Tamorlán  que  publicó  Llaguno,  á  continuación 
de  la  crónica  de  D.  Pedro  Niño,  y  hallará  un  arquitecto  (pag.*  6), 
si  es  que  ya  no  le  tiene  anotado,  como  es  regular.  Ha  pedida 
Bosarte  licencia  para  usar  del  título  de  Académico  en  su  viage, 
que  ya  está  impreso;  se  le  ha  mandado  presentar  antes  de  dár- 
sele; yo  lo  propuse  y  todos  me  siguieron. 

16. 

Ceán  á  Vargas. 

Sevilla,  17  de  Octubre  de  1804. 

Mi  caro  amigo:  Sin  esperar  aviso  de  la  última  remesa,  remito 
á  Vm.  esa  otra  no  menos  interesante  que  las  anteriores,  y  es- 
pero que  lo  sean  también  para  Vm.  y  merezcan  su  aprobación. 

Estoy  ahora  con  el  piloto  mayor  y  Capitán  Sebastián  Cabo- 
to,  que  me  da  bastante  en  que  entender,  por  que  no  se  hallan 
los  papeles  concernientes  á  su  armada  á  la  especiería,  ni  creo 
que  los  haya. 

Me  parece  que  ya  debe  ir  satisfaciéndose  esa  su  ambición  de 
noticias  con  las  muchas  y  raras  que  le  he  enviado:  haga  Vm, 
otro  tanto  para  saciar  la  mía  con  las  arquitectónicas  que  le  ten- 
go pedidas,  si  es  que  con  ellas  podemos  quedar  en  pata. 

Pido  á  Dios  por  el  alivio  de  Navarrete,  á  quien  hoy  no  quiera 
escribir  hasta  que  sepa  que  ya  está  bueno. 

Dele  Vm.  memorias.  Consérvese  Vm.  bueno  en  la  habitación 

de  mi  compañero  Muñoz;  salude  á  su  pobre  viuda  y  mande  á  su 

verdadero  amigó, 

Ceán- 
Sr.  Vargas  Ponce. 


48  BOLETÍN   DE   LA    REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 


17. 

Cedn  á  Vargas. 

Sevilla,  31  de  Octubre  1804. 

Al  fin,  mi  querido  Pepe,  yo  he  logrado  hartar  á  Vtn.  de  noti- 
cias de  este  archivo,  y  suspendo  las  que  tengo  preparadas  para 
finalizar  la  interesante  historia  de  la  Especiería  ó  del  Maluco; 
mientras  tanto  añado  aquí  para  que  \n\.  ponga  entre  las  noti- 
cias de  la  armada  de  Loaysa,  esta  serie  de  los  generales  que 
tuvo. 

Habiendo  muerto  Fr.  García  de  Loaysa,  Comendador  de  San 
Juan,  en  el  mar  pacífico,  como  ya  se  ha  dicho,  fué  jurado  Capi- 
tán General  Juan  Sebastián  del  Cano,  en  virtud  de  una  provi- 
sión secreta,  el  que  falleció  á  4  de  Agosto  1526. 

Nombraron,  á  pluralidad  de  votos,  en  su  lugar,  á  Toribio 
Alonso  de  Salazar,  que  murió  en  13  de  Septiembre  del  propio 
año,  entre  las  islas  de  los  Ladrones  y  de  los  Célebes,  20O  leguas 
del  Maluco. 

Se  sucedió  inmediatamente  Martín  Iñiguez  de  Carquizamo, 
que  entró  en  el  Maluco  y  mataron  los  Portugueses  con  ponzoña 
en  el  mes  de  Julio  de  1 527. 

Y  el  último  que  le  siguió,  nombrado  á  pluralidad  de  votos, 
fué  Hernando  de  la  Torre,  el  que  volvió  á  España  por  los  años 
1535  ^  36  en  una  nao  portuguesa,  por  Lisboa. 

Avise  Vm.  cuándo  han  de  ir  las  otras  noticias  de  la  malhada- 
da de  Sebastián  Caboto,  que  no  llegó  al  Estrecho,  y  de  la  que 
embió  Hernán  Cortés  por  Saavedra  Scxon,  desde  Nueva  Espa- 
ña al  Maluco,  pues  ya  están  corrientes,  dando  fin  y  cabo  á  la 
historia  de  las  aventuras,  que  el  Caballero  andante  Carlos  \'  en- 
vió al  Maluco,  sin  otra  utilidad  que  la  que  sonase  su  nombre  en- 
tre los  Régulos  de  Tidoré,  Terrenate  y  Xilolo,  etc. 

Cuidado  con  el  pecho,  por  que  es  la  tapa  del  área  de  nuestra 
máquina,  trabajar  poco,  como  yo  hago,  por  que  al  fin  de  la  jor- 
nada, sale  mejor  librado  el  que  menos  trabajó. 


CORRESPONDENCIA   EPISTOLAR.  49 

La  Aragonesa  y  los  rapaces  estáij  buenos,  estudian  estos  filo- 
sofía en  la  Universidad  y  la  madre  en  su  almohadilla. 
Saludan  á  Vm.  y  queda  todo  suyo  su  verdadero  amigo, 

Ceán. 

18. 

Ceán  á  Vargas. 

Sevilla,  12  de  Diciembre  de  1804. 

Muy  Señor  mío  y  de  mi  mayor  veneración  y  respeto:  He  ce- 
lebrado mucho  la  elección  que  ha  hecho  nuestra  Real  Academia 
de  la  Historia  de  V.  S.  para  su  Director,  atendiendo  á  su  mérito 
é  instrucción  y  á  las  demás  prendas  que  le  adornan:  la  Acade- 
mia jamás  se  arrepentirá  de  ello,  porque  verá  llenar  sus  objetos 
y  la  nación  cojera  el  fruto  de  tan  acertado  nombramiento.  Dixi. 

Ahora,  para  contestar  á  la  puerquísima  carta  de  Vm.  de  cua- 
tro del  corriente,  es  preciso  mudar  de  estilo^  y  hablar  en  el  tono 
de  vientre  desarreglado  y  de  cagar  fuerte.  Tengo,  en  efecto,  co- 
sas muy  curiosas  un  mes  hace  sobre  la  mesa  para  remitir  á  Vm.,  y 
no  lo  hago  por  que  abultan  mucho;  y  pienso  enviarlas  por  un 
arriero,  con  los  ejemplares  de  mi  Descripción  artística  de  la  Ca- 
tedral de  Sevilla,  para  las  Academias  de  que  soy  individuo  y 
para  algunos  amigos.  Como  estaban  estas  cosas  tanto  tiempo  so- 
bre la  mesa,  entré  en  la  tentación  de  escribir  unas  noticias  cu- 
riosas relativas  al  descubrimiento  del  Maluco,  y  vea  Vm.  aquí 
que,  sin  saber  cómo  me  metí  á  escritor  de  Indias,  cosa  que  ja- 
más se  me  había  pasado  por  la  cabeza.  Lo  cierto  es  que  ya  ten- 
go trazada  la  tal  historia  en  que  describo  lo  de  la  capitulación 
de  los  Reyes  Católicos  con  el  de  Portugal,  sobre  tirar  la  línea  de 
demarcación;  entro  después  en  la  armada  del  viaje  de  Magalla- 
nes; sigue  después  ladesavenencia  con  Portugal;  prosigue  la  ex- 
pedición de  Loaysa  y  su  desgraciado  fin;  luego  la  de  Sebastián 
Caboto;  sale  del  Sur  al  Maluco  la  de  Hernán  Cortés,  mandada 
por  Saavedra  Sexon,  que  acaban  desastrosamente,  y  acabo  con 
la  proyectada  de  Simón  de  Alcazaba,  que  fué  por  fin  destinada 
á  Italia,  para  llevar  al  Emperador  Carlos  V,  á  que  se  coronase. 

TOMO  XLVIL  4 


50  BOLETÍN   DE   LA  KEAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

A  todo  esto  dirá  Vm.  ¿Y  quién  le  ha  metido  en  camisas  de 
once  varas? .Y  respondo  que  Vm.,  el  nAismo  que  me  metió  en  el 
Diccionario  de  los  artistas,  que  tanto  han  dado  que  decir. 

Presente  al  cabildo  de  esta  Catedral  un  ejemplar  magnífico  de 
mi  Descripción,  y  su  Secretaría  me  envió  una  Diputación  á  dar- 
me las  gracias,  y  á  pedirme  en  nombre  del  Cabildo,  por  confor- 
midad, le  entregase  todos  los  ejemplares  de  la  edición,  para  re- 
partirlos entre  sus  individuos  y  á  los  personajes  viajeros  que 
concurran  á  ver  sus  preciosidades.  Estoy,  además  de  esto,  ama- 
sando pan  en  casa  con  arina  de  Francia,  por  que  por  aquí  anda 
muy  caro  el  trigo  y  se  vende  la  hogaza  en  la  plaza  á  8  y  9  rea- 
les. Me  sale  á  mí  á  5  la  hogaza,  y  es  el  mejor  pan  de  Sevilla,  y 
tengo  comprada  arina  hasta  la  nueva  cosecha.  A  mi  ejemplo, 
todos  hacen  lo  mismo. 

Escribo  hoy  á  Bosarte  que  me  envíe  un  ejemplar  de  su  libro, 
y  que  en  pago  le  remitiré  la  Descripción;  Pepe,  cuidado  con 
cumplir  pronto  la  palabra  de  embiarme  lo  que  falta,  no  seamos 
andaluces,  por  que  sino,  me  cagaré  en  el  Director. 

Memorias  de  la  Aragonesa,  que  está  buena,  con  sus  filiólos  y  y 
lo  mismo, 

Ceán. 

19. 

Vareas  á  Ceán. 

Salud  y  Contentamiento. 

Madrid  y  Diciembre  18  de  1804. 

La  seria  y  jocosa  de  Vm.  están  igualmente  bien  escritas,  y  las 
he  leído  y  hecho  leer  á  muchos  que  las  han  celebrado. 

Venga,  venga  tanto  curioso  como  tiene  Vm.  para  mí.  Los  or- 
dinarios son  periódicos,  y  en  esta  estación  frecuentes,  y  yo  pa- 
garé  el  porte  de  mil  amores;  tomaré  lo  mío,  repartiré  lo  de  las 
Academias  y  seré  de  todo  corazón  un  agente  literario  de  V^m.; 
así  lo  pudiese  ser  político  y  bursario...  Si  entre  lo  que  Vm.  me 
embía  está  la  declaración  de  Juan  Sebastián  del  Cano,  hecha  en 
Valladolid  á  18  de  Octubre  de  1522,  ante  el  Alcalde  de  Corte 


CORRESPONDENCIA   BPKTOLAR.  5  I 

^Santiago  Díaz  de  Leguizamon,  sobre  lo  acaecido  en  el  viage  de 
Magallanes,  de  que  Vm.  me  dio  noticia  y  en  ella  expresó  su 
edad,  á  fe  que  tendré  buenas  pascuas,  pues  es  el  único  dato  que 
me  falta  para  completar  su  vida;  ¡y  qué  mona  está  la  estampita 
de  su  estatua  que  ha  gravado  Selma! 

Muy  bien  hecho  de  meterse  á  escritor  de  indias,  y  malo  sea 
•que  yo,  si  no  puede  Vm.  dar  cosas  pasmosas,  verídicas  y  nuevas, 
-que  le  valgan  honra  y  provecho.  Tenga  Vm.  presente,  para  su 
Maluco,  mi  relación  del  viage  á*  Magallanes,  donde  cito  cuanto 
yo  había  leído  sobre  el  asunto,  y  vea  Vm.  la  historia  de  Argen- 
sola,  que  de  propósito  trató  esa  materia;  con  eso,  en  muy  opor- 
tunas notas,  podrá  Vm.  corregirnos  y  dar  la  última  mano  á  ese 
interesante  asunto,  y  si  yo  he  sido  la  causa  de  meter  á  Vm.  en 
esos  trabajos,  como  en  el  del  Diccionario,  dóime  una  y  mil  en- 
horabuenas, pues  sin  ir  más  lejos,  anoche  mismo  en  una  tertulia 
muy  literata  y  muy  ilustre  (en  que  leí  la  de  Vm.),  se  sentó  que 
^el  tal  Diccionario  era  lo  único  bueno  que  había  en  España  de 
^us  B.  A.,  y  Vm.  mismo  no  estará  arrepentido  de  haberlo  hecho 
y  publicado. 

Ese  cabildo  se  ha  portado  como  acostumbra;  ahora  resta  que 
.no  se  sepulte  una  edición  tan  digna,  que  se  divulgue  por  todas 
partes. 

Amase  Vm.  enhorabuena,  y  tenga  tan  buen  pan  en  lo  que 
iay  aquí  muchos  trabajos.  Yo  tres  días,  por  falta  de  pan,  me  he 
contentado  con  bizcochos  para  mi  chocolate. 

¡Ay  qué  rato  va  Vm.  á  tener  con  lo  de  Bosarte!  ¡Qué  de  co- 
sas dice!  ly  cuánto  se  dice  de  él!  Bien  lo  paga  el  pobrecito  con 
el  azote  que  le  ha  venido  en  la  vejez  con  el  vice-protector  Es- 
pesa. Elstoy  esperando  cuando  un  día  so  arañan  en  las  juntas, 
-ahora  harto  frecuentes  y  de  á  cinco  horas  cada  una. 

Está  sobre  mi  mesa  cuanto  debo  embiar  á  Vm.;  y  cuando  mi 
escribiente  concluya  un  trabajo  que  tiene  entre  manos,  pues  ya, 
gracias  á  Dios,  no  se  enrreda  entre  mis  garabatos,  lo  copiará  eñ 
-cédulas  como  ésta  é  irá  allá  todo;  cuento  que  antes  que  se  acabe 
-el  año. 

Mi  Dirección  me  saca  el  sol  del  Cuerpo,  por  que  he  puesto  en 


52  BOLETÍN  DB  LA    KEAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

rara  actividad  á  nuestra  Matriarca;  ojéeme  Vm.  algunos  mozo& 
de  pro  que  puedan  ser  én  esa  correspondientes ^  pues  mañana,  en 
la  primera  Junta  de  comisión  para  continuar  el  Diccionario  geo- 
gráfico, yo  quiero,  y  está  aprobado  ya,  que  entre  la  Andalucía. 
Marina,  por  sí  solo,  quiere  desempeñar  á  Asturias,  y  ya  lo- 
tiene  muy  adelantado,  y  á  mí  me  quiere  encajar  Cataluña  y  las 
Baleares.  Es  mucho  lo  que  está  sobre  el  tapiz:  de  esto  otro  día. 
Mientras  duren  los  míos,  cuente  Vm.  con  mi  protección,  bolsa  y- 
cariño. 

20. 

Vargas  a  Ceán. 

Sin  fecha  (25  Diciembre  1804?). 

El  Director  al  Supernumerario.   Salud   y  contentamiento  y^ 
Pascuas,  por  que,  en  efecto,  hoy  empiezan,  continuando  el  dilu- 
vio y  el  inesplicable  lodo  de  los  días  de  atrás. 

Y  por  vía  de  aguinaldo  incluyo  36  cédulas  de  vida  y  milagros, 
de  artistas,  reservándome  á  horas  más  mías,  que  acaso  no  están 
muy  lejos,  para  ir  revisando  los  24  tomos  en  folio  que  ya  están 
coordinados  casi,  que  he  juntado  de  cosas  Guipuzcoanas,  y  en- 
viaros cuanto  todavía  poseo,  que  es  algo  de  mucho. 

x^hora  van  las  noticias  de  Pedro  de  Zaldúa,  el  mejor  de  los. 
arquitectos  de  este  país,  y  otras  de  nuestro  Fr.  Aramburo,  que 
sin  duda  era  de  Ceraín;  pero  las  más  esquisitas  diligencias  me 
han  dejado  todavía  á  oscuras,  ni  he  podido  averiguar  su  muerte 
por  más  que  he  interesado  á  todas  las  beatas  viejas  y  mozas,  y 
labanderas  de  los  frailes  de  San  Francisco  de  toda  la  provincia. 

Por  falta  absoluta  de  tiempo  no  pueden  ir  estas  36  papeletas, 
en  orden  cronológico,  y  división  de  facultades  y  lugares,  como 
las  anteriores  y  según  mi  intención,  lo  que  ha  sido  la  causa  de 
retardarlo  tanto;  pero  van  separadas  y  Vm.  podrá  hacer  la  cla- 
sificación, y  se  hallará  con  buenas  y  las  últimas  noticias  de  Ben- 
goechea;  y  sobre  todo,  al  mal  pagador  aunque  sea  en  suelas  de 
zapatos. 

Siga  Vm.  sus  trabajos  de  todo  género,  que  es  la  única  diver— 


CORRBSPONDBMCIA   EPISTOLAR.  53 

^ión  en  que  se  sirve  á  Dios  y  al  mundo,  separándose  de  éste,  que 
<:ada  vez  está  más  cerril,  según  las  coces  que  pega;  pero  antes 
-de  soltar  de  la  mano  lo  del  Maluco,  consulte  Vm.  la  Historia 
•<jue  á  este  propósito  consultó  Argensola. 

Mucho  tengo  que  hablar  y  aun  que  consultar  con  Vm.  acer- 
-ca  de  la  Academia;  pero  no  puede  ser  hoy. 

Y  concluyo  con  rogar  á  Vm.  me  anticipe  el  gusto  de  decirme 

^i  en  esa  declaración  que  Vm.  tan  felizmente  ha  hallado  de  el 

Cano  en  el  proceso  de  los  herederos  de  Magallanes,  está  la  edad 

xie  aquel  Guipuzcoano;  me  pudro  por  saberlo,  y  si  Vm.  me  lo  ha 

averiguado,  Eris  mihi  magnus  Apollo. 

21. 

Ceán  á  Vargas 

Sevilla  y  Diciembre  26  de  1804. 

Amigo  mío:  he  amanecido  con  una  jaqueca  que  me  tiene  de 
mal  humor,  y  se  me  ha  aumentado  con  un  maldito  oñcio  que 
acabo  de  recibir  de  la  Junta  de  Sanidad,  por  el  que  se  me  man- 
<la  que  vaya  á  pasar  24  horas  al  cordón  á  cuidar  de  la  salud  pú- 
•blica,  que  es  muy  mal  rato  y  que  va  de  tercera. 

Cuando  recibí  la  última  carta  de  Vm.  del  18,  ya  había  entre- 
j[ado  á  un  arriero  un  cajón  con  unos  cuantos  ejemplares  de  la 
Descripción  artística  de  la  catedral  de  Sevilla,  para  que  la  entre- 
gue en  esa  á  Duran,  el  conserje  de  la  Academia  de  San  Fernan- 
•do,  á  fin  de  distribuirlos  á  los  cuerpos  y  amigos,  y  como  iba  en 
■el  tai  cajón  un  pliego  para  Vm.  con  el  ejemplar  que  le  corres- 
ponde, con  lo  que  yo  tenía  aquí  de  Vm.  de  Bellas  Artes,  y  con 
lo  que  le  remitía  de  nuevo  del  archivo  de  indias,  no  puede  ir 
'Csto  por  el  correo  como  Vm.  desea,  con  que  así  paciencia  hasta 
«que  llegue  ahí  la  posta  ó  posma  del  arriero,  que  tal  vez  será  allá 
para  la  cuaresma. 

Va  también  otro  ejemplar  para  la  Señora  de  la  calle  del  Du- 
•que  de  Al  va,  á  quien  Vm.  me  ofrecerá  y  pondrá  á  sus  pies,  es- 
perando que  disimule  mi  atrevimiento  y  las  íaltas  de  la  Des- 
cripción., 


54  boletín  de  la  real  academia  de  LA' historia. 

Quisiera  que  Vm.  me  enviase  una  estampa  bien  tirada  dcF 
retrato    de  Juan  Sebastián  del  Cano,  que  según  Vm.    dice  ha 
desempeñado  bien  Selma  para  que  no  se  lastimase  por  el  ca- 
mino. 

A  nadie  conozco  aquí  que  pueda  §er  individuo  de  la  Acade- 
mia. Tire  Vm.  por  otro  lado,  por  que  esto  está  cada  vez  peor. 

No  puedo  más  por  que  voy  al  cordón  á  perder  tiempo,  pues 
os  hacer  que  hacemos  y  fachendear,  cuando  ya  no  hay  tal  epi- 
demia. Memorias  de  la  Aragonesa  y  mandar  al  verdadero  amigo- 

Ceán. 

Quisiera  que  luego  que  la  Academia  de  la  Historia  hubiese 
recibido  el  ejemplar  que  la  remito,  lo  hiciese  leer  y  examinar ^. 
y  que  me  participe  el  juicio  y  crítica  que  hiciere  de  la  tal  Des- 
cripción, para  pasarle  en  cuerpo  y  alma  al  Cabildo,  á  fin  de- 
senyalar  á  tanto  ignorante  como  en  él  hay,  y  que  quieren  que  la 
Descripción  fuese  más  bien  una  apología  de  todo  lo  bueno,  me- 
diano y  malo  que  contiene  la  iglesia,  que  no  una  justa  y  crítica 
descripción. 

También  sería  conveniente  que  comunicase  Vm.  esta  idea  af 
amigo  Espesa,  para  que  la  Academia  de  San  Fernando  comisio- 
nase á  algún  individuo  como  Vm.  que  entendiese  la  censura  (no 
Bosarte,  que  no  me  quiere),  y  ambas  censuras  las  convocase  yo» 
al  cabildo.  Es  este  asunto  de  mucho  honor  para  mí,  y  espera 
que  tome  en  él  interés. 

22. 

Vargas  á  Ceán, 

i.°  de  1805. — Suple  la  Corte. 

Verdaderamente  buen  Juan  y  buen  amigo  mío,  contesto  á  la^ 
en  que  me  anuncia  Vm.  la  grata  remesa  del  cajón  de  Descrip- 
ciones con  el  pliego  para  mí  que  acudiré  á  recoger  de  Duran. 

Ayer  la  recibí  á  las  12,  y  hoy  que  son  las  lO  de  la  mañana 
siguiente,  ya  tengo  hablado  á  Espesa;  el  Domingo  primero  tene- 
mos Junta,  y  por  lo  que  toca  á  San  Fernando,  será  Vm.  servidoi- 


CORHBSrONDENCIA   £PJSTOL/LR«  ;55 

pronto  y  bien;  y  siendo  yo  el  Sr.  Director  en  la  panadería,  y 
estando  todos  muy  contentos  con  mi  señoría,  dicho  se  está,  ái 
tal  vez  antes  que  en  la  otra  tendrá  Vm.  la  ejecutoria  á  su  méri- 
to, y  con  que  tapar  la  boca  á  los  tontos;  si  hay  zoquete  que  al- 
cance á  tanto. 

Ayer  en  la  calle  del  Duque  de  Alva  se  leyó  en  un  discreto 
corro  la  de  Vm.;  la  Señora  me  encargó  diese  á  Vm.  las  gracias 
en  v^u  nombre,  y  los  demás  muchas  y  verdaderas  memorias.  Vea 
V^m.  si  en  cuanto  puedo  toqio  con  interés  las  cosas  de  ñii  Ceán. 

Ya  habrá  Vm.  recibido  una  remesita  de  noticias  que  no  tie- 
nen  vuelta.  Espero  de  la  mía  á  un  viagecito  que  me  es  preciso 
hacer  á  Aranjuez  dentro  de  1 5  ó  20  días,  poder  descartarme  de 
ciertas  cosas  para  pensar  enteramente  en  otras;  entonces  la  pri- 
mera será  recorrer  todos  los  tomos  de  mi  colección  y  tendrá 
Vm.  luego  cuanto  hasta  ahora  no  le  haya  remitido,  pues  de  San 
>^ebastián  y  Tolosa  no  he  hecho  todavía  confesión  general. 

Espero  con  ansia  mi  pliego,  si  en  él  viene  con  la  declaración 
de  Juan  Sebastián  Cano,  la  de  su  edad,  le  aseguro  á.  Vm.  que 
tendré  un  buen  día.  Siento  que  no  este  de  gente  aplicada  en  el 
estado  que  Vm.  me  anuncia- y  que  yo  me  sospechaba;  mucho 
tenemos  que  hablar  cerca  de  eso  y  otras  cosas  puramente  lite- 
rarias. 

Santas  pascuas  de  Reyes,  con  salud  y  bueyes.  Suyo 

Vargas. 

23. 

Ceán  á  Vargas, 

Sevilla,  2  de  Enero  de  1805. 
Mi  estimado  amigo:  Recibí  el  abultado  pliego,  que  me  costó 
más  portes  que  el  que  yo  puedo  pagar,  y  así  tenga  Vm.  presen- 
te el  conducto  que  le  tengo  prevenido  cuando. me  escriba  tan 
gordo,  y  principalmente  ahora,  desde  que  han  aumentado  el  de- 
recho del  correo.  Todavía  no  he  quitado  la  faja  á  las  36  esque- 
las, ni  podré  en  algunos  días,  hasta  que  me  desembarace  de  mil 
cosillas  que  traigo  entre  manos;  pero  siendo  mi  principal  siste- 


56  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

ma  el  orden,  no  puedo  acomodarme  á  emprender,  ni  aun  ver  ni 
leer  una  cosa  sin  salir  de  otra. 

Doy  á  Vm.  finas  gracias  por  esta  remesa,  en  la  que  no  dudo 
habrá  cosas  tan  interesantes  como  en  las  otras,  y  me  reservo,  no 
obstante,  el  repetirlas  más  completas  luego  que  las  haya  visto  y 
extractado. 

Ya  he  dicho  á  Vm.  en  mi  anterior  que  un  arriero  lleva  los 
papeles  del  Cano,  &.*,  con  la  descripción  de  la  Catedral,  y  me 
parece  haber  dicho  en  otra  ocasión,  que  este  argonauta  no  dice 
en  su  declaración  la  edad  que  tetiía,  siendo  tan  común  el  decirla 
en  las  declaraciones  de  estos  y  de  aquellos  tiempos;  falta  que 
me  ha  incomodado  mucho.  En  su  defecto,  puedo  asegurar  á  Vm. 
que  falleció  (ya  Vm.  tal  vez  lo  sabrá)  el  día  4  de  Agosto  de  1526, 
yendo  mandando  la  armada  de  Loaysa  por  el  mar  del  Sur,  pues 
fué  general  de  ella  solo  6  días,  por  muerte  de  aquel  Comenda- 
dor, acaecida  en  aquellos  mares  el  30  de  Junio  anterior,  y  que  á 
el  Cano  sucedió  en  el  mando  Toribio  Alonso  de  Salazar.  No 
sabe  Vm.  cuantos  días  he  ocupado  yo  en  averiguar  el  nacimien- 
to y  edad  del  Cano,  solo  por  dar  á  Vm.  esta  curiosa  noticia,  y 
estoy  seguro  de  que  no  consta  en  este  archivo,  pues  no  hay  pa- 
pel que  yo  no  haya  pescudado. 

Ya  habrá  más  de  tres  semanas  que  escribí  á  Bosarte,  pidién- 
dole un  ejemplar  de  su  obra  nueva,  y  que  en  pago  le  remitiría 
otro  de  mi  Descripción  de  la  Catedral,  como  va  por  el  arriero. 
No  he  tenido  contestación  y  lo  he  sentido,  por  que  tengo  mu- 
cho deseo  de  ver  su  tomo. 

Dígaselo  Vm.,  si  le  parece,  que  no  lo  habrá  hecho  por  estar 
enfermo  ú  ocupado,  ó  envíemelo  Vm.  por  el  correo,  con  segun- 
do sobre  escrito  á  Don  José  Hevia  Noriega,  Fiscal  de  lo  Civil  de 
esta  Real  Academia,  que  es  el  modo  de  venir  más  seguro  y  más 
barato. 

Deseo  á  Vm.  un  buen  año  y  mucha  salud,  y  lo  mismo  desean 
la  Aragonesa  y  sus  hijos,  que  le  saludan  tiernamente  con  su  fino 
amigo, 

Ceán  Bermúdez. 


CORRBSPONDBNCIA  EPISTOLAR.  57 


24. 

Pepe  á  Jíum, 

Madrid,  8  de  Enero  de  1805. 

Don  amado  Ceán:  Sé  que  ha  llegado  el  cajón  y  que  lo  ha 
abierto  Duran;  pero  todavía  no  me  ha  llegado  el  pliego  mío,  sin 
duda  por  que  aquel  anda  malo  y  peor  el  tiempo. 

Sé  más,  que  el  ejemplar  para  Espesa  no  se  ha  encontrado, 
sirva  de  aviso. 

Hablé  con  éste,  ó  por  mejor  decir  él  con  migo  (al  darme  las 
noticias  de  arriba)  y  me  dijo  escribiese  yo  á  Vm.  para  que  pi- 
diese Vm.  á  la  Academia  de  San  Fernando,  en  carta  formal  al 
presentarle  la  obrita,  el  voto  y  dictamen  de  aquélla  sobre  su 
mérito;  y  que  entonces  él  nombraría  una  comisión  de  dos  pro- 
fesores y  dos  literatos  (en  cuya  comisión  entraré  yo  y  no  Bo- 
sarte)  y  se  hará  todo  con  la  debida  formalidad  y  mayor  lustre 
de  Vm.  remitiéndole  por  Secretaría  el  resultado,  que  no  puede 
dejar  de  ser  favorable. 

De  lo  de  mi  Academia  de  la  Historia  yo  me  encargo,  sabréis 
el  res.ultado  por  Secretaría,  de  oficio,  además  del  mío  confiden- 
cial, y  se  os  dará  gusto,  como  es  tan  de  justicia  y  razón  y  me  lo 
tenéis  tan  merecido. 

Arre  carta,  á  otra  cosa.  Hasta  la  última  del  2  de  Enero  no 
sabía  yo  el  conducto  de  enviaros  pliegos  preñados,  pues  siem- 
pre dirigí  los  míos  á  Navarrete,  dóime  por  enterado  y  empie- 
zo hoy  á  ponerlo  en  ejecuqión. 

Por  que  os  quiero  enviar  el  adjunto  edicto  para  los  premios 
generales  de  este  trienio,  señalando  con  una  cruz  al  margen  (y 
esto  por  pura  modestia)  los  siete  asuntos  que  son  míos,  de  los 
diez  propuestos.  A  los  profesores  creo  que  no  les  ha  sabido  muy 
bien;  pero  ellos  mismos  fueron  los  electores,  entre  un  montón 
de  más  de  300,  cuyos  padres  se  ignoraban.  A  mí  no  me  ha  dis- 
gustado tal  casualidad,  y  me  gustará  más  que  tenga  buestra  ben- 
dición. 


5$  BOLETÍN    D£   LA    REAL   ACADEMIA   DE   LA    HISTORIA. 

Hemos  ganado  en  la  última  junta  de  ayer  que  vuelvan  á  oírse 
poesías  en  la  Pública;  el  envidioso  Iriarte  las  había  quitado;  que 
las  SS."s  puedan  ser  académicas,  el  mismo  les  había  cerrado  la 
puerta;  y  que  la  música  de  aquel  día  sea  digna  del  cuerpo  Pero 
el  orador  ha  hecho  Espesa  por  sí  y  ante  sí  que  sea  el  D.  de  Alia- 
ga, proh  dolor!  quantum  mutatus  ab  illo. 

También  mi  dolor  es  intensísimo  de  que  se  me  escapa  la  edad 
del  Cano,  no  me  lo  habíais  dicho,  y  tenía  consentido  lo  contra- 
rio: paciencia;  pero  mi  gratitud  al  empeño  de  Vm.  de  averiguar- 
meló  es  tamaña  y  tan  grande.  Me  queda  el  consuelo  de  que  nada 
ha  quedado  por  hacer ^  como  dicen  las  viudas  cuando  han  mar- 
tirizado á  sus  difuntos. 

Muy  linda  ha  salido  la  estampita  del  tal  Juan  Sebastián;  tengo 
una,  de  las  primeras  tiradas,  para  vos,  de  quien  me  firmo  Sir 
Mojones. 

A  la  Aragonesa  y  prole,  finas  y  verdaderas  memorias. 

Volta  súpito:  Lo  principal  que  tenía  que  decir  á  Vm.  y  por 
lo  que  conté  siempre  con  escribirle  hoy,  se  me  había  pasado.. 
(Ah!  Son  muchos  los  cuidados  de  un  Director!) 

Como  tal  Director,  velis  nolis,  debo  ser  retratado  uno  de 
estos  días.  Quiero  que  lo  haga  Goya,  á  quien  se  le  ha  propuesto 
y  ha  venido  en  ello  graciosamente.  Pero  quiero  también  y  su- 
plico á  Vm.  le  ponga  una  cartita  diciéndole  quien  soy,  y  nues^ 
tras  relaciones  comunes^  para  que  ya  que  esta  tinaja  queda  col- 
mada en  la  Academia,  no  sea  con  una  carantoña  de  munición, 
sino  como  él  lo  hace  cuando  quiere. 

Quiera  Vm.  darme  este  gusto  y  recomendación,  para  que  mí 
retrato  sea  comparable  á  los  de  .....  y  de y  de 

A  Dios  y  no  admito  escusa  ni  dilación, =Suyo. 

25. 

Ceán  á  Vargas. 

Sevilla,  9  de  Enero  de  1805. 

Mi  amado  Pepe :  Gracias  por  las  disposiciones,  preparaciones, 
antelaciones,  amonicíones  hechas  en  favor  del  elogio  crítico  6 


CÓRR¿SFONDEXCIA    EPISTOLAR.  59 

apología  de  la  Descripción  artística  de  la  Catedral  de  Sevilla 
con  Espesa,  y  del  coraje  con  que  Vm.  se  halla  para  perorar  en 
la  Panadería.  Con  todo,  es  preciso  tirar  á  Vm.  de  la  manga  y 
hacer  que  las  tales  apologías  vengan  en  un  tono  de  que  los  ca- 
nónigos no  conozcan  que  yo  las  he  pedido;  por  que  estas  gentes 
como  no  estudian  en  otros  libros  que  en  sus  chismes  y  bagate- 
las, adelantan  su  discurso  á  más  allá  de  la  verdad. 

Muchísimo  aprecio  las  Memorias  de  la  Secretaría  y  las  de  su 
sabia  tertulia,  que  devuelbo  lleno  de  gratitud.  Conozco  á  todos 
los  que  la  componen  y  todos  son  mis  tiernos  amigos,  por  que 
son  todos  hombres  de  bien.  A  todos  abrazo,  y  pido  á  Vm.  me 
ponga  á  los  pies  de  la  Señora,  por  cuya  salud  y  conservación 
suspiran  los  desterrados. 

Ya  estará  ahí  el  arriero  con  la  caja  y  Vm.  habrá  recibido  un 
pliego  con  las  noticias  que  le  incluía.  Siento  mucho  no  haber 
hallado  la  edad  de  Juan  Sebastián,  ni  rastros  de  su  nacimiento; 
mas  de  esto  ya  he  escrito  á  Vm.  en  otra  carta. 

Todavía  el  buen  Bosarte  no  me  ha  respondido  á  lo  que  yo  le 
escribí  mucho  antes  de  Pascuas,  ni  me  envió  un  ejemplar  que  le 
pedía  de  su  primer  salida.  Se  me  antoja  que  me  teme,  y  se  en- 
gaña, porque  soy  su  amigo.  Vuelva  Vm.  á  decirle  cuatro  cosas 
y  venga  por  el  conducto  que  he  dicho  el  deseado  ejemplar. 

Vayase  Vm.  despacio,  mi  amigo,  en  esto;  que  empleando  co- 
sas grandes  en  la  Panadería,  el  tiempo  es  el  más  importuno  para 
tales  empresas,  y  esto  de  Historia  de  España  creo  que  importa 
ya  un  bledo,  cuando  tan  poco  se  cuenta  con  ella.  Todo  ha  pres- 
crito y  lo  que  necesitábamos  era  una  historia  del  presente,  que 
fuera  más  interesante  y  curiosa  que  cuantas  hay  escritas  de  la 

antigua Tate Aquí  concluyo  y  sobra  para  que  Vm.  viva 

despacio,  muy  despacio.  El  año  principió  y  sigue  por  parte  del 
cielo  perfectamente  para  el  campo.  Esto  solo  puede  consolar- 
nos, y  á  mí  el  que  Vm.  se  conserve  bueno  y  robusto. 

Así  lo  desea  éste,  su  fino  amigo  de  corazón, 

CeAn 


6o  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA.  DE  LA   HISTORIA. 

26. 

Vargas  á  Cedn.    - 

Madrid,- Enero  25  de  1805. 

Buen  Ceán:  Allá  va  eso.  ¡Qué  cosazas  va  Vm.  á  veri  lo  de 
Vm.  está  en  vía.  Yo  nombré  á  Gilman  que  informase  á  mi  Aca- 
demia, donde  todos  celebraron  la  descripción.  En  la  de  San 
Fernando  me  nombraron  á  mí  y  á  Don  Isidro  (José  antes)  Mo- 
rales y  Arnal. 

Procuraremos  llevar  nuestro  informe  para  la  primera  junta,  y 
todo  será,  como  es  justo  y  Vd.  quiere.  ¿Quiere  Vm.  ver  si  en 
los  libros  de  la  cofradía  de  los  Vizcaínos  hay  algo  de  Juan  Se- 
bastián? Puede  hallarse  desde  1480  a  1 525.  ¡Cuánto  se  lo  esti- 
maré á  Vm.l 

Vargas. 


II. 
NUEVAS  INSCRIPCIONES  ROMANAS  DE  LA  REGIÓN  NORBENSE. 

Contra  lo  que  pudiera  creerse  después  de  las  investigaciones 
arqueológicas  practicadas  en  la  comarca  comprendida  entre  Cá- 
ceres,  Trujillo,  Logrosán,  Medellín  y  Mérida,  el  verdadero  estu- 
dio epigráfico  de  la  misma  se  halla  aun  en  sus  comienzos.  Tal  es 
la  riqueza  de  documentos  romanos  y  prehistóricos,  en  riesgo  de 
perderse,  que  aquélla  atesora. 

Este  trabajo  puede  considerarse  como  continuación  de  nues- 
tros anteriores  artículos  sobre  el  particular,  publicados  en  los 
Boletines  de  la  Real  Academia  de  la  Historia  de  Marzo  de  1898, 
Junio  de  1 902,  Marzo  de  1903,  Enero,  Febrero,  Abril  y  Octu- 
bre de  1904,  ora  de  protohistoria,  ora  de  epigrafía  romana  (l), 
amén  de  algún  otro  análogo  publicado  en  la  Revista  de  Extre- 
madura en  dichos  años. 

(i)    Tomos  xxxn,  xl,  xlii,  xliv  y  xlv. 


NUEVAS  INSCRIPCIONES  ROMANAS. 


6l 


Un  reciente  viaje  nos  ha  deparado  las  nuevas  inscripciones 
que  siguen,  de  las  cuales  no  hemos  podido  sacar  calcos  ni  foto- 
grafías merced  á  la  obligada  premura  del  mismo  y  á  las  no  pe- 
queñas dificultades  que  al  efecto  presentan  algunas  de  ellas.  En- 
tre dejar  su  publicación  para  un  tiempo  oportuno  en  que  poder 
sacar  unas  ú  otros  y  anticiparlas  á  buena  cuenta  á  la  publicidad 
para  facilitar  propias  ó  ajenas  investigaciones,  hemos  preferido 
lo  segundo.  Sí  así  se  hubiera  hecho  siempre  por  todos  mucho 
mayor  sería,  sin  disputa,  el  cuerpo  de  doctrina  de  la  extremeña 
epigrafía. 

Continuaremos  la  numeración  llevada  por  el  citado  artículo 
de  Febrero  de  1904  (ij,  del  que  es  el  actual  un  apéndice. 

En  Vi/¡amesi¿is^  partido  judicial  de  Trujillo. 

55) 


1  VIA-  RV 

P 

•  YRTIA 

A/ 

•LX  V    H 

S« 

E-S«       T 

L  • 

MODES 

TA 

• F • ET • 

•  r  r 

[A]ma  Rufli']  f(ilia)    Yriia,  an(nonm)  LXV,  h(ic),  s(ita)  e(si).  S(ü) 
{i(tb¿)]  t(erra)  l(evis),  Modesta  /(Uta)  et  [h(eres)]  /(aciendum)  c(uravtt). 

Se  halla  en  la  puerta  del  corral  de  Martín  Cortés,  calle  de  la 
Torre.  Mide  50  X  30  cm.  aproximadamente. 


56) 


1  o  V  I  •  OM 
L • ALFIVS- S 
A  •  P  •  M  •  L 


loti  (óptimo)  m(aximo)  L(ucius)  )Alfius)  S(olutorio)  a(ram) p(osuit)  m(erito) 
l(íbens). 

Es  la  66 1  en  la  colección  de  Hübner,  cuyo  traslado  se  aparta 
del  texto  original  por  varios  conceptos,  añadiendo,  quitando  y 


(i)    Boletín,  tomo  xliy,  páginas  1 13-137. 


62 


BOLETÍN   DE   LA    REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


trastocando  letras:  L(uchis)  Alefiíis  \  aram  posuit  \  lovi  \  solu- 
torio. 

Se  encuentra  formando  parte  del  dintel  de  la   casa  de  Juan 
Redondo  en  la  calle  de  las  Pasaderas.  Tiene  unos  90  X  30  cm. 


57) 


(^^0. 


T  I  T  V  S 


M  A  I 
S  A  1 
AT      L 
E5T 
F      F 


r 

H 
T 
C 


Tiius  Maisai  f(ilius)^  a(nnorufn)  L.  h(ic)  e(st),  T(itus)  f(ilivs,  /(ocien- 
dum)  c(uravii). 

Taza  de  la  casa  do  Pedro  Redondo,  calln  de  las  Pasaderas. 
150  X  30  cm. 

A  I  S 

V  C  A 

/V  A  F 

N  L  X 

S  B  S 
TTLF 

S  F  < 

\Md\  eleaisu(s)  Camal(i)  /(ilius)  an(ftorum)  LX  [h(/cj]  s(tius)  e(si),  S(ii) 
t(ibi)  i(erra)  ¡(evts).  F{rairi>]  s(oror?)  f(aciéndum)  c(uravit). 

Piedra  fragmentaria  al  lado  de  la  anterior. 

59) 


D' 

'M'S' 

C  AESI  A'O 

SI'F 

•SEQ  V 

DA' 

A^'L'X 

XV" 

'H*S«S- 

T*L 

•FIL'A'M 

T      ^     T       . 

D(is)  M{anibu5-)S(acrum),  Caesla  Osif(ilia)  Secu(n)da,  an(norum)  LXX  V 
h(ic)  s'Ua);  s(it)  t(erra)  l(evis).  I'il(ia)  ma[tr]i  /(aciendum)  c(uraviO. 


MUEVAS   INSCROCiOlISS   ROMANAS. 


63 


Piedra  suelta  que  oñcía  de  poyo  en  la  casa  de  Hermenegildo 
Redondo  en  la  misma  calle.  Es  la  66g  de  Hübner. 


60)  VALERIA. 

Q_-  F  •  A\  o  D 
ESTA  •  H  •  S  •  E 
S  •  T  •  T'-  L 
ANNOR'L* 

Valeria,  Q(uinti)  f(iliá)  Modesta^  //.  s.  e,  s,  i.  /.  /.  Annar(um)  L. 


Situada  en  la  casa  de  Ángel  Arias,  calle  del  Resbaladero. 


61) 


Amunna?  Pis(í)ri  /(ilia). 

Piedra  suelta  de  trazos  muy  finos  y  poco  legibles,  hallada  en 
la  cuadra  perteneciente  á  Vicente  Vaquero,  en  la  calle  de  Lan- 
chas del  mismo  pueblo.  Dimensiones  aproximadas:  25  X  I5cm. 

62) 


P  I  S  I  R 

A  I   »  V 

J 

H  •  S»  S«  ■] 

r 

Pisira  Fid(vii)  A[rini  f(ilia)?]  h(ic)  s(ita),  S(ii)  t(tbi)  [t(erra)  ¡(evis)]. 


Dos  fragmentos  vecinos  del  dintel  de  la  puerta  de  la  casa  pro- 
pia de  Juan  Calvo  Tardío,  calle  de  la  Iglesia. 


64 


63) 


BOLETÍN  BE  LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


IVPiT  ARI 


N  1  •  r  •  H  •  S 


L  O  B  E  S  A 
VXOR 


ImP(us)  Arini  f(tlius)  hic  s(í¿us),  Lobesa  uxor  [/(aciendum)  c(urav¡¿)]. 

Piedra  de  unos  50  X  30  cm.  en  el  suelo  del  corral  de  Isabel 
Moriano  Calvo,  viuda  de  Gonzalo  Fernández,  calle  de  la  Torre. 

64) 


II  V   /\  AAV 

SEVERINA 

//    V. 

SIT-VTL 

...  an(narum)  XX  V^  Severina^  anfnorum)  V,  Sitv(obis)  t(erra)  l(evis). 

En  la  portada  de  la  casa  de  ^lartín  Muñana,  calle  de  la  Torre. 
De  unos  45  X  30  cm.  y  fragmentaria. 

65)  X-IVLIA 

BO  V  iV  A 
TRITl'F 
HI  C •  S  • 

EST- 

L(ima)?  lulta  Booana,  TrUif(ilia)  hic  s(tta)  e(st). 

Es  la  666  de  Hübner,  el  cual,  fiándose  de  Pérez  Bayer,  leyó 
la  primera  letra  C  que  puede  interpretarse  C(laudia)  ó  Qüme- 
lia).  De  seguro  es  L  con  tipo  arcaico  y  del  tiempo  de  Livia, 
mujer  de  Augusto  y  madre  del  emperador  Tiberio. 

Es  una  enorme  piedra  de  granito,  como  todas  las  demás,  de 
1,45  m.  X  50  cm.  Se  ve  en  la  puerta  de  la  casa  de  Francisco 
Fuentes,  calle  de  Torres. 


66) 


J  V  C  I  V  s 
IVCIVSCL- 


H-S»E 


V   ^   S 


Lucius  Lu(\i]us  C(ai)  l(iberius)  h(ic)  s(iius)  e(si),  U{Xor)  cius /(aciendum) 
c{uravit). 


NUBVAS   INSCRIPCIOKES   ROMANAS.  65 

Taza  de  la  cocina  de  Juan  Pedro  Redondo,  calle  de  Torres. 
De  1,50  m.  de  larga  por  30  cm.  de  ancha. 
Del  Puerto  de  Santa  Cruz,  partido  de  Trujillo, 

67)  AT    X    X   V  H 

S'ESTTL- 

TIRO  •  VIR 

P-C- 

...  an(narum)  XX  V,  h(ic)  s(Wis)  e(si),  S{it)  i(ibi)  i(erra)  ¡(evis).  Uro  vir 
f(aciendum)  c(uravit). 

Piedra  suelta  en  el  corral  de  la  casa  de  Eusebio  Búrdalo  Mu- 
ñoz. Mide  60  X  40  cm. 

68)  D-M*S 

T  IT  V  L  V  N 
SOSCIEA... 

TINIM/ 
TEROSCON 
T VBE  RN A 

It  .  p.  C 

D{is)  M(antbus)  S(acrum).  7  itulum  Sos(sii)  Clementini  Ant(onius)  Eros 
<(miubemaU /(aciendum)  c(ur(wit). 

En  la  ventana  de  Francisco  Moreno  Villar,  calle  de  Portugal. 
Dimensiones:  lOO  X  35  cm. 

69)  I  o  M 

LVCIPI 
TRON 
SBV  Bi^ 
IVOTO 
ti    I  1  i< 
Pl  L  I  O 


I(avi)  o{ptifno)  m(aximo)  Lucí  Pitroni(i),  Seve(ri)  voto  m(erito)  ffo\  filio 
^(olvit), 

TOMO  XLVII.  q 


66 


BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA   DE   LA  HISTORIA. 


Piedra  suelta,  frente  á  la  casa  anterior,  de  1,70  m.  x  45  <^^*' 
Proceden  ambas,  y  probablemente  otras  muchas  que  se  encuen- 
tran en  Puerto  de  Santa  Cruz,  del  sitio  llamado  del  Coto,  huer- 
tecillo  á  la  mitad  de  la  vertiente  S.  de  la  Sierra  de  Santa  Cruz^ 
donde  debió  existir  un  poblado  romano. 

Al  lado  de  dichas  piedras  vense  sueltos  hermosos  sillares  y 
trozos  de  cornisas  toscanas  que  se  dicen  traídos  del  sitio  de! 
Pozo  Nuevo,  en  el  Cerro  de  las  Caballerías,  á  unos  3  km.  al 
NO.  del  pueblo. 


70) 


I            v 

ST/VC  I  ^ 

F  N  X  X  X 

S-K-S-TTL 

FILIVS-F 

[Tancín]us  Tanci\ni]  /(üiusj,  an(norum)  XXX,  k(pc)  s(itus)  e(st).  S{ity 
t(ibi)  t(erra)  l(ev¿s).  Filius  f(uit). 


Piedra  de  50  X  40  cm.  próximamente  en  el  lado  izquierdo  dé- 
la puerta  del  corral  de  Bartolomé  Rubio,  calle  de  la  Cerquilla. 
De  Santa  Cruz  de  la  Sierra^  partido  de  Trujillo. 


71) 


D(is)  M(ambiís),  Amoena  Cüi  [/(ilia)]  annor(um)  [XXX]V.  M[aier 

f(ecit)]. 


Dimensiones:  50  x  30  cm.  Se  halla  en  la  puerta  de  la  casa  de 
Vicente  Moreno  Avila,  plazuela  del  Fraile. 


NUEVAS    INSCRIPCIONES  ROMANAS.  67 

M  I  I  M  OR 
lA  •  ATiVI 
CL A VICI 
M  O  NIC  I 
FRATRIIS 


III'T>»/CIN 
VS'CAVCI 

Rroirsvo 

C'F'C 


Memoria  Atani  Clavici  Amonici  fratres  ei(us).  lancinas  Cauciri  de  suo 
c(arissimis)  /(aciendum)  c(uravit), 

Fratres  está  en  vez  de  fratrum^  sobreentendiendo  qui  fue- 
runt.  Asoma  en  esta  contrucción  el  giro  de  la  lengua  rústica,  6 
del  romance:  «Memoria  de  Ataño,  Clávico  y  Amónico  sus  her- 
manos». Los  tres  fueron  hijos  de  Canciro,  lo  mismo  que  Tanci- 
no,  el  cual  erigió  el  monumento. 

Hermosísimo  cipo  existente  en  el  suelo  del  zaguán  de  Fran- 
cisco Gómez  Fuentes,  calle  del  Conde.  Dimensiones:  l,6o  m. 
X  40  cm. 

De  Santa  Ana,  partido  de  Trujillo. 

73)  N'TVRA 

CIAE'P-O 
S  P  I T  A  •  >/ 

IC 
N.TITI-P- 
S  E  N  I  I 
A  •  //  •  X  I 
H  •  S  •  E  •  S 
T-T«L- 

N{orbana)  luraciae  f(ilia)  Ospita,an{norum)  IC,  N(arban(a)  Titi /(ilia) 
Seni\c\ia  an{norum)  XI,  h(ic)  s(ita)  e(st).  S(it)  t(tbi)  t(erra)  l(evis). 


68 


BOLETÍN   DE   LA   REAL    ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 


Existente  en  el  Egido  de  los  Villarejos,  propiedad  de  D.  Juan 
Dueñas  de  Tarza  de  Montánchez,  á  3  km.  de  Santa  Ana  y  pocos 
metros  á  la  derecha  del  camino  que  va  á  Trujillo.  Dimensiones 
aproximadas:  1,30  m.  X  40  cm.  Es  muy  hermosa. 

De  Ruane$^  partido  de  Trujillo. 


74) 


I  o  V  I 

4RAM 
LNOR 
BANVS 
R-AL 


lovi  aram  L{ucrus)  Norbanus  r(eddidit)  a(nimo)  l(ibens). 

Ara  votiva  empotrada  en  la  pared  S.  del  cercado. 

Los   Corrales  del  Campo^  de  Antonio  Figueroa,  vecino  de 
dicha  villa. 


75) 


CABCILIA 
Q_"  F  •  TERTI 
A  •  A/  •  X  LV 
H  •  S  •  EST  •  TL 


Caecilia  Q(uinti)  f(ilta)  Tertia^  an(norum)  XLV,  h(ic)  s(ita)  e(st).  S(it) 
t(ibi)  t(erra)  l(evis). 


Poyo  de  2  m.  X  40  cm.  existente  en  el  corral  de  la  casa  pro- 
pia de  la  viuda  de  Sebastián  Ramiro,  calle  Empedrada. 


NUEVAS   INSCRIPCIONES  ROMANAS.  69 

76)  S    O    C  O   N  1 

A  •  SBC VN 
DA-  L  «P  •  AT 
IX  •  H  «S  •£ 
ST-TL-CIV 
LI VS  •  P-F 

Soconia  Secunda^  L(nci)  /(üia),  an(narum)  IX,  h{ic)  s(ita)  e(st),  S(ii) 
t(ibi)  í(erra)  l(evts).  C(aius)  lulius  P(eliocus?  f(ecit). 

Piedra  empotrada  á  la  derecha  de  la  entrada  de  la  casa  de 
José  Regodón  Figueroa,  calle  Torrecilla. 

De  Cayo  Julio  Pelioco  es  el  epitafio,  registrado  por  Hübner 
bajo  el  húmero  687,  que  dice  fué  hallado  entre  Cáceres  y 
Trujillo. 

De  Salvatierra^  partido  de  Montánchee. 

77)  PIV 

V 


S*ES 
P  •  I 

SN  ' 

r-A- 
\s 


Umbral  semiborrado  é  ilegible  de  la  casa  de  Fernando  Re- 
viriego  Valle,  calle  de  Feria.  De  55  X  30  cm. 

De  Torres  de  Santa  María^  del  mismo  partido  judicial. 

78)  L-CAVS 

3A^ANVS 
LAC'V.S 

...  L(ucitis)  Cav(ius)  S(exti)  [(f(ilius)  B]alaftus  Lac(ui)..,  v(olufn)  s(olvit). 
Los  lagos,  así  como  los  ríos  y  montes,  se  adoraban. 


70  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADBMU  DE  LA   HISTORIA. 

79)  D*M'S 

Q^  •  V  •  R  V 
l-V  A/  XXXX 
V  K  •  S  •  T 
T  L  •  N  M 
O  X  •  M  •  P 
F«C 

D(ts)  M(anibus)  s(acrum),  Q(uintus)  V(alerius)  Ri^f]inu(s),  an(norum) 
XXXXV,  h{ic)  e{st).  Siit)  t(ibi)  i(erra)  l(evis),  N(orbana)  Max(ifna)  m(ari' 
tó)  p(ieníi5simo)  /(aciendum)  c(uraDit), 

Losa  de  75  X  30  cm.  en  la  cocina  de  la  casa  de  Carlos  Ma- 
teos, calle  de  la  Consolación,  núm.  17. 

Existe  otra  inscripción  en  una  piedra  partida  y  empotrada  en 
los  dinteles  de  la  cuadra  de  D.  Juan  Solano  Borrella,  calle  del 
Señor,  en  dicho  pueblo.  No  puede  leerse  por  tal  causa,  sin  ex- 
traerla previamente. 

80) 


•1    \    1      NIVS 
r    F •  S  P  Al  • 

:   S    I    •    I    •    L 

.    1\    1   .    L'  T 

NIVS 

•  1  ;  :  •  p  A 

TER  «FA • C* 
Antonius  T(iii)  /(ilius)..,  pater  fa(ctendum)  c(uravit)... 

Hermosa  piedra  desgastada  por  el  uso  y  apenas  legible,  que 
sirve  de  cancha  en  la  puerta  de  la  casa  de  Pedro  Mena  Castuera, 
plaza  de  la  repetida  villa.  Dos  veces  se  escribe  el  nombre  del 
dedicante. 

De  Valdef tientes^  partido  de  Montánckez, 


NUEVAS  INSCRIPCIONES   ROMANAS. 


71 


Si) 


calía  •  Ai 


C  1 


i\ 


Fragmento  superior  de  un  cipo  existente  en  el  zaguán  de  la 
^asa  de  Juan  Carmona  Fragoso,  calle  de  la  Asunción,  del  mismo 
pueblo.  Dimensiones:  30  X  25  cm. 

82)  \j 

PBLORIS 

C  -ALBIC 
IVS  ONI 
SBR • AN 
]H-S-E*S 
T«L 

Peioris  C(aii)  Albici  Uscini  ser{va),  an(norum)  L,  h(ic)  s{ita)  e(si).  S(ü) 
Jt{ibi)]  t(erra)  l(eDis),... 

riéXwpís  en  griego  significa  mujer  de  talla  gigantesca. 

Se  halla  en  la  casa  de  Miguel  Alvarado,  plazuela  de  San  Agus- 
tín, en  el  suelo  del  zaguán.  Mide  unos  50  X  20  cm. 

Ha  sido  traída  del  Pozo  de  los  Charcos,  Cerro  de  los  Exco- 
mulgados, como  á  2  km.  del  pueblo  y  á  la  derecha  del  camino 
para  Aldea  del  Cano. 

Como  se  ve  aumenta  rápidamente  el  caudal  epigráfico  de  tan 
importante  como  inexplorada  zona  agrícola  y  minera  del  pueblo 
romano. 

Madrid,  16  de  Junio  de  1905. 


Mario  Roso  de  Luna. 


72  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 


III. 

LE  DIEU  SOUWÁ'  DANS  LE  CORAN  ET  SUR  UNE  INSCRIPTIOIi. 
SABÉENNE  RÉCEMMENT  DÉCOUVERTE. 

Le  panthéon  árabe  de  la  Ka*ba  était  avant  rislamisme  le 
«cube»  de  concentration,  d'oü  les  dieux  et  les  déesses  s'échap-- 
paient  vers  leurs  sanctuaires  particuliers,  leurs  palmerales  sanc- 
tifiées  et  leurs  serviteurs  fidéles.  A  peine  avais-je  constaté  la 
présence  au  Yemen  vers  350  de  notre  ere  de  la  déesse  Al-'üuz- 
zá  (l)  qu'un  dieu  dénoncé  aussi  par  le  Coran  et  proscrit  éga- 
lement  par  Tislamisme,  Souwá*  apparaissait  á  son  tour  sur  un 
texte  yéménite.  Je  ne  crois  pas  me  tromper  en  rcconnaissant  sur 
Tinscription  sabéenne  dejabaljehaf,  pubüée  dansles  Proceedings 
of  the  Society  oj  Biblical  Archceology  áe.  1905,  p.  154  et  155,  avec 
deux  planches,  le  deuxiéme  des  dieux  donnés  par  le  Coran. 
(lxxi,  22)  comme  antédiluviens:  «N*abandonnez  pas,  dirent  les. 
adversaires  de  Noé,  vos  dieux.  X'abandonnez  ni  Wadd,  ni 
SouwáSni  Yagoúth,  ni  Ya'oúk,  ni  Nasr.»  De  ees  divinités  vene- 
rables, attribuées  par  Alláh  vainqueur  á  l'antiquité  la  plus  recu- 
lee,  Wadd,  Nasr  súrement,  Yagoúth  peut-étre,  ont  été  cons- 
tates par  Tépigraphie  de  TArabie  méridionale.  Elle  ne  contient 
encoré,  á  ma  connaissance,  ni  dédicace  á  Ya*oúk,  ni  personnage 
dénommé  d'aprés  ce  dieu  Hamdánite.  II  emergerá  sans  doute  de 
quelque  trouvaille  fortuite,  comme  aujourd'hui  Souwá*  nous  ap— 
parait  á  l'improviste. 

L'inscription,  qui  fait  mention  de  ce  dieu  antique,  a  été  décou- 
verte,  photographiée,  tránsente  et  publiée,  ut  disceptatio  fiat^ 
par  un  lieutenant  du  corps  des  Royal  Engineers  d'Aden,  G.  U^ 


(i)  Verhandlungen  des  11.  InUrnationalen  Kongresses  für  allgemeincr 
Religümsgeschtsckie  in  Bastí  30.  Aiigusi  bis  2.  SepUmbtr  1(^04  (Base!,  1905)^ 
p.  234-235;  Recudí  de  mémoires  orientaux  (París,  1905),  p.  31-40;  Compte^ 
rendus  de  VAcadémie  des  inscriptiofts  el  belles-lettres  de  1905,  p.  235-242^ 
avec  une  héliogravure  Dujardin 


LB   DIEÜ   SOUWA'  73 

Yule.  La  photographie,  qu¡  a  été  communiquée  au  monde  sa- 
vant,  est  trop  retouchée  pour  lui  inspirer  grande  confiance;  par 
contre,  le  déchiíTrement  soigneux  peut  servir  aux  chercheurs  de 
guide  d'autant  plus  sur  que  c'est  un  tracé  exact  reproduit  par 
un  officier  aussi  consciencieux  qu'incompétent. 

La  transcriptíon  hébraíque  suivante  donne  les  resultáis  de 
mon" premier  déblaiement; 

pn*T  [II  vm  bí^ !  2    z 
iNñn  I  -íji  I  pn    ♦ 

NttfS  I  püD  I  fT  I  }2      6 
D  "^ST   I  ITíjn  I   D      7 

o  I  VTD  !  imi3    8 

Traduction  frangaise  provisoire: 

1  ^Amm*á\ihirai  Atwal,  lepé- 

2  re  d' Aboú,\raia^ ,  Vimmigrant  (?), 

3  avec  ses  filSy  qiU  étaient 

4  les  immigrants  (?),  les  descendants  de  Dhoü  Yath*ar, 

5  lesjeums  chefs  aux  catis  d*autn¿ches^ 

6  a  elevé  cette  stele  inscrite  comme  dédi* 

7  cace  et  comme  érection  d'ojfrandc  piense 

8  a  leur  grand  dieii  Sanwá'  VO- 

9  rietUal, 

Ligne  I.  Sur  le  déesse  Athirat,  second  terme  supposé  dans 
le  nom  du  personnage  principal,  je  renvoie  aux  développements 
suggestifs  de  Fritz  Hommel,  Aufsdtze  und  Abhandlungen^  II 
(München,  1900),  p.  206-2 1 3.  Le  nom  propre,  avec  la  terminaí- 
son  féminine,   est  naturellement  diptote. — L'épithéte   qui   suit 


74  BOLETÍN   DE  LA   REAL    ACADEMIA  DE   LA    HISTORIA. 

Tétant  également,  j'ai  substitué  SlOH  =  J^'  «tres  généreux, 
excellent»  á  SlüQ  proposé  par  le  lieutenant  Yule. — L'alíf  m'a 
paru  introduire  ;a]íí  «le  pére  de»,  invisible  ou  bien  omis  par  le 
lapicide  á  cause  du  second  sj^. 

Ligne  2.  Le  nom  propre  vmíN  se  trouve  dans  Hommel  XI, 
ibid.^  I,p.  152;  cf.  ymaV  dans  Hommel  I,  ibid.^  p.  1 51. — Le  sens 
de  pn'*T  (de  méme  pn  en  tete  de  la  1.  4)  a  été  rapproché  du  plu- 
riel  Tiin?  a  Tétat  construit,  dans  Tinscription  102  du  Corpus^  1.  5, 
oü  j'ai  traduit  magnére:  incolcB  adventicii,  II  me  semble  qu'ici 
nous  avons  aífaire  á  un  campement  momentané  d'une  tribu  ara- 
be  nómade  qui  a  voulu  perpétuer  le  souvenir  de  son  passage  au 
pied  de  la  montagne  par  «la  stéleinscrite»  objet  de  cette  étude. 

Ligne  3.  «L*immigrant»  était  accompagné  de  ses  fils,  la  lee- 
ture  in^^n  paraissant  certaine. — Tres  curieuse  grammaticale- 
ment  est  la  plénitude  de  Torthograplie  \ry\r\  <íls>  qui,  a  cet 

égard,  surpasse  méme  l'arabe^a,  d'oü  ^»  et  enfin  I».   Cf.  une 

autre  forme  développée  «íaíníi  dans  les  inscriptions  sabéennes  de 
Marseille  I,  1.  28;  II,  1.  12  (Répertoire  d'épiprapkie  sémitique^  I, 
p.  151-155). 

Ligne  4.  pn,  á  la  1.  2,  était  un  singulicr  determiné;  ici  la 
méme  forme  doit  celer  un  pluriel  interne,  dont  la  vocalisation 
est  doutcuse. — Quant  á  la  tribu  en  excursión  ou  en  incursión, 
elle  est  appelée  d'un  nom  peu  rassurant  pour  ceux  qu'elle  vi- 
sitait:  lííhn  «la  porteuse  du  talion,  la  vengeresse».  La  racine 

ish  =  y^  était  précédemment  représentée  en  sabéen  par  trois 
exemples:  l°  le  nom  propre  ry^r\  dans  Halévy  608,  1.  I;  2®  par 
la  locution  ixh  I  I5<ñ  dans  Constan tinople  5»  1-  7  (Mordtmann 
und  Müller,  Sabáische  Denkmáler^  p.  22  et  25);  y  par  la  méme 
locution  dans  Tinscription  10,  1.  7,  del'Académie,  maintenant  au 
Louvrc  (Joseph  et  Hartwig  Dercnbourg  Etudes  sur  Vépigraphie 
du  Yémen^  I,  p.  61-63).  Aucune  mention  autre  ne  nous  rensei- 
gne  sur  le  domicile  habituel  de  cette  peuplade. 


LE  DIEU   SOUWA*  75 

Ligne   5-      pllíí»    pluriel   determiné    de  y\  =  y m   «maitre, 

cheí».  II  semble  que,  synonyme  de  k^o  á  Torigíne,  ce  terme  ait 
regu  par  la  suite  l'aception  spéciale  de  jeune  seigneur;  cf.  le 
traite  de  Riyám:  Glaser  1076,  maintenant  Corpus  308,  1.  24  et 
25  (íin  I  ^3n);  Glaser  318  cité  dansses  Mittkeilungen^  p.  10. — 
J'ai  traduit  le  second  pluriel  determiné  joint^i  en  apposition  avec 

le  premier  íims,  d'aprés  *lluá>,  Tautruche  «au  cou  long»  et  les 
différents  mots  árabes  de  cette  racine  qui  se  rapportent  a  la  lon- 
gueur  des  cous  et  par  suite  á  Tagilité  des  corps,  á  la  rapidité  de  la 
marche.  Malgré  ce  sens  plausible,  j'aurais  volontiers  recours  a  la 
correction  de  vo^n^  en  pins  =  j'-c^'^'  «les  excellents»;  cf 
Halévy  62,  1.  ii. 

Ligne  6.  ?i  ne  serait-il  pas  ici  écourté  de  131  «construisit, 
eleva»,  le  sujet  étant  *Amm'athirat,  le  chef  de  la  famille  (voir 
n^j3  á  la  ligne  7  etHommel,  Süd-Arabiscke  Chrestomathie^  p.  9)? 
— Pour  ce  qui  est  du  complément  direct  presume  piao  I  7*?  «cet- 
te stéle  inscrite»,  il  concordé  avec  Halévy  210,  L  6;  256,  1.  i; 
466,  1.  2;  536,  1.  i;  615,  1.  14. — a5<í^,  á  l'état  construit,  signifie 
cdédicace»,  ici,  Fresnel  xl,  1.  4=Glaser  1064,  la  pierre  trans- 
portée  de  MaVib  au  Kunstkistorisckes  Museum  de  Vienne,  décri- 
te  sous  le  n.°  17  par  D.  H.  Müller,  Südarabische  Alterthümer^ 
p,  39  (cf.  du  méme  savant  ses  Epigraphische  Denkmdler  aus 
Arabien^  p.  29),  et  dans  la  riche  collection  d'exemples  réunie  par 
Ed.  Glaser,  Die  Abessinier^  p.  50-52.  C'est  a  cette  racine  et  á 
cette  signification  que  je  rattache,  avec  elisión  de  Valif  conson- 
ne  deuxiéme  radicale,  aü  dans  Hartwig  Derenbourg,  Nouveaux 
textes  yéménites  inéditSy  III,  p.  14  (Répertoire  d'épigrapkie  sémi- 
tíque^  I,  p.  264)  et  lottf  «ils  ont  offert»  dans  le  Corpus  1,  1.  3; 
puis  Qitrf  pour  D^Ktf  «préposé»,  c'est-á-dire  dieu  local,  dieu  patrón 
d'une  tribu  ou  d'une  región,  d'oü  nir^c  «territoire»,  au  duel 
^njoafa  ibid.  74,  1.  12,  au  pluriel  noa^o  et  niD^ttfoí  cf.  ibid,  75, 
1.  7  et  8. 

Ligne  7-  Claire  est  la  lecture  n^Jll»  deuxiéme  état  construit 
relié  comme  le  premier  w^Ctí  a  q^st  ,  ainsi  que  je  lis  á  la  fin  de 


76  BOLETÍN   DE   LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

la  ligne  avec  quelque  vraisemblance.  Clair  est  aussi  le  sens:  «en 
guise  de  dédicace  et  d'érection  d'offrande  pieusc»  au  dieu  nom- 
mé  á  la  ligne  8.  n^Jl  assuré  confirme  l'hypothése  p^  pour  nj^  a 
la  ligne  6.  Quant  á  n^2%  ü  rappelle  l'emploi  si  fréquent  de  Tana- 
logue  Dpiyi  s'il  se  rencontre  ainsi  pour  le  premiére  fois  dans  ce 
passage,  je  suis  convaincu  qu'on  lui  trouvera  des  paralléles.  En 
attendant,  comparez  n^SIl  «en  paix:^  dans  Tinscription  II  de  Mar- 
seille,  1.  7  (Hartwig  Derenbourg,  Les  monuments  sabéens  et 
himyarites  du  Musee  d*arckéologie  de  Marscille^  p.  9-10;  cf.  Réper- 
toire  d'épigtaphie  sémitique  I,  p.  1 54). 

Ligne  8  et  9.  Le  suffixe  dans  iniiD  se  rapporte  au  sujet  du 
verbe  p,  a  'Amm'athirat.  Que  signifie  120^  Dans  Glaser  IOÓ2 
(10  du  Kunsthistorisches  Museum  de  Vienne  chez  D.  H.  Müller, 
Südarabische  Altertkümer^  p.  29),  1.  7,  c'est  un  éponymat,  le  mot 
étant  un  abstrait  kibar  de  kabir  «grand-prétre»  et  en  raéme 
temps  «éponyme».  Je  n'hésite  pas  á  y  voir  ici  une  désignation 
synonyme  de  schayyim  (n^^)  pour  désigner  un  «grand»  protec- 
teur,  adopté  par  la  tribu  comme  son  dieu  domestique,  comme  le 
bénéficiaire  de  son  «offrande  pieuse».  Alláh,  triomphant  de  ses 
rivaux,  ne  fait-il  pas  allusion  á  cette  vieille  appellation,  lorsque 

(Coran^  xxxiv,  22)  ¡1  se  caractérise  lui-méme  de  tr?^'  V*" 
«le  Tres  haut,  le  Tres  grand»?  Et  le  cri  de  joie  ou  de  guerre 
Alláh  akbar  «Alláh  est  Tres  grand»  n*est-il  pas  un  héritage 
de  ees  dieux  qualifiés  de  «grands»  par  le  passé  antéislamique? — 
La  lecture  3;idj  au  lieu  de  po  déchiffré  par  le  lieutenant  Yule, 
me  parait  inattaquable,  á  moins  que  la  photographie  n*ait  été 
adroitement  corrigoe  juste  á  cet  endroit.  Ce  serait  grand  dom- 
mage  si,  aprés  la  surprise  du  dieu  Souwá'  reconnu  avec  joie  sur 
cette  inscription,  ou  était  réduit  á  en  bannir  ce  futur  proscrit 
de  la  Ka'ba.  Souwá'  ne  subirá  pas  cette  mise  en  interdit,  c'est 
bien  son  idole  tutélaire  en  or  ou  en  bronze  doré  que  «les  des- 
cendants  de  Dhou  Yath'ar»  avaient  emportée  dans  leur  voyage, 
c'est  á  lui  qu'ils  ont  rapporte  leur  salut,  c'est  á  lui  enfin  qu'ils  ont 
exprime  leur  reconaaissance  et  leur  fidélité  par  «roffrande  pieu- 
se»  de  la  stéle  inscrite  qu'ils  lui  ont  élevée  et  consacrée.  L*or- 


LE   DIBÜ   SOUWA*  77 

thographe  y-jQ  =  p.t  *-^,  sans  noúnation  et  sans  mimation,  indi- 
que  avec  precisión  un  nom  propre  diptote.  Rien  ne  prouve  que 
l'uníque  citation  du  Coran  (lxxi,  22)  soit  contraire  á  ce  point  de 
vue  grammatical.  Car  lí^.^  y  est  á  la  rime  et  doit  y  étre  pro- 
noncc  avec  allongement  de  Ta,  mais  sans  tanwin  en  dépit  de  la 
notation  incorrecte  qui  a  prévalu  dans  les  manuscrits  anciens  non 
moins  que  dans  les  impressions  modernes.  Le  nom  du  dieu 
SouwáS  tel  qu'il  apparait  dans  ce  nouveau  texte,  montre  com- 
bien mon  i  Ilustre  maitre  Heinrich  Ewald  a  eu  raison  de  me  pré- 
munir  et,  par  mon  entremise,  de  prémunir  mon  école  contre 
cette  tradition  erronée  (l). — L'epithéte  masculine  déterminée 
7u1wfO  =  cjr^'  «rOrientab  prouve,  d'une  part,  que  Souwá* 
(v*d)  est  determiné  par  sa  qualitó  de  nom  propre,  d'autre  part, 
qu'ici  le  dieu  mále  était  adoré  exclusivement. 

En  effet,  les  souvenirs  qui  ont  été  conserves  sur  Souwá*  ne 
sont  pas  d'accord  sur  le  sexe  de  cette  divinité  (2).  Elle  était  pro- 
bablement  considérée  comme  une  déesse  par  certains  de  scs 
adorateurs;  peut-étre  par  ceux  qui  adoraient  une  Souwá'  Occi- 
dentale  (3)  íniljía  I  VID»  parédre  de  notre  «Souwá*  TOrien- 
tal».  Celui-ci  rappelle  *Athtar  1' Oriental,  sous  le  patronage  du- 
quel  tant  de  Minéens  et  de  Sabéens  ont  place  leurs  monuments, 


(i)  Dans  une  édition  critique  du  Coran,  la  reforme  capitale  qui  s'im- 
poserait  serait  un  branle-bas  general  dans  la  vocalisation  des  mots  qui 
terminent  les  versets.  Le  tanwin  en  serait  exclu  rigoureusement  et  la  plu- 
part  des  voyelles  finales  devraient  disparaltre  pour  laisser  le  son  tomber 
sur  des  consonnes  quiescentes.  Les  écoles  musulmanes  crieraient  au  scan- 
dale,  mais  pas  plus  haut  que  si  nous  leur  imprimons  un  Coran  conforme 
á  leur  Vulgate.  Us  nous  laisseront  pour  compte  l'un  et  l'autre  article,  de 
fabrication  impure,  d'importation  étrangdre,  profanations  et  sacriléges 
pour  leurs  conceptions  immuables  de  musulmans. 

(2)  Voir  le  resume  plein  de  faits  dans  Wellhausen,  Reste  arabischen 
Heidenthums,  2©  éd.,  p.  18-19.  Le  passage  d'Ibn  Al-Kalbl,  Kitab  al-asnám 
«Le  livre  des  idoles»,  qui  y  est  traduit,  se  trouve  dans  Yákoút,  Mou^djam 
(éd.  Wüsteníeld),  III,  p.  181. 

(3)  Sur  ^11 VQ?  avec  ^ain,  opposé  á  ip^ttfQ,  voir  mon  Nouveau  mémoire 
sur  Vépitaphe  mineenne  d^Egypte,  p.  14,  et  le  Corpus  Inscriptionum  Himyari- 
ticarum  132,  1.  2,  p.  199. 


78  BOLETÍN  DE  LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

et  aussí  la  déesse  Soleil  TOrientale  (jn^plttfa  I  IcnDDtt^)»  21  laquel- 
le  *Arab,  serviteur  des  Hadroúmites,  a  consacré  une  statue 
d'or  (l).  Le  dieu  Houdhailite  Souwá',  dont  la  résidence  était  á 
Rouhát,  dans  la  región  de  Médine,  sous  le  garde  des  Lihyánites, 
est  alié  s'implanter  également  au  Yemen  dont  un  poete  Ta 
chanté  (2),  aprés  que  les  descendants  de  Dhoü  Yath'ar  y  avaient 
immigré  sous  sa  sauvegarde  tutélaire.  La  semence  avait  germé, 
'Abd  Wadd  ibn  Souwá'  (3),  c'est-á-dire  fils  de  'Abd  Souwá^ 
n'était  pas  unique  dans  son  genre,  'Amr  ibn  Al-*Asi  avait  eu 
beau  essayer  d'anéantir  et  d'extirper,  vers  630  de  notre  ere,  sur 
Tordre  du  Prophéte,  Tidole  Souwá*  (4),  le  Coran  avait  en  vain 
fulminé  contre  le  dieu  en  état  de  lutte  pour  la  vie  contre  la  ja- 
lousie  d'Alláh,  le  polythéisme  persistait  et  Souwá%  a  Tégal 
d'Al-*Ouzzá,  conservait  en  Arabie  ses  bétyles,  son  cuite  et  ses 
adorateurs. 

Madrid,  le  7  juillet  1905. 

Hartwig  Derenbourg, 

Membre  honuraire. 


(i)  Voir  mes  Monumenis  sabécfis  et  kimyariUs  de  la  BiblioÜilqiu  Natio» 
nale,  1,  p.  10.  Dans  le  Corpus  himyarite,  p.  i,  j'ai  comparé  les  Hadroúmites 
avec  le  vieille  population  árabe  dite  Dlíin  Hadórám  dans  la  table  des 

nations,  Genése,  X»  27.  A  propos  de  cette  pierre,  don  de  Charles  Sche- 
ier  á  la  Bibliothéque  Nationale^  je  signale  l'heureuse  explication  de 

^^j  =  ^y^  «corps»,  puis  «personne»,  donnde  par  Franz  Praetorius  dans 

la  Zcitschrift  d,  deuis.  morg.  Gesellschafi,  LIY  (1900),  p.  37-38. 

(2)  Yákoút,  Moii'djam,  dans  Wellhausen,  Reste  arabischen  Heidenthums^ 
loe.  cit. 

(3)  Wüstenfeld,  Register^  p.  5. 

(4)  Sprenger,  Das  Leben  un  die  Lehre  des  Mokammed^  III,  p.  321. 


EL   SITIO   DE   ALMERÍA.  79 


IV. 

EL  SITIO  DE  ALMERÍA. 

El  Sn  Director  se  sirvió  designarme  para  que  informara  á  la 
Academia  acerca  de  la  obra  El  sitio  de  Almería  en  ijog^  escrita 
por  el  Sr.  D.  Andrés  Jiménez  Soler,  quien  la  había  remitido  con 
destino  á  nuestra  Biblioteca. 

La  obra  de  que  paso  á  dar  cuenta  es  un  tomito  en  8.°  de  1 13 
páginas.  Como  indica  el  autor  en  el  Prólogo^  puede  considerarse 
como  un  capítulo  de  una  obra  que  podría  titularse  Relaciones 
entre  los  cristianos  españoles  y  los  musulmanes  de  ambos  lados 
del  Estrecho^  para  la  cual  tiene  hechos  pacientes  estudios.  Escrito 
el  trabajo  para  ser  leído  en  la  Real  Academia  de  Buenas  Letras 
de  Barcelona  en  sesión  que  presidiera  S.  M.  el  Rey,  no  habiendo 
podido  celebrarse  esta  solemnidad,  se  publicó  en  el  Boletín  de 
dicha  corporación,  y  ampliado  y  reformado  luego,  vino  á  cons- 
tituir el  libro  El  sitio  de  Almería  en  ijog. 

La  obrita,  fruto  principalmente  del  estudio  de  documentos 
existentes  en  el  Archivo  general  de  la  Corona  de  Aragón» 
comprende  los  capítulos  siguientes:  L  Política  de  Aragón  con 
Granada. — IL  Preliminares  de  la  alianza  entre  Aragón  y  Ma- 
rruecos.— III.  Negociaciones  que  precedieron  al  sitio  de  Alme- 
ría.— IV.  Preliminares  del  sitio. — V.  Sitio  de  Almería  y  docu- 
mentos. 

En  el  primer  capítulo,  Política  de  Aragón  con  Granada^  se- 
ñala el  carácter  de  las  relaciones  de  los  reyes  Jaime  I  y  II  prin- 
cipalmente con  los  reyes  de  Granada  y  príncipes  musulmanes  de 
África.  No  me  atrevería  yo  á  decir  si  el  carácter  de  la  política 
de  nuestros  reyes  de  Aragón  está  bien  ñjado;  pero  de  todos  mo- 
dos el  autor  da  noticias  interesantes  sacadas  de  los  documentos 
diplomáticos,  recordando  el  reparto  del  África  del  Norte,  acor- 
dado en  el  año  1 29 1  por  los  reyes  Jaime  II  de  Aragón  y  Sancho 
el  Bravo  de  Castilla,  reparto  harto  prematuro  y  candido;  pues 
cuando  Sancho  se  adjudicaba  nada  menos  que  todo  el  actual 


8o  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DB   LA    HISTORIA. 

imperio  de  Marruecos,  el  sultán  Yacub  Almanzor,  Abenyucef 
(como  le  llaman  los  documentos  y  nuestros  autores),  uno  de  los 
futuros  conquistados,  talaba  Andalucía,  y  Sancho  el  Bravo  hubo 
de  acudir  á  echar  de  su  tierra  á  quien  él  pretendía  tomar  el 
Imperio. 

No  sería  fácil  tarea  dar  en  pocas  palabras  idea  de  las  negocia- 
ciones diplomáticas  que  Jaime  II  entabló  con  los  sultanes  de 
Marruecos,  con  los  reyes  de  Castilla  Sancho  el  Bravo  y  Fer- 
nando IV  y  con  el  rey  de  Granada,  procurando  atraerse  el  apo- 
yo de  uno  de  los  príncipes  musulmanes  contra  el  otro:  en  tales 
negociaciones,  si  no  iban  todos  de  mala  fe,  cambiaban  de  direc- 
ción según  las  circunstancias,  siendo  quizá  imposible  formarse 
idea  exacta  de  la  marcha  de  los  sucesos  por  no  tener  todos  los 
datos;  pero  de  todos  modos  las  noticias  aducidas  por  el  Sr.  Jimé- 
nes  Soler  dan  no  poca  luz  para  juzgar  del  alcance  del  fracaso  de 
Aragón  y  Castilla  al  preparar  y  llevar  á  cabo  respectivamente 
los  sitios  de  Almería  y  Algeciras  en  el  año  1309. 

Queda  indicado  que  el  Sr.  Jiménez  Soler,  catedrático  hoy  de 
la  Universidad  de  Sevilla,  se  sirve  principalmente  de  los  docu- 
mentos diplomáticos  existentes  en  el  Archivo  general  de  la  Co- 
rona de  Aragón,  donde  ha  estado  algunos  años,  no  sin  que  haya 
aprovechado  las  obras  de  los  historiadores  de  Aragón  y  Castilla 
y  las  de  los  autores  árabes  /Vbenjaldún,  el  Cartas,  el  moderno 
historiador  de  Marruecos  Ahmcd  Anasiri,  y  diplomas  árabes  del 
Archivo.  Como  tales  documentos  no  solo  los  diplomáticos,  sino 
también  los  impresos  ofrecen  no  pocas  dificultades  de  lectura  é 
interpretación,  no  es  de  extrañar  que  algunas  de  las  traduccio- 
nes no  sean  todo  lo  exactas  que  fuera  de  desear;  las  que  constan 
en  las  páginas  23,  54,  55,  82  y  88  deberán  aceptarse  en  mi  sen- 
tir con  alguna  reserva,  si  bien  que  esto  poco  ó  nada  amengua 
el  interés  histórico  de  la  obra  del  Sr.  Jiménez  Soler. 

Madrid,  8  de  Junio  de  1905. 

Francisco  Codera. 


ARQUITECTURA  TARTBSIA:  LA  NECRÓPOLI  DE  ANTBQUERA.        8 1 


V. 

ARQUITECTURA  TARTESIA:   LA  NECRÓPOLI  DE  ANTEQUERA. 

El  obscuro  problema  de  nuestros  orígenes  artísticos  parece 
recibir  hoy  un  resquicio  de  luz,  gracias  á  los  nuevos  monumen- 
tos que,  haciendo  séquito  á  la  maravillosa  cueva  de  Menga,  han 
-aparecido  en  estos  dos  años  anteriores,  merced  á  la  buena  for- 
tuna é  iniciativas  de  dos  jóvenes  sevillanos,  D.José  y  D.  Antonio 
Viera,  asociados  últimamente  á  D.  Ramón  Espejo,  que  con  su 
esfuerzo  y  á  impulsos  de  un  entusiasmo  ejemplar,  realizan  lo  que 
•debió  ha  mucho  tiempo  ser  fruto  de  exploraciones  eruditas. 

En  efecto,  la  cueva  de  Menga,  monumento  sin  rival  entre  los 
megalíticos,  aunque  mal  conocido  por  deficiencia  de  las  informa- 
ciones que  respecto  de  él  se  emitieron,  daba  una  importancia 
-excepcional  á  Antequera,  brindando  con  fijar  en  ella  un  centro 
poderoso  de  cultura  primitiva,  desconcertante  por  conculcar  la 
teoría  de  orígenes  septentrionales  que  á  los  megalitos  (l)  venía 
confiriéndose.  Sin  embargo,  no  era  fenómeno  aislado,  puesto  que 
las  exploraciones  de  Góngora  y  otras  sucesivas  daban  á  cono- 
t:er  una  porción  de  sepulcros  semejantes,  aunque  relativamente 
pequeños,  esparcidos  por  toda  la  Andalucía  alta,  desde  Tíjola, 
Baza  y  Guadix  por  oriente,  hasta  Jaén  y  Luque  por  el  norte,  y 
Ronda  y  Morón  por  oeste,  quedando  hacia  el  centro  los  de 
Antequera,  Zafarraya  (2),  Montefrío  y  Dílar,  este  último  frente  á 
Granada,  deshecho  por  desgracia;  de  modo  que,  aunque  ellos 
poca  luz  prestasen,  la  grandiosidad  del  coloso  antequerano  man- 
tenía desde  luego  en  altísima  consideración  el  grupo  sobre  los 


(i)  Construcciones  sepulcrales  hechas  con  grandes  piedras,  vertical  y 
horizontal  mente  colocadas.  Primero  se  clasiñcaron  como  obra  de  cel- 
tas, distribuyéndolas  en  dólmenes  (antas  ó  cámaras),  menhires  (hitos), 
cromleches  (círculos),  etc. 

(2)  No  existe,  pero  da  noticia  de  él  D.  Leopoldo  Eguílaz.  Se  le  halló 
casualmente  bajo  un  túmulo,  en  la  Majada  del  Puerco,  término  de  las  Ven- 
tas; sirvió  algunos  años  para  guardar  papas  y  luego  fué  deshecho.  For- 

TOMO  XLVH.  6 


y 


82  BOLETÍN    DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE   LA   mSTORIA. 

demás  de  la  Península  y  al  par  de  los  famosos  de  tierras  septen- 
trionales. 

La  cueva  de  Menga  estuvo  franca  desde  tiempo  inmemorial^ 
si  bien  hasta  que  el  arquitecto  Mitjana  le  dio  publicidad  en  1 847 
no  era  conocida  su  valía,  y  el  nombre  dicen  le  proviene  de  cier- 
ta leprosa  llamada  Dominga  (Menga),  que  allí  encontró  un  abri- 
go contra  la  inhospitalidad  de  los  hombres  y  bajo  la  salvaguar- 
dia de  encantamientos  y  brujerías  á  que  daba  margen  lo  pere- 
grino del  edificio.  No  corresponde  su  aspecto,  sin  embargo,  á 
fantasías  de  susto,  ni  despierta  recuerdos  angustiosos,  ni  se  com- 
prenden á  su  sombra  escenas  de  un  culto  homicida;  todo  ello 
vendría  bien  á  los  peñascos  de  la  Armórica,  entre  bramidos  de 
oleaje  y  á  vista  de  un  suelo  ingrato;  mas  aquí,  en  Andalucía,  la 
naturaleza  ríe  siempre  con  su  tierra  preñada  de  lozanos  engen- 
dros; y  ante  sus  olivares,  pintorescas  montañas,  cielo  azul  y  aguas, 
cristalinas,  mal  se  avendrían  gentes  que   no  riyeran  también,, 
que  no  llevasen  á  broma  los  conflictos  humanos  y  que,  al  dispo- 
ner aquellas  piedras  gigantescas,  vagasen  abrumadas  por  una 
idea  terrible  y  no  al  son  de  amorosos  cantos,  al  correr  de  una 
vida  descuidada  y  fácil.  Es  más,  á  un  pueblo  que  no  agotaba  sus. 
energías  en  fabricarse  murallas  ciclópeas  donde  esconder  su  mie- 
do y  su  avaricia,  sino  en  honrar  á  los  muertos  con  edificios  im- 
perecederos, bien  se  le  puede  creer  generoso,  agradecido  y  libre. 
Su  necrópoli  no  huyó  de  los  vivos  hacia  parajes  desolados,  sino 
que  está  en  medio  de  la  vega  fértilísima,  esparcidos  acá  y  allá 
sus  montecillos,  dominando  el  paisaje,   como  si  los  patriarcas, 
muertos  aún  vigilasen  á  su  prole  desde  la  mansión  eterna.  Así  la 
cueva  de  Menga  surge  en  alto,  á  mitad  de  las  cuestas  que  des- 
cienden desde  Antequera,  retirada  un  kilómetro,  y  á  la  parte  de 
NE.  de  un  pequeño  cerro,  en  cuyas  entrañas  se  encaja,  cobijada 


maba  un  recinto  como  de  4  m.  en  longitud,  con  tres  piedras  á  cada  cos- 
tado, una  en  el  fondo,  otra  enorme  por  techo  y  una  última  con  taladro 
circular,  que  servía  de  puerta,  obturándose  con  otra  piedra  perfectamente 
encajada.  Dentro  se  vieron  hasta  diez  esqueletos,  grandes  hachas  de  pie- 
dra, algún  largo  cuchillo  de  pedernal ,  otros  de  bronce  con  mango  de 
madera  y  dos  aretes  de  oro. 


ARQUITBCTUKA    TARTESIAl   LA   NQCRÓPOLl   SE    AHTEQUBRA.  Sj 

bajo  un  túmulo,  según  costumbre.  Al  extremo  contrario  del 
mismo  cerro  echábase  de  ver  otro  de  aquéllos,  formando  plata- 


1i 


1 


3 


4 


íorma,  como  denunciador  de  un  segundo  hipogeo;  mas  su  explo- 
ración, alguna  vez  intentada,  fué  sin  éxito,  hasta  que  en  el  año 
penúltimo,  por  Febrero,  la  realizaron  los  hermanos  Viera:  bien 


84  BOLETÍN   DE    LA    REAL    ACADEMIA   DE   LA    HISTORIA. 

merece  ser  designado  con  su  nombre,  y  así  cueva  de  V^iera  le 
llamaremos  (l). 

De  la  de  Menga  no  dista  más  de  yo  m.;  poro  si  aquélla  embo- 
ca hacia  NE.,  la  de  Viera  se  desvía  hacia  E.,  con  levísima  decli- 
nación á  N.  La  construcción  es  idéntica  en  ambas,  y  su  piedra  es 
una  brecha  caliza  amarillenta  con  granos  de  cuarzo  y  de  forma- 
ción triásica  probablemente,  bajada  del  inmediato  y  dominante 
cerro  de  la  Cruz,  donde  se  ve  manifiesta  la  cantera.  Respecto  do 
proporciones  y  aspecto,  diferéncianse  muy  mucho:  á  la  colosal 
nave  de  Menga  (2)  sustituye  aquí  un  callejón  de  19  m.  de  largo 
por  1,20  á  1,35  de  ancho,  y  1,84  á  2,10  de  elevación,  á  cuya  ex- 
tremidad ábrese  una  cámara  de  1,75  ni.,  término  medio,  en 
cuadro,  por  un  alto  de  2,08.  Una  enorme  piedra  la  cubre,  cuya 
longitud  no  bajará  de  5  ni.;  otras  cuatro  forman  sus  muros,  enca- 
jadas entre  sí  mediante  rebajos  hechos  en  dos  de  ellas,  y  la  puerta 
es  un  taladro  rectangular,  de  93  por  75  cm.,  abierto  en  la  piedra 
medianera  con  el  corredor  (3),  y  formando  por  arriba  ligera 
convexidad,  algo  así  como  los  dinteles  de  las  mastabas  egipcias. 

Es  su  pavimento,  al  igual  que  en  Menga,  el  subsuelo  natural 
de  la  misma  roca  susodicha,  pero  descompuesta,  sobre  el  que, 


(i)  Llamar  cuevas  á  estos  hipogeos  ó  sepulcros  subterráneos  es  in- 
exacto y  equívoco;  pero  lo  ha  impuesto  el  vulgo  y  no  es  fácil  de  corregir. 
Además,  bien  mirado,  lo  justiñca  su  aspecto,  sin  que  esto  arguya  imita- 
ción artiñciosa  de  las  grutas,  faltando  probarse  que  el  enterrar  en  ellas 
precedió  al  sepulcro. 

(2)  Longitud  por  dentro,  25,40  m.;  ancho  máximo,  6;  altos,  de  4  á 
3,47.  Todo  el  edificio  sigue  la  inclinación  natural  del  suelo,  con  desnivel 
de  0,74  de  un  extremo  al  otro.  Hoy  su  altura  resulta  disminuida  conside- 
rablemente, llena  como  está  de  tierra  en  cantidad  de  0,67  m.  por  el  fon- 
do, á  1,32  por  la  boca,  y  es  deplorable  que  no  se  la  extraiga,  represen- 
tando ello  un  desembolso  tan  insignificante.  Es  propiedad  del  Estado  por 
cesión  de  su  antiguo  dueño,  pero  no  ha  merecido  incluirse  entre  nues- 
tros monumentos  nacionales. 

(3)  Recuérdese  lo  dicho  del  sepulcro  de  Zaíarraya.  El  de  Dílar  tenía  la 
puerta  de  su  cámara  tallada,  no  en  una,  sino  en  dos  piedras,  según  la 
publicó  Góngora,  lo  que  viene  á  ser  una  simplificación.  Las  otras  abertu- 
ras de  dólmenes  en  Inglaterra  y  Bretaña,  dibujadas  por  Fergusson  (Rude 
Stane  Momiments^  pág.  374  de  la  traducción  francesa)  y  Bertrand  (Arck. 
celtique^  2.*  ed.,  p.  177),  si  son  primitivas,  constituyen  degeneración  bár- 
bara del  mismo  procedimiento. 


NBCRÓPOLI  DE  ANTBQUEHA.        85 

no  directamente,  sino  mediando  una  capa  de  tierra,  hacen  asion- 
to  las  piedras  en  ambos  edificios. 

Mi  primera  impresión,  viendo  la  esmerada  labor  de  las  mis- 
mas, su  lisura  y  ajustes,  que  apenas  dejan  resquicio,  fué  creer  en 
el  uso  de  herramientas  de  metal;  pero  examinando  con  deten- 
ción, jamás  he  podido  rastrear  su  huella,  y  por  el  contrario,  al- 
gunas piedras  hacia  la  boca  del  corredor,  que  se  labrarían  á  lo 
último,  presentan  su  haz  llena  de  concavidades  redondas,  hechas 
con  un  instrumento  romo  y  contundente,  como  el  cincel  ó  hacha 


de  piedra,  con  que  se  procedería  machacando  más  bien  que  tallan- 
do, de  conformidad  con  la  naturaleza  de  la  roca,  desmoronadiza 
sin  gran  esfuerzo  cuando  aun  conservase  el  agua  de  cantera  (l), 
y  es  de  notar  que  lo  mismo  resultan  labradas  muchas  hachas  an- 
daluzas de  piedra,  que  tan  solo  en  el  corte  recibían  pulimento. 
Las  piedras  del  corredor  son  hoy  en  número  de  27  para  los 
muros,  que  se  inclinan  hacia  adentro,  si  bien  no  tanto  como  en 
la  cueva  de  Menga;  su  ancho  varía  entre  1,88  y  0,71  m.,  y  su 


(1)  Excavando  ca  ]a  cueva  de  Menga  tte  hallaron  atoscas  herramíeDtBS 
ele  picapedrero,  talladas  en  piedra  obscura,  dura  y  coasisteote»,  según 
expresa  un  articulo  del  erudito  antequerano,  ya  diluato,  D.  Trinidad  de 
Rojas,  en  Ei  Genil,  semanaria  granadino,  i87<. 


^ 


86  BOLETÍN   DE    LA    REAL   ACADEMIA  DE   LA    HISTORLA. 

grueso  de  0,46  á  0,23,  debiendo  faltar  tres  de  ellas.  Las  que  lo 
cubren  llegarían  á  siete,  mas  no  quedan  sino  cuatro  y  parte  de 
otra;  el  ancho  de  la  que  más  alcanza  á  2,93  m.,  y  su  labor  y 
juntas  menos  cuidadosas  denuncian  que  se  remató  aprisa  el  se- 
pulcro. Otra  piedra  de  las  más  gruesas  hállase  atravesada  no  muy 
adentro,  que  pudo  removerse  de  las  paredes;  ó  acaso  ella  ce- 
rró la  entrada,  quedando  fuera  un  vestíbulo  según  costumbre. 
'  Es  bien  notable  que  entre  el  revés  de  los  muros  y  la  tierra 
del  túmulo,  media  en  torno  del  edificio  una  zona,  como  de  60  cen- 
tímetros, rellena  con  hiladas  alternativas  de  tierra  y  lascas,  sir- 
viendo como  muros  de  entivo  ó  refuerzo,  y  lo  mismo,  con  ma- 
yor desarrollo,  en  la  cueva  de  Menga.  Dedúcese  de  ello  que  pri- 
mero formaban  la  caja  del  edificio  en  medio  del  túmulo;  subían 
por  él  las  piedras,  quizá  del  modo  que  Choisy  explica  (l);  dejá- 
banlas caer  luego  en  la  cortadura,  resultando  á  poco  trabajo 
enhiestas,  y  tras  ellas  se  macizaba  el  hueco  en  la  forma  susodi- 
cha. Las  dos  gigantescas  palancas  con  que  se  ayudaban  para  esta 
operación  dejaron  alguna  vez  impresa  su  huella  en  la  tierra 
apelmazada  de  la  cortadura  del  túmulo.  Para  tender  las  cobijas, 
como  sobresalen  gran  trecho  á  los  lados,  bastaba  irlas  corriendo 
con  rodillos  por  encima  de  los  muretes  y  rellenar  huecos,  pues 
no  siempre  las  piedras  verticales  enrasan  bien,  con  lascas  y  pi- 
zarra. 

Desgraciadamente  al  volver  á  luz  ahora  el  monumento,  resul- 
tó ya  robado  y  maltrecho  desde  una  época  incierta,  pero  muy 
antigua,  en  que  fué  objeto  de  exploración  tenaz,  en  busca  de  te- 
soros sin  duda.  Al  efecto  picaron  profundamente  el  suelo  de  la 
cámara,  é  intentaron  agujerear  la  piedra  de  su  costado  derecho, 
como  hicieron  en  la  del  frente,  abriendo  á  golpes  y  con  mala 
herramienta  un  boquete.  Por  él  se  entra  en  una  especie  de  mina 
que,  tras  de  varios  tanteos,  corre  á  espaldas  de  las  piedras  del 
sepulcro,  habiéndose  ahuecado  parte  de  los  muretes  susodichos, 
cuya  tierra  y  lascas  se  extrajeron  por  varias  roturas  hechas  en 
las  mismas  piedras,  y  es  de  advertir  que  todo  este  escombro  no 

(i)     HisU  de  V Architecturc,  i,  4. 


ARgUITBCTURA    TARTESIA:    t.A    NBCRÚPOLI    DE   ANTEQUERA.  Sj 

^uedó  dentro  de  la  cueva;  además  empezaron  A  llevarse  las  lo- 
sas, cuya  falta  se  indicó  arríba,  quizá  para  nuevos  edificios. 

No  es  de  admirar,  en  vista  de  ello,  la  escasez  de  objetos  que 
ahora  se  obtuvo  aquí:  la  cámara  no  dio  sino  tierra  negra  y  al- 
gunos huesos  pequeños;  en  el  corredor  aparecieron  dos  cuchilli- 
tos  de  pedernal,  el  uno  primoroso,  de  tajos  largos  como  facetas, 


al  modo  ordinario  y  de  45  por  7  nini,;  el  otro  es  fragmento  de 
uno  más  largo,  encorvado  por  la  punta  y  con  anchura  de  12  mi- 
límetros; además,  una  loseta  de  caliza  blanca,  ovalada,  de  75  por 
^  mm.,  y  20  de  grueso,  provista  de  concavidades  redondas 
como  tacillas,  por  ambas  haces  (i);  dos  esferas  de  caliza  agrisa- 

(1)  El  Sr.  Bonsor  ha  descubierto  otras  dos  así,  con  residuos  de  berme- 
llón, en  un  silo  y  en  un  túmulo  de  los  explorados  por  él  en  los  Alcores 
de  Sevilla;  el  segundo  tenia  pintada  de  rojo  y  negro  su  fosa  (Leí  coíonies 
4igricoles  de  la  vallée  átt  Bttis,  p.  36  y  74). 


S8  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

da  y  del  tamaño  de  naranjas,  que  serían  moletas  6  percusores^ 
tiestos  de  vasijas  de  barro  negro  y  una  entera  semiesférica,  á- 
modo  de  cuenco,  bien  hecha  á  mano,  con  105  mm.  por  la  boca  y 
45  de  alto,  que  se  halló  junto  á  la  piedra  atravesada  susodicha >. 
mas  un  pedazo  de  tégula,  ó  sea  teja  romana  de  rebordes,  que  pudo- 
venir  con  los  primeros  exploradores,  y  cerca,  en  la  masa  del  tú- 
mulo ahora  socavada  para  formar  puerta,  halláronse  restos  de 
animal  con  parte  de  quijada  y  muelas,  que  D.  Salvador  Calde- 
rón ha  clasificado  como  de  toro  cuaternario,  y  casi  con  certeza^ 
de  uro  (Bos  primigenius). 

Desde  tiempos  remotos  hubo  población  á  la  vera  de  estos  se- 
pulcros, pues  el  terreno  de  olivar  que  por  bajo  sigue  hasta  la 
vega  y  el  cerro  inmediato  de  Marimacho,  abundan  en  cascos  de 
cerámica  negra  no  torneada,  cuchillos  de  pedernal  y  hachas  de 
piedra,  de  las  que  una  recogida  por  mí  corresponde  al  tipo  ci- 
lindroideo  por  aquí  frecuente,  y  su  materia  es  serpentina,  de  la 
que  en  grandes  masas  contiene  el  terreno  diluvial  granadino.  Y 
no  es  ello  solo,  pues  también  menudea  cascajo  romano,  teselas^ 
de  mosaicos,  sepulturas  como  fosas,  revestidas  de  piedras  ó  tégu- 
las,  formando  cada  una,  según  dicen,  dos  cavidades  superpuestas- 
con  otros  tantos  cadáveres,  y  además  cimientos  de  edificios^ 
sobre  todo  en  la  «Carnicería  de  los  moros».  Allí  quedan  grandea 
argamasones  romanos,  acaso  de  termas,  cuyo  muro  de  substruc- 
ción, largo  en  más  de  60  m.,  tiene  quince  vanos  arqueados,  dé- 
los que  el  central,  en  forma  de  exedra,  cobijaría  una  fuente. 

Desde  la  boca  de  la  cueva  de  Menga  enfílanse  derechamente 
la  Peña  de  los  Enamorados,  cuyo  extraño  contorno  remeda  el 
perfil  de  un  rostro  humano,  detrás  los  picos  de  la  sierra  de  Ar— 
chidona,  y  ante  la  primera,  en  mitad  del  llano  y  á  distancia  de 
unos  dos  kilómetros,  una  pequeña  eminencia,  destacándose  por 
su  color,  al  que  debe  su  nombre  de  cerrillo  Blanco  y  también 
del  Patronato,  que  cae  dentro  del  Romeral,  posesión  del  Exce- 
lentísimo  Sr.  D.  Francisco  Romero  Robledo,  y  á  pocos  pasos  de 
su  fábrica  de  azúcar,  pasando  la  vía  férrea  entre  medias.  El  tal  ce~ 
rrillo  fué  reconocido,  con  instinto  sagacísimo,  por  los  hermanos. 


S    ANTEQUERA. 


Viera  como  un  túmulo,  aunque  ninguna  tradición  le  denunciaba, 
y  en  sus  entrañas  alberga  otro  monumento  sepulcral  de  la  mayor 
importancia,  cuya  exploración  ha  sido  en  Agosto  último. 

El  diámetro  aproximado  del  cerro  es  de  85  m,  y  8  su  altura, 


90  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

que  aumenta  hacia  X.  por  depresión  del  terreno,  y  forma  su 
cumbre  una  meseta,  que  habrá  disminuido  de  extensión  á  costa 
de  un  esparcimiento  mayor  de  ladefas,  por  efecto  de  los  arras- 
tres con  las  lluvias  y  las  aradas.  Una  galería  de  mina  abierta  en 
ól  ahora  patentiza  su  origen  artificial,  viéndose  revueltos  man- 
chones de  tierra  negra,  residuos  orgánicos,  arena,  barro,  cantos 
rodados,  etc.,  dentro  de  su  masa. 

La  entrada  es  por  el  S.,  dirigiéndose  hacia  N.  el  eje  del  hi- 
pogeo, que  consta  de  un  corredor  de  23,50  m.  en  longitud, 
1,70  á  1,85  de  ancho  y  2  de  alto;  al  cabo  una  cámara  circular, 
que  mide  5,20  m.  de  diámetro  por  4  de  elevación,  y  más  allá 
otra  semejante,  cuyas  medidas  respectivas  arrojan  2,34  y  2,40 
metros,  siendo  el  largo  total  35  rn. 

Aquí  la  construcción  varía,  reduciéndose  lo  megalítico  á  las 
cubiertas,  pues  los  muros  están  aparejados  con  una  mamposte- 
ría  tosquísima  do  lajas  de  caliza  compacta  margosa,  estratifica- 
da, de  color  gris  y  con  cristalillos  negros  de  dolomita,  al  pare- 
cer, en  algunos  lechos.  El  grueso  de  estas  lajas  es  de  5  ^  8  cm.; 
su  ancho  35,  por  término  medio,  y  su  largo  más  de  I  m.,  colo- 
cadas al  través  respecto  del  muro,  cuyo  espesor  queda  incierto, 
porque  detrás  va  gradualmente  aligerándose  la  obra  con  alter- 
nación de  tierra  y  piedras,  hasta  confundirse  con  el  cuerpo  del 
túmulo.  La  mampostería  está  ligada  con  barro,  que  procuraban 
no  asomase  á  la  haz  del  muro,  resultando  ésta  en  seco  y  acuña- 
da con  piedrezuelas. 

Los  muros  del  corredor  son  oblicuos  en  su  alzado,  avanzando 
las  hiladas  hasta  enrasar  con  una  saliente  de  30  cm.  respecto  de 
su  base,  y  le  cubren  peñones  de  varias  clases  de  roca,  algunas 
de  ellas  muy  flojas,  sin  genero  de  labor,  informes  y  hendidas  por 
el  peso  cuatro  de  las  diez  que  subsisten.  Una  y  otra  cámara  tienen 
sus  paredes  asimismo  en  saledizo,  que  describe  curvas  de  aspecto 
parabólico,  y  que  á  la  altura  en  que  fenecen  salva  más  de  la  mi- 
tad del  vano;  pero  si  bien  por  lo  alto  iban  agrandando  el  mate- 
rial, no  se  resolvieron  sus  edificadores  á  cerrar  en  forma  de  có- 
pula, sino  tendiendo  una  losa  enorme  que,  por  exceder  en  an- 
cho al  de  las  cámaras  y  siendo  de  enorme  peso,  mantiene  rí- 


utOwrrECTURA  tartesia:  la  necrópoli  de  antequera.  91 

gido  é  inamovible  el  saledizo.  La  mayor  de  estas  losas  mide  6  m., 
por  un  grueso  medio  de  80  cm.,  y  son  de  caliza  compacta  slli- 
ciosa,  de  tono  pardusco  y  con  riñones  de  pedernal  engastados. 
De  la  puerta  del  sepulcro  queda  una  alta  piedra  hincada  y 
otras  menores,  que  no  bastan  á  determinar  su  aspecto  primitivo; 
en  desquite,  las  de  ambas  cámaras  permanecen  intactas,  son  de 


CuUímJc^V  ^UVMTol 


Ibrma  trapecial  (l),  con  jambas  ya  monolíticas,  pero  completa- 
das con  mamposteda  por  ser  oblicuo  su  corte  superior,  ya  total- 
mente de  esta  obra,  y  encima  dinteles  muy  gruesos  y  sin  labor 
alguna,  como  siempre.  El  pavimento  es  todo  de  lajas  en  bruto  y 
llenos  sus  intersticios  con  piedras  menores;  adcm.ls,  en  el  fondo 
de  la  cámara  segunda,  algo  alzada  y  asentando  el  muro  de  aqué- 

(1)     Con  esta  proporciOa  de  anchos  <lc  abajo  á  arriba:  la  primera  1,0  y 
1,04  m.;  la  segunda  0,70  y  0,50. 


1 


92  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

Ha  sobre  sus  bordes,  hay  otra  gran  losa  de  la  misma  caliza  fina, 
y  seguramente  labrada  por  excepción  única  su  haz,  sobre  la  que 
se  depositaría  el  cadáver  del  personaje  que  este  sepulcro  mere- 
ciera (l);  mas  no  sé  si  efecto  de  la  descomposición  orgánica  ó  de 
otro  fenómeno,  será  la  pátina  rojiza  que  la  embadurna. 

También  anduvieron  aquí  los  antiguos  buscadores  de  tesoros: 
on  el  corredor  arrancaron  lajas  de  las  paredes  en  gran  cuantía 
y  casi  la  mitad  de  sus  cobijas;  en  la  cámara  mayor  abrieron  bre- 
chas, como  buscando  otros  senos,  á  más  de  la  cámara  segunda 
ó  cripta,  cuya  puerta  quizás  hallarían  disimuladamente  cerrada 
con  mampostería,  á  lo  que  pudieran  obedecer  sus  jambas  de 
lajas  y  su  dintel  rehundido.  En  dicha  cripta  no  se  contentaron 
con  menos  de  dos  enormes  socavones,  ahondar  en  el  piso  hasta 
descubrir  el  subsuelo,  que  es  una  marga  arcillosa  blanca,  despor- 
tillar la  losa  del  suelo  y  registrar  debajo  con  hachas  encendidas, 
pues  resulta  ahumada  y  enchueco.  Echóse  de  ver,  ahora,  que 
todo  el  escombro  y  materiales  revueltos  con  motivo  de  estas 
destrucciones  fueron  sustraídos,  y  que  luego  la  tierra  que  fué 
cayendo  del  túmulo  sobre  la  galería,  obstruyó  completamente 
su  boca. 

No  produjo  ya  la  cripta  residuo  alguno,  sino  tierra  floja  hasta 
gran  altura  desprendida  de  los  boquetes,  y  un  cuerno,  como  de 
novillo,  bajo  de  la  losa.  En  la  cámara  el  relleno  alcanzaba  á  unos 
80  cm.,  ofreciendo  una  capa  superior  de  tierra  floja  sin  restos 
de  cosa  humana,  y  debajo  otra  más  compacta  y  obscura,  con 
lechos  como  de  ceniza  negra,  probablemente  impregnados  de 
residuos  orgánicos,  y  entre  medias  gran  porción  de  huesos  hu- 
manos despedazados,  algunos  cascos  de  vasijas  y  dos  fragmentos 
de  conchas  marinas.  Estas  son,  pequeña  y  nacarada  la  una,  del 
género  lithodomos  (2),  y  con  radios  en  color  rojizo  la  otra,  que  se- 


(1)  Así  ha  podido  comprobarse  por  casos  análogos  observados  en  las 
antas  portuguesas  de  Marcella,  Arrife  y  Frieiro. 

(2)  Otras  así  contenía  una  sepultura  del  cerro  Redondo,  en  el  cortijo 
íle  Mecina  (Fonelas:  Guadix),  juntamente  con  una  azuela  de  piedra,  cu- 
chillos de  pedernal  y  una  vasija  hecha  á  mano,  en  forma  de  olla,  muy  de- 
primida y  con  solo  un  reborde  por  cuello. 


ARQUITECTURA.  TARTESIAI  LA  NECKÓPOLI  DE  ANTEQUERA.         93 

ría  una  mactra.  La  cerámica  es  lisa,  hecha  á  mano,  bien  cocida, 
absolutamente  negra,  compacta  y  fina  su  pasta  y  bruñida  la  su- 
perficie; de  espesor  tienen  los  cascos  unos  ^  mm.,  y  los  bordes 
recogidos  corresponden  á  una  olla  muy  grande  semiesférica,  y  á 
otra  cuyo  diámetro  sería  de  1 6  cm.,  con  ancha  boca  algo  movida 
hacia  afuera,  como  las  de  la  cueva  de  Alhama.  Respecto  de  los 
huesos,  corresponden  á  individuos  más  bien  pequeños  que  gran- 
des, en  cuanto  los  fragmentos  permiten  juzgar,  faltando  cráneos 
en  absoluto,  pero  sí  hay  dos  maxilares  y  parte  de  otro  y  de  hue- 
so ilíaco  de  niño  (l).  El  corredor  arrojó  pocos  huesos,  como  do 
animales  pequeños,  y  más  cerámica  en  abundancia,  de  clase 
diversa,  haciendo  fe  respecto  de  época  un  cacho  de  tégula  y 
otro  de  ímbrice  romanos;  lo  demás,  ó  bien  parece  romano  tam- 
bién, como  un  elegante  cuello  de  hidria,  ó  bien  es  groserísimo, 
hecho  á  mano  y  cocido  mal,  de  pasta  negra,  algo  enrojecida  á 
veces,  y  superficie  exterior  parda:  así  son,  un  vaso  semiesférico, 
descubierto  cerca  de  la  entrada,  cuyo  espesor  varía  de  I  á  3  cm., 
y  mide  18  de  diámetro  por  ID  de  alto;  otro,  á  modo  de  taza, 
desarrollada  en  curva  de  gorja,  con  1 1  cm.  por  la  boca  y  7  de 
alto,  y  un  tercero  que  solo  deja  ver  cómo  subían  ensanchando 
derechamente  sus  paredes  sobre  base  plana.  Además  un  trozo  do 
olla  con  asa,  á  torno  y  de  aspecto  moderno. 

Poca  sagacidad  basta  para  reconocer  grande  analogía  entre 
esta  cueva  del  Romeral  y  los  sepulcros  con  cúpula  de  Grecia,  cuyo 
tipo  es  el  llamado  tesoro  de  Atreo  en  Micenas:  el  corredor  (dro- 
mos)  es  allí  á  cielo  abierto;  mas  el  Ática  suministra  ejemplares, 
en  Eleusis  y  Toricos,  abovedados  en  saledizo  y  con  aparejo  de 
mampostería  acuñada,  que  se  repite  en  el  de  Ménidi  (2).  El  mor- 
tero de  barro  es  típico  en  las  más  vetustas  obras  de  aquel  país; 


(i)  Los  restantes,  según  clasiñcación  hecha  por  mi  señor  padre,  son: 
dos  estrágalos,  catorce  vértebras,  dos  trozos  de  clavícula,  una  cabeza  de 
omoplato,  dos  de  esternón,  quince  trozos  de  costillas,  uno  de  sacro,  dos 
cabezas  de  cubito  simétricas,  cinco  metacarpianos,  una  íalange  de  mano, 
\ina  cabeza  de  fémur,  otra  inferior  de  tibia,  dos  ídem  de  peroné  y  siete 
metatarsianos,  sin  contar  lo  menudo. 

(3)    Perrot  y  Chipi ez:  Hist  de  Vari  dans  Vantiquité^  vi,  415  y  417. 


94  BOLETÍN   DE   LA    REAL   ACADEMIA   DE   LA    HISTORIA. 

así  también  las  puertas  trapeciales,  las  cúpulas  parabólicas  en 
saledizo  (encorbellement)  y  aun  las  cubiertas  de  losas,  usadas  en 
el  templo  del  monte  Oca  (Eubea)  y  en  la  cripta  del  tesoro  de  Or- 
cómene.  Es  decir,  que  si  el  sepulcro  del  Romeral  hubiese  apare- 
cido en  tierra  helénica,  constituiría  una  simple  variación  del  tipa 
miceniano  caracterizada  por  la  segunda  cámara  redonda,  en  vez 
de  rectangular  como  solían,  y  el  sistema  mixto  de  bóvedas  en 
saledizo  y  cobijas,  como  testimonio  de  ineptitud  para  desarrollar 
aquéllas  por  completo;  mas  acaso  también  cabe  explicarlo  por 
un  sentimiento  estético  progresivo  de  repulsión  hacia  la  curva, 
como  debido  á  influencias  egipcias  ó  fenicias.  De  todos  modos, 
el  arraigo  del  susodicho  tipo  en  el  suelo  andaluz  provoca  intrin- 
cadas cuestiones  de  índole  histórica  y  artística,  cjue  solo  á  gran- 
des rasgos  plantearé  ahora. 


En  efecto,  dadas  las  diferencias  esenciales  en  estructura  v 
forma  entre  las  cuevas  de  Menga  y  Viera  y  la  del  Romeral,  hay 
que  admitir  un  orden  de  sucesión,  quizás  á  plazo  largo,  entre  la 
arquitectura  megalítica  de  las  unas  y  la  parejada  de  la  otra, 
porque  la  simultaneidad  es  inverosímil  en  edificios  de  igual  des- 
tino y  tan  similares  en  el  fondo;  mas,  ¿cuál  precedió? 

Si  adoptamos  ideas  corrientes  y  aun  no  contradichas,  lo  mega- 
lítico  se  impone,  con  sus  adehalas  de  prehistorismo,  edad  de  pie- 
dra, razas  imaginarias  con  nombres  feos  designadas,  etc.,  tan 
halagüeño  todo  ello  por  las  íantasías  á  que  da  margen,  que  sus 
mvcntores  y  adeptos  lo  sustentan  á  ojos  cerrados  contra  cual- 
quier ingerencia  del  campo  de  la  historia,  echándose  de  ver  que 
ellos  íueron  hombres  expertos  en*  geología  y  antropología,  incli- 
nados á  formar  ciencia  de  lo  humano,  más  bien  que  arqueólogos, 
sabedores  de  los  influjos,  arranques  y  vaivenes  que  agitan  la 
vida  social,  y  cautos  por  lo  mismo  en  erigir  sistemas,  aunque 
por  lo  racionales  á  primera  vista  seduzcan. 

Mucho,  en  efecto,  parece  inseguro  y  cuestionable  en  la  pre- 
historia, no  embargante  reconocerse  como  verdad  que  hubo  una 
época,  la  más  primitiva  de  todas,  llamada  hoy  paleolítica,  en  la 


ARQUITECTURA   TARTBSIA:   LA    KECRÓPOLI   DE   ANTEQUERA.  95 

que  instrumentos  sencillísimos  de  pedernal,  hueso  y  madera, 
atestiguan  por  sí  solos  un  vivir  en  absoluto  diverso  del  de  las 
sociedades  históricas,  sin  casas,  sin  sepulcros,  sin  utensilios  do- 
mésticos, sin  estilo  formado,  y  cuya  vejez  garantizan  los  huesos 
de  animales  cuaternarios  que  suelen  yacer  entre  los  susodichos 
despojos. 

A  tal  época,  verdaderamente  prehistórica,  que  de  no  existir 
comprobada  habría  que  imaginarla  como  revelación  de  nuestros 
aborígenes,  sucede  un  período  llamado  neolítico,  al  que  los  me- 
galitos  se  atribuyen,  con  instrumentos  asimismo  en  piedra  y  hue- 
so, pero  más  elaborados  é  idóneos,  cerámica,  un  sistema  orna- 
mental, ciudades  dispuestas  para  la  defensa,  sepulcros  bien  alha- 
jados en  provecho  del  muerto,  un  culto  supersticioso,  animales 
domésticos,  etc.,  denunciadores  de  una  sociedad  constituida  en 
forma  análoga  á  las  nuestras  y  con  ideas  que  nos  son  por  varios 
conceptos  familiares.  Aún  es  clasificado  dentro  del  prehistorismo 
un  segundo  período,  el  del  bronce,  á  que  muchos  anteponen 
otro  más,  el  del  cobre;  pero  respecto  de  España,  concurre  todo 
en  pro  de  reducir  á  uno  solo  éstos  de  los  metales  y  el  neolí- 
tico (l). 

Los  esfuerzos  de  la  escuela  prehistorista  van  dirigidos  á  inqui- 
rir un  enlace  entre  lo  neolítico  y  lo  paleolítico,  mas  luego  la  pri- 
mera invención  de  metal  y  su  elaboración  progresiva,  merced 
á  un  encadenamiento  de  mejoras  dictadas  por  la  experiencia,, 
y  con  tal  ñn  procedióse  á  la  inocente  tarea  de  formar  series  de 
objetos  sobre  el  modelo  de  las  especies  naturales,  sin  mejor  cri- 
terio que  si  una  biblioteca  se  ordenase  por  tamaños  y  limpieza 
tipográfica,  atribuyendo  al  más  pequeño  y  tosco  la  primacía  cro- 
nológica, y  así  hasta  el  más  grande  y  pomposo  (2).   Fuera   de 


(i)  Así  lo  admiten,  aunque  á  base  de  otras  hipótesis,  el  Dr.  Much,  cita- 
do por  los  Sres.  Siret  (Les  premier s  ages  du  métala  etc.)i  y  Hamard,  que 
se  apoya  en  Bertrand  {Dict  apolog.  de  lafoi  ckrét,\  art.  Fierre,) 

(2)  Si  por  base  de  cronología  tomásemos,  coma  hace  la  prehistoria^ 
una  escala  cerrada  de  lo  sencillo  á  lo  complejo,  de  lo  tosco  á  lo  exqui- 
sito, de  lo  deforme  á  lo  bello,  nos  juzgaríamos  rodeados  de  anacronismos^ 
viendo  la  carreta  y  el  automóvil  que  surcan  al  par  nuestros  caminos;  el 


96  BOLETÍN   DE   LA   RBAL    ACADEMIA    DE  LA   HISTORIA. 

este  experimento  vano,  todo  son  misterios  é  hipótesis  que  los 
hechos  no  cesan  de  contradecir,  enseñando  el  abismo  que  media 
tras  de  lo  paleolítico,  cuyas  divergencias  con  el  neolitismo  radi- 
can mucho  más  hondas  de  lo  que  supone  la  calidad  de  un  arte- 
facto, y  cómo  de  súbito  aparecen  luego  con  la  segunda  época 
desarrolladas  todas  las  conquistas  fundamentales  de  los  pueblos 
históricos,  y  tan  en  armonía  con  lo  oriental,  que  el  asimilarlas 
constituye  un  hecho  de  probabilidad  garantizada,  muy  por  enci- 
ma de  las  elucubraciones  prehistoristas.  . 

Frente  á  ellas  la  ciencia  objeta  que,  siendo  muy  raro  el  cobre 
nativo  en  nuestros  países,  y  exigiendo  su  obtención  de  las  piri- 
tas y  carbonatos  especiales  procedimientos  de  carácter  induc- 
tivo, no  era  posible  los  adivinasen  nuestros  míseros  aborígenes 
peleolíticos  por  su  solo  esfuerzo  intelectual,  y  mucho  menos  la 
aleación  constitutiva  del  bronce,  sino  que  hubo  de  intervenir  la 
experiencia  de  los  orientales,  mejor  acondicionados  para  ello, 
y  como  comprobante  viene  el  análisis  descubriendo  en  nuestros 
bronces  primitivos  igual  composición  que  en  los  del  Oriente. 
A  la  vez,  muchísimos  hallazgos  de  metal  en  estaciones  califica- 
das de  neolíticas,  y  el  no  aparecer  distinción  de  tipos  entre  ellas 
y  las  demás  que  no  le  suministran,  persuaden  con  certidumbre 
de  que  su  ausencia  es  accidental,  debiéndose  á  pobreza  ó  á  des- 
pojos inferidos  por  los  violadores  de  sepulcros.  Si  algunas  habi- 
taciones muestran  en  sus  estratos  más  antiguos  un  predominio 
á  veces  exclusivo  de  instrumentos  de  piedra,  no  comprueba  ello 


pastor  con  su  honda,  vecino  del  guardia  armado  de  mauser;  la  vajilla  de 
Sevres  y  el  cuenco  de  madera  ó  de  groserísimo  barro,  saliendo  á  luz  en 
un  día  mismo;  hoy  alumbradas  por  electricidad  paredes  que  ahumó  ayer 
una  astilla  de  tea,  etc.  Vemos  también  que  ni  aun  lo  más  perfecto  sucede 
siempre  á  lo  menos:  nuestro  montañés  andaría  descalzo  mientras  no  vio 
en  la  elegante  crépida  un  modelo  para  sus  albarcas  y  esparteñas  agovías, 
y  comió  con  los  dedos  hasta  que  supo  fingir  de  palo  la  cuchara  metálica 
ó  de  marfil,  de  precio  superior  á  sus  recursos,  como  la  vil  candileja  de  pe- 
tróleo y  acetileno  viene  para  el  pobre  tras  del  mechero  delicado.  Y  si  esto 
es  hoy,  cuando  el  comercio  lo  invade  todo  y  abarata  la  competencia  sus 
productos,  ¡cuánto  más  hubo  de  vivir  rezagado  el  hombre  antiguo  y  con- 
tentarse con  lo  muy  sencillo,  aunque  otros  ricos  y  más  diestros  desarro- 
llasen á  su  vista  una  cultura  superior! 


ARQUITECTURA   TARTBSIA:   LA   NBCRÓPOU  DB   ANTEQUERA.  97 

sino  el  hecho  naturalísimo  de  que  los  fundadores  de  pueblos  son 
por  lo  común  gente  menesterosa,  que  en  busca  de  mejor  for- 
tuna cambia  de  sitio;  y  á  la  par,  estaciones  hay,  como  la  cueva 
de  la  Mujer,  en  Alhama,  que,  sin  variación  alguna  en  su  aspecto 
neolítico,  llegaron  hasta  rozarse  con  la  cultura  romana  (l).  Otra 
prueba  ofrecen  las  exploraciones  de  los  hermanos  Siret  en  los 
-contornos  de  la  sierra  Almagrera,  donde  yacimientos  juzgados 
los  más  antiguos  por  carecer  de  metal,  son  simplemente  mise- 
rables, pues  allí,  junto  á  ensayos  rudísimos  de  cerámica  hechos 
por  mano  inexperta,  instrumentos  de  piedra  y  alhajas  de  con- 
chas, salieron  vasijas  muy  bien  elaboradas  y  elegantes,  que  sus 
pobres  dueños  estimarían  en  mucho,  cuando  aun  rotas  las  con- 
ser\'aban  á  fuerza  de  lañas;  y  otras  estaciones,  hermanas  y  coe- 
táneas en  apariencia  de  las  susodichas,  arrojaron  herramientas 
de  cobre,  alhajas  de  bronce  perfectamente  hechas  y  aun  algo 
de  vidrio  y  de  hierro  (2). 

La  prioridad  del  cobre  sobre  el  bronce,  á  todas  luces  razona- 
ble y  comprobada  ya  en  el  Oriente,  parece  haberse  de  aplicar 
también  á  nuestro  suelo,  y  D.  Luís  Siret  lo  afirma,  en  virtud  de 
sus  últimos  descubrimientos,  sin  que  ello  á  mi  juicio  entrañe  por 
necesidad  que  al  usar  el  uno  desconociesen  el  otro,  pues  como 
el  estaño  debía  de  ser  aquí  raro,  trayéndose  de  lejos,  y  quizá  su 
aleación  constituía  un  secreto,  al  paso  que  abundaban  minerales 
de  cobre,  es  natural  se  valiesen  de  éste  con  preferencia,  sobre 
todo  para  las  piezas  gruesas  y  más  vulgares,  como  hachas  planas 
en  forma  de  cuña,  que  siguieron  fabricándose  así  hasta  la  intro- 
ducción del  hierro.  Más  tarde  el  descubrimiento  de  grandes  cria- 


(i)  Una  excavación,  hecha  posteriormente  á  las  de  Macpherson  y  de 
mi  señor  padre,  me  convenció  de  ello,  pues  ningún  adelanto  se  nota  en 
la  cerámica  extraída  á  diíerentes  profundidades,  sino  que  más  bien  yacían 
-en  lo  hondo  tiestos  pintados  y  decorados  de  los  mejores;  luego,  hacia  la 
parte  superior,  abundaba  cascajo  romano  de  tégulas,  ímbrices,  áníoras, 
otras  vasijas  pequeñas  á  torno,  y  el  solero  de  una  de  ellas  recortado  inten- 
cionaimente.  Encima  de  todo  había  un  lecho  de  tierra,  menos  obscura  y 
sin  residuo  extraño  de  ningún  género,  en  espesor  de  30  cm. 

(2)  H.  y  L.  Siret:  Les  premier 5  ages  du  metal  dans  le  SE.  de  VEspagne, 
L.  Siret:  L Espapu prékisiorique,  páginas  75-76. 

TOMO  xtvn  7 


9$  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

deros  de  cobre  y  estaño  en  el  NO.  de  la  Península  facilitó  la 
elaboración  del  bronce,  dando  lugar  á  un  período  en  que  éste 
predomina,  y  allí  se  desarrolló  una  colonia  de  fundidores  pujan* 
te,  que  tal  vez  hizo  comercio  de  sus  productos  con  los  países^ 
del  Norte,  distinguiéndose  por  su  lisura  de  los  ricos  bronces 
suizos  y  escandinavos,  así  como  el  ser  fundidos  ó  con  un  simple 
repaso  á  martillo,  les  aisla  de  las  manufacturas  greco-etruscas> 
repujadas. 

La  otra  industria,  base  del  neolitismo,  consistía  en  labrar  la 
piedra  muy  diversamente  de  como  en  lo  paleolítico  se  acostum- 
braba, ya  tajándola  en  largos  y  rectos  chaflanes,  ya  pulimentán- 
dola, según  la  calidad  de  la  roca  demandaba  y  según  se  requi- 
riesen instrumentos  de  corte  ó  de  trabajo,  incluyendo  en  éstos- 
los  picos  ó  hachas,  azuelas,  cinceles  y  martillos.  El  Oriente  sumi- 
nistra ejemplos  de  estos  tipos,  que  allí  constituirían  al  principio 
una  fase  similar  de  la  paleolítica  nuestra;  mas,  al  aparecer  aqué- 
llos en  Occidente,  vendrían  ya  influidos  por  el  arte  de  los  meta- 
les, cuyo  complemento  y  no  más  significaban.  Así,  por  ejemplo^, 
si  el  cuchillo  y  punta  simple,  tajados  en  pedernal,  obsidiana  ó 
huesí>,  no  provienen  sino  de  haber  reconocido  antes  las  condi- 
ciones naturales  de  dichas  materias,  siendo  instrumentos  que 
podemos  llamar  primarios,  en  cambio  la  cuchilla,  lanza  ó  flecha 
delicadamente  retocadas,  en  forma  de  hoja  de  laurel  ó  triángulo- 
y  con  pedúnculo,  aletas  ó  escotaduras,  el  cincel  y  la  azuela 
plana  exigen  conocimiento  previo  de  instrumentos  en  metal,  á 
que  estas  formas  competen.  Es  decir,  que,  á  mi  juicio,  lejos  de 
referirse  á  un  arte  exclusivamente  pétreo,  suplían  deficiencias 
del  metal  antes  de  conocerse  el  hierro,  ya  buscando  mayor  du- 
reza, ya  por  economía  y  como  recurso  de  gentes  atrasadas  y 
pobres,  ingeniándose  por  contrahacer  con  materiales  caseros  los 
utensilios  que  no  podían  obtener  por  compra.  Otras  veces,  por 
ejemplo  aquellos  cuya  belleza  y  exotismo  nos  sorprenden  y  que 
no  suelen  hallarse  fuera  de  los  sepulcros,  constituían  ofrendas  á 
los  muertos  y  alardes  de  habilidad  sin  aplicación  útil,  y  sujetos  en 
cuanto  á  la  materia,  á  prescripciones  rituales  y  tradicionalismos, 
según  respecto  del  Egipto  y  otros  pueblos  orientales  nos  consta- 


J 


ARQUITECTURA   TARTESIA*.   LA  NECRÓPOU  DE  AMTEQUERA.  99 

Negado  que  entre  nosotros  resulte  la  época  paleolítica  evolu- 
cíoaando  por  desarrollo  espontáneo  hacia  la  neolítica  y  de  los 
metales,  y  visto  el  carácter  especial  con  que  ésta  se  nos  ofrece, 
procede  resueltamente  aceptar  la  hipótesis,  ya  vislumbrada  por 
otros,  de  una  ingerencia  oriental,  bien  fuese  merced  al  tráfico, 
6,  lo  que  á  mi  juicio  es  más  verosímil,  por  el  desembarco  de 
colonizadores  que  poco  á  poco  transformaron  el  Occidente. 

Sus  indicios  abundan,  y  todo  el  arte  neolítico  está  impregna- 
do de  concordancias  orientales  y  sobre  todo  griegas,  de  aquello 
griego  más  primitivo  que  la  colina  de  Hissarlic,  la  Troya  heroica, 
ha  venido  á  revelarnos,  y  cuyo  desarrollo  constituye  el  ciclo  mi- 
ceniano.  Salvo  durar  allí  menos  el  cobre,  que  desde  un  princi- 
pio se  usara,  y  faltar  aquí  plomo,  por  lo  demás  convienen  los 
materiales  en  ambos  ^ixtremos  del  Mediterráneo;  y  tocante  á 
formas,  nuestros  cuchillos  de  pedernal,  planos  por  un  lado  y  á 
chaflanes  por  el  otro,  coinciden  con  los  griegos  y  con  los  admi- 
rables egipcios,  lo  mismo  que  las  hachas  pulimentadas,  las  pun- 
tas de  flecha,  las  supuestas  aguzaderas,  hachas  metálicas  cunei- 
formes, lanzas  y  cuchillos.  La  cerámica  negra  con  decoración 
rectilínea  incisa  y  empastada,  de  Ciempozuelos  (l),  que  también 
se  han  descubierto  en  Tala  vera  (2),  Carmona  (3),  Almería  (4)  y 
Setúbal  (S),  y  cuyos  remedos  más  ó  menos  bárbaros  abundan 
en  nuestras  estaciones  neolíticas,  será  de  origen  egipcio  ó  caldeo 
y  constituyó  una  industria  primitiva  en  Grecia  (6),  Chipre  y 
Etruria. 

Más  sorprendente  aún  es,  en  la  interesantísima  necrópoli  de 


(i)    Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia,  xxv,  436. 

(2)  ídem  id.,  xxx,  448. 

(3)  Bonsor:  Obra  citada,  y  mejor  en  la  de  P.  Paris:  Essai  sur  Vart  et 
Vindustrie  de  I' Espagne primitive,  11,  43. 

(4)  Por  Siret.  Además  el  museo  de  Granada  conserva  otro  vaso  proce- 
dente de  Tabernas,  de  tono  claro  y  sin  empaste  visible. 

(5)  O  Archeologo  poriugüesy  vin,  269. 

(6)  Perrot  y  Chipiez:  Hisi.  de  Vari ^  vii,  145.  Piezas  egipcias  aparecie- 
ron en  una  gruta  sepulcral  que  reseñó  Flinders  Petrie;  las  otras  caldeas 
han  sido  recientemente  descubiertas  por  el  capitán  Crós,  y  el  Louvre 
guarda  fragmentos  traídos  de  Susa,  diversos  en  cuanto  á  estilo.  Se  las 
halla  igualmente  en  Tracia,  Sicilia,  Provenza,  Altos  Pirineos  y  Bretaña. 


100  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

los  Millares  (Almería)  (l)  y  con  piezas  de  la  susodicha  vajilla,  el 
hallazgo  de  otras  semejantes,  diseñando  con  infantil  garbo  redon- 
dos ojos  acompañados  de  sus  cejas  y  pestañas  (2),  ciervos,  pal- 
mas, etc.,  más  algunos  pezones  de  bulto  apareados,  temas  que 
repiten  los  primitivos  vasos  y  fusáioli  de  Hissarlic  y  otros  de 
Toscana,  con  tan  viva  semejanza  que  por  sí  sola  establece  cri- 
terio. Añádanse,  de  igual  procedencia,  vasos  geminados,  otros 
de  mármol,  betilos  6  ídolos,  marfiles,  cuentas  de  ámbar,  jade, 
amatista  y  caláis,  placas  de  pizarra  con  taladros  y  rayas,  y  otra 
en  forma  de  lítuo,  como  las  portuguesas,  aunque  menos  labra- 
da, probando  todo  ello  una  comunicación  directa  con  el  Oriente 
mucho  más  íntima  de  lo  que  el  simple  tráfico  pudiera  inculcar. 
También  hay  una  vajilla  negra  y  lisa,  característica  de  las 
necrópolis  más  modernas  del  Argar  (Almería)  y  el  Zalabín  (Gua- 
dix)  (3),  cuyas  dos  formas  dominantes,  el  vaso  de  paredes  en 
escocia  y  suelo  convexo  y  la  copa  sobre  peana  (4),  inolvidables 
por  su  elegancia,  recuerdan  otras  griegas  antiquísimas  en  barro 
y  oro,  siendo  estas  últimas  acaso  los  modelos  originarios  (5).  La 
diadema  de  oro  de  Albuñol  (6)  concuerda  singularmente  con 
las  de  Micenas,  y,  por  último,  las  pulseras  de  alambre  en  espi- 
ral, las  cuentas  de  piedra  y  bronce,  otros  amuletos  de  hechura 


(i)  L.  Siret:  L Espagne préhistariquty  1893.  Monografía  breve,  pero  de 
gran  valía,  y  que  es  lamentable  no  se  haya  vulgarizado. 

(2)  Compárense,  un  ídolo  de  piedra  del  museo  de  Faro,  publicado  en 
O  Archeologo  portugués  y  vm,  171,  y  las  pictografías  de  los  sellos  cretenses. 

(3)  Son  fosas  rodeadas  de  lajas  de  pizarra,  ó  bien  dos  grandes  ollas 
unidas  por  sus  bocas.  Lo  del  Argar  fué  ilustrado  por  los  hermanos  Siret, 
sus  descubridores,  en  la  monumental  obra  arriba  citada;  lo  del  Zalabín  se 
removió  en  1892  por  obreros  codiciosos,  extrayéndose  además  cuchillos 
de  bronce  con  clavitos  de  plata  para  la  empuñadura,  sencillas  alhajas  y  un 
epitafio  romano  vulgarísimo. 

(4)  Se  las  halla,  fuera  de  las  estaciones  nombradas,  desde  la  Puebla  de 
D.  Fadrique,  Orce,  Huéneja  y  Fiñana,  hasta  Zafarraya  y  Mairena.  Las  del 
Acebuchar,  descubiertas  por  Bonsor,  con  decoración  grabada  y  empasta- 
da, son  menos  graciosas,  pero  les  aventajarán  en  fecha. 

(5)  Se  hallaron  en  Troya  y  Micenas,  y  las  reprodujo  Schliemann  en  sus 
conocidas  obras. 

(6)  Góngora:  Antigüedades  prehistóricas  de  Andalucía^  pág.  29.  Se  con- 
serva en  el  Noviciado  de  jesuítas  de  Granada. 


ARQUITECTURA   TARTBSIA*.   LA   NECRÓPOLI   DE  ANTEQUERA.  101 

humana  (l)  y  figurillas  de  cuadrúpedos  nos  acercan  aún  á  His- 
sarlic. 

En  lo  decorativo,  responden  á  una  evolución  posterior  las  Ci- 
tanias  ó  plazas  fuertes  del  Duero,  con  su  sistema  ornamental  de 
lazos  curvos,  asimilado  con  perfecta  justicia  á  lo  miceniano,  y 
del  que  arrancarán  á  su  vez  las  pobres  delineaciones  de  algunos 
megalitos  en  Bretaña,  Escocia  é  Irlanda  (2);  asimismo  la  «pedra 
formosa»  de  Briteiros  (3),  llena  de  adornos  lineales,  recuerda 
por  una  parte  decoraciones  rupestres  frigias,  como  la  llamada 
tumba  de  Midas,  y  por  otra  los  frontispicios  de  las  «sepulturas 
de  gigantes»  en  Cerdeña.  El  uso  de  conservar  en  las  casas  los 
cadáveres,  testificado  por  Eurípides,  se  practicó  en  Andalu- 
cía (4),  y  el  de  colocarlos  siempre  con  las  piernas  y  brazos  dobla- 
dos, como  en  cuclillas,  no  solo  es  regla  en  lo  neolítico,  desde 
España  y  África  hasta  Escandinavia,  sino  también  en  la  Grecia 
prehelénica  (5).  Por  último,  refrendan  con  sello  gigantesco  estas 
armonías  las  murallas  ciclópeas  de  Tarragona,  calificada  de 
tirrénica  por  Ausonio;  Sagunto,  de  origen  griego  reconocido, 
Geroila  y  otras  menos  importantes  (6),  hermanas  gemelas  de  las 
acrópolis  famosas  de  Grecia  é  Italia  central,  así  como  los  recin- 
tos de  las  Citanias  susodichas,  que  obedecen  á  más  arcaicas 
influencias  (7). 

Concretando  al  sepulcro  megalítico  ó  dolmen,  como  los  fran- 
ceses le  llaman,  el  prehistorismo,  por  boca  de  Mortillet,  le  asig- 
na origen,  digamos  así,  espontáneo,  derivándole  de  una  artificiosa 
imitación  de  la  gruta,  hipótesis  no  solo  injustificable,  sino  concul- 

(i)  Siret  y  Bonsor:  Obras  citadas. — Vilano  va  y  Rada:  Geología  y  pr oto- 
historia  ibéricas  y  donde  se  publica  otro,  procedente  de  un  sepulcro  de  Tí- 
jola,  mejor  defínido. 

(2)  Fergusson:  Rude  Stone  Monuments, 

(3)  Muchas  veces  publicada;  por  ejemplo,  en  Cartailhac:  Les  ages  pré" 
kistoriques  de  VEspagne  et  du  Portugal, 

(4)  Helena^  v.  11 63. — Perrot:  Obra  citada,  vi,  354. — Siret  y  Bonsor,  en 
sus  ya  citadas  obras. 

(5)  Perrot:  Obra  citada,  vi,  408,  471,  562  y  566. 

(6)  P.  París:  Obra  citada,  i,  12  y  siguientes. — Gudiol,  en  su  Arqueología 
sagrada  catalana,  señala  más  restos  en  Mur  y  en  S.  Miquel  de  Erdol. 

(7)  Bol.  db  la  Acad.  de  la  Historia,  xlv,  148. 


102  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

cadora  del  evolucionismo  en  que  la  escuela  se  funda,  viniendo 
á  hermanarse  con  aquella  otra  que  sacaba  la  catedral  gótica  de 
un  bosque  de  palmeras,  sin  reparar  que  es  arte  la  arquitectura 
demasiado  complejo  y  científico  para  basarse  en  tales  fantasías. 
La  doctrina  antigua  que  le  atribuyó  á  celtas  y  druidas,  caída  en 
disfavor  cuando  se  supo  bien  su  desarrollo  geográfico,  no  merece 
revalidarse,  á  pesar  de  los  esfuerzos  del  abate  Hamard,  porque 
si  ellos  le  hubiesen  traído,  iríamos  viéndole  á  lo  largo  del  Danu- 
bio, que  fué  su  derrotero,  y  en  los  distritos  que  ocuparon  con 
preferencia,  lo  que  no  se  verifica,  según  reconoció  Bertrand, 
quien  tampoco  acierta,  buscando  entre  esquimales  y  lapones  la 
cuna  del  megalitismo  (l).  Fergusson,  por  otro  lado,  hizo  buen 
servicio  con  abatir  preocupaciones  y  exclusivismos  doctrinarios; 
mostró  que  el  estado  neolítico  en  las  regiones  septentrionales 
duró  hasta  bajo  los  romanos;  que  muchas  obras  calificadas  de 
prehistóricas  son  relativamente  modernas,  é  investigó  con  acierto 
el  destino  primitivo  de  los  megalitos;  pero  fía  demasiado  en  tra- 
diciones, criterio  engañoso  que  en  España  nos  autorizaría  á  invo- 
car por  sus  constructores  á  los  moros,  con  quienes  el  vulgo  re- 
suelve siempre  lo  extraño;  admite  el  progreso  como  fundamento 
a  priori  de  cronología,  de  modo  que  siempre  lo  tosco  é  informe 
lleva,  según  él,  delantera,  y  respecto  de  orígenes  lanza  la  mez- 
quina idea  de  que  el  dolmen  sea  desarrollo  de  la  fosa  sepulcral, 
hecha  con  lajas  de  dos  pies  de  altura;  pero  falta  reconocer  este 
sepulcro  primitivo,  supuesto  que  las  llamadas  cistas  le  son  pos- 
teriores, y  además  el  dolmen  no  es  una  caja  más  ó  menos  gran- 
de, sino  la  casa  eterna,  según  por  analogía  enseñan  Egipto,  Mi- 
cenas  y  Etruria. 

Motivos  hay,  pues,  viendo  lo  estéril  de  las  hipótesis  expuestas, 
para  inferir  que  el  problema  de  orígenes  iba  planteado  mal,  y 
que  divorciando  al  neolitismo  de  las  artes  históricas  nunca  po- 
dría llegarse  á  resolverlo. 

En  efecto,  conforme  ahonda  la  arqueología  en  el  conocimiento 
de  cada  pueblo,  se  van  atenuando  las  diferencias  de  unos  á  otros, 

(i)    Archeologie  céliique  et  galloise;  2.*  ed.,  p.  184. 


ARQUITECTURA  TARTBSIA:  LA   MECRÓPOLI  DE  ANTEQUERA.  I03 

y  más  correlación  de  tipos  artísticos  primordiales  y  de  influjos 
Íes  armoniza,  en  forma  que  todo  hace  creer  en  su  unidad  primi- 
tiva, al  par  que  la  de  razas  y  lenguas,  y  así  vimos  aliarse  ya  el 
Oriente  y  el  Occidente  bajo  la  razón  común  de  tantas  obras 
•como  arriba  se  cotejaron.  Además,  ciertos  ejemplos  acreditan 
que  el  megalitismo  no  se  produce  en  los  albores  de  una  socie- 
-dad,  sino  cuando  ella  logra  cierta  pujanza  y  desarrollo  artístico, 
•de  modo  que  egipcios,  fenicios,  indios  y  griegos,  llegaron  á  él 
-después  de  ejercitarse  con  materiales  más  fáciles,  revelando  un 
ideal  de  grandiosidad  y  fuerza  atacado  de  frente,  á  conciencia, 
y  según  uno  de  los  fundamentos  radicales  del  arte,  cual  es  la 
<liñcultad  vencida,  hasta  ceder  ante  otros  ideales  más  delicados 
y  complejos  (l).  Si  pues  el  megalitismo  no  debe  ser  forma  pri- 
mordial del  arte  ni  de  hecho  lo  es  el  dolmen,  que  falta  en  los 
países  donde  primero  se  verificó  su  desarrollo,  hay  que  buscarle 
un  entronque,  una  prosapia  digna  de  su  grandeza. 

España,  como  de  costumbre,  presenciaba  cruzada  de  brazos 
«1  certamen,  esperando  á  que  los  padres  graves  transpirenaicos 
Mciesen  opinión^  y  sin  recabar  voto,  gracias  á  la  pasividad  con 
<jue  dejamos  se  nos  anteponga  lo  de  fuera.  Mas  ya  que  por 
allende  tanto  sube  el  crédito  de  nuestro  arte  primitivo,  y  se  nos 
juzga  dignos  de  exploraciones  y  estudio,  bien  cuadra  vindicar 
nuestros  preferentes  derechos  en  el  litigio,  ahora  que,  merced  á 
los  hallazgos  de  Antequera,  se  concitan  frente  á  frente  megali- 
tos  de  los  más  perfectos  y  gigantescos  y  un  modelo  clásico  irre- 
futable. 

Si  para  toda  investigación  ha  de  tomarse  como  punto  de  parti- 
dla lo  que  ya  se  conoce,  es  incuestionable  recurrir  en  el  caso  pre- 

(i)  £1  haberse  de  labrar  la  piedra  á  costa  de  gran  esfuerzo,  cuando 
aun  no  era  conocido  el  hierro,  hace  posible  explicar  el  megalitísmo; 
pues  como  la  cantidad  de  superficies  laborables  va  en  razón  directa  del 
xiúmero  de  piezas,  es  natural  que  redujesen  éste  á  más  no  poder,  ahorran- 
•dose  gpves  problemas  de  estática  y  mucho  trabajo,  á  cambio  de  una  sola 
•dificultad,  cual  era  el  manejo  de  grandes  moles;  pero,  una  vez  en  posesión 
<le  recursos  idóneos,  esto  no  exigía  sino  tiempo  y  brazos,  factores  al  alcan- 
ce de  cualquier  pueblo  joven. 


104  BOLETÍN   DE  LA  REAL   ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

senté  al  modelo  de  la  cueva  del  Romeral,  cuyo  entronque  con 
lo  miceniano  se  declaró  arriba,  pues  él,  en  efecto,  sí  trae  abo- 
lengo conocido  y  generalísimo:  es  la  pirámide  y  mastaba  egip- 
cias, la  topa  india,  el  túmulo  de  Lidia,  Etruria,  China,  Méjico, 
etcétera,  y  en  suma,  la  cripta  sepulcral  de  tantos  pueblos  (figu- 
ras 2,  3  y  6).  Así  también  usaron  las  arquitecturas  primitivas  de 
muros  aparejados,  falsas  bóvedas  en  saledizo,  cobijas,  puertas 
trilíticas  y  mortero  de  arcilla;  pero  especiales  de  Grecia  fueron 
los  vanos  trapeciales  y  la  cámara  redonda  y  cupuliforme  (figu- 
ras 4  y  5),  que  bien  pudo  traer  su  origen  de  las  tumbas  egip- 
cias de  Abydos,  á  partir  de  la  XI.*  dinastía  (fig.  l),  como  ellas 
incuestionablemente  prestaron  su  forma  exterior  á  muchas  de 
Fenicia,  Etruria  y  Judea. 

Con  los  mismos  elementos  desarróUanse  las  nuragas  de  Cer- 
deña,  especialmente  análogas  además  á  lo  del  Romeral  por  sus 
criptas  secundarias  redondas  y  el  aspecto  de  corredores  y  puer- 
tas (fig.  7);  otro  avance  aún  y  ya  decisivo  nos  trae  á  los  talayo- 
tes  baleáricos,  similares  de  aquéllas,  salvo  que  interrumpen  su 
saledizo  y  rematan  con  losas  horizontales,  como  en  Antequera, 
convergiendo  á  veces  en  torno  de  un  pilar  central,  por  falta  de 
resolución  y  medios  para  cubrirlas  con  una  sola  piedra  (fig.  8). 
Además  pueden  suponerse  degeneración  última  las  chuchas  y 
basinas  de  la  antigua  Numidia  que,  conservando  aspecto  exte- 
rior de  talayotes,  redúcense  por  dentro  á  una  simple  fosa  hecha 
con  grandes  piedras,  y  quizá  no  se  les  diferenciaban  otros  mo- 
numentos valencianos,  en  Castellet  y  Ayelo,  mal  conocidos  por 
desgracia  (l). 

Al  entronizarse  en  España  el  tipo  miceniano  de  sepulcros,  con 
el  del  Romeral  y  muchos  otros  que  se  reseñarán  luego,  prodú- 
jose  una  retroversión  denunciadora  de  influencias  orientales  in- 
mediatas, suprimiéndose  el  revestimiento  exterior  de  sillería  que 
da  su  aspecto  de  torres  á  las  nuragas,  talayotes  y  chuchas,  para 


(i)  Vilanova:  Origen  y  antig,  del  hombre,  p.  410.  Contenían  esqueletos 
de  hombres  y  animales,  hachas  neolíticas,  otras  muchas  de  cobre,  cerá- 
mica y  una  loseta  de  pizarra  horadada. 


ARQUITeClURll   TARTBStA:    LA    NECRÓPOLI    DE   AHTBQUERA. 

EÍTolución  de  los  típoB  a«pnloral«B  ant«qaarano8.~I. 


I.  Abydos(EBip  aHpf^od   Taa(Id    — 3  B  L  d         4T 

ro  de  Atreo  M    cd      A  gó  de  — 5  E  e         Á  6  Assa        Ca 

7.  Nuraga  de  Zu     (Ce  deña).— 8  Talayot  de  Sa  Águila  (Mallorca). 


I06  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

restablecer  el  túmulo  asiático,  si  bien  con  plataforma,  lo  que 
parece  aproximarles  de  nuevo  á  dichos  otros  monumentos,  dan- 
do cuerpo  á  la  sospecha  de  si  en  efecto  ella  serviría  para  expo- 
ner los  cadáveres  á  los  buitres,  según  conocido  rito  ibérico  (l), 
y  así  se  explicaría  el  descarnamiento  de  los  esqueletos,  muchas 
veces  imaginado  en  presencia  de  tumbas  neolíticas. 

Respecto  de  su  interior,  los  sepulcros  españoles  de  que  habla- 
mos poca  variación  introdujeron:  galería  breve  ó  larga,  piedra 
más  6  menos  grande  cerrando  la  cúpula  y  á  veces  apoyada  en 
una  columna,  supresión  de  las  criptas  secundarias,  y  nada  más. 
Ahora  bien,  tocante  al  aparejo  sí  descubren  tendencia  progresiva 
á  modificarle,  pues  su  tosquedad  desagradaría,  y  aun  quizá  la  pre- 
sión de  la  tierra  del  túmulo  acarrease  bufamientos  y  destruccio- 
nes en  los  muros.  Para  remedio  unas  veces  les  enchaparon  con 
losas  de  pizarra;  otras  sustituyeron  la  mampostería,  en  más  6 
menos  altura,  por  piedras  enhiestas,  primero  en  el  corredor 
haciendo  juego  con  las  cobijas,  y  luego  en  la  cámara,  que  no 
obstante  aun  conservó  repetidas  veces  su  cúpula.  Mas  estas  va- 
cilaciones duraron  poco:  la  solidez  y  facilidades  que  tal  reforma 
producía  decidió  el  absoluto  abandono  del  aparejo  menudo,  im- 
plantándose el  megalitismo  sin  esfuerzo,  y  así  resultó  el  dolmen 
de  planta  poligonal  y  galería,  cuyas  diferencias  respecto  del 
modelo  primitivo  son  estrictamente  las  que  el  cambio  de  aparejo 
reclamaba.  Su  propagación  fué  en  los  terrenos  graníticos  y  pi- 
zarrosos, donde  era  fácil  obtener  grandes  losas  llanas,  tenaces  y 
de  poco  grosor;  pues  en  suelos  de  caliza  blanda  y  de  arenisca 
optóse  por  excavar  grutas,  imitando  los  susodichos  edificios  (2), 
y  á  veces  completadas  con  obras  de  fábrica. 


(i)  Silio:  Púnica j  ni  y  xm,  de  quien  lo  aprenderían  Eliano  y  Estobeo, 
según  sus  textos  copiados  por  el  Sr.  Fernández  y  González  (Primeros  po- 
bladores históricos  de  la  península  Ibérica^  p.  371).  El  asimilar  las  nuragas  y 
Xalayotes  á  las  torres  fúnebres  de  los  parsis  modernos  ha  sido  propuesto 
por  Fergusson  y  por  el  Sr.  Saavedra.  Otro  obscuro  texto  de  Diodoro 
(V,  xxviii),  sobre  la  costumbre  funeraria  de  los  baleares  no  lo  contradice. 

(2)  Véanse  sobre  ellas  la  citada  obra  de  Cartailhac  y  la  de  Leite  de 
Vasconcellos:  Religides  da  Lusitania\  I.  Se  habla  de  otras  existentes  en  el 
Algarbe  y  en  Cabra. 


^       ARQUITECTURA  TARTBSIA:  LA  MBCRÓPOLI  DE  ANTEQUBRA.       IO7 

Todo  este  proceso,  lejos  de  ir  á  cargo  de'  la  fantasía,  emana 
de  la  simple  observación  y  cotejo  de  obras,  y  es  un  hecho  admi- 
tido por  otros,  con  la  diferencia  de  que  los  prejuicios  arriba  ex- 
puestos han  llevado  á  tomarle  á  la  inversa,  partiendo  de  la  gruta 
para  derivar  en  último  término  la  cúpula  miceniana.  Si  ello  es 
razonable  bien  estará  que  lo  demuestren. 

En  Antequera  el  problema  desarrolla  una  magnitud  de  térmi- 
nos extraordinaria,  que  exige  particular  examen,  y  garantiza  una 
solución  la  más  comprensiva  y  justiñcada.  Efectivamente,  basta 
considerar  el  tamaño  de  materiales  en  las  cuevas  del  Romeral  y 
de  Menga  para  hacerse  cargo  de  la  excepcional  pujanza  que 
alcanzó  en  esta  localidad  la  arquitectura,  pues  ni  el  resto  de 
España  ni  los  ponderados  megalitos  franceses  creo  que  sean  ca- 
paces de  ostentar  serie  tan  gigantesca  de  piedras  puestas  en  obra; 
como  que  la  mayor  del  Romeral  calculo  pesará  unas  75  tonela- 
das, y  en  Menga  llega  al  límite  nuestro  asombro  al  ver  otra  de 
68  metros  cúbicos,  cuyo  peso  no  bajará  de  1 70  toneladas.  La 
extracción,  arrastre  y  subida  de  tales  piezas  exigían  recursos 
muy  superiores  á  la  fuerza  bruta  y  un  sistema  de  mecánica  des- 
arrollado, que  es  difícil  idearan  aquí,  por  mucho  que  se  avispase 
el  ingenio  de  los  andaluces,  cuando  ni  absoluta  necesidad  ni  un 
uso  constante  podrían  sugerírselos,  supuesto  que,  en  caso  de 
haber  aplicado  el  megalitismo  de  ordinario  y  con  tal  pujanza  en 
sus  demás  edificios,  no  hubiesen  ellos  fenecido  por  completo. 

Estos  obstáculos,  unidos  á  la  teoría  de  las  derivaciones  artísti- 
cas, convidan  á  buscar  para  el  megalitismo  andaluz  un  vehículo 
nuevo,  satisfaciendo  al  propósito  los  fenicios,  cuyas  relaciones  co- 
merciales por  acá  eran  antiquísimas,  pues  ellos,  por  su  aprendi- 
zaje con  los  egipcios,  se  adiestraron  en  el  empleo  de  materiales 
corpulentos,  hasta  ser  nota  original  de  su  arquitectura  la  afición 
al  monolitismo,  y  estaban  por  concecuencia  en  aptitud  de  trans- 
mitir los  procedimientos  mecánicos  orientales,  que  relieves  egip- 
cios y  asirlos  nos  dan  á  conocer. 

Tocante  á  la  prioridad  de  la  cueva  del  Romeral  sobre  las 
otras,  acredítase  además  por  varias  razones  de  estructura.  Así 
no  se  explica  usasen,  para  fabricar  la  primera,  de  rocas  duras,  re- 


108  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

beldes  y  traídas  ciertamente  de  muy  lejos,  sino  antes  de  conocer 
la  cantera  del  cerro  de  la  Cruz,  de  donde  se  obtuvo  para  las  otras 
una  piedra  dócil  al  trabajo,  de  agrable  color  y  breve  transporte. 
Al  empleo  de  materiales  en  bruto  que  en  aquélla  se  hizo,  sin 
atenuación  alguna  dé  su  rusticidad,  es  natural  siguiese  el  intento 
de  labrarles,  á  pesar  de  la  fatiga  enorme  que  costaría  el  servirse 
de  instrumentos  de  piedra,  no  suplantados  en  definitiva  sino  por 
el  hierro,  cuyo  descubrimiento  sobrevino  tarde  para  muchos 
pueblos,  como  el  fenicio  y  el  griego,  que  no  le  usó  hasta  el  fin 
de  su  período  miceniano.  La  inclinación  de  las  paredes  en  la 
cueva  de  Menga,  como  por  lo  común  en  las  antas  (l),  apenas 
resultaría  justificable  sino  recordando  los  saledizos  del  Romeral,  y 
pueden  ser  también  un  resabio  del  sistema  aparejado  los  con- 
tramuros de  liviana  mampostería,  igualmente  vistos  en  el  tesoro 
de  Orcómene  y  túmulos  de  Sardes  (2).  La  planta  redonda  en  las 
cámaras  abovedadas,  que  obedece  al  sistema  de  cubiertas,  parece 
lógico  se  desechase  por  la  rectilínea  en  adoptando  cobijas,  según 
vemos  efectivamente  en  la  cueva  de  Viera;  pero  la  de  Menga 
no  rompió  de  lleno  con  la  tradición,  sino  que,  acercándose  auna 
forma  ovoidea,  mantuvo  apariencias  de  redondez,  juntamente  con 
un  desarrollo  de  proporciones  en  el  grado  máximo  que  la  longi- 
tud de  cobijas  consintiera  sin  necesidad  de  otros  apoyos,  pues 
sus  tres  pilares  torcidos  y  desiguales  (3),  muestran  á  las  claras 
que  se  metieron  después,  á  consecuencia  de  haberse  roto  una  de 
las  cobijas,  y  recelando  que  su  misma  pesadumbre  las  hendiese. 
Ofrecen  ejemplos  análogos  las  grutas  de  Mallorca,  remedo  ve- 
rosímil de  edificios  aparejados,  algunos  talayotes  (fig.  30)  y  las 
navetas  de  Menorca  (fig.  31),  especialmente  la  de  Son  Mercé, 
que  con  sus  pilares  acrecienta  la  semejanza,  si  bien  ellos  entra- 


(1)  Es  la  denominación  vulgar  portuguesa  de  los  dólmenes,  que  me- 
rece prevalecer,  á  lo  menos  entre  nosotros,  y  debió  estar  generalizada 
en  lo  antiguo,  porque  constituye  designación  geográñca  en  lugares  de 
Galicia,  León  y  Andalucía. 

(2)  Choisy:  Revut  archéologiquty  t.  xxxn. 

(3)  Nótese  que  el  de  en  medio  y  más  regular  está  labrado  en  superfi- 
cies convexas,  lo  que  prueba  una  estética  diferente  de  la  nuestra. 


ARQUITECTURA  TARTESIA:  LA  NKCRÓPOLI  DE  ANTEQUERA.       IO9 

ron  desde  luego  en  la  concepción  del  monumento  por  ir  á  tra- 
mos y  entestando  encima  las  cobijas  (fig.  32);  también  les  son 
afines  en  Cerdeña  las  «sepulturas  de  gigantes»,  á  veces  hechas 
con  losas  verticales,  á  uso  megalítico  (fig.  29).  En  consecuen- 
cia, parece  verosímil  que  la  cueva  de  Menga  precediese  á  la  de 
Viera  y  á  las  antas  de  base  cuadrangular,  tan  solo  reconocidas 
en  la  comarca  granadina,  representando  una  segunda  fase  del 
megalitismo,  á  la  que  corresponderán  las  galerías  cubiertas  y 
dólmenes  fi-anceses,  entre  otras  derivaciones  septentrionales. 

Por  extraña  selección,  Antequera  no  ofi'ece  sino  los  modelos 
extremos  de  esta  arquitectura  singular.  Quizá  otros  intermedios 
ocultan  los  tres  ó  cuatro  túmulos  aún  sin  reconocer  dispersos  en 
aquella  vega;  mas  aunque  así  no  fiíese,  les  suplen  otras  necrópo- 
lis con  ejemplares  de  carácter  transicional,  según  cuadra  al  pe- 
ríodo de  tanteos  y  vacilaciones. 

Veamos,  pues,  el  desarrollo  que  en  nuestro  país  obtuvieron 
los  tipos  antequeranos,  estudio  no  hecho  en  su  totalidad  hasta 
ahora.  Primeramente  el  del  Romeral  se  repite  con  gran  insis- 
tencia como  forma  corriente  de  sepulcros  en  cierta  época,  des- 
de Almería  al  Algarbe  y  hasta  la  desembocadura  del  Tajo.  For- 
man grupos  en  Andalucía:  los  sepulcros  de  aparejo  menudo, 
bajo  túmulo  y  compuestos  de  cámara  redonda  y  galería,  que 
3uelen  hallarse  en  los  Alcores  sevillanos  y  en  la  sierra  de  Cons- 
tantina,  según  me  informa  el  Sr.  Bonsor,  quien  abrió  dos  de  elloá 
muy  importantes  cerca  de  Gandul  y  se  propone  reconocer  más 
en  este  año.  Otros  de  corto  desarrollo  en  Canillas  del  Serrano 
(Guillena),  de  los  que  solo  uno  fué  explorado,  con  cámara  de 
pequeño  aparejo  probablemente,  y  corredor  megalítico  de  base 
trapecial,  en  longitud  de  7>I5  ni.,  hallándose  dentro  esqueletos 
humanos  y  pedernales  (l).  La  famosa  cueva  de  la  Pastora  en 
Castilleja  de  Guzmán,  sobre  el  Ajarafe,  toda  con  idéntica  estruc- 
tura y  aparejo  que  la  del  Romeral,  pero  mezquinísima,  no 
obstante  alcanzar  á  28  m.  su  corredor,  provisto  de  dos  puertas 


(i)    Noticia  algo  completa  de  ellos  da  solamente  el  Sr.  Cáscales:  Bole- 
Hn  de  la  Sociedad  española  de  Excursiones^  tu,  149. 


lio  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

trilíticas  (fig.  II)  (l);  y  por  fin  la  citada  necrópoli  de  los  Millares, 
cerca  de  Gádor  y  junto  al  río  de  Andarax,  compuesta  de  un  cen- 
tenar de  túmulos,  que  exploró  D.  Luís  Siret  con  la  escrupulosi- 
dad, tino  y  buen  arte  que  le  caracterizan  (2). 

Los  más  de  ellos  obedecen  al  tipo  susodicho,  con  poca  varie- 
dad (figs.  9,  10  y  16):  cámara  de  3  á  5  y  alguna  vez  6  m.  de  diá- 
metro, en  la  que  suelen  abrirse  nichos  laterales  redondeados,  y 
animismo  en  la  galería,  breve  siempre,  con  un  vestíbulo  des- 
cubierto y  puertas  subdividiéndola;  un  montecillo  á  plataforma, 
cuya  base  ciñe  una  hilera  de  piedras  hincadas,  conformándose 
por  modo  bárbaro  con  el  zócalo  usual  en  los  túmulos  del  Asia 
Menor  y  Etruria,  y  un  semicírculo  ante  su  ingreso,  delineado  por 
otra  fila  de  piedras,  que  tiene  repetición  exacta  en  las  «sepultu- 
ras de  gigantes»  sardas.  El  aparejo  es  de  mampostería  menuda; 
pero  suelen  revestir  lo  bajo  de  los  muros,  como  en  los  templos 
de  Malta,  lajas  de  pizarra  enlucidas  con  escayola,  sobre  la  que 
destacaban  relieves  y  pinturas  rojas  decorando  la  cámara.  Su 
cubierta  era  de  saledizo  y  cobijas,  apoyadas  con  frecuencia  en 
una  columna  de  piedra  ó  madera  que  surgía  en  el  centro,  y  la 
del  corredor  variaba,  siendo  de  cobijas  ó  como  bóveda,  ya  en 
saledizo,  ya  compuesta  de  verdaderas  dovelas,  formas  ambas 
que  nos  aproximan  al  Oriente  un  grado  más  que  lo  del  Rome- 
ral. Compónense  unas  veces  las  puertas  de  tres  piedras,  pero 
otras  son  un  taladro  redondeado  abierto  en  una  laja,  algo  así 
como  en  el  sepulcro  de  Zafarraya  y  cueva  de  Viera,  y  por  últi- 
mo, forman  pavimento  losas  cimentadas  con  escayola.  Ciertos 
recintos  establecidos  ante  los  sepulcros  contenían  alineaciones 
de  muy  pequeños  obeliscos,  variados  en  su  forma,  pero  asimila- 
bles á  los  que  en  Oriente  solían  rematar  los  túmulos,  por  ejem- 
plo el  de  Alyates,  en  Sardes,  los  etruscos  y  también  algún  tala- 
yot.  Recuérdese,  al  propósito,  el  dicho  de  Aristóteles  (3)  sobre 
la  costumbre  ibera  de  fijar  alrededor  de  la  sepultura  tantos  obe- 


(1)  Candau:  Prehistoria  de  la prcm.  de  Sevilla,  33. 

(2)  L  Espagfie  préhistorique, 

(3)  Política,  vil. 


ARQUITECTURA  TARTBSIA*.    LA   NBCRÓPOLI  B8  AVfBl^CERA. 


II  I 


Bvoluoión  de  los  típos  sepulcrales  antequeranoa.-— IL 


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9  y  10.  Los  Millares  (Almería). — 1 1.  Castilleja  de  Guzmán  (Sevilla).— 12  y 
13.  Alcalar  (Algarbe). — 14.  Marcella  (Id.). — 15.  Alcalar.  — 16.  Los  Milla- 
res.— 17.  Lumbrales  (Salamanca). — 18.  Figueira  da  Foz  (Beira). 


T  1 2  BOLETÍN  DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

liscos  cuantos  fueron  los  enemigos  muertos  por  el  que  en  ella 
yacía,  y  compárense  con  las  alineaciones  y  círculos  de  menhi- 
res  usados  en  otros  países. 

No  faltaban  en  la  susodicha  necrópoli  monumentos  propia- 
mente megalíticos,  en  los  que  la  manipostería  desaparece,  y  las 
lajas,  en  vez  de  constituir  zócalo  ó  revestimiento,  adquieren  ab- 
soluto desarrollo.  El  Sr.  Siret  me  ha  dado  noticia  de  uno  espe- 
cialmente (núm.  63),  con  departamento  accesorio,  y  cuyo  conte- 
nido no  acusaba  distinción  de  época,  consistiendo  en  instrumen- 
tos de  pedernal  y  hueso,  vasijas  y  una  azuela  de  fibrolita  hora- 
dada como  amuleto.  De  otro  sepulcro  ha  publicado  la  planta,  que 
se  recomienda  por  su  semejanza  con  la  cueva  de  Menga  (fig.  33); 
pero  según  los  escombros,  su  hundida  cubierta  no  era  de  losas 
llanas,  sino  bóveda;  dentro  aparecieron  huesos  de  unos  veinte  in- 
dividuos, muchas  vasijas,  instrumentos  de  pedernal,  cobre  y 
marñl,  rudísimos  ídolos  y  cuentas  de  varías  substancias,  entro 
ellas  barro  esmaltado  y  azabache. 

Las  muchísimas  antas  registradas  por  el  mismo  explorador  y 
por  Góngora,  en  Fonelas,  Gor,  Laborcillas  y  Montefrío,  son  do 
escaso  desarrollo,  cuadrangulares ,  menos  algunas  de  Fonelas 
que  son  redondas,  y  con  galería  y  túmulo.  Respecto  de  su  con- 
tenido, en  unas  no  permite  clasificarse  en  período  distinto  que  la 
necrópoli  de  los  Millares;  pero  en  otras,  como  las  de  Laborcillas 
(Guadix),  no  hay  y^  nada  de  piedra,  sino  cobre,  bronce,  plata  y 
cerámica,  siendo  indudablemente  posteriores,  con  lo  que  so 
comprueba  mi  teoría,  según  dicho  señor  ha  tenido  la  bondad  de 
comunicarme.  El  monumento  de  Zafarraya  hubo  de  ser  impor- 
tante, y  más  aún  el  de  Dílar,  si  en  verdad  medía  9  m.;  estaba  he- 
cho con  sillares  de  caliza  conchífera  bien  labrados  y  una  fila  de 
piedras  demarcaba  su  túmulo  (l). 

En  Portugal  es  admirable  hallamos  con  otra  necrópoli  tan  ge- 
mela de  la  de  los  Millares,  que  casi  podríamos  excusar  descrip- 
ciones. Me  refiero  á  la  de  Alcalar  en  el  Algarbe,  donde  Estacio 


(i)    Góngora:  Obra  citada;  pero  desconfiese  de  la  pintura  de  Rico  allí 
reproducida. 


ARQUITECTURA    TARtESIAI    LA    NECRÓPOU   DB  AHTEQUERA.  I  1 3 

-de  Veíga  (l)  exploró,  bajo  de  sus  correspondientes  túmulos, 
siete  hipogeos  no  grandes,  con  sendos  nichos  abiertos  en  tres  d(^ 
las  cámaras,  y  galerías 'que  por  su  desarrollo  se  acercan  más  á 
ias  andaluzas,  precedidas  de  vestíbulo  y  con  puertas  trilíticas,  do 
forma  trapecial  como  en  Castilleja,  compartiéndolas.  Su  aparejo 
-es  de  mampostería  en  saledizo  y  cobijas  (fig.  12),  ó  bien  con  el 
•corredor  megalítico,  y  dos  hay  que  erigen  por  todo  su  contor- 
no lajas  á  plomo,  de  alto  á  bajo  (fig.  13).  Otro  es  como  verda- 
dera anta,  con  piedras  toscas  en  ruedo  fuertemente  inclinadas 
hacia  adentro  (fig.  15);  mas  aunque  le  faltaba  su  cubierta,  un  se- 
pulcro igual  visto  depués  ostenta  cúpula  semiesférica  hecha  con 
íajas  de  pizarra  y  arcilla  (2). 

Cerca  de  Cintra,  en  el  valle  de  S.  Martinho,  hubo  sepulcros 
idénticos,  pudiendo  verse  en  1 896  restos  de  cámaras,  con  diá- 
metro de  4,20  m.,  formadas  por  saledizos  de  mampostería  (3); 
otro,  que  llaman  del  Monje,  existe  en  la  sierra  de  Cintra,  cuya 
cúpula  se  cierra  con  gruesos  é  informes  pedruscos  (4),  y  se  les 
acercan  los  de  Folha  das  Barradas  (Cintra),  Aljezur  y  Torre  dos 
Frades  (Algarbe),  que  solo  conservan  su  parte  baja  hecha  por 
•excavación  (5),  si  bien  es  verosímil  tuviesen  revestimiento  pos- 
tizo ó  á  lo  menos  bóveda  de  cantería,  como  un  sepulcro  descu- 
bierto recientemente  en  la  Torre  (Portimfto),  cerca  de  Alca- 
iar  (6).  Los  de  Marcella  (fig.  14)  y  Arrife,  también  en  el  Algar- 
be, presentan  forrados  con  lajas  de  pizarra  sus  muros  (7),  y  no 
faltan  allí  mismo,  en  la  Nora  (fig.  34),  Campiña  y  Serró  do  Cas- 
tello,  ejemplares  megalíticos  del  tipo  de  Menga  con  cámara  rec- 
tilínea (8).  Por  el  contrario,  sepulturas  constituidas  por  un  simple 
rredondcl  de  mampostería  6  lajas,  como  simplificación  del  primi- 


(i)  AnÜguidades  montimentaes  do  Algarve,  iii. — Lcite  de  Vasconcellos: 
Eeligides  da  Lusitania^  i. 

(3)  O  archcologo  portugués  i  vu,  99. 

(3)  ídem  id.,  u,  210. 

(4)  Ribeiro:  Monumentos  megaltticos  das  visinhanfas  de  Bellas^  74. 

(5)  Leite:  Obra  cit.,  i,  339  y  sigs, 
'(6)  O  ardí.port,  ix,  173. 

(7)  Veiga:  Obra  cit.,  i,  257  y  286. 

<8)  Leile:  Obra  cit. 

TOMO  xLvn.  8 


114  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

tivo.  tipo,  fueron  vistas  en  Castilleja  (Sevilla),  encerrando  hachan 
de  piedra  y  cobre  (l),  Alearía  do  Pocinho  (Algarbe)  y  tierra  de 
Braga. 

En  nuestra  Extremadura  parece  referirse  á  otra  necrópoli  se* 
mejante  la  noticia  dada  por  el  Sr.  Roso  de  existir  hipogeos  con 
cámara  abovedada  redonda,  hecha  con  grandes  piedras  en  seco^ 
y  estrechísima  galería,  ocultos  en  las  barrancas  que  el  río  Bár- 
dalo forma  sobre  su  margen  izquierda,  poco  antes  de  desembo- 
car en  el  Guadiana,  al  NE.  de  Mérida  y  en  término  de  Miaja- 
das  (2). 

Bajo  aspecto  más  grandioso  y  francamente  megalítico,  des- 
arrollan el  mismo  invariable  modelo  las  antas  portuguesas.  Su 
cámara  es  poligonal  con  tendencia  al  círculo,  compuesta  de 
grandes  losas,  por  lo  común  toscas  é  hincadas  con  inclinación  ha- 
cia  adentro  para  recibir  en  firme  la  que  horizontalmente  cubre; 
un  corredor  más  bajo  le  precede;  otras  losas  ó  cantos  afirman  su 
respaldo;  todo  ello  se  cobija  bajo  un  montecillo  artificial,  y  una 
orla  de  piedras  le  ciñe  á  veces  (figs.  17  y  18).  Agrúpanse  en  gran 
número  en  la  región  montañosa  del  Alemtejo,  alrededor  de  Évo- 
ra  y  hasta  el  Guadiana,  cruzándolo  con  dirección  á  nuestros  gru-^ 
pos  extremeños  de  2^fra,  Usagre  y  Azuaga;  otro  foco  mantiene 
la  sierra  de  Cintra,  y  luego  ocupan  vastísimo  territorio  por  la 
Beira  y  Tras-os-montes  hasta  el  Miño,  corriéndose  Duero  arri- 
ba hacia  Vitigudino,  Ciudad  Rodrigo  y  Sayago.  En  las  vertien- 
tes cantábricas  reaparecen  con  menos  densidad,  ya  en  la  ría  de 
*  Arosa,  ya  en  Asturias,  ya  en  Álava  y  Bajos  Pirineos,  donde  ce- 
san, quedando  yermas  de  tales  obras  los  distritos  de  las  lindas 
y  Gascuña,  en  prueba  de  que  no  hay  por  allí  ligazón  con  los  me- 
galitos  franceses  detenidos  á  la  otra  parte  del  Garona. 

Los  objetos  procedentes  de  los  sepulcros  referidos  en  Portu- 
gal no  son  de  especie  diversa  que  los  andaluces,  sino  antes  al 
contrario,  se  asimilan  á  lo  de  los  Millares,  y  consisten  en  cerámi- 
ca con  adornos  rectilíneos  incisos,  piedras  muy  bien  labradas,. 


(i)    Candau:  Obra  cit.,  44.— Cañal:  Sevilla  prehistórica^  144. 
(2)    Bql.  de  la  Acad.  de  la  Historia,  xlv,  509. 


ARQUITECTURA  TARTESIA.'  LA  NBCRÓPOLI  DE  ANTEQUERA* 


«15 


Evolución  de  los  tipos  sepulcrales  autequeranos.— UL 


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19.  New-Grange  (Irlanda). — 20.  Lough-Crew  (Id.). — 21.  Park-Cwn  (Inglate- 
rra),— 22.  Caithness  (Escocia).— 23.  Macs-Howe  (Órcades).-r-*24.  Isla  de 
Jersey.— 25.  Ivias  (Bretaña  francesa). — 26.  Uby  (Zelanda:  Dinamarca). — 
27.  Kercado  (Bretaña). — 28.  Isla  de  Gavrinis  (Id.). 


I  l6  •       BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE    LA   HISTORIA. 

iastrumcntos  neolíticos  y  de  cobre,  marñles,  cuentas  hechas  con 
materiales  exóticos  y  alhajas  de  oro.  Se  observa  que  las  antas 
escasean  mucho  en  piezas  de  metal,  lo  que  se  aviene  con  la  mi- 
seria bien  explicable  de  sus  constructores,  pues  así  como  los 
otros  sepulcros  aparejados  radican  en  lugares  apacibles  y  férti- 
les, así  las  antas  en  los  montuosos,  donde  siempre  hubo  de  ser 
precaria  la  vida. 

Hora  es  ya  de  salir  buscando  otros  países  donde  los  anteceso- 
res remotísimos  de  Magallanes  y  Hernán  Cortés  pudieron  haber 
implantado  las  cosas  de  España;  y  en  efecto,  bastan  las  obser- 
vaciones de  Bertrand  y  Fergusson,  por  ejemplo,  y  mejor  aún  los 
planos  que  ellos  mismos  formaron,  para  convencerse  de  que  la 
expansión  de  los  megalitos  y  del  neolitismo,  cuyo  reflejo  más 
poderoso  constituyen,  partió  del  Atlántico  en  dirección  de  S.  á 
N.  para  las  Británicas,  y  metiéndose  por  entre  sus  dos  grandes 
islas  hasta  las  Orcades;  así  como  en  Francia  se  desarrollaron  de 
NO.  á  SE.,  y  en  Alemania  entraron  desde  Holanda,  llegando  á 
Suecia  por  la  región  oriental  de  Dinamarca,  siempre  cerca  de 
las  costas  y  vías  fluviales,  en  prueba  de  ser  marítimo  su  ve- 
hículo de  propagación.  Observado  esto,  forzosamente  debió 
reconocerse  á  España  como  lugar  de  procedencia,  si  hubiése- 
mos hecho  conocer  á  tiempo  nuestros  ricos  megalitos,  y  si  las 
grandes  potencias  interesadas  se  dignasen  concedernos,  allá  en 
lo  remoto,  una  supremacía  que  nuestra  humillación  de  hoy  mal 
defiende. 

Tocante  á  Irlanda,  la  hernia  de  los  antiguos,  la  historia  y  la  tra- 
dición acogían  recuerdos  de  comunicaciones  vetustas  con  nues- 
tra Iberia,  que  hoy  la  arqueología  ratifica  señalando  allí  ejempla- 
res del  susodicho  tipo  miceniano.  Tales  son  los  grandes  túmulos 
con  plataforma  de  su  costa  oriental,  cerca  del  río  Boyne,  que  en- 
cierran edificios  con  largo  corredor,  cámara  redonda  y  dos  ó  tres 
prolongaciones  abocando  á  ella  en  forma  de  cruz,  cuya  estruc- 
tura es  de  piedras  hincadas  sin  recortar  y  desiguales  por  arriba, 
defecto  que  se  corrigió  superponiendo  lajas  á  hiladas,  como  en 
Alcalar,  hasta  el  enrase  para  las  cobijas,  excepto  en  la  cámara» 
donde  prosigue  la  misma  obra  en  saledizo,  constituyendo  una 


ARQUITECTURA    TARTBSIA:    LA   NBCRÓPOLl  DE   ANTBQUBRA.  II7 

especie  de  cúpula  cónica,  de  apenas  dos  metros  de  diámetro, 
que  se  cierra  con  otra  losa  (figs.  19  y  20)  (l). 

Tal  moda  de  sepulcros  pasó  á  la  costa  frontera  de  Inglate- 
rra sin  gran  variación,  salvo  la  cúpula  (fig.  21)  (2);  también  á 
líscocia,  donde  hallamos  un  grupo  de  túmulos  en  Clava  (3)  en- 
cerrando pequeña  cámara  redonda  y  corredor,  y  ciñéndoles  pie- 
dras hincadas,  como  en  los  de  Irlanda  y  otros  andaluces  y  por- 
tugueses. Las  Hébridas  contienen  en  su  isla  de  Lewis  uno  seme- 
jante,  pero  con  cámara  y  cripta  cuadradas  (4),  y  en  las  ürcades 
se  ha  hecho  famoso  el  de  Macs-Owe  (5),  cuya  cámara  crucifor- 
me y  tres  criptas  fueron  hechas  cuidadosamente  á  hiladas  hori- 
zontales y  con  bóveda  en  saledizo  {^^,  23).  La  isla  de  Jersey  les 
tiene  con  cámara  redonda  y  corredor  bajo  túmulo;  mas  aquélla, 
por  su  extraordinario  diámetro,  es  de  suponer  que  no  se  cubriría 
con  piedras  (^^.  24),  y  por  último,  al  suelo  francés  llegaron  chis- 
pazos del  mismo  arte  con  el  túmulo  de  Fontenay-le-Marmion 
(Normandía)  (6),  lleno  de  cámaras  redondas  con  su  corredor, 
aisladas  unas  de  otras,  y  el  de  Yvias  (Bretaña)  (7),  más  impor- 
tante (fig.  25);  ambos  en  el  litoral  del  N.,  como  obedeciendo  á 
influjos  exteriores  por  allí  venidos. 

Asimismo  no  faltan  en  Irlanda  ejemplares  del  tipo  de  Menga, 
ya  junto  á  los  túmulos  susodichos,  ya  en  el  golfo  de  Donegal,  y 
alguno  de  ellos  con  muros  de  cantería  menuda  (figs.  38  y  35)  (8). 
Inglaterra  los  conserva  en  el  país  de  los  Siluros,  hacia  Cornua- 
lies,  que  es  donde  más  abundan,  Gales  é  islas  de  Anglesey  y  de 
Man.  Pero  sobre  todo  campean,  asociados  al  tipo  de  Viera  y  con 
imponente  grandiosidad,  en  la  Bretaña  francesa  hasta  el  Loira 
(fígs.  36  y  39),  por  donde  acaso  penetrara  el  arte  de  los  megali- 


(i)  Fergusson:  Obra  cit.,  213  y  sigs.  de  la  trad.  francesa. 

(3)  ídem  id.,  175  y  sigs. 

(3)  ídem  id.,  p.  279.  Compárense  con  los  extraños  túmulos  de  Caith- 
ness  descritos  en  la  edición  inglesa  de  la  misma  obra  (fíg.  22). 

(4)  ídem  id.,  p.  273. 

(5)  ídem  id.,  p.  258  y  sigs. 

(6)  Gailhabaud:  Archit  anc.  ti  mod.,  11. 

(7)  Revue  arckiologiquc^  xxxviii,  465. 

(8)  Fergusson:  Ob.  cit,  238  y  siguientes. 


Il8  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEmA  DE  LA  HISTORIA. 

tos  andaluces.  Hay  allí  monumentos,  como  la  gruta  de  las  Ha- 
das cerca  de  Saumur,  tan  parecidos  á  la  cueva  de  Menga  que 
no  sin  temeridad  podría  negarse  una  relación  directa  (fig.  37),  y 
en  igual  forma  repiten  el  modelo  de  Viera  otro^  en  Locmaria- 
ker,  isla  de  Gavrinis  (fig.  28)  (l),  Kercado  (fig.  27)  (2),  etc.,  re- 
sultando desde  luego  con  evidencia  por  su  distribución  en  el 
suelo  francés,  que  los  edificadores  avanzaban  desde  la  costa  can- 
tábrica hacia  oriente  y  sur.  El  menhir  ó  hito,  inusitado  en  la  re- 
gión española  y  que  será  degeneración  bárbara  del  obelisco,  pa- 
rece haber  obtenido  su  incremento  gigantesco  en  Bretaña;  des- 
cendió con  la  cámara  megalítica,  muy  atenuada  en  tamaño  y  de 
base  cuadrangular,  hacia  el  Mediterráneo,  rebasó  los  Pirineos 
orientales  por  el  Ampurdán,  y  llegando  hasta  Navarra  y  Teruel 
(Mirambel  y.Peñaroya)  con  escasa  vitalidad,  allí  se  extingue. 

Influjos  verosímiles  andaluces,  aunque  menos  directos  en  razón 
de  su  alejamiento,  revela  también  el  grupo  germano-escandinavo 
de  megalitos,  correspondiente  á  una  edad  exclusivamente  pétrea, 
según  dicen  (3),  propagado  por  mar  y  comenzando  al  otro  lado 
del  Rhin,  desde  cuyas  cercanías  pululan  cámaras  sepulcrales  en 
rectángulo  y  con  su  corredor  al  través  (fig.  26),  que  van  á  me- 
nos conforme  se  marcha  hacia  Prusia,  y  desde  Jutlandia  y  See- 
landia  ganan  las  costas  suecas,  en  donde  el  menhir  adquiere  ca- 
prichoso desarrollo,  como  elemento  de  polígonos  y  círculos,  que 
luego  los  escandinavos  trasplantarían  á  Inglaterra,  deparando 
una  fase  nueva  de  arte  megalítico.  Respecto  de  lo  argelino,  estí- 
manse  de  origen  francés  tardío  y  muy  degenerado  sus  túmulos, 
que  recuerdan  especialmente  los  de  Auvernia,  dólmenes  com- 
puestos de  tres  ó  cuatro  piedras  no  grandes,  y  ruedos  de  menhi- 
res  ciñéndoles,  como  en  Cataluña. 

No  parece  trascender  más  allá  nuestra  arquitectura  megalí- 
tica; pero  desde  que  se  arrinconó  la  teoría  céltica,  y  la  prehisto- 

(i)    ídem  id.  y  Gailhabaud. 

(2)  Bertrand:  Ob.  cit.,  190. 

(3)  Sin  embargo,  debe  creerse  que  este  exclusivismo  en  los  sepulcros 
obedece  tan  solo  á  prescripción  ritual,  porque  sus  instrumentos  son  de 
los  que  más  á  las  claras  revelan  imitación  de  tipos  metálicos 


i 


ARQUITECTURA  TARTBSIA:    LA    MBCRÓfOLI   DE   ANTBQUBRA. 

BrolnoUn  de  los  tipos  sepulsraleB  tuit«qner(uioa.— 17. 


39.  Sepultura  de  gigBDtes  (Cerdefta).— 30.  Talayot  de  Ciudadela  (Menorca). 
31.  Naveta  de  Torre-nova  (Id,).— 31.  Id.de  Son  Mercé  (Id.).— 33.  Lea 
Millares  (Almería).— 34.  La  Nora  (Algarbe).— 35.  Greenmouth  (Irlanda). 
36.  Esse  (Bretaña:  Francia).— 37.  Bagneux  (Saumur:  Fraucia).— 38.  Mo- 
nasterboice  (Irlanda),— 39.  Mettray  (Toursi  Francia). 


120  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

ría  depuso  en  favor  de  un  misterio  inasequible  tocante  á  sus  orí- 
genes, parece  haberse  hecho  gala  de  complicar  el  problema  ge- 
neralizándolo en  demasía,  sin  otra  razón  común  que  el  uso  de 
piedras  enhiestas  y  en  bruto,  de  suerte  que  su  enlace  inmediato 
con  lo  occidental  es  por  todos  conceptos  ilusorio  á  más  de  ocio- 
so. En  efecto,  Trípoli,  Nubia,  Palestina  y  Arabia,  no  ofrecen  sino 
trilitos;  Crimea  y  el  Cáucaso,  túmulos  con  pequeña  cripta  ó  bien 
ella  al  descubierto,  imponiéndose  lo  histórico  del  Asia  Menor 
como  su  modelo;  Rusia,  otros  túmulos  sobre  círculos  de  piedras; 
Persia,  más  círculos  y  menhires;  y  por  último,  la  India,  enorme 
serie  de  ejemplares,  con  provenencia  incuestionable  de  los  tipos, 
clásicos  allí  mismo  desarrollados;  pero  jamás,  en  cuanto  se  me 
alcanza,  un  edificio  que  implique  relación  con  los  de  Antequera.. 
En  lo  referente  á  otra  clase  de  datos,  cual  es  la  estirpe  de  los 
antiguos  nombres  geográficos  y  personales  en  las  regiones  alu- 
didas, tiénese  por  arriesgadísimo  definir  algo  mientras  dure 
nuestra  ignorancia  respecto  de  la  etnografía  y  lingüística  de  los 
españoles  primitivos,  y  las  ingerencias  extrañas  no  bien  descar- 
tadas ni  aun  reconpcidas  al  presente;  sin  embargo,  materiales  y 
algunas  concordancias  felices  pueden  registrarse  en  las  obras  de 
Humboldt,  Hübner,  Fernández  y  González  y  otros.  Solo  apun- 
taré, respecto  de  la  comarca  granadina,  que  su  antigua  nomen- 
clatura geográfica  previene  concordancias  helénicas  y  célticas,  no 
despreciables  acaso,  como  la  propia  Antikaria,  Nescania,  Ulisia,. 
Singilis  numen,  Ébura,  Segida,  Arialdunum,  Sábora,  Bergi,  Alpe- 
sa,  Arunda,  Silurus  mons,  etc.,  y  aun  el  que  se  reputa  de  más  ca- 
racterizado iberismo,  Iliberri,  *E,XiQv^yn  quizá  en  su  forma  primiti- 
va (l),  trae  recuerdos  bastante  expresivos  con  la  esfinge  y  tris- 
cela  (2)  de  sus  monedas,  para  suponer  á  sus  habitantes  de  es- 


(i)  Hecateo,  en  Estéíano.  La  corrección  propuesta  por  MüUer,  de  sus- 
tituir la  ^  por  O  ó  B  para  concertarlo  con  Iliturgi  desmerece,  porque  las- 
iormas  arcaicas  de  este  nombre  son  'IXoupYc'a  é  Iloiturgi. 

(2)    Este  símbolo  de  las  tres  piernas  unidas,  fígura  en  monedas  griegas, 
del  Asia  Menor,  islas  del  Egeo  y  Sicilia;  además,  ocupando  su  centro  una 
cabeza  como  en  Iliberri,  le  traen  un  denario  de  Mácer  con  la  leyenda 


ARQUITECTURA   TARTBSIA:   LA   NECRÓPOLI    DE   ANTBQUBRA.  121 

tírpe  egea.  En  Ilurco  un  individuo  se  llamaba  Urcestar,  hijo  de 
Tascasecer  (l),  nombres  insólitos  ambos,  aunque  de  raíz  común 
el  primero  á  otros  españoles,  y  cuya  analogía  con  la  voz  griega 
oixwcTwp  será  casualidad;  tocante  al  de  los  anticarienses  Sisanna 
y  Catnecus  (2),  el  uno  era  usual  en  la  Bética,  concordando  con 
el  Sísenna  etrusco  (3),  y  el  otro,  acaso  celta,  se  asemeja  al  del 
dios  Cantuneco  de  Ciudad  Rodrigo. 

Indaguemos  ahora  el  nombre  de  nación  que  estos  españoles, 
cuyos  vestigios  acabamos  de  investigar,  llevaron,  pues  no  creo 
difícil  rastrearlo  entre  designaciones  locales  de  tribu  que  des- 
orientan. En  efecto,  hubo  un  pueblo  famoso  entre  los  de  Espa- 
ña, que  aun  los  griegos  miraron  con  afecto,  y  del  que  se  ponde- 
raban los  amenos  y  feraces  campos,  su  nobleza  y  magnanimidad, 
opulencia  y  sabiduría,  lo  vetusto  de  su  literatura  con  gramática, 
historias,  poemas  y  leyes  en  verso,  cuya  edad  reputaban  de  mi- 
les de  años Me  refiero  á  los  Tartesios  de  la  geografía  griega  y 

Túrdulos  de  la  latina,  por  quienes  la  Andalucía  baja,  donde  prin- 
cipalmente florecieron,  se  llamó  Tartéside  y  Turdetania;  mas  no 
fué  aquí  solo  su  residencia,  sino  que  consta  por  muy  viejos  tes- 
timonios haber  ocupado  la  comarca  granadina  con  lo  más  de  las 
costas  y  otros  grandes  territorios  occidentales  (4). 

Hacia  el  Mediterráneo  hay  indicios  de  que  fueron  arrojados 
por  los  aborígenes  hasta  más  abajo  del  Segura,  en  algún  tiempo 
su  límite  oriental,  desde  donde  suenan  con  varios  nombres  re- 
gionales apellidados:  Así,  á  los  Tartesios  Mastienos,  luego  llama- 
dos Bastitanos  y  Bástulos,  correspondía  la  estrecha  costa  desde 


«Sicilia»,  un  mármol  numídico  que  al  propósito  adujo  Delgado  (Nuevo 
método  dt  dosificación^  etc.,  11,  90),  y  un  altar  de  Malta  dedicado  á  Pro- 
sérpina,  que  se  dibujó  en  el  Panorama  ttmversaL 

(1)  Corpus  inscr,  lat^  11,  núm.  2067. 

(2)  C.  I.  L.,  II,  núm.  2051. 

(3)  Hübner:  Monumenia  linguae  ibericae;  p.cxxxvii.  Admira  que  este 
pasaje  deje  reducido  á  tan  poco  el  cotejo  de  nombres  ibéricos  y  etruscos, 
cuando  en  verdad  es  fuente  de  analogías  copiosa. 

(4)  Consúltense  como  autoridades  principales:  Herodoro  en  Dionisio 
Porfirogeneta,  Estéfano,  Avieno,  Estrabón  y  Tolomeo. 


132  BOLBTIN   DB   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA  HISTORIA. 

Cartagena,  quizá  Mastia  6  Massia  primitivamente  (l),  hasta  Suel, 
más  allá  de  Málaga;  seguíanles  los  Calpianos  6  Carpesios,  con 
Algeciras,  antigua  Carpeso  ó  Carteya;  más  allá,  sobre  el  Océano, 
los  Elbisinios,  Elbestios  6  Selbysinos;  pasada  Cádiz  surgió  entre 
las  dos  antiguas  bocas  del  Guadalquivir  la  capital  famosa  Tar- 
tesso,  y  á  lo  último  esparcíanse  los  renombrados  Cynetes  6  Cu- 
neos en  el  Algarbe  y  costa  occidental  hasta  cerca  del  Tajo,  pero 
se  ignora  dónde  fué  su  capital  Conistorgis.  Más  al  N.,  mencionan 
geógrafos  antiquísimos  á  los  Gletes  ó  Ileates  y  á  los  Cempsos, 
gentes  no  bien  definidas;  pero  sí  constan  Túrdulos  en  la  estéril 
Beturia  ó  serranía  de  Badajoz,  en  Mérida  y  en  toda  la  Lusitania 
opulenta,  cuyo  río  Tajo  es  llamado  Tartesiaco,  así  como  Vete- 
res  apellidaron  á  otros  Túrdulos  ribereños  del  Duero.  En  época 
más  moderna,  si  hemos  de  creer  á  Estrabón,  fueron  algunos 
desde  el  Guadiana  á  colonizar  en  Galicia,  junto  al  cabo  de  Fi- 
nisterre,  y  otra  tribu  suya,  la  de  los  Bardyetas  ó  Bárdulos,  men- 
ciónase tras  de  los  Cántabros,  hacia  Álava  y  Guipúzcoa.  Siendo 
así,  no  parece  temerario  reducir  á  Túrdulos  aquellos  Cempsos 
que  en  Portugal  y  en  las  faldas  del  Pirineo  habitaban. 

Si  en  un  mapa  fuésemos  indicando  las  comarcas  aludidas  y  asi- 
mismo los  vestigios  de  arte  que  arriba  se  agruparon,  resultarían 
tales  concordancias,  que  bien  puede  fundarse  criterio  de  verosi- 
militud sobre  ellas.  Es  decir,  que  si  la  nación  tartesia  estaba  en  ap- 
titud, por  su  avanzada  cultura,  de  poseer  un  arte,  y  si  los  sepulcros 
con  cúpula  y  megalitos  cunden  precisamente  donde  ella  radicaba, 
la  conclusión  viene  sin  esfuerzo  atribuyéndoselos.  Mas  no  paran 
aquí  las  armonías  entre  textos  y  monumentos,  sino  que,  al  igual 
que  antes,  respecto  de  los  segundos,  asociamos  con  España  las 
naciones  septentrionales,  ahora  Dionisio  el  geógrafo,  Avieno  y 
Prisciano,  escribiendo  sobre  periplos  antiquísimos,  nos  revelan 
que  los  Tartesios,  aquellos  iberos  de  las  costas  gaditanas  inteli- 
gentes en  beneficiar  el  oro,  cuya  posesión  no  les  corrompía  ni 


(i)  Avieno:  Ora  maritima^  v.  452.  Para  citas  bibliográficas  respectivas 
á  todos  estos  nombres,  véase  el  índice  II  de  los  Monumenta  linguae  iberia' 
cae  por  Hübner. 


ARQUITECTURA   TARTESIA:   LA   NECRÓPOLI  DE   ANTEQUBRA.  1 2$ 

SU  falta  les  desalentaba,  arrojándose  atrevidos  al  Océano  en  ve- 
loces barcas,  lo  recorrían  con  frecuencia,  ya  para  negociar  en 
las  islas  Oestrímnides  ú  Occidentales,  ricas  en  estaño  y  plomo, 
ya  desafiando  los  hielos  del  mar  del  N.,  para  invadir  extensas 
comarcas,  hacia  donde  habitaban  los  britanos  y  los  germanos 
feroces  de  tez  blanca  (l). 

Dichas  Oestrímnides  sin  duda  son  las  islas  Casitérides  que,  no 
obstante  la  propensión  general  en  los  antiguos  á  distinguirlas  de 
las  Británicas,  deben  ser  éstas  mismas,  como  se  infiere  de  Avie- 
no,  siendo  culpa  de  los  geógrafos  compiladores  que,  al  recibir 
informes  por  varios  conductos,  no  acertasen  á  compaginarlos. 

Allí  habitaban  Tartesios  comerciando  con  los  indígenas,  en  su 
mayoría  nómadas,  que  trocaban  el  estaño  y  plomo  de  sus  minas 
y  pieles  de  sus  ganados  por  cerámica,  bronces  y  sal  (2),  y  todo 
esto  explica  el  hallazgo  de  productos  industríales,  como  los  de 
Elspaña,  en  Irlanda,  Cornualles  y  Francia  sobre  todo,  que  advir- 
tieron Cartailhac  y  Siret.  Asimismo  afianza  la  tradición  de  aque- 
llos Siluros  ingleses,  que  Tácito  reconoció  como  iberos  (3);  la 
de  los  Milesios  irlandeses,  á  que  leyendas  del  siglo  ix  dan  origen 
español,  y  la  información  de  Timagenes  (4)  sobre  los  habitantes 
de  la  Galia,  que  dice  eran  en  parte  indígenas,  otros  venidos  de 
islas  (ó  penínsulas)  las  más  remotas,  y  otros,  de  allende  el  Rhin, 
expulsados  de  sus  mansiones  por  guerras  tenaces  y  por  un  des- 
bordamiento del  mar.  Los  primeros  acaso  fueran  ligures,  que  en 
edad  remota  ocupaban  desde  el  mar  del  N.  hasta  Marsella;  los 
últimos  eran  sin  duda  celtas,  que  arrollaron  á  los  ligures  (5), 
unos  cinco  siglos  antes  de  nuestra  Era,  y  los  segundos  no  podían 
venir  sino  de  España,  por  mar  y  antes  que  los  celtas,  como  creía 
el  mismo  Timagenes,  haciéndoles  griegos  (dorios  dice),  habita- 


(i)    Dionisio:  Periegesis^  v.  281  y  561.— Aviene:  Ora  mar.,  v.  113,  y 
Descr,  arbts,  v.  414  y  738. — Prisciano:  PeriegesiSy  v.  268  y  574. 
(3)    Aviene:  Ora  n,ar,,  v.  94.— Estrabón,  III,  v,  11. 

(3)  Agrícola^  xi.  Recuérdese  que  monte  Siluro  llamaron  á  nuestra  sie- 
rra Nevada  (Avieno,  v.  433). 

(4)  En  Ammiano  Marcelino:  Rerum  gestarum,  xv,  9. 

(5)  Avieno:  Ora  mar,,  v.  133. 


124  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

dores  de  los  confines,  del  Océano  y  venidos  con  un  Hércules 
antiquísimo.  No  se  olvide  la  leyenda  consignada  por  Diodoro> 
(le  haber  pasado  Hércules  con  su  ejército  desde  Iberia  á  la  Cél- 
tica, la  que  recorrió  toda  extirpando  su  barbarie,  mito  perfecta- 
mente acorde  con  lo  susodicho. 

Los  nombres  de  Tartesios  y  Túrdulos  bajo  que  esta  nación 
seductora  se  nos  revela,  no  son  únicos:  Polibio  alguna  vez  les 
llama  Thersitas  ó  Tarseitas  (l),  y  Artemidoro,  en  Estéfano^ 
Turtos,  formas  que,  ofreciendo  una  radical  más  abreviada,  pue- 
den reputarse  arcaicas.  Mediante  ellas  será  gustoso  reconocerles^ 
con  Maspero,  en  el  Tharsis  de  la  Biblia  (2),  aquel  país  remoto 
que  abría  su  mercado  á  las  naves  tirias  con  muchedumbre  de 
todas  riquezas,  y  de  donde  llevaban  plata  en  cantidad  para  en- 
vilecer su  precio  (3);  además,  en  los  Tursos  de  las  inscripciones 
tebanas  que,  juntos  con  los  otros  pueblos  de  la  mar,  Sardanos^ 
Léeos,  Acaios,  Sácalos,  etc.,  acometieron  repetidas  veces  el 
Egipto  bajo  los  Remésides  (4),  en  los  siglos  xv  á  xiv  antes  de 
Cristo;  aquellos  mismos  que  la  tradición  helénica  nombra  Tyr- 
senos  ó  Tyrrenos,  haciéndoles  originarios  de  Lidia  (5),  nación 
indecisa  en  cuanto  á  raza,  que  desarrolló  el  imperio  más  antigua 
y  pujante  del  Asia  Menor,  y  de  donde  ellos  salieron,  echándose 
al  mar  como  piratas  y  ejerciendo  dominio  sobre  el  Egeo  y  sus 
islas;  en  Grecia  se  mezclaron  con  los  aborígenes  pelasgos,  de 
quienes  no  suelen  distinguirse,  y  también  se  fijaron  en  Italia, 
constituyendo  los  Rasenas,  Turscos  ó  Etruscos.  Su  concordan- 
cia con  los  Tartesios  (6)  no  surge  ahora  como  nueva,  pues  ya 

(i)  III,  24  y  33.  Estéíano  y  Polibio  mismo  reñeren  á  España  la  ciudad 
de  Tarseio,  en  la  costa  y  no  lejos  de  Mastia. 

(2)  Maspero:  Hist.  ancUnne  des  peupUs  de  rOriení,  1904,  páginas  36S 
y  372. — Bochart,  citado  por  Berlanga  en  Los  bronces  de  Láscuta^  etc.,  pá- 
gina 33. 

(3)  WParal^,^  ix,  21.  Psal,  lxxi,  10.  Jerem.,  x,  9.  Jonas^  i.  3.  Ezeck,, 
XXVII,  1 2,  según  el  texto  hebreo. 

(4)  Maspero:  Ob.  cit,  261,  300  y  314. 

(5)  ídem  id.,  páginas  289  y  297. 

(6)  Sospecho  que  éstos,  bajo  el  nombre  de  Persas,  son  los  citados  por 
el  sabio  Varrón  como  segundos  pobladores  de  España,  tras  de  los  iberos 
y  antes  que  los  fenicios.  Consta  por  Salustio  que  una  banda  de  ellos,  jun- 


ARQUITECTURA  TARTESIA:  LA  NECRÓPOLI  DE  ANTEQUERA.        1 25 

varios  escritores  orientales  del  siglo  iii,  intérpretes  acaso  de  una 
tradición,  declaran  escuetamente  que  del  epónimo  Tharsis  des- 
cendían los  iberos  ó  españoles  «que  son  también  los  tyrre- 
nos»  (l). 

La  poesía  griega,  vehículo  de  historia  primitiva  informada  por 
un  arte  exquisito  que,  abstrayendo  las  arideces  vulgares,  sublima 
la  idea  noble  á  fin  de  que  brille  y  seduzca  con  más  fuerza,  no 
había  de  olvidar  la  grandeza  de  aquellas  aventuras  ni  enmudecer 
ante  la  admiración  que  el  próvido  suelo  andaluz  evocara.  En 
«efecto,  sus  dioses  y  sus  héroes,  sus  mitos  más  halagüeños  alen- 
taron algo  en  España:  aquí  sitúa  Homero  los  maravillosos  cam- 
pos Elíseos;  aquí  reina  Saturno  vencido  por  los  Titanes;  aquí 
ellos  luchan  con  los  dioses;  aquí  Hesiodo  fragua  la  leyenda  de 
las  Gorgonas  con  la  ascendencia  del  esforzado  Gerión,  y  pinta 
á  Saturno  estableciendo  en  los  últimos  confines  de  la  tierra  é 
islas  que  rodean  el  Océano  á  los  héroes  griegos  tras  la  destruc- 
ción de  Troya;  por  estas  regiones  tornan  de  su  imposible  viaje 
los  Argonautas;  pero,  sobre  todo,  en  Hércules  columbramos 
sintetizadas  las  expediciones  marítimas  á  la  Hesperia,  la  marcha 
civilizadora  de  los  orientales,  el  neolitismo  conquistador  impo- 
niéndose al  estado  prehistórico.  Más  aún:  la  fabulosa  Atlántida 
nos  pinta  quizá  el  esplendor  del  imperio  tartesio  y  expediciones 
contra  el  Oriente,  así  como  la  litada  habla  de  unas  gentes  de  la 
mar  procedentes  del  remoto  Alybe,  ó  sea  Calpe  (2),  donde  se  cría 
la  plata,  y  llevadas  por  Filoctetes  á  guerrear  con  los  troyanos. 

Luego  revélasenos  otra  serie  de  tradiciones  más  prosaicas  to- 


tamente  con  medos  y  armenios,  perdido  aquí  su  jeíe,  pasaron  al  Áíríca, 
■aposentándose  cerca  del  Estrecho,  y  que  procrearon  á  los  númidas;  y  en 
eíecto,  Mela  (III,  x)  y  Plinio  (V,  viii),  cítanles  allí  con  el  nombre  de  Pha- 
rusios,  como  descendientes  de  los  compañeros  de  Hércules  cuando  vino 
á  España,  y  caídos  en  la  barbarie.  Estéíano,  sobre  Hecateo,  asegura  que  al 
rio  Betis  ó  Tartesso  llamaban  Perces  los  naturales;  mas  quizá  deba  corre- 
girse Pertes. 

(i)  Julio  Airicano,  en  Eusebio:  Chronographia.—Libcllus  de  divis,  et 
gentrcU.  gentium^^'Liber  generat,  ab  Adam.—Chronican paschale, 

(3)  Reinach:  Rame  celtique,  Abril  1894,  citado  por  Fernández  y  Gon- 
zález. 


126  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

cando  los  linderos  de  la  historia.  Por  una  parte,  las  que  se  refie- 
ren á  colonizaciones  ibéricas  en  el  Cáucaso,  Cerdeña,  Córcega  y 
Sicilia,  conforme  asientan  graves  autores;  y  por  otra  las  expedi- 
ciones de  griegos  á  nuestro  país,  ya  con  el  cretense  Teucro,  que 
funda  á  Cartagena,  y  á  Helenes  y  Amphiloquia  entre  los  Galai- 
cos; ya  con  Ulises,  cuyos  trofeos  navales  guardaba  una  ciudad 
en  las  sierras  granadinas,  llamada  Odysia;  ya  Lacones  en  Can- 
tabria, fundadores  de  Opsicela;  ya  Mésenlos;  ya  Rodios  en  las 
Baleares;  ya  Focenses  que,  bien  acogidos  por  el  rey  de  Tartes- 
so  Argantonio,  se  establecieron  á  su  ruego  en  Ampurias,  Denia 
y  Almuñécar  (Menaca)  (i). 

Estas  colonizaciones,  en  gran  parte  fidedignas,  coincidirían 
aproximadamente  y  hacia  el  siglo  vi  antes  de  Cristo,  con  el  des- 
arrollo de  establecimientos  fenicios  en  nuestras  costas,  desde 
Adra  á  Cádiz,  resultando  de  todo  ello  un  nuevo  apogeo  artístico, 
bajo  la  doble  influencia  griega  y  fenicia,  á  que  corresponden  los 
descubrimientos  del  cerro  de  los  Santos  y  Elche;  los  de  Vera, 
obtenidos  por  Siret;  los  de  Osuna,  por  Engel  y  Paris;  los  de  Car- 
mona,  por  Bonsor,  y  cien  localidades  más  que  hacen  revivir  un 
ciclo  poderoso  de  cultura,  emulando  en  cierto  grado  al  etrusco. 

Nuestros  aborígenes,  aquellos  hombres  que  la  prehistoria  y 
los  geógrafos  antiguos  pintan  dispersos  en  chozas  y  cuevas,  antes 
que  los  edificadores  de  ciudades  arribasen,  pueden  ser  los  tro- 
gloditas ligures  (2)  de  Francia,  como  arriba  se  dijo,  que  también 
dejaron  recuerdo  en  Italia,  y  suenan  con  el  mismo  nombre  y  con 
el  de  libios  en  Córcega  y  Cerdeña  (3).  Por  ellos  mereció  llamarse 
Ligústico  el  mar  Mediterráneo  hacia  nuestros  confines  (4);  para 


(i)  Notorias  son  las  analogías  que,  respecto  de  costumbres  griegas, 
observó  Estrabón  en  los  montañeses  Galaicos,  astures  y  cántabros;  y  que 
no  eran  antojos  lo  prueban  ciertos  nombres  personales  y  la  suástica,  sím- 
bolo religioso  de  ellos,  como  en  Hissarlic  y  otros  pueblos  griegos  y  el 
etrusco.  Los  arúspices  lusitanos  de  que  habla  el  mismo  geógrafo  (III,  iii,  6) 
refuerzan  tales  concordancias. 

{2)     Ora  maritima^  v.  140. 

(3)  Sénega:  D&  Consolatione^  viii. — Pausanias:  X,  xvii. — Filistc,  en  Dip- 
nisio  de  Halicarnaso. — Estrabón,  V,  i,  4. 

(4)  Estrab.,  II,  v,  19  y  29. 


ARQUITECTURA  TARTESIAI  LA  KECRÓPOLI  DE  ANTEQUBRA.       1 27 

Hesiodo,  el  padre  de  la  prehistoria  (l),  eran  famosos  más  que  los 
otros  pueblos  del  occidente  europeo;  Esquilo  (2)  deja  entender 
que  sus  intrépidas  huestes  acamparon  en  España;  por  Eratóste- 
nes  (3),  consta  que  en  antigua  fecha  ¿e  llamó  Ligústica  nuestra 
península;  Tucídides  refiere  cómo  arrojaron  hacia  el  mar  á  los 
sicanos  desde  las  playas  valencianas;  Avieno  les  cita  en  regio- 
nes heladas  las  más  septentrionales  y  nombra  un  lago  Ligústico 
al  pie  del  monte  Argentario  (4),  cerca  de  Castulo,  donde  nacía 
el  Guadalquivir;  Estéfano  consigna  como  de  ellos,  cerca  de  los 
tartesios,  la  ciudad  de  Ligustina,  y,  en  fin,  Hecateo,  Heródoto  y 
Avieno  (5)  dan  noticia  de  los  feroces  Elésycos  de  la  Narbonen- 
se,  como  tribu  de  ligures,  permitiendo  asociarles  á  los  astutos 
Aquitanos,  retirados  en  cavernas,  según  Floro,  y  á  los  iberos  pro- 
piamente dichos,  que  poblaban  desde  el  Ródano  hasta  el  Ebro  (6). 
Rs  opinión  bastante  admisible  (7)  que  los  vascos  son  sus  descen- 
dientes, calificados  también  de  feroces  por  los  cronistas  godos,  y> 
según  puede  inferirse  de  los  datos  preinsertos,  se  mantendrían 
largo  tiempo  en  los  páramos  y  fragosidades  del  centro  de  Es- 
paña, precisamente  donde  se  echan  de  menos  reliquias  tartesias. 
Por  lo  que  toca  á  los  celtas,  mucho  dudo  mereciesen  catego- 
ría de  pobladores  en  nuestra  tierra,  sino  que  más  bien,  como 
vanguardia  de  los  germanos  y  escandinavos,  su  papel  se  reduci- 
ría á  invadir  la  Francia,  Italia,  España  y  Grecia,  y  surcar  el  Me- 
diterráneo á  sueldo  de  cartagineses  y  sicilianos,  egipcios  y  grie- 
gos (8),  concluyendo  por  ser  absorbidos  y  fundirse  con  los  pue- 
blos un  día  sojuzgados  por  ellos.  El  apogeo  de  su  expansión  fué 
durante  los  siglos  v  á  iii  antes  de  Cristo,  y  como  su  extraño  as- 

(i)     En  Estrabón,  VII,  in,  7. 

(2)  Fragmento  de  su  Prometeo^  en  id.,  IV,  r,  7. 

(3)  Estrabón,  II,  i,  40. 

(4)  Ora  maritimat  v.  195.  Descr.  orbis,  v.  504. 

(5)  Ora  mar.,  v.  584. 

(6)  Estrabón,  III,  iv. — Periplo  de  Scylax.  —  Esquilo,  en  Plinio; 
Hist  nat,  XXXVII,  ir. 

(7)  D'Arbois  de  Jubainville:  Les  premier  s  kdbitants  de  VEurope,  2.*  ed. — 
Schiaparelli:  L*  estirpe  ihero-ligur  nelV  occidente  é  nelV  Italia,  citado  por 
Fernández  y  González. 

(8)  D'Arbois:  Catirs  de  liti,  céltique,  xu. 


128  EOLETÍN    DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

pecto,  corpulencia  y  fiereza,  junto  con  sus  hazañas,  habían  im- 
presionado vivamente  á  latinos  y  griegos,  es  natural  que  en  ellos 
cifren  las  historias  toda  la  atención,  olvidando  á  otras  gentes 
occidentales  con  quienes  no  se  pusieron  en  contacto.  Su  venida 
á  España,  como  la  de  los  bárbaros,  debió  rápidamente  producir 
una  ocupación  militar,  á  costa  dé  violencias  y  horrores,  que  los 
naturales  del  país,  desunidos  siempre,  fueron  incapaces  de  con- 
tener (l),  hasta  el  punto  de  que  en  el  siglo  iv  invadían  lo  más 
de  la  Península  (2).  Repelidos  luego  definitivamente  de  unas  co- 
marcas cuando  la  reacción  sobrevino,  y  amansados  al  contacto 
de  una  civilización  superior,  quedarían  reducidos  á  una  aristo- 
cracia guerrera,  cuya  fiereza  é  inhumanidad  eran  notorias  (3),  y 
contra  la  que  tal  vez  chocasen  más  de  recio  cartagineses  y  ro- 
manos hasta  humillarla.  Siendo  así,  resulta  explicable  la  escasez 
de  vestigios  celtas  por  acá  notados,  como  que  en  materia  de  arte 
apenas  influirían  sino  coartándolo,  y,  en  resolución,  su  paso  que- 
daría marcado  por  unas  cuantas  palabras,  nombres  geográficos 
y  sobre  todo  personales,  pues  la  experiencia  acredita  que  ellos 
se  mudan  con  harta  facilidad  en  obsequio  de  los  dominadores. 

Resumiendo:  Que  habitaban  el  occidente  de  Europa  en  los 
tiempos  primitivos  gentes  dispersas  en  chozas  y  cuevas,  de  vivir 
simplicísimo,  usando  tan  solo  herramientas  de  piedra  cortada  á 
golpes,  hueso  y  madera,  sin  que  su  parquedad  de  recursos  arti- 
ficiales revele  por  fuerza  abyección,  como  tampoco  al  faltar  sig- 
nos de  idolatría  puede  negárseles  un  culto;  y  aun  acaso  fué  de 
pureza  ejemplar,  según  reminiscencias  consignadas  muchos  siglos 
después  por  los  geógrafos.  Tales  aborígenes  fueron  probable- 
mente los  llamados  ligures  y  también  iberos  en  nuestros  confines, 
designación  ésta  que  parece  geográfica  más  bien  que  étnica,  y 
su  descendencia  la  constituirán  quizá  los  modernos  vascos,  en 
quienes  alientan  indicios  de  raza  primitiva. 


(1)  Estrabón,  III,  xv,  5. 

(2)  Éíoro  y  Eratóstenes,  en  Estrabón,  IV,  iv,  6  y  II,  iv,  4. 

(3)  Estrabón,  in,  II,  15. 


ARQUITECTURA   TARTBSIA:    LA   NECRÓPOLI  DE  AMTEQUERA.  1^9 

Esta  población  paleolítica,  que  no  hubo  de  ser  muy  densa, 
atendida  la  relativa  escasez  de  sus  vestigios,  pudo  mantenerse 
aislada  y  estacionaria  mientras  revolvían  el  Oriente  las  conquis- 
tas de  la  civilización;  pues  una  sociedad  bien  inclinada,  donde 
todos  satisfacen  á  su  parco  vivir  con  los  medios  que  la  natura- 
leza otorga  sin  gran  esfuerzo,  es  muy  dudoso  que  sienta  impul- 
sos de  ambición,  y  de  urbanizarse  por  consecuencia,  mientras  el 
hambre  no  le  haga  temer,  cobrando  recelo  á  sus  vecinos  é  ini- 
ciando la  lucha  por  la  vida,  fundamento  de  todo  progreso.  Así 
parece  verosímil  que  el  tránsito  hacia  lo  neolítico  sobreviniese 
merced  á  un  choque  brusco  provocado  por  incursiones  proce- 
dentes del  otro  extremo  del  Mediterráneo,  donde  el  exceso  de 
población  acarreaba,  unos  quince  siglos  antes  de  Cristo,  revuel- 
tas y  emigraciones,  destacándose  en  medio  de  aquel  oleaje  los 
tyrrenos,  poderosas  bandas  de  navegantes  guerreros  enseñorea- 
das del  mar  Egeo,  y  que  acabaron  por  fijarse  en  los  territorios 
costeños  é  islas  de  Grecia  é  Italia. 

Ciertas  concordancias  plausibles  que  aguardan  sanción  defini- 
tiva de  la  etnografía  y  la  lingüística,  incitan  hoy  á  sospechar  su 
llegada  á  las  Baleares  y  á  nuestras  campiñas,  donde  la  fertilidad 
del  suelo,  clima  bonancible  y  riqueza  de  minerales  no  solamente 
pudieron  íavorecer  su  propagación  y  arraigo,  sino  repercutir  en 
Oriente  su  fama,  inspirando  á  la  poesía  griega  leyendas  prodigio- 
sas relacionadas  con  los  Titanes,  los  Argonautas,  Ulises  y  sobre 
todo  Hércules,  personificación  mítica  de  aquellos  aventureros. 

Desde  luego  sí  parece  seguro  que  el  estado  neolítico  arrancó 
de  España,  pues  aquí  ostentan  una  exuberancia,  complejidad  y 
vetustez  indisputables  sus  reliquias,  coincidiendo  ellas  geográfi- 
camente con  los  territorios  ocupados  por  los  Tartesios  ó  Túrdu- 
los,  en  forma  que  permite  atribuírseles.  Sobre  la  costa  oriental, 
primera  base  quizá  de  sus  establecimientos,  hubieron  de  oponer 
murallas  formidables  á  las  asechanzas  de  los  indígenas,  como 
también  más  tardíamente  en  las  serranías  del  NO.,  codiciables 
para  la  explotación  de  minerales;  pero  sobre  todo  llenaron  la 
espléndida  zona  del  Mediodía,  en  donde  radicó  su  máximo  apo- 
geo, excitando  con  vehemencia  hoy  nuestras  disquisiciones. 

TOMO  XLVII.  9 


I  "   I 


130  BOLBTIN   DE   LA   REAL    ACADEMIA   DE   I.A    HISTORIA. 

Luego,  hacia  el  siglo  xi  antes  de  Cristo,  desposeídos  los  feni- 
cios en  Oriente  de  sus  granjerias  por  la  concurrencia  de  enemi- 
gos más  poderosos,  buscaron  entre  nosotros  el  desquite,  hacien- 
do comercio  con  los  terratenientes,  y  quizá  influyeron  en  la 
arquitectura,  transformándola  de  aparejada  en  megalítica;  pero 
la  extremada  rareza  de  objetos  de  su  industria,  con  los  que  solían 
traficar,  demuestra  que  por  entonces  no  arraigaron. 

El  arte  de  las  ciudades  tartesias,  los  monumentos  de  su  pon- 
derada riqueza  y  cultura,  yacen  desconocidos  para  nosotros  bajo 
el  estrago  de  tantos  siglos,  y  únicamente  las  necrópolis,  casi  siem- 
pre robadas  de  antiguo,  dan  alguna  idea  más  fija  de  su  arquitec- 
tura: así  las  de  Antequera,  orillas  del  Guadalquivir,  Algarbe  y 
boca  del  Tajo.  Otros  lugares  montañosos  y  pobres,  donde  el 
posterior  movimiento  de  pueblos  fué  menos  activo,  sí  nos  sumi- 
nistran residuos  abundantes  de  las  clases  inferiores  de  aquella 
sociedad,  con  sus  rústicas  antas  y  grutas,  donde  se  mezclan  uten- 
silios metálicos,  cerámica  y  piezas  de  adorno,  con  instrumentos 
de  piedra  y  hueso,  como  reliquias  de  prehistorismo,  tanto  más 
duraderas  cuanto  precaria  era  la  situación  de  aquellas  gentes. 

En  cerámica  no  conocieron  el  torno,  pero  elaboraban  á  mano 
una  vajilla  elegante,  decorada  con  prjmor  y  bien  cocida;  el  oro  de 
varios  ríos,  y  más  tarde  la  plata  que  en  estado  nativo  arrojaban 
los  criaderos  andaluces,  eran  prodigados  con  tal  derroche  que 
llenaron  de  asombro  á  los  codiciosos  orientales;  el  cobre  fué  ma- 
terial de  armas  ordinario  en  Andalucía,  así  como  el  bronce  en 
la  región  del  NO.,  donde  la  abundancia  de  estaño  le  hacía  fácil  de 
obtener,  y  consLituyó  probablemente  un  artículo  de  exportación 
comercial,  así  como  del  Báltico  vendría  el  ámbar  y  del  Oriente 
varios  minerales  preciosos,  de  que  solían  componer  collares.  Su 
destreza  en  manejar  el  pedernal  á  tajos  y  retoques  y  pulimentar 
otras  rocas  formando  instrumentos,  es  bien  reconocida.  Su  arte 
decorativo  era  casi  exclusivamente  geométrico;  también  consta 
que  usaron  pictografías  como  preludio  de  escritura,  y  aun  quizá 
signos  lineales;  pero  de  su  aptitud  para  las  artes  figurativas  ape- 
nas tenemos  idea  satiafactoria. 

La  propagación  evidente  del  neolitismo  á  través  de  los  mares 


KmqmmctvRK  tartesia:  la  nbcrópoli  de  antbquera.  131 

<iel  N.  coincide  coo  noticias  de  expediciones  tartesias,  que  se  He- 
varían  un  ñn  comercia!,  acaso  en  connivencia  con  los  fenicios, 
beneficiando  las  minas  inglesas  de  plomo  y  estaño,  á  la  vez  que 
llenaban  de  sepulcros,  como  los  andaluces,  las  costas  del  mar  de 
Irlanda  y  canal  de  S.  Jorge,  base  probable  de  sus  correrías  hasta  lo 
más  septentrional.  La  busca  del  ámbar  pudo  llevarles  más  allá  del 
Rhin,  á  lo  largo  de  las  playas  alemanas  hasta  el  Báltico,  y  es  de  su- 
poner fuesen  ellos  mismos  quienes,  para  eludir  la  penosa  navega- 
ción en  torno  de  las  costas  españolas  con  cargamento  de  estaño, 
abrieron  una  ruta  á  través  de  Francia,  desde  la  Bretaña  al  Ródano, 
llenándola  de  estaciones  suyas,  que  se  nos  revelan  por  los  mega- 
litos,  y  adiestrando  siempre  y  por  doquiera  á  los  indígenas;  por 
último,  la  invasión  celta  pudo  arrojarles  en  parte  sobre  Cataluña 
y  hasta  las  playas  argelinas.  Alejadas  cada  vez  más  aquellas  gen- 
tes del  foco  vivificador  de  su  raza,  y  sujetas  á  un  clima  duro  y 
exigente,  no  es  extraño  que  fueran  embasteciéndose  hasta  caer 
en  una  rudeza  próxima  á  la  barbarie,  y  que  su  arte  perdiera  casi 
todo  el  elemento  estético,  reducido  á  lo  precisamente  útil. 

El  fin  de  este  período  sobrevino  merced  á  circunstancias  di- 
versas: para  las  tierras  llanas  de  España  se  debió  á  nuevas  colo- 
nias griegas  y  fenicias,  establecidas  hacia  los  siglos  vii  á  vi  antes 
de  Cristo,  trayendo  efluvios  de  arte  clásico  las  primeras,  desarro- 
llados en  esculturas  peregrinas  y  á  veces  de  subido  mérito;  ce- 
rámica á  torno  barnizada,  muy  arcaica  y  de  fabricación  local; 
bronces  más  ó  menos  originales;  nuevos  órdenes  de  arquitectu- 
ra; un  alfabeto  derivado  del  fenicio,  pero  cuyo  valor,  en  gran 
parte  silábico,  le  presta  analogía  con  el  chipriota;  el  empleo  del 
hierro,  sobre  todo  en  las  armas;  la  incineración  de  los  cadáveres, 
ó  bien  la  fosa  para  uno  solo  extendido  y  bajo  túmulo,  y  por 
último  la  moneda.  A  ícnicios  y  cartagineses,  que  llegaron  á  pre- 
dominar en  Andalucía,  debimos  en  este  período  la  vulgarización 
de  sus  industrias  en  vidrio,  marfil  y  piedras  grabadas,  huevos 
de  avestruz,  vasos  griegos,  tipos  monetarios  y  poco  más.  Res- 
pecto de  las  tierras  montañosas  y  septentrionales,  provocaría 
una  transición  más  débil  la  invasión  celta,  y  muchas  regiones 
alcanzaron  á  los  romanos  sin  adelantar  cosa. 


132  BOLETÍN  DE  LA  KEAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Tenemos  aquí,  pues,  tres  períodos  .de  historia:  el  ligústico 
(paleolítico),  el  tartesio  (neolítico)  y  el  greco-fenicio  (del  hierro),, 
antes  de  la  invasión  romana.  El  último  está  ya  bien  recono- 
cido, y  sus  problemas  no  tocan  á  la  materia  vertida  en  las  pre- 
cedentes hojas.  El  primero  bien  merece  seguirse  llamando  pre- 
histórico, porque  nada  tiene  de  común  con  las  sociedades  orga- 
nizadas; su  vivir  fué  como  de  salvajes,  que  si  permanecen  aban- 
donados á  sí  mismos  nunca  avanzan  ni  se  transforman,  y  puestos 
en  contacto  con  otros  pueblos  superiores  mantiénense  como 
substrato  inerte,  como  la  masa  vulgar  anodina  sobre  que  toda 
civilización  erige  su  poderío,  que  discurre  por  este  mundo  á 
remolque  de  sus  urgencias,  y  así  se  perpetúa  insignificante  y 
metodizada:  la  historia  pasa  encima  de  ellos  sin  mirarles. 

Respecto  del  segundo  período,  tan  histórico  es  como  el  Egip- 
to de  los  Faraones,  antes  de  Champollión,  como  Etruria  y  como- 
tantos  otros  pueblos  cuya  literatura  es  desconocida.  Tal  prerro- 
gativa no  pende,  á  mi  juicio,  de  nuestra  limitación  de  informes, 
sino  del  estado  social  á  que  vivieron  sujetos  los  pueblos,  y  éste 
puede  revelársenos  por  medios  ajenos  á  la  escritura,'  bastando- 
que  ofrezcan  similitud  de  manifestaciones  respecto  de  los  que  la 
historia  conoce  y  cuyos  herederos  somos,  para  reputarlos  histó- 
ricos. El  neolitismo  corresponde  á  una  sociedad  obscura,  pero 
bien  definida,  con  una  organización,  un  culto  y  un  arte  que 
nos  son  familiares,  merced  á  la  tradición  clásica,  y  atestiguan  la 
vida  del  espíritu  con  todas  sus  grandes  maquinaciones.  Quien 
levanta  murallas  como  las  de  Tarragona  y  sepulcros  como  los 
de  Antequera;  quien  modela  vasos  como  los  de  Ciempozuelos  y 
los  Millares,  forja  espadas  como  las  del  Argar,  traza  jeroglíficos- 
en  las  grutas  mariánicas,  se  arroja  al  mar  comerciando  por  des- 
conocidos países,  dicta  leyes  en  verso  y  pelea  con  Viriato  por 
castigar  una  injusticia,  no  es  pueblo  que  viva  de  lo  que  come, 
sino  digno  de  hermanarse  con  el  egipcio  maravilloso,  el  caldeo' 
sabio  y  el  griego  enamorado  de  toda  belleza  y  propenso  á  todo 
extravío. 

Granada,  Enero  1905. 

M.    GÓMEZ-MoRENO   M* 


<    i 


--^^ 


«   DEL   ROMERAL,  CAMARA. 


NUEVAS  INSCRIPCIONES  ROMANAS  Y  HEBREAS.  1 33 


VI. 

NUEVAS  INSCRIPCIONES  ROMANAS  Y  HEBREAS. 

Gandía. 

Cinco  lápidas  romanas  de  esta  ciudad  (3601,  2,  5,  15,  16), 
■expuso  Hübner.  De  otra  inédita^  y  hallada  en  1901  en  uno  de  los 
campos  de  la  huerta  próxima  á  la  población  hacia  el  Suroeste  (l), 
me  ha  dado  noticia  y  enviado  calco  el  R.  P.  Jaime  Sansa,  Rector 
actual  del  Colegio  que  la  Compañía  de  Jesús  tiene  establecido 
en  el  palacio  del  Santo  Duque,  á  cuyo  Museo  arqueológico  per- 
tenece ya  la  interesante  lápida.  Es  de  jaspe  del  país  y  de  figura 
cuadrangular.  Mide  29  cm.  de  alto  por  35  de  ancho.  Letras  del 
siglo  m;  altas  27  mm.  por  término  medio.  Los  vocablos  carecen 
de  puntos  de  separación,  cuyas  distancias  equivalentes  no  siem- 
pre se  observan. 

Do   M  o   So 

CALITYCE  VXO 
R  PARDO  BE 
NE  MBRENTI  FE 
CIT  VIXIT  ANNI 
S  XXXXilII  ET  M 
ESES   V  DIBS   VIIII 

D(is)  M(anibus)  s(acrum),  Calityce  uxor  Pardo  hene  merenti  fecit  Vixit 
4inH$s  XXXXIIir,  et  meses  V,  dies  VII IL 

Consagrado  á  los  gloses  Manes.  Calítice  hizo  este  monumento  á  su  be- 
nemérito esposo  Pardo;  el  cual  vivió  44  años,  5  meses  y  9  días. 


(i)  El  campo  es  propiedad  de  D.  Vicente  Vidal,  maestro  de  obras,  re- 
ndente en  Gandía.  Dista  de  la  ciudad  un  cuarto  de  hora,  y  está  junto  al 
<:amino  real  que  guía  á  Bellreguart.  A  un  metro  de  profundidad  se  encon- 
tró la  preciosa  lápida  con  muchos  objetos  propios  de  un  columbariumy  6 
necrópoli  romana;  algunos  son  epigráñcos,  de  los  cuales  aguardo  se  nos 
haga  reseña  puntual  y  faciliten  improntas. 


134  BOLETÍN  DE  LA    REAL   ACADISMU  DE  LA   HISTORIA. 

El  nombre  griego  KaXij  túx^t)  (bella  fortuna)  aparece  diversa- 
mente escrito:  Caletyche  en  Barcelona  y  en  Cabeza  del  Griego; 
Calethyce  en  Alcalá  del  Río,  Calityche  en  Mérida,  y  además  en 
Costur,  lugar  distante  dos  leguas  de  Lucena,  su  capital  de  par- 
tido en  la  provincia  de  Castellón  de  la  Plana.  La  forma  Calityct 
sale  ahora  por  vez  primera. 

Pardus  (pardo,  leopardo),  pasando  por  el  idioma  latino  al  cas- 
tellano, provino  del  griego  7:ápío;.  Este  nombre  propio  de  per- 
sona había  dado  muestra  de  sí  en  dos  inscripciones  romanas:, 
una  de  Sagunto  (39 1 2)  y  otra  de  Tortosa  (4062). 

Finalmente,  para  la  historia  de  la  formación  de  la  lengua  cas^ 
tellana,  bueno  será  observar  el  vocablo  meses  del  presente  epí- 
grafe, que  demuestra  la  pronunciación  popular,  ó  romano-rústica,, 
del  latino  menses.  La  supresión  de  la  n  en  este  mismo  vocablo 
reaparece  á  menudo,  como  lo  atestiguan  doce  lápidas  romanas 
de  varios  parajes  de  la  Península,  enumeradas  por  Hübner  (l). 

Este  fenómeno  lingüístico,  que  también  se  extiende  al  nom- 
bre francos  mois^  al  italiano  mese  y  al  portugués  mez^  fácilmente 
se  explica  presuponiendo  que  la  desinencia  silábica  en  perdiese 
la  sonoridad  nasal,  persistente  aun  ahora  en  boca  de  nuestros 
vecinos  del  otro  lado  del  Pirineo. 


OUva. 

Esta  hermosa  villa  valenciana,  patria  de  D.  Gregorio  Mayans,. 
es  la  primera  estación  del  ferrocarril  que  va  de  Gandía  á  Denia,. 
distando  de  aquella  ciudad  ocho  kilómetros,  ó  diez  y  ocho  minu- 
tos en  tren  correo.  La  villa  de  Oliva  está  limitada  por  el  ponien- 
te  con  la  de  Fuente  Encarroz;  y  en  una  y  otra  se  han  descubier- 
to nada  menos  que  13  inscripciones  romanas,  expuestas  y  rese- 
ñadas por  Hübner  (3603,  3604,  3606-3614,  5973,  y  5974)- 
Créese  que  proceden  de  un  gran  despoblado  nombrado  Elcay 
sito  en  la  falda  del  monte  Almuxich  y  distante  una  milla  de 
Oliva,  el  cual  no  conservaba,  mucho  siglos  ha,  de  sus  antigua» 


(i)    Pág.  1 1 89. 


NUBVAS  INSCRIPCIONSS   ROMANAS   Y    HEBREAS.  1 35 

viviendas  más  que  una  ermita  dedicada  á  San  Alberto.  Derruida 
esta  ermita,  la  reedificó  el  municipio  de  Oliva  algo  más  abajo, 
en  la  que  fué  aldea  morisca  de  Benifarés,  aprovechando  para 
ello  los  materiales  del  primer  santuario,  entre  los  que  se  conta- 
ban dos  lápidas  insignes  (3603,  3604),  expresivas  de  la  tribu  Ga- 
lena (l),  á  la  que  la  población  de  Elca  estuvo  probablemente 
adscrita.  La  nueva  ermita  se  dedicó  bajo  la  invocación  de  San 
José,  San  Alberto  y  San  Agustín,  y  se  le  concedió  una  partida 
de  terreno  que,  excavándose  recientemente,  ha  venido  á  demos- 
trar que  no  es  privativo  de  Elca  el  hallazgo  de  lápidas  y  anti- 
güedades romanas. 

En  carta  del  3  del  mes  actual  el  doctísimo  cronista  de  Valen- 
cia D.  José  Martínez  Aloy  me  ha  escrito  lo  siguiente: 

«Visitando  estos  días  la  villa  de  Oliva  con  otros  socios  excur- 
sionistas de  /v<?  Rat  Penat^  tuve  ocasión  de  fotografiar  una  lápi- 
da romana,  que  tengo  por  inédita,  y  que  tué  hallada  no  hace 
mucho  tiempo  en  la  partida  de  San  José  del  término  de  la  refe- 
rida población,  juntamente  con  una  fíbula  de  bronce,  varias  lam- 
parillas de  barro  y  muchos  trozos  de  ánforas,  lacrimatorios,  un- 
güentarlos y  otras  piezas  de  cerámica  y  de  vidrio.  Conserva  to- 
dos estos  objetos  el  médico  de  aquella  población,  D,  Casimiro 
Guillermoti,  quedando  empotrada  la  interesante  lápida  en  el  bro- 
cal del  pozo  de  su  casa,  calle  de  las  Moreras,  núm.  1 4.  Y  por  si 
considera  usted  conveniente  publicar  la  inscripción,  me  tomo  la 
libertad  de  remitirle  una  copia  fotográfica  de  la  misma.» 


(i)  P(ublio)  AUllio  P(ublit)  f(ilio)  Gal(eria)  Verecundo  anfnarum)  XXX 
Homullus  Jil{ius)  et  sibi,—  C(aius)  Sempramus  C(ai)  f(ilius)  Gal(eria)  Seoe- 
rinus  k(ic)  s(ifus)  e(si),  Minicia  (Ele\tttke\ria  mat(er)f(ecit).  El  remate,  que 
expresa  el  cognombre  y  parentesco  de  Minicia  respecto  del  ñnado,  obje- 
to ha  sido  de  varias  lecturas  é  interpretaciones.  Para  salir  de  dudas  he 
pedido  y  espero  lograr  la  fotografía  del  monumento.  Por  de  pronto,  he  de 
recordar  que  en  Murcia  se  halló  un  epígrafe  (3523),  mas  ó  menos  frag- 
mentarlo y  de  lectura  también  dudosa,  que  autoriza  la  que  propongo 
para  el  de  Elca: 

POMPILIA   .  ELEVTERIO 

Hübner  propendió  á  creer  que  Eleuterio  es  cognombre  femenino,  termi- 
nado en  o. 


Afysies  aKiurr(um)  X  h(ic)  t(itus)  ¿(il). 
Mistes,  adulto  de  diez  años,  aquí  yace. 

Múon];  se  decía  eí  griego  hijo  de  padres  libres  6  ingenuos,  ini- 
ciado en  los  misterios  solemnísimos  de  Ceros  Eleusinia.  Desde 
el  Ática  se  transmitieron  estas  solemnidades  á  la  capital  de  la 
Jonia  ó  á  la  ciudad  de  Efeso,  según  lo  refiere  Strabón  (l);  y  el 
Genio  de  Roma,  más  ó  menos  modificadas,  las  propagó  por  el 
Occidente,  conforme  lo  prueba  la  mystica  vannus  laccki  que  ce- 
lebró Virgilio  {2}.  Los  nombres  griegos  abundan,  como  ya  lo 
noté  (3),  en  toda  la  región  dianense  contcstana  ó  sidetana,  que 
el  rio  Júcar  dividía  de  la  edetana.  Tres  colonias  ó  pequeñas  ciu- 
dades marsellesas  en  esta  costa,  y  no  muy  lejos  del  río  (oü  soXi 
SitoflEv  loc  JtotafiüS),  según  lo  afirma  Strabón,  existieron.  Una  de 
ellas,  y  la  más  célebre  por  su  templo  de  Diana  Efesina  y  por  su 
puerto  y  atalaya  diurna  (íifieposioittrov),   fijé  seguramente  De- 


(1)     x.v,  ,,3. 

(i)     Georg;  i,  163-165. 

(1)    Boletín,  tomo  iv,  pág.  : 


NUEVAS   INSCRIPCIONES   ROMANAS   Y    HEBREAS.  1 37 

nía  (i).  De  las  dos  restantes,  una  tal  vez  era  Elca^  antecesora  de 
Oliva,  que  Mayans  redujo,  sin  bastante  fundamento,  á  la  'EXixtJ 
mencionada  por  Diodoro  Sículo  (2).  Muchas  inscripciones  roma- 
nas, cuyo  texto  no  se  conoce,  salieron  de  las  ruinas  de  Elca  para 
ser  incrustadas  y  hacerse  visibles  en  las  paredes  del  monasterio 
franciscano  de  Santa  María  en  la  villa  de  Oliva;  pero  habiéndose 
venido  al  suelo  el  convento,  hace  tres  siglos,  á  causa  de  un  te- 
rremoto, quedáronse  entre  los  escombros  sepultadas  las  lápidas, 
que  nadie  se  cuidó  de  apañar,  como  lo  merecían,  al  reedificarse 
aquella  mansión  de  la  austeridad  piadosa,  y  que  ojalá  se  re- 
cobren. 

¿Qué  dimensiones  tiene  este  nuevo  jaspe  epigráfico  de  Oliva? 

Mide  70  cm.  de  alto  por  32  de  ancho;  y  25  de  espesor.  El 
predio  de  San  José,  donde  se  halló  en  1897  pertenece  á  los  he- 
rederos de  D.  Rafael  Pascual,  y  dista  unos  tres  kilómetros  al 
Oriente  del  pueblo. 

León. 

Hace  poco  más  de  un  año,  nuestro  correspondiente  en  la  ciu- 
dad de  León,  D.  Eloy  Díaz  Jiménez,  adquirió  para  el  Museo  Ar- 
queológico provincial,  donde  se  conservan,  dos  lápidas  sepulcra- 
les hebreas,  descubiertas  casualmente  por  un  labrador  en  el  cam- 
po de  su  propiedad,  sito  en  la  Candamia  sobre  la  vera  del  ca- 
mino de  Golpejar,  que  guía  á  Puente-Castro,  ó  Castro  de  los  ju- 
dias^ y  próximo  al  paraje  donde  se  encontró  otra  lápida  hebrea, 
fechada  en  18  de  Noviembre  del  año  i  ICO,  cuyo  facsímile  de  ta- 
maño natural  é  interpretación  publiqué,  con  algunas  notas  expli- 
cativas, en  el  tomo  11  del  Boletín,  págs.  203-207.  Anteriores  á 
esta  inscripción,  cinco  hebreas  de  nuestra  Península  conocemos: 

5)     Del  27  de  Agosto  de  1097,  en  Monzón  de  Campos  (3). 

4)     Del  9  de  Octubre  de  919,  en  Calatayud  (4). 


(i)  Strabón  iii,  4,  6. 

(2)  25»  »4. 

(3)  Boletín,  tomo  xxv,  pág.  490. 

(4)  Boletín,  tomo  xn,  pág.  17. 


1 


138  BOLETÍN   D8  LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

3)     Del  siglo  IX  ú  VIII,  en  Mérida  (l). 

2)     Del  siglo  VII  ó  VI,  en  Tortosa  (2). 

i)     Del  siglo  III,  en  Adra,  provincia  de  Almería  (3). 

Al  Sr.  Díaz  Jiménez  debo  el  conocimiento  de  las  que  ha  reco- 
gido para  el  Museo  Arqueológico,  y  me  ha  enviado  fotografías. 
Son  las  siguientes: 

1. — ^Viernes,  8  Agosto  1 102.  La  inscripción  está  grabada  en 
el  tablero  del  plinto  de  una  base  de  columna  ática  adosada.  E^ 
de  piedra  arenisca.  Su  faz  mide  2^  cm.  de  ancho  por  34  de  alto. 

a    urxyiÁ   ólb   ilspn    nb]      * 

ainji  i-íQ-T  Dipj''  '^n  nju  D^uran  ^ 

mn  nnwv  0'»:^:  nnun  ^^^1  * 

Diuui  ms<a  r\y\yyo  njur  sn  htS  ^ 

napn  piS  «na   p3aS  DTiín  * 

13?  TUS3  \Tni  D'ip'íTyn  dv  pSri  * 
D'íinS  yipi'í  D^i^nn  myn  nm:? 
T>owM  1SD  •"'DT  riDDü  "ínm 

irinni  ^Tiin^i  iidSix  nini  int^Ti  ** 

pop"»  '«nSsJ  "¡"«no  vn*»  ¿¿  cnan  " 

m->«  Se  "«3  19V  "«JDU  ij^n  laf^pn  '  '* 

«Este  es  el  sepulcro  de  Mar  Abrahán,  hijo  de  (Mar  José?).  Fuémal  heri- 
do en  la  ciudad  de  León,  en  medio  de  ella,  y  muerto  teniendo  50  años 
de  edad.  El  Todopoderoso  vengue  la  sangre  que  él  derramó  muriendo  en 


9 
10 


(i)    Hübner:  Inscriptiones  Hispaniae  christianae^  núm.  34. 

(2)  Ibid,y  núm.  186. 

(3)  Hübner:  Inscriptiones  Hispaniae  latinae^  núm,  1982. 


EPITAFIO    LEONÉS    DEI,    aSO    I  102. 


I40  BOL&TIN  DB   LA   REAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

el  día  de  viernes,  día  22  del  mes  de  Ab,  año  (4)862,  según  el  cómputo 
(hebreo)  de  la  ciudad  de  León.  Sus  culpas  perdónele  (Dios)  el  Santo,  ben- 
dito sea;  y  cubra  con  el  olvido  sus  iniquidades;  y  le  dé  suerte  de  heredad 
con  los  justos;  y  sea  recogida  su  alma  en  el  manojo  de  los  vivientes,  y 
despiértese  para  la  vida;  y  la  sangre,  que  derramó,  sirva  de  expiación  á 
sus  pecados;  é  ilumínele  (Dios)  en  la  morada  de  sus  pórticos  (etemales), 
cuando  resucitándolo  le  haga  salir  de  la  profunda  mansión  de  los  muer- 
tos, conforme  á  lo  que  está  escrito  (por  Isaías):  vivirán  (oh  Señor!)  tus  di- 
funtos; la  muchedumbre  de  mis  heridos  (por  la  muerte,  dice  Jehová)  se 
levantarán;  despertarán  y  cantarán  henchidos  de  júbilo  los  que  polvo  eran 
siendo  polvo  su  habitación,  porque  rocío  de  luces  es  (oh  Dios)  tu  rocío; 
etcétera.» 

Observaciones: 

Renglón  I. — Se  puede  restituir  casi  por  entero,  cotejándolo 
con  el  epitafio  leonés  del  año  I  lOO.  Por  él  se  justifica  la  lectura 
de  tíl^  es  áecit  iemar  (para  el  señor).  El  tratamiento  de  Alar 
(señor)  es  frecuente  y  usado  en  escrituras  hebreas  de  León,  que 
discurren  desde  el  año  1053  ^^  II37>  Y  ^^  ^^s  que  dio  cuenta 
Mr.  Isidore  Loeb  (l).  Calculando  el  espacio  que  está  gasta- 
do al  fin  del  renglón,  se  presta  á  leer  en  él  bar  Mar  Yosef^  al 
que  parece  que  hace  alusión  el  primer  vocablo  del  renglón  si- 
guiente. 

2. — El  primer  vocablo,  que  leo  toraf  (2),  ninguna  deshonra 
de  crimen,  ó  de  culpa,  importa  para  el  interfecto  Abrahán.  Su 
muerte  violenta  puede  bien  explicarse  por  medio  del  fuero  leo- 
nés, titulado  de  lite  inter  christlanos  et  iudaeos^  que  otorgó  Al- 
fonso VI  en  31  de  Marzo  de  1091,  cuyo  texto  publicó  el  P.  Ma- 
nuel Risco  en  el  tomo  xxxv  de  la  España  Sagrada  (3),  y  tradu- 
jo Amador  de  los  Ríos  (4).  Según  este  fuero,  los  jueces  hebreos 
eran  excluidos  del  tribunal,  que  fallaba  sobre  las  contiendas  ó 


(i)    Revue  des  eludes juives,  tomo  rv,  págs.  226-237.  París,  1884. 

(2)  Aparece  en  el  libro  del  Génesis,  xxxvn,  33;  xliv,  28.  Su  traducción 
literal,  equivalente  á  la  expresión  latina  discerptus  est^  se  acomoda  perfec- 
tamente al  sentido  indubitable  del  último  vocablo  del  renglón. 

(3)  Págs.  41 1-4 1 4.  Madrid,  1786. 

(4)  Historia  de  los  judíos  de  España  y  Porlugal^  tomo  i,  págs.  546-552. 
Madrid,  1875. 


NUEVAS   INSCRIPCIONES   ROMANAS   Y   HEBREAS.  I4I 

pleitos  entre  judíos  y  cristianos.  Si  el  juzgar  de  la  Curia  regia 
era  recusado  por  apelación  de  una  ú  otra  parte,  no  les  quedaba 
á  los  apelantes  otro  recurso  que  el  del  desafío  á  garrotazos  en  la 
plaza  pública  ó  en  medio  de  la  ciudad,  ante  el  concurso  de  los 
vecinos  cristianos  y  hebreos,  y  de  los  estimadores  del  palenque 
con  las  formalidades  acostumbradas.  Las  armas  (bastones  ó  ga- 
rrotes) eran  iguales,  y  los  combatientes  podían  nombrarse  un 
sustituto  que  equilibrase  la  robustez  y  destreza  de  los  que  así  se 
machacaban,  fiando  á  la  suerte  sola,  6  d\  juicio  de  Dios  y  el  éxito 
y  decisión  de  la  cuestión  debatida.  Sin  duda  los  judíos  de  León 
aceptarían,  mal  de  su  grado  y  para  sustraerse  á  un  mal  mayor, 
semejante  procedimiento.  Sentíanse  agraviados  del  poder  de  la 
cristiandad,  que  á  los  jueces  hebreos  negaba  la  entrada  en  el 
tribunal,  que  fiaba  la  justicia  al  ciego  azar  del  duelo  y  que  en 
éste  únicamente  les  concedía  el  arma  de  los  villanos  ó  siervos. 
Los  garrotes  erizados  de  púas,  como  de  garras  y  dientes  de  fiera 
cruel,  no  desgarraban  ni  mordían  sin  hacer  correr  abundante 
sangre;  y  la  muerte  del  vencido,  que  debía  seguirse  no  raras  ve- 
ces, y  remataba  el  pleito,  algo  podía  parecerse  á  la  de  Nabot 
calumniado  por  Jezabel  y  condenado  en  juicio  á  perder  con  la 
propia  vida  la  heredad  paterna,  que  en  virtud  de  su  derecho  no 
quiso  vender  al  Rey.  Un  ejemplo  curiosísimo  del  modo  de  admi- 
nistrar justicia  en  los  pleitos  que  ocurrían  entre  los  judíos  y  cris- 
tianos leoneses,  se  nos  descubre  por  un  largo  instrumento  jurí- 
dico del  rey  Alfonso  V  (ij,  fechado  en  l6  de  Febrero  del 
año  1015. 

3. — En  este  renglón,  la  imprecación  ^Hael  ienaqqem  datntnau 
(el  Todopoderoso  vengará  la  sangre  de  él),  se  toma  del  iv  libro 
de  los  Reyes  (ix,  7),  donde  el  profeta  que  unge  á  Jehú  por  rey 
de  Israel,  dice  que  lo  hace  para  vengar  en  la  reina  Jezabd  y  su 
estirpe  la  sangre  del  inocente  Nabot  y  de  los  que  no  doblaron 
su  rodilla  ante  Baal.  Conviene  recordar  que  en  el  año  1102  la 


(i)    España  Sagrada^  tomo  xxxvi,  apénd.  x.— Risco  transcribió  «xvii 
kis.  Martii>;  pero  el  numeral  debe  ser  «xiiii». 


142  BOLBTIN   DE   LA   REAL    ACADEMIA    DE   LA    HISTORIA. 

esposa  de  Alfonso  VI  se  llamaba  Isabel  {i\  y  que  en  su  tiempo 
acaeció  una  cruel  matanza  de  los  judíos  de  Toledo. 

4-7. — Los  giros  gramaticales  y  abreviaturas  de  esta  sección 
expliqué  en  el  tomo  11  del  Boletín,  pág.  206. 

8. — Los  puntos  que  están  sobre  las  dos  últimas  letras  (hi)  in- 
dican que  están  tachadas,  porque  se  repiten  al  principio  del  ren- 
glón siguiente.  En  hebreo,  como  en  árabe,  cuando  no  cabe  un 
vocablo  entero  al  fin  de  la  línea,  no  se  sigue  el  método  de  las 
inscripciones  latinas,  ni  el  del  guión  de  las  neolatinas,  sino  que 
se  repiten  las  que  cupieron;  de  lo  cual  hay  otro  ejemplo  en  la 
inscripción  leonesa  (renglón  8)  del  año  I  loo. 

9. — Su  primer  texto  bíblico  está  sacado  del  primer  libro  de 
los  Reyes,  ó  de  Samuel  (xxv,  29),  que  también  aparece  en  las 
inscripciones  de  Mérida  y  de  Tortosa.  El  segundo  texto  se  toma 
de  la  profecía  de  Daniel  xii,  2. 

1 1. — Alude  al  tercer  libro  de  los  Reyes,  vii,  12. 

12-14. — El  texto  de  Isaías  (xxvi,  19)  va  precedido  de  la  fór- 
mula solemne  (mn^DOj  que  la  Vulgata  latina  traduce  sicut  scrip- 
tum  est  y  que  á  menudo  emplean  los  libros  del  Antiguo  y  del 
Nuevo  Testamento;  por  ejemplo,  el  de  Josué  (viii,  31)  y  el  evan- 
gelio de  San  Juan  (vi,  31). 

14. — Tres  palabras,  que  faltan  para  completar  el  citado  ver- 
sículo de  Isaías,  por  el  epitafio  se  sobreentienden  con  la  expre- 
sión uegaiiy  que  significa  etcétera.  Bien  habrían  cabido  en  este 
renglón;  pero  la  precaución  aconsejó  suprimirlas.  Alentábanse 
con  ellas  los  judíos  leoneses  para  augurar  el  próximo  derrumba- 
miento del  colosal  imperio  de  los  cristianos,  que  en  aquellos  días 
acababan  do  enseñorearse  de  la  santa  ciudad  de  Jerusalén  y  de 
casi  toda  la  Palestina  (2). 


(1)  Una  escritura  del  archivo  de  Sahagún  (Vignau,  1525),  fechada  en 
27  de  Noviembre  de  1 108,  llama  á  esta  reina  Helisabella. 

(2)  En  23  de  Julio  de  1099  fué  proclamado  rey  de  Jerusalén  Godofre- 
do  de  Bullón;  al  propio  tiempo  que  la  España  cristiana  entraba  de  lleno 
en  el  concierto  de  todas  las  naciones  europeas,  fieles  á  la  Cruz, del  Salva- 
dor y  coligadas  para  extirpar  la  barbarie  del  islamismo. 


MUBVAS  IKSCRIPCIONKS   ROHAKtS    V    KBfiftKAS. 


EPITAFIO    LEONf-S    DEI.    AÑO    I  135. 


144  BOLSTIN   DE  LA    REAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORU. 

2. — 15  Mayo-13  Junio  II35-  Laja  sencilla  que  mide  34  cm.de 
alto  por  27  de  ancho. 


1 


4 


iDs:w  S'iQiDsp  p  yj  ipyi      * 
mKC  njTrur  njir  jtíd  m^a 

'^n  Jí7^2i  Tí^yi  'iinn  [o^'^n  n]iiíí      ' 

mya  niTiy  incí;:   «nm 


9 
10 
11 


D  1  p  *«  Tí  n     D  V  1      D1 1  n  n 
SS^a   TUS3T    D"íT^Dnn    dvi     ^* 

«Este  es  el  sepulcro  de  Mar  Abisaí,  hijo  de  Mar  Jacob, — sea  el  Edén  su 
descanso, — natural  de  Compostela.  El  cual  pasó  á  la  morada  de  su  eter- 
nidad, teniendo  de  edad  veinte  años,  en  el  mes  de  Siván,  año  de  la  crea- 
ción del  mundo  (4000  y)  895  según  el  cómputo  de  la  ciudad  de  León.  Y  su 
vida  fué  camino  (conductor)  de  la  vida  (verdadera  y  eterna);  porque  él  íué 
esforzado,  modesto  y  pudibundo.  En  memoria  de  Dios  esté  para  que  vea 
la  reedificación  del  templo  santo  (de  Jerusalén)  con  todo  Israel;  y  sea  su 
alma  recogida  en  el  manojo  de  los  vivientes  en  compañía  de  los  justos  y 
misericordiosos,  y  su  espíritu  (se  goce)  en  la  plenitud  de  la  consolación, 
amén;  y  plegué  (á  Dios)  que  así  sea.» 

Observaciones: 

I. — El  nombre  del  difunto  Abisaí  se  sacó  del  que  tuvo  el  es- 
forzado general  de  los  ejércitos  de  David,  hijo  de  Saruya,  herma- 
na de  este  monarca  (l  Paralip.^  u,  16).  El  vocablo  penúltimo 
(bar)  de  este  renglón  ofrece  bastante  maltratada  la  b  por  efecto 
de  un  golpe  que  le  sobrevino,  6  de  un  descuido  del  grabador. 


NUEVAS  INSCRIPCIONES  ROMANAS  Y  HEBREAS.  1 45 

2. — Las  siglas  n(ujo)  '(edén)  se  refieren  al  seno  de  Abrahán,  6 
paraíso^  lugar  subterráneo  de  delicias,  donde  pone  la  tradición 
de  la  sinagoga  la  mansión  de  las  almas  de  los  justos  antes  que 
vuelvan  á  reanimar  sus  cuerpos  en  la  consumación  de  los  siglos, 
para  reedificar  el  templo  de  Jerusalén  y  reinar  sobre  toda  la 
tierra  con  su  tan  esperado  Mesías  en  gloria  y  majestad.  Aluden 
á  esta  tradición,  que  en  parte  es  verdadera  y  legítima,  es  decir, 
por  lo  tocante  al  tiempo  que  jyecedió  á  la  resurrección  de  Cris- 
to, dos  pasajes  del  evangelio  de  San  Lucas  (xvi,  23;  xxm,  43), 
así  como  los  epitafios  hebreos  sobredichos  de  Mérida,  Calatayud 
y  Monzón  de  Campos.  En  la  Eneida  de  Virgilio  (vi,  637-647) 
rige  una  tradición  semejante,  quizá  derivada  de  la  hebrea  é  invo- 
lucrada en  la  pitagórica. 

Las  letras  que  discurren  entre  las  siglas  y  el  último  vocablo 
de  este  renglón,  difícilmente  se  prestan  á  una  interpretación  se- 
gura. La  primera  letra  es  dudosa.  Si  fuese  ^  cargada  de  un  golpe 
adventicio,  como  acontece  en  el  renglón  anterior,  la  lectura  y  la 
traducción  deberían  ser 

Vü  i  DSp  p 

nieto  de  Coíés,  biznieto  de  Tayel. 

De  este  giro  y  expresión  genealógica  hay  muchos  ejemplos  en 
la  colección  de  los  epígrafes  hebreo-toledanos,  publicada  por 
Samuel  Luzato  (l).  Sin  embargo,  el  meritísimo  y  sabio  corres- 
pondiente de  la  Academia,  D.  Moisés  Schwab  (2),  á  quien  he 
consultado  esta  y  algunas  otras  dificultades,  opina  que  debe 
tenerse  por  geográfico  el  texto  en  cuestión  y  leerse 

S^Q3D'«Sp  \0 
de  Capisaate]. 

Mas  este  nombre  geográfico,  que  yo  sepa,  no  existe.  En  el  ori- 
ginal la  segunda  n  toma  la  figura  prolongada  de  esta  letra,  cuan- 


(i)    Praga,  184 1. 

(2)  Bibliotecario  de  la  Nacional  de  París,  escritor  eminente  y  autor 
del  Rapport  sur  les  inscriptlons  héhraXques  de  la  Francés  en  el  tomo  xn  de 
los  Archioes  des  missions  liUéraires  ei  scicniifiques.  París,  1904. 

TOMO   XLVU.  10 


146  BQLETÍN   DE  LA   RBAL  ACADEMIA  DE  LA    HISTORIA. 

do  es  final  de  vocablo,  6  se  escribe  sola,  6  está  puntuada  como 
abreviatura  de  un  nombre.  Pero  si  bien  se  mira,  tiene  á  su  lado 
un  punto  que  la  inutiliza  ó  elimina,  como  sucede  en  una  escritu- 
ra de  contrato  hebreo-leonesa  del  año  1 135,  cuyo  facsímile  pu- 
blicó Mr.  Isidore  Loeb  en  la  Revue  des  Éttides  juives  (i).  Tacha- 
da 6  eliminada  esta  letra,  resulta  un  nombre  harto  conocido  y 
frecuente  en  los  judíos  de  Puente  de  Castro: 

Coppostela 

conviene  á  saber,  el  de  Compostela;  pues  cabalmente  por  el 
centro  de  su  barrio  y  de  su  puente  sobre  el  Torio,  pasaba  el  ca- 
mino francés  ó  de  los  peregrinos  de  Santiago.  En  el  renglón  si- 
guiente el  último  vocablo  encierra  un  t  que  está  en  vez  de  ^ . 

3. — Alusión  al  libro  del  Eclesiastés,  xii,  5. 

5. — En  la  inscripción  del  año  1 097,  hallada  en  Monzón  de 
Campos,  se  ve  asimismo  expresado  el  cómputo  de  la  Creación. 
No  lo  expresan  abiertamente,  si  bien  lo  sobreentienden,  los  dos 
epitafios  leoneses  más  antiguos  que  el  presente. 

6. — La  h  puntuada  y  aislada,  letra  postrera  del  renglón,  paré- 
ceme  ser  abreviatura  del  pronombre  personal,  que  elípticamen- 
te incluye  la  significación  de  ha  sido  ó  jué. 

7. — Opino  que  la  primera  letra  es  doble,  compuesta  de  ih  y 
seguida  de  un  -^  que  puede  ser  1 ,  en  cuyo  caso,  el  suplemento 
al  corte  que  se  requiere  se  facilita  por  el  versículo  1 1  del  salmo 
hebreo  xvi.  Si  la  primera  letra  nó  es  doble,  sino  un  \  mal  for- 
mado, el  suplemento  podría  ser  [:iq  nvllS  alusivo  al  capítulo  iii, 
versículo  22,  del  Génesis. 

13. — Los  dos  últimos  vocablos  pertenecen  al  lenguaje  de  la 
paráfrasis  caldaica.  En  hebreo  bíblico  se  dirían 

sea  beneplácito  (divino) 
y  en  este  sentido  procede  la  explicación  del  evangelio  de  San 

Lucas  (11,  14)  £v  av6p(iS7:oi;  Eu8ox{a. 
(i)    Tomo  IV,  págs.  230-232.  París,  1882. 


NUEVAS   INSCRIPCIONES  ROMANAS  Y  HEBREAS.  ¡47 

Réstame  observar  que  en  26  de  Mayo  de  IJ35,  y  al  tiempo, 
poco  más  ó  menos,  en  que  falleció  Abisaí,  tuvo  lugar  dentro  de 
Ja  catedral  de  Santa  María  de  León  la  coronación  imperial  de 
Alfonso  VII  y  de  su  mujer  Doña  Berenguela,  hija  de  D.  Ramón 
Berenger  III,  conde  de  Barcelona.  Inmenso  concurso  de  toda  la 
España  cristiana  y  de  Francia  se  juntó  en  León  con  motivo  de 
aquellas  ñestas,  que  duraron  no  pocos  días  y  que  describe  la 
crónica  latina  de  tan  preclaro  monarca  (l),  amparador  como 
pocos  y  favorecedor  de  la  grey  hebrea.  Cabe  sospechar  que 
Abisaí,  con  motivo  de  tan  fausto  suceso,  pasase  desde  Compos- 
tela,  su  patria,  á  León,  y  que  en  esta  ciudad  le  sobrecogiese  el 
trance  amargo  de  la  hora  postrera. 

Madrid,  7  de  Julio  de  1905. 

Fidel  Fita. 


VIL 

ESTUDIOS    ESPAÑOLES   DEL   SIGLO   XVm.- FERNANDO   VI  Y 

DOÑA  BÁRBARA  DE  BRAGANZA. 

(1713-1748) 

POR   ALFONSO   DANVILA. 

El  reputado  autor  de  los  estudios  históricos  titulados  Dan 
Cristóbal  de  Moura,  primer  Marqués  de  Castel  Rodrigo^  y  de 
Luisa  Isabel  de  Orleans  y  Luis  /,  favorablemente  informados 
por  esta  Academia  y  acogidos  por  el  público  con  interés  y 
aplauso,  ha  escrito  otro  con  el  título  arriba  expresado,  que  pue- 
de considerarse  como  continuación  del  último,  y  sobre  el  que 
nuestro  dignísimo  Director  me  ha  encargado  informar. 

Divide  el  Sr.  Danvila  su  obra  en  tres  partes.  En  la  primera 
trata  del  príncipe  D.  Fernando,  desde  su  nacimiento  hasta  su 
enlace  con  la  princesa  portuguesa  Doña  Bárbara  de  Braganza. 
En  la  segunda  relata  la  situación  y  vicisitudes  de  estos  príncipes 
bajo  la  opresión  y  tiranía  de  la  reina  Doña  Isabel  de  Farnesio, 

(i)     España  Sagrada,  tomo  xxi  (2.*  edición),  págs.  345-347.  Madrid,  1797. 


I4S  BOLBTÍM  DB  LA  RBAL  ACADBMIA   DB   LA  HISTORU. 

que  gobernaba  á  su  antojo  no  solo  la  nación  española,  sino  á  su- 
débil  y  achacoso  esposo  el  rey  D.  Felipe  V,  refiriendo  la  estan- 
cia de  la  Corte  en  Sevilla  y  otras  poblaciones  de  Andalucía,  el 
casamiento  del  infante  D.  Felipe  y  el  fallecimiento  del  empera- 
dor Carlos  VI,  ocurrido  el  20  de  Octubre  de  174O,  con  sus  con- 
secuencias en  la  política  europea.  Ocúpase  en  la  tercera  de  la 
muerte  de  Felipe  V  y  de  los  principios  del  reinado  de  Fernan- 
do VI,  concluyendo  con  la  paz  de  Aix-la-Chapelle,  sirviendo^, 
como  lo  expresa  el  autor,  el  presente  libro  de  introducción  al 
reinado  de  Fernando  VI,  que  en  breve  se  propone  historiar. 

La  importancia  del  estudio  del  Sr.  Danvila,  de  que  al  presente 
nos  ocupamos,  se  comprende  fácilmente  teniendo  en  cuenta  que 
no  hay  sobre  este  reinado  historia  alguna  completa,  sino  sola- 
mente estudios  parciales  y  monografías,  no  muy  copiosas  por 
cierto.  «No  hay  parte  de  nuestra  historia,  dice  nuestro  doctísi- 
mo compañero  el  Sr.  Mcnéndez  y  Pelayo,  desde  el  siglo  xvi 
acá,  más  obscura  que  el  reinado  de  Fernando  VI.  Todavía  está 
por  hacer  el  cuadro  de  aquel  período  de  modesta  prosperidad  y 
reposada  economía,  en  que  todo  fué  mediano  y  nada  pasó  de  or- 
dinario ni  rayó  en  lo  heroico,  siendo  el  mayor  elogio  de  tiempos 
como  aquellos  decir  que  no  tienen  historia.» 

La  verdad  es  que  después  de  los  belicosos  y  turbulentos  años 
de  la  guerra  de  sucesión  imponíase  para  el  bien  general  de 
Europa,  y  muy  singularmente  de  España,  una  era  de  paz,  sosie- 
go y  tranquilidad,  como  es  probable  se  hubiera  del  todo  disfru- 
tado á  no  suscitar  Isabel  de  Farnesio  en  pro  de  sus  hijos  nuevas 
guerras,  negociaciones  y  turbulencias^ 

Durísimo  ha  de  ser  el  fallo  definitivo  de  la  Historia  sobre  esta 
Soberana,  que  prevaliéndose  del  abatimiento  y  apatía  de  su  es- 
poso, dirigió  todos  los  fines  de  su  política  ambiciosa  y  egoísta  á 
colocar  ventajosamente  sus  hijos,  atropellando  los  intereses  de 
España,  derramando  sus  tesoros  y  la  sangre  de  sus  naturales  en 
beneficio  de  sus  medros  personales,  suscitando  envidias,  odios  y 
rivalidades  entre  la  familia  Real,  tratando  como  buena  madras- 
tra, con  no  encubierta  saña  y  altanería,  á  los  príncipes  D.  Fer- 
nando y  Doña  Bárbara,  y  persiguiendo  encarnizadamente  á  los. 


ESTUDIOS  BSPAXOLBS  DBL  SIGLO  XVIIi  1 49 

nobles  y  altos  funcionarios  que  no  acataban  y  no  seguían  ciega- 
mente sus  imperiosas  órdenes  y  caprichosos  mandatos.  |Cuán 
distinta  en  todo  de  aquella  otra  soberana,  de  grata  memoria, 
primera  esposa  de  D.  Felipe,  tan  respetada  de  todos  como  de 
todos  ensalzada  y  aplaudida,  la  dulcísima  Saboyana  Maria  Luisa! 

El  advenimiento  de  la  altiva  Isabel  de  Farnesio  marcó  un 
rumbo  completamente  distinto  en  la  marcha  de  la  política  espa- 
ñola. «La  Corte  de  España,  escribía  con  fecha  31  de  Diciembre 
de  1 7 14  el  Encargado  de  negocios  de  Francia  al  marqués  de 
Torcy,  es  completamente  distinta  de  lo  que  era  hace  diez  días.» 
^Y  este  juicio,  escribe  el  Sr.  Danvila  con  atinada  crítica,  es  tan 
-exacto,  que  puede  decirse  desde  entonces  comienza  un  nuevo 
reinado,  en  que  á  María  Luisa  sucede  Isabel,  sin  parecer  que  el 
que  reina  verdaderamente  es  Felipe  V.»  «Hay  que  confesar, 
^ñade,  que  la  situación  de  España  en  aquella  época  ofrecía  la 
mejor  coyuntura  para  ejercitar  la  voluntad  y  la  ambición  de  una 
persona  que  quisiera  modelarla  á  su  antojo.  Instituciones,  prívi- 
Jegios,  diferencias  regionales,  todo  acababa  de  ser  removido  por 
-efecto  de  la  guerra  y  de  catorce  años  de  absolutismo  burocráti- 

-co    francés La  gran  responsabilidad  de  la  segunda  esposa  de 

Felipe  V  consiste  en  haber  torcido  la  vida  nacional  de  España; 
en  no  haber  cultivado  ninguno  de  sus  ideales  históricos;  en  ha- 
berlo sacriñcado  todo,  incluso  la  prosperidad  interior,  á  intere- 
ses familiares,  muy  respetables  sin  duda  en  otro  terreno,  pero 
mezquinos  ante  la  Historia  y  fatales  para  nuestro  engrandeci- 
miento. En  las  circunstancias  que  comenzó  á  gobernar  pudo  ha- 
-cer  de  España  una  gran  nación  y  de  su  pueblo  un  pueblo  prós- 
pero. En  lugar  de  esto,  que  le  hubiera  proporcionado  fama 
•eterna,  preñrió  conquistar  un  reino  y  tres  ducados  para  estable- 
<:er  en  ellos  á  sus  hijos.  Aparte  de  la  vuiidad  ningún  otro  bien 
iogramos  con  semejantes  conquistas.» 

No  menos  comprobado  y  exacto  que  éste  es  el  juicio  que  el 
autor  emite  sobre  las  relaciones  de  la  misma  Reina  con  su  hi- 
jastro el  príncipe  D,  Fernando.  «Fuera  de  la  caza  y  de  la  mú- 
;sica,  dice,  la^  afición  más  señalada  de  éste  eran  los  relojes,  que 
[gustaba  coleccionar,  y  en  cuyas  máquinas  entendió  bastante.  Las 


150  BOLETÍN   DE  LA   RBAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

cualidades  principales  del  hijo  de  María  Luisa  eran  el  respeto 
absoluto  á  su  padre  y  el  amor  con  que  le  trató  durante  su  vida; 
la  ñdelidad  que  guardó  á  sus  amigos  y  partidarios,  no  compro- 
metiendo á  ninguno  con  sus  indiscreciones;  la  dulzura  con  que 
acogía  á  cuantos  se  le  acercaban  y  la  tristeza  simpática  que  es^ 
parcía  en  su  rostro  de  liiño  una  expresión  de  hombre  melancó- 
lica y  agradable.  Su  defecto  principal  fué  la  timidez,  aumentada 
por  la  soledad  en  que  vivía  dentro  de  su  familia,  donde  le  con- 
sideraban aparte,  gracias  á  las  desigualdades  de  Isabel  Farnesio^ 
que  siempre  le  miró  como  un  obstáculo  á  sus  planes,  aunque 
siempre  descontara  su  muerte  como  inmediata,  y  por  la  descon- 
ñanza  que  le  inspirara  una  servidumbre  en  la  que  por  orden  de 
la  Reina  se  espiaban  sus  menores  palabras  y  actos  para  dar 
cuenta  de  ellos  á  S.  M.» 

Es  lo  cierto  que  D.  Fernando,  enfermizo  y  apocado  de  carác- 
ter, en  lucha  sorda  y  tenaz  con  su  madrastra,  sin  contar  con  el 
cariño  y  decisivo  apoyo  de  su  padre,  acometido  frecuentemente 
de  «vapores  y  de  melancolía»,  viendo  crecer  ó  menguar  su  in- 
fluencia y  autoridad  personal,  según  menguaba  ó  crecía  la  salud 
del  Rey  y  se  vislumbraba  su  próxima  elevación  al  trono,  no  es 
maravilla  que  Príncipe  colocado  en  tan  difícil  y  desairada  situa- 
ción fuese  reservado  y  frío  y  aun  tachado  de  cierto  aire  de  se- 
quedad y  tristeza. 

Hasta  en  su  matrimonio  fué  sacrificado  D.  Fernando  por  la 
reina  Doña  Isabel,  bajo  el  punto  de  vista  diplomático;  y  si  bien 
el  destino  le  deparó  venturas  y  cariño,  fué  contra  todas  las  pre- 
visiones del  mundo,  que,  calculándolo  todo,  olvidóse  de  suponer 
que  tras  el  desgraciado  rostro  de  Doña  María  Bárbara  de  Bra- 
ganza  se  escondía  una  inteligencia  y  una  voluntad  capaces  de 
medirse  y  aun  de  superar  á  las  de  Isabel  P'arnesio,  y  que  bajo 
los  diamantes  de  la  Infanta  y  la  severidad  principesca  de  la  jo- 
ven esposa,  se  ocultaba  un  corazón  de  oro  que  había  de  hacer 
gustar  á  D.  Fernando  lo  que  hasta  entonces  faltara  á  éste:  la  so- 
licitud, la  confianza  y  el  amor  de  una  mujer. 

Pero  esta  dulzura,  este  agrado  verdaderamente  Real  con  qué 
sabia  hacerse  perdonar  la  falta  de  encantos  de  su  rostro,  y  que 


ESTUDIOS   ESPAÑOLES  DEL   SIGLO    XVII I  I51 

principiaron  por  atraerle  las  simpatías  generales,  no  tardaron  en 
volverse,  según  el  Sr.  Danvila,  contra  la  propia  Doña  Bárbara, 
excitando  primero  la  envidia  de  su  suegra  por  las  muestras  de 
entusiasmo  que  le  dedicaban  los  pueblos,  y  produciendo  en  se- 
guida  recelos  en  Francia  por  ^sospechar  que  la  superior  inteli- 
gencia de  la  Princesa  fuera  capa^  dé  desviar  á  D.  Fernando  de 
los  sentimientos  borbónicos  para  inclinarle  á  la  amistad  de  Por- 
tugal  ^  Inglaterra.  .     v  .  .         . 

Para  trazar  cuadro  tan  vasto  como  complicado,  si  falto  de 
grandes  y  nobles  ideales  repleto  de  innumerables  miserias  hu- 
manas, pequeneces  é  ignobles  pasiones,  ha  apurado  el  Sr.  D.  Al- 
fonso Danvila  cuantas  fuentes  históricas  son  hoy  conocidas.  Lo 
mismo  en  los  Archivos  españoles  que  en  los  extranjeros,  en  las 
bibliotecas  públicas  que  privadas,  nada  ha  dejado  por  examinar 
y  reducir  á  substancia  propia.  En  punto  á  investigación,  crítica 
y  exposición,  merece  el  joven  escritor  unánimes  aplausos  por  la 
constancia,   solicitud  y  esmero  con  que  ha   estudiado  y  des- 

« 

embrollado  tanto  y  tanto  asunto  escabroso,  enmarañado  y  poco 
ó  nada  conocido.  Es  un  verdadero  trabajo  original,  en  el  que 
resplandecen  las  excelentes  dotes  de  observador  y  de  crítico 
que  caracterizan  al  Sr.  Danvila.  No  es  culpa  suya  si  el  fondo  his- 
tórico carece  de  la  grandeza,  magnificencia  y  heroísmo  de  otros 
de  nuestra  historia;  antes  bien,  ha  prestado  recomendable  servi- 
ció  á  la  historia  patria,  reconstruyendo  y  reanudando  sus  eslabo- 
nes, que  no  por  ser  de  los  menos  gloriosos  dejan  de  tener  menos 
importancia  é  interés,  siendo,  por  el  contrario,  de  los  más  fecun- 
dos en  enseñanzas. 

Solo  una  falta  leve  encontramos  en  este  libro:  la  de  carecer 
de  un  índice  de  materias  y  aun  de  otro  de  nombres  propios 
para  su  más  fácil  estudio  y  manejo. 

Por  todas  estas  razones  opina  el  que  suscribe  que  el  libro  del 
Sr.  D.  Alfonso  Danvila  es  de  suma  importancia  para  el  progreso 
de  la  ciencia  histórica  española. 

La  Academia,  sin  embargo,  resolverá  lo  que  estime  más  con- 
veniente! 

Madrid,  14  de  Julio  de  1905. 

Antonio  Rodríguez  Villa. 


INVENTARIO 

DE   LAS  MEDALLAS  ESPAÑOLAS 

QUE  POSEE 

LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


Alfonso  V  de  Aragón. 

I  .^Anverso.  Busto  armado  de  Alfonso  V  de  Aragón,  á  la  dere- 
cha: detrás  un  casco  y  delante  una  corona,  encima  de  la 
que  se  lee:  .m.c.c.c.  y  debajo:  XLVim.  Leyenda:  divvs. 
ALPHONSvs .  REX.  Debajo  del  busto  á   manera  de  exergo: 

TRIVMPHATOR  .  ET  .  PACIFICVS. 

Reverso,  Varías  aves  rodeando  á  un  corzo  muerto,  todo 
sobre  peñascos:  liberalitas  .  avgvsta  .  En  la  parte  infe- 
rior: PISANI .  PICTORIS  .  OPVS  . 

Bronce:  o,io6  m. 
2. — ^La  misma,  en  bronce  dorado. 

3. — Anv.  Busto  á  la  derecha  de  Doña  María  de  Aragón  con 
corona  de  marqués  detrás  del  cuello.  Leyenda:  d.  maria 

ARAGONIA. 

Rev.  Liso. 

Bronce:  0,046  m. 

Carlos  L 

4. — Anv.  Busto  del  emperador  á  la  derecha,  con  cetro  y  globo, 
ropilla  y  toisón.  Borrosa  la  inscripción,  pero  dice:  caro- 


r 


INVENTARIO  DB  LAS   MEDALLAS  BSPAI^OLAS.  ¡53 

LVS .  V .  DEI  .GRATIA .  ROMÁN .  IMPERATOR .  SEMPER  .  AVGVSTVS .  REX 
mS  .  ANNO  .  SAL  .  M  .  D  .  XXXVII  •  íETATIS  SVAE  .  XXXVII . 

Rev.  Gran  escudo  imperial. 

Grabador:  H,  R, — Bronce  fundido:  0,063  ni. 

5. — Anv.  Busto  del  emperador  ala  derecha  con  ropón,  casquete 

y  toisón.  CAROLVS.V.ROMANORVM.1MPERATOR.SEMPER.AVGVSTVS. 

Rev.  Escudo  imperial  sobre  el  águila  bifronte,  las  columnas 

y  el  toisón,  haec  .  regna  .  caesar  .  chtvs  .  regit  .  aias  .  1 5 37. 

Plata:  0,044  m. 

6. — Anv.  Busto  laureado  del  emperador,  vestido  á  la  romana,  á 
la  derecha,  imp  .  caes  .  carolvs  .  v .  avg  . 
Rev.  Imagen  de  un  viejo  sentado  desnudo,  vertiendo  agua 
con   una  vasija  (el   río   Tiber)  in  spem  .  prisci  .  honoris  . 
Exergo:  tyberis. 

Bronce:  0,037  m. 

7. — Anv,  Busto  laureado  del  emperador  á  la  izquierda,  caro- 
lvs .  V  .  ROMANOR  .  imp  .  SEMP  .  AVGVSTVS. 

Rev,  Escudo  imperial.  gects.dv.bvreav'.de.lemperevr.I546. 
Getón  de  bronce:  0,027  m. 

8. — Anv.  Busto  laureado  del  emperador  á  la  derecha,  caro- 
lvs .  V  .  ROM .  IMP  .  SEMP  .  AVGVSTVS. 

Rev,  Escudo  imperial  sobre  el  águila  bifronte.  gectoirs  .  dv  . 

BVREAV  .  DEL  EMPEREVR  .  I  5  50« 

Getón  de  bronce:  0,028  m. 

9. — Anv.  Busto  del  emperador  con  laurea,  coraza  y  toisón,  á 
la  derecha,  caro  .  v .  imper  .  gects  :  des  comptes  :  a  .  lille. 
Rev.  Busto  de  Felipe  II  con  coraza  labrada,  á  la  izquierda. 

PHILIP  :  CAROL  :  FIL  \  HISPA  .  PRINCEPS. 

Getón  de  bronce:  0,029  i^* 
10. — Anv.  Busto  de  Honorato  Juan  á  la  izquierda,  honoratvs 

JOANNIVS  CAROLl  HISPP  .  PRINC  MAGISTER. 


154  BOLETÍN  DE   LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

Rev»  Imagen  de  una  matrona  de  frente:  á  su  derecha  un 
árbol  á  cuyo  pie  se  ve  una  serpiente  enroscada  y  una 
lira,  y  á  la  derecha  una  ara  con  la  inscripción  spe  finís. 

Bronce:  0,066  m. 

FeUpe  II. 

II. — Anv,  Busto  armado  de  Felipe  11,  á  la  derecha,  philippvs. 

REX  .  PRINC  .  HIS  .  íET  .  o  .  AN  .  XXVIII  .1555- 

Rev.  Apolo  rigiendo  una  cuadriga  salta  por  encima  del 
.mar  y  de  tierra  á  tierra,  iam  .  illvstrabit  omnia. 

.    ^  ,  Grabador:  lac.  Trezzo. — Plomo:  0,069  m. 

Representa  á  Apolo  saltando  sobre  el  paso  de  Calais. 

•  «  a 

12. — Anv.  Busto  de  Felipe  II  á  la  derecha  con  coraza  y  toisón. 

PHILIPPVS  .  II .  D .  G  .  HISP  .  REX. 

Rev.  Dos  manos  que  anudan  ó  desatan  un  yugo  sobre  el 

globo.  SIC  .  ERAT .  IN  .  FATIS. 

Grabador:  lac.  Trici,  (Jacome  Trezzo).— Bronce:  0,031  m. 
^  Algunos  suponen  que  esta  medalla  se  refiere  á  la  indepen- 

dencia de  los  Países  Bajos  contra  el  poder  de  Felipe  II;  sería 
entonces  cerisura  de  la  política  del  rey,  y  no  creo  que  enton- 
ces la  grabara  Jacome  Trezzo.  Además,  el  símbolo  no  me  pa- 
rece bastante  claro  en*  aquel  sentido. 

13. — -Anv,  Busto  de  Juan  de  Herrera  á  la  izquierda,  ioan  .  herrera. 

PHIL  .  II .  REG .  HISP  .  ARCHITEC . 

Rev,  Una  matrona  sentada  delante  de  un  templo.  Exergo: 

DEO  ET  OPT  .  PRIÑC. 

Grabador:  lac,  Tr,  1571,  (Jacome  Trezzo.)— Bronce:  0,050  m. 

\\í—Áiw,  Busto  de  Felipe  II  á  la  derecha,  con  coraza,  manto 
y  toisón.  PHILIPPVS .  11 .  hispaniarvm  .  rex  .  catho. 
Rev.  Dentro  de  una  corona  y  adornos  de  cintas:  óptimo 

PRINCIPI. 

Bronce:  0,036  m. 
\<i,-^Anv.  Busto  de  Felipe  II  á  la  izquierda,  con  coraba,  phiup-* 

PVS  .  II .  HISPAN  .  ET  NOVI  ORBIS  OCCIDVI  REX. 


IlfvnBNTXltlO  DB  LAS  M8DALLAS   ESPAÑOLAS.  155 

Rev,  Una  figura  de  mujer  seguida  dé  varias  personas  y  un 
llama,  ofrece  un  mundo  á  una  escuadra  naval,  reliqvvm 
DATVRA.  Exergo:  indiar. 

Bronce  dorado;  0,039  m. 

Alusiva  á  las  conquistas  en  Indias. 

16. — Anv.  Busto  con  coraza  de  Felipe  II  á  la  izquierda,  philip- 

PVS  .  H  .  HISPAN  .  REX  CATHDL  •  ARCH  .AVSTRIíE. 

Rev. — Busto  de  la  reina  Ana  á  la  derecha,  anna  regina 

PHILIPPI .  II .  HISPAN  .  regís  CATHOL. 

Grabador:  D.  Paul  Ppg. — Bronce:  0,039  ™» 

17. — Anv,  Busto  de  D.  Juan  de  Austria  á  la  derecha^  con  coraza 
á  la  romana  y  toisón,  ioannes  avstri^  caroli  .  v  .  fil  .  íET. 

SV  ANN.XXIIII. 

Jiev.  Columna  rostral  sobre  la  que  se  levanta  una  estatua 
coronada  por  la  victoria  y  en  el  fondo  el  mar  con  escua- 
dras.  Debajo  de  la  columna  trofeos  militares   turcos. 

CLASSE  TVRCICA  AD .  NAVPACTVM  DELETA. 

Grabador:  . — Bronce:  0,042  m. 

Conmemora  el  triunfo  naval  de  Lepanto. 

18. — Anv,  El  mismo  de  la  anterior. 

Rev.  Un  guerrero  desnudo  abatiendo  á  un  turco  sobre  el 
mar;  á  la  derecha  se  ven  unos  barcos  y  á  la  izquierda 
un  grupo  de  soldados  turcos  que  huyen.  veÑi  .  et  .  vici. 

Grabador:  . — Plata:  0,042  m. 

Conmemora  el  mismo  triunfo. 

19. — Afw.  Busto  de  Felipe  II  á  la  izquierda,  philipvs  .  dg  .  hispa- 

NIARVM .  princeps. 

Rev. — Escudo  real,  contadores. del. bvreav. de. sv. alteza. 
1551. 

Getón  de  bronce:  0,028  m. 

20. — Anv.  Busto  de  Felipe  II  á  la  izquierda,  philippvs.d.g. hispa- 
nia....  rex.  1569. 


156  BOLETÍN  DB  LA   XSAL  ACAOBMIA  DB  LA  HISTOEIA. 

Rev.  Escudo  real  de  España,  gitones  dv  bovreav  de  sv  mag. 
Getón  de  bronce:  0,030  m. 

2 1 . — Anv.  Busto  de  Felipe  II  á  la  izquierda,  con  coraza  y  toisón. 

PHILIPP VS  .  II .  D  .  G  .  HISP ANI AR  .  REX  .1573- 

Rev.  Escudo  real,  gitones  del  bovreav  de  sv  mag. 
Getón  de  bronce:  0,030  m. 

22. — Anv,  Busto  de  Felipe  II  á  la  izquierda,  philippvs  .  ii .  d  .  g. 

HISP ANI AR  .  REX  .  I  5  7  5  • 

Rev.  Escudo  real,  gitones  del  bvreav  de  sv  mag. 
Getón  de  bronce:  0,030  m. 

23. — Anv.  Lo  mismo  que  en  el  anterior,  pero  de  cuño  diferente. 
Getón  de  bronce:  0,028  m. 

24. — Como  el  anterior,  pero  con  la  iecha  de  1 567. 
Getón  de  bronce:  0,039  01. 

PeUpe  IIL 

25. — Anv.  Busto  de  Felipe  III,  imberbe,  á  la  derecha,  philippvs. 
3 .  r  .  delicia  .  hispan. 
Rev.  Granada  coronada,  rex  .  vero  .  letabitvr  .  in  .  deo. 
Bronce:  0,036  m. 

26. — Anv.  Busto  de  Felipe  III  con  gorguera,  rica  coraza  y  toi- 
són. PHILIPPVS  .  III .  HISPANIAR  .  REX. 

Rev.  León  con  corona  real  marchando  á  la  derecha:  en  la 
diestra  una  lanza  tendida  y  en  la  izquierda  una  cruz  y 
ramos,  ad.vtrvmqve. 
Bronce:  0,050  m. 

27  — Anv.  Busto  del  arzobispo  Sandoval  y  Rojas  á  la  izquierda. 

BER  .  CARD  .  ARCHIEP  .  TOLET  .  HISP  .  PRIM  .  INQVIS  .  G. 

Rev.  La  Virgen  del  Sagrario  de  Toledo;  al  pie;  pietas  pres- 
VLi.  161 6.  Leyenda:  virgini  matri  tvtel^e  vrbis  et  orbis. 

S.A.D. 

Bronce:  0,040  m. 


INVENTARIO  DE  LAS   MEDALLAS  ESPASÍOLAS.  1 57 

28. — Anv.  Busto  del  duque  de  Montealto  con  coraza,  manto  y 
venera  en  el  pecho,  aloisivs  .  princeps  .  dvx  .  montis  .  alti. 

ET  .  ALCALÁ  .  REGNI .  SICILI/fi .  PRO .  RE. 

Hev.  Figura  femenina  sentada,  con  una  columna  asida  con 
el  brazo  derecho  y  una  balanza  en  el  izquierdo,  in  .  omni- 
Bvs .  ECO.  Exergo:  mdcxxxviii. 

Grabador:  D.  M.  Pirix. — Bronce:  0,060  m. 

PeUpe  IV. 

29. — Anv.  Busto  de  Felipe  IV  á  la  derecha,  con  gorguera  y 

coraza  muy  labrada,  phihppvs  .  mi .  d  .  g  .  hispan  .  p .  16 

Rev-  Hércules  niño  luchando  con  las  serpientes,  hercvli. 
msPANO .  s .  p .  Q .  H.  En  Sevilla. 

Plata:  0,034  m. 
30. — Anv.  Niño  desnudo  con  nimbo  radiante  y  sobre  nubes,  en 

ORITVR  PHILIPPI  IV  .  HISP  .  REG  .  HERES  .  1 629. 

Rev.  Imagen  femenina  marchando  hacia  la  izquierda,  lle- 
vando en  la  mano  una  planta  trifolia.  spes  altera  mvndi. 

Grabador:  Jul.  de  Gra.— Plata:  0,03 1  m. 

31. — Anv.  Busto  á  la  derecha  con  coraza  de  escamas  y  gor- 
guera. D.  PETR.  FER.  E.  COM.  PROV.  NEAP. 

Rev.  Imagen  de  la  abundancia  sentada,  con  un  manojo  de 
espigas  en  la  diestra  y  el  cuerno  de  la  abundancia  en  la 
otra;  á  la  izquierda  una  nave  y  á  la  derecha,  en  el  fondo, 
una  ciudad,  annona  avgvsti. 

Bronce:  0,047  m.  (Rota  en  el  borde.) 

32. — Anv.  Busto  á  la  izquierda  de  D,  Juan  Tomás  Enríquez 
Cabrera  y  Toledo,  con  media  armadura  y  peluca.  Le- 
yenda: 10.  THOM.  HENRIQ.  CABRERA  ET  TOL.  CO.  MELGAR  PRO* 
HISP.  REG.  IN  INSUB.  IMP. 

Rev.  Alarde  de  un  ejército  delante  de  una  ciudad.  Leyenda: 

PROVIDENTIA  ET  FORTITUDINE  lANVA  SERVATA. 

Grabador:  G,  P.  (ó  ^^.— Bronce:  0,061  m. 


I5S  BOLSÍN  DE  LA  RSAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

33. — Anv,  Retrato  del  duque  de  Alburquerque  con  coraza:  don. 

GABRIEL  .  A  .  C VEVA  .  ALBVRQVERQVENSI VM  .  DVX  .  V, 

Rev.  Dentro  de  un  triángulo,  formado  por  tres  eslabones 
prolongados,  una  especie  de  palmera. 

Bronce  dorado:  0,039  ^• 

D.  Gabriel  de  la  Cueva,  duque  V  de  Alburquerque,  fué 
virrey  de  Navarra  y  gobernador  de  Milán. 

34. — Anv.  Busto  á  la  derecha  de  D.  Antonio  Pedro  Alvarez 
Ossorio  Dávila  y  Toledo,  marqués  de  Velada  y  Astorga, 
con  anteojos:  viste  ropilla  y  banda^  pende  de  su  cuello 
una  venera.  Leyenda:  d.  ant.**  p.°  alvarez.  osorio.  davila. 

V.  TOLEDO.  MARQ.  DE.  VELADA.  Y  ASTORGA. 

Rev»  Balanza,  espada  y  caduceo  cruzados.  Leyenda:  cer- 

TANT  .  TERGEMINIS  .  TOLLERE  .  HONORIBVS. 

Grabador:  T.  (ó  J*.)  Ckeron. — Bronce:  0,070  m. 

Este  marqués  de  Velada  y  de  Astorga  fué  embajador  en 
Roma,  virrey  en  Valencia  y  Ñapóles  y  mayordomo  de  la  reina 
Mariana  de  Austria. 

35. — Anv,  Busto  del  marqués  de  Velada  y  Astorga  con  larga 
cabellera,  ropilla,  banda  y  anteojos,  d.  ant.pet.  alvar. 

OSOR.  MARCH.  VEL.  ASTORG.  REGN.  NEAP.  PROV. 

Rev.  Trofeo  formado  por  una  balanza,  una  espada  y  un 
caduceo,  certant.  tergeminis.  tullere,  honoribvs. 

Plata:  0,050  m. 
36. — Anv.  Busto  con  manto  á  la  romana  á  la  derecha,  petrvs. 

TOLETVS  OPT.  PRINC. 

Rev.  Sentado  D.  Pedro  y  vestido  á  la  romana  levanta  el 
brazo  de  una  mujer  que  empuña  una  espada  con  la  de- 
recha y  que  lleva  la  balanza  en  la  izquierda,  erectori 

JUSTITIAE. 

Bronce:  0,035  m. 

D.  Pedro  de  Toledo  fué  general  y  diplomático,  y  se  distin- 
guió principalmente  en  Italia  durante  el  primer  tercio  del 
siglo  XVIL 


INVENTARIO  DB   LAS   MEDALLAS   ESPAÑOLAS.  J159 

37. — Anv.  Busto  de  D.  Pedro  Girón  á  la  derecha,  con  coraza 
labrada,  golilla  y  toisón,  petrvs  gyron  oss.  dux  &  vre- 

NliK  COM.  X. 

Rev,  Imagen  de  la  Concepción  con  los  atributos  á  ambos 

lados.  SVB  TVVM  PRAESl.CONFVü.SAN.DEl  GENETRIX. 

Bronce:  0,047  ^• 

Es  el  gran  duque  de  Osuna  que  tanto  ennobleció  la  historia 
patria  durante  los  reinados  de  Felipe  ni  y  Felipe  IV. 

38. — Anv,  El  mismo  que  la  anterior. 

Rev.  Un  caballo  corriendo  en  libertad  hacia  la  izquierda. 

PRIMVS  ET  IRÉ  VIAM. 

Borroso  el  nombre  del  grabador. — Bronce:  0,047  ni. 
39. — Anv.  Busto  de  Felipe  IV  á  la  derecha,  phil  .  mi .  d  .  g  .  msp . 

* 

ET  .  INDIAR .  REX  .  Z.°  1 634. 

Rev.  León  blandiendo  una  espada  con  la  derecha  y  en  la 
izquierda  una  pira  (?)  fortivs  .  mvnitvr  ad  ortvs. 

Getón  de  bronce:  0,029  m. 

40. — Anv.  Busto  de  Felipe  IV  á  la  derecha,  con  corona  radiada, 
gorguera  y  coraza  á  la  romana,  philippvs  .  iiii .  dei  .  ora  . 
1636.  En  el  campo:  5. 
Rev,  Imagen  de  la  abundancia  sobre  una  torre  con  emble- 
mas reales  á  los  pies.  non.sine.largitíE.bellvm.  1616. 

Bronce:  0,038  ra. 

4 1 . — Anv,  Escudo  real,  phil  .  un .  d  .  g  .  msp .  et  .  indiar  .  rex  .  z.'" 
Rev.  El  sol  entre  nubes  alumbrando  un  paisaje,  his.qvoqve. 
svbiecta  1647. 

Getón  de  bronce:  0,03 1  m. 
42. — Anv.  Caballero   armado  caminando  jinete  á  la  derecha. 

phil  .  mi .  D  .  G  .  HISP  .  ET  .  INDIAR  .REX. 

Rev.  Caduceo  rodeado  de  espigas  y  dos  manos  que  se 
cruzan,  pax  qvaeritvr.  armis.  1652. 

Getón  de  bronce:  0,03 1  m. 


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1 6o  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

43. — Anv.  Busto  de  Felipe  IV  con  coraza  y  toisón  á  la  derecha. 

PHIL  .  mi .  D  .  G  .  mSP  .  ET  .  INDIAR  .  REX  .  Z.*^ 

Rev.  La  cruz  de  Borgoña  y  el  eslabón  del  toisón  despi- 
diendo   chispas.     GECT  .  POVR  .  LE  .  BVREAV  .  DES .  FINA  .  1 654. 

Getón  de  bronce:  0,031  m. 
44. — Anv.  Busto  de  Felipe  IV  con  coraza  y  toisón  á  la  derecha. 

PHIL  .  IIII .  D  .  G  .  HISP  .  ET  .  INDIAR  .  REX  .  1 664. 

Rev.  Dos  columnas  sosteniendo  un  león  y  un  águila  y  en- 
lazadas, en  medio  del  mar  y  soplando  los  vientos. 
Encima:  stabvnt. 

Plata:  0,03 1  m. 

45. — Anv.  Busto  de  Felipe  IV  á  la  derecha,  congorguera  y  ele- 
gante  coraza  labrada,  philippvs  .  iiii .  hispaniarvm  .  rex. 
Rev,  Apolo-sol  sobre  una  carroza  tirada  por  una  cuadriga. 

LVSTRAT . ET . FOVET. 

Grabador:  Ma.  S.  P, — Bronce:  0,042  m. 


46. — Medalla  con  los  mismos  tipos  que  la  anterior,  pero 
variantes. 


con 


Bronce:  0,53  ra. 


Carlos  IL 

47. — Anv.  Busto  de  Carlos  II  á  la  derecha,  garlos. ii  d.g.  l666. 
Rev,  Granada  coronada,  hispaniarvn  rex.  1666. 

Plata:  0,040  m. 
48. — Anv,  Busto  de  Carlos  II  á  la  derecha,  con  ropilla  y  toisón. 

CAROLVS .  II .  D  G  .  HISPAN.  REX. 

Rev,  Corona  sobre  un  almohadón  y  ambas  cosas  sobre  una 
mesa.  mariaNíE  avspiciis  p  .  p  .  q  .  h  .  1 666. 

Bronce:  0,034  m. 

49. — Anv,  Busto  de  Carlos  II  á  la  derecha  con  ropilla  y  toisón. 
CAROL .  II ,  D .  G .  Hisp .  ET.  INDI .  REX.  (Monograma  de  una  z 
cruzada  y  encima  una  c]  al  lado  una  mano  abierta.) 


INVENTARIO   DE  LAS   MEDALLAS  ESPAÑOLAS.  l6l 

Rw*  El  ave  fénix  entre  llamas  mirando  á  un  astro  reful- 
gente, todo  dentro  de  una  corona  de  laurel,  renasci- 
TVR.  1666. 

Plata:  0,03 1  m. 
50. — Anv.  Escudo  real  con  el  collar  del  toisón  circundándolo. 

CAROL  .  II .  D  .  G  .  HISP  .  ET  .  INDI .  REX. 

Rev.  El  sol  naciente  sobre  el  mar  entre  las  columnas  de 
Hércules.  Encima:  1666.  Leyenda:  redit.idem. 

Plata:  0,031  m. 

51. — Anv.   Busto  de  Carlos  II  á  la  derecha,  carol.ii.hisp.et. 
indi  .  REX .  z.*^  1669. 
Rev,  Escudo  real,  gectz  .  povr  .  le  .  bvreav  .  de  s  .  fina. 

Getón  de  bronce:  0,032  m. 

52. — Aftv.  Busto  de  Carlos  II  con  larga  cabellera,  vestido  á  la 
romana  y  toisón,  carolvs  ii  d  g  hispaniarvm  et  indiarvm 

REX  FLANDRIiE  COMES. 

Rev.  Vista  de  Ostende  y  encima  dos  angelillos  con  una 
corona,  una  palma  y  una  trompeta:  en  lo  alto  aparece 
una  mano  entre  nubes:  en  una  cinta  esta  inscripción  con 
letras  mayúsculas  y  cursivas:  nepi^vno.  id  frenvm.  caro- 
lvs. APPOSViT.  Leyenda:  fl andri a  .  ostende. 

Grabador:  Roett. — Plata:  0,044  m. 

53. — Anv.  Escudo  real  de  España,  carolvs. ii.dg.hisp.neap.rex. 

Rev.  El  globo  terráqueo:  encima  de  él  un  cuerno  de  la 

abundancia  y  un  haz  de  lictor  y  encima  la  corona  real. 

HIS .  VICI .  ET  .  RECJNO. 

Plata:  0,027  m. 

54. — Anv.  Imagen  de  N.*  S.*,  de  frente,  sobre  un  pilar  cruci- 
fero, con  el  cordero  en  el  brazo  izquierdo.  En  el  campo 
el  escudo  de  Navarra  sobre  una  cruz  de  Alcántara  y 
estas  leyendas  á  los  lados  de  la  Virgen:  ecce  qvi  tolit 
PEGATA  ECCE  AGNvs  DEi.  Al  pie  de  la  Virgen:  zeli  opvs. 

TOMO   XLVII  II 


1 6a  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADBMU  DE  LA  HISTOiOA. 

Leyenda:  deo  et  homini  CíESAravgvstaníE  sedis  repara*^ 

TORI  1676. 

Rev.  Un  Mercurio  de  pie  sobre  dos  globos,  vnvs  navarra 

SOBOLI  NON  SUFFICIT  ORBIS   l680- 

Bronce:  0,053  m. 

Según  nuestro  correspondiente  de  Zaragoza,  D.  Francisco 
de  P.  Moreno,  el  pilar  y  el  cordero  en  al  anverso  simbolizan 
la  unión  en  una  sola  sede  de  las  iglesias  del  Pilar  y  la  Seo  de 
Zaragoza,  después  de  las  luchas  que  mantuvieron  sus  cabildos 
y  que  acabaron  por  la  bula  llamada  de  Unión  dada  por  Cle- 
mente X  en  1675,  y  que  tuvo  cumplimiento  en  1676.  Dirigió 
este  negocio  el  vicecanciller  del  Consejo  de  Aragón  D.  Mel- 
chor de  Navarra  y  RocafuU,  caballero  de  Alcántara,  vizconde 
de  la  Torrecilla,  duque  de  la  Palata,  príncipe  de  Massa,  etc^ 
Las  armas  que  van  en  la  medalla  son  suyas. 

La  leyenda  del  reverso  alude  á  que  dicho  magnate  pasó  en 
1680  á  Indias  como  virrey  del  Perú:  por  eso  aparece  sobre 
ambos  mundos,  pues  en  ambos  tuvo  gobierno  y  mando. 

Es  medalla  muy  rara  y  de  arte  pobre. 

55. — Awv.  Busto  del  Cardenal  Portocarrero  á  la  izquierda,  con 
bonete  y  solideo.  En  dos  líneas  circulares:  lvdov.card.. 

PORTOCARRERO  .  PROT  .  HISP  .  ARCH .  TOLET.HISP .  PRIMAS .  A.CONS. 
STAT  .  PROREX .  ET  .  CAP  .  GEN  .  SICIL .  TEN  .  GEN  .  MARIS  .  ORATOR  . 
EXTR  .  AD  .  INNOC  .  XI. 

Rev.  Trofeo  de  una  fama  sobre  pedestal,  piezas  de  artillería,, 
ángulo  de  un  bastión  en  cuyo  muro  se  ve  el  escudo  del 
prelado,  un  barco,  angelillos  con  los  atributos  episcopa- 
les, etc.  En  el  pedestal  se  lee:  hac  dvce  cvncta  placent.. 

Grabador:  lo  Hamrranus,  M.D  CLXX  VIH. — Bronce:  0,046  nu 


FeUpe  V. 

56. — Awv.  Busto  de  Felipe  V  de  frente,  philippvs.  v.  d.  g.  his- 

PANIA.  REX. 

Rev.  Armas  de  Sevilla  en  medio  relieve,  s.  p.  q.  h.  dicat^ 
1700. 

Plata:  0,033  °^« 


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INVENTARIO  DE   LAS   MEDALLAS  ESPAl^OLAS.  1 63 

57. — Anv.  Busto  de  Felipe  V  á  la  derecha,  philipvs.  v.  dei  gratia. 
Rev.  Granada  coronada,  hispaniarvm  rex.  17CX). 

Plata:  0,032  m. 
58. — Anv.  Busto  de  Felipe  V  con  peluca  y  corbata  de  encaje. 

PHILIPPVS.V.REX.HISPANIA.  S. 

Rev.  Escudo  de  castillos  y  leones  acuartelados  en  el  centro 
de  una  cartela  y  encima  la  corona  real,  dei  .  grat  .  ano  . 
1700. 

Plata:  0,030  m. 

59. — Anv.  Busto  con  coraza  de  Felipe  V  á  la  derecha,  philip  : 
V :  DG :  hispaniarvm  :  rex  :  an  .  1 700. 
Rev.  Armas  de  Cádiz  y  en  el  campo:  s.p.q.g.  Leyenda: 

HERCVLES  .  FVNDATOR  .  GADIVM  .  DOMINATOR  .  QVE. 

Plata:  0,032  m. 
60. — Anv.  Busto  de  Felipe  V  á  la  derecha,  con  coraza,  philip  :  v : 

DG  :  HISPANIARVM  I  REX  :  AN  :  1 7OI . 

Rev.  Escudo  de  México,  imperator  .  indiarvm. 
Plata:  0,030  m. 

61. — Anv.  Busto  de  Felipe  V  con  peluca,  ropilla  y  toisón,  de 
frente,  philippvs  .  v  .  d  .  g  .  rex  .  sicili/e. 
Rev.  León  echado,  de  cuyo  costado  brota  una  rama  con 
tres  flores  de  lis.  flos  .  de  .  radice  .  eivs  .  ascendit  .  1 701 . 

Grabador:  L.  O. — Plata:  0,03 1  m. 

62. — Anv.  Busto  de  Felipe  V  á  la  izquierda,  con  coraza  y  pelu- 
ca.  PHILIP  .  V  .  D  .  G  .  hispaniarvm  I  REX  :  AN  :  1 7OI . 

Rev.  Castillo  de  tres  torres  con  una  cruz  sobre  la  central. 

PRO  ET  REGE. 

Plata:  0,030  m. 

De  proclamación  en  la  Veracruz  de  México. 

63. — Anv.  Una  matrona,  representando  á  España,  ofrece  corona 
y  cetro  á  un  caballero,  tras  del  que  hay  otro  con  un 


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164  BOLETÍN   DE   LA  REAL   ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

gallo  detrás,  sin  duda  representando  á  Luís  XIV.  gallis. 
HisPANiA .  REONUM.  En  el  cxergo,  partida  por  un  cartucho 
donde  se  ve  el  cordero  pascual,  la  fecha  de  1700. 
Rev,  Una  matrona,  representando  á  Francia,  presenta  á  un 
caballero  (Felipe  V)  con  corona  y  cetro  á  los  homena- 
jes de  varios  caballeros,  sin  duda  españoles,  pues  junto 
á  ellos  está  el  león,  hispanis  .  gallia  .  regem.  La  fecha  del 
exergo  dice:  1 70 1. 

Plata:  0,030  m. 
64. — Anv,  Busto  desnudo  de  María  Luisa  de  Saboya,  mujer  de 

Felipe   V.    MARÍA   LUD.   GAB.    SABAUD.   D.   G.   HISPAN.   ET  INI). 
REGINA. 

Rev.  La  luna  y  la  tierra  abajo,  absentis.  lumina.  reddit. 
Exergo:  1 702. 

Grabador:  //,  ^.— Plata:  0,033  rn* 

65. — Anv.  Busto  á  la  romana  y  á  la  derecha  de  Felipe  V.  phil: 
D ;  G ;  Hisp .  ET  iNDiAR .  REX .  1 702.  Contramarca  una  R  y 
una  mano. 
Rev.  El  sol  saliendo  del  mar  é  iluminando  la  tierra.  Exergo: 

RERVM  HINC  NASCITVR  ORDO. 

Plata:  0,025  m. 
66. — Anv.  Busto  desnudo  de  Felipe  V^  á  la  derecha,  philippus 

V.  D.  G.  HISPAN.   ET  IND.  REX. 

Rev.  Imagen  de  Hércules  de  frente,  nil  labor  ubi  glori  a 
1702. 

Grabador:  //,  R. — Plata:  0,032  m. 
67. — Anv.  Busto  á  la  romana  y  á  la  derecha,    de  Felipe  V. 

PHILIP  .  V  .  D  .  G  .  REX  .  HISP  .  E  .  NEAP. 

Rev.  Un  sol  iluminando  al  mundo,  hilaritas  .  vniversa  .  1702. 
En  el  campo  ^. 

Plata:  0,033  m. 


68. — Anv.  Felipe  V  á  caballo,  vestido  á  la  romana,  caminando  á 


INVENTARIO  DE  LAS  MEDALLAS  ESPAÑOLAS.  1 65 

la  izquierda,  philippvs.  v.  hispaniarvm.  et.  vtrivsq  :  sicil  : 

REX. 

Rev.  Imagen  de  matrona  sentada,  con  casco,  lanza  y  cornu- 
copia, con  un  escudo  al  lado;  en  el  fondo  paisaje  con 
un  volcán,  adventvi.  principis.  fcelicissimo.  Exergo:  nea- 
poLis  1702. 

(jX2\i^díor\  Antonio  de  Januario^Ví^'^VíX^vío. — Bronce:  0,058  m. 

69. — Los  mismos  tipos  que  la  anterior,  pero  mucho  más  pequeña. 
Bronce:  0,023  m. 

70. — Anv.  Busto  de  Felipe  V  con  peluca,  coraza  labrada  y  toi- 
són, á  la  derecha,  philip  .  v .  hispan  .  et  .  sicil  .  rex  .  trium- 

PHATOR. 

Rev.  Victoria  volando  sobre  un  campo  donde  se  ven  tro- 
feos  militares,   fugatis  .  captis  .  CyESis .  hostibus.   Exergo: 

AD  VILLAM  VITIOSAM.  I7IO. 

Grabador:  R.  C. — Bronce:  0,043  ™- 

Alusiva  á  la  batalla  de  Villaviciosa,  en  que  Felipe  V  triunfó 
de  los  aliados  en  10  de  Diciembre  de  1710. 

71. — Anv,  Busto  de  Felipe  V,  á  la  derecha  con  peluca,  coraza  y 

toisón.  PHILIPPO.  V.  CATH.  FIDEI.  AC.  REGNORUM.  REPARATORI. 

Rev.  Dentro  de  una  cartela  guarnecida  con  ramas  y  lle- 
vando encima  una  corona  de  laurel,  de  cuyo  centro 
surge  un  ave  con  corona  mural:  s.  p.  q.  p.  Leyenda:  regí 

SUO.  VÍCTOR!.  AC  TRIUMPHANTI.  AN.   I7II. 

Bronce:  0,04 1  m. 

72, — Anv.  Busto  de  Felipe  V  á  la  derecha,  con  peluca,  philip- 
pvs .  V .  HISPANIARVM  .  REX. 

Rev,  Neptuno  surcando  el  mar  sobre  una  concha  al  Sur 
de  Italia,  sic .  cvnctvs  .  pelagi  .  cecidit  .  fragor. 

Grabador.  L  Urbani, — Bronce:  0,049  í^* 

73. — ylifz;.  Busto  á  la  izquierda  de  Felipe  V.  phil:v.d.g.hisp. 
et.ind.rex.  Como  contramarca  una  mano. 


Ib6  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Rev,  Escudo  en  forma  de  cartela  con  león  rapante  coro- 
nado. civiTATis  GAUDENSis.  En  el  exergo  una  R. 

Plata:  0,033  m. 
74. — Anv,  Busto  desnudo  de  Felipe  V  á  la  derecha,  philippvs  v. 

D.  G.  HISPAN.  ET.  IND.  REX. 

Rev.  Busto  de  la  reina  María  Luisa,  desnudo  y  á  la  izquier- 
da.  MARÍA.   LUD.  GAB.   SABAIH).  D.  G.  HISPAN.  ET  IND.  REGINA. 

Grabador:  H,  R. — Bronce:  0,033  m. 

75. — AnVy  Tres  parejas  de  damas  y  caballeros  y  encima  una 
corona.  Leyenda  en  dos  arcos  de  círculo:  in  conveniendo 

POPULOS    in  UNUM    ET   REGES  UT   SERVIANT   DOMINO.    ExCrgO 

encima  de  una  flor  de  lis  y  dos  castillos:  nuptIíE  his- 

PANOGALLICiE. 

Rev,   Inscripción:   funiculus  triplex    difficile   rümpitur. 
Exergo:  marchio  beretti  landi  orat.  plenip.  hisp.  came- 

RACI.  M.D.CC.XXIII. 

Plata:  0,033  m. 

76. — Anv.  Bajo  un  solio,  busto  de  Luís  I  de  frente,  con  som- 
brero, banda  y  casaca:  delante  una  mesa  con  la  corona 
real  encima,  lvdovicvs  :  primvs  :  d.  gr. 
Rev.  Granada  coronada,  hispaniarvm  :  rex.  1 724. 

Plata:  0,030  m. 


TT. — Anv.  Busto  del  rey,  laureado  y  á  la  derecha....  sic  et. 

INF. 

Rev.  Cruz  cuyos  remates  llevan  coronas,  favsto tionis. 

1735.  En  el  campo:  f  n. 

Plata:  0,028  m. 


78. — Anv.  Busto  del  duque  de  Montemar  á  la  derecha,  con  el 
toisón,  coraza  cincelada  y  larga  peluca.  Leyenda:  ios. 

CARILLO  .  de  .  ALBORNOZ  .  DUX .  DE  .  MONTEMAR.  AN.  MDCCXXX^'. 

Rev,  Figura  femenina  con  alas,  dos  coronas  en  la  mano 


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INVENTARIO  DB  LAS  MEDALLAS  ESPAÑOLAS.  1 67 

derecha  y  una  de  plumas  en  la  izquierda:  en  el  suelo 
trofeos  militares.  Leyenda:  recvperatis. 

Bronce  dorado:  0,091  m. 

Luís  L 

79. — Anv.  Busto  de  Luís  I  vestido  á  lo  romarib,  á  la  derecha. 

LUDOVICVS  .  I .  D  .  G  .  HISPANIARVM  .  REX  .  J  724. 

Rev.  La  ciudad  de  Cádiz  y  debajo  su  escudo,  hercvles. 

FVNDATOR  GADIVM  DOMINATORQVE  .  S  .  P  .  Q  .  G. 

Bronce:  0,030  m. 
ío. — Anv.  Busto  de  Luís  I  á  la  derecha,  con  collar  del  toisón. 

LUDOVICUS  .  I .  D  .  G  .  HISPANIARUM  .  REX. 

Rev.    Armas   de    Sevilla,    hispal.in.eivs.proclamatione. 

1724. 

Plata:  0,038  m. 

?l. — Anv.  Busto  de  Luís  I  á  la  derecha,  lvdov.  i.  d.  g.  msPA- 

NIAR.  R. 

Rev.  Castillo  de  tres  torres,  con  una  cruz  sobre  la  central. 
veracrvcis.  proclamatio  1724. 
Plata:  0,031  m. 

S2. — Anv.  Busto  de  Luís  I  ala  derecha. lvdovico.i.hispaniarvm. 
regí. 
Rev.  Escudo  de  Málaga,  s.  p.  q.  malacit.  dicavit.  a.  1 724. 
Plata:  0,03 1  m. 

33. — Anv.  Busto  de  Luís  I  á  la  izquierda,  lvdovicvs.  i.  d.  g.  rasp. 

REX. 

Rev.  El  zodíaco,  y  encima:  ortus  .  sine  .  occAS^^  Leyenda: 

BARCINONE  PROCLAMATVS  .  ANNO  .  1724. 

Plata:  0,021  m. 
S4. — La  misma  en  bronce  dorado. 
85. — Anv.  Busto  de  Luís  I  á  la  izquierda,  lvis  .  i .  d  .  g  .  hispania- 

RVM .  REX. 


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1 68  BOLETÍN   DE  LA  REAL  ACADEMIA   DE  LA  HISTORIA. 

Rev,  Escudo  de  Puerto  Real,  la  noble  villa  de  pverto  real» 
AÑO  1724. 

Bronce:  0,026  m. 

86. — Anv.  Busto  de  Luís  I  con  casaca  y  toisón,  ludovicus.u 

D.  G.  HISPANIARUM.   REX.    1 724. 

Rev,  Escudo  de  Jerez,  y  á  los  lados:  xera.  Leyenda:  clarior 

OBiNIBVS.  EX  OMNI. 

Plata:  0,033  ^• 

87. — Anv.  Busto  de  Luís  I  á  la  derecha,  con  banda  y  collar  del 
toisón,  ludovicus.  i.  d.  g.  hispaniarum.  REX.  AÑO  1724. 
Rev.  Escudo  de  México,  imperator.  indiarum. 

Plata:  0,040  m. 

88. — Anv.  Busto  de  Luís  I  á  la  derecha  y  vestido  á  la  romana. 
lvdovicvs  .  i  .  d  .  g  .  hispaniar  .  REX .  1 724. 
Rev.  Imagen  de  S.  Miguel  Arcángel,  thenerifee  .  vn  .  pro- 
clamatione  .  1 724. 

Plata:  0,027  ni- 

89. — Anv,  Busto  de  Luís  I  casi  de  frente,  con  sombrero,  peluca, 
casaca  y  banda  y  delante  la  corona  real  sobre  una  mesa» 

LVDOVICVS  :  PRIMVS  ID.  GR. 

Rev,  Escudo  de  armas  que  representa  un  castillo,  de  cuyas 

almenas  salen  dos  estandartes,  coronado  y  dentro  de 

una  cartela,  hispaniarvm  :  rex.  1 724. 

Cobre:  0,029  m. 
Proclamación  en  Motril. 

90. — Anv.  Busto  de  Luís  I  á  la  derecha,  regí  .  lvdovico  .  hispa- 
niarvm .  regí. 
Rev,  Jinete  cabalgando  á  la  izquierda  y  debajo  unos  del- 
fines. S.  P.  Q.  VELES  CIT  DICAVIT.  A.   1 724- 

Bronce:  0,030  m. 
Proclamación  en  Vólez-Málaga. 

91. — Anv,  Busto  de  Luís  I  á  la  derecha,  s.  d.  l.  i. 


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INVENTARIO  DE  LAS    MEDALLAS   ESPAÑOLAS.  1 69 

Rev.  Escudo  coronado  de  un  castillo  y  un  león,  yvcatan. 
Leyendas  incisas. 
Bronce:  0,026  m. 

92. — Afw.  Busto  de  Luís  I  con  coraza  y  manto  á  la  derecha. 

LUDOVICUS.  1.  D.  G.  HISPANIARUM.  REX. 

Rev.  Armas  de  México,  mexico.  Leyenda:  inperator  (sic) 

INDIARVM. 

Plata:  0,031  m. 

93. — Anv>  Busto  de  Luís  I  á  la  derecha,  con  casaca  y  el  collar 
del  toisón,  ludovicus  .  i  .  d  .  g  .  hispaniarum  rex.  . 
Rev,  Estrella  de  ocho  puntas  y  rayos  intermedios.  En  dos 
líneas  circulares:  sicut  lucifer  lucet  in  aurora,  ita  in 

W  AND  ALIA  C  ARMÓN  A. 

Plata:  0,033  m. 

Femando  VI. 

94. — Anv.  Cabeza  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  viva.  don.  Fer- 
nando VL 
Rev.  Escudo  do  Jaén.  jaén. año  de  1746-   En   el  campo: 

c.  G.  P.  Q. 

Plata:  0,019  i^- 

95. — Anv,  Busto  de  Fernando  VI  con  peluca  y  banda,  ferdi- 
nan.  vi.  avgviat.  hispan,  rex  :  an  :  dom  :  1 746. 
Rev*  Una  torre  sobre  un  buey  alado,  y  sobre  ella  una  es- 
trella. FANVM.  LVCIFEYI  (sic)  D.  D.  D. 

Plata:  0,030  m. 

96. — Anv,  Busto  de  Fernando  VI,  con  coraza,  banda  y  peluca, 
á  la  derecha,  ferdvs.vi. 
Rev.  Inscripción:  proclam  gervn.  1746. 

Plata:  0,015  m. 
Proclamación  en  Gerona. 

97. — Awü.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,   ferdinan.   vi 
d.  g.  hispa,  rex. 


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170  BOLBTIN  DE  LA  RBAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA 

Rev,  Inscripción:  in  acclam.  argent  artif.  caesaravg.  pop. 

DISPERS.    1746. 

Plata:  0,021  m. 

Hecha  por  los  artíñces  plateros  de  Zaragoza. 

98. — Anv,  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  con  peluca,  coraza, 
banda  y  toisón.  En  dos  líneas  concéntricas:  ferdinand. 

REX.  CATH.  VI.  CAST.  III  ARAG.  PROCLAM.  BARCIN.   1 746. 

Rev,  Mercurio  y  un  amorcillo  uniendo  con  lazos  dos  coro- 
nas. AMORE  REVINCIT. 
Plata:  0,027  m. 

99. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  con  coraza,  banda  y  peluca. 

FERDINAN  .  VI .  D  .  G  .  HISPA  .  R. 

Rev,  León  rapante,  in  procla  .  CíESaravgvsta.  1746. 
Plata:  0,020  m. 

ICX). — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  con  peluca, 

coraza  y  toisón,  ferdinandus  .  vi.d  .  g  .  hispaniarum  .  rex. 

Rev.  Un  sol  radiante,  civitas  .  solis  .  in  .  eivs  .  aclamatione  . 

1746. 

Plata:  0,027  "i- 
Proclamación  en  Écija. 

10 1. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  ferdinan.vi. 

CAST  .  III .  ARAG  .  D  .  G  . 

Rev.  Un  león  delante  de  una  columna  coronada,  fideii  . 

FIRMITAS .  AVGVSTA.      ExergOI     IN     PROCLAMA     CíESARAVGV. 
1746. 

Plata:  0,029  "i- 

102. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  con  coraza, 
banda  y  toisón,  ferd.    vi.   d.  g.  h.  r.  áurea  condet 

SiECULA.    1746- 

Rev.  Castillo  de  tres  torres  y  encima  una  Virgen,  ingre- 

MIO.  MATRIS  RESIDET.  SAPIENTIA.  PATRIS.  S.  P.  Q.  P.  S.  M. 

Bronce:  0,035  m. 

Proclamación  en  el  Puerto  de  Santa  María,  como  indican  las 
siglas  del  reverso. 


IHVBMTARIO  DB  LAS  MEDALLAS   ESPAÑOLAS.  I7I 

103. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  con  coraza, 

banda  y  collar,  r.  ferd.  vi.  hisp.  et  ind.  imp.  avspicanti. 

p.  p.  V.  p.  1746. 

Xev.  Entre  las  dos  columnas,  Hércules  sujeta  dos  leones 

y  encima   s.   c.    gad.    Leyenda:  parcere  .  svbiect  .  et  . 

DESELLARE  .  SVPERB. 

Plata.  0,034  m. 
104. — Anv.  Busto  desnudo  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  ferdi- 

NANDÜS  VI  HISPAN.»*  REX. 

Rev.  Figura  varonil  vestida  á  la  romana,  y  ante  ella,  arro- 
dilladas, cuatro  figuras  femeninas,  una  con  traje  indio 
y  otra  con  un  áncora  al  hombro,  regnorum  suscepto 
REGiMiNE.  Exergo:  ix.jul.mdccxlvi. 

Grabadores:  7  Dassier  etfils. — Bronce:  0,04 1  m. 
105. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  con  coraza  y  peluca,  ferdi- 

NANDUS .  VI .  D  .  G  .  HISPANIARUM  .  REX  , 

Rev.   Armas   de   Sevilla,    hispal  .  in  .  eivs  .  proclamatione  . 
1746. 
Plata:  0,032  m. 

106. — La  misma  de  bronce  plateado. 
107. — La  misma  de  bronce. 

108. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  con  larga  melena  á  la  dere- 
cha. Leyenda:  ferdinando  vi  .  rege  .  catholiCo  . 
Rev.  Banda  con  algunos  signos  del  zodíaco,  y  debajo  el 
mapa  de  España  dentro  de  un  círculo.  Leyenda:  rem 

HISPANAM  CAPESSENTE  IX  lUL  MDCCXLVI. 

Bronce  plateado:  0,036  m. 

109. — Anv,  Busto  de  Fernando  VI  á  la  izquierda.  En  dos  líneas 
concéntricas:  ferdinand.  rex  cath.  vi.  cast.  iii.  arag. 

PROCLAM  GERVN. 


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172  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

Rev.  Escudo  de  armas,  exemplvm.  fidelitatls. 

Plata:  0,025  ™- 
Proclamación  en  Gerona. 

lio. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  izquierda,  fro.  (sic)  vi. 

D  .  G  .  HPA  .  ET  IND.  REX  .  1 74/. 

Rev.  Corona  real.  prov.  venez.  g.  zvloaga. 
Dorada:  0,017  ro* 
Proclamación  en  Venezuela. 

III . — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  fernand  c  .  ai 

(sic)  D.  G.  HISPAN.  R.   1747- 

Rev.  Una  llave  y  un  castillo,  jvan  fores  villavisencio. 
Plata:  0,022  m. 

112. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  con  collar,  peluca  y  casaca. 

ferdinandvs.  vi.  d.  g. 

Rev.  Granada  abierta  y  coronada,  hispaniarvm.  rex.  1747. 

Plata:  0,025  m. 
Proclamación  en  Granada. 

113. — Anv,  Cabeza  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  con  melenas 
rizadas,  ferdinand.  vi.  d.  g.  hispania  rex. 
Rev.  Escudo  episcopal,  colleg  .  ma  .  d  .  th  .  in  ejus  procla... 
Plata:  0,021  m. 

114. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  con  melenas 
rizadas  6  peluca,  ferdinandus  .  vi  .  d  .  g  .  hispania  .  rex. 
Rev.  El  mismo  escudo  episcopal  de  la  anterior,  colleg. 

M.  D.  TH.  IN  EJUS  PROCLAM    1747- 

Plata:  0,022  m. 
115. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  ferdo.  vi.  d.  g. 

HISPAN.  ET  INI).  REX.    1747* 

Rev.  Sobre  una  mesa  un  cojín  y  encima  la  corona  real,  y 

á  los  lados  in  su  a.  Leyenda:  gvbern  atore,  prov.  ven. 

zvloaga. 

Plata:  0,032  m. 
Proclamación  en  Venezuela 


INVENTARIO  DE   LAS  MEDALLAS  ESPAÑOLAS.  173 

li6. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  izquierda,  con  sombrero 

y  casaca,  ferdinandvs.  vi.  d.  g.  ispania**.  rex. 

Rev.  Busto  de  mujer  de  frente,  angelopolis  proclamtio. 

(sic).  1747. 

Plata:  0,02$  m. 

Proclamación  en  Puebla  de  los  Ángeles  (México). 

117. — -^«z^.  Busto  de  Fernando  VI.  ferd.  vi.  d.  g.  hispaniar.  r. 
Rev,  Castillo  de  tres  torres  sobre  aguas,  veracrvcis.  pro- 

CLAMATIO.    1747- 

Plata:  0,031  m. 
118. — Anv,  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha.  Fernando,  vi. 

D.  G.  HISPAN.  REX. 

Rev.  Dos  llaves,  gonzalo.  rezio  de  oqvendo  hab.**  1747- 
Plata:  0,029  "^' 

119. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha.  Fernando,  vi. 

D.  G.  HISPAN.  REX. 

Rev.  Castillo  con  dos  torres,  santiago  de  torres  gvan**  1747* 
Plata. 

120. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha.  Fernando,  vi. 

D.G.HISPAN.  R.   1747. 

Rev.  Un  ave  explayada  y  debajo:  1747.  Leyenda:  tomas 
jph.gonzalver. 

Plata:  0,021  m. 

121. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  con  peluca  y  coraza,  á  la 

derecha,  ferdinandvs  .  vi  .  d  .  g  .  hispaniarum  .  et  .  in  .  rex. 

Rev.  Escudo  de  Buenos  Aires,  noviliss.  fideliss.  civ  bonae- 

RINEI.  PROCLAM.   1747- 

Metal  blanco:  0,033  n^* 

122. — Anv.  Busto  á  la  romana  de  Fernando  VI  á  la  derecha. 
ferdins.  vi  d.  g  hispa,  et  INDI.  REX,  1747. 


174  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Rev.  Escudo  de  Panamá,  nc.  panamensis  te  amat  corde  te 

CLAMAT  ORE. 

Plata:  0,035  i^* 

123. — Anü.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  con  casaca» 
banda  y  bengala  en  la  mano  derecha,  ferdinandvs.  vi. 

D.  G.  HISPANIARUM  REX. 

Rev,  Escudo  de  México,  imperator.  indiarum.  Exergo: 

MEXICI  ANNO  1747. 

Plata:  0,039  m. 
124. — Anv,  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  ferdinandvs  .  vi . 

D.  G  .  HISPANIARVM  .  REX. 

Rev,  La  granada  ¡y  las  f  é  y  coronadas,  granata  .  in  .  eivs  . 
proclamatione  .  1747- 
Plata:  0,030  m. 

125. — Anv,  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  con  peluca, 
coraza  y  manto,  ferdinandvs  .  vi  .  d  .  g  .  hispaniarvm  .  rex. 
Rev.  La  granada  y  la  f  y  la  y  coronadas,  granata. in .  eivs. 
proclamatione  .  1747. 
Oro:  0,03 1  m. 

126. — Anü.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  ferd.  vi.  d.  g. 

HISP.  E  IND.  R. 

Rev.  Castillo  de  tres  torres  y  una  cruz  sobre  la  central. 

NOV.  VER.  CRUC.  PROCLAM.  A.    1 747» 

Plata:  0,036  m. 

Proclamación  en  Veracruz  de  México. 

127. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha.  En  dos  líneas 
concéntricas:    ferdinand  .  vi    hispan  .  maiori  .  rex  .  proc  . 
PAL .  VIII  idus  i  anua  .  1747. 
Rev.  Geniecillo  alado  con  una  honda  en  una  mano  y  una 
palma  en  la  otra,  amoris  funda  vincet  bale.fides. 

Plata:  0,022  m. 
Proclamación  en  Mallorca. 


INVENTARIO  DE  LAS  MEDALLAS  ESPAÑOLAS.  1 75 

128. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  y  en  dos  círcu- 
los concéntricos:  ps .  59 .  Qvis  dedvcet  me  in  civitatem 

MVNTAM?  N.  NE  TV?  DAVO  TI VI  CLAVES  REGNI  S.  MT.  CAP.   1 6. 

Rev.  Torre  con  llave  colgante  del  umbral  y  en  dos  círcu- 
los concéntricos  esta  leyenda  que  tiene  algunas  letras 
enlazadas:  civitas  calpensis  in  proclamatione  dn.  regís. 

FERD.  VI.  A.  1748.  VOCAVERIS  VRBS  EIDELIS  (sic)    YS.  CAP.  1. 

Plata:  0,038  m. 
Proclamación  en  San  Roque. 

129. — La  misma  en  bronce. 

130. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  ferdin.  vi.  msp. 

REX. 

Rev.  Escudo  de  Puerto  Real  (?).  preclara  villa  regí  por- 

TVS.   1748. 

Plata:  0,027  m». 
131. — Afw.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  ferdinand.  vi* 

D.  G.  HISPA.  ET  INDIAR.  REX. 

Rev.  Escudo  de  Castilla  y  León  coronado,  imperator.  in- 

DIARUM.  M.  DE  CORDOUA.. 

Plata:  0,032  m. 

132. — Anv,  Dentro  de  una  corona  de  laurel  y  palma  y  de  una 
gráfila  de  puntos,  viva  fern.«>o  vi. 

Plata,  incusa:  0,015  m. 
133. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  ferdi.iii.arag. 

R.NULLI... 

Rev.  Escudo  de  Palma,  semper  armata  reg. 

Plata:  0,01 3  m. 

Proclamación  en  Palma  de  Mallorca. 

134. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  á  la  derecha,  con  peluca, 
manto  real,  banda  y  toisón,  ferdinandus  sextüs  hispa- 

NIARUM  ET  INDIARUM  REX. 

Rev.  Minerva  sobre  un  león  y  en  el  campo   una  ciudad 


1 


176  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

murada  y   atributos  de  las  ciencias.  Encima,   en  una 
cinta:  nunc  minerva  postea  palas.  Exergo:  acad.^  bar.* 

Grabador:  Prieto. — Plata:  0,039  ni. 

De  la  Academia  de  Barcelona. 

El  grabador  Tomás  Francisco  Prieto  era  natural  de  Sala- 
manca, donde  nació  en  17 16.  Fué  grabador  de  la  Casa  de  la 
Moneda  de  Madrid  y  murió  en  1782.  Era  hombre  de  mucha 
pericia. 

135. — Anv.  Busto  de  Fernando  VI  con  coraza  y  laurea,  á  la 
derecha,  ferdinando  vi  .  rege  catholico. 
Rev.  Un  cañón  de  artillería  y  sobre  él  una  regla  y  una 
plomada:  en  el  suelo  barriles  de  pólvora  y  balas  y  en 
en  el  exergo  una  cartela  con  atributos  de  la  artillería: 
encima,  en  una  cinta:  recte. 

Grabador:  Prieto, — Plomo:  0,055  "^- 

1 36. — Muy  semejante  á  la  anterior  en  anverso  y  reverso,  aun- 
que se  diferencie  en  algunos  detalles  y  con  las  mismas 
leyendas. 

Grabador:  Prieto, — Plomo:  0,037  m. 

Carlos  m. 

137. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolum.iii.regem. 

CATHOLICUM. 

Rev,  Armas  de  Burgos,  proclamat.caput.castell/e.  1759. 
Plata:  0,027  ni- 

138. — Aftü.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  viva  rey  carlos.ui. 

1759. 
Rev,  Escudo  coronado  de  Castilla  y  León,  mancha  lareal. 

Plata:  0,027  m. 

139. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha.  En  dos  líneas  con- 
céntricas esta  leyenda:  carolus  rex  cath.  hispaniar*  iii. 
proclam.  barcino.  I7S9« 


INVENTARIO  DE   LAS   MEDALLAS   ESPA?}OLAS.  177 

Rev,  Caballo  en  libertad  delante  de  una  ciudad  fortifi- 
cada y  sobre  un  campo,  prístina  prata  rident. 
Plata:  0,030  m. 

140. — Am).  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  con  coraza,  banda 

y  toisón.  CAROLVS  .  III .  D  .  o  .  hispan  .  REX. 

Rev.  Sol  radiante,  civitas  .  solis  .  in  .  eivs  .  aclamatione .1759- 

Grabador:  Araujo, — Plata:  0,027  n^- 
Proclamación  en  Ecija. 

141. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha.  En  dos  líneas  cir- 
culares y  concéntricas:  ps :  59  Qvis  dedvcet  me  in  civi- 

TATEM    MVNTAM?   N.   NE  TV?  DAVO  TI VI  CLAVES    REGNI  S  MT. 
CAP.   16. 

Rev.  Castillo  con  una  llave  pendiente  del  umbral  y  en 
derredor  en  dos  líneas  circulares:  ci vitas  calpensis  in- 

PROCLAMATIONE   DN.    REGÍS   CAROLVS   III   A   1759-  VOCAVERIS 
VRBS  FIDELIS  YS.  CAP.  I. 

Plata:  0,037  ™« 
Proclamación  en  San  Roque. 

142. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carol.  iii.  aug.  hisp. 

REX.  1759- 
Rev,  Toro  alado  sosteniendo  un  castillo  y  encima  de  éste 

una  estrella,  lucen,  ciu.  in.  eius  proclama. 
Plata:  0,032  m. 
Proclamación  en  San  Lúcar  de  Barrameda. 

143. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  con  coraza,  manto 

y  toisón.  CAROLVS.  III.  D.  G.  hispan.  REX. 

Rev,  Armas  de  Cádiz,  proclamatvs  gadibvs.  1759- 
Plata:  0,034  m. 

144. — Anv.  Busto  desnudo  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs. 

III.D.G.IHSP.REX  1759- 

Rev.  Imagen  de  Santiago  (?)  á  caballo  alanceando  y  un 
muerto  á  sus  pies,  ve  m^  pro  aclamatione  nostra. 

Plata:  0,021  m. 

Proclamación  en  Vélez-Málaga. 

TOMO  xLvii.  12 


•* 


1 7$  BOLBTÍN  DB   LA   RBAL   ACADEMIA   DB   LA   HISTORIA. 

145. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  .  iii .  d  .  g  . 

HISPAN.  REX.  1759- 

Rev.  Una  llave,  alcalá  .  la  .  real  .  1 7  59  • 
Plata:  0,029  m. 

146. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs.  iii.  d.  g. 

HISPA.  R.  X. 

Rev,  Astro  radiante,  frater  redit  redevntem  CíESaravgvs 

PROCLAMAT   1759- 

Plata:  0,020  m. 

147. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  con  coraza  y  ban- 
da. CAROLVS  .  iii  .  D  .  G  .  HISPA  .  R  . 

Rev,  Águila  coronada  y  con  una  espada  en  la  garra  dere- 
cha. IN  PROCLAM .  ORlOLiC  .1759- 

Plata:  0,024  m. 
Proclamación  en  Oríhuela. 

1 48. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  car.  iii.  hispania- 

RUM  .  ET  IND  .  REX  . 

Rev,  Debajo  de  un  adornito  esta  inscripción:  por  la  -  pla- 
tería DE  MALAGA . 

Plata:  0,019  ^- 
149. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  .  iii .  d  .  o . 

HISPAN.  REX.  I759« 

Rev,  Castillo  sobre  peñas  gg  ^xix .  am  .  no  . 

Plata:  0,028  m. 
Proclamación  en  Ujijar. 

1 50. — Anv,  Cabeza  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  .  iii  .  d  .  g  . 

HISP.  REX.  1759. 

Rev,   León    rapante    y   coronado,   illitvrgi  .  nvlla  .  pres- 
tantiür. 

Plata:  0,022  m. 
Proclamación  en  Andújar. 


INVENTARIO  DB  LAS   MEDALLAS   ESPAÑOLAS.  1 79 

151. — Anv*  Busto  desnudo  de  Carlos  III  á  la  derecha,  hispania- 

RUM  .  REX  . 

Rev.  Buey  con  una  estrella  entre  los  cuernos,  turolii. 
ci  VITAS .  ano  .1759- 


153. — Anv,  Cabeza  de  Carlos  III  á  la  derecha,  con  peluca,  caro- 
Lus  III .  D .  G .  mspAN .  REX .  En  el  campo:  cerva  .  proclam  . 

1759. 
Rev.  Un  ciervo  al  pie  de  una  columna,  in  fidelitate  sta- 

BILIS. 

Plata:  o,      m. 
Proclamación  en  Cervera. 

1 54. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  garlos  .  m .  rey  ,  de  . 

ESP A , PROCL . EN . PAL . 

Rev.  Sol  enviando  sus  rayos  á  una  torre  puesta  sobre 

aguas.  EL.  NVEVO  SOL  QVE  ADORA  .  MAS  .  LA  .  DORA  . 

Plata:  0,025  ^' 

Proclamación  en  Palma  de  Mallorca. 

155. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  con  coraza,  banda,  manto  y 

toisón.  CAROLVS.  m.  D.  G.  hispan.  REX. 

Rev.  Escudo  de  Cádiz,  proclamatvs  gadibvs.  1759' 
Bronce:  0,033  m. 

156. — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  III.  carolus.  iii.  d.  g.  raspA- 

NIARVM  REX. 

Rev.  Armas  de  Valencia  sobre  dos  globos,  ubique  felix 

INTEGRA  FIDE.  ExcrgOI  PROCLAM.  VALENT.    1759* 

Plata:  0,033  m. 


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Plata:  0,020  m.  ^ 

Proclamación  en  Teruel. 

152. — Anv^  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  viva  garlos. iu  reí 

DE  ESPAÑA. 

Rev.  Escudo  de  armas,  jaén  año  de  1759- 
Plata:  0,027  n^* 


'■   i-. 


.»  . 


7 

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I 


1 8o  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

% 

157. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  con  coraza  y  collar  del  toisón 
á  la  derecha,  car  iii  d.  g.  h.  r.  áurea  condet  SíECula. 

1759. 
Rev.  Castillo  con  una  virgen,  gg  ingremio  matris.  residet. 

SAPiENTiA.  patris.  En  el  campo:  s.  p.  q.  p.  s.  m. 

Plata:  0,034  m. 

Proclamación  en  el  Puerto  de  Santa  María. 

1 58. — La  misma,  pero  de  otro  cuño. 
Plata:  0,034  m. 

1 59. — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  III  á  la  derecha,  con  manto, 
coraza,  banda  y  toisón,  carolvs  111  d.  g.  hispan,  rex. 
Rev.  Armas  de  Sevilla,  hispal  .  in  .  eius  .  proc  .  Exergo:  1 7  59. 

Grabador:  Fuente. — Plata:  0,034  m. 

160. — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  III  á  la  derecha,  con  cora- 
za, manto  y  toisón,  carolvs  m  borbonivs  rex  catholicvs. 
Rev.  Representación  de  la  ceremonia  de  levantar  el  pen- 
dón por  el  rey.  acclamatio  avgvsta.  Exergo:  matriti 

lll  IDUS  SEPTEMBREIS  MDCCLVIIII. 

Grabadon  Prieto. — Plomo:  0,059  in. 

161. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolus  .  iii .  dei  g. 
Hisp.R.  1759' 
Rev.  Dos  bustos  afrontados  sobre  aguas,  preclara  .  villa  . 
REGII .  portus. 

Plata:  0,034  m. 
Proclamación  en  Puerto  Real. 

162. — La  misma,  de  módulo  menor. 
Plata:  0,029  m. 

163. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  iii.  d.  g^ 

HISP.  REX. 

Rev.  Escudo  de  Valencia,  proclam.  valent.  1759* 
Oro:  0,021  m. 


INVENTARIO  DE  LAS  MEDALLAS  ESPAÑOLAS.  l8l 

164. — La  misma  en  plata. 
'165. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  'carolvs  .  iii .  d  .  o . 

HISPANIARUM  .  REX .  I  /  59» 

Hev,  Granada  y  la  F  y  la  Y  coronadas,  caput  .  garnat/e  , 

PROCLAMAT. 

Plata:  0,032  m. 

166. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  con  coraza  y  collar,  á  la  dere- 
cha. CAR  .  IH  .  HISPANIARVM  .  ET  IND  .  REX  . 

Rev.  Escudo  de  armas  de  Málaga  s.  p.  q.  malacit.  dicavit 

AÑO   1759. 

Plata:  0,032  m. 

167. — Anv.  Cabeza  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  .  iii .  d.  g. 
HISPAN.  REX.  1759» 
Rev.  Una  llave,  alcalá,  la  real,  llave  y  defensa. 

Plata:  0,020  m. 

168. — Anv.  Cabeza  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  .  iii .  d  .  g  . 
hispan.  REX.  1759* 
üev. — La  granada  entre  la  F  y  la   Y  coronadas,  capvt 

GARNATAE  PROCLAMAT. 

Plata. 
169. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  .  iii. 

ReV.  PROCLAM  GERVN  I759« 

Plata:  0,014  m. 
Proclamación  en  Gei:ona. 

170. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  iii.  d.  g, 

HISPA.  RE.  X. 

Rev.  Una  estrella  radiante  y  debajo:  redevntem  C/ESarav- 

GVS.  PROCLAMAT.   1759- 

Plata:  0,020  m. 

171. — La  misma,  de  módulo  mayor. 
Plata:  0,027  m. 


1 83  BOLETÍN  DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

172. — AfW*  Busto  de  Carlos  II  á  la  derecha,  carolus  iii.d. g. 
fflSP.REx.  1759- 

■ 

Rev.  Escudo  de  armas:  illitvrgi.  nvlla  prestantior. 

Plata:  0,030  m. 
Proclamación  en  Andüjar. 

173. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  con  laurea,  coraza, 
banda  y  toisón,  carolvs.  .  111 .  d.  g  .  hispan  .  rex. 
Rev.  Estrella  de   ocho  puntas,  sicvt  .  lucifer  .  lucet  .  in  . 

AURORA  .  ITA  .  IN  .  VVANDAHA  .  CARMONA  .  I  7  59- 

Grabador:  Araujo, — Plata:  0,03 1  m. 
1 74. — Anv,  Cabeza  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  iii  borb. 

REX  CATHOLICVS. 

Rev,  —  Figura  militar  con  un  pendoncillo  en  la  diestra. 

ACCLAMATIO     AVGVSTA.     ExergO !     MATRITI     III     IDUS    SEPTI 
MDCCLVIIII. 

Grabador:  /V/í/í?.— Plata:  0,040  m. 

175- — L21  misma,  de  plata. 

176. — La  misma,  en  plomo. 

177. — Anv.  Bajo  un  solio  el  busto  de  Carlos  III,  de  frente,  con 
peluca,  casaca  y  banda,  carolvs  tertivs.  d.  gr: 
Rev.  Un  castillo  y  á  los  lados  las  letras  i.  g.  a.  i.  Leyenda 

HISPANIARVM  REX.    1759- 

Plata:  0,030  m. 
Proclamación  en  Alicante, 

1 78. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  con  coraza  y  manto,  á  la  dere- 
cha, carolvs  .  III .  D  .  G  .  HISPAN  .  REX  .  1 759« 

Rev, — La  granada  entre  la  F  y  la  Y  coronadas,  capvt  . 

GARNATAE . PROCLAMAT. 

Plata:  0,028  m. 

179. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha  y  debajo:  1759.  Le- 
yenda: CAR  .  III .  R.  D  .  ESP  .  y  .  MALL  .  VI. 


INVENTARIO   DE    LAS   MEDALLAS  ESPAÑOLAS.  1 83 

Rev.  Escudo  de  Palma  de  Mallorca,  estas  .  armas  .  son  .  tv  . 

PAL. 

Plata:  0,015  i^* 
180. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha.  CAROLvs.m.ms- 

PANIARUM  .  REX . 

Rev.  La  granada  y  la  F  y  la  Y  coronadas,  gavdivm  .  mevm  . 

ET  .  CORONA  .  MEA  .  I  76O . 

Plata,  dorados  el  busto  del  anverso  y  la  F,  la  Y  y  las  coronas 
del  reverso. — 0,042  m. 

181. — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  III  á  la  derecha,  caro,  iii 

D.  G.  HIS.  r. 

Rev,  Imagen  de  S.  Miguel,  cerra  in  procla.  then.  1760. 

Metal  blanco:  0,027  n^* 
Proclamación  en  Tenerife. 

182. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha.  Leyenda:  car.iu. 

HISPANIARUM  .  ET  IND  .  REX . 

Rev.  Inscripción  en  el  campo:  88  ^^^   la  —  platería  de 

MÁLAGA. 

Plata:  0,019  m. 

183. —  Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolo  m.D.G. 
1760. 
Rev.  Llave  coronada  entre  dos  leones  que  la  sostienen. 

HISPANIOLA. 

Plata:  0,025  m. 

Proclamación  en  la  isla  de  Santo  Domingo. 

184. — Anv.  Busto  desnudo  y  laureado  de  Carlos  III  á  la  dere- 
cha. CAROLO  III  HISP.  ET  IND.  AVG.  REG. 

Rev.  Águila  con  dos  frutos  en  las  garras,  sancta  fides 

PRyESTAT  FIDEM.  Exergo:  OCT.  IDUUM  AUG.  M.DCCLX. 

Plata:  0,034  m. 

Proclamación  en  Santa  Fe  de  Bogotá. 

185. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  laureado  á  la  derecha,  con  banda 
y  toisón*  CAROLUs.  m.  d.  g.  hispan,  et  ind.  rex.  1760. 


184  BOLETÍN   DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Reí)*  Escudo  de  armas,  debajo  un  corazón  y  amat.  Le- 
yenda; AUGUSTIS.  IMPERAT.  lUSIURAND.  S.  P.  Q.  CHL. 

Plata:  0,039  m. 
Proclamación  en  Chile. 

186. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  con  peluca,  coraza,  manto  y  toi- 
són. CAROLVS  .  III .  D .  G  .  HISPAN  .  ET  IND  .  REX. 

Rev.  Castillo,  jvan  de  dios  morejon  matan.  1760. 

Plata:  0,040  m. 
Proclamación  en  Matanzas. 

187. — Am).  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha  con  peluca,  coraza, 
manto  y  toisón,  carolvs  .  iii  .  d  .  g  .  hispan  .  et  ind  .  rex. 
Rev.  Tres  torres  y  una  llave,  gonzalo  rezio  de  oqvendo  . 
habana  .  1 760 . 

Plata:  0,040  m. 

188. — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  III  á  la  derecha  con  cora- 
za, manto  y  toisón,  carolo  iii  . hisp .  cath . regí . et  ind. 

IMP. 

Rev.   Águila   desplegada  con  dos  frutos  en  las  manos. 

SANCTA    FIDES    PR^STAT   FIDEM.   ExergOI    OCT.   IDUUM    AUG. 
"       M.DCC.LX. 

Grabador:  Benito, — Plata:  0,040  m. 
Proclamación  en  Santa  Fe  de  Bogotá. 

189. — Anv:  Busto  laureado  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolus.  iii. 

HISPAN.  ET  IND.  REX.  L  M.    I76O. 

Rev,  Escudo  de  armas,  óptimo,  princ.  publ.  fidelit.  jüram. 

Plata:  0,037  m. 
Proclamación  en  Lima. 

190. — Anv*  Busto  de  Carlos  III  con  coraza,  manto  y  toisón. 

■ 

CAR0L.  iii  ANTIQ.  ET  NOV.  HISPN  REX  MEXIC  PROCLAM. 

Rev,  Escudo  de  la  ciudad  de  México,  insign.  fidelfi.  et 

PVBLIC  LAETITIAE.   I76O. 

Grabador:  A,  B.  Madero.^Flaia:  0,039  m. 


INVENTARIO  DB  LAS  MEDALLAS  ESPAÑOLAS. 


185 


191. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  con  casaca,  banda  y  toisón  á  la 
derecha,  carolo  111  d.  g.  hisp.  et  ind.  r.  off.  1760. 
Rev,  Escudo  de  armas  f^  príííses.et  regii  hispanio.., 

QViESTORES  F.  O. 

Plata:  0,033  m. 

Proclamación  en  Santo  Domingo. 

192. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  con  coraza,  banda  y  manto  á  la 
derecha,  carolvs  iii.  vet.  rex.  et  nov.  hisp.  imperat. 
1760. 
Rev.  Dos  escudos  eclesiásticos,  epis.  et  cap.  s.  cathed. 

GVADALAX.  ECCLES. 

Grabador:  A.  B.  -A/íi//írí?.— Plata:  0,039  ro. 
Proclamación  en  Guadalajara  de  Méjico. 

193. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  con  coraza  y  toisón  á  la  dere- 
cha, carolvs.  III.  C.  HISPAN.  ET  IND.  REX. 

Rev.  Escudo  de  Buenos  Aires,  proclamatvs.  bon.    aer. 
1760. 

Plata:  0,036  m. 
194. — Anv,  Busto  desnudo  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carol.ui 

VET  .  et  NOVAE  hisp  .  REX  MEX  .  PROCL. 

Rev.   Escudo  episcopal,  eman  .  archiep  .  mex  .  consen  .  lae. 

TIT.SACRIS  CELEBRAV.  ExcrgOI  MDCCLX. 

Grabador:  T'.  Casanava.^Vlita:  0,043  m. 
Proclamación  por  el  arzobispo  de  México. 

195. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  garlos,  iii.  d.  g. 

hispan.  REX. 

Rev.  Castillo,  j van  de  dios  morejon.  i  760. 

Plata:  0,030  m. 
Proclamación  en  Matanzas. 

196. — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  III  á  la  derecha,  caro- 
Lus  iii  borb.  rex  cathol. 
Rev.  Figura  femenina,  casi  desnuda,  vertiendo  monedas 
con  la  mano  derecha,  y  en  la  izquierda  un  pendón  y 


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1 86  BOLETÍN  DE  LA    REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

un  aro;  pisa  los  atributos  del  tiempo  y  en  el  fondo  se 
ve  una  alta  montaña  junto  al  mar.  fidelit  .  íBtern  .  po- 

PULOR  .  PACHUQ  .  ET  REO  .  MONTANl .  ExergO:  IN  FROCLAMAT . 
REGIA,  MDCCLXI. 

Grabador:  F,  Casanaoa.  -  Plata:  0,044  m. 
197. — Afw,  Busto  de  Carlos  III  laureado  á  la  derecha,  caro- 

LUS  III.  BORB.   REX  CATHOL. 

Rev,  Inscripción:  caroli  iii  hispaniar  .  et  ind  .  regis  procla- 

MATIO  AVGVSTA  MICHAELOPOLI  IN  NOVA  HISP .  XIX  APRILIS 
MDCCLXI  A  lOSEPHO  MARÍA  CANAL  MAGNO  VEXILLIFERO, 

Grabador:  F,  CasanaDa.-^V\?X^\  0,044  ™« 
Proclamado  en  San  Miguel  el  Grande  (América). 
El  grabador  Francisco  Casanova  vivió  desde  1734  á  1778,  y 
al  morir  era  grabador  de  la  Casa  de  la  Moneda  de  México. 

198. — Anv.  Busto  desnudo  y  laureado  de  Carlos  III  á  la  dere- 
cha. CAROLVS  III .  HISP  .  ET  INDIARVM  REX. 

Rev.  Perspectiva  de   un  gran  edificio  cuadrangular:  qvo- 

CVNQVE  ET  VNDEQVAQVE.  ExergO'.  EPISTOLIS  TABELLARIIS- 
QVE  CVRANDIS  DOMVS  PVBLICA  INCHOATA  MATRITI  DIE  XVII . 
OCTOB  .  A .  MDCCLXI. 

Grabador.  Prieto. — Plata:  0,038  m. 
199. — La  misma,  en  bronce. 

200. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha  con  coraza  y  el  co- 
llar del  toisón,  carolvs  iii  d.  g.  hispaniarvm  rex. 
Rev.  Inscripción:  ob  primam  reg.  prolem  gratvlatio.  mis- 

SILIA  POPVLO  NEAPOL1  MDCCLXIl. 

Plata:  0,033  m. 

201. — La  misma,  más  pequeña. 
Plata:  0,026  m. 

202. — Anv.  Bustos  superpuestos  mirando  á  la  derecha  de  Don 
Luís   de  Velasco  y  1).  Vicente  González.   Leyenda: 

LVDOVICO  DE  VELASCO  ET  VINCENTTO  GONZÁLEZ» 


INVENTARIO   DB   LAS   MEDALLAS   ESPASÍOLAS.  1 87 

Rev.  Vista  del  castillo  del  Morro  de  la  Habana  con  la  ex- 
plosión que  padeció  y  barcos,  la  ciudad  y  tropas.  Le- 
yenda: IN .  MORRO  .  VIT .  GLOR  .  FVNCT .  ExergOt  ARTIUM  ACA- 
DEMIA CAROLO  REGE  CATHOL  ANN VENTE  CONS  .  A  .  MDCCLXllI. 

Grabador:  Prieto, — Bronce:  0,049  m. 
203. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  .  iii .  parens  . 

OPTIMVS. 

Rev.  Bustos  yuxtapuestos  de  los  dos  infantes:  publicae. 
FELicrr .  piGNvs .  Exergo:  aloisia  philip.  inf.  hisp.  parm. 

DVC.  FIL.  CAROL.  PRINCIP.  NVPTA.  M.DCC.LXV. 

Grabador:  T,  Prieto, — Bronce:  0,049  '^• 
204. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha  con  casaca,  banda 

y  toisón.  CAROLVS  .  III .  pater  patriae. 

Rev,  Alegoría  de  España,  sentada,  embrazando  el  escudo; 
á  su  izquierda  la  imagen  de  la  industria  y  á  su  derecha 
la  de  la  agricultura.  En  el  campo  se  ve  un  hombre 
arando  con  una  yunta  de  bueyes,  industria,  et.  agro- 
rvm.  cvltv.  vbiqve.  propagatis.  Exergo:  coloniae.  ge- 

MELLAE.  AD  MARIANOS.  MONTES  ET  BAETICAM.  MDCCLXXIV. 

Grabador  del  anverso:   T,  Prieto^  y  del  reverso:  Gil, — Bron- 
ce: 0,056  m. 

205. — Anv.  Tres  bustos  afrontados  y  uno  de  un  niño  debajo. 

CAROL  .  III .  ET .  LUDOVICAE  .  FIL  .  FERDINANDO  .  RECENS  .  NEPOT  . 

AVGG.  En  tres  líneas  á  manera  de  exergo:  metallicor. 

N  .  HISP  .  CORP  .  erecto  .  LAT  .  LEGIB  .  HONORIB .  CONCESS  .  SVPP  . 
IPSI .  CVDI  .  F  .  CID  .  ID  .  ce  .  LX  .  V 

Rev-  El  rey  mostrando  el  sol  esplendente  á  gentes  que  se 
emplean  en  el  trabajo  de  las  minas,  iam  .  nova  .  proge- 
nies .  COELO  .  DEMITTITUR  .  ALTO  .  ExcrgO:  SVRGET  .  GENS.  AV- 
REA .  MVNDO. 

Bronce:  0,063  ni. 
206. — Anv>  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carolvs  ,  iii .  parens, 

OPTIMVS, 


l88  BOLPTÍN  DB  LA  RBAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

Rev»  Bustos  yuxtapuestos  de  los  infantes  Luisa  y  Felipe. 

PVBLICAE  .  FELICIT  .  PIGNVS  .    ExergO  :    ALOYSIA  .  PHILIP  .  INF. 
HISP  .  PARM  .  DVC  .  FIL  .  CAROL .  PRINCIP  .NVPTA .  M .  DCC .  LXV. 

Bronce  dorado:  0,050  m. 
207.  — Anv.  Atributos  de  la  agricultura  y  de  las  artes,  socorre 

ENSEÑANDO.  ExergOI  SOCIEDAD  ECONÓMICA  MATRITENSE. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  al  mérito. 
Bronce:  0,040  m. 

208. — Anv.  Atributos  de  la  agricultura  y  de  las  artes  debajo  de 
una  corona  de  laurel:  socorre  enseñando.  Exergo;  real 

sociedad  económica  de  MADRID. 

Rev.  Liso. 

Bronce:  0,050  m. 

209. — Anv.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  al  mérito.  Leyen- 
da: REAL  sociedad  DE  MURCIA. 

Rev.  Dentro  de  las  palmas  ceñidas  de  coronas  un  trofeo 
de  instrumentos  de  artes.  Leyenda:  fomenta  ense- 
ñando. 

Plata:  0,03 1  m. 

210. — Anv,  Alegoría  representando  unas  hileras  de  hormigas 
en  un  campo,  y  encima:  disce  sapientiam. 
Rev,  Dentro  de  una  corona  de  laurel,  y  encima:  al  méri- 
to. Leyenda:  la  sociedad  económica  de  amigos  del  país 

DE  ASTURIAS. 

Bronce:  0,039  n^- 
211. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha  con  toisón  y  banda. 

CARLOS .  III .  PADRE  .  DE .  LA  .  PATRIA  . 

Rev.  Una  matrona  bajo  un  árbol  y  con  el  escudo  de  Má- 
laga en  actitud  de^  recompensar  á  un  labrador  arrodi- 
llado y  de  desdeñar  á  otro  que  está  recostado  en  el 

suelo,  SOCORRE  AL  DILIGENTE.  NIEGA  AL  PEREZOSO.  ExcrgO: 


inventarío  de  las  medallas  bspa?70las.  189 

REAL  MONTE    PIÓ    DE    SOCORRO    PARA     LOS  COSECHEROS   DEL 
OBISPADO  DE  MÁLAGA  ESTABLECÍ.®  AÑO  DE  1 776. 

Grabador:  G.  Gil, — Bronce:  0,060  m. 
212. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha  con  manto,  coraza 

y   toisón,   A  .  CAROLO  .  III .  REGE  .  INSTITUTA  .  PERACTUM  .  ME- 
MORAT  .  SECULUM. 

Rev.  Representación  de  la  minería:  hispana  .  metallicorum  . 

ACADEMIA  .  MATRITI  .  MDCCCLXXVII . 

Bronce:  0,070  m. 

213. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha,  c arlos. iii. protec- 
tor . DE . LA . ACADEMIA  . 

*  Rev,  Emblema  de  la  Academia  Española,  y  encima,  en 

una  cinta:  limpia  fixa  y  da  esplendor.  Exergo:  se  esta- 
blecieron ESTOS  PREMIOS  AÑO  DE  1777' 

Grabador:  Gil. — Bronce:  0,044  ni- 

214. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha  con  coraza  y  los 
collares  del  toisón  y  Carlos  III.  garlos. iii.padre.de. la. 

PATRIA  .  Y  .  protector  .  DE  .  LAS  .  CIENCIAS . 

Rev.  Las  ciencias  en  torno  de  una  mesa,  puesta  sobre  una 
cumbre  y  adornada  con  el  escudo  de  España  y  libros, 
entregan  coronas  á  un  togado,  escena  que  presencian 
desde  abajo  dos  personas.  Exergo:  real.academia.de. 

DERECHO  .  ESPAÑOL  .  Y  .  PUBLICO  .  AÑO  .  DE  .  1 778 .  En  el  Cam- 

po,  además  d^l  nombre  del  grabador,  la  abreviatura 
de  México. 

Grabador:  G.  A.  G/'/.— Bronce:  0,059  m. 

I 

215. — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  III  con   casaca,  cruces, 
I  banda  y  toisón,  á  la  derecha,  carolvs  iii  . r  .  catholicvs. 

Rev.  Corona  de  laurel  y  pluma;  arriba,  en  una  cinta:  pro- 
DESSE  LABORAT.  Debajo,  en  una  ménsula,  societas  oeco- 

NOMICA  HISPALENSIS  a  .  de  M  .  DCCLXXVIII. 

Grabador:  7*.  Prieto. — Bronce:  0,040  m. 


! 


igo  BOLETÍN   DR    LA   RBA.L   ACADEMIA  DE   LA    HISTORIA. 

2l6. — Anv>  El  rey  en  el  trono  y  á  sus  pies  dos  personajes  que 
le  presentan  una  cuna  con  dos  niños,  carol.  et  lvisia 

GEMELLA    PROLE   FELICES    P.O.  Excrgo:    SECVRITAS  IMPERIL 

Rev,  Un  ara,  y  en  ella:  valentini  patricii  d.  n.  m.  q.  eivs. 
Encima  el  escudo  de  Valencia  y  un  lambrequín,  donde 
se  lee:  carolo  iii  pacis  instavrat.  Leyenda:  a.  pasqval. 
G.  pastor,  l  ferris.  o.  valeriola. 

Grabador:  Pelequer, — Bronce  plateado:  0,03 1  m. 
No  sé  si  este  Pelequer  es  el  D.  Manuel  que  hizo  algunas 
medallas  en  tiempo  de  Carlos  IV. 

217. — Anv»  Busto  desnudo  de  Carlos  III  afrontado  con  los  de 
los  príncipes  de  Asturias:  el  rey  y  el  príncipe  llevan 
colgado  al  cuello  el  toisón,  carlos.iii.rey.de.españa. 

Y  .  DE  .  LAS  .  INDIAS  .  CARLOS  .  Y  .  LUISA  I  DE .  BORBON  .  PRINCIPES. 
DE.  ASTURIAS. 

Rev.  España,  delante  de  un  ara,  presenta  un  niño  á  Méji- 
co, representado  por  una  dama  india,  carlos  .  de  .  bor- 

BON  .  nació  .  en  .  el  .  PARDO  .  EN  .  5  •  DE  .  MARZO  .  DEL  .AÑO  .  DE . 

1 780.  Exergo:  grabada  .  en  .  mexico  .  por  .  geron  .  antonio. 
gil. 

Bronce:  0,053  m. 
218, — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  III  á  la  derecha,  carlos  iii. 

REl  DE  ESPAÑA  Y  DE  LAS  INDIAS . 

Rev,  Una  fama  volando  sobre  nubes  y  con  corona  y  trom- 
pa en  las  manos,  premia  y  excita  al  varón  esforzado. 

Grabador:  T,  Prieto, — Bronce:  0,034  m. 

219. — Anv.  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha  con  banda  y  toi- 
són. CAROLVS  .  III  hispaniarvm  .  rex. 
Rev.  Dos  matronas  representando  á  la  justicia  y  la  paz 
que  se  besan:  sobre  ellas  desciende  un  angelillo  con 
una  corona  en  las  manos:  decoración  campestre  en  el 
fondo,  ivstitia  .  et  .  pax  .  ose vlantvr  .  se. 

Bronce:  0,048  m. 


INVENTARIO   DB  LAS    MEDALLAS    ESPASÍOLAS.  IQI 

220. — Anv.  Busto  de  S.  Nicolás  Factor,  rodeado  de  atributos 
artísticos.  Exergo:  a.  1787. 

ReV,  A  LA  SOLEMNE  BEATIFICACIÓN  DEL  V.  P.  F.  NICOLÁS  FACTOR 
PROFESOR  DE  PINTV.  LA  R.  ACADEMIA  DE   S.  CARLOS  DE  VAL. 

Plata:  0,032  m. 
221. — Anv,  Busto  de  Carlos  III  á  la  derecha  con  banda  y  toisón: 

CAROLUS  .  III  .  HISPANIARUM  .  ET  .  INDIARUM  .  REX  .  MEXICANA  . 
ACADEMIA  .  FUNDATORI .  SUO . 

Rev.  Sobre  un  pedestal  cuyo  frente  está  adornado  de  re- 
lieves se  levanta  una  urna  sepulcral  en  que  se  lee. 
o.  13 .D. A.  1788.  Al  pie  de  la  urna  hay  recostada  una 
matrona  doliente  con  el  escudo  real  y  al  lado  un  pe- 
queño indio  llorando.  Completan  el  aparato  la  repre- 
sentación de  las  artes,  qui  .  ingenuas  .  revocavit  .  artes 
Exergo:  eetinctus  .  amabitur  .  ídem  . 

Grabador:  G,  Gil. — Bronce:  0,068  m. 

Carlos  IV. 

222. — Anv,  Busto  desnudo  de  Carlos  IV.  carolvs.  iv.  msp.  rex. 

MDCCLXXXIX. 

Rev,  Escudo  de  Lérida.  ^  acclamatio  .  avgvsta  .  ilerdae  . 
1789. 
Plata:  0,032  m. 

223. — Aftv,  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  con  manto  y  toi- 
són, carolo  .  IV  .  D  .  G  .  HISPAN  .  REGE  . 

Rev.  Vista  de  Málaga  con  un  barco  en  el  mar.  s.p.q. 
malacit.in  acclam.dicab.  1789.  En  el  campo:  tanto 
monta. 

Grabador:  S,  A, — Plata:  0,031  m. 

224. — Afw,  Bust<5  de  Carlos  IV,  laureado,  á  la  derecha,  con 
peluca,  casaca,  banda  y  toisón,  carol.iv.d.g.h.r. 

ÁUREA  COND  .  SÉCULA  .  1 789  . 


^ 


193  BOLBTÍN  DB  LA   REAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

Rev.  Un  castillo  sobre  s^uas  y  encima   una  imagen  de 
N.*  S.*  En  dos  líneas  concéntricas:  in  gremio. matris. 

RESIDET  .  SAPIENTIA  .  PATRIS  .S.P.Q.P.S.M. 

Plata:  0,032  m. 

Proclamación  en  el  Puerto  de  Santa  María. 

225. — La  misma,  en  bronce. 

226. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha  con  el  coUar  del 

toisón.  CAROLVS.  IV.  Hisp.  ET  iND.  R.  (Monograma).  1789. 

Rev.  Escudo  de  armas,  mag.  cnnx.  hec.  princ.  ualet.  et 

FIDELIT.  ORN.  PUB.  JUR. 

Plata:  0,040  m. 

227. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carolus.  iv.  hisp.  et 
iND.  R.  (Monograma).  1789. 
Rev,  Escudo  de  armas  entre  las  dos  columnas:  óptimo  . 

PRINC  PUBLICE.  FIDELIT.  JURAT. 

Plata:  0,040  m. 

Proclamación  en  Cochabamba. 

228. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha  con  coraza,  ban- 
da y  toisón.  CAROLUS  .IIII.  REX  .CATHOL.INAVGVRATVS. 
MDCCLXXXIX. 

Rev.  Matrona  con  casco  y  pendoncillo:  sostiene  con  la 
mano  izquierda  el  escudo  de  Valencia  y  detrás  la  re- 
presentación del  Turia.  vota  .  bonos  .  dvcit  .  ad  .  exitvs  . 
Exergo:  valentinorvm  fides. 
Plata:  0,035  ™- 

229.—  Anv,  Busto  laureado  de  Carlos  IV  de  frente  y  con  manto 
real,  carol  .  iv  .  d  .  g  .  hisp  .  et  .  ind  .  rex  . 
Rev.  Armas  de  Sevilla,  proc  :s.p.g.Hisp.  1789.  Exergo: 
nodo. 
Grabador:  Gardillo. — Plata:  0,035  '"• 

230. — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carol. iv. 

D.  G.  HISP.  ET  ind.  R.  1789.  * 


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,  I 


INVENTARIO  DE  LAS   MEDALLAS  ESPAÑOLAS.  1 93 

Rev.  Escudo  de  Jerez,  acclamacio  xericensis. 
Plata:  0,032  m. 
Proclamación  en  Jerez. 

231. — Anv,  Busto  laureado  de  Carlos  IV  con  coraza,  manto  y 

toisón.  ACLAMACIÓN  DE  CARLOS  IIII. 

Rev.  Emblemas  de  la  sabiduría  y  las  artes.  )^  real  socie- 
dad ECONÓMICA  DE  CUENCA. 
Plata:  0,044  m. — Lleva  asa  postiza  para  colgar. 

232. — AnV'  Busto  desnudo  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carolvs.  iv. 

HISP.  REX  MDCCLXXXIX. 

Rev.  Escudo  de  Gerona.  )^  exem  .  fideli  .  et  .  amor  .  civit  . 

GERVN  .  IN  .  PROCL  . 

Plata:  0,032  m. 

233. — Anv,  Busto  desnudo  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  caro- 
lvs mi  REX  catholicvs. 
Rev^  Matrona  de  pie  y  con  un  pendoncillo  en  la  derecha 
y  el  escudo  de  Madrid  al  lado  izquierdo,  regnorvm 

REGIMINE  SVSCEPTO.  ExergO!   MATRITI  XVI  KAL  .  FEBRUARIAS 
MDCCLXXXVIIII. 

Grabador:  Sepúlvtda, — Plata:  0,038  m. 

D.  Pedro  González  de  Sepúlveda  fué  discípulo,  yerno  y  su- 
cesor del  eminente  D.  Tomás  Francisco  Prieto. 

234. — Anv.  Escudo  real  de  España.  Leyenda:  carolvs  iv  .  d  .  g  . 

HISPANIAR  .  REX . 

Rev,  acclamatio  avgvsta  d  .  xvii .  ianvar  .  1789 .  m  . 
Plata:  0,025  m. 

235. — Como  la  anterior^  de  menor  módulo. 
Plata:  0,020  m. 

236. — Como  las  anteriores,  pero  de  menor  módulo. 
Plata:  0,015  m. 

237. — Afw,  Bustos  de  Carlos  IV  y  su  mujer  á  la  derecha.  Le- 
yenda: CAROLUS  IV .  ET  ALOVSIA  AUGUSTI. 

TOMO  xLvn.  13 


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194  BOLETÍN    DE   LA  REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

Hev.  Imagen  femenina  de  pie,  con  casco,  con  una  bande- 
ra en  la  mano  derecha  y  el  escudo  de  Soria  en  la  iz- 
quierda. Leyenda:  numantin  acclamatio.  Exergo:  sumpt. 

COMIT  .  DE  GOMARA  SIGNIFER .  M  .  AN  .  MDCCLXXXIX. 

Grabador:  Martínez, — Bronce  plateado:  0,030  m. 

238. — Igual  á  la  anterior,  de  menor  módulo,  y  lleva  en  el  re- 
verso, en  vez  de  la  figura  guerrera,  las  armas  de  Soria- 
Grabador:  J/<3r//»¿a.— Bronce  plateado:  0,019  m. 

239. — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carolüs. 

m  *  *  DEI .  GRATIA  .  1 789 . 

Rev.  Cruz  de  Santiago,  juan  .  lucas  .  perez  .  s.  tiago. 
Plata:  0,029  m. 

240. —  Anv.  Busto  de  Carlos  IV  con  el  toisón,  á  la  derecha. 

CAROL  .  IV  .  D  .  G  .  raSP  ..R. 

Rev,  Un  sol  y  la  leyenda:  civitas  solis  in  eivs  aclamat: 

1789. 
Grabador:  ^tf.— Plata:  0,026  m. 
Proclamación  en  Écija. 

241. — Anv»  Escudo  de  España  con  las  columnas,  garlos. iv. rey. 

de  .ESPAÑA  .  y  .  de  .  las  .  INDIAS  . 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  encina:  proclamado . en . 

MÉXICO  .  año  .  DE   1789. 

Plata:  0,017  ni. 

242. — Anv,  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  dentro  de  una 
gráfila  de  líneas. 
Rev.   En    el  campo  y  dentro  de  otra  gráfila  semejante: 

CAROLVS  .  IV  .  MDCCLXXXIX  . 

Plata:  0,017  m. 
243. — Anv.  Escudo  de  España  con  las  columnas,  a  carlos  iv, 

REY  DE  ESPAÑA  .  Y  DE  LAS  INDIAS . 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  proclamado  .  en  .  Mé- 
xico . AÑO . DE .  1 789 . 2  R  . 

Plata:  0,029  ^* 


INVENTARIO  DE  LAS  MEDALLAS   ESPAÑOLAS.  195 

244. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  vestido  á  la  romana,  carolus. 

mi .  DEl  GR  ATI  A .  1 789  . 

Rev.  Árbol  con  un  ave  encima,  domingo,  ruiz.  qüiebra- 

XAHA. 

Plata:  0,029  m. 

245. — Anv,  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  dentro  de  una  grá- 
ñla  de  lineas. 
Rev»  En  el  campo  y  dentro  de   una  grráñla  semejante: 

PROCL  .  GERVN  .  1 789 . 

Plata:  0,017  m. 
246. — Anv.  Busto  laureado  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carolvs. 

ira .  DEI .  GRATI A  .  1 7  89 . 

Rev.  Armas  de  la  Habana,  miguel  .  ciriaco  .  arango  .  ha- 
bana. 
Plata:  0,029.  ni. 

247. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carolvs  iv.d.g. 

HISPAN.  REX.  1789. 

Rev.  La  granada  entre  la  f  y  la  y  coronadas,  capvt  .  grana. 

TJE .  PROCLAMAT . 

Plata:  0,030  m. 
248. — Anv.  Escudo  de  España  con  las  columnas,  a  .  garlos  .  iv. 

REY  .  DE  .  ESPAÑA  .  Y  .  DE  .  LAS  .  YNDIAS . 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  encina:  proclamado  .  en  . 

MÉXICO  .  AÑO  .  DE  1 789  .  I   R. 

Plata:  0,02 1  m. 
249. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  d.  carlos  im  rey 

DE  ESPAÑA. 

Rev,  Escudo  de  Valencia,  proclamado  en  valencia  1789. 

f 

Plata:  0,024  ni- 

250. — Anv.  Guerrero  á  caballo,  corriendo  á  la  derecha  y  lanza 
en  ristre,  augusta  bilbilis. 


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196  BOLETÍN   DE   LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

Rev.  En  el  campo  esta  inscripción:  in  acclamat.  d.  caro- 

LI  IV.  D.  III.  SEPT.   1789. 

Plata:  0,028  m. 
Proclamación  en  Calatayud. 

*2  5 1 . — Anv.  Un  sol  y  la  leyenda:  coll  .  may  .  s  .  th.  aquin  .  1 789 . 

Rev>  En  el  campo:  carol.iv  . rex  in sua  reg  .  hispal , acclam. 

Plata:  0,026  m* 

Del  Colegio  de  Santo  Tomás  de  Sevilla. 

252. — Anv,  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  d.  garlos  mi  rey 

DE  ESPAÑA. 

Rev.  Escudo  de  Valencia,  proclamado  en  valencia.  1 789. 
Plata:  0,025  m. 

253. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carol.iv. d.g. 

HISP.  r. 

Rev.  Escudo  de  Mahón. 
Plata:  0,0. 

254. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carol.iv. d.g. 

HISP.  r. 

Rev.  En  el  campo:  regia  hisp  .  academia  in  eius  proclam  . 

M  .  DCC  .  LXXXIX. 

Grabador:  S.  A. — Plata:  0,027  m. 

255 . — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carolo  iv  .  d  .  g  .  h.  r  . 
Rev.  La  ciudad  y  puerto  de  Málaga,  s.  p .  q  .  mal  .  in  ac  .  d  . 

1789. 
Grabador:  S. — Plata:  0,021  m; 

256. — Anv.  Cabeza  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carolus  iv.  his- 

paniarum.  et.  iND.  IMPERAT.  AUGUST.  Exergo:  1789. 

Rev.  Armas  de  Chile.  Óptimo  imperat.  ius  ixjrand.  senat. 

POPUL.  chilensis. 
Grabador:  NazahuaL — Plata:  0,048  m. 

257. — Anv.   Pendón   de  Burgos:   carolo    iv.p.j.f  .  acclamato. 
Exergo:  mdcclxxxix. 


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INVENTARIO   DE   LAS   MEDALLAS   ESPAÑOLAS.  1 97 

Rev-  Corona  de  laurel  y  olivo,  pacem  optat  vel  victoriam. 

Exergo:  xiii.  kal.  mart. 
Plata:  0,028  m. 

258. — Anv.  Escudo  real  de  España  con  las  columnas,  a. garlos. 

IV .  REY .  DE .  ESPAÑA  .  Y  .  DE  .  LAS  .  INDIAS  . 

Rev,  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  por   el.  alférez. 
R.  D.  FELIPE  ORDOÑEz.  DÍAZ.  Leyenda:  proclamado  .  en  la 

CIUDAD  D  OAXACA . A . I 789. 

Plata:  0,028  m. 

259. — Anv.  Cabeza  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carolvs.iv.hisp. 
rex  mdcclxxxix. 
Rev,  Figura  femenina  con  casco,  vertiendo  el  agua  lustral 
sobre  un  ara.  nov  .  regnvm  .  favst  .  fel.  regí  .  svo.  Exergo: 

BARCINO. 

Plata:  0,031  m. 

260. — Anv,  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  con  laurea  y  uni- 
forme.   C .  IV  .  S  .  A .  D  .  N  .  D .  G  .  H  .  ET  .  IN  .  R  .  C  .  O  .  N .  OB  .  1 789 . 

Rev,  Coyunda,  manojo  de  tres  flechas  y  las  dos  columnas 
y  debajo:  ronda.b.f.salb.a.m.e.o.a.pr.p.r. et.p.p. 
Plata:  0,028  m. 

261. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  c arolus  .  iv .  d  .  g  . 

HISPAN.  ET  INDIA,  R. 

Rev.   Escudo   de   Veracruz.    nov  .  veracruz  .  proclam  .  an  . 

1789. 
Grabador:  Gerónimo  Antonio  G//.— Plata:  0,040  m. 

262. — Anv,  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  a.carlos.iv.rey. 

DE  .  ESPAÑA .  Y .  de  .  LAS  INDIAS . 

Rev,  Escudo  de  México  sostenido  por  una  águila  que  con 
sus  garras  sujeta  un  arco  de  flechar,  en  .  su .  exaltación. 

AL.  TRONO.  LA.  CIUDAD.  DE.  MÉXICO.  ExCl'gO:  EN.  27.  DE.  DI- 
CIEMBRE .  DE  .  I  789 . 

Grabador:  G.  A,  Gil, — Bronce:  0,046  m. 

Jerónimo  Antonio  Gil,  zamorano,  pensionado  por  la  Acade- 


19^  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

mía  de  S.  Fernando,  grabador  de  la  Casa  de  la  Moneda  de  Mé- 
xico y  director  de  la  Academia  de  S.  Carlos  de  la  misma  ciu- 
dad. Vivió  desde  1732  á  1798. 

263. — Anv,  Busto  laureado  de  Carlos  IV  con  coraza  y  toi- 
són  á  la   derecha,   carolvs   iv.d.g.hispaniarvm  rex. 

MDCCLXXXIX. 

Rev.  Armas  de  Murcia,  fidelis  mvrcia  pro  se  svoqve  rege 

PROCLAMAT. 

Grabador:  Peleguer, ^Fldiia:  0,028  m. 

264. — La  misma,  de  menor  tamaño. 
Plata:  0,023  m. 

265. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  con  los  collares  del  toisón  y  de 

Carlos  III.  CAROLO .  IV  .  HISP  .  ET  .  IND  .  regí  .  FELICITER  .  IN AU- 
GURATO. 

Rev,  Escudo  real  de  España  con  las  dos  columnas,  los  dos 
mundos  y  otros  atributos  en  derredor,  reg  .  fod  .  trib  . 

NOV  .HISP  .  PRIM  .  HOC  .  FIDELIT  .  MONUM  .  CUDI  .  FECIT  .  MEXIC  . 
GI3.ID.CC.LXXXIX. 

Grabador:  Gil. — Bronce:  0,044  m. 
266, — Anv,  Busto  laureado  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  carol.iv. 

D  .  G  .  HISP .  ET  .  IND .  R. 

Rev,  Escudo  de  armas  de  Jerez,  aclamacio  xericensis. 
Plata:  0,027  m. 


267. — La  misma,  de  módulo  mayor. 
Plata:  0,033  ^• 


268. — Anv.  Busto  del  V.  P.  Nicolás  Factor  con  emblemas  artís- 
ticos, libros,  cornucopias,  &.  Exergo:  a.  1787* 
Rev,  Inscripción:  a  la  solemne  beatificación  del  v.  p.  f. 

NICOLÁS  factor  profesor   DE   PINTV.  LA  R.  ACADEMIA  DE  S. 
CARLOS  DE  VAL. 

Plata:  0,032  m. 


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INVENTARIO   DE   LAS   MEDALLAS   ESPAÑOLAS.  1 99 

269. — Anv.  Escudo  real  circular  con  el  collar  del  toisón  alrede- 
dor. CAROLUS.  IV.  D.  G.  HISP.  REX.   1 789. 

Hev.  Sobre  un  buey  con  alas  y  echado  se  levanta  un  cas- 
tillo y  encima  de  éste  un  astro,  pharum  luciferi  in  eius 

ACLAMAT. 

Bronce:  0,033  m. 

Proclamación  en  Sanlúcar  de  Barrameda. 

270. — La  misma,  en  plata. 

271. — Anv,  Busto  de  Garlos  IV  á  la  derecha,  carolvs  iv.  d.  g. 
HISPAN,  r:  1789. 
Rev.  Granada  entre  la  F  y  la  Y,  coronadas,  capvt.  grana- 

TM.  PROCLAMAT. 

Plata:  0,024  ni. 
272. — Anv,  Escudo  real  de  España  rodeado  del  collar  del  toisón. 

CAROLUS .  IV .  D  .  G  .  HISP .  ET  .  IND .  REX . 

Rev,  Escudo  de  Lima,  publ  .  fidelit  .  juram  .  d  .  i  o  .  octobris  . 
1789. 
Plata:  0,037  ^' 

273. — Anv,  Una  C  y  una  L.  enlazadas:  encima  una  corona  de 
laurel  y  debajo:  a.  p.  v.  n. 
Rev,  En  el  campo:  d.  garlos  iv  proclamado  en  valencia 

A  19  DE  FEB.    1789. 

Plata:  0,019  m. 

274. — Anv,  Busto  laureado  y  desnudo  de  Carlos  IV  á  la  dere- 
cha. CAROLO  .  IV  .  HISP .  ET  .  IND  .  REG  .  MÉX  .  PROCL.  AN  .  1 789  • 

a 

Rev,  Busto  de  la  reina  María  Luisa,  laureado,  á  la   iz- 
quierda. LVDOV .  REG  .  AVSPICE .  ALF .  ARCH  .  MEX. 

Grabador:  Gil, — Bronce:  0,042  m. 
275. — Anv.  Escudo  real  de  España,  carolvs  iv.  d.  g.  hispaniar. 

REX. 

Rev,  Inscripción:  gadivm  acclamatio  anno  mdcclxxxix, 
Plata:  0,027  ^* 


200  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

276. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha.  Debajo:  xx  feb. 
Leyenda:  carol  .  iv .  hisp  .  rex  . proclam  .  magone. 
Rev.  Una  isla  y  el  sol  que  nace  y  dos  barcos  en  el  mar. 

BALEARIS .  MINOR  .  MDCCLXXXIX. 

Plata:  0,028  m. 

277. — Anv»  El  mismo  de  la  anterior. 

Rev.  Escudo  del  consulado  de  México,  a  .  su .  proclama- 
ción .  EL  .  CONSULADO  .  DE  .  MÉXICO .  ExergOI  AÑO  .  DE .  I  789  . 

Grabador:  G.  A,  Gil. — Bronce:  0,042  m. 

278. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha  con  peluca,  casa- 
ca y  banda,  carolo  .  iv .  hisp  .  et  .  ind  .  r  .  fauste  .  proclam. 

M.DCCLXXXIX. 

Rev.  Bajo  un  sombrero  episcopal  los  escudos  pontificios  y 
de  la  catedral  de  Guadalajara  de  México,  episc.et  .  cap 

S .  CATHED .  GUADALAXAR  .  ECCLES  . 

Grabador:  G.  A.  G//.— Bronce:  0,039  "!• 
279. — Anv*  Busto  de  Carlos  IV  de  frente,  carolus  iv.  d.g.hisp 

REX. 

Rev,  Tres  niños  con  palmas  y  coronas  en  las  manos,  sa- 
cra   REDIMITE    témpora  LAVRO.   NOB  .  ART  .  HISP  AL  .  SCHOLA  . 
1789. 

Grabador:  S»  A. — Bronce:  0,043  ni» 

280. — Anv.  Escudo  de  Campeche  bajo  la  corona  real  y  entre 
dos  palmas .  proclamado  .  en.  campeche  .  por  .  j van  .  pedro. 
ytvralde  .  1 790. 
Rev,  Inscripción  bajo  una  estrella  radiante:  magne.et.au- 
guste.carole.iv  prospere . procederé  et  regna. 

Plata:  0,040  m. 

281. — Anv,  Busto  de  Carlos  ÍV^  á  la  derecha  con  peluca,  casaca 
y  banda .  carlos  .  mi .  rey  .  de  .  españa  .  v .  emperador  .  de 

LAS.YND.* 

Rev.  Bajo  una  corona  real  y  entre  ramos  de  palma  y  lau- 


r 


INVENTARIO  DE  LAS  MEDALLAS  ESPAÑOLAS.  201 

reí  el  escudo  de  la  ciudad  de  los  Angeles,  en. su. feliz. 

PROCLAMACIÓN .  LA  .  CIUDAD  .  DE  .  LOS  .  ANGELES .    ExergO :    A . 
17.  DE.  ENERO.  DE.  1790. 

Grabador:  G.  A.  Gi7. —Bronce:  0,048  m. 

282.  —  Anv,  La  Virgen  y  el  Niño  sobre   nubes  entregando  un 
cordón  á  un  santo  arrodillado,  alabado  sea  el  dvlcissi- 

MO  NOMBRE  DE  MARÍA. 

Rev»  Escudo  de  armas  de  la  Congregación,  de  la  congre- 
gación, de  LA  AVE  MARÍA. 

Grabador:  G.  A.  G//.— Plomo:  0,039  i^« 

283. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha  con  peluca,  banda 
y  casaca,  c arlos  .  iv .  rey  .  de  .  españ a  .  y  .  de  .  las  yndi as  . 
Rev.  Figura  militar  de  pie,  vestida  á  la  romana,  con  un 
pendoncillo  en  la  diestra  y  un  escudo  oblongo  en  que 
se  ven  los  de  la  casa  real  de  España  y  de  Querétaro.  pro- 
clamado .  EN  .  la  .  NOBLE  .  CIUDAD .  DE  .  QUERÉTARO  .  POR .  SU . 
ALFÉREZ  .  D  .  PEDRO  .  SETIEN  .  ExcrgO  I  EN  .  1 6. DE  ENERO. 
DE. 1790. 

Grabador:  G.  A.  Gil, — Bronce:  0,045  í^- 

"  284. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  con  peluca,  banda  y  manto,  á  la 
derecha,  c arlos  .  un . rey .  de  .  españa  .  y  .  de  .  las .  indias. 
Rtv.  Bajo  la  corona  real  el  escudo  de  San  Luís  de  Potosí. 

EN  .  su  .  PROCLAMACIÓN  .  LA  .  CIUDAD .  DE .  SAN  .  LUIS  .  POTOSÍ. 

En  el  campo:  año  1790. 
Grabador:  G.  A,  Gil.  -Bronce:  0,042  m. 

285. — Anv*  Busto  laureado  de  Carlos  IV  á  la  derecha,  a. gar- 
los .  IV .  REY  .  DE  ESPAÑA  .  Y .  DE .  LAS  .  YNDI  AS.  ExergOI  A .  1 1  . 
DE .  ABRIL .  DE .  1 790. 

Rev.  Escudo  de  armas,  alado  y  bajo  una  corona  real,  de 
Orizava.  en  .  su .  proclamación  .  la  .  muy  .  leal  »  villa  •  de  . 

ORIZAVA  .  AÑO .  de  .  1 790. 

Grabador;  Gil. — Bronce:  0,040  m. 


202  BOLETÍN   DE   LA    REAL   ACADEMIA   DE    LA    HISTORIA. 

286. — Anv.  Busto  de  Carlos  IV  con  banda  y  toisón  á  la  derecha. 

CARLOS.  I III.  RE  Y.  DE.  ESP  AÑA.  y.  DE.  LAS.  INDI  AS.  (Los    pUn- 

tos  de  separación  son  pequeñas  uses.) 
Rev.  Perspectiva  de  una  mina  en  que  se  ve  trabajando  á 
cinco  obreros,  aclamado  .  en  .  la  .  c  .  de  .  guanajuato  .  por  . 

sus  .  LEALES  .  MINEROS .   ExcrgO:    EN  .  28  .  DE  .  OCTUBRE  .  DE . 
1790. 

Grabador:  G.  A.  Gil, — Bronce:  0,047  m. 

287. — Semejante  á  la  anterior,  pero  es  de  cuño  distinto,  pues  en 
el  anverso  la  imagen  del  rey  no  lleva  en  ésta  el  toisón. 
En  el  reverso  también  se  advierten  algunas  ligeras  di- 
ferencias. 

Grabador:  G,  A.  Gil. — Bronce:  0,048  m. 

288. — Anv.  Escudo  de  armas  con  la  corona  real  y  entre  palmas. 

PROCLAMADO  .  EN  CAMPECHE  .  POR  .  JVAN  .  PEDRO  .  YTVRALDE  . 
1790. 

Rev,  Debajo  de  un  astro  radiante  esta  inscripción:  magne. 

ET.  AUGUSTE  CAROLE  .IV  .  PROSPERE  .  PROCEDE  .  ET  REGNA  . 

Plata:  0,029  m. 
289. — AlVü.  Bustos  superpuestos  de  Carlos  IV  y  María  Luisa. 

A  CARLOS .  IV  .  Y  .  LUISA  .  REY  .  DE  .  ESPAÑA  .  Y  DE  LAS  .  INDIAS .  EN 
su  FELIZ  .  EXALT.®"  AL  TRONO. 

Rev.  Escudo  del  marqués  de  San  Juan  de  Rayas,  consa- 
gro .  ESTE .  monumento  .  DE  .  SU .  FIDELIDAD .  EL .  MARQUÉS  .  DE  . 
SAN  .JUAN  .  DE  .  RAYAS.  Y  .  LE  .  PROCLAMO .  EN  .  GUANAXATO .  A . 
1790. 

Grabador:  G.  A.  Gil.  -Bronce:  0,047  ra. 

290. — Anv,  Busto  de  Carlos  IV  á  la  derecha  con  peluca,  casaca, 
banda,  toisón  y  la  cruz  de  Carlos  III  al  lado  derecho. 

CARLOS  .  mi  .  REY  .  DE .  ESPAÑA .  Y .  DE  .  LAS  .  YNDIAS.  (LoS  sig- 

nos  de  separación  de  las  palabras  son  flores  de  lis.) 
Rev.  Dentro  de  una  cartela  coronada  por  la  corona  real 
un  escudo  con  tres  bustos,  dos  de  ellos  con  casco  co- 


INVENTARIO  DB   LAS   MEDALLAS   ESPAÑOLAS.  203 

roñado.  Leyenda  en  dos  círculos  concéntricos:  procla- 
mado .  EN  .  LA  .  CIUDAD  .  DE .  VALLADOLID  .  DE .  MICHO ACAN .  POR. 
SU  .  ALFÉREZ  .  R  .D  .  JOSÉ  .  BERNARDO  .  FONCERRADA.  ExergO: 
I79I. 

Grabador:  G.  A.  Gil. — Bronce:  0,045  m. 

291. — Anv,  Dentro  de  un  círculo  de  puntos:  xerez  1792. 

Rev.  Dentro  del  mismo  círculo  de  puntos  viva  (y  sigue  el 
monograma  de  Car/os). 

La  medalla  es  de  poco  canto  y  las  inscripciones  son  incisas. 
Se  acuñó  en  recuerdo  del  viaje  de  los  reyes  á  Jerez  de  la  Fron- 
tera en  1792. 

Plata:  o,02S  m. 

292. — Anv.  Bustos  acoplados  de  Carlos  IV  y  su  mujer,  aquél 
con  laurea,  coraza,  manto  y  toisón,  c arólo  .  iv .  et  .  aloi- 

81 AE .  HISP .  ET  .  IN .  RR  .  AA .  M ARCH  .  DE .  BRANCIFORTE .  NOV\  HISP. 

prorex  .  c  .  f  .  et  .  d  .  MEx .  AN .  1 7g6, 
Rev.  Estatua  ecuestre  de  Carlos  IV.  c arólo  .  iv .  pío .  benef. 
His .  ET .  IND .  regí  .  AN .  1 796.  En  el  campo:  mich  .  la  .  grúa  . 

MARCH .  DE .  BRANCIFORTE .  NOV  .  HISP .  PROREX .  SUAR  .  &.* 

Grabador:  Gil, — Bronce:  0,034  m. 

2Ql,—Anv,  Busto  de  la  reina  María  Luisa  á  la  derecha,  con 
banda,  maria  .  luisa . reina,  augusta  . 
Rev,  La  reina,  sentada  en  el  trono,  reparte  entre  unas  da- 
mas la  banda  de  María  Luisa,  distingue. premia. la. vir- 
tud .  Y  .  NOBLEZA .  DE  .  SU .  SEXO  .  ExergO:  R. ^  ORDEN  .  ESPAÑO- 
LA.  DE .  DAMAS  .  NOBLES .  DE .  LA  .  REINA  .  MARIA  .  LUISA  .  FUNDA- 
DA. P.*.S.  M.A.CONSEQUENCIA  .  DE  .  R.*- .DECRETO  .  DE. 2 1  .DE. 
ABRIL.  DE.  1792. 

Grabador:  G,  A,  Gil.  1793.— Bronce:  0,055  ^' 

294. — Anv.  Bustos  yuxtapuestos  de  Carlos  IV  y  su  mujer  á  la 
derecha .  regí  .  max  .  carolo  .  iiii .  opt  .  que  ,  reginae  .  aloi- 
sias . 
Rev.  Minerva,  sentada,  con  el  escudo  de  la  x^cademia  de 


:f^ 


LV. 


X 


1,1  ■ 


I- 


204  BOLETÍN  DB  LA   RBAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

México  y  atributos  de  ia  sabiduría,   in.solem.inaug. 

MEX .  ACAD .  EXC .  CUR  .  AN  .  I  /QO. 

Grabador:  G.  A,  Gil, — Bronce:  0,049  ro. 
295. — Anv.  Busto  á  la  derecha,  josephvs.nicolavs.azara.eqves. 

HISPANVS. 

Rev. — Dentro  de  una  corona  de  laurel:  praesidivm  et  de- 

CVS  R0MAE  MDCCXCVI. 

Grabador:    V.   CV^r^A/.  — Medalla  forrada  de  bronce  dora- 
do: 0,053  m. 

296. — Anv.  Bustos  yuxtapuestos  y  á  la  derecha  de  Carlos  IV  y 
María  Luisa,  aquél  á  la  romana  y  ésta  con  diadema. 

CAROLI .  et  .  ALOYSIAE.  P.  F .  AVG .  ADVENTVI .  ExcrgOI  BARCINO. 
FORTVNATA .  MDCCCII. 

Rev, — Tres  figuras  representando  á  Barcelona  sentada  y 
el  comercio  y  la  industria  de  pie.  mercator.et.fabr. 

CONCORDIA  .  ET  .  FIDES.  KxergOI  VOTO  .  PVBLICO  .  D.  S .  F .  C  . 

Grabador:  SdUnt. — Plata:  0,046  m. 

297. — Am).  Bustos  yuxtapuestos  de  Carlos  IV  y  María  Luisa, 
aquél  con  corona  de  laurel  y  ésta  con  diadema,  unión 

AUGUSTA. 

Rev.  Inscripción:  al  generalísimo  principe  de  la  paz  por 

ESTE  beneficio  CONSAGRAN   SU   AGRADECIMIENTO   LAS   ARTES 

EN  ESPAÑA.  Leyenda:  droz  invento  en  parís  el  modo  de 

MULTIPLICAR  LOS  TROQUELES  .  SEPÚLVEDA   LO   ESTABLECIÓ  EN 

MADRID.  1804.  En  el  canto:  acuña  superficie  y  canto  a 

UN  SOLO  golpe. 

Grabador:  M.  G.  S. — Bronce:  0,040  m. 


Femando  VIL 

298. — Anv.  Escudo  real  de  España.  Leyenda:  ferdinand  .  vii .  d  . 

G  .  HISPAN  .  ET  IND  .  REX  . 

Rev.  Monograma  de  dos  f  de  Fernando  VII  y  encima  una 
estrella.    Leyenda:   acclamatio   avgvsta  MATR.D.24. 

AN. 1808. 

Plata;  0,025  m. 


r 


INVENTARIO   DE   LAS   MEDALLAS   ESPAÑOLAS.  305 

299. — La  misma,  de  menor  módulo. 
Plata:  0,020  m. 

300. — La  misma,  de  menor  módulo  que  las  anteriores. 
Plata:  0,015  m. 

301. — Anv.  Busto  de  Fernando  VII  á  la  derecha.  Fernando  .  vii . 

REY  .  DE  .  ESP  .  E  INDIAS  . 

Rev.  Escudo  de  S.  Salvador,  proclamado  .  en  .  s  .  salvador  . 
DE. o.  En  el  campo:  1 808. 
Plata:  0,020  m. 

302. — Anv,  Busto  de  Fernando  VII,  á  la  derecha,  con  coraza  y 

toisón.  EN  amor  de  FERNANDO  Vil  REY  DE  ESPAÑA  E  YNDIAS. 

Rev.  Cruz  coronada  entre  dos  leones:  en  el  suelo  atributos 
del  comercio,  el  comercio  de  santa  fe  de  bogotá  sep- 
tiembre II . 1808. 
Plata:  0,040  m. 

303. — Anv,  Busto  de  Fernando  VII  á  la  derecha,  a  Fernando  vii 

AÑO  .  I  .  DE  su  reina  .  1 8o8  . 

Rev,  Alto  cerro  y  debajo  .  1808 .  Leyenda:  proclamado  en 

la  .  N  .  C  .  DE  S .  SALVADOR  .  EN  GUATEM  . 

Grabador:  P.  G.  A, — Plata:  0,027  m. 
Proclamación  en  S.  Salvador. 

304. — Anv,  Busto  de  Fernando  VII  á  la  derecha  con  uniforme, 
banda,  toisón  y  manto.  Fernando  .  vii .  rey  de  españa  y 

DE  LAS  indias  . 

Rev.  Escudo  de  Veracruz  sobre  una  ménsula  y  otros  ador- 
.  nos.  Nov .  veracruz  .  proclam  .  an  .  i  808 . 
Grabador:  F.  Gardillo. — Plata:  0,040  m. 

305. — Anv,  Busto  de  Fernando  VII  á  la  derecha.  Fernando  .  vii . 

REY  .  DE  .  ESP  .  E  .  IN  .  1 8o8  . 

Rev,  Escudo  de  Nicaragua  y  la  cifra  I  r:  procla  .  en  .  la  . 

N  .  C  .  DE  .  LEÓN .  D  .  NICAR  . 

Plata:  0,021  m. 


206  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

306. — Anv.  Busto  de  Fernando  VII  á  la  izquierda  con  uniforme 
y  el  toisón.  Leyenda:  ferdinand  .  vii .  redeas  diuque  lae- 

TUS  INTERSIS  POPULO  FIDELI .  ANN  .  MDCCCIX  .   ExergOI    PRO- 
REGE  ARCH  LIZANA. 

Rev.  Una  matrona   rompiendo    una   cadena  que   sujeta 
una  corona  con  emblemas  de  la  justicia  á  los  pies. 

SANCTi^  )^  .  ANTEQUERENSE  COLLEG  .  UTRIQUE  .  FIDEI  SUíE 
OFFERT  MONIM.  ExergO:  VINCULA  DISRUMPIT  GALLOS  CON- 
CORDIA PELLIT. 

Grabador:  F.  Gordillo  (México). — Bronce,  ovalada:  0,063  m. 
de  eje  mayor,  por  0,052  m.  de  eje  menor. 

307. — Awv.  Cabeza  de  Fernando  VII  á  la  derecha,  laureada  y 
con  collar  del  toisón  al  cuello.  Leyenda:  ferdinan- 

DO  .  VII .  DEI  GRATIA  .  HISPAN  .  ET  INDIAR  .  REG  . 

Rev,  Escudo  de  España  con  corona  imperial  sobre  dos 
globos,  sostenido  por  un  Marte,  que  clava  una  lanza  á 
un  águila,  y  un  indio.  En  el  suelo  el  león  y  la  cornuco 
pia.  Leyenda:  ant  .  epp  .  antequer  .  elect  .  arch  .  mex  . 

Grabador.  F.  Gordillo. — Plata:  0,042. 

308. — La  misma  medalla. 
Bronce. 

309. — Anv,  Un  libro  abierto:  encima  la  corona  real  y  debajo  un 
sable  y  una  rama  de  laurel  y  esta  inscripción:  oscula- 
T/E  SUNT.  Leyenda:  constitución  política  sancionada 

POR  las  cortes  DE  ESPAÑA. 

Rev.  En  el  campo:  antonio  bergosa,  arzobispo  electo  de 

MÉXICO .  EN  señal  DE  PATRIOTISMO,   DE   AMOR,  OBEDIENCIA  Y 
GRATIT.AL   CONGRESO,    Y   FIDELIDAD   AL  REY.    Leyenda:  EN 

18    DE    MARZO    DE    l8l2  .  PARA    FELIC  .  Y    GLORIA   DE    DOS 

MUNDOS  . 

Plata:  0,027  n™- 
310. — Anv,  Busto  laureado  de  Wellington  á  la  izquierda.  msPA- 

NIAM  ET  LVSITANIAM  RESTITVIT  WELLINGTON. 


r 


INVENTARIO  DB   LAS   MEDALLAS   BSPAÍÍOLAS.  207 

Rev.  En  el  campo:  ciudad  rodrigo  jan.  19.  18 12.  badajoz 

APRIL.    2.    18 12.    SALAMANCA  JULY  22.   l8l2.   &C.   &C.  &C. 

Leyenda:  vimiera  aug.  21.   1808.  talayera  july.  28. 

1 809.  ALMEIDA  MAY.    1 8 II . 

Bronce:  0,028  m. 
311. — Anv,  Cabeza  de  Fernando  VII  á  la  derecha,  y  laureada. 

FERN  .  VII .  POR  LA   G  .  DE   DIOS   Y  LA   CONST  .  DE  LA   MON  .  REY 
DE  LAS  ESP  AÑAS  . 

Rev,  El  libro  de  la  Constitución  bajo  un  astro  y  sobre  dos 
mundos:  lo  sostienen  dos  guerreros,  uno  de  ellos  con 
atributos  de  indio:  en  lontananza  las  dos  columnas,  el 
león  y  un  barco.  Exergo:  promulgada  en  cadiz  a  19  de 

MARZO  DE  18 12. 

Grabador:  ^'a.go».— Bronce:  0,056  m. 

D.  Félix  Sagau  y  Dalmau  nació  en  Barcelona  en  1786,  fué 
grabador  general  del  reino,  individuo  de  mérito  de  la  Acade- 
mia de  S.  Fernando  y  de  otras  Corporaciones  artísticas. 

312. — Anv,  El  libro  de  la  Constitución  despidiendo  resplando- 
res. GIXON.  A  LA  C0NSTIT.°^'  ESPAÑOLA. 

Rev.  Entrada  de  un  barco  en  un  puerto  y  encima  una  ba- 
lanza, con  estas  letras:  a  ex^  (expensas)  de  a  j  m.  Leyen- 
da: EL 'COMERCIO  FIEL  A  LA  XVST^  ^  DE  SET*   l8l2. 

Plata:  0,025  m. 

313. — AíVü.  Monograma  de  Fernando  VII  de  doble  f  debajo  de 
una  estrella  y  entre  dos  ramas,  ferd  .  vii  .  d  .  g  .  hisp  .  et  . 
IND.R.  1812  . 
Rev,  El  acueducto  de  Segovia,  y  debajo  segovia.  Leyenda: 

CONSTIT  .  NAT  .  ACCLAMATA  .  D  .  23  .  AUGUSTI  . 

Bronce:  0,027  m. 
314. — La  misma,  de  bronce  dorado. 

315. — Anv,  Escudo  de  armas  de  Madrid,  año  3.°  de  la  constitu- 
ción de  la  monarquía  española. 
Rev,  arrojado  el  enemigo,  y  reintegrada  la  nación  en  sus 


8  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

DERECHOS  POR  LOS  ESFUERZOS  DEL  PUEBLO,  ENTRA  EL  GOBIER- 
NO TRIUNFANTE  EN  MADRID  5  ENERO  I8I4. 

Bronce:  0,043  i^* 
316. — Anv.  Busto  de  Fernando  VII,  de  uniforme,  á  la  derecha. 

FERNANDO  VII  EL  DESEADO. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  a  los  fieles  del  rey. 
Medalla  de  distinción,  oblonga,  de  plata:  0,043  "*•  de  eje  ma- 
yor y  0,035  m.  de  eje  menor. 

317. — Anv.  Busto  laureado  de  Fernando  VII  á  la  derecha,  fer- 

DINANDO  VII  HISP  .  ET  IND  .  REGÍ  PROFLIGATIS  HOSTIBVS  DIVI- 
NITVS  RESTITUTO  .  MEXICT  .  CONSULATUS  .  MDCCCXIV. 

Rev,  Mercurio  con  unas  banderas  al  hombro,  en  actitud 
de  volar  hacia  una  corona  radiante:  la  perspectiva  de 
una  ciudad  y  del  mar  y  en  una  cinta  esta  inscripción: 

SUB  CLIPEO  SUO  FELICITER  PROGREDIOR. 

Grabador:  P.  V.  Rodríguez, — Bronce:  0,046  m. 

^l8.-=— Anv,   Cabezas  yuxtapuestas  de  Fernando  VII,  laureada, 
y  su  mujer  D.*  María  Isabel  Francisca,  ferdinandvs  vii. 

MARIA  ELISABETHA  FRANCISCA. 

Rev.  Figura  de  mujer  sentada,  con  un  escudo  en  que  se 
ven  dos  cornucopias  enlazadas,  que  habla  á  tres  genie- 
cillos:  otro  detrás  sentado  y  cada  uno  de  ellos  con  un 
instrumento  de  arte,  conivgivm  felix.  Exergo:  reg. 
valent.  novil.  art.  academ.  d.  mdcccxvi. 
Grabador:  Peleguer. — Plata:  0,040  m. 

319. — Anv.  Bustos  superpuestos  de  Fernando  VII  y  D.'  Isabel 
de  Braganza.  reg  .  ferdinandvs  et  elisabet  avgvsti  ca- 
tholici. 
.  Rev,  Armas  de  Cádiz,  svper  mvros  tvos  constitvi  cvsto- 
DES .  iSAi .  62  .  Exergo:  hispan  .  et  lvsitan  .  foedvs  per- 
PET .  avgvsto  connvbio  gadibvs  .  mdcccxvi  . 
Plata:  0,035  n^* 

320. — Igual  á  la  anterior. 
Bronce. 


r 


INVENTARIO  DB  LAS  MEDALLAS   ESPAÑOLAS.  209 

321. —  Anv.  Busto  de  Fernando  VII  á  la  derecha,  con  uniforme 
y  el  toisón,  ferdin  .  vii .  pío .  fel  .  pat  .  p . 
Rev,  En  el  campo  y  bajo  una  estrellita:  monetariae  .  dom  . 

SEGOVIENS  .  PRAES  .  ET    OPIHC  .  ÓPTIMO  .  PRINCIPI .  D  .  D  .  XXIV  . 
OCT  .  ANN  .  M  .  D  .  CCC  .  XVII . 

Bronce:  0,034  m. 
322. — Anv.  Busto  de  Cervantes  con  gorguera,  á  la  izquierda. 

MICHAEL  CERVANTES  SAAVEDRA. 
ReV,    NATUS    COMPLUTI    IN    HISPANIA    AN.    M.D.XLVH.    OBIIT    AN. 
M.DC.XVI.  SERIES  NUMISMÁTICA  UNIVERSALIS  VIRORUM  ILLUS- 
TRIUM.  PARISIIS  M.DCCC.XVIII.  DURAND  EDIDIT. 

Grabador;  Gaírard.— Bronce:  0,041  m. 

323. — Anv.  Bustos  yuxtapuestos  de  Fernando  VII  y  la  reina 
Amalia,  mirando  á  la  derecha,  y  con  corona  de  encina 
el  del  rey.  Leyenda:  ferd  .  vii .  et  maria  jos  .  amal  .  hisp  . 

ET  .  IND  .  reg  . 

Rev.  Tres  figuras  de  mujer  llevando  una  guirnalda  ante 
una  pira  y  un  ángel,  con  antorcha  encendida  en  la 
diestra  y  una  corona  en  la  mano  izquierda,  y  en  el  sue- 
lo símbolos  del  Comercio  y  la  Agricultura.  Leyenda: 
FAUSTO  AUG  .  CONNUB .  PUBL .  FELic .  PIG .  Exergo:  esta  ins- 
cripción partida  por  el  escudo  del  Irurac-Bat:  las  pro- 
vincias BASCONGADAS  AÑO  DE  I8I9. 

Grabador:  en  el  anverso,  Y.  Merino;  y  en  el  reverso,  Dütz. — 
Bronce:  0,044  m. 

D.  Isidro  Merino  nació  en  Adrados  en  1781,  y  en  1805  fué 
premiado  en  concurso  por  la  Academia  de  S.  Fernando. 

324. — Anv.  Corona  de  laurel. 

Rev.  ALIGACIÓN  DE  PLATINA  I  COBRE. 

0,024  m. 

325. — Anv.  Busto  desnudo  y  laureado  de  Fernando  VII  á  la  de- 
recha. FERNANDO  VII.  P.  L.  G.  DE  DIOS  Y  LA  CONSTITUCIÓN. 
REY  DE.  LAS  ESP  AÑAS.  Q  DE  JULIO   l820. 

Rev,  Dos  figuras  femeninas,  una  de  ellas  Palas,  sostienen 
TOMO  xLvii.  14 


210  BOLETÍN  DE  LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

una  corona,  bajo  la  que  se  ve  el  triángulo  de  la  Santí- 
sima Trinidad  y  el  libro  de  la  Constitución  de  l8l2. 
Leyenda:   monarquía   libertad.   En   el  libro  abierto. 

CONSTIT^"  DE  I8I2.  POR  EL  REY  JURADA  EN  9  DE  MARZO 

1820.  Exergo:  el  ciudadano  rafael  del  riego.  En  el 
canto:  restablecida  el  l.°  de  enero  de  1 820  en  las  ca- 

VEZAS  DE  S"  JUAN. 

Plata:  0,057  m. 

326. — Anv.  Busto  de  Hernán  Cortés  á  la  izquierda  con  coraza, 
manto  y  gorguera.  hernand  cortes. 
Hev.  Natus  metallini  in  híspanla  an.  m.cccc.lxxxv.  obiit 

AN.  M.D.Ll.  SERIES  NUMISMÁTICA  UNIVERSALIS  VIRORUM  ILLUS- 
TRIUM.  M.DCCC.XXI.  DURAND  EDIDIT. 

Grabador:  Vivter. — Bronce:  0,04 1  m. 
327. — Anv,  Busto  de  Fernando  VII  á  la  derecha,  fern.  7.°  por  la 

G.  DE  DIOS  Y  LA  CONST.   1 823. 

Rev,  Escudo  de  Valencia,  val.  sitiada  por  los  enemigos  de 

LA  LIBERTAD.  4.  R. 

Plata:  0,026  m. 
328. — Anv.  Cabeza  de  Fernando  VII  á  la  derecha.  Sevilla  por 

su  REY  Y  S.  D.  FERNÁN.  7'° 

Rev*  Dentro  de  una  corona  de  laurel  y  palma  los  escudos 
de  Francia  y  España  y  el  nodo,  en  la  rest.  a  la  ple- 

NIT.  de  su  so  VERÁN.   1 823. 

Plata:  0,020  m. 

329. — Anv.  Busto  á  la  derecha,  con  uniforme,  de  Fernando  VII. 
Leyenda :    ferdin  .  7.°  .  seditiosis  .  iterum  .  profligatis  . 

MONET  .  SEGOVIENSIS. 

Rev.  Cuatro  coronas  y  encima  el  águila  de  dos  cabezas 
coronada  y  todas  enlazadas  por  otra  de  laurel  y  enci- 
na. Leyenda:  sancta  . fíederis  .unitas .  impie. fcederatos. 

DISSIPAT.  1823. 

Grabador:  B.  M.  C. — Bronce:  0,040  m. 
Acuñada  en  Segovia  para  conmemorar  la  restauración  de 
la  soberanía  de  Fernando  VII  por  la  Santa  Alianza,  1823. 


INVENTARIO  DE  LAS  MBDAlXAS  SSPAfíOLAS.  211 

330. — Anv.  Busto  de  Lope  de  Vega  á  la  derecha,  d.  lope  felix 

DE  VEGA  CARPIÓ. 

Rev.  Natus  madritum    an.    m.d.lxii.  obiit   an.   m.dc.xxv. 

SERIES      NUMISMÁTICA      UNIVERSALIS      VIRORUM      ILLUSTRIUM 
M.DCCC.XXV.  DURAND  EDIDIT. 

Grabador:  Roca,— Bronce:  0,042  m. 

331. — Anv.  Un  castillo  y  tres  flores  de  lis  dentro  de  una  coro- 
na de  laurel  y  debajo  de  un  astro  radiante  colgando  el 

toisón.  A  FERNANDO  VII  REY  DE  ESPAÑA  Y  DE  LAS  INDIAS. 

Rev,  En  el  campo  y  dentro  de  una  gráfila  de  puntos:  en 

TESTIMONIO  DE  GRATITUD  LA  REAL  CASA  DE  MONEDA  DE  MA- 
DRID Y  EL  DEPARTAMENTO  DE  GRABADO.  22  DE  ENERO  DE 
1825. 

Plata:  0,033  m. 

332. — Anv.  Fachada  de  un  edificio  exástilo:  en  el  témpano  del 
frontón  el  símbolo  de  la  medicina:  en  el  friso:  salvti 
popvLi  SACRVM.  Y  en  el  exergo:  la  academia  de  medi- 
cina Y  CIRUJÍA  DE  BARCELONA. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  adormideras:  al  mérito  en 

MEDICINA  A  EXPENSAS  DEL  D.  D.  FRAN.*^®  SALVA. 

Bronce:  0,034  m. 

333. — Anv.  Minerva  sentada  con  el  escudo  de  Cataluña  al  lado, 
el  buho  y  una  corona  en  la  mano  derecha. 
Rev.  Dentro  de  una  corona  de  encina:  la  junta  de  comer- 
cio DE  CATALUÑA  Á  LA  APLICACIÓN. 

Metal  blanco:  0,038  m. 

334- — Anv.  Imagen  de  S.  Eloy,  de  frente,  arrodillado  sobre 
nubes  con  hábito  y  atributos  episcopales,  colegio  de 

ARTÍFICES  PLATEkoS  DE  MADRID. 

Rev.  Una  lámpara  con  estas  palabras  en  un  lazo:  valor  y 
LUCIMIENTO.  Leyenda:  premio  a  la  juventud  del  arte. 
Bronce:  0,049  ni- 

335- — Anv.  Busto  desnudo  de  Fernando  VII  á  la  derecha  y  lau- 
reado. FERNANDO  VII  .  PROTECTOR  DE  LA  INDUSTRIA. 


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313  BOLITIN  DS  LA  RBAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  exposición  púbuca^ 

AL  MÉRITO  EN  LAS  ARTES.   1 827. 

Grabador:  J/.  G,  S, — Bronce:  0,040  m. 

Corresponden  estas  iniciales  á  D.  Mariano  González  de  Se- 
púlveda,  que  nació  en  Madrid  en  1774  y  falleció  en  1842.  Era 
hijo  de  D.  Pedro,  también  grabador;  estudió  en  la  Academia  de 
San  Femando  y  luego  en  París,  siendo  discípulo  del  ilustre 
Droz. 

336. — Anv.  Fernando  VII  con  uniforme  militar  á  caballo,  á  la 

derecha:  en  el  fondo  Cádiz  y  su  puerto  y  en  el  campa 

un  sol.  Leyenda:  Fernando  7-°  REY  de  españa. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de   laurel  esta  inscripción: 

*  Á  nuestro  católico  y  muy  amado  soberano  por  haberse 

DIGNADO  DECLARAR  Á  CÁDIZ  PUERTO  FRANCO,  DEDICAN  ESTE 
MONUMENTO  DE  ETERNA  GRATITUD  EL  AYUNTAM^o  Y  CONSU- 
LADO DE  LA  MISMA  PLAZA  AÑO  DE  1 829. 

Grabador:  J*.  Sagau. — Plata:  0,041  m. 

337. — Afw.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  al  mérito.  183I- 
Leyenda:  real  conservatorio  de  música  de  maría  cris- 
tina. 
Rev.  Debajo  de  una  estrella  una  lira,  que  en  la  caja  tiene 
el  escudo  de  tres  flores  de'iis  entre  una  corona,  cuyas 
dos  ramas  enlaza  un  escudete  con  el  castillo,  sus  pri- 
meros acentos  fueron  en  loor  de  MARÍA  YSABEL  LUISA, 
10  OCT.   1830. 

Plata:  0,040  m. 

338. — Anv.  Máquina  de  acuñar  y  encima  una  corona  real  radian- 
te. Exergo:  real  departamento  de  grabado. 
Rev.  Reynando  Fernando  7.®  y  maría  Cristina  de  borbón  se- 

ESTABLECIÓ  en  ESPAÑA  LA  ACUÑACIÓN  DE  LA  MONEDA  EN  VI- 
ROLA POR  EL  SISTEMA  DE  GENGEMBRE.   1 833. 

Canto  con  flores  de  lis. 
Plata:  0,035  m. 


INVENTARIO  DE  LAS  MEDALLAS  BSPASÍOLAS.  313 

Isabel  II. 

339. — Anv.Rscuáo  de  España.  Leyenda:  elisabeth.ii.hisp.et. 

IND .  REGINA . 

Rev.  Acclamatio  avgvsta  xxiv  .  oct  .  mdcccxxxiii  m. 
Plata  con  canto  de  cordoncillo:  0,025  ^* 

340. — Como  la  anterior,  de  menor  módulo.- 
Plata:  0,020  m. 

341. — Como  la  anterior,  de  menor  módulo. 

342. — Anv,  Escudo  laureado  de  Tarragona.  Leyenda:  elisabeth. 

II .  HISP .  ET  .  IND  .  REGINA  . 

Rev.  En  el  campo  y  dentro  de  una  corona  circular  de 
laurel:  acclamata  tarracone  dec  .  mdcccxxx. 

Plata:  0,026  m. 

343. —  Como  la  anterior,  de  menor  módulo. 
Plata:  0,022  m. 

344. — Anv.  Escudo  de  Barcelona  sostenido  por  dos  grifos,  eli- 
sabeth .  II .  HISP .  ET .  IND  .  REGINA. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  acclamata  barcino- 

NE  I.  DEC.  MDCCCXXXIU. 

Plata:  0,027  ^' 

345. — Anv.  Escudo  de  Tarragona  dentro  de  una  corona  de  lau- 
rel. ELISABETH .  II .  HISP .  ET  .  IND  .  REGINA  . 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  acclamata  tarraco- 
ne DEC  .  MDCCCXXXin. 

Plata:  0,026  m. 
346. — Anv.   Escudo  de  la  Habana  bajo  un  astro,  elisabel.ii. 

HISP  .  ET  .  IND  .  REGINA. 

Rev.  Dentro  de  un  círculo  de  líneas:  acclamatio  avgvsta 

VIII .  FEB  .  MDCCCXXXIV.  HABANA. 

Plata:  0,03 1  m. 


214  BOLBTÍN  OB  LA   RBAL  ACADEMIA  DB  LA   HISTORIA. 

347. — Anv,  Escudo  real  de  España,  isabel  .  11 .  reina  .  de  .  espaüa^ 

E .  IND. 

Rev.  La  granada  y  la  F  y  la  Y  coronadas,  procl  amac. 
AUG.3  de.feb.de.  1834. 
Plata:  0,015.10. 

348. — Anv.  Escudo  de  Santiago.  Leyenda:  ELiSABEXH.n.msp.Er 

IND.  REGINA. 

Rev.  Debajo  de  un  sol:  acclamatio  avgvsta  xxx  .  mar^ 

MDCCCXXXIV  S.  FPE.  Y  SGO. 

Plata:  0,02 1  m. 
349. — Am),  Escudó  real  de  España.  Leyenda:  isabel  ii.d.g.  reina 

DE  LAS  ESP  AÑAS. 

Rev,  Dentro  de  un  anulo:  juan  nepomuceno  montero.  Y  en 
el  campo:  proclamada  en  sta  maria  del  rosario  18  de^ 

MAYO   1834. 

Grabador:  Picará  y  Jaren. — Plata:  0,026. 

3  50. — Anv.  Escudo  real  de  España.  Leyenda:  isabel  11 .  d  .  g  .  rei- 
na de  las  españas.  1834. 
Rev,  Escudo  de  armas  con  la  fecha  á  ambos  lados  de  4 
DE  MAYO  y  la  leyenda:  felix  quintero  .  santiago  de  las 

VEGAS. 

Grabador:  Picará  y  Jaren, — Plata:  0,026  m. 

351. — La  misma,  dorada. 

352. — Anv.  Escudo  de  la  ciudad  de  la  Habana  con  corona  reaL 
Leyenda :  elisabeth  .  11 .  hisp  .  et  ind  .  regina. 
Rev.   Debajo   de   un   sol:   acclamatio   avgvsta   vui.feb. 

MDCCCXXXIV  HABANA. 

Plata:  0,021  m. 

353. — Anv.  Escudo  coronado  de  la  ciudad  de  Matanzas.  Leyen- 
da: elisabeth.  II .  HISP  .  ET  .  IND .  REGINA  . 
Rev.  ACCLAMATIO  AVGVSTA  VIII .  FEB .  MDCCCXXXIV  MATANZAS. 

Plata:  0,029  ^' 


INVENTARIO  DE  LAS   MONEDAS  BSPA5(0LAS.  21 5 

354. — Anv.  Cabeza  de  Isabel  II  á  la  derecha,  reinando  d.  isabel 

SEGUNDA. 

Rev.  El  libro  de  la  Constitución  irradiando,  y  en  sus  pági- 
nas abiertas:  constitución  de  1837.  art.  i.  art.  ii.  Le- 
yenda: PROMULGADA   EN  BARCELONA  Á  LOS  Q.  DE  JULIO  DE 

1837. 

Plata:  0,024  m. 

355. — Anv.  Busto  desnudo  de  Isabel  II  á  la  derecha,  isabel  se- 
gunda. REYNA  CONSTITUCIONAL. 

JRev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  exposición  pública. 

AL  mérito  en  LAS  ARTES.  MADRID  1 84 1. 

Grabadon  Ai,  G.  S. — Bronce:  0,040  m. 
Las  iniciales  corresponden  al  grabador  D.  Mariano  González 
de  Sepúlveda. 

356. — Afw»  Ramo  cogido  por  un  lazo  y  debajo  un  pequeño  es- 
cudo real  de  España,  radiante,  la  diputación  provin- 
cial DE  MADRID  PREMIA  EL  MÉRITO. 

Rev.  Emblemas  de  las  Artes  y  de  la  Industria,  a  los  ade- 
lantos DE  LA  INDUSTRIA  Y  DE  LAS  ARTES.  1 84 1. 

Bronce:  0,043  m. 
357. — Anv,  Busto  desnudo  de  Isabel  II  á  la  izquierda,  isabel  2.* 

REYNA  CONST*-  DE  LAS  ESPAÑAS. 

Rev,  El  nodo  bajo  una  corona  de  laurel  con  cintas.  Sevilla 

EN  LA  PROC."  Y  JURA  DE  SU  REYNA.    1 843. 

Plata:  o,o23  m. 

358. — Anv.  Escudo  de  Cataluña  entre  guirnaldas.  Exergo:  Bar- 
celona AL  GENERAL  LAUREANO  SANZ  1 843. 

Rev,  Dentro  de  una  corona  de  laurel,  y  encina:  semper 

BONOS,  NOMENQUE  TUUM,  LAUDESQUE  MANEBUNT. 

Grabador:  Pomar, — Bronce:  0,054  m. 

D.  José  Pomar  era  platero  y  cincelador  en  Barcelona. 

359. — Afw,  Escudo  de  Gerona.  En  el  exergo:  la  inmortal  gero- 


1 


2l6  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

NA  AL  ESCLARECIDO  HISTORIADOR  DE  ESPAÑA  JUAN  CORTADA. 
1844. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  encina:  equidem  tali  te 

DIGNOR  HONORE. 

Grabador:  Jvbam, — ^Bronce:  0,046  m. 
360. — Anv.  Busto  desnudo  de  Isabel  II,  niña,  á  la  derecha,  isabel 

SEGUNDA  REYNA  CONSTITUCIONAL. 

Rev.  Miner\'a  de  pie,  con  lanza,  apoyado  el  brazo  izquier- 
do en  el  escudo  real  y  el  león  al  otro  lado,  de  españa 

É  INDIAS. 

Bronce:  0,032  m. 

361. — Anv.  Busto  desnudo  de  la  reina  Cristina,  mujer  de  Fer- 
nando VII,  á  la  derecha,  maria  Cristina  de  borbón. 
Rev,  Elegante  cuadriga,  montada  por  la  Abundancia,  co- 
rriendo á  la  izquierda,  y  en  el  exergo:  al  regreso  de 

CRISTINA  A  ESPAÑA    LA    DIPUTACIÓN    PROVINCIAL    DE    BARCE- 
LONA. AÑO  M.DCCCXXXXIIII. 

Grabador:  Jvharty, — Bronce:  0,053  m. 
362. — Anv.  Busto  desnudo  de  Isabel  II  á  la  derecha,  isabel  2.* 

REINA  de  las  ESPAÑAS. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  exposición  pública. 

AL  MÉRITO  EN  LAS  ARTES.  MADRID.   1 84$. 

Bronce:  0,040  m. 

363. — Anv.  Escudo  de  Barcelona,  barcino  fidelis  exultat.  die 
X  octobris  anni  mdcccxlvi. 
Rev.  Inscripción:  cum  regina  elisabeth  ii.  ejusque  sóror 

MAGNIS  PRINCIPIBUS  FRANCISCO   ET  ANTONIO  GRATO  JUNGUN- 
TUR  FOEDERE  HONOR,  PAX,  FELICITAS. 

Bronce:  0,013  m. 

364. — Anv.  Busto  á  la  derecha  de  Isabel  II,  con  corona  y  collar. 
Leyenda:  isabel  2.*  reina  de  las  españas. 
Rev.  Una  inscripción,  abrazada  en  su  parte  inferior  por 
una  corona  de  encina:  en  memoria  de  los  hechos  heroi- 


INVENTARIO  1>B  LAS   MEDALLAS  BSPAliOLAS.  21 7 

eos  DEL  REGIMIENTO  DE  INGENIEROS  SIMBOLIZADOS  EN  LAS 
CORBATAS  DE  LA  ORDEN  MIUTAR  DE  S,"  FERNANDO  OBTENIDA 
EN  JUICIO  CONTRADICTORIO  24  DE  SETIEMBRE  DE  1 847. 

Grabador:  PingreU — Bronce:  0,058  m. 

365.^--¿4«í'.  Como  la  anterior. 

Rev.  Una  corona  de  laurel  ciñendo  el  campo  liso  y  en 
derredor:  cuerpo   de  ingenieros  del  ejército.  Exergo 
liso. 
Grabador:  Pingreí.-^Bronce:  0,058  m. 

366. — Anv.  Bendición  por  un  obispo  de  un  tren  de  ferrocarril. 
Encima:  nihil  ipsa  velocius.  Exergo:  ynaugurata  die 
xxviii  octobris  anni  mdcccxlviii. 
Rev.  En  el  campo:  optimae  societati  quae  prima  in  hispa- 

NIA  VIAM  FERREAM  AD  YLLURUM  USQUE  DUCENTEM  SUMMO 
labore  VIGILIIS  SUMPTIBUSQUE  CONSTRUERE  FECIT  BARCINO- 
NENSIS  SENATUS  HOC  CIVIUM  LAUDIS  ET  GRATI  ANIMI  PIGNUS. 
D.  O.  G. 

Dibujante:  Lorenzale. — Grabador:  Jubani  —Bronce:  0,053. 
367. — Anv.  Busto  desnudo  de  Isabel  II  á  la  derecha,  isabel  2.* 

REINA  DE  LAS  ESPAÑAS. 

Rev.  Árbol  coronado  por  una  cruz  y  un  lambrequln,  don- 
de se  lee:  florece  fomentando  y  atributos  de  la  Agri- 
cultura y  de  las  Artes,  academia  de  bellas  artes  de  s.~ 

LUIS. 

Grabador:  J,  Nicolás  G.  /<?^áV— Bronce:  0,042  m. 

368. — Anv.  Inscripción:  clara  lambert  y  garcía. 

Rev.  Inscripción,  entre  ramas  de  laurel  y  encina:  nació 

EL  23  DE  enero  de  1 852. 

Plata:  0,015  m. 

369. — Anv.  Inscripción:  eduardo  Cristóbal  leriverend. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel  y  encina:  nació  el 

16  DE  NBRE.  de  I853. 

Plata:  0,015  m. 


2l8  BOLETÍN  DE   LA  REAL  ACADBmA  DE  LA  HISTORIA. 

370. — Anv,  Busto  laureado  de  Isabel  II  á  la  derecha,  isabel  2.* 

REINA  DE  LAS  ESPAÑAS. 

üev.  Escudo  real  dentro  de  un  dosel. 

Grabador:  L.  Áf. — Bronce:  0,037. 

Las  iniciales  del  grabador  deben  corresponder  á  D.  Luís 
Marchioni,  grabador  de  la  Casa  de  la  Moneda  de  Madrid,  me- 
diando el  siglo  XIX  ó  algo  después. 

371. — Anv.  Busto  del  general  Espartero,  de  uniforme,  á  la  de- 
recha. BALDOMERO  ESPARTERO  DUQUE  DE  LA  VICTORIA  I855. 

üev.  En  el  campo:  emblema  de  la  libertad  e  independen- 
cia DE  su  patria  y  constante  DEFENSOR  DE  ISABEL  2.* 

Grabador:  Luys  Diez. — Plomo:  0,068  m. 

272. — Anv*  Escudo  real  de  Portugal  y  en  el  campo:  a  s.  m.  el 
REY  VIUDO  DE  PORTUGAL.  Leyenda:  la  casa  nacional  de 

moneda  de  SEVILLA. 

Rev.  Máquina  de  troquelar,  día  14  de  mayo  1856. 
Bronce:  0,037  m. 

373. — Anv,  Escudos  real  de  España  y  de  la  casa  de  Orleans 
dentro  de  una  cartela  de  adornos,  a  ss .  aa  .  rr  .  la  casa 

DE  MONEDA  DE  SEVILLA. 

Rev,  Máquina  de  acuñar  bajo  una  corona  real  radiante. 
día  14  de  mayo  1856. 

Bronce:  0,037  !"• 

374. — Anv.  Escudo  de  Zaragoza,  al  duque  de  la  victoria,  rei- 
nando ISABEL  segunda. 

Rev.  Bajo  una  corona  de  laurel:  el  2.°  y  3.®**  bat.°"  el  de 

artillería   y  LOS  bomberos   de  la   H  .  M  .  N  .    DE  ZARAGOZA. 
inauguración  DEL  FERRO-CARRIL  A  MADRID  MAYO  1 856. 

Bronce:  0,027  m. 

375. — Anv.  Estatua  de  la  ley,  de  frente,  sosteniendo  el  libro  de 
la  constitución  sobre  una  columna,  en  que  se  apoya  el 
escudo  de  España,  congreso  de  los  diputados. 


INVENTARIO  DB  LAS  MEDALLAS  ESPAÑOLAS.  219 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  encina:  cortes  de  1 85 8. 
Grabador:  Fernández.  -  Bronce:  0,040  m. 

376. — Anv,  Cabeza  laureada  de  Isabel  II,  á  la  izquierda,  isabel  2.* 

REINA  DE  LAS  ESPAÑAS. 

Rev.  En  el  campo  y  bajo  una  estrella:  inauguración  del 

CANAL  de  ISABEL  2."  24  DE  JULIO  DE  I858. 

Bronce:  0,023  m. 
377. — Anv,  Busto  de  Isabel  II  á  la  izquierda,  con  diadema,  ysa- 

BEL  SEGUNDA  REYNA  DE  LAS  ESPAÑAS. 

Rev,  Dentro  de  una  cartela  de  dibujos:  que  se  tasen  y 

VENDAN  TODAS  MIS  JOYAS,  SI  ES  NECESARIO  AL  LOGRO  DE  TAN 

SANTA  EMPRESA  &.  &.  Leyenda:  guerra  de  áfrica  contra 

MARRUECOS  21  OCTUBRE  1 8  59» 

Grabador:  A,  Gerhier, — Plomo:  0,058  m. 

378. — Anv.  Emblema  de  la  Agricultura,  de  la  Industria  y  de  las 
Artes  bajo  una  corona  de  laurel,  exposición  castellana  . 

AGRICULTURA,    GANADERÍA,      INDUSTRIA     Y     BELLAS     ARTES. 

Exergo:  valladolid  1 859. 

^^  » 

Rev,  Escudos  apareados  de  León  y  Castilla  bajo  una  co- 
rona real  y  radiante.  En  torno  los  escudos  de  Valla- 
dolid y  pueblos  principales  de  su  provincia,  diputación 

PROVINCIAL  DE  VALLADOLID. 

Grabador:  L,  i!/— Bronce:  0,047  !"• 

379. — Anv,  Busto  de  Isabel  II  ciñendo  diadema  y  mirando  á  la 
izquierda.  Leyenda:  ysabel  segvnda  reyna  de  las  espa- 

ÑAS .  CIVDAD-REAL. 

Rev,  Atributos  de  la  Agricultura  y  encima  una  corona  de 
laurel.  Leyenda:  junta  de  agricultura  .  exposición  de 
1859.  En  el  campo:  al  mérito. 
Grabador:  Carlos  Bauvet — Bronce:  0,043  n^« 

380. — Anv.  Busto  laureado  de  Isabell  II  á  la  derecha,  y  debajo 
tres  flores  de  lis.  isabel  ii  reina  de  las  españas. 


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-220  BOLETÍN  DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  al  mérito.  Leyenda: 

LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA,   I86O. 

Grabador:  L,  M. — Bronce:  0,045  m. 

I 

'  381. — Anv.  Emblema  de  la  Agricultura,  las  Artes  y  la  Navega- 

■^-  »  ción,  y  encima,  en  una  cinta,  movilitate  viget.  Le- 

yenda: SOCIEDAD  económica  DE  AMIGOS  DEL  PAÍS  ALICANTE. 

Rev,  Dentro  de  una  corona  de  encina  premio  al  mérito. 
Leyenda:  exposición  agrícola,  industrial  y  artística. 

^  OCTUBRE  1860. 

Grabador.  L,  M. — Bronce:  0,040  m. 


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382. — Ahv.  Busto  de  Isabel  II  á  la  izquierda,  con  diadema  y 
collar  de  perlas,  isabel  ii  reina  de  las  españas. 
Rev.  Corona  de  laurel  cruzada  por  dos  trompetas,  con 
banderolas  de  castillo  y  león  y  en  el  centro:  tetuan. 
guad-l-ras.  odonell.  Leyenda:  al  invicto  ejercito  es- 
pañol EN  ÁFRICA.  PAZ  DE  I86O. 

Grabador:  B.  C, — Bronce:  0,050  m. 


383. — Anv,  Matrona  sentada  de  frente,  con  una  antorcha  en  la 
'^'-  diestra  y  fondo  donde  se  ve  el  mar,  un  faro,  atributos 

!■ '  ^  de  la  Agricultura  y  Comercio,  etc.  para  bien  de  la 

PATRIA. 
Rev.  EXPOSICIÓN  agrícola  industrial    y  artística  la  SOCIE- 
DAD económica  de  amigos  del  país  DE  MALAGA,  AL  MÉRITO. 

Grabador.  /.  Gallardo  del  Pino. — Bronce:  0,059  m. 
Vivió  en  el  reinado  de  Isabel  II  y  fué  grabador  en  la  Casa 
de  Moneda  de  Manila. 

384. — Anv.  Busto  de  Isabel  II  á  la  derecha  y  con  corona  de 
laurel,  isabel  2.*  proteje  la  agricultura,  industria  y 

COMERCIO. 

Rev.  Alegoría  de  España  con  bandera  en  la  mano,  á  los 
pies  el  escudo,  el  león  y  dos  globos,  y  atributos  de  la 
Industria  y  el  Comercio.  Exergo:  mdccclxi. 

Grabador:  /.  S,  D,  —Bronce  dorado:  0,037  ro* 


INVENTARIO  DB  LAS  MEDALLAS  ESPAl^OLAS.  22 1 

385, — Anv.  Busto  de  Isabel  II  á  la  izquierda,  isabel  ii  reina  de 

LAS  ESPAÑAS. 
ReV.  LA  CASA   DE  MONEDA    DE  MADRID    VISITADA  POR   SS.  MM.  V 
DICIEMBRE  MDCCCLXII. 

Grabador:  L.  Marchionni. — Bronce:  0,050  m. 
386. — Anv,  Estatua  de  Colón  de  frente.  Leyenda  en  dos  líneas: 

ERECCIÓN    DE     LA    ESTATUA     DEL    INMORTAL    COLON .  REIN.**** 
D.^  YSABEL  II.  COLOCAD  A   SOBRE  SU   PEDESTAL  EL    DÍA   1 9   DE 

NOVIEMBRE  DE  1 862.  Debajo  del  pedestal:  cárdenas. 
Rev.  En  leyenda  circular  y  en  el  campo:  siendo  oob.-  y 

CAP.-  GRAL .  DE  LA  ISLA  DE  CUBA  EL  EXCMO.  SR.  DUQUE  DR 

LA  TORRE.  (Siguen  otras  noticias  y  los  nombres  de  los 
concejales  de  Cárdenas). 

Grabador:  /  S,  D, — Medalla  oblonga  de  bronce  dorado; 
0,041  m.  de  eje  mayor  y  0,035  "i-  ^^  ^j^  menor.  (Dentro  de  un 
estuche  con  planchuela  de  plata  y  dedicatoria  á  la  Academia.). 

387. — Anv.  Cabeza  de  Isabel  II  á  la  derecha,  con  diadema.  Le- 
yenda: A  SS.  MM.  Y  AA.  EN  SU  VISITA  A  ALMERÍA. 

Rev-  Escudos  de  España  y  Almería  dentro  de  otro  ma- 
yor, coronado  y  entre  ramas  de  palma  y  laurel.  Le- 
yenda: LA  DIPUTACIÓN  ARQUEOLGI*^^  DE  ESTA  CIUDAD  DOÑA 
ISABEL  I.*  22  DE  DICIEMB.»  I489  DOÑA  ISABEL  2.*  20  DE 
OCT.   1862. 

Bronce:  0,037  m. 
388. — Anv.  Escudo  real  de  España  en  losanje  y  con  guirnaldas. 

A  S.  A.  R.  LA  INFANTA  MARÍA  ISABEL. 

Rev,  En  el  campo:  la  casa  de  la  moneda  de  madrid-v  di~ 

CIEMBRE  MDCCCLXII. 

Grabador:  L.  J/— Bronce:  0,026  m. 

389. — Anv,  Bajo  una  corona  de  laurel,  premio  al  mérito.  Leyen- 
da:  EXPOSICIÓN  pecuabia  de  estremadura  en  c aceres. 
1863. 


222  BOLETÍN  DE   LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

ReV.  LA  DIPUTACIÓN  PROVINCIAL  DE  CACERES. 

Bronce:  0,036  m. 

390. — Anv^  Busto  de  Isabel  II  con  collar  de  perlas  y  diadema, 
á  la  izquierda,  ysabel  segunda  reyna  de  las  españas. 
Rev.  Fachada  de  la  Exposición  de  Bayona  de  1864.  expo- 

SITION  INTERNATIONALE  DE  BAYONNE  SOUS  LE  PATRONAGE  DE 
S.  M.  NAPOLEÓN  III  1 864. 

Editor;  Massanet;  grabador:   C.   Trotín.  —  Plomo  dorado: 
0,050  m. 

391. — Anv,  Busto  coronado  de  Isabel  11  á  la  derecha,  reina  de 

LAS  ESPAÑAS. 

Rev,  Dentro  de  una  corona  de  laurel:  isabel  ii  el  día  i  8  de 

FEBRERO  DE  1 865  CEDIÓ  EL  PATRIMONIO  REAL  PARA  ALIVIO 
DE  LAS  CARGAS  PUBLICAS.  SIRVA  ESTE  BRONCE  PARA  PERPE- 
TUAR LA  MEMORIA  DE  ACCIÓN  TAN  MAGNÁNIMA. 

Grabador:  Carrasco;  dirigió  AI.  Pacheco, — Bronce:  0,063  ni. 

« 

392. — Anv.  Cabeza  laureada  de  Isabel  II. 

Rev»  De  un  áncora  rodeada  de  laurel  y  palma  pende  un 
escudo  con  esta  inscripción:  callao  2  de  mayo  1 866. 

Grabador:  G,  Sellan.'^BTonce,  con  anilla  para  colgar:  0,030  m. 

393- — Anv.  Representación  gráfica  de  un  barco  dando  la  vuelta 
al  mundo,  a  los  primeros  que  dieron  la  vuelta  al  mun- 
do EN  buque  blindado. 

Rev.  Leyenda:  4  de  febrero  de  1865.20  septiembre  de 
1867.  En  el  campo:  fragata  española  de  guerra  nu- 
mancia. 

Grabador:  G.  »S^//j«. —Bronce,  oblonga,  con  anilla  para  col- 
gar: 0,035  ^'  de  eje  mayor  y  0,030  m.  de  eje  menor. 

394.— -/í«Z/.  instituto  de  2.*  enseñanza  de  ALBACETE. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel  y  palma:  al  mérito. 

Medalla  oblonga,  de  bronce:  0,038  m.  de  eje  mayor  y  0,032  m. 
de  eje  menor. 


INVENTARIO  DE  LAS  MEDALLAS  ESPAÑOLAS. 


223 


395. — Anv,  Lo  mismo  que  en  la  anterior;  pero  la  leyenda  del 
anverso  dice  a  s.  a.  r.  el  principe  alfonso  y  además  el 
escudo  es  romboide. 

396. — Anv.  Corona  de  laurel  dentro  de  una  gráfila  de  perlas. 
Leyenda:  liceo  artístico  y  literario  de  madrid. 
Rev,  Emblemas  de  las   artes  y   esta   leyenda:   premios 

GENERALES. 

Bronce:  0,043  m. 

397. — Anv.  Atributos  de  la  Agricultura,  entre  ellos  una  cabeza 
de  caballo  y  una  de  toro.  Leyenda:  la  junta  de  agri- 
cultura DE  LA  provincia  DE  GERONA  EN  MERECIDA  RECOM 
PENSA.  « 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel  ex  utilitate  decus» 
Grabador:  Casáis, — Bronce:  0,038  m. 

398. — Anv»   Leyenda:    colegio   preparatorio    para   todas  las 

CARRERAS.  MADRID.  EXAMEN  DE 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  encina:  al  mérito. 

* 
Bronce:  0,040  m. 


:(■:■ 


Interregno  revolucionario. 

399. — Anv.  España  sentada,  apoyando  el  brazo  izquierdo  sobre 
una  roca  y  ofreciendo  con  la  mano  derecha  un  ramo. 
ESPAÑA  1868. 
Rev.  Escudo  de  España   con    corona   mural,  soberanía 
nacional,  gobierno  provisional. 

Grabador:  L.  J/.— Bronce:  0,037  m. 


400. — Anv.  Escudo  de  Barcelona. 

Rev.  En  el  campo:  a  los  eminentes  servicios  de  su  distin- 
guido HIJO  EL  diputado  A  CORTES  D.  VÍCTOR  BALAGUER 
BARCELONA  AGRADECIDA  AÑO   I87O. 

Medalla  de  hoja  ó  forrada. — Bronce:  0,06 1  m. 


224  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

401. — Anv,  Escudo  coronado  y  el  monograma  de  Carlos  Vil 
entre  dos  coronas  de  ramaje. 

ReV.   REAL  CASA  DE  MONEDA  DE  OÑATE  -  OCTUBRE  1 875. 

Bronce;  0,039  m. 


Alfonso  XIL 

402. — Anv.  Cabeza  de  Alfonso  XII  á  la  derecha,  alfonso  xn 

REY  DE  ESPAÑA  VUELTO  A  LA  PATRIA .  MDCCCLXXV. 

Rev.  Una  nave  sobre  el  mar.  Marsella  7  de  enero. valen- 
cia 1 1  DE  enero.  Exergo:  navas  de  tolosa. 

Grabador:  Esteban  Lozano, — Bronce:  0,029  in« 

403. — AfVü.  Busto  de  Alfonso  XII  á  la  izquierda,  con  manto  de 
armiño  y  toisón.  Dentro  de  una  corona  de  laurel  un 
anulo  con  flores  de  lis,  la  corona  real  y  los  escudos 
de  Castilla,  León  y  Cataluña. 
Rev,  Escudo  de  Barcelona  sostenido  por  dos  grifos.  Den- 
tro de  la  corona  de  laurel,  semejante  á  la  del  anverso, 
un  anulo  con  esta  leyenda:  v.id.ian  anni . mdccclxxv . 

ILDEFONSUM  .  REGEM  .  BARCINO  .  EXULTANS  .  RECEPIT  . 

Grabadores:  Fscriuy P,  FíVfa/ (Barcelona). — Bronce: 0,074 m. 

404. — Anv.  Busto  de  Alfonso  XII  de  frente  y  dentro  de  una 
palma  y  una  rama  de  laurel. 

Rev.  LA  CIUDAD  DE  LA  HABANA  CELEBRA  CON  GRANDES  FESTEJOS 
EL  ADVENIMIENTO  AL  TRONO  DE  S.  M.  EL  REY  DON  ALFON- 
SO XII  Y  PARA  memoria  HACE  ACUÑAR  ESTA  MEDALLA.  XXIU 
ENERO  DE  MDCCCLXXV. 

Plata:  0,033  m. 

405. — Anv.  Bustos  yuxtapuestos  de  Alfonso  XII  y  su  esposa 
Doña  Mercedes, 
Rev,  Inscripción:  alfonso  xii  rey  de  españa.  maria  de  las 


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INVENTARIO  DB   LAS   MEDALLAS   ESPAÍSOLAS. 


225 


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mercedes  keina.  casados  el  23  de  enero  de  1 87  8  en  la 
basílica  de  atocha. 

Grabador:  G.  Sellan.— Btoucg:  0,071  m. 

406. — Anv.  Bustos  yuxtapuestos  de  Alfonso  XII  y  Doña  María 
Cristina. 
Rev.  Inscripción:  alfonso  xii  rey  de  españa,  maria  Cristina 

REINA.  CASADOS  EL  29  DE  NOVIElilBRE  DE    18/9  EN  LA  BASÍ- 
LICA DE  ATOCHA. 

Grabador:  G.  Sellan,— Bronce:  0,071  m. 

407. — Aftv,  Escudo  de  Valencia  entre  ramas  de  encina. 

Rev.  En  el  campo:  valencia  en  el  siglo  vi.  de  su  restau- 
ración POR  D.*^  JAYME  I. 

Plomo:  0,024  m. 

408. — Anv.  Busto  de  la  reina  regente  Doña  María  Cristina  á  la 
derecha,  con  diadema,  toca  y  collar,  exposición  nacio- 
nal DB  plantas  flores  Y  AVES-I88O-PROTECTORA  S.  M.  LA 
reina  D***  MARÍA  CRISTINA. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  palma  y  lajurel  el  escudo 
de  la  sociedad  y  la  palabra  premio.  Leyenda:  sociedad 

MADRILEÑA  PROTECTORA  DE  LOS  ANIMALES  Y  DE  LAS  PLANTAS. 

Grabador.  «So/s. —Bronce:  0,057  m. 

409. — Anv.  Una  matrona  representado  á  Cataluña,  sentada  de 
frente  con  un  escudo  á  cada  lado  y  otro  debajo,  y  en 
el  campo  las  montañas  de  Monserrat  y  alegorías  de  la 
Agricultura  y  la  Industria,  inauguración  del  trayecto 

DE  VILLANUEVA  A  BARCELONA  29  DICIEMBRE   1 88 1. 

Rev.  Una  locomotora,  sobre  la  que  se  sienta  un  obrero 
con  martillo  al  hombro  y  de  la  que  salta  un  Mercurio. 

compañía    de   los   ferrocarriles    directos   de   MADRID    Y 
ZARAGOZA  Á  BARCELONA. 

Dibujó  Padró  y  grabó  5¿?/¿z.— Bronce:  0,057  m. 

410. — Anv.  Locomotora  de  ferrocarril  y  debajo  el  escudo  de 
TOMO  xLvu.  15 


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226  BOLETÍN    DB   LA    RBAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

Aragón,  todo  dentro  de  una  gráñla  de  puntos.  Leyen- 
da, que  arranca  y  termina  en  los  escudos  de  Zaragoza 
y  Huesca,  año  8.**  del  reinado  de  d.  alfonso  xii.  22 

OCTUBRE  1882. 

Rev,  En  el  campo  esta  inscripción  rodeada  de  gráñla  de 

puntos:  LEY  DE  5  ENERO  1 882.  PRESIDENTE  DEL  CONSEJO 
SAGASTA  MINISTRO  DE  FOMENTO  ALBAREDA.  Leyenda*.  ^  LA 
INAUGURACIÓN  DEL  FERRO-CARRIL  DE  CANFRANC. 

Grabador:  Casiells, — Bronce:  0,047  ni* 

411. — Anv,  La  Historia  escribiendo  sobre  un  libro  que  descansa 
sobre  las  espaldas  del  Tjempo:  en  lontananza  el  sol 
saliente,  las  ruinas  de  un  templo  griego,  una  pirámide 
de  Egipto,  etc. 
Rev.  Máscara  trágica  y  pluma  sobre  un  libro,  en  que  se 
leen  dos  títulos  de  obras  de  Calderón  dentro  de  una 
corona  de  laurel  y  calderón  de  la  barca.  Leyenda: 

REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA.  CENTENARIO  DEL  GRAN 
POETA  .  MAYO  MDCCCLXXXl . 

Grabador.  Sala,  —Bronce:  0,060  ni« 

412. — La  misma,  de  plata. 

413. — Anv,  Busto  de  Calderón  á  la  izquierda:  d.  pedro  calderón 
DE  la  barca. 

Rev,  AL  GENIO  GLORIA  DE  SU  PATRIA  AL  REY  DE  LA  ESCENA  ES- 
PAÑOLA EN  EL  SEGUNDO  CENTENARIO  DE  SU  MUERTE  LA  DIPU- 
TACIÓN PROVINCIAL  SEVILLA  XXV  DE  MAYO.  MDCCCLXXXl. 

Grabador:  J.  López, — Bronce:  0,051  m. 

414. — Anv.  Busto  de  Calderón  á  la  derecha,  segundo  .  centena- 
rio .  DE  .  DON  PEDRO  .  CALDERÓN  .  DE  .  LA  .  BARCA. 

Rev,  Dentro  de  una  laurea:  españa  al  autor  de  la  vida  es 

SUEÑO  25  DE  MAYO   l88í. 

Grabador.  J,  Esteban  Lozano,  ^l^roncc;  0,060. 


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INVENTARIO  DB  LAS   MEDALLAS   BSPAf^OLAS.  337 


AUoüBo  xm. 

415. — Anv.  Alegoría  en  que  España  señala  á  una  india  (Filipi- 
nas) el  progreso,  alfonso  xiii  rey  de  españa  maria  cris- 
tina  REINA  REGENTE. 

Rev.  La  Fama  sonando  la  trompeta,  y  en  el  fondo  el  edi- 
ñcio  de  la  Exposición  de  Filipinas,  exposición  general 

DE  las  islas  filipinas.  MADRID  1 88  7. 

Grabador:  M,  Ftgueroa.— Metal  blanco:  0,06 1  m. 

416. — Anv.  La  reina  regente  Doña  María  Cristina,  sentada,  con 
el  rey  niño  D.  Alfonso  XIII  sobre  las  rodillas,  recibe 
de  una  matrona, .que  representa  á  Barcelona  con  el 
escudo  de  la  ciudad  y  una  rama  de  laurel  en  la  sinies- 
tra, la  llave  de  la  Exposición  de  Barcelona,  cuyo  pór- 
tico se  ve  en  el  fondo,  exposición  universal  de  Barce- 
lona. Exergo:  mdccclxxxviii. 
Rev.  Panorama  de  la  Exposición  y  debajo  una  larga  ins- 
cripción que  empieza:  inaugurada  en  20  mayo  de  1 888. 

POR  S.  S.  M.  M.  EL  REY  D.  ALFONSO  XIII.  Y  LA  REINA  REGENTE 
D.*  MARÍA  CRISTINA. 

Grabador:  Castells  Arnau  il/.— Bronce:  0,088  m. 

417. — Anv.  Estatua  de  D.  Alvaro  de  Bazán  pisando  un  estan- 
darte mahometano;  en  el  fondo  el  mar  con  dos  barcos 
y  debajo:  .  inavgvrado  mdcccxci  -  Leyenda:  -  iii  -  cen- 
tenario -  DE  -  MARQUES  .  D  .  SANTA  .  CRUZ  .  D  .  MÚDELA  - 

Rev.  En  el  campo:  -  reinando  -  alfonso.  xiii  -  comisión  .  eje- 

CVTIVA  -  D  .  ANTONIO  .  CÁNOVAS  .  DL  .  CASTILLO  -  PRESIDENTE  . 
honorario  .  p  .  ALEJANDRO  .  PIDAL  .  Y  .  MON  -  PRESIDENTE  . 
EFECTIVO . 

Bronce:  0,120  m. 

418. — Anv.  Los  Reyes  Católicos  reciben  á  Cristóbal  Colón. 
Exergo:  cuarto  centenario.  m.dccc.xcii. 


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228  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

Rev,  Colón  descubriendo  el  Nuevo  Mundo.  Cristóbal  co- 
lon DESCUBRIÓ  EL  NUEVO  MUNDO  EL  DOCE  DE  OCTUBRE  DE 
MIL  CUATROCIENTOS  NOVENTA  Y  DOS,  REINANDO  EN  CASTILLA 
Y  ARAGÓN  DOÑA  ISABEL  Y  DON  FERNANDO. 

Grabador:  B.  Maura, — Plata  dorada:  0,070  m. 

419. — La  misma,  en  bronce. 

420. — Anv.    Cabeza  de   la  reina  regente  á  la  derecha,  maria 

CRISTINA. 

Rev.  En  el  campo.  12  de  Febrero  de  1 894.  recuerdo  de 

DE  LA    VISITA    DE   S.    M.    LA   REINA   REGENTE   A  LA  FABRICA 
NACIONAL  DE  LA  MONEDA  Y  TIMBRE. 

Grabador:  B,  Maura,  -Bronce:  0,050. 
421. — Anv.  Busto  de  D.  Emilio  Castelar  á  la  izquierda,  a  emilio 

CASTELAR  OBIIT  XXV  MAJ.  MDCCCXCIX.  En  el  CampOI  AET 
S  ANN  LXVII 

Rev,  Un  obrero  dando  la  mano  á  un  genio  que  lleva  una 
antorcha  en  la  mano  izquierda  y  un  sol  naciente  con 
la  leyenda,  libertas,  pavlvs  bosch  fecit  faceré  1 899. 
Grabador:  Arnau. — Metal  blanco:  0,068  m. 

422. — Anv,  Cabeza  de  Alfonso  XIII  á  la  izquierda,  alphonsvs 

XII  D.  G.  HISP.  REX. 

Rev.  Dentro  de  una  corona  de  laurel   y   encina,  y  bajo 
la  corona  real,  17  maii  1902. 
Grabador:  B.  Maura, — Bronce:  0,030  m. 

423. — Anv,  Busto  de  Alfonso  XIII  á  la  izquierda,  paterna  res- 

TITVTIO  PACIS  .  MATERNA  VIRTVS  .  FELICIS  REGNI  AVSPICIA. 

Rev.  España  de  pie  con  un  ramo  en  la  diestra;  en  el  cen- 
tro, á  la  izquierda,  Alfonso  XIII  con  uniforme  y  cnanto 
apoya  la  siniestra  sobre  los  atributos  reales  puestos 
sobre  una  columna;  á  la  derecha  la  reina  Cristina  con 
traje   de    corte,    alphonsi    xiii   hisp  .  reg  .  cathol  .  aet  . 

REGE.IMPLETA    ET    OBSERV  .  CONSTIT  .  IVRATA.    ExergOI    DIE 
XVTI  MAII  A  .  D  .  MCMII  PROCLAMATIO  AVGVSTA. 

Grabador:  B,  Maura.— Bronce:  0,060  m. 


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INVENTARIO  DE  LAS   MEDALLAS   ESPAíiOLAS.  •  239 

424. — Anv.  Busto  á  la  derecha  del  Sr.  Fernández  Duro,  con  ca- 
saca de  Marina  y  banda,  y  debajo  un  laurel,  a  cesáreo 

FERNANDEZ  DURO. 

Rev,  En  el  campo  y  en  caracteres  incisos:  por  sus  servi- 
cios A  LA  CIENCIA  V  A  LA  PATRIA  MDCCCCII. 

Grabador:  A.  J/. —Bronce:  o,i  1 1  m. 
425. — Anv.  Busto  desnudo  de   Alfonso  XIII   á  la  izquierda. 

ALFONSO  XIII. 

Rev.  En  el  campo:  recuerdo  de  la  visita  de  s.  m.  el  rey 

A  la  fabrica  NACIONAL   DE   LA  MONEDA  Y  TIMBRE    I   DE  FE- 
BRERO DE   1904. 

Grabador:  B,  Maura, — Bronce:  0,050  m. 

426. — Anv.  Busto  de  Cervantes  de  frente,  la  plata  a  Cervantes. 
Rev,  Escudo  de  la  República  Argentina  y  debajo  república 

ARGENTINA   I6O4  20  DICIEMBRE   I9O4. 

(Canto  ondulado  y  anilla  para  colgar.) 
Grabador:  7.  CoUuzzo.—M^i2i\  blanco:  0,029  m. 

\2T.  —Anv.  Busto  de  Cervantes  á  la  derecha,  miguel  de  cervan- 
tf^  saavedra. 
Rev.  En  el  campo:  la  ciudad  de  alcalá  de  henares  en  el 
III  centenario  de  la  publicación  del  quijote,  mayo  - 1905. 

Grabador:  J,  A.  A.  -Bronce:  0,050  m. 

428. — Anv.  Busto  de  D.  Quijote  á  la  izquierda,  con  coraza  la- 
brada, casco  y  lanzón  en  la  diestra,  iii  centenario  de 

LA  APARICIÓN  DEL  QUIJOTE.    I605.   I9O5. 

Rev.  Vista  del  palacio  de  Pedrola;  á  la  izquierda  el  escudo 
de  la  duquesa  de  Villahermosa.  Exergo:  por  Cervantes 

y  ARAGÓN  LA  DUQUESA  DE  VILLAHERMOSA. 

Grabador:  B.  A/o^ra.— Bronce:  0,050  m. 

£1  Académico  Anticuario, 

Juan  Cataj-jna  García, 


VARIEDADES 


VIAJE  EPIGRÁFICO 

Requena« 

Esta  ciudad,  cabeza  de  partido  en  la  provincia  de  Valencia, 
figura  en  la  historia  del  Cid  Campeador  (l)  como  punto  estraté- 
gico y  centro  de  operaciones  de  tan  ilustre  caudillo  (2).  Un  siglo 
más  tarde,  en  1 184,  émulos  de  las  hazañas  del  Cid,  sucumbieron 
á  manos  de  los  moros  junto  á  Requena  Armengol  VII,  conde  de 
Urgel,  y  su  hermano  Galcerán  de  Salas.  La  Crónica  más  antigua 
del  Campeador  llama  en  bajolatín  á  esta  ciudad  Reckena  y  Ri- 
ckennay  cuya  verdadera  etimología  (3),  quizá  descubrirán  las 
inscripciones,  andando  el  tiempo. 

Tres  romanas  conocíamos  (4)  de  Requena: 

L — Aelio  Ursulo  Messenia  Onesiphoris  patri. 

2. — D(is)  M(anidus).  Comeliae  Placidae  an(norum)  XXXI, 
Cornelia  Terteola, 

3. — H(ic)  s(tta)  e(st),  S(it)  t(ibi)  t(erra)  l(evis).  Sempromae 
Clarissimae  an{norum  XXI X,  mater  Claudia  filiae  piissimae. 

Dio  noticia  de  ellas  D.  Antonio  Pérez  García,  vecino  de  Re- 
quena. El  cual  me  participa  el  hallazgo  de  otras  dos  inéditas, 
que  tuvo  lugar  en  Campo  de  ArctSy  aldea  sita  al  mediodía  y  pro- 
pia de  la  ciudad.  Estas  inscripciones  fueron  vistas  y  copiadas 
en  1859,  á  raíz  de  su  descubrimiento,  por  el  Dr.  D.José  Díaz 


(i)  Risco,  Historia  del  célebre  castellano  Rodrigo  Diaz^  págs.  167,  xxvn 
y  xxvin.  Madrid,  1792. — Dozy,  Beckerches  sur  Vkistoire  et  la  liüér ature  dt 
VEspagne,  tomo  11  (3.*  edición),  pág.  127.  Leyde,  1881. 

(2)  «Meta  tus  est  castra  sua  in  Rechena,  ubi  mora  tus  est  multis  diebus». 

(3)  Regifta?,  Regiana? 

(4)  Boletín,  tomo  x,  págs  425-427. 


VIAJE  FPIGRAFICO.  23 1 

Martínez,  ya  difunto;  á  cuyas  apuntaciones  se  remite  el  Sr.  Pérez 
García.  Son  las  siguientes: 

4, — Piedra  calcárea  del  país;  alta  Gn  metro,  ancha  medio, 
grueso  0,15  ni. 

D  •  M 
SEMPRONIO  •  P 
DVLCIS  •  AN 
•     XII 

IVLIA-P*  M 

D(is)  M(anibus),  Sempronio  f(ilio)  ducis(simo)  an(norum)  XIL  Julia 
p(osuit?  (m(onumentum>) 

A  los  dioses  Manes.  A  su  hijo  dulcísimo  Sempronio,  de  edad  de  doce 
años,  puso  Julia  este  monumento. 

Esta  lápida  y  la  precedente  (3),  ofrecen  un  giro  anormal, 
omitiendo  los  cognombres  de  Claudia,  Julia  y  Sempronio. 

5. — Alta  1, 60  m,,  ancha  0,63;  gruesa  0,21. 

D  •  M 

CAIO  •  VIBIO 
Q_Vi«SlTO0 

A  N  •  LV 

S«T»T«L 

D(is)  M(antbus)  C(aw)  Vibio  Quouito,  an(norum)  L  V.  S(it)  t(ibi)  t(erra) 
l(eDis). 

A  los  dioses  Manes.  A  Cayo  Vibio  Quesito,  de  edad  de  cincuenta  y 
cinco  años.  Sea  te  la  tierra  ligera. 

El  prenombre  Cayo  se  exhibe  con  todas  sus  letras  en  las  ins- 
cripciones 423,  1977,  2076,  4459  y  4861.  Al  cognombre  Quce- 
sito  el  Sr.  Díaz  Martínez  sustituyó  Qucesitoti,  Su  error  provino 
de  haber  imaginado  que  debía  leerse  RI  lo  que  seguía  inmedia- 
tamente al  cognombre,  y  que  no  puede  examinarse  ahora  en  la 
piedra  original.  La  destruyó  hace  bastantes  años,  el  que  fué  su 
bárbaro  dueño. 


232  boletín  db  la  real  academia  de  la  historia. 

Con  esta  inscripción  se  traba  la  4067  hallada  en  Tortosa: 
L(ucio)  Sempronio  L(ucii)  f(ilio)  Quaesüo,  L(ucius)  Sempro- 

nius  Hiber,  Coecilía  Q(uinti)  }{ilia)  Quieta... 

Otras  lápidas  romanas  sacó  á  luz  el  Boletín  (xii,  14;  xvii,  244), 

halladas  en  sitios  poco  distantes  del  término  de  Requena:  una 

en  Torrutiel,  y  dos  (l)  en  Sinarcas. 

Poza  de  la  Sal. 

Esta  villa,  de  la  provincia  de  Burgos,  que  dista  cuatro  leguas 
al  Noroeste  de  Briviesca,  su  capital  de  partido,  era  ya  rica  y 
floreciente  en  la  segunda  mitad  del  siglo  x,  según  aparece  del 
acta  de  fundación  y  dotación  del  monasterio  de  Covarrubias 
que  en  24  de  Noviembre  de  978  hicieron  el  conde  de  Castilla 
Garci  Fernández  y  su  mujer  Doña  Ava  (2),  donde  conceden  al 
monasterio  illa  tertia  de  illa  mercato  in  Poga,  et  medietatem  in 
illo  pozo  de  illa  sale^  et  solares  populatos  et  per  populare.  Nóm- 
brase también  en  un  diploma  (3)  de  sumo  interés  geográfico, 
que  expidieron  á  12  de  Diciembre  de  1052  el  rey  D.  García  VI 
de  Navarra  y  su  esposa  Estefanía,  acotando  los  términos  del 
obispado  de  Valpuesta  (4),  propio  de  la  antigua  región  autrigó- 
nica,  que  incorporaron  al  de  Nájera. 

Según  esta  demarcación  é  indicios  inequívocos  de  remota  an- 
tigüedad, se  hace  creible  que  Poza  fuese  una  de  las  diez  ciudades 
que  Plinio  atribuye  á  la  región  de  los  Autrígones,  y  de  las  cua- 
les nombró  solamente  tres:  la  colonia  romana  Flaviobriga  (Cas- 
trourdiales),  Virovesca  (Briviesca)  y  Triüuniy  cuya  situación  en 


(i)  Reseñadas  en  la  colección  de  Hübner  bajo  los  números  4449  y 
4451,  pero  mal  situadas  en  el  campo  de  Tarragona. 

(2)  Yepes,  Coránica  dt  la  Orden  de  San  Benito^  tomo  v,  fol.  444  v.;  Va- 
lladolid,  161 5. 

(3)  Boletín,  tomo  xxvi,  págs.  167  y  181. 

(4)  «Illum  etiam  episcopatum,  qui  est:  de  sancto  Martino  de  (jaharra 
usque  in  Rotellam,  et  Arlanzonem  et  Pozam;  ex  alia  vero  parte  (desde  la 
izquierda  del  Ebro  hasta  el  mar  Cantábrico)  ex  Alave  terminis  usque  in 
Arrepa  etCutelliu.n  castrum  in  Asturiis  cum  monasterio  eiusdem  episco- 
patus,  nomine  Vallemfositam.» 


r 


VIAJB    EFIGRXfICO.  33] 

Monasterio  de  Rodilla  (Rolella  en  el  diploma  del  año  IO52)  está 
determinada  por  el  Itinerario  de  Antonino. 

AI  doctísimo  presbítero,  residente  en  Buidos,  D,  Luciano 
Huidobro  he  debido  la  noticia  (l)  de  haberse  descubierto  en  Poza 
una  lápida  romana,  al  abrirse  los  cimientos  de  la  reedificación 
de  la  casa  núm.  3  de  la  Plaza  Mayor,  adosada  á  la  antigua  mura- 
lla de  la  población.  Es  lápida  sepulcral,  trazada  á  ñncs  del  primer 
siglo  (2);  y  por  ello  digna  de  reproducirse  aqui  en  fotograba- 
do (3)  6  iniciar  el  estudio  paleográfico  de  la  región  Autrigónica: 


Pompeiae  flavinae  Ftavi  fil(iae)  aH(Hornm  XX,  párenles  /(aciendum) 
c(uraMnoit). 


(1)    Carta  del  3  de  Junio. 

(3)  Húbner,  Exenpla  scriplurae  epigrapkteae  latinae,  núm  427.  Berlín, 
1885. 

(3)  El  Sr.  Huidobro  me  ha  facilltadn  la  lotografía,  sacándola  de  la  pie- 
dra original,  que  se  ha  trasladado  al  Museo  provincial  de  Burgos,  donde 
está  catalogada  con  el  numero  5i.  Mide  31  en.  de  ancho  por  34  de  alto, 


334  BOLETfS   DE   LA   REAL    ACADEMIA    DE 

A  las  tres  ciudades  referidas  hay  que  añadir  siete,  para  com- 
pletar el  número  de  las  que  Plinio  atribuyó  á  los  Autrtgones,  De 
seis, acorta  diferencia,  sabemos  la  reducción  (I); y  si  la  séptima 
ha  de  reducirse  á  Poza  de  la  Sal,  ésta  fué  cabalmente  Sai-ópi» 
(SatioHca),  que  situó  Ptolomeo  cinco  minutos  al  norte  de  Bri- 
viesca,  como  en  realidad  es  asi. 

Miliario  de  San  Pedro  de  Arlanxa. 

Hübner,  núm.  4S78. 


{\)     Uxama  Ibarea  (Osma  de  Valdegovia). 
Sobobrica  (Sobrón?). 
Deobrig/i  (Puente  la  Rad?  i. 
Antequia  (Pancorbo?). 
Vindeleia  (Santa  María  de  R I  barre  don  da?;. 
SígisanuituvIuM  (Cerezo>). 


VIAJE  EPIGRÁFICO.  ^35 

No  contento  el  Sr.  Huidobro  con  haberme  procurado  la  foto- 
graba del  epígrafe  romano  de  Poza,  acompaña  la  del  miliario, 
que  se  extrajo  eo  1 866  del  exmonasterio  de  San  Pedro  de  Ar- 
lanza  para  ser  llevado  al  Museo  provincial  de  Burgos;  se  labró, 
imperando  Constantino  el  Magno,  entre  los  años  306-337.  Fué 
partido,  ó  aserrado  por  la  mitad,  acaso  para  ajustarse  á  la  ediñ- 
cación,  6  restauración,  que  hizo  de  aquel  monasterio,  en  el 
año  912  el  conde  de  Castilla  Fernán  González.  Probablemente 
su  primitiva  posición  ha  de  buscarse  en  la  vía  romana,  que  par- 
tiendo de  Clunia  (Coruña  del  Conde) ,  enlazaba  las  del  Arlan- 
za  y  del  Arlanzón  con  las  del  Ebro,  hasta  el  nacimiento  de 
este  río.  En  el  Museo  provincial  lleva  este  miliario  el  número 
30,  midiendo  1,97  de  altura  y  1,77  de  circunferencia. 

D(omino)  n(ostro)  \^Fl(avio  Val(erio)]  C<m£jt^ntino  p^r]p6tuo  sempéir] 
Aug(usio), 

Siendo  nuestro  señor  Flavio  Valerio  Constantino  perpetuo  siempre 
Augusto. 

Cerca  de  Reinosa,  en  Retortillo,  donde  estuvo  la  Colonia  yu- 
liobriga^  se  halló  otro  miliario  de  Constantino,  á  cuyo  texto 
(Hübner,  4885)  mal  copiado  (l)  debe  servir  de  correctivo  el  de 
San  Pedro  de  Arlanza. 

Por  centenares  se  cuentan  las  inscripciones  romanas  que  en 
la  parte  meridional  de  la  provincia  de  Burgos  han  llamado  la 
atención  de  los  eruditos  nacionales  y  extranjeros;  mas  como  lo 
advierte  Hübner  (2),  falta  una  mano  piadosa  que  doctamente  las 
revise,  coleccione  é  ilustre,  como  lo  ha  hecho  D.  Marcelo  Macías 
con  las  de  Astorga. 

Monasterio  de  Rodilla. 

El  Itinerario  de  Antonino  entre  las  mansiones  de  Segisamone 
(Sasamón)  y  Verovesca  (Briviesca)  pone  otras  dos:  Deobrigula 

(i)     Constan  \  Uno  pió  \  máximo  \  semper  \  Augusto. 

(2)  «Itaque  etiam  quae  hoc  capite  edimus  aliena  ñde  stant,  ñeque 
prius  veram  habebunt  utilitatem  quam  tota  regio  examinata  erit  ab  ho- 
minibus  perítis.»  Pág.  391. 


336  BOLETÍN   DE  LA   REAL   ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

(Rabé  de  la  Calzada?)  y  Tritio  (Monasterio  de  Rodilla).  El  Ra- 
venate  no  pone  sino  una:  Tonobriga  que  se  reduce  probablemente 
á  Burgos,  ciudad  cuya  posición  estratégica  es  de  primer  orden, 
y  se  cuenta  con  el  nombre  de  Burgi  entre  las  conquistadas 
por  Alfonso  I  el  Católico,  á  mediados  del  siglo  vm;  si  bien,  des- 
truida de  nuevo  á  viva  fuerza  dé  alguna  invasión  muslímica,  fué 
repoblada  y  fortalecida  en  el  año  884  por  el  conde  D.  Diego 
Rodríguez,  debelador  triunfante  de  los  moros  en  los  desfiladeros 
de  Pancorbo.  La  vía  romana,  que  pasaba  por  ella,  se  reconoce 
todavía  en  el  trecho  que  va  desde  Quintanapalla  hasta  Monaste- 
rio de  Rodilla;  y  la  reconoció  en  1766  el  eximio  y  primer  autor 
de  la  España  Sagrada^  tomando  en  Monasterio  nota  de  una  ins- 
cripción muy  notable,  según  lo  refiere  el  P.  Fr.  Francisco  Mén- 
dez, testigo  ocular  de  aquella  excursión  arqueológica  (l): 

«A  cosa  de  una  legua  de  Briviesca  está  el  lugar  de  Prádanos 
en  el  camino;  y  á  otra  legua  Quintanavides,  lugar  ameno;  á  otra, 
está  el  lugar  de  Monasterio  de  Rodilla  en  lo  bajo  y  cerca  del  fin 
de  la  ensenada  (2).  Llaman  Rodilla  (3)  á  un  cerro  alto,  arrimado 
al  lugar  por  mediodía,  donde  estuvo  el  antiguo  Trido  de  Anto- 
niño,  diverso  del  de  Nájera;  y  allí  se  hallan  medallas  antiguas,  y 
una  inscripción  romana  que  se  bajó,  treinta  y  ocho  años  ha  (4), 
al  lugar  con  el  sol  y  la  luna  (5),  que  es  romana  dedicación  á  VcU, 
Flavo^  etc.  Al  otro  lado  del  alto  de  Rodilla  hay  un  lugarcillo  lla- 
mado Fresno,  en  el  mismo  plan  de  la  altura,  que,  subida  la  ca- 
ñada de  las  dos  cordilleras  que  forman  la  cañada  mencionada, 
tiene  un  llano  muy  dilatado  hasta  bajar  á  Quintanapalla,  y  en  el 
camino  real  atraviesa  la  calzada  romana  que  venía  de  Sasamón 
á  Tricio. 

A  estos  datos  añade  otros  el  P.  Flórez,  diciéndonos  (6)  que 


(i)  Vidüy  escritos  y  viajes  del  Rmo,  P,  Miro,  Fr,  Enrique  Flárez  (2.*  edi- 
ción), pág.  254.  Madrid,  1860. 

(2)  Formada  por  el  riachuelo  Cerratón,  afluyente  del  Oca. 

(3)  Rotella  en  el  referido  documento  del  año  1052. 

(4)  En  el  de  1728, 

(5)  Esculpidos  en  ella. 

/6)  Bsfaha  Sa^(^j  tonjio  xjfvi,  pág.  4.  Madrid,  1771, 


VIAJE   BPIGRÁPtCO.  237 

existió  un  monasterio  «en  el  sitio  llamado  hoy  Monasterio  de 
Rodilla^  al  extremo  de  una  gran  cañada,  que,  aunque  ahora  sirve 
de  camino  real,  no  lo  era  antiguamente;  pues  la  calzada  roma- 
na ,  que  hoy  persevera  en  muchas  de  aquellas  partes,  iba  por  lo 
alto,  y  quedaba  aquel  monasterio  fuera  del  bullicio». 

Más  importantes  son  las  noticias  que  dio  sobre  este  lugar  Ceán 
Bermúdez  (i): 

«Rodilla,  es  un  sitio  alto  que  está  en  Castilla  la  Vieja  entre  la 
villa  de  Monasterio  y  el  lugar  de  Fresno.  Está  ya  averiguado 
que  estuvo  en  este  alto  el  Tritium  de  los  autrigones^  distinto 
del  Tritium  Metallum  (2)  de  los  berones;  se  conservan  en  él  las 
ruinas  de  su  antigua  población  romana,  y  se  desenterraron  no 
hace  mucho  tiempo  acueductos  de  argamasa,  monedas  de  colo- 
nias españolas ,  inscripciones  de  todas  clases  y  trozos  de 
utensilios  domésticos.  Fué  Tritium  la  octava  mansión  del  cami- 
no militar,  que  iba  desde  Astorga  á  Burdeos ,  y  la  novena  de 
otro  que  salía  también  de  Astorga  y  terminaba  en  Tarragona. 
Cerca  de  Rodilla,  y  por  espacio  de  cinco  leguas  hasta  media  de 
Burgos ,  se  extendía  una  antigua  calzada  muy  pocos  años  hace, 
de  la  que  no  sé  si  se  aprovecharon  para  el  nuevo  camino.  Cons- 
taba de  cuatro  hiladas  de  piedras,  cascajo  y  tierra,  y  pudo  muy 
bien  haber  sido  un  trozo  de  alguno  de  los  dos  caminos  militares 
romanos  arriba  dichos.» 

Entre  las  diez  ciudades  autrigónicas,  las  más  insignes  eran 
Tricio  y  Briviesca,  según  lo  muestra  el  texto  de  Plinio  (3):  In 
Autrigonum  decem  civitatibus  Tritium,  Virovesca.  Las  dos  acu- 
ñaron, á  lo  que  parece,  ases  de  cobre  ibéricos  (4).  Los  de  Tricio 
se  distinguen  por  una  cabeza  barbuda  y  un  jinete  que  lleva  sobre 
el  hombro  una  palma  ó  un  ramo  con*  esta  leyenda: 


(i)    Sumario  de  las  antigüedades  romanas  que  hay  en  España,  págs.  183 
y  184.  Madrid,  1832. 

(2)  Magallum  dan  á  leer  las  inscripciones,  corrigiendo  el  texto  vulgar 
de  Ptolomeo. 

(3)  111,37. 

(4)  Hübner,  Monum.  1.  iber,  núm.  57  y  72. 


238  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

t    r   5   h.s 

En  Briviesca  los  ases  representan  la  cabeza  imberbe  y  el  ji- 
nete blandiendo  lanza.  Su  leyenda  es: 

u  i  r  h   u   —    i  a  s 

Uc  semis  homonoyo  de  esta  ciudad  y  de  otra  cuyo  nombre 
empezaba  por  S(a¡ionca  i)  ofrece  en  lugar  del  jinete  un  caballo 
corriendo,  y  la  leyenda 

M    'M*^^H 

8         u  i  r  h 

En  la  colección  de  Hübner  no  figuran  inscripciones  romanas 
de  Monasterio  de  Rodilla,  ni  de  Briviesca.  La  que  vio  en  Monas- 
terio el  P.  Flórez ,  y  las  de  todas  clases  que  allí  se  encontraron, 
según  lo  afirma  Ceán  Bermúdez,  ¿qué  se  han  hecho? 

Agramunt. 

En  la  provincia  de  Lérida,  la  noble  villa  de  Agramunt,  colo- 
cada entre  Balaguer  y  Guisona ,  no  alardea ,  como  esta  última, 
de  poseer  insignes  lápidas  romanas  (4452-4455);  pero  en  cam- 
bio atesora  una  inscripción  hebrea  de  mucho  mérito.  Envióme 
desde  Lérida  la  fotografía  de  esta  inscripción  D.  Federico  Ren- 
yé,  su  descubridor  y  poseedor,  escribiéndome  ( lO  Febre- 
ro, 1892),  que  había  encontrado  la  piedra  original,  rota  y  des- 
cabalada como  está,  en  las  afueras  de  la  población;  donde  pre- 
sumía que  los  judíos  tuvieron  su  cementerio. 

i«S3  7:  vpwip 
[(^So).!]  noSv  hja 

Hosías,  hijo  de  Don  Somer  Grescas,  descanse  en  el  Edén.  Pasó  (de  esta 
vida)  en  el  año  (que  indicamos  citando  el  capítulo  vi,  vers.  2,  del  libro  i 
de  los  Reyes):  «y  el  templo  que  empezó  á  edificar  el  rey  Salomón.» 


r 


ESTUDIO    BltGRitPlCO. 


Las  letras  puntuadas  (fün)  marcan  los  años  {5  -|-  50  -|-  2); 
es  decir,  el  5057  de  la  Creación,  y  como  el  texto  bíblico  se  re- 
fiere al  principio  del  mes  Ziv,  ó  de  lyyar,  la  fecha  de  con- 
siguiente, indicada  por  el  epitafio,  resulta  ser  el  5  de  Abril 
de  1297.  Cabalmente  en  1."  de  Abril  de  este  año  el  rey  D.  Jai- 
me 11  de  Aragón  obtuvo  del  Papa  Bonitacio  VIH  facultad  para 
establecer  el  Estudio  general  6  la  Universidad  literaria  de  Lérída> 
con  todos  los  privilegios,  en  lo  tocante  al  fuero  eclesiástico,  que 
.1  la  Universidad  de  Tolosa  de  Francia  había  concedido  la  Santa 
-Sede.  El  renombre  que  este  monarca  obtuvo  de  Salomón  6  Pa- 
cifico, además  del  de  Sabio  y  Justo  que  le  atribuye  la  Historia, 
se  expresa  por  la  inscripción  de  su  mausoleo  en  el  monasterio 
de  Santas  Creus:  Dici  pacifims  mcruit,  quia  pacis  amicus. 

Dos  epitafios  hebreos  de  Barcelona,  que  expuso  el  Boletín 
(xvi,  446;  XVII,  igg  y  266),  corroboran  lo  sentado  sobre  el  de 
Agramunt;  porque  prueban  que  la  era  menor  se  estilaba  en  el 
siglo  xi;  y  además,  que  los  numerales  de  esta  era  en  oí  siglo  xiv 
se  miíTcabín  puntuándose  algunas  letras  de  un  texto  bíblico. 
Madrid,  30  de  Agosto  de  1905. 

Fidel  Fha. 


NOTICIAS 


Nueoo  fnosaico  de  Elche  con  inscripciones  gritáis.—  En  el  tomo  xxxvi, 
páginas  166-170  del  Boletín  se  han  visto  las  razones  que  inducen  á  tener 
por  cristiano  un  mosaico  Ilicitano,  que  lleva  esta  inscripción:  In  k(oc?) 
predi(o})y  \  S(uccesse?)  vivas  cum  \  cum  iuis  amnib(us)  \  nadtis  an  \  nts.  Lo 
descubrió  y  publicó  en  1899  D.  Pedro  Ibarra  y  Ruiz;  el  cual,  en  carta  del 
3  del  actual  Septiembre,  nos  da  la  fausta  noticia  de  haber  encontrado  y 
despejado  en  aquellos  mismos  parajes  una  antigua  basílica  cristiana,  muy 
parecida  á  la  episcopal  de  Segábrica,  ó  de  Cabeza  del  Griego  (i).  La  planta 
de  esta  basílica  Ilicitana,  es  un  cuadrilongo  de  1 1  m.  de  largo  por  7  y  me- 
dio de  ancho  con  su  ábside  en  hemiciclo,  mirando  al  oriente,  y  la  puerta 
de  entrada  abierta  en  la  mitad  de  la  pared  opuesta;  abertura  que  mira  á 
poniente.  Toda  la  planta  se  ve  pavimentada  de  mosaico,  que  fué  hermo- 
sísimo y  que  destrozaron  impías  inundaciones  de  gentes  bárbaras.  Tres 
inscripciones  griegas  en  letras  mayüaculas  de  época  decadente,  marcaban 
el  sitio  que  correspondía  por  su  orden  al  clero  mayor,  al  inferior  y  al 
pueblo.  En  la  del  lado  del  Evangelio  se  lee  distintivamente  izptafíu-zipiín 
(de  los  presbíteros).  El  Sr.  Ibarra,  después  de  levantar  los  planos  y  trazar 
los  dibujos  á  que  se  presta  un  monumento  de  tanta  valia,  se  propone  dar 
sobre  él  circunstanciada  información  á  nuestra  Academia. 


Memorias  de  la  Real  Academia  déla  Historia.  Tomo  XIIL. 

Madrid.  Establecimiento  tipográfico  de  la  viuda  é  hijos  deTello,  1903.  £a 
folio  menor,  lx  +  97^  páginas. — Este  volumen  «cuya  impresión  se  ha  ter- 
minado en  Julio  del  presente  año  1905»,  contiene  la  Historia  de  los  moza- 
robes  de  España^  deducida  de  los  mejores  y  más  auténticos  testimonios  de  los 
escritores  cristianos  y  árabes,  por  D.  Francisco  Javier  Simonet;  obra  pre- 
miada en  público  certamen  de  la  Real  Academia  de  la  Historia  y  publi- 
cada á  sus  expensas.  Por  haber  fallecido  el  Sr.  Simonet  en  9  de  Julio 
de  1897,  la  corrección  y  edición  del  manuscrito  original  han  corrido  á 
cargo  del  Excmo.  Sr.  D.  Eduardo  Saavedra,  Académico  de  número. 

F.  F. 


(i)     Boletín,  tomo  zv,  pág.  129. 


£1  Boletín  de  la  Keal  Academia  de  la  Historia  se  publica  todos 
los  meses  en  cuadernos  de  8o  ó  más  páginas,  con  sus  correspondientes 
láminas,  cuando  el  texto  lo  exige,  formando  cada  año  dos  tomos  con  sus 
portadas  é  índices. 

Las  suscripciones  dan  principio  en  Enero  y  Julio  de  cada  año. 

PRECIOS  DE  SüSCRIPaÓN 

Madrid.  .  .    6  meses Pesetas      9 

—     ...    Un  año —        18 

Provincias.    Un  año —        20 

Extranjero —      .22 

Número  suelto". —          3 


\ 


Los  precios  de  las  obras  de  la  Academia  se  entiende  que  son  para  la 
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frirán el  recargo  correspondiente  de  gastos  de  correo  y  de  certiñcado. 


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plares se  les  hará  una  rebaja  conveniente,  según- la  cos- 
tumbre recibida  en  el  comercio  de  librería. 


->'J2^L^    \3,\ 

BOLETÍN 


DE  LA 


» ^^ 


\-. 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


/ 


TOMO  XLVII.— CUADERNO   IV 


OCTUBRE,  1905 


i. 


f 


MADRID 

ESTABLECIMIENTO   TIPOGRÁFICO   DE  FORTANET 

IMPRESOR    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Calle  de  la  Libertad,  núm.  29 
1905 


SUMARIO  DE  ESTE  CUADERNO 

% 

Pá«t. 

Adquisiciones  de  Ja  Academia  durante   el  primer  sen^estre  de^ 
año  1905 241 

Informes: 

I  Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Doña  Isabel 
Clara  Eugeftia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma.  (Desde 
flandes,  anos  X5QQ  d  lóoy  y  otras  cartas  posteriores  sin 

fecha.)— Pi,  Rodríguez  Villa. 263 

II.     Lápida  cdntabro-romana  hallada  en  Luriezo^  provincia  de 

Santander.-^Káuaráo  Jusuc 304 

III.     Carta  dotal  del  siglo  XV.  "Fidel  Fita 309 

Variedades: 

Siete  inscripciones  hebreas  de  Toledo.  Estudio  cronológico. — Fi- 
del Fita 313 

Noticias 319 


TOMO  xLvii.  Octubre,  1905.  cuadernos  iv. 


BOLETÍN 


]>E   LA 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


»  >K4- 


ADQUISICIONES  DE  LA  ACADEMIA 

Primer  semestre  de  1905. 


REGALOS  DE  IMPRESOS 


DB   SES'ORES    académicos   DE   NUMERO 


Áseoslo  y  Toledo  (Excmo.  Sr.  D.José  María).  «Cervantes  y  sus  obras»,  con 

prólogo  del  Dr.  Thebussem.  Barcelona,  mcmh. 
Fernández  Duro  (Excmo.  Sr.  D.  Cesáreo).  «Conferencia.  Necesidad,  im- 
portancia y  objeto  del  Cuerpo  de  infantería  de  Marina»,  por  los  seño- 
res D.  Ramón  Rodríguez  Delgado  y  D.  Jaime  Togares.  San  Fernando 
(Cádiz),  1904. 

«Poetical  Works»  oí  Levi  Bishap.  Sixth  edition.  Albany,  1881.  4.®  Cha- 
grín; hermosa  edición  con  autógrafo. 

«Estado  general  de  la  armada  para  el  año  de  1904^.  Tomo  i.  Madrid, 
1904. 

«Las  deudas  del  Imperio  en  la  primera  mitad  del  siglo  xvi»,  por  don 
J.  de  Laiglesia.  Trabajo  publicado  en  la  revista  «Nuestro  Tiempo». 
Noviembre  de  1904. 

«Vida  Marítima».  Madrid.  Año  111,  números  73  al  108,  1904. 

«Venturas  y  desventuras».  Colección  de  novelas  del  Capitán  de  navio 
D.  Cesáreo  Fernández  Duro.  Madrid,  1878. 

«Vocabulario  de  la  lengua  general  de  los  indios  del  Putumayo  y  Ca- 
queta»,  publicado  con  una  introducción,  por  D.Marcos  Jiménez  de  la 
Espada.  Madrid,  1904. 

sRapport  sur  une  misión  scientifique  en  Amérique  du  Sud.  (Bolivie, 
République  Argentine,  Chili,  Pérou)»,  par  M.  de  Créqui  Montíort  et 
M.  Sénéchal  de  la  Grange.  París,  1904. 

TOMO  XLVII.  16 


242  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

«La  chiesa  di  S.  Antonio  Abate»,  por  D.  Lorenzo  Salazar.  Triani,  1905. 

«Memoria  que  manifiesta  el  estado  y  progreso  de  las  obras  de  mejora 
de  la  ría  y  puerto  de  Bilbao,  y  cuenta  de  ingresos  y  gastos  durante 
el  año  de  1904».  Bilbao,  1905. 
Herrera  (Excmo.  Sr.  D.  Adolfo).  «Medallas  españolas».  Academias  y  So- 
ciedades científicas  y  literarias.  Fundaciones  y  premios.  Tomo  v.  Ma- 
drid, 1904. 

c Visitas  de  personas  reales  á  las  Zecas».  Tomo  l  Madrid,  1904. 

«Gobierno  provisional  (1868)  República».  Madrid,  1905. 

«Medallas  españolas  religiosas».  Tomo  11.  Madrid,  1905. 
Marqués  de  Laurencín  (Excmo.  Sr.)  «Libro  de  la  Cofradía  de  Caballeros 
de  Santiago  de  la  Fuente,  fundada  por  los  burgaleses  en  tiempo  de 
D.  Alfonso  XI».  Noticia  biográfica.  Madrid,  1904. 
Rodríguez  Villa  (D.  Antonio).  «Ambrosio  Spínola,  primer  marqués  de  los 
Balbases».  Ensayo  biográfico.  Establecimiento  de  Fortanet.  Madrid^ 
1905. 

«El  emperador  Carlos  V  y  su  corte»,  según  las  cartas  de  D.  Martín  de 
Salinas,  Embajador  del  infante  D.  Fernando  (i  522-1 539).  Est.  tip.  de 
Fortanet.  Madrid,  1905. 

de  académicos  honorarios 

Derenbourg  (M.  Hartwig).  «Opuscules  d'un  Arabisant».  (1868-1905).  Pa-^ 
ris,  1905. 

de  correspondientes  nacionales 

Blázquez  (D.  Antonio).  «La  Mancha  en  tiempo  de  Cervantes».  Conferen- 
cia leída  el  día  3  de  Mayo  de  1905  en  la  velada  que  la  Real  Sociedad 
Geográfica  dedicó  á  conmemorar  la  publicación  del  «Quijote»  de  la 
Mancha.  Madrid,  1905. 

Carreras  y  Candi  (D.  Francisco).  «Miscelánea  histórica  catalana».  Serie  i. 
Barcelona,  1905. 

Castaños  y  Montijano  (D.  Manuel).  «Excavaciones  en  el  Cerro  del  Bú  de 
Toledo».  Toledo,  mcmv. 

Gascón  (Sr.  D.  Domingo).  «Desiderata.  Juan  Lorenzo  Palmireno».  Zarago- 
za, 1905. 

Foronda  y  Aguilera  (Excmo.  Sr.  D.  Manuel  de).  «Velada  que  para  conme- 
morar el  tercer  centenario  de  la  publicación  de  «EU  Quijote»  celebró 
la  Real  Sociedad  Económica  Matritense».  Madrid,  1905. 

García  de  Quevedo  y  Concellón  (Dr.  D.  Eloy).  «Ordenanzas  del  consula- 
do de  Burgos  de  1538».  Burgos,  1905. 

Gestoso  y  Pérez  (D*  José).  «Historia  de  los  barros  vidriados  sevillanos  des- 


i 


ADQUISICIONES  DB   LA   ACADEMIA.  243 

de  SUS  orígenes  hasta  nuestros  días».  Obra  premiada  en  concurso 
público  por  la  Real  Academia  de  la  Historia.  Sevilla,  1904. 

González  Hurtebise  (D.  Eduardo).  «San  Feliú  de  Guixols  durante  la  Edad 
Antigua».  Gerona,  1905. 

Gutiérrez  del  Caño  (D.  Marcelino).  «Cuadro  cronológico  de  los  presiden- 
tes de  la  Excma.  Corporación  Municipal  de  Cáceres  que  han  ejerci- 
do su  cargo  desde  el  siglo  xvi  hasta  nuestros  días». 

Lampérez  y  Romea  (D.  Vicente).  «Notas  sobre  algunos  monumentos  de 
la  Arquitectura  cristiana  española».  Madrid,  1904. 
«Las  iglesias  españolas  de  ladrillo».  Barcelona,  1905. 

Macías  (Sr.  I>r.  D.  Marcelo).  «CivitasLimicorum».  Orense,  1904 

Morera  y  Llauradó  (D.  Emilio).  «Memoria  ó  descripción  histórico-artís- 
tica  de  la  Santa  Iglesia  Catedral  de  Tarragona  desde  su  fundación 
hasta  nuestros  días».  Tarragona,  1904. 

Olmedilla  y  Puig  (D.  Joaquín).  «Cervantes,  en  ciencias  médicas».  Madrid, 
1905. 

Saralegui  y  Medina  (D.  Leandro).  «Almanaque  de  Ferrol».  Ferrol  (Coru- 
ña),  1904. 
«Los  consejos  del  Quijote».  Madrid,  1905. 

Pardo  de  Figueroa  (D.  Mariano).  «Notas  genealógicas  que,  para  tomar  el 
hábito  de  Santiago,  presentaron  D.  Mariano,  D.  Francisco  y  D.  Raíael 
Pardo  de  Figueroa,  Serna,  Manso  de  Andrade  y  Pareja».  Villanueva 
y  Geltrú,  1905. 

Rodríguez  Marín  (D.  Francisco).  «Cervantes  estudió  en  Sevilla  (1564- 
1565)».  Sevilla,  1905. 

San  Román  y  Maldonado  (D.  Teodoro).  «Discurso  leído  por  dicho  señor 
en  la  solemne  inauguración  del  curso  académico  de  1904  á  1905,  en 
el  Instituto  general  y  técnico  de  Toledo». 

Vergara  y  Martín  (D.  Gabriel  María).  «Ensayo  de  una  colección  biblio- 
gráfico-biográfica  de  noticias  referentes  á  la  provincia  de  Segovia». 
Guadal  ajara,  1904. 

Vergara  (Excmo.  Sr.  D.  Mariano),  marqués  de  Aledo.  «La  Gitanilla».  No- 
vela de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra.  Edición  hecha  para  solemni- 
zar el  tercer  centenario  del  «Quijote»  en  Murcia.  Madrid,  1905. 


DE   CORRESPONDIENTES   BXTRAlfJBROS 

Ahmed  Zeki,  correspondiente  en  el  Cairo.  «Abenhazan». 
«Diccionario  enciclopédico  del  murciano  Abensaida».  17  tomos  é  índi- 
ces en  9  volúmenes.  Regalo  del  correspondiente  Ahmed  Zeki  á  la 
Biblioteca  de  la  Real  Academia  de  la  Historia. 


244  BOLETÍN    DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE    LA   HISTORIA. 

Boppe  (Sr.  P.)  «Crimée,  Italie,  Mexique.  Lettres  de  Campagnes  1 854-1867», 
parle  general  Vanson.  París,  1905. 

Calmette  (Sr.  D.  José).  «Une  ambassade  espagnole  á  la  Cour  de  Bourgo- 
gne  en  1477»,  publicado  por  la  «Faculté  des  Lettres  de  Bordeaux  ct 
des  Universités  du  Midi».  Bordeaux,  1905. 
«Cours  d'Histoire  de  la  Bourgogne  et  de  l'art  bourguignon.  Introduc- 
tion.  L'origine  bourguignonne  de  l'Alliance  Austro-Espagnole».  Di- 
jon,  1905. 

Cirot  (Mr.  Georges).  «Étude  sur  l'historiographie  espagnole.  Mariana  his- 
torien». Bordeaux,  1905. 
«Les  histoires  genérales  d'Espagne  entre  Alphonse  X  et  Philippe  n 

(1284-1556)».  Bordeaux,  1905. 
<La  íamille  de  Juan  de  Mariana».  Bordeaux,  1904. 

Chavero  (Sr.  D.  Alfredo).  «Palenke  Calendar,  the  Signs  oí  the  Days 
International  Congress  of  American ist.  1902». 

Dodgson  (Sr.  E.   Spencer).  «Eskualdunentzat  Eskuarazko  egunarri  edo 
Almanaka  Berria».  Baionan  (Francia),  1905. 
«Egunaria  edo  Almanaka  Eli^a».  Ofícioctaco  Aurki  didea.  Baionan  (Espa- 
ña), 1905. 
«Armanak  Uskara  edo  Ziberouko  Egunaria  1905  gerren  ourtheko». 
«Vida  de  D.  Joao  de  Castro,  quarto  Viso-Rei  da  India»,  por  Jacinto 
Freyre  de  Andrade.  Lisboa,  1852. 

Feliciani  (Dott.  Nicola).  «La  seconda  guerra  púnica  nella  Spagna.  (208- 
211)  A.  Cr.)».  Roma,  1905. 

García  Pimentel  (D.  Luis).  «Vocabulario  de  mexicanismos  comprobado 
con  ejemplos  y  comparado  con  los  de  otros  países  hispano-america- 
nos»,  por  el  Sr.  D.  Joaquín  García  Icazbalceta.  México,  1905. 

Hamy  (M.  Ernesto  T.).  «Projet  d'entrevue  de  Cathérine  de  Médicis  et  de 

Philippe  II  d'Espagne  devant  Boulogne  (1567)».  Boulogne-sur-mer. 

«Documents  relatiís  á  un  projet  d'expéditions  lointaines  presenté  á  l;i 

Cour  de  France  en  1570».  París,  mdcccciil 
«Correspondance  du  cardinal  Mazarin  avec  le  Maréchal  D'Aumont 
Imprimerie  de  Monaco,  mcmiv. 

Huntington  (Sr.  Archer  M.)  «Primera  parte  de  la  Angélica  de  Lvys  Bara- 
hona  de  Soto».  Impresso  en  Granada  en  casa  de  Hugo  de  Mena.  Año 
de  1586. 

Marcel  (M.  Gabriel).  «Journal  de  la  Société  des  Américanistes  de  Paris». 
Tome  I.  N°  i.  París,  1905. 

Martín  Capella  (Sr.  Manuel;.  «In  Memoriam».  Braga,  1905. 

Nathan  Adler  (Sr.  Elkan).  «The  Inquisition  in  Perú».  Baltimore,  1904. 

Quesada  (D.  Ernesto).  «La  Sociología.  Carácter  científico  de  su  enseñan- 
za». Buenos  Aires,  1905. 


ADQUISICIONES  DE   LA   ACADEMIA.  245 

Tourtoulon  (Excmo.  Sr.  Barón  de}.  «Discursos  leídos  en  la  V  Fiesta  de 
los  juegos  florales  de  la  ciudad  de  Zaragoza,  por  los  Sres.  Pamplona 
y  Escudero  y  barón  de  Tourtoulon».  Zaragoza,  mcmiv. 

Mr.  le  Rév^.  Wentworth  Webster.  «Justin  Larrebat».  Extrait  du  Bulletin 
de  «Biarritz-Association».  Biarritz,  Mars,  1905. 
«Seroras  Freirás,  Benoites,  Benedictae  parmi  les  basques».  Pau,  1905. 

DEL   GOBIERNO   DE    LA    NACIÓN 

Ayuntamiento  de  Madrid.  «Boletín».  Año  vni,  núm.  417,  Diciembre  1904. 
Números  420-445,  Enero-Julio  1905. 
«Estadística  demográfica».  Junio-Agosto  1904. 

Dirección  general  de  Aduanas.  Madrid.  «Resúmenes  mensuales  de  la  es- 
tadística del  comercio  exterior  de  España».  Números  180-181,  No- 
viembre-Diciembre 1 902- 1 904.  Números  182-186,  Enero-Mayo  1905. 
«Estadística  de  impuesto  de  transportes  por  mar  á  la  entrada  y  salida 

por  las  fronteras  en  el  año  de  1904».  Núm.  19.  Madrid,  1905. 
«Producción  y  circulación  de  azúcares,  achicorias  y  alcohol  en  el  cuarto 

trimestre  de  1904».  Primer  trimestre  de  1905.  Madrid,  1905. 
«Memoria  sobre  estado  de  la  renta  de  Aduanas  en  1904».  (Remitido 
por  la  Dirección  general  de  Aduanas).  Madrid,  1905. 

Dirección,  general  de  Agricultura,  Industria  y  Comercio.  «Descripción 
micrográfíca  del  sistema  leñoso  de  las  especies  forestales  españolas», 
por  D.  Joaquín  María  Castellarnau.  Madrid,  1905. 

Dirección  general  de  Contribuciones,  impuestos  y  rentas,  «Estadística 
del  impuesto  sobre  el  consumo  de  luz  de  gas ,  electricidad  y  carburo 
de  calcio».  Año  de  1903.  Madrid,  1905. 

Dirección  de  Hidrografía.  «Servicios  militares  y  cautiverio  de  Cervantes», 
por  D.  Pelayo  Alcalá  Galiano.  Madrid,  1905. 

Ministerio  de  la  Guerra.  «Anuario  militar  de  España».  Madrid,  1905. 

Ministerio  de  Instrucción  pública  y  Bellas  Artes.  «Catálogo  de  la  exposi- 
ción celebrada  en  la  Biblioteca  Nacional  en  el  tercer  centenario  de 
la  publicación  del  «Quijote».  Año  1905. 

Ministerio  dp  Marina.  «Estado  general  de  la  Armada  para  el  año  1905». 
Tomo  I.  Madrid,  1905. 

DE   GOBIERNOS    EXTRANJEROS 

Dirección  general  de  Estadística  municipal  de  la  ciudad  de  Buenos 
Aires.  «Boletín  mensual».  Año  xviii,  números  10- 12,  Octubre-Diciem- 
bre 1904.  Año  XIX,  números  1-4,  Enero-Abril  1905. 

Estadística  municipal  del  Departamento  de  Montevideo  (República  Orien- 


246  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

tal  del  Uruguay.  «Boletín  mensual».  Año  11,  números  15-16,  Noviem- 
bre-Diciembre 1904.  Año  in,  números  17-20,  Enero-Abril  1905. 
«Anuario  estadístico  de  la  República  Oriental  del  Uruguay.  Años  1902 
y  1903».  Tomo  i.  Montevideo,  1905. 
Estadística  municipal  de  la  ciudad  de  Santa  Fé  (República  Argentina). 
«Boletín».  Año  iii,  núm.  13,  Octobre  Diciembre  1904.  Año  iv, 
núm.  14,  Enero-Marzo  1905. 

DE   ACADEMIAS  Y   CORPORACIONES   NACIONALES 

Asamblea  suprema  española  de  la  Cruz  Roja.  Madrid.  «La  Cruz  Roja». 
Revista  mensual  ilustrada,  iv  época.  Año  vi,  núm.  66,  Diciembre  1904. 
Año  vn,  números  67-72,  Enero-Junio  1905. 

Asociación  de  Arquitectos  de  Cataluña.  Barcelona.  «Anuario  para  1904 
y  1905».  Barcelona,  1905. 

Banco  de  España.  «Memoria  leída  en  la  Junta  general  de  Accionistas  los 
días  7  y  12  de  Marzo  de  1905».  Madrid,  1905. 

Asociación  Artístico -Arqueológica  Barcelonesa.  Barcelona.  «Revista». 
Año  VIII,  vol.  IV,  núm.  42 ,  Octubre-Diciembre  1904.  Año  ix,  vol.  iv, 
núm.  43,  Enero-Marzo  1905. 

Ateneo  cientiñco  y  literario  de  Madrid.  «Conferencias  dadas  en  dicho 
Centro  con  motivo  del  tercer  centenario  de  la  publicación  de  «El  In- 
genioso Hidalgo  D.  Quijote  de  la  Mancha».  Madrid,  Mayo  de  1905. 

Centre  Excursionista  de  Catalunya.  Barcelona.  «Butlletí».  Any  xiv,  núme- 
ros II 8- 1 19,  Novembre-Desembre  1904.  Any  xv,  números  120-123, 
Janer-Avril  1905. 

Centro  del  Ejército  y  de  la  Armada.  «Catálogo  de  la  Biblioteca»,  orde- 
nado por  D.  Rafael  Pezzi ,  Bibliotecario  de  dicha  Sociedad.  Madrid, 
1905. 

Colegio  de  Médicos  de  la  provincia  de  Madrid.  «Sesión  solemne  dedicada 
al  inmortal  Miguel   de  Cervantes  Saavedra».   Madrid,    1905.   Otro 
ejemplar  de  los  mismos  discursos  de  la  edición  hecha  por  cuenta 
del  Ministerio  de  la  Gobernación.  Madrid,  1905. 

Comisión  provincial  de  Monumentos  históricos  y  artísticos  de  Orense. 
«Boletín».  Tomo  11,  números  42-43,  Enero- Abril  1905. 
«Catálogo  de  la  Exposición  asturiana  de  ediciones  de  «  El  Quijote  »  ce- 
lebrada en  Oviedo  en  los  días  7,  8  y  9  de  Mayo».  Oviedo,  1905. 

Compañía  Arrendataria  de  la  «Gaceta»  de  Madrid.  «Almanaque  ofícial  de 
España».  Madrid,  1905. 

Escuela  Especial  de  Ingenieros  de  Caminos,  Canales  y  Puertos.  Madrid. 
«Catálogo  de  la  Biblioteca».  Tercer  suplemento.  Madrid,  1905. 

Institución  libre  de  Enseñanza.  Madrid.  «Boletín».  Año  xxvui,  números 


ADQUISICIONES  DE   LA   ACADEMIA.  247 

535-537»  Octubre-Diciembre  1904.  Números  538-543,   Enero-Junio 

«905- 

Instituto  Geográfico  y  Elstadístico.  Madrid.  «Memorias».  Determinación 
de  las  diferencias  de  longitud,  Barcelona,  Vigo,  San  Sebastián.  Tomo 
XIII,  núm.  I.  Madrid,  1904.  Remite  dos  ejemplares. 
«Coordenadas  geográficas  de  puntos  comprendidos  en  la  zona  de  la 
totalidad  del  eclipse  de  sol  de  30  de  Agosto  de  1905.  Madrid,  1905. 

Instituto  de  Sociología.  Madrid.  «Boletín».  Tomo  i,  números  2-3,  Abril- 
Mayo  1905. 

Instituto  general  y  técnico  de  Guipúzcoa.  «Discurso  leído  por  el  cate- 
drático D.  Vicente  Ferraz  y  Turmo  en  la  velada  literaria  celebrada 
el  día  9  de  Mayo  en  dicho  Instituto  con  ocasión  del  tercer  centena- 
rio de  la  publicación  del  «Quijote».  San  Sebastián,  1905. 

Instituto  general  y  técnico  de  Navarra.  «Memoria  sobre  el  estado  de 
dicho  Instituto  leída  el  día  i.**  de  Octubre  en  la  solemne  apertura 
del  curso  académico  de  1904  á  1905  por  D.  Manuel  Miranda  y  Garro». 
Pamplona,  1905. 

Instituto  general  y  técnico  de  Vitoria.  «Memoria  del  curso  de  1903  á 
.  1904».  Vitoria,  1905. 

Liga  Marítima  española.  Madrid.  «Boletín  oficial».  Año  iv,  núm.  27,  No- 
viembre-Diciembre 1904.  Año  v,  números  28-30,  Enero-Junio  1905. 
<i  Vida  Marítima».  Revista  de  Navegación  y  Comercio.  Madrid.  Año  iii, 
núm.  108,  Diciembre  1904.  Año  iv,  números.i  10-127,  Enero-Julio  1905. 

Monte  de  Piedad  y  Caja  de  Ahorros  de  Madrid.  «Memoria  y  cuenta  gene- 
ral correspondientes  al  año  1904».  Madrid,  1905. 

Observatorio  Astronómico  de  Madrid.  «Instrucciones  para  observar  el 
eclipse  total  de  sol  del  día  30  de  Agosto  de  1905».  Madrid,  1905. 
«Memoria  sobre  el  eclipse  total  de  sol  del  día  30  de  Agosto  de  1905». 
Madrid,  1904. 

Órgano  oficial  del  Cuerpo  Facultativo  de  Archivos,  Bibliotecas  y  Museos. 
Madrid.  «Revista».  Tercera  época.  Añoix,  números  1-4,  Enero-Abril 
1905. 

Real  Academia  de  Bellas  Artes  de  San  Fernando.  Madrid.  «Discurso  leído 
por  D.  Jacinto  Octavio  Picón  el  día  9  del  actual  en  dicha  Corporación 
para  conmemorar  el  tercer  centenario  de  la  publicación  de  la  pri- 
mera parte  del  «Quijote».  Madrid,  1905. 
«Discursos  leídos  en  la  recepción  pública  del  Sr.  D.  Tomás  Fernández 

Grajal».  Madrid,  1905. 
«Discursos  leídos  en  la  recepción  pública  del  Excmo.  Sr.  D.  Luis  de 
Landecho  y  Urríes».  Madrid,  1905. 

Real  Academia  de  Buenas  Letras  de  Barcelona.  «Boletín».  Año  iv,  núme- 
ro Ib,  Octubre-Diciembre  1904.  Año  v,  núm.  17,  Enero-Marzo  1905. 


248  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

Real  Academia  de  Ciencias  exactas,  iísicas  y  naturales.  Madrid.  «Revista»^ 
Tomo  I,  números  7-8,  Noviembre-Diciembre  1904.  Tomo  n,  núme- 
ros 2-4,  Marzo-Mayo  1905. 
Real  Academia  de  Ciencias  morales  y  políticas.  Madrid.  «Los  Sindicatos 
y  la  libertad  de  contratación».  Memoria  que  obtuvo  el  «Premio  del 
conde  de  Toreno»,  concedido  por  dicha  Academia  en  el  sexto  con- 
curso ordinario  correspondiente  al  bienio  de  1902  á  1904,  escrita  por 
D.  Pedro  Quinzaños.  Madrid,  1904. 

«Los  Síndicos  y  la  libertad  de  contratación».  Memoria  presentada  por 
D.  José  Gascón  y  Marín  al  sexto  concurso  ordinario  abierto  por 
dicha  Academia  para  la  adjudicación  del  «  Premio  del  conde  de  To- 
renoven  el  bienio  de  1902  á  1904.  Madrid,  1905. 

«Discursos  leídos  en  la  recepción  pública  del  Excmo.  Sr.  D.  José  de 
Cárdenas  y  Uriarte  el  día  12  de  Febrero  de  1905».  Madrid,  1905. 

«Anuario  para  1905».  Madrid,  1905. 

«Reformas  que  convendría  introducir  en  la  formación  de  los  presu- 
puestos del  Estado  y  en  su  discusión  y  aprobación  por  las  Cortes». 
Memoria  premiada  con  accésit  por  dicha  Real  Academia  en  el  con- 
curso ordinario  de  1903,  escrita  por  D.  José  M."  de  Retes  y  Muyrani. 
Madrid,  1905. 

«Derecho  consuetudinario  y  Economía  popular  de  la  provincia  de  Ali- 
cante». Memoria  premiada  por  dicha  Real  Academia,  escrita  por  don 
Rafael  Altamira  y  Crevea.  Madrid,  1905. 

«Caracteres  del  anarquismo  en  la  actualidad».  Memoria  laureada  con 
el  «Premio  del  conde  de  Toreno»,  escrita  por  D.  Gustavo  La  Iglesia 
y  García.  Madrid,  1905. 
Real  Academia  Española.  Madrid.  «Discurso  que  por  encargo  de  dicha 
Corporación  literaria  escribió  el  Excmo.  Sr.  D.  Juan  Valera  para 
conmemorar  el  tercer  centenario  de  la  publicación  de  «El  Ingenioso 
Hidalgo  Don  Quijote  de  la  Mancha»,  leído  por  el  Excmo.  Sr.  D.  Ale- 
jandro Pidal  y  Mon  en  la  sesión  celebrada  el  día  8  de  Mayo  de  1905, 
presidida  por  S.  M.  el  Rey».  Madrid,  1905. 

«Discursos  leídos  en  la  recepción  pública  de  D.  Emilio  Ferrari  el  día 

30  de  Abril  de  1905».  Madrid,  1905. 
«Informe  leído  en  la  sesión  pública  celebrada  el  día  30  de  Abril  de  1905 
para  la  repartición  de  premios  y  socorros  de  la  Fundación  de  San 
Gaspar».  Madrid»  1905. 

«Elogio  fúnebre  de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra»,  pronunciado  por 
el  limo.  Sr.  D.  Ignacio  Montes  de  Oca  y  Obregón  ante  dicha  Corpo- 
ración. Madrid,  1905. 
Real  Academia  de  Jurisprudencia  y  Legislación.  Madrid.  «Discurso  leído 
por  el  Presidente  Excmo.  Sr.  D.  José  Canalejas  y  Méndez  en  la  sesióii 


ADQUISICIONES  DE    LA   ACADEMIA.  249 

inaugural  de  1904-1905,  celebrada  el  28  de  Marzo  de  1905  bajo  la 
presidencia  de  S.  M.  el  Rey  D.  Alfonso  XÜI».  Madrid,  1905, 
«Discurso-resumen  del  curso  de  1903-904  leído  por  el  Secretario  gene- 
ral D.  Javier  Gómez  de  la  Serna  en  la  misma  sesión  inaugural».  Ma- 
drid, 1905. 
«Augusto  Comas  como  Legislador,  Catedrático  y  Jurisconsulto».  Obra 
escrita  por  el  Sr.  D.  Manuel  Lezón.  Premiada  en  el  concurso  abierto 
por  la  Real  Academia  de  Jurisprudencia  y  Legislación  para  honrar 
la  memoria  del  que  fué  ilustre  profesor  de  Derecho  de  la  Universidad 
Central.  Madrid,  1903.  Remite  dos  ejemplares. 

Real  Academia  de  Medicina.  Madrid.  «Anales».  Tomo  xxv.  Cuaderno  i.°, 
30  de  Marzo  de  1905. 
cDiscursos  leídos  en  la  recepción  pública  del  Académico  electo  don 

Antonio  María  Cospedal  Tomé».  Madrid,  1905. 
«Discurso  leído  en  la  solemne  sesión  inaugural  del  año  de  1905  por  el 

Excmo.  é  limo.  Sr.  Dr.  D.  Carlos  María  Cortezo».  Madrid,  1905. 
«Memoria  leída  en  la  sesión  inaugural  del  año  1905  por  su  Secretario 
perpetuo  el  Excmo.  é  limo.  Sr.  D.  Manuel  Iglesias  y  Díaz».  Madrid^ 
1905. 

Real  Academia  de  Medicina  y  Cirugía  de  Barcelona.  «A  Cervantes». 
Ejemplar  núm.  87  destinado  á  esta  Real  Academia.  Barcelona ,  27  de 
Mayo  de  1905. 

Real  Sociedad  Económica  Matritense.  Madrid.  «Velada  que  para  conme- 
morar el  tercer  centenario  de  la  publicación  de  «El  Quijote»  celebró 
en  6  de  Mayo  de  1905.  Madrid,  1905. 

Real  Sociedad  Geográfica.  Madrid.  «Revista  de  Geografía  colonial  y  mer- 
cantil», publicada  por  la  Sección  de  Geografía  comercial.  Actas  de 
las  sesiones  y  Bibliografía  geográfica.  Tomo  11,  núm.  32.  Tomo  m,  nú- 
meros 1-3.  1905. 
«Boletín».  Tomo  xlvi.  Tercer-cuarto  trimestre  de  1904.  Tomo  xlvu. 

Primer  trimestre  de  1905. 
«Centenario  de  la  aparición  del  «Quijote».  Conocimientos  geográficos 
de  Cervantes».  Madrid,  1905. 

Sociedad  Aragonesa  de  Ciencias  naturales.  Zaragoza.  «Boletín».  Tomo  iv, 
núm.  i.  Enero  1905. 

Sociedad  Arqueológica Luliana.  Palma  (Baleares).  «Boletín».  Octubre  1904. 

Sociedad  Castellana  de  excursiones.  Valladolid.  «Boletín».  Año  11,  núme- 
ro 24,  Diciembre  1904.  Año  iii,  números  25-30,  Enero-Junio  1905. 

Sociedad  Española  de  excursiones.  Madrid.  «Boletín».  Año  xn,  núm.  142, 
Diciembre  1904. 

Sociedad  Española  de  Salvamento  de  Náufragos.  Madrid.  «Boletín».  Nú- 
mero 235,  Diciembre  1904;  números  236-241,  Enero-Iunio  1905. 


350  BOLETÍN   DE  LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

Sociedad  Ginecológica  española.  Madrid.  «Memoria  leída  en  la  sesión 
inaugural  del  año  académico  de  1905  por  el  Dr.  D.  Jesús  Sarabia  y 
Pardo.  Madrid,  1905. 
Sociedad  Sevillana  protectora  de  los  animales  y  las  plantas.  «Memoria 
dando  cuenta  de  los  socorros  distribuidos  por  la  Sociedad  entre  los 
pobres  desvalidos  durante  la  inundación  de  1881».  Sevilla. 
Unión  Ibero- America  na.  Madrid.  «Memoria  correspondiente  al  año  1904». 

Enero  1905. 
Universidad  Central.  Facultad  de  Filosofía  y  Letras.  «Ovidio  y  sus  obras». 
Tesis  doctoral  por  D.  Gerardo  Mendiri  Fambuena.  Zaragoza,  1904. 

«Relaciones  diplomáticas  de  Mallorca  y  Aragón  con  el  África  septen- 
trional durante  la  Edad  Media»,  por  D.  Claudio  Millares  de  Imperial 
(Tesis  doctoral).  Barcelona,  1904. 

«Juegos  y  representaciones  populares  dramáticas  en  Andalucía>.  Tesis 
doctoral  por  D.  Luis  Montoto  y  Sedas.  Sevilla,  1904. 

«Discurso  leído  en  los  ejercicios  del  doctorado  en  Filosofía  y  Letras  el 
13  de  Octubre  de  1903»,  por  el  licenciado  D.  Celestino  Ortiz  y  Gime- 
no.  Zaragoza,  1902. 

«Jorge  Washington  y  los  Estados  Unidos».  Tesis  doctoral  por  D.  Fer- 
nando Cadalso  y  Manzano.  Madrid,  1905. 
Universidad  Literaria  de  Sevilla.  «Discurso  del  Excmo.  Sr.  D.  Marcelino 
Menéndez  y  Pelayo  en  la  solemne  ñesta  literaria  celebrada  en  el 
Museo  Provincial  de  Bellas  Artes  el  5  de  Diciembre  de  1904  para 
conmemorar  el  quincuagésimo  aniversario  de  la  deñnición  dogmática 
del  Misterio  de  la  Inmaculada».  Sevilla,  1905. 

«Discurso  del  Dr.  D.  José  Giles  y  Rubio,  decano  de  la  Facultad  de  Fi- 
losofía y  Letras,  leído  ante  el  claustro  de  dicha  Universidad  el  8  de 
Mayo  de  1905  con  motivo  de  la  solemne  ñesta  literaria  celebrada 
para  conmemorar  el  tercer  centenario  de  la  publicación  del  «Qui- 
jote». Sevilla,  1905. 

DE  ACADEMIAS  Y  CORPORACIONES  EXTRANJERAS 

Academia  literaria  de    Cracovia.    «Archiwum   komisyi   historycznej ». 

Tom.  IX.  Krakow,  1902. 
Académie   Impériale  des    Sciences   de   St.-Pétersbourg.    «Mémoires». 

vni*  serie.  Classe  historico-philologíque.  Vol.  vi,  n**  7  et  dernier,  1904; 

vol.  IV,  n®  9  et  dernier;  tome  v,  vol.  v,  no»  1-5  et  dernier;  vol.  vi, 

nos  1-3,  ,905. 

Académie  des  Inscriptions  et  Belles-Lettres.  Paris.  «Comptes  rendus  des 
séances  de  l'année  1904».  BuUetins  de  Novembre-Décembre  1904. 
Bulletins  de  lanvier-Février  1905. 


ADQUISICiaMBS  DE   LA  ACADEMIA.  25  I 

Académie  Royale  d'Archéologie  de  Belgique.  Anvers.  «Bulletin».  1905. 

Académie  des  Sciences  de  Cracovie.  «BuUetin  international».  Classe  de 
Philologie,  d'Histoire  et  de  Philosophie  No«8-io,  Octobre-Decembre 
1904;  n*»  1-2,  Janvier-Fevrier  1905. 

Académie  Royale  des  Sciences  et  des  Lettres  de  Danemark.  Copenhague 
«Bulletin».  N**  6,  1904;  nos  1-3,  1905. 

Ateneo  de  Lima.  Perú.  «El  Ateneo»,  órgano  del  Ateneo  de  Lima.  Tomo  vi, 
núm.  34,  cuarto  trimestre  de  1904;  núm.  35,  primer  trimestre  de  1905. 

Biblioteca  pública  de  la  provincia  de  Buenos  Aires.  La  Plata  (República 
Argentina).  «Boletín».  Año  vi,  núm.  76,    Diciembre   1904.  Año  vii, 
números  77-80,  Enero-Abril  1905. 
«Registro  oficial».  Enero-Junio.  La  Plata,  1904. 

Biblioteca  pública  de  Heredia.  Costa-Rica  (Centro  América).  «Mis  ver- 
sos», por  D.  Justo  A.  Fació.  San  José  de  Costa-Rica,  1894. 
«Revista  de  Costa-Rica  en  el  siglo  xix».  Tomo  i.  San  José  de  Costa- 
Rica,  MCMU. 

Biblioteca  Nacional  de  San  José  de  Costa-Rica.  «Historia  de  Costa-Rica 
durante  la  dominación  española  (i 502-1821)»,  por  D.  León  Fernán- 
dez; publícala  D.  Ricardo  Fernández  Guardia.  Madrid,  1889. 
«Un  vistazo  sobre  Costa-Rica  en  el  siglo  xix  (1800  á  1900)»,  por  don 

Máximo  Soto  Hall.  San  José,  1901. 
«Apuntamientos  geográficos,  estadísticos  é  históricos*  sobre  la  Repú- 
blica de  Costa-Rica»,  compilados  y  arreglados  por  D.  Joaquín  Bernar- 
do Calvo.  San  José,  1887. 
«Miscelánea»,  prosa  y  verso,  por  Pío  Viquez.  San  José  de  Costa-Rica, 

1903. 
«Corona  fúnebre  á  la  memoria  de  Pío  Viquez».  San  José  de  Costa-Rica, 

1904. 
«Sou venir  de  la  Exposición  Pan- Americana  y  Directorio  Mercantil  de 
Centro  América.  (El  Jardín  del  Hemisferio  Occidental),  Salvador, 
Nicaragua,  Colombia,  Honduras,  Costa-Rica  y  Guatemala».  New- York, 
1901. 

Biblioteca  Nazionale  Céntrale  di  Firenze.  Firenze  (Italia).  «Bolletino  delle 
pubblicazioni  italiane  ricevute  per  diritto  di  Siampa».  N<»  49-50, 
Gennaio-Febbraio  1905. 

Cámara  de  Comercio  de  La  Asunción  (Paraguay).  «Boletín  quincenalj*. 
Año  iii,  números  64-65,  Julio  1904;  números  66-67,  Agosto-Fe- 
brero 1905. 

Catholic  University  of  America.  Washington.  «The  Catholic  University 
Bulletin».  Vof.  xi,  no»  1-2,  January-April  1905. 
cYear-Book  of  the  Catholic  University  of  America».  Washington,  1905. 

CoUegio  Araldico.  Roma.  «Rivista».  Anno  i,  n**  9,  Setiembre  1904. 


■''^'    V 


252 


boletín  de  la  real  academia  de  la  historu. 


"«■' 


Congreso  general   de   enseñanza   pública  de   1902.  Santiago  de  Chile. 

«Actas  i  trabajos».  Tomo  l  1903. 
Fsculté  des  Lettres  de  Bordeaux  et  des  Universités  du  Midi.  (€Annales 
de  la»).  Bordeaux.  «Bulletin  Italien».  Tome  v,  nos  1-2,  Janvier-Juin, 
1905. 
«Bulletin  Hispanique».  Tome  vii,  nos  1-2,  Jánvier-Juin,  1905. 
«Revue  des  Études  Anciennes».  Tome  vii,  nos  1-2,  Janvier-Juin  1905. 
Faculty  of  Political  Science  oí  Columbia  üniversity.  New-York.  «Political 

Science  Quarterly».  Volume.xx,  number  1-2,  March-June  1905. 
Historical  Society  oí  Pennsylvania.  Philadelphia.  «The  Pennsylvania  Ma- 
gazine  of  History  and  Biography».  Vol.  xxix,  no."  113-114,  Janury- 
April  1905. 
Historischen  und  Antiquarischen  Gesellschaft  zu  Basel.  Herausgegeben. 
«Basler  Zeitschrift  für  Geschichte  und  Altertumskunde».  iv  Band. 
2  Heít.  Basel,  1905. 
Institut  Egyptien.  Le  Caire.  «Bulletin».  Quatriéme  serie,  n**  4.  Fascicu- 
les  5  et  7,  Mai-Décembre  1903;  n®  5,  fascicules  i  et  2,  Janvier-Avril, 
1904. 
Instituto  do  Ceará.  Ceará  (Brasil).    «Revista   trimestral».   Tomo   xviii. 

Anno  xviii.  1904. 
Instituto  Científico  y  Literario  «Porfirio  Díaz».  Toluca  (México).  «Bole- 
tín». Tomo  ^11,  números  7-10.  1904. 
Instituto  de  Coimbra.  «O  Instituto».  Revista  scientifica  e  litteraria.  Vo- 

lume  52,  n**  2,  Fevereiro  1905. 
Instituto  Paraguayo.  Asunción  (Paraguay).  «Revista».  Año  vi,  no  49.  1904, 
Kaiserlichen  Akademie  der  Wissenchaften   in  Wien.    «Fontes  Rerum 
Austriacarum.  Osterreichische  Geschichts  quellen».  i  Abt.  ix  Band. 
I  Hálfte.  Lvi-LVii  Band.  Wien,  1903-1904. 
«Almanach».  Dreiungfünzigster  Jahrgang.  Wien,  1903. 
«Archiv  für  osterreichische  Geschichte».   xcii  Band.  Zweite   Hálfte. 

xciii  Band.  Hrste  Hálfte. 
«Philosophisch-Historische  klasse».  NeunundvierzigsterBand.  Jüngzigs- 

ter  band.  Wien,  1904. 

«Register  zu  bftnden  xxxvi-l  der  Denkschriíten».  in.  Wien,  1904. 

Kóniglich  Preussischen  Akademie  der  Wissenschaften.  Berlin.  «Sitzungs- 

berichte».  xli-lv,  20  October-22  December  1904.  i,  12  Januar  1905, 

19,  26,  2  Februar,  9,  16,  23,  16  Márz,  23,  30,  6  April,  13,  xxi,  xxn,  27 

April  1905.  14  volúmenes,  cxlvi  Band.  Jahrgang  1902/3.  Jahrgang,  1903. 

«Abhandl ungen».  Philosophische  und  historische.  Aus  dem  Jahre  1904. 

Mit  10  tafeln.  Berlin,  1904. 
«Abhandlungen»  Der  Kóniglichen  gesellschaft  der  Wissenschaften  zu 
Góttingen. 


ADQUISICIONES  DE  LA  ACADEMU.  253 

«Numantia»,  von  Adolf  Schulten.  Berlín,  1905. 
Kóniglich  B.  AkademiederWissenschaítenzuMünchen.  «Sitzungberichte 
der    philosophisch-philologischen    und    dcr   historischen    Klasse». 
lícíc  IV,  1904.  Hett  1.  München,  1905. 
cAbhandlungen  der  historischen  Klasse  der  KdnigHch  Bayerischen». 
Abhandl.  Der  ni  kl.  xxiii,  i.  München,  1903. 

e 

cActa  Universitatis  Lundensis.  Lunds  Universytets  Árs-skrift».  xxxiv. 
1903.  Jdrsta  afdelningen.  Lund,  1904. 

Kóniglich  Preussischen  Akademie  der  Wissenschaíten.  Berlín.  «Acta  Bu- 

russica.  Denkmáler  der  Preusifchen  Staatsvermaltung  in  18  Jahrhun- 

dert».  Behordenorganísation  und  allgemeine  Staatsverwaltung.  Sie- 

benter  Band.  Berlín,  1904. 

«Ergánzungsband  Briefc  Konig  Friedrích  Wilhcms  I  an  den  Fürften 

Leopold  zu  Unhalt-Deffan.  Berlín»,  1905. 
«Corpus  Inscríptíonum  Latínarum».  Vol.  xiii.  Pass  11.  Fase  i.  Berolini. 
Decembrí  1904. 

Kr.  Hrvatsko-Slavonsko-Dalmantínkog  Zemaljskog  Arkiva.  Zagreb.  «Ujes- 
nik».  Godína  vii-viii.  Sveska  1-2.  1905. 

Museo  Nacional  de  México.  «Anales».  Segunda  época.  Tomo  i,  números 
10-12,  Octubre-Diciembre  1904.  Tomo  11,  números  1-2,  Enero-Febre- 
ro 1905. 
«Boletín».  Segunda  época.  Tomo  i.  Número  suplementario. 

Museo  Nacional  de  Montevideo.  «Anales».  Flora  uruguaya.  (2.*  entrega). 
Tomo  n  (continuación).  Montevideo,  1905. 

Museu  Etnológico  Portugués.  Lisboa.  ^O  Archeologo  Portugués».  Volu- 
men IX,  n*»  7-12,  Julho-Dez.  1904. 

Real  AssociagSo  des  Archítectos  Cívis  e  Archeologos  portuguezes.  Lis- 
boa. «Boletím».  Quarta  serie.  Tomo  x,  n**  2. 

Reale  Accademía  dei  Lincei.  Roma.  «Atti^.  Anno  cccii,  1904.  Serie  quin- 
ta. Notízíc  degli  scaví  di  Antíchitá.  Vol.  i.  Fase.  4-12.  Anno  cccii,  1905. 
Serie  quinta.  Classe  di  Scienze  fisiche,  matematiche  e  naturali.  Vc- 
lume  XIV,  Fase.  3.^-5.**,  Marzo  1905. 
«Rendíconti».  Classe  di  Scienze  morali,  storiche  e  fiiologiche.  Fase.  9- 
12  e  índice  del  Volume.  1904. 

R.  Deputazione  Véneta  di  Storía  Patria.  Venezia.  « Nuovo  Archivio  Ve- 
neto».  Nuova  serie.  Anno  iv.  Tomo  viu.  Parte  11.  1904.  Nuova  serie. 
Tomo  IX.  Parte  i.  N°  57.  1905. 

R.  Societá  Romana  di  Storía  Patria.  Roma.  «Archivio».  Vol.  xxvii.  Fasci- 
colos  lu-iv.  1904. 

Royal  Histórica!  Society.  London.  «Transaction».  New  Series.  Vol.  xviii 
1904. 

Royal  Irish  Academy.  Dublín   (Inglaterra\   «Proceedíngs».   Archaelogy, 


254  boletín  de  la  real  acaobmu  de  la  historia. 

Linguistic,  and  Literature.  Vol,  xxv.  Section  C.  Numbers  5-6,  Dé- 
cember  1904.  Numbers  7-10,  February-June  1905. 

Royal  Society  of  LondoiA  «International  Associatíon  of  Academies.  Se- 
cond  general  Assembly  Held  in  London.  Report  oí  Procecding». 
London,  1904. 

Sociedad  científico-literaria  «Cervantes».  Quito  Ecuador.  «Albores  lite- 
rarios». Año  I.  Tomo  vi.  Números  5-6,  Septiembre  1904. 

Sociedad  Geográfica  de  Lima.  «Boletín».  Año  xiv.  Tomo  xv.  Segundo 
trimestre,  1904. 

Sociedad  Geográfica  Sucre.  Sucre  (BoHvia).  «  Boletín  ».  Año  v.  Números 
52-56,  Octubre  Noviembre  1904. 

Sociedad  Jurídico-Literaria.  Quito  (Ecuador).  «Revista».  Año  iii.  Tomo  v. 
Números  27-30,  Septiembre-Diciembre  1904.  Año  iv.  Tomo  vi.  Nú- 
meros 31-34,  Enero-Abril  1905. 

Sociedade  Martins  Sarmentó.  Porto  (Portugal).  «Revista  de  Guimaráes». 
Vol.  XXI.  Nos  3-4,  Julho-Outubro  1904.  Vol.  xxii.  No»  1-2,  Janeiro- 
Abril  1905. 

Societá  di  Storia,  Arte,  Archeologia  della  provincia  di  Alessandria.  Ales- 
sandria  (Italia).  «Rivista».  Anno  xut.  Fase.  xvi.  Serie  n,  Ottobre-Di- 
cembre  1904.  Fase,  xvii-xviii.  Serie  n,  Gennaio-Giugno  1905. 
«Appendice»  della  Rivista  di  Storia,  Arte,  Archeologia  della  Provincia 

di  Alessandria  (Italia). 
«Gli  Statuti  inediti  di  Rosignano».  Fase.  5-6,  1904. 

Societá  Storica  Lombarda.  Milano.  Archivio  Storico  Lombardo.  «Giorna- 
le>.  Anno  xxxi.  Serie  quarta.  Fase,  iv-v,  Dicembre-Marzo  1905. 

Société  Académique  Indo-Chinoise  de  France.  París.  «La  France  et  le 
Siam».  Communication  iaite  á  la  Société  dans  sa  Séance  du  31  Octo- 
bre  1897  par  Parfait-Charles  Lepesqueur.  París,  1897. 

Société  des  Amis  des  Sciences  &  Arts  de  Rochechouart.  <  Bulletin  ». 
Revue  scientifíque,  archéologique  et  agricole.  Tome  xiv.  N**  il 
1904. 

Société  des  Antiquaires  de  l'Ouest.  Poitíers  (France).  «Bulletin».  Deu- 
xiéme  serie.  Tome  dixiéme.  Deuxiéme  et  cuatríéme  trimestres  de 
1904.  Premier  trimestre  de  1905. 

Société  d'Archéologie  de  Bruxelles.  «Anuales».  Mémoires,  Rapports  et 
documents.  Tome  xix*.  Livraison  i  et  11.  1905. 

Société  des  Études  Juives.  París.  «Revue  des  Études  Juivcs».  Tome  xux. 
N**  98,  Octobre-Décembre  1904.  Tome  l.  N*'  99,  Janvier-Mars  1905. 

Société  de  Géographie  et  d'Archéologie  de  la  province  d'Oran.  Oran. 
«Bulletin  trimestriel  de  Géographie  et  d'Archéologie».  Vingt-scptié- 
me  année.  Tome  xxiv.  Fase,  ci,  Octobre-Décembre  1904.  Fase,  cii, 
Janvier-Mars  1905. 


ADQUISICIONES   DE   LA   ACADEMIA.  255 

Société  Historique  Algérienne.  Alger.  «Revue  Africaine».  N^  257.  (2*  tri- 
mestre 1905). 

Société  des  Langues  Romanes.  Montpellier  (Franop).  «Revue  des  Langués 
Romanes».  Tome  xlvii.  (v*  serie.  Tome  vii),  Juillet-Décembre  1904. 
Tome  vni,  Janvier-Juin  1905. 

Société  National e  des  Antiquaires  de  France.  Paris.  «Bulletin».  Troisiéme 
et  4*  trimestre  de  1904.  i"  trimestre  de  1905. 

Société  Royale  des  Antiquaires  du  Nord.  Copenhague.  «Mémoires».  Nou» 
velle  serie.  1903. 

Société  Suise  d'Héraldique.  Zurich.  «Archives  Héraldiques  Suisses». 
Heft  I.  1905. 

Universidad  de  Chile.  Santiago  de  Chile.  «Anales  de  la  Universidad». 
Año  62.  Tomos  cxiv-cxv,  Mayo-Agosto  1904. 

Universidad  Nacional  del  Paraguay.  Asunción.  «Anales».  Año  iv.  Tomos 
IV  y  V.  1904. 
«Plan  de  Estudios  de  la  enseñanza  secundaria».  Proyecto  presentado 
por  la  Dirección  del  Colegio  Nacional  de  la  capital.  Asunción,  1904. 

Université  de  Fribourg.  Suisse.  «Programme  des  cours».  Semestre  d'eté, 
mai-juillet  1904-1905.  Fribourg,  1905. 
«Autorités,  professeurs  et  etudiants».  Semestre  d'hiver,  1904-1905.  Fri- 
bourg, 1904. 
«Rapport  sur  l'année  académique  1903-1904»,  parle  Recteur  sortant, 

Professeur  Dr  Hugo  Oser.  Fribourg,  1905. 
«Rede  beim  Antritt  des  Rektorates  der  Universitát  Freiburg,  Schweiz, 
gehalten  am  15  November  1904»,  von  Prof.  Dr  Albert  Büchi,  Rektor 
der  Universitát.  Freiburg  (Schweiz),  1905. 

Universidad  de  Santiago  de  Chile.  «Anales».  Año  62.  Tomos  cxiv-cxv^ 
Septiembre-Octubre  1904. 

Universitáts-Bibliothek  in  Heidelberg.  «Neue  Heidelberger  Jahrbücher 
herausgegeben  vom  Historisch-Philosophischen  vereine  zu  Heidel- 
berg». Jahrgang  xin.  Heít.  2. 

DE  PARTICULARES  NACIONALES 

Auñón  y  Villalón  (Excmo.  Sr.  D.  Ramón},  marqués  de  Pilares.  «Discursos 
pronunciados  en  el  Congreso  de  los  Diputados  por  dicho  Excmo.  Se- 
ñor defendiendo  la  necesidad,  de  que,  á  la  reorganización  de  servicios 
en  la  Armada,  acompañe  la  construcción  de  una  Escuadra».  San  Fer- 
nando (Cádiz),  1905. 

Blanco  (Pedro  Pablo).  «¿Cómo  debe  computarse  el  tiempo  en  la  era  del 
cristianismo».^  Madrid,  1904.  Remite  dos  ejemplares. 

Cabello  y  Lapiedra  (D.  Luis).  «La  capilla  del  relator  ó  del  oidor  de  la  pa- 


1 


2^6  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMU  DE   LA   HISTORIA. 

rroquia  de  Santa  María  la  Mayor  en  la  ciudad  de  Alcalá  de  Henares». 
Madrid,  mcmv. 

CoU  y  Astrell  (D.  Joaquín).  «Revista  ibero-africana,  y  monitor  Financiero». 
Año  I.  Núm.  I.  Madrid,  15  de  Febrero  de  1905. 

Carrión  y  Engelmo  (D.  Ginés).  «La  Vida  Española».  Revista  popular.  Año  i. 
Núm.  II.  Madrid,  domingo  19  de  Marzo  de' 1905.  Número  dedicado 
al  homenaje  de  Echegaray. 

Oapés  y  Juan  (D.José).  «Los  Archivos  de  Ibiza».  Revista  histórica  anua). 
Año  m.  1903.  Cuidadela,  1904. 

Collell  (D.  Jaime).  «Alfonso  V  de  Aragón  en  Italia  y  la  crisis  religiosa  del 
siglo  XV».  Obra  postuma  de  D.  José  Ametller  y  Vinyas,  revisada  y  dada 
á  luz  por  D.  Jaime  Collell.  Tomo  11.  Primera  parte.  Gerona,  1904' 

Excmo.  Sr.  Conde  de  Casa  Valencia.  «En  Inglaterra,  Portugal  y  Elspaña 
de  1856  á  1860».  Madrid,  1905. 

Contreras  (D.  Bibiano).  «El  País  de  la  Plata».  Apuntes  históricos  del  des- 
cubrimiento de  la  mina.  «Santa  Cecilia»  sita  en  Hiendelaencina. 
Guadalajara,  1905. 

Sr.  Director  de  la  Revista  de  Obras  públicas.  «Ciencia  popular».  Obra 
dedicada  á  las  Bibliotecas  públicas  por  el  Cuerpo  Facultativo  de 
Ingenieros  de  Caminos,  Canales  y  Puertos,  en  homenaje  á  D.  José 
Echegaray.  Madrid,  1905. 

Farreras  Muner  (D.  M.).  «Monografía  del  Monastir  de  San  Cugat  del 
Valles».  Barcelona,  1904. 

Fernández  Prida  (D.  Joaquín).  «Discurso  leído  en  los  Juegos  florales  cele- 
brados en  Medina  del  Campo  con  ocasión  del  cuarto  centenario  de 
la  muerte  de  Isabel  la  Católica».  Valladolid,  1905. 

Fort  y  Roldan  (D.  Nicolás).  «Anuario  íerrolano  para  1905».  Ferrol,  1904. 

Gaspar  Remiro  (D.  Mariano).  «Historia  de  Murcia  musulmana».  Zarago- 
za, 1905. 

Gil  (D.  Isidro).  «El  Castillo  de  Loarre  y  el  Alcázar  de  Segovia».  Memoria 
premiada  en  concurso  público  por  el  Ateneo  de  Madrid  el  16  de 
Mayo  de  1904.  Burgos,  1905. 

Gudiol  y  Cunill  (Joseph).  Vich  (Barcelona).  «Nociones  de  Arqueología  Sa- 
grada catalana^.  Vich,  1902. 

Gutiérrez  Sobral  (D.  José).  «Marruecos».  Conferencia  dada  el  26  de  Marzo 

de  1905  en  el  Círculo  de  Bellas  Artes.  Madrid,  1905. 
Hazañas  y  la  Rúa  (D.  Joaquín).  «Discurso  leído  por  dicho  señor  en  la 
fiesta  literaria  celebrada  en  el  «Círculo  de  la  Amistad»  de  Córdoba 
el  8  de  Mayo  de  1905,  para  conmemorar  el  tercer  centenario  de  la 
publicación  del  «Quijote».  Sevilla,  1905. 
«Discurso  leído  por  el  mismo  mantenedor  de  los  Juegos  florales  cele- 
brados en  Écija  el  9  de  Octubre  de  1904».  Sevilla,  1905. 


ADQUISICIONES  DE  LA   ACADEMIA.  2$f 

Linares  Henríquez  (D.  Antonio  de).  «Teoría  microbiana».  (Conferencia). 

Málaga,  1905. 
Manjón  (D.  Andrés).  «Hojas  del  Ave  María».  Granada.  Hojas  9-13,  1904. 

Hojas  13-33»  «905- 

Moran  (D.  Francisco).  «Por  Gabriel  y  Galán».  Conferencia  leída  en  el 
Círculo  obrero  de  Salamanca  el  11  de  Febrero  de  1905.  Zamora,  1905 

^aval  (R.  P.  Francisco  Naval).  «Elementos  de  Arqueología  y  Bellas  Artes». 
Santo  Domingo  de  la  Calzada,  1904. 

Excmo.  Sr.  Conde  de  las  Navas.  «Doña  María  de  las  Mercedes  de  Borbón 
y  de  Austria,  princesa  de  Asturias.  Noticia  de  su  vida  y  muerte 
ejemplares».  Madrid,  1904. 

Ochandarena  (Rev.***  H."*  José).  «Catálogo  de  los  difuntos  de  la  provincia 
de  Toledo  (i  550-1767)».  Madrid,  1905. 
«Catalogus  eorum  qui  Societatem  Jesu  in  provincia  Hispaniae  ingressi 
aut  in  eadem  provincia  aut  extra  eam  vita  in  Domino  functi  sunt 
(1816-1897).  Matriti,  1897. 

Pereda  y  Martínez  (D.  Manuel).  «Historia  del  reino  de  Badajoz  durante 
la  dominación  musulmana»,  por  D.  Matías  Ramón  Martínez  y  Martínez. 
Badajoz,  1905. 

Pons  y  Umbert  (D.  Adolfo).  «El  deber  social».  (Notas  de  pedagogía  políti- 
ca). Madrid,  1905. 

Pulido  Fernández  (Excmo.  Sr.  Dr.  D.  Ángel).  «Españoles  sin  patria  y  la 
raza  sefardí».  Madrid,  1905. 

Salvador  (Excmo.  Sr.  D.  Amos).  «Estrategia  naval».  Madrid,  1904. 
«Sobre  la  solaridad  y  el  solidarismo».  Madrid,  1904. 

Soríano  (Dr.  D.  José).  «El  parto  forzado».  Madrid,  1904.  Remite  dos  ejem- 
plares. 

Torres  y  de  León  (D.  Ignacio  de).  «Theatrum  orbis  terrarum  sive  atlas 
novus»,  por  Guillermo  y  Juan  Blaeu.  Edición  de  Amsterdam.  1548, 
1549,  1650.  Seis  volúmenes. 

Urbano  (D.  Ramón  A.).  «La  visita  regia.  Crónica  de  la  estancia  en  Málaga 
de  S.  M.  el  rey  D.  Alfonso  XIII».  Málaga,  1904.  Remite  dos  ejemplares. 

Uriarte  (P.  J.  Eug.  de).  «Biblioteca  de  jesuítas  españoles  que  escribieron 
sobre  la  Inmaculada  Concepción  de  Nuestra  Señora  antes  de  la  defi- 
nición dogmática  de  este  Misterio».  Madrid,  1904. 

Ventalló  Vintró  (D.  José).  «Historia  de  la  industria  lanera  catalana.  Mo- 
nografía de  sus  antiguos  gremios».  Tarrasa,  1904. 

DE   PARTICULARES   EXTRANJEROS 

Amunátegui  Solar  (D.  Domingo).  «La  Sociedad  chilena  del  siglo  xviii. 
Mayorazgos  y  títulos  de  Castilla ;».  Tomo  nr.  Santiago  de  Chile,  190^. 
TOMO  xLVii  17 


2$S  BOLETÍN   DB   LA  REAL   ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Barata  (D.  Manuel).  «A  jomada  de  Francisco  Caldeira  de  Castello  Branco. 

Funda^áo  da  cidade  de  Beiem».  Río  de  Janeiro,  1904. 
Béistegui  (Excmo.  Sr.  D.  Juan  A.),  Ministro  plenipotenciario  de  México 
en  España.  «El  México  desconocido».  Obra  escrita  en  inglés  por  Cari 
Lumholtz,  y  traducida  al  castellano  por  Balbino  Dávalos.  Tomos  i 
y  n.  Nueva  York,  1904. 
Besson  (D.  Pablo).  «La  Inquisición  y  sus  horrores  á  la  luz  de  la  crítica»» 

Buenos  Aires. 
Biedma  (Sr.  D.  José  Juan).  «Crónica  histórica  del  río  Negro  de  Patagones 

(i 774- 1 834)».  Buenos  Aires,  1905. 
Burgersdijk  &  Niermans  (Sres.)  «Catalogus  XLIX  Bibliotheca  Collectiva». 

Leyde,  1905. 
Edward  Purser  (Sir  William).  «Palmerin  oí  England».  Dublin,  1904. 
Espérandieu  (Aemilius).  «Signacula  Medicorum  Ocvlaríorvm».  Ex  Corpo- 
ris  inscriptionum  latinarum  volumine  xiii,  3,  2  seorsum  edita.  Parisiis 
(París),  MDCCCCV. 
Gaylord  Bourne  (Sr.  Edward).  «Spain  in  America  (1450- 1580)».  New- York, 

1904. 
Guimaráes  (Sr.  Rodolphe).  «Les  Mathéma tiques  en  Portugal».  Coimbre, 

1904. 
Gutiérrez  (D.  Alberto).  «Notas  é  impresiones  de  los  Estados-Unidos»» 

Santiago  de  Chile,  1904. 
Iglesias  Calderón  (D.  Femando).  «El  egoísmo  Norte-Americano  durante 

la  intervención  francesa».  México,  1905. 
Larrabure  y  Correa  (D.  Carlos).  «EU  istmo  de  Fitscarrald».  Números  i  y  2- 
Lima,  1903. 
«Vías  del  Pacífico  al  Madre  de  Dios».  Lima,  1903. 
«El  istmo  de  Fildcarrats».  Informes  de  los  Sres.  Lacombe,  Van  Hassel  y 

Pesce.  Lima,  1904. 
«Nuevas  exploraciones  en  la  Hoya  del  Madre  de  Dios».  Lima,  1905. 
(Todas  estas  obras  han  sido  publicadas  por  la  Junta  de  Vías  Fluviales 
de  Lima). 
Meló  (Excmo.  Sr.  D.  Antonio  María  José) ,  conde  de  Sabugosa.  «De  Brago 
Dado».  Collecgao  literaria  portugueza.  Lisboa,  mdcccxciv. 
«Catálogo  methodico  da  livraria  dos  marquezes  de  Sabugosa,  condes  de 

S.  Lonrengo»,  coordenado  por  Luiz  Carlos  Trindade.  Lisboa,  1904. 
«Poemetos».  Lisboa,  1882. 

«O  paso  de  Cintra».  Desenhos  de  sua  Magestade  a  Rainha  a  Senhora 
Dona  Amelia.  Apontamentos  históricos  e  archeologicos. 
Membreflo  (D.  Alberto).  «Nombres  geográficos  indígenas  de  la  República 
de  Honduras».  Tegucigalpa  (República  de  Honduras),  1901. 
«Límites  entre  Honduras  y  Nicaragua.  Alegato  presentado  á  Su  Majes- 


ADQUISICIONES   DB   LA   ACADEMIA.  259 

tad  Católica  el  Rey  de  España  en  calidad  de  arbitro  por  los  Repre- 
sentantes de  la  República  de  Honduras».  Madrid,  Marzo  de  1905. 

Piccione  (Sr.  D.  Eurico).  «La  Italia.  Su  carácter  étnico.  Sus  alianzas  natu- 
rales en  Europa  y  con  América  latina».  Santiago  de  Chile,  1905. 

Profumo  (Sr.  D.  Attilio).  «Le  fondi  ed  i  tempi  dello  incendio  neroniano». 
Roma,  MDCcccv. 

Rodríguez  García  (Dr.  D.  José  A.)  «Bibliografía  de  la  gramática  y  lexico- 
grafía castellanas  y  sus  estudios  afínes».  Habana,  1903. 

Schuller  (Dr.  Rodolfo  R.)  «Geografía  física  y  esférica  de  las  provincias 
del  Paraguay  y  Misiones  Guarianes».  Tomo  i.  (Sección  históríco-filo- 
sófica),  compuesto  por  D.  Félix  de  Azara  en  Asunción  del  Paraguay, 
con  un  prólogo  y  anotaciones  del  donante  de  la  obra  Sr.  Schuller. 
Montevideo,  1904. 
«La  posición  de  las  Islas  Canarias  en  el  siglo  del  descubrimiento  y  de 
la  conquista  de  América».  Montevideo,  1904. 

Shepherd  (William  R.)  «The  Spanish  Archives  and  their  importance  for 
the  history  of  the  United  States».  Washington,  1904. 

Tello  Mendoza  (D.  R.)  «Hoja  de  servicios  del  general  José  Antonio  Páez». 
Caracas,  1905. 
«Venezuela  ante  el  conflicto  con  las  potencias  aliadas:  Alemania,  Ingla- 
terra é  Italia  en  1902  y  1903».  Caracas,  1905. 

Vacas  Gal  indo  (Fr.  Enrique).  «Colección  de  documentos  sobre  límites 
ecuatoriano-peruanos».  Tomos  i-iii.  Quito  (Ecuador),  190 2- 1903. 
«Memoria  histórica-jurídica  sobre  los  límites  ecuatoriano-peruanos», 

por  Honorato  Vázquez.  Quito,  1904. 
«La  cuestión  de  límites  entre  las  repúblicas  del  Ecuador  y  el  Perú», 
por  D.  Segundo  Alvarez  Arteta.  Sevilla,  1901. 

Vasconcellos  (D.  Ernesto  de).  Sociedade  de  Geographia  de  Lisboa.  Expo- 
si^áo  de  Cartographia  Nacional  (1903 -1904).  «Catalogo».  Lisboa,  1904. 

Vignaud  (M.  Henry).  «Études  critiques  sur  la  vie  de  Colomb  avant  ses 
découvertes3e>.  Paris,  1905. 

PUBLICACIONES   NACIONALES   Á   CAMBIO   CON   EL  BOLETÍN 

«Archivo  Católico».  Barcelona.  Año  x.  Vol.  x,  números  96-101,  Enero- 
Junio  1905. 
«Boletín  de  Santo  Domingo  de  Silos.  Burgos.  Año  vii,  números  3-9,  Enero 

Junio  1905. 
«El  Eco  Franciscano».  Santiago  (Coruña).  Año  xxn,  números  272-284, 

Enero-Julio  1905. 
«España  y  América».  Madrid.  Año  iii,  números  1-3,  Enero-Febrero  1905. 
«La  Ciudad  de  Dios».  Revista  quincenal  religiosa,  científica  y  literaria, 


36o  BOLETÍN  DB   LA    REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

publicada  por  los  PP.  Agustinos  de  £1  Escorial.  Madrid.  3.^  época. 
Año  XXIV.  Vol.  Lxv,  núm.  xlviii,  Diciembre  1904.  Año  xxv.  Yol.  lxvi, 
números  xux-lvi,  Enero- Abril.  Vol.  lxvii,  números  i-v,  Mayo- 
Julio  1905. 

«Memorial  de  Artillería :>.  Madrid.  Año  60.  Serie  iv.  Tomo  xxil  Entre- 
gas i.*-5.*,  Enero-Mayo  1905. 

«Memorial  de  Ingenieros  del  Ejército».  Madrid.  Año  lix.  Tomo  xxni,  nú- 
mero 12,  Diciembre  1904.  AñoLx.  Cuarta  época.  Tomo  xxii,  números 
1-4,  Enero-Abril  1905. 

«Monumenta  histórica  Societatis  Jesu  a  Patribus  ejusdem  Societates  edita». 
Madrid.  Annus  duodecimus.  Fasciculus  134-1 39,  Februario-Julio  1905. 

«Razón  y  Fe».  Revista  mensual  redactada  por  los  Padres  de  la  Compañía 
de  Jesús.  Madrid.  Tomo  xi,  números  1-7,  Enero-Julio  1905. 

«Revista  de  Aragón».  Zaragoza.  Año  v,  Diciembre  1904.  Año  vi,  Enero- 
Junio  1905. 

«Revista  de  Archivos,  Bibliotecas  y  Museos».  Órgano  del  Cuerpo  Facul- 
tativo del  Ramo.  Madrid.  Año  ix.  Tercera  época.  Núm.  2,  Febrero 

1905- 
'¿Revista  de  Extremadura».  Cáceres.  Año  vi,  núm.  lxvi,  Diciembre  1904. 

Año  VII,  números  Lxvn-Lxxii,  Enero-Junio  1905. 
«Revista  general  de  Marina».  Madrid.  Tomo  lvi.  Cuadernos  1-4,  Enero- 
Abril.  «Número  extraordinario  de  homenaje  á  Cervantes  en  el  tercer 
centenario  por  la  publicación  del  «Quijote».  Cuadernos  5-6,  Mayo- 
Junio.  Tomo  LVii,  núm.  i,  Julio  1905. 


publicaciones   EXTRANJERAS    A   CAMBIO  CON   EL   BOLETÍN 

«Acta  et  commentationes  imp.  Universitatis  Jurievensis  (olim  Dorpaten- 

sis)».  No«  1-6. 
^Boletín  Salesiano».  Turín  (Italia).  Año  xx,  números  (-7,  Enero-Julio  1905. 
«Études».  Revue  fondee  en  1856  par  des  Peres  de  la  Compagnie  de  Je- 
sús. Paris.  41*  année;  tome   loi'de  la  collection,  Décembre   1904. 

42*  année,  tome  102*  de  la  collection,  Janvier-Mars ;  tome  103^  de  la 

collection,  Avril-Juillet  1905. 
«Kwartalnik  Historyczny».  Organ  Towarzstwa  Historycznego.  We  Lwo- 

wie.  Rocznik  xviii,  Zesyt  3-4.  Rocznik  xix,  Zesyt  i. 
«La  Civiltá  Cattolica».  Roma.  Anno  55.  Vol.  4.  Quaderno  1.308,  Dicem- 

bre  1904.  Anno  56.  Quadernos  1.309- 1.3  21,  Gennaio-Luglio  1905. 
«La  Quinzaine».  Paris.  12*  année,  nos  246-257,  Jan vier-Juillet  1905. 
«Napoli  Nobilissima».  Ri vista  di  topografía  e  d'  arte  napoletana.  Ñapóles. 

Vol.  XIV.  Fase,  i-vi,  Gennaio-Giugno  1905. 


ADQUISiaONES  DE  LA    ACADEMIA.  201 

«O  Instituto».  Revista  scientiñca  e  literaria.  Coimbra.  Vol.  51 ,  n**  12,  De- 
zembro  1904.  Vol.  53,  nos  1-6,  Janeiro-Junho  1905. 

«Polybiblioo».  Revuc  bibliographique  Universelle.  París.  Partie  littéraire 
Deuxiéme  serie.  Tome  soixantiéme ,  ci*  de  la  collection.  Sixiéme  1¡- 
vraisoD,  Décembre  1904.  Tome  soixante-uniéme,  ciii*  de  la  collection. 
Deuxiéme-sixiéme,  Janvier-Juin  1905. 
«Polybiblion».  Partie  technique.  Deuxiéme  serie.  Tome  en*  de  la  collec- 
tion. Douziéme  livraison,  Décembre  1904.  Tome  tren te-uniéme,  cv*  de 
la  collection.  Deuxiéme-sixiéme  livraison,  Janvier-Juin  1905. 

«Revue  Bénédictine».  Belgique.  xxii  annóe.  N**  i ,  Janvier  1905. 

«Revue  Celtique».  París.  Vol.  xxvi,  n«8  1-2,  Janvier- Avril  1905. 

«Revue  Hispanique».  París.  Onziéme  année.  No«  37-40.  Année  1904. 

«Revue  Historique».  París.  Trentiéme  année.  Tome  quatre  vingt-septiéme, 
nos  173-175,  Javier-Juin.  Tome  quatre-vingt-huitiéme,  n**  176,  Juillet- 
Aoút  1905. 

«Rivista  di  Storía  Antica».  Padova.  Nuova  seríe.  Anno  ix,  fase,  ii-iv,  1905. 

«Rivista  Storica  Italiana».  Torino.  Anno  xxii.  3.*  seríe.  Vol.  iv,  fase,  i-ii, 
Grennaio-Guigno  1905. 

«The  EjQglish  Histórica]  Review.  London.  Vol.  xx.  Nw  77-78,  Juanury- 
Aprii  1905. 

DE  LAS  REDACCIONES  Y  POR  CORREO 

Archives  de  la  France  monastique.  París.  «Revue  Marbillon».  Premiérc 
année.  N**  i,  Mai  1905. 

«Boletín  del  Instituto  de  Sociología».  Madríd.  Tomo  i,  números  1-4, 
Marzo-Junio  1905. 

Tercer  centenario  del  «Quijote».  «Boletín  de  la  Junta  local».  Alcalá  de 
Henares.  Números  2-5,  Marzo-Mayo  1905. 

«El  Mundo  Latino».  Octubre  de  1904  y  Junio  de  1905. 

<£1  Pensamiento  Latino».  Revista  internacional  ilustrada  latino-amerí- 
cano-europea.  Santiago  de  Chile.  Año  iii,  números  5-6,  Noviembre- 
Diciembre  1904;  números  7-9,  Enero-Marzo  1905. 

«España».  Revista  semanal  de  la  Asociación  patriótica  española.  Buenos 
Aires.  Año  11,  núm.  9,  Mayo  1905. 

«España  en  África».  Órgano  del  Centro  Comercial  hispano-marroquí. 
Madrid.  Año  i,  núm.  i,  Abril  1905. 

Études  Américanistes.  «Bulletin  des  Livres  relatifs  á  l'Amérique».  París. 
Cinquiéme  année.  Tome  i*',  n?  21,  Juillet-Octobre  1904. 

«Hombres  del  Porvenir».  Revista  quincenal  ilustrada.  Madríd.  Año  i,  nú- 
meros 2-4  (dedicado  á  D.  José  Echegaray),  Marzo-Abril;  números  5-6. 
Mayo  1905. 


203  BOLETÍN  DB   LA  RBAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

«International  Congress  oí  Americanists».  Thirteenth  session  held   in 

New- York  in  1902, 
«La  Alhambra».  Revista  quincenal  de  Artes  y  Letras.  Granada.  Año  vn, 

núm.  162,  Diciembre  1904.  Año  vin,  números  164-173,  Febrero-Mayo, 

1905. 
«La  Guinea  Española >.  Revista  quincenal.  Banapa  (Femando  Póo).  Año  m, 

números  50-52,  Marzo- Abril  1905. 
«La  Opinión».  Úbeda.  Año  xvi,  núm.  696,  Mayo  1905. 
«Lo  Spettatore».  Roma.  N**  5,  Maggio  1905. 
«Monumentos  Arquitectónicos  de  España».  Madrid.  Núm.  5. 
«Nueva  Hispania».  Revista  comercial  de  navegación  y  asuntos  ñnancie- 

ros.  Barcelona.  Año  i,  núm.  8,  Junio  1905. 
«Revista  de  Derecho,  Historia  y  Letras».  Buenos  Aires.  Año  vii.  Tomo  xxi, 

Abril-Junio  1905. 
«Revista  de  Huesca».  Tomo  i.  Núm.  5.  1903. 
«Revista  de  Obras  públicas».  Madrid.  Año  ui,  núm.  1.527,  Diciembre  1904. 

Números  1.528- 1.554,  Enero-Julio  1905. 
«Revista  portugueza  Colonial  e  Maritima».  Lisboa.  8^  anno,  n^  88,  Janeiro 

1905- 
«Revue  Épigraphique».  París.  27*  année.  Tome  v,  noa  113-114,  Avril-Sep- 

tembre  1904. 

«Touring-Club  hispano-portugués».  Madrid.  Año  i,  núm.  i,  Julio  1905. 

«Unión  Ibero-Americana».  Madrid.  Año  xvm.  Número  extraordinario, 
31  de  Diciembre  de  1904.  Números  extraordinarios,  31-16  Marzo-Ju- 
nio 1905. 

«Voz  de  San  Antonio».  Revista  mensual  illustrada.  Braga.  Quinta  serie. 
11°  anno,  números  2-7,  Fevreiro-Julho  1905. 

POR  SUSCRIPCIÓN  Y  COMPRA 

«Boletín  de  la  Librería».  (Publicación  mensual).  Obras  antiguas  y  moder- 
nas. Librería  de  M.  Muríllo,  Alcalá,  7,  Madrid.  Año  xxxn,  núme- 
ros 7-12,  Elnero-Junio  1905. 

«Historia  de  las  guerras  civiles  del  Perú  (1544- 1548)  y  de  otros  sucesos 
de  las  Indias»,  por  Pedro  Gutiérrez  de  Santa  Clara.  Tomo  tíi. 
Madríd,  1905. 

León  Gutiérrez  (D.  Florencio).  «La  razón  de  la  guerra  y  de  la  paz  armada 
en  nuestros  días».  Madrid,  1904. 


INFORMES 


I. 

cos.K.^ei'oiriDKiTCXJL 

DB   LA 

INFANTA  ARCHIDUQUESA  D>  ISABEL  CLARA  EUGENIA  DE  AUSTRIA  (i) 

CON  EL  DUQUE  DE  LERMA. 

Dtsde  Flandesy  años  de  isqq  d  1607  y  otras  carias  posteriores 

sin  fecha  (2). 

1. 

Marqués:  Aunque  sea  de  prysa  no  quiero  dexar  de  deci- 
ros lo  que  olgé   con  vuestra  carta,  y  de  saber   que  mi  her- 


(1)    Antes  de  morir  Felipe  II,  había  dispuesto  se  casasen  en  un  mis- 
mo día,  su  hijo  Felipe  III  con  la  Princesa  Margarita  de  Austria;  y  su 
hija  la  Infanta  Isabel  Clara  Eugenia  con  el  Archiduque  Alberto.  El  6  de 
Mayo  de  1 598  ñrmó  el  anciano  monarca  el  acta  de  renuncia  de  la  sobera- 
nía de  los  Países  Bajos  á  favor  de  su  hija  Isabel  y  de  su  sobrino  Alberto: 
y  el  13  de  Septiembre  del  mismo  año  falleció  en  el  monasterio  de  El  Es- 
corial. Salió  el  Archiduque  de  Bruselas,  donde  ejercía  el  cargo  de  Go- 
bernador general  de  los  Estados  de  Flandes,  para  recibir  y  acompañar 
en  Italia  y  después  á  España  á  la  nueva  Reina,  que,  á  su  vez,  había  parti- 
do de  Alemania  el  30  de  Septiembre  de  1 598.  Celebráronse  los  despo- 
sorios en  Ferrara,  bendiciéndolos  el  mismo  Pontífice  el  13  de  Noviem- 
bre, siendo  todos  espléndidamente  festejados.  Trasladáronse  Doña  Mar- 
garita y  los  Archiduques  con  su  numeroso  y  lucido  cortejo  á  Valencia,  lu- 
gar designado  para  consumar  las  bodas.  Felipe  III  salió  de  Madrid  con  la 
Infanta  Doña  Isabel  Clara  su  hermana  y  espléndido  acompañamiento  el 
2 1  de  Enero  de  1 599;  y  condescendiendo  con  los  deseos  de  su  privado 
el  Marqués  de  Denia,  luego  Duque  de  Lerma,  visitó  la  ciudad  de  Denia, 
hospedándoles  suntuosamente  en  su  palacio  y  colmándoles  de  fiestas  y 
agasajos.  El  19  de  Febrero  pasó  S.  M.  á  Valencia.  Desembarcó  la  Reina 
en  Vinaroz  el  28  de  Marzo  y  el  18  de  Abril  hizo  su  solemne  entrada  en 
Valencia,  ratificándose  en  este  día  los  dos  matrimonios.  Después  de  cele- 
brarse pomposas  fiestas  en  las  que  se  prodigó  el  dinero  sin  tasa  ni  medi- 
da, los  Reyes  pasaron  á  Barcelona  en  Junio  de  1 599  á  celebrar  Cortes  y 
prestar  el  acostumbrado  juramento.  Despidiéronse  allí  el  Archiduque  y 
la  Infanta  Isabel,  que  partieron  en  7  de  Junio  para  los  Países  Bajos.  Sir- 
van estas  noticias,  aunque  son  harto  conocidas,  de  ilustración  á  las  prime- 
ras cartas,  escritas  al  llegar  S.  A.  á  sus  Estados  de  Flandes. 

(2)  Estas  cartas  son  todas  ológrafas,  incluso  el  sobrescrito.— No  ha- 
biendo podido  terminar  á  tiempo  la  Introducción  que  debía  preceder  á 
estas  cartas,  se  publicará  al  fin  de  ellas. 


304  BOLETÍN   DB  LA    RBAL   ACADEMIA  DE   LA    HISTORIA. 

mano  estuviese  bueno,  y  todo  lo  que  me  escribys,  aunque  no 
me  decís  nada  de  la  Marquesa,  sabiendo  lo  que  yo  olgaré  siem- 
pre de  saber  de  todo  lo  que  os  toca.  Nosotros  estamos  muy 
buenos,  y  asi  lo  llegamos:  nuestra  jornada  escribo  á  mi  hermano: 
ha  habido  arto  buenos  cuentos  en  ella,  y  nadie  los  dirá  mejor 
que  vuestra  hermana  (l).  Está  buena  y  dándose  prisa  á  yrse;  y 
por  no  detener  este  correo,  que  sepan  de  nosotros,  no  me  alar- 
go más:  que  estos  días  han  sido  tantas  las  visitas,  que  no  ha  sido 
posible  entender  en  otra  cosa.  Las  cosas  de  Flandes  (2)  están  en 
tan  malos  términos  como  sabreys;  y  asi  no  puedo  dexar  de  pe- 
dyros,  aunque  sé  el  cuidado  que  tenéis  dellas,  no  dexeis  de 
acordar  á  mi  hermano  la  necesidad  que  allá  hay:  y  Dios  os  guar- 
de, como  deseo.  De  Genova  á  20  de  Junio  1 599. — A  Isabel  (3)- 
—  (Sobrescrito:)  Al  Marqués  de  Denia  (4). 

2. 

Marqués:  Fué  tan  bien  recibido  el  correo  hoy ,  cuando  salía- 
mos de  misa  y  prucision,  que  nos  parecia  había  ya  bien  mil  años 
que  no  sabíamos  de  ay,  y  estaba  yo  con  grandísimo  deseo  de 
saber  de  mi  hermano:  que  no  sabría  decir  la  soledad  que  traygo 


(1)  La  Condesa  de  Lemos. 

(2)  Sobre  el  estado  de  las  cosas  de  Flandes  en  este  tiempo,  véase  mi 
estudio  histórico  sobre  D,  Francisco  de  Mendoza^  almirante  de  Aragón^  que 
durante  la  ausencia  del  Archiduque  Alberto  quedó  al  írente  del  gobierno 
militar. 

(3)  Así  ñrmaba  siempre  sus  cartas:  anteponiendo,  según  antigua  cos' 
tumbre  española,  la  inicial  del  nombre  de  su  marido  á  su  propio  nombre' 

(4)  D.  Francisco  de  Sandoval  y  Rojas,  quinto  Marqués  de  Denia, 
cuarto  Conde  de  Lerma,  Comendador  mayor  de  Castilla,  del  Consejo 
de  Estado  de  S.  M.,  Capitán  general  de  la  caballería  de  España,  Sumiller 
de  Corps  y  Caballerizo  mayor.  Sucedió  á  su  padre  en  aquellos  títulos  en 
1574.  Crióse  desde  su  tierna  edad  en  la  Cámara  del  Príncipe  D.  Carlos 
con  otros  hijos  de  Grandes.  Acompañó  á  Felipe  II  cuando  fué  á  tomar 
posesión  del  reino  de  Portugal.  Fué  Virrey  y  Capitán  general  del  reino 
de  Valencia.  En  11  de  Noviembre  de  1599  le  concedió  Felipe  ni,  cuyo 
privado  y  primer  ministro  era,  el  título  de  Duque  de  Lerma  y  Marqués 
de  Cea,  con  facultad  para  traspasar  este  en  su  primogénito,  D.  Cristóbal 
como  lo  veriñcó.  Casó  con  Doña  Catalina  de  la  Cerda,  hija  del  cuarto 
Duque  de  Medinaceli,  de  cuyo  matrimonio  tuvo  cinco  hijos. 


CORRBSPONDBNaA  DB  LA  INFANTA  DOSÍA  ISABEL.  265 

suya;  y  aunque  ayer  tuvimos  escrito  para  despachar  con  nueva 
de  habernos  engolfado,  al  tiempo  que  lo  queríamos  hacer,  se  nos 
volvió  el  aire  y  nos  obligó  á  entrar  en  este  puerto,  de  que  en 
parte  me  olgé  por  asegurar  la  misa  de  hoy,  que  hemos  teni- 
do muy  soiene.  Yo  procuro  que  luego  vuelva  el  correo,  porque 
mis  hermanos  sepan  donde  estamos,  y  con  la  mucha  merced  que 
nos  hace,  todo  nos  ha  de  suceder  bien.  Así  se  ha  pasado  hasta 
ahora  y  espero  lo  haremos  en  lo  que  falta.  El  cuidado  que  esto 
os  dá,  os  agradezco  mucho;  que  no  es  cosa  nueva  para  my,  te- 
nelle  vos  de  todo  lo  que  me  toca,  de  que  estoy  yo  tan  agrade- 
cida como  deseo  mostrallo.  No  consintays  que  estemos  sin  sa- 
ber de  ay  muy  á  menudo,  pues  no  hay  otro  remedio  para  pasar 
esta  ausencia:  siempre  olgaré  con  nuevas  vuestras,  y  así  no 
dexeisde  dármelas;  y  Dios  os  guarde,  como  deseo.  De  la  galera, 
en  el  puerto  de  Cadaques  (i)  á  lo  de  Junio. — A  Isabel. — (En  el 
sobre:)  Al  Marqués  de  Denia. — ...  (2) ...  viene  aora  muy  buena, 
aunque  ella  dice  que  muy  mareada.» 

3. 

Marqués:  No  os  sabria  decir  cuan  bien  rescibidas  fueron 
vuestras  cartas,  como  lo  serán  siempre;  pero  estas  me  sacaron 
del  mucho  cuidado  con  que  estaba  de  haber  sabido  el  ifial  de  mi 
hermano,  y  no  la  salud;  y  así  podéis  pensar  si  olgaria  con  ellas; 
y  más  díciendome  la  merced  que  os  había  hecho  y  al  Conde,  de 
que  os  doy  la  enhorabuena:  que  podéis  creer  se  me  puede  dar  á 
mí  por  lo  que  guelgo,  y  lo  haré  siempre,  de  que  mi  hermano  os 
haga  merced;  y  así  le  he  escrito  una  carta  besándole  las  manos 
por  ello.  Mucho  os  agradezco  todas  las  nuevas  que  me  escribís; 
que  sabiendo  las  ocupaciones  que  tenéis,  tengo  en  mucho  mas 
que  toméis  ese  trabajo.  Este  correo  quisiera  haber  despachado 
luego  que  llegamos  aquí,  pero  hemos  hallado  esto  de  manera  que 
no  ha  sido  posible  hacello  hasta  aora,  para  poder  dar  á  mi  her- 


(i)    Cadaques:  villa  de  la  provincia  de  Gerona. 

(2)    Falta  un  trozo  de  papel  que  cerraba  el  pliego,  donde  estaba  escrito 
el  nombre:  parece  referirse  á  la  hermana  del  Marqués. 


266  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA    HISTORIA. 

mano  particular  cuenta  de  todo,  como  es  justo.  Ya  habrán  reci- 
bido allá  las  cartas  con  el  que  se  despachó  en  entrando  en  estos 
Estados,  pues  de  Madrid  tenemos  ya  respuesta  dellas;  y  yo  no 
he  sabido  de  ninguno  de  los  que  han  ido,  sino  después  de  parti- 
dos, que  me  ha  amaynado  arto;  pero  de  aquí  adelante  pienso 
hacer  lo  que  la  Condesa  de  Ugeda  (i),  que  esgribe  cada  dia  y  en- 
via  las  cartas  á  todas  las  partes  que  se  pueden  despachar;  y  así 
llegan  allá  tantas.  A  mi  tia  he  escrito  dos  cartas  de  recomenda- 
ción con  dos  hombres  particulares;  que  me  parece  debe  de  haber 
llegado  allá  alguna.  Por  lo  que  me  decis,  he  querido  escribir  todo 
esto,  porque  no  penséis  ha  sido  descuido  el  no  haber  tenido  mi 
hermano  cartas  nuestras,  pues  no  puede  haber  para  mí  mayor 
gusto,  y  más  sabiendo  la  merced  que  nos  hace  de  olgar  con 
ellas.  Yo  lo  hago  mucho  con  las  buenas  nuevas  que  me  days  de 
la  Reyna,  y  que  sea  3^a  tan  española,  y  estén  tan  bien  casados. 
Paréceme  que  nos  hemos  dado  mejor  maña  nosotros  á  caminar, 
pues  hemos  llegado  á  parar  antes  que  allá  la  jornada  de  Denya, 
y  sabed  me  han  hecho  mucha  envidia.  Muy  buena  vida  se  debió 
de  pasar  ally;  y  yo  olgara  harto  de  ver  bailar  al  Conde  de  ür- 
gaz,  aunque  acá  se  ven  danzar  un  poco  más  alto  á  algunos  tan 
mozos  como  él.  Si  me  pidiérades  albrycias,  las  diera  de  muy 
buena  gana,  por  la  ida  de  la  Marquesa  al  parto  de  su  hija,  por 
lo  que  quiero  á  la  Condesa;  y  así  muero  ya  por  saber  que  esté 
alumbrada.  De  FVancisquita  no  me  dicen  nada,  ni  si  fue  con  su 
madre  ú  quedó  acá;  y  no  es  para  olvidar  mi  Diego  Gómez  (2), 
que  debe  de  estar  ya  muy  hombre. 

De  lo  de  aquí  y  cómo  me  ha  parecido  y  el  camino  y  el  tor- 
neo, escribo  á  mi  hermano,  porque  creo  gustará  dello.  Esta  tie- 
rra es  lyndissima,  si  no  estuviese  tan  dostruyda,  que  es  la  ma- 
yor lástima  del  mundo;  pues  para  solo  reparar  las  iglesias  y 
monesterios  seria  menester  muchos  millones  para  volverlos  en 
su  ser;  y  yo  me  contentaría  con  poder  aora  recojer  las  monjas 
que  andan  las  más  por  ahí  sin  clausura,  por  no  tener  casas  para 


(i)    Dama  al  servicio  de  S.  A. 

(2)    Todos  de  la  familia  del  Marqués  de  Denia. 


.CORRBSPONOBNCIA  DB  LA.  INFANTA  DOÑA  ISABEL.  267 

ello.  Los  campos  están  los  más  por  labrar,  porque  cuando  lo 
hacen,  se  lo  comen  los  soldados,  y  ellos  pasan  la  mayor  miseria 
del  mundo.  Lo  más  deste  verano  se  ha  sustentado  el  exército 
con  solas  habas,  que  parece  milagro,  y  lo  que  han  tardado  las 
provisiones  ha  sido  de  tanto  interés  que  yo  no  puedo  dexar  de 
sentir  mucho  que  ya  que  mi  hermano  lo  gaste,  sea.lucyendo  tan 
mal;  y  asy  os  pido  que  procuréis  cuanto  sea  posible  que  las  pro- 
visiones para  el  exército  vengan  á  los  plazos  ciertos,  pues  esto 
es  lo  que  conviene  al  servicio  de  mi  hermano,  y  con  lo  que  se 
puede  acabar  más  presto  esta  guerra;  pues  teniendo  la  gente 
bien  pagada,  se  puede  hacer  della  lo  que  se  quiere;  y  de  otra 
manera  no,  sino  andar  á  robar  y  hacer  mil  desórdenes,  que  es 
imposible  remediallas,  como  lo  he  averiguado  en  los  pocos  dias 
que  ha  que  estoy  aqui:  que  es  grandísima  compasión  ver  lo  que 
en  esto  pasa  el  exército.  Tenemos  (le)  muy  cerca  de  amotinarse, 
porque  creyeron  que  les  habíamos  de  traer  diez  ú  doce  pagas; 
y  como  no  han  visto  sino  una  que  se  les  envia  agora,  se  han 
juntado  ya  dos  veces  para  tratar  del  motin;  que  si  se  les  antoja, 
no  veo  cómo  remediallo,  y  temo  mucho  que  ha  de  ser  por  la 
mucha  desconfianza  que  les  ponen  de  que  ya  de  ay  no  los  han 
de  asistir  ni  hacer  caso  dellos,  y  aunque  esto  estoy  cierta  que 
con  la  mucha  merced  que  mi  hermano  nos  hace  y  lo  que  vos  le 
acordareis,  ha  de  ser  tan  al  contrario,  no  puede  dexar  de  dar 
cuidado;  y  no  quisiera  yo  sino  hallar  lo  de  aqui  de  manera  que 
pudiera  descargar  á  mi  hermano  desto  y  de  otras  muchas  cosas, 
pero  ello  está  tal  como  hacienda  que  ha  estado  tantos  años  sin 
dueño,  que  no  hay  casi  cosa  desempeñada;  y  sino  fuera  por  la 
merced  que  mi  hermano  nos  ha  hecho,  no  hubiera  ahora  qué 
comer.  He  os  querido  decir  todo  esto,  porque  sé  de  la  manera 
que  acudis  á  todo  lo  que  nos  toca,  y  que  no  os  descuidareis  en 
nada.  Mucho  ayudaría  para  todo,  que  fuese  verdad  la  victoria  que 
aquí  han  dicho  que  ha  tenido  el  Adelantado  (l).  Con  harto  miedo 


(i)  D.  Eugenio  de  Padilla,  adelantado  de  Castilla,  Conde  de  Buendía, 
general  de  las  galeras  de  España,  á  quien  S.  M.  había  mandado  á  Lisboa 
y  Coruña  á  oponerse  á  la  armada  inglesa. 


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368 


BOLBTÍN  DB  LA  RBAL  ACADEMIA  DB   LA  HI8TOBIA. 


han  estado  este  verano  del;  pero  muy  bien  apercibidos  en  todas 
partes,  creo  hemos  de  caminar  bien  en  lo  que  de  allá  truxo  en- 
comendado mi  primo  (l);  y  aquella  señora  (2)  disque  me  quiere 
tomar  por  hija  para  regalarme.  Yo  ganaré  harto  con  tal  madre; 
pero  como  ella  haga  lo  que  debe,  la  llevaré  en  paciencia,  aunque 
no  me  regale. 

La  merced  que  mi  hermano  hizo  á  la  Condesa  de  Bucoy  (3) 
para  ayuda  al  rescate  de  su  hijo,  me  parece  me  disistes  se  le 
habia  de  dar  por  via  de  Consejo  de  Italia.  Ella  no  ha  sabido  más 
palabra  y  asy  está  muy  aflijida  por  no  poder  sacar  á  su  hijo  tan 
presto.  Hareisme  mucho  placer  en  avisalle  adonde  ha  de  acu- 
dir; que  es  tan  buena  mujer  que  lo  merece  todo  muy  bien;  y  yo 
á  todos  ios  de  allá  que  tengamos  muy  á  menudo  nuevas  de  ay, 
pues  no  hay  otro  remedio  para  llevar  en  paciencia  el  estar  tan 
lexos.  Mil  veces  he  deseado  á  mí  hermano  escondido  para  que 
viera  lo  que  acá  pasa;  que  creo  gustara  de  algunas  cosas.  Harto 
buenas  mugeres  hay  en  esta  tierra  y  no  frias  nada,  y  las  burdas 
se  guelgan  y  danzan  tan  bien  que  les  pueden  tener  envidia  to- 
das las  de  allá;  y  si  á  mí  me  creyesen  en  enviudando  se  habían 
de  venir  acá,  y  creo  lo  harían  hartas  de  buena  gana.  Ya  deseo 
tener  nuevas  de  la  llegada  á  Madrid  y  que  haya  sido  con  mucha 
salud.  Esta  os  dé  Dios  como  deseo.  De  Bruselas  á  27  de  Setyem- 
bre  1 599- — A  Isabel. — (En  el  sobrescrito:)  Al  Marqués  de  Denia. 


4. 


Marqués:  Ahora  acabo  de  saber  cómo  parió  la  Condesa  de 
Niebla  (4)  una  hija,  y  no  quiero  dexar  de  daros  la  norabuena  y 
deciros  lo  que  me  he  olgado,  que  creo  lo  creeréis  fácilmente,  sa- 
biendo lo  que  quiero  á  la  Condesa.  A  su  madre  aguardo  á  dar 
la  norabuena  cuando  sepa  que  está  ay,  pero  en  mientras,  se  la 


(i)    Llama  siempre  al  Archiduque  su  marido,  su  primo,  por  antigua 
costumbre. 
(3)    Se  refiere  á  Isabel  reina  de  Inglaterra. 

(3)  Bucquoy. 

(4)  Doña  Juana  de  Sandoval,  hija  del  Marqués  de  Denia. 


.CORRESPONDENCIA  DB  LA   INFANTA  DOtA  ISABBL.  t6^ 

enviad  de  mi  parte;  y  á  esta  nieta  yo  tengo  de  sacar  por  pley- 
to  que  todos  la  querays  mucho:  y  Dios  os  guarde,  como  deseo. 
De  Bruselas  á  25  de  Octubre,  1599. — A  Isabel. — (Sobrescrito:) 
Al  Marqués  de  Denia. 

6. 

Marqués:  Importa  no  detener  este  correo  como  allá  veréis;  y 
por  esto  no  podré  responderos  despacio  á  vuestra  carta  de  19 
de  Octubre,  sino  solo  aseguraros  lo  que  olgé  con  ella,  que  fue 
mucho,  pues  traya  tan  buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  herma- 
no y  su  llegada.  Mucho  os  agradezco  todo  lo  que  me  decis  en 
ella;  que  bien  segura  estoy  yo  de  todo,  y  que  tiniendoos  ay, 
puedo  descuidar  de  todo  lo  que  nos  tocare.  Mucho  deseo  saber 
que  haya  llegado  la  Marquesa  con  la  compañía  que  trae,  que  sin 
duda  olgará  arto  de  vellos  á  todos  juntos.  Pero  dende  aora  os 
tomo  la  palabra  que,  si  es  lo  que  me  decis  de  venir  mi  hermano 
por  acá  que  los  habéis  de  traer;  que  ya  tengo  pensado  el  apo- 
sento que  os  tengo  de  dar,  y  mil  ratos  imagino  si  tal  fuese,  el 
contento  que  seria  para  mí,  pues  aun  pensallo  me  le  da. 

De  aquí  no  hay  cosa  de  nuevo  que  decir,  sino  aparejarnos 
para  caminar,  y  será  como  quien  va  á  la  guerra,  pues  andan 
tqdos  estos  dias  la  caballeria  del  enemigo  por  ay.  Con  harto 
miedo  van  las  mujeres,  y  yo  no  hago  sino  ponérsele;  que  es 
harto  buena  fiesta  vellas.  De  las  de  la  entrada  de  Madrid  nos  dan 
muchas  nuevas:  de  todas  las  que  vos  me  dais,  he  gustado  mu- 
cho, y  de  nuevo  os  agradezco  que  tras  lo  que  tenéis  que  escri- 
bir y  en  qué  entender,  siempre  os  desocupéis  para  ello.  Mucho 
he  olgado  de  cuan  bien  lo  ha  hecho  el  de  Lemos  (l),  que  ya  ha 


(i)  D.  Pedro  Fernández  de  Castro,  séptimo  Conde  de  Lemos,  Conde 
de  Andrade  y  Villalva,  Marqués  de  Sarria,  gentilhombre  de  Felipe  ELI, 
Comendador  de  la  Orden  de  Alcántara,  fué  nombrado  embajador  en  Ro- 
ma para  dar  la  obediencia  á  S.  S.  por  Felipe  III,  donde  hizo  resaltar  admi- 
rablemente las  altas  dotes  de  su  inteligencia  y  de  su  linaje.  Fué  luego 
Presidente  del  Consejo  de  Indias,  Virrey  de  Ñapóles  y  gran  protector  de 
las  letras  españolas.  Casó  con  Doña  Catalina  de  Sandoval  y  Zúñiga,  su  pri- 
ma hermana,  hija  del  primer  Duque  de  Lerma,  de  quienes  tanta  mención 
hacen  estas  cartas. 


270  BOLISTÍN   DK  LA   REAL   ACADEMIA   DB   LA   HISTORIA. 

dias  lo  sabíamos  acá.  Así  lo  esperé  siempre,  teniendo  su  mujer 
al  lado,  la  cual  podría  yo  mal  olvidar.  Deseo  saber  cómo  habéis 
hallado  á  la  de  Altamira.  Y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De 
Brusselas  á  15  de  Noviembre  1599. — A  Isabel. — (Sobrescrito:) 
Al  Marqués  de  Denia. 

6. 

Duque:  A  mi  hermano  escribo  suplicándole  haga  merced  al 
Conde  de  Aranbergue  en  la  pretensión  que  tiene,  que  allá  en- 
tenderéis. Y  porque  él  nos  sirve  de  manera  que  nos  obliga  á 
procuralle  todo  su  byen,  no  quiero  dexar  de  pediros  lo  acordeys 
á  mi  hermano  y  procuréis  su  buen  despacho;  que  en  esto  me 
haréis  mucho  placer  por  lo  que  he  dicho.  Creo  le  conocéis  de 
cuando  estaba  ay,  y  sé  lo  que  deseáis  darme  gusto,  y  así  no  he 
menester  alargarme  en  esta,  que  con  un  correo  que  se  anda  des- 
pachando, responderé  á  la  vuestra  con  que  he  olgado  mucho,  y 
Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Brusselas  á  24  de  Enero  1 600. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma* 


7. 

Duque:  Muchas  gracias  os  doy  por  esta  carta  que  he  tenidp 
vuestra,  de  la  víspera  de  Pascua,  y  olgado  tanto  con  ella  como 
siempre;  aunque  me  ha  pesado  del  mal  de  ojos  que  habéis  teni- 
do, y  no  quisiera  os  hubiera  hecho  mal.  Los  disgustos  que  han 
pasado,  he  sentido  mucho,  pues  no  pueden  dexar  de  haber  can- 
sado á  mi  hermano,  que  es  lo  que  más  siento;  y  si  yo  estuviera 
ay,  yo  dijera  á  su  muger  cuanto  importa  hacer  la  voluntad  de 
los  maridos,  que  como  muchacha  ha  menester  quien  la  aconseje. 
Así  espero  que  lo  hará  aora  la  Duquesa;  y  que  con  eso,  todo  se 
habrá  acabado  muy  bien;  pues  ya  acá  llegan  las  nuevas  de  cómo 
se  iba  poniendo  todo  en  orden.  No  me  espanto  que  la  Duquesa 
lo  reusase,  que  es  muy  mala  cosa  estar  descasadas.  Bien  creo 
reireys  de  verme  decir  esto.  Bendito  sea  Dios  que  mi  hermano 
tiene  la  salud  que  hemos  menester. 

Las  nuevas  del  principio  de  nuestra  jornada  le  escribo,  y  así 


CORRESPONDENCIA   DE  LA  INFANTA  DOl^A  ISABEL.  27 1 

ao  OS  las  digo;  ni  á  lo  que  va  este  correo,  pues  lo  veréis  en  las 
cartais  de  negocios,  solo  que  me  ha  enviado  grandes  recados 
aquella  señora  de  lo  que  me  quiere.  No  querría  fuese  el  refrán 
de:  tanto  quiere  el  diablo  á  su  hijo.  El  cuidado  que  ponéis  en  lo 
que  nos  toca,  os  agradezco  mucho,  que  bien  sigura  estoy  que 
no  quedará  por  vos.  Harto  es  menester  lo  de  las  provisiones,  y 
más  ahora  con  este  motín  que  nos  dá  bien  en  qué  entender  por 
irse  engrosando  cada  dia;  y  sin  esto  nos  han  tomado  aora  un 
lugar  los  enemigos  de  harta  importancia,  pero  con  todo  fio  de 
Dios  lo  ha  de  remediar,  de  manera  que  no  solo  cansemos  á  mi 
hermano  con  estas  cosas,  sino  que  le  sirvamos,  como  yo  lo  de- 
seo. El  de  Fuentes  (l)  estará  muy  bien  en  Milán  con  el  millón 
por  todos  respetos,  y  más  con  la  voz  que  corre.  Buenas  bodas 
se  han  tenido  allá,  y  si  se  casan  tantas  como  acá  nos  dicen,  que- 
dará desembarazada  la  casa.  Vos  andáis  en  estas  buenas  obras, 
y  así  os  lo  quiero  agradecer;  y  el  haberme  enviado  el  ámbar  y 
almiscle,  que  tenéis  tan  buen  cuidado  de  todo  lo  que  es  nuestro 
gusto  y  provecho;  que  no  dais  lugar  á  que  os  pidamos  nada;  y 
aunque  beso  las  manos  á  mi  hermano  por  ello,  os  pido  que  vos 
lo  hagáis.  Mucho  he  olgado  con  las  changonetas,  y  gran  soledad 
me  hicieron  los  maytines  de  cuando  regábamos  juntos  mi  her- 
mano y  yo.  Bien  llena  estaba  la  tribunilla  de  dueñas  de  la  de 
Nyebla.  Estoy  muy  agradecida:  yo  aseguro  que  su  marido  haga 
bien  el  oficio:  allá  le  enviamos  aleones;  deseo  que  salgan  muy 
buenos. 

Olvídeseme  decir  á  mi  hermano  que  una  cerymonia  que  se 
ha  de  hacer  mañana  al  juramento,  es  ceñir  una  espada,  y  un 
abad  que  la  ha  de  ceñir,  no  hay  remedio  sino  que  me  la  ha  de 
poner  á  mi,  y  que  después,  si  yo  se  lo  mando,  la  pondrá  á  mi 
primo.  Myra  qué  buena  estaré  yo;  y  hemos  de  tañer  una  cam- 


(i)  D.  Pedro  Enriquez  de  Acebedo,  Conde  de  Fuentes,  nacido  en  Va- 
Uadolid  el  18  Septiembre  de  1560.  Sobre  su  grandiosa  ñgura  histórica  y 
sus  eminentes  servicios  en  Flandes  y  Milán,  de  cuyos  Estados  fué  Gober- 
nador y  Capitán  general,  véase  el  precioso  Bosquejo  encomiástico  debido 
al  Excmo.  Sr.  D.  Cesáreo  Fernández  Duro,  y  publicado  en  el  tomo  x  de 
las  Memorias  de  la  Real  Academia  de  la  Historia* 


272  BOLETÍN   DB   LA   RBAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

pana;  y  por  ser  tarde  y  haber  de  madrugar  mucho  mañana  para 
estas  cosas,  no  diré  en  esta  más  de  que  os  pido  acordéis  á  mi 
hermano  lo  que  toca  al  Marqués  de  Velada  (l),  pues  es  justo  le 
haga  merced;  y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  (iant  á  29  de 
Enero,  1600. —  A  Isabel. —  (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


8. 

'Duque:  No  quiero  se  vaya  este  (correo)  sin  que  lleve  estos 
renglones,  para  deciros  cuan  contenta  estoy  con  las  cartas  que 
acaban  de  llegar  con  Monterrey,  y  agradeceros  el  cuidado  que 
ponéis  en  todo  lo  que  nos  toca;  de  que  estoy  yo  muy  cierta  y 
vos  lo  podéis  estar  de  que  os  lo  merecemos.  No  puedo  respon- 
der aora  á  nada  por  ser  muy  tarde  y  no  detener  este  correo,  ha- 
biéndolo hecho  todo  el  dia,  que  saliendo  para  ir  á  comer  una 
legua  de  aquí,  nos  dijeron  como  pasaba.  Cierto  hemos  pasado 
malísimos  dias,  no  tiniendo  cartas  de  ay  dende  que  salimos  de 
Bruselas:  que  no  sabré  decir  el  cuidado  con  que  estaba.  Bendito 
sea  Dios  que  mi  hermano  está  bueno.  Nosotros  lo  estamos  y  al 
cabo  de  nuestra  jornada,  pues  después  de  mañana  llegaremos  á 
Bruselas,  de  donde  os  escribiré  más  largo;  que  aora  no  se  pue- 
de pasar  de  aquí.  Dios  os  guarde,  como  deseo.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomendad  mucho.  De  Binz  á  26  de  Febrero  1600. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


9. 

Duque:  Tres  cartas  vuestras  he  tenido  estos  dias,  á  que  no  he 
podido  responder,  aunque  os  he  escrito  después  acá,  porque  ha 
sido  con  correos  que  no  daban  lugar  á  ello.  Aora  lo  haré  despa- 
cio; y  primero  os  quiero  agradecer  mucho  el  cuidado  que  te- 
neis  de  escribirme  y  tan  particularmente  todo  lo  que  pasa;  de 


(1)  D.  Gómez  Dávila  y  Toledo,  Marqués  de  Velada,  ayo  de  Felipe  III 
siendo  Príncipe,  y  después  su  Mayordomo  mayor  y  de  la  Infanta  Doña 
Isabel  Clara. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DONA   ISABEL.  273 

que  yo  estoy  agradecidísima,  y  mas  sabiendo  vuestras  muchas 
ocupaciones;  y  así  no  querría  que  os  cansásedes,  que  con  esta 
condición  quiero  que  me  escribáis  las  nuevas  de  ay.  Las  que  me 
days  en  vuestra  postrera  carta  de  la  salud  de  mi  hermano,  fue- 
ron para  mí  de  grandísimo  contento,  porque  me  tenia  con  mu- 
cho cuidado  haber  sabido  que  no  andaba  bueno,  y  más  cuando 
supe  que  había  llegado  á  sangrarse,  que  como  quien  tanto  le 
quiere,  podéis  juzgar  lo  que  lo  sentiría  y  no  saber  cada  credo 
cómo  estaba.  Bendito  sea  Dios  que  tanta  merced  nos  hizo,  aun- 
que no  dexa  de  darme  cuidado  que  le  vuelva  lo  que  solia  tener, 
pues  parece  habia  muchos  dias  que  estaba  sin  ello;  y  así  os 
quiero  acordar  si  le  haría  provecho  volver  á  beber  el  agua  de 
lúpulos  y  comer  otra  cosa  que  le  daban  en  los  pasteles  que  61 
no  sabia  qué  era,  que  pienso  que  vos  lo  sabeys,  y  si  no  el  Mar- 
qués de  Velada  ó  Mercado  lo  sabrán,  que  entonces  decian  que 
le  hacia  mucho  provecho.  Por  aquí  se  dice  que  le  quieren  hacer 
una  cura,  que  aunque  no  lo  creo,  no  puedo  dexar  de  deciros 
que  por  amor  de  Dios  si  hay  algún  Doctor  que  trate  dello,  so 
mire  bien  primero,  como  estoy  cierta  que  vos  lo  haréis,  sabien- 
do con  el  amor  que  lo  servís,  que  es  lo  que  á  mí  me  tiene  más 
contenta  de  veros  á  su  lado,  porque  en  habiendo  esto,  todo  se 
acierta  muy  bien.  Bendito  sea  Dios  que  el  mal  de  la  Reyna  se 
pasó  presto,  y  espero  que  le  habrá  aprovechado  para  darse  pri- 
sa á  lo  que  deseamos. 

Las  letras  llegaron  á  tan  buen  tiempo  como  veréis  por  las 
cartas  de  mi  primo;  aunque  también  ha  habido  sus  dificultades 
en  acetallas,  como  allá  entenderéis.  Pero  todo  esto  ni  el  trabajo 
en  que  nos  ponen  estos  motines,  ni  el  haber  entregado  un  fuer- 
te al  enemigo  y  tener  otro  al  mismo  peligro,  no  siento  tanto 
como  ver  el  trabajo  que  le  han  costado  á  mi  hermano  y  á  vos, 
como  me  decis  en  vuestras  cartas;  y  también  lo  ha  hecho  don 
Hernando  Carryllo,  y  asi  me  hace  desear  con  más  estremo  ver 
esto  de  otra  manera;  que  cada  dia  no  hayamos  de  importunar  y 
cansar  á  mi  hermano,  sabiendo  de  la  manera  que  está,  y  no 
deseando  nosotros  sino  serville  y  descansalle;  y  así  hemos  do 
procurar  concluir  con  esta  guerra  lo  más  presto  que  se  pueda, 

TOMO  XLVII.  1 8 


274  BOLBTÍlf  DE  LA  RBAL  ACADBICIA  DB  LA  HISTORU. 

que  me  hace  llevar  en  paciencia  ver  salir  á  mi  primo  aora  en 
campaña,  adonde  le  pienso  seguir,  aunque  no  quiera,  en  asen- 
tando en  una  parte.  Espero  que  Dios  nos  ha  de  ayudar,  pues 
solo  llevamos  la  mira  en  ensalzar  su  fé  y  vamos  con  diferente 
voluntad  de  los  que  ha  habido  aqui  hasta  aora;  pues  cierto  lo 
que  yo  juzgo  por  lo  que  veo,  no  tenían  gana  de  que  se  acabase 
esta  guerra.  Pero  no  puedo  dexar  de  deciros  que  mientras  no  se 
pague  lo  que  se  debe  á  este  exército,  que  no  hay  que  hacer  caso 
del,  porque  se  está  á  peligro  cada  dia  de  los  motines,  que  son 
de  la  importancia  que  sabéis  para  todo,  y  se  gasta  el  doble  más 
con  ellos,  sin  poderse  hacer  otra  cosa,  y  se  pierde  la  reputación; 
y  cuando  mi  hermano  se  quiera  servir  de  esta  gente  en  otra 
parte,  será  sin  provecho:  que  estando  las  cosas  de  Francia  como 
se  ven,  no  dexa  de  ser  de  consideración.  Y  porque  sé  que  sa- 
bréis considerar  todo  esto,  no  me  alargo  más. 

Don  Hernando  Carryllo  llegó  á  muy  buen  tiempo,  porque 
tomó  la  posta  del  medio  camino.  Hemos  olgado  mucho  con  su 
venida;  y  yo  mucho  de  que  le  conoscays  por  hombre  de  tanto 
servicio  como  es.  Háme  dicho  todo  lo  que  le  encargastes;  á  que 
le  he  respondido;  pero  no  quiero  dexar  de  agradeceros  mucho 
todo  cuanto  me  ha  dicho  de  vuestra  parte,  aunque  no  era  cosa 
nueva  para  mí,  pues  sé  de  la  manera  que  siempre  habéis  acudi- 
do á  todo  lo  que  nos  toca;  y  bástame  á  mí  saber  cómo  servís  á 
mi  hermano  y  la  merced  que  él  me  hace,  para  que  tuviera  el 
agradecimiento  que  es  justo;  y  así  podéis  creer  que  le  tengo  y 
que  conforme  á  él,  holgaré  siempre  de  veros  muy  acrescentado. 

Lo  de  Ingalaterra  camina  como  allá  veréis;  y  quisiera  harto 
que  mi  hermano  oyese  al  Audencycr  de  la  manera  que  anda 
con  sus  años  á  cuestas  la  Reyna  y  lo  que  danga.  Yo  he  llegado 
á  tal  privanza  con  ella,  que  hace  una  reverencia  cuando  me 
nombra,  y  creo  que  es  para  obligarme  á  que  la  hiciese  yo,  cuan- 
do la  nombrase;  pero  yo  me  escuso  con  que  no  se  usa  en  mi 
tierra.  Allá  gana  dizque  tienen  de  la  pax,  pero  queriéndola  á 
su  salvo  y  todo:  dizque  es  de  miedo  de  la  grandeza  de  Francia, 
que  si  fuese  la  que  el  Rey  desea,  no  es  nada  el  mundo,  y  así  es 
muy  bien  estar  sobre  aviso  en  todas  partes.  Mejor  se  pudiera 


CORRISPONDBTCIA  DB   LA   INPAMTA  DOSÍA  tSABBL.  275 

tomar  el  de  Saboya  (l),  que  tras  haber  negociado  tan  mal  como 
allá  se  sabrá,  ha  sido  vergüenza  de  la  manera  que  le  han  tratador 
para  como  lo  hacia  mi  padre,  que  esté  en  el  cielo:  con  ser  su 
suegro,  era  bueno.  Ahora  dicen  se  casará  el  Rey,  y  ya  tiene 
puesta  la  casa  á  su  muger  y  por  mayordomo  mayor  á  un  mer- 
cader floren tin,  y  por  camarera  á  la  Duquesa  de  Nevers:  que 
viene  bien  lo  uno  con  lo  otro. 

A  mi  hermano  he  escrito  lo  que  faltaba  de  nuestra  jornada; 
que  tendrá  que  reir  tanto  como  con  la  espada.  Brava  folla  de 
bodas  se  han  tenido  allá.  La  de  Fontenao  de  acá,  como  fue  en 
el  byllage  no  supimos  bien  las  nuevas  della,  aunque  algunos  fue- 
ron allá,  que  pudieran  contar  arto,  si  osaran,  pero  todos  volvie- 
ron muertos  de  hambre.  La  sortyja  es  el  mejor  presente  que 
han  tenido,  pues  el  del  Emperador  no  pasó  de  mil  florines.  Ha 
<Íe  estar  el  de  Havre  tan  vano  con  ella  que  no  nos  hemos  de 
poder  averiguar:  con  él  pensé  que  os  habia  escrito  agradecién- 
doos el  despacho  del  de  Bucoy,  y  creo  que  no  lo  he  hecho.  El 
llegó  á  tiempo  que  le  habían  dado  en  fyado  por  quince  dias  para 
que  buscase  su  rescate,  y  no  le  faltaban  sino  tres,  y  tenia  ya  re- 
caudo para  volverse  á  la  prisión,  porque  no  habia  hallado  quien 
se  lo  prestase.  Contentísima  me  tiene  lo  que  me  ha  dicho  Don 
Hernando  Carryllo  de  la  manera  que  la  Duquesa  viene  á  Pala- 
cio; asi  lo  esperé  siempre,  porque  la  conosco,  que  aunque  se 
enoja,  tiene  muy  buena  condición,  y  así  la  quieren  todas  mu- 
cho; y  es  gran  cosa  saber  lo  que  se  ha  de  hacer  en  cada  cosa,  y 
muy  necesario  reñyr  á  las  veces.  No  es  este  el  menor  servicio 
que  habéis  hecho  á  mi  hermano:  bien  debió  de  trabajar  con  el 
mal  de  la  Reyna,  pues  le  costó  estar  mala.  Todo  lo  que  me  de- 
cis  de  la  Marquesa  del  Valle  (2),  creo  yo  muy  bien  y  que  sabrá 


(1)  El  Duque  de  Saboya,  casado  con  la  Infanta  Doña  Catalina,  herma- 
na de  la  Infanta  Doña  Isabel,  en  virtud  de  un  tratado  celebrado  con 
Francia  debía  restituir  el  Marquesado  de  Saludo,  y  no  habiéndolo  cum- 
plido, Enrique  IV  mandó  invadir  sus  Estados. 

(2)  Doña  Mencia  de  la  Cerda,  hija  del  Conde  de  Chinchón,  á  la  sazón 
viuda  de  D.  Hernando  Cortés,  tercer  Marqués  del  valle  de  Oajaca,  y  nie- 
to del  conquistador  de  Méjico.  Fué  nombrada  aya  de  la  Iníanta  hija  de 


S76  BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

hacer  cualquier  cosa  con  su  buen  entendimiento.  Muy  contenta 
estoy  del  preñado  de  la  de  Niebla,  que  sin  duda  le  tengo  perdi- 
da la  mala  voluntad.  Mucho  me  ha  pesado  del  mal  de  la  de  Sa- 
rria y  Francisquita,  y  que  obligase  á  quedarse  en  Madrid,  que 
habrán  sido  muy  buenos  los  dias  de  Toledo,  y  de  que  el  Carde- 
nal haya  recibido  el  capelo,  haciéndole  mi  hermano  merced  de 
hallarse  delante,  he  olgado  infinito,  por  las  razones  que  tengo 
para  ello.  Mucho  me  pesa  que  la  Condesa  de  Altamira  trayga 
tan  poca  salud:  si  ella  acertara  á  hallarse  este  año  en  Roma  como 
su  hermana,  creo  no  hubiera  sacalla  de  ally.  Aun  no  sabemos 
que  haya  llegado  allá  la  de  Lemos,  aunque  la  aguardaban;  y  yo 
asiguro  que  dexé  artos  amigos  allá.  Tenéis  tanto  cuidado  de  todo 
lo  que  hemos  menester  que  no  dexais  lugar  á  que  os  pida  nada- 
Digo  esto  por  el  algalia,  que  llegó  muy  buena:  besa  las  manos  á 
mi  hermano  por  ella  y  á  vos  os  agradezco  este  cuidado  entre 
tantos  otros.  Muy  bien  sé  que  habéis  hecho  mucha  amistad  al 
de  Velada  siempre,  y  él  está  muy  reconocido  della.  Espero  que 
mi  hermano  le  ha  de  hacer  la  merced  que  le  suplico,  y  así  os 
pido  que  se  lo  vais  acordando.  La  Condesa  de  Uceda  tiene  una 
pretensión  para  su  yerno,  que  creo  os  escribirá  Don  Hernando 
Carryllo;  si  él  fuera  apropósito  para  aquello,  me  haréis  placer  en 
procurallo;  y  si  no  fuere  muy  á  propósito,  no  quiero  que  habléis 
en  ello.  Nuevas  de  acá  las  que  hay  escribo  á  mi  hermano:  con 
arta  soledad  de  las  de  aora  un  año.  Anduvimos  las  estaciones,, 
que   muy  bien  nos  pagamos  en  esto,  y  Dios  os  guarde  como 
deseo.  De  Bruselas  á  7  de  Abril,  l6oo. — A  Isabel. — (Sobrescri- 
to:) Al  Duque  de  Lerma. 

10. 

Duque:  Acabando  de  cerrar  la  que  va  con  esta,  me  dan  la 
vuestra  de  1 6  de  Mayo;  y  de  nuevo  os  vuelvo  á  agradecer  el 
cuidado  que  tenéis  de  todo  lo  que  nos  toca,  y  de  escribirme;  y 

Felipe  III.  Era  sobrina  de  otra  del  mismo  nombre,  tan  voluble  como  ca- 
prichosa, que  estando  á  punto  de  casar  con  el  Almirante  de  Aragón,  Don 
Francisco  de  Mendoza,  lo  dejó  plantado  y  desairado.  Ya  veremos  más 
adelante  cómo  esta  sobrina,  tenía  algo  del  carácter  de  su  tía. 


CORRBSPOMDBNCIA  DB  LA  INFANTA '  DONA  ISABEL.  277 

todo  me  lo  debéis  por  lo  que  yo  siempre  he  fiado  y  fio  de  vos; 
y  asi  me  he  olgado  mucho  de  q^ue  esta  carta  vuestra  viniese  á 
tiempo  que  pudiese  responderos  á  lo  que  me  decís  en  ella  de 
Jacyncurt,  que  os  confieso  nre  tiene  muy  escandalizada  y  desean- 
do mucho  saber  quien  haya  podido  ser  el  autor  de  tan  gran 
maldad  y  testimonio,  porque  os  prometo  que  no  solo  hace  ma- 
los oficios  por  vos,  pero  que  siempre  me  está  diciendo  lo  que 
todos  le  escriben  de  cómo  tomáis  todo  lo  que  nos  toca,  y  lo  que 
debemos  agradecéroslo  y  que  lo  que  pasó  en  Vinaroz,  que  pue- 
<io  jurar  con  verdad  que  cuanto  ha  que  estamos  acá  no  lo  he 
oido  mentar  á  ella  ni  á  nadie ;  y  que  es  tan  vuestra  amiga  y 
<iesea  tanto  bien  á  todas  vuestras  cosas  como  cuando  más  lo 
-era;  y  creo  que  habréis  probado  que  lo  sabe  ser.  Yo  no  le  he 
osado  decir  nada  por  lo  que  sé  que  lo  sentiría  y  con  razón,  sien- 
•do  tan  gran  mentira;  pero  asiguroos  que  cuando  ella  lo  quisiera 
hacer,  que  yo  no  escuchara  tal  cosa,  pues  tengo  tan  probada 
vuestra  voluntad  por  las  obras;  y  así  todos  cuantos  quisieren  ha- 
blar con  verdad  pueden  decir  el  mucho  agradecimiento  que  te- 
nemos della,  y  asiguroos  y  creed  que  es  esto  así  y  que  nayde 
podrá  aunque  quiera  haceros  creer  otra  cosa,  pues  yo  sé  de  la 
manera  que  vos  y  toda  vuestra  casa  han  servido  -siempre,  y  con 
«1  amor  y  fydelidad  que  lo  han  hecho  y  lo  que  puedo  fiar  de 
vos;  y  así  os  pido  que  no  os  dé  cuidado  todo  lo  que  os  han  di- 
cho; sino  que  cuando  oyais  cosas  como  estas,  hagáis  tan  poco 
caso  dellas  como  merecen  tan  grandes  mentiras. 

Pues  no  me  decís  nada  del  preñado  de  la  Rey  na,  jusgo  que  no 
debe  de  ser  verdad  como  aquí  habían  escrito  todos,  y  así  estoy 
con  cuidado  de  escribir  la  norabuena  á  mi  hermano,  aunque  sir- 
va de  buen  agüero;  y  por  no  detener  el  correo  no  le  vuelvo  á 
escribir  la  carta  sino  fuere  cierto.  Vos  me  disculpad,  que  quien 
está  tan  lexos  no  es  mucho  que  las  nuevas  no  lleguen  ciertas;  y 
porque  en  esotra  carta  os  digo  todo  lo  que  hay  acá,  acaba  esta 
con  que  os  guarde  Dios  como  deseo.  De  Bruselas,  á  28  de  Ma- 
yo l6cx). — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


ayZ  BOLETÍN  DB  LA  BSAL  ACADBMIA  DB  LA  HI8TOKIA. 


U. 

Duque:  Aunque  ha  días  que  no  he  tenido  carta  vuestra,  na 
quiero  que  se  vaya  este  correo  sin  escribiros  y  agradeceros  mu- 
cho lo  que  sé  que  trabaxais  por  todo  lo  que  nos  toca;  de  que 
estoy  yo  tan  cierta  que  no  es  menester  que  me  lo  digan  con  to^ 
das  las  cartas  que  tengo  de  ay  para  creello.  Vos  lo  podéis  ha- 
cer (l):  el  mucho  agradecimiento  que  tenemos  dello  y  que  oiga- 
remos  de  mostrárosle  siempre.  Contentísima  me  tiene  la  mejoría 
de  los  achaques  de  mi  hermano,  como  quien  le  quiere  tanto,  que 
os  prometo  que  no  me  trayan  con  sosiego;  y  mas  temiendo  no 
le  errasen  la  cura,  aunque  el  estar  vos  ahí  me  asiguraba  en 
parte  desto:  que  sé  el  amor  con  que  le  servys  y  el  cuidado 
con  que  lo  haryades  mirar.  El  preñado  de  la  Reyna  me  tiene 
muy  contenta.  Dios  lo  lleve  adelante  como  es  menester.  Confie- 
soos  que  no  hay  credo  que  no  imajine  á  mi  hermano  lo  que  ha 
de  hacer  con  un  hijo:  que  por  una  parte  ha  de  morir  f)or  jugar 
con  él,  y  por  otra  se  ha  de  correr  de  tomalle  en  brazos. 

De  lo  de  aquí  no  sé  cosa  buena  que  deciros;  pues  el  fuerte  de 
Sant  Andrés  se  perdió,  como  yo  siempre  pensé;  y  aunque  no  se 
podia  socorrer,  á  mi  parecer  se  pudiera  haber  divertido  al  ene- 
migo, mas  no  se  puede  juzgar  destas  cosas  sino  sobre  el  he- 
cho. Este  motín  nos  ha  hecho  para  todo  mil  daños.  El  ha  pa- 
rado en  lo  que  veréis  por  las  cartas  de  negocios,  y  por  lo  que 
escribo  á  mi  hermano,  lo  que  ha  estorbado  no  salir  mi  primo  en 
campaña.  Harto  deseo  que  se  concluyan  estos  Estados  (2)  para 
que  lo  pueda  hacer,  pues  todo  lo  demás  es  en  valde.  Ahora  di- 
cen que  los  enemigos  quieren  yr  sobre  la  Esclusa  (3)  para  que- 
mar las  galeras,  que  les  dan  mucha  pesadumbre.  Avisadas  están 
y  apercibidas.  Dios  las  libre;  que  ellos  tienen  tantas  invinciones 


(i)    Sic:  por  creer. 

(2)  Hallábanse  reunidos  los  Elstados  generales,  como  era  costumbre  en 
aquellos  países  al  principio  de  cada  reinado. 

(3)  Plaza  fuerte  marítima. 


f 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOf^A  ISABEL.  279 

de  fuegos,  que  es  menester  bien  estar  sobre  el  aviso,  y  aun  en 
todas  partes;  pues  este  casamiento  del  Rey  de  Francia  está  ya 
concluido;  y  él  aunque  de  secreto  ayuda  cuanto  puede  á  todos 
nuestros  enemigos.  Plega  á  Dios  que  la  de  Ingalaterra  no  haga 
otro  tanto,  sí  se  concluyen  las  paces;  que  muy  buen  ánimo  lle- 
vaban los  dyputados,  y  Don  Fernando  (l)  no  es  hombre  que  le 
engañarán,  porque  conoce  los  humores;  y  asi  está  muy  bien 
ally. 

A  la  Duquesa  y  á  toda  vuestra  gente  dad  mis  recados,  que  de 
todos  deseo  saber  siempre  muy  particularmente;  y  no  nos  dexen 
tanto  sin  cartas,  que  no  se  puede  sufrir.  Hacéme  placer  de  acor- 
dar á  mi  hermano  lo  que  le  escribo  de  Don  Rodrigo  Laso;  que 
él  nos  sirve  tan  bien  que  nos  tiene  muy  obligados;  y  así  toda  la 
merced  que  mi  hermano  le  hiciere,  la  tendré  por  propia;  y  Dios 
os  guarde  como  deseo.  De  Brusselas  á  28  de  Mayo,  1600. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


12. 

Duque:  Muy  despacio  quisiera  responderos  y  agradeceros  una 
carta  que  tengo  vuestra,  pero  la  prisa  que  es  menester  que  lleve 
este  correo,  no  me  dá  lugar  á  más  que  agradeceros  mucho  todo 
cuanto  me  decís  en  ella,  y  el  cuidado  que  ponéis  en  todo  lo  que 
nos  toca,  que  es  muy  conforme  á  lo  que  siempre  he  nado  de  vos 
que  lo  podéis  hacer,  de  que  estamos  reconocidísimos  desto,  y 
que  olgaremos  siempre  con  ocasiones  para  mostrarlo.  Por  las 
cartas  de  negocios  vereys  cuanto  es  menester  dar  prisa  á  las 
provisiones,  y  vuestro  buen  cuidado:  el  que  le  dá  á  mi  hermano 
siento  en  el  alma,  y  lo  que  á  vos  os  cuesta,  que  sé  cuanto  es;  y 
así  se  hace  todo  cuanto  se  puede  de  nuestra  parte  para  que  esto 
sea  lo  menos  que  sea  posible  y  para  escusar  estos  motines  y 
acabar  de  una  vez  de  componer  esto;  y  no  escusaremos  para 
ello  trabaxo  ni  pesadumbre,  sin  bien  hay  artas  sobre  las  refor- 


(i)    D.  Femando  Carrillo,  nombrado  por  Felipe  III  para  ajustar  las  pa- 
ces con  Inglaterra. 


28o  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

maciones.  Los  Estados  andan  bien  y  espero  nos  ayudarán  más 
'  de  lo  que  se  pensó.  Hanse  allanado  todos  los  inconvenientes  que 
huvo  al  principio:  que  donde  hay  tantos  votos  no  es  de  espantar 
que  no  todos  sean  buenos.  Allá  veréis  el  disparate  de  Ingalaterra. 
La  brevedad  de  la  respuesta  importa,  como  ellos  deben  escribir. 
He  gustado  mucho  de  todas  las  nuevas  que  me  escribís  y  tenido 
en  mucho  el  rato  que  hurtáis  para  esto ,  sabiendo  los  pocos  que 
tenéis  desocupados.  Olgara  de  alargarme  sobre  algunas  cosas  do 
A'uestra  carta,  pero  con  el  primero  lo  haré  despacio;  y  aora  solo 
digo  que  me  ha  espantado  la  carta  del  privado,  pero  pues  vos 
sabéis  las  maldades  del  mundo  y  vuestra  voluntad  y  con  la  ra- 
zón que  mi  hermano  está  satisfecho  della,  no  tiene  para  qué  da- 
ros cuidado  nada  deso ,  sino  reíros  dello. 

A  la  Duquesa  y  á  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho; 
c{ue  he  olgado  mucho  de  saber  de  todos;  y  aora  tengo  más  en- 
vidia á  la  estancia  de  Aranjuez,  que  he  sabido  que  resucitó  la  de 
Altamira  y  estuvo  allá.  Muy  bien  hicistes  en  llevalla.  Hacedme 
placer  de  decir  á  Mora  (l)  que  sí  tiene  compuestas  algunas  trazas 
(le  las  que  le  quedaron,  nos  las  envíe,  porque  no  querría  que  se 
acabasen  de  caer  algunas  casas  que  tenemos  aquí;  que  aunque 
no  se  puede  hacer  en  ellas  aora  mas  que  sustentallas ,  lo  que  se 
hubiere  de  hacer  para  esto  querría  que  sirviese  después,  y  no  he 
querido  que  toquen  á  ellas  por  no  tener  el  voto  de  Mora,  que  no 
hallo  acá  quien  sepa  la  myta  que  él;  y  si  tuviéredes  algún  rato 
ocioso  veldas ,  que  ya  sé  cuan  buen  maestro  sois ,  y  en  todo  ol- 
garé  con  vuestro  voto;  y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Brus- 
selas  á  17  de  Junio,  1600. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 

13. 

Duque:  La  desgracia  (2)  que  nos  ha  sucedido  es  de  manera  que 
solo  puede  tener  por  consuelo  ver  que  Nuestro  Señor  lo  ha  hecho 

(1)  D.  Francisco  de  Mora,  trazador  ó  arquitecto  mayor  de  Palacio, 
muy  estimado  de  Felipe  II  y  de  toda  su  Corte. 

(2)  Reñérese  á  la  desgraciada  batalla  de  las  Dunas,  dada  en  2  de  Julio 
de  1600,  entre  las  tropas  de  los  Estados  rebeldes  y  las  del  Archiduque,  en 


CORRBSPOKDBNCIA   DB   LA   INFANTA  DOXA   ISABEL.  28 1 

y  sabe  para  qué,  y  que  le  debemos  de  merecer  esto  y  mucho 
más,  aunque  yo  veo  que  no  le  sabré  servir  jamás  la  mucha  mer- 
ced que  me  ha  hecho  en  haberme  librado  á  mi  primo  del  peli- 
gro en  que  ha  estado,  en  que  ha  dado  buena  prueba  de  su  va- 
lor, y  con  las  veras  que  vuelve  por  la  causa  de  Nuestro  Señor, 
pues  ha  aventurado  su  vida  de  manera  que  si  él  no  le  hubiera 
librado  milagrosamente,  fuera  imposible  escapar;  y  los  que  an- 
daban con  él  que  erail  4  ú  5>  dicen  que  mil  veces  le  vieron  de 
manera  que  estaban  ya  para  decir  que  era  él,  que  no  le  mata- 
sen. Mira  habiendo  pasado  esto  por  él,  cual  puedo  yo  estar;  y 
viendo  perdida  la  mayor  ocasión  que  podíamos  desear  para  aca- 
bar de  una  vez  con  esto  y  no  cansar  á  mi  hermano,  en  tiempo 
que  vemos  que  lo  ha  tanto  menester  para  otros  cabos;  pero  el 
aprieto  en  que  estamos  es  de  manera  que  es  fuerza  representár- 
sele y  suplicalle  por  el  remedio,  que  es  solo  el  consuelo  que  yo 
tengo,  pensar  que  le  tengo  de  hallar  en  él  para  todos  mis  tra- 
baxos,  y  que  estáis  vos  á  su  lado  para  acordárselo,  y  saber  de 
la  buena  gana  que  lo  haréis  y  lo  que  os  dolerá  vernos  de  la  ma- 
nera que  estamos.  Yo  os  confieso  que  solo  acordarme  desto  me 
anima,  pues  me  veo  aqui  sin  mi  primo,  y  él  metido  en  tantos 
trabaxos  y  cuidados;  y  tras  desto  estoy  con  mil  sobresaltos, 
porque  por  más  que  se  lo  he  pedido,  sé  que  siempre  que  le 
viniere  la  ocasión,  que  será  cada  dia,  se  pondrá  el  prímerp  al 
peligro;  pero  también  os  confieso  que  ha  ganado  tanta  reputa- 
ción con  haber  peleado  con  su  persona,  como  lo  ha  hecho,  que 
después  que  le  he  visto  bueno,  no  quisiera  que  lo  hubiera  dexa- 
do  de  hacer  por  nada;  y  así  me  he  olgado  de  que  la  herida  que 
sacó  fuese  cuchyllada,  pues  se  vé  por  ella  que  peleó  por  sus  ma- 
nos y  no  con  arcabuz  de  lejos,  sino  cpn  su  espada.  Espero  que 
esta  sangre  que  ha  derramado  por  nuestro  Señor,  nos  la  ha  de 
pagar,  como  lo  va  haciendo  ya,  que  ha  puesto  tanto  ánimo  en 
nuestros  vasallos  que  dicen  que  venderán  hasta  sus  hijos  por 


la  que  íué  éste  completamente  derrotado  y  herido,  quedando  prisionero 
de  los  holandeses  el  Almirante  de  Aragón  y  muchos  otros  oficiales  y  sol- 
dados. Para  más  detalles  véase  mi  estudio  sobre  este  personaje. 


282  BOLETÍN   DB  LA   REAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

ayudarnos.  1  lubiéramos  despachado  luego,  pero  por  poder  decir 
lo  cierto  en  todo,  no  se  ha  hecho:  que  estos  dias  todo  ha  sido 
•confusión;  y  porque  de  las  relaciones  que  envía  mi  primo  enten- 
deréis todo  particularmente,  no  digo  yo  mas  en  esta;  y  también 
porque  os  prometo  que  no  estoy  para  ello,  porque  no  acabo  de 
volver  en  mí. 

A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  y  á  la  Marquesa  del 
Valle;  que  bien  sigura  estoy  que  no  serán  las  que  sentirán  me- 
nos esta  desgracia.  Tras  deste  correo  que  va  con  toda  diligencia, 
enviaremos  persona  que  dé  muy  particular  cuenta  de  todo  á  mi 
hermano,  Y  Dios  os  guarde,  como  deseo.  De  Gantá  12  de  Julio, 
l6oo. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  A\  Duque  de  Lerma. 

(Acompaña  á  esta  carta  una  cuartilla  apaisada,  de  mano  tam- 
bién de  la  Infanta  Archiduquesa,  que  dice:) 

Duque:  A  Frías  (i)  hacemos  quedar  acá  por  la  falta  que  hay 
de  hombres  de  su  profesión  y  habelle  menester.  Hacedrae  pla- 
cer de  tener  cuenta  con  que  no  por  esto  se  le  haga  agravio  en 
su  antigüedad  y  en  todo  lo  demás  que  le  tocare,  pues  él  no  dexa 
de  ir  á  servir  por  su  voluntad,  sino  por  lo  que  he  dicho. 

14. 

Duque:  Agustín  de  Herrera  vá  ay  á  dar  cuenta  á  mi  herma- 
no de  lo  que  ha  pasado  y  del  estado  de  las  cosas.  Hános  pare- 
cido envialle,  aunque  no  dexará  de  hacernos  falta,  porque  nayde 
sabrá  mejor  que  él  hacer  relación  de  todo,  como  quien  no  ha 
dexado  de  hallarse  en  todo  lo  que  se  ha  ofrecido ;  y  aunque  sé 
que  no  es  menester  deciros  nada  de  lo  que  nos  toca,  por  el  cui- 
dado que  tenéis  en  todo,  de  que  estamos  agradecidísimos,  no 
puedo  dexar  de  encargaros  procuréis  que  vuelva  luego,  porque, 
como  digo,  hace  falta  acá,  y  también  que  mi  hermano  le  haga 
merced;  que  yo  os  prometo  la  merece  muy  bieu  por  el  cuidado 
y  asistencia  con  que  sirbe,  que  es  más  de  lo  que  se  puede  decir, 
sino  se  vé,  demás  de  los  años  que  ha  que  lo  hace;  y  porque  os 

(i)    El  licenciado  Frías,  secretario  del  Archiduque. 


CORSXSPONDBNCIA  DB  LA  DfPANTA  DO&A   ISABBL.  285 

dará  nuevas  de  todo,  no  diré  yo  mas  de  que  á  vuestra  gente  me 
encomiendo  mucho,  y  Dios  os  guarde,  como  deseo. — De  Gant  á 
15  de  Julio,  1600.  —  A  Isabel.  —  (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 

16. 

Duque:  De  lo  mucho  que  sé  que  tenemos  en  vos,  nunca  espe- 
ré menos  de  lo  que  veo  por  esta  carta  vuestra,  que  habéis  sen- 
tido lo  que  acá  ha  pasado,  y  procuráis  el  remedio  con  tanto  cui- 
dado que  nos  le  hacéis  perder,  sabiendo  que  os  tenemos  ay  para 
acordar  á  mi  hermano  el  hacernos  merced.  La  que  nos  ha  hecho 
en  esta  ocasión  y  lo  que  ha  mostrado  de  sentimiento  es  de  ma- 
nera que  no  sé  cómo  se  lo  podamos  servir  nunca;  pero  sé  que 
no  deseamos  otra  cosa  sino  poner  la  vida  por  su  gusto  y  descan- 
so, y  que  á  medida  desto  se  siente  el  habelle  de  cansar  en  lugar 
de  serville,  y  no  menos  lo  que  á  vos  os  cuesta  de  trabajo  lo  de 
las  provisiones  para  aqui,  pues  no  os  deseamos  sino  mucho  des- 
canso, y  muy  bien  vemos  lo  que  en  esto  debéis  de  pasar,  estan- 
do lo  de  ay  en  el  estado  que  está;  y  así  se  procura  por  todas 
vias  poner  lo  de  aquí  de  manera  que  se  pueda  perder  este  cui- 
dado. Espero  en  Dios  lo  ha  de  permitir,  pues  con  no  haber  salido 
los  enemigos  con  nada  en  esta  provincia,  como  veréis  por  las 
cartas  de  mi  primo,  parece  se  van  desengañando  los  rebeldes  de 
los  embustes  que  les  ponian  en  la  cabeza  los  que  gobiernan  y  van 
abriendo  los  ojos.  Dios  los  alumbre. 

Alborozadísima  me  tiene  la  venida  de  Don  Ilenrique  (l)j  y 
cada  dia  que  tarda,  se  me  hace  muy  largo  por  saber  muy  parti- 
cularmente de  mi  hermano  y  de  todos,  y  el  ser  él  el  que  venga,, 
ayuda  más  á  esto,  y  asi  deseamos  por  todas  razones  hospedalle 
muy  bien. 

Malos  dias  se  han  pasado  estos  con  la  voz  que  corria  de  quo^ 
estaba  rota  la  paz  entre  Francia  y  Saboya,  y  grandes  prepara- 
ciones se  hacian  en  Francia;  y  os  confieso  mis  sobrinos  me  daban 
harto  cuidado.  Ya  nos  dicen  se  han  concertado.  Plega  á  Dios  sea 

(i)    D.  Enrique  de  Guzmán,  gentilhombre  de  la  Cámara  de  Felipe  IIL 


284  boletín  de  la  real  ACADBBnA  DB  LA  HISTORIA. 

para  que  haya  sosiego  en  todas  partes.  La  yda  del  de  San  Ger- 
mán (l)  habrá  aprovechado,  que  ya  ha  días  sabemos  estaba 
en  Milán.  Harto  tonto  debe  de  ser  el  Embajador  de  Francia, 
pues  no  quiere  pasar  por  la  igualdad  del  juramento  que  se  le 
ofrecia. 

Buena  vuelta  se  ha  dado  á  Castilla.  Al  hospedaje  de  Tordesillas 
tengo  envidia,  porque  sé  cuan  bien  lo  sabe  hacer  el  alcayde.  No 
me  espanto  que  la  Duquesa  se  quisiese  quedar  allí  á  descansar,  que 
debe  de  trabajar  mucho ,  y  más  con  la  condición  que  allá  se  usa 
que  me  decís,  que  no  lo  siento  poco  por  el  descanso  y  quietud  de 
quien  tanto  lo  ha  menester,  y  por  la  parte  que  les  cabrá  á  los 
que  le  quieren,  como  vos.  Espero  que  ha  de  tener  remedio  con 
los  años  y  con  ir  poco  á  poco  entablando  las  cosas:  á  que  ayu- 
dará mucho  el  buen  término  de  la  del  V^alle ;  y  asy  siento  mu- 
cho su  mal  por  la  falta  que  hará. 

Muy  bien  se  habrá  pasado  el  verano  en  la  Casa  del  Conde  de 
Benavente;  y  pues  está  ay  tan  vecina  la  de  Madalena  de  San 
Gerónimo,  hacedme  placer  de  acordar  á  mi  hermano  le  haga  al- 
guna merced,  pues  será  tan  buena  obra;  y  ella  la  ha  estado  ha- 
ciendo acá  tan  buena  (obra)  como  curar  á  los  heridos  en  el  es- 
pital,  en  que  ha  ayudado  mucho.  También  me  haréis  placer  de 
acordalle  lo  que  le  escribo  de  unos  entretenimientos  como  él 
os  dirá. 

Lo  que  me  escribís  sobre  la  caballería  destos  Estados  y  el  Al- 
mirante (2),  lo  que  os  puedo  decir  es  que  él  estaba  para  cumplir 
lo  que  mi  hermano  le  envió  á  mandar  y  se  ponia  en  orden  para 
el  camino,  y  no  lo  habia  ejecutado  por  haber  estado  malo  muchos 
dias,  y  aun  algunos  le  levantaban,  que  era  mal  de  los  que  se  co- 
jen  en  la  guerra,  que  aunque  no  creo  es  verdad,  sé  os  reiréis  de- 
11o.  Estando  en  esto,  se  ofreció  estotra  ocasión,  que  á  él  le  pa- 
reció no  era  justo  faltar  della;  y  así  en  lo  que  le  tocó,  hizo  su 
deber  y  se  perdió  honradamente;  y  así  me  parece  que  siendo 


(i)    D.  Juan  de  Mendoza,  Marqués  de  San  Germán. 
(2)    D.  Francisco  de  Mendoza,  Almirante  de  Aragón.  Sobre  este  y  otros 
sucesos  de  su  vida,  véase  mi  estudio  histórico  documentado.  * 


CORRESPONDENCIA   DE   LA  INFANTA  DO^K   ISABEL.  385 

esto  y  un  hombre  como  el  Almirante,  que  no  será  justo  proveer 
su  cargo  estando  él  preso,  sin  que  mi  hermano  le  haga  alguna 
merced;  que  en  lo  que  toca  á  la  caballería  él  no  tuvo  culpa , 
porque  ella  es  tal  que  si  no  ahorcan  á  cuantos  hay  en  ella,  no- 
hay  que  esperar  remedio;  y  así  se  ha  visto  en  lo  que  han  hecho 
en  los  motines,  que  han  sido  los  peores;  y  á  este  propósito  le 
dijo  Contreras  el  viejo,  que  por  sello  tanto  se  le  dio  licencia  para 
irse  á  descansar,  á  mi  primo,  cuando  se  despidió  del,  que  por  lo 
que  habia  pedido  licencia  para  irse  y  no  quedaba  á  morir  en  es^ 
tos  Estados,  era  porque  veia  la  caballeria  de  manera  que  en  la 
primera  ocasión  se  habían  de  perder  y  echalle  en  afrenta,  y  que 
asi  se  lo  avisaba,  para  que  no  se  fiase  della.  Y  asi  es  mucho  me» 
nester  poner  remedio  en  ella.  Plega  á  Dios  que  se  pueda,  que 
aunque  hay  muchos  buenos  soldados,  muy  pocos  ó  ninguno  para 
deciros  la  verdad  que  entienda  desto;  y  creed  que  esto  de  la 
guerra  que  se  platica  muy  bien,  pero  que  es  muy  diferente  en 
las  ocasiones  que  cada  momento  se  ofrecen  de  su  manera;  y  que 
es  como  los  trajes  que  cada  dia  se  pelea  de  la  suya.  Ahora  per- 
dimos á  La  Barlota,  que  aunque  barbero,  era  tan  gran  soldado* 
que  nos  hará  harta  falta,  y  tan  dichoso  que  en  encargándole 
algo,  lo  teníamos  por  hecho. 

Allá  sabréis  en  lo  que  ha  parado  lo  de  Ingalaterra.  Don  Fer- 
nando está  contento  y  ellos  han  pasado  buenos  dias  de  prisión  en 
aquel  lugar  sin  hacer  más  que  enviarse  recados.  Con  que  se  acá* 
ban  las  nuevas  de  acá  y  yo  ésta,  encomendándome  á  toda  vues- 
tra gente  y  agradeciéndoos  de  nuevo  el  cuidado  que  ponéis  en 
cuanto  nos  toca;  y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Gant  á  1 7  de 
Agosto,  1600. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

16. 

Duque:  Aunque  sea  víspera  de  partida,  que  siempre  son  dias 
tan  ocupados,  como  sabéis,  no  quiero  que  se  vaya  este  criado 
de  Federico  sin  dos  renglones  para  deciros  cómo  estamos  bue- 
nos y  partiremos  mañana  para  Brusselas  para  dar  más  prisa  á  la 
conclusión  de  los  Estados.  No  hay  cosa  de  nuevo,  ni  los  enemi- 


■■*>• 


286 


BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACADEMIA  1>B  LA   HISTORIA. 


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^<   -. 


gos  la  hacen.  Solo  esto  de  Salucyo  (l)  nos  pone  cuidado  á  todos, 
pues  aunque  corría  voz  que  estaba  ya  concluido,  ahora  de  nue- 
vo se  hacen  preparaciones  de  guerra  en  Francia.  Dios  ponga  su 
mano  en  ello,  porque  no  se  comience  por  aqui  algo  con  que  se 
revuelva  todo,  y  ver  metidos  á  mis  sobrinos  en  donde  están,  me 
tiene  con  harta  pena. 

Ya  deseo  saber  cómo  se  ha  pasado  en  Valladolid,  que  aquí 
hace  y  ha  hecho  tanta  calor  que  juzgo  la  habrá  hecho  allá  muy 
grande.  Sé  que  no  es  menester  deciros  nada  de  lo  que  nos  toca, 
sino  agradeceros  el  cuidado  que  ponéis  en  ello.  Ya  nos  parece 
que  tarda  Don  Henrique,  según  el  alborozo  con  que  le  aguarda- 
mos. A  vuestra  gente  y  á  la  Marquesa  del  Valle  me  encomen- 
dad, que  de  todos  deseo  saber  que  tengan  salud,  y  que  os  guar- 
de Dios  como  deseo.  De  Gant  á  24  de  Agosto,  1600. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


17. 

Duque:  Ferdynando  Espynola  os  dará  esta  y  sabrá  dar  tan 
buena  relación  de  todo  lo  de  acá  que  no  tendré  yo  que  deciros, 
no  habiendo  tampoco  cosa  de  nuevo.  El  sirve  á  mi  primo  tan 
bien,  que  por  esto  no  puedo  dexar  de  encargaros  mucho  sus 
pretensiones;  que  todo  lo  que  hiciéredes  por  él,  será  hacerme 
mucho  placer;  y  sabiendo  lo  que  siempre  procuráis  darme  gus- 
to, no  tengo  más  que  deciros  sobre  esto  sino  que  ha  mil  años 
-que  no  tenemos  cartas  de  ay;  y  tiencmc  con  pena  haber  sabido 
que  la  Reyna  no  estaba  buena,  que  aunque  no  sea  cosa  de  cui- 
dado, como  se  lo  que  se  quieren  los  bien  casados,  dámele  muy 
grande  el  que  tendrá  mi  hermano.  Ya  deseo  saber  cómo  le  ha- 
brá ido  en  lo  que  pensaba  andar,  y  espero  no  tardarán  cartas. 
A  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho  y  á  la  Marquesa  del 
V^allc,  que  me  dicen  andaba  de  boda,  y  quisiera  hallarme  pre- 
sente para  festejalla  mucho.  Acá  la  tuvimos  el  otro  dia  de  Doña 
<Jatalina  de  Castro,  aunque  el  novio  no  es  tan  mozo  como  yo 

{i)    La  guerra  sobre  el  Marquesado  de  Salucio  en  Saboya. 


CORKBSPONDBNCIA  DE  LA   INFANTA  DONA  ISABEL.  287 

quisiera,  que  es  Reguera.  Y  con  esto  quedan  remediadas  todas 
las  criadas  que  truje  de  mi  hermana.  Un  dia  destos  tendremos 
la  de  una  dama  con  un  mayordomo,  que  será  la  primera  que 
sale  de  casa.  No  es  mala  vida  andar  de  verano  en  la  guerra  y  el 
invierno  en  bodas,  que  es  más  apropiado  tiempo  para  danzar. 
Deseo  que  llegue  Don  Enrique  á  tiempo  que  le  saquen  á  un 
bran  (i),  porque  lleve  que  contar.  Y  porque  de  aquí  no  hay  mas 
nuevas,  acabo  con  que  no  nos  dexen  tanto  sin  ellas,  que  se  pue- 
de mal  sufrir.  Y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Brusselas  á  19 
de  Setiembre,  1600. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 

18. 

Duque:  Yendo  Don  Juan  de  Toledo  ay,  por  quien  escribo  á 
mi  hermano,  no  quiero  dexar  de  pediros,  se  lo  acordéis  y  ayu- 
déis en  sus  particulares,  por  haber  servido  muy  bien  á  mi  primo* 
Andamos  despachando  á  Don  Henrique,  y  para  con  él  dexo  el 
decir  lo  mucho  que  nos  hemos  olgado  con  él  y  con  todas  las 
nuevas  que  nos  ha  dado.  Y  porque  D.  Juan  las  dará  de  acá,  no 
digo  mas  en  esta  de  que  os  guarde  Dios  como  deseo.  De  Brus- 
selas á  primero  de  Octubre  1600. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

19. 

Duque:  Aunque  pudiera  escusar  esto,  siendo  Don  Enrique  el 
mensajero,  á  quien  he  dicho  todo  lo  que  me  ha  parecido  es  bien 
llevase  entendido,  no  quisiera  dexar  de  deciros  en  esta  lo  mucho 
que  hemos  olgado  con  él,  por  las  nuevas  que  me  ha  dado  de  mi 
hermano  y  de  todos  los  conocidos:  que  el  dia  que  le  cojia,  no  me 
artaba  de  preguntalle  mil  cosas.  Todas  las  que  él  me  ha  dicho 
de  vuestra  parte  han  sido  de  manera  que  no  sé  como  agradecé- 
roslas ni  deciros  la  satisfacción  que  tengo  de  cómo  acudis  á  todo 
lo  que  nos  toca,  como  se  echa  de  ver.  Creed  que  tengo  de  I;) 
uno  y  lo  otro  el  agradecimiento  que  es  justo;  y  á  vueltas  desto 

(i)  •  Bran  de  Inglaterra,  baile  usado  en  España  antiguamente. 


288  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

no  quiero  dexar  de  agradeceros  de  la  manera  que  me  ha  dicho 
Don  Enrique  que  servís  y  descansáis  á  mi  hermano,  que  bien 
cierta  estoy  yo  desto  y  lo  estuve  siempre,  y  así  olgé  y  guelga 
mucho  de  toda  la  merced  que  os  hace,  pues  no  puede  ser  cosa 
de  mayor  contento  para  mí  que  saber  que  mi  hermano  proceda 
en  todo  como  podemos  desear  y  que  sepa  galardonar  á  los  que 
v6  que  le  sirven  con  amor  y  lealtad.  Mi  hermano,  Dios  le  guarde, 
nos  hace  de  manera  merced  que  no  se  cuando  se  la  hemos  de 
poder  servir;  y  así  ni  él  ni  vos  nos  days  lugar  á  suplicallc  nada 
que  nos  toque,  por  el  cuidado  que  tenéis  dello:  que  esto  y  ver 
lo  mucho  que  tiene  á  que  acudir  mi  hermano,  y  el  estado  en 
que  está  su  hacienda;  que  ya  que  me  lo  declaréis,  juzgo  yo  muy 
bien  el  que  es  por  lo  que  dexé  ay,  me  hace  no  acordarme  de  la 
necesidad  que  podemos  pasar,  sino  olgar  mucho  de  estrecharnos 
cuanto  sea  posible  por  no  cargar  á  mi  hermano  mas  de  lo  que 
lo  está;  y  no  hay  cosa  que  no  probase  para  acabar  con  esta 
guerra,  como  no  fuese  en  deservicio  de  Nuestro  Señor,  por  ver 
á  mi  hermano  libre  desta  pesadumbre;  que  os  prometo  siento 
mucho  más  que  nuestro  propio  trabajo.  Por  todas  estas  razones 
he  estimado  mucho  más  la  merced  que  mi  hermano  me  ha  hecho 
de  los  cincuenta  mil  ducados;  y  aunque  le  he  besado  las  manos 
por  ellos,  os  pido  lo  hagáis  de  mi  parte,  y  á  vos  os  agradezco 
mucho  la  parte  que  habéis  tenido  en  ello;  que  han  venido  á  tan 
buen  tiempo,  que  en  lugar  de  gastallos  en  alfyleres,  se  remedia- 
rán los  criados  de  casa,  que  habían  bien  menester  que  los  pagasen. 
De  aquí  no  digo  nada.  Todo  lo  dexo  para  Don  Enrique;  aun- 
que ha  estado  tan  pocos  días  que  no  ha  podido  gozar  de  nada, 
sino  muy  de  prisa,  ni  le  hemos  podido  festejar  como  deseába- 
mos por  Embaxador  de  mi  hermano,  que  se  hallaba  tan  indigno 
de  sello,  que  no  había  quererse  cubrir.  El  va  gran  dangador;  y 
cierto,  tiene  mi  hermano  en  61  un  muy  buen  criado.  Cuelgo  que 
lo  haya  parecido  asi.  Agustín  de  Herrera  acordad  que  nos  le  en- 
víen; que  hace  falta  acá  para  todo,  y  la  gente  será  muy  bien 
recibida  siempre  que  viniere,  aunque  temo  que  nuestros  navios 
traerán  poca,  porque  no  cabe  en  ellos  mucha,  que  son  peque- 
ños, que  porque  sean  más  lijeros  y  puedan  entrar  por  las  oana- 


CORRESPONDENCIA  DE   LA  INFANTA  DOÑA  ISABEL.  289 

les,  los  hacen  así,  que  se  tiene  hecha  la  espiriencia  que  son  de 
•más  efecto.  El  Vicealmirante  es  un  caballero  muy  de  bien  y 
que  sirve  muy  bien,  y  tqdos  sus  pasados  han  sido  grandísimos 
marineros.  Ha  sido  harto  daño  el  que  han  hecho  en  las  islas  de 
la  gente  de  Italia;  es  asi  que  no  se  puede  asegurar  nada.  El  de 
Francia  va  ganando  cada  dia  y  juntando  gente,  aunque  tras  eso 
ho  dicen  rehusa  la  pax  como  le  vuelvan  á  Salucio;  y  si  esto  es 
verdad,  no  hace  poco,  pues  tiene  ya  la  Saboya,  que  es  tanto 
mas  y  el  paso  para  toda  Italia.  El  Papa  dicen  envia  á  su  sobrino 
por  legado,  con  que  parece  no  puede  dexar  de  remediarse.  Para 
todo  estarían  sus  hijos  del  Duque  bien  sirviendo  á  mi  hermano. 
No  sé  en  qué  se  funda  su  padre. 

Bonísimo  verano  habrá  sido  el  de  Valladolid  (l)  y  no  buena 
la  ausencia  de  mi  hermano  para  la  Reyna,  aunque  entiendo  que 
con  la  edad  ha  de  yr  conociendo  lo  q\ie  debe  á  mi  hermano,  y 
otras  cosas  que  algunas  que  me  ha  contado  Don  Enrique,  que 
no  siento  poco  y  lo  que  mi  hermano  habrá  pasado.  ¡Ojala  las 
pudiera  remediar,  que  olgara  de  pasar  mucho  trabajo  en  ella  á 
trueque  de  quitar  á  mi  hermano  de  pesadumbres;  y  como  digo 
yo  espero  que  la  edad  lo  ha  de  curar  y  que  ha  de  tener  mucho 
contento,  que  como  quien  tan  bien  lo  prueba,  os  digo  que  no 
hay  trabaxo  que  lo  sea  en  habiendo  conformidad. 
"  Bonísimo  debió  de  ser  el  serao  de  la  boda  de  Tello,  y  la  acha 
de  la  Condesa  de  Alba  y  su  marido  he  gustado  mucho,  y  mi  Tía 
creo  resucitará  con  haber  visto  á  mi  hermano.  En  lo  que  me 
apuntáis,  que  se  habia  tratado  en  Consejo  d'Estado  de  enviar 
un  personaje  para  Capitán  general,  ha  hecho  muy  bien  mi  her- 
mano en  no  resolverse  sin  saber  el  parecer  de  mi  primo,  porque 
no  es  eso  lo  que  cumple  á  su  servicio  de  ninguna  manera,  ni  se 
escusaria  con  ello  el  aventurarse  mi  primo.  Lo  que  yo  os  digo, 
que  me  parecería  que  era  mejor  para  el  servicio  de  mi  hermano 
y  para  todo  seria  que  la  caballería  se  encomendase  á  persona 
que  en  caso  que  mi  primo  por  algún  achaque  no  pudiese  salir 


(i)    Residió  durante  él  la  Corte  en  esta  ciudad  y  con  frecuencia  pasaba 
Felipe  III  largas  temporadas  en  ella  y  en  Lerma. 

TOMO  XLvii.  19 


290  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

en  campaña,  se  le  ptidiese  encargar  el  exército,  ó  en  otros  casos 
que  pueden  suceder,  pues  en  fin  somos  mortales,  y  para  ellos 
estaría  bien  una  persona  asi,  si  la  hubiese,  que  yo  aunque  he 
pensado  harto,  no  hallo  ninguna  á  propósito,  y  que  no  haya  me- 
nester algunos  años  primero  para  aprender  esta  arte;  ni  en  los 
que  ay  aqui  la  veo  tampoco,  pues  no  hay  hombre  de  cuenta 
como  lo  habría  de  ser,  aunque  hay  algunos  buenos  soldados,  y 
sin  duda  ha  menester  mi  hermano  hacer  merced  á  los  que  le 
sirven  aquí  para  animar  á  otros  que  lo  hagan  y  aprendan;  pues 
nos  vemos  en  tiempo  que  hay  tanta  falta  dellos;  que  tanto  son 
menester  y  más,  si  se  rompiese  con  Francia,  y  como  quien  desea 
tanto  el  servicio  de  mi  hermano,  os  he  querido  decir  todo  esto 
que  es  lo  que  entiendo  que  cumple  más  para  él,  como  quien  lo 
vé  de  más  cerca. 

Las  piedras  begares  os  agradezco  mucho,  que  son  muchas  y 
muy  buenas,  pero  habeisme  acordado  con  esto  que  os  pida  nos 
enviéis  alguna  de  las  de  Portugal  por  hallarnos  sin  ninguna,  que 
no  sé  cuantas  que  tenia  mi  primo,  se  las  han  llevado  en  Alema- 
nia, que  no  se  puede  creer  lo  que  las  estiman  por  acá.  Mucho 
deseo  saber  que  esté  alumbrada  la  de  Niebla,  y  siento  mucho 
que  no  se  halle  la  Duquesa  á  su  parto.  A  todas  me  encomendad 
mucho,  y  díceme  Don  Enrique  que  la  de  Sarria  hace  cosas  para 
parir.  No  le  consintays  que  haga  nada  sin  consejo  de  los  docto- 
res: que  aquí  murió  una  de  otro  tanto.  Como  esta  va  segura  con 
Don  Enrique  me  he  alargado  en  ella.  Las  trazas  vinieron  muy 
buenas:  decyselo  á  Mora,  aunque  creo  que  tuvo  buen  ayudador; 
y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Bruselas  á  8  de  Octubre, 
1600. — A  Isabel. 

Para  cobrar  los  cincuenta  mil  ducados  es  menester  que  nos 
envieys  orden  para  que  los  entreguen  á  la  persona  que  mi  pri- 
mo  nombrare,  porque  dice  en  la  letra  que  los  entreguen  á  quien 
vos  nombráredes;  y  el  mercader  dice  que  con  que  le  traigan  esta 
orden,  los  dará  luego. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOl^ÍA  ISABEL.  2^1 


20. 

Duque:  Por  servirnos  Don  Pedro  de  Toledo  de  manera  que 
nos  obliga  á  procuralle  su  acrecentamiento,  escribo  á  mi  her- 
mano suplicándole  le  haga  merced  de  alguna  pensión  6  preben- 
da. Hareysme  mucha  merced  en  acordárselo,  de  manera  que 
tenga  efecto;  que  yo  olgára  harto  que  acá  le  pudiéramos  dar 
cosa  con  que  se  pudiera  sustentar;  y  porque  sé  de  lo  que  pro 7 
curáis  todo  lo  que  nos  toca,  que  no  he  menester  gastar  razQnes 
en  esto,  no  me  alargo;  mas  Dios  os  guarde  como  deseo^  De 
Brusselas  á  24  de  Octubre,  1600. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

21. 

Duque:  Lo  primero  con  que  quiero  comenzar  esta  carta,  es 
con  daros  la  norabuena  de  la  nieta  que  nos  ha  nacido ;  que  á  las 
hijas  de  mis  damas  no  les  puedo  perder  este  nombre,  y  más 
siéndolo  de  su  madre  que  tan  bien  merecido  me  lo  tiene.  Tam- 
bién os  la  doy  del  casamiento  que  me  decis  tenéis  tratado  para 
Francisquita  (l)  que  aunque  concertada,  no  se  afrentará  con  este 
nombre.  Espero  tendrá  el  contento  que  yo  le  deseo,  y  que  vos 
veréis  otros  muchos  gustos  y  contentos,  y  podeissos  asegurar 
de  que  nayde  olgará  más  de  que  esto  sea  asi.  Harto  olgara  de 
ver  los  concertados,  que  yo  asiguro  que  el  novio  sepa  hacer 
hartas  ñnezas. 

Mucho  os  agradesco  dos  cartas  que  he  tenido  vuestras,  des- 
pués que  escribimos  con  Don  Enrique ,  que  á  mi  cuenta  llegará 
cuando  ésta.  Harta  envidia  le  tengo,  pues  verá  á  mi  hermano 
tan  presto.  Mucho  he  olgado  de  entender  lo  que  me  escribís,  y 
particularmente  de  la  salud  de  mi  hermano.  Razón  tuvo  la  Rey- 
na  de  parecelle  larga  la  ausencia,  y  á  mi  Tia  creo  la  ha  sanado 
haber  visto  á  mi  hermano.  Bien  han  espirimentado  las  damas 
cuan  malo  es  estar  sin  su  ama,  pues  las  ha  costado  estar  tan  ma- 


(i)    Hija  del  Duque  de  Lerma. 


293  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

las.  Gran  obra  de  misericordia  será  ayudallas.  Acá  hemos  casado 
una,  y  los  particulares  de  la  boda  escribo  á  mi  hermano,  que  no 
son  malos  ni  los  dias  del  otoño  en  San  Lorengo  lo  suelen  ser, 
aunque  si  carga  tanta  gente,  poco  se  podrá  gozar  de  nada.  Bien 
sé  yo  quien  lo  pagará  y  quisiera  podello  remediar. 

Harto  sería  menester  que  se  hiciese  esto  de  Saboya ;  que  el 
Duque  pierde  y  no  gana.  Todos  dicen  aprovechará  la  y  da  de 
Aldobrandino,  que  está  ya  allá,  habiendo  hecho  primero  el  des- 
posorio en  Florencia.  Los  franceses  no  están  contentos  con  su 
Reyna,  porque  es  gorda.  Su  marido  dis  que  dice  que  él  vendrá 

en  concierto  como  le  aseguren  el  Papa  y  mi  hermano:  no  parece 

■ 

toma  malos  ñadores.  Mis  sobrinos  creo  estarán  ya  embarcados 
y  yo  muy  contenta  de  vellos  allá,  y  así  olgara  de  ver  á  sus  her- 
manas. Yo  espero  que  ellos  sabrán  servir  á  mi  hermano  y  dalle 
gusto. 

De  aquí  no  hay  cosa  de  nuevo  que  decir,  mas  de  lo  que  ve- 
réis por  las  cartas  de  negocios.  Aun  no  acaban  los  Estados,  aun- 
que no  queda  por  falta  de  voluntad,  que  esta  es  muy  buena,  sino 
por  no  concertarse  unos  con  otros.  Los  enemigos  tienen  ya  su 
gente  alojada,  y  así  se  ha  hecho  acá  lo  mismo.  Gran  cosa  seria 
tener  buen  golpe  della  para  la  primavera;  si  bien  los  pasos  están 
de  manera  que  no  sé  por  donde  pueda  venir  sigura.  Si  pudiése- 
mos acabar  esto  de  una  vez,  seria  lo  mejor  y  más  barato,  aun- 
que costase  algo  más  de  por  junto.  Todo  cuanto  podemos,  se 
hace ,  si  bien  es  verdad  que  estas  cosas  de  la  guerra  son  tan  in- 
ciertas que  cuando  pensáis  que  las  tenéis  en  el  puño,  las  halláis 
muy  lexos;  y  para  decir  la  verdad  yo  no  me  acabo  de  asigurar 
desta  pax  de  Ingalaterra,  que  me  parece  que  es  como  quien  dice 
meter  palabras  en  medio  para  hacer  su  hecho.  Mucho  es  menes- 
ter mirar  por  las  Indias  y  atajalles  el  ir  allá  todo  lo  que  se  pu- 
diere, porque  van  echando  muchas  raices.  Con  todo,  tengo  muy 
buen  ánimo  con  la  mucha  merced  que  mi  hermano  nos  hace  y 
con  teneros  á  su  lado,  qué  sé  cuan  bien  lo  solicitáis  y  lo  que  os 
debemos;  y  podéis  creer  que  conocemos  muy  bien  cuanto  es 
esto  y  que  olgaremos  siempre  de  tener  muchas  ocasiones  en  que 
mostraros  el  agradecimiento  que  tenemos  dello.  Sobre  el  partí- 


COBRBSPONDBNCIA  DB  LA  INFANTA  DOi^A  ISABBL.  293 

cular  que  escribo  á  mi  hermano  sobre  los  presos  (l)  de  Holanda, 
me  habéis  de  hacer  placer  de  procurar  con  muchas  veras  su 
bueno  y  buen  despacho;  que  cuando  no  hubiera  otra  obligación 
de  hacer  esta  obra  de  misericordia,  de  librar  á  tantos,  fuera  muy 
grande;  y  más  tiniendolo  ellos  tan  bien  merecido.  También  os 
acuerdo  el  negocio  del  Marqués  de  Velada,  pues  con  lo  que  sir- 
ve cada  dia,  más  tiene  merecido  que  mi  hermano  le  honre  y  haga 
merced ;  y  en  estas  vacantes  podria  haber  algo  para  Peryco  su 
hijo  de  la  Condesa  de  Uceda,  que  ella  es  tan  madre  de  sus  hijos 
que  siempre  está  llorando  por  su  remedio;  y  me  sirve  tan  bien 
que  no  puedo  dexar  de  procurársele:  su  sobrino  de  Jacincurt  se 
llama  Don  Carlos  de  la  Berdatyera.  Y  con  esto  no  tengo  más 
que  deciros  sino  encomendarme  á  toda  vuestra  gente,  deseando 
mucho  ver  á  la  de  Sarria  en  otro  tanto  como  su  hermana.  Boní- 
sima debe  de  estar  la  de  Altamira  con  los  abaninos  (2)  grandes. 
A  la  de  Lemos  quisiera  oir  sobre  ello,  y  ya  estamos  todas  ven- 
gadas de  cuanto  mal  nos  decia  d ellos.  Y  Dios  os  guarde  como 
deseo.  De  Bruselas  á  27  de  Otubre,  1600. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito:) Al  Duque  de  Lerma. 

22. 

Duque:  Aunque  no  tenga  cosa  que  sea  de  momento  que  de- 
ciros, no  quiero  que  dexeis  de  tener  estos  renglones  míos  con 
este  correo,  que  por  las  cartas  de  mi  primo  entenderéis  á  lo  que 
vá.  Cosa  es  de  gran  lástima  que  se  haya  llegado  á  tales  términos, 
que,  aunque  no  tocara,  se  podia  sentir,  y  más  por  los  que  esta- 
mos tan  vecinos  (3).  Dios  ponga  su  mano  en  todo.  Mucho  tardan 
cartas  de  ay;  á  lo  menos  así  nos  lo  parece  y  que  ha  mil  años  que 
no  sabemos  de  mi  hermano.  Olvidóseme  de  decille  que  el  otro 
dia  anduvimos  más  de  legua  y  media  á  pié,  que  nos  hicieron 
entender  que  habia  un  camino  muy  corto  para  una  romeria  que 


(i)     Los  prisioneros  hechos  por  los  holandeses  en  la  batalla  de  las 
Dunas. 

(2)  Gasa  ó  tela  blanca  con  que  las  damas  de  Corte  guarnecían,  en  on- 
das, el  escote  del  jubón. 

(3)  Parece  referirse  á  la  guerra  de  Saboya. 


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F***: 


■V 


294 


BOLETÍN  DB   LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


hacemos,  y  salió  como  digo,  que  pareció  atajo  de  los  de  mi  pa- 
dre, que  esté  en  el  cielo.  Contáselo  para  que  se  ría,  que  si  oyera 
las  mugeres,  yo  sé  que  lo  hiciera.  Estamos  buenos  y  deseo  sa- 
ber otro  tanto  de  vos  y  vuestra  gente.  A  todos  me  encomiendo 
mucho;  y  guárdeos  Dios,  como  deseo.  De  Brusselas  á  7  de  No- 
viembre, 1600. — A  Isabel. — Acordad  á  mi  hermano  que  haga 
merced  á  dos  que  le  suplico,  que  es  nuestro  despensero  mayor 
y  un  capellán. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


23. 

Duque:  Don  Luis  de  Velasco  (l)  va  á  suplicar  á  mi  hermano  le 
haga  merced;  y  porque  creo  sabéis  lo  que  ha  servido,  y  por  ser 
hijo  de  su  padre,  que  tantos  años  lo  hizo,  creo  que  no  he  menes- 
ter pediros  encaminéis  que  mi  hermano  se  la  haga,  pues  sé  de 
cuan  buena  gana  ayudays  á  los  que  lo  merecen;  y  porque  él 
dará  nuevas  de  acá,  no  diré  en  esta  más  de  que  ya  deseamos 
cartas  con  muy  buenas  nuevas  de  todos.  Y  Dios  os  guarde  como 
deseo.  De  Brusselas  á  lO  de  Diciembre,  l6cX). — A  Isabel. — '- 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma  (2). 

24. 

Duque:  A  mi  hermano  escribo  suplicándole  haga  merced  al 
licenciado  Don  Juan  (^apata  Osoryo  (3),  por  entender  sus  partes 
y  muchos  servicios,  sin  que  se  le  haya  hecho  merced;  y  así  me 
haréis  mucho  placer  en  acordallo  á  mi  hermano;  y  guárdeos 


(i)    Maestre  de  campo  del  ejército  de  Flandes. 

(2)  Á  coQtinuación  de  esta  carta  hay  una  del  Archiduque  Alberto  al 
Duque  de  Lerma,  que  sin  duda  por  equivocación  está  en  este  volumen. 
Dice  así: 

«Muy  Ulustre  Señor:  De  parte  del  Seminario  de  los  estudiantes  Irlan- 
deses de  la  villa  de  Douay,  acudirá  persona  spresa  á  la  solicitud  del  re- 
medio que  ha  menester  para  entretenerse  y  sustentarse,  sobre  que  escri- 
bo al  Rey  mi  señor  lo  que  V.  S.  entenderá....  Bruselas,  2 1  de  Hebrero  de 
1 60 1. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto.» 

(3)  Inquisidor  de  Sevilla, 


CORRESPONDENCIA  DE   LA  INFANTA  D05ÍA   ISABEL.  295 

Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  19  de  Hebrero,  1601. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


26. 

Duque:  A  mi  hermano  escribo  suplicándole  me  haga  merced 
de  dar  una  pensión  á  un  nieto  de  Doña  Isabel  de  Castro,  que  me 
está  sirviendo  de  dueña  de  retrete;  y  también  que  me  haréis 
mucho  placer  en  acordarlo  á  mi  hermano  y  encaminar  que  le 
haga  esta  merced.  Y  Dios  os  guarde,  como  deseo.  De  Brusselas 
á  22  de  Hebrero,  1601.— A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 

26. 

Duque:  Aunque  no  tengo  cartas  á  que  responderos,  no  quiero 
que  se  vaya  este  (correo)  sin  escribiros  estos  renglones,  para 
deciros  cuanto  deseo  ya  tener  cartas  de  ay,  para  saber  cómo  se 
han  pasado  los  puertos  y  la  buena  salud  con  que  se  halla  mi 
hermano,  aunque  aquí  hay  cartas  de  que  la  tiene,  y  otras  nue- 
vas que  deseo  mucho  ver  la  confirmación  dellas  y  de  que  se 
hallen  muy  bien  en  Valladolid.  Aquí  tenemos  salud,  y  no  hay 
cosa  de  nuevo,  sino  que  hoy  salen  los  santos  amotinados  de 
Dyste,  pagados  y  contentos.  Plega  á  Dios  que  hagan  aora  peni- 
tencia de  sus  pecados. 

Andamos  de  boda,  que  se  casa  una  dama  de  aquí  á  ocho 
dias,  y  hácelos  ya  tan  buenos  que  si  la  gente  llegase,  se  podría 
ir  en  campaña;  y  si  tarda,  creo  que  nos  harán  salir  sin  ella  los 
enemigos,  que  se  preparan  á  gran  prisa.  Lo  demás  de  negocios 
escribe  mi  primo;  y  yo  me  encomiendo  á  toda  vuestra  gente, 
deseando  tener  muy  buenas  nuevas  de  todos  y  veros  con  mucho 
descanso,  que  yo  asiguro  que  habréis  trabajado  harto  estos  dias 
con  la  mudanza  de  la  Corte;  y  la  Duquesa  no  menos  con  el  ser- 
vicio de  la  Reyna.  A  todos  os  guarde  Dios  como  deseo.  De 
Bruselas,  á  25  de  Hebrero,  1601. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 


29 S  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 


27. 

Duque:  Por  entender  que  tiene  partes  para  lo  que  preten- 
de Juan  Erasmo  Qhysolfo  y  haberme  pedido  mucho  le  favo- 
resca,  no  puedo  dexar  de  encomendárosle.  Y  Dios  os  guar- 
de como  deseo.  De  Brusselas  á  2  de  Margo,  lóoi. — A  Isabel. 
— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

28. 

Duque:  Ya  no  se  puede  sufrir  vernos  tantos  dias  ha  sin  cartas 
de  ay,  pues  no  puedo  yo  creer  que  es  por  tenernos  obligados:  que 
bien  cierta  estoy  que  no  consentiría  tal  el  Duque  de  Lerma.  Con 
solo  saber  que  mi  hermano  está  bueno  se  puede  pasar  esto,  y 
aora  con  la  confirmación  del  preñado  de  la  Reyna,  que  me  tiene 
contentísima,  y  hasta  que  me  deis  la  norabuena  dello,  no  os  la 
quiero  dar.  Todo  el  tiempo  se  me  pasa  en  imaginar  á  mi  hermana 
con  su  hijo  y  lo  que  hará  con  él;  y  creo  cierto  que  dende  acá 
estoy  yo  más  loca  con  esto  de  lo  que  él  lo  puede  estar  de  con- 
tento. Allá  le  escribo  que  me  pone  en  gran  cuidado  de  darme 
más  prisa  de  lo  que  imaginaba  á  tener  hijos,  porque  estos  novios 
no  sean  de  edad  disconforme.  Paréceme  que  le  veo  reyr  dé 
buena  gana,  como  lo  hacia  cuando  hablábamos  en  estas  bodas. 
Plega  á  Dios  de  alumbrar  á  la  Reyna  con  bien.  Acá  la  querría 
tener  para  parir,  que  no  se  puede  creer  qué  buenos  partos  hay. 
Yo  creo  que  lo  hace  la  mucha  manteca  que  comen.  Bien  debe 
de  tener  en  qué  entender  aora  la  Duquesa.  Decille  que  mire  si 
quiere  que  le  ayudemos  acá  en  algo.  Deseo  saber  si  tenéis  ya 
toda  vuestra  gente  en  Valladolid,  que  me  parece  que  he  oído 
que  las  muchachas  se  habían  quedado  en  Madrid.  A  todas  me 
encomendad  mucho. 

De  aquí  hay  poco  que  decir,  y  lo  que  hay  escribo  á  mi  her- 
mano; que  algunas  cosas  no  son  malas.  Lo  que  os  puedo  decir 
es  que  nos  tiene  con  cuidado  el  tardar  las  mesadas,  pues  vá  tan- 
to en  ello,  y  más  ahora  que  si  se  nos  amotinase  la  gente,  como 


CORRBSPONDENCIA  D£  LA   INFANTA  DONA  ISABBL.  297 

dan  hartas  muestras  dello,  por  haber  ya  dos  meses  que  no  se 
paga,  nos  quedaríamos  en  blanco,  y  el  enemigo  que  está  aperci- 
bido, saldría  con  todo  lo  que  quisiese;  y  demás  desto  es  en  gran 
perjuicio  de  la  hacienda  de  mi  hermano,  cualquier  dia  que  se 
tarden  las  letras  en  venir,  porque  se  habrá  de  tomar  acá  con 
tanto  interés  que  es  lástima;  y  yo  lo  siento  tanto  que  hago  todo 
lo  que  puedo  por  detenello,  pero  es  fuerza  muchas  veces,  por- 
que no  se  amotine  la  gente,  como  sucedió;  y  ya  que  nos  vemos 
libres  de  un  motín,  no  querría  por  nada  que  diésemos  en  otro;  y 
así  no  puedo  dexar  de  pediros  mucho  que  representéis  todo  esto 
á  mi  hermano  y  tengáis  la  mano  en  procurar  que  si  allá  se  halla, 
que  es  más  servicio  de  mi  hermano,  que  venga  cada  mes  de 
por  sí  y  no  juntos  como  hasta  aquí,  que  sea  de  manera  que  ven- 
gan al  plazo  justo  en  todo  caso  por  quitar  este  inconveniente^ 
que  es  en  tanto  daño  de  la  hacienda  de  mi  hermano;  y  yo  os 
prometo  que  cada  real  que  veo  gastar  della,  lo  siento  en  el 
alma;  y  que  así  se  grangea  y  se  mira  cuanto  es  posible  su  apro- 
vechamiento. También  escribo  á  mi  hermano  suplicándole,  pues 
no  han  podido  venir  los  españoles  de  Lisboa,  mande  al  Conde 
de  Fuentes  nos  envié  de  los  que  tiene,  para  poder  hacer  algo  de 
provecho  este  verano  y  resistir  á  los  muchos  aparatos  del  ene- 
migo, en  que  ha  echado  el  resto,  tomando  la  mita  de  la  hacien- 
da á  todos  los  de  la  tierra;  y  por  cada  hijo  ó  criado  un  tanto> 
que  si  no  les  aprovechase  de  nada,  espero  que  abaxarian  la  ca- 
beza y  acabaríamos  con  ellos;  que  me  hace  tornaros  á  pedir  que 
toméis  lo  uno  y  lo  otro  á  vuestro  cargo,  como  yo  sé  que  lo  ha- 
réis viendo  lo  que  nos  importa  y  que  también  va  en  ello  el  ser- 
vicio de  mi  hermano;  y  sin  esto  me  echareis  á  mí  otro  cargo  de 
más  de  los  que  sé  que  os  debo,  pues  podéis  juzgar  con  el  cuida- 
do que  estaré  aguardando  que  un  dia  destos  salga  mi  primo  en 
campaña,  y  viéndole  con  tan  poca  gente  y  que  él  no  dexará  de 
aventurarse  por  nada.  Dícennos  que  mi  hermano  anda  á  caza. 
Deseo  le  haya  ido  muy  bien  y  se  haya  olgado.  De  vos  bien  se 
que  todo  habrá  sido  trabajar  como  siempre,  pues  en  verdad  que 
para  podello  hacer  habríades  de  descansar  algún  rato;  y  si  Dios 
os  diese  todos  los  que  deseo,  serian  muchos  y  mucho  contento. 


:298  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

"El  OS  guarde  como  deseo.  De  Brusselas  á  25  de  Margo,  1601. 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lertna. 


29. 

Duque:  Tres  cartas  tengo  vuestras  á  que  responder,  y  todas  os 
las  agradesco  de  nuevo,  pues  cuanta  más  carga  veo  que  tenéis  á 
•cuestas,  tanto  más  tengo  que  agradeceros  el  rato  que  hurtáis 
para  escribirme,  y  sobre  todo  las  buenas  nuevas  que  me  dais  de 
la  salud  de  mi  hermano  y  preñado  de  la  Rey  na,  que  son  las  me- 
jores que  yo  puedo  tener  jamás.  Y  jcómo  que  tiene  razón  mi 
hermano  en  la  merced  que  me  hace  de  echarme  menos  para  so- 
lenizar  el  parto  y  servir  á  lo  que  naciere!  Pero  Nuestro  Señor 
no  lo  debe  de  haber  permitido,  porque  sin  duda  me  volviera 
loca  si  me  viera  con  un  hijo  de  mi  hermano  en  los  brazos ;  mas 
yo  espero  que  me  los  ha  de  dar  Dios,  para  que  con  esto  nos 
veamos  todos  juntos,  y  más  si  fuera  en  el  ospedaje  de  Gumiel 
■de  Mercado,  que  ya  yo  sé  cuan  bueno  seria.  No  me  espanto  que 
la  Reyna  sienta  esas  nosengyas,  que  yo  por  no  tenellas,  llevo  en 
paciencia  no  estar  como  ella,  aunque  pienso  tomar  vuestro  con- 
sejo; y  háme  hecho  reir  acordarme  que  cuando  estuve  en  San 
Juan  de  Ortega,  no  querva  besar  su  cinto  y  mi  hermano  no  hacia 
sino  porfiarme  que  le  besase;  que  yo  asiguro  que  no  se  le  ha  ol- 
vidado. Tengo  tanto  que  agradeceros  á  lo  que  hacéis  por  todo 
lo  que  nos  toca ,  que  no  sé  por  donde  comience ;  y  bien  ciertos 
•estamos  y  lo  hemos  estado  siempre  de  que  tiniendoos  ay,  que 
os  desveláis  por  ello  con  tanto  cuidado  que  nos  podíamos  des- 
cuidar dello.  Solo  siento  que  lo  de  ay  esté  como  decís,  y  que 
aquí  no  estemos  de  manera  que  no  solo  sea  menester  cansar  á 
mi  hermano,  pero  que  le  pudiésemos  servir  y  ayudar;  y  para  esto 
se  hace  cuanto  se  puede,  como  entenderéis.  Y  pues  sé  el  mucho 
•cuidado  que  tenéis  dello,  no  he  menester  deciros  más,  sino  asig- 
uraros  que  estamos  con  el  reconocimiento  que  es  justo  dello. 

Si  en  Italia  se  hubieran  dado  la  prisa  que  vos  á  enviar  la  gen- 
te, ya  pudiéramos  tener  hecho  algo  con  ella,  y  no  perdido  dos 
meses  de  lindísimo  tiempo. 


CORRESPONDENCIA  DB  LA   INFANTA  D05ÍA  ISABEL.  299 

Dias  ha  que  mi  primo  envió  persona  propia  al  de  Fuentes  á 
dalle  prisa,  y  ésta  ha  escrito  que  no  llegarán  en  estos  dos  meses. 
Rácenos  Dios  grandísima  merced  en  que  los  enemigos  se  estén 
quedos,  que  si  saliesen  no  sé  qué  nos  habíamos  de  hacer.  Pare- 
ce que  á  ellos  no  les  sobra  gente,  como  les  ha  faltado  esta  de  In- 
galaterra,  con  las  revueltas  de  allá;  y  así,  si  aora  se  les  apretase, 
todos  tienen  por  cierto  que  vendrían  á  concierto.  Los  presos  de 
Holanda  salieron  ya,  que  ha  sido  la  mejor  obra  que  habrá  hecho 
mi  hermano  y  vos  habréis  tenido  vuestra  parte.  El  Almiran- 
te (l)  quedó  por  todos,  y  cierto  lo  ha  hecho  honradamente,  pues 
pudiera  hacellos  aguardar  y  salir  él  y  no  quiso. 

De  aquí  hay  poco  mis  que  decir,  pues  por  las  cartas  de  mi 
primo  lo  entenderéis.  Andubimos  las  estaciones,  en  que  yo  sos- 
piré  harto  por  mi  hermano;  y  olvidóseme  de  decille  que  huvo 
una  prucision  de  cincuenta  diciplinantes,  que  es  la  primera  que 
se  ha  visto  acá.  Bonísima  debéis  de  poner  vuestra  casa.  Estoy 
muy  alborozada  para  ver  la  traza.  Cabrera  hará  muy  bien  lo  del 
guardar  los  montes,  y  estoy  muy  contenta  de  que  mi  hermano 
halle  tanta  caza:  eso  que  no  hay  acá,  que  está  todo  destruido 
sino  es  garzas,  que  cada  una  que  se  mata,  daría  yo  mucho  porque 
viese  mi  hermano;  y  como  está  aora  el  campo.  Espantada  estoy 
de  lo  que  me  escríbis  de  mi  Tia  (2),  aunque  ya  me  acuerdo  de 
aquellas  cosas,  y  tiniendo  la  sospecha  que  tenéis,  lo  mejor  es 
hablarle  á  ella  claro,  como  me  acuerdo  lo  hicistes  estando  ay,  y 
ella  quedó  muy  satisfecha.  Los  años  hacen  andar  el  humor  asy; 
y  por  eso  suelo  yo  decir  que  np  querría  ser  vieja.  Los  novios  que 
tenéis  en  casa ,  á  lo  menos  no  correrán  este  peligro  en  buenos 
años.  Bien  creeréis  lo  que  he  olgado  del  casamiento  de  vuestra 
nieta,  y  así  os  doy  mil  norabuenas  del,  y  ella  en  su  poca  edad 
me  lo  merece  muy  bien,  porque  era  gran  mi  amiga.  La  de  Nie- 
bla me  dicen  estaba  retirada  por  la  muerte  de  una  cuñada  suya, 
y  no  sé  por  cual,  ni  por  lo  que  debe  á  su  suegra,  para  qué  hace 
esos  estremos;  sino  que  ella  es  mujer  de  bien  á  las  derechas, 


(i)    D.  Francisco  de  Mendoza. 

(2)    La  Emperatriz  Doña  María,  hermana  de  Felipe  II 


( 


300  BOLETÍN   DB  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

como  decía  vuestra  Tia.  De  lo  que  ha  trabajado  la  de  Sarria  con 
el  mal  de  su  marido  y  del  de  Diego  Gómez  (l),  me  pesa  mucho. 
A  todos  me  encomendad  y  á  la  de  La  Bañega  (2),  que  me  dice  que 
son  los  mejores  casados  del  mundo;  y  no  podia  ser  menos  en 
aquella  casa.  En  la  de  Tavara  no  querría  le  sucediese  á  vuestra 
sobrina  como  á  la  pasada ,  porque  no  lo  merece  ella.  Del  casa- 
miento de  Don  Sancho  me  he  reido:  buenas  andarán  la  madras- 
tra y  la  andada.  No  puedo  dexar  de  encargaros  que  mireispor 
vos  y  no  os  matéis  á  trabaxar  pues  será  más  servicio  de  mi  her- 
mano que  no  le  faltéis.  Acordaos  de  su  casa  de  Madalena  de  San 
Jerónimo,  pues  la  tienen  aora  vecina:  y  Dios  os  guarde  como 
deseo.  De  Brusselas  á  12  de  Mayo,  1601. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito:) Al  Duque  Lerma. 

80. 

Duque:  En  faltándonos  cartas  no  podemos  dexar  de  quexar- 
nos,  y  yo  particularmente,  por  el  cuidado  con  que  vivo  de  saber 
de  mi  hermano;  y  así  me  parece  que  ya  ha  mil  anos  que  no  las 
tenemos,  aunque  según  lo  que  me  escribístes  con  el  correo  pa- 
sado, espero  no  tardarán  con  las  buenas  nuevas  que  deseamos. 

De  aquí  hay  bien  pocas  buenas  que  decir,  pues  nos  hallamos 
en  el  mayor  aprieto  que  hemos  tenido  después  que  venimos,  te- 
niendo ya  otro  motin  en  la  mas  perjudicial  parte  que  nos  podia 
venir,  como  entenderéis  por  las  cartas  de  mi  primo ,  y  el  poco 
remedio  que  hay  para  atajalle,  y  las  amenazas  de  toda  la  demás 
gente,  asi  españoles  como  de  todas  las  otras  naciones;  que  si  no 
se  les  acude  presto,  no  hay  que  hacer  caso  de  todo  esto;  y  aun- 
que aquí  procuramos  remediallo ,  hasta  ahora  no  ha  sido  posible 
por  haber  faltado  de  las  letras  que  han  venido  lo  que  entende- 
réis. Y  así  si  de  ay  no  se  acude  al  remedio  con  mucha  brevedad, 
en  lugar  de  esperar  que  habíamos  de  concluir  muy  presto,  con 
todo  yo  lo  veo  perdido.  Bien  sé  no  os  descuidareis  en  poner  el 
cuidado  que  soléis  en  todo  lo  que  nos  toca  y  procurar  el  reme- 


(i)    Hijo  del  Duque  de  Lerma. 

(2)    Doña  Francisca  de  Sandoval  y  Rojas,  Marquesa  de  La  Bañeza. 


CORRESPONDENCIA  DE   LA   INFANTA  DONA   ISABEL.  3OI 

dio;  pero  os  he  querido  decir  el  estado  en  que  quedamos,  y  que 
si  no  se  remedia,  mi  hermano  perderá  estos  Estados:  que  no  sé 
qué  tanto  servicio  suyo  seria  perdellos  ni  bien  para  España,  pues 
sería  acrecentar  enemigos,  y  lo  otro  perder  toda  la  gente  que 
aquí  tiene,  que  aunque  harto  bellacos  algunos,  en  fin  es  la  mejor 
gente  que  hay  en  el  mundo,  como  quien  tantos  años  ha  usado 
el  oficio  y  tanto  aquí  trabajan.  Y  así  os  pido  mucho  que  miréis 
por  todo  ello,  como  yo  sé  que  lo  haréis,  y  lo  confio  de  vos.  De 
aquí  no  sé  que  deciros  sino  esto  y  estar  aguardando  que  cada 
día  sea  peor;  con  que  se  nos  ha  aguado  un  poco  que  nos  íuimos 
áolgar  estotros  dias,  como  escribo  á  mi  hermano,  de  una  jorna- 
dilla  que  hemos  hecho  con  una  novena.  Allá  me  acordé  de  vos 
y  de  vuestra  gente,  y  á  todos  me  encomendad  mucho  y  á  la  Du- 
quesa, deseo  ya  saber  que  esté  muy  buena;  y  que  os  guarde 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  5  de  Junio,  l6oi. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

31. 

Duque:  Pudiera  esc  usar  esto,  pues  Don  Rodrigo  Laso,  que  es 
el  mensajero,  lleva  orden  de  daros  cuenta  de  todo  lo  de  aquí 
muy  particularmente,  y  tomar  vuestro  consejo  en  cómo  se  ha 
de  gobernar  en  todo,  pues  estamos  ciertos  de  la  voluntad  con 
que  le  daréis  y  acudiréis  á  la  necesidad  en  que  se  está;  y  así 
habré  menester  gastar  pocas  palabras  en  esto,  ni  en  deciros 
cuanta  es,  pues  ha  doce  dias  que  el  enemigo  está  sobre  Rynber- 
gue,  y  mi  primo  sin  osar  sacar  un  hombre  de  sus  puestos,  por- 
que no  se  amotinen,  como  lo  amenazan;  y  al  cabo  habrá  de  salir 
como  pudiere,  porque  vá  la  reputación  en  ello.  Mira  cual  puedo 
yo  estar,  y  la  gente  de  Italia  no  llegará  en  estos  veinte  dias. 
Dios  nos  ayude  y  perdone  la  mala  obra  que  han  hecho  en  no 
haber  enviado  esta  gente  dende  que  lo  mandó  mi  hermano.  Con 
mucho  cuidado  estoy  que  ha  dos  meses  que  estamos  sin  cartas 
de  ay.  Plega  á  Dios  que  todos  tengan  salud.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomiendo  mucho.  A  Don  Rodrigo  (l)  he  encargado 

(i)    Laso:  de  la  Cámara  de  SS.  A  A. 


302  BOLETÍN  DE  LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

que  me  los  visite  y  me  traiga  muy  buena  relación  de  todos;  y 
pues  él  lo  tiene  tan  bien  merecido,  como  veréis,  acordalde  á  mi 
hermano  que  le  haga  merced,  que  será  en  él  muy  bien  emplea- 
da; y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Brusselas  á  22  de  Junio, 
i6oi. — A  Isabel. 

32. 

Duque:  Por  sierto  que  yo  os  confieso  que  me  han  dado  pena 
estas  cartas  que  me  trujo  vuestras  el  capitán  Aranda,  aunque 
olgué  mucho  con  ellas  por  las  buenas  nuevas  que  me  dais  de  mi 
hermano  y  la  Reyna,  que  tenia  bien  deseadas;  pero  por  otra 
parte  veo  el  cuidado  en  que  estábades,  y  ¿os  parece  que  puede 
bastar  nayde  á  poner  desconfianza  en  nosotros  de  lo  que  vos 
procuráis  nuestro  servicio?  Yo  os  pido  mucho  que  os  asigureis 
que  cuando  todas  las  personas  del  mundo  quisiesen  hacer  malos 
oficios  conmigo  para  esto,  no  bastaría,  porque  estoy  bien  cierta 
de  vuestra  voluntad,  y  lo  mismo  os  puedo  asigurar  de  mi  primo, 
como  lo  habréis  visto  por  la  orden  que  llevó  Don  Rodrigo,  pues 
no  le  mandamos  ni  encargamos  otra  cosa  sino  que  no  hiciese  nada 
ni  tratase  de  ninguna  cosa  sin  daros  primero  cuenta  della  y  to- 
mar vuestro  parecer  en  todo,  pues  estábamos  ciertos  con  el 
cuidado  que  miráis  lo  que  nos  toca,  y  con  el  agradecimiento 
dello  que  es  justo.  Y  pues  sabéis  lo  que  yo  siempre  he  olgado 
y  guelgo  de  la  merced  que  mi  hermano  os  hace,  esto  me  parece 
os  pudiera  asigurar  de  que  estaba  satisfecha  de  vuestra  volun- 
tad; y  así  en  cuanto  á  esto  ni  aora  ni  nunca  tiene  que  daros  cui- 
dado, sino  creer  esta  verdad,  y  que  estimamos  en  más  de  lo  que 
sabría  decir  la  merced  que  mi  hermano  nos  hace,  y  conocemos 
cuan  grande  es,  y  solo  sentimos  que  esto  no  baste  para  dexalle 
de  volver  á  cansar  en  el  estado  en  que  está;  pero  el  de  aquí  no 
dá  lugar  á  otra  cosa,  como  veréis  por  las  cartas  de  mi  primo; 
aunque  espero  en  Dios  se  ha  de  salir  con  bien  desta  empresa, 
con  que  se  remediará  lo  de  Rynbergue,  que  por  cierto  se  hablan 
defendido  valerosamente,  contra  el  parecer  de  todos.  La  lástima 
que  nos  queda  no  es  sino  que  estando  á  tres  leguas  el  socorro, 
no  fue  posible  por  ninguna  via  avisárselo,  con  que  creo  no  se 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  ZKFANTA  DONA  ISABEL.  3O5. 

hubieran  entregado,  aun  que  lo  hicieron  cotí  toda  la  honra.  Yo- 
estoy  muy  contenta  de  ver  la  gente  que  tenemos,  que  me  pare- 
ce es  la  mejor  del  mundo,  y  no  se  puede  juzgar  lo  que  trabaja» 
sino  es  viéndolo;  que  bien  merecido  tienen  el  galardón.  Yo  he 
estado  tres  veces  en  el  Campo,  como  escribo  á  mi  hermano- 
muy  particularmente,  y  me  parece  que  dende  ay  acá  se  puede- 
venir  por  verlo  que  allí  se  pasa,  aunque  hay  hartas  medrosas  el 
dia  que  voy  allá;  pero  poco  á  poco  espero  las  he  de  sacar  á 
todas  valientes,  aunque  dice  la  Condesa  de  Uceda  que  hasta 
aquí  le  pesaba  de  ser  mujer,  pero  que  aora  no  quisiera  ser  hom- 
bre por  no  ir  á  las  trincheras.  Mi  primo  se  ha  ido  allá  dos  6  tres 
veces  sin  podérselo  estorbar,  por  más  que  le  he  dicho.  Hasta 
aora  poca  gente  se  ha  perdido,  que  dicen  todos  que  están  espan- 
tados, porque  nunca  tal  se  ha  visto,  hallándose  ya  donde  se  ha- 
llan, que  es  bien  cerca  del  lugar.  Plega  á  Dios  que  lo  que  falta 
sea  asy,  que  arto  se  le  suplica  por  todos  estos  Estados. 

La  muerte  de  vuestra  nieta  me  ha  pesado  mucho,  aunque  está 
en  lugar  que  puede  consolar  á  sus  padres,  y  ellos  tienen  edad 
para  tener  otros  muchos  hijos,  como  lo  espero;  que  tomaria  muy 
mal  que  no  los  hubiese  de  la  Condesa.  Con  todas  las  nuevas  que 
me  dais  he  olgado  mucho,  aunque  os  digo  lo  que  otras  veces» 
que  como  sé  lo  que  tenéis  en  qué  entender,  no  querría  os  cos- 
tase trabajo,  porque  os  deseo  en  todo  mucho  contento  y  des- 
canso; y  creo  que  tenéis  muy  poco  cuidado  de  dárosle;  y  para 
no  hacer  falta  al  servicio  de  mi  hermano,  no  lo  habíades  de  ha- 
cer ansí.  Dame  mucha  rabia  de  verme  aquí  á  la  lengua  del  agua 
y  que  podríamos  enviar  en  dos  dias  navios  á  Laredo,  estando  ay 
mi  hermano  tan  cerca;  y  estos  navios  de  los  enemigos  que  están 
guardando  las  bocas  destos  'puertos,  no  dexan  salir  ninguno  de 
los  nuestros,  ni  aun  casi  los  que  enviamos  á  cojer  marisco,  que 
en  viéndolos  detener  un  poco,  luego  envían  sus  barquitos  á  tira- 
Uos.  Las  galeras  hicieron  un  buen  lance  los  otros  dias,  pero  des- 
pués acá  no  han  salido  del  puerto,  que  á  mi  parecer  lo  pudieran 
haber  hecho  á  su  salvo,  que  ha  hecho  calma  muerta.  Estas  son  las 
nuevas  de  acá.  Espero  os  las  habrá  dado  Don  Rodrigo  muy  par- 
ticulares y  que  habréis  olgado  con  él,  que  es  hombre  llano  y  der 


304  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE   LA    HISTORIA. 

verdad  y  aquí  nos  sirve  con  tanto  cuidado  que  me  ha  obligado 
á  suplicar  á  mi  hermano  nos  le  envié  honrado  con  la  llave  de  su 
Cámara,  y  así  os  pido  mucho  lo  procuréis,  que  de  la  manera 
que  él  ha  servido,  merece  cualquier  merced  que  nxi  hermano  le 
haga.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho.  Harto  olga- 
ra  de  ver  los  casadillos.  La  de  La  Bañeza  deseo  saber  si  lo  estará 
tan  presto.  Y  guarde  os  Dios  como  deseo.  De  Neoport  á  1 1  de 
Agosto,  l6oi. — A  Isabel.—  (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma, 


33. 

Duque:  A  mi  hermano  escribo  suplicándole  m'ande  se  pague 
á  Jamant  y  Saloo  lo  que  se  les  debe  de  la  merced  que  les  hizo; 
y  porque  sabéis  lo  que  han  servido  y  lo  están  haciendo  y  muy 
bien,  os  pido  que  se  lo  acordéis  y  procuréis  se  les  dé  satisfacyon: 
en  que  me  haréis  mucho  placer;  y  Dios  os  guarde  como  deseo. 
De  Neoport  á  28  de  Agosto,  1 60 1. — A  Isabel. — (5k)brescrito:) 
Al  Duque  de  Lerma. 


(Coniifmard.) 


A.  Rodríguez  Villa. 


LÁPIDA  CÁNTABRO-ROMANA  HALLADA  EN  LURIEZO, 

PROVINCIA  DE  SANTANDER. 

En  el  pueblo  de  Luriezo,  situado  en  Liébana,  provincia  de 
Santander,  á  unos  9  km.  hacia  el  SE.  de  la  villa  de  Potes,  existe 
una  lápida ,  de  la  cual  me  dio  noticia  el  cura  párroco  D.  Juan  de 
la  Madriz  (q.  e.  p.  d.). 

Procuré  adquirir  una  copia  de  la  inscripción  antes  de  decidir- 
me á  emprender  la  subida  por  ásperos  caminos  á  la  falda  de  Peña 
Sagra  donde  apareció  la  lápida. 

Aunque  algo  confusa  la  copia,  me  convencí  al  leerla  de  que  no 
era  la  lápida,  como  se  creía,  una  losa  sepulcral  de  algún  monje 
-ó  abad,  sino  un  monumento  romano^  bien  extraño,  por  cierto,  en 


LÍFtak   CIÍXTABUO-BOMAKA.  30J 

sitios  tan  recónditos  y  ásperos,  que  por  su  fragosidad,  y  por  la 
carencia  allf  de  recuerdos  romanos,  se  consideraban  como  el  ba- 
luarte, donde  se  refugiaron  los  cántabros  nunca  domados  por 
Roma,  según  algunos  escritores. 

A  principio  de  Septiembre  del  actual  año  subí  á  Luriezo  y 
quedé  gratamente  impresionado  al  examinar  la  lápida  y  ver 
que,  sin  duda  alguna,  teníamos  en  Liébana  un  monumento  cán- 
tabro-romano:  cántabro  por  los  nombres  de  las  personas  que 
en  él  figuran,  y  romano  por  la  ¡cngua  y  caracteres  en  que  está 
escrito. 


Dice: 

MONfumentumi  ■  AMBATl 

PEN70V1ECI  AMB 

A7IQ(«>h)  PENTOVI-  H'¡")  ■  ANinorum)  ■  LX 

HOC  MON(umettímm)  -  POS(verwti)  ■  AMBA 

TVS  .  ET  -  DOIDER  VS  .  f(ilii) 

SVI 


o  de  Ambnto  Peotovieco,  de  la  gente  Ambática,  hijo  de  Pea- 
torio:  Uiedá  i  los  6o  afioa.  Erigieron  este  monumento  sus  hijos  Ambato 
yIMdero. 


TOHQ  XLVII. 


3q6  boletín  db  la  real  academia  de  la  historia. 

La  forma  de  la  lápida  es  muy  semejante  á  la  de  la  piedra  cán- 
cana descrita  é  interpretada  magístralmente  por  D.  Aureliano- 
Fernández  Guerra  en  su  libro  Cantabria,  pág.  49,  y  que  hoy  se 
conserva  en  el  Museo  Arqueológico  Nacional,  Sala  6.*,. núme- 
ro 16628. 

•La  lápida  de  Luriezo ,  cuya  fotografía  mandé  hacer  inmedia- 
tamente,  es  un  monumento  digno  de  llamar  la  atención  por  el 
territorio  en  que  aparece,  y  por  ser  un  nuevo  ejemplar  con  el 
que  se  aumenta  la  escasa  colección  de  lápidas  cántabro- roma-- 
ñas,  halladas  en  el  distrito  que  ocuparon  los  cáncanos  y  pueblos 
cántabros  limítrofes. 

Esta  piedra  ha  sido  hallada  en  el  territorio  que  cupo  á  los 
Orgenotnescos^  de  los  cuales,  tan  escasas  noticias  nos  dan  los  his^ 
toriadores  romanos,  que  ni  aún  ha  podido  averiguarse  el  sitio  de 
su  principal  ciudad. 

A  D.  Aureliano  Fernández  Guerra  se  debe  el  haber  aclarado* 
el  verdadero  nombre  de  este  pueblo  cántabro,  casi  desco- 
nocido. 

Hasta  la  aparición  de  la  lápida  de  Luriezo  puede  decirse  que 
no  se  podía  asegurar  con  monumentos  irrecusables  la  existencia 
de  los  romanos  en  estos  fragosos  valles,  último  baluarte  de  los 
cántabros  en  sus  heroicas  guerras  contra  Roma. 

En  el  territorio  comprendido  desde  el  Pico  Coriscao,  Peña 
Prieta,  Peña  Labra  y  Peña  Sagra,  hasta  los  Picos  de  Europa, 
sólo  se  había  encontrado  una  lápida  romana,  publicada  por  algu- 
nos autores,  aunque  mal  leída,  y  modernamente  bien  interpre- 
tada por  el  académico  Sr.  Fita,  haciendo  uso  de  una  fotografía 
hecha  por  D.  Celestino  Jusué. 

La  lápida  que  ahora  publicamos  es  un  testimonio  indeleble, 
después  de  muchos  siglos,  de  que  los  romanos  conquistaron  todo 
el  territorio  cántabro,  aunque  por  mal  entendido  patriotismo 
haya  quien  se  empeñe  en  seguir  creyendo  que  la  región  de  los 
orgenomescos  en  su  parte  más  fragosa  no  fué  nunca  hollada  por 
romfitnos,  godos  y  árabes. 

La  piedra  en  que  se  grabó  la  inscripción,  es  silícea,  como  ja 
Sierra  de  Peña  Sagra,  en  cuya  falda  ha  sido  encontrada,  suma- 


< . . 


LÁPIDA  cXnTABRÓ-ROMAMA.  307 

mente  dura,  hasta  el  punto  de  echar  chispas  al  golpe  del  es- 
labón. 

Su  forma  es,  según  hemos  dicho,  como  la  de  la  lápida  de  San- 
to Tomás  de  Collia  (cerca  de  Cangas),  que  describe  D.  Aurelia- 
no  Fernández  Guerra.  Parece  una  rueda  de  molino  á  la  cual  se 
hubiera  quitado  un  segmento. 

La  piedra  de  Luriezo  ofrece  otras  particulares  como  son:  su 
enorme  tamaño,  comparada  con  la  de  Santo  Tomás  de  Collia; 
tiene  un  diámetro  tres  veces  mayor;  la  altura  de  las  letras  en 
que  está  escrita  es  de  0, 1 1  m. 

He  aquí  las  dimensiones  de  la  piedra  cáncana  de  Santo  Tomás 
de  Collia  y  las  de  la  lápida  de  Luriezo : 

Diámetro  de  la  lápida  de  Santo  Tomás  de  Collia,  0,45  m.;  al- 
tura de  la  misma,  0,42  m. 

Diámetro  de  la  parte  curva  de  la  lápida  de  Luriezo  1,36  m. 
Distancia  desde  el  punto  medio  del  arco  hasta  la  cuerda  del 
segmento  I  ,lO  m.  Perímetro  de  la  parte  curvilínea  3,20  m.,  cuer- 
da del  segmento  inferior  I,  I O  m.;  de  modo  que  el  total  del  perí- 
metro viene  á  ser  de  4,30  m.,  el  grueso  de  la  piedra  es  de  0,20  m. 

Hemos  dicho  que,  atendiendo  al  territorio  en  que  se  ha  en- 
contrado este  notable  monumento  y  á  las  personas  que  en  él 
figuran,  debe  clasificarse  en  el  reducido  grupo  de  inscripciones 
cántabro-romanas,  halladas  en  el  territorio  que  ocuparon  los 
pueblos  cóncanos  y  sus  limítrofes,  selenos,  vadinienses  y  orge^ 
ñámeseos.  Estos  últimos  llegaban  por  el  Sur  hasta  la  cordillera 
que  se  extiende  desde  Peña  Prieta  hasta  Peña  Labra,  entre  cu- 
yos límites  se  encuentran  el  Puerto  de  Pineda,  las  Sierras  Albas 
y  Piedras  Luengas,  que  separan  hoy  los  valles  de  Liébana  de  la 
provincia  de  Palencia. 

La  sierra  de  Peña  Sagra,  donde  se  ha  encontrado  la  lápida  de 
Luriezo,  se  enlaza  con  Peña  Labra  y  ésta  con  Piedras  Luengas, 
que  á  su  vez  se  une  con  Sierras  Albas;  todas  estas  complicadas 
montañas,  en  opinión  de  D.  Aureliano  P'ernández  Guerra,  for- 
maban el  famoso  monte  Vindio,  donde  se  retiraron  los  cánta- 
bros, como  sitio  inexpugnable,  ponderando  su  fragosidad  y  al- 
tura con  las  hiperbólicas  frases  «que  primero  llegarían  allí  las 


308  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

alborotadas  olas  del  mar  que  las  soberbias  y  rapaces  águilas  ro- 
manas.» Si  estas  montañas  eran  el  monte  Vindio,  hay  que  tener 
por  cierto  que  las  legiones  romanas  rebasaron  sus  empinadas 
crestas  y  sentaron  sus  reales  en  el  territorio  orgenomesco  com- 
prendido desde  las  sierras  citadas  hasta  los  Picos  de  Europa, 
como  lo  prueba  el  hallazgo  de  la  piedra  de  Luriezo.  Ya  D.  Aure- 
liano  Fernández  Guerra,  se  inclinaba  á  prolongar  el  monte  Vin- 
dio, ó  baluarte  que  los  cántabros  creían  inexpugnable,  hasta  los 
mismos  Picos  de  Europa:  hoy  si  viviera  tan  preclaro  escritor 
convertiría  su  opinión  probable  en  añrmación  cierta. 

Los  nombres  de  las  personas  que  figuran  en  la  lápida  de  Lu- 
riezo son  cántabros.  Don  Aureliano  Fernández  Guerra,  con  el 
don  tan  superior  en  investigaciones  históricas,  formó  una  serie 
alfabética  de  nombres  de  personas  entresacados  de  las  lápidas 
cántabro  romanas;  entre  ellos  cita  los  de  Ambato,  Doidero, 
Pento,  y  todos  estos  se  leen  en  la  lápida  de  Luriezo.  Además 
de  estos  tres  nombres  vemos  el  de  Pento^  Vieco,  que  no  está  en 
la  serie  formada  por  el  Sr.  Fernández  Guerra.  El  nombre  Vie- 
co  siguió  usándose  en  estos  territorios,  pues  sabemos  que  á  San 
Beato  de  Liébana  se  le  llama  también  San  Vieco  y  San  Ove- 
co  y  con  este  nombre  ha  sido  venerado  en  las  regiones  próxi- 
mas á  Liébana,  como  en  Saldaña  y  en  sus  contornos,  donde  aún 
se  conserva  hoy  una  reliquia  de  este  santo,  procedente  del  de- 
rruido monasterio  de  Valcabado.  En  tiempo  de  Ambrosio  Mo- 
rales, según  él  mismo  nos  dice,  existía  en  el  monasterio  de  Val- 
cabado el  cuerpo  de  San  Vieco  ó  San  Beato  de  Liébana  y  un 
códice  de  los  comentarios  al  Apocalipsis  del  mismo  santo,  libro 
que  vio  y  examinó  el  mismo  Ambrosio  Morales.  Bien  sabido  es 
que  varios  Obispos  de  los  primeros  siglos  de  la  reconquista  de 
Oviedo  y  de  León  llevaron  también  el  nombre  de  Oveco. 

Madrid,  37  de  Septiembre  de  1905. 

Eduardo  Jusué. 


CARTA  DOTAL  HBBRBA  DBL   SIGLO  XV.  309 


iir. 


CARTA  DOTAL  HEBREA  DEL  SIGLO  XV. 
(21  Octubre  1473») 

En  el  tomo  xliii  del  Memorial  histórico  español  ( l  )i  lu  de  las 
Relaciones  de  los  pueblos  que  pertenecen  á  la  provincia  de  Guada- 
lajara^  ha  propuesto  D.  Juan  Catalina  García,  sin  dirimirla,  una 
cuestión  cronológica  de  bastante  interés  para  la  historia  de  los 
hebreos  españoles.  La  villa  de  Trijueque,  situada  entre  Hita, 
Torija  y  Brihuega,  su  capital  de  partido,  hizo  relación  á  Feli- 
pe II  (30  Diciembre  1580)  en  contestación  al  cap.  iii  del  inte- 
rrogatorio, afirmando  (2)  «que  el  dicho  pueblo  es  antiguo,  por- 
que hay  escrituras  antiguas  desde  antes  del  advenimiento  de 
Cristo,  y  al  parecer  es  fundado  de  (tamaña)  antigüedad  por  la 
misma  razón».  Esta  conclusión  deducirían  de  un  argumento, 
erróneo  sí,  mas  no  disparatado.  En  la  calenda  del  Martirologio 
romano  que  se  lee  en  la  víspera  de  Navidad,  se  dice  que  Cristo 
nació  en  el  año  5 199  ^^  1*1  Creación  del  mundo.  Sin  duda  algu- 
na en  Trijueque  existieron  no  pocas  escrituras  hebreas,  fechadas 
en  años  de  la  Creación,  anteriores  al  5199*  La  conclusión  seria 
inconcusa,  si  el  cómputo  rabínico  de  la  distancia  que  separa  el 
primer  año  de  la  Creación  de  aquel  en  que  se  verificó  el  adve- 
nimiento de  Cristo,  no  fuese  harto  diverso  del  que  prohija  el 
Martirologio  romano. 

Estas  curiosísimas  escrituras  lastimosamente  se  han  perdido; 
pero,  en  cambio,  nos  ha  llegado  la  traducción  de  otra,  que  estuvo 
ciertamente  fechada  enjuevesy  díaj  del  mes  Marjeskván  del  año 
de  la  Creación  5234.  y  se  reduce  al  mismo  día  de  la  semana, 
21  Octubre  de  1473. 

La  carta  original  permanecía  en  Trijueque,  un  siglo  cabal- 
mente después  de  su  existencia.  En  I.®  de  Julio  de  I573<  2J  pie 


(i)    Páginas  54-56.  Madrid,  1905. 
(2)    Pág.  44- 


.310  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

de  la  copia  de  su  traducción  acompañó  Fray  Francisco  de  Mon- 
talvo  la  nota  siguiente  (3): 

«Esta  es  una  carta  de  dote,  que  fué  hallada  en  la  villa  de 
Trijueque.  Halló  el  original  de  ella  un  labrador  en  un  arcaduz, 
en  un  cimiento  de  una  pared.  Es  un  pergamino  muy  viejo^  escrip- 
to  en  hebreo  con  letras  y  labores  en  torno  de  él.  Trájola  á 
Francisco  de  Medina  vecino  de  Guadalaxara;  el  qual  la  llevó  á 
el  Maestro  Cámara,  Rexente  de  hebreo  y  caldeo  en  la  dicha 
Universidad  ( I )  para  que  la  interpretase.  El  qual  la  interpretó 
en  la  manera  susodicha.  Y  yo,  Francisco  de  Montalvo  soy  tes- 
timonio del  primer  día  del  mes  de  Julio  de  mil  y  quinientos  y 
setenta  y  tres;  y  vi  el  dicho  pergamino  escripto  en  hebreo,  el 
qual  estaba  tan  viejo  que  me  parece  que  con  dificultad  se  podría 
leer.  Y  del  traslado  que  el  dicho  Cámara  dio,  que  estaba  junto 
con  el  dicho  pergamino,  se  sacó  el  presente  traslado.  Según  la 
cuenta  más  ordinaria  y  común,  Cristo  nuestro  Redemptor  nació 
el  año  de  cinco  mil  é  ciento  y  noventa  años  y  nueve  años  de  la 
creación  del  mundo,  de  sol  ( 2 )  veinticinco  de  marzo ;  *y  de  esta 
manera  sale  por  esta  cuenta  ser  la  fecha  de  esta  carta  treinta  y 
cinco  años  (3)  seis  meses  (4)  y  diez  y  siete  días  (5),  después 
del  nacimiento  (á  la  vida  mortal,  ó  Encarnación)  de  Christo 
nuestro  Redemptor.  Tenía  á  la  redonda  del  margen  el  pergami- 
no este  texto:  Beati  omnes  qui  timent  Dominum^  qui  ambulant 
in  viis  eius.  Labores  manuum  tuarum  quia  Tnanducabis;  becUus  es 
et  bene  tibi  erit.  Uxor  tua  sicut  vitis  abundans  in  lateribus  domus, 
tu§.  Filii  tui  sicut  sicut  novell^  olivarum  in  circuitu  mens^  tu^ — 
Fr.  Fran.''^  de  Montalbo.» 

El  texto  que  orlaba  con  letras  cuadradas  el  rabínico  de  la  car- 
ta dotal,  proviene  del  salmo  hebreo  cxxviii,  vers.  I -3. 

(3)    Biblioteca  de  la  Real  Academia  de  la  Historia,  Colección  Salazar, 
M  lojt  íol.  182  recto. 
(i)    o  en  el  colegio  trilingüe  de  Alcalá  de  Henares  hacia  el  año  1540. 

(2)  «De  so  el»  ó  debajo  del,  ó  después  del  día  de  la  Encarnación,  ocu- 
rrida en  el  mismo  año. 

(3)  5199  +  35  =  5234. 

(4)  Lunares  de  29  días. 

(5)  Desde  el  25  de  Marzo  hasta  el  3  de  Octubre. 


CARTA  DOTAL  HEBREA  DEL  SIGLO  XV.  3» I 

El  de  la  traducción,  hecha  por  el  Maestro  Cámara,  según  la 
copia  existente  en  la  colección  Salazar  sobredicha  de  nuestra 
Biblioteca,  decía  asi: 

«En  el  quinto  día  de  la  semana,  tres  días  del  mes  de  Oc- 
tubre, año  de  cinco  mil  y  cincuenta  y  treinta  y  cuatro  de  la 
Creación  del  mundo,  aquí  en  el  lugar  de  Trijueque,  aldea  de 
Toledo,  es  á  saber  como  Rabí  Joseph,  este  novio,  hijo  de  Rabí 
Abraham  (su  ñn  sea  para  bien),  que  es  médico,  dio  á  Limpha 
hija  de  Senté  ófi  (su  gloria  sea  en  el  paraíso),  [diciéndole:  tomo 
á  tí]  por  mujer  según  la  ley  de  Moisén  y  de  Israel. 

Yo  serviré  y  honraré  y  gobernaré  y  regiré  á  tí,  segfún  la  ley 
de  los  varones  judíos,  que  sirven  y  honran  y  gobiernan  y  rigen 
á  sus  mujeres.  Con  justa  cosa  daré  á  tí  y  en  dote  de  tus  virgini- 
dades, de  plata  maravedís  ducientos  que  pertenecen  á  tí  y  á  tus 
mantenimientos  y  á  tus  coberturas  y  á  tus  bastimentos;  y  en  tí 
haré  á  tí  según  uso  de  toda  la  tierra  y  región. 

Y  consintió  á  Limpha  (l)  esta  novia,  de  ser  á  él  por  mujer,  y 
consintió  él  mismo;  y  añadió  á  ella  de  lo  suyo  añadidura  sobre 
lo  principal  de  su  escriptura  trecientos  maravedís,  buenos  y  se- 
guros, y  estas  joyas  que  tiene  ella,  y  de  ropa  y  atavíos  y  servi- 
cio de  cama.  El  cual  recibió  sobre  sí  mismo  en  valor  de  cuatro- 
cientos maravedís  seguros  y  ciertos,  que  se  le  den  añadidura,  y 
de  donación  y  joyas  otros  mil  maravedís  ciertos  y  seguros. 
Y  asimismo  recibió  Rabí  Joseph  [hijo  de  Rabí  Abraham]  (su  fin 
«ea  para  bien),  este  novio,  de  no  tomar  otra  mujer  sobre  ella,  y 
que  no  la  sacará  de  esta  provincia  si  no  fuere  por  su  mandado 
de  ésta  é  por  voluntad  de  ella;  que  pagará  todo  aquello  que  for- 
tificó sobre  sí  mismo  y  la  soltará  con  el  velo  luego.  Y  esta  con- 
dición está  fortificada  según  la  condición  de  los  hijos  de  Rubel 
y  los  hijos  de  Gad. 

Y  asimismo  recibió  sobre  sí  Rabí  Joseph,  este  novio,  fizo 
firmeza  de  esta  escritura  y  donación  de  estas  joyas,  é  sus  here- 


(i)  Probablemente  el  original  diría  Limpia^  correspondiente  á  nilHO 
(Tehordh)y  nombre  que  sale  en  el  epitafio,  núm.  8,  de  los  epitafios  hebreos 
toledanos  que  publicó  Luzzatto. 


312  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

deros  y  sobre  sí  y  su  hacienda  y  raíces  y  mueble  junto  á  las  raí* 
ees  que  posee  y  poseyere,  que  no  sea  con  cautela  ni  con  los  que 
tachan  la  obligación,  sino  es  como  pertenecen  y  según  la  orden 
de  los  sabios  (su  memoria  sea  á  bendición). 

Y  recibimos  obligación  de  Rabí  Joseph,  este  novio,  sobre 
todo  lo  escrito  arriba  con  su  instrumento,  á  que  era  buena  [escri- 
tura] para  obligado;  y  que  él  [lo  daba  por  bueno]  según  uso  y 
orden  que  pusieron  por  condición  la  Congregación  santa  en  la 
Congregación  de  Toledo,  guárdelos  su  Creador  y  ampara  por 
ellos,  y  sea  en  tu  ayuda  la  piedad  sobre  la  reliquia  que  remane- 
ció en  aquel  que  guarda  la  verdad  para  siempre. 

Joseph,  hijo  de  Abraham,  escribano. — Abraham,  testigo. — 
Rabí  Samuel,  testigo. — Rabí  Davit. 

Publicóse  el  texto  de  esta  carta  dotal,  bastante  viciado  y  sin 
indicar  su  fuente,  en  el  tomo  iv  de  la  Revista  de  archivos  y  biblio- 

m 

tecas  y  mtiseos  {p^gmdi^  360-362.  Madrid,  1874).  La  fecha  errónea 
que  le  atribuyó  (3  Octubre  1 234  de  la  Creación)  el  editor  anó- 
nimo, le  puso,  como  era  natural,  en  grave  conflicto,  precisándole 
á  confesar  que  «está  equivocada  ó  mal  sacado  el  cómputo  de  los 
años»  y  que,  á  pesar  de  tanta  obscuridad,  no  se  puede,  á  su  pare- 
cer, remontar  la  antigüedad  de  este  documento  mucho  más  allá 
del  tiempo  de  Alfonso  VI.  Algo  menos  á  tientas  anda  D.  Juan 
Catalina  García,  si  bien  consigna  el  verdadero  año  hebreo  (5234). 
La  reducción  al  año  cristiano  1 540,  que  distraído  nuestro  com- 
pañero me  achaca,  y  justamente  impugna,  no  es,  ni  fué,  ni  pudo 
ser  mía. 

Dado  el  día  de  la  semana,  jueves^  el  mes  de  Octubre  mal  tra- 
ducido de  Marjeshván^  y  el  verdadero  año  hebreo  que  dan  con- 
testes todas  las  copias  de  la  traducción,  consultadas  por  D.  Juan 
Catalina  García,  la  fecha  indudable  corresponde  al  21  de  Oc- 
tubre de  1473.  El  3  de  Octubre  de  este  año  no  cayó  en  jueves. 

Madrid,  6  de  Octubre  de  1905. 

FroEL  Fita. 


VARIEDADES 


SIETE  INSCRIPCIONES  HEBREAS  DE  TOLEDO. 

ESTUDIO   CRONOLÓGICO. 

El  sistema  de  notar  el  año  hebraico  de  la  Creación  con  textos 
bíblicos,  cuyas  letras  puntuadas,  sin  perder  su  sentido  gramati- 
cal, entrañan  el  numérico,  aparece  no  sólo  en  una  inscripción  de 
Agramunt  y  en  dos  de  Barcelona  (l),  sino  además  en  tres  de 
Tremecén,  ciudad  argelina,  poco  distante  de  Oran  (2);  pero  en 
ningún  paraje  tanto  prevaleció  durante  los  siglos  xiii  y  xiv, 
como  en  la  que  llamaron  los  antiguos  rabinos  Corona  de  Israel^ 
6  en  la  imperial  Toledo. 

1.  Epitafio  de  Menahem^  ben  Séraj  ben  Aarón  (f  10  Julio- 
8  Agosto  1385). 

Ocupa  el  núm.  lo  entre  los  75  toledanos  que  Samuel  Da- 
vid Luzzatto  publicó  y  anotó  en  Praga,  año  de  1 84 1,  con  el  títu- 
lo p^DT  "íJiM  (lápidas  monumentales),  tomándolos  de  un  códice 
de  la  regia  Biblioteca  de  Turín. 

La  primera  endecha  sepulcral  de  este  doctor  navarro  celebé- 
rrimo (3),  dice  que  llorado  por  toda  la  tierra,  pasó  de  esta  vida 


(i)  Boletín,  tomo  xlvii,  pág.  237,  en  cuya  línea  8.*,  donde  dice  «5  de 
Abril»,  ha  de  leerse  «25  de  Abril». 

(3)  Schwab  (Moíse}:  Rapport  sur  les  inscriptions  hébra%qtus  de  la  Fran- 
cCy  pág.  218-321.  París,  1904. 

(3)  Véanse  Graetz:  Geschickte  der  Juden,  tomo  vm  (3.*  edición  dedicada 
por  el  autor  á  nuestra  Academia),  pág.  37  y  38.— Fernández  y  González 
(Francisco):  Instituciones  jurídicas  del  Pueblo  de  Israel  en  los  diferentes 
Estados  de  la  Península  ibérica,  tomo  i,  pág.  353.  Madríd,  1881. 


314  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

en  el  mes  de  Ab  y  en  el  año^  en  que  estamos  sin  padre  (Trenos  de 
Jeremías,  v,  3). 


••_—      ••••( 


Las  letras  del  texto  de  Jeremías  puntuadas,  que  expresan  el 
año  de  la  Era  menor  de  la  Creación  y  sobreentiende  los  SOCO 
de  la  mayor,  arrojan  la  suma  siguiente: 

•    n 5 

1 10 

"í 10 

J  50 

1    ....• 6 

M " 

1   10 

:  50 

M « 

1    2 

Total 130  -h  15  =  145. 

La  piedra  funeral  atestigua  también  que  Menahem  falleció 
(t  1385)  anciano.  Consta  por  sus  obras  eruditísimas  que  debió 
nacer  hacia  el  año  1306,  y  que  diez  y  seis  más  tarde  emigró  de 
Botella,  su  patria,  para  venir  á  Castilla  (l),  huyendo  de  la  perse- 
cución de  que  íueron  víctimas  su  padre  y  hermanos. 

El  texto  bíblico,  que  denota  el  año  de  la  defunción  de  Mena- 
hem, está  escogido  entre  millares  que  podrían  llenar  semejante 
objeto.  El  mérito  principal  del  epigrafista  se  luce  en  su  cabal  in- 
teligencia de  los  Libros  sagrados,  de  los  que  toma  el  pensamiento 
más  ajustado  á  la  condición  de  la  persona,  á  quien  lo  aplica. 

2.  Epitafio  de  Isaac  Navarro  (t  16  Diciembre  1 365-1 3  Ene- 
ro 1366)  Luzzatto,  núm.  38. 

Falleció  (Isaac)  en  el  mes  de  Tebeth  en  que  mi  Amado  ha  de  en- 
trar en  su  paraíso  (Cantar  de  los  Cantares,  iv,  16). 

yiv)  nn  Kii  n:ur     • 


(i)    Véase  Amador  de  los  Ríos:  Historia  de  los  judíos  de  España  y  Por- 
tugal, tomo  II,  pág.  177.  Madrid,  1876. 


SIETE  INSCRIPCIONES  HBPRSAS  DB   TOLEDO.  315 

Los  dos  bellos  dísticos  que  dan  remate  al  epitafio,  describen 
los  coros  de  los  ángeles,  que  condujeron  á  su  asiento  (\e  gloria 
el  alma  de  aquel  anciano,  sabio  y  virtuoso  doctor.  Con  esta 
idea,  tradicional  de  la  sinagoga,  guarda  relación  el  evangelio  de 
San  Lucas,  xvi,  22. 

Otro  rabino  insigne,  del  mismo  apellido  (l),  que  se  llamó 
Moisés  NavarrOj  floreció  algo  después  de  la  muerte  de  Isaac.  Ha- 
biéndose librado  de  la  catástrofe  sobrevenida  á  los  hebreos  es- 
pañoles en  1 39 1,  se  acogió  al  seguro  amparo  del  rey  D.  Juan  I 
de  Portugal. 

3.  Epitafio  del  almojarife  de  Alfonso  VIII,  nasí  ó  príncipe  de 
los  hebreos  castellanos  y  constructor  de  la  sinagoga  nueva  de 
Toledo,  Jucef  ben  Xuxén  ben  Salomón  (f  13  Febrero,  1 203). 

Luzzatto,  nüm.  75. 

Falleció  al  terminarse  el  mes  de  Shebat  del  año  en  que  también 
edificó  el  templo  y  lo  perfeccionó, 

ih^b^i  r\^:¡:r\  n'K  ii^i  njTir  tosw  mSíti  idsj 

El  texto  bíblico  (l  Reg.  iv,  9)  es  expresivo  de  cómo  el  rey 
Salomón  hizo  y  concluyó  la  obra  del  templo  de  Jerusalén.  Luz- 
zatto no  puntúa  sus  letras,  ateniéndose  á  la  copia  incorrecta  del 
códice  Taurinense;  defecto  en  que  este  códice  varias  veces  in- 
curre. 

La  suma  de  las  letras  puntuadas  da  el  núm.  963  de  la  Era 
menor,  que  corresponde  al  de  la  mayor  4963. 

Varios  autores,  á  quienes  en  parte  rectifica  y  en  parte  mal 
sigue  el  Dr.  Graetz  (2),  prolongan  algo  más  de  lo  verdadero  la 
vida  del  constructor  de  la  sinagoga  nueva  de  Toledo,  que  opi- 
no fué  la  de  Santa  María  la  Blanca.  La  cual,  como  bien  lo  ad- 
vierte Amador  de  los  Ríos  (3),  pertenece  por  su  construcción 
artística  al  segundo  período  de  la  arquitectura  árabe  y  se  ajusta 

(O   n2«j 

(2)  Gtsck,  d,  Juden^  tomo  vi,  pág.  363.— La  fecha  de  Shebat^  sin  fijar  el 
día,  que  admite  el  sabio  historiador,  y  el  año  4065  que  aprueba  coníor- 
máíidose  á  Rapoport,  adolecen  de  incuria. 

(3)  Toledo  pintoresca,  pág.  234.  Madrid,  1845. 


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^.  -i 


ík;- 


*  * 


■•» 


316  BOLBTÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

bien  al  tiempo  de  la  privanza  de  Jucef  ben  Shushén  con  Alfon- 
so VIII.  El  carácter  paleográfico  de  un  capitel  bilingüe,  proce- 
dente quizá  de  esta  sinagoga,  que  de  Toledo  vino  al  Museo  Ar- 
queológico Nacional  (l),  confirma  la  suposición,  y  en  él  se  lee  el 
versículo  6  del  capítulo  xxviii  del  Deuteronomio. 

Bendito  (serás)  tú,  (Israel)  en  tu  entrada;  bendito  tú  en  tu  salida. 


Simétrico  de  este  capitel,  bajo  el  dintel  de  la  puerta  del  san- 
tuario se  vería  otro  que  ostentaba  probablemente  el  versículo  8 
del  salmo  cxxi. 

4  Y  5.  Inscripciones  históricas  en  la  sinagoga  toledana  del 
Tránsito. 

Memorias  de  la  Real  Academia  de  la  Historia,  tomo  iii,  pág.  71. 
^i^l  La  del  lado  de  la  epístola  dice  que  se  hizo  y  acabó  la  obra  en 

día,  ó  tiempo,  grande  y  bueno  para  los  judíos: 

La  del  lado  del  evangelio  manifiesta  que  el  número  que  mar- 
can las  letras  puntuadas  es  el  del  año  de  tan  fausto  suceso. 

Sumando  estas  letras  y  dando  á  n  el  valor  de  cinco  mil  que 
reclama  el  contexto  de  ambas  inscripciones,  tendremos  el  año 
de  la  Creación,  5 1 17,  que  empezó  en  2J  de  Agosto  de  1356  y 
expiró  en  15  de  Septiembre  de  1357- 

El  Dr.  Graetz  vio  y  copió  ambas  inscripciones  y  fué  el  primer 
autor  que  dedujo  de  sus  letras  puntuadas  el  año  verdadero  (2): 
más  no  advirtió  que  están  sacadas  del  libro  de  Ester  (x,  3)  é 
incluyen  el  más  alto  elogio  de  Samuel  Leví,  edificador  de  la  si- 
nagoga, y  príncipe,  ó  «¿w/,  comparable  al  ínclito  Mardoqueo. 

El  cómputo  del  año  de  la  Creación  prescinde  en  algunos  mo- 


(i)    Está  catalogado  con  el  núm.  524.  Mide  21  cm.  de  altura. 
(2)     Gesck,  d.  Juden^  tomo  vi  11,  pág.  394. 


SIETE  INSCRIPCIONES  HEBREAS  DE   TOLEDO.  317 

Aumentos  toledanos,  no  sólo  de  los  millares,  sino  también  de  las 
centenas  (l). 

6.  Epitafio  de  Sitbona^  hija  de  Ziza  ben  Shushén  (f  4  Sep- 
tiembre 1358-22  Septiembre  1 3 59). 

Luzzatto,  núm,  61. 

Murió  en  el  año  espera  por  encima  de  5100, 

nHQT  "ís*^  nvan'  by  niai  rí:w  niosa 

La  palabra  puntuada,  que  vale  /p,  se  toma  del  salmo  xxxviii, 
vers.  3,  cuyo  significado  es  <Lespera  en  Dios  y  obra  bien».  Alu- 
de al  nombre  de  la  difunta,  sacado  del  latín  Sit  banal  (sea  bue- 
na) y  transcrito  en  letras  hebreas:  njliüD.  Esta  lectura  y  signi- 
ficación se  autoriza  por  muchos  ejemplos  análogos  del  siglo  xi  al 
XV  (2),  y  en  especial  por  el  acta  de  venta  (Toledo,  Octubre  de 
1209)  que  hizo  otra  Cit  buena  y  que  publiqué  en  el  tomo  xi  del 
Boletín,  pág.  441.  Tal  es  el  de  Grescas  (crezcas!)  que  en  la  ins- 
cripción de  Agramunt  hemos  visto,  y  el  de  Crispo  (Crespo)  en 
la  que  lleva  el  núm.  68  de  la  colección  de  I^uzzatto. 

Cuando  murió  Sitbona,  durante  el  cursj  del  año  hebreo  5 1 19» 
esperaban  muchos  judíos  españoles  la  próxima  venida  del  Me- 
sías, atendiendo  á  los  cálculos  cabalísticos  sobre  el  vaticinio  de 
Zacarías;  y  mayormente  á  la  prepotencia  de  Samuel  Leví  (3)* 
No  tardó  en  venir  el  desengaño. 

7.  Epitafio  de  Samuel  Leví  (*¡-  12  Octubre- lO  Noviembre 
1360).  Luzzatto,  13. 

En  su  renglón  postrero  marca  este  epitafio  claramente,  para 
la  defiínción  de  Samuel  Leví,  el  mes  de  Marjeshván.  La  fecha 
del  año  está  disimulada,  pero  bien  segura,  en  el  primer  verso 
del  hermoso  dístico  rimado,  que  da  remate  al  elogio  fúnebre  de 
Samuel,  á  quien  compara  con  David  ungido  por  rey  (l  Sam.  xvi> 


(1)  De  aquí  infiere  el  Dr.  Graetz  que  la  íecha  marcada  por  las  dos  ins- 
cripciones de  la  sinagoga  del  Tránsito  sería  segurísima,  aunque  las  letras 
bíblicas  del  vocablo  D^n«TS  careciesen  de  puntos. 

(2)  Véase  el  tomo  xliii  del  Boletín,  páginas  367  y  368. 

(3)  Graetz,  tomo  vii,  páginas  395-397. 


3lS  BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

12),  y  con  el  buen  Pastor  6  Mesías  llagado  y  puesto  en  tormen- 
to, que  Zacarías  prometió  (Zach.  xiii,  8): 

Dijiy  ns"»  n^  ^ki  siüi  nina 

El  epigrafista  invirtió  el  orden  de  los  retazos  (l)  que  compo- 
nen la  porción  bíblica  del  primer  verso.  ¿Por  qué?  Para  juntar 
las  letras  que  marcan  el  año  de  la  Era  menor  (l 2 1).  Consta,  cier- 
tamente (2),  que  en  este  año,  á  manos  de  la  ferocidad  y  codicia 
del  rey  D.  Pedro,  pereció  su  mayor  favorecedor  y  amigo  (3). 

Otras  inscripciones  pueden  verse  en  la  colección  de  Luzzatto, 
que  obedecen  á  semejante  sistema  cronológico.  Tal  es  el  texto 
del  Cantar  de  los  Cantares  (i,  4),  aplicado  al  fallecimiento  de 
Gatila  (4),  nuera  del  doctísimo  talmudista  alemán  rabí  Asherí 
(insc.  9);  tales,  igualmente,  muchísimos  epitafios,  que  valiéndose 
de  la  palabra  nniiü>  fúnebre  aclamación  del  descanso  glorioso  de 
la  tumba  (Isaías,  xi,  lo),  indican  (5)  el  terrible  año  de  la  peste 
negra,  ó  log  de  la  Era  menor  (25  Agosto  1348- 1 3  Septiembre 
1 349)>  que  no  menos  en  los  judíos  y  mudejares  que  en  los  cris- 
tianos de  Toledo,  sembró  la  desolación  y  pobló  sus  respectivas 
necrópolis. 

Madrid,  14  de  Septiembre  de  1905. 

Fidel  Fita. 


(2)  Graetz,  tomo  vii,  pág.  397. 

(3)  Compárese  Zach.  xiii,  6. 

(4)  n^DKa 

(5)  De  otro  texto  bíblico  (Génesis,  xxvii,  46)  para  indicar  el  mismo 

año  se  vale  el  epitaño  (Luzzatto,  4)  de  Jayyim,  nieto  de  Asherí,  adulto  de 
catorce  años,  y  cortado  en  ñor  (f  8  Junio  1349}  por  el  azote  de  la  peste  rei- 
nante; de  la  que  fueron  asimismo  víctimas  en  el  propio  año  su  madre 
Doña  María  (f  21  Mayo- 19  Junio)  y  su  anciano  padre  D.  Judá  (f  6  Julio), 
alemán  de  nación  como  Asherí,  y  también  eminente  escritor  é  ilustre 
doctor  de  la  grande  aljama  toledana. 


r 


NOTICIAS 


La  Academia  celebró  solemne  sesión  pública  el  domingo  i8  de  Junio 
para  recibir,  como  académico  de  número,  al  Sr.  D.  Ángel  de  Altolaguirre 
y  Duvale,  Comisario  de  Guerra  de  primera  clase,  con  asistencia  de  los  in- 
dividuos de  la  misma  y  de  los  Ministros  plenipotenciarios  de  las  Repú- 
blicas de  Guatemala,  el  Ecuador,  Honduras  y  el  Perú,  y  de  numeroso  y 
escogido  concurso.  Abierta  la  sesión  por  el  Sr.  Director,  fué  introducido 
en  el  salón  el  nuevo  académico  por  los  Sres.  Herrera  y  Beltrán  y  Rózpide, 
y  leyó  un  erudito  y  ameno  discurso  sobre  el  insigne  conquistador  de 
Guatemala  y  Honduras  D.  Pedro  de  Alvarado,  haciendo  previamente  cum- 
plido elogio  del  Excmo.  Sr.  D.  Juan  Crooke  y  Navarrot,  Conde  viudo  de 
Valencia,  á  quien  venía  á  reemplazar.  Su  lectura  fué  escuchada  con  sumo 
interés  y  aplaudido  calurosamente  al  final  de  ella  el  Sr.  Altolaguirre. 
A  nombre  del  Cuerpo  le  contestó  nuestro  Secretario  perpetuo  el  exce- 
lentísimo Sr.  D.  Cesáreo  Fernández  Duro,  con  la  galanura  de  estilo  y  pro- 
fundo saber  que  le  son  característicos,  trazando  primero,  á  grandes  rasgos, 
los  méritos  del  recipiendario,  y  aduciendo  después  nuevos  datos  y  atina- 
das consideraciones  sobre  el  protagonista  del  discurso,  siendo  también 
al  terminar  el  suyo  muy  aplaudido. 


Presentó  en  la  sesión  del  6  de  Octubre  el  académico  Sr.  Rodríguez  Vi- 
lla, el  tomó  XXV  de  las  Acias  de  las  Cortes  de  Casulla^  en  el  que  se  prosi- 
guen las  celebradas  en  Madrid  en  los  años  de  1607  á  161 1,  acrecentándose 
«sí  periódicamente  esta  interesante  fuente  histórica  tan  poco  conocida  y 
utilizada  hasta  ahora,  como  necesaria  para  el  exacto  conocimiento  de 
aquellos  tiempos. 


Así  mismo  presentó  el  referido  académico  en  nombre  de  su  autor,  el 
erudito  é  infatigable  auditor  de  brigada  D.  Ángel  Salcedo  Ruiz,  la  obra 
que  acaba  de  publicar  titulada;  El  Coronel  Cristóbal  de  Mondragón;  apun- 
tes" para  su  biografía,  siendo  recibida  con  aprecio  por  la  Academia.  Es  un 
elegante  volumen  exornado  con  retratos  del  protagonista,  y  otras  ilustra- 
ciones referentes  al  famoso  caudillo,  cuyos  gloriosos  hechos  de  armas  re- 
seña con  su  habitual  pericia  y  castizo  lenguaje  el  docto  escritor  premiado 
repetidas  veces  en  certámenes  literarios. 

Cortes  de  íos  antiguos  reinos  de  Aragón  y  de  Valencia  y  Principado  de  Ca- 
taluña. Acaba  de  imprimirse,  en  el  establecimiento  tipográfico  de  Forta- 
net,  el  tomo  IX  de  las  Cortes  de  Cataluña,  que  comprende,  el  Parlamento 
general  de  Montblanch,  Barcelona  y  Tortosa  de  14 10- 14 12,  desde  la  sesión 


320  BOLETÍN   DB  LA  REAL   ACADEMIA   DE  LA  HISTORIA. 

del  día  29  de  Octubre  de  141 1,  hasta  la  del  26 de  Marzo  de  14 12  inclusive. 
La  edición  de  este  volumen,  así  como  la  de  los  ocho  que  le  anteceden,  ha 
estado  á  cargo  de  los  Sres.  Fita  y  Oliver,  académicos  de  número. 


Memorial  histórico  español.  Colección  de  documentos,  opúsculos  y  an- 
tigüedades que  publica  la  Real  Academia  de  la  Historia.  Tomo  xLm.  Re- 
laciones topográficas  de  España.  Relaciones  de  pueblos  que  pertenecen  d  la 
provincia  de  Guadalajara^  con  notas  y  aumentos  de  D.  Juan  Catalina  Gar- 
cía, académico  de  número.  (Tomo  tii).  Madrid,  establecimiento  tipográfico 
de  la  viuda  é  hijos  de  Tello,  1905. 

Concurren  á  formar  el  tomo  presente,  las  Relaciones  que  hicieroa  al 
rey  D.  Felipe  II  veinticinco  pueblos,  conviene  á  saber.  Alhovera,  Aran- 
zueque,  Bustares,  Cañizar,  Cerezo,  El  Cañal,  El  Casar,  El  Cubillo,  Fuen- 
telahiguera.  Fuente  el  Fresno,  Horche,  Humanes,  Irueste,  Mesones,  Pas- 
trana,  Puebla  de  Guadalajara,  Taracena,  Taragudo,  Tendilla,  Trijueque, 
Uceda,  Valdearenas,  Valdenoches,  Vifluelas  y  Zorita  de  los  Canes. 
.  Las  notas  y  aumentos  sobrias  aquellas,  y  trazados  éstos  de  mano  maestra, 
llegan  hasta  el  punto  de  duplicar  el  texto  de  las  Relaciones.  La  de  Tri- 
jueqíUy  notable  para  la  historia  de  los  hebreos  españoles,  ha  dado  margen 
á  la  discusión  entablada  por  el  Informe  III  del  presente  cuaderno  del  Bo- 
letín. 


Conferencias  de  la  Administración  militar  en  campana,  leídas  en  el  cen- 
tro del  Ejército  y  de  la  Armada  en  el  curso  de  1903-904,  por  D.  Antonio 
Blázquez  y  Delgado  Aguilera,  Comisario  de  Guerra  de  segurda  clase.  Ma- 
drid, 1905. — En  4.°,  páginas  288. 

Meritísmo  Correspondiente  de  nuestra  Academia,  el  autor  de  estas  nue- 
ve conferencias  en  forma  de  curso  didáctico,  expuso  con  amenidad  y  pre- 
cisión á  la  luz  de  la  ciencia  y  de  la  historia  de  todos  los  siglos,  el  tema 
de  su  programa,  sobre  el  cual  había  publicado  ya  diferentes  obras:  Estu- 
dios de  Administración  militar  comparada  ( 1 88 1 );  Geografía  económiui  militar 
(1889);  Historia  administrativa  délas  principales  campanas  modernas  (1892): 
Estadística  (1896);  Historia  de  la  Administración  militar  (1897);  Via  romana 
de  Tdnger  á  Cartago  (1902). 

Nuevas  inscripciones  y  antigüedades  romanas  que  en  otro  cuaderno 
del  Boletín  daremos  á  conocer,  se  han  descubierto  en  las  provincias  de 
Burgos,  Badajoz,  Cádiz,  Jaén  y  Murcia. 


Con  hondo  pesar  ha  quedado  la  Academia  enterada  de  haber  muerto 
en  París  su  Honorario  el  eminente  orientalista  M.  Jules  Oppert;  en  Buda- 
Pesth  (Hungría),  el  célebre  Dr.  Kayserling;  y  en  París  y  en  Cádiz  respecti- 
vamente sus  muy  beneméritos  corresponsales  D.  José  María  Heredia  y 
D.  Mañano  Espinosa.  De  este  último,  en  la  sesión  del  6  de  Octubre,  hizo 
cumplido  elogio  el  Sr.  Sánchez  Moguel. 

F.  F.— A.  R.  V. 


/ 


^ 


El  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia  se  publica  todos 
los  itíeses  en  cuadernos  de  8o  ó  más  páginas,  con  sus  correspondientes 
láminas,  cuando  el  texto  lo  exige,  formando  cada  año  dos  tomos  con  sus 
portadas  é  índices. 

Las  suscripciones  dan  principio  en  Enero  y  Julio  de  cada  año. 

PRECIOS  DE  SUSCRIPCIÓN 

Madrid.  .  .     6  meses Pesetas  9 

—     ...     Un  año —  18 

Provincias.     Un  año —  20 

Extranjero —  22 

Número  suelto —  3 


Los  precios  de  las  obras  de  la  Academia  se  entiende  que  son  para  la 
venta  en  Madrid.  Los  pedidos  para  provincias  y  para  el  extranjero  su- 
frirán el  recargo  correspondiente  de  gastos  de  correo  y  de  certificado. 


L.08  pedidos  deben  dirigirse  al  despacito  de  lib>roa 
de  la  Academia  (León,  21)  <5  éi  la  Librería  do  M.  MTJ- 
RILLO,  Alcaléi,  7,  Madrid. 


ADVERTENCIAS  ' 


Las  obras  de  la  Academia  se  venden  en  su  despacho, 
calle  del  León  ,21.' 

•  Los  Sres.  Académicos  honorarios  y  correspondientes 
podrán  adquirirlas,  por  una  sola  vez,  con  rebaja  de  50 
por  100  en  los  precios,  siempre  que  hagan  pedido  directo 
con  su  firma. 

A  los  libreros  que  tomen  cualquier  número  de  ejem- 
plares se  les  hará  una  rebaja  Conveniente,  según  la  cos- 
tumbre recibida  en  el  comercio  de  librería. 


5^i<t^  /^,l 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


TOMO  XLVII— CUADERNO  V. 

NOVIEMBRE,  1905 


MADRID 

ESTABLECIMIENTO   TIPOGRÁFICO  DE  FORTANET 


SUMARIO  DE  ESTE  CUADERNO 


Informes: 

I.  Correspatidencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Dona  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  can  el  Dtique  de  Lerma»  {Desde 
Plandes ,  años  IS99  d  1607  y  otras  carias  posteriores  si» 
y^^Aa.j— Continimción — A.  Rodríguez.  Villa 321 

II.     Epigrafía  hebrea  y  visigótica. — Fidel  Fita 361 

III.  La  battaglia  di  ibera, — Dr.  Nicola  Feliciani 394 

IV.  Inscripción  romana  de  Peñaranda  de  Duero,  — Fr.  Tirso  l-ó- 

pez,  O.  S.  A 402 

Variedades: 

Ifiscripcidn  romana  de  La  6íjrí?//«a.— Perfecto  ürra 404 

Noticias * 406 

/ 


TOMO  xLvii.  Noviembre,  1905.  cuaderno  v. 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


t  »X  » 


INFORMES 


I. 

C  o  B.  ü  K  e  3?  o  :K  D  5C  H"  C  I  JL 

DB  LA 

INFANTA  ARCHIDUQUESA  D.*  ISABEL  CLARA  EUGENIA  DE  AUSTRIA 

CON   £L    DUQUE   DE   LERMA. 

Desdi  Flandes^  años  de  JS99  d  1607  y  otras  carias  posteriores 

sin  fecha, 

34. 

Duque:  Yo  os  confieso  que  deseo  mucho  verme  asentar  á  es- 
cribiros sin  que  sea  siempre  duelos  y  haber  de  cansar  á  mi  her- 
mano ,  y  aunque  yo  sé  cuantos  hay  allá  y  lo  que  se  sienten  los 
■de  acá,  y  se  procuran  remediar,  y' lo  que  vos  hacéis  de  vuestra 
parte  para  esto  sin  sosegar  un  punto,  no  puedo  dexar  de  deci- 
ros de  nuevo  en  la  necesidad  que  se  está,  que  hace  dificultar  y 
alargar  cada  día  esta  empresa  y  el  tener  la  honra  y  reputación 
aventurada  con  ella  no  es  lo  que  más  cuidado  nos  da,  sino  que 
si  no  se  remedia  presto,  y  los  soldados  padecen  necesidad,  como 
ya  la  tienen  y  cada  dia  será  mayor,  que  se  vendrá  á  un  motín 
general  sin  remedio ,  y  sin  podelles  decir  aun  siquiera  que  no 
tienen  razón,  pues  sabéis  que  no  se  puede  vivir  sin  comer.  Y  aun- 
que mi  primo  y  todos  los  que  están  con  él  pongan  de  su  parte 
«1  cuidado  y  trabajo  que  pasan,  que  es  harto  grande,  si  faltan 
los  medios,  servirá  de  poco;  y  no  se  puede  hacer  nada  sin  esto, 
pues  solo  lo  que  se  gasta  de  pólvora  os  espantaríades,  con  no 

TOMO  XLVH.  31 


322  BOLETÍN  DE   LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

tirar  sino  lo  forzoso:  que  es  vergüenza  estando  los  enemigos  ti^ 
rando  de  noche  y  de  dia  sin  cesar  un  punto.  Decir  lo  que  va  en 
salir  con  esta  empresa  (l),  no  es  menester,  porque  con  ver  lo  que 
se  defienden  y  los  que  tienen  que  les  ayuden  para  ello,  se  pue- 
de juzgar  lo  que  todos  sienten  que  les  saquen  este  lugar  de  las 
manos,  y  particularmente  la  de  Ingalaterra.  Mas  yo  espero  en 
Dios  que  nos  le  ha  de  dar,  y  con  esto  mejorar  las  cosas  de 
manera  que  acabemos  con  cansar  á  mi  hermano,  que  es  lo  que 
yo  más  siento,  pero  el  estado  en  que  se  está,  no  da  lugar  á  otra 
cosa;  y  saber  que  vá  tanto  servicio  suyo  en  esto  como  otras  ve^ 
ees  creo  os  he  dicho.  Lo  que  yo  siento  es  que  sea  menester  tanto 
para  remediar  y  pagar  esta  gente  que  no  baste  vender  cuanto- 
tenemos  en  casa  para  ello,  que  yo  lo  hubiera  hecho  de  bonísima 
gana  por  quitar  á  mi  hermano  está  carga  y  que  pudiese  con  más 
libertad  acudir  á  tantas  otras  cosas  forzosas  como  tiene  entre 
manos.  Mas  ya  que  esto  no  tiene  acá  remedio,  es  fuerza  que  acu- 
damos á  quien  nos  le  dé  6  se  pierda  todo.  Yo  sé  con  el  cuidado- 
que  lo  procuraréis,  y  así  no  quiero  deciros  más  trabaxos,  sino- 
que  no  es  el  menor  hallarnos  sin  nuevas  de  ay  mil  dias  ha ;  que 
casi  estoy  por  quexarme  de  Don  Rodrigo,  porque  pensé  que 
estando  él  ay  las  tuviéramos  cada  dia;  y  con  saber  que  mi  her- 
mano tenga  salud,  se  puede  llevar  todo  mejor.  Aquí  la  tenemos,, 
que  según  lo  que  trabaxa  mi  primo,  no  es  poco;  y  hemos  tenida 
todos  estos  dias  muchos  franceses,  como  he  escrito  á  mi  herma^ 
no.  Yo  creo  que  esta  llegará  á  tiempo  que  todos  anden  revuel- 
tos con  el  parto  de  la  Reyna,  y  que  así  ni  aun  para  verse  unos 
á  otros  no  habrá  lugar,  cuanto  más  para  leer  cartas;  y  así  no 
quiero  pasar  de  aquí.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mu- 
cho, y  la  Duquesa  temo  ha  de  trabaxar  tanto  que  le  haga  maL 
Y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Neoport  á  14  de  Setiem- 
bre, 1601. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

(i)    La  de  Ostende. 


-CORRBSPOHDBMCIA  DB  LA  INFAKTA  DONA  ISABBL.  333 


36. 

• 

Duque:  No  os  sabria  yo  decir,  por  mucho  que  lo  quisiese  enca- 
recer, el  contento  con  que  estoy  del  nacimiento  de  mi  nuera  (l), 
que  aunque  esté  por  nacer  el  marido,  tengo  una  gran  quexa  de 
que  me  la  llaméis  por  nombre  de  sobrina;  pero  por  cualquiera 
que  sea,  os  confieso  he  olgado  tanto  con  ella  y  la  quiero  de  ma- 
nera que  no  me  llevan  ventaja  sus  padres  por  mucho  que  hayan 
olgado  con  ella.  Todo  se  me  vá  en  contemplar  á  mi  hermano 
con  su  hija,  y  si  la  regala  ó  la  toma  en  brazos  y  otras  mil  cosas. 
Allá  le  escribo  que  me  la  abrace  y  bese  por  mí,  y  quieroos  po- 
ner por  testigo  de  si  lo  cumple,  que  yo  lo  hiciera  de  muy  buena 
gana  y  más  que  todos.  Dicen  parece  á  mi  hermano,  de  que  es- 
toy contentísima.  Yo  asiguro  que  la  Duquesa  lo  tuvo  bien  en 
orden  todo,  que  lo  sabe  ella  hacer  muy  bien.  Pésame  le  haya 
costado  tan  caro.  Tenéis  razón  de  olgar  que  no  pariese  la  Rey- 
na  en  vuestra  casa  (2),  pues  á  cualquiera  cosita  que  hubiera,  luego 
dijeran  era  deso,  y  aora  la  podrán  gozar,  que  me  dicen  está  lin- 


(i)  El  sábado  22  de  Septiembre  de  1601  dio  á  luz  la  Reina  Doña  Mar- 
garita una  Infanta,  á  quien  pusieron  por  nombre  Ana.  Llámala  siempre 
la  Infanta  Isabel  en  sus  cartas  «mi  nuera»  porque,  según  lo  estipulado  en 
la  cesión  de  los  Estados  Bajos  á  los  Archiduques,  habían  de  casar  alguno 
de  los  hijos  de  éstos  con  hija  de  los  Reyes  de  España  para  más  afirmar  la 
posesión;  y  alentada  siempre  Doña  Isabel  Clara  con  la  esperanza  de  tener 
un  hijo,  hacíase  ya  la  ilusión  de  verle  casado  con  la  hija  de  su  hermano. 
La  Providencia  la  tenía,  sin  embargo,  destinada  á  ser  Reina  de  Francia 
por  su  casamiento  con  Luis  XIII. 

(2)  «Han  procurado,  escribe  Cabrera  de  Córdoba,  los  Duques  de  Ler- 
ma  con  muchas  veras  que  sus  Reales  Majestades  se  pasaran  á  sus  casas, 
porque  el  parto  fuera  allí  (por  estarse  haciendo  grandes  reformas  en  el 
Real  Alcazarj;  y  habiendo  pasado  á  ellas  mucha  ropa  y  cofres  y  teniendo^ 
las  colgadas  y  las  camas  preparadas,  dos  dias  antes  declaró  la  Reina  que 
no  se  quena  pasar  allá.  Debió  ser  por  durar  todavía  la  obra  y  que  murió 
de  parto  allí  la.  madre  del  Príncipe  D.  Carlos;  y  así  se  quedaron  en  las 
del  Conde  de  Benavente,  donde  han  estado  desde  qué  entraron  aquí;  de 
que  el  Duque  de  Lerma  dicen  ha  estado  algo  melancólico;  pero  S.  M.  le 
deshizo  el  agravio  haciéndole  merced  de  una  sarta  de  perlas  de  su  guar- 
da-joyas muy  rica,  que  dicen  estaba  estimada  en  30.000  ducados...» 


^94  BQI.BTm  DB  X.A   RBAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

dísima  los  que  la  han  visto  y  muy  acomodada.  La  Marquesa  del 
Valle  estará  bien  ocupada  con  ser  aya:  solo  tendrá  un  mal,  que 
no  lo  sabrá  ser,  ni  cómo  se  ha  de  tratar  todo  aquello;  que  bien 
creo  será  diferente  de  otras  que  hemos  visto  en  este  mundo: 
creo  me  entenderéis.  Ya  deseo  infinito  nuevas  del  bautismo,  y 
de  cómo  están  padres  y  hija.  Sigun  imagino,  habréis  traido  har- 
to en  que  entender  estos  dias,  con  ponello  todo  en  orden.  Aquí 
hemos  hecho  la  fiesta  que  se  ha  podido,  y  se  ha  podido  tan  poco 
que  se  resolvió  con  salva  y  fuegos  y  dar  gracias  á  Nuestro  Se- 
ñor con  Te  Deum  laudamus  y  una  misa,  que  para  el  lugar  creo 
fue  más  solene  que  el  de  allá;  aunque  no  tuvo  bendición  de 
Carcjenal;  pero  fue  cosa  graciosa  que  al  mismo  punto  que  acá 
echamos  la  salva,  la  hacian  en  Ostende  por  el  Delfin  (l).  Las 
galas  fueron  como  de  campaña,  que  salimos  por  verano  y  ha- 
llámonos  en  invierno;  y  así  casy  no  teníamos  que  ponernos.  Mas 
aunque  á  la  ligera,  cada  uno  hizo  lo  que  pudo. 

Con  esto  se  acaban  las  nuevas.  Ahora  quiero  responder  á 
vuestra  carta  de  1 1  de  Setiembre;  y  lo  primero  agradeceros  el 
mucho  cuidado  que  pusistes  en  enviarnos  la  letra  de  los  trecyen- 
tos  y  treinta  mil  ducados,  que  vinieron  á  tal  necesidad  como 
creo  os  tengo  escrito;  y  sabiendo  la  que  allá  hay  y  el  trabajo 
que  cuesta  sacar  cualquiera  cosa  destos  hombres  de  negocios, 
no  puedo  dexar  de  agradecéroslo  mucho  y  estimallo  en  lo  que 
es  razón,  y  lo  que  esto  os  cuesta;  que  yo  os  prometo  que  no  es 
lo  que  menos  siento,  porque  sé  cuanto  deseáis  remediallo,  y  des* 
to  estoy  bien  cierta;  y  así  creo  os  podria  dexar  de  decir  de  la 
manera  que  se  está,  pues  sé  que  no  es  menester  para  que  pon- 
gáis más  cuidado  en  procurar  el  remedio;  mas  por  muchas  ra- 
zones es  bien  lo  tengáis  entendido,  que  es  de  manera  la  necesi- 
dad de  los  soldados  que  ha  llegado  á  caerse  muertos  no  sé  cuan- 
tos de  hambre  destos  italianos  que  han  venido  ahora,  porque  no 
se  les  ha  dado  sino  dos  ó  tres  tercios  de  paga,  y  estos  se  los 


(i)  Al  margen,  de  otra  letra,  pero  coetánea:  «Dios  juntó  estos  dos 
Príncipes  por  casamiento  y  viven  dichosos  Luis  y  Ana,  reyes  de  Fran- 
cia». 


C0RRKSP02<n>BIVCIit  DB  LA  WtknTK  DOSÍA  ISABEL»  325 

han  tomado  sus  capitanes  para  pagarse  de  lo  que  les  dieron  para 
levantallos;  y  así  es  lástima  cuales  están  en  cueros,  pues  todoft 
los  demás  al  mismo  punto.  Que  Dios  nos  dexe  salir  con  Osten- 
de,  como  lo  espero,  y  no  haya  qué  dalles^  se  han  de  amotinar 
sin  remedio,  y  así  lo  dicen  ahora,  que  solo  uno  que  comience, 
irá  todo  el  exército,  que  ahora  en  fin  se  les  dá  pan  y  las  placas  (l) 
que  dá  la  provincia;  que  todo  cesará.  Y  así  Nuestro  Señor  ha 
permitido  esta  empresa  y  la  ha  alargado  por  nuestro  bien,  por- 
que si  los  hubieran  aloxado,  ya  estuvieran  todos  amotinados,  y 
aora  con  la  ocupación  y  vernos  aqui  con  ellos,  pasan;  y  con  la 
esperanza  que  se  les  vá  dando  de  que  se  les  proveerá.  Pero  yo 
os  prometo  que  con  ser  la  cosa  que  más  bien  nos  puede  estar 
el  tomar  á  Ostende,  estoy  temblando  de  pensar  el  dia  que  ha  de 
ser  en  lo  que  nos  hemos  de  ver,  si  antes  no  hay  con  que  reme- 
diar este  daño,  que  seria  tan  grande  para  la  hacienda  de  mi  her- 
mano, como  se  puede  aora  juzgar  por  el  motin  de  Berta,  que 
casi  con  lo  que  se  les  ha  dado  cada  semana  sin  podello  escusar, 
estuviera  ya  pagado,  si  se  hubiera  pagado  luego,  sin  lo  que  ellos 
han  robado  y  llevado  de  contribuciones  sobre  el  pais;  y  esto  es 
lo  que  más  me  duele,  que  le  cueste  á  mi  hermano  sin  provecho 
y  sin  que  lusga.  Y  si  salimos  con  esta  empresa,  como  lo  espero, 
aunque  algunos  no  lo  piensen,  creo  sin  duda  se  han  de  compo- 
ner las  cosas  de  manera  que  quitemos  esta  carga  de  á  cuestas 
á  mi  hermano:  que  lo  que  yo  más  siento  es  velle  con  ella  y 
tantas  otras. 

Estamos  ya  aquí  muy  de  asiento  para  el  invierno,  y  así  va* 
mos  fabricando  para  abrigarnos.  Hemos  hecho  un  pasadizo  para 
pasar  las  damas  á  sus  aposentos,  que  no  será  tan  pulido  ni  bien 
trazado  como  el  de  vuestra  casa,  porque  es  cubierto  de  juncos, 
como  las  barracas  del  campo,  que  ha  proveído  Dios  por  aqui  de 
tanta  cantidad  que  sola  ella  hubiera  bastado  para  las  casas  que 
hay  hechas  dellos  para  los  soldados,  y  son  calientes,  que  el  dia 
que  dá  el  sol  en  ellos,  no  se  puede  estar  casi  de  calor,  que  no  lo 
creyera  si  no  lo  hubiera  probado.  Todo  lo  que  pensamos  que 

(i)    Moneda  de  aquellos  Estados. 


^26  90LBTÍN  .DB  LA  RJBAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

había  de  ser  para  nuestro  daño  con  la  cortadura  que  hicieron 
los  enemigos,  ha  sido  para  nuestro  provecho;  y  así  espero  nos 
ha  de  dar  Dios  á  Ostende;  porque  el  llover  y  mal  tiempo  que 
todos  temían,  es  lo  que  aora  entendemos  hemos  menester.  La 
gente  se  repara, con  las  dunas  ( I);  y  es  mucho  de  ver  de  la  manera 
que  tienen  hecho  sus  casas  con  sus  calles,  y  tantas  tiendas  con 
tantos  regalos,  que  lo  que  no  se  halla  en  otras  partes,  lo  vienen 
á  buscar  allí.  Solo  les  falta  á  los  más  lo  principal,  que  es  el  di- 
nero para  comprallo.  El  otro  día  nos  llevaron  á  D.  Juan  de  Bra- 
ca monte  y  á  D.  Pedro  de  Ulloa  casi  juntos  con  dos  mosqueta- 
zos, que  lo  hemos  sentido  mucho.  Desotra  gente  hay  hartos  he- 
ridos, porque  lo  que  han  tirado  los  enemigos  es  cosa  increíble. 
Ya  parece  han  afloxado  un  poco.  La  armada  que  iba  á  Irlanda 
tenemos  por  sin  duda  que  está  allá,  y  ha  tomado  un  lugar  de  la 
de  Juan  Andrea.  Me  pesa  no  saliese  bien,  aunque  con  no  haber- 
se perdido,  se  puede  dar  por  bien  empleado. 

Las  galeras  han  comido  bien  de  valde  este  verano,  pues  no 
han  hecho  nada,  aunque  ha  habido  hartas  calmas  y  les  han  pa- 
sado hartas  ocasiones  muy  buenas  por  delante;  y  el  otro  día  la 
tuvieron,  que  tenían  allí  junto  encalladas  las  de  los  enemigos  y 
otros  barcos,  y  se  estuvieron  quedas,  después  de  idas  esotras 
salieron  dos  y  las  tuvimos  dos  días  por  perdidas  sin  saber  dellas. 
Vinieron  á  parar  á  Gravelyngas  sin  hacer  nada;  y  así  cada  dia 
me  confirmo  en  mi  opinión,  que  son  acá  de  poco  servicio,  y  har- 
to más  lo  son  fragatas,  que  no  sé  cuantas  que  and^n  por  aqui. 
Cada  dia  hacen  presas,  porque  pueden  llegar  á  desembarcar  á 
cualquier  parte. 

Con  esto  y  con  lo  que  escribo  á  mi  hermano,  no  me  que- 
da más  que  decir,  sino  desear  tener  muy  presto  nuevas  de  ay, 
y  encomendarme  á  toda  vuestra  gente  mucho.  Y  Dios  os  guar- 
de, como  deseo.  De  Neoport,  á  24  de  Otubre,  1601. — A  Isabel. 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


(i)    Montecillos  de  arena  levantados  en  torbellino  por  los  vientos  y 
depositados  en  la  orilla  del  mar.  .       .^ 


CORRBSPONDBNaA  DB  LA  INFANTA  OOZ^A  ISABEL.  327 


36. 

Duque:  Pasó  el  otro  dia  con  tanta  prisa  un  correo,  con  quien 
escribí  á  mi  hermano,  que  no  pude  agradeceros  vuestra  carta  de 
-9  deste,  que  tenia  bien  deseada,  porque  habia  mil  dias  que  nos 
hallábamos  sin  ellas,  y  con  mucho  deseo  de  saber  de  la  salud  de 
mi  hermano.  Bendito  sea  Dios  que  tiene  la  que  hemos  menester, 
■que  no  dudo  sino  que  se  le  lucirá  el  andar  en  el  campo  y  que 
se  habrá  olgado  en  San  Lorenzo  y  el  Pardo,  y  la  Reyna  pues  es 
tan  amiga  de  caga.  Mucho  he  sentido  el  mal  de  la  Duquesa  y 
-que  la  haya  apretado:  tanto  como  me  decis.  Yo  creo  que  debe 
•de  trabaxar  mucho  y  mirar  poco  por  su  salud.  Reñíselo  de  mi 
parte,  y  á  entrambos  sea  norabuena  la  otra  nieta  que  me  decis 
que  os  ha  nacido:  podéis  creer  que  nayde  olgara  más  de  todo 
lo  que  fuere  vuestro  gusto  y  contento;  y  así  me  pesa  mucho  del 
mal  de  vuestras  hijas.  Paréceme  que  habéis  tenido  bien  en  que 
entender  tras  todas  vuestras  ocupaciones.  Ya  habrá  llegado  Don 
Enrique  (l),  como  nos  dicen,  y  yo  deseo  que  haya  llevado  mucho 
con  que  entretener  á  mi  hermano;  que  yo  asiguro  que  no  habrán 
dexado  de  reirse  de  algunas  cosas  de  las  que  le  han  pasado.  Gran 
■contento  seria  el  de  las  damas  de  ir  á  San  Lorengo. 

De  aquí  no  hay  cosa  de  nuevo.  Concluimos  con  los  Estados 
lo  mejor  que  se  pudo,  como  ha  escrito  mi  primo;  y  sigun  las  di- 
ficultades en  que  se  iban  metiendo,  no  ha  sido  poco  acabar  con 
•contento  de  todos.  Hásenos  muerto  Don  Ambrosio  Landryano, 
tm  muy  honrado  hombre  y  que  servia  con  mucho  cuidado  y 
muy  bien.  No  me  parece'que  el  Duque  (2)  ha  querido  enviar  sus 
hijos,  pues  el  Condestable  no  aguardaba  sino  tiempo  para  pasar; 


(i)  D.  Enrique  de  Giizmán,  gentilhombre  déla  Cámara  de  S.  M.  que 
liabía  ido  á  Fl andes  á  visitar  á  los  Archiduques  de  orden  del  Rey  y  lle- 
varles dos  collares  del  Toisón.  Más  tarde  iué  nombrado  Marqués  de  Po- 
bar,  del  Consejo  de  Guerra  y  clavero  de  Alcántara,  y  casó  con  Doña  Jua- 
na Portocarrero. 

(2)    De  Saboya. 


$2$  BQLXTÍN  DE  LA  RBAL  ACADEMIA  DE  LA  HWTOKIA. 

y  así  podría  ya  estar  allá.  Anda  voz  de  que  el  Duque  socorrió  á 
Momyllan  y  que  estaban  para  darse  la  batalla;  y  sabemos  cierto- 
que  el  Rey  llevaba  esa  determinación,  aunque  ha  días  que  tiene 
á  su  muger  en  Marsella,  y  no  habia  querido  tratar  con  Aldo- 
brandyno  (i)  hasta  hacer  esta  jornada.  Estamos  esperando  saber 
en  qué  habrá  parado:  que  el  Duque  tenia  doblada  gente. 

Nuestros  enemigos  se  están  quedos,  aunque  el  otro  dia  salie- 
ron pensando  cojernos  un  lugar,  que  quiso  Dios  se  descubrió  el 
trato  antes  que  llegasen.  Con  que  se  acaban  las  nuevas  de  por 
acá.  De  ay  las  deseo  muy  buenas;  que  no  acabo  de  tener  unas 
cuando  comienzo  á  desear  otras.  A  mi  hermano  escribo  sobre 
unos  particulares,  que  porque  los  veréis  allí,  no  ós  lo  repito> 
sino  solo  os  pido  procuréis  encaminallos  de  manera  que  mi  her- 
mano me  haga  aquella  merced,  pues  haciéndola  á  los  que  le  su- 
plico, la  estimaré  por  propia.  No  sé  qué  se  ha  hecho  la  Marque- 
sa del  Valle,  que  nayde  la  mienta  ni  he  visto  carta  suya,  sino 
una  en  que  decian  se  habia  quedado  en  Valladolid,  que  no  lo 
creo.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho  y  les  desea 
mucha  salud  y  contento,  y  á  vos,  que  os  guarde  Dios  como  de- 
seo. De  Brusselas  á  30  de  Noviembre  1 60 1. — A  Isabel. 

No  fue  verdad  el  haber  socorrido  á  Momyllan,  antes  se  en- 
tregó al  plazo  concertado,  como  se  debe  de  saber  ya  ay;  y  aquí 
acaba  de  llegar  voz  de  que  aun  no  habia  memoria  de  tratar  de 
las  provisiones  de  aqui  para  el  año  que  viene>  que  no  lo  puedo 
creer  estando  vos  ay,  de  quien  con  tanta  razón  me  prometo  que 
no  os  descuidareis  de  acordallo  y  procurallo,  y  estando  el  año 
tan  cerca  y  las  cosas  de  acá  en  el  estado  que  se  saben;  y  siendo 
tanto  servicio  de  mi  hermano  conservar  esto,  como  creo  tenéis 
entendido,  y  ello  en  términos  que  si  aora  se  dexase  de  la  mano» 
no  tendría  ningún  remedio;  y  con  los  que  se  van  procurando,, 
parece  que  le  ha  de  haber  muy  presto;  y  así  no  puedo  dexar  de 
pediros  mucho  lo  encaminéis  de  manera  que  esto  no  se  pierda,, 
pues  está  tan  á  pique  de  ganarse  de  una  vez,  y  creed  que  si 
fuera  solo  por  nuestro  interés  que  no  apretara  tanto  en  ello; 

(i)    £1  Cardenal  Aldobrandino,  legado  apostólico 


CORltBaPONDBNCIA  1»  LA  INFANTA  DOJÍA  ISABEL.  539 

pero  por  entender  cuanto  servicio  es  de  mi  hermano,  no  puedo 
dexar  de  deciros  esto;  y  que  estoy  muerta  de  miedo  de  que  no 
llegue  esta  voz  á  los  soldados,  porque  no  era  menester  más  para 
amotinarse  todo  el  exército,  y  de  ay  juzgarse  los  daños  que  se 
pueden  seguir.  Y  no  puedo  creer  sino  que  allá  piensan  que 
nosotros  oigamos  con  la  guerra  y  no  gustamos  de  acabarla,  como 
hacen  otros.  ¡Ojala  estuviera  en  nuestras  manos,  que  bien  presto 
desengañáramos  á  todos,  pues  no  es  tan  buena  cosa  ni  se  vive 
con  tanto  sosiego  que  se  pueda  gustar  della!  Y  así  creed  que 
por  cuantos  medios  se  pueden  emprender,  como  sean  lícitos^ 
que  no  nos  descuidamos  en  procurar  acaballa;  y  nada  me  lo  hace 
desear  tanto  como  ver  á  mi  hermano  libre  desta  carga,  que  yo 
conosco  que  es  muy  pesada,  pero  qui^á  lo  serian  más  las  en  que 
le  podrían  poner,  si  esto  se  perdiese;  que  me  hace  no  poder  de- 
xar de  decíroslo,  como  á  quien  sé  que  lo  considerará  con  tanto 
amor  y  voluntad,  de  que  yo  estoy  bien  sigura;  y  así  no  me  quie- 
ro alargar  más. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

37. 

Duque:  Como  mi  hermano  no  se  ha  resuelto  hasta  aora  en 
hacer  merced  á  Don  Pedro  de  Toledo,  no  puedo  dexar  de  acor- 
daselo,  por  lo  bien  que  nos  sirve  y  lo  poco  que  le  podemos 
ayudar;  y  así  os  pido  procuréis  que  mi  hermano  le  haga  merced; 
y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Neoport  á  dos  de  Diciembre, 
1601. — ^A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


38. 

Duque:  Conñesoos  que  estoy  sin  paciencia  de  haber  más  de 
dos  meses  que  no  sabemos  palabra  de  ay;  y  aunque  espero  que 
mi  hermano  y  mi  nuera  y  la  Reyna  tengan  la  salud  que  deseo, 
no  puede  dexar  de  darme  mucho  cuidado;  y  asy  os  pido  no 
consintáis  que  estemos  tanto  (tiempo)  sin  cartas. 

De  aqui  hay  poco  que  decir,  por  no  haber  caminado  casi  nada 
esta  empresa,,  antes  no  ha  sido  poco  sustentalla,  habiendo  el  ene* 


350  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA 

migo  cercado  á  Bolduque  y  sido  menester  sacar  parte  de  la  gen- 
te de  aquí  y  ir  mi  primo  á  Brusselas  para  socorrélla,  como  se 
hizo,  de  que  debemos  mil  gracias  á  Nuestro  Señor.  Yo  me  quedé 
aqui  con  estotra  gente,  y  con  tal  tiempo  de  frió,  nieve  y  yelo 
que  os  prometo  nunca  pensé  que  habia  de  desear  ser  rica;  y 
aora  lo  he  hecho  mucho  por  poder  socorrer  esta  gente,  que  con 
haberse  procurado  acomodar  lo  mejor  que  se  ha  podido,  lo  pa- 
san menos  mal,  y  están  con  tan  buea  ánimo  que  espero  nos  ha- 
rá Dios  merced  de  que  salgamos  presto  con  esta  empresa.  No 
puedo  dexar  de  acordaros  la  necesidad  desta  gente,  y  el  incon- 
veniente y  daño  que  habría  si  se  amotinase,  y  cuánto  le  costaría 
á  mi  hermano:  que  yo  os  prometo  es  de  los  grandes  milagros 
que  ha  hecho  Nuestro  Señor  que  no  lo  estén  ya,  pasando  lo  que 
pasan;  y  así  os  pido  lo  consideréis  y  procuréis  el  remedio,  pues 
importa  tanto  para  el  servicio  de  mi  hermano. 

Lastimadísima  me  tiene  la  Condesa  de  Lemos,  aunque  espero 
sabrá  llevar  su  trabajo,  como  quien  sabe  lo  que  ella,  aunque  el 
verse  tan  sola  de  todo  lo  que  le  toca,  no  le  ayudará  mucho.  A 
la  nueva  Condesa  le  dad  el  pésame,  que  por  ir  este  correo  apri- 
sa no  le  escribo.  Harélo  con  el  de  Orange  (l)que  partirá  luego. 
A  la  Duquesa  y  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho.  De 
todos  deseo  saber  siempre,  y  que  os  guarde  Dios  como  deseo. 
De  Neoport  á  II  de  Diciembre,  1 6o I. — A  Isabel. — (Sobrescri- 
to:) Al  Duque  de  Lerma. 

39. 

Duque:  Pues  ha  tan  poco  que  os  escribí,  no  será  esta  para 
más  de  deciros  cómo  el  de  Orange  vá  á  dar  la  norabuena  á  mi 
hermano,  como  os  tengo  escrito;  y  vá  encaminado  á  que  en 
todo  se  gobierne  por  lo  que  vos  le  ordenáredes,  pues  todo  lo 
que  nos  toca  sabemos  que  nayde  lo  apadrina  como  vos;  y  así 
en  todas  ocasiones  guelgo  de  asigurarps  el  agradecimiento  que 


(i)  El  Príncipe  de  Orange,  primogénito  de  Guillermo  de  Nassau,  ape- 
llidado el  Taciturno,  que  á  la  muerte  de  éste  quedó  al  servicio  de  Espa- 
ña, y  por  su  íallecimiento  en  i6o8  heredó  su  titulo  Mauricio,  su  hermano. 


COSRBSPONDBMCIA  DE  LA  INFANTA  XK^A  JSABSL.  33 1 

tenemos  desto.  Allá  lleva  unas  pinturas  á  mi  hermano.  Avisadme 
si  gusta  de  la  una,  que  la  otra  yo  tengo  siguridad  de  que  él  y 
el  Duque  de  Lerma  ólgarán  de  vella.  A  la  Duquesa  y  toda  su 
compañía  me  encomendad  mucho.  Quedo  con  alborozo  para 
saber  particulares  nuevas  de  todos,  cuando  vuelva  el  de  Oran- 
ge.  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  E)e  Neoport  á  13  de  Diciem- 
bre, 1601. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


40. 

-  Duque:  Dicen  que  acude  Nuestro  Señor  á  la  mayor  necesidad, 
y  así  me  parece  ha  sido  aora,  pues  nos  trujo  á  tiempo  este  co- 
rreo: que  os  prometo  ya  no  sabíamos  tras  qué  parar,  y  con  lo 
que  acá  ha  pasado  estos  dias,  que  veréis  por  la  relación  que  en- 
vía mi  primo,  podéis  imaginar  cual  estaríamos ^  y  si  vendría  á 
buen  tiempo. la  merced  que  nos  ha  hecho  mi  hermano,  y  cuan 
de  buena  gana  os  daremos  las  gracias  dobladas  por  lo  que  esto 
os  ha  costado  y  el  trabajo  que  habéis  puesto  hasta  sacaUo  á  luz. 
Cada  dia  nos  queréis  obligar  más,  y  podéis  estar  cierto  que  lo 
estamos  mucho  y  muy  reconocidos  de  lo.  que  os  debemos  y  de 
la  mucha  merced  que  mi  hermano  nos  ha  hecho;  con  que  espe- 
ro que  se  ha  de  remediar  todo  lo  que  nos  han  hecho  rabiar  estos 
de  Ostende,  que  ha  sido  arto  la  gente  que  se  ha  perdido,  y  aun- 
que no  ha  sido  la  que  se  pudiera  y  se  ha  perdido  en  otros  asal- 
tos, nos  lastima.  Menester  será  que  allá  se  mire  la  falta  que  hay 
aquí  de  españoles  para  remedialla;  y  por  amor  de  Dios  que  no 
nos,  envien  más  destos  italianos  bisónos,  que  es  costa  sin  prove- 
cho; porque  no  han  hecho  más  que  morirse  como  bestias;  y  creo 
que  los  más  de  sucios,  que  tal  cosa  no  se  ha  visto.  Arto  sé  han 
reido  de  mí  porque  los  quería  con  este  tiempo  hacer  bañar  en 
la  mar.  De  los  heridos  espero  que  morirán  pocos,  dexado  apar-» 
te  lo  que  Nuestro  Señor  permite.  Creo  cierto  que  si  se  hubiera 
dado  el  asalto  cuando  mi  primo  quería,  que  hubiera  salido  bien, 
pero  por  ser  todos  los  del  Consejo  de  contrario  parecer,  si  no 
fue  uno,  no  se  atrevió  á  seguir  el  suyo;  y  así  tuvieron  quince 
dias  de  tiempo  los  enemigos;  aunque  también  han  recibido  arto 


33^  BOLETÍN  DB  LA  UCAL  ACAOBMIA  i»  LA  HBTOttIA. 

daño*  Esto  de  los  asaltos  es  cosa  iaciertay  pero  no  puede  dexar 
de  probarse. 

De  Irlanda  hay  buenas  nuevas.  Plega  á  Dios  que  sean  ciertas, 
que  dicen  llegó  la  segunda  gente  á  tiempo  que  Don  Juan  del 
Águila  (l)  estaba  muy  apretado  y  casi  cercado,  y  el  de  Byron(2) 
no  le  podía  socorrer,  y  la  armada  de  la  Rey  na  (3)  llegó  luego  que 
los  nuestros  entraron  en  el  puerto,  que  como  los  vieron,  se  arri- 
maron á  tierra  y  sacaron  cuatro  cañones,  con  que  echaron  á  fon- 
do su  almiranta,  que  han  sentido  mucho;  y  las  demás  no  osaron 
llegar  y  se  volvieron. 

Doyos  la  norabuena  de  tener  ya  casada  á  la  de  La  Bañeza. 
Bonísima  fue  la  boda  y  ella  está  en  buena  casa.  De  las  cuartanas 
de  la  de  Lemos  y  su  hermano  me  pesa  mucho,  y  guelgo  del 
preñado  de  la  de  Niebla.  Decíanme  que  estaba  en  el  Andalucía, 
mas  no  lo  creo.  A  Don  Rodrigo  aguardo  con  mucho  alboroto 
para  saber  nuevas  de  todos,  y  con  las  trazas  desa  casa  olgaré 
mucho,  por  lo  que  todos  la  loan;  y  ya  yo  sé  cuan  buen  trazador 
es  el  Duque  de  Lerma.  En  mucho  cuidado  nos  puso  el  mal  de 
la  Reyna,  aunque  le  supimos  dos  dias  antes  que  su  mejoría.  Dios 
la  guarde  y  á  mi  nuera,  que  todos  dicen  della  maravillas,  y  yo 
estoy  muy  contenta  de  oyllas;  y  deseando  ahora  mucho  que 
acabe  de  venir  el  marido,  que  hasta  aquí  os  conñeso  no  rae 
acordaba  mucho  dello.  Ya  habrá  llegado  el  de  Orange,  pues 
este  correo  trujo  carta  suya  de  Irun.  A  todos  los  que  van,  deseo 
luego  que  vuelvan  para  tener  nuevas  de  ay.  De  aquí  no  sé  otras 
que  dar,  pues  hasta  que  acabemos  con  este  Ostende,  no  creo 
que  bailarán  Rychardot  (4)  ni  Jacyncurt,  aunque  ya  la  Condesa  de 


(i)  Uno  de  los  más  expertos  y  esforzados  Maestres  de  campo  que  por 
entonces  brillaban  en  la  milicia  española.  Bien  conocidas  son  sus  iarao' 
sas  expediciones  á  Bretaña  y  á  Irlanda.  A  esta  última  se  refiere  la  carta 
de  S.  A. 

(2)  £1  mariscal  Duque  de  Biron. 

(3)  De  Inglaterra. 

(4)  El  Presidente  Richardot  era  uno  de  los  ministros  y  consejeros  más 
reputados  de  SS.  AA.  Estuvo  de  Diputado  en  la  negociación  de  la  tre- 
gua de  los  doce  años. 


.C0RRB8K>MI)ENCIA  DB  LA  INFANTA  DOÑA  ISABBL.  333- 

Üceda  y  Don  Fernando  lo  habían  hecho  el  rato  que  le  tuvimos 
por  nuestro.  Hémonos  visto  con  dos  motines  ya  tan  forjados, 
que  en  el  uno  estaba  ya  hecho  el  eleto  y  juntos  seiscientos  de 
todas  naciones;  y  el  otro  se  descubrió  antyyer,  que  eran  tre- 
cyentos  españoles  de  los  que  estaban  en  las  tríncheas»  que  no 
se  ha  visto  jamas  en  esta  nación  desamparada;  pero  ya  no  hay 
vergüenza  en  el  mundo.  Entrambos  se  han  remediado,  y  pagado 
algunos  su  pecado:  que  no  nos  ha  hecho  Nuestro  Señor  poca 
merced  en  que  se  haya  podido  remediar,  y  espero  escarmenta- 
rán los  demás.  Mi  hermano  me  dice  que  juega  á  la  pelota,  que 
me  he  olgado  mucho,  porque  le  hará  mucho  provecho,  y  los 
que  le  ven,  decian  que  engordaba;  y  así  es  muy  bien  que  haga 
exercicio.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guár- 
deos Dios  como  deseo.  De  Neoport,  á  20  de  Enero,  l602. — A 
Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

41. 

Duque:  Poco  tendremos  que  escribir  con  este  correo  si  no  es 
la  quexa  ordinaria  de  faltarnos  cartas,  que  esta  ya  sabéis  que  no 
puede  faltar  á  quien  está  siempre  deseando  muy  buenas  nuevas 
de  ay;  y  más  aora  que  se  ha  dicho  aquí  que  mi  hermano  no  ha- 
bia  estado  bueno,  que  lo  tengo  por  mentira,  pues  dicen  era  ido 
á  León,  que  me  he  olgado  porque  es  acercársenos  acá,  adonde 
no  ha  habido  ninguna  cosa  de  momento,  sino  trabajar  todo  lo 
que  se  puede  en  esta  empresa,  siempre  con  buena  esperanza  de 
salir  con  ella.  Las  letras  van  tardando  de  la  merced  que  mi  her- 
mano nos  ha  hecho;  y  por  lo  que  toca  á  su  servicio,  no  puedo 
dexar  de  pediros,  aunque  bien  sé  no  es  menester,  que  les  deis 
prisa;  que  cualquier  hora  de  dilación  importa  mucho. 

Estamos  buenos,  aunque  mi  primo  una  caida  le  costó  una  san- 
gría, como  escribo  á  mi  hermano;  y  sigun  lo  que  pudiera  ser,  no 
fue  nada  el  mal  que  se  hizo.  No  sé  qué  nuevas  os  dé,  pues  de 
carnestolendas  no  puedo  decir  nada,  que  con  lo  que  traemos 
entre  manos,  no  se  puede  atender  á  otra  cosa.  Hemos  ganado 
un  gran  jubileo,  y  dícenme  que  jamás  se  ha  visto  en  el  exército 


334  BOLBTÍK  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

tanta  coníysion  y  comunión  como  la  que  ha  habido,  y  cuan  re« 
formado  está  en  todo,  con  que  espero  todo  nos  ha  de  suceder 
bien;  porque  no  se  puede  creer  cuan  olvidado  estaba  todo  esto. 
Plega  á  Dios  que  les  haya  ido  muy  bien  en  la  jornada,  que  ya 
deseo  que  venga  alguno  de  los  que  están  allá  para  saber  muy 
particulares  nuevas  de  todos  y  de  mi  nuera,  que  todos  me  las 
dan  bonísimas,  de  que  estoy  contentísima.  A  toda  vuestra  gente 
me  encomendad  mucho.  Deseo  saber  cómo  les  vá  á  los  recién 
casados,  que  ya  sabéis  que  todo  lo  que  os  toca,  guelgo  siempre 
de  saber  muy  buenas  nuevas  suyas.  Y  pues  las  de  aquí  son  tan 
cortas,  no  tengo  más  que  deciros  sino  que  os  guarde  Dios  como 
deseo.  De  Neoport,  á  5  de  Margo,  l602. — (No  tiene  rúbrica. — 
Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma  (i). 

42. 

Duque :  Son  tantas  las  cosas  que  tengo  que  agradeceros  que 
no  sé  por  donde  comience,  pues  aunque  no  ha  sido  cosa  nueva 
para  mí  todo  lo  que  Don  Rodrigo  me  ha  dicho  de  vos,  tanto 
cuanto  más  trabajo  y  cuidado  os  cuesta,  cuanto  nos  toca,  en 
tanta  mas  obligación  nos  ponéis  cada  dia;  y  así  es  justo  que  lo 
reconozcamos ;  y  yo  no  me  precio  de  nada  en  esta  vida  sino  de 
agradecida;  y  así  podéis  creer  que  lo  estoy  co'nforme  á  lo  que 
vos  nos  lo  merecéis,  y  que  olgaré  siempre  de  hallar  ocasión  eh 
que  mostrároslo.  Y  primero  que  pase  adelante,  quiero  entrar 
riñendoos  por  lo  que  me  dice  Don  Rodrigo,  que  trabajáis  de  dia 
y  de  noche,  que  no  es  hacer  el  servicio  de  mi  hermano,  pues 
sabéis  la  falta  que  le  hariades;  y  es  menester  tomar  las  cosas 
de  manera  qus  se  pueda  vivir  y  no  matarse;  y  así  es  menester 
que  miréis  más  por  vos  en  todo  caso.  Bien  creeréis  si  olg^ria 
con  la  venida  de  Don  Rodrigo  por  saber  tan  particulares  nuevas 


(i)  Sigue  á  esta  carta,  una  autógrafa  de  Doña  Juana  Jacincurt  «Al  Mar- 
qués  y  Duque  de  Lerma,  sumiller  de  Corps  y  Caballerizo  mayor  del  Rey 
n.  s.  y  de  su  Consejo  de  Estado,»  que  por  no  tener  interés,  no  se  inserta 
aquí. 


CORSSSPOMDBNCIA  DB  LA  INFANTA  DOÑA  ISABBU  335 

de  mi  hermano  y  de  todos,  que  no  hago  sino  pregun talle  y  oir 
de  muy  buena  gana  todo  lo  que  me  dice  y  de  cuan  bueno  está 
mi  hermano  y  la  Reyna  y  mi  nuera  y  cuan  hermosa  es,  que  no 
podia  ser  menos,  siendo  hija  de  su  padre;  y  cuando  no  lo  fuera, 
creo  que  la  Marquesa  la  ha  de  criar  de  manera  que  no  le  falte 
perfycion  ninguna;  y  estoy  muy  contenta  de  saber  cómo  trata 
esto;  que  no  se  podia  esperar  menos  de  ella.  El  de  Orange  llegó 
tras  Don  Rodrigo,  no  tan  satisfecho  como  pudiera  con  la  honra 
y  merced  que  allá  le  han  hecho;  pero  es  menester  templar  estos 
humores,  mientras  no  se  pueden  llevar  por  otro  camino.  Con 
los  retratos  que  me  trujo,  estoy  contentísima,  porque  son  bonísi- 
mos, particularmente  el  de  mi  hermano,  pero  no  las  piernas,  que 
á  todos  los  que  las  ven,  no  hago  sino  decilles  cuan  lindas  las 
tiene. 

Aora  quiero  responder  á  vuestra  carta  que  me  trujo  Don  Ro- 
drigo, lastimándome  mucho  cuantos  duelos  me  contais  en  ella,  y 
mucho  más  no  podellos  remediar,  ni  aun  siquiera  con  no  poder 
decir  otros  tantos  y  más,  pero,  pues  este  es  el  mundo,  es  me- 
nester acomodarnos  con  él  y  no  desmayar  con  nada;  que  yo 
espero  en  Dios  que  he  de  ver  á  mi  hermano  con  muchas  victo- 
rias y  mucho  gusto  y  contento.  Vos  discurris  de  manera  en 
vuestra  carta  que  yo  no  tengo  que  decir  á  quien  lo  tiene  tan 
bien  entendido  todo ,  y  el  daño  que  se  saque  en  la  dilación  de 
las  provisiones,  pues  vienen  á  no  lucir  después  y  lo  que  esto  os 
cuesta  de  trabajo  y  cuidado  y  lo  que  estas  os  han  costado,  me  ha 
dicho  Don  Rodrigo,  que  no  lo  siento  poco;  y  así  os  vuelvo  á 
pedir  no  os  congojéis,  que  Dios  ha  de  abrir  algún  camino  por 
donde  se  acabe  esto,  y  mi  hermano  y  su  hacienda  puedan  des- 
cansar, que  es  lo  que  yo  más  deseo:  porque  es  terrible  cosa  que 
esté  como  está,  y  que  así  no  luzca  cuanto  hace,  como  sucede 
aora  que  saldrá  el  enemigo  un  dia  destos  en  campaña,  y  aun  los 
más  afirman  que  con  dos  exércitos;  y  aquí  por  lo  que  estos 
hombres  de  negocios  han  dilatado  estas  letras,  estamos  casi  sin 
gente,  pues  la  que  se  levanta  en  las  reclutas,  por  la  falta  del  di- 
nero na  se  .ha  acabado  de  juntar;  y  la  de  Italia  que  hubiera  ya 
de  estar  acá  no  se  sabe  que  sea  partida,  ni  los  españoles,  con 


356  BOLETÍN  DE  LA.  REAL  ACADBHIA.  DE  LA  HISTORIA. 

todo  lo  que  de  allá  se  lo  han  mandado  al  de  Fuentes,  y  la  prisa 
que  de  acá  le  damos:  creo  será  imposible  sacárselos,  y  no  sé  en 
qué  lo  funda,  pues  como  quien  ha  estado  aquí,  sabe  cuanto  im- 
porta que  esto  no  esté  sin  ellos  para  lo  de  allá  y  lo  de  acá  y 
para  todo,  y  mi  hermano  no  dexa  por  esto  de  sacallo  y  gastallo* 
y  no  luce  ni  aprovecha,  que  es  lo  que  á  mí  me  desespera.  Esos 
pocos  españoles  que  ay  se  procuran  conservar  y  con  disimula- 
ción sacallos  que  no  trabajen  donde  hay  peligro,  sino  dallo  á  las 
otras  naciones;  pero  no  se  puede  hacer  siempre  esto,  porque 
ellos  mismos  no  quieren  y  lo  tienen  por  afrenta  de  la  nación, 
como  sin  duda  lo  es,  pues  siempre  ha  de  ser  la  primera  en  todo. 
Trabájase  lo  que  se  puede  en  esta  empresa,  y  los  enemigos  por 
su  cabo,  pero  con  todo  espero  que  Dios  nos  la  ha  de  dar;  y  mu- 
cho  haría  al  caso  para  la  pax ;  aunque  yo  no  espero  cosa  de  tan 
gran  estimación,  pues  hemos  llegado  á  escribilles  después  que 
estamos  aqui  y  ofrecelles  todo  lo  que  habréis  visto  en  las  copias, 
y  no  han  querido  ni  aun  tomar  la  carta;  y  así  será  menester  bus- 
car cuantos  remedios  hubiere  para  hacer  esta  pax,  aunque  ellos 
tienen  tantos  que  los  ayudan,  que  será  harto  que  vengan  en 
nada;  porque  á  los  demás  les  está  bien  que  dure  esta  guerra,  y 
aun  no  sé  si  muchos  de  acá  desean  que  se  acabe,  porque  comen 
muchos  con  ella;  y  esto  es  hablar  claro;  pero  cuanto  pudiéremos 
hemos  de  hacer  por  acaballa,  antes  hoy  que  mañana,  aunque  la 
de  Ingalaterra  no  haga  la  pax,  que  dicen  que  desea  tanto,  pero 
yo  no  la  creo,  sino  que  todo  es  para  hacer  mejor  su  hecho.  Harto 
se  erró  en  lo  de  Irlanda :  no  se  puede  culpar  á  nayde  sin  oir  su 
razón.  Muy  bien  es  que  estén  proveídas  las  costas  de  España 
para  lo  que  se  le  antojare  á  la  Reyna ,  aunque  yo  bien  creo  que 
su  fin  principales  lo  de  his  Indias,  que  les  vá  muy  bien  con  aque- 
llo, y  seria  mucho  menester  rémediallo.  En  lo  que  toca  á  las  ga- 
leras, ellas  han  estado  bien  proveídas  y  tenido  artos  dias  para 
poder  salir,  y  todo  cuanto  ha  entrado  en  Ostende,  les  ha  pasado 
por  los  hocicos,  y  no  se  han  meneado.  Es  verdad  que  cuando 
Federico  (l)  estaba  acá,  hacian  más  suertes,  pero  tampoco  veo 

(i)    Spínola. 


.  CORRBSPONDBMCIA  DB  LA  INFANTA  DONA  ISABEL.  337 

que  han  hecho  ninguna  facion  de  las  que  él  prometía;  y  así  pri- 
mero veré  lo  que  hace  con  ellas  que  lo  crea.  Pero  á  este  propó- 
sito me  dijo  Don  Rodrigo  que  se  trataba  de  que  él  trújese  en  las 
que  trae  algún  dinero  en  pasta,  que  seria  aventuralle  mucho: 
lo  uno  porque  sin  duda  en  esta  mar  las  galeras  andan  con  mu- 
cho riesgo  (l);  y  lo  otro  porque  toda  esta  canal  está  llena  de 
navios  aguardándolas;  porque  mejor  saben  ellos  todo  cuanto  se 
hace  en  España  que  nosotros;  y  así  lo  mejor  seria  dallo  á  los 
hombres  de  negocios  que  lo  trujesen  á  su  cuenta ;  que  ellos  son 
gente  que  se  sabrán  dar  maña  á  ello,  aunque  lo  pasen  por  los 
enemigos. 

Guelgome  mucho  de  la  buena  resolución  que  habéis  tomado 
en  traer  á  vuestra  hermana  á  vuesa  casa,  porque  sé  cuan  bien  os 
ayudará  á  descansar.  Mucho  dicen  de  lo  bien  que  lo  hacia  Don 
Francisco ;  y  así  estará  muy  bien  casada  U  de  Cifuentes ,  y  me 
parece  que  Dios  les  ha  hecho  merced  en  llevarse  aquel  mogo. 
Mucho  os  agradesco  el  enviarme  las  tragas  desa  casa,  que,  sierto, 
cosa  como  esta  de  acomodado  y  bien  puesto  todo,  no  lo  pudiera 
creer,  y  es  estar  en  el  mundo  y  fuera  del  con  el  monesteryllo* 
Mucho  es  menester  añadille  un  cuarto  con  una  gran  sala,  que  es  lo 
que  le  falta.  He  topado  allí  en  un  jardin  y  jaula  para  faysanes,  y 
deseo  saber  si  los  hay,  porque  podremos  proveer  dellos  den  de 
acá,  y  no  son  tan  cogijosos  (2)  de  sustentar  como  los  que  tenia 
nuestro  padre,  que  esté  en  el  cielo;  y  si  allá  ha  parecido  estraño 
el  pabo  que  fue  en  la  pintura,  que  es  pya,  podrán  ir  también  de- 
llos, porque  tenemos  la  casta  en  casa.  También  me  dicen  que  mi 
hermano  gustaba  de  unos  perrillos,  que  allá  llaman  gorreros,  que 
entran  en  la  bocas,  y  acá  los  llaman  tererés.  Avisáme  si  es  ansi, 
porque  los  hay  acá  muy  buenos;  y  yo  deseo  que  hubiese  acá  mil 
cosas  de  gusto  para  dársele.  Harto  debió  de  tener  con  la  fiesta 
que  le  hicistes  en  vuestra  casa,  que  según  lo  que  cuenta  Don  Ro- 


(i)  En  la  margen  superior,  de  letra  del  siglo  xvni,  se  lee:  «Esta  iué 
siempre  la  opinión  del  Adelantado  D.  Martin  de  Padilla»,  con  referencia 
al  empleo  de  las  galeras. 

(2)    Sic:  ¿Costosos? 

TOMO  xLvn.  22 


33S  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  RI8TORIA. 

drígo,  debió  de  ser  bonísima,  y  así  lo  seria  la  jornada  de  León  con 
el  buen  tiempo  que  hizo.  Muy  bien  hace  mi  hermano  en  visitar 
todo  aquello.  El  de  Benavente  y  el  de  Feria  creo  que  acertaron 
muy  bien  á  servir  á  mi  hermano.  La  falta  de  salud  de  la  Duque- 
sa me  pesa  mucho.  Ella  debe  de  trabajar  tanto  que  lo  paga.  Ya 
deseo  saber  que  la  de  Niebla  esté  alumbrada  de  un  hijo.  Bien 
podría  comenzar  la  de  Lemos  á  hacelle  compañía.  De  todos  he 
olgado  mucho  de  saber,  y  de  Diego  Gómez  (l),  que  me  dicen 
que  está  muy  bonito  y  entendido. 

.  La  memoria  que  me  enviáis  de  las  cosas  que  mi  hermano  me 
hace  merced  de  enviarme,  he  visto  y  hallado  tantas  que  me  rio 
de  qutí  me  decis  que  si  quiero  algo  de  ay  os  lo  avise,  porque 
cuando  yo  hubiera  muy  de  propósito,  pues  torné  á  imaginar  lo 
que  quería,  no  cayera  en  la  mitad  de  lo  que  allí  hay;  y  así  os 
pido  beséis  por  mí  las  manos  á  mi  hermano  por  tanta  merced  y 
deys  las  gracias  al  Marqués  de  Denia,  que  sé  yo  que  lo  ha  com- 
puesto y  ordenado. 

Acá  teníamos  á  la  Reyna  por  preñada,  pero  si  ella  no  se  guar- 
da más  de  lo  que  yo  vi,  no  es  mucho  que  quede  opylada  tras  la 
enfermedad  que  tuvo.  Lo  que  tiene  mi  nuera  me  dá  cuidado,  por 
lo  que  debe  de  padecer  la  niña,  que  por  lo  demás  espero  que 
quedará  muy  sana  después.  Y  aquí  he  visto  un  niño  de  la  mis- 
ma manera  que  le  ha  durado  muchos  meses,  y  aora  está  la  más 
linda  criatura  del  mundo  y  más  gorda.  Cuelgo  de  la  satisfacción 
con  que  habéis  quedado  de  Don  Rodrigo,  que  es  honrado  hom- 
bre, y  así  suplico  á  mi  hermano  le  haga  merced  de  honralle  con 
hacelle  del  Consejo  de  Guerra,  pues  lo  tiene  tan  bien  merecido; 
y  así  os  pido  con  mucho  encarecimiento  lo  encaminéis,  que  será 
hacerme  mucho  placer;  y  también  que  acordéis  á  mi  hermano 
lo  que  ha  que  le  sirve  el  Marqués  de  Velada,  para  que  se  resuel- 
va en  hacelle  merced ,  que  (por)  el  cuidado  con  que  sirve  la  tie- 
ne bien  merecida.  No  puedo  dexar  de  acordaros  de  Madalena  de 
San  Jerónimo,  que  pues  hay  tan  poca  comodidad  de  dar  por  aora 
nada  á  su  casa,  podria  mi  hermano  dalle  por  su  vida  la  merced 

(i)    Hijo  del  Duque  de  Lerma. 


Correspondencia  de  la  infanta  doSía  ísabel.  339 

que  le  hizo  por  cuatro  años,  y  yo  creo  lo  gozará  bien  poco,  por- 
que con  la  vida  que  se  dá ,  está  medio  hydrópyca ,  y  con  esto 
ayudaría  á  su  casa  y  no  lo  emplearía  mal ,  que  yo  soy  testigo 
que  lo  poco  que  ha  cobrado,  lo  ha  gastado  aquí,  socorriendo  á 
los  soldados  pobres  y  enfermos.  También  os  pido  acordéis  á  mi 
hermano  haga  merced  á  Don  Jerónimo  Valter  (l),  que  cierto  lo 
merece  por  lo  que  trabaxa  y  el  cuidado  con  que  sirve  su  oficio, 
que  es  tan  trabajoso  que  yo  no  le  tuviera  por  nada ,  porque  es 
fuerza  tener  á  muchos  descontentos.  Ya  deseo  saber  cómo  se 
habrán  pasado  estas  Pascuas,  y  si  ha  salido  mi  hermano  á  los 
bosques  como  pensaba.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo 
mucho,  y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Neoport  á  23  de 
Abril,  1602. — A  Isabel. — (Al  margen  de  la  primera  cara  de  esta 
carta):  Don  Luis  Enriquez  (2)  dice  que  ya  no  quiere  su  título  en 
Portugal  sino  en  Castilla;  acordalde  á  mi  hermano  que  nos  haga 
á  todos  merced  de  despenalle  con  hacelle  esta  merced;  que  toda 
la  que  mi  hermano  le  hiciere,  lo  será  para  mí. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

43. 

Duquesa:  Con  vuestra  carta  y  las  nuevas  que  Don  Rodrigo 
me  ha  dado  vuestras  y  de  toda  vuestra  gente  he  olgado  infinito, 
pero  quisiera  que  me  las  diera  mejores  de  vuestra  salud;  que  la 
falta  que  habéis  tenido  della  he  sentido  mucho,  y  el  decirme  que 
estáis  flaca.  Yo  creo  trabaxais  mucho  y  os  regaláis  poco,  y  no 
lo  habríades  de  hacer  ansy.  Bonísimas  nuevas  me  dais  en  vues- 
tra carta.  Ya  las  deseo  tener  de  que  la  Condesa  de  Niebla 
haya  parido  un  hijo,  que  cierto  yo  le  deseo  mucho  bien,  y  esto 
no  por  granjearos  sino  por  querella  mucho.  Estoy  muy  contenta 
con  los  retratos  que  mi  hermano  me  ha  enviado ,  que  son  boní- 
simos, y  la  reina  está  muy  hermosa:  así  me  dicen  todos  que  lo 


(i)  D.  Jerónimo  Valter  2^pata,  veedor  y  pagador  genera]  del  ejército 
<le  Flandes. 

(2)  Del  Consejo  de  Guerra,  Maestre  de  campo.  Mayordomo  de  S.  M.  y 
•casado  con  hermana  del  Conde  de  Uceda. 


340  BOLETÍN   DE  LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA  HISTORI/. 

es  mi  nuera,  y  no  me  dá  cuidado  lo  que  le  ha  salido  al  rostro> 
que  será  para  tener  más  salud  después,  que  bien  os  acordareis, 
que  algunos  de  mis  hermanos  lo  han  tenido.  Este  su  marido  na 
quiere  acabar  de  venir  al  mundo,  y  yo  lo  deseo  mucho  porque 
no  me  roben  la  mugen  Don  Rodrigo  me  ha  dicho  lo  que  no  era 
nuevo  para  mí,  de  lo  que  vos  y  el  Duque  nos  queréis,  y  cuanto 
le  cuesta  y  trabaja  por  lo  que  nos  toca,  que  no  es  lo  que  menos 
siento.  Dios  quiera  que  acabemos  con  esto,  para  que  no  sea  me- 
nester costar  tanto.  Mi  primo  dice  que  estima  en  mucho  la  amis- 
tad-pasada, y  que  así  no  la  olvidará,  ni  yo  lo  que  os  debemos  de 
todas  maneras.  De  aquí  no  hay  cosa  de  nuevo  que  deciros  sino- 
que  hay  tan  mala  era  de  galanes  como  allá,  aunque  no  son  tan 
hermosas  las  damas,  que  el  de  Orange  viene  muy  satisfecho- 
dellas.  Yo  me  guelgo  arto.  Deseo  saber  cómo  le  vá  á  la  de  La 
Bañeza,  que  rae  dicen  que  está  con  un  seso  como  una  vieja.. 
A  todos  me  encomendad  mucho;  y  guarde  os  Dios  como  deseo. 
De  Neoport  á  23  de  Abril  de  1 602, — A  Isabel. — (Sobrescrito:) 
A  la  Duquesa  de  Lerma. 

44. 

Duque:  Gil  de  Rey  nos  sirve  aqui  tan  bien  que  no  le  hemos 
querido  dar  licencia  para  ir  á  entender  en  sus  negocios;  y  por 
esto  deseo  velle  muy  bien  despachado.  Va  su  muger  con  muy 
buen  ánimo  de  pasar  la  mar  dos  veces.  Hareisme  mucho  placer 
en  encaminar  su  bueno  y  breve  despacho,  porque  ya  sabéis  que 
es  peor  en  Flandes  estar  descasados  que  en  España,  y  más  un 
guarda-damas;  y  sabiendo  el  gusto  que  ponéis  en  lo  que  es  dár- 
mele, no  he  menester  deciros  mas  de  que  os  guarde  Dios  como- 
deseo.  De  Neoport  á  2^  de  Abril  1602. — A  Isabel. — (Sobrescri- 
to:) Al  Duque  de  Lerma. 

46. 

Duque:  No  es  mucho  que  nos  quexemos,  pues  después  que 
vino  Don  Rodrigo  no  hemos  tenido  cartas  de  ay;  y  aunque  de 
algunos  que  han  venido  se  ha  sabido  que  mi  hermano  y  la 
Reyna  y  mi  nuera  estaban  buenos,  mientras  no  lo  veo  por  car- 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DO  XA  ISABEL.  34! 

ias,  no  me  satisface.  De  aqui  habrá  poco  que  decir,  á  lo  menos 
de  gusto,  pues  demás  de  no  haber  cosa  de  nuevo  en  lo  de  Os- 
tende,  pues  no  se  atiende  sino  á  procurar  cerralles  el  paso,  como 
$e  espera  se  hará  con  una  invincion  que  se  ha  hallado,  en  que  se 
vá  trabajando.  Lo  más  en  que  ahora  se  pone  el  cuidado  es  en 
cómo  se  opondrá  al  enemigo,  que  cada  ora  se  aguarda  sin  poder 
descubrir  adonde  ha  de  dar.  Tiene  juntos  diex  y  ocho  mil  infan- 
tes y  cinco  mil  caballos,  con  ayuda  de  vecinos,  como  dicen; 
pues  de  Ingalaterra,  Alemana  y  Francia  le  han  ayudado  cuanto 
han  podido;  que  aunque  en  Francia  lo  niegan,  no  lo  hacen  tan 
encubierto  que  no  se  sepa;  y  ellos  han  sacado  una  gran  suma  de 
contribución  con  juramento  que  les  ha  hecho  el  Conde  Mauricio 
de  que  este  año  ha  de  quedar  señor  ó  siervo,  y  que  no  les  pedi- 
rá más.  Conforme  á  esto  veréis  lo  que  importará  acudir  al  reme- 
dio y  á  procurar  que  por  lo  menos  no  salgan  con  nada;  porque 
con  esto,  creo  cierto  vendrán  á  algún  partido  de  pax  6  tregua,  y 
de  una  vez  quedarla  mi  hermano  desembarazado  de  tanta  costa 
como  la  que  aquí  tiene.  Todo  cuanto  puede  mi  primo  hace  para 
acudir  al  remedio,  pero  como  falta  lo  principal  para  poder  levan- 
tar gente,  que  es  el  dinero,  y  no  se  puede  escusar  el  levantalla, 
no  habiendo  querido  el  de  Fuentes  dar  los  españoles,  y  sobre  esto 
habiendo  detenido  los  italianos,  que  aun  de  aquí  á  veinte  dias 
no  estarán  acá,  aunque  se  les  da  la  prisa  que  se  puede.  Mira  en 
el  aprieto  que  se  estará,  y  lo  que  más  me  duele  es  lo  que  os  he 
dicho  otras  veces,  que  mi  hermano  lo  gasta  y  su  hacienda  lo 
paga  y  no  luce,  porque  cuando  llega,  ya  es  pasada  la  ocasión  y 
el  tiempo;  y  asi  fue  aora  un  año,  que  si  hubiera  venido  la  gente, 
cuando  lo  mandó  mi  hermano,  ya  estuviera  ganada  esta  plaza  y 
se  hubieran  hecho  otros  efectos.  Conforme  á  esto  veréis  la  nece- 
sidad en  que  se  estará,  pues  lo  que  trujo  Don  Rodrigo  aun 
no  alcanza  para  poder  hacer  el  remate  con  la  gente;  que  sin 
duda  se  hará  con  arto  menos  de  lo  que  se  pensaba  hasta  aqui, 
pero  estamos  muertos  de  miedo  que  en  mitad  de  todo  esto  se 
ha  de  amotinar  la  caballería  y  guarniciones,  particularmente  la 
de  aqui.  Yo  lo  tengo  por  cierto,  porque  sé  que  les  deben  más 
de  cien  mil  ducados  con  no  ser  si^o  dos  compañias,  que  yo  no 


34^  BOLBTÍM  DE  LA  RBAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

sé  qué  se  hacia  de  tanto  dinero  como  entraba  en  estos  Estados^ 
pues^  como  vos  decis  muy  bien^  mi  hermano  ha  pagado  mds  que  se 
pagó  en  muchos  años  en  vida  de  mi  padre  (i);  que  bien  parece 
que,  los  que  estaban  aquí,  no  les  dolía  lo  que  se  gastaba;  pero  á 
nosotros  como  nos  yetbe  la  sangre,  como  dice  el  refrán,  esto  es 
lo  que  más  nos  duele  y  lo  qué  más  nos  hace  desear  ver  esto  en 
sosiego,  porque  pueda  descansar  la  hacienda  de  mi  hermano,  y 
más  estando  como  está;  que  por  conocer  yo  esto,  siento  lo  que 
es  razón  haber  de  apretar  y  ser  fuerza  hacello  por  mas;  pues  sin 
esto  seria  perderse  todo,  estando  de  la  manera  que  se  está,  y 
aguardando  al  enemigo  con  tantas  fuerzas;  y  entiendo  que  el 
hacelle  rostro  aqui,  es  mucho  servicio  de  mi  hermano,  pues  si  los 
que  le  ayudan,  se  viesen  desembarazados,  no  dudo  sino  que  da- 
rían por  allá;  y  si  yo  viese  á  mi  hermano  tan  descansado  que 
pudiese  resistilles,  no  me  daría  esto  cuidado  ninguno,  pero  es- 
tando como  está,  no  puede  dexar  de  dármele;  y  con  quien  lo 
entiende  todo  tan  bien  como  vos,  no  es  menester  alargarme  ni 
pediros  procuréis  que  se  provea  en  esta  necesidad  con  la  bre- 
vedad que  es  menester,  pues  sé  el  mucho  cuidado  que  tenéis 
dello. 

Ya  deseo  saber  que  sea  desembarcada  vuestra  hermana,  por 
lo  que  espero  os  ha  de  descansar.  Espero  que  la  Duquesa  habrá 
estado  para  ir  esta  jornada,  en  que  no  habrá  dexado  de  hacer 
soledad  mi  nuera  y  su  aya,  pero  creo  que  ha  de  crecer  tan  pres- 
to que  la  pueda  llevar  mi  hermano  consigo.  A  toda  vuestra  gente 
me  encomiendo  mucho,  y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Neo- 
port  á  23  de  Mayo,  1602. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 

46. 

Duque:  El  aprieto  en  que  se  está  es  de  manera  como  veréis 
por  lo  que  escribirá  Don  Baltasar  (2),  á  quien  me  remito,  por  no 


(i)    Subrayado  en  el  oríginal,  lo  que  está  en  cursiva. 
(2)    D.  Baltasar  de  Zúfliga,  hermano  del  Conde  de  Monterrey  y  emba- 
jador de  Felipe  ÜI  cerca  de  sas  hermanos  los  Archiduqnes  en  Flandes. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DONA   ISABEL*  343 

poderme  yo  alargar»  por  no  detener  la  diligencia  que  es  bien 
haga  este  correo,  para  que  mi  hermano  lo  entienda  y  mande 
remediallo.  Y  aunque  sé  y  veo  por  vuestras  cartas  cuan  bien 
entendido  tenéis  todo  lo  de  aqui  y  lo  que  va  al  servicio  de  mi 
hermano  en  que  esto  se  socorra,  aora  es  más  que  nunca  por  el 
aprieto  en  que  se  está  con  los  enemigos  en  casa  y  con  tantas 
fuerzas,  y  por  la  ocasión  que  se  nos  pone  delante  de  acabar  con 
esta  guerra,  tiniendo  con  que  sustentar  las  nuestras:  lo  cual  fal- 
ta de  todo  punto  con  haberse  acabado  el  crédito  aqui;  y  asi, 
cierto,  no  sé  qué  se  pueda  hacer,  si  de  ay  no  se  socorre  con  la 
brevedad  que  es  menester,  sino  dexallo  todo  en  manos  de  los 
enemigos,  como  será  fuerza,  si  no  hay  gente  con  que  oponérse- 
les; que  aunque  espero  las  habrá  por  la  diligencia  que  mi  pri- 
mo pone  en  juntallas,  sino  hay  con  que  sustentalla,  no  servi- 
rá de  nada,  sino  quedar  al  cabo  con  vergüenza  de  no  haber 
hecho  nada.  Bien  sé  lo  poco  que  he  menester  deciros  procuréis 
el  remedio  desto,  pues  tenéis  el  cuidado  que  pudiéramos  nosotros, 
pero  la  brevedad  es  la  que  os  quiero  pedir,  por  lo  que  importa 
para  todo,  y  para  que  de  una  vez  quedemos  allá  y  acá  fuera 
destas  pesadumbres.  Lo  que  trabaxais  en  esto  no  puedo  dexar 
de  agradeceros  mucho;  y  para  más  despacio  guardo  responderos 
á  vxiestra  carta  de  San  Lorenzo,  que  por  la  prisa  que  digo  y  por 
tener  á  mi  primo  purgado,  como  escribo  á  mi  hermano,  no  me 
puedo  alargar  aora.  Solo  os  doy  la  norabuena  de  muy  buena 
gana  del  nieto,  pues  sabéis  cuánto  habré  olgado  de  lo  bien  que 
lo  ha  hecho  su  madre.  A  ella  y  á  la  Duquesa  se  la  dad,  mientras 
yo  se  la  puedo  escribir.  Ya  deseo  saber  que  sea  llegada  vuestra 
hermana,  como  lo  espero,  y  lo  que  habréis  olgado  de  veros.  Yo 
lo  hiciera  arto,  pues  á  todos  nos  merece  la  de  Lemos  la  quera- 
mos bien;  y  asi  espero  le  habrán  hecho  mi  hermano  y  la  Rey  na 
la  merced  que  es  justo.  Mucha  pena  me  ha  dado  el  mal  de  mi 
nuera,  aunque  espero  en  Dios  no  habrá  pasado  adelante.  No  os 
suelto  la  palabra  de  los  retratos,  que  ya  muero  por  vella.  Con 
Francisco  Marin  envió  á  mi  hermano  un  presente  de  un  enano, 
que  porque  espero  ha  de  gustar  del,  quiero  que  lo  sepa  de  vos 
psimero,  y  así  os  lo  escribo;  y  acabo  esta  con  encomendarme  á 


344  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia: 

la  Duquesa  con  toda  vuestra  gente;  y  guárdeos  Dios  como  de- 
seo. De  Gant  á  28  de  Junio,  1602. — A  Isabel.: — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. — Encaminad  esa  carta  para  mí  Tia,  porque 
sepa  como  queda  bueno  mi  primo. 

47. 

Duque:  En  lugar  de  agradeceros  vuestra  carta  de  1 1  de  Junio, 
estoy  por  reñiros,  porque  como  sé  vuestras  ocupaciones  cuan 
justas  y  forzosas  son,  no  quiero  que  os  ocupéis  en  darme  nue- 
vas sino  las  que  no  podéis  escusar;  que  aunque  guelgo  mucho 
de  sabellas  por  vuestras  cartas,  huelgo  más  de  que  miréis  por 
vuestra  salud,  pues  sé  la  falta  que  haria  al  servicio  de  mi  her- 
mano que  os  faltase:  esto  quede  reñido  para  que  os  enmendéis; 
y  ahora  os  agradesco  mucho  cuanto  me  decis  en  vuestra  carta, 
y  mucho  más  la  voluntad  y  amor  con  que  veo  que  nos  lo  decis 
y  acudis  á  cuanto  nos  toca  y  al  servicio  de  mi  hermano,  que 
habia  de  decir  primero;  que  cierto  mal  se  puede  pagar  de  nin- 
guna manera  y  menos  el  trabaxo  y  cuidado  que  os  cuesta.  Es- 
tad cierto  que  lo  reconocemos,  como  es  justo,  y  que  así  oiga- 
remos  de  que  se  ofrezca  ocasión  como  podéroslo  pagar.  Habláis 
de  manera  en  todo  lo  de  acá  como  si  lo  hubiésedes  visto  y  tu- 
viésedes  delante  de  los  ojos. 

El  otro  dia  os  escribí  la  necesidad  en  que  estábamos.  Esta  va 
creciendo  siempre,  pues  ha  de  comer  la  gente.  Sé  que  no  he 
menester  deciros  lo  que  importa  la  brevedad  de  las  provisiones, 
pues  tenéis  tanto  cuidado  dellas.  El  que  os  cuesta  siento  mucho 
y  Ver  que  no  aproveche  cuanto  lo  trabajáis;  y  sin  duda  que  te- 
neis  mil  razones  en  lo  que  decis  destos  hombres  de  negocios. 
Son  terribles:  que  no  ha  bastado  nada  para  que  sobre  líiis  joyas 
nos  hayan  querido  dar  nada;  y  estábamos  en  tal  aprieto  que  con 
muy  poco  nos  contentáramos  para  ayuda  á  sustentar  el  campo 
que  se  ha  juntado:  os  puedo  decir  por  milagro,  pues  nunda  ima- 
ginamos poder  llegar  á  tener  la  mitad  de  la  que  vemos  ahora, 
ni  sabemos  cómo  ha  sido,  sino  que  Nuestro  Señor  provee  á'  la 
mayor  necesidad,  pues  cuando  nuestros  enemigos  pensaron  asó- 


COBRBSFONDENCIA  DB   LA  INFANTA  DONA  ISABBL.  345 

lallo  todo  y  no  hallar  resistencia,  quiso  Nuestro  Señor  revolve- 
lles  sus  raytres  y  con  esto  se  hubieron  de  detener  y  darnos  lu- 
gar á  que  llegase  la  gente  de  Italia,  y  se  juntase  el  campo,  de 
manera  que  se  les  ha  podido  hacer  rostro,  y  ellos  no  han  hecho 
hasta  aora  nada,  y  yo  espero  que  tampoco  lo  harán,  si  tenemos 
comodidad  de  poder  sustentar  el  campo  para  que  los  vaya  si- 
guiendo, como  lo  hace.  Todo  cuanto  se  puede  se  trabaxa  para 
esto,  aunque  tememos  la  caballeria,  que  comienza  á  desmandar- 
se; y  asi  os  vuelvo  á  pedir  que  si  no  han  partido  las  letras  que 
me  deciádes  andábades  procurando,  no  alcéis  la  mano  dello, 
pues  veis  lo  que  importa  que  no  salgan  con  nada  este  verano, 
no  solo  para  la  conservación  destos  Estados  y  para  que  se  les  con- 
suma de  valde  lo  mucho  que  han  gastado  ellos  y  los  que  los  ayu- 
dan para  hacer  este  esfuerzo,  pero  para  que  vengan  más  fácil- 
mente en  pax  6  suspensión.  Han  echado  muchas  cartas  por  Bra- 
vante,  pensando  levantar  la  tierra,  pero  no  solo  no  han  salido 
con  ello,  más  antes  hemos  ganado  mucho  en  ver  la  voluntad 
con  que  todos  querían  defenderse;  y  así  de  solos  villanos  se 
habrían  juntado  seis  mil  que  les  guardaban  muy  bien  los  pasos. 
Ahora  no  sabemos  donde  se  pondrán  6  si  sitiarán  alguna  plaza. 
La  mayor  opinión  es  que  vendrán  aquí  á  Flandes,  por  amor  de 
lo  de  Ostende,  que  es  lo  que  les  pica.  A  todo  se  provee  lo  más 
que  se  puede;  y  mi  primo  no  le  ayuda  mucho  á  convalecer  lo 
que  siente  no  estar  aun  para  poderse  ir  al  exército,  porque  está 
todavía  muy  flaco;  pero  yo  pienso  que  Nuestro  Señor  no  ha 
querido  que  salga  de  aqui  desta  provincia  sin  ver  ganada  á  Os- 
tende; y  por  eso  le  ha  dado  esta  enfermedad.  Aquello  vá  bien 
y  se  ha  fortificado  muy  bien  nuestro  campo  para  en  caso  que. 
venga  el  enemigo,  y  se  trabaja  en  cerralles  de  todo  el  puerto, 
que  yo  espero  no  ha  de  ser  tan  dificultoso  como  muchos  pien- 
san. Gran  falta  nos  hacen  los  españoles;  que  los  pocos  que  hay,. 
es  menester  guardallos  como  reliquia,  y  no  se  puede  hacer  nada 
sin  ellos.  Ya  sé  lo  que  de  allá  se  ha  batallado  con  el  de  Fuentes» 
y  pues  no  ha  aprovechado,  no  me  espanto  que  no  pudiésemos 
acá  nada  con  él.  Vos  tenéis  mucha  razón  en  querer  que  los  mi- 
nistros obedezcan  puntualmente,  después  que  hayan  dado  sus 


34^  BOLETÍN   DE  LA  ESAL  ACADBBflA  DE   LA   HISTORIA. 

razones;  pues  de  no  hazello  se  siguen  siempre  tantos  daños.  Bien 
sé  que  llueve  todo  sobre  vuestras  cuestas;  pero  también  sé  que 
nayde  lo  mira  con  el  cuidado  y  amor  que  vos,  ni  con  tanto  deseo 
de  acertar;  y  pues  mi  hermano  con  tanta  razón  puede  y  debe 
estar  satisfecho  desto,  de  los  demás  no  se  os  dé  nada  ni  os  con- 
goje, pues  sabéis  que  ese  es  el  mundo.  Y  para  que  podáis  des- 
cansar destas  cosas  y  otras  tales,  no  podlades  escoger  mejor 
que  tener  á,  vuestra  hermana  cabe  vos,  que  sabrá  con  su  buen 
entendimiento  consolaros.  Yo  estoy  contentísima  de  vella  ay; 
porque  sabéis  que  siempre  quise  mucho  á  la  Condesa  y  conosco 
que  me  lo  mereció  siempre.  Muy  buen  recibimiento  hallaría  en 
Denla  con  su  nuera.  Ya  deseo  saber  que  hayan  llegado  muy 
buenas,  y  yo  asiguro  que  así  como  ha  sabido  conocer  siempre 
vuestra  hermana  lo  que  habéis  hecho  por  ella,  que  lo  hará  aora, 
y  que  empleareis  arto  mejor  lo  que  hiciéredes  con  ella  que  no 
'  en  quien  no  os  lo  agradesca.  Bonísima  jornada  seria  la  de  Aran- 
juez.  Guelgo  de  que  estuviese  tan  bueno:  el  año  ha  hecho  á  pro- 
pósito para  ello  y  mi  hermano  se  habrá  olgado  de  dar  una  vuel- 
ta, aunque  si  dura  mucho  la  estada  de  San  Lorenzo,  no  se  ol- 
garán  las  damas.  Como  vaya  adelante  el  preñado  de  la  Reyna, 
todo  se  podrá  pasar;  aunque  yo  mucho  sintiera  la  ausencia  de 
mi  nuera,  mas  espero  ha  de  crecer  tan  presto  que  la  puedan 
llevar  donde  quiera.  Mucho  cuidado  me  ha  dado  su  mal,  pero 
espero  en  Dios  estará  ya  muy  buena.  Lástima  ha  sido  la  muerte 
del  Adelantado  (l):  muy  buena  provisión  ha  hecho  mi  hermano 
en  su  lugar.  Si  sale,  pudieran  quitar  años  á  Don  Juan  de  Cardona. 
También  ha  sido  muy  buena  la  del  Duque  de  Sesa,  que  es  hon- 
rado caballero  y  creo  acertará  muy  bien  á  servir.  Yo  no  he  que- 
rido besar  las  manos  á  mi  hermano  por  tantas  cosas  y  tan  lin- 
das como  me  ha  enviado,  porque  quiero  que  vos  lo  hagáis  por 
mí  muy  cumplidamente:  llegó  todo  á  salvamento  y  muy  bien^ 


(i)  D.  Martín  de  Padilla,  Adelantado  de  Castilla,  falleció  en  i6oa 
en  el  Puerto  de  Santa  María,  de  resultas  de  un  desmayo.  Mandáronle 
sangrar  los  médicos  y  con  la  sangría  se  quedó  muerto.  (Rdadoncs  de 
Cabrera). 


CORRSSPONDEMCIA  DE  LA  INFANTA  DONA   I8ABBL.  347 

aunque  pasaron  los  navios  (l)  por  entre  catorce  de  los  enemi- 
gos y  les  tiraron  arto.  Las  porcelanas  creo  lo  pagaron,  que  lle- 
garon rotas  casi  ciento;  pero  fue  gran  gusto,  que  estábamos  aun 
en  Neoport  cuando  llegaron  y  así  lo  supimos  en  despertando. 
Yo  quedo  tan  bien  proveída  que  no  lo  estarán  mejor  en  Portu- 
gal; y  más  ogaño  si  es  verdad  las  nuevas  que  aquí  han  venido 
de  Ingalaterra,  que  dicen  han  tomado  dos  naos  de  la  India,  que 
seria  mal  caso  y  más  si  hubiesen  pasado  las  galeras  lo  que  cuen- 
tan; con  que  me  parece  no  vendrá  tan  presto  Federico  Espinóla, 
pues  dicen  se  halló  á  la  ñesta.  Siempre  os  he  dicho  que  no  han 
de  ser  acá  de  tanto  efecto  como  se  piensa  las  galera^]  y  lo  mismo 
os  digo  aora,  y  al  tiempo  os  doy  por  testigo  y  aunque  sin  duda  hu- 
bieran servido  de  más  Icls  que  están  aquí  (2)  de  lo  que  lo  han 
hecho,  si  el  Federico  estuviera  con  ellas.  El  Marqués,  su  herma- 
no, viene  con  mucha  gana  de  servir  y  aprender,  y  pienso  que 
lo  hará  bien,  y  él  lo  procura,  y  trae  muy  bien  en  orden  su  gen- 
te; que  es  todo  cuanto  de  acá  os  puedo  decir. 

Mal  me  parece  que  le  trata  á  la  Duquesa  el  mal,  y  no  lo  me- 
rece. Espero  estará  ya  muy  recia,  á  lo  menos  así  lo  deseo  y  que 
á  todos  os  vaya  muy  bien  con  muchos  gustos  y  contentos.  La 
Condesa  de  la  Fera,  por  quien  creo  os  he  escrito  otras  veces, 
está  concertada  con  su  alnada,  como  entenderéis  por  los  pape- 
les que  presentarán  á  mi  hermano.  Hareisme  mucho  placer  en 
procurar  que  se  la  despachen  sus  recados  bien  y  presto,  pues 
ella  no  tiene  otra  cosa  de  que  vivir  y  me  sirve  muy  bien;  y  así 
no  puedo  dexar  de  procuralle  su  bien. 


(i)  Al  margen,  de  letra  del  siglo  xviii  se  lee:  «Estas  son  las  seis  gale- 
ras de  la  escuadra  de  España  que  llevó  este  año  Federico  Elspinola,  del 
Puerto  de  Santa  María  á  Flandes.  Resistiólas  mucho  el  Adelantado  mayor 
de  Castilla,  D.  Martin  de  Padilla,  que  eran  de  su  cargo,  porque  vio  que 
iban  á  perecer  sin  resistencia,  siendo  preso  del  enemigo  ó  tragárselas  la 
mar,  como  sucedió  luego  en  llegando.  Tanto  sintió  que  las  llevasen,  que 
fue  opinión  de  todos  sus  capitanes,  que  fue  esta  la  causa  de  su  muerte» 
que  fue  este  mismo  año  por  Mayo.  S.  A.  habla  de  esta  materia  en  el  mis- 
mo modo  de  sentir  que  él  en  esta  carta  y  en  otra  que  está  antes  desta 
4e  23  de  Abril  deste  año». 

(2)    Subrayado  en  el  original. 


^8  BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho:  ya  deseo  ver 
cartas,  que  siempre  me  parece  que  tardan.  No  os  parecerá  nue- 
vo esto,  pues  sabéis  con  la  ternura  que  quiero  á  mi  hermano,  y 
que  así  olgaria  de  saber  cada  momento  del.  Guárdele  Dios,  que 
tanta  merced  me  hace:  todo  lo  que  me  decis  del,  conocí  yo  siem- 
pre; y  así  no  podía  sufrir^  como  sabéis^  a  quien  decía  lo  contra- 
rio (i);  pero  él  ha  mostrado  la  verdad:  aqui  estamos  buenos;  y 
guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Gant  á  17  de  Julio,  1602. — 
A  Isabel. 

Acaban  de  llegar  las  cartas  de  primero  deste,  y  así  no  he 
querido  dexar  de  poner  esta  posdata  para  daros  la  norabuena 
de  bonísima  gana  de  tener  ya  ay  á  vuestra  hermana,  y  tan  buena 
como  decis.  La  que  me  dais  de  la  salud  de  mi  primo,  os  agra- 
desco  mucho,  y  el  cuidado  que  tenéis  de  cuanto  nos  toca;  con 
que  cada  dia  nos  acrecentáis  de  obligación  y  deseo  de  que  co- 
noscais  el  reconocimiento  que  tenemos  desto  y  de  la  merced 
que  mi  hermano  nos  hace  siempre  y  el  sentimiento  tan  justo  de 
ver  las  cosas  en  el  estado  que  nos  decís,  y  no  poder  servir  á  mi 
hermano  y  descansalle.  Lo  de  Portugal  ha  sido  muy  mal  caso  y 
muy  diño  de  castigo;  y  así  espero  habrá  tomado  mi  hermano  la 
resolución  que  convenga  para  lo  de  su  ida  allá,  en  que  hay  que 
mirar  bien  todo  lo  que  me  apuntáis.  La  merced  que  mi  herma- 
no nos  ha  hecho  aora  en  mandar  al  Marqués  Espinóla,  que  sirva 
con  su  gente,  ha  sido  muy  grande,  y  él  lo  hace  bien  y  la  gente 
es  buena;  pero  con  todo  apruebo  vuestro  voto  de  que  fueran 
mejores  españoles,  aunque  fueran  menos.  Quisiera  teneros  en 
esta  casa,  que  nos  pasamos  ayer,  que  es  como  quien  está  en  el 
campo,  y  por  mostraros  donde  quiso  parir  la  Reyna  Doña  Juana, 
á  mi  agüelo,  que  no  tiene  sino  nueve  pies  de  ancho.  Dalde  la 
norabuena  á  vuestra  hermana  de  verse  con  vos,  que  se  estará 
tan  contenta  que  se  la  podemos  dar;  y  yo  no  quiero  buscar  otro 
mexor  embaxador,  porque  sea  más  bien  recibida;  y  esta  se 
cierra  á  20  de  Julio. 


(i)    Subrayado  en  el  original. — Al  margen,  de  la  misma  letra  del  si-' 
glo  xviii  se  lee:  «Loaysa  etc.» 


CORRISPONDEMOA  DB  LA  INFANTA  DONA   ISABEL.  349 

(En  la  margen  de  la  primera  cara:)  Hareisme  mucho  placer 
en  procurar  que  se  despache  presto  y  bien  Gonzalo  Guerra,  que 
ya  sabéis  que  es  mal  negocio  concertadas  en  casa. — (Sobres» 
crito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

48. 

Duque:  Mejores  nuevas  quisiera  que  me  trujeran  estas  cartas 
vuestras  de  2 1  de  Agosto  de  vuestra  salud  para  acabar  de  olgar 
mucho  con  ellas;  pero  espero  os  la  dará  Nuestro  Señor,  como 
es  menester  para  el  servicio  de  mi  hermano.  Y  pues  vos  no 
tenéis  la  mira  y  el  cuidado  sino  en  hacelle,  muy  justo  seria  que 
mirásedes  por  vuestra  salud,  siendo  esto  el  mayor  servicio  que 
le  podéis  hacer,  y  no  trabaxar  ni  congoxaros  de  manera  que  os 
haga  mal,  pues  veis  que  no  se  remedia  con  esto.  Yo  por  mi 
parte  y  por  lo  que  nos  toca,  os  lo  pido  y  fio  tanto  de  lo  que 
deseáis  darme  gusto,  que  espero  lo  haréis.  No  sé  como  podrt^ 
pagaros  jamás  el  que  he  tenido  con  el  retrato  de  mi  nuera,  que 
no  he  visto  más  linda  criatura;  y  aunque  nunca  esperé  menos 
siendo  hija  de  su  padre,  estoy  contentísima  de  vella  asy,  y  de- 
seando aora  con  gran  ansia  que  acabe  de  venir  este  marido, 
porque  espero  que  tiniendole  y  pariendo  aora  la  Reina  un  hijo, 
como  lo  quiero  creer,  tengo  de  sacar  á  mi  nuera  por  justicia  y 
traérmela  conmigo  para  servilla  y  regalalla  como  yo  querría 
estallo  haciendo  cada  momento.  Con  mucho  cuidado  me  ha  teni- 
do la  indisposición  que  ha  tenido  mi  hermano  y  viruelas  de  la 
Reyna,  estando  preñada,  que  ya  aquí  habia  cartas  dello.  Bendito 
sea  Dios  que  quedaban  ya  buenos.  Yo  riño  á  mi  hermano  por 
lo  poco  que  Se  ha  guardado;  que  me  tiene  con  mucho  cuidado, 
porque  nunca  ha  tenido  viruelas  á  derechas.  Dios  le  guarde, 
como  lo  hemos  menester.  Cuantos  de  ay  escriben,  no  dicen  otra 
cosa  sino  lo  que  habéis  trabaxado  y  hecho  en  este  asiento. 
Cierto,  yo  no  sé  cómo  se  puede  pagar  lo  que  os  debemos,  sino 
conociendo  cuanto  es,  y  sobre  todo  el  amor  y  voluntad  con  que 
lo  hacéis,  que  esto  no  tiene  paga;  pero  si  la  puede  haber,  os  po- 
déis asigurar  que  siempre  olgaremos  de  mostraros  este  agrade- 
cimiento con  tan  buena  voluntad  como  yo  deseo  que  podáis  ver 


1 


350  BOLETÍN  DB   LA  RBAL   ACADBMIA   DE   LA   HISTORU. 

por  las  obras.  Por  lo  que  escribe  mi  primo  veréis  á  cuan  buen 
tiempo  ha  venido  este  socorro  y  vendrán  los  que  decís.  Yo  veo 
que  hacéis  milagros,  pues  tras  tantas  dificultades  habéis  salido 
con  esto.  De  lo  que  pasa  por  acá  veréis  por  lo  que  escribo  á  mi 
hermano,  y  lo  que  mi  primo  escribirá:  que  yo  op  confieso  que 
huyo  de  hablar  en  ello  por  no  tachar  á  nayde  sit\  oir  su  razón, 
pero  buenas  serán  menester  para  disculpar  el  disparate  que  han 
hecho  en  el  campo.  Dios  nos  ayude;  que  yo  ya  tengo  á  Grave 
por  perdida,  si  Dios  milagrosamente  no  lo  remedia.  Allá  vá  mi 
primo,  y  pluguiera  á  Dios  hubiera  podido  ser  dende  luego;  pero 
no  hay  ir  contra  lo  que  Dios  ordena;  y  pues  él  lo  estorvó,  no 
hay  sino  dalle  gracias  y  tener  paciencia.  Mira  cual  quedaré 
yo,  pues  tras  haber  un  mes  que  estoy  sin  él,  le  veo  aora  ir  aven- 
turado de  todas  maneras  y  sin  esperanza  de  volvelle  á  ver  tan 
presto. 

Siempre  esperé  que  la  compañía  de  vuestra  hermana  os  había 
de  ser  tanto  descanso  como  me  decis,  pues  cualquiera  rato  de 
su  conversación  lo  puede  ser.  Harto  olgara  de  oir  lo  que  ha 
dicho  á  la  de  Altamira  de  hallalla  con  abanynos  grandes,  que 
su  buen  gusto  no  se  puede  perder.  La  falta  de  salud  de  la  Du- 
quesa siento  mucho:  decíselo  de  mi  parte  y  encomendáme  á 
toda  vuestra  gente.  Con  la  muerte  de  Byron  parece  se  han  sose- 
gado los  movimientos  de  Francia.  El  tuvo  harto  ánimo,  pues 
dijo  al  verdugo  que  le  cortase  la  cabeza;  con  todo  no  creo  tiene 
el  Rey  por  sigura  la  suya.  Dios  sea  con  él  y  os  g^uarde  como 
deseo.  De  Gant  á  2  de  Setiembre,  l602.  —  Hareisme  mucho 
placer  en  tener  por  encomendado  á  Frias  en  sus  pretensiones. 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

49. 

Duque:  Pues  sabéis  lo  que  quiero  á  mi  hermano,  fácilmente 
creeréis  cual  estaré,  habiendo  entendido  por  cartas  de  cinco  des- 
te  las  tercianas  con  que  quedaba.  Yo  os  confieso  no  estoy  en 
mí,  ni  sosegaré  hasta  saber  que  está  bueno;  y  aunque  sé  el  buen 
cuidado  que  tendréis  de  avisárnoslo,  me  parece  que  no  cumplia 


COR&BSPOÑDBMCIA  DB  LA  INFANTA  DOJtA  ISABBLl  35] 

conlnigo  misma  sino  enviaba  correo  á  sabello,  como  vá  éste;  y 
ojalá  lo  pudiera  yo  ser.  Lo  que  me  consuela  es  saber  que  estáis 
vos  ay;  que  sé  el  amor  y  cuidado  con  que  servís  á  mi  hermano; 
y  no  dexo  de  sentir  lo  que  os  habrá  costado  y  cual  habréis  an- 
dado. También  creo  que  vuestra  hermana  habrá  ayudado  muy 
bien  á  lo  que  es  el  regalo  de  mi  hermano,  pues  tan  bien  sabe 
hacer  este  oficio.  Dios  nos  traiga  las  buenas  nuevas  que  hemos 
menester. 

De  aquí  hay  pocas  que  dar  después  que  escribimos,  á  lo  me- 
nos que  sean  buenas;  pues  cuando  se  habia  de  socorrer  á  Grave, 
que  se  defienden  aun  muy  bien,  es  fuerza  andar  á  pelear  contra 
nosotros  mismos,  como  lo  hace  mi  primo  contra  los  amotinados, 
que  están  tan  desvergonzados  como  él  dirá;  que  como  quien 
anda  en  ello  sabrá  dar  mejor  relación  que  yo,  que  no  quiero 
pasar  de  aqui;  porque  me  parece  que  no  es  tiempo  de  ocuparos 
el  que  tendréis  tan  embarazado.  A  la  Duquesa  y  vuestra  herma- 
na y  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos 
Dios,  como  deseo.  De  Gant  á  23  de  Setiembre,  l6o2. — A  Isa- 
bel.—  (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

60. 

Duque:  Creo  que  alcanzará  esta  al  correo  que  pensábamos 
despachar  para  saber  de  la  salud  de  mi  hermano;  y  así  no  quie- 
ro dexar  de  deciros  que  bien  habia  menester  las  buenas  nuevas 
que  me  dais  de  quedar  mi  hermano  bueno  para  consolarme  de 
la  pérdida  de  Grave,  aunque  la  tenia  tan  tragada  como  os  tengo 
escrito.  Siento  mucho  la  mala  paga  que  os  doy  de  tan  buenas 
nuevas  como  han  sido  para  mí  la  salud  de  mi  hermano,  y  que 
no  pasasen  adelante  sus  tercianas,  que  me  tenian  con  la  pena 
y  cuidado  que  podéis  imaginar  de  quien  le  quiere  lo  que  yo. 
Bendito  sea  Dios  que  tanta  merced  nos  ha  hecho;  que  con  saber 
que  mi  hermano  tenga  salud,  todo  lo  demás  se  podrá  llevar.  Es- 
pero que  la  convalecencia  será  muy  buena,  y  que  será  con  las 
sangrías  que  le  han  hecho  y  otros  remedios  salud  para  tantos 
años  como  hemos  menester.  El  tyniente  de  los  archeros  no  ha 


352  BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA* 

llegado.  Ahora  que  sé  que  trae  cartas  le  aguardo  con  alborozo. 
Por  algunas  de  particulares  he  visto  cómo  se  llevó  Dios  para 
sí  á  Francisca  Lucia,  y  aunque  en  el  mundo  que  tenemos  se  pue- 
de tener  por  dicha  y  dalle  gracias  por  ello,  no  quiero  dexar  de 
deciros  lo  mucho  que  me  ha  pesado,  por  lo  que  todos  lo  habréis 
sentido  con  razón;  por  cierto  que  la  muchacha  tiene  lo  que  me- 
recia;  y  yo  la  quería  tanto  y  de  la  edad  que  la  dexé  era  tan  mi 
amiga  que  me  obliga  á  sentillo  doblado.  No  escribo  el  pésame  á 
su  agüela  y  madre  por  temer  no  se  vaya  el  correo  sin  estas  car- 
tas. Vos  complí  por  mí  hasta  que  haya  otro  con  quien  las  es- 
criba. 

En  las  cosas  de  acá  os  confieso  no  querría  hablar,  por  ver  en 
el  estado  en  que  están.  Solo  puede  consolar  pensar  que  Nuestro 
Señor  lo  hace,  pues  al  tiempo  que  más  era  menester  la  presen- 
cia de  mi  primo,  le  dio  las  tercianas  para  estorbar  su  ida  al  cam- 
po, de  que  ha  nacido  todo  el  daño;  y  aunque  después  lo  pudiera 
haber  hecho  y  quizá  fuera  á  tiempo,  le  hallo  disculpado,  pues 
todos  le  decian  que  antes  que  llegase  á  medio  camino,  estaría 
socorrida  Grave.  Y  quien  pudiera  creer  que  un  exército  de  quin- 
ce mil  infantes  y  cinco  mil  caballos  se  habia  de  retirar  sin  sabe- 
Uo  mi  primo  y  sin  probar  á  hacer  algo?  Pero  Dios  que  lo  ha 
querido  y  que  se  deshaga  sin  haber  hecho  más  que  amotinarse 
y  pasarse  con  el  enemigo,  debe  de  saber  que  nos  cumple  pasar 
estas  adversidades  para  salvarnos;  y  asy  yo  las  llevo  muy  en 
paciencia.  Solo  os  confieso  que  no  la  tengo  para  ver  que  ya 
toda  la  honra  del  mundo  se  ha  vuelto  interés  y  la  guerra  trato, 
y  así  no  la  puede  haber  con  provecho,  sino  perdiendo  siempre. 
Con  lo  poco  que  ha  quedado  del  campo  está  mi  primo  allá.  Vá 
á  ver  si  puede  defender  lo  que  queda  de  Gueldres,  que  no  será 
poco  hacello,  pues  el  enemigo  tiene  sus  fuerzas  desembarazadas 
y  enteras.  Harto  aventurado  vá  mi  primo;  pero  él  no  hace  caso 
deso.  Así  le  aprovechase  lo  que  trabaja  y  lo  hiciesen  los  demás, 
con  que  todo  andaria  bien.  Mira  cual  estaré  yo  viéndole  ir  desta 
manera.  Dios  nos  ayude.  Con  esto  veréis  á  qué  buen  tiempo  ha- 
brán llegado  las  letras  y  si  serian  menester  bien.  Siempre  guel- 
go  de  agradeceros  lo  que  esto  os  cuesta  de  pesadumbre  y  tra- 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DO^A  ISABEL.  355 

bajo,  porque  sé  cuanto  es  y  cuan  mal  se  acabarían  de  acomo- 
dar estas  cosas  sino  fuese  por  vuestro  mucho  cuidado  y  diligen- 
cia, de  que  estamos  tan  agradecidos  como  es  razón.  A  la 
Duquesa  y  vuestra  hermana  dad  mis  recados,  que  no  me  decís 
cómo  están,  y  siempre  guelgo  de  sabello.  Y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Gant  á  25  de  Setiembre,  1602. — A  Isabel. — 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


61. 

Duque:  No  quiero  se  vaya  Domingo  de  Urbea  sin  esta  mía, 
aunque  no  llegará  muy  fresca,  pues  con  todas  ocasiones  guelgo 
de  que  sepáis  de  acá.  Y  porque  él  dará  buena  relación  de  todo, 
no  me  alargaré  en  esta.  Ya  me  parece  tardan  mucho  cartas;  á 
lo  menos  para  lo  mucho  que  yo  las  deseo,  por  saber  que  haya 
ido  adelante  la  salud  de  mi  hermano,  como  lo  espero  en  Dios, 
y  que  estará  ya  muy  convalecido. 

De  mí  no  sé  que  deciros,  pues  tengo  á  mi  primo  cuarenta 
leguas  de  aquí ,  y  de  cuatro  en  cuatro  dias  llegan  las  cartas ;  y 
eso  con  tanto  peligro  de  que  las  tomen  los  enemigos  que  no 
osamos  escribir  cosa  de  momento,  sino  espérase  que  esto  se 
ha  de  acabar  presto.  Ya  creo  hubiera  ido  á  visitar  los  enemigos, 
que  como  victoriosos  se  están  olgando  sin  emprender  nada;  y 
así  todos  estamos  suspensos.  A  toda  vuestra  gente  me  enco- 
miendo mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Gant,  día  de 
San  Francisco  (l),  1602. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 

62. 

Duque :  Ha  tanto  que  no  tenemos  cartas  de  ay  que-  no  sé  qué 
me  diga;  aunque  bien  sé  que  cuando  se  tarda  en  despachar  no 
es  sino  por  aguardar  á  que  no  venga  el  correo  vacio;  y  también 
sé  él  cuidado  que  vos  ponéis  en  esto,  que  es  tanto  que  no  nos 

'  (1)    4  de  Octubre* 

TOMO  xLviL  23 


354  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

dexais  que  pediros,  pero  mucho  que  agradeceros,  como  lo  ha- 
cemos siempre. 

De  aquí  no  sé  qué  deciros  sino  duelos  y  más  duelos,  como 
dicen;  porque  estamos  tan  faltos  de  gente,  y  esa  que  hay  de 
manera  que  no  se  puede  fiar  cosa  della;  y  asy  hasta  cinco  mil 
hombres  entre  caballería  y  infantería  de  los  enemigos  se  andan 
por  el  pays  de  Lucembui^,  sin  haber  casi  como  defendérselo: 
que  aunque  espero  que  en  las  villas  no  harán  nada ,  todo  lo  de- 
más lo  van  quemando  y  abrasando,  que  es  una  lástima,  comen- 
zando por  las  iglesias;  que  ya  deseo  ponerme  á  razones  con 
Nuestro  Señor  y  preguntalle  porqué  consiente  una  cosa  como 
esa.  Los  amotinados  por  otro  cabo  hacen  todo  el  mal  que  pue- 
den; y  todo  es  gritar  que  nos  concertemos  con  ellos,  que  si 
fuese  posible  pagallos,  seria  muy  bien;  pero  toda  la  hacienda  de 
mi  hermano  no  bastaría  sino  fuese  soltando  ellos  algo  y  desha- 
ciendo el  motin,  como  se  procura;  aunque  yo  dudo  que  se  salga 
con  ello,  porque  allí  tienen  muchos  que  los  ayuden  y  fomenten 
para  que  estén  en  pié ,  que  no  se  puede  creer  los  enemigos  que 
mi  hermano  y  nosotros  tenemos.  Y  cierto  que  creo  que  ni  los 
unos  ni  los  otros  los  buscamos;  pero  yo  siempre  vivo  con  espe- 
ranza que  Nuestro  Señor,  que  sabe  la  intención  de  todos,  nos  ha 
de  vengar  algún  dia  dellos;  aunque  primero  quiere  que  padesca- 
mos;  y  no  es  lo  menos  para  mí  haber  siempre  de  importunar  á 
mi  hermano,  sabiendo  de  la  manera  que  está  y  lo  que  á  vos  os 
cuesta  de  trabaxo  y  cuidado,  que  sabiendo  cuanto  tenéis  de 
todo,  no  he  menester  deciros  más.  Ya  han  comenzado  á  partir 
los  que  van  ay,  que  son  artos;  y  dende  agora  tengo  lástima  á 
vuestra  cabeza.  Don  Fernando  ha  ya  ocho  dias  que  partió, 
sentido  á  mi  parecer  de  parecelle  que  nosotros  hablamos  sido 
causa  de  que  le  llamasen.  Y  aunque  su  condición  ha  dado  algu- 
nas, con  que  él  debe  de  sospechar  eso,  yo  creo  que  sois  buen  tes- 
tigo que  nunca  os  he  dicho  nada;  porque  le  tengo  por  hombre 
entendido  y  que  desea  acertar  el  servicio  de  mi  hermano;  y  que 
solo  tiene  la  tacha  que  muchos  que  tienen  sus  letras,  que  en  me- 
tiéndoseles una  cosa  en  la  cabeza,  no  hay  sacallos  de  ally;  y  sa- 
biendo esto,  no  se  le  puede  tomar  á  mal  lo  que  dixere.  Nt  de 


CORRESPONDENCIA  DE   LA  INFANTA   DOiIA   ISABEL.  355 

aquí  hay  otra  cosa  de  nuevo  que  poder  decir.  A  la  Duquesa  y  á 
vuestra  hermana  y  toda  vuestra  gente,  me  encomendad  mucho; 
-que  harto  buena  compañía  se  debe  de  juntar  en  vuestra  casa« 
Y  Dios  os  guarde,  como  deseo.  De  Gant  á  22  de  Noviembre, 
1602. — A  Isabel. — (Sobrescrito:) — ^Al  Duque  de  Lerma. 

68. 

Duque:  No  es  mucho  que  nos  quejemos  de  que  tarden  cartas 
<le  ay,  pues  sabéis  cuanto  las  deseo  siempre  con  muy  buenas 
nuevas  de  todos.  Las  que  han  llegado  acá  de  la  salud  de  mi  her« 
mano,  me  tienen  contentísima.  Bendito  sea  Dios  que  tanta  mer- 
ced nos  ha  hecho;  asi  espero  nos  la  hará  en  continualla  y  alum- 
brar á  la  Reyna  con  bien  de  un  hijo  (l);  y  que  no  por  eso  des- 
privará  mi  nuera,  á  quien  quiero  más  cada  dia;  que  me  hace 
.sentir  mucho  lo  que  tarda  este  su  marido,  que  por  todo  lo  de- 
más lo  llevaría  muy  en  paciencia. 

Ha  tres  dias  que  llegó  el  tiniente  de  los  archeros,  y  asi  son 
tan  viejas  las  cartas  que  trae  que  no  habrá  que  responder  á 
•ellas;  y  de  aquí  hay  poco  que  decir,  sino  que  bendito  sea  Dios, 
tengo  á  mi  primo  aqui.  Dias  ha  que  se  dio  más  prisa  á  compo- 
ner lo  de  Güeldres  de  lo  que  pensábamos,  habiendo  metido 
guarnición  en  Benaló  (2)  con  mucha  facilidad,  lo  que  nunca  han 
podido  alcanzar  ninguno  de  los  que  han  estado  aqui;  y  asi  se 
vé  cuánto  importa  para  todo  la  presencia  de  sus  amos,  como 
me  acuerdo  de  haberos  oido  algunas  veces.  Ha  librado  Dios  á 
mi  primo  en  esta  jomada  ya  dos  veces  de  las  manos  de  los  ene- 
migos, como  escribo  á  mi  hermano;  y  yo  os  prometo  que  Dios 
iScibe  los  dias  que  he  pasado  con  este  miedo.  Porque  aunque  mi 
primo  llevaba  escolta,  está  la  gente  deste  exército  de  manera  y 


(i)  No  en  balde  había  visitado  con  fe  Felipe  III  el  Monasterio  de  San 
Juan  de  Ortega  y  besado  el  cinto  de  este  santo  Abad.  Recuérdese  lo  que 
á  este  propósito  escribe  la  Infanta  en  su  carta  núm.  29.  Sobre  este  Mo- 
nasterio, y  la  especial  virtud  de  su  primer  Abad,  véase  lo  que  decimos  en 
•el  Apéndice, 

(3)    Vcnlóo. 


$$t  BOLETÍN  DE  LA    KBAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTOKIA. 

particularmente  la  caballería  y  tan  desvergonzada  que  no  me 
parece  se  puede  ñar  cosa  della;  y  bien  se  vé  por  los  motines» 
pues  en  este  de  ahora  los  más  son  de  los  que  acaban  de  salir 
pagados  del  pasado:  en  que  se  vé  que  no  se  amotinan  por  nece- 
sidad  sino  por  bellaquería  y  robar  cuanto  hay;  y  lo  peor  es  que 
no  hay  remedio;  cada  dia  nos  amenazan,  porque  no  los  quere- 
mos perdonar;  y  no  sé  como  pueda  ser,  si  ellos  no  sueltan  mu- 
cho, porque  son  tantos  y  cada  dia  les  van  mas  que  no  bastará 
cuanta  hacienda  tiene  mi  hermano;  y  tras  esto,  lo  destruyen  todo,, 
porque  con  los  soldados  no  se  les  puede  estorbar,  aunque  se 
procura  harto;  porque  como  todos  son  unos,  es  como  quien  dice: 
lo  que  hoy  hicieres  conmigo,  haré  contigo  mañana;  y  los  de  la 
tierra  por  más  que  se  les  defiende  y  se  les  dá  licencia  que  sal- 
gan contra  ellos,  como  contra  enemigos,  los  tienen  tanto  miedo- 
que  se  conciertan  con  ellos,  y  les  pagan  contribuciones  porque 
no  los  roben  y  quemen.  De  Lieja  les  dan  cuanto  quieren:  armas, 
municiones  y  dineros,  por  guardamos  la  buena  vecindad  que 
les  guardamos;  pero  en  fin,  no  hay  quien  no  guelgue  de  ser 
contra  nosotros,  aunque  entre  sangre  y  parentesco  de  por  me- 
dio; y  á  todos  les  pesa  de  guardar  á  mi  hermano  el  respeto  que 
es  justo;  aunque  yo  espero  en  Dios  que  se  le  han  de  tener,  aun- 
que no  quieran.  Pésame  de  haber  salido  tan  verdadera  en  lo  que 
os  he  dicho  de  las  galeras  siempre.  Harta  lástima  ha  sido  la  gen- 
te que  se  ha  perdido,  aunque  ha  sido  menos  de  la  que  pudiera; 
y  alguna  de  las  dos  que  se  perdieron  dicen  está  en  Celanda.  Que 
es  cuanto  se  ofrece  de  por  acá,  y  que  cada  dia  aguardamos  á  los> 
enemigos,  que  dicen  vuelven  á  salir  en  campaña.  La  mayor 
opinión  es  que  será  aquí,  por  socorrer  á  Ostende.  Otros  dicen 
á  otras  partes:  presto  se  verá  la  verdad,  si  el  tiempo  les  dá 
lugar. 

Deseo  que  mi  hermano  le  haya  tenido  para  olgarse  en  Lerma,. 
que  á  buen  seguro  que  vos  lo  habréis  procurado  todo  lo  posi- 
ble, como  quien  no  se  desvela  sino  en  dalle  gusto.  La  Duquesa 
han  dicho  aqui  que  habia  vuelto  á  estar  mala,  que  me  pesa  mu- 
cho. A  vuestra  hermana  deseo  saber  cómo  le  vá  con  su  cabeza>, 
que  el  traje  de  viuda  bien  contrario  le  será  á  ella:  y  á  toda 


COBRBSPOKDBMCIA  DB  LJl  INFARTA  DOÍIa  I8ABBL.  357 

vuestra  gente  me  encomendad  mucho.  A  mí  hermano  duplico 
«e  acuerde  de  resolverse  en  hacer  merced  al  Marqués  de  Vela- 
<la:  hareisme  mucho  placer  en  acordársela  y  procurallo,  pues 
«abéis  cuan  bien  lo  merece  lo  que  ha  servidp  y  sirve.  Y  guár- 
<leos  Dios  como  deseo.  De  Gant,  dia  de  las  Animas  (l),  1602. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

64. 

Duque:  Habiendo  tan  pocos  dias  que  os  he  escrito,  y  llevan- 
<lo  esta  Juan  López  Ugarte,  que  os  sabrá  dar  buena  relación  de 
todo  lo  de  acá,  tendré  poco  que  decir  en  esta,  sino  parecerme 
<}ue  ha  mil  años  que  no  tenemos  cartas  de  ay,  aunque  haber 
sabido  por  algunas  frescas  de  particulares  que  todos  estaban  bue- 
nos, me  tiene  muy  contenta,  y  también  que  mi  hermano  se  haya 
olgado  en  la  caga,  que  no  puede  dexar  de  hacelle  provecho  el 
exercicio.  Acá  usamos  el  que  siempre;  y  así  ha  cuatro  dias  que 
partió  mi  primo  para  pasar  á  Lucenburg,  por  detenerse  allí  los 
enemigos;  mas  quiso  Dios  que  no  huvo  menester  pasar  de  Bru- 
selas, porque  ya  se  han  retirado,  habiendo  quemado  y  robado 
arto.  Todos  nos  amenazan  que  para  Mar^^o  saldrán  con  treinta 
mil  hombres;  y  según  los  que  los  ayudan,  no  harán  mucho.  Mira 
si  será  menester  estar  apercibidos  con  tiempo;  y  así  dad  la  pri- 
sa que  pudiéredes  para  que  aqui  se  pueda  proveer  de  gente,  pues 
tras  ser  la  que  hay  de  manera  que  no  se  puede  fiar  della,  es 
tan  poca  con  estos  negros  motines  como  sabéis.  Allá  está  el 
Nuncio  procurando  alg^un  buen  medio  con  los  amotinados.  Plega 
á  Dios  que  pueda  acabar  algo  bueno  con  ellos;  que  son  tan  be- 
llacos que  yo  no  espero  nada;  y  ojalá  se  pudieran  castigar,  que 
ese  era  el  verdadero  camino  para  todo;  mas  ahora  es  imposible. 
Con  todo,  no  puedo  desconñar  de  que  Nuestro  Señor  nos  ha  de 
ayudar,  y  que  vuestra  buena  diligencia  y  cuidado  han  de  ser  el 
medio  para  ello.  A  vuestra  hermana  y  la  Duquesa  y  toda  vues- 
tra gente  me  encomiendo  mucho.  De  todos  deseo  tener  buenas 

(t)    Día  j  de  Noviembre. 


55^  BOLETÍN  DE  Ui  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

nuevas  y  que  os  guarde  Dios  como  deseo.  De  Gant,  primero  de 
Diciembre,  l6o2. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Ler- 
ma. — (En  el  margen  de  la  primera  cara:)  Hareisme  mucho  pía- 
cef  en  favorecer  á  Ugarte  en  lo  que  se  le  ofreciere,  que  la  vo- 
luntad con  que  sirvéá  mi  hermano  lo  merece,  y  pienso  ha  de 
ser  de  mucho  efecto  este  negocio  á  que  vá. 

Duque:  No  tendrán  que  quexarse  que  no  van  artas  cartas 
nuestras  estos  dias,  pero  lo  peor  que  hay  en  ello  es  que  nunc^r 
llevan  cosa  de  gusto  sino  importunidades:  pero  mientras  eí 
mundo  esté  lleno  dellas,  no  se  puede  tratar  de  otra  cosa ;  y  más 
viendo  aora  correr  ^1  tiempo  tan  aprisa,  y  la  que  tienen  nues- 
tros enemigos  en  estar  á  punto  y  que  aqui  no  tengamos  aperci- 
bimiento ninguna,  pues  se  puede  mal  hacer  sin  que  vengan  las 
provisiones.  Como  sabéis,  el  tardar  cualquier  punto  ni  momento 
es  de  tanto  daño  para  todo  que  podria  perderse  todo  por  elio> 
y  gastallo  mi  hermano  sin  que  fuese  después  de  ningún  fruto  ni 
provecho,  que  es  lo  que  más  siento,  y  que  le  cuesta  al  doble 
más  cualquiera  dilación  que  en  esto  haya.  Bien  sé  que  no  queda 
por  vos  y  por  vuestra  solicitud  y  el  buen  cuidado  que  ponéis 
en  ello;  pero  eso  mismo  me  obliga  á  deciros  lo  que  siento  para 
que  procuréis  que  se  remedie  y  no  se  gaste  sin  provecho,  pues 
importa  tanto  al  servicio  de  mi  hermano  que  no  salgan  nuestros 
enemigos  con  su  intento.  En  ñn  el  de  los  amotinados  ha  para- 
do en  no  querer  concierto  que  se  pueda  hacer  con  ellos,  antes 
se  han  concertado  con  el  enemigo  que  de  aqui  á  mediado  Marzo 
no  se  concertarán  con  nosotros  y  nos  harán  todo  el  daño  que 
pudieren;  y  para  seguridad  desto  les  han  enviado  rehenes.  Mira 
lo  que  se  puede  esperar  desta  gente;  y  lo  peor  es  que  no  se  les 
pueda  dar  el  castigo  que  merecen,  aunque  se  procura  arto.  Mi 
primo  se  vá  mañana  á  dar  una  vuelta  á  Ostende  y  aquellas 
obras,  que  van  muy  bien,^  y  dentro  siempre  les  dura  la  peste^ 
que  seria  gran  cosa  aora  podellos  apretar  y  acabar  con  aquello. 

Ha  habido  aqui  cartas  de  ay  estos  diaa,  en  que  decian  que  no 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOSTA   ISABEL.  359, 

andábades  bueno,  que  me  ha  dado  mucho  cuidado,  tanto  por 
vos  como  por  la  falta  que  sé  haréis  á  mi  hermano;  y  como  sé  lo 
poco  que  mirareis  por  vos,  no  puedo  dexar  de  acordaros  esto, 
para  que  ya  que  no  os  regaléis  y  descanséis  por  lo  que  os  toca, 
lo  hagáis  por  lo  que  he  dicho;  que  aunque  creo  que  mi  hermano 
tiene  el  cuidado  de  mandároslo  por  muchas  razones  por  donde  yo 
tengo  obligación  para  desearos  mucha  salud  y  descanso,  no 
puedo  dexar  de  pediros  que  le  procuréis. 

De  aqui  no  hay  cosa  de  nuevo  que  decir.  El  Almirante  pasó, 
ya  de  París,  y  allá  habrán  comenzado  á  llegar  algunos  de  ios 
que  van  de  acá,  que  si  yo  os  pudiera  hablar  y  no  por  carta,  yo 
os  contara  algunos  cuentos  que  sé  que  os  hicieran  reyr  en  mita 
de  nuestros  cuidados;  que  bien  lo  debéis  de  haber  menester 
algunas  veces,  aunque  espero  que  vuestra  hermana  no  dexará 
de  ayudar  á  entreteneros  y  haceros  la  buena  compañia  que 
yo  creo.  A  ella  y  á  la  Duquesa  me  encomiendo  mucho  con  toda 
vuestra  gente,  que  estoy  por  decir  lo  que  solia  decir  Morata,  la 
santa  congregación.  Y  guárdeos  Dios  y  déos  los  buenos  años 
que  deseo.  De  Gant  á  8  de  Enero,  1603. — A  Isabel. r— (Sobres- 
crito:) Al  Duque  de  Lerma. 

56. 

Duque:  Para  que  de  todo  punto  nos  entrara  en  gusto  tanta 
merced  como  mi  hermano  nos  ha  hecho  y  hace,  no  nos  habia- 
des  de  dar  tan  ruines  nuevas  de  vuestra  salud;  y  aunque  espero 
que  la  tendréis  ya  muy  cumplida  y  que  el  ir  ya  afloxando  los 
fríos  os  habrá  ayudado  para  ello,  deseo  mucho  tener  estas  nue- 
vas, pu2s  ya  os  tengo  escrito  lo  que  os  la  deseo  y  las  razones  por- 
que debéis  procuralla;  y  esto  os  vuelvo  á  pedir  aora,  por  la  obli- 
gación que  tengo  al  servicio  de  mi  hermano  y  por  las  mias  par- 
ticulares. Estas  me  parece  acresentais  cada  dia,  y  no  es  menester 
que  me  digáis  lo  que  hacéis  y  habéis  hecho  en  estos  asientos t 
y  lo  que  todos  lo  dicen,  pues  las  obras  mismas  son  mejor  testigo 
que  nayde.  Puédoos  asegurar  que  tenemos  el  reconocimiento 
dellas  que  es  justo,  y  mucho  deseo  de  que  se  ofrescan  ocasiones 
en  que  mostrároslo.  Doy  mil  gracias  á  Dios  de  que  se  haya  des- 


56o  BOLBTÍN  DR  LA  RBAL   ACADBIflA  DB  LA  HISTORU. 

marañado  la  hacienda  de  mi  hermano  de  manera  que  se  haya 
podido  salir  con  este  asiento  de  los  tres  años,  que  espero  se  ha 
de  ver  del  fruto  que  ha  de  ser,  antes  que  se  cumplan.  Y  yo  os 
asiguro  que  solo  el  haberse  publicado  esto  y  que  la  hacienda  de 
mi  hermano  no  está  tan  acabada  como  decian  nuestros  enemi- 
gos, les  comienza  á  poner  freno  y  hacer  temblar;  y  así  es  me- 
nester llevar  esta  fama  adelante;  que  yo  espero  en  Dios  que  mi 
hermano  ha  de  triunfar  de  todos  ellos,  que  le  sirve  muy  dife- 
rentemente. 

Luis  Blasco  va  á  suplicar  á  mi  hermano  mande  dar  prisa  á  la 
gente,  que  es  tanto  menester,  porque  nuestros  enemigos  están 
ya  á  punto.  Sé  que  ayudareis  en  esto,  como  á  todo  cuanto  nos 
toca ;  y  así  no  he  menester  pedíroslo.  Y  porque  escribo  á  mi 
hermano  sobre  ello,  y  lo  de  acá,  no  quiero  cansaros  los  ojos  has- 
ta saber  que  estéis  muy  bueno  dellos.  De  lo  que  se  ha  hecho 
con  Francisco  Maryn,  he  olgado  mucho;  porque,  cierto,  nos  ha 
socorrido  aqui  en  muy  grandes  necesidades  sin  haber  quien  lo 
quisiera  hacer,  y  es  hombre  de  buen  trato.  Muchos  pliegos  de 
papel  habría  menester  para  decir  del  retrato  de  mi  nuera.  ¡Ojala 
me  la  pudiérades  poner  en  los  bragos,  que  yo  al  retrato  no  me 
arto  de  abrazalle!  Parécese  mucho  á  mi  hermano;  que  me  tiene 
contentísima,  y  el  cuidado  de  haberme  enviado  el  retrato,  no 
tiene  paga.  Aora  se  vé  que  el  chico  (l)  no  era  bueno.  La  poca  sa- 
lud que  trae  la  Duquesa  siento  mucho.  Decídselo,  y  no  le  ayudará 
ahora  lo  que  trabajará  con  el  parto  de  la  Rey  na,  que  ya  me  parece 
podemos  estar  con  este  cuidado.  Dios  la  alumbre  con  bien. 

Aqui  estamos  buenos,  y  no  hay  cosa  de  nuevo  sino  haber 
vuelto  mi  primo  muy  contento  de  Ostende  y  con  más  esperan- 
zas que  nunca  de  que  se  acabará  bien.  La  gente  está  muy  bue- 
na y  no  se  ha  ido  un  hombre  solo  de  allí  al  motín  y  trabajan  con 
muy  buen  ánimo.  Menester  es  que  hagáis  visitar  con  mucho  cui- 
dado todos  los  navios  que  fueren  á  esos  puertos,  particularmen- 
te en  Portugal,  porque  se  acaba  aora  en  Amsterdan,  en  Holanda, 
una   impresión    de  byblias   en  español,  de  arto    linda  letra,  y 

(i)    El  retrato  anteriormente  recibido. 


EPIGRAFÍA   HBBRBA   Y   VISIGÓTICA.  36 1 

todos  los  artículos  de  Calvino,  con  título  de  que  están  impresos 
en  España  para  enviar  allá;  y  aun  me  dicen  que  ya  hay  algunos 
en  Portugal;  y  son  tan  sutiles  que  aun  quien  sepa  algo,  no  caerá 
luego  en  los  yerros  que  tienen,  y  si  se  sembrase  esta  semilla  ay, 
mira  lo  que  seria,  y  aunque  sean  de  Francia  los  navios  no  dexen 
de  visitallos:  que  todo  lo  que  quieren  pasar  á  España  lo  llevan 
primero  á  Francia;  y  yo  tengo  á  gran  dicha  habello  sabido  antes 
que  pueda  pasar  este  daño  adelante.  A  vuestra  hermana  me  en- 
comendad mucho  y  á  toda  vuestra  gente;  y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Gant,  á  21  de  Enero,  1 603. — A  Isabel. — (Sobrescri- 
to:) Al  Duque  de  Lerma. 

( Cmtínuard,)  A.  Rodríguez  Villa, 


II. 
EPIGRAFÍA  HEBREA  Y  VISIGÓTICA. 

Rappori  síár  les  inscriptions  hébreüqms  de  la  Jaranee  par  M.  MoXse  Schwab, 
bibliothécaire  á  la  bibliothéque  Nationale.  París,  imprimerie  nationa- 
le,  MDCCCciv  (i). — En  4.°,  páginas  260. 

Esta  Real  Academia,  que  emprendió  con  sumo  vigor  hace 
más  de  un  siglo  (2)  y  sigue  fomentando  con  inquebrantable  te- 
són la  publicación  y  estudio  de  los  epígrafes  hebreos  de  Espa- 
ña (3),  no  ignora  que  muchos  más,  diversos  de  aquellos  de  los 
que  ha  dado  cuenta,  se  han  encontrado  diseminados  por  toda 
la  Península  ibérica  y  en  las  islas  Baleares  adyacentes,  los  cua- 
les, reunidos  á  los  primeros  y  dispuestos  por  orden  científico, 
arrojan  una  suma  total  de  casi  trescientos. 


(i)  Extrait  des  nouvelles  Archives  de  Missions  scientiñques,  t.  xii,  pá- 
ginas 143-403. 

(3)  Memorías  de  la  Real  Academia  de  la  Historia,  tomo  iii ,  pági- 
nas 31-70.  Madríd,  1799. 

f3)  BoLBTÍN,  tomo  n,  páginas  300-306;  v,  383-390;  ix,  396;  x,  357, 346;  xi, 
443-446;  xii,  349,  350;  xm,  324-328;  XIV,  568-571;  XV,  603,  604;  XVI,  330,  446- 
449i  573;  XVII,  170-178,  199,  366;  XXII,  306;  XXV,  488-491;  XXXV,  89  y  90; 
XXXVI,  345-347;  xxxvu,  485-487;  xLiii,  460-463;  xuv,  191;  xLvii,  137-147; 

338,339,313-318. 


302  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Por  esa  vía  nos  acaba  de  preceder  el  Gobierno  de  la  vecina 
República,  que  siempre  generoso  á  la  par  que  activo,  confió  á 
nuestro  antiguo  Correspondiente  en  París  (l),  el  Sr.  Moisén 
Schwab,  la  tarea  de  recoger,  examinar  é  ilustrar  con  la  maestría 
que  todo  el  orbe  sabio  le  reconoce,  las  inscripciones  hebreas  de 
Francia.  Gloría  inmarcesible  será  para  esta  gran  nación,  la  em-* 
presa  de  formar  un  Corpus  inscriptionum  semiticarum.  Sin  este 
requisito  las  lenguas  y  la  historía  de  fenicios  y  cartagineses,  ára- 
bes é  israelitas,  siros,  asirios  y  babilonios,  serían  como  inmensa 
mies  que  languidece  mustia  por  falta  de  riego.  Ahí,  por  ejemplo, 
está  la  inscripción  votiva  al  dios  Suva  (vid)»  que  interpretada  por 
nuestro  Honorario,  Mr.  Hartwig  Derenbourg,  y  publicada  en 
el  Boletín  de  esta  Academia  (2),  resuelve  una  de  las  cuestiones 
más  difíciles  é  interesantes  que  suscita  la  sura  lxxi  del  Al^ 
coran. 

El  método  fundamental  que  ha  seguido  M.  Schwab  para  tra- 
zar su  obra,  es  el  científico  que  ideó  y  planteó  la  Real  Acade- 
mia Literaria  de  Prusia  para  el  Cuerpo  de  las  inscripciones  lati-' 
ñas  y  griegas.  La  clasificación  y  la  distribución  resultan  de  com- 
binar diestramente  la  Cronología  con  la  Geografía;  la  solidez  y 
el  provecho  nacen  de  exponer,  interpretar  y  comentar  docta- 
mente las  inscripciones;  y,  por  último,  no  han  de  faltar  los  índi- 
ces, que  recopilen  toda  la  substancia  del  libro,  y  donde  cada 
lector  al  momento  halla  lo  que  más  le  importa. 

Ya  en  1897  el  Congreso  de  las  Sociedades  sabias,  teunido  en 
París,  había  propuesto,  como  tenia  xx  de  la  sección  de  Arqueo- 
logía, uno  de  los  puntos  capitales  del  trabajo  de  M.  Schwab: 
ikRechercker  les  épitaphes^  inscriptions  de  synagogues,  graffites, 
en  langue  et  en  écriture  kébraiquesy  qui  n'ontpas  encoré  été sígna- 
les ^  ou  imparfaitementptibliésjusqu* a  présente.  La  Academia  fran- 
cesa de  Inscripciones  y  Bellas  Letras  acogió  varias  veces  (años 
1887-1899)  con  agrado  é  interés  creciente  las  explicaciones  que 
se  le  dieron  sobre  varias  inscripciones  hebreas,  algunas  del  si- 


{i)    Desde  el  lo  de  Enero  de  1S90. 
(2)    Tomo  xLvii,  páginas  72-7S. 


EPIGRAFÍA   HSBRBA   Y   VISIGÓTICA.  563 

glo  XIII,  descubiertas  en  el  departamento  de  Seine-et-Oise..  La 
Revue  des  Études  juives^  que  nuestra  Academia  recibe  á  cambio 
de  su  Boletín,  ha  tomado  de  éste  y  de  otras  fuentes  de  infor- 
mación bastantes  inscripciones  hebreo -hispanas  (l),  además  de 
otras  muchas  hebreo-francesas  sobre  las  cuales  descuellan  por 
su  antigüedad  y  mérito  histórico  la  tunecina  de  Hammam-Lif 
(siglo  IV?),  la  de  Auch  (siglo  vi?),  y  una  de  Narbona  (siglo  vii) 
harto  célebres  (2).  Por  otro  lado  impresos  y  manuscritos,  ate- 
sorados por  las  principales  bibliotecas  de  Europa  é  ilustrativos 
de  la  Epigrafía  hebrea  de  Francia,  asociados  á  los  monumentos 
originales  que  no  han  perecido  y  todavía  se  conservan,  recla-^ 
maban  un  trabajo  de  prolija  investigación  y  de  macizo  talento, 
que  nadie  mejor  que  M.  Schwab  podía  acometer  y  llevar  á  cabo; 
estando,  como  estaba,  demostrada  su  competencia  por  la  tra- 
ducción que  hizo  del  Talmud  de  yertisalem  en  once. volúme- 
nes (3)  y  por  su  profundo  y  vasto  saber  en  todos  los  ramos  de 
la  historia  y  literatura  hebraica.  Así  lo  comprendió  el  Ministro 
francés  de  Instrucción  pública,  y  de  acuerdo  con  el  ^Comité des 
travaux  kistoriqties  et  scientlfiques^  designó  á  M.  Schwab  para 
la  ejecución  de  tamaño  proyecto,  que  vemos  trocado  ahora  en 
realidad  por  todo  el  mundo  aplaudida. 

* 

Distingue  en  dos  clases  M.  Schwab  las  inscripciones  que  re- 
seña, considerándolas  desde  el  punto  de  \  ista  cronológico.  Co- 
pia, interpreta  y  discute  por  entero  las  anteriores  al  siglo  xv. 

(i)  Entre  ellas  la  monumental  de  la  Sinagoga  de  Gerona  (siglo  xin);  la 
de  Calatayud  (siglo  x),  un  tarro  de  estilo  mudejar  (siglo  xiv)  que  adquirió 
e)  Barón  Alíonso  de  Rothschild.  (Boletín,  tomo  xii,  páginas  17-19;  xm, 
324-336;  XXII,  206.) 

(2)  La  tunecina  se  lee  en  un  gran  mosaico,  del  que  dio  cuenta  á  núes- 
t     tra  Academia  su  actual  y  dignísimo  director  el  Excmo.  Sr.  Marqués  de 

la  Vega  de  Armijo;  siendo  este  mosaico  semejable  á  otro  de  Mahón,  don- 
de ñorecía  un  rico  y  poderoso  barrio  hebreo  á  principios  del  siglo  iv.  Las 
inscripciones  de  Auch  y  Narbona  se  estudiaron  en  los  tomos  xv  (pági- 
nas 603  y  604)  y  xvi  (pág.  320)  del  Boletín. 

(3)  París,  187 1- 1 889.  El  autor  ha  regalado  esta  obra  á  la  Biblioteca  de 
nuestra  Academia.  En  1864,  publicó  el  Almanach  franjáis perpéiiul;  en  1866, 
la  Htsioíre  des  Israélites  jtisqu*  a  nos  jours;  en  1876,  La  btbliograpkie  de  la 
Per  se;  en  1888,  los  MonumerUs  lUUr aires  de  V  Espagne,  y  así  siguiendo  hasta 
este  año  de  1905,  muchas  obras  que  lo  acreditan  de  orientalista  emjnenter 


364  BOLETÍN  DK  LA  RBAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

Las  posteriores,  que  se  cuentan  por  millares,  las  indica  sumaria- 
mente, exponiendo  las  que  encierran  mayor  interés  histórico  y 
literario,  y  tocando  de  las  demás  lo  indispensable  para  dar  de 
ellas  una  idea  general;  pero  no  sin  remitir  los  que  desearen  co- 
nocerlas más  en  particular,  á  los  libros  ó  monografías  peculiares 
donde  se  enumeran.  Declara,  con  justa  razón,  ser  grave  error  el 
pensar  que  no  deben  entrar  en  formación  todas  las  antiguas;  y 
la  razón  es,  porque  aun  las  que,  al  parecer,  poco  montan,  hacen 
brotar  de  su  contacto  y  ajustamento  á  las  restantes  una  luz  tan 
intensa  que  á  menudo  disipa  la  obscuridad  de  las  preeminentes 
y  resuelve  cuestiones  filológicas,  paleográñcas  é  históricas  de 
importancia,  las  cuales,  sin  este  medio,  quedarían  eternamente 
dudosas.  Reflexionando,  por  fín,  que  las  inscripciones  anteriores 
al  siglo  XII  no  se  han  descubierto  en  el  Norte  y  sí  en  el  Medio- 
día de  Francia,  parte  el  cuerpo  de  la  obra  en  tres  capítulos, 
donde  para  mayor  claridad,  facilidad  y  amenidad  de  compren- 
sión observa  el  orden  geográfico  y  en  cada  localidad  el  crono- 
lógico. 

Los  capítulos  son  los  siguientes: 

L  Siglos  vii-xi. — Narbona,  Auch,  Arles,  Viena  del  Delfina- 
do,  Hammam-Lif  (Berbería). 

II.  Siglos  xii-xiv. — Tolosa,  Narbona,  Beziers,  Nimes,  Arles, 
Carpentrás,  Macón,  Dijón,  Soíssons,  París,  Limay,  Mantés,  Sen- 
neville,  Orleans,  Isudún,  Montreuil-Bonín,  Mende,  Serres,  Es- 
trasburgo, Metz  y  otras  poblaciones  de  Alsacia. 

III.  Modernas  á  partir  de  la  época  del  Renacimiento. — Saint 
Paul-Trois-Cháteaux,  Angers,  Bretaña  (Quimperlé,  Lander- 
neau),  Constantina,  Argel,  Tremecén,  Lormali,  Bayona,  Avi- 
ñón,  París. 

Al  epílogo  de  los  tres  capítulos  sigue  (páginas  242-260)  un 
copioso  índice  alfabético  de  nombres  geográficos  y  de  per- 
sonas. 

La  mayor  parte  de  estos  nombres  son  españoles  y  portugue- 
ses. Y  ello  no  ha  de  causarnos  admiración;  porque,  si  bien  el 
cuerpo  de  la  obra  ó  sus  tres  capítulos,  tratan  de  inscripciones 
halladas  en  territorio  actualmente  francés,  con  todo  muchas  de 


EPIGRAFÍA  HEBREA  Y  VISIGÓTICA.  365 

ellas  se  grabaron  y  guardan  en  parajes  que  sirvieron  de  asilo  á 
judíos  emigrados  ú  oriundos  de  nuestra  península. 

Sirvan  de  ejemplo  dos  inscripciones  de  Tremecén  (páginas 
218-220),  ciudad  de  la  Argelia  y  capital  que  fué  de  reino  mu- 
sulmán; la  cual  sabemos  (l)  era  en  1 326  emporio  comercial  de 
los  hebreos  mallorquines.  Una  y  otra  inscripción  son  para  nos- 
otros acreedoras  á  peculiar  atención  porque  se  valen  de  un  sis- 
tema cronológico-bíblico,  rara  vez  empleado  en  Francia,  y  5a- 
racterístico  de  la  epigrafía  hebreo-hispana  ya  demostrado  (2)  por 
dos  lápidas  de  Barcelona,  una  de  Agramunt  (Lérida),  y  muchí- 
simas de  Toledo.  La  primera  de  Tremecén  es  el  epitafio  del 
rabí,  probablemente  mallorquín,  Judá  Sesportes  (3),  cuyo  apelli- 
do en  dialecto  balear  significa  «las  puertas»  y  sale  varias  veces 
en  la  nómina  de  los  judíos  de  Palma  (4),  bautizados  en  Octubre 
y  Noviembre  de  1391.  La  fecha  de  esta  inscripción  de  Treme- 
cén se  marca  puntuando  el  primero  de  dos  vocablos,  que  se 
toman  del  capítulo  xxiii  del  Génesis,  versículo  6,  donde  los  Jé- 
teos de  Hebrón  ofrecen  al  patriarca  Abrahán  lo  mejor  de  su 
cementerio  para  la  difunta  Sara: 

Las  letras  del  vocablo  puntuado  dan  el  número  252,  es  decir, 
5252,  correspondiente  al  año  de  la  Creación  (5  Septiembre 
1 49 1 -2 1  Septiembre  1 492).  En  la  segunda  inscripción  (5)  el  cro- 
nograma  del  año  hebreo  se  denota  por  el  versículo  9  del  Sal- 
mo xxxvi,  expresivo  de  las  calamidades  que  el  finado  había  pa- 
decido en  los  días  de  su  vida  mortal,  puestos  los  ojos  de  su  con- 
fianza en  Aquel  que  del  polvo  suscita  al  mezquino  y  al  pobre  en- 
cumbra del  muladar  al  solio  (salmo  hebreo  xcm,  7): 


(i)    BOLETÍN;  tomo  XXXVI,  páginas  187- 191. 
(a)    Boletín,  tomo  xlvii,  páginas  313-318. 

(3)   ttnanstiw 

(4)  Boletín,  tomo  ix,  páginas  295-305. 

(5)  Sepulcral  del  poderoso  y  docto  Maimón,  hijo  de  Sa'  don.  Conjetura 
el  Sr.  Schwab  que  fué  pariente  del  célebre  Sa'diah,  hijo  de  Maimón  bcn 
Dinán,  que  vivió  en  Granada  á  fines  del  siglo  xv. 


^66  BOLETÍN   DB  LA   REAL   ACADEMIA  DE    LA  HISTORIA. 

Del  vocablo  puntuado  se  infiere  el  año  hebreo  5260;  y  como 
además  el  epitafio  señala  el  día  17  del  mes  de  Tamuz,  la  fecha 
cristiana  correspondiente  es  el  17  de  Junio  de  1500.  Ambas  ins- 
cripciones dan  fe  del  amparo  que  hallaron  en  Berbería  los  ju- 
díos españoles,  expatriados  por  los  Reyes  Católicos,  D.  Fernan- 
do y  doña  Isabel  (31  Marzo  1492). 

No  se  ven  otras  inscripciones  en  el  más  antiguo  cementerio 
de^  Tremccén.  Sin  embargo,  la  tercera  hace  mención  de  aquella, 
en  cuyo  lugar  se  puso,  renovando  la  memoria  del  médico,  teó- 
logo, taumaturgo  é  insigne  protector  de  la  aljama  hebrea  de  la 
ciudad,  el  gran  rabino  Efraim  Annacúa,  el  cual  falleció  en  1 5  de 
Noviembre  de  1441,  medio  siglo  después  de  haberse  evadido 
de  España  (l). 

Su  nombre  y  apellido,  según  los  escribe  este  monumento, 
fueron 

M.  Schwab,  diligente  investigador  de  la  prosapia  de  este  va- 
rón ilustre,  hace  observar  (2)  que  entre  los  75  epitafios  toleda- 
nos, coleccionados  por  Luzzatto,  cinco  aparecen  (números  28-32) 
en  los  que  suena  el  mismo  apellido  cuya  transcripción  se  re- 
siente de  la  forma  árabe  i^^^^LJI  que  tenía  en  España,  aunque 
la  pronunciación  era  idéntica: 

•T.pwSí^ 

El  primero  de  estos  cinco  se  llamó  Abraham  ben  Samuel  ben 
Annacúa.  Su  defunción  en  9  de  Tisri  del  año  5102  de  la  Crea- 
ción (f  21  Septiembre  1 34 1)  se  nota  directamente  por  la  ex- 
presión de  la  Era  menor  (3).  Los  cuatro  siguientes  se  rigen  por 
el  sistema  de  cronogramas  bíblicos: 

(i)  tSelon  la  legenda,  ce  rabbin  a  fait  partie  des  exilés  et  dcsmalheu- 
reux  qui  quittérent  Séville  á  la  suite  dea  massacres  de  1391,  et  il  entra, 
dit-on,  á  Tlemcen,  monté  sur  un  lion;  ce  qui  fait  que  son  arriére  descen- 
dant  á  Alger  a  pour  armoire  un  lion  rampant,  qui  de  sa  patte  ócrase  iin 
derpent».  Rapport^  pág.  321. 

(2)  Rapport^  pág.  21. 

(3)  Luzzatto  prueba  que  ha  de  leerse  ^'p  Y  do  3 '  D» 


SPIGRAFÍA   HBBRBA   Y    VISIGÓTICA.  3^ 

29)  Salomón  ben  Samuel  (f  23  Agosto  1348-11  Septiembre 
J349)«  Texto  bíblico:  Números,  xvii,  28). 

irnib  i:an  D«n  njw 

30)  José  ben  Samuel  (f  18  Junio-l6  Agosto  1349)  Texto: 
Isaías,  XI,  10.  Falleció  en  el  mes  de  Tamuz  del  año  que  el  texto 
exflrcsa : 

31)  Samuel  beivjosé  (f  9  Octubre-6  Noviembre  1344).  Fué 
padre  de  los  tres  precedentes.  Murió  de  edad  avanzada  en  el 
mes  de  Marjeshván.  Texto  bíblico:  Génesis,  xxv,  I. 

S«  n'ía  nby  anp  t\2v 

En  su  elogio  con  alusión  al  noble  apellido  de  su  abolengo 
(Annacúa)  se  dice  que  este  anciano  fué  0^33  ipj  (puro  de  ma- 
nos, ó  inculpable  de  obras). 

32)  Efraim  ben  Abraham  (f  12  Septiembre  1355).  Falleció 
en  6  de  Tisri.  Texto:  Isaías,  lvii,  2). 

DiSwn  i^bv  mj^  n:v 

Quizá  fué  abuelo  ó  bisabuelo  del  Efraim  Annacúa,  sepultado 
en  Tremecén. 

Basta  lo  dicho  para  demostrar  que  las  inscripciones  hebreas 
del  territorio  francés  en  Aírica  ilustran  considerablemente  la 
historia  de  nuestra  nación.  Con  igual  propósito  me  ha  de  con- 
sentir la  Academia  que  llame  su  atención  sobre  algunas  del  con- 
tinente europeo. 

I.  La  de  Narbona, — Existe  la  piedra  original  en  el  Museo  ar- 
queológico de  esta  ciudad  (número  9599)  en  cuyo  arrabal  fué 
hallada.  Le  Blant  (l)  dio  de  la  inscripción  una  copia  imperfec- 
ta, pero  hizo  un  estudio  doctísimo.  Teodoro  Reinach,  con  me- 


(i)    Inscriptions  chritiennes  de  la  Gaule,  antérüures  au  VIII*  siécU^ 
tomo  II,  pág.  476,  núm.  621,  lámina  86,  fíg.  511.  París,  1856. 


jor  acuerdo,  sacó  de  un  vaciado  en  yeso,  que  atesora  el  Museo 
de  Saint-Germain  de  París  (l),  el  Totograbado. 


Hic  reqtdescunt  íh  pact  beneniemori(i)  tres  fi¡i(i)  d(om)m  Paragori,  de 
filio  condant  d(oinm)  Sapaudi,  id  esl,  yuiius,  Afaírona  ei  Dtdciorella;  qui 
vixseruiti  7ustus  annos  XXX,  Matrona  attuos  XX.  Dulciorela  atmos  VlUl. 
huCW^  Vj  DiSto   Ob(tjiiernnr  anuo  secundo  d(o)ni(in)i  Egiami  regii. 

Aquí  descaosaa  cd  paz,  bendita  sea  su  memoria,  tres  hijos  de  Doa  Pa- 
riigoro,  hijo  éste  del  difunto  Don  Sapaodo,  es  á  saber,  Justo,  Matrona  y 
Dulciorela;  los  cuales  vivieron:  Justo  treinta  años,  Matrona  veinte  ifios, 
Dulciorela  nueve  años.  Paz  sobre  Israel.  Murieron  en  el  aflo  segundo  del 
rey  Egica. 

M.  Reinach  restituyó  á  su  genuina  lectura  el  nombre  propio 
dei  padre  de  los  tres  hijos,  que  Le  Blant  habla  transformado  en 
Parator.  La  letra  en  cuestión  no  es,  como  lo  pensó  Le  Blant, 
T  sino  G  (2).  Sobre  este  punto  capital  de  paleografía   visigótica 

(i)  Retiue  des  Études Jttives.,  tomo  xix,  pág.  75.  París,  Julio-Septieni' 
bre  1899. 

(1)  iEq  rapprochant  cette  lettre  du  G  á&-as\ts rao\& Egfíam  regis,  ala 
fin  de  l'inscription,  on  soupgonne  tout  de  suite  qu'elle  représente  ^ale- 
mcnt  un  G;  un  G  tout  á  fait  identique  est  donné  par  Natalís  de  Waill; 
dans  les  paradigmes  de  ses  Éiemenis de paUograpkie (torne  n,  p.  344,  pl.  li- 
li laut  done  lire  Parasori.^  Recue  des  Éí.Juivcs,  t  cit,  píg.  76. 


EPIGRAFÍA   HEEREA  \   VISIGÓTICA.  369 

lluevas  pruebas  añadí  publicando  la  fotografía  de  la  piedra  pa- 
limpséstica  é  histórico-jurídica  de  Bélvís  de  la  Jara  (l);  y  deshi- 
ce por  otro  lado  (2)  algunos  cargos  que  M.  Reinach  levanta  con- 
tra el  grabador  de  esta  lápida  de  Narbona,  taciiándole  de  impe- 
rito. Ahora  debo  añadir  que  la  expresión  de  JiliOy  al  parecer 
exótica  y  anormal,  se  puede  bien  explicar  por  la  inscripción  he- 
breo-visigótica de  Mérida  (3),  donde  leemos:  Ego  Simeón  filius 
de  Rebbi  Sa  \muel}\ . 

M.  Schwab  dedica  buena  parte  de  su  artículo  á  indagar  la 
cfquivalencia  griega  y  hebraica  de  los  nombres  de  las  personas 
■que  menciona  la  inscripción  Narbonense.  Acerca  de  Paragorus 
^=  napT¡Yopo;,  talmúdico  DIIJi^iS»  hebreo  on^a)  ó  Menakeju  que 
significa  consolador^  toma  de  Zunz  un  dato  notable  para  nues- 
tra historia  del  siglo  xn:  «Le  Talmud  de  Jérusalem  mentionne 
<iéjá  un  rabbin  Dna'^Sj  de  l'école  de  Césarée;  un  autre  rabbin 
de  méme  nom  passa  de  France  en  Espagne  Tan  1035,  au  té- 
moignage   d'Abraham   ibn    Daud,    dans  son    Sefer  kaccabala 

(f.  74'-).» 

La  inscripción  refiere  que  durante  el  año  segundo  de  Egica 

(24  Noviembre  688-23  Noviembre  689)  vio  Parégoro  morir  á 
sus  tres  hijos:  de  tan  diversa  edad  que  bien  podemos  creer  fue- 
ron víctimas  todos  ellos  de  alguna  epidemia.  Consta  por  el  Pa- 
cense (4),  autor  casi  contemporáneo,  que  desde  el  principio  del 
reinado  de  Egica  la  landre  ó  peste  bubónica  (plaga  inguinalis) 
se  desarrolló  con  gran  violencia  en  todos  los  dominios  de  la  Es- 
paña visigoda.  La  provincia  que  más  afligió  y  estragó  fué  la  Ga- 
lia  Narbonense.  Así  lo  atestigua  el  mismo  rey  en  el  decreto  que 
promulgó  en  Toledo  (l.°  Mayo  693),  y  que  cierra  las  actas  del 


(O    Boletín,  tomo  XXX,  páginas  428-432. 

(2)  Boletín,  tomo  xv,  604. 

(3)  Hübner,  Inscriptionts  Hispaniae  ckristíanae,  núm.  34.  Berlín,  1871. 
Sospecho,  no  obstante,  que  en  la  inscripción  de  Narbona  el  de^  antepues- 
to á  filio,  sea  transcripción  fonética  y  expresiva  del  vocablo  hebreo  ,-,7 
{dhe),  lo  que  indicaría  una  vez  más  el  habla  familiar  en  la  boca  del  gra- 
bador, indudablemente  judío. 

(4)  Monumefíta  Germaniae  histórica,  Ckronica  minora  edidit  Theodo- 
rus  Mommsen,  vol.  u,  pág.  349.  Berlín,  1894. 

TOMO  xLvii.  24 


370  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

concilio  nacional  Toledano  xvi,  donde  ordena  (l)  que  en  vista  de 
no  haber  podido  asistir  al  concilio  nacional  ninguno  de  los  pre« 
lados  de  la  Narbonense  en  razón  de  la  pestilencia  que  asolaba 
aquella  provincia,  les  intima  que  reuniéndose  en  Narbona  y  for- 
mando concilio  provincial,  examinen,  aprueben  y  firmen  los  cá- 
nones de  aquél.  Al  año  siguiente,  en  el  concilio  nacional  Tole-- 
daño  XVII  (9  Noviembre  694)  al  extremar  las  medidas  de  rigor^ 
no  contra  los  judíos  no  bautizados  como  neciamente  se  ha  su- 
puesto, sino  contra  los  conversos  ó  bautizados,  exceptuó  el  mo- 
narca á  los  de  la  Galia  Narbonense  en  atención  á  lo  despoblada 
que,  por  efecto  de  invasiones  de  gentes  extrañas  (2)  y  de  la 
pestilencia  reinante,  había  quedado  aquella  provincia:  «illis  tan- 
tummodo  hebraeis  ad  praesens  reservatis,  qui  Galliae  provincias 
videlicet  intra  clausuras  (3)  noscuntur  habitatores  existere,  vel 
ad  ducatum  regionis  pertinere,  ut,  quia  delictis  ingruentibus  et 
externae  gentis  incursu  etplagae  inguinalis  interitu  passim  ipscu 
ab  kaminibus  desolata  dignoscitur^  cum  ómnibus  rebus  suis  in 
suffragio  ducis  terrae  ipsuis  existant  et  publicis  utilitatibus  pro- 
fectum  incunctanter  exhibeant,  ita  ut  secundum  sanctae  ñdei  re- 
gulam  ut  veri  christicolae  vitam  suam  corrigant  et  omnem  ge- 
nuinae  incredulitatis  errorem  a  suis  cordibus  pellant». 

A  excepción  del  rey  Sisebuto,  cuya  acción  de  forzar  los  ju- 
díos á  recibir  mal  de  su  grado  el  bautismo,  fué  reprobada  por 
el  concilio  nacional  Toledano  iv,  ningún  otro  soberano  de  la  Es- 
paña visigoda  los  molestó,  quebrantando  las  leyes  de  la  recta 
razón  ó  dejándose  arrastrar  de  un  celo  temerario  é  inconvenien- 
te. Bajo  el  cetro  de  Egica,  en  paz  vivieron  los  judíos  no  bautiza- 
dos, como  lo  manifiesta  el  Fuero-Juzgo.  «A  vueltas  de  la  dureza 

(i)  «Et  quia,  ingruente  inguinalis  plagae  vastatioyUy  ad  Narbonenscm 
sedem  pertinentes  episcopi  nequáquam  sunt  in  hac  sancta  synodo  adgre- 
gati,  ideo  per  hanc  nostrae  mansuetudinis  legem  instituentes  iubemus,  ut 
omnes,  ad  eiusdem  cathedrae  dioecesum  pertinentes  episcopi,  in  eadem 
urbe  Narbona  cum  suo  metropolitano  adunentur,  et  cunctis  huius  conci- 
lii  capitulis,  vigilanti  ab  eis  indagatione  perlectis,  accedant  ordinibus  de- 
bitis  subscriptores.» 

(2)  Piraterías?  Sabido  es  que  los  musulmanes  en  693  se  apoderarotk 
de  Cartago,  trocándola  en  un  montón  de  ruinas. 

(3)  Al  otro  lado  de  los  puertos  del  Pirineo. 


EPIGRAFÍA  HEBREA  Y   VISIGÓTICA.  37 1 

de  la  legislación  (l)>,  escribe  nuestro  compañero  el  Sr.  Fernán- 
dez y  González  (2),  «se  advierte  que,  ni  en  la  época  de  Sisenan- 
do,  ni  en  las  de  Ervigio  y  Egica,  famosas  por  sus  persecuciones, 
dejaron  de  existir  en  España  judíos  no  bautizados  (3)  que  esta- 
bleciesen aljamas  6  comunidades,  designadas  con  el  nombre  la- 
tino de  conventus^  que  se  ejercitaban  en  la  agricultura,  cultivan- 
do especialmente  vides  y  olivos  (4),  y  que  tenían  manufactura 
de  tejidos  de  lana  (S),  siendo  empleados  por  los  magnates  y 
obispos  en  la  administración  de  sus  propiedades,  no  sin  tomar 
grande  parte  en  los  negocios  mercantiles  del  reino,  principal- 
mente en  el  tráfico  que  llamaban  transmarino,  mantenido  por 
los  pueblos  del  litoral  de  España  con  los  países  de  Mediodía  y 
Levante». 

Léase  el  tratado  de  sexta  mundi  aetate^  dividido  en  tres  li- 
bros (6),  escrito  á  instancia  del  rey  Ervigio  en  el  año  686  por 
San  Julián,  arzobispo  de  Toledo,  y  al  momento  se  verá  que  las 
armas  de  que  se  valían  Ervigio  y  Egica  para  reducir  á  la  fe  cris- 
tiana los  judíos,  no  bautizados,  de  su  reino,  doctos  y  numerosí- 
simos, consistían  en  la  discusión  literaria  y  en  el  discurso  inte- 
lectual que  convence,  más  de  ninguna  manera  en  la  fuerza  bru- 
tal ó  fanatismo,  que  tiraniza.  Aun  con  los  conversos  de  lo  res- 
tante del  reino  se  mostró  Egica  hasta  el  año  694  benigno  y  ge- 
neroso, como  él  mismo  lo  declara  en  el  discurso  de  la  Corona 
ante  el  concilio  xvii  Toledano;  pero  ellos,  ingratos  á  su  bienhe- 
chor, traidores  al  juramento  que  habían  prestado  y  conspirando 
con  sus  correligionarios  de  África  contra  la  seguridad  y  exis- 
tencia de  la  nación  visigoda,  le  obligaron  á  tomar  las  severas 
nñedidas  que,  sin  quebrantar  en  lo  más  mínimo  la  justicia,  ata- 
jaron durante  algún  tiempo  la  inminente  irrupción  de  la  barbarie 

(i)    Entiéndase  justísima  contra  la  prevaricación  de  los  conversos  y  el 
proselitismo  de  los  circuncisos  no  conversos. 

(2)  Instituciones  jurídicas  del  pueblo  de  Israel  en  los  diferentes  Estados 
de  la  península  Ibérica,  tomo  i,  pág.  33.  Madrid,  1881. 

(3)  lort  ludiaiMy  lib.  xu,  tít.  11, 1.  18;  tít.  ni,  i,  29  y  30. 

(4)  Fori  ludicum,  lib.  xn,  tít.  iii,  1.  6. 

(5)  Ibidem^  i,  18. 

(6)  Migne,  Patrología  latina,  tomo  xcvi,  col.  537-586.  Paris,  1862. 


372  BOLETÍN- b£  LA  REAL  ACADEltlA  DE   LA    HISTORIA. 

musulmana.  Suprimiólas  Witiza;  y  roto  el  dique,  siguióse  el 
desbordamiento  (l).  Fútiles  son,  de  consiguiente,  é  injustas  las 
invectivas  que  acumuló  M.  Reinach  en  cabeza  del  rey  Egica  (2) 
á  propósito  de  la  inscripción  hebreo-visigótica  de  Narbona. 

2.  Sainte-Colombe, — Esta  población,  situada  sobre  la  dere- 
cha del  Ródano,  enfrente  de  Viena  del  Delfinado,  y  en  el  con- 
fín de  la  antigua  Galia  visigótica,  ha  dado  á  conocer  cuatro  ins- 
cripciones cristianas  de  aquella  época  (Le  Blant,  números  459» 
460,  460  xA.,  460  B);  de  las  cuales  la  segunda  puede  también 
estimarse  hebrea  por  carecer  de  signos  que  decidan  la  cuestión. 
Bajo  este  concepto  se  hace  cargo  de  ella  M.  Schwab,  y  asimis- 
mo porque  sirve  de  esclarecimiento  á  la  sobredicha  Narbonen- 
se.  De  la  piedra  original,  que  se  conserva  actualmente  en  el  Mu- 
seo de  Lyón,  publicó  Le  Blant  el  diseño  (lámina  60,  figu- 
ra 360): 

Egopaier  Vitalinus  et  mater  \  Martina  scrihsimus  non  gran  \  dem  ^orutm 
sed  dolum  filio  \  rum.  Tres  filias  in  diebus  XXVII  \  kic  posuimus:  Sapau- 
dum  filium  \  qui  vixit  annos  VII  et  dies  XX  F7,  |  Rusiicam  filiam  qui  vi- 
xit  annos  \  IIII  et  dies  XX^  et  Rusticóla  filia  qui  \  vixit  annos  III  tí 
düs  XXXI II L 

El  carácter  paleográfico  y  el  giro  gramatical  de  esta  inscrip- 
ción preceden,  por  lo  menos,  de  un  siglo  á  los  de  la  Narbonense. 
En  ambas  aparece  el  nombre  Sapaudus  que  bien  pudo  significar 
Saboyano  y  el  indicio  de  una  epidemia,  que  fué  tan  cruda  en 
Sainte-Colombe  y  causó  tanto  duelo  (dolum)  á  Vitalino  y  Mar- 
tina, como  que  en  menos  de  un  mes  hubieron  de  sufrir  la  pér- 
dida de  sus  tres  hijos  y  transmitir  con  sus  propias  manos  á  la 


(i)  Véase  la  Historia  de  los  mozárabes  de  España^  por  D.  Francisco  Ja- 
vier Simonet,  páginas  9, 42  y  43  en  el  tomo  xiii  de  Memorias  de  la  Real 
Academia  de  la  Historia,  Madrid,  1903. 

(b)  «D'ailleurs,  quelle  vraisemblance  qu*un  roi  fanatique  eút  immolé 
les  trois  eníants  et  laissé  vivrc  le  pére?  II  vaut  done  mieux  épargner  á  la 
mémoire  déjá  suíñsament  chargée  d'Egiza  (corr.  Egica)  le  soup^on  d'iinc 
nouvelle  barbarie  que  rien  ne  justiñe;  n'accusons  de  la  mort  des  trois 
eníants  de  Paragorus  que  quelque  coup  du  destin  ou  la  mauvaise  hygi¿ne 
de  l'époque.» 


EPIGRAFÍA  HBBREA  Y  VISIQÓTICA.  •  373 

posteridad  ó  dictar  al  escultor  (scripsimus)  esta  querella  fúnebre 
y  saturada  de  aroma  clásico:  <íet  nostri  memorem  sepukhro  sculpe 

M.  Schwab  ha  pasado  por  alto  dos  .inscripciones  halladas  en 
territorio  francés,  anteriores  al  siglo  vn;  las  cuales,  á  juicio  de 
Le  Blant  (l),  pueden,  con  igual  6  mejor  título  que  la  de  Sainte- 
Colorabe,  estimarse  hebreas. 

La  primera  está  depositada  en  el  Museo  de  Arles,  y  no  se 
traba  directamente  con  la  historia  de  España, 

La  segunda  (Le  Blant,  número  6l2)  que  se  halló  cerca  de 
Narbona,  y  existe  en  el. Museo  de  esta  ciudad,  nos  toca  de  lleno. 
Dice  así: 

Hic  rtquitscet  \  in  pace  honem  \  emorie  Mar  \  ta  annor  \  um  plus  menú  \  s 
XXXV II sub  di  I  e  I Kalendas  \  Avustas ann  \  o  XXL 

Aquí  descansa  en  paz  la  (difunta)  de  buena  memoria,  Marta  de  edad 
más  ó  menos  de  36  años,  en  3 1  de  Julio  del  año  xxi  (del  rey  Alarico). 

Observemos  ante  todo  las  formas  requiescet  y  mentís  que  están 
en  vez  de  requiescit  y  minus  y  nos  servirán  para  ilustrar  la  ins- 
cripción de  Auch. 

El  escultor  había  esbozado  al  principio  del  renglón  cuarto  una 
TH;  pero  ateniéndose  á  la  pronunciación  de  nniD»  ^"^  ^^  ^s  la 
cristiana  de  Martha  ó  MápOa,  grabó  sobre  el  esbozó,  que  pare- 
ce raspado,  una  T. 

Le  Blant  achaca  esta  circunstancia  á  ensayo  de  inhábil  artis- 
ta (2)  que  no  supo  como  haberse  para  formar  una  letra,  que  al 
fin  del  renglón  primero  había  trazado  perfectamente.  Semejante 
explicación  raya  en  lo  increíble.  La  creíble,  ú  obvia  está  en  su- 
poner que  el  grabador  fuese  inteligente  hebreo. 

Extraordinaria  le  parece  á  Le  Blant  la  fórmula  sub  die  I  ka-- 
leudas  (3).  No  lo  es  tanto  que  no  pueda  ó  deba  leerse  stib  die 


(i)    Números  523  y  612. 

(3)  «Le  monument  porte  la  marque  de  l'inhabileté  du  graveitr,  qui  a 
tracé  par  quatre  fois  le  T  du  nom  de  MARTA  avant  de  Tentaillersur  le 
marbre.» 

(3)     *Sub  die  /Kalendas  me  páralt  une  forme  extraordinaire.» 


374  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

pridie  kalendas.  Así  en  la  piedra  monumental  de  la  del  día  1 2 
de  Abril  en  que  el  rey  Recaredo  hizo  consagrar  la  catedral  To- 
ledana, devuelta  al  culto  católico  (Hübner,  155),  claramente  se 
lee  die  pridie  idus  Aprilis, 

El  año  XXI,  que  da  remate  á  la  inscripción  que  discutimos, 
pertenece,  como  bien  lo  advirtió  Le  Blant  (l),  al  reinado  de , 
Alarico  y  corresponde  al  504  ó  505»  de  la  Era  cristiana.  Si  la 
inscripción  es  hebrea,  según  lo  tengo  por  probable,  resultaría 
que  al  comenzar  del  siglo  vi  no  carecía  Narbona  de  moradores 
judíos.  Dos  cartas  de  Sidonio  Apolinar  (2),  obispo  de  Clermont, 
fechadas  en  4^3^  que  cita  M.  Schwab  (3),  evidencian  que  en  este 
año  un  judío  llamado  Gozólas  (4)  poseía  la  confianza  del  gober- 
nador de  la  Narbonense,  Magno  Félix,  de  quien  era  cliente  y 
quizá  liberto,  porque  de  él  acaso  tomó  el  nombre. 

Muchas  lápidas  hebreas  de  los  siglos  v  y  vi  han  de  hallarse 
ocultas  en  la  provincia  ó  ducado  visigótico  cuya  capital  fué 
Narbona,  toda  vez  que  el  concilio  reunido  en  esta  ciudad  en 
I.**  de  Noviembre  de  589  (5)  para  dar  cumplimiento  á  las  dis- 
posiciones del  Toledano  iii  (i.°  Mayo  del  mismo  año),  establece 
en  su  canon  ix,  que  los  judíos  de  toda  la  Narbonense  se  abs- 
tengan de  la  costumbre,  nuevamente  introducida,  de  cantar 
salmos  al  conducir  los  cadáveres  al  cementerio,  y  vuelvan  á  ob- 
servar la  atitigna  de  rezarlos  en  voz  baja  sin  lastimar  la  sus- 
ceptibilidad del  culto  cristiano.  El  canon  tenía  fuerza   de  ley 


(i)  «La  meation  fínale,  dont  nous  avons  déjá  vu  des  analogues,  indique 
la  vingt  et  uaiéme  année  du  régne  d'un  des  souverains  visigoths  qui  gou- 
vcm^rent  la  Septimanie.  Parmi  eux,  Alaric  II,  Amalaric  et  Receswinthe 
ont  seuls  regné  vingt  et  un  ans.  L'ftge  de  la  formule  initiale  ne  parait  pas 
convenir  au  régne  de  Receswinthe;  j 'explique  dans  ma  Préface  comment 
et  pourquoi  Amalaric  ne  me  semble  pas  avoir  íait  dater  des  années  de 
son  régne.  Si  je  ne  me  trompe  il  s'agirait  done  ici  d'Alaric,  dont  le  nom 
se  lit  dans  deux  autres  de  nos  raarbres. 

(2)  Migne,  PairoL  lat.^  tomo  Lvín,  col.  499  y  509. 

(3)  Pág.32. 

(4)  iTSt3  (Oíos  lo  engrandezca),  que  la  Vulgata  traduce  por  Godolias. 
En  la  fonética  de  Gozólas  reaparece  la  distinción  masorética  que  he  no- 
tado en  Marta, 

(5)  Véase  el  canon  xxn  del  concilio  Toledano  m. 


EPIGRAFÍA   HKBRBA    Y    VISIGÓTICA.  375 

civil;  porque  por  este  lado  emanaba  de  la  suprema  autoridad 
del  rey  y  debía  impedir  insultos  y  reyertas,  que  sobrado  á  me- 
nudo nacen  de  la  pública  disparidad  de  cultos.  Por  igual  razón 
el  concilio  en  su  canon  iv  manda  guardar  el  descanso  domini- 
cal á  todos  ó  cualesquiera  personas,  sin  excepción,  Ubres  y  sier- 
vos, que  formaban  un  cuadro  estadístico,  muy  notable,  de  la  so- 
ciedad N'arbonense:  godos,  romanos,  sirios,  griegos  y  judíos  (l). 

La  antigüedad  del  establecimiento  de  los  judíos  en  la  ciudad 
de  Narbona  transciende  por  lo  menos  al  siglo  iv,  según  se  des- 
prende de  la  famosa  encíclica  de  Severo  (2),  obispo  de  Ctuda- 
dela  (yamo)  en  la  isla  de  Menorca,  fechada  en  el  año  418.  En 
esta  isla,  probablemente  desde  el  siglo  t,  la  aljama  hebrea  de  Ma- 
hón  era  poderosísima. 

3.     Inscripción  de  Auch. — Está  catalogada  en  el  Museo  de 


(1)    De  un  modo  análogo  estaría  coDstitufda  la  ciudad  de  Tortosa;  y 
bien  lo  prueba  su  inscripcióa  Iríliogüe. 
(3)    Migne,  Potro!,  tat.,  lomo  xx,  col.  739. 


y.«'  ',;■ 


37tS^  BOLETÍN  DB  LA  tlBAL  ACADBMIA  DBLA  HISTORIA. 

Saint-Germain  de  París  (l),  á  dondo  se  trasladó  poco  después  de 
haberse  descubierto  durante  el  año  1 869  en  el  expriorato  de 
Saint-Orens.  Publicó  Reinach  (2)  el  fotograbado  que  reproduzco. 
Once  páginas  (32-42)  dedica  M.  Schwab,  no  á  discutir,  sino^ 
á  reseñar  las  opiniones,  múltiples  y  encontradizas,  de  que  esta 
lápida  ha  sido  objeto.  Termina  su  exposición  diciendo  adhuc  sub 
judlce  lis  est;  mas  de  lo  que  en  España  hemos  dicho  (3),  ni  de  la 
luz  que  nuestras  lápidas  arrojan  sobre  tan  reñida  cuestión,  na 
hace  mérito,  ni  parece  haberlo  conocido.  Qtiandoque  bonus  dor^^ 
mitat  Homerus. 

'  En  este  linaje  de  cuestiones  lo  primero  es  leer  bien;  para  lo 
cual  se  hace  indispensable  tener  ante  los  ojos  el  monumento  ori- 
ginal, y,  en  su  defecto,  la  fiel  impronta  (irla  fotografía.  Leo  y  tra- 
duzco: 

In  Dci  numitu  s(an)cio.  Peleger^  qui  (h)ic^  Benftid,  D(eu)s  esto  cum  ipsn(m), 
Uculi  inuidiusi  crtpen(t).  De  D(¿)i  dunum  lunaftcei,  oíSttT- 

En  el  santo  nombre  de  Dios.  El  peregrino  que  aquí  (en  este  sepulcro 
reposa,  es)  Bennid.  Dios  seas  con  él.  Ojos  envidiosos  rebienten.  Del  don 
de  Dios  hizo  Jonás  (este  monumento).  Paz! 

Una  inscripción  de  Viena  del  Delfinado  (Le  Blant,  núm.  412  A) 
está  encabezada  por  IN  DEI  NVMINE;  é  indica,  así  como  la 
presente,  el  doble  sonido  de  la  í?,  que  rige  en  la  lengua  france- 
sa (í7,  ¿),  siendo  el  segundo  intermedio  entre  la  o  la  u,  Aua 
ahora  los  dialectos  gascón,  provenzal,  siciliano,  catalán  y  galle- 
go se  gozan  sobremanera  de  trocar  la  o  en  u\  y  esta  ley  fonética 
ha  dejado  honda  impresión  en  la  lengua  francesa:  amour,  nouSy 
touty  mouvoiry  etc. 

La   inscripción  de  Auch  distingue  el  carácter  gráfico  de  dos 

vocales:  ESTO IPS8  (ipsum),  N8MÍNE  (nomine).  La  V  so- 

brepuesta  á  la  O  no  es  desconocida  al  griego  para  expresar  cl 
diptongo  ou,  que  suena  u,  y  bien  podria  el  francés  adoptarla 


(i)    Núm.  30.230. 

(2)  Revue  des  Étudesjuíves^  t.  xix,  p.  219  (Octubre-Diciembre  1889). 

(3)  Boletín,  tomo  xvi,  pág.-320  (Marzo  1890);  xxx,  432  (Mayo  1897).  \ 


EPIGRAFÍA   HBBRBA  Y  VISIGÓTICA.  377 

para  su  escritura  cursiva  en  reemplazo  de  su  oUy  ahorrando  así 
espacio  y  tiempo. 

En  esta  inscripción  las  preposiciones  cum  y  de  rigen  acusati- 
vo:  cum  ipsunt^  de  Dei  donum.  Semejante  régimen  se  aviene  so- 
bre todo  con  la  segunda  mitad  del  siglo  vi ,  en  que  floreció  San 
Gregorio  de  Turs. 

La  F  sale  una  sola  vez  con  una  forma  rarísima,  de  la  que  nin- 
gún ejemplo  he  logrado  ver  en  las  láminas  de  la  colección  de 
Le  Blant;  pero  tanto  ella  como  lo  restante  del  carácter  general 
paleográfico  de  este  monumento  de  Auch,  se  destacan  en  un 
epitafio  de  Toledo,  fechado  en  7  ¿fe  Noviembre  de  §yj,  cuya  fo- 
tografía publiqué  (l)  y  ha  reproducido  Hübner  (2).  Semejante 
coincidencia  da  pie  para  conjeturar  que  el  peregrino  hebreo,  se- 
pultado en  Auch,  era  español  y  quizá  Toledano. 

Otra  consonante,  mucho  más  atendible,  importa  leer  bien; 
porque  ha  sido,  como  la  manzana  de  la  discordia,  lanzada  en 
medio  de  los  intérpretes.  Es  la  G  del  vocablo  Peleger  en  el  ren- 
glón 2.°,  que  explicada  pésimamente  por  T,  ó  por  ST,  ha  dado 
margen  á  interpretaciones  tan  baladíes  como  fecundas  de  erro- 
res graves.  Unos  leyendo  Peleter  han  discurrido  que  sea  abre- 
viación de  Fele(ci)ter;  otros,  que  leen  Pelester^  hacen  provenir 
de  este  vocablo  el  antiguo  francés  plastre^  moderno  plátre.  De 
aquí  deducen  que  el  monumento  en  cuestión  es  conmemorativo 
de  un  edificio  público  ó  de  otra  obra  de  arte,  como  lo  sería,  por 
ejemplo,  una  sinagoga  ó  su  pavimento  de  mosaico. 

Basta  mirar  el  fotograbado  de  la  inscripción  para  ver  al  mo- 
mento el  trazado  que  distingue  la  G  de  la  T.  Indubitable  cam- 
pea esta  última  consonante  en  las  postreras  palabras  de  los 
renglones  I.**  y  5.^  {sancto/fecet)  y  en  la  segunda  del  renglón  3.® 
(esto).  Su  trazo  inferior  debajo  de  la  raya  horizontal  se  arquea 
hacia  la  mano  derecha  del  espectador,  al  paso  que  en  la  G  de 
Peleger  coge  el  rumbo  opuesto.  Tres  veces  sale  esta  forma  de 
la  G  en  la  inscripción  hebrea  de  Narbona ,  repítese  en  otra  de 


(i)    Boletín,  tomo  xvi,  pág.  319. 
(3)    Núm.  396. 


37$  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 

la  colección  de  Le  Blant  (lám.  lxxxi,  núm.  491),  y  tampoco  falta 
en  nuestras  inscripciones  peninsulares  (Hübner,  294  y  354)- 

Al  fin  del  4.°  renglón  se  escribe  DE  DI.  No  ha  de  leerse 
dedit.  Algunos  autores  lo  han  pretendido  con  el  objeto  de  evitar 
el  solecismo  inherente  á  la  expresión  de  Dei  donum;  pero  este 
solecismo  cabalmente  es  propio  del  tiempo  en  que  se  grabó  el 
epígrafe.  No  de  otra  manera  al  principio  del  renglón  3.°  se  es- 
cribe DS  (Deus). 

Ocho  veces  se  presenta  la  D,  cuya  forma  griega  en  Francia, 
según  lo  ha  demostrado  Le  Blant  (l),  se  incluye  á  corta  dife- 
rencia entre  los  años  527  y  689.  En  España  es  algo  más  antigua. 
Este  dato  prueba  que  la  inscripción  de  Auch  es  del  siglo  vi  ó  vii. 
Igual  consecuencia  nace  del  estudio  paleográfico  del  vocablo  he- 
breo DlSíTi  cuyo  mem  final  aparece  también  abierto  en  la  ins- 
cripción de  Narbona.  Con  este  vocablo  y  con  los  emblemas  del 
candelabro  de  los  siete  mecheros,  con  el  lulab  6  ramo  de  júbilo, 
que  agitaban  las  diestras  de  los  israelitas  en  la  fiesta  de  los  Ta- 
bernáculos, y  el  skofar  6  bocina  de  asta  de  carnero,  que  en  esta 
fiesta  resonaba,  viene  indicada,  no  solamente  la  profesión  reli- 
giosa del  finado  mientras  vivió  sobre  la  tierra,  sino  también  la 
paz  del  alma  que,  morando  en  el  paraíso  ó  acogida  en  el  seno 
de  Abrahán,  espera  la  resurrección  de  su  cuerpo,  y  ver  con  ojos 
inmortales  glorioso  y  reconstruido  el  templo  de  Jerusalén,  y  rei- 
nar desde  allí  el  Mesías  sobre  toda  la  redondez  de  la  tierra.  Des- 
de el  primer  siglo  de  la  era  cristiana  los  cementerios  hebreos  de 
Italia,  y  en  siglos  poco  posteriores  las  lápidas  sepulcrales  de  los 
judíos  en  Francia  y  en  España  distinguen  su  remate  por  dicho 
vocablo,  escrito  con  letras  hebreas  y  por  el  candelabro ,  al  que 
algunas  añaden,  como  la  de  Auch, 'otros  emblemas  peculiares 
del  dogma  mosaico.  La  trilingüe  de  Tortosa  (Hübner,  183),  al 
skofar  y  al  ¡uladj  que  en  la  de  Auch  acompañan  el  candelabro, 
sustituye  el  pentalfa,  símbolo  de  la  inmortalidad  y  del  Mesías,  ó 
de  la  suspirada  estrella  de  Israel  (Núm.  xxiv,  17). 

A  esta  conclusión  dos  reparos  hizo  David  Kaufmann,  ú  obje- 

(i)    Pr ¿faces,  pág,  xxiv. 


J 


EPIGRAFÍA  HBBRBA  Y  VISIGÓTICA.  379 

ciones,  á  su  parecer,  perentorias,  yamás,  dice  ( I ),  los  epitafios 
hebreos  kan  comenzado  por  el  nombre  de  Dios:».  No  atendió  el 
sabio  catedrático  de  Budapest  á  las  antiguas  inscripciones  he- 
breas de  España.  La  trilingüe  de  Tortosa  (Hübner,  183)  da  prin- 
cipio á  los  textos  griego  y  latino  por  ev  ¿vcápuxTii  (2)  Kupíou,  in  nomi- 
ne  Dominiy  invocación  sobreentendida  en  el  encabezamiento  del 
texto  hebreo  (3)  por  vigor  de  los  salmos  graduales  cxxiv,  8  y 
cxxv,  5.  La  de  Mérida  (Hübner,  34),  inspirándose  en  tres  textos 
bíblicos  (4)  comienza  así:  Sit  ñamen  [Dei  senedicium  qui]  vivifi- 
cat  et  mor[t¡ficat.]  Pauset  in  sepulc[ro  Simeón  fi]lius  de  rebbi 
Se[m$íel,  y  se  termina  con  la  invocación  Pax  [super  Israel]. 
Abunda  este  epitaño  en  preces,  ó  rogativas,  tomadas  del  ritual 
de  difuntos,  y  derivadas  de  la  Biblia  sagrada  con  arreglo  á  la 
interpretación  de  la  sinagoga.  Semejantes  eulogias,  no  solamente 
campean  en  las  tumbas  hebreas  de  Calatayud  (siglo  x),  Monzón 
de  Campos,  León,  Toledo,  Sevilla,  Mahón,  Barcelona,  Gerona  y 
Castellón  de  Ampurias,  sino  además  en  los  dos  de  Arles  (5), 
contemporáneos  del  de  Auch.  Cómo,  pues,  se  atrevió  Kaufmann 
á  lanzar  al  aire  una  paradoja  (6)  indigna  de  su  gran  talento  y  no 
menos  insulsa  que  la  primera?  A  tanto  arrastra  la  lógica  de  un 
falso  sistema  preconcebido. 

La  invocación  Deiis  esto  cum  illol  está  cogida  del  versículo  1 5 
del  salmo  hebreo  xci:  ^cum  ipso  sum  in  tribulatione^  eripiam  eum 
et  glorificabo  eum».  Al  versículo  anterior  (7)  se  refiere  la  invo- 

(i)  Deja  le  debut  est  étrange;  jamáis  on  ne  commencc  une  inscription 
funéraire  par  le  nom  de  Dieu.»  Remu  des  Etudes  juives^  t.  xx,  p.  29. 

(2)  £1  cambio  de  la  o  en  cu,  que  advierto  en  esta  inscripción  es  nueva 
prueba  del  valor  fonético,  es  decir,  de  d  ó  de  a  que  tiene  jí  en  la  de  Auch. 

(3)   Sniít»  S7  DiStir. 

(4)  Salmo  cxni,  2;  Deuteronomio  xxxii,  39;  i  Samuel  11,  6. 

(5)  El  primero  tiene  borrada  la  euíogia;  el  segundo  la  toma  del  salmo 
xxxiij  2. 

(6)  «L'inscription  d'Auch  renfcrme  presque  autant  d'énigmes  que  de 
inots.  Nous  aurions  lá,  si  c'était  une  épitaphe  une  pierre  tombale  á  laquelle 
il  manque  le  mort;  car  les  deux  nomt  que  Ton  y  trouve  sont  revendiqués 
pour  d'autres  rOles.  Aucune  date,  aucune  indication,  n'y  attestent,  méme 
de  loin,  un  cas  de  décés.  Les  formules  qu'on  y  rencontre  ne  se  retrouvent 
sur  aucune  épitaphe  de  l'épigraphie  chrétienne  ou  payenne>. 

(7)  cProtegam  eum  quoniam  cognatit  nomen  meum*. 


380  BOLETÍN  DE  LÁ  SEAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

cación  del  nombre  de  Dios  que  da  comienzo  ai  epitaño;  y  á  los 
versículos  8  y  14,  si  bien  se  consideran  (l),  la  conminación 
<koculi  invidiosi  crepenü 

La  imprecación,  ó  el  deseo  de  justicia  vindicativa,  que  se 
anuncia  por  oculi  invidiosi  crepentl  brota  similarmente  del  epi- 
tafio leonés,  trazado  en  el  año  1 102  (2).  Bennid,  el  sepultado  en 
Auch,  había  sido  á  la  rencorosa  envidia  y  malevolencia  blanca 
de  persecución.  Consiguientemente  fué  peleger  (3),  ó  peregrina 
fugitivo  é  injustamente  desterrado,  ó  expatriado  del  suelo  nataL 
Compatriota  suyo  quizás,  ó  compañero  de  destierro,  fué  Jonás; 
el  cual  ciertamente  le  dio  honrosa  sepultura,  erigiendo  el  monu- 
mento á  su  costa,  del  haber,  Ó  hacienda  que  reconocía  deber 
á  Dios,  en  sitio  que  le  otorgó  la  aljama  hebrea  de  Aux,  desti- 
nado piadosamente  á  cementerio  de  peregrinos.  Las  palabras  do 
Dei  donum  logran  así  cabal  explicación,  ya  se  consideren  desde 
el  punto  de  vista  del  Derecho  municipal  romano  (4),  ya  bajo  la 
perspectiva  del  consuetudinario  hebreo  (5). 

¿Era  Bennid  español,  refugiado  en  Auch?  Fácilmente  lo  creerá 
quien  atendiere  á  la  paleografía  y  al  formulario  ó  íraseología  de 
tan  insigne  monumento;  cuyo  tiempo,  á  todo  estirar,  se  coloca 
en  el  siglo  vi  ó  vii.  Consta  que  el  rey  Sisebuto  (años  612-620)  á 
ejemplo  é  instigación  del  emperador  Heraclio  compelió  los  ju- 
díos, vasallos  suyos,  á  bautizarse  so  pena  de  destierro;  acción 
que  fué  altamente  reprobada  por  el  concilio  nacional  Toleda- 

a 

( 1 )  <  Verumtamem  ocuUs  tuis  considcrábis  et  retributioaem  peccatorum 
videbis.  Super  ...  basilistum  ambulabis*, 

(2)  Boletín,  tomo  xlvii,  pág.  141. 

(3)  Del  hebreo  hmSd  (P^ltUguer)}  El  teutónico  Pilger  (peregrino^  ir^si' 
cés  pelerin),  oriundo  del  latín /¿r¿;gr¿  ó  de  su  derivado/^^^mi;^,  equivale 
á  -);[.  Sin  embargo,  el  contexto  de  la  inscripción  exige  algo  más  que  la 
condición  de  extranjero,  ó  de  peregrino;  y  por  esto  propendo  á  creer 
que  el  vocablo  es  neo-hebraico,  cuyo  primer  elemento  (üSd)  añade  la 
significación  de  fugitivo  ó  desterrado  á  la  de  peregrino. 

(4)  Distinguíase  la  donación  del  lugar  y  el  coste  ó  /dórica  del  monu- 
mento. £1  sitio  se  adquiría  mediante  cierta  paga,  ó  tributo,  que  podía 
condonarse  por  el  municipio,  ó  traspasarse  y  donarse  por  el  poseedor  ¿ 
otra  persona.  Véase  la  inscripción  615  del  tomo  xiii  del  Corpus  iuscrip' 
tionum  latinarum* 

5)    Evangelio  de  .San  Mateo»  xxvn,  7-9. 


r 


RPIGRAPÍA  HEBEBA  Y  VISIGÓTICA.  38 1 

no  IV,  y  nunca  promovida  ni  autorizada  por  los  concilios  pos- 
teriores. No  negaré  que  la  causa  de  refugiarse  en  Auch  el  des- 
terrado Bennid  bajo  el  dominio  católico  de  los  Francos  pudo 
ser  otra;  pero  la  sobredicha  me  parece  la  más  verisímil.  Por 
último,  para  confirmar  cuanto  llevo  expuesto,  bueno  será  traer 
á  la  memoria  el  bellísimo  epitafio  del  español  Gregorio,  que  mu- 
rió desterrado  (i)  en  la  ciudad  de  Cahors  (Le  Blant,  núm.  575; 
lám.  Lxxviii,  479): 

• 
Condiius  koc  túmulo  iegitur  Gregorius  exul^ 

Exulis  ti  Petri  quem  posutre  manus, 
Qui  iamen.  Hispana  natus  iellure^  supremum 

Camplei  Cadurcis  morte  defienda  diem. 
Cubre  esta  tumba  el  cuerpo  de  Gregorio 

Que  espiró  desterrado; 
Y  en  ella  ¡ay  Dios!  el  desterrado  Pedro 

Le  puso  con  sus  manos. 
En  la  tierra  española  ¡oh,  cara  patria! 

Nacido  había  Gregorio; 
En  Cahors  feneció;  su  hora  postrera 

Perenne  hace  mi  lloro. 

Este  epitafio,  que  se  asemeja  al  de  Bennid  por  varios  concep- 
tos, lleva  también  los  símbolos  de  la  profesión  religiosa  del  fina- 
do: dos  palomas,  dos  ramas  del  árbol  de  la  vida  y  el  crismón 
con  el  a  y  el  ü>,  demostrativos  de  la  divinidad  de  Jesucristo,  que 
negaban  los  visigodos  arrianos. 

Interminable  me  haría  si  hubiese  de  exponer  las  ventajas,  que 
el  libro  de  M.  Schwab  habrá  de  producir  en  beneficio  de  la  his- 
toria de  España.  Hablando  de  las  más  antiguas  inscripciones  de 
Arles  (2)  que  pueden  remontarse  al  siglo  v,  echa  mano  de  los 
concilios  de  las  Galias,  insertos  en  la  colección  Isidoriana,  como 
el  de  Albón  (Epaona)  y  el  de  Agde,  presidido  por  San  Cesáreo, 
arzobispo  de  Arles,  que  ejercieron  acción  sobre  el  trato  de  los 
judíos  de  esta  ciudad  con  los  cristianos.  Los  cánones  xxiv  y  xl 

(i)    Probablemente  por  ser  católico  en  tiempo  de  Leovigildo. 
(3)    Pág.44. 


382  BOLETÍN  DB  LA  RSAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 

del  concilio  de  Agde,  y  el  xi  del  de  Albón,  y  otros  similares 
del  tiempo  en  que  sobre  las  ruinas  del  imperio  romano  de  Occi- 
dente los  borgoñones,  francos  y  visigodos  labraban  y  afirma- 
ban solios  independientes,  dan  á  conocer  lo  denso  de  la  po- 
blación hebrea,  extendida  entonces  por  todo  lo  que  es  ahora 
Francia  y  España.  Y  ¿cómo  no?  En  los  postreros  años  del  si- 
glo III,  que  precedieron  á  la  persecución  de  Diocleciano,  cuatro 
cánones  (xvi ,  xlix  ,  l  y  lxxvu)  ,  del  concilio  de  Ilíberis  (Grana- 
da) patentizan  cuan  hondas  raíces  había  echado  la  estirpe  de 
Judá  en  la  península  ibérica.  Por  lo  tocante  á  la  bella  y  opulenta 
comarca  del  Ródano,  ahí  está  San  Ireneo,  mártir  y  obispo  de 
Lyón;  el  cual,  hacia  el  declive  del  siglo  11,  discurría  con  tanto 
ahinco  sobre  los  cánones  fonéticos,  gramaticales  y  cabalísticos 
del  idioma  hebreo  (l),  que  á  no  dudarlo,  fué  discípulo  de  algún 
maestro  de  la  sinagoga  lyonesa,  no  desdeñándose,  antes  bien, 
gloriándose  de  combatir  con  sus  propias  armas  la  herejía  gnós- 
tica,  que  exhalaba  por  todos  sus  poros  el  teosofismo  de  la  de- 
pravación hebreo-helénica. 

A  propósito  de  las  antiguas  inscripciones  hebreas  de  Arles, 
M.  Schwab  va  mucho  más  allá,  porque  alega  (2)  una  leyenda, 
escrita  en  siríaco  quizá  por  un  judío  expatriádo  de  Burdeos,  y 
residente  en  Mesopotamia.  Según  esta  leyenda,  que  algo  tradi- 
cional puede  contener,  un  episodio  de  la  guerra,  que  hizo  Vespa- 
siano  á  los  judíos  de  Palestina,  se  nos  descubre.  Algunos  de  ellos 
encontraron  seguro  asilo  en  tierra  francesa.  Sabido  es,  que  Ves- 
pasiano,  al  dirigirse  con  su  ejército  desde  Alejandría  á  Jerusa- 
lén,  y  estando  de  paso  por  la  ciudad  de  Yamnia,  cerca  del  puer- 
to de  Jafa,  favoreció  mucho  á  los  judíos  que  allí  se  le  sometie- 


(i)     Migne,  Pairo!,  graca,  tomo  vii,  col.  838-840.  París,  1857. 

(2)  <Aux  termes  d'une  légende  racontée  en  langue  araméenne,  Ves- 
pasien  fit  embarquer  des  Juiís  de  Palestine  sur  trois  navires,  qui  furent 
ensuite  abandonnés  en  pleine  mer  par  leurs  capitunes.  Un  de  ees  navires 
arriva  á  Bordeaux,  un  autre  á  Arles,  et  le  troisiéme  á  Lyon.  Accueillis 
d'abord  avec  bienveillance  dans  la  premiére  de  ees  villes,  oíi  leur  firent 
donnés  des  champs  et  des  vignes,  les  Juifs  furent  maltraités  aprés  la  mort 
du  prince  qui  leur  avait  oflfert  un  asile,  et  pour  obtenir  de  la  Providence 
la  fin  de  ees  persécutions,  ais  instituérent  des  jours  de  jeúne».  Pág.  44. 


EPIGRAFÍA   HEBREA  Y  VISIGÓTICA.  383 

ron  (l).  Lleno  dé  admiración  y  de  gratitud  hacia  Juan  ben  Zacay, 
que  le  había  pronosticado,  quizá  desde  el  Oráculo  del  Carmelo,  que 
había  de  ser  emperador,  otorgó  al  ruego  del  que  veneraba  como 
á  profeta,  que  Yamnia  fuese  no  solamente  exceptuada  de  la  ca- 
tástrofe, que  amagaba  á  Jerusalén,  sino,  además,  ennoblecida  con 
la  presencia  y  asiento  del  Gran  Sanhedrín,  perpetuándose  así  la 
suprema  autoridad  doctrinal  de  aquel  alto  Cuerpo,  que  después 
dé  la  rebelión  de  Barcoquebas,  extinguida  por  el  emperador 
Adriano  en  135,  se  trasladó  á  Galilea.  Vespasiano,  lejos  de  mos- 
trarse hostil  é  implacable  con  todos  los  que  eran  judíos,  dispen- 
saba entonces  amistosa  voluntad  al  historiador  Flavio  Josefó; 
reconocía  deber  á  Tiberio  Alejandro,  alabarca  hebreo  y  prefec- 
to de  Egipto,  el  apoyo  de  dos  legiones  que  se  unieron  á  las  de 
Siria  para  proclamarle  emperador;  y  no  podía  menos  de  prote- 
ger á  los  pacíficos  habitantes  que ,  esquivando  los  horrores  de  la 
discordia  civil,  se  aglomeraban  en  los  puertos  de  la  Palestina, 
dispuestos  á  emigrar  y  á  buscar  bajo  el  sol  de  una  patria  nueva 
mayor  campo  de  su  labor  industriosa,  comercial  y  agrícola. 
Cuando,  pues,  la  leyenda  siríaca  refiere  que  Vespasiano  dispuso 
ú  otorgó  que  una  colonia  hebrea  de  Palestina  se  embarcase  en 
tres  grandes  buques  de  travesía  con  rumbo  hacia  las  costas  ma- 
rítimas de  la  Galia,  nada  cuenta  que  no  se  avenga  con  la  situa- 
ción del  momento.  .Más  de  medio  siglo  antes,  el  etnarca  dé  Judea, 
Arquelao,  hijo  de  Herodes,  había  tomado  este  rumbo  para  vivir 
desterrado  y  acabar  sus  días  en  V'iena  sobre  el  Ródano,  á  don- 
de le  seguían  no  pocos  de  sus  clientes  y  allegados.  Los  tres  bu- 
ques, al  decir  de  la  leyenda,  perdieron  sus  capitanes;  circustan- 
cia  que  pueden  explicar  las  tempestades,  á  las  que  el  golfo  de 
Lyón  suele  estar  expuesto;  ó  bien  otros  accidentes,  que  separan- 
do las  naves  unas  de  otras,  obligase  la  que  no  paró  hasta  rcmon- 


(  i)  Véase  Adolío  Neubauer,  La  Géograpkie  du  Talmud^  pág.  74.  Paris, 
1868. — Con  el  Talmud  en  la  mano  prueba  (páginas  410-417)  este  doctí- 
simo autor,  individuo  Honorario  de  nuestra  Academia,  que  mucho  antes 
de  la  Era  cristiana  la  emigración  hebrea  se  había  corrido  á  lo  largo  del 
Mediterráneo  y  del  Atlántico  hasta  la  línea  occidental  del  orbe  cartaginés 
y  romano. 


384  BOLETÍN.  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

tar  el  Garona»  á  seguir  y  rebasar  todo  el  cerco  marino  de  nuestra 
península.  Que  los  judíos  de  Burdeos  conservasen  el  recuerdo 
de  haber  temido  sus  antepasados  que  algo  siniestro  les  acaecie- 
se por  causa  de  haber  fallecido  el  Príncipe  romano  que  les  había 
procurado  su  primer  establecimiento,  se  infiere  también  ó  se 
desprende  de  los  recelos  que  tuvo  Domiciano  de  que  los  ju- 
díos se  rebelasen  de  nuevo,  alzando  bandera  por  alguno  de  los 
descendientes  de  la  Casa  regia  de  David;  no  sosegando  hasta 
que  los  hizo  comparecer  en  Roma  y  se  aseguró  contra  todo 
percance,  conforme  lo  narra  Ensebio  de  Cesárea  (l).  Consta, 
además  (2),  que  en  Viena  del  Delñnado  entre  Arles  y  Lyón 
existió  población  hebrea  durante  la  época  romana.  Una  sola 
inscripción  de  tipo  arcaico  se  nos  ha  revelado  por  esta  ciudad: 

Samuel  hijo  de  Justo. 

M.  Schwab  examina  la  forma  griega  'Ioü<jtoü  que  el  nombre 
patronímico  recibe  en  lugar  de  la  latina  3^usti,  y  de  qué  manera 
este  nombre  escrito  diferentemente  en  aljamía  hebrea,  se  reco- 
mienda á  la  historia.  A  los  dos  textos  que  cita  del  Nuevo  Testa- 
mento (3)  para  probar  que  no  rari  vez  los  nombres  de  3^esús 
y  yose  importaban  el  sobrenombre  de  yusto^  podemos  añadir  el 
del  Evangelio  de  San  Mateo  (i,  19).  Justo  será,  por  fin,  observar 
que  el  nombre  femenino 

Doña  Justa 

en  un  epitafio  hebreo  de  la  Coruña  (4)  sale  aljamiado  como  en 
Viena;  y  esta  es  la  transcripción  correctísima. 

Lo  dicho  hasta  aquí  tiene  capital  interés  para  la  historia  cris- 

(i)  HisL  eccl.f  libro  lu,  cap.  iS-20. 

(2)  Schwab,  pág.  45. 

(3)  Act  I,  23;  Co¡oss*iVj  II. 

(4)  Boletín,  tomo  xi,  pág.  349. 


EPIGRAFÍA   HEBREA   Y   VISIGÓTICA.  585 

tiána  de  España  y  Francia.  Hípercríticos  superficiales  han  pre- 
tendido y  pretenden  echar  abajo  venerandas  tradiciones  de 
nuestros  antepasados,  y  exigen  que  se  les  dé  á  mirar  y  palpar, 
ó  con  un  monumento  ó  con  un  documento  inconcuso  y  autén- 
tico, lo  que  aquellas,  substancia] mente  consideradas  afirman,  y 
que  es  probable.  Niegan  la  estancia  del  judaismo  en  la  España 
y  la  Galia  durante  la  Edad  apostólica,  y  lo  que  no  ven  expresa- 
mente demostrado  por  la  Arqueología  y  por  los  escritores  con- 
temporáneos de  aquella  edad,  les  parece  embeleco,  6  punto  me- 
nos que  inadmisible.  Gracias  á  M.  Schwab,  allí  donde  callan  las 
plumas  de  los  escritores  (que  ni  todas  las  cosas  escribieron,  ni  ha 
llegado  á  nuestra  noticia  todo  lo  que  escribieron),  comienzan 
las  mismas  piedras  á  romper  el  silencio.  De  Adra  brotó  una 
lápida  (Hübner,  1982),  que  demuestra  la  existencia  de  los  judíos 
en  España,  cuando  vivía  San  Ireneo;  en  Francia  y  en  Túnez, 
hablan  también  muy  alto  las  referidas.  Que  no  se  hayan  descu- 
bierto por  ahora  otras  más  antiguas,  no  es  razón  ésta  para  con- 
cluir que  no  podrán  encontrarse  si  se  buscaren;  y  mucho  me- 
nos para  negar  lo  que  la  crítica  de  los  documentos  históricos 
abiertamente  deduce.  La  primera  lápida  fechada  entre  las  cris- 
tianas Lugdunenses  que  conocemos,  es  del  año  334  (i).  ¿Habrá 
•quien  por  eso  dé  en  la  flor  de  negar  que  la  cristiandad  de  la 
ciudad  de  Lyón  estuviese  constituida  antes  del  siglo  iv?  La  his- 
toria es  la  luz  de  la  verdad;  no,  la  oíuscación  del  ingenio. 

La  escasez  de  los  monumentos  arqueológicos  no  debe  ni 
puede  servir  de  base  á  conclusiones  absolutas  que  repugnan  al 
buen  sentido.  Bien  lo  declara  M.  Schwab  en  el  segundo  capí- 
tulo de  su  obra,  que  comprende  las  inscripciones  hebreas  de 
Francia  (siglos  xii-xiv),  tan  pronto  como  empieza  á  reseñar  y 
estudiar  las  de  la  ciudad  de  Narbona  (2),  de  las  cuales  la  princi- 

(i)  Le  BJant,  núm.  62.— La  más  antigua  de  España  es  del  año  387,  que 
reconocí  en  su  original  y  estudié  con  detenimiento  (Bolbtín,  tomo  xviii, 
páginas  375-377).  Véase  Hübner,  núm.  399. 

(2)  «La  communanté  juive  de  France  qui,  au  moyen  age,  á  été  la  plus 
brillante  de  toutes  est  ceile  de  Narbonne.  De  tant  d'écrivains  qui  ont 
vécu  ct  sont  morts  lá,  il  n'y  a  presque  plus  de  traces;  en  dehors  de  leurs 
^crits.  Que  sont  devenues  leurs  stéles?  On  Tigiiore.  C'est  á  peine  s'il  en 

TOMO  XLVII.  35 


3S6  BOLETÍN  DB  LA  SEAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTOEIA. 

pal  es  histórica  de  la  dedicación  de  la  sinagoga  con  posteriorí— 
dad  al  año  cristiano  de  1238.  Desgraciadamente,  su  fecha  def 
año  de  la  Creación  deja  mutilado  un  pequeño  claro  después  de! 
número  50O0>  é  incierto  el  suplemento,  que  no  puede  traemos 
más  acá  de  1306,  año  en  que  todos  los  judíos  del  reino  de  Fran- 
cia salieron  desterrados  é  inicuamente  robados  por  Felipe  el 
Hermoso.  El  epígrafe  monumental  de  la  sinagoga  de  Beziers  (i)- 
es  mucho  más  antiguo,  extenso  y  bello  que  el  Narbonense  (2). 
Por  el  giro  de  sus  ideas  bíblicas,  se  asemeja  al  de  Córdoba  (3);: 
mas  el  Narbonense  al  de  Gerona  (4). 

He  dicho  que  el  de  Beziers  es  mucho  más.  antiguo  que  el  de 
Narbona.  Para  determinar  la  fecha  empleádose  ha,  con  aguda 
investigación,  el  talento  de  M.  Schwab;  pero  el  resultado  al  que 
le  conducen  sus  cálculos  no  acaba  de  satisfacerle  (5).  He  aquí  el 
problema  fundamental: 

¿En  qué  día  de  la  semana  cayó  el  13  de  Tamuz  del  año  de  la 
Creación  4904  que  corresponde  á  nuestro  16  de  Junio  de  1 144^ 
En  viernes.  Hay,  pues,  que  incluir,  entre  las  nueve  centenas. 
y  cuatro  unidades  de  4904,  una  ó  más  decenas,  qn  cuyo  reco<» 
rrido  el  1 3  de  Tamuz  caiga  en  sábado,  y  tendremos: 

4914  =  25  Junio  I1S4>  viernes. 
4924  =  4  Julio  1 164,  sábado. 
4934  =  14  Junio  1 174,  viernes. 
4944  =  24  Junio  1184,  domingo. 

subsiste  quatre  au  Musée  de  cette  ville,  en  état  plus  ou  moÍQS  íragmen* 
taire».  Páginas  54  y  55. 
(i)    Ciudad  situada  entre  Mompeller  y  Narbona. 

(2)  c  Au  Musée  lapidaire  de  la  ville  de  Beziers  se  trouve  la  plus  grande 
et  la  plus  belle  des  inscriptions  hébraiques  de  la  France,  composée  de 
douze  lignes;  il  est  seulement  í&cheux  qu'elle  soit  un  peu  mutilée  dans- 
toute  sa  longueur  á  droite,  surtout  en  haut9.  Schwab,  pág.  63. 

(3)  Boletín,  tomo.  v.  pág.  383;  xiii,  327. 

(4)  BoLSTÍN,  xm,  335. 

(5)  «Dans  cette  hypothése,  et  vu  la  place  dont  on  dispose  alors,  oa 
pourrait  étre  tenté  de  lire  [i  D^ttW]  «soixante  et  (quatre)»  soit  4964  Je 
13  Tamouz,  correspondant  au  dimanche  13  juin  1304.  Toutefois,  est-i) 
probable,  se  demandera  t-on  que  les  Juifs  de  Beziers  aient  fíxé  alors  á  un 
dimanche  la  féte  de  Tinauguration  de  leur  synagogue?  Est-ce  que  les- 
cbrétiens  n'auraient  pas  été  choques  de  cette  accointance?» 


EPIGRAFÍA   HBBREA   Y  VISIGÓTICA.  3S7 

4954  =    5  Julio    1 194,  martes. 
4964  =13  Junio  1204,  domingo. 
4974  =:=  22  Junio  1 2 14,  domingo. 
4984  =    2  Julio    1224,  martes. 
4994  =11  Junio  1234,  domingo. 

La  fecha  que  buscamos  es  la  del  sábado,,  4  de  Julio  de  1164^  y  el 
decenal  que  hay  que  suplir  entre  las  centenas  y  unidades  del 
texto  hebreo  no  es  d^W  (60)  sino  d'^WíT  (20). 

Con  esta  fecha,  y  no  con  otra,  van  de  acuerdo  los  datos  his- 
tóricos aludidos  y  consignados  por  la  inscripción,  y  que  harto 
conoce  y  expone  M.  Schwab  (l).  En  resumen,  la  insigne  lápida 
viene  á  decir  que  los  judíos  residentes  en  la  ciudad  de  Beziers, 
aquejados  de  la  tribulación  que  les  había  hecho  lamentar  el  cau- 
tiverio y  destierro  de  algunos  de  ellos,  no  sin  derrocar  ó  que- 
brantar el  edificio  de  la  antigua  sinagoga,  hallaron  gracia  en  los 
ojos  de  sus  señores  temporales,  con  cuyo  beneplácito  resolvie- 
ron fabricarla  de  nuevo,  no  ya  de  ladrillo,  como  antes  era,  sino 
de  piedra  de  sillería.  El  santuario  rico  y  espléndido,  donde  se 
eleva  el  arca  que  contiene  el  rollo  de  la  ley  de  Moisés,  ha  sido 
construido  sobre  el  terreno,  que  al  efecto  ha  cedido  y  donado 
su  propietario  [Salomón]  Jalaftá,  principal  magnate  de  la  ciudad; 
el  cual  asimismo  ha  hecho  construir  á  sus  expensas  esta  magní- 
fica sinagoga,  próxima  á  su  domicilio.  Dígnese  Dios  misericor- 
dioso apresurar  el  día  de  reunir  á  su  pueblo  de  Israel  disperso 
y  de  reconstituir  el  templo  de  Jerusalén! 

Con  semejante  exclamación  se  termina  el  epígrafe  histórico  de 
la  sinagoga  de  Córdoba,  que  también  indica  el  nombre  (Efraim) 
del  magnate  que  fué  su  dadivoso  reparador  y  tal  vez  arquitecto. 
En  Beziers,  como  en  Córdoba  y  en  todas  las  ciudades,  donde 
vivían  los  hebreos,  sujetos  al  dominio  cristiano,  ó  bien  musul- 
mán, no  se  les  consentía  restaurarlas  con  mayor  amplitud,  ni 
altura,  ni  riqueza,  ni  ornato.  De  aquí  las  multas,  cárceles,  destie- 
rros de  las  personas,  y  la  confiscación  ó  demolición  del  edificio; 
pero  acontecía  más  de  una  vez  que  á  precio  de  oro,  ó  por  algún 

(i)    Páginas  65*67. 


i 


388  BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

gran  servicio  hecho  al  príncipe,  ó  por  privanza,  que  con  él  se 
alcanzase,  razón  había  para  decir  «allá  van  leyes  do  quieren 
reyes:^.  Las  inquietudes  y  estorbos  que  por  ese  lado  habían  su- 
frido los  hebreos  de  Beziers  cesaron  en  1160  por  efecto  de  la 
conducta  que  con  ellos  observó  el  vizconde  Ramón  de  Trenca- 
vell  (l)  prestándoles  favor  y  amparo.  Cuando  Benjamín  de  Tu- 
dela  pasó  por  Beziers,  estrechó  la  mano  de  Salomón  Jalaftá,  á 
quien  era  debida  la  construcción  de  la  nueva  sinagoga  ( 2 ).  Una 
buena  y  nueva  edición  que  se  haga  de  sus  Viajes  hasta  el  extre- 
mo oriente,  no  podrá  menos,  si  fuere  esmerada,  de  salir  anotán- 
dose y  esclareciéndose  con  tan  interesante  epígrafe. 

Entre  las  ocho  inscripciones  de  Arles  que  reseña  este  capí- 
tulo (3),  la  segunda,  cuya  piedra  original  se  ha  perdido,  nos  ha  de- 
jado memoria  de  un  fragmento  notable,  conservado  por  dos  ma- 
nuscritos contestes  acerca  de  la  fecha  y  del  sentido  general  del 
texto.  La  fecha  «Elul  del  año  5036  de  la  Creación»  corresponde  al 
año  cristiano  1 276,  y  á  su  mes  de  Agosto  contado  desde  su 
día  primero.  Trátase  del  monumento  sepulcral  de  Salomón  ben 
David,  quizá  próximo  pariente,  y  á  buen  seguro  contemporáneo 
de  su  sabio  homónimo  de  Mompeller  (4).  Extraña  M.  Schwab  (S)i 
que  un  epitafio  francés  admita  con  todas  letras,  ó  desleídas  las 
siglas  nhün»  que  salen  frecuentemente  al  principio  de  las  eulogias 
fúnebres  de  aquel  tiempo,  y  del  anterior  en  nuestra  España.  Con- 
testo á  este  reparo,  lo  que  á  todos  nos  enseña  el  ars  nescUndi^ 

(i)  <Si  Ton  se  rappelle  qu'en  Tan  1160  Raymood  de  Trencavell,  vi- 
comte  de  Beziers,  délivra  les  Juifs  des  assauts  auxquels  lis  étaient  régulié- 
rement  eo  butte  á  Tépoque  de  la  PAque  chrétienne,  et  inaugura  par  con- 
séquent  une  politique  plus  clemente  envers  eux,  on  peut  supposer  que 
ce  fut  aussi  l'époque  oü  ils  commencérent  la  restauration  de  lear  syna- 
gogue».  Schwab,  pág.  66. 

(2)  «En  l'année  1165  Benjamín  de  Tudéle  entreprít  son  voyage  á  tra- 
vers  les  communantés  juives  du  monde  entier.  A  Beziers  Benjamín  trouva 
entre  autres  chets  de  la  communauté  le  rabbi  Salomón  Halaíta,  dont  le 
nom  se  lit  sur  notre  pierret.  Ibíd.^  pág.  67. 

(3)  Páginas  75  y  76. 

(4)  Renán,  Les  rabbins  frangais  du  commencement  du  quaiorziime  sücle^ 
pág.  693.  París,  1877. 

(5)  «Cette  derniére  eulogie  le  Saint  beni  soit-il  place  lá  sans  rime  ni 
raison,  que  Ton  ne  trouve  jamáis  sur  ilne  épitaphe...»  Pág.  78. 


EPIGRAFÍA  HEBREA  Y   VISIGÓTICA.  3S9 

esto  es,  que  la  excepción  confirma  la  regla;  y  añado  que  la 
expresión 

por  lo  mismo  que  las  copias  difieren  en  la  transcripción  del  vo- 
cablo segundo,  son  susceptibles  de  menor  equivocación  en  el 
primero,  por  haberse  mal  leído  la  primera  letra  (vau)j  que  la  trans- 
cripción desfiguró  trocándola  en  nun.  No  se  trata  de  la  restaura- 
ción de  un  edificio  público,  ni  del  remate  de  una  calamidad  ó  de 
una  persecución  que  hubiese  padecido  la  aljama  de  Arles. 
A  mi  parecer  se  toma  esta  expresión  de  la  profecía  de  Isaías  (lx, 
20)  para  indicar  la  bienaventuranza  de  los  judíos  resucitados,  que 
verán  la  majestad  y  gloria  del  Mesías  en  la  santa  ciudad  de  Jeru- 
salén. 

Al  Norte  de  Arles  está  Aviñón,  la  antigua  capital  del  dominio 
cinco  veces  secular  usurpado  á  los  romanos  Pontífices  por  la  Re- 
volución francesa  en  1 79 1.  Al  entrar  en  esta  comarca,  rinde 
M.  Schwab  tributo  justo  de  loor  á  la  clemencia,  que  la  Santa  Sede 
ha  observado  siempre  con  los  judíos  (l).  Entre  Clemente  V  que  los 
amparó,  y  Felipe  el  Hermoso  que  los  desterró,  hay  un  contraste  de 
equidad  paternal  y  de  egoísmo  feroz  que  predispuso  las  naciones 
cristianas  á  muy  graves  acontecimientos  en  los  siglos  xiv  y  xv. 
Una  Inscripción  de  Carpentrás  es  la  memoria  sepulcral  de  Sa/o^ 
man  ben  Makir;  y  otra  de  Doña  Dina.  Ambos  nombres  brotan 
asimismo  de  tres  epitafios  toledanos  (2). 

Desde  Aviñón,  remontando  el  Ródano  y  el  Saona  y  penetran- 
do en  el  corazón  de  Borgoña,  recorre  M.  Schwab  las  ciudades 
de  Macón  y  Dijón.  En  Macón  recuerda  que  el  concilio  allí  cele- 
brado el  día  I.**  de  Noviembre  del  año  581  dictó  disposiciones 
acerca  de  los  judíos,  que  están  de  acuerdo  con  las  de  otros  de 


(i)     cDans  le  Comtat-Venaissin,  les  Juiís,  en  raison  de  leur  dépendance 
du  pouvoir  pontifical,  ont  toujours  été  toleres >.  Pág.'Sa. 

(2)    Luzzatto,  números  24,  36  y  43. — Sobre  este  último  véase  lo  dicho  en 
el  Boletín,  tomo  xi,  páginas  442-444.  Consérvase  original  en  el  Museo  pro- 
vincial de  Toledo,  demostrándose  así  que  la  colección  de  Luzzatto  me 
rece  entera  fe. 


1 


39|0  BOLETÍN   DB  lA  REAL   ACADBMU  DE   LA  HISTORIA. 

la  Galia  meridional,  que  á  este  precedieron.  Para  señalar  el  mes  y 
el  día  del  mes^  los  epígrafes  de  esta  ciudad  y,  en  general,  los  del 
Nordeste  de  Francia  (excluyendo  la  Alsacia),  se  valen  del  sistema 
ritual^  que  caracteriza  esta  región  ó  es  peculiar  de  ella.  Siendo, 
como  ya  la  era  en  tiempo  de  Jesucristo  (l),  rito  délos  sinagogas 
el  repartir  en  parashoth  ó  secciones  seguidas  el  Pentateuco,  de 
suerte  que  todas  ellas  se  lean  sucesivamente,  ó  se  repartan  en 
los  sábados  de  cada  año,  conforme  á  ciertas  y  determinadas  reglas, 
bastará  indicar  el  primer  vocablo  de  la  sección,  para  que  al 
momento  se  conozca  el  sábado  de  aquel  año,  en  que  ella  se 
leyó,  y  no  habrá  necesidad  de  expresar  el  mes,  ni  el  día  tam- 
poco, si  el  que  se  quiere  expresar  cayó  en  sábado.  Si  cayere  en 
otro  día  de  la  semana,  se  marcará  el  sábado  siguiente  con  el 
nombre,  ó  vocablo  inicial  de  la  sección  ó  para^há  que  le  corres- 
ponda, y  el  día  de  la  semana,  que  se  deba  proponer,  vendrá  indi- 
cado al  estilo  hebreo  por  las  seis  primeras  letras  numerales: 
I  =  domingo;  2  =  lunes;  3  =  martes;  4  =  miércoles;  $  =  jue- 
ves; 6  =  viernes.  Sea,  por  ejemplo,  la  última  de  las  siete  inscrip- 
ciones halladas  en  Macón  (2): 


Joeya  (3)  hija  del  grande  alíaquí  (4)  maestro  Samuel  que  en  gloria  <íes- 
canse  (él).  Murió  (ella)  dejando  nombre  de  buena,  en  martes  de  la  (sec- 
ción) Mattoth,  año  70  (es  decir,  5070)  del  cómputo  (de  la  Creación). 

En  este  año  hebreo,  correspondiente  al  nuestro  1 310,  la  sec- 
ción Matthoth  (libro  de  los  Números,  xxx,  2)  se  leyó  en  sábado, 
27  de  Junio.  Retrocediendo  al  martes  anterior  obtendremos  que 
la  defunción  de  la  hija  del  sabio  Samuel  acaeció  en  23  de  Junio 

(i)    Luc.  IV,  16;  Act.  xm,  14,  15. 

(2)  Schwab,  pág.  85. 

(3)  Francésy'^^,  dando  á  oi  el  sonido  oei. 

(4)   Snan  D^nn 


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EPIGRAFÍA  HBBRBA  Y  VISIGÓTICA.  59 1 

<ie  131o.  En  España  se  habría  indicado  por  24  de  Tamuz.  No 
•contradice  á  esta  fecha  el  decreto  de  expulsión  lanzado  contra 
los  judíos  de  Francia  en  22  de  Julio  de  1 306,  por  Felipe  el  Her- 
xnoso,  que  repercutió  en  Palma,  como  bien  lo  sabe  la  Acade- 
mia (l).  Ya  hizo  notar  nuestro  inolvidable  compañero,  Isidoro 
Loeb  (2)  que  aquel  decreto  no  tuvo  aplicación  en  el  Franco-Con- 
<lado,  ni  en  Bordona,  el  Delfinado^  los  Estados  de  la  Santa  Sede 
<en  Francia,  el  principado  de  Orange,  la  Provenza,  Mompeller  y 
•el  Rosellón,  sujetos  al  rey  de  Mallorca,  como  tampoco  en  Nava- 
rra. España  no  estaba  todavía  madura  para  tan  radicales  atropellos. 

Ancho  campo  y  larga  cosecha  dan  á  M.  Schwab  las  inscrip- 
-ciones  de  París  (3);  ciudad,  cuya  potente  aljama  tanta  admiración 
y  gratitud  produjo  en  el  alma  de  Benjamín  de  Tudela  (4).  Un 
•centenar  de  lápidas,  casi  todas  del  siglo  xiii,  reseñadas  por  este 
artículo,  confirman  el  encomio  que  hizo  de  la  capital  de  Francia 
nuestro  compatriota  navarro  por  lo  tocante  á  su  población 
hebrea.  El  gran  tamaño  de  las  piedras  funerales  y  su  caligrafía, 
•que  también  se  observa  en  algunas  contemporáneas  de  Gerona, 
Barcelona  y  Toledo,  son  reflejo  de  una  opulencia  equiparable  á 
la  de  los  Templarios.  De  ella  en  buena  parte  se  surtieron  los 
aprestos  de  las  cruzadas  que  acaudillaron  los  reyes  Luis  VII  y 
Luis  IX;  pero  Felipe  el  Hermoso,  no  contento  con  los  huevos 
•de  oro,  mató  y  devoró  la  gallina  gorda  y  siempre  fecunda  que 
los  ponía. 

En  el  departamento  del  Indre,  al  occidente,  y  no  muy  lejos  de 
Burges,  conserva  hoy  la  pequeña  ciudad  de  Isudún,  como  prin- 
cipral  monumento  de  su  historia,  la  Tour  Blanche^  así  llamada  por- 


(1)    Boletín,  tomo  xxxvi,  páginas  238-257. 

{2)    Les  exptUsions  des  Juifs  de  France^  pág.  i.  París,  1887. 

(3)  Páginas  95-139. 

(4)  «Aprés  avoir  fait  son  Taur  du  monde^  Benjamín  de  Tudéle,  en  ter- 
minant  le  récit  de  ses  voyages,  décerne  aux  Israélites  parisíens  l'éloge 
«uivant:  París,  cette  grande  ville  qui  appartient  au  roí  Louis  (VII),  ren- 
íerme  des  disciples  des  Sages  qui  n'ont  pas  leurs  pareils  aujourd'hui  sur 
toute  la  terre.  lis  s'adonnent  jour  et  nuit  á  l'étude  de  la  Loí;  ils  sont  tres 
liospitaliera  por  tous  les  étrangers,  et  ils  montrent  leur  amitié  et  leur 
iratemité  pour  tous  leurs  ír¿res  juiís».  Schwab,  pág.  95. 


^ 


^ 


39a 


BOLETÍN  DB  LA  RSAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 


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que  la  erigió  doña  Blanca  de  Castilla,  hija  de  Alfonso  VIII  y 
madre  del  rey  San  Luis.  Los  gruesos  muros  de  este  alcázar,  que 
rodeaban  la  sombría  mazmorra,  están  acribillados  de  inscripcio- 
nes hebreas,  representadas  en  fotografía  por  M.  Schwab.  Allí 
pasaron  largos  días  y  meses  los  infelices  judíos,  que  Felipe  el 
Hermoso,  sin  previa  formación  de  causa,  mandó  hacinar,  para  que 
atormentados  declarasen  los  escondites  donde  reservaban  el  últi- 
mo resto  de  sus  tesoros  y  haberes,  que  se  habían  escapado  á  la 
confiscación  predecesora  de  la  orden  del  destierro.  Pero  la  in- 
dignación sube  de  punto  en  presencia  de  las  pocas  inscripciones 
que  dejó  subsistir  (I)  en  Alsacia  el  furor  de  la  plebe  (2),  que- 
mando bárbaramente  las  personas  y  destrozando  las  piedras  y 
cualquier  otro  objeto  conmemorativo  de  la  estancia  del  puebla 
hebreo  en  aquel  país,  mayormente  con  ocasión  de  la  peste  negra 
en  1349,  que  dio  pretexto  á  sembrar  la  calumnia  de  que  los  judíos 
emponzoñaban  las  fuentes  por  odio  á  los  cristianos  (3).  Los 
españoles  tuvimos  nuestro  1391,  sangriento  y  horrible;  nues- 
tro 1492,  que  desterró  en  masa  á  los  hebreos  que  no  quisiesen 
profesar  la  religión  cristiana;  pero,  fuimos  los  primeros  en  dar 
ese  espectáculo?  No  provino  el  ejemplo,  y  aun  el  incentivo,  de 
otras  naciones?  Los  verdaderos  actos  de  los  monarcas  y  de  los 
concilios  visigodos,  que  tanto  se  han  abultado  y  calumniado,  no 
sirven  como  precedentes  de  la  acusación  que  suele  hacérsenos; 
antes  bien,  demuestran  que  en  España  los  judíos  permanecieron 
arraigados  y  tolerados  bajo  el  amparo  de  la  ley,  hasta  la  recon- 
quista de  Granada  por  los  Reyes  Católicos. 

El  tercer  capítulo  con  el  que  da  remate  á  su  obra  M.  Schwab» 

(i)    Páginas  167-190. 

(2)  «Les  juifs  de  l'Alsace,  depuis  le  xn*  siécle,  avaient  tíxé  leur  rési- 
dence  dans  les  villes  les  plus  importantes  de  ce  pays.  Durant  la  longue 
histoire  lamentable  de  ce  peuple,  nuUe  époque  n'émeut  aussi  proíondé- 
ment  que  celle  des  persécutions,  depuis  la  fin  du  xni*  siécle  jusqu'au  mi- 
lieu  du  XIV >.  Schwab,  pág.  167. 

(3)  «La  populace  aveugle  (de  Strasbourg)  non  seulement  n'épargna 
pas  les  personnes,  mais  ruina  encoré  tout  ce  qui  portait  le  cachet  du  ju- 
daísme;  les  synagogues,  les  maisons,  jusqu'aux  pierres  iunéraires  des  ci- 
metiéres,  et  il  n'est  par  conséquent  pas  étonnant  qu'il  reste  si  peu  de  re- 
liques  remontant  á  cette  date».  Schwab,  páginas  167  y  1 68. 


EPIGRAFÍA  HBBSXA   Y  VISIGÓTICA.  393 

concretándose  á  la  historia  moderna  (l),  nos  toca  mucho  más  de 
cerca  que  los  dos  anteriores.  En  la  Bretaña  francesa,  en  Argel, 
en  Tremecén,  etc.,  y  sobre  todo  en  los  cementerios  de  Bayo- 
na, las  inscripciones  relativas  á  los  hebreos  expatriados  ú  oriun- 
dos de  nuestra  península,  deben  atenderse  para  realzar,  prose- 
guir y  ampliar  con  certeros  y  nuevos  datos  la  clásica  Historia 
que  sacó  á  luz  en  1 876  D.  José  Amador  de  los  Ríos. 

Como  era  justo  y  conveniente,  hace  M.  Schwab  preceder  su 
libro  de  una  erudita  Introducción  (2)  sobre  la  antigüedad  y  as- 
pecto general  de  las  inscripciones  hebreas  y  sobre  el  estudio  al 
que  se  han  ofrecido  y  ofrecen  en  varias  naciones  de  Europa  dis- 
tintas de  la  francesa.  La  ojeada  es  rapidísima,  y  por  eso  echo  de 
menos  las  inscripciones  del  imperio  europeo  de  Turquía,  donde 
casi  todos  los  judíos,  allí  residentes,  hablan  y  escriben  (si  bien  con 
letras  rabínicas)  en  castellano.  En  cambio,  lo  que  refiere  de 
Holanda,  y  singularmente  de  las  ciudades  de  Altona  y  Amster- 
dam,  nos  interesa  en  sumo  grado.  En  favor  de  Espania  no  deja 
de  notar  que  el  más  antiguo  autor,  que  comprendiendo  lo  que 
valen  para  la  historia  las  inscripciones,  sepulcrales  y  otras, 
puede  estimarse  cabeza  y  padre  de  los  que  han  sacado  partido 
de  las  hebreas,  es  David  Gans,  que  transcribió  el  epitafio  de 
Isaac  Alfasí,  célebre  rabino  de  Lucena  á  principios  del  si- 
glo XII  (3). 

En  lo  que  hace  á  Portugal,  M.  Schwab  se  remite  al  artículo 
publicado  no  mucho  ha  por  Cardozo  de  Bethencourt  en  la  Re- 
vista Lisbonense  O  Archeologo  portugués  (4),  donde  se  exponen 
interesantes  epígrafes  hebreo-lusitanos  del  siglo  xix,  á  partir 

(1)  Páginas  191-240. 

(2)  Páginas  4-27. 

(3)  «Pour  la  premiére  íois  et  tout  isolément  au  xvi*  siécle,  David  Gans 
un  des  plus  anciens  historíens  juiís,  dans  son  «m  níD3f  (P  partie  de  sa 
Chronographie,  f.  54,  á)^  cite  rinscription  qui  se  trouvait  sur  la  stéle  du 
rabbin  Isaac  Alfasi  á  Lucena,  en  date  du  10  Siwan  4863  (=  19  mai  1103). 
La  tombe  d'Alíasi  était  encoré  visible  au  temps  d'Isaac  Abravanel,  d'aprés 
ce  que  dit  cet  écrívain  dans  son  livre  d'exégésc  biblique  nVIUT^  ÍT^DUTD 
(fol.  80) >.  Schwab,  páginas  6  y  7.— E^ta  lápida  preciosísima,  la  está  bus- 
cando actualmente  en  Lucena  el  Excrao.  Sr.  Duque  de  Valencia. 

(4)  Número  de  Febrero  y  Marzo  de  1903,  páginas  33-45. 


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394  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

del  año  l8lS,  y,  además,  un  epitafio,  fechado  en  23  de  Enero 
de  1305,  consagrado  á  la  memoria  de  José  de  Tomar,  que  existe 
original  en  Faro  del  Algarbe.  Con  placer  trataría  de  este  monu- 
mento, único  antiguo  de  su  índole,  que  hasta  hoy  se  conoce  de 
Portugal;  pero  su  recta  lectura  é  interpretación  da  lugar  á  serias 
dificultades,  que  Cardozo  de  Bethencourt  y  M.  Schwab,  disin- 
tiendo de  parecer,  dejan  pendientes  de  solución.  No  he  de  ter- 
ciar en  el  debate  sin  ir  prevenido  de  la  fotografía,  que  procuraré 
obtener,  porque  sin  este  requisito  de  las  disquisiciones  epigráfi- 
cas, suele  zozobrar  y  anublarse  el  criterio  de  los  estudiosos,  flo- 
tando en  la  incertidumbre. 

Madrid,  6  de  Octubre  de  1905.  Fidel  Fita. 


III. 
LA  BATTAGLIA  DI  IBERA. 

Sin  dal  giorno  in  cui  ¡1  senato  romano,  dopo  le  incomprensi- 
bili  e  fatali  tergiversazioni  ed  incertezze  all*  época  dell*  assedio 
di  Sagunto,  comprese  tutta  V  importanza  militare  che  aveva  la 
penisola  ibérica  rispetto  all*  esito  finale  della  guerra  intrapresa 
allora  da  Annibale,  sin  dal  giorno  in  cui  ai  duciromani  s'  impose 
la  necessitá  di  tagliare  all'  esercito  cartaginese  d*  Italia  le  comu- 
nicazioni  con  la  Spagna,  sin  d'  allora  Roma,  uscita  ormai  vitto- 
riosa  dalla  fortunata  politica  italiana,  incominció  a  mettere  in 
esecuzione  il  suo  programma  di  politica  estera.  E  la  Spagna  fu 
appunto  il  suolo  sul  quale  si  svolse  il  primo  (l)  grande  atto  di  un 
dramma  imponente,  in  cui  due  civilta  e  due  metodi  politici  era- 
no  in  lotta  ad  oltranza  per  il  primato  internazionale.  Alio  stu- 


(i)  U  primo  passo  della  grande  politica  era  stato  íatto  veramente  da 
Roma  nella  Sicilia  all'  inizio  della  prima  guerra  púnica.  Ma  la  Sicilia,  ben- 
che  considérala  dai  Ro^nani  come  parte  geográficamente  non  integrante 
deír  Italia,  pur  nondimeno  dal  punto  di  vista  político  e  commerciale  era 
ad  essa  legata  strettamente,  in  guisa  da  crederla  un  complemento  ne- 
cessario. 


LA  BATTAGUA  DI  IBERA.  595 

dioso  non  deve  poi  sfuggire  V  importanza  grandissima  che  a  Car- 
tagine  si  davano  agli  avvenimenti  di  Spagna:  V  opinione  pubbli- 
ca  cartaginese,  le  somme  di  denaro  che  venivano  staaziate,  1'  in- 
teressamento  per  la  sorte  di  Asdrubale  e  i  rinforzi  di  truppe 
che  a  lui  erano  inviati,  dimostrano  chiaramente  che  ai  mercanti 
e  agli  industrian  di  Cartagine  importavano  assai  piü  gli  scali  ma- 
ríttimi  e  commerciali  della  penisola  ibérica  che  la  gloria  ed  il 
predominio  político ,  sospírati  dalla  grande  anima  di  Annibale. 

Una  rete  fíttissima  di  interessi  vitali  che  i  Cartaginesi  con  la 
loro  politica  monopolizzatrice  s'  erano  formati  nella  Spagna,  ci 
spiega  Tapprensione  e  lo  stato  d*  animo  in  Cartagine  verso  il  2l6 
a.  C,  quando  la  notizia  della  grande  vittoria  di  Canne  era  ama- 
reggiata  assai  dalla  conoscenza  dei  disastri  marittimi  e  terre- 
strl  e  dalle  rivolte  che  avevano  fatto  perderé  quasi  la  speranza 
di  mantenere  piü  oltre  la  penisola  ibérica  con  1'  esercito  merce- 
nario di  Asdrubale  Barca. 

Era  naturale  perció  che  il  senato  cartaginese,  pur  decretando 
rinforzi  per  gli  eserciti  cartaginesi  d*  Italia  e  di  Spagna  (Li- 
vio  XXIII,  13,  8),  ne  inviasse  soltanto  in  quest'  ultima  (Livio  xxiii, 
28,  2),  cercando  di  contentare  Annibale  con  1'  imporre  al  íratel- 
lo  Asdrubale  di  muovere  alia  volta  d'  Italia  in  suo  socorso. 

Siamo  qui,  possiamo  diré,  al  punto  piü  épico  della  lotta  im- 
pegnata  tra  Romani  e  Cartaginesi  nella  Spagna,  lotta  che  avrebbe 
deciso  deír  esito  di  tutta  la  seconda  guerra  púnica.  Asdrubale 
fece  allora  il  massimo  sforzo  cercando  di  sanzionare  suUe  rive 
deír  Ebro  la  vittoria  che  il  fratello  aveva  riportato  a  Canne.  Ma 
non  vi  riusci  e  quello  purtroppo  era  il  solo  momento  propizio 
per  daré  il  colpo  definitivo  a  Roma.  Parecchi  anni  dopo,  la  bat- 
taglia  del  Metauro  lo  dimostró  eloquentemente,  era  giá  troppo 
tardi. 


* 


La  battaglia  di  Ibera  merita  adunque  di  essere  assai  meglio 
conosciuta  da  coloro  che  vogliono  comprendere  nella  complessa 
vastitá  la  guerra  annibalica. 

Ma  é  di  somma  necessitá  il  non  accettare  ad  occhi  chiusi  (i  piü 


n 


396  BOLETÍN  DE   LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

purtroppo  fanno  cosí)  la  tradizione  liviana  (l),  che  in  questa  parte 
che  ci  riguarda  ha  molti  errori  cronologici,  geografici  ed  anche 
alcune  dittografie  (2).  Livio,  é  ormai  noto  a  tutti,  non  volle  e 
forse  non  seppe  intentare  un  continuo  processo  critico  alie  sue 
fonti;  fu  retore  piü  che  storico.  Non  é  quindi  da  meravigliarsi  se 
egli  stesso  ci  fornisce  gli  elementi  per  dissentire  da  lui. 

La  battaglia  di  Ibera  avvenne  nel  216  a.  C,  come  Livio  ci  fa 
credere  (Livio  xxui,  26,  l),  o  nel  215  a.  C.  come  da  una  critica 
anche  superficiale  degli  awenimenti  siamo  spinti  a  credere? 

Benché  sia  mérito  indiscutibile  del  Genzken  (3)  a  veré  per  pri- 
mo, or  sonó  26  anni,  posta  in  dubbio  la  data  liviana,  pur  nondi- 
neno  nessuno  s'  é  dato  la  briga  di  dimostrare  la  ragionevolezza 
della  cosa  e  nessuna  discussione  s*  é  avuta  su  questo  campo. 

Di  guisa  che  tutti  ogg^,  anche  i  piü  autorevoli  antitradizionali- 
sti,  credono  che  Asdrubale  Barca,  appena  conosciuto  per  mezzo 
di  Imilcone  il  decreto  del  senato  cartaginese,  venne  a  battaglia 
con  i  Romani  presso  Ibera  nello  stesso  anno  della  battaglia  di 
Canne  (216  a.  C.) 

Presso  gli  antichi  scrittori  si  comprende  il  desiderio  di  porre 
Ibera  accanto  a  Canne:  la  vittoria  che  segué  a  breve  distanza  la 
sconfitta.  Era  un  sincronismo  storico  che  soUeticava  certo  V  amor 
patrio  di  un  qualche  annalista  e  dei  Romani  per  i  quali  egli  scri- 
veva.  Naturale  ne  veniva  il  raffronto  e  dal  raffronto,  naturalissi- 
ma  e  ben  cara  ad  un  retore  come  Livio,  sorgeva  la  sincronía 
dei  due  awenimenti. 


(i)  £  noto  che  con  la  fíne  della  campagna  del  217  a.  C.  veniamo  a 
mancare  dell'  opera  polibiana  e  che  di  essa  non  ci  restaño  che  oscuri  fram- 
mcnii.  Ma  siccome  ormai  la  critica  ha  assodato  che  in  sostanza  la  10.^ 
deca  di  Livio  fu  composta  sulla  scorta  dell'  opera  di  Polibio,  possiamo  diré 
di  avere  in  certo  modo  conservata  la  tradizione  polibiana  attraverso  quel- 
la  liviana  (Cfr.  Henze:  Encyclopaedie. — ^Pauly-Wissowa:  Comelitis  (Cn.  Car- 
nelius  Scipio.) 

(2)  Becker:  Vorarbtiten  zu  einer  GesckickU  des  zweiten  funiscken  KriC" 
ges,  Al  tona,  1823,  p.  61. — Lachmann:  De  fontihus  historiarum  T.  Lioir,— 
Commentatio  II.*  Gottinga,  1828,  p.  43. — Soltau:  Mermes,  Vol.  xxix,  p.  629. 
Cfr.  gli  studi  diversi  del  Keller  e  del  Peter. 

(3)  Hermann  Genzken:  De  rebus  a  P.  et  Cn.  Corneliis  Scipionibus  in 
Hispania  gestis,  Friburgo,  1879,  p.  2. 


LA  BATTAGUA  DI   IBERA.  397 

Ma  le  cose,  per  quanto  é  lecito  credere,  andarono  ben 
diversamente.  Nella  stessa  tradizione  liviana  (Livio  xxiii,  26- 
29)  abbiamo  una  messe  cosi  ricca  di  fatti  e  cosi  mal  connessa 
da  determinarci  a  prima  vista  a  dubitare  ch'  essi  si  siano 
svolti  tutti  nel  breve  spazio  di  una  campagna,  cioé  in  circa 
6  mesi. 

Da  Livio  (xxiii,  26y  2),  sappiamo  che  Asdrubale  Barca  prima 
di  intrapendere  una  qualche  azione  militare  nel  2 16  a.  C.  attese 
il  rinforzo  di  5  caila  uomini  inviatogli  da  Cartagine,  rinforzo  che 
gli  permise  di  non  tenersi  piú  tanto  procul  ab  hoste^  come  era 
stato  costretto  a  fare  per  parecchio  tempo.  Ora  se  si  pensa  qui 
alia  grave  ed  aspra  rivolta  dei  capi  della  flotta,  alia  loro  propa- 
ganda di  rivolta  fra  i  Carpetani,  se  si  pensa  alia  non  facile  né 
breve  campagna  che  contro  essi  sostenne  Asdrubale,  se  si  pensa 
qui  sopratutto  che  solo  alcuni  mesi  dopo  Canne  si  preparó  a 
Cartagine  la  spedizione  di  Imilcone  per  la  Spagna,  si  sará  neces- 
sanamente  spinti  a  concludere  che  quando  Asdrubale  venne  a 
conoscere  per  opera  di  Imilcone  il  contenuto  del  decreto  che  gli 
imponeva  di  recarsi  in  Italia,  si  doveva  essere  a  stagione  abba- 
stanza  inoltrata.  Essendo  infatti  Canne  avvenuta  nell'  Agosto 
del  216  a.  C.  si  deve  ritenere  che  le  discussioni  senatorie  (l),  i 
preparativi  per  la  spedizioni  de  Imilcone,  la  marcia  di  costui  ñno 
al  centro  della  Spagna,  V  esazione  dei  tributi  da  parte  di  Asdru- 
bale ci  portano  alia  fine  deír  autunno.  Chi  crede  che  in  quello 
stesso  anno  (2 16  a.  C.)  si  ebbe  la  battaglia  d' Ibera  deve  porla 
neir  invernó,  avendo  Asdrubale  per  la  sua  avanzata  verso  V  Ebro, 
per  r  assedio  della  cita  alleata  dei  Romani  e  per  le  scaramucce 
dovuto  consumare  all'  incirca  un  altro  mese. 

Ma  che  la  battaglia  d*  Ibera  sia  avvenuta  nell'  invernó  non  é 
detto,  né  lasciato  intravvedere  e  d'  altra  parte  si  sa  che  nell'  anti- 
chita normalmente  le  battaglie  non  avvenivano  che  nella  buona 
stagione. 


(1)  £  si  badi  che  Magone  non  ando  a  Cartagine  súbito  dopo  Canne, 
perché  rtícntus  aliquot  dUs  in  recipiendis  civiüUihus  Bruiiiorum,  (Li- 
vio xxni,  II,  7*) 


39^  BOLETÍN  DB  LA    SEAL  ACADBiaA  DE  LA  HISTORIA. 

II  Wincke  (l),  uno  dei  difensori  piü  ostinati,  ma  pur  dei  meno 
autorevoli,  di  Livío,  sí  sforza  invano  di  dífenderlo  col  metiere  la 
battaglia  d* Ibera  a  mezzo  invernó  del  2l6  a.  C.  Le  sue  argo- 
mentazioni  sonó  deboli,  spesso  non  accettabili  e  tali  sempre  de 
mentare  le  confutazioni  secche  e  püngenti  del  Genzken  (2). 

Spontanea  ci  si  affaccia  perianto  Y  ipotesi  di  porre  V  incontro 
d' Ibera  nel  215  a.  C.  Tutto  T  invernó  del  2 1 6/2 1 5  a.  C.  sarebbe 
stato  impiegato  nei  preparativi  per  la  progettata  spedizione  car- 
tagtnese  in  Italia,  spedizione  che  per  le  molteplici  difficoltá  non 
era  da  tentarsi  che  in  primavera.  E  cosí  é  da  credersi  che  awe- 
nisse,  tanto  piü  che  in  Livio  stesso  (xxra,  28,  2,  e  seg.)  si  ha 
1'  impressione  che  il  nuovo  duce  Imilcone,  dopo  il  suo  abbocca- 
mento  con  Asdrubale,  abbia  posti  i  suoi  quartieri  d'  invernó  in 
un  punto  delle  coste  meridionali  della  Spagna. 

É  verosimile  che  Asdrubale  non  pensasse  allora  di  forzare  il 
passaggio  deír  Ebro  e  dei  Pirenei.  La  stagione  sarebbe  stata  per 
lui  un  nemico  non  meno  temibile  dei  Romani. 


* 

La  battaglia  di  Ibera  va  dunque  posta  con  assai  probabilita 
nel  215  a.  C  (3). 

Vediamo  come  e  dove  si  svolse. 

Durante  i  quartieri  d' invernó  del  2 16/2 1 5  a.  C.  anche  i  duci 
romani  dovettero  venire  a  conoscere  íl  piano  di  Asdrubale  e  na- 
turalmente per  opporvisi,  smesso  ogni  altre  disegno  {ómnibus 

(i)  Wincke:  Der  su/eite  funische  Krieg  tmd  der  Kríegsflan  der  Karika* 
ger*  Berlino,  1S64,  p.  294. 

(2)  Genzken:  Op.  cit.,  p.  30,  nota  9.* 

(3)  G.  Bossi  {Studi  e  Documenti  di  Storia  e  Dirttto^  1S89,  fascic.  iii.**  pa- 
gina 315. — La  Guerra  Annibalica  in  Italia  da  Cantu  al  Meiauro)^  nel  fiása* 
re,  col.  215a.  C,  la  data  della  presa  di  Petelia,  basa  la  sua  dimostrazione 
sulle  lettere  che  gli  Scipioni  súbito  dopo  Ibera  in  vía  roño  a  Roma  (Li- 
vio XXIII,  29,  17).  Ma  siccome  1' espugnazione  di  Petella,  secondo  Livio 
(xxiii,  30,  i),  avvenne  dum  hace  in  Hispania  geruntur  (battaglia  di  Ibera), 
bisognerebbe  che  il  Bossi  avesse  dimostrato  che  la  battaglia  di  Ibera, 
contro  la  versione  di  Livio,  avvenne  nel  2 1 5  a*  C.  La  dimostrazione  che 
Petelia  íu  espugnata  nel  215  a.  C  sarebbe  stata  assai  piü  convincente. 


LA  BATTAGLIA  DI   IBERA.  599 

cmissis  rebus. — Lívio  xxiii,  28,  7),  riunirono  tutte  le  loro  forze 
con  r  obbiettivo  di  difendere  ad  ogni  costo  la  linea  dell'  Ebro  e, 
in  caso  disperato,  quella  dei  Pireneí. 

Gli  Scipioni  con  questa  tattíca  difensiva  mostravano  di  cono- 
scere  perfettamente  la  gravita  della  situazione:  una  loro  disfatta 
portava  al  fallimento  di  tutte  le  speranze  concepite  suir  esercito 
romano  della  Spagna  e  faceva  sfumare  tutto  íl  piano  militare 
di  Roma,  tendente  all*  isolamento  di  Annibale.  Transito  amne 
(rEbro),  i  Romani,  nell*  attesadell*  avanzatadel  nemico,  mossero 
all'assedio  di  Ibera,  cittá  alleata  dei  Cartaginesi  (Livio  xxra, 
28,  9-10).  Asdrubale  allora  per  rappresaglia  si  spinse  ad  asse- 
diare  una  cittá  di  cui  non  ci  fu  tramandato  il  nome  ma  che  era 
nuper  in  fidem  Romanorum.  Si  era  evidentemente  al  preludio  di 
una  delle  battaglie  campali  piü  decisive.  Sembra  che  solo  nu- 
méricamente i  due  eserciti  si  bilanciassero,  perché  il  morale 
deír  esercito  mercenario  di  Asdrubale  doveva  essere  assai  basso 
se  al  senato  cartaginese  veniva  fatto  sapere  che  ai  Romani  si  po- 
teva  resistere  vix  aequis  viriius  (Livio  xxm,  27,  li.) 

Con  tutto  ció  la  posizione  di  Asdrubale  non  era  insostenible 
potendo  contare  ancora  su  cittá  alleate  nelle  vicinanze  dell'  Ebro. 
Ibera  ne  é  un  esempio,  Ibera  che  allora  era  la  piü  ricca  localitá 
di  tutta  la  regione. 

II  luogo  in  cui  si  trovavano  i  due  eserciti  si  prestava  ad  una 
grande  azione  campale.  Stavano  essi  infatti  nel  territorio  degli 
Ilercaoni  e  piü  precisamente  nella  parte  meridionale  del  corso 
inferiore  dell*  Ebro.  In  quei  pressi  doveva  essere  la  cittá  di  Ibe- 
ra (l).  Le  monete  infatti  ci  provano  ch'  essa  era  fra  gli  Ilercaoni. 
Ma  in  quale  precisa  posizione  si  trovasse  non  ci  e  possibile  diré. 
Senza  dubbio  era  posta  sulla  destra  dell*  Ebro,  se  i  Romani  per 
assediarla  devettero  passare  quel  fiume  (Livio  xxiii,  28,  lo). 
Cade  perció  da  sé  T  ipotesi  di  Arduino  (nel  suo  commento  a 


(i)  Quali  argomenti  hanno  determi&ato  lo  Smith  (Dictionary  of  Greek 
and  llaman  Ggograpky.-^Lonáonj  187&.  VgI.  i,  p.  S07)  a  porre  Ibera  fra  gli 
Edetani?  Tutto  ció  che  sappiamo  contraddice  alia  sua  ipotesi.  £  curioso 
che  dica:  «Ibera,  on  the  right  bank  oí  the  Iberus,  near  its  mouth»*  Si 
tratta  dunque  del  territorio  degli  Dercaoui* 


1 


400  BOLETÍN  DE   LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

« 

Plinio  III,  23)  che  identifica  Ibera  con  Dertosa,  che,  come  V  odier- 
na  Tortosa,  era  nella  riva  sinistra  deír  Ebro  (l).  Generalmente 
gli  studiosi  della  Spagna  antica  identificano  Ibera  con  Todierna 
Amposta  (2),  la  cui  posizione  s'  adatta  a  quel  poco  che  ci  é  detto 
da  Livio  (urbem  a  propinque  flumine  Hiberam  appellattam.  xxiii, 
28,  lOj  che  la  pone  fra  i  terreni  pantanos!  delle  foci  dell*  Ebro. 

L'  altra  identiñcazione  con  San  Carlos  de  la  Rápita  (paese  po- 
sto sul  mare  ad  uña  diecina  di  chilometri  circa  a  sud  di  Amposta) 
é  puré  probabile  non  solo  perché  si  tratta  di  una  localita  posta 
sulla  destra  dell'  Ebro,  ma  sopratutto  anche  per  i  notevoli  avan- 
zi  di  mura  romane  che  ci  testimoniano  V  esistenza  di  una  citta 
importante  in  quel  luogo. 

Ma  quand'  anche  si  potesse  riuscire  ad  un*  esatta  e  sicura  iden- 
tificazione  di  Ibera,  nondimeno  ci  sarebbe  sempre  impossibile 
conoscere  il  luogo  in  cui  avveiiné  la  battaglia.  Poiché  bisogna 
osservare  che  questa  si  svolse  alquanto  lontano  da  Ibera  (3) 
a  vendo  i  Romani  lasciato  V  assedio  di  essa  per  andaré  a  fronteg- 
giare  Asdrubale  (Livio  xxiii,  28,  12).  L' incontro  avvenne  senza 
dubbio  fra  Ibera  e  la  citta  assediata  dal  duce  cartaginese,  citta 
di  cui  disgraziatamente  ignoriamo  il  nome  e  la  posizione. 

É  assai  probabile  che  1'  incontro  dei  du6  eserciti  avvenne.  un 
po*  a  sud  ovest  di  Ibera,  poiché  ad  est  di  questa  v'  era  il  mare,  a 
nord  r  Ebro.  Ad  ovest  poi  il  terreno  si  presenta  alquanto  coUinoso 
e  tale  dá  impediré  lo  spiegamento  di  molte  migliaia  di  uomini  (4). 

Dopo  alcuni  giórni  di  preparazione,  uno  eodemque  die  velut 

(i)    Uckert:  Gcograpkit  der  Griechen  und  Rómer,  Vol.  11,  tomo  i,  p.  417. 

(2)  Rosseeuw  Saint  Hilaire:  Histoire  d'  Espagfte.  Vol.  i,  p.  35. 

—  II  Genzken  {op,  ciL  p.  32)  pone  Ibera  presso  la  spiaggia. 

—  Amposta  (=  amni  imposiia)  6  sulla  destra  dell'  Ebro. 

Circa  le  monete  che  furono  riferite  ad  Ibera  si  veda  1*  Heiss  {Déscrip- 
Hon  genérale  des  monnaies  antiques  de  V  Espagnc-^Yhxi^  1872,  p.  128  e 
seg.  Cír.  Tab.  ix). 

Fra  Ibera  e  Dertosa  vi  íu  veramente  un  íoedus  monetario,  come  sos- 
tiene il  Florez  {Medallas^  etc.,  i,  p.  176)?  L'  Hübner  nega  ogni  alleanza 
monetaria  nella  Spagna  (C.  I.  L.  Vol.  11,  p.  535). 

(3)  Lachmann:  Defantibus  kisioriarum  T,  Livii,  Commentatio  11.^,  p.  85. 

(4)  II  Forbiger  (Handbuch  der  alten  Geograpkie, — Leipzig,  1848.  Vol.  lu, 
p.  72)  parlando  di  Ibera,  scrive:  «Hóchst  wahrscheinlich  ist  bei  den  Uer- 
caones westlich  vom  Iberas  gelegene». 


LA  BATTAQLIA   DI   IBERA.  4OI 

ex  composito  secoado  (Livio  xxiii,  29,  2),  si  venne  a  battaglía 
decisiva  nella  pianura  vicina.  Ma  contro  ogni  aspettativa  la  lotta 
non  fu  lunga  né  aspra,  né  la  vittoria  fu  contrastata.  Sembra  che 
la  causa  principale  della  disfatta  di  Asdrubale  vada  ricercata 
nella  ñacca  resiatenza  del  molti  spagnuoli  che  militavano  come 
mercenari  nel  suo  esercito.  Era  naturale  che  gli  indigeni,  pur 
essendo  pronti  a  venderé  il  loro  sangue  al  primo  offerente,  non 
avevano  a  cuore  T  esito'  d'  una  bat tagua.  Per  essi  era  indifferente 
che  la  vittoria  fosse  dei  Cartaginesi  o  dei  Romani:  ambedue 
erano  conquistatori  del  loro  paese,  ambedue  erano  temuti  ma 
anche  odiati:  S*  figgiunga  che  con  la  vittoria  di  Asdrubale  avreb- 
bero  dovuto  seguirlo  nel  lungo  ed  aspro  viaggio  alia  volta  d*  Ita* 
lia,  dove  altre  lotte  sí  preparavano.  II  desiderio  di  rimanere  ín 
patria,  la  mancanza  d'ogni  idealitá  che  li  animasse,  il  pericolo 
imoiinente,  tutto  contribuí  a  far  si  che  il  centro  cartaginese, 
formato  di  spagnuoli,  cedesse  rápidamente,  in  modo  da  lasciare 
scoperte  e  senza  appoggio  le  due  ali. 

La  cavalleria  numida  e  mauretana,  sulla  quale  di  sólito  tanto 
contavano  i  duci  cartaginesi,  non  ebbe  una  parte  attiva  ed  ono- 
revole  nella  pugna.  E  nepppre  il  valore  personale  dello  stesso 
Asdrubale  valse  a  porre  un  argine  alia  fuga  e  alia  catástrofe. 
I  Romani  spazzarono  via  dinnanzi  a  loro  tutti  i  nemici  e  ne  pre- 
sero e  saccheggiarono  gli  accampamentí. 

Questa  grande  vittoria  é  fra  le  piü  importanti  della  storia  di 
Roma  repubblicana.  Con  Ibera  infatti  si  venne  non  solo  a  demo- 
ralizzare  profondamente  il  gia  ñacco  e  disgregato  esercito  carta- 
ginese  di  Asdrubale,  non  solo  si  venne  a  precludere  a  luí  per 
molto  tempo  la  via  dei  Pirene!,  ma  si  venne  sopratutto  a  liberare 
Roma  dair  incubo  di  una  nuova  e  piü  terribile  invasione.  L*  opera 
accorta  e  riorganizzatrice  di  Fabio  Massimo,  1'  ardimento  teme- 
rario di  Marcello  la  costanza,  il  sacrificio,  la  fede  stessa  nella 
vittoria  finale,  tutto  sarebbe  stato  vano  se  Asdrubale  ne 
215  a.  C.  fosse  riuscito  a  condurre  qualche  diecina  di  migliaia 
di  uomini  nella  valle  del  Po. 

Ben  a  ragione  in  Italia  si  esuttó  allora  per  la  vittoria  delle 
legioni  romane  della  Spagna.  La  paurosa  visione  di  due  esercíti 

TOMO   XLVIL  26 


402  BOLETÍN  DE  LA  REAL   ACADEMIA  Dtt   LA   HISTORIA. 

fcartaglnesl,  stVingenti  Roma  da  due  latí,  s*  era  ormai  dileguata  e 
gli  efíetti  del  dísastro  di  Canne  venivano  ad  essere  paralizzati  in 
gran  parte.  Magone  ormai  sará  impedito  di  portare  in  aiuto  d¡ 
Annibale  quei  1 3  mila  uomini  ch'  era  riuscito  a  raccogíiere 
'rieír  África:  la  situazione  nella  Spagna  s'  era  fatta  minacciosa', 
tjuindi  il  senato  cartaginese  impose  a  Magone  di  récarvísi  con 
le  stre  truppe  (Livio  xxiii,  32,  5.) 

Annibale  stesso  ormai  safa  condannato  ad  un  fatale  isblamen- 
tb  eésefido  state  spezzate  le  comunicazioní  fra  lui  e  la  Spagna. 

.  •  -  "  *        •  «     ■ 

'Su  Cartagine,  egli  ben  ío  sap'eva,  non  v'  era  troppo  da  contare. 
n.  haturale  che  allora  la  guerra  in  Italia  fu  menó  aspra  e  decisiva 
riducendósi  ad  assedi  e  á  scorrerie.  •  .. 

Annibale  veniva  vinto  senza  essere  síato  niai  sconfitto  in  iiíia 
'grande  báttagliá  e  invano  egli  cercó  di  stornare  il  fato  che  gli 
•sovrastava  volgendo  gli  occhi  verso  la  Sicilia' e"  verso  lüMacedb- 
nia.  Ib^ra  era  stata  a  lui  assaí  piü  dannosa  di  quelló  che  gli 
avesse  giovato  Canne.  Ben  a  ragione  per  ció  essa  vá  posta  vici- 
ffoalle  vittorie  del  Metauro  e  di  Zamá  (l). 

»  '  •  •  •  •       ■ 

Recanati,  Seltembre  1905. 

Dr.  Nicola  Feliciant. 


•   < 


IV 
INSCRIPaÓN  ROMANA  DE  PEÑARANDA  DE  DUERO. 

Ln  la  provincia  de  Burgos  y  en  el  partido  de  Arand?i  de  Du^- 
ro,  legua  y  media  al  SO.  de  la  antigua  Clunia^  está  la  villa  de 
Peñaranda  situada  sobre  una  eminencia,  que  domina  el  río  Pilde 

.    •     ■  '  ' : ■ ! — '■^. — < ■•  *    : — 

(i)  Ihne:  Romische  GtschichU,  Vol.  11,  lib.-  iv,  p.  223yL'  Ihfte  ^  frá  I  po- 
jchissimicherintr^wide  1'  ii^iportanzadegli  avvenimenti  spagnuoli  duran- 
te la  II.*  gucrrA  púnica..  Anche  per  questo  1'  opera  ^ua  meriterebbe  d'es- 
'seré  píü  ciivul¿rat«-í.  j  .      '  ...J-IL.  a  r  •  ,>j 


INSCRIPCIÓN  ROMANA   DB  PEÑARANDA   DE  DUERO  403 

y  SU  confluencia  con  el  Arandilla.  Hasta  el  presente,  ninguna 
inscripción  romana  conocíamos  de  Peñaranda.  Una  existe  en  este 
pueblo,  grabada  en  un  poliedro  de  piedra,  que  tiene  aproxima- 
damente 1,80  m,  de  alto  por  0,70  de  ancho  y  otros  tantos  de 
grueso.  La  inscripción  Se;  ve  en  lí  esquina  de  iiií  edificio  bajo., 
que  hace  frente  al  cuartel  de  la  Guardia  civil  en  la  calle  Real. 
La  exornación  superior  se  compone  de  dos  compartimentos,  que 
representan  un  sencillo  enrejado,  y  por  encima  un  rosetón  entre 
cuadrantes  lunares.  El  carácter  paleográfico,  firme  y  elegante, 
paréceme  ser  del  siglo  11,  distinguiéndose  por  puntos  triangulares. 
la  separación  de  los  vocablos. 

G-PETELIO-PAT  » 

BRNO-G-.HAKRIGI  ' 

F'ANNO-'LVI'ANN    ^  

A«MALVGA«VX  ' 

*       GR  «M  ARITO 

G(aio)  Petelio  PaUrno  G(aii)  Haerigi  f(ilio)  annofrwn)  LVlAm^iaMalü^ 
gH  uxor  mariio.  /'...•. 

A  Gayo  Petelio  Paterno,  hijo  de  Gayo  Petelio  Herigo,  de  edad  de  56 
años,  erigió  este  monumento  su  mujer  Anna  Maluga. 

Petilio  se  conocía  en  las  inscripcipnes  romanas  de  la  Penínsu- 
la, mas  no  Petelio.  Los  vocablos  de  estirpe  celtibérica  Haerigus 
y  Maluga  tampoco  se  conocían.  En  las  inscripcioiies  del  terri- 
torio Numantino  (Hübner,  2836,  2838,  2843)  salen  á  relucir 
nombres  masculinos,  no  menos  exóticos:  UceletOy  Buasco^  Irrico; 
comparables  por  su  estructura  gramatical  á  los  latinos  .Bfito 
(bretón)  y  Va^co  (vascongado). 

Valladolid,  23  de  Octubre  de  1905. 

Fr.  Tirso  López,  O,  S.  A. 

Correspondiente. 


^ 


VARIEDADES 


INSCRIPCIÓN  ROMANA  DE  LA  CAROLINA. 

He  sacado  y  ofrezco  á  la  Real  Academia  de  la  Historia  el  cal- 
co de  la  inscripción  insigne,  señalada  en  la  colección  de  Hübner 
con  el  núm.  325 1.  Desde  que  la  publicó  y  explicó  el  sabio  doc- 
tor alemán  han  pasado  muchos  años;  y  el  tiempo  ha  corroído 
no  pocas  letras  del  monumento,  siendo  conveniente  el  poder 
estimarlo  en  su  estado  actual  y  evitar  mayores  desperfectos, 
trasladando  el  precioso  márhiol  á  lugar  menos  indecoroso  que 
el  que  ha  ocupado  hasta  ahora. 

En  el  calco  leo  y  hay  que  suplir  lo  siguiente: 

Lincas. 

'    [C(aio)]  Semp[rottio  CeUrisf(ilio) 
*    Ce\lerif(ilio)  d(ecreto)  d(ecnrionum)  Munü 
'    [^PW^J  Baesuccitani. 
^    \li\uic  munüipütrn  F/avi[um] 
Baesuccitanum  la{udatianem\ 
locum  sepu[l]tu[r\a€  inpe[ns]am 
funer[is  exseqt¿\ias  staiuam 
d[ecr¿\vit 

Municipium  F/a[viü]m  Laminitan\um\ 
d(icreto)  d(ecurionum)  lauda[tió\nem  st^tua\nii 
Municipium  F¡[avi]um  Tug[iensé\ 
d(e creta)  d(eairionutn)  laudati[o\nent  l[oc]u{m  sepu¡ 
'^    tu\rci\e  inp[ensam  funeris] 
*♦    Municipium  [Fld\vium  Vivai[iensé\ 
'^    d(ecretú)  d(ecurionun)  laud\atione\m  [¿ocu]m  sepu[¡] 
turae  inp[ensam  funeris 


5 

6 

7 
8 

9 

10 

II 

IX 


16 


J 


INSCRIPCIÓN   ROMANA   DE   LA  CAROLINA.  405 

Lineas. 

'7  c]iv^s  Baesuc(citani)  et  [incolae  sta\tuas, 

'*  [C(aius)  Se\fnp[roni\us  Celer  pa\ter  et 

'*  S\empr\pní\a  Auge  \ma\ter  \hó\ 

*°  note  accep\ió\  inpen\sam\ 

**  remiserunt 

**  [L(ocusJ  d(atus)  d{ecreto)  d(ecurionum).] 

A  Cayo  Sempronio  Céler,  hijo  de  Céler,  el  hijo  (i)  por  decreto  de  los 
decuriones  de]  municipio  Besuccitano  (Vilches?)  este  mausoleo  se  erigió. 
£1  municipio  Flavio  Besuccitano  en  memoria  y  para  celebridad  de  tan 
ilustre  patricio,  le  decretó  y  ordenó  que  se  le  tributasen  honras  con  pane- 
gírico, lugar  de  sepultura,  coste  del  funeral,  exequias  y  retrato  al  natural 
en  estatua.  El  municipio  Flavio  Laminitano  (Alhambra?),  por  decreto  de 
sus  decuriones,  panegírico  y  estatua;  el  municipio  Flavio  Tugiense  (Toya 
cerca  de  Cazlona),  por  igual  decreto,  panegírico,  coste  del  funeral,  estatua; 
el  municipio  Flavio  Vi  vacíense  (Baeza)  por  semejante  decreto,  panegírico, 
coste  del  luneral,  lugar  de  sepultura;  los  ciudadanos  y  los  adrenedizos 
Besucci taños,  estatuas.  Cayo  Sempronio  Céler  su  padre,  y  Sempronia  Auge 
su  madre,  satisfechos  con  el  honor,  tomaron  sobre  sí  las  expensas.  Lugar 
es  este,  que  se  les  dio  por  decreto  de  los  decuriones  Besuccitanos  (2). 

Mide  este  monumento,  preciosísimo  para  la  historia  y  geogra- 
fía de  las  provincias  de  Jaén  y  Ciudad-Real,  83  cm.  de  largo, 
5  5  de  ancho  y  50  de  espesor.  Con  hondo  pesar  lo  he  visto  echa- 
do por  el  suelo  en  un  corralillo  escusado  del  palacio  de  la  Inten- 
dencia donde  están  los  juzgados.  Para  que  se  instale  en  las  Casas 
consistoriales  de  La  Carolina,  donde  estará  bien  seguro  y  en  su 
propio  lugar,  me  han  prometido  su  cooperación  el  Sr.  Juez  de 
instrucción  U.  Pedro  Bellón  y  el  Letrado  D.  Hermenegildo  Mora- 
leda.  Consta  que  el  monumento  se  descubrió  en  ¿a  Torrecilla  al 
norte  y  á  muy  corta  distancia  de  Vilches. 

Santisteban  del  Puerto,  10  de  Octubre  de  1905. 

Perfecto  Urra. 


(i)    Homónimo  de  su  padre,  que  también  se  llamó  Cayo  Sempronio 
Céler. 
(2)    La  tra4iiccióa  esdel  P.  Fita, 


1 


NOTICIAS 


G<Uicia  prehUtóriea,  De  D.  José  Rodríguez  Gallego,  capellán  de  ejérci- 
to, ha  recibido  la  Academia  la  siguiente  comunicación: 

«En  la  provincia  de  Lugo,  Ayuntamiento  de  Sarria,  al  oriente  del  pue- 
blo de  Argevid,  parroquia  de  San  Salvador  de  César,  sobre  la  izquierda 
del  río  Sarria,  en  la  parte  Sur  del  monte  llamado  de  Santa  Clara,  hay  una 
extensión  de  terreno,  titulado  Las  modorras. 

Excitada  la  atención  del  que  suscribe  por  tal  denominación,  y  visitado 
exprofeso  aquel  lugar,  resulta,  en  eíecto,  que  allí  hay  una  porción  de  mo- 
dorras ó  mamóos  sin  abrir  y  en  perfecto  estado  de  conservación. — Ma- 
drid, 9  de  Octubre  de  1905.» 

Historia  del  reino  de  Badajoz  dtíranie  la  dominación  musulmana^  por  don 
Matías  Ramón  Martínez  y  Martínez,  socio  correspondiente  de  ía  Real  Aca- 
demia de  la  Historia.  Badajoz,  1904-1905. — En  4.^,  págs.  488.         * 

En  16  de  Mayo  de  1904  falleció  el  Sr.  Martínez  y  Martínez,  Correspon- 
diente antiguo  y  estimadísimo  de  la  Academia,  á  quien  Burguillosi  su  pa- 
tria (Febrero,  1855),  y  Jerez  de  los  Caballeros,  donde  residió  larguísimos 
años,  contarán  entre  los  escritores  ilustres,  que  más  enaltecieron  su  nom-- 
bradía.  En  la  página  postrera  de  la  obra  que  anunciamos,  se  lee  la  síguien-^ 
te  noticia  bibliográfica: 

«Terminada  la  impresión  de  la  HISTORIA  DEL  REINO  DE  BADAJOZ,- 
cumple  al  deber  de  los  deudos  de  su  malogrado  autor,  D.  Matías  Ramón. 
Martínez  y  Martínez,  y  al  editor  de  ella,  significar  aquí  la  expresión  más 
viva  de  su  agradecimiento  hacia  el  Sr.  D.  Francisco  Franco  y  Lozano, 
docto  catedrático  del  Instituto  provincial  de  Badajozí  por, cuanto  contri^ 
buyo,  de  un  modo  eficaz  y  decisivo,  á  la  mejor  terminación  de  la  obra. . 

Para  desdicha  de  la  Historia  de  España,  y  muy  especialmente  de  la  de 
Extremadura,  muerto  el  Sr.  Martínez  y  Martínez,  cuando  apenas  si  irían 
impresas  40  páginas  de  este  libro,  —  el  Sr.  Franco  aceptó,  noble  y  des- 
interesadamente, la  corrección  de  pruebas  y  ordenación  de  originales 
que  se  le  suplicara,  siendo  de  admirar  la  actividad  y  el  celo  con  que 
hubo  de  proceder  en  el  desempeño  de  la  misión  verdaderamente  peno- 
sa que  echó  sobre  sí  y  que  es  merecedora  de  la  más  sincera  gratitud,  sin' 
que  quiera  decir  esto,  ni  el  hecho  de  no  llevar  erratas  esta  obra,  que  ca- 
rezca de  ellas;  las  tendrá,  ciertamente,  por  haber  pasado  inadvertidas  4 


•J  *     NOTICIAS.  407 

UQO  Ó  á  otros,  corrector  ó  cajistas,  esperando  que  las  subsanará  el  buen 
juicio  de  los  lectores.» 

Coronan  el  cuerpo  de  la  obra  uñ  rico  apéndice  de  44  documentos  y  un 
índice  géógráñcó  de  las  antiguas  localidades  que  en  el  libro  suenan. 


Historia  de  Murcia  must^mana,  por  Mariano  Gaspar  Remiro,  catedráti- 
co de  árabe  en  la  Universidad  de  Granada.  Obra  laureada  por  la  Real 
Academia  de  la  Historia  en  el  concurso  de  1904,  con  el  premio  instituido 
por  el  Excmo.  Sr.  Marqués  de  Aledo.  Zaragoza,  1905. — En  8.^,  págs.  336. 

Mayor  elogio  no  puede  hacerse  de  esta  obra  que  el  que  le  da  su  título. 


La  judería  de  Toriosay  por  D.  Federico  Pastor  y  Lluis.  Aunque  redu- 
cida á  un  extenso  artículo  de  periódico  (i),  esta  reseña  histórica  que,  en 
nombre  del  autor,  presentó  á  la  Academia  su  individuo  de  número  el  Ex- 
celentísimo Sr.  D.  Bienvenido  Oliver  y  Esteller,  es  fruto  de  prolijas  in- 
vestigiaiciones,  que,  tanto  por  la  novedad,  como  por  el  color  Ipcal  de  im- 
portantes datos  históricos,  se  recomiendan.  Hace  mérito  de  la  famosa  lá- 
pida trilingüe  hebrea,  griega  y  latina  (Hübner ,  InscripHones  Hispaniqe 
ckrisíianae^  núm.  186),  que  hoy,  dice,  posee  D.  Juan  Latnotte;  dando  as^ 
•fundadas  esperanzas  de  que  sabrá  buscar  y  recobrar  la  trilingüe,  herma- 
na de  aquélla,  que  se  oculta  en  Vinebre,  y  dé  la  que  dio  noticia  en  1747 
D*  Jacinto  Gil,  párroco  de  la  Torre  del  Español.  Se  ha  perdido,  ó  no  se 
encuentra  al  menos,  el  gran  tesoro  diplomático  ó  libro  de  \o^  privilegios 
reales  de  la  aljama  Tortosina^  no  habiendo  caído  en  manos  inteligentes  de 
6u  valor  juridico-htstórico.  Mejor  suerte  cupo  en  Palma  de  Mallorca  al 
códice  Pueyo,  cuyos  documentos  han  sido  publicados  por  nuestro  Bole- 
tín (tomo  xxxvi).  En  cambio,  el  Sr.  Pastor,  por  cuanto  está  á  su  alcance , 
ocurre  á  tamaño  inconveniente,  ya  consultando  la  carta-puebla,  otorgada 
por  el  Conde  de  Barcelona  D.  Ramón  Berenguer  IV  á  la  aljama  Tortosina 
(23  Diciembre  1 149),  señalándole  sitio  fortificado  y  estancia  independien- 
te para  60  familias  en  la  Atarazana;  ya  registrando  el  Archivo  general  dé 
la  Corona  de  Aragón,  yá  sacando  de  otros  archivos  lo  que  más  cumple  á 
su  información  atenta  y  cuidadosa.  Del  monasterio  de  Poblet  cita  una  es- 
tcritura,  dond^  aparecen  tos  judíos  Tortosinos  «Pedro  Zabater,  Ibayon 
Azuz  y  su  mujer  Cetbofia  (2),  Choén  (3)  y  otros,  que  poseían,  en  1 150  y  si- 
guientes, tierras  y  fincas  en  las  inmediaciones  de  Cherta,  que  pasaron 
luego  á  ser  propiedad  del  referido  cenobio  cisterciense».  Muchas  fueron 
las  inmunidades  de  que  gozaron  los  judíos  Tortosinos,  no  solamente  de 
parte  de  Ramón  Berenguer  IV,  sino  también  de  su  inmediato  sucesor  don 
Alfonso  n  de  Aragón,  del  Maestre  de  los  Templarios  D.  Berenguer  de  Avi- 
ftóa  (1 181),  del  Conde  de  Urgel  Armen  gol  ni  (i  189),  del  Bailío  Raimundo 
de  Moneada  y  de  los  reyes  Jaime  II  de  Aragón  y  Pedro  el  Ceremonioso. 
Pasado  el  año  1 391,  de  infausta  memoria,  residieron  en  su  barrio  de  Re- 

(1)  L^i  DebattSy  diario  de  Tortosa,  número  del  22  de  Septiembre  de  1905. 

(2)  Del  latín  Sa  bona  (sea  buena!)  En  las  lápidas  sepalcrales  y  escrituras  hebreas  de  To- 
•.  ledo  este  nombre  se  escribe  Sitbona  ó  bien  Gthuena, 

(5)  -Es  decir,  C^íitj  sacerdote,  o  de  la  tribu  sacerdotal  de  AarSn. 


4o8 


BOLETÍN  DE  LA  KEKL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORU. 


molinos  «dedicados  á  sus  negocios  y  ejerciendo  diversas  industrias  de  co- 
rredores, guarniciones,  encuadernadores  y  talabarteros».  Este  sitio  «lo 
recuerdan  las  calles  actuales  de  Gentil^ofUSy  donde  tenían  su  mancebía 
la  de  Jerusálén^  la  den  Fortó{\\  y  aún  subsiste  tapiado  lo  portal  delsjykeusf 
por  el  que  salían  á  su  cementerio^  situado  en  el  declive  de  lo  loma  inme- 
diata, entre  cuyos  escarpes  se  encuentran,  en  la  roca  viva,  vestigios  de  se- 
pulturas (2)  con  restos  humanos,  que  tuvimos  ocasión  de  remover  hace 
dos  años».  Opina  el  Sr.  Pastor  que>de  allí  pudo  provenir  la  célebre  ins- 
cripción trilingüe,  que  en  la  primera  mitad  del  siglo  kviii  se  veía  empo- 
trada en  la  pared  exterior  de  la  casa,  donde  posaba  el  alguacil  mayor  don 
Francisco  González  de  las  Barreras,  en  la  calle  qiie  guía  de  la  plaza  de 
Santa  Ana  á  la  iglesia  de  Santiago;  de  aquí  pasó  á  la  casa  de  D.  Antonio 
Cortés,  que  la  diseñó  por  sus  dos  faces  y  la  explicó  en  su  historia  (inédita) 
de  Tortosa.  Nada,  con  efecto,  se  opone  á  creer  que  desde  el  primer  asien- 
to, que  hicieron  los  judíos  en  la  ciudad  durante  la  época  romana  hubie- 
sen cambiado  de  cementerio.  Otra  lápida  epigráfica  del  si^^o  xm  al  xv, 
procedente  de  la  misma  necrópolis,  es  conocida  por  una  copia  mala  y  di- 
iicil  de  comprender;  pero  ha  desaparecido  la  piedra  original  lastimosaiiieQ- 
te.  En  dicho  barrio  de  Remolinos  «debió  nacer  en  el  siglo  x  el  sabio  Me- 
nahem  ben  Saruk,  hijo  de  un  pobre  alpargatero,  gran  maestro  én  lengua 
hebrea  y  autor  del  Diccionario  de  la  misma,  impreso  en  Londres  en  1855». 
El  7  de  Febrero  de  141 2  inauguró  el  antipapa  Benedicto  XIQ,  D^  Pedro 
de  Luna,  las  controversias  de  Tortosa  entre  judíos  y  cristianos,  certamen 
réligioso-científíco,  como  pocos  se  han  visto  eñ  el  mundo,  que  tuvo  in- 
mensa nombradía*  «Celebráronse  las  sesiones,  s^^n  algunos  en  el  edificio 
de  la  Curia  fronterizo  al  palacio  episcopal,  según  otros  en  el  aula  capitu- 
lar del  Cabildo,  que  hoy  se  conoce  por  el  nombre  de  Palau*.  En  el  archi- 
vo de  la  catedral  se  custodia  la  bula  original  Contra  iudaeos,  que  expidió 
aquel  pontíñce  en  Valencia  en  14 15.  A  consecuencia  del  edicto  de  los 
Reyes  Católicos  en  1492,  los  judíos  de  Tortosa  «marcharon  á  embarcarse 
en  Portfangós  y  en  otras  playas  vecinas»  de  la  boca  del  Ebro.  Pasaron  sus 
hogares  del  barrio  de  Remolinos  á  poder  de  los  moriscos,  que  en  parte 
ya  lo  habitaban»;  y  habían  de  sufrir,  pasado  un  siglo,. igual  suerte. 


M.  Moise  Schwab,  correspondiente  de  la  Academia,  le  ha  participado 
que  en  breve  hará  la  traducción  de  las  76  inscripciones  hebreo-toleda- 
nas de  la  colección  Luzzatto,  ilustrándolas  con  apuntes  históricos. 


Se  ha  impreso  por  la  Academia  el  tomo  xvi  de  la  España  Sagrada,  ha- 
biendo corrido  esta  nueva  edición  á  cargo  de  D.  Antonio  Rodríguez  Villa. 


Para  cubrir  la  vacante  de     cadémico  de  número,  que  dejó  D.  Francisco 
Silvela,  ha  sido  elegido  el  historiador  militar  D.  Francisco  Barado  Font. 

F.  F. 


(I)-  .Fartiln,.Fúrtunio,  Foctuny. 

(2)     Así  también  está  dispuesto  el  cementerio  hebreo  de  Segovia  en  la  cuesta  de  /»  Higus, 
separada  del  antiguo  barrio  hebreo  por  el  río  Clamoree.  Véase  el  tomo  ix  del  Bourflf . 


El  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Hisíoria  se  publica  todos 
los  meses  en  cuadernos  de  8o  ó  más  páginas^  con  siis  correspondientes 
láminas,  cuando  el  texto  lo  exige,  formando  cada  año  dos  tomos  con  sus 
portadas  é  índices. 

Las  suscripciones  dan  principio  en  Enero  y  Julio  de  tada  año. 

PRECIOS  DE  SUSCRIPCIÓN 

Madrid.  .  .    6  meses Pesetas  9 

—     .  .  . '  Ün  añp '—  iS 

Provincias.    Un  año -       —  20 

Extranjero -^    .  22 

Número  suelto —  3 


Los  precios  de  las  obras  de  la  Academia  0e  entiende  que  son  para  la 
venta  en  Madrid.  Los  pedidos  para  provincias  y  para  el  extranjero  su- 
frirán el  recargo  correspondiente  de  gastos  de  correo  y  de  certificado. 


Los  pedidos  deben  dirigirse  al  despacl:io  de  IíIdi^ob 
de  la.  Academia.  (León,  21)  ó  éi  la  LilDrería  de  M.  MU- 
RILLO.  AlcaláL,  7,  Madrid. 


ADVERTENCIAS 


Las  obras  de  la  Academia  se  venden  en  su  despacho, 
calle  del  León  ,21. 

Los  Sres.  Académicos  honorarios  y  correspondientes 
podrán  adquirirlas,  por  una  sola  vez,  con  rebaja  de  50 
por  100  én  los  precios,  siempre  que  hagan  pedido  directo 
con  su  firma. 

A  los  libreros  que  tomen  cualquier  número  de  ejem- 
plares se  les  hará  una  rebaja  conveniente,  según  la  cos- 
tumbre recibida  en  el  comercio  de  librería. 


boletín 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


TOMO  XLVII— CUADERNO  VI 
DÍCIEMBRE,  1903 


MADRID 

ESTABLECIMIENTO   TIPOGRÁFICO   DK  FORTANET 

Calle  de  U  Libertad,  niim.  19 

.905 


SUMARIO  DE  ESTE  CUADERNO 


T 


Págs. 

Necrología: 


M,  Julcs  OpptrU — Cesáreo  Fernández  Duro 409 


Informes: 


I.  Correspondencia  de  la  In/ania  Archiduquesa  Doña  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  Lerma.  (Desde 
FlandeSj  años  1599  ^  ^^^7  y  otras  carias  posteriores  sin 

fecha.) — Continuación.— A.  Rodríguez  Villa 413 

II.    El  castillo  de  Loarre. — El  Marqués  de  Monsalud.. 448 

III.  Elementos  de  arqueología  y  Bellas  Artes. ^Jmm  Catalina 

García 452 

IV.  La  obra  «  General  Vaiison.  Crimée,  Italie,  M^xique,»^vLlián 

Suárez  Inclán 457 

V.    El  libro  de  D,  José  Wangüemerty  Poggio^  ^El  Almirante  Don 
Francisco  Díaz  Pimienta  y  su  epoca.^^F,  Fernández  de 

Béthencourt 463 

VI.    Epigrafía  hebreo-lusitana. — Fidel  Fita..  . 467 


Variedades: 


» 


Inscripción  honorífica  encontrada  en  i4j'/í7r¿a.— Fidel  Fita. .  .    479 

Noticias 484 

índice  del  tomo  xlvii : 486 


TOMO  xLvii.  Diciembre;  1905.  cuaderno  vl 


BOLETÍN 


DB   LA 


REAL  ACADEMIA  PEÍA  HISTORIA 


^J^ 1  >*<^ 


necrología 


M.    JULES    OPPERT 

Sentida  y  justa  significación  de  aprecio  tributó  la  Academia 
á  la  memoria  del  sabio  arqueólogo,  del  orientalista  insigne,  del 
incansable  descifrador  de  lápidas  trazadas  millares  de  años  antes 
de  nuestra  era,  al  tener,  el  6  de  Octubre,  en  el  momento  de  rea-^ 
nudar  las  sesiones  de  curso ,  noticia  oficial  de  su  fallecimiento, 
ocurrido  en  París  el  21  de  Agosto  anterior.  En  el  acta  se  con- 
signó la  penosa  impresión  producida  por  pérdida  tan  señalada, 
juntamente  con  las  de  elogio  merecido,  simpatía  y  respeto  de 
su  personalidad:  sirvan  de  complemento  algunos  datos  que  man- 
tengan en  nuestros  registros  su  recuerdo. 

M.  Jules  Oppert,  de  familia  israelita,  nació  el  3  de  Julio  de  1 82  5 
en  Hamburgo,  ciudad  en  la  que  cursó  los  estudios  clásicos  antes 
de  empezar  los  de  Filosofía  y  Letras  y  de  Derecho  en  la  Uni- 
versidad de  Heidelberg.  En  la  de  Kiel,  recibió  el  grado  de  Doc- 
tor, desarrollando  en  el  acto  tesis  que  tituló  De  yuré  Indorum 
criminali;  pero  siguiendo  la  corriente  de  otras  inclinaciones  optó 
por  la  filológica,  dedicando  su  tiempo  al  estudio  sucesivo  del 
árabe,  del  sánscrito,  del  zenda  y  del  persa  antiguo,  con  aplica- 
ciones utilizadas  para  formar  y  dar  á  luz  en  Berlín  la  segunda 
de  sus  obras  Lautsystem  des  altpershchem. 

Llamaban  por  entonces  la  atención  de  la  Europa  ilustrada,  ios 

TOMO  XLVII.  27 


4IO  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

trabajos  de  exploración  acometidos  en  Asiría  por  Rawlínson, 
Hinck  y  otros  intérpretes  de  remotísimas  memorias,  y  querien- 
do el  Gobierno  francés  asociarse  á  la  empresa,  organizó  comi- 
sión científica  que  pasara  á  Mesopotamia,  bajo  la  dirección  de 
M.  Fulgencio  Fresnel.  El  concepto  de  que  Oppert  gozaba,  le 
dio  puesto  en  esta  expedición,  así  como  encargo  de  consignar 
por  escrito  el  fruto  alcanzado  en  los  tres  años  que  duró  el  viaje, 
como  lo  hizo,  con  acrecentamiento  grande  de  su  crédito,  en 
obra  compuesta  de  dos  tomos  en  4.°,  y  atlas  en  folio,  dada  ñ 
luz  en  París  en  los  años  1 857-1864. 

Naturalizado  en  Francia  el  autor,  sirvió  desde  entonces  comi- 
siones y  empleos  á  cual  más  honoríficos:  la  cátedra  de  Sánscrito, 
en  la  Biblioteca  imperial;  la  de  Filología  y  de  Arqueología  asiría, 
en  el  Colegio  de  Francia;  el  estudio  oficial  de  los  monumentos 
de  tal  procedencia,  en  los  Museos  de  Alemania  é  Inglaterra; 
la  plaza  de  académico  de  la  de  Inscripciones  y  Bellas  Artes,  en 
reemplazo  de  Mariette,  el  célebre  egiptólogo;  el  encargo  de  Me- 
morias relativas  á  la  cronología  bíblica  y  caldea,  y  á  las  inscrip- 
ciones principalmente. 

El  año  1877»  ilustres  colegas  nuestros,  que  todos  han  pasado 
de  esta  vida  antes  que  él,  en  Junta  ordinaria  dieron  lectura  á 
este  documento: 

Los  que  suscriben,  tienen  la  honra  de  proponer  á  la  Acade- 
mia,  se  sirva  nombrar  individuo  extranjero  honorario  de  la  mis- 
ma, al  eminente  filólogo  D.  Julio  Oppert. 

Sería  hacer  un  agravio  á  la  ilustración  de  la  Academia,  si  nos 
extendiésemos  en  merecidos  elogios  del  Sr.  Oppert,  cuyo  nom- 
bre europeo  nos  dispensa  de  entrar  en  largos  detalles.  Baste  de- 
cir que  es  el  autor  del  «Viaje  á  la  Mesopotamia»,  que  tanto  ha 
contribuido  al  conocimiento,  ó,  por  mejor  decir,  á  la  resurrección 
de  la  anticua  lengua  asiria,  y  á  descifrar,  casi  por  completo,  sus 
inscripciones  cuneiformes,  las  cuales  han  servido  al  autor  para 
reconstruir  la  Gramática  de  aquella  lengua  semítica,  cuya  segun- 
da edición  debe  obrar  en  la  biblioteca  de  la  Academia ,  ofrecida 
por  el  mismo  Sr.  Oppert. 


necrología  4 1 1 

Tantos  triunfos  literarios  fueron  coronados  en  Junta  general 
de  las  cinco  secciones  del  Instituto  de  Francia,  con  la  adjudica- 
ción del  gran  premio  de  20.000  pesetas,  creado  por  el  empera- 
dor Napoleón  III,  para  el  que,  á  juicio  del  Instituto,  hubiese  he- 
cho un  descubrimiento  de  la  más  alta  importancia. 

Madrid,  1 1  de  Mayo. — Aureliano  Fernández  Guerra. — Vicen- 
te Vázquez  Queipo. — Francisco  Coello. — Pedro  de  Madrazo. — 
Conforme :  P.  de  Cayancos,  Director  accidentaL 

Acogida  por  el  Cuerpo  la  propuesta,  y  comunicado  el  nom, 
bramiento  al  interesado  en  2  de  Junio,  dio  gracias  en  estos  tér- 
minos: • 

Paris^  IQ  rué  Mazarine  ce  zojmn  1S77, 

Monsieur  le  Secrétaire: 

J'ai  regu  la  lettre  dans  laquelle  vous  avez  bien  voulu  m'infor- 
mer  que  l'Académie  royal  d'Histoire  m'a  íait  Tinsigne  honneur 
de  me  nommer  membre  honoraire  de  la  Compagnie.  Cette  fa- 
veur,  aussi  inattendue  que  flatteuse,  m'encourage  a  persévérer 
dans  la  route  ardue  queje  me  suis  tracée,  et  sera  toujours  re- 
gardée  par  moi  comme  Tune  des  plus  grandes  recompenses 
auxquelles  je  puisse  aspiren 

Je  viens,  dans  un  travail  sur  la  chronologie  du  livre  des  Rois 
fermer  définitivement  une  discussion  plusieurs  fois  séculaire,  a 
l'aide  de  textes  recemment  découverts.  J'ai  également  trouvé 
derniérement  l'origine  des  dates  de  la  Genése,  et  j'aurai  l'hon- 
neur  de  les  soumettre,  toutes  les  deux,  á  l'appréciation  de  TAca- 
démie. 

En  vous  demandant,  Monsieur  le  Secrétaire,  d'étre  l'interpréte 
de  ma  profonde  gratitude  auprés  de  TAcadémie,  j'ai  vous  prie 
de  me  faire  parvenir  á  mon  domicile  les  documents  mentionnés 
dans  votre  lettre,  et  j'ai  Thonneur  dé  me  diré 

votre  tres  dévoué  serviteur, 

JuLES  Oppert, 

Commandeur^'lsibelle  la  Catholiquc 
professeur  au  Collége  de  France,  etc. 


4J3  BOLETÍN   DB   LA    REAL    ACADEMIA  DB  LA    HISTORIA. 

Reiteró  las  gracias  verbalmente  el  académico  honorario,  asis- 
tiendo á  una  de  las  Juntas  del  Cuerpo,  én  la  que,  como  ofrenda, 
presentó  Memoria  relativa  al  comercio  del  Ámbar  en  tiempo  de 
los  asirios,  trabajo  muy  curioso  ampliado  posteriormente,  sir- 
viéndole de  asunto  para  él  libro  impreso  en  París  con  el  título 
de  Uambrejaunc  chez  les  assyriens^  y  objeto  también  de  diser- 
taciün  por  parte  de  D.  Antonio  María  Fabié ,  inserta  en  nuestro 
Boletín  (i).  ,.  .  • 

El  Sr.  Oppert  concurrió  por  última  vez  á  la  sesión  de  14  de 
Octubre  de  1 887,  cautivando  la  atención  con  discurso  inteire- 
sante  y  aplaudido,  que  abarcaba  los  sucesos  principales  de  va- 
rios reinados  anteriores  y  posteriores  á  la  destrucción  de  Nínive 
por  los  persas. 

Hablaba  correctamente  el  español,  sin  hacer  de  ello  mérito, 
en  razón,  decía,  á  que  sus  antepasados  fueron  castellanos,  y  es- 
taban avecindados  en  Madrid ,  al  ser  decretada  la  expulsión  ge- 
neral de  los  judíos.     . 

Su  existencia  ha  sido  larga  y  laboriosa:  la  revista  bibliográñca 
Polybiblion  (i) ,  hace  mención  de  3 1  obras  suyas  dadas  á  la  im- 
prenta en  París  en  el  interv^o  de  1852  a  1888,  con  advertencia 
de  no  ser  completa  la  lista  ni  comprender  los  artículos  numero- 
sos con  los  que  colaboró  en  las  revistas  más  acreditadas. 

C.  F.  D. 


(i)    Tomo  X,  p.  449-458- 

{2)    Número  de  Septiembre  de  1905,  p.  274. 


:    '•- 


.CORRESPONDENCIA  DE  LA   INFANTA  DO 5» A   ISABEL.  413 


INFORMES 


I. 

C  o  B.  E.  K  S  P»  o  ir  3D  K  K  C  I  JL 

DE  LA 

INFANTA  ARCHIDUQUESA  D>  ISABEL  CLARA  EUGENIA  DE  AUSTRIA 

CON    EL    DUQUE    DE    LERMA. 

Desde  Flan.des^  años  de  15QQ  d  1Ó07  y  otras  carias  posteriores 

sin /echa, 

67. 

Duque:  Aunque  ha  dos  días  que  os  escribí,  y  no  tengo  cosa 
de  nuevo  que  deciros,  no  quiero  que  Don  Baltasar  se  vaya  sin 
esta  mia,  porque  en  todas  ocasiones  deseo  que  veays  el  agrade- 
cimiento qué  tengo  de  vos.  El  vá  tan  bien  informado  de  todo  lo 
de  aquí;  que  éscusaré  yo  de  alargarme  en  nada,  sino  solo  deci- 
ros que  él  ha  servido  á  mi  hermano  y  trabaxado  todo  este  tiem- 
po  con  tanto  cuidado  que  merece  le  haga  mucha  merced;  y 
así  os  pido  mucho  se  la  procuréis.  A  la  Duquesa  y  á  vuestra 
hermana  me  encomendad  mucho,  y  á  vos  os  gu&rde  Dios  como 
deseo.  De  Bruselas  á  21  de  Margo,  1603. — A  Isabel. — Olvidá- 
baseme  que  los  libros  que  os  escribí  se  hadan  en  Holanda.  Va:n 
metidos  en  toneles,  con  título  de  otras  mercadurías. — (Sobres- 
crito:) Al  Duque  de  Lerala. 

68. 

Duque:  Siempre  nos  hemos  de  quexar  de  no  tener  .cartas  de 
ay;  y  aora  con  arta  ocasión,  pues  ha  mil  dias  que  no  sabemos 
de  la  salud  de  mi  hermano.  Plega  á  Dios  traernos  las  buenas 
nuevas  della  que  deseo.  No  pienso  serán  malas  para  vos  la  muerte 
de  la  Rey  na  de  Ingalaterra  (l),  ni  lo  han  sido  para  nayde;  aunque 


(i)    La  Reina  Isabel  de  Inglaterra  falleció  013  de  Abril  de  1603,  su- 
(fediéndola  en  el  trono  Jacobo  I,  rey  de  Escocia,  hijo  de  María  Stuart. 


414  EOLBTIN    DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

por  cierto  yo  bien  quisiera  que  se  hubiera  convertido  primero, 
aunque  nos  ha  hecho  rabiar  tanto  en  su  muerte  como  en  su 
vida;  porque  un  dia  nos  la  hacian  muerta  y  otro  viva:  que  no 
habia  poder  saber  cosa  cierta;  y  así  hasta  tenella,  no  hemos  que- 
rido despachar,  aunque  hemos  hecho  artas  diligencias  para  to- 
mar lengua  de  lo  que  allá  habia,  como  escribo  á  mi  hermano;  y 
con  cuanta  pax  y  sosiego  han  elexido  al  Rey  de  Escocya  en  el 
propio  lugar  que  dieron  la  sentencia  de  su  madre;  por  donde  se 
puede  creer  que  ha  clamado  bien  su  sangre  delante  de  Nuestro 
Señor;  y  así  se  puede  tener  por  cierto  que  alcangara  su  con- 
versión, de  que  hay  hartas  muestras,  y  su  mujer  es  sin  duda 
católica.  Yo  espero  que  él  querrá  y  estimará  la  amistad  de  mi 
hermano,  como  lo  ha  hecho  hasta  aqui  y  lo  ha  mostrado  en  to- 
das ocasiones;  y  así  es  menester  no  perder  tiempo  en  granjealle, 
porque  otros  no  lo  hagan  primero,  como  lo  procuran,  pues  ti- 
niendo  junto  á  Ingalaterra  y  Escocia  y  juntamente  á  Dinamarca 
por  su  suegro,  viene  á  ser  señor  del  mar  Océano;  y  por  esta 
causa  y  otras  siempre  será  buena  su  amistad,  y  particularmente 
las  Indias  quedarán  seguras  con  ella,  pues  los  -holandeses  sin  su 
asistencia  podrán  poco  y  habrán  de  venir  á  las  paces,  aunque  no 
quieran,  con  que  mi  hermano  se  quitaría  esta  carga  tan  pesada 
de  á  cuestas;  nque  todas  estas  cosas  son  de  arta  consideración. 
Cpn  esta  muerte  de  la  Rey  na,  parece  que  han  callado  nuestros 
enemigos,  á  lo  menos  no  han  salido  en  campaña  tan  presto  como 
pensaban,  aunque  enviaron  parte  de  su  caballería  otra  vez  á 
Lucenburg,  adonde  no  han  hecho  cosa  de  momento,  porque  lo 
que  habia  que  quemar,  ya  lo  estaba  de  la  otra  vez.  Lo  mismo 
andan  haciendo  los  amotinados,  que  más  mala  gente  no  la  ha 
criado  Nuestro  Señor.  El  quiera  que  algún  dia  les  demos  el 
castigo  que  merecen. 

Lo  de  Ostende  vá  tan  bien  que  el  domingo  se  les  ganaron  los 
poldres  con  las  fortificaciones  que  alli  tenían,  que  es  todo  lo  que 
estaba  fuera  del  lugar,  salvo  una  medialuna  que  tienen  á  la  par- 
te del  Conde  de  Bucoy.  Ha  sido  una  gran  suerte  y  con  poca 
pérdida  de  gente;  y  hasta  aora  se  sustenta  y  va  fortificando  muy 
bien;  con  que  esperamos  ver  el  fin  desta  empresa  muy  presto, 


CORRESPONDENCIA  DB  LA  INFANTA  DONA  ISABEL.  415 

con  que  la  necesidad  en  que  se  está  por  no  haber  venido  las 
letras  hará  arto  daño  para  ello,  por  no  haber  un  real  para  las 
municiones  que  son  menester,  y  sin  ellas  no  se  puede  hacer 
nada,  Dios  sabe  de  cuanto  daño  y  perjuicio  de  la  hacienda  de 
mi  hermano;  y  de  todo  ha  sido  causa  la  dilación  destas  letras;  y 
no  puedo  imaginar  en  que  se  ha  fundado.  Esto  es  todo  lo  que  os 
puedo  decir  de  aqui,  y  que  mi  primo  partirá  luego  para  Osten- 
de.  Yo  me  quedo  ^ora  aqui  hasta  ver  á  qué  parte  se  habrá  de 
acudir  más  de  asiento. 

Las  honras  de  mi  Tia  (l),  que  está  en  el  cielo,  hicimos  la  sema- 
na pasada:  huvo  arta  gente  y  mucha  calor:  aunque  espero  que  mi 
hermano  habrá  amparado  á  sus  criadas  y  hachóles  merced,  como 
es  justo.  Por  habernos  servido  Don  Diego  de  Ibarra  muy  bien, 
no  puedo  dexar  de  pediros  supliquéis  á  mi  hermano  de  mi  par- 
te, ampare  á  su  hija  y  le  haga  merced,  en  que  me  haréis  mucho 
placer,  y  en  que  no  estemos  tanto  sin  saber  de  ay,  que  se  lleva 
muy  mal.  Deseo  que  os  haya  ido  mejor  del  corrimiento  á  los 
ojos,  que  el  luto  no  habrá  ayudado  para  ello  mucho.  A  la  Du- 
quesa y  á  vuestra  hermana  me  encomiendo  mucho:  ya  deseo 
nuevas  de  que  la  de  Niebla  haya  llegado  buena  á  su  tierra.  De- 
seo  saber  si  llevó  su  hijo  ó  le  dexó  á  su  agüela;  y  pues  no  se 
ofrece  otra  cosa,  acabo  con  que  os  guarde  Dios  como  deseo. 
De  Bruselas  á  l6  de  Abril,  1603. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

69. 

Duque:  Esta  vez  yo  perdono  haber  venido  correo  sin  cartas, 
pues  por  las  que  ha  traido  de  Valladolíd,  vemos  que  estaba  mi 
hermano  en  Aranjuez,  adonde  no  es  tiempo  de  escribir,  sino  de 
olgar.  Querría  que  vos  lo  hubiésedes  dexado  por  esto,  y  hobié- 
sedes  descansado  siquiera  esos  pocos  dias.  Con  mucho  alboroto 


(i)  La  Emperatriz  Doña  María,  nacida  en  Madrid  el  31  de  Junio  de 
1538,  falleció  en  la  misma  villa  el  26  de  Febrero  de  1603,  en  el  monaste- 
rio de  las  Descalzas  Reales,  donde  se  había  recogido  desde  que  vino  de 
Alemania,  fundado  por  su  hermana  la  Princesa  Doña  Juana. 


4l6  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

aguardamos  á  Don  Juan  de  Tarsys  (l),  que  nos  dicen  llegará  lue- 
go, por  saber  muy  particulAres  nuevas  de  todos,  y  bien  creeréis 
que  no  serán  las  postreras  las  que  yo  le  preguntaré  por  las  vues- 
tras y  de  vuestra  gente,  por  lo  que  guelgo  de  saber  de  todos. 

De  aquí  hay  poco  que  decir,  sino  que  hace  tanta  calor  que 
no  se  puede  creer  de  Flandes.  Este  correo  lleva  la  nueva  de  la 
desgraciada  muerte  de  Federico  Espinóla  (2).  Por  cierto  ha  sido 
lástima  y  pérdida,  y  él  murió  como  hombre  honrado;  lo  cual  no 
se  dirá  de  las  galeras,  pues  le  faltaron  tan  ruinmente.  Allá  se  está 
haciendo  la  averiguación  y  será  muy  dina  de  castigo,  como  pien- 
so le  hará  su  hermano  en  llegando.  Mi  primo  se  vino  aqui  ya  ha 
dias  y  me  cogió  tan  de  rebato  como  escribo  á  mi  hermano.  El 
3e  dio  prisa  por  juntar  gente  los  enemigos  por  esta  parte  y  en- 
tenderse es  para  ayudar  á  los  amotinados:  ay  se  la  tienen;  y  el 
Conde  Mauricio  está  en  Breda  con  ella.  También  acá  juntamos 
la  nuestra,  aunque  de  la  de  Italia  no  hay  memoria.  Veremos  en 
qué  para  esta  fiesta,  que  no  por  eso  se  afloxa  en  Ostende,  antes 
se  trabaxa  muy  bien  y  con  muy  buen  ánimo  de  los  soldados:  y 
para  todo  vino  á  buen  tiempo  este  correo  con  la  orden  para 
pagar  las  letras.  Por  amor  de  Dios  que  procuréis  que  esto  sea 
puntualmente  por  lo  que  importa  al  servicio  de  mi  hermano,  y 
para  que  luzca  lo  que  se  hace  sin  hacer  anticipaciones. 

A  Don  Jerónimo  Valter  Qapata  ha  mandado  mi  primo  que 
dexe  el  oficio  por  parecelle  que,  pues  no  ha  bastado  lo  que  él  le 
ha  abonado,  que  mi  hermano  no  tiene  satisfacción  de  cómo  le 
sirve;  y  que  así  era  mejor  que  lo  dexase  luego  y  fuese  á  dar 
cuenta  de  sí.  Yo  espero  que  la  dará  tan  buena  que  todos  vean 
cómo  ha  servido  á  mi  hermano,  y  que  le  ha  de  hacer  mucha 
merced.  Y  por  haber  entendido  que  el  que  está  nombrado  en 
su  lugar  no  es  para  ello,  no  puedo  dexar  de  pediros  mucho  que 
encaminéis  que  no  venga,  sino  que  se  envié  persona  que  no  dé 


(i)    D.  Juan  Bautista  de  Tassis  ó  Tarsis,  del  Consejo  de  Guerra  de  S.  M. 

(3)  Sobre  la  heroica  muerte  de  Federico  Spínola,  hermano  de  Am- 
brosio, y  sobre  su  acertado  proyecto  de  combatir  á  los  holandeses  prin- 
cipal y  esforzadamente  por  mar,  véase  la  citada  obra  Ambrosio  Spinola^ 
primer  Marqués  de  los  Baldases, 


F" 


CORRESPONDENCIA  DE  lÁ  INFANTA  DONA  ISABEL.  417 

más  trabaxo  á  mi  primo,  sino  con  quien  pueda  descansar;  y  esto 
no  os  lo  digo  por  querer  más  que  se  dé  á  uno  que  á  otro,  sino 
solo  por  lo  que  os  he  dicho,  y  por  ver  lo  que  trabaxa  mi  primo 
de  dia  y  de  noche,  y  que  esto  seria  doblado  sino  fuese  persona 
de  quien  pudiese  fiar,  que  sabe  lo  que  hace;  y  en  esto  también 
vá  el  servicio  de  mi  hermano.  Bien  veo  que  hay  falta  de  hom- 
bres, pero  no  es  posible  que  en  España  no  haya  alguno  á  pro- 
pósito para  esto,  y  que  tenga  alguna  plática  dello;  que  de  otra 
manera  dudo  que  acierte  á  hacello  cdmo  conviene.  Por  ser  obra 
meritoria  casar  los  descasados,  ho  puedo  dexar  de  pediros  que 
procuréis  que  mi  hermano  haga  merced  á  Gonzalo  Guerra,  para 
que  se  venga  á  casar,  y  que  la  que  ha  hecho  á  la  muger  de  Gil 
de  Rey  se  le  libre  de  manera  que  la  pueda  cobrar  y  venirse,  y 
tendréis  el  merecimiento  destas  dos  buenas  obras.  Aun  no  ha 
partido  el  Conde  de  Aranbergue  (l)  para  Ingala térra,  aunque  está 
á  punto  para  partir  en  llegando  el  pasaporte  que  aguardamos 
por  horas.  Grandísimas  preparaciones  se  hacen  para  la  entrada 
del  Rey.  Ya  están  allá  los  embaxadores  de  Holanda.  Dios  los 
confunda  como  lo  espero.  No  sé  más  que  decir  de  acá,  sino  que 
la  gente  del  jubileo  llegó  á  un  millón  y  ochocientas  y  treinta  mil 
personas,  sin  los  que  comulgaron  los  ocho  dias  postreros  en 
todas  las  iglesias;  que  fue  tanta  la  gente  que  se  dispensó  con 
ellos  que  se  pueden  dar  muchas  gracias  á  Dios.  A  vuestra  her^ 
mana  y  la  Duquesa  con  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mu- 
cho. Deseo  saber  si  habrán  ido  todas  á  Aranjuez:  y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Bruselas,  primero  de  Junio,  1 603. — A  Isabel. 
(Al  margen  de  la  última  hoja  escrita:)  Por  haberse  dicho  aqui 
que  se  daba  á  Tejeda  acá  un  cargo,  no  puedo  dexar  de  deciros 
que,  aunque  es  muy  justo  que  mi  hermano  le  haga  merced  por 
sus  servicios,  se  la  puede  hacer  en  otra  cosa,  pues  ni  de  su  len-- 
gua,  ni  en  como  procedió  en  lo  pasado,  no  estará  bien  con  nin- 
gún cargo  aqui,  y  no  le  faltará  á  mi  hermano  en  qué  hacelle 
merced. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


(i)    El  Conde  de  Arenberg,  nombrado  por  los  Archiduques  su  emba- 
jador en  Inglaterra  para  reconocer  al  nuevo  Rey. 


4lB  BOLETÍN  DB  LA.  RBAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 


60. 


Duque:  No  puedo  dexar  de  comenzar  esta  por  agradeceros 
la  enmienda  de  la  quedada  de  las  letras  que  han  venido  al  tiem- 
po que  veríades  por  las  cartas  pasadas.  Hame  dicho  Don  Ono- 
fre  que  os  costó  una  calentura  lo  que  os  pesó  dello,  que  lo  he 
sentido,  porque  aunque  ha  sido  de  daño  por  los  intereses  que 
cuestan,  no  es  menester  que  toméis  las  cosas  desa  manera,  pues 
no  es  lo  que  ha  menester  el  servicio  de  mi  hermano,  sino  que 
miréis  por  vuestra  salud,  y  asi  os  lo  pido,  y  que  creáis  que  esta- 
mos muy  ciertos  de  lo  que  tenemos  en  vos,  y  que  no  puede 
haber  nada  que  nos  ponga  duda  en  esto. 

De  aquí  tendré  poco  que  añadir  á  las  postreras  cartas  que 
escribimos,  sino  es  haber  once  dias  que  mi  primo  se  fue  á  Os- 
tende,  adonde  lo  ha  andado  todo  bien  contra  mi  voluntad.  Está 
contento  de  lo  que  ha  hallado  allá,  y  todos  lo  están;  y  así  espero 
en  Dios  ha  de  querer  que  se  concluya  ya  con  esto,  aunque  no 
dexará  de  costar  trabajo;  pero  acra  con  estas  esperanzas  no  le 
sienten  los  soldados;  antes  cada  dia  les  crece  el  ánimo.  Gran 
cosa  ha  sido  esta  muerte  de  la  de  Ingalaterra,  pues  en  ñn  hasta 
aora  no  han  salido  nuestros  enemigos,  y  muchos  son  de  opinión 
que  no  saldrán  ogaño.  La  buena  voluntad  del  de  Escocia  veréis 
por  la  relación  que  enviará  mi  primo.  Lo  que  conviene  es  lleva- 
Ha  adelante;  que  arto  lo  procuran  estorbar  de  todas  partes;  y 
creo  cierto  que  ninguno  pudiera  estar  ally  como  él  para  lo  que 
toca  al  servicio  de  mi  hermano  y  bien  d'España;  y  cada  dia  hay 
mayores  esperanzas  de  que  será  católico,  ó  á  lo  menos  que  no 
persiguirá  á  los  que,  lo  son;  que  es  todo  lo  que  hay  que  decir  de 
acá.  Háse  publicado  lo  de  Gaona  con  grandísimo  contento  de 
todos,  y  espero  será  de  efecto  el  que  vá  haciendo  el  jubileo. 
Cierto  nos  dá  grandes  esperanzas  de  que  hemos  de  ver  esto  muy 
presto  en  muy  diferente  estado,  sin  que  hayamos  menester  can- 
sar á  mi  hermano,  porque  dende  que  se  comenzó,  siempre  va- 


CORRESPOÑOBNCIA.  DE   LA  INFANTA  DOXA  ISABEL.  419 

mos  ganando  tierra,  mas  no  es  posible  menos  sino  que  Nuestro 
Señor  ha  de  aplacar  su  ira,  porque  la  gente  que  ha  venido  á 
ganalle  (l)  es  sin  número;  que  quien  no  lo  hubiere  visto,  no  lo 
creerá;  que  fne  tiene  contentísima,  pues  se  vé  hay  más  católicos 
de  lo  que  nayde  pensaba.  Sigun  nos  dicen  acá,  andaréis  aora  en 
jornadas;  y  así  no  quiero  ser  más  larga.  A  la  Duquesa  y  vues- 
tra hermana  con  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho;  y 
guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas  primer  dia  de  Mayo, 
1603. — ^A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

61. 

Duque:  Sabiendo  cuanto  he  querido  toda  mi  vida  á  la  Duque- 
sa, y  lo  que  me  pesa  siempre  de  todo  lo  que  fuere  vuestro  dis- 
gusto, fácilmente  creeréis  lo  mucho  que  he  sentido  su  muerte, 
que  no  os  lo  sabría  decir,  aunque  ella  dicen  todos  que  fue  de 
manera  que  le  podemos  tener  mucha  envidia,  y  ser  esto  mucha 
parte  para  consolaros,  y  vella  fuera  de  tanto  mal  como  ha  pa- 
sado todos  estos  años;  que  sin  duda  creo  que  Nuestro  Señor  le 
iquiso  dar  el  purgatorio  acá  con  sus  enfermedades  y  con  la  pa- 
ciencia que  las  llevaba.  Mi  hermano  me  escribe  cual  estáis,  y 
aunque  yo  veo  la  razón  que  tenéis  de  sentir  este  trabajo,  fio 
tanto  de  lo  que  deseáis  servir  á  mi  hermano,  que  no  quiero  po- 
neros otra  cosa  delante  para  pediros  muy  encarecidamente  os 
acordéis  la  falta  que  le  hariades,  si  le  faltasedes;  y  que  asy  mi- 
réis por  vos  y  toméis  este  trabajo  de  manera  que  no  os  haga 
mal,  acordándoos  que  estas  cosas  las  hace  Nuestro  Señor  cuan- 
do se  quiere  acordar  de  los  suyos;  y  que  así  debe  de  haber  dado 
el  premio  á  la  Duquesa  que  tenia  tan  bien  merecido,  pues  cuan- 
do no  fuera  sino  por  su  caridad,  me  parece  que  lo  podemos 
tener  por  cierto.  Mi  hermano  hizo  muy  bien  en  no  dexaros  que- 
dar en  el  Aguilera,  pues  yo  sé  que  el  serville  será  el  mayor  con- 
suelo para  vos. 

No  puedo  dexar  de  agradeceros  lo  que  me  decís  habéis  hecho 

(1)    £1  jubileo. 


^420  BOLETÍN  DE  L4   RE AI^  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

(.con  la  Condesa  de  Niebla,  que  todo '  es  echarme  á  mi  cargo. 
■A  todas  les  dad  el  pésame  de  mi  parte/ mientras  yo  pued:o  escri- 
<bicsele;  qu^  el  traer  mala  la  garganta,  como  escribo  á  mi  her- 
.mano,  me  estorba  hacello  apra,  y  ser  en  esta  tan  larga  como 
quisiera.  Solo  os  puedo  asegurar. que  no  habéis  menester  gastar 
palabras  en  decirme  de  vuestra  voluntad,  pues  ha  tanto  que  la 
tengo  conocida,  y  las  obras  nos  dan  buen  testimonio  della;  y 
así  podéis  estar  cierto  que  tenemos  el  agradecimiento  dello  que 
es  justo;  y  que  así  lo  que  os  escribo,  os  lo  escribo  con  la  llaneza 
y  seguridad  que  sé  que  puedo  tener  de  vos;  y  así  lo  haré  de 
aqui  adelante  en  lo  que  me  pedis,  porque  entiendo  lo  mismo  que 
vos,  que  es  el  mejor  medio  para  escusar  allá  y  acá  pesadum- 
bres, que  es  lo  que  yo  deseo  estorbar  siempre.  Y  así  -en  lo  que 
toca  á  la  provisión  de  Don  Francisco  de  Benavides  os  digo  con 
la  misma  llaneza,  que  creo  es  tan  buen  hombre  y  honrado  como 
han  informado  á  mi  hermano;  pero  que  ha  menester  má3  partes 
que  esto  para  el  oficio  que  le  ha  dado,  pues  él  es  viejo  y  en  su 
vida  ha  visto. exército:  que  lo  uno  para  el  trabajo  que  tiene  este 
oficio,  y  lo  otro  para  entrar  á  ciegas  en  él,  es  del  inconveniente 
que  os  dexo  considerar,  y  no  para  poder  descansar  á  mi  primo, 
como  lo  haria  si  se  pusiese  un  hombre  platico  y  que  no  fuese 
menester  mostralle  lo  que  ha  de  hacer,  como  no  dudo  sino  que 
habrá  algunos,  aunque  tampoco  muchos  á  quien  se  pueda  fiar 
esto;  y  á  Don  Francisco  podría  mi  hermano  hacer  merced  en 
otra  cosa,  con  que  no  se  atravesarla  la  reputación  de  mi  herma- 
no, como  me  decis;  y  para  él  seria  de  menos  nota  que  no  traelle 
acá  y  volvelle  á  llevar  luego.  Y  cierto  que  de  su  bondad  y  vir- 
tud todos  dicen  mucho;  pero,  como  os  digo,  es  menester  más 
qye  esto  para  este  oficio:  que  yo  de  mí  os  digo  que  no  le  toma- 
ra por  cuantas  cosas  Dios  ha  criado;  porque  el  que  le.  hubiere 
de  hacer  bifen  hecho,  es  menester  que  todo  el  .mundo  esté  mal 
con  él;  pero  con  todo,  debe  de  haber  artos  que  le  cudicien.  Vos 
lo  mirareis  todo,  como  quien  tanto  cuidado  tiene  de  lo  que  toca 
idX  sef  vició  de  mi  hermano  y  á  lo  que  nos  toca,  pues  todo  es 
uno:  y  los  que  no  van  con  esta  lectura  yo  sé  que  no  lo  miran 
como  vos.  Y  con  esto  acabo,  tornándoos  á  pedir  que  miréis  por 


OORRESPOKDENCIA  DE  LA  THFfiVTX  TK>^k  ISABEL.  '  42 1 

vuestra  salud  y  por  regalarosj  como  es  menester,  para  el  servi- 
cio de  mi  hermano. 

No  puedo  dexar  de  deciros  que  he  echado  menos  no  haberme 
traido  Don  Juan  de  Tarsys  cartas  vuestras;  aunque  me  ha  dicho 
mil  cosas  de  vuestra  parte,  <iue  no  son  nuevas  para  mí.  El  se- 
eátá  puniendo  en  orden, -porque  para  allí,  es  menester  más  que 
para  otro  cabo;  y  más  tras  los  que  han  ido  con  gran  aparato, 
como  entenderéis.  Espero  hará  muy  bien  su  embaxada  y  allá 
la  desean,  sigun  escribe  el  Conde  de  Aranbergue,  con  quien 
hacen  mucho,  aunque  por  habelle  dado  la  gota,  no  habia  tenido 
aun  audiencia.  Dios  lo  encamine  como  más  se  haya  de  servir,  y 
os  guarde  como  deseo.  A  vuestra  hermana  me  encomendad 
mucho.  No  le  faltará  aora  en  que  entender;  ni  aun  la  Reyna  será 
mal  servida.  De  Brüsselas,  á  4  de  Julio,  1603'. — A  Isabel. — 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

» 

62. 

Duque:  Por  parecemos  que  conviene  al  servicio  de  mi  berma-. 
ño  que  se  vean  allá  luego  los  papeles  que  mi  primó  le  envia,  se . 
despacha  este  correo  tan  aprisa  que  habrá  poco  lugar  de  escri- ' 
bir;  y  asi  solo  os  diré '  que  deseo  mucho  cartas  de  ay  paca  saber 
cómo  os  vá,  y  que  no  os  haya  hecho  mal  lo  que  habéis  sentido 
la  muerte  de  la  Duquesa.  Y  así  no  puedo  dexar  de  acordaros  lo 
(fue  importa  al  servicio  de  mi  hermano  que  miréis  por  vuestra' 
salud  y  la  procuréis,  asegurándoos  que  á  todos  nos  grangeareÍQ- 
con  esto  y  á  mí  más  que  á  nayde. 

De  aquí  hay  poco  que  decir  de  nuevp.  Todavía  andamos  tras* 
los  amotinados.  Dios  quiera  que  se  les  pueda  dar  una  mano.  Hoy 
ha  habido  cartas  de  Don  Iñigo  de  Borja,  de  Borgoñá:  paréceme 
que  al  fin  no  le  ha  dado  el  Conde  de  Fuentes  sino  dos  mil  espa- 
ñoles, y  esos  desnudos  y  mal  pagados.  Plega  á  Dios  que  en  lle- 
gando acá^  no  tengamos  otro  motín:  que  se  puede  muy  bien  te- 
mer viniendo  desta  manera.  Y  ^s  cosa  recia  que  se  guarden  tan, 
mal  las  órdenes  de  roi  hermano.  Yo  sé  que  esto  es  lo  que  más 
séhtis,-y  «on^razon*  Mi  primo  vá- después  de  mañana  á  dar  una 


422 


boletín  db  la  real  academia  bb  la  historia. 


v> 


vuelta  á  Ostende:  si  se  pudiese  hacer  tres  ú  cuatro  para  estar  en 
todas  partes  seria  harto  bueno.  También  lo  seria  que  Don  Juan 
de  Tarsys  pasase  luego  á  Ingalaterra:  no  se  le  puede  dar  á  esto 
la  prisa  que  manda  mi  hermano  en  sus  cartas  ni  la  que  desean 
allá  en  Ingalaterra,  porque  dice  que  aguarda  unos  despachos  de 
ay;  y  así  si  no  se  le  hubieren  enviado,  les  haced  dar  prisa.  Y  con 
esto  no  hay  por  acá  otra  cosa  que  poder  decir.  A  vuestra  her- 
mana y  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  12  de  Julio,  1 603. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


63. 

Duque:  Por  lo  que  escribo  á  mi  hermano  sabréis  cuanto  se 
puede  decir  de  acá  de  nuevo,  y  por  lo  que  escribe  mi  primo  lo 
que  le  ha  movido  á  despachar  este  correo  con  tanta  prisa,  pues 
la  necesidad  en  que  se  está  y  el  tener  dos  exércitos  en  pié,  no 
da  lugar  á  esperar  más  largas  destos  hombres  de  negocios,  que 
yo  no  puedo  creer  sino  que  se  lo  pagan  los  enemigos,  pues  no 
podrían  hacer  cosa  más  en  su  favor  que  lo  que  hacen.  Por  amor 
de  Dios  que  procuréis  que  se  remedie  luego,  como  pide  la  ne- 
cesidad y  el  servicio  de  mi  hermano,  que  pierde  mucho  en  estas 
cosas,  pues  siempre  le  viene  á  costar  doblado;  y  pues  mi  herma- 
no nos  hace  tanta  merced  como  nosotros  conocemos  y  á  vos  os 
cuesta  tanto  cuidado  y  trabaxo,  como  sabemos,  que  procuréis 
que  se  hagan  los  asientos  de  manera  que  luzgan,  y  no  nos  hagan 
cada  dia  estas  burlas  cuando  nos  ven  con  mayor  aprieto,  que 
todo  es  bellaquería  por  ganar  ellos  con  esto  y  sacar  el  interés 
que  se  les  antoja,  como  ven  que  es  fuerza  tomallo  ansy  6  sino 
perderse  todo;  y  no  es  decir  que  no  pueden  cumplir,  pues  ha 
mucho  tiempo  que  no  ha  habido  tanto  dinero  en  este  lugar  como 
aora.  Querria  que  aprovechase  nuestra  venida  á  él  para  sacar 
siquiera  lo  que  se  ha  hurtado  á  mi  hermano  desta  manera;  que 
yo  me  contentaria  para  pagar  la  gente;  mas  estas  cosas  creo  que 
solo  el  dia  del  Juicio  descubrirá  la  verdad.  Serálo  muy  grande 
decir  que  ha  mil  años  que  me  parece  no  tenemos  cartas  de 


r 


CORRESPONDENCIA   DE  LA   INFANTA  DONA  ISABEL*  423 

ay.  Yo  las  deseo  mucho  para  saber  de  mi  hermano  y  cómo  os 
vá.  Plega  á  Dios  que  sea  muy  bien,  y  que  os  acordéis  lo  que  os 
ha  menester  mi  hermano  para  mirar  por  vos;  y  así  no  puedo  de- 
xar  de  pediros  esto  siempre,  y  que  me  encomendéis  á  vuestra 
hermana  y  á  toda  vuestra  gente;  y  guárdeos  Dios  como  deseo. 
De  Anberes  á  4  de  Agosto,  1603. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  AI 
Duque  de  Lerma. 

64. 

Duque:  Yo  sé  que  os  puedo  dar  la  norabuena  mejor  que  á 
nayde  de  la  merced  que  Dios  nos  ha  hecho,  que  ha  sido  mayor 
de  lo  que  podíamos  pensar;  pues  el  enemigo  se  ha  levantado  de 
Botduque  con  mucha  deshonra  suya  y  tanta  honra  de  mi  primo, 
que  aora  se  puede  contar  por  ganado  aquel  lugar,  pues  Je  ha 
dexado  con  guarnición.  Los  que  han  estado  en  estos  Estados, 
podrán  decir  de  la  importancia  que  es:  que,  cierto,  se  puede 
contar  por  una  gran  Vitoria.  Yo  estoy  tan  contenta  de  ver  á  mi 
primo  en  casa  y  fuera  de  los  peligros  en  que  ha  estado,  como 
podéis  juzgar.  Luego  se  despacha  este  porque  mi  hermano  ten- 
ga la  nueva  lo  más  presto  que  sea  posible;  y  asi  no  me  puedo 
alargar  más:  solo  deciros  cómo  ha  llegado  Luis  Blasco  y  me  ha  ^ 
dado  vuestra  carta  y  dicho  todo  lo  que  le  encargastes:  y  habría 
menester  muchos  pliegos  de  papel  para  deciros  el  agradecimien- 
to que  tengo  de  todo;  que  aunque  no  es  nuevo  para  mí  todo  lo 
que  me  ha  dicho,  cada  dia  me  obliga  más.  Dios  me  dexe  servir 
á  mi  hermano  tanta  merced  y  me  dé  ocasión  para  mostraros  lo 
que  aqui  os  digo.  Por  no  detener  el  correo,  no  respondo  aora  á 
vuestra  carta:  solo  os  digo  que  como  quien  quiere  tanto  á  mi 
hermano,  me, ha  lastimado  los  disgustos  que.  debe  de  haber  pa- 
sado con  esto  de  la  Marquesa  del  Valle  (l),  y  de  la  parte  que  os 


(i)  Doña  Ana  Mencía  de  La  Cerda,  Marquesa  del  Valle,  nombrada 
aya  del  primer  hijo  que  tuviera  S.  M.,  lo  fué  de  la  Infanta  Doña  Ana. 
A  fines  de  Septiembre  de  1603,  no  aceptando  la  Marquesa  la  nueva  dis- 
posición que  se  dio  en  el  orden  que  se  había  de  observar  en  el  cuarto 
de  S.  A.,  pidió  licencia  para  salir  de  Palacio  y  dejar  el  cargo  que  en  él 
ejercía,  el  cual  aceptó  á  condición  de  que  hubiese  portería,  y  que  de  noche 


424  BOLETÍN  DE   LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTOKIA. 

habrá  cabido  dellos,  y  con  razón  me  pesa  mucho*  Bendito  $ea 
Dios  que  así  lo  ha  remediado.  A  toda  vuestra  gente  me  enco- 
mendad mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas,  dia 


no  había  de  dormir  en  el  aposento  de  S.  Á.,  por  su  edad  y  achaques. 
«No  falta,  escribe  Cabrera  de  Córdoba,  quien  dice  que  han  precedido  causas 
más  graves  para  man  dalle  que  pidiese  licencia,  por  las  cuales  ha  venido  á 
caer  en  desgracia  de  los  Reyes  y  del  Duque,  que  tanta  merced  le  hacía.  Y 
según  la  mano  que  ha  tenido  en  los  casamientos  destos  Señores  y  en  recon- 
ciliarlos de  algunos  disgustos  y  otras  cosas  de  importancia  que  pasaban 
por  su  mano,  no  se  puede  dejar  de  creer  que  la  ocasión  de  salir  de  Pala- 
cío,  no  sea  muy  urgente  y  grave;  y  así  ha  causado  admiración  en  toda  la 
Corte.  Dicen  que  se  irá  á  recojer  á  Madrid  en  convaleciendo  de  unas 
tercianas,  de  que  está  mala  jen  Palacio,  y  en  su  lugar  entrará  la  Marquesa 
de  Santa  Cruz  ó  Doña  Maria  Henriquez  ó  la  Duquesa  de  Bibona». 
'  E3  1 1  de  Diciembre  del  mismo  año,  el  Rey  mandó  al  alcalde  Silva  de 
Torre^,  que  con  el  capitán  Ponce>  fuese  á  prender  á  la  Marquesa,  que 
estaba  en  Toledo,  en  casa  del  Conde  de  Villaverde,  su  sobrino.  Llegó 
el  alcalde  ya  de  noche  á  Toledo  y  subió  al  cuarto  de  Doña  Mencía,  que 
á  la  sazón  estaba  escribiendo,  y  habiéndola  saludado,  la  mostró  el  manda- 
to que  llevaba  ñrmado  del  Conde  de  Villalonga  para  prenderla  y  llevarla 
donde  se  le  mandaba,  y  le  dijo  que  juntamente  había  de  llevar  aquello 
que  escribía,  y  tres  escritorios  que  tenía  en  su  aposento  con  papeles,  y  la 
escribanía  con  los  que  en  ella  había;  y  que  escogiese  cuatro  de  sus  cría- 
das  y  dos  criados  para  llevar  consigo,  porque  había  de  partir  luego.  Oyó- 
lo todo  la  Marquesa  sin  turbación,  antes  con  mucha  entereza;  y  dentro  de 
una  hora  la  bajó  de  la  mano  y  puso  en  otra  litera  que  llevaba  para  esto 
con  una  criada;  y  él  en  un  coche  con  las  demás  y  el  capitán,  partieron 
para  Olías,  donde  estuvieron  lo  que  faltaba  de  noche.  Allí  reconoció  á  la 
criada  que  iba  con  la  Marquesa,  y  le  sacó  unos  papeles  que  llevaba  en  el 
pecho,  despachando  un  alguacil  á  S.  M.  con  los  escritorios  y  papeles,  y 
prosiguiendo  él  su  camino  hasta  San  Torcaz,  en  cuya  fortaleza  la  dejó 
presa,  en  el  aposento  donde  en  el  reinado  anterior  lo  había  estado  la  fa- 
mosa Princesa  de  Eboli:  «Hasta  agora  no  se  ha  entendido  la  culpa  que  ha 
causado  esta  prisión  y  demostración  que  se  ha  hecho  con  la  Marquesa, 
pero  parece  que...  habrá  de  encomendarse  el  conocimiento  de  la  culpa  á 
jueces  que  conozcan  de  ella...»  Pasados  ocho  días,  volvió  el  citado  alcalde 
á  Toledo,  á  tomar  declaración  á  los  Condes  de  Villaverde  y  de  Añover, 
y  á  las.  criadas  de  la  Marquesa;  y  aún  se  dijo  (labían  prendido  al  Marqués 
de  San  Germán  en  el  camino  de  Portugal,  acaso  por  ser  este  señor  «muy 
allegado  y  apasionado  por  las  cosas  de  la  Marquesa  del  Valle».  En  12  de 
Enero  de  1604,  el  Corregidor  de  Madrid  fué  á  Palacio  á  las  diez  de  la  no- 
che, y  sacó  presa  á  Doña  Ana  de  Mendoza,  dama  de  la  Reina  y  sobrina 
de  la  Marquesa  del  Valle.  La  sacó  fuera  un  mayordomo  y  la  guarda  de 
damas,  y  la  entregaron  en  la  portería,  donde  la  tomó  el  alcalde  y  llevó 
consigo  en  su  coche  á  su  casa  «quedando  Palacio,  añade  Cabrera,  muy  es^ 
candalizado  de  semejante  prisión,  por  no  saberse  que  se  haya  hecho  otra 


i 


4 


CORRESFONDEKC1A  DE   LA  INFANTA  DONA  ISABEL.  425 

de  San  Martin  (i)  1603. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
<le  Lerma, 


tal  con  dama  de  Palacio.  Quieren  decir  que  se  suplicó  á  la  Reina  que  no 
la  sacasen  de  aquella  manera,  y  que  respondió  que  mucho  más  merecía 
<iue  aquello.  Esta  dama  era  muy  bien  quista  de  las  demás  por  sus  buenas 
partes,  aunque  no  era  tenida  por  hermosa:  servia  de  secretaria  á  la  Mar- 
quesa del  Valle  su  tia  en  Palacio;  y  madre  y  hija  hablan  venido  de  Sabo- 

ya  después  de  la  muerte  de  la  Infanta  Doña  Catalina,  á  quien  hablan  *\ 

servido». 

Poco  después  fueron  nombrados  dos  jueces  del  Consejo  Real,  para  que 
juntos  con  su  Presidente  el  Conde  de  Miranda,  resuelvan  sobre  la  culpa  ' 

<le  la  Marquesa  y  de  su  sobrina  Doña  Ana  de  Mendoza,  que  fué  también 
reducida  á  prisión  en  la  fortaleza  de  Brihuega,  por  decirse  es  aún  más 
culpable  que  su  tía.  Con  posterioridad  fueron  llevadas  tía  y  sobrina  á  la 
fortaleza  de  Simancas,  pero  con  la  debida  separación;  é  interrogadas  por 
los  jueces,  no  quiso  la  Marquesa  declarar,  diciendo  que  sólo  lo  haría 
ante  S.  M.,  ó  el  Conde  de  Miranda,  pareciéndole  quizá  que  lo  que  decla- 
rase, no  llegará  á  noticia  de  S.  M.  Pasando  los  jueces  referidos  por  Madrid, 
tomaron  asimismo  declaración  á  la  Condesa  del  Castellar,  que  estaba  en  el 
monasterio  de  la  Concepción;  y  por  no  declarar  lo  principal  que  se  pre- 
tendía, se  dijo  habían  enviado  á  Roma  por  permiso  para  sacarla  del  mo- 
nasterio. En  Diciembre  de  1604,  fueron  D.  Diego  de  Ayala  y  D.  Juan  Ocón, 
<lel  Consejo  Real,  jueces  de  Doña  Mencía,  á  Simancas,  deteniéndose  allí 
cuatro  días,  entré  otras  cosas,  á  persuadirla  que  señalase  el  monasterio 
<)ue  quisiese  para  quedar  en  él  recogida;  á  lo  que  contestó  ella  con  arrogan- 
cia, que  si  estuviera  en  libertad  hiciera  lo  que  la  pareciera,  pero  que  estan- 
•do  sin  ella,  presa,  no  quiere  disponer  de  sí,  sino  que  haga  S.  M.  lo  que  fuere 
servido.  Dióse  por  fin  sentencia  en  esta  causa,  en  Febrero  de  1605,  decla- 
rando libres  á  la  tía  y  á  la  sobrina,  ordenándoles,  sin  embargo,  vayan  á 
Logroño  á  residir  en  una  casa  que  se  les  señala,  aparejada  con  un  monas- 
terio de  monjas,  durante  el  tiempo  que  fuere  voluntad  de  S.  M.,  pero  sin 
que  se  entienda  están  presas.  Salieron  las  dos  señoras  de  la  prisión  de 
Simancas  el  17  de  Abril,  acompañándolas  hasta  Logroño  el  Comendador 
Crómez  Velázquez,  y  una  señora  para  que  vigile  no  reciban  ni  escriban 
cartas. 

•  Quedó  la  Marquesa  en  Logroño  sin  más  guardas  que  el  Comendador,  y 
Doña  Jerónima  que  vive  en  su  compañía  y  vigilancia,  con  autorización 
para  oír  misa  en  público  y  ser  visitada;  pero  su  sobrina  permaneció  en 
aposento  aparte  cerrado  y  sin  poder  comunicarse  con  su  tía. 

Finalmente,  las  dos  damas  volvieron  á  la  gracia  de  los  Reyes  y  del  Du- 
que, regresando  á  la  Corte  «y  se  platica  que  volverá  á  la  privanza  que 
solía  y  á  tener  lugar  en  Palacio.  Dicen  que  en  el  tiempo  que  ha  estado 
presa  se  ha  ocupado  en  hacer  por  sus  manos  mucha  cantidad  de  corpora- 
les para  iglesias  pobres  de  la  montaña  de  Burgos  y  otras  partes  necesita* 
<ias,  á  donde  los  ha  enviado». 
(i)     i  i  de  Noviembre. 

TOMO  XLVII.  28 


4^6  BOLETÍN   BE   LA    REAL   ACADEMIA   DE  LA  HISTORIA. 


66. 

Duque;  Parecenme  mil  años  los  dias  que  ha  que  no  sabemos 
de  ay,  aunque  si  mi  hermano  anda  en  jornada,  comoaqui  nos  di- 
cen, recibiremos  la  disculpa  de  que  no  se  escriba,  pero  no  por 
eso  dexaré  de  desear  mucho  nuevas  de  la  salud  de  todos,  y  de 
vos  fio  que  por  nada  dexareis  de  dármelas.  Aqui  me  las  haa 
dado  de  la  merced  que  mi  hermano  ha  hecho  á  la  Condesa  de 
Altamira,  de  que  sirva  á  mi  nuera,  y  yo  no  quiero  daros  la  no- 
rabuena hasta  que  me  la  deis  á  mí.  Prometoos  que  me  tiene 
contentísima  por  mil  razones;  y  la  primera  por  saber  cuanto  ga- 
nará el  servicio  de  mi  hermano  en  ello.  El  otro  dia  os  escriba 
tan  de  prisa  que  no  creo  os  dije  cuánto  habia  olgado  con  el  Mar- 
qués de  la  Laguna  (l);  que,  cierto,  ha  sido  mucho  por  saber  muy 
particulares  nuevas  de  mi  hermano  y  vuestras,  de  quien  me  dice 
todo  lo  que  yo  me  sé  y  lo  que  en  todas  cartas  no  puedo  dexar 
de  agradeceros  y  desear  siempre  ocasiones  en  que  mostrar  cuan- 
to reconocimiento  tenemos  de  vuestra  voluntad,  y  lo  que  fiamos 
de  vos  en  todo;  y  así  lo  creed,  como  pienso  lo  haréis  fácilmente; 
y  yo  todo  cuanto  me  ha  dicho  Luis  Blasco  de  vuestra  parte, 
como  os  tengo  escrito,  y  podéis  estar  cierto  que  haré  de  muy 
buena  gana  lo  que  me  pedis  de  escribiros  llanamente,  como  veis 
que  lo  hago,  porque  de  quien  yo  tengo  la  satisfacción  que  de  vos 
y  sé  lo  que  servis  á  mi  hermano  y  lo  que  le  queréis  y  á  nosotros,, 
y  lo  que  miráis  por  todo  lo  que  nos  toca,  con  nayde  olgaré  más 
de  tra tallo  todo  ni  de  quien  esté  mejor  iníormado  de  todo  que 
vos,  y  sé  que  creeréis  mejor  lo  que  os  dijere  que  de  otros;  y 
así  podéis  aseguraros  de  que  os  escribo  y  escribiré  como  digo» 

Aora  habrá  poco  que  decir  de  nuevo.  Aguardamos  al  Con- 
destable (2)  para  Pascua,  aunque  hoy  ha  habido  cartas  suyas  de 


(i)  D.  Saocho  de  La  Cerda,  Marqués  de  la  Laguna  de  los  Cameros^ 
nombrado  por  S.  M.  para  dar  el  pésame  á  los  Archiduques. 

(2)  D.  Juan  Fernández  de  Velasco,  Duque  de  Frías,  Condestable  de 
Castilla,  enviado  por  el  Rey  á  Inglaterra  para  negociar  la  paz. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DONA   ISABEL.  427 

los  25  del  pasado,  y  no  estaba  sino  i6  leguas  más  acá  de  Bur^ 
déos.  El  tiempo  no  es  muy  á  propósito  para  caminar,  que  hace 
mucho  frió  y  hiela  y  nieva  muy  bien.  A  nosotros  nos  ha  hecho 
lindísimo  tiempo  ocho  dias  que  hemos  estado  fuera  de  aqui,  en 
una  romería  de  Nuestra  Señora.  Allá  me  acordé  de  vos  delante 
delta;  y,  cierto,  podemos  dar  mil  gracias  á  Dios,  pues  nos  ha  de- 
xado  ver  tantos  milagros;  y  el  mayor  que  en  un  bosque,  donde 
se  han  hecho  mil  maldades,  haya  aora  tanto  concurso  de  gente 
y  confysiones  y  comuniones,  que  el  día  de  la  Presentación  que 
estuvimos  ally,  debieron  de  llegar  á  doscientos  los  que  comulga- 
mos; y  no  hay  sino  una  capillica  de  tablas  tan  chica,  que  apenas 
cabe  el  que  dice  la  misa  y  le  ayuda,  como  dirá  vuestro  cuñado 
que  le  llevamos  allá  y  estaba  bonísimo,  porque  le  queríamos  ha- 
cer ir  á  pié.  El  contará  toda  la  jornada;  que  no  es  mala  historia 
la  de  mosen  Gil:  es  la  mejor  que  he  visto,  que  me  ha  hecho  dar 
gritos  de  risa  y  imaginar  cómo  lo  diría  él.  Cierto,  es  hombre  que 
no  se  habia  de  acabar  en  el  mundo,  que  seria  gran  pérdida.  Dí- 
cenme  que  está  ya  tan  hombre  el  Conde  de  Saldaña  (l)  que  me 
espanta.  De  todos  me  ha  dado  muy  buenas  nuevas  su  Tio,  con 
que  he  olgado  muciho.  El  lo  hace  todo  muy  bien:  no  le  hemos  or- 
denado nada  de  lo  que  ha  de  hacer  en  su  partida,  por  creer  que 
mi  hermano  lo  hará  con  el  primer  correo,  conforme  lo  que  fue- 
re: más  de  su  servicio  espántame  para  haber  treinta  años  que  no 
ha  estado  acá,  cómo  lo  conoce  todo  y  qué  platico  está  de  la  tie- 
rra. Aun  no  se  ha  hallado  en  ningún  festín,  que  yo  lo  deseo  para 
ver  si  se  le  acuerda  los  branes. 

No  hay  cosa  de  nuevo  por  acá,  sino  haber  entregado  los  amo- 
tinados á  Ostrate  á  los  enemigos,  y  estar  ya  de  todo  punto  acor- 
dados con  ellos. 

El  Marqués  Espinóla  trabaxa  bravamente  en  lo  de  Ostende, 
y  así  creo  ha  de  acabar  muy  presto  con  ello.  Paréceme  que  Don 
Agustín  Mejia  (2)  se  va  con  licencia  de  mi  hermano:  no  se  puede 


(i)    D.  Diego  Gómez  de  Sandoval  y  Rojas,  Conde  de  Saldaña. 
^2)    Uno  de  los  más  reputados  maestres  de  campo  del  ejército  de 
Fl  andes. 


428  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

t 

decir  del  tanto  como  la  que  ha  servido  y  bien  y  sus  buenas  par- 
tes; y  en  caso  que  no  vuelva,  suplico  á  mi  hermano  haga  merced 
á  Don  Rodrigo  Laso  de  aquel  castillo,  que  por  lo  que  ha  servido 
merece  esta  merced,  y  por  lo  que  nos  sirve.  Os  pido  mucho, 
ayudéis  á  que  mi  hermano  se  la  haga.  A  toda  vuestra  gente  me 
encomendad  mucho;  y  guárdeos  Dios,  como  deseo.  De  Brusselas 
á  lO  de  Diciembre,  1603, — A  Isabel .--r(Sobrescr¡to:)  Al  Duque 
de  Lerma. 

66. 

Duque:  Ha  tanto  que  nos  hallamos  sin  cartas  que  no  sé  qué 
decirme,  ni  de  aquí  cosa  buena  ni  de  nuevo,  sino  que  los  enemi* 
gos  juntan  ya  su  gente,  y  por  otra  parte  los  amotinados  han  sa- 
lido á  robar  y  quemar;  y  para  acudir  á  lo  uno  ni  lo  otro  nos  ve- 
mos sin  gente  y  sin  dipero,  y  con  esto  en  el  aprieto  que  podéis 
ver.  Y  así  aunque  sé  el  mucho  cuidado  que  ponéis  en  las  provi- 
siones y  cuanto  nos  toca,  no  he  podido  dexar  de  deciros  esto 
para  que  veáis  lo  que  importa  que  no  se  pierda  im  ora  de  tiem- 
po, para  que  los  enemigos  no  salgan  con  nada  de  sus  intentos, 
pues  importa  tanto  para  el  servicio  de  mí  hermano  como  sabéis. 

Y  pues  él  nos  hace  tanta  merced,  no  venga  á  ser  sin  provecho 
por  la  dilación,  que  es  lo  que  á  ellos  y  los  que  los  ayudan,  les 
dá  más  ánimo  para  todo  lo  que  piensan  hacer;  pero  yo  espero 
que  Dios  nos  ha  de  ayudar  para  que  no  salgan  con  nada. 

No  sé  otra  cosa  que  poder  decir  de  acá,  sino  que  ha  comen- 
zado á  hacer  mucho  frió.  Ay  deseo  se  pase  muy  bien,"  y  que  ha- 
yáis tenido  muy  buenas  Pascuas  con  toda  vuestra  gente,  á  quien 
me  encomiendo  mucho.  Y  guárdeos  Dios,  como  deseo.  De  Gant, 
tercer  día  de  Pascua  (l),  1 603. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

67. 

Duque:  Este  correo  vá  á  avisar  la  llegada  del  Condestable,  que 
fue  á  penúltimo  de  Diciembre:  viene  harto  mejor  que  yo  le  he 

(i)     27  de  Diciembre. 


CORRBSPONDENCIA  DB   LA  INFANTA   DQN A  ISABEL.  429 

visto.  Espero  que  acertará  muy  bien  á  servir  á  mi  hermano.  He 
olgado  xnucho  con  las  nuevas  que  me  ha  dado;  y  lo  que  me  ha 
dicho  de  vuestra  parte,  no  es  cosa  nueva  sino  muy  viexa  para 
mí,  y  también  lo  puede  ser  para  vos  el  agradecimiento  que  yo 
tengo  dello;  pero  con  todo  no  puedo  dexar  de  refrescar  esto  en 
todas  mis  cartas.  Guélgome  mucho  del  buen  propósito  que  te- 
neis  de  aquel  casamiento;  que  no  me  reí  poco,  cuando  me  lo 
dixo  el  Condestable.  Yo  pienso  tratar  luego  del,  sino  que  la  no- 
via está  un  poco  pasadilla.  Las  cartas  de  primero  de  Diciembre 
llegaron  pocos  dias  antes  de  Navidad:  fueron  tan  bien  recibidas 
como  habian  sido  deseadas.  Con  la  vuestra  olgué  mucho,  aunque 
no  de  cual  me  decis  que  teníades  los  ojos,  que  es  un  mal  que  es 
menester  mirar  por  él  más  que  por  otro  ninguno;  y  así  no  dexeis 
de  hacello,  y  no  leer  ni  escribir  de  ninguna  manera,  pues  en  mi- 
rar por  vos,  haréis  mayor  servicio  á  mi  hermano  que  en  riada. 
Poco  tenéis  que  agradecerme  lo  que  he  hecho  con  el  Marqués 
de  la  Laguna,  porque  no  ha  sido  lo  que  yo  deseaba  para  mostrar 
cuanto  olgué  con  su  venida  y  con  todo  lo  que  os  toca.  El  Mar- 
qués es  honrado  caballero,  y  así  procede  muy  bien,  y  os  prome- 
to he  olgado  de  que  se  detenga  por  acá.  Esta  pienso  que  os  ha- 
llará en  Valencia  y  tan  ocupado  como  yo  sé  que  se  anda  en 
tiempo  de  Cortes;  y  así  la  quiero  abreviar,  por  no  haber  cosa 
dé  momento  que  deciros. 

El  Marqués  Espinóla  trabaxa  mucho  y  muy  bien,  aunque  el 
tiemjpo  le  ha  sido  contrario  estos  dias  atrás,  pero  ya  le  hace  de 
manera  que  parece-  primavera:  ay  lo  será  de  todo  punto.  Deseo 
saber  si  habrá  ido  con  vos  alguna  de  vuestra  gente  ó  donde  han 
quedado;  pero  donde  quiera  que  estén,  me  encomiendo  mucho 
á  todos;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  4  de  Ene- 
•  ro  1604. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

68. 

Duque:  Ha  tan  poco  que  escribimos,  que  no  habrá  que  decir 
aora  de  nuevo,  pues  no  lo  será  el  desear  mucho  cartas  de  ay  y 
parecerme  que  tardan  para  saber  de  la  salud  de  mi  hermano  y 


430  BOLETÍN   DE.  LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA  HISTORIiL 

cómo  se  ha  hecho  la  jornada  de  Valencia:  que  si  allá  hace  el 
tiempo  que  aqui,  será  muy  de  verano,  y  se  habrá  podido  bien 
gozar  de  todo  y  de  la  Peñatallada,  que  no  me  acuerdo  poco  de 
los  buenos  dias  de  Denia,  y  sé  que  su  dueño  habrá  procurado 
ospedar  bien  á  mi  hermano  alH. 

De  aqui  hay  poco  que  poder  decir,  sino  que  los  enemigos  nos 
pensaron  llevar  el  otro  dia  á  Maestrique  y  en  todo  su  juicio  ve- 
nia el  Conde  Mauricio  á  ello.  Quiso  Dios  que  no  llegaron  allá, 
que  aunque  creí  que  no  salieran  con  ello,  aunque  llegaran,  con 
todo,  fue  mejor  que  no  lo  hiciesen,  porque  siempre  en  estas  co- 
sas es  mejor  jugar  á  lo  siguro:  que  con  una  turbación  ó  un  dispa- 
rate de  alguno  se  suelen  perder  los  más  plá ticos.  Esta  vez  no  lo 
han  andado  los  enemigos;  y  así  se  han  vuelto  á  su  casa,  pero  no 
será  por  mucho  tiempo,  pues  se  nos  viene  la  primavera  más 
presto  de  lo  que  seria  menester,  y  hace  tal  tiempo  que  se  puede 
decir  que  se  está  en  ella.  Y  así  dice  vuestro  cuñado  que  no  co- 
noce á  Flandes,  que  todo  el  frió  se  ha  ido  á  Elspaña.  EU  desea 
tanto  cartas  de  allá  como  todos:  es  bonísimo  caballero.  El  Con- 
destable aguarda  aviso  de  Ingalaterra;  y  entre  tanto  irá  á  dar 
una  vuelta  á  Anberes.  Conque  se  acaban  todas  las  nuevas  de 
acá.  De  vuestra  salud  las  deseo  muy  buenas,  y  que  tengáis  ya 
buenos  los  ojos.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho. 
No  sé  si  habréis  llevado  alguna  á  Valencia  ó  si  habrán  quedado 
en  Madrid  todas:  decidmelo;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  á  21  de  Enero,  1604. — A  Isabel. — Don  Gastón  Espi- 
nóla ha  suplicado  á  mi  hermano  le-  haga  merced:  y  por  lo  que 
ha  servido  y  sirve,  no  puedo  dexar  de  pediros  lo  acordéis  á 
mi  hermano;  en  que  me  haréis  mucho  placer. — (Sobrescrito:) 
Al  Duque  de  Lerma. 

69. 

Duque:  Las  cartas  del  12  de  Enero  de  Valencia,  habrá  diez 
dias  que  llegaron,  y  cuando  no  fueran  tan  deseadas,  fueran  muy 
bien  recibidas.  Mira  cuánto  más  lo  habrán  sido  trayendo  las  bue- 
nas nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano  que  hemos  menester  qac 


CORRESPONDE^CU  DB  LA  INFANTA.  DONA  ISABEL.  43  X 

aqui  habían  llegado  las  de  la  Barca  de  Arganda  diciendo  que  es- 
taba mi  hermano  dentro:  judgá  cual  estaría  yo  hasta  saber  cómo 
habia  pasado.  Bendito  sea  Dios  que  no  fue  ansy,  y  que  se  ha  he- 
cho tan  bien  la  jornada,  que  no  ha  sido  poco  para  lo  mucho  que 
ha  llovido;  y  sobre  todo  el  haber  puesto  término  á  las  Cortes, 
por  la  consequencia  dé  adelante.  Pero  eso  bien  sé  yo  á  quien  se 
<iebe  y  á  quien  le  habrá  costado  su  trabajo,  que  bien  se  luce  en 
el  corrimiento  de  los  ojos.  Pésame  mucho  que  vaya  adelante  y 
que  por  ninguna  cosa  leáis  y  escribáis,  pues  importa  tanto  vues- 
tra salud  para  el  servicio  de  mi  hermano;  y  asi  estáis  muy  dis- 
culpado  conmigo  de  escribirme  de  mano  agena,  porque  antes  me 
enojara  si  hiciérades  lo  contrario.  Mi  hermano  me  hace  tanta 
merced  siempre  que  aunque  yo  le  beso  las  manos  por  ella,  no 
me  satisface,  si  vos  no  se  las  besáis  de  mí  parte,  y  aora  particu- 
larmente por  los  50  niil  ducados  que  he  estimado  en  cuanto 
debo,  y  conozco  lo  mucho  que  mi  hermano  hace  conmigo,  pues 
sé  mejor  que  nayde  lo  mucho  y  forzoso  que  tiene  á  que  acudir; 
y  así  cualquiera  merced  que  me  hace  la  estimo  doblado;  y  por 
esta  cuenta  veréis  cuanto  agradecimiento  tendré  de  vos,  pues  sé 
cuanta  parte  sois  para  acordar  á  mi  hermano  que  me  haga  mer- 
ced, y  sobre  todo  el  trabajo  y  cuidado  que  todo  os  cuesta;  que 
aunque  yo  sé  cuan  de  buena  gana  le  lleváis  por  nosotros,  eso 
rae  obliga  mucho  más  á  agradecéroslo,  como  lo  hago  cuanto  pue- 
do, y  deseo  mucho  ocasiones  en  que  mostraros  cuanto  es  esto. 
Arto  bueno  ha  sido  allanar  que  se  pague  el  asiento  de  Centurión 
todo  aquí  y  no  en  Colonia,  por  el  embarazo  que  habia  en  traer- 
lo con  la  poca  seguridad  del  camino.  El  de  la  Marquesa  del  Va- 
lle me  escandaliza  cada  día  más,  y  me  hace  sentir  de  nuevo  las 
pesadumbres  que  habrá  costado  á  mi  hermano  y  á  vos  también. 
¡Ojala  pudiera  yo  ser  parte  para  estorballas,  que  no  siendo  esto, 
estoy  por  deciros  que  guelgo  de  no  saber  cosas  tan  malas.  Ya 
habrán  sabido  la  llegada  del  Condestable:  él  despacha  á  Don 
}31asco  á  lo  que  entenderéis,  y  también  por  lo  que  no  se  ha  co- 
menzado á  lo  que  vino  y  en  lo  que  repara  el  Condestable.  Mu- 
cho importaría  no  meter  tiempo  en  este  negocio,  porque  no  le 
pierden  nuestros  enemigos, .  como  veréis  por  las  cartas  del  de 


] 


432  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

Villamediana  (l),  y  cuanto  procuran  estorbar  que  no  se  haga  está 
pax,  y  lo  que  les  duele;  que  es  la  mayor  señal  de  que  nos  está 
bien.  El  Marqués  de  Lulyn  que  envió  allá  el  Duque  de  Saboya  y 
es  un  hombre  tan  platico  y  entendido  como  sabéis,  dice  mucho 
de  cuanto  importarla  que  no  se  tratase  fuera  de  Ingalaterra,  por- 
que el  mismo  Rey  le  dijo  que  solo  él  era  el  que  deseaba  la  pax,  y 
que  todos  se  la  contradecían.  El  apunta  un  medio  que  ya  acá 
habíamos  dado  en  él,  como  creo  escribirá  el  Condestable;  y  aun- 
que me  parece  que  él  no  le  arrostra  mucho,  pienso  cierto  que 
seria  lo  mejor,  pues  el  de  Villamediana  está  ya  tan  platico  y  bien 
visto  allá  y  le  quieren  tanto  que  creo  vencerá  cualquier  dificul* 
tad.  También  importaría  para  pax  y  para  guerra  hacer  un  gran 
esfuerzo  este  verano,  pero  la  poca  gente  que  hay,  si  mi  herma- 
no no  manda  venir  luego  más,  no  dexará  hacer  cosa  de  momen- 
to; porque  destos  postreros  españoles  casi  no  ha  quedado  ningu- 
no, que  todos  se  van  huyendo,  que  ni  basta  ahorcallos  ni  otro 
castigo,  aunque  se  procura  arto  estorbárselo;  y  así  es  menester 
mirar  lo  uno  y  lo  otro  con  cuidado,  y  sobre  todo  la  brevedad 
por  lo  que  importa  y  estar  el  tiempo  tan  adelante:  que  es  todo 
cuanto  se  puede  decir  de  acá.  Otras  nuevas  escribo  á  mi  herma- 
no y  algunas  no  malas,  que  porque  no  leáis  tanto  no  os  las  repi- 
to. Con  las  que  me  dais  de  toda  vuestra  gente  he  olgado  mucho, 
y  de  que  tengáis  ay  á  vuestra  nuera,  que  os  hará  muy  buena 
compañía.  Ya  deseo  saber  que  haya  llegado  la  de  Niebla,  y  á  to- 
dqg  me  encomiendo  mucho.  Vuestro  cuñado  aguarda  sus  despa- 
chos: es  honrado  caballero  y  muy  bien  criado,  y  así  merece  que 
mí  hermano  le  haga  merced;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  á  lo  de  Hebrero  1604. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

70. 

Duque:  Siendo  Don  Rodrigo  Laso  el  mensajero  desta,  yo  es- 
cusaré  de  daros  mucho  que  leer,  pues  le  he  encargado  que  os 


(i)    D.  Juan  Bautista  Tassis,  Conde  de  Villamediana,  á  la  sazón  Emba- 
jador ordinario  de  España  en  Inglaterra. 


CORRESPONDENCIA  DE   LA   INFANTA  DOXA   ISABEL.  433 

diga  todo  16  que  yo  pudiera  deciros  en  esta.  Téngole  envidia» 
que,  cierto,  es  muy  malo  que  no  se  use  en  el  mundo  que  las 
nlugeres  corran  la  posta  y  puedan  ir  y  venir. como  los  hombres. 
Y  pues  él  os  informará  tan  largamente  del  estado  de  áqui  y 
cuanto  es  menester  acabar  dé  una  vez  con  esto^y  hacer  un  gran 
esfuerzo  este  verano,  asi  para  esto  como  para  que  la  pax  de  In- 
galaterra  sé  haga  con  más  ventajas  para  el  servicio  de  mi  her- 
mano y  bien  de  la  crystiandad,  no  me  alargaré  en  ello,  y  sé  que 
para  con  vos  he  menester  poco,  porque  lo  tenéis  bien  entendi- 
do. Cierto,  yo  siento  lo  que  es  menester  cansar  siempre  "á- mi 
hermano,  y  no  menos  el  trabaxo  y  cuidado  que  os  cuesta,  pero 
espero  en  Dios  que  ha  de  permitir  que  esto  se  acabe  prestó  y 
bien,  y  que  veamos  á  mi  hermano  fuera  desta  pesadumbre:  que 
os  prometo  cierto  que  lo  siento  mucho  nías  que  la  nuestra.  En 
lo  que  se  hubiere  de  hacer,  la  brevedad  importa  sobre  todo,  y 
particularmente  en  los  españoles-  que  se  piden  por  la  necesidad 
que  hay  dellos,  y  así  fio  de  lo  que  deseáis  el  servicio  de  mi  her- 
mano y  lo  que  miráis  por  lo  que  nos  toca,  que  pondréis  el  cui- 
dado que  pide  la  necesidad.  Bien  sé  que  no  he  menester  pediros 
que  ayudéis  á  Don  Rodrigo  en  sus  pretensiones,  pues  lo  habéis 
hecho  siempre  de  tan  buena  gana;  pero  él  es  tan  buen  criado 
que  no  puedo  dexar  de  encargárosle.  Ya  deseo  mucho  nuevas 
de  que  se  haya  dado  la  vuelta  para  Castilla  con  salud  de  todos, 
como  lo  espero  con  la  buena  maña  que  os  habréis  dado  en  las 
Cortes,  aunque  siento  lo  que  os  deben  de  haber  costado  de  tra- 
baxo y  pesadumbre.  De  aqui  no  hay  cosa  que  decir  dé  nuevo,  y 
lo  poco  que  hay  dirá  Don  Rodrigo.  Y  así  acabo  ésta  encomen- 
dándome mucho  á  toda  vuestra  gente;  y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Brusselas  á  i8  de  Hebrero,  1604. — A  Isabel. — (So- 
brescrito:) Al  Duque  de  Lerma. 

71. 

Duque:  Llegarán  tantas  cartas  allá  estos  dias  que  no  habrá  que 
decir  aora  en  esta,  sino  solo  no  perder  la  ocasión  deste  correo 

• 

que  pasa  á  lo  que  entenderéis.  Aqui  lo  hemos  hecho  de  que  m^ 


1 


434  boletín  dk  la  rbal  academia  db  la  historia. 

hermano  y  la  Reyna  y  mi  nuera  se  hallaban  con  salud,  de  que 
estoy  muy  contenta,  y  de  lo  bien  que  me  dicen  habéis  ospedado 
á  mí  hermano  en  Denia,  de  que  estoy  yo  bien  cierta;  y  me  he 
acordado  arto  de  los  buenos  días  de  allí.  Los  de  aquí  son  acra 
arto  frios,  que  parece  comienza  el  invierno,  que  hasta  aora  no  le 
habia  habido. 

No  hay  cosa  de  nuevo  después  que  escribimos,  sino  amena- 
zas de  que  cada  dia  sale  el  enemigo  con  mucha  gente.  Los  pla- 
cartes  del  Rey  de  Francia  ya  habrán  llegado  allá.  Yo  creo  que 
perderá  él  mas  en  cerrar  el  comercio,  que  Elspaña  ni  estos  Es- 
tados>  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho:  ya  deseo 
saber  que  haya  llegado  la  Condesa  de  Niebla  á  Madrid;  y  guár- 
deos Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  22  de  Hebrero,  1604. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

72. 

Duque:  No  quiero  perder  ocasión  que  pueda  hacer  esto,  aun- 
que creo  que  llegarán  allá  á  un  tiempo  artas  cartas  de  acá.  De 
ay  las  deseo  mucho  como  siempre,  que  ya  me  parece  que  tar- 
dan,  aunque  espero  estarán  todos  con  salud  y  de  vuelta  de  Va- 
lencia y  que  habrán  hallado  con  ella  á  los  que  quedaron  en  Ma- 
drid. Aquí  la  tenemos,  y  todo  es  amenazas  de  que  salen  los  ene- 
migos á  14  deste  con  gran  aparato  y  gente.  Mira  si  con  razón 
estaremos  con  cuidado  con  la  poca  que  acá  tenemos  para  opo- 
nérseles. Mi  primo  os  ha  escrito  en  el  estado  en  que  se  está,  y 
así  yo  no  tengo  que  repetillo;  y  tampoco  he  menester  pediros 
procuréis  el  remedio,  porque  sé  el  cuidado  que  ponéis  en  ello  y 
que  no  escusaís  ningún  trabaxo  para  procurallo;  y  así  solo  os 
pido  la  brevedad  en  lo  que  se  hubiere  de  hacer,  porque  después 
no  serviría  de  nada.  De  arto  mal  nos  sirven  estos  bellacos 'de  los 
amotinados,  que  han  cogido  aora  el  castillo  de  Carpen,  que 
aunque  es  poca  cosa,  por  su  sitio  es  de  importancia,  y  no  sé  si 
diga  que  más  bellacos  fueron  los  que  se  lo  entregaron,  pues  si 
no  era  por  hambre  no  le  podian  tomar.  Y  lo  peor  es  que  aora 
no  está  en  -su  poder  sino  en  el  de  los  enemigos.  A  mi  hermano 


J 


CORRESPONDENCIA  DB   LA   INFANTA   DO>fA   ISABEL.  435 

escribo  todo  lo  que  hay  que  decir  de  acá;  y  ojala  hubiesedes  vis- 
to andar  en  el  trineo  á  vuestro  cuñado.  Mi  hermano  os  contará 
cómo  andubo,  que  yo  hasta  saber  que  estáis  bueno  de  los  ojos, 
no  quiero  daros  ocasión  de  leer  sino  pediros  escuseis  todas  las 
que  os  pudieren  hacer  mal,  pues  eso  será  el  mayor  servicio  que 
podáis  hacer  á  mi  hermano.  A  toda  vuestra  gente  me  encomen- 
dad mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas  á  5  de 
Marzo,  1604. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

73. 

Duque:  Bien  creo  creeréis  fácilmente  el  cuidado  que  nos  ha 
dado  vuestro  mal,  pues  hay  tantas  razones  para  ello,  dexado 
aparte  lo  que  os  debemos  de  todas  maneras.  Y  así  ha  sido  mu* 
cho  lo  que  hemos  olgado  de  saber  que  quedásedes  ya  bueno  y 
en  Valladolid,  aunque  según  lo  que  habéis  pasado  y  cuan  flaco 
dicen  que  estáis,  bien  habréis  menester  otra  convalecencia  dife- 
rente de  la  que  os  debéis  de  dar,  y  como  os  he  dicho  otras 
veces,  no  es  ese  el  servicio  de  mi  hermano,  sino  que  miréis  por 
vuestra  salud  y  procuréis  vivir  muchos  años;  y  esto  lo  podéis 
hacer  descargándoos  de  no  trabaxar  tanto,  pues  tenéis  hijo  que 
os  puede  ayudar  tan  bien.  De  la  merced  que  mi  hermano  le  ha 
hecho,  os  doy  la  norabuena,  y  me  parece  muy  bien  empleada, 
cuando  no  fuera  vuestro  hijo,  cuanto  más  siéndolo.  Bendito  sea 
Dios  que  llegó  mi  hermano  con  salud  á  Valladolid  y  halló  á  la 
Rey  na  con  ella  y  á  mi  nuera:  que  el  haber  aquí  escrito  que  es- 
taba con  sarampión,  me  habia  dado  mucha  pena.  Arta  gente  de 
acá  habréis  hallado  ay.  Creo  os  habréis  olgado  con  Madalena  de 
San  Jerónimo.  No  puedo  dexar  de  pediros  que  procuréis  se  des- 
pache presto,  por  la  falta  que  me  hace.  Y  lo  mismo  os  pido  por 
Ta  Condesa  de  la  Fera;  si  no  os  ha  parecido  buena  para  matre- 
sa,  como  llaman  acá  á  las  damas,  que  en  tal  caso  yo  haré  que 
renuncie  el  ser  dueña  de  honor.  Don  Rodrigo  Laso  os  habrá 
dado  cuenta  de  todo  lo  de  acá;  y  así  yo  solo  os  diré  cuanto  im- 
porta la  brevedad  en  lo  que  se  hubiere  de  hacer;  porque  os  pro- 
meto que  si  el  enemigo  sale,  como  se  aguarda  cada  dia,  que  no 


436  BOLETÍN  ]>K  LA,  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

sé  qué  nos.  hemos  de  hacer,  si  Nuestro  Señor  no  hace  un  gran 
milagro;  y  seria  gran  lástima  añoxar  aora  en  lo  de  Ostende,  que 
está  en  tal  punto  ¿jue  ya  los  nuestros  llegan  al  foso,  como  veréis 
por  el  diseño  que  envia  mi  primo.  El  Marqués  Espinóla  ló  hace 
muy  bien,  y  así  espero  le  ha  de  ayudar  Nuestro  Señor  y  á  nos- 
otrps^  en-que  muy  presto  enviemos  esta  nueva  á  mi  hermano, 
que  sin  duda  seria  de  las  más  importantes  que  podrían  venir. 
Las  de  Ingala térra  sabréis  por  las  cartas  del  Conde  de  Villame- 
diana.  Ya  partió  el  Condestable  para  la  marina:  Dios  vaya  con 
él.  Tenemos  á  la  Condesa  de  Uceda  con  la  nueva  de  su  hijo, 
que  yo  la  temo  mucho.  A  mi  hermano  escribo  suplicándole  man- 
dé al  Conde  de  Oly  vares  se  encargue  de  Don  Pedro  en  la  forma 
que  allí  veréis:  pidoos  mucho  procuréis  que  esto  se  encamine  de 
manera  que  no  se  pierda  este  mogo,  ni  se  les  case  mal,  como 
creo  que  anda  tras  eso,  aunque  su  madre  no  lo  sabe;  que  por  lo 
biefí  que  ella  me  sirve,  estoy  obligada  á  procuralle  alg^ñ  con- 
suelo. Vos  lo  ordenareis  como  os  pareciere  les  ha  de  estar  mejor. 
Y  porque  para  un  convaleciente  basta  esta  carta,  la  acabo  con 
encomendarme  á  toda  vuestra  gente  mucho;  y  guárdeos  Dios, 
como  deseo.  DeBrusselas,  martes  santo,  1 604. — A  Isabel. — (So- 
brescrito:) Al  Duque  de  Lerma. 

74. 

Duque:  Fue  tan  bien  recibido  el  correo  que  trujb  las  cartas  de 
diez  de  Abril  como  eran  deseadas.  Bendito  sea  Dios  que  mi  her- 
mano y  la  Reyna  tenian  la  salud  que  hemos  menester  y  que  mi 
nuera  la  habia  cobrado.  Mucho  deseo  ya  saber  que  esté  con  sus 
padres.  Bien  creeréis  cuanto  olgué  con  vuestra  carta  por  saber 
que  qüedábades  ya  de  todo  punto  bueno;  que  aunque  nos  ha- 
bian  dicho  acá  tanto  mal  como  vos  me  decis  que  tuvistes,  me 
habia  dado  cuidado,  y  siempre  imaginé  que  era  más  de  lo  que 
decian,  pues  dexábades  á  mi  hermano.  Bendito  sea  Dios  que  le 
pudistes  alcanzar  tan  presto.  Elspero  estaréis  ya  muy  bien  con- 
valecido, aunque  no  por  lo  que  os  habréis  regalado:  que  esto  ya 
yo  sé  como  es;  pero  con  todas  las  cartas  no  puedo  dexar  de  pe- 


COkRESPONDBNCIA   DB   LA   INFANTA   DONA   ISABEL.  437 

díros  miréis  mucho  por  vuestra  salud,  que  esto  será  hacer  más 
el  servicio  de  mi  hermano:  que  ninguna  otra  cosa  de  aqui  os 
puedo  decir,  que  estamos  en  el  aprieto  que  hemos  temido  siem- 
pre, el  enemigo  desembarcado  en  esta  provincia  con  doce  mil 
infantes  y  mil  y  quinientos  caballos,  y  muchas  municiones  y  per- 
trechos, y  nosotros  sin  gente  y  con  seis  mil  ducados  para  acu- 
dir á  todo  esto;  que  si  Nuestro  Señor  no  hace  un  gran  milagro, 
es  fuerza  que  todo  se  pierda.  Mi  primo  con  lo  poco  que  hay, 
hace  más  de  lo  posible  por  entretener  por  aqui  al  enemigo  y  que 
no  pase  á  Ostende;  y  si  se  sale  con  esto,  aquello  está  acaba- 
do. Por  otra  parte  los  amotinados  con  parte  de  la  caballería  del 
enemigo  andan  quemando  y  robando  en  Bravante,  como  más 
particularmente  lo  escribo  á  mi  hermano,  como  veréis;  y  no  ha 
habido  un  hombre  para  dexar  allá.  En  fin,  ello  está  en  término 
que  si  no  viene  de  ay  algún  socorro  con  mucha  brevedad,  ello 
vá  perdido;  y  aunque  con  la  gente  de  la  tierra  se  hace  lo  que  se 
puede,  están  tan  atemorizados  como  quien  ha  tanto  que  padece, 
que  luego  huyen  sin  remedio.  En  este  estado  se  queda,  que  si 
hubiera  habido  dinero  para  traer  la  gente  de  las  reclutas  que  es- 
tán hechas,  tuviéramos  más  gente  que  los  enemigos.  Yo  solo  os 
pongo  delante  que  se  considere  bien  si  es  servicio  de  mi  herma- 
no que  esto  se  pierda;  que  si  lo  es,  no  hay  sino  dexallo  perder; 
pero  si  no,  menester  es  socorrerse  con  mucha  brevedad,  pues  el 
enemigo  ha  hecho  todo  su  esfuerzo  para  juntar  esta  gente,  y  si 
se  le  estorbase  su  disinio  este  verano,  yo  entiendo  cierto  que 
baxarien  la  cabeza,  por  más  que  se  la  procuran  levantar  algunos 
de  nuestros  vecinos.  Hémonos  venido  á  este  lugar  por  animallos 
y  acudir  mi  primo  á  lo  que  pudiere,  que  no  tiene  gente  para 
aventurar  su  porsona;  y  cqn  todo  está  determinado,  si  el  enemi- 
go dá  lugar,  de  dar  una  vuelta  por  allá.  En  Brusselas  sintieron 
mucho  que  nos  viniésemos;  pero  es  menester  acudir  á  la  mayor 
necesidad.  Dios  los  ayude  á  todos;  que  cierto  es  lástima  lo  que 
padece  la  pobre  gente.  Aquí  nos  truximos  á  vuestro  cuñado,  que 
cierto  acude  á  todo  con  tanto  cuidado  que  nos  obliga  mucho  y 
lo  que  desea  el  servicio  de  mi  hermano  y  que  todos  le  hagan 
merece  que  se  le  haga  mucha  merced,  y  se  le  echa  bien  de  .ver 


43$  BOLETÍN   DE  LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

que  sirve  con  amor.  Del  Condestable  sabréis  por  sus  despachos, 
y  la  resolución  que  ha  tomado.  De  la  que  mi  hermano  tomó  de 
hacer  merced  á  vuestro  hijo,  os  tengo  escrito  cuanto  he  olgadOt 
y  creo  muy  bien  todo  lo  que  me  decís  de  vuestra  nuera,  porque 
siempre  conocí  su  buen  entendimiento.  Mucho  he  olgado  de  la 
merced  que  mi  hermano  ha  hecho  al  Conde  de  Altamira.  Dícen- 
me  que  tiene  un  nieto,  y  quisiera  arto  oír  á  vuestra  hermana  he- 
cha agüela.  De  lo  uno  y  lo  otro  le  dad  la  norabuena,  que  no  es 
posible  escribírsela  aora.  Del  mal  de  la  Condesa  de  Lemos  me 
pesa  mucho,  que  es  muy  trabaxoso  y  embaragoso  lo  de  la  arte- 
ria; mas  espero  que  con  haberse  remediado,  luego  estará  buena. 
Muy  buenos  guéspedes  tenéis  en  los  de  Niebla:  deseo  saber  si 
ha  traido  su  hijo.  A  todos  me  encomendad  mucho,  que  siempre 
guelgo  de  saber  muy  particulares  nuevas  de  todos.  La  Condesa 
de  Uceda  hace  la  fineza  que  veréis  en  no  quererse  ir;  y  así  no 
puedo  dexar  de  pediros  mucho,  supliquéis  á  mi  hermano  haga 
la  merced  á  su  hijo  que  le  suplico;  porque  ella  no  tendrá  otro 
consuelo.  Yo  acabo  esta  con  quedar  confiada  que  habéis  de  pro- 
curar que  esto  se  socorra,  y  muy  cierta  de  que  haréis  en  ello 
todo  lo  posible.  Y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Gant  á  2  de 
Abril,  1604, — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

76. 

Duque:  A  mi  hermano  escribo  todo  cuanto  ha  pasado  después 
que  escribimos,  y  por  allí  veréis  en  la  necesidad  en  que  se  está 
de  que  esto  se  socorra  con  la  brevedad  que  ello  mismo  pide.  Yo 
sé  que  no  os  descuidáis  ni  descuidareis  á  procurallo,  y  que  no  he 
menester  pedíroslo  por  el  cuidado  que  siempre  traéis  dello;  y 
así  solo  os  pongo  delante  cuánto  es  menester.  No  me  podré  alar- 
gar en  esta  tanto  como  quisiera,  porque  me  sale  estos  dias  tanta 
sangre  de  narices  que  me  lo  estorbara,  mas  sigun  la  traemos  al- 
borotada, no  es  luucho,  aunque  tras  eso  os  confieso  que  nunca 
me  ha  parecido  que  soy  nieta  de  mi  agüelo,  ni  hija  de  mi  padre 
sino  aora,  porque  cuanto  más  apretados  estamos,  más  ánimo  ten- 
go y  más  cierta  esperanza  que  Dios  nos  ha  de  ayudar.  En  buen 


COKKESPOMDEKCIA  SE   LA   INFANTA  DOSÍA  ISABEL*  439 

punto  nos  hubiera  de  haber  puesto  Don  Luis  de  Velasco  con  sus 
temas  y  su  retirada,  que  ha  sido  milagro  no  perderse  todo,  no 
solo  lo  de  Ostende  pero  todo  el  exército  y  esta  provincia;  y  Dios 
quiera  que  se  pueda  aun  remediar  este  daño,  de  manera  que 
nuestros  enemigos  no  salgan  con  la  honra  y  el  provecho.  Ojala 
hubiera  sido  verdad  lo  que  dicen  ay,  que  era  tema  de  mi  primo 
que  tenia  con  él  el  no  encargalle  nada,  que  no  nos  viéramos  en 
esto;  y  esto  ha  sido  la  causa  de  encargárselo  mi  primo  aora,  que 
no  lo  pudiesen  decir;  aunque  tenía  por  cierto  que  había  de  suce- 
der ansy;  y  no  solo  eso,  pero  más  de  dos  españoles,  sabiendo 
que  mi  primo  se  lo  quena  mandar,  le  dijeron  que  mirase  lo  que 
hacia,  porque  haria  todo  lo  que  pudiese  por  estorbar  lo  de  Os- 
tende (l):  que  es  bueno  que  por  puntos  particulares  se  pierda 
todo.  Y  así  habiendo  visto  lo  que  ha  pasado,  lo  ha  encargado  mi 
primo  al  Marqués  Espinóla,  que  sirve  solo  por  ganar  honra  y 
nombre,  con  que  espero  que  lo  ha  de  hacer  muy  bien:  que  es 
bueno  que  por  puntos  y  más  puntos  y  pasiones  particulares  no 
haga  nayde  su  deber.  Yo  espero  que  vuestro  cuñado  os  dirá  al- 
gún dia  lo  que  pasa  en  esto,  que  está  espantado  de  vello.  A  mí 
me  lastima  de  haber  de  deciros  esto  de  Don  Luis,  que  más  obli- 
gación le  tengo  que  no  al  Marqués  de  Espinóla,  pues  es  hijo  de 
criados  y  criado  en  casa;  y  asi  siento  que  haya  salido  desta  ma- 
nera; pero  tras  esto  es  menester  hablaros  claro  y  que  entendáis 
lo  que  pasa  y  lo  que  cumple  al  servicio  de  mi  hermano;  y  no  es- 
tamos  en  tiempos  ni  ocasión  de  poder  temporizar  con  nayde, 
sino  mirar  quien  lo  hace  mejor  y  procurar  que  mi  hermano  sea 
bien  servido  y  que  esto  no  se  pierda  por  un  disparate,  como  lo 
hubiera  de  estar  tres  dias  ha.  Mi  primo  se  vá  mañana  á  Bruse- 
las; yo  lo  siento  cuanto  podéis  pensar,  y  tras  eso  me  huelgo,  por- 
que en  fin  donde  él  no  está,  no  se  hace  cosa  á  derechas.  Enco- 
mendalde  á  Dios,  que  yo  arto  temo  que  esta  fiesta  ha  de  llegar 
á  las  manos,  y  como  bien  escarmentada,  no  es  mucho  temeBb» 
aunque  tengo  gran  confiaaaa  en  Nuestro  Señor  que  nos  ha  de 
ayudar.  Muchcr  tardan  cartas  de  ay:  á  lo  menos  á  mi  siempre  me 

(i)    Por  envidia  á  Spínola,  de  quien  pretendió  ser  rival. 


440  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

lo  parece,,  por  lo  que  deseo  saber  muy  á  menudo  de  mi  herma- 
no. A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Gant  á  22  de  Mayo,  1 604. — A  Isabel. — ^ 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

76. 

Duque:  Por  no  dexar  pasar  esta  ocasión  deste  correo  que  des- 
pacha el  Condestable,  escribo  estos  renglones,  porque  habiendo 
tan  poco  que  escribimos,  me  parece  que  no  sirvirá  sino  de  can- 
sar tornar  á  repetir  lo  que  se  ha  escrito  tantas  veces;  y  no  ha- 
biendo otra  cosa  de  nuevo  que  decir,  sino  que  con  la  dilación 
crece  la  necesidad,  y  nuestros  enemigos  van  acrecentando  de 
fuerzas,  ayudados  y  asistidos  de  Francia  cuanto  pueden;  y  no 
solo  eso  pero  todas  las  apariencias  que  hay  es  de  querer  romper  , 
el  de  Francia  por  una  destas  fronteras,  por  lo  que  se  ha  ofendi- 
do de  lo  que  ha  descubierto  de  aquel  hombre  que  se  ahogó;  .y  á 
lo  que  yo  creo,  movido  más  de  saber  la  ñaqueza  con  que  se  está 
aqui.  El  enemigo  se' está  fortificando  cuanto  puede  sobre  la  En- 
clusa  (i)  sin  habérselo  podido  estorbar  hasta  aora  por  la  buena  * 
retirada  de  Don  Luis.  Y  en  este  término  estamos  acá  y  desean- 
do mucho  nuevas  de  ay,  que  con  saber  de  la  salud  de  mi  her- 
mano, se  llevaría  todo  lo  demás;  y  así  estoy  muy  contenta  de 
haber  sabido  por  cartas  de  particulares  que  la  tiene,  y  que  pen- 
saba irse  á  caga.  Aqui  la  tenemos,  y  yo  he  tenido  á  mi  primo 
por  guésped  esta  pascua;  creo  se  volverá  luego  á  Bruselas.  A 
toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Gant  á  7  de  Junio,  1 604. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito:) Al  Duque  de  Lerma. 

77. 

Duque:  Con  vuestra  carta  y  con  las  buenas  nuevas  que  Don 
Rodrigo  me  dio  de  vuestra  convalecencia,  olgué  mucho,. y  creo 
que  estáis  siguro  que  nayde  os  desea  más  la  salud  que. yo  por 

(i)    Sic:  por  Esclusa.  .     . 


CORRESPOMDENCU  DB  LA  INFANTA  DOÑA  ISABBL«  44 1 

muchas  razones,  y  la  mayor  por  lo  que  toca  al  servicio  de  mi 
hermano;  porque  sé  cierto  que  no  le  deben  de  mirar  todos  como 
vos.  Quisiera  que  esta  misma  seguridad  tuvieran  allá  de  nosotros, 
pero  sigun  juzgo  después  que  he  oido  á  Don  Rodrigo  lo  que  mi 
hermano  le  ha  mandado  que  nos  diga,  es  muy  al  contrario.  Vos 
sabéis  que  siempre  os  he  hablado  con  llaneza  y  nado  de  lo  que 
nos  queréis  y  procuráis  encaminarlo  que  nos  toca,  aora  y  siem- 
pre; y  así  con  la  misma  llaneza  os  diré  que  estoy  cierta  que  esta 
resolución  (i)  no  ha  salido  de  vuestra  cabeza;  ni  habéis  reparado 
más  en  esto  de  pareceres  que  con  ello  se  aseguraba  la  persona 
de  mi  primo  y  mi  descanso,  que  fio  tanto  de  lo  que  nos  le  de- 
seáis que  creo  que  esto  no  os  ha  dexado  echar  de  ver  cuan  al 
contrario  seria  si  se  hiciese  lo  que  mi  hermano  manda;  y  de  la 
voluntad  de  mi  hermano  estoy  sigurísima  y  de  que  le  parecía 
que  en  esto  nos  hacía  más  merced,  conforme  á  lo  que  le  han  in- 
formado. Pero  de  lo  que  no  puedo  dexar  de  confesaros  que  es- 
toy sentidísima,  es  de  que  se  crean  informaciones  tales  y  de 
personas  que  se  vé  claro  con  la  pasión  que  han  hablado  contra 
mi  primo  y  con  procurar  meter  cigaña  entre  nosotros,  que  ha- 
yan hecho  tomar  tal  resolución:  que  cuando  mi  primo  viniera  en 
ello,  yo  no  lo  consintiera  por  ninguna  via;  porque  estimo  más  la 
reputación  y  fama  de  mi  primo  que  todo  el  contento  del  mun- 
do. Y  aunque  es  verdad  que  viéndole  aventurado,  yo  no  le  pue- 
do tener,  espero  en  Nuestro  Señor  que  le  ha  de  guardar,  como 
guardó  á  mi  padre  y  agüelo  y  á  otros  muchos  de  nuestra  casa; 
y  hago  mi  cuenta  que  nacimos  para  trabaxos  y  que  nayde  se  es- 
capa dellos  en  este  mundo;  y  que  Nuestro  Señor  nos  trujo  aqui 
y  puso  á  mi  padre  y  hermano  en  que  nos  hiciesen  merced  desto; 
y  que  así,  aunque  no  hemos  tenido  los  buenos  sucesos  que  es- 
.  perábamos,  con  todo  creo  se  ha  servido  Nuestro  Señor  en  este 
tiempo,  y  no  ha  sido  por  falta  de  mi  primo  no  habellos  tenido, 


(1)  Por  este  tiempo  propuso  el  Consejo  de  Estado  á  S.  M.  que  en  vis- 
ta de  los  escasos  progresos  que  en  la  guerra  de  aquellos  Estados  obtenía 
el  Archiduque,  se  pusiese  al  frente  del  Gobierno  militar  de  ellos  una 
fjersona  de  reconocida  experiencia  y  reputación.  Es  muy  posible  que  el 
Coodestahle  fuese  el  iniciador  de  esta  idea. 

TOMO  xLvii.  39 


-M» 


1 


443  BOLETÍN    DB   LA   REAL   ACADEKIA   DE   LA   HISTORIA. 

sino  porque  estas  cosas  están  en  las  manos  de  Dios,  que  sabe  lo 
que  nos  conviene;  y  espero  que  cuando  menos  lo  pensemos,  nos 
ha  de  ayudar.  Y  bien  seria  menester  que  fuese  aora  en  esta  oca- 
sión, no  tanto  por  el  aprieto  en  que  quedamos,  como  os  dirá 
Don  Rodrigo,  como  para  poder  pasar  este  sentimiento  que  os 
digo.  Que  tanto  cuanto  yo  veo  que  mi  primo  trabaxa  y  procura 
el  servicio  de  mi  hermano,  tanto  nxás  me  duele  que  pueda  pa- 
recer á  nayde  que  otro  hará  esto  mejor  que  él  y  que  él  no  hace 
lo  que  debe,  pues  son  diferentes  las  obligaciones  que  tenemos 
que  todos  los  otros;  y  también  es  diferente  el  reconocellas  y  es- 
timar la  merced  que  mi  hermano  nos  ha  hecho;  pues  cuando  no 
fuera  más  que  la  que  nos  ha  hecho  después  que  es  taraos  aqui, 
bastaba  para  que  procuráramos  serville  mejor  que  otros.  Demás 
de  que  la  razón  propia  dice  lo  que  interesamos  en  ello,  porque 
si  Dios  nos  dá  hijos,  también  ha  de  ser  esto  para  los  de  mi  her- 
mano; y  si  no  nos  los  dá,  claro  está  que  ha  de  ser  de  mi  herma- 
no. Y  para  quien  lo  podríamos  querer  nosotros  ni  más  cerca  en 
sangre  ni  á  quien   tengamos  más  obligaciones  sino  es  para  el 
Conde  Mauricio?:  que  yo  no  puedo  creer  sino  que  esto  se  debe 
de  haber  dicho  allá,  pues  se  tomaba  tal  resolución.  Sobre  todo 
siento  que  cosa  que  mi  hermano  mande  no  se  pueda  cumplir,  ni 
nosotros  podamos  venir  en  ella  de  ninguna  manera;  y  esto,  cier- 
to, tanto  por  lo  mal  que  está  á  su  servicio  como  á  nuestra  repu- 
tación, como  espero  lo  echareis  de  ver  después  de  haber  oidoá 
Don  Rodrigo.  Y  olgara  yo  arto  que  se  hubiera  guardado  en  esto 
por  lo  que  toca  á  ambas  cosas  el -secreto  que  me  decis;  que  Dios 
sabe  cuánto  daño  ha  hecho  y  hace  por  acá  y  más  en  esta  oca- 
sión haberse  entendido;  aunque  por  nuestra  parte  se  ha  procu- 
rado encubrillo  cuanto  se  ha  podido;  pero  cuando  vino  Don  Ro- 
drigo, ya  aqui  se  sabia  por  algunas  cartas  particulares,  aunque 
yo  os  confieso  que  no  lo  podia  creer,  pero  creeré  que,  oídas  las 
razones  que  hay  para  no  venir  en  esto,  que  porque  Don  Rodri- 
go os  las  dirá  muy  particularmente,  no  os  las  repito,  no  solo  to- 
mara mi  hermano  mal  nuestra   resolución,   pero  que  antes  nos 
hará  la  merced  que  esperamos  y  que  vos  ayudareis  á  esto,  como 
me  lo  prometo  de  la  buena  prueba  que  tengo  hecha  de  cuanto 


i 


CORRESPONDENCIA   DE   LA   INFANTA  DONA   ISABEL.  443. 

nos  toca.  Y  porque  Don  Rodrigo  os  dirá  el  estado  de  todo  lo  de 
acá,  no  os  lo  digo  aqui,  sino  solo  que  habrán  sido  muy  buenos 
los  dias  de  Ventosilla,  y  espero  que  mi  hermano  se  habrá  olgado 
y  entretenido  y  vos  divertídoos  para  convalecer  más  aprisa.  A 
toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho,  y  he  olgado  de  sa- 
ber tan  particulares  nuevas  de  todos,  como  me  ha  dicho  Don 
Rodrigo  y  Ñuño  de  Mendoza,  que  ha  llegado  dos  dias  ha.  Y 
guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Gant  á  20  de  Junio,  1 604. — A 
Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

78. 

Duque:  Mucho  ha  sido  lo  que  olgué  con  Don  Blasco  por  las 
buenas  nuevas  que  me  ha  traido  de  la  salud  de  mi  hermano  y  la 
Reyna  y  mi  nuera,  que  todos  no  se  artan  de  decir  cuan  linda  es. 
Guárdela  Dios  y  á  sus  padres  para  que  tengan  otros  muchos. 
Con  vuestra  carta  oigué  lo  que  podéis  pensar  de  quien  está  tan 
satisfecha  como  yo  de  lo  que  me  decis  y  del  cuidado  que  tenéis 
de  cuanto  nos  toca  y  lo  que  trabaxais  por  ello:  que  lo  uno  y  lo 
otro  no  puedo  dexar  de  agradeceros  mucho,  quedando  con  el 
reconocimiento  que  es  justo  de  todo  ello,  y  creyendo  cuan  de 
buena  gana  os  hallárades  aqui  para  trabaxar.  Y  en  verdad  que 
tengo  por  más  lo  que  trabaxais  allá  que  no  si  estuviésedes  aquí 
peleando;  pero  yo  sé  que  os  querríades  hallar  en  lo  uno  y  lo 
otro,  porque  sé  la  buena  ley  del  Marqués  de  Denia  y  que  esta 
no  faltará;  y  siendo  vuestro  hijo  el  Duque  de  Cea,  no  puede  de- 
xar de  acertar  á  servir  á  mi  hermano.  Siempre  esperé  que  habia 
de  salir  tan  de  provecho  para  esto,  como  me  dicen  todos  los 
que  vienen  de  allá,  y  cuan  bien  entiende  los  negocios,  con  que 
tenéis  mucha  más  culpa  de  trabaxar  como  lo  hacéis,  pues  Dios 
os  ha  dado  tan  bien  con  quien  podáis  descansar  un  rato  y  mirar 
por  vuestra  salud,  pues  importa  al  servicio  de  mi  hermano  que 
lo  hagáis  ansí. 

De  aqui  hay  poco  dq  nuevo  que  decira^  sino  que  lo  de  Os- 
tendc  está  tan  adelante  que  cada  dia  esperamos  se  podrá  en- 
viar esta  buena  nueva,  que  se  habrá  pleyteado  bien,  pues  anty- 


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444 


BOLETÍN   DB   LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 


ayer  se  cumplieron  los  tres  años  que  se  puso  el  sitio;  y  con  todo 
los  de  dentro  determinan  de  defenderse  hasta  lo  postrero.  Lo  de 
la  Enclusa  se  está  ansi,  y  los  de  dentro  con  muy  buen  ánimo. 
Gon  todo  importaría  arto  socorrella,  como  se  procura  cuanto  se 
puede. 

El  Marqués  Espinóla  merece  que  mi  hermano  le  haga  mucha 
merced,  porque  no  se  puede  decir  lo  que  trabaxa  y  en  los  peli- 
gros que  se  pone;  y  sobre  todo  lo  que  sufre  y  lo  que  disimula^ 
aunque  generalmente  de  los  soldados  es  muy  bien  quisto;  pero 
todo  lo  que  hace  se  le  puede  agradecer  mucho  pues  es  sin  obli- 
gación de  vasallo  ni  de  haber  menester  ganar  hacienda. 

Los  amotinados  saldrán  ya  á  servir,  ellos  dicen  que  muy  bien: 
las  obras  nos  mostrarán  su  buena  voluntad.  Importaría  mucho  al 
servicio  de  mi  hermano  concluir  con  ellos  lo  más  presto  que  se 
pueda.  Lo  de  Ingalaterra  parece  vá  bien  hasta  aora,  como  veréis 
por  los  despachos  de  allá:  que  es  todo  lo  que  hay  por  acá. 

La  merced  que  mi  hermano  ha  hecho  á  vuestro  cuñado,  ha 
sido  hacérnosla  á  nosotros,  porque  en  fin  como  cosa  vuestra 
acude  al  servicio  de  mi  hermano  diferentemente  que  los  demás,, 
sin  mirar  á  mas  de  que  se  haga  lo  que  conviene.  Mucho  me  ha 
pesado  de  la  muerte  del  Confesor  (l)  por  la  pesadumbre  que  ha- 
brá sido  para  mi  hermano  mudalle;  y  era  buen  hombre  como  de- 
cis.  El  mal  de  la  Condesa  de  Lemos  siento  mucho  y  que  le  dure 
tanto:  espero  que  con  la  calor,  que  creo  es  bueno  para  lo  del  bra- 
zo, se  hallará  mejor.  Creo  yo  muy  bien  lo  que  me  decis  de  cuan 
bien  tiene  el  servicio  de  mi  nuera  la  de  Altamira;  y  yo  os  pro- 
meto que,  no  es  por  lisonja,  sino  que  á  mi  juicio  no  he  visto  per- 
sona más  á  propósito,  y  que  aora  deseo  mucho  más  un  hijo  por 
gozar  de  mi  nuera.  Mucho  guelgo  de  que  tengáis  ay  aun  á  la 
de  Niebla;  y  mejor  sería  que  trújese  sus  hijos  y  se  estuviese 
con  vos,  que  no  irse  con  ellos.  De  todas  me  dan  muy  buenas 
nuevas,  y  yo  guelgo  arto  de  oyllas;  y  para  esto  aguardo  á  Ma- 
dalena  de  San  Jerónimo  con  alborogo.  Yo  creo  que  ella  os  ha- 


(i)    Fr.  Gaspar  de  Córdoba,  confesor  de  S.  M.,  fallecido  el  2  de  Junio 
de  1604. 


CORRESPONDENCIA   DB  LA  INFANTA   DONA   ISABEL.  445 

brá  hablado  en  un  negocio  de  Jacyncurt;  y  pues  sabéis  mejor 
que  nayde  la  obligación  que  yo  le  tengo,  veréis  cuanto  desearé 
le  haga  mi  hermano  merced;  y  así  os  pido  lo  encaminéis,  como 
yo  sé  lo  haréis  de  buena  gana,  y  también  ayudar  á  la  de  Uceda, 
que  ha  partido  ya  para  ay.  A  toda  vuestra  gente  me  encomen- 
dad mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Gant  á  8  de  Julio, 
1604. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

79. 

Duque:  Mil  dias  ha  que  no  sabemos  de  ay  palabra,  con  que 
se  pasa  muy  mal  y  particularmente  yo,  que  querría  cada  credo 
tener  las  buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano,  que  hemos 
menester.  También  deseo  saber  de  la  vuestra  y  vuestras  herma- 
nas y  cómo  os  vá  con  la  calor,  que  si  ha  comenzado  como  aquí, 
no  será  pequeña;  y  dice  vuestro  cuñado  que  no  la  hará  mayor 
en  la  Andalucía. 

De  acá  hay  poco  de  nuevo  que  escribir  después  de  nuestras 
últimas  cartas,  y  estas  van  con  riesgo  de  que  las  cojan  los  ene- 
migos; y  así  por  las  de  mi  primo  sabréis  lo  que  se  ofrece  y  por 
las  del  Condestable,  que  despacha  este,  lo  que  hay  en  materia 
de  Ingalaterra.  Yo  solo  diré  que  deseo  arto  acabar  ya  de  envia-. 
ros  una  buena  nueva.  Dios  quiera  que  esto  pueda  ser  muy  pres- 
to y  que  la  tengamos  de  ay,  como  lo  será  saber  que  mi  hermano 
y  la  Reyna  y  mi  nuera  están  muy  buenos.  A  toda  vuestra  gente 
me  encomiendo  mucho;  y  sé  que  no  he  menester  encargaros  lo 
que  nos  toca  acá,  pues  sé  el  cuidado  que  ponéis  en  ello;  y  así 
acabo,  porque  me  dan  prisa  por  las  cartas,  con  que  os  guarde 
Dios  como  deseo.  De  Gant,  dia  de  la  Madalena,  1604. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

80. 

Duque:  Nuestro  Señor  quiere  aun  probar  más  nuestra  pacien- 
cia, y  así  no  permite  que  podamos  enviar  siquiera  una  buena  nue- 
va, que  os  prometo  es  una  de  las  cosas  que  más  me  hace  sen- 


4^6  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

tir  la  pérdida  de  la  Enclusa  (l),  aunque  hay  artas  para  hacello, 
pues  nos  hemos  visto  en  punto  de  concluir  con  esta  guerra,  si 
fie  socorriera  y  saliera  con  lo  de  Ostende;  y  aora  será  menester 
comenzalla  de  nuevo  en  esta  provincia;  que  pensábamos  ya 
echar  el  cuidado  aparte  della.  Pero,  pues  Nuestro  Señor  ha  per- 
mitido esto,  debe  de  ser  lo  que  mejor  nos  está;  y  solo  nos  puede 
quedar  un  consuelo,  de  que  por  nuestra  parte  ño  se  ha  dexado 
de  hacer  cuanto  ha  sido  posible,  así  de  oraciones  y  promesas 
como  de  procurar  hacer  este  socorro;  en  que  se  nos  ha  ido  lo 
más  del  tiempo  en  templar  más  flautas  para  que  quisiesen  ten- 
tar esto,  que  tienen  los  órganos  de  San  Lorenzo.  Y  como  no  se 
puede  cada  credo  andar  cortando  cabezas  ni  aorcando  hombres, 
os  prometo  se  pasa  gran  trabaxo,  pues  lo  que  mi  primo  ha  he- 
cho con  Don  Alvaro  Juares,  aun  se  lo  murmuran,  habiendo  tan- 
tas razones  para  ello  como  creo  os  parecerá,  sabiendo  lo  que  ha 
pasado  y  lo  que  se  contemporizó  con  Don  Alvaro  para  no  lle- 
gar á  esto;  pero  mientras  ay  no  se  hiciere  una  gran  demostra- 
ción con  todos  los  que  anduvieren  en  estos  puntos  y  en  si  me 
ha  de  mandar  fulano  ó  citano,  como  pasa  muchas  veces  con  el 
Marqués  Espinóla,  aunque  él  lo  lleva  muy  cuerdamente,  yo  os 
digo  que  nunca  se  hará  cosa  bien  hecha;  y  que  aunque  mi  pri- 
mo los  castigue  aquí,  como  mi  hermano  le  manda,  no  servirá  de 
nada,  si  no  se  hace  allá  lo  mismo.  Y  creed  que  estas  cosas  lo 
embarazan  todo  y  no  dexan  salir  con  nada,  por  más  que  se  tra- 
baje y  se  afane,  como  lo  ha  hecho  mi  primo  en  esto  de  la  En- 
clusa, en  que  se  peleó  muy  bien,  á  lo  que  dicen,  y  yo  lo  creo, 
porque  era  toda  gente  particular  la  que  fué  allá;  pero  no  se  qué 
mala  ventura  es  esta,  que  con  ser  como  digo,  pueden  más  cua- 
tro picaros  que  tiene  el  enemigo:  que  no  puedo  creer  sino  que 
hacen  algún  hechizo,  que  se  usa  esto  tanto  por  acá  que  todo  se 
puede  pensar.  En  fin  ello  es  hecho:  no  hay  sino  conformarnos 
con  la  voluntad  de  Nuestro  Señor,  y  procurar  remediar  el  daño 
antes  que  sea  mayor,  como  espero  que  se  hará  con  vuestro  cui- 


(i)    Acerca  del  socorro  y  pérdida  de  la  Esclusa,  véase  el  capítulo  viii  de 
mi  estudio  sobre  Ambrosio  Spinola. 


CORRBSPONOBNCIA  DE  LA  INFANTA  DO^A  ISABEL  447 

dado:  que  yo,  cierto,  sé  que  es  mayor  de  lo  que  podemos  ima- 
ginar, como  vemos  por  los  efectos,  pues  si  no  fuera  por  él,  no 
hubiera  llegado  tan  presto  esta  provisión  acá;  y  así  podéis  estar 
cierto  que  lo  conocemos  y  deseamos  mostraros  el  agradecimien- 
to que  tenemos  dello. 

Muy  bien  recibidas  han  sido  las  cartas  de  26  de  Junio  y  2  de 
Agosto,  que  llegaron  en  ocho  dias.  Con  nada  se  pueden  llevar 
estas  pesadumbres  sino  con  saber  que  mi  hermano  tiene  la  sa- 
lud que  hemos  menester.  Bendito  sea  Dios:  la  merced  que  siem- 
pre nos  hace  es  tan  grande  que  me  hace  sentir  de  nuevo  habe- 
lle  de  cansar;  y  no  menos  lo  que  á  vos  os  cuesta  de  trabajo  y 
cuidado;  pero  el  mayor  servicio  que  nos  haréis,  será  que  no  sea 
esto  de  manera  que  os  haga  daño  á  la  salud,  porque  á  todos  nos 
importa  que  la  tengáis.  Y  así  os  lo  pido  muy  de  veras  que  no  os 
congojéis  ni  añíjais  por  nada,  ni  trabajéis  de  manera  que  os  haga 
mal.  A  buen  tiempo  hubiera  llegado  la  gente  de  Italia,  pero  no 
me  parece  que  vendrá  tan  presto  ni  á  tiempo  que  pueda  ya  ha- 
cer nada.  No  sé  en  qué  funda  siempre  el  Conde  de  Fuentes  lo 
que  la  detiene  contra  las  órdenes  de  mi  hermano,  ni  sé  que  allá 
sea  más  servicio  de  mi  hermano  conservar  otras  cosas  que  esto, 
pues  si  esto  se  perdiese,  se  podrían  mal  conservar  las  demás;  y 
el  tener  yo  bien  visto  esto,  me  hace  estar  con  más  cuidado  y 
desear  más  el  remedio.  Con  vos  siempre  hablo  claro,  y  os  digo 
cuanto  entiendo  y  me  parece,  porque  sé  que  vuestra  intención 
y  deseo  del  servicio  de  mi  hermano,  que  es  lo  que  aquí  desea- 
mos, es  diferente  de  las  demás.  Acá  hemos  andado  con  los  amo- 
tinados para  traellos  á  esto  de  la  Enclusa,  aunque  han  servido 
de  poco.  Pero  el  Duque  de  Ossuna  lo  ha  hecho,  cierto,  honrada- 
mente, que  habiéndole  ellos  pedido,  no  ha  reparado  en  nada;  y 
así  está  con  ellos;  y  cierto,  merece  que  mi  hermano  le  haga 
merced  y  que  ha  de  salir  de  provecho,  y  os  prometo  que  des- 
pués que  está  aquí,  no  le  he  visto  hacer  cosa  que  se  le  pueda 
repreender,  sino  acudir  siempre  á  servir  como  un  soldado  par-  j 

ticular.  Ya  el  Condestable  está  en  Ingalaterra  y  se  puede  espe-  i 

rar  que  aquello  se  acabará  bien.  También  debe  de  estar  ya  ay  j 

la  de  Uceda;  y  yo  estoy  bien  disculpada  de  habelle  dado  la 


44^  boi.bt(n  ds  la  b 

licencia,  pues  no  sabia  que  mi  hermano  se  la  habia  negado, 
como  me  decís;  que  si  lo  supiera,  con  tener  .ella  la  necesidad 
que  tenia  delta,  no  se  la  diera  sin  avisar  primero  á  mi  hermano 
de  lo  que  mandaba.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mu- 
cho. Cuelgo  de  saber  que  estén  todos  buenos,  aunque  dende 
acá  me  hace  soledad  que  se  haya  ido  la  de  Niebla;  y  pura  no  se 
ofrece  por  acá  otra  cosa,  acabo  con  que  os  guarde  Dios  como 
deseo.  De  Gant  á  22  de  Agosto,  l6o4.~A  Isabel.— (Sobrescrito:) 
Al  Duque  de  Lerma. 


ta  linnidc  li  Infinti  liibel. 

A.  Rodríguez  Villa. 


II. 
EL  CASTILLO  DE  LOARRE. 

Habiendo  sido  designado  por  nuestro  digno  Director  para  in- 
formar acerca  de  la  declaración  de  Monumento  nacional,  que  á 
favor  del  Castillo  de  Loarre  solicitan  en  nombre  del  vecindario 
los  señores  alcalde  y  cura  párroco  de  dicha  villa  de  la  provincia 
de  Huesca,  paso,  desde  luego,  á  desempeñar  mi  cometido. 

Hállase  situada  esta  fortaleza  á  dos  kilómetros  al  Norte  de  la 
población,  sobre  un  extenso  y  abrupto  peñasco  al  pie  de  la  Sie- 
rra de  Loarre,  primera  estribación  por  aquella  parte  del  levan- 
tamiento pirenaico. 


RETRATO  DE  LA  INFANTA  DOÑA  ISABEL  CLARA  EUGENIA 


BL   CASTILLO   DE  LOARRB.  449 

Loarre,  la  antigua  Calagurris  Nasica^  que  en  vano  se  ha  que- 
rido confundir  con  Calahorra,  la  Calagurris  Fibularia^  de  mu- 
cha más  modesta  prosapia,  situada  en  el  país  de  los  Hergetes, 
citada  por  César  en  sus  Comentarios  en  ocasión  del  oportuno 
auxilio  que  sus  habitantes  en  unión  de  los  de  Huesca  en  el  sitio 
de  Lérida  le  prestaron,  merced  al  cual  saliendo  de  una  situación 
angustiosa,  trocóse  en  próspera  la  adversa  fortuna,  y  los  pom- 
peyanos  que  creíanse  ya  seguros  de  la  victoria,  hubieron  de 
pensar  sólo  en  la  fuga. 

No  es  extraño  después  de  tan  eminentes  servicios  verla  os- 
tentar el  dictado  de  Municipium  Calagurris  Juliay  batiendo  mo- 
neda con  su  nombre  y  favorecida  con  los  derechos  de  ciudada- 
nía romana. 

Atribuyese  generalmente  á  Sancho  I  la  construcción  de  su 
majestuoso  castillo,  asignándole  los  autores  diferentes  fechas: 
1065,  1070»  1083,  1092,  etc.,  todas  ellas  conformes  en  el  pru- 
rito de  hacer  á  Sancho  Ramírez  constructor  de  la  fortaleza. 

Desde  luego,  compréndese  que  la  íecha  haya  de  ser  más 
remota,  teniendo  en  cuenta  la  bula  de  l8  de  Octubre  de  1071, 
procedente  del  cartulario  de  Montearagón ,  mencionada  por 
el  Padrp  Ramón  de  Huesca  que  la  tuvo  á  la  vista,  en  la  cual 
el  Pontífice  Alejandro  II  establecía  en  el  castillo  una  comunidad 
de  canónigos  reglares  de  San  Agustín,  y  por  otra  parte,  no  pue- 
do menos  de  tener  presente  la  inscripción  fúnebre  de  Tulgas, 
grabada  en  uno  de  los  sillares  del  intradós  del  arco  que  sirve  de 
ingreso  á  la  monumental  escalera,  inscripción  mal  leída  é  inter- 
pretada, de  la  cual,  á  ñnes  de  1 897,  saqué  calco  que  presenté  á 
esta  Real  Academia  con  un  pequeño  trabajo  que  ésta  tuvo  á 
bien  publicar  en  su  Boletín,  donde  puede  verse  claramente  se- 
ñalada la  era  1083  (año  1045),  demostrando  que,  por  lo  menos, 
aquella  parte  del  edificio  estaba  por  entonces  concluida. 

Debe,  pues,  atribuirse  su  fundación  á  Ramiro  I. 

Queda  ocupando  esta  construcción  militar,  importante  puesto 
en  la  historia  aragonesa,  especialmente  en  las  revueltas  á  que  dio 
lugar  la  jura  de  Fernando  I,  elegido  rey  de  Aragón  por  los  com- 
promisarios de  Caspe,  siendo  el  último  refugio  de  los  partidarios 


450  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

del  Conde  de  Urgel,  que  después  de  derrotados  en  Balaguer 
aún  resistieron  ocho  meses,  hasta  ñnes  de  1413,  acaudillados  por 
la  abadesa  de  Trasovares,  doña  Violante,  sostenidos  por  la  in- 
domable  energía  de  aquella  mujer  extraordinaria. 

En  la  Memoria  de  que  viene  la  solicitud  acompañada,  pueden 
verse  no  pocos  datos  históricos  referentes  al  edificio,  completa- 
dos en  el  erudito  informe  de  nuestro  correspondiente  dignísimo 
D.  Gabriel  Llabrés,  secretario  de  la  Comisión  provincial  de  Mo- 
numentos de  Huesca. 

Bello  é  imponente  en  extremo  es  el  aspecto  de  aquella  cons- 
trucción, que  á  pesar  del  abandono  de  varios  siglos,  consérvase 
en  mejor  estado  de  lo  que  pudiera  esperarse. 

Álzase  el  edificio  sobre  elevadísimo  tajo,  que  hace  innecesaria 
la  cerca  de  murallas  por  aquel  lado,  formando  éstas  próxima- 
mente una  semicircunferencia  en  el  resto  del  perímetro  y  ce- 
rrando una  extensa  explanada  ó  plaza  de  armas. 

Abrense  en  ellas  dos  puertas  en  sendos  torreones,  hallándose 
además  flanqueadas  por  ocho  cubos. 

Interesante  en  extremo  es  nuestra  arquitectura  militar,  que 
permanece  inestudiada  y  asombra  ver  en  nuestra  patria  tales 
construcciones  en  esta  época  en  que  no  eran  los  castillos  otra 
cosa  que  un  sencillo  torreón  cercado,  hallando  aquí  el  del  Ho- 
menaje confundido  en  el  conjunto  de  la  fábrica,  disposición  que 
en  Francia  y  en  los  demás  países  europeos  no  aparece  hasta  la 
décimaquinta  centuria. 

La  escalera,  de  un  solo  tramo,  cubierta  con  bóveda  de  medio 
cañón,  es  de  lo  más  majestuoso  que  puede  contemplarse. 

En  su  primera  mitad  ábrese  la  puerta  de  la  cripta  ó  capilla 
subterránea,  compuesta  de  dos  anillos  de  bóveda  y  capilla  absi- 
dal  con  graciosa  arquería  en  su  base  y  bóveda  de  cuarto  de 
esfera. 

Más  arriba  encuéntrase  el  ingreso  á  la  iglesia,  maravillosa 
construcción  en  que  el  arte  románico  agotó  todos  sus  primores 
y  todos  sus  atrevimientos. 

Compuesta  de  un  tramo  de  bóveda,  capilla  mayor  y  ábside, 
llama  la  atención  en  este  último  una  elegante  arquería  sobre  un 


EL  CASTILLO   DB   LO  ARRE.  45 1 

basamento  al  nivel  del  suelo,  sobrepuesta  á  la  cual  presenta  una 
segunda,  correspondiendo  cada  arco  de  ésta  á  dos  de  la  primera. 
Estos  arcos,  rompiendo  el  muro,  forman  graciosos  ventanales» 
presentando  al  exterior  idéntica  traza,  6  sea  dos  columnas  que 
sostienen  un  cornisón  formando  imposta  y  sobre  éstas  un  arco 
de  medio  punto. 

Compónese  la  capilla  mayor  de  cuatro  arcos  torales,  presen- 
tando sus  pechinas  un  sistema  de  dos  trompas  semicirculares  su- 
perpuestas, sobre  las  cuales  voltea  la  majestuosa  cúpula. 

Numerosas  estancias  de  enormes  dimensiones,  cuyas  bóvedas 
han  desaparecido,  conservan,  empero,  sus  elegantes  ventanales 
de  medio  punto  flanqueados  por  columnas,  cuyos  capiteles  os- 
tentan verdaderos  primores  de  la  escultura  decorativa,  dando 
testimonio  de  su  antiguo  esplendor. 

Existen  asimismo  diferentes  escaleras  que  daban  acceso  á  los 
importantes  subterráneos  del  castillo. 

Hoy  sus  extensas  cuadras  se  hallan  convertidas  en  verdes  pra- 
dos encerrados  entre  los  enhiestos  muros  aún  de  considerable 
altura,  y  de  ellos  rodeado  álzase  majestuosa  la  torre  del  Home- 
naje con  sus  ventanas  angostas  y  alargadas,  presentando  en  uno 
de  sus  lados  un  puente  ó  camino  cubierto  en  forma  de  botarel 
que  á  considerable  elevación  comunica  con  uno  de  los  más  pró- 
ximos torreones. 

Para  terminar  y  en  resumen,  debo  decir  que  creo  esta  mara- 
villosa construcción  el  más  importante  monumento  de  la  arqui- 
tectura militar  en  España  y  digna  en  un  todo  de  ser  favorecida 
con  la  declaración  de  Monumento  nacional  que  se  solicita. 

La  Academia,  no  obstante,  resolverá,  como  siempre,  lo  más 
acertado. 

Madrid,  3  de  Noviembre  de  1905. 

El  Marqués  de  Monsai^ud. 


4.52  BOLETIK  DB  LA  RBA.L  ACADEMIA  DB  LA    HISTORIA. 


III  • 

f 

ELEMENTOS  DE  ARQUEOLOGÍA  Y  BELLAS  ARTES  para  uso  de  Uni- 
versidades y  Seminarios,  por  el  Rvdo.  P.  Francisco  Navai-  Santo  Do- 
.  mingo  de  la  Calzada,  1904.  Imprenta  de  Sáenz.  En  4.** 

Los  que  en  una  ú  otra  forma  nos  dedicamos  á  los  estudios  ar- 
queológicos, echamos  de  menos  esas  obras  escritas  en  no  abul- 
tado volumen,  claras  en  la  exposición,  con  un  contenido  metó- 
dicamente dispuesto,  despojadas  de  erudición  farragosa,  así  en 
ideas  como  en  hechos  y,  además,  baratas;  obras  que,  por  estas 
condiciones,  suelen  llamarse  manuales.  Las  queremos,  además, 
escritas  en  el  idioma  patrio  y  comprensivas  del  concepto  total 
de  la  ciencia,  como  exige  el  interés  que  por  estos  estudios  se 
va  extendiendo  felizmente  en  España,  no  sólo  entre  las  clases 
doctas,  sino  aun  en  la  masa  popular.  Los  que,  además  de  nues- 
tra inclinación  á  la  arqueología,  la  profesamos  y  enseñamos  á  la 
juventud  escolar,  sentimos  más  hondamente  aquella  necesidad 
de  poner  en  manos  de  los  estudiantes  manuales  completos  y  de 
doctrina  clara  y  bien  concertada. 

Algunos  ensa}os  que  en  la  materia  se  han  escrito,  merecen 
más  que  censura  de  sus  faltas,  aplauso  por  la  intención  lauda- 
ble que  les  dio  origen.  Pero  son  inadecuados,  arcaicos  é  incom- 
pletos. Por  eso,  y  en  lo  que  á  mí  toca,  recibo  con  regocijo  el 
libro  del  P.  Naval,  cuyo  examen  me  encomienda  la  Academia. 
No  puede  ser  este  juicio  ni  minucioso,  ni  severo,  porque  es 
verdaderamente  arduo  el  someter  al  rigor  de  las  condiciones  de 
un  manual,  toda  la  substancia  de  toda  la  ciencia  arqueológica. 
Aun  cuando  ésta  se  halla  todavía  en  un  período  de  elaboración, 
es  ya  inmensa  en  sus  términos  cronológicos  y  geográficos  y 
aun  por  razón  de  objeto.  Porque  alcanza  á  todos  los  tiempos, 
desde  que  el  hombre  dejó  tras  sí  los  umbrales  del  Paraíso  y 
tuvo  que  atender  á  la  satisfacción  de  sus  necesidades,  ensanchan- 
do las  grutas  donde  se  refugió,  modelando  el  barro  para  reco- 
ger el  agua  que  bebía  y  aguzando  los  pedernales  para  labrar 
toscas  armas  con  que  defenderse  de  las  fieras  y  aun  de  sus  pro- 


ELEMENTOS   DE   ARQUEOLOGÍA   Y   B&LLÁS   ARTES.  455 

píos  semejante^.  A  tan  remotos  tiempos  alcanza  la  mirada  es- 
crutadora del  arqueólogo,  que  recorre  las  más  hondas  sinuosi- 
dades de  la  historia  de  los  siglos  y  de  los  países  hasta  casi  tocar 
en  el  horizonte  de  la  vida  contemporánea,  puesto  que  ya  llama- 
mos viejo  y  antiguo  y  arqueológico  á  lo  que  casi  es  de  ayer. 

Compréndese  por  esto  (y  porque  la  arqueología  estudia  toda 
clase  de  obras  labradas  por  el  hombre,  en  cuanto  son  monu- 
mentos, esto  es,  que  enseñan  y  adoctrinan),  el  campo  innlenso 
de  la  ciencia  arqueológica,  aunque  sometida  á  conceptos  gene- 
rales organizados  conforme  á  las  leyes  de  la  inducción  y  dé  la 
deducción,  como  se  agrupan  los  infinitos  seres  de  la  naturaleza 
para  estudiarlos  conforme  á  método  racional  y  provechoso.  Y  así 
como  no  hay  ninguno  de  estos  seres  que  no  quepa  en  alguna 
de  las  casillas  de  la  clasificación  zoológica,  así  no  hay  obra  ma- 
terial humana  ó  sea  monumento,  que  no  se  someta  á  las  leyeá 
de  la  clasificación  arqueológica,  con  lo  que  se  hace  posible  el 
estudio  y  aprovechamiento  de  todos  los  objetos  comprendidos 
en  la  ciencia  de  que  tratamois,  desde  la  catedral  excelsa  al  pe- 
dazo de  barro  que  una  mano  bárbara  trazó  torpísimamente. 

Pero  esta  clasificación  es  dificultosa  y  no  lo  es  menos  el  ca- 
lificar el  estilo,  carácter,  antigüedad,  uso  y  procedencia  de  mu- 
chos objetos.  Estas  sí  que  son  tareas  abandonadas  á  las  dispu- 
tas de  los  hombres,  que  con  frecuencia  son  ardorosas  y  nunca 
acabadas.  Pero  las  controversias,  en  ocasiones  preñadas  de 
graves  errores,  no  detienen  el  progreso  de  nuestros  estudios, 
antes  sirven  de  estímulo  á  los  que  á  él  se  dedican  para  allanar 
el  áspero  camino  y  desbrozarlo  de  punzantes  malezas. 

En  mi  juicio,  en  materia  de  clasificación  de  los  grandes  con- 
ceptos que  la  ciencia  contiene,  el  autor  no  ha  acertado.  Sea  por 
el  afán  natural  de  presentar  aspectos  nuevos,  sea  porque  la  na- 
turaleza  misma  del  asunto,  henchido,  como  he  expuesto,  de 
grandes  dificultades,  ha  embrollado  el  claro  criterio  del  clasifi- 
cador, éste  no  acierta  en  su  propósito.  Resulta  su  eschema  con- 
fuso y,  sobre  todo,  inexacto.  Divide  la  materia  total  en  tres  par- 
tes, la  teórica,  la  práctica  y  la  literaria.  En  la  primera  se  incluye 
cuánto  toca  al  arte  y  la  belleza,  la  teoría  y  fundamento  doctri- 


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454  BOLETÍN   DE   LA  REAL   ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

nal  de  las  artes  bellas  y  aun  del  ornato,  y  añade  no  muy  ade- 
cuadamente un  capítulo  sobre  conservación  de  monumentos. 
La  segunda  parte  corresponde  al  desarrollo  histórico  que  han 
tenido  en  orden  al  tiempo  y  al  espacio  las  artes  bellas  y  las  que 
el  autor  llama  artes  suntuarias,  que  son,  según  él,  el  mobiliario 
y  la  indumentaria  sagrada.  Toda  una  sección  dedica  á  estas  dos 
cosas,  olvidando  tantas  otras,  como  las  artes  industriales  y  mix- 
tas, que  son  materia  verdaderamente  arqueológica.  Además,  se 
limita  extraordinaria  é  indebidamente  el  concepto  del  mobilia- 
rio y  de  la  indumentaria,  reduciéndolos  á  lo  sagrado  ó  eclesiás^ 
tico,  aun  cuando  muchas  de  las  noticias  y  datos  de  estos  pueden 
generalizarse  á  lo  civil  y  profano.  Debo  declarar,  sin  embargo, 
que  en  la  exposición  de  las  divisiones  de  aquella  sección  atri- 
*buída  á  las  artes  suntuarias,  tiene  en  cuenta  las  artes  industria- 
les, como  la  cerámica,  la  toréutica,  la  vidriería  y  otras. 

Abraza  la  parte  tercera  una  serie  de  conceptos  que  no  todos 
caben  dentro  de  la  denominación  de  literaria,  con  que  se  califi- 
ca dicha  parte.  En  ella  hay  varios  tratados  que  podemos  llamar 
extravagantes,  no  en  el  sentido  ruin  que  damos  ahora  á  esta 
palabra,  sino  en  cuanto  no  entran  propiamente  y  con  derecho 
reconocido  en  las  otras  anteriores.  Mas,  ¿son  algunos  tratados 
verdaderamente  arqueológicos?  ¿Son  otros  literarios?  ¿Es  ar- 
queológica la  substancia  de  la  cronología?  ¿Son  literarias,  como 
no  sea  en  relación,  la  heráldica  y  la  numismática?  ¿E^  acertado 
llamar  suntuaria  á  la  glíptica,  que  á  la  postre  no  es  otra  cosa 
que  una  manifestación  de  la  escultura,  como  lo  es  la  eboraria 
sobre  que  el  escultor  trabaja  acaso  con  primores  maravillosos, 
como  lo  es  la  miniatura?  Los  mismos  sellos,  ¿no  son  obras  pu- 
ramente arqueológicas  en  su  principal  significación?  ¿No  es  un 
absurdo  también  apartar  de  la  arqueología  monumental  la  nu- 
mismática? 

No  quiero  examinar  con  mayor  detenimiento  el  pian  de  la 
obra,  porque  con  lo  dicho  basta  para  que  la  Academia  advierta 
que  no  me  parece  bueno. 

Pero  en  cambio,  y  no  olvidando  nunca  la  naturaleza  compleja 
de  la  ciencia  y  las  condiciones  propias  de  un  manual^  porque 


ELEMENTOS  DE  ARQUEOLOGÍA   Y   BELLAS  ARTES.  455 

así  se  comprenden  ciertas  faltas  ú  omisiones,  y  aun  errores  de 
doctrina  sobre  los  orígenes  de  muchos  hechos  arqueológicos, 
quizá  no  bien  establecidos,  me  complazco  en  alabar  el  desem- 
peño del  autor  en  la  exposición  de  la  ciencia  misma.  lín  térmi- 
nos no  muy  extensos,  con  estilo  claro,  pues  no  necesita  la  en- 
señanza elemental  de  grandes  aliños  literarios,  con  orden  pro- 
pio de  las  materias  expuestas,  con  abundancia  de  grabados  y 
fototipias  que  enseñan  á  veces  más  que  la  doctrina  y  con  apén- 
dices oportunos,  el  P.  Naval  nos  ofrece  una  obra  de  evidente 
utilidad,  sobre  todo,  para  escolares  y  principiantes 

Advierto  también,  con  singular  complacencia,  que  en  esta  se- 
gunda edición  que  examino,  el  autor  ha  seguido  el  consejo  de 
personas  doctas  ó  su  propio  dictamen,  introduciendo  en  ellas 
correcciones  y  aumentos  que  la  dan  nuevo  valor  y  que  borran 
algunos  defectos  que  en  aquella  primera  edición  eran  muy  de 
notar.  E^tas  mejoras  de  la  segunda  edición  hacen  esperar  con 
fundamento  que,  en  la  venidera,  pondrá  mayor  cuidado  y  que 
como  toda  obra  humana,  encomendada  al  saber  y  al  buen  sen- 
tido, el  pulimento  perseverante  abrillantará  y  esmaltará  cada 
vez  más  lo  que  en  sus  principios  no  fué  pertecto. 

Además  de  los  muchos  grabados  y  fototipias  que  aclaran  el 
texto  con  frecuencia,  el  libro  lleva  anotaciones  muy  curiosas 
acerca  de  las  fuentes  principales,  que  no  sólo  sirven  para  justi- 
ficar las  doctrinas  expuestas,  sino  también  para  que  el  lector 
curioso  complete  sus  estudios  con  investigación  propia  y  honda 
en  aquellas  fuentes.  Asimismo  es  de  alabar  que,  á  modo  de 
apéndices,  vayan  bien  entendidos  tratadillos  sobre  siglas,  abre- 
viaturas, distribución  geográfica  de  los  monumentos  é  índices 
de  materias  y  de  autores,  y  no  he  de  callar  tampoco,  puesto  que 
es  digno  de  alabanza,  que  el  P.  Naval  expone  con  bastante  am- 
plitud la  nomenclatura  y  explicación  de  los  elementos  de  arqui- 
tectura y  de  ornato,  no  á  manera  de  diccionario  de  términos 
de  arte,  sino  con  cierto  aparato  sintético  menos  corriente  y 
quizá  más  provechoso.  Parece  cosa  fácil,  y  no  lo  es  en  reali- 
dad, que  los  arqueólogos  conozcan  y.  distingan  bien  el  sistema 
de  molduras,  soportes,  aparejos,   módulos,  proporciones,  etc. 


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456  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA  HIStORIA. 

En  este  libro  están  expuestas  clara  y  sucintamente  todas  estas 

cosas. 

Una  observación  quiero  hacer  antes  de  concluir.  En  el  sistema 

del  autor,  las  artes  son  tratadas  en  monografías  sueltas,  que  com- 
^t". :.  prenden  las  diferentes  artes  en  su  desarrollo  histórico,  separan- 

^  ''^-'N  do  la  arquitectura,  por  ejemplo,  de  las  demás  bellas  artes,  y  ex- 

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plicando  su  generación  desde  los  principios  hasta  el  supuesto 
término  de  la  vida  arqueológica.  No  me  parece  bien,  sin  duda, 
porque  yo,  como  profesor  de  esta  ciencia,  sigo  el  método  críti- 
co, que  consiste  en  exponer  concertadamente  la  historia  del  arte 
y  de  la  industria  por  períodos  cronológicos,  por  naciones  y  por 
el  estilo.  De  esta  manera,  y  como  si  se  tratase  de  grandes  capí- 
^1  4  tulos,  en  el  primero  expongo  las  débiles  manifestaciones  de  la 

labor  monumental  en  las  épocas  prehistóricas:  en  el  segundo  los 
caracteres  y  notas  de  la  civilización  egipcia,  así  en  arquitectura, 
escultura  y  pintura,  como  en  las  artes  industriales,  y  así  sucesiva- 
mente. Esto  da  á  la  ciencia  un  aspecto  más  sintético:  la  despoja 
de  la  aridez  de  la  monografía:  descubre  la  hermandad  entre  to- 
das las  manifestaciones  del  trabajo  humano:  establece,  previa  la 
crítica  conveniente,  el  resultado  de  las  influencias  de  unas  civili- 
zaciones en  el  origen  y  marcha  de  otras  y  se  sigue  un  camino 
paralelo  al  que  lleva  la  historia  universal.  Y  de  la  misma  manera 
que  ésta  no  puede  escribirse  sino  con  alto  criterio  sintético,  y  no 
se  debe  examinar  aislada  la  vida  de  cada  pueblo,  así  es  menester 
juzgar  en  conjunto  y  someter  á  divisiones  paralelas  á  las  de  la 
historia  la  suma  de  los  hechos  arqueológicos.  Porque  al  fin  estos 
constituyen  la  historia  del  trabajo  humano  y  los  monumentos 
tienen  la  misma  progenie  y  análoga  representación  que  las  ideas 
más  abstractas. 

Parecerá,  después  de  oir  lo  que  antecede,  que  son  más  los 
defectos  que  las  excelencias  del  libro  en  que  me  ocupo  y  que  el 
resultado  de  mi  juicio  sobre  él  le  es  del  todo  desfavorable.  No 
es  así,  porque  reconozco  que,  aparte  el  método  y  ciertos  luna- 
res, que  fácilmente  pueden  borrarse,  como  manual  didáctico  es 
útilísimo  y  merece  ser  loado.  Y  de  la  misma  manera  que  yo  lo 
recomiendo  á  mis  discípulos  y  otras  personas  que  suelen  con- 


ELEMENTOS  DE  ARQUEOLOGÍA  Y  BELLAS  ARTES.  457 

sultarme  sobre  libios  de  lectura  elemental  y  provechosa  para 
adquirir  conocimientos  positivos,  aunque  elementales,  así  creo 
que  la  Academia  debe  declarar  que  ve  con  gusto  la  publicación, 
muy  mejorada  al  salir  de  las  prensas  por  segunda  vez,  de  un 
libro  que  contribuirá  en  España  á  difundir  la  ciencia  arqueoló- 
gica, sobre  todo,  en  las  aulas.  Mi  deseo  es  que  se  sucedan,  cada 
vez  más  mejoradas,  las  ediciones  de  la  obra  del  P.  Naval. 

Este   es  mi  parecer,  que  someto  á  la  sabiduría  de  la  Aca- 
demia. 

Madrid,  3  de  Noviembre  de  1905. 

Juan  Catalina  García. 


IV. 
LA  OBRA  « GENERAL  VANSON.  CRIMÉE,  ITALIE,  MÉXIQUE» 

El  Sr.  Director  tuvo  á  bien  confiarme  el  encargo  de  informar 
acerca  de  la  obra  titulada  «General  Vanson. — Crimée,  Italie, 
Méxique»,  que  ofreció  á  esta  Real  Academia  de  la  Historia  el 
correspondiente  francés.  Comandante  P.  Boppe. 

El  libro  de  que  se  trata,  vio  la  pública  luz  en  el  año  actual  de 
1905,  y  contiene  las  cartas  escritas  por  el  oficial  de  Estado  Ma- 
yor Vanson  y  dirigidas  á  sus  más  allegados  deudos,  con  noticias 
é  impresiones  referentes  á  las  campañas  sostenidas  por  el  impe- 
rio de  Napoleón  III,  de  1854  á  1 867,  en  Crimea,  Italia  y  Méjico. 
Precédenlas  unos  interesantes  apuntes  biográficos,  debidos  á  la 
pluma  del  Comandante  Boppe,  persona  que  nos  merece  especial 
aprecio,  desde  que,  con  juicio  selecto  y  copiosa  erudición,  narró 
sucesos  relativos  al  cuerpo  de  ejército  que  en  el  Norte  de  Euro- 
pa acaudilló  el  marqués  de  la  Romana,  y  al  regimiento  de  espa- 
ñoles que,  con  el  nombre  de  José  Napoleón,  acompañó  al  gran 
Capitán  francés  en  la  íamosa  expedición  á  Rusia. 

Presenta  Boppe,  en  brillante  síntesis,  la  historia  del  bizarro 

TOMO   XLVIL  30 


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458 


BOLETÍN  DE   LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 


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soldado  que  acudió  presuroso  allá  donde  peleaban  las  armas  de 
su  Patria,  y  que  se  distinguió,  tanto  por  valerosos  hechos,  cuanto 
por  los  estudios  á  que  se  dedicó,  con  labor  perseverante,  en  pe- 
ríodos que  para  otros  fueron  de  entretenimiento  y  solaz. 

Sus  viajes  al  extranjero  y  las  comisiones  que  desempeñó  en 
Alemania  durante  la  paz,  formaron  su  espíritu  y  aleccionaron  su 
criterio,  hasta  el  punto  de  que,  en  opinión  del  General  Du  Ba- 
rail,  que  íué  en  Francia  Ministro  de  la  Guerra  poco  después  del 
desastre  de  1 870-7 1,  los  trabajos  y  memorias  de  Vanson  en 
aquella  época  pueden,  cuando  menos,  parangonarse  con  los  que 
dieron  señalada  fama  al  barón  Stoffel,  quien,  según  es  sabido, 
predijo  las  consecuencias  fatales  de  la  guerra  á  que  condujeron 
á  la  nación  francesa  la  inconsciencia  y  la  vanidad. 

Ofrécese  en  Vanson  hermoso  ejemplo  de  que  no  están,  en 
modo  alguno,  reñidos  las  dotes  militares  y  el  entusiasmo  por  la 
vida  azarosa  de  campaña  con  la  devoción  al  estudio  y  las  pro- 
lijas tareas  intelectuales  que  demandan  la  reconstitución  mate- 
rial y  moral  de  un  ejército  abatido  por  cruel  infortunio.  El  des- 
precio hacia  lo  que  significaba  saber  é  ilustración  en  los  elemen- 
tos armados,  había  hecho  su  labor  funesta  en  el  ejército,  y 
cuando  Francia  se  dedicó  con  afanoso  ahinco  á  la  obra  patriótica 
de  restaurar  sus  fuerzas,  comprendió  la  necesidad  de  reconstruir 
al  punto  las  instituciones  militares,  dando  al  olvido  rutinarias 
ideas  y  anticuados  procedimientos,  que  pudieron  prevalecer 
mientras  hubo  que  combatir  con  adversarios  mal  preparados 
para  la  lucha;  que  cayeron  con  estrépito,  cuando  al  frente  se 
encontró  un  país  apercibido  á  la  guerra  por  un  trabajo  conti- 
nuo é  inteligente. 

Vanson  fué"  auxiliar  ilustradísimo  de  los  Ministros  franceses 
en  los  años  posteriores  al  desastre;  y  si  otros  muchos  y  muy 
apreciables  títulos  no  bastasen  para  acreditar  su  valer,  fuera 
suficiente  para  darle  merecido  prestigio  la  creación  de  la  «Revue 
militaire  de  TEtrangcr»,  que  dirigió  por  espacio  de  seis  años. 

Esta  publicación,  que  alcanzó  pronto  gran  crédito  en  el  mun- 
do militar,  prestó  al  ejército  francés  notables  servicios;  con  la 
lectura  de  sus  extractos,  resúmenes,  noticias  y  datos  de  los  ejér- 


LA   OBRA    «GENERAL   VANSON».  459 

citos  extraños,  y  de  los  interesantes  artículos  donde  campeaba 
sana  doctrina,  abrió  los  ojos  la  oñcíalidad  francesa,  antes  sumi- 
da, por  lo  común,  en  la  indolencia  y  el  error. 

Y  cuando  por  inexorable  ley,  se  apartó  el  General  Vanson  de 
la  sección  de  actividad,  todavía  consagró  sus  afanes  á  la  forma- 
ción de  «Le  Musée  hístorique  de  Tarmée»,  donde  hizo  alarde  de 
•erudición  y  cultura  hasta  el  día  de  su  muerte. 

La  correspondencia  relativa  á  la  guerra  de  Crimea,  que  ocupa 
-desde  la  página  I  á  la  20I,  caracteriza  al  oficial  mozo  y  novel, 
que  juzga  lo  que  se  halla  á  su  vista,  y  que,  ignorando  los  planes 
•del  alto  mando,  limítase  á  trazar  cuadros,  á  las  veces  amenos  y 
pintorescos,  donde  aparece  la  vida  íntima  del  campamento,  lo 
que  sienten  y  discurren  aquellos  que  se  mueven  á  impulsos  del 
-cerebro  que  dirige. 

No  se  busque,  pues,  en  esta  primera  colección  de  cartas,  ideas 
y  críticas  de  elevado  vuelo  que  aprecien  la  guerra  en  su  con- 
junto; ni  tampoco  descripciones  que  permitan  conocer  los  mo- 
vimientos de  los  aliados  y  los  métodos  de  ataque  y  defensa  em- 
pleados en  el  famoso  sitio  de  Sebastopol,  objetivo  esencial  de 
aquella  lucha  de  dos  años.  Ni  era  posible  que  eso  hiciese  el  ofi- 
cial subalterno  que  no  asistió  á  los  combates  de  más  importan- 
■cia,  fuera  de  la  batalla  del  Alma,  respecto  de  la  cual  emitió 
ideas  acomodadas  á  los  sentimientos  del  militar  que  recibe  su 
bautismo  de  fuego,  observando,  con  acierto,  que  el  buen  suceso 
de  los  franceses  en  aquella  ocasión,  debióse,  más  que  al  orden 
con  que  se  condujo  el  ataque,  á  la  inhabilidad  y  torpeza  de  la 
<iefensa. 

Si  por  estas  cartas  no  es  dable  formar  concepto  del  carácter 
general  de  la  guerra  de  Crimea,  se  encuentran  allí  noticias  de 
los  ejércitos  aliados,  tal  como  se  ofrecían  en  la  intimidad  de  la 
vida  de  campaña. 

Adoctrinado  ya  por  la  experiencia  y  por  la  práctica  del  ser- 
vicio en  los  Estados  Mayores,  se  nos  presenta  el  Capitán  Vanson 
en  la  guerra  de  1859  crt  Italia.  Y  aunque  por  la  breve  duración 
de  la  lucha  es  reducido  el  número  de  cartas  referentes  á  las  ope- 
raciones del  ejército  franco-sardo,  se  advierte  en  ellas  un  juicio 


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460  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

más  elevado  que  en  las  escritas  en  Crimea.  Vanson  señaló  im« 
previsiones  orgánicas  y  deficiencias  en  la  preparación  para  la 
guerra  de  Lombardía;  expuso  datos  de  interés  concernientes  á 
los  ejércitos  beligerantes;  describió  movimientos  de  las  grandes 
unidades ;  relató  hechos  de  armas  notables;  anotó  apreciaciones 
^] '  atinadas  sobre  las  operaciones  tácticas,  y,  con  acertada  expre- 


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sión,  marcó  las  faltas  que  impidieron  sacar  de  las  victorias  fran  • 
y^'-  cesas  consecuencias  decisivas  en  el  orden  técnico. 

fc. /  En  las  cartas  relativas  á  la  guerra  de  Méjico  se  ve  al  hombre 

maduro,  dotado  de  alto  sentido  militar  y  político.  Cierto  es  que 
Vanson  no  asistió  á  las  operaciones  que  precedieron  á  la  ocupa- 
ción de  la  capital  y  á  la  instauración  del  imperio  de  Maximilia- 
no, por  lo  cual  nos  faltan  sus  juicios  referentes  á  aquella  expe- 
dición, emprendida  en  los  comienzos  por  tropas  españolas,, 
francesas  é  inglesas,  seguida  sólo  después  por  los  franceses  con 
alternados  éxitos  adversos  y  prósperos.  Cuando  en  el  mes  de 
Febrero  de  1865  se  incorporó  Vanson  al  Estado  Mayor  del  Ma- 
riscal Bazaine,  la  lucha  había  tomado  el  aspecto  peculiar  de  una 
guerra  contra  partidas  que  se  mueven  en  terreno  conocido  y 
cuyos  jefes,  auxiliados  por  la  naturaleza  del  suelo,  por  la  sim- 
patía y  concurso  de  los  habitantes,  por  el  espíritu  inquieto  y 
aventurero  de  la  raza,  eluden  el  encuentro  cuando  les  conviene» 
fatigan  al  adversario,  obligándole  á  marchar  y  contramarchar  en 
todas  direcciones,  y,  acechándole  incesantemente,  aprovechan 
cualquier  descuido  ó  falta  de  vigilancia  para  dar  un  golpe  segu- 
ro. Lucha  ingrata  y  sin  gloria  para  un  ejército  regular,  que,  sí 
además  va  aparejada  con  la  inclemencia  del  clima,  y  con  la  sos- 
pechosa conducta  de  un  vecino  poderoso,  capaz  es  de  abatir  el 
ánimo  más  robusto. 

La  condición  de  la  guerra  en  Méjico  inspiró  á  Vanson  con- 
ceptos que  acreditan  su  entendimiento  perspicaz.  Encargado  de 
las  tropas  mejicanas  al  servicio  del  Imperio,  emitió  ideas  jui- 
ciosas sobre  su  índole  y  eficacia,  apuntando  la  desconsideración 
con  que  eran  miradas  en  el  propio  país;  y,  apreciando  con  clari- 
dad la  situación  Je  las  cosas,  formuló  opiniones  discretísimas 
respecto  de  aquella  empresa  donde  empezó  á  palidecer  la  estre- 


LA  OBRA,   c  GENERAL  VANSON».  46 1 

lia  que  hasta  entonces  iluminara  brillante  y  espléndida  la  carrera 
de  Napoleón  IIL 

Impresionada  fuertemente  su  imaginación,  describió  las  difi- 
cultades que  se  ofrecían  para  operar  en  un  territorio  donde  no 
había  ferrocarriles  ni  apenas  telégrafos,  donde  los  caminos  ordi- 
narios se  ponían  con  frecuencia  intransitables,  donde  con  un 
ejército  que  no  llegaba  á  29.OOO  hombres  (abstracción  hecha  de 
elementos  militares  que  no  merecían  aprecio),  era  preciso  aten- 
der á  una  extensión  inmensa  de  terreno,  con  objetivos  varios  y 
que  á  la  continua  cambiaban.  Juzgando  con  toda  exactitud  el 
carácter  del  pueblo  mejicano,  vio  que  era  imposible  sostener  un 
orden  político,  apoyado  únicamente  en  las  bayonetas  francesas. 

No  se  ocultaba  á  Vanson  la  actitud  poco  lisonjera  del  gobier- 
no de  los  Estados  Unidos  del  Norte,  que  bien  se  manifestaba  en 
el  apoyo  á  Juárez  y  en  las  expediciones  filibusteras  que  de  fre- 
cuente atravesaban  la  frontera.  Examinando  sus  consecuencias, 
no  menos  se  lamentaba  también  del  aislamiento  en  que  había 
quedado  Francia,  comprendiendo  que  la  liquidación  de  aquella 
aventura  tenía  que  ser  harto  infeliz. 

Para  mantener  y  afirmar  la  soberanía  de  Maximiliano,  habría 
sido  menester,  en  opinión  de  Vanson,  que  su  patria  marchara 
de  perfecto  acuerdo  con  Inglaterra  y  España  y  que  hubiese  apo- 
yado enérgicamente,  desde  el  principio,  á  los  Estados  Confede- 
rados en  la  guerra  separatista,  para  impedir  que  en  el  Septentrión 
de  América  existiera  una  potente  nacionalidad  invasora  y  ambi- 
ciosa. «Decididamente,  escribía  en  Mayo  de  1 866,  no  estamos 
en  Francia  bastante  aleccionados  para  lanzarnos  solos  de  estas 
lejanas  empresas.»  Verdad  grande  que,  aún  tratándose  en  las 
naciones  más  poderosas,  de  frecuente  corrobora  la  experiencia; 
á  dura  costa  hemos  aprendido  los  españoles  cuan  inmensos  son 
los  obstáculos  que  se  presentan  en  ese  género  de  luchas. 

Notable  es  la  clarividencia  con  que  el  distinguido  Capitán  de 
Estado  Mayor  vislumbró  días  tristes  para  su  nación,  cuando 
tuvo  noticia  de  los  sucesos  ocurridos  en  el  verano  de  1866  y 
del  éxito  considerable  de  Prusia. 

«Me  complace,  decía,  que  el  sentimiento  nacional  despierte 


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462 


BOLETÍN   DE   LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


un  poco  en  Francia,  y  que  los  que  predican  el  desarme  y  la 
paz,  empiecen  á  comprender  las  humillaciones  que  la  aplicación 
de  sus  ideas  pueden  ocasionar  á  nuestro  país.  Y  todavía,  si  sólo 
se  tratara  de  humillaciones,  podrían  olvidarse;  pero  los  aconte- 
cimientos actuales,  si  los  soportamos,  tendrán,  en  parecer  mío> 
un  alcance  que  deploraremos  mucho  tiempo,  quizá  siempre.»  El 
fracaso  francés  en  Méjico  y  en  Alemania,  exaltaba  el  cerebro 
del  brioso  soldado,  que  no  compartía  las  opiniones  optimistas, 
de  los  que  á  su  alrededor  fiaban  en  un  próximo  desquite. 

Las  guerras  de.  Crimea  y  de  Italia,  por  lo  demás,  poco  ense- 
ñaron en  el  orden  militar,  y  menos  aún  la  expedición  á  Méjico.. 
Los  franceses,  orgullosos  del  valor  de  sus  soldados,  hacían  en- 
tonces escasa  estimación  del  estudio  metódico  y  de  la  prepara- 
ción perseverante  y  silenciosa;  no  creían  en  los  sabios;  así  fueron 
ciegamente  á  un  desastre,  cuyos  resultados  les  hicieron  cautos, 
reflexivos  y  previsores  para  lo  venidero.  Supieron  aprender  ea 
la  desgracia. 

Sensible  es  que  la  correspondencia  de  Vanson  no  se  haya 
extendido  á  la  guerra  franco-alemana,  en  que  aquél  tomó  parte> 
porque,  sin  duda,  sus  juicios  habrían  sido,  por  todo  extremo,  ins- 
tructivos é  interesantes,  Pero,  terminadas  las  cartas  publicadas  por 
Boppe  en  los  comienzos  de  1867,  concluyo  ahora  mi  tarea,  ma- 
nifestando á  la  Real  Academia,  que  conceptúo  muy  recomenda- 
ble y  merecedora  de  aprecio,  la  obra  que  acabo  de  exponeros. 


Madrid,  17  de  Noviembre  de  1905. 


Julián  Süárez  Inclán. 


V. 

EL  LIBRO  DE  D.  JOSÉ  WANGÜEMERT  Y  POGGIO, 
«EL  ALMIRANTE  D.  FRANCISCO  DÍAZ  PIMIENTA  Y  SU  ÉPOCA» 


Esta  real  Academia  conoce  bien  al  Sr.  D.  José  Wangüemert 
y  P^S&^o,  hoy  catedrático  auxiliar  numerario  del  Instituto  de 
San  Isidro,  puesto  que,  por  haber  publicado  hace  pocos  años 


BL  LIBRO   DE  D.  JOSÉ   WANGÜEMBRT   Y   POGGIO.  463 

¿tro  libro  nada  vulgar,  que  tituló  modestamente:  Consideracio- 
nes históricas  acerca  de  Icts  Islas  Canarias^  se  creyó  con  razón  en 
el  caso  de  coníerirle  el  nombramiento,  pocas  veces  mejor  acor- 
dado, de  su  individuo  correspondiente.  A  demostrar  de  nue- 
vo— aunque  harto  aquella  primera  muestra  lo  acreditaba — hasta 
qué  punto  la  Academia  fué  justa,  y  aquel  honor  merecido,  sale 
á  la  luz  ahora  otro  trabajo  del  Sr,  Wangüemert:  El  Almirante 
D.  Francisco  Díaz  Pimienta  y  su  época^  sobre  el  cual  ha  querido 
el  Sr.  Director,  con  vuestro  beneplácito,  que  os  informara  yo, 
no  sé  si  por  hijo  de  Canarias  como  el  autor,  no  sé  si  por  ena- 
morado, más  y  más  cada  día,  del  pasado  español;  pero  de  se- 
guro por  ninguna  otra  especial  circunstancia  indicado  para  el 
caso. 

En  las  breves  palabras  con  que,  á  guisa  de  presentación,  está 
encabezado  este  volumen,  debidas  á  pluma  de  tanta  autoridad, 
y  de  todos  nosotros  particularmente  tan  estimada  como  la  del 
Sr.  D.  Cesáreo  Fernández  Duro,  se  da  al  Sr.  Wangüemert  cor- 
dial enhorabuena  por  la  feliz  idea  de  «haber  enderezado  el  fruto 
delicado  de  su  laboriosidad  á  la  memoria  de  hombre  tab,  del 
que  «fué,  sin  duda,  ñgura  conspicua  en  los  anales  de  la  nación, 
mareante  dotado  de  gran  inteligencia,  decisión  y  arrojo,  que  al- 
canzó la  cúspide  de  la  honra  militar»;  comprobándose  así,  por 
voto  de  tanta  calidad  en  todas  las  materias  con  nuestra  Marina 
ó  nuestros  marinos  relacionadas,  el  primer  acierto  del  Sr.  Wan- 
güemert, que  es  la  elección  del  asunto  de  su  libro ,  no  sólo  por- 
que llena  una  inexplicable  laguna,  reparando  con  hombre  tan 
ilustre  omisiones  y  olvidos  absolutamente  inconcebibles,  sino 
porque  arroja  luz  vivísima  sobre  toda  una  época  de  la  vida  na- 
cional, y  época  bien  interesante,  tan  interesante  cuanto  imper- 
fectamente conocida,  como  es  esa  que  el  Almirante  Pimienta 
ilustró  grandemente  con  sus  proezas  y  sus  altos  hechos. 

El  Sr.  Wangüemert,  fortalecido,  sin  duda,  con  el  aplauso  que 
la  Academia  tuvo  para  su  primer  trabajo,  ha  acometido  esta 
nueva  empresa  con  amor,  y  de  aquí  que  haya  alcanzado  á  hacer 
el  presente,  si  no  absolutamente  definitivo — porque  bien  se  sabe 
que  en  estos  trabajos  de  investigación  histórica,  por  su  propia 


464  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

naturaleza,  hay  siempre  margen  para  que  el  investigador  de  ma- 
ñana nos  rectifique,  nos  enmiende  ó  nos  amplíe — ,  merecedor 
de  todos  los  elogios  que  imparcialmente  voy  á  tributarle. 
•  Desde  luego,  hay  que  celebrar  sin  ambajes  el  que  haya  vuel- 
to decididamente  la  espalda  al  viejo  cliché  de  la  biografía  espa- 
ñola, tal  como  la  entendió  casi  siempre  en  su  primera  etapa  el 
siglo  XIX,  y  haya  estudiado,  alrededor  de  la  figura  principal, 
cuanto  en  lo  accesorio  pudiera  y  debiera  interesarnos ,  sucesos, 
tiempos,  instituciones,  cosas  y  personas,  aplicando  á  todo  y  á 
todos,  generalmente,  crítica  recta,  y  luciendo  con  tal  motivo 
erudición  de  buena  ley. 

Canario  entusiasta — tan  amante  de  aquel  hermosísimo  país, 
como  cuantos  hemos  tenido  la  dicha  de  nacer  en  él,  y  quizás  él, 
como  yo,  más  amantes  cuanto  más  alejados — ;  palmense  no 
menos  apasionado  de  su  Isla,  la  Isla  de  San  Miguel  de  la  Palma, 
donde  radica  bien  de  antiguo  su  familia;  pero  sobre  todo,  espa- 
ñol ardiente,  á  la  ¿intigua  y  buena  usanza,  reveíanse  á  cada  ins- 
tante estos  nobilísimos  sentimientos  en  todo  su  libro,  que  pare- 
ce inspirado  por  la  famosa  frase  de  Mistral,  traducida  al  caste- 
llano: A7no  á  mi  aldea  más  que  a  tu  cUdea^  á  mi  Provincia  más 
que  á  tu  Provincia^  á  España  más  que  á  todo. 

Comienza  el  Sr.  Wangüemert  su  libro  con  acertadas  conside- 
raciones sobre  la  vida  del  país  canario,  á  partir  de  su  feliz  incor- 
poración á  la  Corona  de  los  Reyes  Católicos;  sobre  la  política  en 
él  seguida  por  los  Fernández  de  Lugo,  sus  últimos  conquistado- 
res y  sus  Adelantados;  sobre  sus  Cabildos  seculares,  de  grata  y 
honrada  memoria;  sobre  su  organización  militar,  de  que  nacie- 
ron tantas  glorias  canarias  y  españolas;  y  presentando,  con  bri- 
llante exactitud  el  cuadro  simpático  en  que  se  mueven,  todavía 
modestamente,  los  Díaz  Pimienta,  entra  luego  á  hacer  abundan- 
te relación  de  la  vida  de  esta  familia,  de  origen  portugués,  pero 
ya  española  y  canaria,  en  que  el  célebre  Almirante  ocupa,  por 
indiscutible  derecho,  el  lugar  preferente,  aunque  de  nacimiento 
ilegítimo;  cosa  esta,  por  lo  demás,  nada  para  extrañar  á  los  que 
tenemos  con  los  estudios  genealógicos  cierta  familiaridad. 

Vése  aquí  claramente,  en  su  gestación  y  desarrollo,  el  curioso 


EL  LIBRO  DE  D.  JOSÉ   WANGUBMBRT   Y   POGGIO.  465 

fenómeno  de  la  ascensión  social,  que  un  gran  escritor  y  académi- 
co francés,  más  psicólogo  aún  que  novelista,  con  ser  hoy  el  pri- 
mero de  su  país,  ha  bautizado  con  el  nombre,  en  todo  el  mundo 
culto  conocido ,  de  VEtape:  vése  el  fenómeno  social  de  la  eleva- 
ción á  las  esferas  más  altas,  exclusivamente  promovida  por  el 
mérito  y  el  valor  personales,  para  demostración  cumplida  de  que 
tampoco  por  ese  lado  ha  inventado  nada  la  democracia  contem- 
poránea, que  se  figura,  entre  ignorante  y  vanidosa,  que  todos 
los  nobles  y  los  Grandes  antiguos  habían  comenzado  —  cuando 
más  tarde — en  las  huestes  de  Pelayo,  y  que  ella  ha  sido  la  pri- 
mera en  arrancar  del  montón  anónimo  y  en  elevar  en  nuestros 
días  á  los  que  merecían  ser  elevados.  D.  Francisco  Díaz  Pimien- 
ta es  un  perfecto  ejemplo  á  esto  que  digo:  sus  puestos,  sus  ho- 
nores, su  casamiento,  su  hábito  de  la  Orden  de  Santiago,  el  título 
de  Marqués,  dado  á  su  viuda  y  continuado  en  sus  hijos,  y  en  su 
descendencia,  todo  demuestra,  para  el  que  sabe  leer,  que  la  no- 
bleza española  no  era  en  su  tiempo  una  ciudad  cerrada,  tapiada 
por  fuertes  muros  é  inaccesible  á  los  míseros  mortales,  sino 
un  campo  absolutamente  abierto,  sin  límite  sensible,  donde 
los  Colones,  los  Cisneros,  los  Navarros,  los  Pimientas,  y  tantos 
otros  antes,  los  Moñinos  y  los  Campomanes  después,  entraban 
cuando  debían,  y  algunos  para  ocupar  en  las  primeras  filas 
puesto  preeminentísimo,  por  nadie  disputado.  Y  después  de 
descrito  el  cuadro  general,  y  de  dada  á  conocer  la  familia,  entra 
el  Sr.  Wangüemert  con  paso  seguro,  y  ya  de  lleno,  en  el  estu- 
dio de  la  vida  del  héroe,  que  su  amor  de  las  Islas  le  inclina  á 
creer  canario,  y  esta  grande  y  noble  figura  de  marino  español 
del  siglo  XVII  sale  á  la  luz,  con  su  jornada  memorable  de  Santa 
Catalina,  sus  campañas  de  Cataluña,  sus  laureles  de  Orbitello,  su 
participación  principal  en  el  sitio  de  Barcelona;  sujeto,  en  fin, 
según  las  frases  de  Fabro  Bremundano,  en  quien  admiró  la  edad 
presente  y  admirarán  las  venideras^  en  el  grado  de  perfección  ma- 
yor^ todas  las  prendas  que  la  idea  sepa  desear  en  un  soldado  y  ge- 
neral de  mar.  Tómalo  en  los  primeros  años,  cuando,  estudiante 
en  Sevilla,  se  encaminaba  hacia  la  Iglesia  por  los  caminos  de  la 
Teología  y  del  Derecho,  bien  pronto  abandonados  por  el  amor 


466  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTOKIA. 

del  mar  y  por  los  incentivos  de  la  guerra;  y,  siguiéndolo  en  lo 
posible  durante  su  vida  provechosa  y  ejemplar  de  gran  servidor 
de  su  Rey  y  de  su  país,  no  lo  deja  ya  hasta  que  lo  sorprendió 
la  muerte,  frente  á  Barcelona  sitiada,  y  ya  casi  vencida,  aunque 
no  recobrada  aún  por  las  armas  reales,  siendo  Capitán  General 
del  Mar  Océano,  y  en  toda  aquella  empresa  el  primer  auxiliar, 
por  su  experiencia  y  capacidad,  del  Señor  D.  Juan  de  Austria. 

Y  así,  cuidadosamente  estudiada  y  galanamente  relacionada 
la  vida  de  este  buen  soldado;  no  descuidada  la  parte  política,  por 
el  examen  atento  de  los  tiempos;  más  atendida ,  y  con  mayor 
discreción  que  de  costumbre,  la  parte  genealógica  y  familiar; 
avalorado  el  trabajo  por  curiosos  y  oportunos  apéndices,  que 
todos  merecen  ser  leídos,  pudo  concluir  su  libro  nuestro  digno 
correspondiente,  asentando  con  noble  exactitud  que  la  figura 
del  Almirante  Pimienta  es  genuina  representación  de  nuestra 
raza,  y  que,  «sirviendo  en  una  época  más  de  infortunios  que  de 
apogeos,  sus  pasos  militares  fueron  siempre  triunfales,  y  los  co- 
bija frondosa  rama  de  laureU ;  y  refiriendo  luego  la  proclama- 
ción de  su  fe,  con  que  aquel  insigne  marino  hacía  lo  que  el  Señor 
Wangüemert  llama  su  sabia  despedida  del  mundo,  pudo  terminar 
diciendo,  que  «el  que  vive  para  Dios,  y  si  es  necesario  sacrificar 
la  existencia  por  su  Patria,  realiza  los  'más  preciados  ideales,  la 
inmortalidad  que  guarda  la  Historia  en  sus  páginas  de  oro,  y  la 
que  se  convierte  en  nimbo  humano  de  eterna  gloria.  > 

Estas  palabras,  aplicadas  con  justicia  al  héroe  de  la  Isla  de  la 
Providencia,  reflejan  bien  el  pensar  y  el  sentir  del  autor  de  este 
libro,  es  decir,  el  sentimiento  religioso  y  el  amor  de  la  patria, 
quo  son  los  inspiradores  del  Sr.  Wangüemert,  como  fueron  siem- 
pre el  luminar  del  alma  española  en  su  viaje  triunfador  por  todos 
los  ámbitos  del  mundo. 

Y  si  en  este  generoso  criterio  está  empapado  el  libro  entero; 
si  sus  306  páginas  están  escritas  en  lenguaje,  generalmente  sen- 
cillo, casi  siempre  corecto;  si  la  investigación  ha  sido  larga,  de- 
purada y  difícil,  pues  casi  nadie  se  había  acordado  de  este  es- 
pañol ilustre ,  olvidado  con  tantos  otros  de  no  menor  valía ;  si  la 
honradez  científica  más  aquilatada  y  escrupulosa  bulle  por. todas 


BL  LIBRO  DB  D.  JOSé  WANGÜBMBRT  Y  POGGIO.  467 

partes;  si  la  suerte  premió  los  esfuerzos  del  biógrafo,  proporcio- 
nándole documentos  que  nadie  conoció  antes,  aunque  algunos 
ya  conocidos  y  nada  insigniñcantes  escaparan  á  su  conocimien- 
to; si  esto,  en  fin,  de  celebrar  y  dar  á  conocer  las  glorias  más 
puras  de  nuestra  nación,  en  estos  días  perturbados,  en  que  no 
hay  insensatez  que  no  se  propale,  más  alto  ó  más  bajo,  ni  locura 
que  no  se  sostenga,  por  muchos  ó  por  pocos,  es  obra  verdade- 
ramente meritoria,  que  deben  los  que  gobiernan  estimular  por 
tqdos  los  medios,  y  debemos  nosotros  aplaudir  con  todas  nues- 
tras fuerzas,  no  creo  hacer  más  que  lo  justo,  manifestando  á  la 
Academia  que,  en  mi  sentir,  procede  hacer  presente  al  Gobierno 
de  S.  M.  que  el  libro  de  D.  José  Wangüemert  y  Poggio,  sobre 
El  Almirante  D.  Francisco  Díaz  Pimienta  y. su  época,  es  de  re- 
levante mérito,  y  nuestro  laborioso  correspondiente  merecedor 
por  él  de  todo  género  de  auxilios  y  alabanzas. 

La  Academia  dispondrá,  de  todos  modos,  lo  que  estime  más 
oportuno. 

Madrid,  lo  de  Noviembre  de  1905. 

F.  Fernández^  de  Béthencourt. 


VI. 
EPIGRAFÍA  HEBREO-LUSITANA. 

En  mi  breve  informe  sobre  las  inscripciones  hebreas  de  Fran- 
cia (l),  toqué  de  paso  las  de  Portugal,  expuestas  con  laudable  celo 
y  maestría  por  el  Sr.  Cardozo  de  Béthencourt  en  la  revista  O 
Archeologo  portuguez  (2),  que  recibe  la  Academia  á  cambio  de 
su  Boletín.  Forman  la  colección  del  Sr.  Béthencourt  seis  ins- 
cripciones; conviene  á  saber,  una  del  año  1315  y  cinco  incluidas 


(i)    Boletín,  tomo  xLvn,  páginas  361-394.  Ea  esta  última  página,  donde 
dice  (líneas  i  y  2)  «1815»  y  «1305»,  léase  respectivamente  «1804»  y  «1315» 
(2)    Número  de  Febrero  y  Marzo  de  1903,  páginas  34-45. 


468  BOLETÍN   DE   LA  REAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

entre  los  años  1804  y  18 1 5.  Conformándome  al  deseo  de  la 
Academia,  las  exhibo  aquí  por  orden  cronológico,  haciéndolas 
objeto  de  algunos  aditamentos  é  ilustraciones,  que  considero 
útiles. 

Paro. 

I.— Jueves,  23  Enero  de  13 15. 

En  esta  ciudad  del  Algarbe,  y  en  su  nuevo  cementerio  hebreo, 
existe  la  piedra  original  epigráfica.  Mide  37  por  24  centímetros. 

La  publicó  y  tradujo  por  primera  vez  en  1 899,  Monseñor  J.  M. 
Pereira  Botto,  correspondiente  de  nuestra  Academia  (l).  El  se- 
ñor Cardozo  de  Bethencourt,  valiéndose  de  un  vaciado  y  de 
un  calco,  la  transcribe  así: 

nw  •»van  ova 
HT  lipa  iap:i  rb¿ 

Traduzco: 

En  jueves,  16  días  de  Shebath,  año  5075,  pasó  de  esta  vida  el  honrado 
rabí  José  de  Tomar.  More  su  alma  en  el  bien!  Y  fué  sepultado  en  esta 
sepultura. 

La  eulogia,  compuesta  de  tres  siglas,  que  da  comienzo  al  úl- 
timo renglón,  ha  dado  sobrado  quehacer  al  Sr.  Bethencourt  (2). 
Dos  explicaciones  propone.  La  primera  (se  halló  en  este  recinto)^ 
es  harto  fría  y,  á  mi  ver,  incongrua.  La  segunda,  que  procede 


(i)  Glossario  critico  dos  principaes  monumentos  do  Museu  Archeologico 
Infante  D.  Enrique  de  Faro,  páginas  94-99.— Tradujo:  «Em  o  dia  da  quinta 
ieria,  a  16  do  mes  de  Shebat  do  anno  5075,  íalleceu  o  respeitavel  rabbi 
Joseph  Dotomd,  jaz  neste  sepulcro.  Sua  alma  descanse  em  paz.» 

(2)  «Si  la  lecture  riij  est  exacte,  l'abréviation  doit  signiñer  "pna  K3fDa 
Ginn  (il  í^t  trouvé  dans  cette  enceinte).  Mais,  peut-étre,  n'y  a-t-il  que 
naj»  ce  qui  concorderait  avec  le  sua  alma  descanse  em  paz  de  Mgr.  Botto.» 


EPIGRAFÍA   HEBREO-LUSITANA.  469 

mudando  la  n  en  n  no  se  apoya,  que  yo  sepa,  en  ningún  ejem- 
plo de  tanta  concisión  (i),  y  su  traducción  debería  ser  «su  alma 
en  el  manojo  de  vivientes».  Tengo  por  cierto  que  las  siglas 
puntuadas  ó  letras  iniciales  lo  son  de  tres  vocablos  contenidos 
por  el  salmo  hebreo  xxv,  13: 

pSn  mol  wsj 

Esta  eulogia  se  escribe  íntegra,  con  todas  sus  letras,  en  cuatro 
epitafios  (2)  del  cementerio  de  Peyre-Horade  (Bayona),  y  la 
circunstancia  de  ser  las  personas  difuntas  por  ellos  nombradas 
oriundas  de  Portugal^  confirma  la  explicación  que  doy  por 
segura. 

El  texto,  ya  citado,  del  salmo  xxv  va  seguido  de  otro  que 
atribuye  á  los  hijos  y  descendientes  del  finado  la  herencia  de  la 
propiedad  ó  la  tranquila  é  indeficiente  posesión  de  la  tierra.  Al- 
gún hijo,  heredero  de  rabí  José  debió  quedar  en  Faro,  quizá  su 
homónimo;  y  bajo  este  concepto  se  comprendería  que  el  voca- 
blo postrero  del  renglón  penúltimo  ^q  «i^n  pueda  leerse  como 
aljamiado  de  los  dos  portugueses  dito  Mor  (dicho  ó  sobrenom- 
brado Mayor)  para  distinguirlo  del  Menor^  6  del  hijo,  de  quien 
recibió  decoroso  enterramiento.  Sin  embargo,  ese  atajo,  por  lo 
anómalo,  no  me  place.  Tres  maneras  de  leer  y  descifrar  tan  es- 
pinoso vocablo  hace  presentes  el  Sr.  Cardozo  de  Bethencourt  (3). 


(i)  Véanse  los  epitafios  de  París  y  de  Orleans,  que  reseña  M.  Schwab 
en  su  obra  sobre  las  inscripciones  hebreas  de  Francia,  páginas  100-151. 

(2)  Schwab,  op.  cit.,  páginas  225,  226,  231  y  232. 

(3)  «Souvent  les  mots  ne  sont  pas  separes;  quelques  lettres,  les  -^  ct 
les  ^  notamment  ont  une  forme  peu  certaine.  Cela  explique  les  différents 
noms  donnés  á  maltre  Joseph:  M.  Sabath  a  lu  Q^ng  p;  Mgr.  Botto.  tenant 
un  compte  plus  exact  du  nombre  des  caracteres,  semble  avoir  déchiíTré 
TDItDni  si  Ton  en  juge  par  sa  transcription  Doiomd.  Comme  on  le  voit: 
pour  ees  deux  hebraisants  la  lecture  des  lettres  ^,  1  medial  et  q  est  cer- 
taine; nous  avons  done  xs\ü  suivi  de  7  d'aprés  Mgr.  Botto.  Un  examen 
attentit  de  l'inscription,  la  comparaison  entre  -^  et  les  ^  compris  dans  les 
mots  oii  l'hesitation  est  impossible,  tout  paralt  autoriser,  au  point  de  vue 
épigraphique,  la  lecture  "iqIü^t  que  je  propose.  Le  mot  i^  est  une  tran- 
scription bien  connue  de  notre  préposition  de^  mais  plus  rare  que  «j  seul, 
que  nous  voyons,  par  exemple,  dans  une  épitaphe  de  Tan  1293,  trouvée 
á  Orléans  et  publiée  par  M.  Neubauer.» 


^ 


470  BOLETÍN   DB   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA  HISTORIA 

No  extrañaré  que  sobrevengan  otras,  en  tanto  que  la  fotografía 
del  monumento  no  se  publique.  En  balde  la  he  pedido  y  solici- 
tado hasta  ahora;  si  bien  espero  lograrla  de  Monseñor  Pereira. 
Para  corroborar  la  lectura  loiian  (de  Tornear)  del  vocablo  en 
cuestión,  á  la  que  propende,  el  Sr.  Cardozo  de  Bethencourt  ale- 
ga una  inscripción  hebrea  de  Orleans,  fechada  en  2  de  Febrero 
de  1293  y  dedicada  á  la  memoria  fúnebre  de  Baruk,  hijo  de 

Nuestro  señor  Judá  de  Meaux, 

como  bien  lo  ha  visto  y  felizmente  interpretado  M.  Schwab  (l). 
La  patria  de  José  fué  probablemente  la  villa  de  Thomar^  capital 
de  antiguo  corregimiento,  á  mano  derecha  del  río  Tajo. 

Otras  lápidas  hebreas,  mucho  más  antiguas  que  la  presente 
han  de  buscarse  en  Faro,  de  cuya  historia  judaica  (años  1249- 
1497)  el  Sr.  Bethencourt  exhibe  varios  documentos,  y  entre 
ellos  uno  por  extenso,  inédito,  de  gran  valía  (2).  Mayor  impor- 
tancia reviste  para  la  historia  general  de  Portugal  el  postrer  do- 
cumento, que  fué  expedido  por  el  rey  D.  Manuel  en  30  de  No- 
viembre de  1496  (3), 


(i)     Op.  ctr.pág,  151. 

(2)  «Au  1*'  janvier  1339,  les  Juifs  de  Portugal  devaient  au  Trésor  ro- 
yal  la  somme  de  126.767  livrcs,  dont  75.677  dües,  á  íeu  Dom  Diniz;  leur 
taxe  annuelle  était  de  25.000  livres;  ils  proposérent  d'amortir  leur  dette 
en  portant  la  taxe  á  45.000  livres.  Dom  Alfonso  IV  accepta  cette  offre, 
mais  il  exigea  la  nomination  triennale  des  Juiís  servant  de  garants  aux 
Communautés.  Le  17  aoút  134 1,  le  roi  notiña  á  ralmoxarife  de  Faro  les 
noms  des  cautions  de  la  Communauté  israélite  de  cette  ville  pour  les 
années  1342,  1343  et  1344;  ils  étaient  choisis  parmi  les  plus  riches  par 
Guedelha,  arrabi-mor  du  Royaume,  et  par  Bente,  juif  do  Campo  d'Ouri- 
que;  c'étaient  les  nommés  Salomón  Pulgom  et  Juga  Boderrache;  le  procu- 
reur  des  Juifs  de  Faro,  Samuel  Sotil  et  leur  rabbin  (dont  le  nom  n'est  pas 
mentionné)  étaient  chargés  de  faire  signer  l'acte  de  cautionnement.> 

(3)  «En  1496,  le  30  Novembre,  Dom  Manuel  conñrma  les  lettres  paten- 
tes de  son  predécesseur  donnant  á  Dom  Jofio  de  Sousa  les  revenus  de  la 
juiverie  de  Faro,- -servido  novo  e  velho  da  judería  de  Faram. — Cet  acte 
est  important,  parce  qu'il  peut  servir  á  la  détermination  de  la  date  du 
dccret  promulgue  centre  les  Juiís  de  Portugal,  le  29  septembre   1496 


EPIGRAFÍA  HEBREO- LUSITANA.  47 1 

El  breve  tamaño  de  esta  lápida  Osonubense  hace  vivo  con- 
traste con  el  de  la  Hispalense  (siglo  xiv),  cuatro  veces  más  dila- 
tado, cuya  lámina  fotográfica  publiqué  en  el  tomo  xvii  del  Bole- 
tín, página  178.  El  difunto  José  con  llamarse  rabi  muestra  que 
estuvo  casado;  mas  no  pertenecía  á  clase  muy  elevada,  si  bien  se 
califica  de  honrado  (1333);  pudiéndose  con  todo  sospechar  que 
fuese  antecesor  y  quizá  padre  6  abuelo  del  araby  dessa  vila^  que 
figura  en  la  sobredicha  carta  ejecutoria  expedida  en  Lisboa 
(17  Agosto  1 341)  por  el  rey  D.  Alfonso  IV.  No  deja  de  ser  no- 
table y  no  poco  raro  el  estilo  de  la  inscripción,  tanto  por  la 
eulogia,  tomada  del  salmo  xxv,  como  por  empezar  con  la  desig- 
nación de  la  fecha  (l).  Semejante  estilo  ¿sería  peculiar  de  las  an- 
tiguas inscripciones  hebreo-lusitanas?  El  problema  está  plantea- 
do por  esta  funeral,  única  de  aquella  edad  que  á  mano  tenemos. 
Otras  lo  resolverán,  conforme  se  descubran  y  se  publiquen. 


Lisboa. 

2. — En  el  cementerio  inglés  que  llaman  de  los  cipreses.  Pie- 
dra bilingüe  que  mide  2,44  x  1,13  m» 

'psS  -ropri 

AQXTI    JAS  .  lOZE  .  AMZALAGA 
QUE    MORREU    £M    XXVI    DE    FEUEREIRO 

DE    1804 

Estela  del  honrado  señor  José  Amzalaka,  descanse  en  el  paraíso.  (Aquí 
se  enterró)  en  lunes,  1 5  de  Adar  del  año  564  de  la  era  menor. 
Aquí  yace  José  Amzalaga,  que  murió  en  26  de  Febrero  de  1804. 


d'aprés  les  uns,  les  4,  5,  20  ou  24  décembre  de  la  méme  année  d'aprés 
les  autres.» 

En  5  de  Diciembre  fija  resueltamente  este  decreto  D.  José  Amador  de 
los  Ríos  (Historia^  tomo  iii,  pág.  354). 

(i)  Entre  las  76  hebreo-toledanas  de  la  colección  de  Luzzatto,  una  tan 
solamente,  y  es  la  69,  comienza  así,  por  motivo  especialísimo,  ó  para  la- 
mentar los  estragos  y  mortandades  que  produjo  la  peste  negra  en  1349. 


I 

472  eoleti'n  ce  la  real  acacemia  de  la  historia 

La  fecha  hebrea  corresponde  al  27  de  Febrero,  día  del  ente- 
rramiento, á  menos  de  suponer  que  «xxvii»,  por  incuria  del 
grabador,  ó  impericia  del  autor  del  epitafio,  se  redujese  á  «xxvi>. 

3. — Se  halló  en  el  depósito  de  la  Marina,  en  la  aldea  de  Azi- 
nheira,  sobre  la  margen  izquierda  de  la  ría  del  Tajo,  cerca  del 
riachuelo  Judío  (i),  en  término  de  las  parroquias  de  Seixal  y  de 
Paio  Pires.  Mide  la  enorme  piedra  1,96  x  0,66  m.;  habiéndose 
trasladado  en  Noviembre  de  1902  al  Museo  del  Carmen  de  Lis- 
boa. Está  fechada  en  13  de  Octubre  de  1814. 

nava 
7\^^T^'^    nnin   minp 

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$  I  I  t  I    I  t  9 

n  V  p  n  n  "o  iwin  o  3 


B 


Estela  sepulcral  del  joven  Judá,  hijo  de  Rimok,  que  pasó  á  la  morada 
de  su  eternidad  en  jueves,  día  29  de  Tisri  del  año  575.  J(udá)  b(en) 
[R(imokj]. 

Las  siglas,  que  ocupan  el  centro  del  renglón  segundo,  están 
sacadas  del  libro  del  Eclesiastés  (xii,  5). 

Advierte  el  Sr.  Cardozo  de  Bethencourt  que  el  calificati- 
vo Tina  puede  también  significar  en  lenguaje  rabínico  «joven 
estudioso»,  ó  erudito.  En  lenguaje  bíblico  suele  significar  «mili- 
tar eximio  en  la  flor  de  la  edad»;  y  quizá  se  enterró  Judá  en  el 
mismo  sitio  donde  se  había  señalado  por  alguna  acción  de  gue- 
rra, como  aconteció  á  muchos  ingleses  que  sucumbieron  en  la 
batalla  de  Waterloo  (18  Junio  181S)  y  cuyos  epitafios  tapizan 
las  paredes  interiores  de  la  iglesia  parroquial  de  aquel  pueblo 
belga.  A  este  propósito  recordaré  el  epitafio  del  Príncipe  de 
Waldech  (j  24  Septiembre  1 798),  que  hizo  labrar  el  Regente 
de  Portugal,  y  cuyo  texto  intercala  (pág.  44)  en  su  Monografía  el 


(i)    Así  se  llama  en  el  mapa  de  Portugal  que  publicó  en  1778  D.  Tomás 
López,  dedicándolo  á  D.  Pedro  Rodríguez  Campomanes. 


EPIGRAFÍA  HBBREO-LUSITAKAi  473 

Sr.  Cardozo  de  Bethencourt  (i),  con  el  laudable  objeto  de  conser- 
varlo íntegro,  antes  que  el  abandono  en  que  yace  lo  haga  ilegible. 
4. — En  el  cementerio  inglés,  fechada  en  sábado,  24  Diciem- 
bre de  1814.  Mide  0,78  X  0,43  m. 

-T^oSnn  mnp 
v'íSj   fCNa  p  DmnK 

psS  nvpn  njv 

Estela  sepulcral  del  joven  Abrahán,  hijo  de  Memón.  Pasó  á  la  morada 
■de  su  eternidad  en  día  de  sábado  santo  en  once  de  Tebeth,  año  575  de 
la  era  menor. 

El  patronímico  jc«C)  que  recuerda  el  de  nuestro  Maimónides^ 
se  escribe  pana  por  una  inscripción  de  Tremecén  (2)  grabada 
«en  el  año  postrero  del  siglo  xv. 

El  once  de  Tebeth  del  año  5575  de  la  Creación,  fué  sábado, 
24  de  Diciembre  de  1814.  El  día  del  enterramiento  no  está  in- 
dicado en  la  inscripción  por  la  p  inicial  de  c(adosh)y  que  signi- 
ñca  «santos^. 

5. — En  el  mismo  recinto,  fechada  en  12  de  Julio  de  1815. 
Mide  1,80  X0,20  m. 

T\x)\x:\   miap  riMa  nn 

St   "ínsnip  «ir  i'n   nü« 

a'ívau;  na  ys  mosj 

TianS  D-íC  'ii  't  dv  njv 

.p  dS  nvpn  n:w  S'nn 

Esta  es  la  estela  sepulcral  de  la  mujer  honrada  y  modesta  Ester,  esposa 
-que  había  sido  del  señor  Judá  Zarfatí,  cuya  memoria  bendita  sea;  pasó  á  la 
morada  de  su  eternidad,  teniendo  70  años  de  edad,  en  miércoles,  día  4  de 
Tamuz,  trueqúese  este  mes  en  buen  augurio,  del  año  575  de  la  era  menor. 


(i)     Christiano  augusto  \  Caroli  augusii  Frederiá  \  Principis  Walduhii 

Jilio  I  qui  vixit  an(nis)  LXIIII  \  decessit  VIII  kal(endas)  Octobr(is)  CID 

DCC  LXXXXVIII 1  Joannes  !  Lusiiania  Princeps  Regtns  \  qui  ut  viri  rei 

miliiaris  peritissimi  \  opera  uterttur  \  eum  a  Gcrmania  vocaverat  \  koc  mo- 

Jtumenium  \  p(onendum)  c(uravií), 

(2)    Schwab,  op,  «'/.,  pág.  219. 

TOMO  xLvii.  31 


474  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEBOA  DE  LA  HISTORIA. 

El  apellido  Zarfati^  que  signiñca  «francés»,  distinguió  á  mu- 
chas familias  hebreas  de  España  y  de  Portugal,  traduciéndolo 
algunas  en  ^Franco^.  En  145  5  era  almojarife  mayor  de  los  du- 
ques de  Plasencia  D.  Mosé  ZarfatL  Un  epitaño  hebreo  de  la 
ciudad  de  Mahón  (Menorca),  publicado,  pero  no  traducido  me- 
dio siglo  ha,  por  D.  Esteban  Paluzie  y  Cantalozella,  está  dedica- 
do á  la  memoria  de  Rabí  Judá,  hijo  de  Mosé  Franco. 

Ha  explicado  el  Sr.  Cardozo  las  tres  primeras  siglas  del  ren- 
glón postrero  (l). 

6. — En  el  antiguo  cementerio  israelítico,  sito  en  la  calle  de 
Estrella,  núm.  8.  Piedra  bilingüe  (l,8o  X  0,20  m.)  fechada  en 
sábado,  4  de  Noviembre  de  1815. 

En  esta  inscripción  no  se  produce  la  doble  fecha  de  la  muerte 
y  del  enterramiento  que  hemos  visto  en  la  2.  La  muerte  ocu- 
rrió en  sábado,  día  segundo  de  la  neomenia,  ó  primera  luna  de 
Jeshván. 

n-nap  maro  hkt 
nom  npiy  ^ir\  nSv:i  vw'n  bur 

jwn  mStt;  a  paw  di^  n^n  ts  Ja 
psS  lypn  n:ttr 

aquí    lAZ 

SAMUEL    BRUDO 

QUE    FALLECED   DA   VJDA   PRESENTE 

£M     4    DR    NOVEMBRO    D£     1815 

COM    84   ANNOS 

DE   IDADE 

Esta  es  la  estela  sepulcral  del  anciano  y  excelente  obrador  de  justicia 
y  misericordia  (2),  el  honrado  señor  Samuel  Brudo.  Sea  su  alma  recogida 
en  el  manojo  de  los  vivientes.  Pasó  á  la  morada  de  su  eternidad,  teniendo 


(i)  L'abréviation  ^'n^  (=  n'U^JüS  "íSrp)  ^st  mise  aprés  Tamuz^  parce 
que  c'est  le  mois  íuneste  oíi  Jérusalem  íut  prise,  et  par  Nabuchodonosor 
en  Tan  du  monde  3348,  et  par  Ti  tus  en  Tan  70  de  l'ére  chrétíenne;  on 
émet  done  naturellement  le  voeu  que  le  mois  soit  plus  favorable.» 

(2)  Texto  sacado  del  libro  de  los  Proverbios  (xxi,  21),  que  se  repro- 
duce en  el  epígrafe  de  Mahón,  arriba  citado. 


EPIGRAFÍA   HEBREO-LUSITANA.  475 

84  años  de  edad,  en  sábado  santo,  día  2  de  la  cabeza  del  mes  de  Jeshváo, 
año  576  de  la  era  menor. — Aquí  yace  Samuel  Brudo,  que  dejó  la  vida  pre- 
sente, con  84  años  de  edad,  en  4  de  Noviembre  de  1815. 

De  cuatro  inscripciones,  contemporáneas  de  las  precedentes, 
da  noticia  el  Sr.  Cardozo  (l),  mas  no  tuvo  á  bien  comunicarnos 
el  texto,  sin  duda  por  estar  gastado  6  ser  de  corta  valía. 

La  cosecha  no  es  grande;  pero  el  pesar  producido  por  tan  exi- 
guo número  de  lápidas  se  compensa  con  la  esperanza  de  poder 
encontrar  por  centenares  si  se  buscaren,  otras  antiguas  de  sumo 
interés  (2);  y  por  de  pronto,  ya  sabemos  que  un  estudio  positivo 
sobre  esta  materia  se  hizo  por  encargo  del  rey  D.  José  I  (3). 

Curiosos  apuntamientos  sobre  la  historia  de  la  aljama  hebrea 
Lisbonense  en  el  siglo  pasado  esmaltan  la  monografía  del  señor 
Cardozo  de  Bethencourt.  Desde  el  año  1 80 1,  hondas  raíces  echó 
en  Lisboa  á  la  sombra  del  pabellón  británico;  en  1 8 1 5  adquirió 
cementerio  propio,  que  tuvo  existencia  oficialmente  reconocida 
en  20  de  Marzo  de  1 83 3.  Sinagoga  pública  tampoco  le  faltó  en 
181 3  fundada  por  Rabí  Abrahán  Dabella  denominada  D^Qwn  n^TW 
(Puerta  del  cielo),  y  luego  otra  á  mediados  del  mismo  siglo;  pero 
ambas,  según  lo  apunta  O  Occidente,  Revista  ilustrada  de  Lisboa, 
en  su  número  968,  correspondiente  al  20  de  Octubre  de  este 
año,  eran  provisionales  y  desdecían  de  la  solemnidad  del  cul- 
to (4).  La  reciente,  capaz  y  hermosa,  de  estilo  románico-bizan- 
tino está  situada  en  la  calle  de  Alejandro  Herculano.  De  ella  ha 
publicado  dos  inscripciones  la  precitada  Revista. 


(i)  «On  voit  encoré  aujourd'hui  au  cimetiére  des  Anglais  dansl'angle 
formé  par  les  murs  Sud  et  £st,  5  tombes  dont  la  premiére  est  notre  n^  3, 
datant  de  1804,  et  dont  la  plus  récente  est  de  1818. »  Pág.  44. 

(2)  «II  est  probable  que  des  fouilles  méthodiques  fourniront,  un  jour 
ou  l'autre,  des  précieux  et  nombreux  monuments.»  Pág.  35. 

(3)  «Nous  le  savons,  en  efTet:  vers  la  fin  du  xvni*  siécle,  il  existait,  á. 
Lisbonne,  des  inscriptions  hébraíques,  que  D.  José  I  chargea  le  Pére  Fran- 
cisco da  Paz  d'étudier  et  de  traduire.  Les  manuscrits  de  ce  religíeux  se 
rctrouveront  peut-étre  et  vicndront  enrichir  nos  collections  épigraphi- 
ques.»  Pág.  34. 

(4)  «Desde  os  principios  do  secólo  xix  que  a  colonia  israelita  celebra- 
va  as.suas  solemnidades  religiosas  em  una  casa  da  travessa  do  Ferrageal^ 
onde  occupava  duas  salas  para  esse  fim.  £im  melados  do  secólo  passado 


476  BOLETÍN  PE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

7. — ^Junto  á  la  puerta  de  entrada  en  la  fachada  exterior. 

Colonia  israelita, — Esta  pedra  fundamental  da  sinagoga  por- 
tuguesa^ Shaare  Tickva  (i),  foi  collocada  em  18  de  Yiar  de 
5Ó62  (2)  por  Abraham  E,  Levy^  sendo  presidente  do  comité  Leño 
Amzalak^  presidente  da  secgño  de  edificagño  A.  Anahory  e  thesou* 
reiro  da  colonia  Salomón  de  M.  Sequerra,  Archirecto  Ventura 
Terra,  Constructor  Abilio  Pereira  do  Campos. 

La  explicación  de  este  epígrafe,  históricamente  considerado, 
se  da  por  la  sobredicha  Revista  (3),  donde  aparecen  tres  intere- 
santes grabados,  que  representan  el  frontispicio  de  la  nueva  si- 
nagoga, su  nave  interior  y  su  kekal  6  cabecera: 

«O  projecto  d'esta  synagoga  foi  elaborado  pelo  architecto 
Sr.  Ventura  Terra,  auctor  de  tantas  outras  obras  importantes, 
de  que  citaremos  a  sala  da  cámara  dos  deputados,  a  casa  do 
mesmo  architecto,  que  mereceu  o  premio  Valmor,  etc.  A  archi- 
tectura  da  synagoga  é  em  estylo  románico -byzantino,  com  al- 
guns  motivos  orientaes,  O  Sr.  Ventura  Terra  affirmou  mais  una 
vez  o  seu  bello  talento  fazendo  una  obra  monumental  dentro  do 
ornamento  relativamente  limitado.  A  synagoga  israelita  em  Lis- 
boa, excede  o  que  de  mais  grandioso  existe  em  synagogas  ñas 
principaes  cidades  estrangeiras.» 

Algunas  inscripciones  no  sé  si  esmaltan  la  lámpara  del  san- 
tuario y  el  candelabro  de  los  siete  mecheros.  Semejantes  epí- 
grafes se  veían  en  la  sinagoga  de  Palma  de  Mallorca  (4)  y  en  la 
de  Aguilar  de  Campóo  (5). 


estabelecen  outra  synagoga,  em  una  casa  do  beco  dos  Apostólos.  Estas 
synagogas  porém,  eram  provisorias  e  estavam  longe  de  satisiazer  as  solem- 
nidades do  ^ulto,  pelo  que  a  colonia  israelita  teve  sempre  em  vistas  cons- 
truir o  seu  templo  proprio.» 

(O    mpn  ^lytt^  (puertas  de  esperanza).- 

(2)  25  de  Mayo  de  1902. 

(3)  «Esta  commisíSo,  porém,  nao  conseguio  aínda  o  seu  proposito  e 
delegou  aquelle  encargo  em  uma  commissfio  de  senhoras  israelitas.... 
Estas  senhoras  conseguiram  reunir  alguns  donativos  em  Portugal  aos 
quaes  vieram  juntar-se  outros  de  israelitas  residentes  em  Aírica,  Brazil  e 
Inglaterra,  o  que  premettia  dar  comego  aos  trabalhos.» 

(4)  Villanueva,  Viaje  literario^  tomo  xxn,  pág.  250.  Madrid,  185a. 

(5)  Boletín,  tomo  xxxvi,  págs.  345-347. 


BPIGRAI'ÍA.    h 

8. — Inscripción  del  kekal. 


Sepas  en  presencia  de  Q-tíen  tú  estás. 


Está  sacada  esta  inscripción  de  los  conceptos  formulados  por 
el  libro  del  Éxodo  (m,  5!  iv,  12). 

Esta  hermosa  y  espléndida  sinagoga  de  Lisboa,  á  cuya  erec- 
ción y  edificación,  principiada  y  acabada  en  poco  más  de  un 
trienio,  han  contribuido,  no  solamente  los  israelitas  de  Portugal, 
sino  también  los  de  África,  Brasil  é  Inglaterra,  fué  inaugurada 
en  sábado  día  último  de  Septiembre  del  presente  aíío,  ó  dfa  pri- 
mero del  año  hebreo  de  la  Creación  5666.  ¿Qué  diría  si  se  le- 
vantase del  sepulcro  la  sombra  augusta  de!  rey  D.  Manuel  que 
más  de  cuatro  siglos  ha  expulsó  de  sus  estados  en  masa  á  toda 
la  grey  hebrea,  confiscándole  las  anagogas  y  no  respetando  lo 
sagrado  de  los  cementerios?  Israel  es  inexterminable  de  sobre 


47^  90LETÍ1Í  DE  LA   KEAL  ACADCVIA  DE  ÍA  EESTOKU. 

la  haz  de  la  tierra,  como  lo  predijeron  el  profeta  Oseas  t'l  •  y  el 
Apóstol  San  Pablo  Í2i. 

De  creer  es  y  de  esperar  que  el  estudio  de  las  lápidas  hebreas 
monumentales  en  tierra  lusitana,  estudio  que,  digámoslo  así, 
acaba  de  nacer  y  da  los  primeros  vagidos,  no  tardará  en  cre- 
cer ^3j  y  cobrará  tamaños  y  robustez  que,  á  imitación  de  Es- 
paña y  Francia,  logre  Portugal  por  esta  gran  vía,  enteíamente 
nueva,  añanzar  y  realzar  su  brillante  historia. 

Xo  he  de  terminar  este  Informe  sin  advertir  de  qué  manera 
un  epitaño  hebreo  de  Toledo  (Luzzato,  26)  mucho  interesa  ('4) 
á  la  historia  política  y  literaria  de  Portugal  y  de  Castilla  en  la 
primera  mitad  del  siglo  xiv. 

Madrid,  17  de  Noviembre  de  1905. 

Fidel  Fita. 


(0    "it  3-5- 

{2)    Rom.,  XI,  24-37. 

(3  j  Las  que  hay  en  tierra  extranjera  (Italia,  Francia,  Holanda,  Inglate- 
rra, etc.),  históricas  de  los  Scpkardim  portugueses,  se  cuentan  por  mula- 
res, como  lo  ha  demostrado  M.  Schwab;  pero  casi  todas  son  posteriores 
al  siglo  XV.  Bueno  sería  formar  y  publicar  de  ellas  una  colección  comple- 
ta, que  por  lo  menos  alcance  hasta  el  año  1800. 

(4)  No  debo  anticiparme  á  la  traducción  é  ilustración  crítica  que  hará 
M.  Schwab  de  este  epitaño  insigne,  consagrado  á  la  memoria  del  célebre 
magnate  y  escritor  hebreo  David  Guedaliah  ben  Jajcáh  (f  9  Septiembre 
8  Octubre  de  1325);  de  quien  hablan  D.  José  Amador  de  los  Ríos  (His- 
toria II,  202),  D.  José  Rodríguez  de  Castro  [Biblioteca  española^  i,  202)  y 
Juan  Cristóbal  Wolí  (Biblioteca  hebraea^  i,  296.  Hamburgo,  1715). 


VARIEDADES 


raSCRIPCIÓN  HONORiHCA  ENCONTRADA  EN  ASTORGA 


iiiiiiiiiiiiiMe'ííiiiiiiiiiiiiii 

nilllllll  !  PRiNClPlIlllllllllll 

;;///NoBi  LiSsiMO  CAESA//;; 

/;/R0    GoTHlCo  •  VEEOQUE  •  GEs 
llllllCo  M    AVR  PíOBo  SEMPER  iNvICTo 
III  W^s   FLiMlNiVs   PRISCvS   V  C 
/////IVRToTlVS  PRoViNCl/V£  TAR 

//;;;;// SIS  maiestaTi   eivs. 
;/;;/;/TissiMvs. 


1 


480  BOLETÍN   DE  LA   REAL   ACADEMIA  DE   LA    HISTORIA. 

Esta  preciosa  inscripción  apareció  en  Astorga,  á  principios 
del  mes  de  Noviembre  de  1904,  en  las  excavaciones  hechas  por 
D.  Dionisio  Fuertes  para  construir  un  bodegón  en  su  casa  de  la 
Plaza  de  Santocildes,  y  al  ilustrado  cronista  déla  ciudad,  D.  Matías 
Rodríguez,  se  debe  el  que  haya  sido  recogida  por  el  Ayunta- 
miento,  y  trasladada  á  la  Casa  Consistorial,  donde  forma  parte  de 
la  numerosa  colección  de  lápidas  romanas  que  allí  se  conservan. 

La  piedra  es  de  mármol  basto,  de  color  amarillento;  mide  0,7a 
metros  de  alto  por  1,50  de  ancho,  y  como  se  ve  por  el  adjunto 
fotograbado,  ha  sufrido  tales  desperfectos,  sobre  todo  en  los  án- 
gulos de  la  parte  superior,  que  han  desaparecido  casi  per  entero 
los  dos  primeros  renglones,  y  las  primeras  letras  de  todos  los 
demás.  Lo  restante  del  título  se  halla  en  perfecto  estado  de  con- 
servación; las  palabras  van  colocadas  inmediatamente  unas  des- 
pués de  otras,  sin  las  separaciones  con  que  aquí,  para  mayor 
claridad,  las  transcribimos,  y  las  letras  son  de  distintos  tamaños,, 
unas  altas  y  otras  bajas,  siendo  de  notar  que  no  sólo  la  i  semi« 
vocal  de  iur(idicus)  y  de  maiestati^  sino  también  la  3.*  de  nobi- 
lissitno  y  la  2.*  de  invicto  son  largas,  con  el  extremo  superior  en 
curva  hacia  la  izquierda,  á  modo  de  y  invertida,  y  que  la  de  eitis 
lleva  el  punto  con  que  hoy  la  representamos.  Obsérvese,  ade- 
más, que  inmediatamente  antes  del  MeN  de  la  primera  línea,  y 
del  PRiNCIPI  de  la  segunda,  se  perciben  claramente  sendas 
rayas  horizontales,  que  no  pueden  ser  otra  cosa  que  el  trazo 
inferior  de  una  E  ó  de  una  L,  y  que  después  de  PRiNCIPI  hay 
otra  bastante  clara,  que  suponemos  sea  el  trazo  vertical  de  una 
F.  Teniendo  esto  en  cuenta ,  no  vacilamos  en  completar  la  ins- 
cripción, proponiendo  los  siguientes  suplementos: 

[Imp(ercUori)  cl¿\mt7Í^tis5Ímo  pió  ftl(ici)\  Principi  [fortíssimo]  nadtiisstnu^ 
Caesa[ri  veyo  Gothico  veragüe  Gerlmant^o  M(arco)  Aur(elio)  Probo  semper 
invicto  [Luci?]us  Flaminius  Priscus  v(ir)  c(tarissimus)  [Leg(atus)^  Iur(idi^ 
cus)  totius proüinUae  1  ai\raconen\sÍ5  maiestati  eius  [dica\tissimus. 

Al  Emperador  clemeotísimo,  pió,  feliz,  Príncipe  íortisimo,  nobilísimo 
César,  verdadero  Góthico  y  verdadero  Germánico,  Marco  Aurelio  Probo,, 
siempre  invicto,  dedica  este  monumento  Lucio?  Flaminio  Prisco,  varón 
clarísimo,  Legado  jurídico  de  toda  la  provincia  Tarraconense,  devotísimo 
á  su  majestad. 


INSCRIPCIÓN   HONORÍFICA   ENCONTRADA   EN   ASTOKGA.  48 1 

El  extraordinario  interés  de  esta  inscripción — la  única  hono- 
TÁñca  que  conocemos  de  Astorga — desde  luego  salta  á  la  vista, 
si  se  observa  que  de  las  descubiertas  en  España,  es  la  segunda 
en  que  se  dan  á  Probo  los  dictados  de  Góthico  y  Germánico. 
La  otra  aparece  en  Valencia,  y  figura  en  la  colección  de  Hüb- 
ner  con  el  núm.  3738.  Tanto  este  insigne  epigrañísta,  como 
Mommsen,  opinan  que  de  las  palabras  vero  Gotkico  veroque  Ger- 
mánico^ no  se  infiere  que  Probo  hubiese  tomado  estos  dos  títu- 
los, sino  que  los  había  rehusado-;  pero  Duruy  entiende  que  el 
carácter  general  de  la  inscripción  da  otro  sentido.  «Las  gentes 
de  Valenciíi  que  la  hicieron  grabar,  dice,  querrían,  sin  duda, 
oponer  las  serias  victorias  de  Probo  á  las  de  tantos  otros  empe- 
radores que  no  habían  sido  verdaderos  vencedores»  (l).  Y,  en 
efecto,  durante  los  seis  años  que  ocupó  el  trono  imperial,  desde 
Julio  del  año  276,  hasta  Septiembre  ú  Octubre  del  282,  en  que 
filé  asesinado  por  sus  soldados,  puede  decirse  que  no  hizo  otra 
cosa  que  luchar  contra  los  bárbaros,  sobre  los  cuales  reportó 
brillantes  victorias,  expulsándolos  de  las  Galias,  de  la  Recia,  de 
la  Uiria  y  de  la  Mesia;  poniendo  fin  á  sus  excesos  y  violencias 
en  la  Tracia,  y  destrozando  tan  j>or  completo  á  los  terribles  y 
espantables  Ligios,  que  su  nombre,  como  pueblo,  puede  decirse 
que  desapareció  desde  entonces  de  la  historia.  No  contento  con 
esto,  ni  con  que  nuevos  pueblos  bárbaros  se  le  doblegasen,  soli- 
citando humildemente  la  paz,  á  fin  de  cortar  el  camino  á  nuevas 
invasiones,  levantó  una  inmensa  línea  de  murallas,  que  se  exten- 
día desde  el  Danubio  al  Rhin,  y  cuyas  gigantescas  ruinas  causa- 
ban tal  asombro  en  la  Edad  Media  á  los  sencillos  campesinos  de 
la  Suabia,  que  desde  entonces  se  le  ha  llamado  el  muro  del  dia- 
6¡o.  Sus  victorias  sobre  Godos  y  Germanos  se  celebran  en  las 
monedas;  en  algunas  de  éstas  se  lee  Bono  imp,^  epíteto  raro  en 
las  monedas  imperiales,  y  tal  era  el  concepto  que  de  él  tenían 
sus  soldados,  que  sus  mismos  asesinos,  arrepentidos  dé  haberle 
quitado  la  vida,  escribieron  sobre  su  sepulcro:  «Aquí  yace  el 
emperador  Probo,  verdadero  hombre  de  bien,  que  venció  á 

(i)    Bist  de  los  Romanos^  t.  n,  p.  606,  n. 


482  BOLETÍN  DE   LA  RBA.L   ACADESCIA  DB   LA   HISTOJUA. 

todos  los  pueblos  bárbaros,  y  también  á  todos  los  tiranos.» 
El  nombre  de  Probo  aparece  picado  de  intento  en  la  inscrip* 
ción  de  Valencia  y  en  otra  descubierta  en  Barcelona  (núm.  4507). 
Hübner  cree  que  fué  borrado  durante  las  rebeliones  de  Próculo 
y  Bonoso,  si,  como  se  supone,  de  las  Galiás  y  la  Bretaña  se  ex- 
tendieron á  España,  lo  cual  no  tenemos  por  improbable,  en  vista 
de  que  Próculo  fué  proclamado  en  Lyon,  y  Bonoso,  aunque  bre- 
tón, era  de  origen  español  (l).  También  en  el  epígrafe  asturicen- 
se,  aparece  picado  el  espacio  que  ocupa  el  nombre  del  empera- 
dor; pero  tal  vez  sólo  se  propusieron  cumplir,  por  mera  fórmula, 
el  mandato  de  borrarlo;  pues  según  todas  las  apariencias,  las 
actuales  letras  parecen  ser  las  primitivas.  En  tal  caso,  la  circuns- 
tancia de  conservarse  aquel  intacto  en  esta  inscripción,  en  la 
de  Agoncillo  (Logroño),  y  en  otras  tres  encontradas  en  Anda- 
lucía (2),  pudiera  inducir  á  creer  que  una  ú  otra  rebelión  sólo 
prosperó  en  la  parte  de  Cataluña  y  Valencia. 

Los  Legados  jurídicos — cargo  qued  esempeñaba  el  dedicante — 
eran  los  asesores  y  adjuntos  de  los  gobernadores  de  las  provin- 
cias para  la  administración  de  justicia.  El  designado  por  Augusto 
para  ejercer  tan  importante  magistratura  cerca  del  Prefecto  de 
Egipto,  se  llamó  yuridicus  Alexandrinae  civitatis  (3).  Flaminio 
Prisco  se  dice  Legado  jurídico  totius  pravinciae  Tarraconensis^ 
expresando  así  bien  claramente  que  su  jurisdicción  se  extendía  á 
toda  la  provincia.  Sabido  es  que  los  Procónsules  tenían  autori- 
dad civil  y  militar  en  todo  el  territorio  de  su  mando,  y  que  para 
la  mejor  y  más  fácil  administración  de  la  justicia,  solían  dedicar 
parte  del  año  á  recorrer  sus  respectivas  provincias,  divididas  en 
distritos  llamados  Conventos  jurídicos,  ñjando  temporalmente 
su  tribunal  en  las  principales  ciudades,  y  avisando,  por  medio 
de  edicto,  el  día  en  que  aquel  había  de  reunirse;  pero  es  de  ad- 
vertir, que  en  tiempo  de  Probo  la  organización  del  Imperio  ha- 
bía cambiado,  y  era  ya  un  hecho  la  separación  de  las  Órdenes 


(i)    Vopisco,  Bonos  y  15. 

(2)  Hübner,  números  1 1 16,  1673,  2071  y  4871 

(3)  Pandectas,  Strabón  xvii,.p.  197. 


INSCRIPCIÓN   HONORÍFICA   ENCONTRADA   EN   ASTORGA.  483 

civil  y  militar  iniciada  en  el  reinado  de  Septimio  Severo,  á  con- 
secuencia de  la  cual  se  creó  el  cargo  de  duXy  caudillo  6  jefe  del 
ejército  sin  mando  territorial.  Flaminio  Prisco,  como  Legado 
jurídico  de  toda  la  provincia,  tendría  su  residencia  oficial  en  Ta- 
rragona, y  es  de  suponer  que  hizo  la  dedicación  á  Probo  en  As- 
torga,  capital  de  Convento  jurídico,  hallándose  allí  desempeñan- 
do las  funciones  de  su  cargo. 

Es  digno  de  observarse,  que  precisamente  los  dos  monumen- 
tos epigráficos  en  que  se  le  dan  á  Probo  los  títulos  de  vero  Go~ 
tilico  veroqne  Germánico^  le  hayan  sido  dedicadas  por  Legados 
jurídicos  de  la  provincia  Tarraconense.  El  de  la  inscripción  de 
Valencia  se  llamaba  Allius  Maximus,  era  también  varón  clarísi- 
mo, é  hizo  la  dedicación  á  Probo  el  año  280.  Y  no  son  estos  los 
únicos  Legados  jurídicos  que  se  mencionan  en  la  epigrafía  de 
nuestra  patria.  En  una  inscripción  honorífica  de  Tarrragona  se 
hacen  los  mayores  elogios  de  otro  Legado  jurídico  de  la  provin- 
cia, llamado  M.  Cecilio  Novatiliano;  en  Braga,  apareció  una  de- 
dicación á  Júpiter  por  la  salud  del  Legado  jurídico  Triario  Mag- 
no? (y  de  Prócula) ,  que  seguramente  lo  sería  de  la  Asturia  y  la 
Galecia,  y  en  otro  título  asturicense  figura  un  Q.  Mamilio  Capi- 
tolino,  Legado  augustal  de  la  Austria  y  la  Galecia',  dux  de  la 
Legión  VII  Gemina  >  que  había  sido  Jurídico  en  la  Flaminia,  en 
la  Umbría  y  en  el  Piceno  (l). 

El  carácter  paleográfico  de  esta  inscripción  se  debe  tener  en 
cuenta  para  explicar  el  del  epitafio  del  Conde  de  B  .rcelona 
Wifredo  II,  cuya  fototipia  ha  salido  á  luz  en  el  tomo  xlvi  del 
Boletín,  pág.  429.  El  alternar  antiestético  de  las  letras  de  ma- 
yor y  de  menor  tamaño  es  propio  de  una  época  decadente. 


Orense,  7  de  Noviembre  de  1905. 


Marcelo  Macías. 

Correspondiente. 


(i)    Hübner,  números  2415,  2630  y  4H3« 


NOTICIAS 


En  la  sesión  de  24  de  Noviembre  el  Sr.  Saavedra  hizo  presentación  de 
los  señores  arqueólogos  alemanes  Adolí  Schulter  y  Constantin  Konen,  á 
los  cuales  dio  la  bienvenida  nuestro  dignísimo  Director,  congratulándose 
con  la  presencia  de  tan  ilustres  exploradores,  enviados  por  el  Emperador 
de  Alemania  para  practicar  excavaciones  en  Jas  ruinas  de  la  célebre  Nu- 
mancia.  El  Sr.  Schulter,  haciendo  uso  de  la  palabra,  describió  á  grandes 
rasgos  la  marcha  y  el  éxito  de  sus  trabajos.  Empleáronse  ordinariamente» 
por  término  medio,  cada  día  unos  sesenta  operarios  con  el  objeto  de  des- 
cubrir la  ciudad  celtibérica,  que  está  debajo  de  la  romana,  y  no  adyacen- 
te como  hasta  ahora  se  había  creído.  Están  las  dos  separadas  por  una  capa 
de  terreno  rojizo  que  puede  estimarse  como  indicio  de  cierto  lapso  de 
tiempo  que  medió  entre  la  catástrofe  de  la  heroica  ciudad  y  su  recons- 
trucción, acreditada  por  el  Itinerario  de  Antonino  y  de  otros  geógrafos, 
que  señalan  por  millas  su  orientación  y  distancia  de  Augustóbriga  ó  Muro 
de  Agreda.  En  la  ciudad  celtibérica  se  hallaron  restos  de  vasos  de  carác- 
ter completamente  distinto  del  de  los  romanos  que,  á  juicio  de  los  explo- 
radores, es  de  arte  fenicio.  Examinaron  las  ruinas  de  los  ediñcios,  de  .as 
calles  y  del  muro  de  circunvalación,  cuya  construcción  está  formada  de 
adobes,  algunos  de  los  cuales  llegan  á  60  centímetros  de  longitud.  Encon- 
traron bodegas  subterráneas  con  algunas  tinajas  en  que  se  envasaban  los 
líquidos,  sabiéndose  que  los  numantinos  en  lugar  del  vino  se  servían  de 
una  especie  de  cerveza  á  la  que  llamaban  ceria.  No  faltaban  entre  los  ob- 
jetos encontrados  molinos  de  mano,  madera  quemada,  hierros  de  lanza, 
una  piqueta  y  otros  de  menor  interés.  De  todos  ellos  presentó  dibujos 
con  restauraciones  el  Dr.  Kdnen;  mas  por  desgracia  ninguna  inscripción 
apareció,  salvo  las  de  varias  monedas  de  cuño  ibérico. 

A  propósito  de  los  muros  y  de  su  estructura,  ün  señor  académico  hizo 
presente  lo  importante  que  sería  hacer  semejantes  exploraciones  en  el 
recinto  de  la  ciudad  indigética  de  Ampurias,  que  conserva  parte  de  sus 
muros  de  parecida  construcción,  y  está  contigua  á  la  griega  y  á  la  roma- 
na, en  la  misma  disposición  que  señaló  Tito  Livio. 


La  Legislación  gótico-hispana  (Leges  antiquiores. — Libcr  judiciorum).— 
Estudio  crítico  por  Rafael  de  Ureña  y  Smenjaud,  catedrático  numerario 
de  Historia  de  la  Literatura  jurídica  de  España,  etc. — Madrid,  1905.  En 

Vicepresidente  de  la  Academia  de  Jurisprudencia  y  Legislación  y 
Miembro  honorario  extranjero  del  Instituto  de  Historia  del  Derecho  ro- 


NOTICIAS.  485 

mano,  el  Dr.  Ureña,  autor  del  presente  Estudio,  goza  en  el  mundo  sabio 
de  justo  renombre  por  las  obras  que  ha  publicado  y  tiene  en  preparación 
acerca  de  la  Historia  jurídica  de  la  Península  Ibérica. 

Tratando  de  la  legislación  gótico-hispana,  recorre  con  profunda  inves- 
tigación é  inspección  minuciosa  todos  los  códices  y  ediciones  que  hasta 
el  presente  se  han  hecho  del  Código  visigodo,  examinando  su  origen  y 
evoluciones  y  reservando  para  otra  obra  el  hablar  de  las  traducciones  en 
castellano  que  se  han  hecho  de  él,  y,  en  una  palabra,  mostrando  estar  al 
nivel  de  la  crítica  máffa  ven  tajada  en  Italia,  Francia  y  Alemania  sobre  tan 
importante  cuestión,  añade  nuevos  datos  y  emite  acrisolados  juicios  que, 
á  no  dudarlo,  darán  á  esta  obra  suma  importancia  y  consideración  dentro 
y  fuera  de  España. 

El  Culto  de  la  Inmaculada  Concepción  en  la  ciudad  de  Burgos, — Mono- 
grafía documentada  por  el  P.  Camilo  María  Abad,  de  la  Compañía  de  Je- 
sús.— Madrid,  1905,  pág.  218. 

Esta  Monografía  brillantemente  iluminada  con  fototipias,  entre  las  cua- 
les descuella  el  retablo  artístico  de  la  Concepción  del  siglo  xv,  se  reco- 
mienda, sobre  todo,  por  la  bondad  de  los  documentos  inéditos  que  cons- 
tituyen el  Apéndice  y  que  el  autor  de  la  obra  ha  sacado  de  varios  Archi- 
vos büi'galeses.  No  contento  con  proponer  las  fotografías  de  las  mejores 
efigies  y  cuadros  de  la  Inmaculada  que  se  veneran  en  Burgos,  como  las  de 
Mateo  Cerezo,  en  1635,  y  las  que  se  ven  en  la  Iglesia  de  San  Lesmes  y  en 
la  Cartuja  de  Miraflores,  ofrece  los  facsímiles  de  documentos  originales 
tan  importantes  como  el  voto  del  Cabildo  en  1466  y  la  fundación  de  Juan 
Alfonso  de  Valladolid,  anterior  á  esta  fecha;  por  manera  que,  atendida  la 
importancia  de  los  documentos,  su  examen,  trabazón  y  exposición  tan 
erudita  como  amena,  constituye  una  obra  señaladísima  de  la  historia  re- 
ligiosa de  la  ciudad  cabeza  de  Castilla,  cuya  Catedral  basta  por  sí  sola 
para  demostrar  con  su  titulo  de  Santa  María  una  de  las  más  bellas  é  inte- 
resantes glorias  de  la  Patrona  de  las  Españas. 

La  Academia  recibió  con  agrado  para  su  biblioteca  el  donativo  de  este 
libro,  que  le  ha  hecho  uno  de  sus  individuos  de  número. 


Subsidios  para  a  Btbliographia  poriugueza^  relativa  au  estado  da  linguaja- 
poneza  e  para  a  btographia  de  Fernao  Mendes  PintOt  por  Jordáo  A.  de 
Freitas,  Official  da  Real  Bibliotheca  da  Ajuda.  Gramáticas,  vocabularios  e 
diccionarios:  Com  observa^oes  philologicas  pelo  Ex."°  Sr.  A.  R.  Gon^al- 
ves  Vianna.^Coimbra,  1905.  En  4.**,  págs.  84. 

Con  datos  eruditísimos  demuestra  el  autor  de  esta  Monografía  la  serie 
de  las  obras  portuguesas  que  tratan  de  la  lengua  del  Japón,  asegurándoles 
la  mayor  antigüedad  y  preeminencia  sobre  un  ramo  tan  importante. 

F.  F.— A.  R.  V. 


índice  del  tomo  xlvii 


I 


• 


Informes: 

I,  Correspondencia  epistolar  entre  D,  José  de  Vargas  y  Poncey 
D.  Juan  Agustín  Ceán  Bermúdez^  durante  los  tinos  de  1803 
d  1805,  existente  en  los  Archivos  de  la  Dirección  de  Hi- 
drografía y  de  la  Real  Academia  de  la  Historia 5 

n.     Nuevas  inscripciones  romanas  de  la  región  Norbense. — Mario 

Roso  de  Luna. 60 

m.    Z^  dieu  Souwá*  dans  le  Coran  et  sur  une  inscripiion  sabiemu 

récemment  decouverte, — Hartwig  Derenbourg 72 

rV.     El  sitio  de  Almería, — Francisco  Codera 79 

V.  Arquitectura  tartesia:  la  necrópoli  de  Antequera. — M.  Gómez- 

Moreno 81 

VI.  Nuevas  incripciones  romanas  y  hebrecu. — Fidel  Fita 133 

VII.    Estudios  españoles  del  siglo  XVI II, — Femando  VI y  Dona 

Bárbara  de  Braganza  (1713-1748),  por  Alfonso  Danvila. — 

Antonio  Rodríguez  Villa 147 

Inventario  de  las  medallas  españolas  que  posee  la  Real  Acade- 
mia déla  Historia.'-JusiD.  Catalina  García 153 

Variedades: 

Viaje  epigráfico. — Fidel  Fita 230 

Noticias 240 


ÍNDICE.  487 

Págs. 

Adquisiciones  de  la  Academia  durante  el  primer  semestre  del 
año  1905 241 

Informes: 

I.  Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Doña  Isabel 

Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma.  (Desde 

Flandes,  años  1399  d  1607  y  otras  cartas  posteriores  sin 
fecha.) — A.  Rodríguez  Villa 263 

II.  Lápida  cdntabro-romana  hallada  en  Luriczo^  provincia  de 

Santander, — Eduardo  Jusué 304 

in.     Carta  dotal  del  siglo  -YK— Fidel  Fita 309 

Variedades: 

Siete  inscripciones  hebreas  de  Toledo.  Estudio  cronológico. — Fi- 
del Fita 313 

Noticias.. 319 


NFORMES: 

I.  Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduqiusa  Doña  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma,  {Desde 
Ilandesy  anos  isgg  á  1607  y  otras  cartas  posteriores  sin 
/Jf^Af^.^— Continuación — A.  Rodríguez  Villa 321 

II.    Epigrafía  hebrea  y  visigótica. — Fidel  Fita 361 

III.  La  bcUtaglia  di  ibera. — Dr.  Nicola  Feliciani 394 

IV.  Inscripción  romana  de  Peñaranda  de  Duero.  — Fr.  Tirso  Ló- 

pez, O.  S.  A 402 

Variedades: 

Inscripción  romana  de  La  Carolina. ^Fcríecto  Vttsí 404 

Noticias *. •  .  .  •    406 


488  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

Pági. 

Necrología: 

M.  Jules  Oppert — Cesáreo  Fernández  Duro 409 

Informes: 

I.  Corresponáeticia  de  la  Injania  Archiduquesa  Dana  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  Lerma.  (Desde 
Flandes,  años  IS99  d  1607  y  otras  cartas  posteriores  sin 

fecha,) — Continuación.— A.  Rodríguez  Villa 413 

II.    El  castillo  de  Loarre. — El  Marqués  de  Monsalud 448 

ni.    Elementos  de  arqueología  y  Bellas  ^/«.  — Juan  Catalina 

García 452 

IV.    La  obra  « General  Vauson,  Crimée,  Italie^  3/¿3c*^»^.»— Julián 

Suárez  Inclán 457 

V.  El  libro  de  D,  José  JVangüemerty  Poggio^  ^El  Almirante  Don 

Francisco  Díaz  Pimienta  y  su  epoca.^-¥,  P'emández  de 
Béthencourt 462 

VI.  Epigrafía  hebreo^lusiiana. — Fidel  Fita 467 

Variedades: 

Inscripción  honorífica  encontrada  en  i4j/¿7rgíz.— Fidel  Fita.  .  .    479 

Noticias 484 

Índice  del  tomo  xlvii 486 


RECTIFICACIONES 


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312 

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Alfonso  Moreno  y 

394 

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1815 

1804 

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2 

1305 

1315 

El  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia  se  publica  todos 
los  meses  en  cuadernos  de  8o  ó  más  páginas,  con  sus  correspondientes 
láminas,  cuando  el  texto  lo  exige,  formando  cada  año  dos  tomos  con  sus 
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Las  suscripciones  dan  principio  en  Enero  y  Julio  de  cada  año. 


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Madrid.  .  .    6  meses Pesetas  9 

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Provincias.    Un  año —  20 

Extranjero —  22 

Número  suelto —  3 


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venta  en  Madrid.  Los  pedidos  para  provincias  y  para  el  extranjero  su- 
frirán el  recargo  correspondiente  de  gastos  de  correo  y  de  certifícado. 


Los  pedidoB  deben  dirigirse  al  despadlio  de  Uleros 
de  la.  Academia  (León,  21)  <3  á  1&.  Lil^reria  de  M.  MU- 
RILLO,  AlcaléL.  7,  Madrid. 


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plares se  les  hará  una  rebaja  conveniente,  según  la  cos- 
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