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Full text of "kershawsangreychampan"

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Sangre y champan. 

La vida y epoca de Robert Capa 

[ 92(Cap) Ker ] 

Alex Kershaw 




Sangre y ehamp&n 



BIOGRAFJAS 



Alex Kershaw 

Sangre y champan 

La vida y la epoca de Robert Capa 



TradutciGn de 

Aurora Echevarria 



BUM 

E3 



BibHotequcs de Barcelona 

E. Vapor uhi 



DEBATE 



Primeri edition: abril 103i 



Qtitfdjri rigurosjinwnlc prohibidas, >trv \a UKoriiacmn escnta dtlus simljrcsi 
del tupytighi, tap* las sincionra raililttidiis en Las Jeyts, U reproduction 
local it parcel J*- (>t.i obra per mtlqitict medio o priced i mien to, 
compftndidtjs la. reprc>|; r ,vfia f d iritirfiientm infcmiiiiuEh, j L Jfstribuiioti 
de ejemplirc-j de rlli i™ Jlnntt jlquLUf a preuamD publico*. 

Titulo original: Stood and t'&n'ijpagnt 

© Alei Kershaw, 2CG2 

© Aurora Ectvcvarrii, por la triduccion 2002 

Q Pc h presenie edition, Kandiim House .Vlondadwi, S, A., 2003 

Trawetsmi de Grids,. 47-49. OSOII BjrceJum 



ISBN: S4-fl 5^-552-0 

DtpiljitO Legal; B. 1 1.627 - 21301 

CnmpiKno en Lomjio Faisano, 5. L- (J-'HospiraleiJ 

Impress en A « M Grifir, S, L., Sinu Prrptcuj de Magodj (Barcelona.) 

Lm:VL->n firt KsjVjoa (Printed tn fyain} 

C 845330 



.-f Warren Trabmtt 



Sumario 



LlSTA Dfi ILUSTRACIONES . , . ♦ 

AORAOEfiMIENTUS 

A CINCO MtL Ktl OMETROS DE OMAHA 



1 . Conversacion en Budapest , , . . 

2. Barbaras en las puertas . , , , . 

3. El hombrc que se invenlo a si mismo 

4. La guerra apasionadii . . 

5. tfMuerte dc un miliciano» 

6. <4a Paquena Rubenass 

7. Los cuatirKtL'fiius miltoncs 

8. La detmta final .... 

9. Aislamiento total . . . 

10. Salirse del paso . . - . 

11. El deskrto 

12. Es una guerra dura . . , 

13. El d[a mas largo ■ . . 

14. El borage « 

15. Victoria ..... . 

16. <t\ Tc csta m i randu, c h ico ! » 

17. Ftn del idilio 

18. De nucvo en k Union Sovietica 

19. El new look <■ * 

20. Un camino de muerte . - . 

21. El reinodc los scntidos . . . 



13 

1? 
25 

3) 

43 

51 

64 

69 

SO 

101 

1 10 

121 

130 

139 

150 

161 

179 

m 

208 
218 
229 
246 
255 
270 



22. ^C6mo es> posible que sea vicjo? 

23. Mas adelantt: csli d I>dta . . 



282 
300 



EpIlogo: La leyenda .♦...,,. 313 

Notas 319 

BlHLIOURAFiA ,,.,..,.., 339 

istllCE ONOMASTICO , L . , , 353 



Para mi. Capa Itevaba c! dcslumbtsnltf traje del ma- 
tador pcrtj nuiica tnicii a matar; gran jugador, lucho 
por si misiflo y par olros en ma voraginc. El ikslims 
quiso que !a rnuerte se In lie vara en la cfrspide de su 
gloria. 

Hi- Sftl CARriTR-BMSSON 



Lista de ilustraeiones 



Printer pik'ga 

I , «Tcnta el sentido de prioridades det jugador.» Capa con mu- 
chas papeletas de apueslas. Longchamps T Paris, 1952. (Copyright © 
Henri Cartier- Bresson/Magnum Phntos.) 

2. «La pequcna zona rojaw. Gerda Taro, {Folografia de Fred 

Stein-) 

3. «Fue el gran amor de su vida,» Cortejo funebre de Gerda 
Taro en Paris, 1937. (CV Soir, 2 de agosto do 1937. Collection Bi- 
bliolhcque Historique de k villc de Paris.) 

4. «Habia ido en busca de la muerte.» Femhout, Ivens y Capa, 
el scgundo por la izquierda, con tres ofkiales chinos en China, 1938. 
(Copyright European Foundation Joris hens) 

5. «Entre los cualrocientos millones.w Ivens y un hombre 
no identifieado eneirna de un lanque, Capa. Fernhuut y un chino 
delante, China, 1938. (Copyright C European Foundation Jons 

Ivens.) 

h. Capa y «Papa» Hemingway. Sun Valley, Idaho, noviombrc 
de 1940. (Copyright © Lloyd Arnold John F, Kennedy Library.) 

7. «[Capa] hablabu siete idiomas, pero ninguno bien.» Ernest 
Hemingway cscucha «capanes», Sun Valley, Idaho, noviembre de 
1940. {Copyright © Lloyd Arnold/John F. Kennedy Library.) 

8. Capa baila toda la noche en Sun Valley, noviemhre de 1 940 
Su «alma gemelaw, Martha Gellhom. es la segunda por la i/quierda. 
(Copyright © Lloyd Arnold John F. Kennedy Library.) 



[3 



SangTK.- y champin 

9. «Conducia peor que nadie en el mundo.» Capa a finales de 
1944. (Huiion-Getty) 

1 0. «Escueha, vieja eabra, lo que cuenta es e! final dc la parti- 
da y cuantas fichas tc quedan en el bolsillo . . si aim no le has rctiru- 
do» Capa y la wieja cahra», George Rodger, Napoles, 1943, (Co- 
pyrighl Magnum Photos.) 

11. !<Esiuve con el en la linea de mego,» El amigo de Capa y 
director de Life, John Morris, Lundres, 1944. (John O. Morris Collee- 
tion/Biblioteca de la Universidad de Chicago.) 

12. B puerto despues del bombardeo, Anzio, 1943. (Hulton- 
Deutsth Corbis.) 

13. Ernie Pylc. el gran corresponsal de guerra norteamericano, 
eneiende un eigarrillo trus un ataquc di recto contra el hoi el de los 
corresponsales del paseo maritimo, Anzio, 1944. (Cortesia de The 
Lilly Library, Universidad de Indiana. Bloomington, Indiana,) 

14. rtEra increiblemcntc valiente.o Capa, el scgundo por la iz- 
quierda, lislo para saltar con la 17." Division A crotransportada sohre 
Wesel en la frontcra holandesa, marzo de 1945. (Hu lion-Getty.) 



Segundo pliego 

I Capa con su amigo intimo y cofundador de la agenda Mag- 
num, David Seymour, Chim, Paris, principios de los afios cincuenta 
(Copyright © Henri Cartier-Bresson/Magnum Photos.) 

2, Los fundadores de Magnum brindandu por la liberation de 
Paris en una fiesta en la casa del director de Vogin\ Michel de Hrun- 
horT". Capa en segundo piano a la izquierda, Chim Seymour en el cen- 
tre sin corbata, Cartjer-Bresson en segundo piano a la derecha. (John 
Ci. Morris Colkclton/Bibliotecade la Universidad de Chicago.} 

3, «Eres la eriatura que mc va .» Capa con la cseritora Gael El- 
ton Mayo. (Copyright G The Estate of Gael Elton Mayo.) 

4, Ingrid Bergman eon su padre, un rbtografo bohemio. (Swe- 
dish Film Institute Stills Archive > 

5, rtEra como un gran euadro .» Ingrid Bergman en Notorious 



14 



{Encndtmados), 1946. (KKO Radio Pictures/ Ronald Grant Archive.) 
6. Capa jugando al poquer con John Huston (en segundo pia- 
no a la derecha) mientras Burl Ives toea la guitarra, Londres, 1953, 
(Copyright © Ernst Haas/Getty Images.) 

1, Capa con John Steinbeck y su mujcr Gwyn en un hotel de 
Paris en 1947, unos dias antes de cruzar el telon de acero. (Center for 
Steinbeck Studies, Universidad Estatal de San Jose.) 

8. DC nuevo en accion. Un cantata de documentales dc actua- 
lidad eapta a Capa tbiografiando a los heridos de Dicn Bien Phu, In- 
dochina, mayo de 1954. (Collection Patrick Jeudy) 

9. «Me pidio que eogiera su camaraw Ultima fotografia de 
Capa con vida, tomada por su amigo y eolega Michel Descamps. (Fo- 
togTadade Michel Descamps/SCOOP/rtiris Mutch.) 

10. «No sabia hablar de otra cosa,» «Ju1ila» Friedmann en la 
tumba de su hijo predilecto al none dc Nneva York. (Copyright ■*.' Licsl 

Sleiner.) 

11 «E1 hombre que sc invenio a si mismo .» Andre I riedmann, 
alias Robert Capa, 1954. (HultOrt-Getry.) 



15 



Agradecimientos 



Durante los mas de cuatro afios que be lardado en reunir los dates 
necesarios para i:scribir este librcu ban sido muchas las personas que 
mt han ayudado y alenlado enormemenlc, Aun antes de que el libro 
liubi era sido autorizado, casi todos los contemporaneos de Capa ya 
hiibian ctMsentido en ser enlrevistados. Incluso los que se encontra- 
han demastado enfermos o creian no tenor nada nuevo que aportar 
ayudaron gcnerosamenle. Hstoy particularmcnie agradecido a Henri 
Cariier-Bresson por habcrme autori»ido a cilar sus rcficxion.es sobre 
Capa. 

Muchas personas de dislintos paiscs me han orrecido su htfspita- 
lidad. En Paris, Suzy Marquis y su marido Jean-Gabriel se mostraron 
particularmente generosos con su tiempo. Bettina Graziani, Warren 
Trabanl y Pierre Gassmann raft acogieron tambten en sus casas. El 
folografo britHnico residcnte en Paris y veterano de la ageneia Mag- 
num, Jimmy Fox, mc brindi'i una ayuda inestimable, ademas de pis- 
las sutiles y muehos tciefbnos de contaeto de personas rittiradas ha- 
cia ticmpo de la vida pubhca. John Morris, cclega y ami go de Capa 
que todavia vive, so mostr6 igualmenlc solieito y no eseatimo csfuer- 
zos a la hora de proporcionarmc un retrato ceuantme de la vida de 
Capa. El distinguido eineasta Patrick Jeudy mvo la genii leza de mos- 
traime pelieulas y documeniales de aetualidad maravillosos de Capa 
en accion, 

Lara Htihnan, de la HuJ Ion -Getty Picture Collection de Londres. 
bused y encontrd Ibtografias cruciales, y Josie Meijer, de Macmillan, 
dedieo tiempo y esiuerzo a oblcner las que apareccn « este libro. No 






17 



; 



Saa£K y didiiipan 

fuc tarea fdcil en estos tiempos en que se ohtienen excesivas ganan- 
cias de las imageries historicas, y lc estoy muy agradecido. El perso- 
nal de la Colindale Newspaper Library de Londres, en especial Jac- 
kie Pitcher y Michael Nash, puso a mi disposition los numeros de 
todos los reportajes que hizo Capa para illustrated y el Picture Post, 
los cuaies mostraban mejor su obra que ninguna oira publication, 
A pesar del aceeso restringido a los archives de Time-Life, logre ob- 
tener informacion clave gracias a varios miembros del personal, en 
concrete Bill Hooper, quien localize una entrevisia de radio eonce- 
dida por Capa que anrojo hastante luz sobre muchas cuestioncs con- 
trovert idas L 

La escritora Jozefa Stuart, que eonoeio personal inente a Capa y 
a print- ipios de los sesenta prepare una biografia de el que permane- 
ce inedita, habld conmigo largamente, 6 incluso se valio de su influen- 
cia para conseguirrne aceeso a informacion crucial que el la habia 
reunido y que ahora pertenece al Centro Intemacional de Fotografia 
de Nueva York. Asimismo. ningun libro sobre Capa puede dejar de 
rcconocerse en deuda eon el albaeea tic Robert Capa, Richard Whc- 
lan, y su innovadora biogralia de 1985; basada en parte en el trabajo 
pionero de Stuart, es un relato im press onantemenie dctallado de la 
vida de Capa. 

Otras petfsonas me hail ayudado a cxplicar succscs y cuestiones 
clave de la vida de Capa. En Lynchburg, Virginia, mientras eseucha- 
ba a Glenn Miller; el profesor Bill Mcintosh de la National D-Day 
Foundation me olrccio una vision global mililar del dia mas impor- 
lanLe de la cartera de Capa, y me ayudo a comprendsr algunas de las 
complejidades estrategicas de la batalla de Noimandia y la opcracion 
Overlord. 

Mi padre se recorrid a pie playas bajo la lluvia y paso varios dias 
en Normandia y Paris, siguiendo los pasos de Capa. Mi madre me 
enserid e! sur. de Espana. Jay Deutseh, de la Leiea Gallery de Nueva 
York, me facililo eontactos y una compression tecnicade la Leiea, HI 
profesor Wolodymyr Stojko del Ukrainian Journal se puso en con- 
tact con fucnles de Kiev y me proporeiono una sagaz vision de la 
visita de Capa a la Union Sovietica. El marchante de arte y fotogra- 



13 






Agrakctmicnlos 

fia Howard Greenbcrg me hablo con franqueza del vakir comercial 
de la obra de Capa. Susan Shillinglaw, directors del Steinbeck Cen- 
ter, me seiiald varias fucntes important^, Pairy Cottingham, directora 
cjecutiva de la Seripps Howard foundation, mc facilito teEefonos de 
contacts de periodistas y fotografos. Rick Bray del Ernie Pyle His- 
torical Site desentemo mucha infurmacidn sobre las hazanas de Capa 
con Emie Pyle. El legendario George Silk me ayudA a eomprender el 
punio de vista de otro totdgrafo al eubrir la Scgunda CJuena Mundial. 
Bernard Crystal de la Universidad de Columbia mc seiiald la corres- 
pondencia relacionada eon los tralos comereiales de Capa con John 
Steinbeck, Michael E'dwaids del Eisenhower Center localize varias 
transcribe iones importantes de veleranos del dia D. Steven Plotkin de 
la Biblioleca JFK de Boston me ayudo a local izar fotografias mara- 
viElosas dc Capa eon Hemingway y Martha Gellhom. 
J En Budapest, £va Keleti y Katya Steiner se desvivieron por ha- 
ter mi estancia lo mas agradable e iluminadora posible. Sin ellas 
nunca me habria heeho una idea del pasado hiingaro de Capa, En 
Espana. Maria Paz paso varios meses siguiendo pistas ambiguas, 
estudiando con minuciosidad documentos y coneertando entrcvistas, 
Chris Litlleford tradujo arliculos periodisticos clave y persiguio a 
fuentes poco inclinadas a cofahorar, Esloy asimismo en deuda con su 
mujer Amor por su hospitalidad. Miguel Angel Jaramillo GuerTeira, 
director del Arehivo General de la Guerra Civil f.spanolu de Salaman- 
ca, soporto un aiuvion dc preguntas. Manuel Melgar dc Jos Archives 
Mi li tares de Madrid tambien fue de gran ayuda. 

Iin Alemania el pruifesor Hans Pultnies me ayudo a situaren su 
contexto tni investigacion sobre ta Alemania de Weimar El bi6gra- 
fo Irme Schaber mc ayudo a local izar a varios contemporaneos de 
Capa, cntrc ellos Ruih Cerr Berg e Irene Spiegel, Irme Schaber tam- 
bien me habld de su obra pionera sobre Gerda Taro. Le agradczco 
profunda mente el tiempo que mc dedicd y Ea ayuda que me brindd; 
ojala lodos los bidgrafos fuenimos tan posilivos y libres de prejuicios. 
En Suiza, la hija de Ruth Cerf Herg, KatEirin Berg Muller, fue parti- 
eularmente dc ayuda al oblener respuestas a muchas prcguntas que 
Formule a su madre, una mujer reaimente extraordinaria. En Amster- 



19 



Sangrc y champjn 

dam, Eva Besnyo me pToporeiond una nueva perception de la infan- 
tia de Capa. En Washington, Ben Bradlce me describio de manera 
concilia y oxpresiva su esianeia en Paris y en K tasters. John Fox, de 
la uiiidad de intbrmaeion del FBI. mi: explico varios detalles del ex- 
pedicntc del FBI de Capa. John Kelso, jefe de section de la Freedom 
oflnfbmiation Privacy Acts Section Office of Public and Congressio- 
nal Affairs, me facilito todos los documentos que tenia aulorizacum 
para dar a conoeer. David Wall is, de Nueva York, me facilito muchos 
articulos importantes dc varias bases de dates, 

Leslie Calmes, del Center for Creative Photography de Tucson, 
localize un tesora escondido de material asombroso, en especial 
muchos fragmented de memorias y varias cartas cseritas por Hansel 
Mieth que he cilado extensamente. Estoy suma merle agradecido a 
Georgia Brown, amiga de Mieth, por hahemie autorizado a hacerlo. 
El doctor Norman Allan de Toronto lambicn puso generosamentc a 
mi disposition el manuscrilo dc una biografia inedita de su padre, 
autorizandome para citarla, Estoy igualmente en deuda eon Jinx 
Rodger de Gran Bretaiia por haberme permit ido citar los diarios li- 
ricos dc su difunto marido, Georgia de Chamberet de Londres me 
envio la penetrants biografia dc su madre y fbtografias de Gael El- 
ton Mayo eon Capa. En Vermont, Patti Stratum, Lucy Steele y Aman- 
da Hoag trabajaron sin descanso para transcribe mas dc eien horas de 
entrcvistas, Estoy especial mentc agradecido a Amanda por las nume- 
rosas horas que paso confrontando viejos ejemp lares de Life y el Pic- 
ture. Pwi, 

Jonathan Druhncr, Tom Garagis, Paul y Amanda Armstrong, 
David Boyle, Tessa Souter, David McBeth, Serge Glansberg, Paul 
Spike, George Waud, Michael Walls, Michael y Cynlhia Perry, Ke- 
vin y Maria Smith y la inigualable Bcttina Viviano me han brindado 
asimismo su apoyo y su amistad a lo largo de los pasados cinco afias- 
En especial Dave Bemath, y su familia de Venecia, California, tole- 
raron varias veecs mi presencia en su sofa. Por to que se refiere a 
Dave, disfmte las innumerablcs horas que pasc disculiendo con el, y 
en un determinado momenta hasta me proportions una traduction al 
aleman. 



20 



AgiraderimienUw 

Mi gratitud, como siempre, a Lindsay Stirling por su ayuda y 
asesoramienlo sumamente profesionales eon el manuscritn. Quisicra 
exprcsar asimismo mj agradecimiento a Pierce Brosnan, Beau Saint 
Clair y Angclique Higgins de Irish Da-am time, y a Robert Bookman 
y John Levin de CAA, asi como a Nigel Sinclair de Intermedia, por 
su vivo in teres en este proyecta. 

El personal y !os directores del Guttniian, el Observer y la Sun- 
day Times Mui;a:im' I levari tiempo linantiando mis viajes y me han 
proporcionado ingresos cuando mas los necesitaba. 

Tan to deotro eomo fuera de Estates Unidos he recihido asimis- 
mo ayuda del personal dc muehas instituciones y bibliotecas, desde 
la Lanesboro Public Library de Minnesota hasta la Biblioteca Publi- 
cs de Nueva York, El personal de la Sawyer Library del Williams 
CoUege me soponto hasta alias horas de la madrugada de un invier- 
no espceialmente largo Tambien he hecho uso del material de la 
Park-McCulIogh Free Library de Bennington, el Bennington Colle- 
ge, la British Library, el Mti.st.-o Imperial de la Guenra de Londres, los 
archives de la o Rein a de Nueva York dc la ageneia Magnum, 
los Archives de la Guerra Civil Lspanola de Salamanca, los National 
Archives de Washington, D.C., el Institute de Historia Militar, el 
Eisenhower Center de Nueva Orleans, la National D-Day Foundation 
de Virginia, la Biblioteca del inslilutoC inematografico Britanieo. la 
Aseeiacion de Prensa Extranjera de Washington, la Universidad de 
Columbia, los archivos del New York 7Ittt&f, la Academy of Motion 
Pictures Arts and Sciences, el Getty Museum de Los Angeles, la 
Eastman Kodak House de Nueva York, las embajadas rusa y hunga- 
ra en Washington, la Colindalc Newspaper Library, la Westminster 
Public Library, la Biblioteca del Congrcso y los Archivos Paris- 
Match de Paris. 

Las pcrsonas que cito a eontinuaeitin eonsintieron amablcmcirte 
en responder a mis pregunuts y en facilitarme information, muehas 
de ellas concediendo enlrevistas de varias horas; el doctor Alexander 
Matthews, Alfred Gellhorn. John Hammond hijo. Hart Preston, Jim 
Nachtwey, Ray Nance, Betty Hooper, hurl Wilson, Elizabeth Teas, 
Lueille Hoback Boggess, Roy y Helen Stevens, Eva Bcsnyd, Karo- 



21 



Sangre v ehampan 

ly Kineses, Nina Beskow 4 Robert Brau, Alan Goodrich, Jim Lager, 
Steven Burslin, Andrew Mauldtn. John Morris, Inge Morath, Dirck 
Halstead, Elliot Erwitt, Jean-Gabriel y Su^y Marquis, Flury Oava- 
detseheT, Ruth Guler, el difimlo Larry Adler, Rulh Hartmann, Larry 
Collins, Belt i nil Gra/iani, John Loengard, Peter Viertel, Russcl 
Miller. Donald Spoto. Harry Benson, Anjelica Huston, Eve Ar- 
nold, Myron Davis, Jimmy Fox. Thomas Gunther, Marc Riboud, 
Pierre Ga^smann. Ruth Cerf Berg, Russet I Burrows. Anthony Saua, 
Irme Schaber, Hann Putin ies, Patrick Jeudy, Michel Descamps. Marie- 
Claude Copty, David Douglas Duncan, Judy Freiburg, Yvonne 
Halsmann, Patricia Wheailye, Ben Bradlee, Jean-Jacques Naudet, 
Georgia Brown. Marie- M on iquc Robin, Jinx Rodger, Rosemarie 
Se Herman, Frank Zaehsiry, Slim Aarons, et doctor Norman Allan, 
George Silk. Inge: Bondi, Liesl Steiner, Irene Spiegel, Carl y Shelley 
Mydans. Milton Wolff, Audrey Jarreau, Henri Cartier-Bresson, Burt 
Glirm, Lois Mender y Maria Borrell Garcia. 

La idea de esie libro surgio en cl transeurso dc varias convcrsa- 
ciones con mi mujer y varios periodistas. graficos excepcionales con 
quiencs he trabajado estrechamenie en la ultima dceada. Simon Nor- 
folk, Charles Gmmanney, John Snowdon y Greg Williams han com- 
partido todas mts revelacionfrs y hecho mas de lo que en justicia les 
eorrespondia para Mcvar a cabo numcrsisos encargos diftciles. A ira- 
ves de ellos he conocido de primera mano la enorat voluntad que se 
neccsita hoy en dia para ser periodista grafico y seguir pagando el 
alqtii ier. 

El resultado mas posittvo de este libro ha sido una nueva amis- 
tad con otro periodista de toda la vida Siempre esiare en dcuda con 
el ex director de Heuk\ Warren Trabant. hombre de gran senlido de! 
humor perspicacia y distincion. que bebio y ceno con Capa t y paso 
muchas veladas maravillosas haciendo lo BBSma eonmigo. 

Asimismo he sido afortunadti de tener una editora tan incisiva 
OOOIO atentadora en Mae mi I Ian. Georgina Morlcy, que ha csladti a mi 
lado a las duras y a las maduras, y ha esperado mas alia de toda ex- 
peetativa razonable a que terminara el libro. Nicholas Blake ha hecho 
una labor magnifies a I editarlo. Mi agente, Derek Johns, siempre ha 



22 



Agradccimicntos 

sido un modclo dc diplomacia y packneia, y ottos muchos miembros 
de AP Watt, en especial Linda Shaughnessy, me han brindado una 
ayuda inestimable, 

Por ultimo, este libro nunca habria visto la luz dc no ser por la 
infinity padeneia y lolcraneia dc mi csposa Robin. Ella y mi hijti 
Felix me han concedido el tiempo y el espacio para dedicarme a lo 
que se habia convert! do en una obsesicm de haeia cineo aflos, Tam- 
bien quisiera dar las gracias a su familia y sobre todo a la mia, por 
su apoyo que vicne dc muchos afios. 



23 



A cinco mil kilometres de Omaha 



Creo que Capa ha demoslrado mas alia dc lodii duda 
■.liiij b camara no licn-c pur que sen un trio artcfaclo 
mccanico. A I iguai que la p!uma, u-h (an haM como !a 
persona que la utiliza. Puede ser la prolongation de SU 
menk y de su corazon. 

John SrLINHfcfK. Popular fhiHograpky' 



Una tarde de finales de otoiio me dirigi en coche al norte a traves dc 
Virginia y eontemple comn las Monianas Azaleas se volvfan cada vez 
mas imponenie* seyiin tire acereaba a Bedford, dondc se eneuenlra el 
primer munumenlo conmemorativo que se lev auto en Estados Uni- 
dos del dia D, corno se eonoce la lech a del descmbarco de los a)ia- 
dos en Noniiandia. Mientras se ponia el so], recorri el recinto con el 
sargento Roy Slcvens, un veterano de oehenta y cinco afios de la 
Compafiia A del 1 1 6.° RegimicnLo de Infanteria de la 29-° Division. 
Varios hombres enlntdos en afios se acercaron y compartieron eon el 
saigeoto SLevens sits recuerdus, a vuces eon lagrimas en los ojos; eran 
veteranos del «Bulge?>, la playa de Anzio y ia hatalla de Normandia. 

Mas tarde Stevens me expttc6 eon deieninu'ento su version de ios 
hethos. En la madrggada del 6 de junto dc 1944 se prepam para SU- 
bir a bordo de una lancha de desembarco con destine a la playa de 
Omaha. En el preeiso momento en que se disponia a embarcar vio a 
su hcrmano gemelo, Ray, 

— Me tendio la mano — dijo Roy — . Pern yo, en lugar de estre- 



25 



Sangre y champan 

charsela, te dije: «Mira, te la estreeharc en VicrviUc-sur-Mer, arriba 
en el eniee, antes del mediod<a». 

Ray bajo la eabe*a y murmuro que no iba a conseguirlo. No iba 
a salir tie csa con vida. Estaba convencido de ello. Roy Stevens lam- 
poco logrd Megar csa mafia na a Vierville-sur-Mer. Su I audi a de 
desembareo se hundib a unoscicntos de metros dc laorilia, minutos an- 
tes de que Uegara la primera oleada de tropas. noneamericanas. Stevens 
no se ahogo gracias a un companero de la Compania A que lo rtsca- 
to, y cuatra dias dcspucs llego por fin a la playa de Omaha, donde en- 
centre una tutnba improvisada para su hermano y varios amigos. 

Su bermano y olros dieciocho jovencs de Bedford habian perdi- 
do la vida a los pocos minulos de llegar a la «Sangrienta Omahai>, 
escenario de la mayor carniceria del dia D. De los trcinta y cinco 
so I dados de Bedford que perlcnecian a la Compama A, a! anochecer 
habian muerto vein I iu no. Los historiadorcs de la guerre ereen que 
Bedford sufrio mas perdidas per capita que ninguna ciudad o pueblo 
de Hstados Unidos. 

En el modesto rancho del seflor Stevens hablamos hasta entrada 
la noehe de su hermano. de Bedford y de la guerra. Al final le ense- 
ne un gastado libre que habia eneontrado en una tienda de libros ra- 
ms dc Nueva York; images of War. 

— (.Qui™ lo ha cscrito? -pregunto Stevens al Megar al cap hub 
de la pagina ciento cinco, litulado «La invasions. 

— Robert Capa — respond! , hue el iinico fotografo que desembar- 
co en Omaha con la primera oleada, con d cienlo dieciseis en Easy Red. 

— jEasy Red? —pregunto Stevens—. i,La primera oleada? <.Era 
soldado guardacostas? 

— Ninguna dc las dos cosas. tlra periodista. Un judio hungaro que 
se a I into voluntario. 

— Algunos de los mejores hombres ... eran voluntaries. Pero no 
diiraron mucho. 

Stevens leyo una cita de Capa: 

Diria que los correaponsales dc guerra consigner mas copas, mas 
chicas, mejor sueldo y mayor Ubertad paia escoger su destine, y e! 



26 






A cinco mil kilometres dc Omaha 

hecha de que se lea pennila ser eobardes sin ejecutarlos por dk> es su 
pcorturturd. LI comcsponsal dc guerra licne ffl las manus su apuesta 
*u vida — y puede poncrla en ese o aquel cabatlo. o vo!vcr a guar- 
darsela en el bolsillo en el ultimo minuto. Yn soy jugauor. Decidi ir 
con [...] la primera oleada 1 . 

Stevens sc deluvo en una folo que mostraba a varios soldados luchan- 
do por Megar a la or ilia bajo un fuego intense, 

* (,C6mo dices que se Llama? 

— Robert Capa. 

Debia de qucrer muchisimo eslas fotogiaflas. 

Stevens permanccio sen (ado en tjilencio y paso otras ochenta 
paginas, llegando por fin a una de las ultimas lolugrafias de Capa, 
tomada solo unos dias antes de morir a los cuarenta anos en Indochina 
en 1954. Cerro el libro y se recosto en su si lion abatible, De pronto 
parecia eansado. 

— (,Ha vuelto a ir a Omaha'.' pregunto. 

— Si — rcspondi o orgulloso — . Ya lo creo. 

Sefialo una pared cubierta de fotografias erimarcadas. Entre ellas 
habia dos eondecoraciones Cora/jon Purpura cciyastadas, la suya y la 
de su hermano. Tambien habia una pequeria fotogralla en la que se le 
vcia pasirandt) por la playa dc ! Irttaha Ci'i }'-l l >-\. coii Li lliili CoiUt'aida 
de la emocidn. 

— i,Ha estado usled'.' - me pregunto. 

— Si, esta prima vera. 

— iVi&ii6 cl cementerio? 

Fiiee un gesto de asentimienlo. El domingo de Pa sen a aparque 
junto a las hi (eras de auloeares luristicos que se habian vaciado de 
norteamericanos octogenarios y sus familias en las puertas del cemen- 
terio, donde miles de sus coetaneos estan cnterrados bajo lapidas de 
tnamio! en lo alto de un acantilado que docnina la playa de seis kilo- 
metres de Ion git ud. 

Al principio me maravillc de la concilia dsgnidad de los monu- 
ments conmemorativos y del hecho dc que todas la, 1 ? lumbas estuvie- 
rart orientadas al oeste, hacia su pais. Pero luego repare en una mu- 



27 



Sangrc y champin 

jer de mediana edad que sollozaba sola ante una tumha. El padre al 
que nunca Labia conocido habia muerto a doscientos metres, junto 
con ottos varies eienlos de norteamerieanos que dcsembarcaron en la 
playa ese aciago dia de junio. 

En la playa propiamcnte dicha, una seccion de doscientos metres 
habia permanecido pricticamentc iniacta durante casi sesenta arios. 
Habian relirado de clla las; minus y las granadus sin cxplotar, asi como 
todas las demas defenses letales, perm no los fantasmas. Uovia torren- 
cialmente mienlras yo recorria Easy Green y a continuation el kilo- 
meiro de Easy Red donde Robert Capa habia fotografiado posible- 
merle los nwmentos mas importantes del siglo xx, sin duda la noticia 
mas importante de su corta pcro ineesantemente agitada carrcra, 

En Easy Red reinaba un silencio inquietante y evocador aun en 
medio del rugiente viento y el estrepito del oleaje. Para muehos de los 
que habian desembarcado aquel dia y siguen rcgrcsando, el silencio 
era ensordecedon Solo en el interior de un coche que corre a toda 
veloeidad haeia Bayeux a en un autocar turistico que regresa a Paris, 
la cacofonia de los moribundos se eonvicrtc en un susurro persisiente. 

En el transcurso de varios ineses entrevisle a Stevens y a otros 
vcieranos de la Segunda Guerrci Mundial. tanto fotogralos como sol- 
dados, Cada vez que me rcunia con uno de ellos, le ensenaba Images 
of War. Muchos no habian visio nunea las folografias dc Capa de la 
playa dc Omaha, por no hablarde sus reportajcii dc oiros dias memo- 
rahles en ciiico guerras diferentes. Un anciano de ochenta afios se 
muxdio el labio y eerro el libro; nada cvoea reeuerdos tan vividos 
como una fbtografia. Un ofieial. uno de los quinientus mil norteame- 
rieanos que en 1 945 habian sufrido fatiga de combate (crisis nervio- 
sa y mental), se quedo mirando una* minutos las imagenes del dia D 
siicudicndo la cahe/a. Otro veterano se no dc una fbto de un trances 
pasando una garraia de vino a un soldado norteamericano abatido, y 
recordo un momento parectdo en su largo viaje desde la playa de 
Omaha a Berlin. 

El teniertie de navio Ray Nance, comandiinie de Kny Stevens, 
lucho por contener sus emoeiones a I ver las fotos de Capa de la pla- 
ya de Omaha. Habia perdido a todos y cada uno de sus hombres en 



2S 



A cinco mil kilometres dc Omaha 

su lancha de desembareo durante la primera oleada; chicos a los que 
conocia desde que tenia memo mi. abatidos antes de poner un pie en 
la arena. Nance habld despaeio al principio, como si no quisiera re- 
cordar, pero al eabo de unas horas me dijo que Omaha habia sido su 
redencion: tenia que haber un Dies, (i por que habia sobnevivido el 
sinci? Solo Dios podia haberle salvado la vida de la arrtcirailadora ale- 
mana que habia jugado al «gato y a! rauVn» con el mientras se arras- 
traba solo y malhcrido a lo largo de doscienlos metros dc arena sem- 
brados de minas'. 

Otros comentaron que entre la obra de Capa no vetan una sola 
imagen de violcneia, si'^hi ftrtografias de belleza y tristeza. Todos que- 
rian saber mas de ese hombre que habia taptado en bianco y negro 
los momenlos mis inolvidablcs dc sus vidas. /Quien era ese jugador 
que habia dejado un legado visual que mostraba la purc^a del espi- 
ritu humano? 



29 



1 



Conversation en Budapest 



No basta con tenor talento. Tambitrt liencs que set 
hungaro. 

Romm Capa. citato en Life, ]9deateril de 1997 



Otono de 1948: habfan pintado una es/rella rojci sabre fas vie/as co- 
fares hungams de fa cola del Dakota estadmtnidense obtenido segti/t 
la iey de Prestamox y Artiettdos. Robert Capu bajc'i la mirada hacia 
el mosaic® degranjas que tan poca habfan cambiado desde fa epu- 
ca feudal Luego vio fugazinente et rio de su jmvniud. el Danubio. 
Uttos minutas despues su avion pegaha fanes- en una pista de aterri- 
ia/> hacia un edijieio liana de agnjeros de halas donde experaban ce- 
midos imos oftcfales comunistax. 

Capa voivia a sit tier/a natal tras una ausemia de diecisiete 
anas. Experimentaba sentimientas eantradkumos: nostalgia y una 
profunda curiosidatl. asi como inquietud par to que ihti a encnnlrar 
en esc mteva esiado eotnuntsta. For todas partes habrfa algo que fa 
recordaria fa que habfa sidn; un chico judio que se hahfa abierto 
catttino hasta la Jama con ehanchuilos, peleasy camelos. 

Durante mttch&S artos el pasado de Capa hahia sido en buena 
medida un misterto aun para quienex creian conocerlo bien. Sin 
embargo en 194? un vie/ a antigo, John ffetsey, el genial aittor de 
Hiroshima (1946), le hahia arrancadn su mascara de homhrc Jovial 
y desenvuetto. dejando ver el atortneniado rostra de un ix'f'ugfado del 
horror y el dolor, wCapa, elfatagrafb a quien cotegas y rivafes atri* 



31 



Sangre y champan 



Conversation en Budapest 



buyen las mejores fotograftas de la Segunda Guerra Mundial. no 
existe --habia escrito Mersey en una oscura revixta iiteraria en 
194?—- Capa es una invention. Existe una eriatura ton forma de 
hombre, baja y cuadmda. que se cemporia como si se pre;tarara para 
resist it algo. con ojos de spaniel, un fabio superior cuidadosamente 
eittieo v la buena su&te eserita en ta cara; y esa eriatura se ptisea 
par ahi dicin/ufa quese llama Capa y ex fatnoso. Pero no es real, Es 
una invention, todtt et tiempoy en todos las sentidcW .» 

«El hornbre que se invento a si mismov. como habia llamado 
Mersey a Capa. en esos momentos crttzaba la safa de espera del 
aeropuerto. Los ofteiaies del Panidu Comunista que lo esperaban 
sahian que habia ido a llnngria eomo reportem de la revista Holi- 
day, la elegante biblin norteamericana impresu en papel satinado de 
la nueva jet set Mo lardo en eneontrarse en las afueras de Snda. la 
aristocrdth'u ciudad a! otro lado del Oanubio desde In emprendedora 
Pest. En otro tiempo xuntuosa. la ciudad se hallaba en esos diets en 
rtuaas a causa del implacable sitio de dos meses de los rusos en et 
inviemo de 1V44-IV45, *Si btq'abas la vista ftacia la hilera de hote- 
les incendiadox y los puettfes demtidos — excribiria mas tarde 
Capa — , Budapest paretia unci nuijer hermosa a la que hubieran 
arrancado los dientes.x 

Rival en otro tiempo de Paris en arquitectura y neftnamiento. Buda- 
pest habia quedada marvada por el nazismoy a continuation despo- 
fada par el estalinismo de. sus poderes de seduction de antano. La 
esiaban rei-ottslruyenda, pero a tin rttmo agonizantemente lento y en 
su mayor parte con SUs propios brazes: sobre el viejo hotel Ritz. tutus 
diminutas figuras con picas urremettan contra las puredes, Capa se 
dirigia a! Danubio, donde de nuevo echo de menos algo de fa conoci- 
da vista panaramiea. De pronto cayo en la euenta de que et puente 
Elizabeth, en sujuventud el puente eotgattte mas largo de Eunipa, 
habia desaparecido junto con ofros tres. Los hahiun voltido los nazis 
en 1 945 a! balirse en retirada. Tambien habian desaparecido muehos 
de los cafes de antano a or'tltas del r'to. El cafe Maderne, donde su pa- 
dre habia jugado al pinacle haxta altos horns, era uno de los pocox que 
habian buriadn los homhardeos atemattes y savieticos. 



El taxis ta que lievaba a Cupu empezv a sortear las esitveftas 
calles de Pest, dejando atras tos tujosos edifteios de antes de la gue- 
tra de una htagttesia judia en otro tiempt) tlena de vida. Cupulas, 
agufos y Utireonex se empujaban entre si para iltimur la aiencion. En 
las bahones se veianftgurus mitologicas extranas. Atgunos ediftcios 
todavia inspirahan una jovial conjian-a, eon su tndrmol de imitudon. 
brimce fot\t.<. l tdrieras art decoy desconchadas paredes de estuco de 
todos los tonox pastel imaginabtes. 

A ambos iados de las calles se amontonaban los escombros, 
Manzanas emeras habian desaparecido de! lodu. En el barrio judfa 
donde Capa habia ereeido /einuba un silencio inquietante, ya que 
nnuhos de sus antiguos habitanfes habian nmvrto en las camaras de 
gas de Auschwitz. De las fa rotas de hierro forjado colgaban aqui y 
alia paneartas defendiendo el nuevo regimen comunista hungaro. 

Empezaron a perseguir a C apa exlranos recuerdos que salian 
eumo fantasmas de los conocidos callejofies. La crfa de elefanie que 
hacia trucos en fa pista de bade del club nociurno Arizona. Y esa 
noche inolvidable que habia sangrado [tor los suclox de piedra del 
cuarte! general de la [Htlieia del dktador Nor thy. Capa Itabia vuel- 
to a Budapest, escribio, xpara escuehar una musica nuevav 2 . Pero de 
pronto habia acudido a su m&norkt una viejay aterradortt meiodia: 
etjefedeptdicia de Horihy, Peter Heim, hahiu silbado la QuinUi Sin- 
fbnia de Beethoven wl&t&SS gotpeaba a revolutionaries melenudos 
como Capa. 

Capa se aloja en el hotel Bristol, el linico superviviente de una 
famosa hilera de elegantes hotetes de antes de la guerra. El recep- 
cionista jefe examim't su pamporte y le pregunfo si habia estado en 
Ha/lywiHtd. f'fenia buenos contactas alb? Las preguntas del hotnbre 
le recordaron a si mismo euando Ihgo por pri merit vez a Estados 
Unidos y se registrd en el Ellis Island, y un ivtepcionista igual de 
flsgona le habia preguntado si babia estado en Moscu. 

Le hieiewn un descuento por su hahitacion y le dieron la direc- 
tion de un bar donde eneontrana fas ultimas vestigios de ta decaden- 
eia burguexa de Budapest. Sepaso por el mas tarde esa nnche y char- 
id con la duena. Anna, una honita chica de veintieinco aiios que se 






32 



33 



Sanjjre y chnmpan 

quejaba de que fas comunistas eran unos pelmazos insufribles vpe- 
sitnospara elnegaeio. Captt lesacd unafotofitmando un tigarrilfa. 
con bisttten'a y un prttvoeativo corpino negro. Tenia hs (ahios gnte- 
Sosy etpefa negro br it (ante, pern una mimda aiormentada Pmve- 
nfa de una familia aristocrat lea y habia sido una jinete diestra 
husta que hs nazis le habitat requisado tos eahailos. Luego fas co~ 
mttfn.stu.yt le hahian quitado sus Sierras Ella habia tratado de esca- 
pist- de Hutigria. segun explita a Capa, pem hs habia detenido la 
poiicia y en esos tffas esperqba tin pusaporte. 

Hacia las da* de la tnadrugada Capa se puso sentimental y de- 
cidio pregtottar a Anna si le apeteeh poseur con el per la orilla del 
Danubio. Alfi, a la temblurosa faz de /us farolm, hahia hit ho sus 
primeras cottqmstasy no tarda en hacer lo mismo eon Anna. Meses 
despues sejottaria delatite de sus amigos de Paris de haberse ilwado 
a la ettma a tints Ititngara de sangte ami. Antes de la guerra, hs de 
sst elase se habrian desettbierto fa cabeza y dirigido a Anna eomo la 
condesa Fehervary, 

A la manuna siguienle. Capa sal id del hotel Bristol con fas Lei- 
cas ooigadas del etteifa. Los hotefas vecinas en ruinas estaban siett- 
da derribados por expertas en demolition y despues de vado explo- 
sion caia sobtv tits cahezas iota Uuvia de pohu de fadrilh. Se 
entamino a fa calle Vaezi. una de las zonas de tiettdas max elegan- 
tes de Budapest, si no de Europa. En sujuventud habia conoeido a 
un chico judio. Sandor. que trabajaba alii en una peleteria. Como 
sofa uno de cado. veinte judios huitgams habia subrevivido at Hofa- 
eatisto, le sarprendio eneontrarfa vivo, y le desconcerto h mayor que 
pareefa, habia perdido todo el peloy el horror le habia surcado fa 
vara ds profundus arrugas. Habia estado preso en los compos de ex- 
terminio y a continuation cai'do prisionero de hs rusos. En la actua- 
lidad aneglaha las abrigos de piel estivpeados de fas setiorm ricas. 

Al cabo de varies dias en Budapest, Capa se encontro con otro 
viejo amigo. un eseritor Hatnado Gyiitgy Markos. Capa adopto sit 
habitual papet de anecdotista gi arioso, ei lacunico encantador que 
cuenta un cuento china detrds de otro. Le exptico a Mat km la vez 
que habia qtiedado eolgado de un arbol poique el paracaidos se le 



34 



Conversation en BudupMl 

hobia engttnehado en las ramas. Sin saber si estaba detrds de las ii- 
neas enemigas o no, se habia quedado alii eofgada. bebienda tran- 
quifamente sorhos de whisky husta que fa bajaron. En otra ocasion 
uada menos que el presidents Roosevelt le habfa preguntado si pa- 
dia uyudarle de aiguna manera. uSi. consigatne un pasaporte» t ha- 
bia ivspondido el, 

La ttoche tocaba a su fin cuanda Capa eonfeso a Markos que 
llevaba viviendo desplazado desde 1931. Seguta viajando c.onpasa- 
parte de /efugiath. De hecho. llevaba desde fas dieeisiete aiios yen- 
do de un hotel a otro, de un ftais en guerra a otro. 

— i Y que piensas hacer ahora? — pregitnh Mttrkos. 

—iQue puede hacer un rejxtrtero de guerra sin empfeo? -Capa 
se enctigifj de htimhnrs — . Vlajare a ditiuie pueda. 

—Entonces ^sigues buscando avenlura'/ /,Reconoces en elfondo 
que ereS un aventitrem y neeesitus la etnoeidn de la guerra'/ 

— jEstds loco* — replied Capa — . Odfa la violencia y no hay nada 
que adie tnds que la guerra*. 



Andre Friedmann nacio el 22 de octubre de 1913, con una bucna mala 
dc pdn ntgrti y uji rtiL-ruquL' de mas en una ma no. La deform idad 
confirmo a su madre su conviction de que era un nirki especial, uno 
de los degidos de Jehovji-, El mundo en guerra y las cuminuas pe- 
leas entre sus padres fijeron las primeras experienctas de Andre. Te- 
nia menos de un ano euando Hungria ontr6 en la Gran Guerra de 
191 4- 19 18 en el bando de los aiemanes. Hasta que se marcho 
dc Hungria como refugiado politico ea 193 1, apenas past) una semana 
sin que sus padres disculieran con resent i mien to, por lo general a 
causa dc la aficion al jucgo del padre y las memiras que scguian'". 
Los padres de Andre tenian poeo en eomun aparte de ser judios 
no praclieanles y provenir dc familias lenri b Iciticn tc pobres. Katido 
en junio de IKSO, su padre Dezso Friedmann habia crecido en un 
apart ado pueblo dc Transiivania, una agidn interior Jc anltguas su- 
persliciones, cultura medieval y sensibilidad romantics. En su juven- 
tud Dezso habia escapado de esa region apartadu y vagado varit>s 



35 



Sangrc y champim 

mcses pur F uropij. ahriendose Ciimmo de Hudapesl a 1 ondres y mas 
tarde a Paris. El resto de su vida idcali/d esc periodo juvenil de an- 
sia de conocer mundo: e! joven Andre eseuchaba durante boras a su 
padre coittar historias sohre mmn habia vivido de su ingenio y encan- 
te micnlras iba sin mmbo de una ciudad hosti] a oira en busea de 
dinero y eraociones, 

Dc/so se caso en 1910 con Julianna Henrietta Berkovits, la ma- 
dre de Andre, y juntos abricron an pequcfio salon de costura en el 
barrm Belvaros de Pesl, hasta el dia de hoy el corazon del barrio 
comercial de la ciudad. Sc instalaron en un pi so nuevo en tbrraa de 
«U» dc Varoshaz Utca. a pocos metros del Pilvax Cafe donde se 
habian reunido los lideres de la revolution de 1848, 

r>e*w se consider:! ba a si mismo maestro sastre, pero enscguida 
demos tro serun hoti viveurcn domes, mucho mas intcresado en lle- 
var irajes elegantes que en confeccionarlos. La suerte cxplicaba el 
exito o el fracaso, y las reglas dc la vida eran tan pencil las como las 
del pinaele, su juego de cartas favorite, Los niejores jugadorcs se 
comportaban como ganadores y representor bien el papel era lo que 
te pcrrnitta jugar la partida adecuada en la mesa indicada. Esa era l,i 
parte diflcil. Luego la suerte descubria su juego. Era una filosofia que 
su joven hijo nunca olvidnria. 

La madre de Andre ereia It) cotilrario. Hija de un campesino ago- 
biado dc preocupaciones, habia crecido en un rincon feudal dc] Im- 
perio austrohungaro en el seno de una familia de diez hijos, y habia 
ktc had o toda su vida. Coloeada de aprendiz de modista a los doce 
anos, Julia esraba decidida a evitar a sus hijos cl mismo desfino y a 
meitudo eosia desde la manana hasta alias horns de la madrugada, 
sonando con que su hijo especial aeabaria haciendo algo mas que 
vender de pucrta en pucrta unifctmes de la esperanza a la burguesia 
judta. 

( uaniki no irabajaba, Julia a memuJo mimuna B AntSie y lo vl'v 
tia con bonitos trajes de marincro y conjunlos de encaje. Una imagen 
de 1917 mucstra a un Andre pensativo, vestido con uno de los clabo- 
rados trajes de su madre, sentado con su sonrienle familia. Los Fried- 
mann nunea votvietOffl a parecer tan feliees. En oetubre de 1 91 8, sc- 



36 



Conversation en Budapest 

man as antes de que terminara la guerre, la revolution sacudio Buda- 
pest y la familia observe como la gente se apinaba en las calies agi- 
tando crisantemos. el simbolo del levantamicnlo eomunlstadel leni- 
nista Bela Kun. Sin embargo, el e\pcrimento de f lungria de eslablccer 
una dictadura sovietica lennind el I de agosio de 1919, al cabo de 
ciento trcJnta y tres dias exaclos, con un golpe de Estado ap^yado por 
el ejereito rumano. 

A finales de olojto cl ahnirante Horthy, el prolotipo del faseista, 
tenia Hungria flrmemente bajo su contwl. At eabo de un par de me- 
ses Horthy ordeno la ejeeueion de cinco mil izquierdislus. Mas de 
ssckllta mil fueron. encarcelados o llevados a eampos de intemamienlo. 
Durante lo que thi lardo un conoccrse como el ^Terror Blanc»». se 
exiendieron por toda Hungria las penseeueiones antisemitaa organi- 
zadas, instigadas en pahe por la description de traidores judios que 
habia hecho Horthy de Bela Kun y eompania. Los Fried mann man- 
teniat] a sus hijos a salvo en easa mientras en un callejon cencano unos 
denxhisias golpeaban a varios cstudi antes judios, envalentonados por 
las leyes antisemitas que ftjaban eupos de acceso para los judios a las 
universidades y facultades de dereeho*. 

Pero el golpe psieol6gico mas fuerte atestado a la tierra natal de 
Andre no file la demota de la Primera Ciuerra Mundial ni la dictadu- 
ra de J lorthy, si no una hoja dc papel: el tratado de paz de Trianon, que 
formaba parte dc los acuerdos de pay mas amplios de Versalles. El 
4 de junio dc 1920 Hungria se vio obligada i ceder el 70 porcKOto de 
su lenritorio y el 60 por ciento de su poblacion t^tal. l^s nuevas fron- 
teras redujeror Hungria en dos tereios. De todas las potencias derro- 
ladas, Hungria fue la que mas perdio. La amarga protesta de los 
hungams patriot icos, «Nem, nem. sotiafo [jNo t no, nunca!], ncs^ino 
durante toda la juventud de Andre 7 . En 1923 Andre se malriculo en 
e! inslituto Imre Madich Gymnasium de Barcsay Utea. Alumno in- 
ferior a ta media y con escasa capaeidad de coneentraeion, a menu- 
do no lerminaba los debercs, y sus companeros de elasc lo veian 



■ La propotGion de cctodiaffiea judios en Hungria cayd del 34 por cienlo en 
1917-1*18 a wi inero Is por ciento en L 935- 1 936. 



^7 



Ssngrc y champiin 

como un sofiador bastante desharrapado. Scgun su madre «Julita», 
«siempre llevaba los paiHaloncs con desgarrones», Y Ksicmpre cho 
caba COS las faro] as porque hahlaba ton demasiada pasion. Era un 
nifso bueno, no habia rudeza en el. Siempre sonrcia. A veces era 
un poei> torpe, y esa torpeza lo hacia limido. Y ya le gustaban las ni- 
nas. . . desde que era un bebe» H . 

Cuando Andre alcanzo la adolesccncia, Julia estaba demasiado 
ocupada tratando de mantener a Hole el negocio familiar paTa haeer 
mueho case al hijo al que antes habia eonscnlido. Despues del colc- 
gio h el vagaba por el barrio judio de Pest con otros chicos que vivian 
de su ingenio*. «Andre parecia haeer lo quo le venia en gana», recuer- 
da su amiga dc la infanda Eva Besnyo* entonce.s una niiia morena de 
aire melancolico y ojos tan oscuros que una vez un hombre en el tran- 
via le dijo que fucm a easy a lavareelos. 

Cuando no deambulaba por las calles de los barrios bajos de Pest, 
Andre jugaba con Eva y sus dos nermann ado I e rentes, Panna y 
Magda. « Andre iuego me eon feu. sentimental como era, que estaba 
enamorado de mi* hermanas y de mi. No fiie eapaz de decidir eual 
le gustaba mas — diceEva, cuya madre de clase media aha desapro- 
baba con vehemencia al inculto Andre — . El espcraba que algiin dia 
alguien nos secuestrara, para poder ser el heroe que nos rcscatara. 
Entonces mis padres por fin lo aprobarian, lira muy sonador en el 
fondo,» 

Eva, hoy en dia una anciana de novenia y un afios supervivicnte 
judia de un. sigtode horrores, vive sola en Amsterdam, su hogar desde 
que huyo de Hitler en 1933. Aunque flsicamcntc debil, sigue tenien- 
do una mente perspica/ y sus reeuerdos son nitidos, noslalgieos y 
vividos. Fotografa celebre en Holanda, ha pensado en imagenes toda 



* Al reunir datnx suhnr la niiicz dc Capa para una biugrafia que nunca ha He- 
godo a p'.jhhcaric. La exeritani Jwefa Stuart se I'ormo una. image™ dd joven Andre 
Fricdmann como un «pi]luek> cua mueho encamo. que siempfL- eun-ia. Mimea dejo 
de currer, en toda su vida. Nurrca iuvo un veridjidero hogar. un Lugar dortde SWKBC 
st! ttXtOtn a In misma hora y domic toda la lamilia sc scntara a la mesa, [...] tuvo 
una niftest eacrtjwi». 



38 



Convcxsacion en Budapest 

su vida. «Entonces yo llamaba a Capa "Bandi* 1 —explica (Bandi es 
e! diminutive de Andre) , Era su apodo. Tambicn lo llamabamos 
"Capa 11 , que significaba liburon, Kl apodo de su [hermano] Cornel] 
era cocodrilo*.» 

Besnyo recuerda que Bandi a menudo se quejaba de que se abu- 
rn'a, y buseaba lios y peligro. Con elia deseubrio su pasion por el 
esqui. a pesarde las enfadada^ protestas de Julia**. A los quince afios 
Andre pidio pivslados unos esquis y file con Besnyo a la colina Svab- 
hegy que dominaba Budapest Ninguno de los dos se habia prohado 
siquiera los cs^uis, pero eso no fue obstaculo paru que subieran en el 
telesilla hasta la eima. 

— Voy a hacerlo dijo Andre con deiermitiaeion mientras Buda- 
pest desaparecia a lo tejos y el Danubio helado descrtbia una gigan- 
tesca uurva a sus pies. 

— Pero si no sabes que hay que hacer — replied Besny5, 

Andre se encogio de hombros. 

— Voy a hacerlo dc todos modus. 

«Nunca le asusraba probar cosas nuevas, s»brc (odo tualquier aven- 
tum que entranara un poCO de peligro - explica ahora Besnyo . Yo 
eon lie en que no se rompiera una pienia, y no lo hizo. Bajo y volvid 
a subir. Siempre queria descubTirlo todo por si mismo.v 



* EJ dia anterior a nuestra entrevkta se hahiu mfaatndti y h«ho un cone en la 
cabeza, qu*; sc habia envuette eon Ltn paJiuelo de seda de flnrcsi. Sinrw |g verdc ton 
rtianosi teiDbl^rusas, rpthaiundp obstinada mi aviwia. Fuera, lus Lanu]c» dc Amster- 
dam cstaban siicne knots y t.in (juittos como cstanquci espajcantes. Dcnirt). ella es- 
taba sentada radeada de fLitojirdflas, (ibnos y mucblirs Bauhaiw, reliquiae tic sus 
ertibrijigadores ullimos diasi en la A I em an ia dc Weimar. Rccordaba vEvidameciie a 
indira losthicos Fricdmann. bl mayor. Lizlo, nacidn en |9H, sc puso a trabajaren 
el rieyucid fsimiliarit los quince afios, peno inurii) juven de ii ebn,' rcti.ma ties en 1936. 
E] menur era Cornell. nacidJo en I ^ 1 S h el aiio en que I [unjjria se sumciigio en cl caos 
que stguio a la dffltTBta de la Primcra Guema Mutidial. 

** El pasatiempij SmMfh) de Besnyo cm la t'otogratla. On^ulliisa ftrapieiaria dc 
imscainara Kodak Bmwnie, pasaba j-rm parte de su liempo ILbre hacienJi) fiit[jhipi»r 
Budapest. Algunas veces. Andre Ii ai.-L»mparian;L. pero ella insiste: h<No le interesaba la 
tiiingratia euando cstuvimos juntos en HudapeKi. Nimcn hflblabamos da tbroyraiiLiK'. 



39 



.Szingrc y champan 

Joven moreno dc cejas pobladas. labios gruesos y manos deiica- 
das. Andre cada vez tenia ma* exito entre sus comparieras de clase y 
las ehicas del barrio, A menudo se lc veia besandolas debajo del puen- 
te Elizabeth, un rincbn mtiy fireeuenludo por los jovenes enamorados 
de Pest. Pero at pareccr no perdtb la virginidad con ninguna joven 
eslava con ojos de cervatillo de Pest. Et declard mas tarde que sus 
primeras relaeiories scxuales las habia icnido con una adinerada clien- 
la de mediana cdad de su madre que lo habia sedueido cuando rue a 
Crtrregarle un veslido nuevo*, 

Poco despues se mezclo ton revalue ionarioH de izquierdas. El 
ambiente pedia alguna accion osada: a finales de los alios veinte es- 
tallaror) en Hungria sangricntos disturbios sodales entre la izquier- 
da y La derecha. Por las callcs de la capital, las batallas campales 
entre faeekmes rivales" .se ennvirtieron en un eneuentro seniana] y. 
antes de cumplir los dieciseis anos, Andre se habia vuclio un veterano 
combaliente ca!fejero t junlindose a menudo con otros miles de jove- 
nes radicalcs que recorrian los barring obreros de Pest, « Andre em- 
pesto a mititar politicamcnlc por varios motives explica Besnyo- . 
Se sentia discriminado por ser judto. Pero tambicn It; alraia el pe- 
ligro.» 

Durante la caza de brujas de McCarthy de los arios eincuenta. 
Andre lemio que su pasado lo perjudicara y nego repetidas veces 
haberse afiliado al Partido Comunisti de Hungria o de cualquier oiro 
pais 

Explico su poslura politica de ese periodo en una declaracidn 
juradacn 1953: 

Durante mis dos ultimas aflos en cl inslituto me intcrcsc por la lite- 
ratura y la politics, y decide haccr carrera coitio periodista. En aque- 
lla epoca eriticaba duramente la dictadura antiscmita del almirantc 
Horthy. Esludic el socialismo, pero ermeguida me descubrf en de- 
sacuercto eon los objetivos y metodos del Partido Comunisia 1 ". 

En esa declaration jurada Andre no menciono al FBI que una noche 
a una hora avan/ada se habia reunido con un reelutadur del Partido 



40 



Con VBJIIB ion en Budapest 

Comunista en Budapest, Segiin su hcrmano Cornell, el reclutador dijo 
a Andre que «a! partido no le interesaban los jovenes inlclcctualcs 
burgueses*. En respuesta, [Andre] decidio que no lc inieresaba el 
partido» r . Ese flirteo eon el comunismo a atlas boras de la madrugada 
coslo caro a Andre, Begun su hermano. «E1 dafio ya Kabta sido he- 
cho«, escribiria mas tarde. «Un polieia secreio habia sido testigo del 
eneuentro 1 -.^ Cuando Andre llego a casa lo deiuvicron dos agentes. 
Julia les suplieo que no se llevaratt a su hijo; eran tantos los subver- 
sivos que no hubian vucllo nunca de las eclda.s de Horthy... Pero 
desOyerort SUs suplieas, y subieron a Andre a la parte rrasera de una 
Furgoneta de la polieia y se lo llevaron para intcrrogarlo. I2n una pe- 
quena eelda, dtinde otros prisioneros polilicos habtan garabateado sus 
notrtbres en las paredes, unos ma tones conlratados por Peter Hctm le 
pegaTon y giilpcaron. 

«Era corriente que los jovenes act i vistas recibieran una pali^a 
como medida disuasiva — dice Besnyo — , Pero no lograron asustar a 
Andre. Se rib en su cara mientras lo golpeaban, porque solo pi>dian 
insinuar que era dc i/quicrdas. No tcnian modo de demostrar que era 
eomunista» Al parecer Andre se rid de sus interrogadores hasta que 
estos lo dejwon inconseicntc. 

Como y en que estado lo soltaron mas tarde sigue sieiido un enig- 
ma. La mojer de Imrc Hetcnyi, subjefe dc la polieia eslatal, era, se- 
gun Cornell, «una buena clienta» del saton de custura de sus puilrcs. 
«A traves de ese contacto nuustro padre logro que soltaran a mi 
hermano eon la condition de que se marehara de inmediato de 
Hungriu ,3 .H 

( \Un insigniftcante sastre judio podia realmente habcr persua- 
dido al hombre fuerte de un estado policial? (,0 tal vez llicm ha- 
bia perdido al pinacle y debia dinero a Dezso? Eva Be-snyd sefta- 
la que hubo una ra/dn mucho menos dramatica para que Andre se 
nwchara finaltnente dc Hungria: se limitd a scguir el ejemplo dc 



* Ei may poco prtibablc que el Panido C'oniiinistu nechcuats a Andre cuando 
nccesiraba a lodes los militates jovenes v avispadiPi uue pudiera enconlrar. Ademas. 
cl no ern un imclcciLwl burputs. 



41 



Songn: y ehampan 

ella*. Como joven judia, ella ansiaba escapar del creciente amiso 
miti.situ) dc Hungria, En 1930 su padre habia consenlido en enviar- 
la a esmdiar fotegrafia a Berlin, el epiccntro dc la experimentation 
en cste arte. Cuando Bcsnyti aneincio a Andre que se iba a Berlin, 
el respondio con indiferencia: «Puede que yo tambien vaya», 

«i,Como vas a arreglartelas para llegar atli?», pagunto ella, Sa- 
bia que los Friedmann apenas tertian dine™ para matrieularlo en la 
Univeniidad de Budapest, y menos aun para pagar los gastos del viajc 
a Berlin. «No te prcoeupes por eso. Llegare», replica Andre. 



* Su psdit se habia ocupado de cnviaria a una e&cucla cara dc Bella* Arte, dc 

Budapest cuaiidu utabo el colegio. A su dehidrs lienipo ella cobnS convene is dc las 
distirttas lendentiax dtn;umentaic& que existian en k fotuyrafia hiingara, asi ccinut dc 
las ideas del escritor y artista dc izquicrdas Lajos Kassiili. quicn vcia la Jbtouraiia 
cLwno una forma dc arte con una utilidad social KKScptcodA. Las fotos pediari scr la 
ttiaiiera que tenia el artisia am condcrieia social de jnostraf a I muncta la vcrJad, con- 
tribuyendo asi a. eambiarlo. Mieatras Anjnf arrojaba piedris a faHt-istas, Bnnyo uti- 
lizaba una cArnai? Rolleiflex para fuwyraflarn los cstibadores y Las tampesinas de 
los pueblos. 



42 



Barbados en las puertas 



Soy una camara. 

i"iiKiM(H'iii-.K Isnt.lM'OOIX Adios a Berlin 



En julio de J 93 1 Andre se marcho de Budapest en Irefi. Iras una ruta 
indirceta Hcgo a Berlin a principles de septiembre, Sintiendose solo 
y de pronto vulnerable, sin haber e urn pi i do aun los dieeiocho aflos, 
busco a Eva Besnyo, a qui en final mente encontro viviendo en un 
pequefio estudio*. 

^C6mo te [as has irtgeniado para llegar hasta aqui — le pregun- 
lo ella. 

Andre no habia heehu auloestop ni se habia abierto eamino hasta 
alii de idguna otra manera romantica. En lugar de ello habia explo- 
lado eon aslueiu sn itleniidud judiu para eumplir su pmmesa de seguir- 
ia hasta Berlin. «Andrc siempre fue muy espabilado reeuerda Bes- 
nyo — , Se habia enterado de que la comuni dad judia de Budapest 
enviaba a alumnos de talento a esludiar al extranjero. De modo que 



* rk-sde que se habia marchado dc Hungria* ella tenia la scnsacion dc haber 
vuelut a la vida: *(Eti Berlin sc abrian las puertas y la lu? cuiraba a raudales.. \-\xt. en 
[a oscufidfld. Me convert! en otra. personam Va habia hcfhn foUis iiitrtiblemente 
dctalladas de la arquilcclura y las ancrias. calks did la dudad. A traves de su objeii- 
vo, Berlin era una mctropoti futuristn dc «impai:taiiieH diagonales, vistas dc pajaro 
y dc gusano. imageries ladeada.n e in [en wis prutWOH planosu. (Eva Ucsnyo. Eva 
B&ntyo, Fwte Pub! i \A\'wg m AmHierdani, 2000.) 



4.1 



Sangfc y ctiampan 

habia soltcitade una beea y se la habian eoncedido» Pero la beea no 
le habia permitido viajar directamente de Budapest a Berlin; habia 
icnido que ir de una Familia judia a oira. pasando por Praga, Vtena y 
Dresden, hasta llegar por fin. 

Cuando Bcsnyo le pregunto que pensaba hacer en Berlin, el res- 
pond in que iba a estudiai cieneias political en la famosa Deutsche 
Hoehschulc F iir Polttik, y d 27 de octubre se matrieulo para el trimes- 
tre de invierno. Pero se sentia demasiado inquicto c intrigado acerca 
de Berlin, estaba demasiado ansioso de e*periencias para soporiar las 
interminabtes explieaeiones tedrieas, y muy pronlo empoiw a saltar- 
se clases. 

Esos primeros muses en Berlin no fueron di tidies para Andre. 
Sus parientes le enviaban pcquefias HUBS de dincra y sus padres le 
pasaban una mensualidad. Pero cuando la econumia mundial se hun- 
dio en la depresion que siguio al crac de Wall Street de 1929, cl sa- 
lon de eostura de los Priedmann pcrdio clients y Julia dejb de enviar- 
lc los pocos maaos que el necesitaba cada mes. Cuando e! otono dfo 
paso al erudo inviemu, Capa empevo a conocer lo que era 9 a deses- 
peraeion, Segtin su prima Suzy Marquis, pronto pasd tanta hamba* 
que robaha coslillas de temera del plato del perro de su cascra, frau 
Bohcn 1 . Tras vanes meses sin pagar el alquiler, Andre se marebo 
precipiladamente en euanto frau Bohen empe*6 a sospechar dbnde 
habia ido a parar Ta cena dc su querido dachshund. 

A principios de 1932 Andre necesitaba ganar dinero si queria 
conlinuar sus estudios sin morir de hambrc. Tras haber considcrado 
brevemente el periodismo como earrera en Budapest, empeyo enton- 
ces a plantearse en serio la folografia. «Micntras estudiaba — decla- 
re en 1953 , el dinero que me enviaban mis padTes se aeaho, y de- 
cidi haeerme fbtogram. que es lo mas parecido al period is mo para 
alguicn que no domina d tdioma-.)> (Su aleman seguia siendo limi- 
tado en aquella tpoca.) 

Pregunto a Eva Besnyb si podia ayudarlc a encontrar trabajo en 
una agenda o catudio. 

—Esie asunto dc !a folografia, ^es una buena forma de ganarse 
la vidua? — se pregunto. 



44 



Barban i> en las puertas 

jNti hablcs asf! — replico Besnyb — . No es una profesion. Es 
una vocation. 

Eso no importa. ;,Es divertido? 

— Si, lo pasas muy bien. 

Eva Besnyii eonoeia a varias personas que pod i an ayudar a An- 
dre a encontrar empleo. Tal vez lo mejor era que se pusiera en con- 
tacto eon un foiugrafb llamado Otto Umbehrs, un ex minero que ha- 
bia estudiado disena en la eseuda de arte y di serin Bauhaus y en esos 
dias era director de publictdad y retratos de una prestigiosa ageneia 
llamada Dephot*, Besnyo telefoneo a Umbo {coma lo llamaba La 
mayoria de la genie) y le pregunto st podia servirle un «ehico muy 
lislo». Umbo respondio kfue s;e l<s cnviara. La siguiente ve^ que Bes- 
nyo luvo notieias de Andre T esie trabajaba de ayudante en el euarto 
oscuro de Dephot, re lien an do las bote I las de fijador y revelador y 
colgando las copias para que sc sccaran al liempo que aprendia los 
rudimentos de la exposicion y cl posiiivado. 

Andrc se qucdo extasiado con el ritmo acelerado y la exeitacion 
que se respiraba en la ageneia. Las feehas de cntrega se les echaban 
eneima, SC ealdeaban los. aniraos t y la persecution de fbtografias y 
nottcias nunca cesaba. Aunquc lo habian eonlmlado por una miseria 
para irabajar en cl euarto oscuro, Andre no tardb en ayudar tambien 
a organizar los encargos y a hacer trabajos administralivos en la otl- 
cina prineipal de la ageneia. Los dias eran largos y ireneticos, ya que 
Dephot proveia a muehos de los dM mil quinmnlos period icos y pu- 
bHeackines de Alemania, y por lo menos a una docena de peruklieos 
de Berlin que cada semana sacaban un >up3cmento ilustrado. 



♦ Entusiasta inte-tisamcnte bohemfo def Tncivimicmn daili, Umtxt sirvio de 
puenlc entr-e el mundo de (05 fotograft^ eJtpcrtinentalcii tk Hesinvii, inEluido por las 
idea* dc Mcrfioly'N'agy y Gyoigy Kcpcs, y la primefii cdad tie om del penodismo 
gratlco, Magnilic" «nash-hult>i:r)>, nimti llaniabii Andre a los cspenos en fologra- 
fia dc flash, I ^ in bo mi itnia nvjl a la ban, de captar la expresion sobresa Itada tk Im 
dccadenles fracasados de Berlin: gartwsas mujercs cogidas djesprevenidas al eno:rt- 
diirsL: las [uees. en un elub hoc tamo de un sotaniv Iciibiarifl-H oendo bobamane en un 
sotueantc cabaret y libcninas envucltas en picks, ebrias de la Sihxen Liefre dal- 
es vida — dc Berlin. 



45 



La ultima palahra en la agenda la tenia Simon Gmtmann, un 
hombreeillo con gafas dc energia inagoiable y talento para crcar no- 
ttcias. En 1928 habia montado h agenda Dephut para saear prove- 
cbo del rapido credmienfo de las revista* ilustradas en Alemania, 
Cuando Andre entra en la agenda, entre ios fotografos habia varies 
peri odi sias grafieos bien eonsiderados como Felix Man, que llevaba 
irabajando desde t929 para la hffincker lUwaierte Presse por mofl 
mil marcos garanlizndos a| mes. Es posiMe que Andre trabajara para 
Dephol cuando Man hizo su serie de fotogrsfiw mas fomosa. «Un dia 
en la vida de Mussolini*, Hoy en dia se considers un clasico de la 
primera fase del repartaje, una noticia gratica que capto ton brillan- 
tez y sutileza la vanidad y abstirdidad de II Iluce'. 

Hacia Bl vcrano de 1932 Andre h&bia dejado la universidad <su 
pretexts para tr a Berlin) y ayudaba a Man y a otros en sus encargos 
de capiar la vida cotidiana de la ciudad. A menudo le pasaban una 
pequcria Catalan para que cambiara el earrete: uno de tos primeros 
modeles de la ahora famesa Leica*. La Leica hada posibfc lo impo- 
siblc, ton sua lentes di; alia veloeidad y obturadrtrcs de piano focal 
que redudan a una milesima de segundo el tiempo de exposieion. 
Permit i a a Ios periodistas graflcos dc De-phot hater Fotograllas de 
action y trabajar eon poca Juz sin depender dc un eomplicado y cam 
equtpo de iluminacion 4 . 

Andre tome- presiada una Leica de la ofteina de l>ephol y ense- 
gUtda aprendio a potendar al max i mo gas ventajas tecnieas, No ha- 
bia mcjor tugar o epoca para adqutrir practica en la tecnica del mpor- 
tajeque Berlin y su iaseinante combination de cxlremos politico* y 
eulturalcs. La rofc'jgrafa Giscle Freund estudiaba por aqueJla epoca en 
Berlin y trabaria amistad con Andre iras huir dc Alemania y saear 
elandestinamentc del pais las conmovedoras fotografias que habia 
hedto de las victima* politicas de Hitler. «La capital de la joven 
Republica -recordaba— [era] el centra dc Ios movimientos intelec- 
tuales y artisticos alcmanes Su teatro se hizo famoso por las pic/as 



• Moddos posicnoncs feu colgLMlo dd oat$Q J e tasi lodi> penodista ffrifico 

rcspetado fiasla el dia (fc hoy. 



4fi 



Barbaras en las puerto* 

ie Bcrtott Brechl, Ernst Toller y Karl Zuckmayer, y por la obra de Ios 
directores Mas Rcinhardl y Edwin Piscator, Las peliculas de cine 
mudo dc UFA, di rigi das por Frilz Lang, Ernst Lubitsch y otros, eran 
conocidas internacionalmcnlc*." 

En 1 912 Berlin era tambien un campo de batalla donde la izquietda 
y laderecha seenfrentaban en lascalles dc la Tgtura Alemania. E! 4 de 
junio dc I °32 se disolvio c! Reichstag y se fijaron las eleccioncs nacio- 
nalcspara el 3 1 dcjulio. HI 1 5 de.junU> si: Icvanlt) la pmhibicion de la 
SAiStwmttbtetiung, Division de A sal to), una organizadon paramili- 
tar nazi, y Alemania se encontro dc repentc inmcrHa en la v U>lcncia 
politics. En Ios barrios obreros de Berlin murieron cientosde personam 
en kichascallejenis, Hacia mediados dc uilni la gucrra civil amenazaba 
con cngullir el pais. Todes Ios partidos polilicos, excepto e! nazi y el 
comunista que estaban en lucha abierta entrc si. pedian cl rcstablcci- 
mierito del Ofden y la ley. En Berlin sedcclara la ley marcia!. 

El 31 de julio el Partido Nacionalsoeiaiista gano mas eseancs que 
ningun oin: partido, obteniendo 1 3. 745 .000 votes. Las dases media 
y aha de Alemania habian recurrido en masa a Hitler, en parte por el 
rniedu general a un Icvantainicnto comunista. Aunque parecia que Ios 
comunistas se estaban ganando rdpidamente el apuyo dc la clasc 
obrera — obluvicron dt>ce cscanos, lo que Ios convirtio en el tercer 
partido del Reichstag, con oehenta y nueve aliltados , no pudicnuti 
formar oposieion Trente a lew tresdenios veinte escahos de Ios nazis. 

En otofio, con Alemania sum id a en el cans politico, Andre tuvo 
su primera gran oportunidad en la agencia Dcphot, Un dia, a la luz 
raja del cuarto oscuro, vio como lomaban forma unas imageries irt- 
creiblemcnle csotieas, Mostraban una India lasdnante, tal como la 
habia vislo Harald Lechenperg, ttno de Ios reporteras mils inrrepido-s 
de Dephot. Caulivado, Andre eritro preeipttadamente en la ofieina de 



* Pcro Ios naKis ya habian Jejado clwras ^>lik Intenctmes cullafiles, Ett un es- 
treEio ilt 1 93 1 (k lu piatilrnia Sin navedad en ti fri-nic Je Eficti Muria Remarque. 
[tfgani/.jron dtsturbtM p*ra prniestir cootnt lu fjoiiciila, llegatido incfuso a cnirar un 
un cine de Berlin, domle arrajaron bombas telidas y aollaron ratones hassa que pur 
Jin lugrajun L)uc se prohibiera la pclicula. 



47 



S r„' y ehampin 



Guttmann para eomentar lo excepcionales que eran las fatografias. A! 
ver m pasion. Guttmann decidio entrenarlu y varios meses despues 
ie encomendo su primer trabajo importame 



El 27 de noviemhre Andre se colo en el estadio de Copenbague, 
el SportpaEast, y espero a que eJ protagonists de su primer reporlaje 
Lipuneciera ante una gran multitud. Guttmann Is habia encargado que 
fotografiara a Loon Trotski dando una conferencia sobrc «el signifi- 
eado de la Revolution rasa». Mientras Tmtski hablaba, Andre hizo 
fotos sin parar, captando imagenes granuladas del enemigo acerrimo 
de Stalin en sus ultimo* momcnios ante una gran multitud. Cuando 
Trolski guardo sikneio. el Sportpalast estallo en aplausos, Andre 
observe a Trotski de pit; solo, repentinamente exhauslo. Las enlusias- 
tas ovaciones no se debian a su diseurso. Los estudi antes rendian 
homenaje a un hombre al que ya andaban buscandu los ascsmos de 
Stalin y que se habia vislo rechazadu porun pais tras otro en su deses- 
perada busqueda de refugio. Cuando abandonb el escenario parecio 
come si la niucrtc se cernicra sobre el, 

Andre no fue el unico fotografo que acudio al Sportpalast ese 
domingo con una Leica, pero sus fotograflas fueron con difereneia las 
mas conrnovedoras. i>e crucial importancia fue que se hubiera situado 
a pocos pasos del sujeto. Aunque lecnicamente distaban de ser per- 
rectas, sus imagenes poseian la intimidad e intensidad que iban a 
convertirse en su sello earacteristico. Ai regrcsar a Berlin, se enlero 
de que la revista D?r Wrh Spiegel habia dedicado una pagina entera 
a sus fotografias. En lelra pequeria, a pie de pagina, se Eeian las cm- 
briagadoras paEahras: <iAufatihmen: FneiJwti/tti-Dephot»\ 

Sin embargo, su primera foto jirmada no eontribuy6 a mejorar su 
precaria siluacion economics, A menudo sin blanca, empezo a fre- 
cucnlarel cafe Romamsehes. lugarde reunion de la comunidad emi- 
grant, donde solia gomonear un cafe o algo de comer a sus eompa- 
triertas hiingaros. Pero estos cada ve^ eran mis escasos en Berlin. Su 
amiga Besnyo ya se habia marehado esc verano. «Los Camisas Ma- 
rrones [las SA] habian tornado las calks — explico el la ,En todas 
partes veins a nazis con una porra colgada del cinturon. Empece a 
sentirme terriblemente insegura T .» 






48 



Hdrtjaros en las pumas 

Andre se quedo mas liempo, reacio a volvcr a Hungria donde el 
regimen fascista del almirante Horthy habia intensilicado la persceu- 
cion de judioB y demttcratas. As^i, mien tras los intcleetuales y artistas 
huian de Berlin, un Andre sin hogar deambuEaba por la eiudad, dur- 
miendo a menudo en los parques y portaies, siendo testtgo del ascenso 
de Hitler de la nada al poder. 

El 30 de cnero de 1933 el presidentu Hindcnburg se dejo persua- 
dir por sus asesorcs para nombrar canciller a Hitler. Mientrus el sttl 
se pun ia sobrc un caolieo Berlin, cada vez se oia mas fuerte el ruido 
de las botas alias. Andre observo a las tropas de asalto nazis marchar 
por las calks en perfect a formation, sostcniendo en alto antorchas 
eneendidas para celebrar el ascenso del eafao austriaco al poder. Los 
miembros de la nueva elite de Aktnania sa|ien>ri del bi>sque de Tier- 
garicn a millarcs, cruzaron con paso firme la pucrta de Brantlciihnr- 
go y bajaron por Wilhelmslrasse. La lelra de su eancton de mareha 
favonta. Norm Wessel!, resono por loda Alemania. En la Cancilleria. 
Hitler disrrutaba de su momento de awmbrosa gloria. 

La revolution nazi Eupnotizo al pueblo akman. Hitler prometio 
un renacimiento nacional, empleos, la restauraeion del orgullo aleman 
y la destruction de las fuerxas decadentes que hahian dado origen a 
las abominaciones de la Republics de Weimar: homosexuales, eomu- 
nistas y judirts. Despues de la noche de triunfo de Hitler Andre com- 
prendio que sus dias en Berlin esiaban contados. Tarde u temprano lo 
detendrian y lo enviarian tal vez a un campo de internamienlo. Si 
dormia en el portal que no debia, o se topaba con un grupo dc miem- 
bros de las Juvcntudes llitlerianas borrachos. podian dark un nava- 
jazo o hasta malarlo a golpes. 

Bl 27 de febrero el Reichstag desaparecio en furiosas llamas y, 
con el, toda esperanza de un futuro demoeratico en Alemania. Al dia 
siguienic Hitler pmhihio el Partido Comunista, a! que hacia respon- 
sable del incendio. y declare el estado de emergencia, Habia empe- 
zado el Terccr Reieh. Kl Reichstag seguia ardiendo kntamente mien- 
tras detenian a mas de cuatro mil oficiaks comunislas y a un ekvado 
numer\} de dirigerites Etberaks y soeialdemocratas. Los matones de las 
SA de Ernst Rdhms irrumpieron en sus casas y disparanm alii mis- 



49 



Sangre y nhajppin 

mo a los subversives sospeehosos. Los aforturiados rueron lorturados 
y golpeados. A olros los enviaron a los primeros campos de eoncen- 
traci6n. 

Andre dceidio por fin marcharHe de Berlin y se puso en contac- 
to con la organization judia que lo habia ayudado a llegar a la ciu- 
dad*. Tan pronlo como recibio el dine™ para comprarse un billete, 
eogio un trcn ;i Vierui. Knlre las die/ mil pcrsonus que tambien huian 
de la Alemania nazi se hallaban muehas de las lumbreras cicnliiicas y 
art is lie as del siglo: Albert tins tern, Thomas Mann, Bertolt Brccht 
y Wassily Kandinsky. 

Hn Viena, Andre se quedo varias semanas en casa del fotografo 
de Dephol Harald Lechenperg. Pero la historia seguia pisandole los 
taloncs. Una semana despues del incendio del Keichstag, el cancillcr 
austriaeo Engelbert Doll fuss esiahlccio un regimen lotalitario. En 
junio de 1933 Andre habia vuelto a Budapest, donde eneoniro a Ju- 
lia, a Dc/so y a su hermaim mayor, Lazlo, confeecionando aiin ves- 
tidos. pero llegando a duras penas a fin de mes. 

Durante varias semanas Andre Irabajo para la agencia de viajes 
Veres, haciendo foios de los monu memos historicos. Pero a finales de 
verani) vol via a estar desesperado por marcharse de Hungria. En su 
ausencia la izquierda hungara habia sido eruelmente aplasiada y 61 no 
pared a tencr muchas posihjEidadcs de converltrsc en un fotografo 
pro regional en sg licrra natal. El iugar mas evidente al que dirigirse 
a conlinuacion era Paris, donde ya se habian rcfugiado del rascismo 
olros miles de hungaros judios 11 . 



50 



El hornbre que se invento a si mis mo 



Hay petiOflH que han nacido para scr parisienses >■ 

Capa era una dc cllas, MurtdanQ, trim pareciido; flertii- 
licrt y medio dandi cuando k convenia... . [CapaJ po- 
dria habcr naddu cerca de la Hast ilia o en una dc las 

grandes casas del armndissement dicciscis, 

Irwin Shaw. V&gue.&xti de J 982 



Paris resulto ser Ian cruel como Berlin. Al principle Andre paso apu- 
ros hasla para comer y durante varios meses fue sin rumbo de un 
dcsiartalado hotel a otro. inarch andose antes de que los gerentes le 
obligaran a pagar la cucnta. Como solo hacia trabajos esponidicos y 
bebia mas de la euenta en euanto conseguia neunir unos pocos fran- 
cos, a lo largo del invicmo dc 1934 visito con frecuencia una casa de 
empenos del barrio latino. Solo para sobrevivirdejaba en deposito su 
mas preciada posesion, una Leica, «Mas que nada, [Andre] llevaba 
y l rata de la casa de empenos ese aparato: una Leica que constaha de 
objetivo y disparador segun John Hersey — , La camara pasaba tres 
semanas en el establecimiento por cada semana que cstaba en manos 
de Friedmann'.H 

Cuandu a Andre no le quedaba nada que empenar y no podia 
permilirsc comprar comida, trataba dc pesear en el Sena atgo para 
cenar, pero sin mucha suertc. De vez en cuando iba a ver a la prima 
de su madre. Szeren Fischer, que vivia en un piso modesto cerca de 
Madeleine con su marido Bela y su hija de seis afios Suzy. Siempre 



51 



Sangrc y champan 

le eaia un plato de sopa y hasla le dejaban utilizar una vieja amplia- 
dora que el padre dc Suzy, fotogralo aficionado, guardaha en un la- 
vabty sin ventana*. Suzy todavia recuerda las vis Etas de Andre, porque 
siempre le iraia un pequeno regale y jugaba con dla. Con el liempo 
se convcrtiria en una de las pocas confidents de Andre. «Bandi siefn- 
pre tuvo un aura,,, carisma — dice — , Desde el primer recuerdo que 
guardn dc el, cuando yo tenia tres afios y fuimos de visita a Budapest, 
Bandi era la clase de persona a la que em imposible pasar por alto. 
Podias odiarlo o amario, hasta adorarlo, pem rw le era indiferente.» 

Al viviren hahltaciones no nine ho mas ^randes que una cama, era 
en los cares dc !a orilla izquierda donde Andre y sus amigos refugiados 
sc sentian realmcntt en casa. Uno de los favorites de Andre era el Cafe 
du Dome de Montparnasse. donde Anais Nin habia declarado en susu- 
rros su amor a Henry Miller. Fue en c! Dome donde a principios dc 
1934 Andre trabo amistad con unjudio polaeo, David Seymour, apoda- 
do Chim. Caltado. con gafas dc eristales gniesos y cara dc sabihondo, 
Chim era un intelectual oeurrente que trabajaha para el semanario co- 
munista Regards, y se convert iria tal vez en el mejor ami go de Andre. 
Nacido cl 20 de noviemhrc de 191 1 en Warsaw, hijo de un rcspctado 
editor judio, Chim habta sonado con scr pianista concert ista antes de 
descuhrir las artes graficas en la Universidad de Leipzig y probar a 
continuation la fotografia mientras estudiaba fisica en la Sorbona, 

Un dia en el Dome, Chim presemo a Andre a oiro foiografb pro- 
fesional, Henri Cartier- Bresson, un norma ndo hmd-bourgeois cuya 
familia era dueria de uno dc los ncgocios textiles mas prospcros 
de Francia*. Cart icr- Bresson habia crccido en Chaniebup, cerca de 
Pans, hijo de un honibre dc negocios con dotes artislicas y una ma- 
drc que era descendiente de Charlotte Conday quten habia sido eje- 
cutada por ssesinar al famoso revolucionario Jean-Paul Marat. Tras 



• *E] pcqiujflo rcfitgudf) pdaco ha escritu el fotografo taastt Jean Lacou- 
ture — fraguo dc golpe unu alinnza entre Io<i d(M perscguidores de imagL-ncs mas 
antiteticvw — miivimicnh> y essrut'iura, naturaleza y cultura — . una asot'iadon i»n 
improbjhk' gmm ladcl torreme y I,. rwa.» (Jean Lacoulmv. inlrrnluclion it* Rabun 
Copa, Pantheon Phom Library, Paris, 1 988.) 



52 



El riombws que se invento a si mismo 

ir a un seleeto colegio privado y estudiar un ano en Cambridge, ha- 
bia viajado por toda Europa, Mexico y Africa, y ya habia expuesto 
su ubra en Espafln y Mexico, 

A los ojos de Carrier- Bresson, Andre siemprc seria un anarquis- 
ta que trataba igua! a todo cl mundo y un «jugadcin> increiblcmente 
romanlico\ pero no un fotogralo de una capacidad intelectual excep- 
cionaL « Antes de conocer [a Andre] y a Chim rceordaba Carticr- 
Bresson — > yo mc rclacionaba c»n escri lores y pinlores antes que con 
fotogratbs. [,,.] [Andre] no era un hombre de vision, era un aventu- 
rero eon una enormc capacidad para dislruUir de la vida, Pero lo fun- 
damental en cl no era la fotografia, sino lo que icnia que decir, su 
personalidad entcra. Chim era un tilosofo, un jugador dc ajedrez, un 
hombre que pese a no ser nada religiose llevaba dentro de et la car- 
ga de scr judio eomo una especic de bi«teza 4 .» 

De los tree, Andre y Chim eran los verdaderos tvpuins, los ami- 
gos intimos, unidos por su sensibilidad de europeos del Estc y por sus 
i:\pcrieneias del antisemitismo. El destino de los judios europeos ya 
cubria las paredes dc Paris, como tiabia ocurrido en Berlin y en Buda- 
pest: los cartcies electorales antisemitas pegados por fascistas desri- 
guraban las estaciones de metro y otros lugares publicos. Como fo- 
tografos, los tres enseguida se pusieron a documentar eon brillantez 
los eortriictos sociales e industrials en Krancia mientras cl pais pa- 
saba de una crisis poliiiea a otra a mediados de los afios treinta. En 
el magistral libro de Eugen Weber de 1994, The Hatlow Yi-arx: Fran- 
C8 '" the t93tfo t las fotografias de los tres se combinan para ofrecer 
un dc&lumbrante retrato de la scntenciada Terccra Rcpublica. 

Otro refugiado que no tardaria en unirse a estc grupo de fotogra- 
fos ambiciosos y pulitizados era Pierre Gas^mann s tbtografo y revc- 
lador de fotos aleman*, «Desde el momento en que lo conoci [a 



* A p^ar dc qiK ha uabajado con mi^hus dc ]os gnuidts 6*6fittftfl dd siglo, 
«n cl saltin de <iassm»nn solo hay una fumgratia enmarcada. Mucstra u Andre wrc- 
riendm t^caiilador en ] 952 a Ion iieinia y oc^o i&vfi, dos afios anit s de monr, Hoy 
n dia tiassmann es propietario dc Picto, cl fBimwo laboraiorio de revcladu de fo- 

(04 parisino. 



53 



Sangrc y champan 

An tire] ha_sta que muriiX siempre me parecib una persona de lo mas 
divertida, alguien que siempre vivia el presente, un gran apasionado 
de la vida, sobre lodo de la comida, el vino y las mujeres. Era un 
fotografo muy dolado, muy inslintivo. Queria moslrar a la genie co- 
sas que nunca babian visto. Queria escandalizar y sorprendcr*.» 
Gassmann enseguida empcM a revelar Folos para Chim, Andre y Car- 
der-Bresson en el bidet de su apartamento. 

Poeu despucs dc que Andre hiciera estas nuevas amistades, Si- 
mon Guttmann fue a Paris, lo localize a traves de bus conlactos en la 
comunidad hungara y le ofreeio un empleo: haccr fotos publieii arias 
para el tblleto de una eompania suiza de seguros de vida*. Para una 
de Jas fotos iba a tener que buscar a una nibia joven y guapa, y ha- 
cerle posar un un parque cercano. 

Andre sahia d6nde cneonfrar a candidates prometedoras; en los 
cafes de la orilla izquierda donde habia pasado los uilimos meses 
gornmcando dinero para pagarse un vaso de vino y tramando sobre 
como conseguir sufieiente dinero para sacar su Leica dc la casa de 
empenos. Una tarde conocio a Ruth Cert, ana refugiada suiza des- 
pampananie. Ella rccuerda que empezaron a hablar y Andre le pidio 
que posara para el en un parque de Montparnasse, <(Pareeia un vaga- 
bundo. Me dijo que cstaba huseando a una model o, Accedi a posar. 
pero me preocupaba estar a solas con eL de modo que decidi llevar- 
me a una amiga.» 

Uego a I parque eon su compaftcra de pi so, Gerda Pohorylles, una 
animosa peltrroja dc metro y medio de estatura, code de peio poco 
femenino y ojos verdes ehispeantes que no tardaria en cambiar el 
curso crilero dc la vida dc Andre 7 , Al tgual que a C&t, Andre le pa~ 
reeio un tan to ordinario, pero tambien muy guapo y carismatico, 
Nacida en Stuttgart cl I de agosto de 1911 en el scno de una familia 
dc infulas intelectuales, Gerda tambien era una refugiada del fascis- 
mo. Durante los ultimos anos de la Republics de Weimar habia ido 
a una escuela de secrctariado, donde aprendio lo nceesario para ser 
secretaria; file a clase con Lacones y eneolerizd a su tia riea compro- 
metiendose eon un elegante comereiante de aigodon de treinta y cinco 
anos, Hans Bole. El compromiso durd unas semanas hasta que Ger- 



54 



El hombre que se invento a *i mismo 

da se enamord de un cstudiantc de medic ina ruso, GeOfg Kavitkes, 
que la initio en el bolchevismo. 

Antes de que Hitler subiera a I poderen 1933, Gerda ya colabo- 
raba aclivumente en organizaeiones eomunistas y habia repartido 
Folletos antinazis y pegado manifiestos izquierdistas en las paredes 
por las noches. En una carta a una amiga hasta habia considerado la 
postbilidad de que los na/is la mataran de una paliza. El 14 dc mai- 
zo de 1933 los nazis la detuvieron por su sypuesla participation en 
una conspiration bolehcviquc contra Hitler. Al registrar su cuarto 
encontraron una carta que habia escrito a su DOVlO Geoig, en la que 
mencionaba el comunismo. Logro convencer a sus inlenogadores de 
que solo era una joven boba sin convicciones polfticas„ y en agosto 
cruzd a Francia con pasaporte polaco y se abrid camino ha^ta Paris, 
donde reeibio ayuda de varias organizaeiones eomunistas que daban 
albergue y comida a los refugiados politicos. Rudi Cerf trabajaba para 
una de esas organizaeiones y las dos compartian un pi.so tan itial cal- 
deado que pasaban las tardes dc invicrno acurnicadas para darsc 
mutuamente calor*. 

Poco despues de eonoeer a Gerda, Andre cogib papel y sobre de 
cartas del cafe Dome y escribid una breve misiva a su madre. En ella 
cxplicaba que Simon Gullmann habia vuetto a acudir en su auxilio y 
le habia conscguido sus primeros encargos en el extranjero; se mar- 
chaba a Espana*. Emocionado, no tenia ni idea de que Gullmann 
habia quedado en vender \os rcportajes a Berliner Ulwttrh'rte Zeitung, 
una re vista que tenia la desagradablc costumbre de sacar en portada 
fotos de nazis 1 ". 

Espana fascino a Andre desdc el momento en que llegd a San 
Sebastian, a I otro lado dc la froniera francesa. El pais tenia mucho en 
eomun con Hungria, desde la inllueneia del islam hasta In comida, el 
grado de di fusion del foletore gttano y la cultuni popular. En realtdad 
Espana fue como un segundo hogar. un pais euya alma Andre com- 
prendio en el acto y cuya vilalidad lo cautivo profundamente. 

Su primer encargo fue un reportajc stibrc el boxeador Paolino 
Uzcudun, que tenia previsto luchar contra el campedn peso pesado 
aleman Max Schmeling en Berlin el 7 de julio de 1935; sus fotogra- 



55 



Snngre y chairrpan 

lias mostrahan un deporte mucho mas digni fieado, aunque mas dura* 
que el corrupto pugilismo que vemos hoy dia por television". Su si- 
guiente parada fuc Madrid, deride fotografio al atrevido tenicnle co- 
roncl Kmilio llerrera junto a un giobo de aire calientc disenado ex- 
presamente para el. Segun to revista Vu, Herrera se habia propuesto 
establceerel record mundia! en aerostaeibn' : . El 14 de abril Andre vio 
un desfile que senalaba el euarto ani versanti tie la Republics cspafio- 
la, un Tragi] experimento de democrat ia, A continuation Be dirigio a 
Sevilla para pasar la Semana Santa, la lestividad mas exotica y bu- 
ll iciosa del calendars o reiigioso sgpafiol 

El gitami que habia en Andre quedo fascinado con las imageries 
que no lardaron en des filar a traves dc su objetivo. Scsenta y cuatro 
enormes estatuas de bronce eran llevadas a hurnbros en una proeesion 
de varios kilometres de longitud a traves de la ciudad 13 . Entre los 
jaraneros habia serioritas de ojos azul celeste, bailaorcs vestidos de 
Seda, toreros con el pelo engominado y otra genie con Irajes que rc- 
cordaban la Inquisicion y el Ku Klux Klan, Se oyeron los pelardos 
hasta el amanecer mientras las cspcclaeu lares proccsiones religio.sas 
zigzagueaban por las estrechas calles de la antigua ciudad. En una 
carta a Gerda. que estaba en Paris. Andre describe con vividos de- 
talles esas eseenas y como sc habia pasado toda la noche bebiendo 
con los lugarenos. Terminaba diciendo en un ateman incorrecto que 
pensaha a menudo en ella M . 

ton los ingrcsos de los do* reportajes, Andre se pudo permitir 
lomarse unas merecidas vaeaciones. Esc verano se reuiuo con Gerda, 
Willi Chardack, estudiantc de medicina. y otro ami go, Raymond 
Oorm. en la isla de Santa Margarita, junto a la costa Azul. Andre y 
Gerda enseguida se volvieron inseparables, <<Se enamoraron en cf sur 
de Franeia», reeuerda Ruth Cerf. 

Gerda empe/b a sonar. Andre estaba dotado de un enormc potcn- 
ciah pcro era demasiadti indisciplinado, demasiado bchcrmo, a me- 
nudo arrogante e irrespansahlc- Tambien se dk> euenla. segiin Ruth 
CerF, de que tenia algo dc wgranuja y mujeriego>?. Pere su encanto y 
osadia. si se unian a una actilud profesional hack su trabajo, tal vez 
los salvara a los dos tie la miseria. Dcseubrib encantada que Andre no 



5n 



El hnmbre que se inventn a si mismo 

protestaba euando lo reprendia por beber demasiado y le pedis que 
se arreglara un poco, He ahi una mujer que m* to sofoeaba con su 
carifio y que se mostraba [an desinbibida eon el sexo como cohibida 
por su cctidicitin de inirusa en Paris eomo judia alcmana*. E! empe- 
/.b a I la marl a «la jefa» 15 , le enseno en pocos dias a uttlizar una Lcica 
y hasta revelo algunas de sub primeras fotografias. No lardaron en 
mudarse juntos a un estudio cerca de la torre EifTcl. 

«Sin Gerda. Andre tal vez no In habria ltigrado dice Eva Bes- 
nyo . Ella lo recogio, le dio un norte. , . El nunca habia querido Me- 
var una vida convene itsnal, tie rnotlo que euando no le iban bien las 
cosas, se dedieaba a beber y a jugar. Iba por el mal camino euando 
se conocteron. y tal vc/ sin el la habria sido su fin.» 

En una carta que escribib ese otono a su madre 1 ". Andre decia que 
habia eneontrado irabajo a Gerda vendiendo lotograllas para una 
nueva agencia llamada Alliance, Ilevada por una mujer guapa e increi- 
blcmcnic eficicnte que se llamaba Maria Eisner. El tarn bien trabaja- 
ba a tiempo parcial como editor de folograria para una publication 
mensual japoncsa que pcrteneeia al gnipo Mainiclii Press**. 

Por esos dias Julia comunicb a Andre su intencion de ir a vcr a 
sus hermanns que sc habian cstablecido en Nueva York. Es posible 
que no ie dijera que su matrimonio con su padre habia lerminado. 



* fin wvfl wflsion st tevo desmida delante dc Eos aniigo* tie Andre y. scg Jti 
Ruth Ocrf, un incki sli tona vida Tiuiitji Uigri! scr Tnunogama. «Para Gerda los horn- 
brtjs efiin aljiit asi tumo dtstthables — dice Cerf— . No era fcmmisla, Siempre prc- 
ilrio a los hfntihres rioot,« 

** tin otras carta.!! que escribio a mi matlrt- nor aquclb ermca, ilccia que h ti- 
rtenmtogralha le mtcrcsaba mia. que la fotogratla, Otros muctios loiograt'os de tu 
eiTviiln. encre cllus farrier- Krcssan, trabajaban dc vcz en euando en el cine, y. des- 
de l^liu h h.ibia iilts de BudsfKtt Capa sc habia vuelto un apa.stonado admirador del 
cine (mnci*;. Nits tratl iinivtj. Fntncia esiatta iguiil dc (as>CHiada con el nucvoTTKdio. 
De los trtjj^Bieis de t:a-pce\iiuiz»i en P;iris, c\ pt)n;entsje eorrespondicnlc al cine se 

clevodfil 40 pw cienlO etl 1919 a un asuillKniMh 17 fH»r tit-nlij en ]<»). I!n mayci lie 
I94t)> mictilras divisionei panzers aiemanas recorriau loi Laiinpos de irijjude] nurtu 
dc Krancia, !o& eincs dc Paris vendian mas de tres 1111 Hones dc cntnida<i. (Eugeti We- 
ber. The Htfltow Years, France in the 193i)s, Norton, Nueva York, 1994.} 



57 



Sangre y rtiajtipan 



Segun uno de los parientes de Andre que sigue vivo, la aficion al 
juego dc Dezso habia acabado hundiendo el ncgocto familiar y. eon 
el, el matrimonii) J -'rk-dniiinn. Hn menos de un afto, segun esc pariente 
y Ruth Cert", Dezso apostaria su ultima iriano y, en palabras de Cert', 
use quitaria la vida». 

Antes del supuesto suicidio de Dezso, su hijo menor, Cornell, se 
r j ■. n 1 1 1 : con Andre en Paris eon la inlencion de hacerse medico. Cuan- 
do no estudiaba Trances, se dedicaba a revelar las lotos dc Andre, y 
no lardo en hater lo misma para Chim y Cartier-Bresson. A I final 
convirlio en un cuarto oseuro el lavabo del olr» I ado del pu^iillo de su 
habitation de hotel «Estaba en la rue Vavin, en un pequeno hotel que 
daba al cafe Dome. Tenia una habitation en el pi so de arriba y si aso- 
maba la cabcza por la ventana del lejado, veia el Dome, donde se 
reunian a tomar cafe todos los fotografos, artistas. exlranjeros, fllo- 
sefos y parisienses r ,» 

En abril de 1936, de nuevo en papel y sobrc de cartas del cafe 
Dome. Andre conto a su madre que su iransformacion de holgazan 
a burgues respetable habia tornado un nuevo y sorprendenie giro. 
Graciaa a (ienJa. habia vuelto a nacer, Pero no se trataba de una con- 
version religiosa o un redescubrimiento del judaismo; nada mas le- 
jos que eso. Habia adoptado un nuevo nombre acordc eon su nueva 
imagen 1 ", 

bn 1947 John Hersey explico como Andre Friedmann habia «re- 
nacido» como Robert Capa iLJ . «Andre y Gerda habljin decidido fun- 
dar una soeiedad de (res personas. Gerda. que trabajaba para una 
ageneia de lotos., haria de secret aria y represents nte comencial; An- 
dre seria el empleado del cuarto oseuro; y los dos habian sido oob- 
tratadospor un fotografu nortcamerieano rieo, famoso y con talcnto 
(e imagiitario) llamado Robert Capa. que estaba supucstamcnic de 
visita en Francia*.» 



" Por aqucllj epoca Gmta Lambi-en m: rvinvcnUi u si misrna cambiando su ape- 
II ido del impronunctabk Pahoryltei al mas raiciso Turn. InnpiradD en vl nombre dc 
un fnmosn artista japoncs dc Paris llamado Ta.ro Okamoto, «Tan>» «.tj cortu y tenia 
gaEKhd, coirm Cspa. 



58 



Rl hombrc qui; se invento » hi mis-mo 

Robert Capa explico en 1 947 en una entrevista de radio su cam- 
bio de nombre; «Mi verdadero nombre no se pareeia mucho a Bob 
Capa. No era demasiado bueno, Yo era tan tonto como ahora, pero 
mas joven, y no lograba que me hicieran encargos. Necesitaba de- 
sesperadamente un nuevo nombre», 

— Bueno, £y e6mo se Hamate? — pregunto el entrevistador. 

—Oh, me da mucha verguenza decirlo. Empe/aba por Andre y 
era Friedmann. y los dos se juntaron y me descmbanizaron de el. 

— Ya veo, 

De modo que trate de diseurrir uno nuevo... Robert sona- 
ria muy estadounidense y asi era como alguien tenia que sonar 
Y Capa sonaba SHadouni dense y era facil de pmnunciar. De modo 
qiue Bob Capa me pareeiu un buen nombre. Enlonces me inven- 
te que Bob Capa era un fotografo norteamericano faro so que 
habia venido a Europa y no queria haccr perder d (iempo a los 
editorcs fr^nceses porque no pagaban lo suficiente De modo que 
mc mude con mi pequefia Leica. saque unas cuanlas fotos y eseribi 
en ell as el nuevo nombre, lo que hizo que se vend Scran por el 
doble del preeio 2 ". 

Algunos han lanzado la hipotesis de que se puso el nombre de 
Capa por Frank Capra, que enlonces ya tenia fama como director de 
peliculas como Piatimw Blonde (La jau!u de vm. 193 1 ll y American 
Madness {1932), Pero j,que hay del nombre de pila Robert? La vetc- 
rana periodista grafica hungara Eva Keleti, que en 1976 organize la 
primera exposition de lotos de Capa en su tierra natal, cree tener tal 
vcz la resptiesta. En uno de sus reslaurantes preferidos de Budapest, 
garabatea en un cuadento: « Andre... Bandi... Bobw. «De niiio en 
Budapest !o llamaban Bandi —dice— . De Bandi a Bob no hay mu- 
cho trecho, y de ahi a Robert, » 

Segun Hersey. a prineipios del verano de W6 habia compieta- 
do su nuevo disfnw. Asesonuht por Genda, habia cambiadis dc peinado 
(corto por detras y por los lados) y hasla habia empc/ado a llevar un 
elegante abrigo y un sombrero. Sin embargo, e tronieamentc. no era 
ese atuendo burgues, si no Uw monos y los pichis de let ouvH&S Ora- 
bajadyres manuates), lo que de pronto habia causado furor entre los 



59 



Sangre y champan 

radicalcs esc verano. El domingo 3 de mayodc 1936 subi6al poder 
u n;i coalicion de partidos de izquierda llainada Frente Popular*. 

A iraves de un refugiado hungaro, Andre Keries/. Capa so ente- 
ro de una oportiinidad para culaborar con hi revista F'w, una influyenlc 
publication que apoyaba al Frente Popular. Vti no pagaba bien. pern 
nccesilaba desesperadamente eolaboradores** impresionado por las 
folografias dc Trot ski do Andre, el director l.ueien Vogel le eneargo 
que cubriera los aconteci mien los poiiticos de Pans. Mucbas de las 
fotos que bizti Andre estaban mal compuestas y descufocadoii. pcro 
captaron el clima de una cmocionanle epoea 21 . 

Ilii un csfuer/.o por pacitkar a los obreros, el primer ministro 
Leon Blum a nuncio un wnuevo trato»: aumento sn final del 12 por 
c ten to, semana laboral de cuarcnta y ocho boras, dos sernanas de 
vacaciones pagadas al afio y convenios cokctivos. La clase obrera 
dc Franeia eslaba rebosante de alegria. Las mujeres hailaron unas con 
otras en las fabricas, las banderas rojas ondearon sobre los ministe- 
rs dc Paris, las fuerzas intemacionales del fascismo parceian haber 
eneonrrado por fin la homta dc su /apato; un frente unido de progre- 
ss sias que sin duda detendrian en seco a Hitler y a Mussolini. 

Capa fotografio el Frente Popular con un talento que iba en 
aumento Como b expreso Hersey con ingenio, las hueliias y los dis- 
turbios civiles asociados con el nuevo pari i do en alza f*brindaron al 
nortcamcHcano inexistente y a su empleado del cuarto oscuro [Ger- 
da] oponuntdades para hacer fotos asombrosasw 22 . Durante varias 
semanas, segun afirmo lamb ten Hersey, «Capa cstuvo en hoga», 
Andre y Gerda empezamn a ganarsc bien la vida, Parccia el arreglo 
perfecto, porque «Capa amaba a Gerda. Gerda ainaba a Andre, An- 






* Si bien esta victoria deju encanlndo a Capa, no pacified a lei inquietoa u\nv- 
ros de Kraneia; es junto de I9J6, etm un gobicrna aniifascisla en el podcr, hubo 

] 2,142 huclga*. en las que pafiitrrpLirtm ami dw mi Hones de personas. 

** frit era una ik las revislas info influyenius dt hu i-psieJt.. Rl niirciero dc abnl 
<te 19.12. Et enigma otewwwf, habia publicado natla mentis qm; euatri>d<:inas ircinta 
yocho fousyrufius en mas dccicnlo vein tic inco pagjiias, (nuchas ik- Jjucuak;* eran 
cartesla de [a agenda P^ptim dc Guirinann. 



ea 






El hcimbrc que w invenro a si mismo 

dre amaba a Capa y Capa amaba a Capa ;3 ». Cuando Andre no logra- 
ba sacar una fot^gralla que olros (raian dc la uUima manifcslaci6n o 
tmelga, Gerda lo encubria, «Ese cabton ha vuello a largarse a la costa 
Azul decia- --, con una actriz,» wFriedmann hacia las fotos espli- 
co Hersey — . Gerda las vendia y el merito se lo llevaba el tal Capa 
que no extstia, Como se suponia que Capa era may rieo, Gerda se 
negaba a vender sus fotos a ningun peritSdtco frances por menos de 
etento cincueota francos cada una. tres veces la larifa vigenle r » 

A finales de junio de 1936 Capa cubrid una reunion de la Socie- 
dad dc Naciones en Ginebra, donde el ex emperador abisinio, Haile 
Selassie, pronuncio un apasionado discurso contra Mussolini. Mien- 
Iras Selassie bablaba, varios eorrespun sales italianos leales ii Musso- 
lini lo interrurapieron a viva voz, y estallaron refriegas entre los pe- 
riodistas de ii-quierdas, entre ellos uno cspaflol. y los cscribidores 
fascistas de If Ducc. Cuando la policia suiza se llevo a los italianos 
y echo al eSfttfioJ a la callc, Andre esperaba fuera y fytografio a va- 
ries policias silenciando los gritos de protesta del espanoP. 

Segun John Hersey, cuando las folografias de Andre, eon la fir- 
ma de ^Robert Capa», aterrizaron en el escritorio de Lucien Vogei, 
este llamo a I agente del famoso fotoyrafo norteamerieano, Atcndio la 
llamada Gerda. «EI senor Capa dice que la fotografta de Ginebra le 
coslara irescienlos francos**, dijo a Vogel. «Todo este asunlo de Ro- 
bert Capa es muy interesante — dijo Vogel — , pero diga, por favor, al 
ridieulo Friedmann que va por a hi haciendo fotos con una mugrien- 
ta cazadora de cuero que le espero en mi o fie inn ma nana a las nue- 
ve J '->» A I parccer habia visto a Capa fuera de la reunion de Ginebra. 

Thomas Gu ruber, la principal autoridad de la agencia Alliance, 
dice que tambien pillaron a Andre con las manos en la masa en ol™ 
ocasion. Gerda habia dicho a Maria Eisner que habia encontrado unas 
fott>s e^cepcionales dc un tal Capa, un fotdgrafo magnifieo pero muy 
caro. Dlo la casuaiidad de que Andre estaba en la agencia cuando 
Eisner examino la obra de ese earo fotografo norteamerieano, Segun 
Gunther, Eisner «tenia tanto qjo para las fbtos» que reconocio al ins- 
lanle que eran de Andre Friedmann. Le pidio que aeudiera inmedia- 
tamente a su oficina y, ante una avergonzada Gerda, senald que las 



61 



Sangrc v >.!■ iirnum 



F-t hombrc que sc mvenki a s\ mismi > 



Ibtos erun de el. Aun asi. Eisner quedu lo suficicntementc impresio- 
nada con la obra, fuera quien fuese quien la firmara, como para con- 
iTftlarlo en su agencia por tni [ cien francos al mes a cambio dc tres re- 
portajes a la semuna; ganaria menos l|ul- Gerda, pern por fin podria 
petmitirse comer con regit laridad 3 *. 

A principles de Julio de 1936 Eisner envid a Capa a Verdun para 
folograllar el vigesimo anivcrsario de una de las batullas mas cruen- 
tas de la Pnmcra Guerra Mundial. El paisajc de los alnededores evo- 
eaba inquietantemente una guerra que habia matado a un mi 11 on cua- 
trocientos mil frwnceses y mutilado a un millon cien mil mis, los 
llamados mtitiies. Aun veinte anos despues, vastas zonas seguian sien- 
do lierra de nadic oubierta de arboles carbon izados y era teres licnos 
de agua eslancada. 

Las ibtos dc Capa muestran el cemertlcrio militar de Verdun ilu- 
minado por cientos de reflectores y a los veteranos solemnemente 
colocados en fila detras de las lapidas de sus camaradas mucrlos. 
Como es el caso de muchos veteranos francescs. esios seguian opi- 
nando que sus oficiales habian sido unos cddiotas» y la guerra de des- 
gaste, un disparaiado ejcrcicio para explotar despiadadamente Fran- 
da. Las columnas de supervivjentes sc ncgaron a marc liar al paso 
como una forma de expresar su indigitacidn ante lo que habia sufri- 
do su gencracidn, Muchos cran en csos dias pacitistas apasionados. 

Sin embargo, cada vez parecia mas probable la guerra. El 3 de 
OCtubre de 1935 Mussolini habia cscupido a la eara a la Sociedad 
de Naciones, fundada trajj la Primera Guerra Mundial para mantener 
la pa/, ai invadir Abisinia. En marzo dc 1936 ias tropas alcmanas ha- 
bian marchado tranquilamente sobre Renania, dcsafiando el Lratado 
de paz dc Versalles y haeiendu esircmecer a toda Franoia. 

Capa regrcso dc Verdun para cubrtr las feslividades del 14 de 
julio ckl dia de la Bast ilia en Paris. Una scmana despues abrid uno 
de los period! cos para los que colaboraba y leyo una notieia sobre un 
levanlamiento contra un gobicmo de Frente Popular en el cxlranje- 
ro. Un hombrceillo gnieso llaraado Genera lis imo Franco, que pron- 
to tun (aria con el apoyo de Hillcr y Mussolini, habta llcgado a Ca- 
diz el 19 de julio a la cabeza de los legionaries extranjeros espaiioles 



62 



conocidos como <<moros». 1:1 y sus eompaneros insurgentes marro- 
quies tenian previsto democar la democracia en Espana. «La energia 
que emplearemos — habia advertido Franco al gobiemo cleeto dc 
Espana — .sera pnjporcional a la resistencia que vtisijlnos pongais. Os 

rctnmendamos encarecidamenlc que cvileis un inutil derramamicn- 
to de sangre.» 




63 



La guerra apasionada 



La gucmt civs I tsrwnola <"ue la epoca mas Idi/ tk itues- 
tras vida*. Lranioj, realmcnu: I'd ices enlorces porquc 
CWxkl I'liorid genie parecia que su muerle es-taba jus- 
[ificada y era impurlante. Punjuc morian por algo en lo 
que creian y que iha a haeerne realidad 1 . 

EftNk.il UliMINtlWftV. 1940 



La guerra civil espafiola fiie la primera uporturtidad que luvo Capa dc 
luchar contra cl totalilarismo en las trinchcras con uti anna potente: 
l<i Leica. En palabras de fa period ista Martha Ci til horn, «F.spana era 
el lugar donde todos los hombres libres pod i an luchar contra Hitler, 
Ids nazis y las ideas depravadas que tambien praeticabari los imita- 
dores' dc Hitler. [Capa] no contaha con luchar porque nunc a habia 
tenido un fusil en Jas manos; contaba eon haeer fotos que obliyamn 
a lodo cl mundo a ver contra que habia que indianr. 

En cuanto Capa y Gerda oyeron hablar del alzamicnto de Fran- 
co, decidiefon ir juntos a Espafia. El rcportaje que habia hecho Capa 
sobre el Frente Popular le habia dado a conocer enlrc las publicacio- 
nes que simpatizaban con el hando republicano, como Ce Soir, Vu y 
Regards. Le parecio que no deberia ser diJlcil conscguir un encargo 
en Lspana y se puso rapidamente en contacto con sus directores. 

Lucien VogeL de Yu^ accedio a enviara Capa y a Gcrdaa Esparto, 
Alquilaria un pequeiio avion para llevarlos a Barcelona y los aeompa- 
fiaria persona linente; tenia intention dc pubiicar cl rcportaje en un 



64 



La t'uerra sipasiona^tn 

numero especial sobre lagucrra civil. Sin hacercasodc las prolcstas de 
su madrt, a principles de agosloCapaJunlocun Gerda, Voge! y varios 
period is tas mas, lue a Espafia en avion No fueun comienzo may pro- 
picio. Mienlrascruzaban los Pirineosei avion perdio dc pronto allilud 
e hizo un aterrizajc Ibr/oso en un campo de las afuci as de Barcelona?. 
Milagrosamerile, no hubo victimas; Capa y ( .jerda salieron del avion 
sinicstrado muy afectados, pero itesos. Al mismo tieinpo, a can eien ki- 
lometros al sur, aterrizaba en el puerlo de Cadiz el primer envio de 
aviones y soldados nazis en sudd cspanol. 

Capa y Gcrda llegaron a las aiueras de Barcelona el 5 de agosto 
a una hora avanzada, El aeeidentc enseguida quedo olvidado etl me- 
dio del ambicnte enloquecido de la capital de Catalufta, cntonces 
inmersa en una revolution anarquista. iin una calle encontraron a va- 
rias parejas anarquisias con mono azul disfrulandu del sol de la tar- 
de T eu fori cos por la noticia de la repent ina cesidn de los sunluosus 
edificios e instiluciones de Barcelona a las masas. La mayoria dc los 
propietarios de fabrieas de la eiudad habian huido o compartido el 
desttno dc los miles de reliyitisas. nionjes y sacerdotes que los repu- 
blic anos mataron en los primeros meses dc la guerra. 

En 1959 el eserilor alernan Gustav Regler recordaba vividamente 
estis emocionantes priincros dias del levantamiento anarquista con- 
tra Franco: 

Habia en la geOH un espirity de embriaguez, un conta^ioso anhelo de 
sacrificiu, una ardiente fe en la libcrtad... A juzgar por su aspecto. 
podria habersidLi la Revulueion franeesa lo que habia accho gfettrakw 
milicianos a las ealles, y muehos de los aetos tie violencin de los pri- 
mcrus dias de lit guenra, sin duda, sc habian debido & una imitation 
uxonsdBQte de los sans-culotte^. 

Es posible que el primer eoniaclo que hizo Capa en la eiudad fiiera 
Jauine Miravitlles. el sccretario general de veintiocho anos del par- 
tido de izquierdas Hsquerra, Miravitlles reeordaba habcr ayudado a 
Capa y Gerda a eonscguir penoiaoa para lotograflar Barcelona, asi 
como pases de prensa frauceses oficiales, Tambien reeordaba clara- 



65 



San^re y uharnpan 

mcnte n un Capa ebrio de la causa anarquista. 5u contestatario y dc- 
cadente rechazo a loda trad ic ion, regis, ley y eodigo moral burgues 
mated para siemprc al jovcn fotografo*. 

Capa y Gerda rceurrieron a continuacion los bancos y grandes 
hotdes que habian sido tornados por un desconccrtante grupo de ac- 
rivistas ant i- Franco. fc-1 sindicalo anarquistaCNTFAI habia levanta- 
do un desorganizado campamenlo en la larga calle Lave tana que 
pronto pasaria a llamarse Via Dumjti. El Partidti Obrero de Unifica- 
tion Marxista (POUM) dc tendencis trotskisla tenia su base en el 
hotel Falcon, cerca de la plaza Cataluna. En una plaza Capa y Gerda 
sc cruzaron con una unidad de mujcres. Gerda vio modebs a imilar; 
Capa vb su primera noticia vendible. Presentia, acertadamente, que 
(as revistas fhmcesas y britanicas se lan/arian sohre las foios dc csas 
mujcres soldado dc cara dc marfil, pelo rizado y largo y elegantes 
panialones nuevos. Fotografiaron a una milieiana particitlarmente 
guapa serttada en la terraza de un cafe, absorta en una revista dc 
mujcres con un arma entre las rodillas. 

Fn la estacion central de trcnes de Barcelona, Capa y Gerda vie- 
ron a mile* de soldados partir jubilosos a luchar contra los insurgen- 
les en cl frente aragoncs. Ninguna de las fotografias que hicicron 
mosiraba las habittiales despedtdas d<i|orosas de amantes que se se- 
paran, si no mas bien el infinite optimismo de la clase obrera barce- 
lonesa al ir a aniquilar a los infames moros dc Franco. En e] lateral 
de un vagon afguien habia eserito con pinlura blanca; jurad sobrf: 

hYIAS LETRAS lltiRMAMOS 4NTES MOIIJR QUE CONSENTS TrkANO**. La ma- 

yoria de los jovenes que se asomaban por las ventanas y agitaban los 
pufios cntusiasmados no volverian a ver Barcelona. 



* Capa era solo uno dc tastes jovene* iclcalnstas, comEi George Orwell y An- 
dre Malrau*. para quicnes ta gucnn civil espaflula scria la exptttauia mas cdrnno 
vwlora de sus vidax. Para miles dc otros hombres y mujeres de lodo el mundo que 
sc etirtansi vetontuicn pnra lacfalf wolra Franco, ]u gucirra tamhien rt-prcscniaba cl 
(rente dc una batalta idcmldgiea contra cl tetalitarsmo. Si pemshian que Franco dc- 
molara la democracy en l : spuria, pawcia habcr pooa* L-spcran^as de delcner el fas- 
c hmn en nlras partes. 

** Bo csstcllanoen cl original (iV.de la T.} 



66 



\A gucrra npasioiiadfl 

A finales dc agosto, Capa y Gerda recorrieron en coche doscien- 
tos cuarenta kilometres hasta las primeras lincas de los (rentes mas 
ceTCiinos alrcdcdor dc Hucsca. Pcro en el los no habia accion e, im- 
pacientes por capiar imagenes de una primcra victoria rcpublicana, 
siguicum hajando hacta el sur hasta que sc enteraron de que cientos 
de conutntstas alemanes iuchaban con las milicias del I'OUM a po- 
cos kilometros dc di.standa. Y.\\ l.ecinena. al nordeste de Zaragoza, 
Capa y Gerda se unieron por poco tiempo a la misma unidad con la 
que George Orwell pasaria el invierno antes de que lo hirieran y se 
marchara de Espana en 1937, destlusionado y lleno de araargura ? . 

Volvieron a Uevarsc una Jesilusion: los soldados de la abigarra- 
da unidad, la tnayoria con gorras diferentes y arm as anticuadas, se 
limitaban a lumbarsc a la bartola. Poco despucs se enteraron de que 
cl gobierno republicano de Madrid habia ordenado el primer ataque 
importanle contra el ejercito de Franco en Cordoba*. Partierun a prin- 
cipios de scpliembre, resuellos esta vez a fotograflar la contienda 
propiamente dicha y, con suerlc, una primera derrola del fascismo. 

Por el camino se detuvieron en Toledo. Durante varias semanas 
los republicanos habian sitiado cl famoso Alcazar siluado en cl ccn- 
Ini de la ciudad. El insurgentc coroncl Moscardo y varios cientos de 
sus seguidores habian logradcs reststir rdterados ataques, Cuando 
Capa y Gerda llegaron, sc enteraron de que los republicanos planea- 
bari abrir con dinamita una brecha en hi fortaleza. pern lardarian otros 
quince dias pttr lo menos en colocar sufieientes explosives bajo los 
muros, de modo que la pare | a siguio bajandt^ hacia C6rdoba, En 
los alrededtjres de un pequeno pueblo llamado Cerro Muriano, los dos 
fotografos encontraron por fin la accion que buscaban*. 

Fa maflana del 5 dc sepliembre los lascislas habian bombardca- 
do Cerro Muriano. Esa larde Capa y Gerda sacaron varias fotos de los 
akieanos huyendo aterr(}rij<ados del pueblo. Por las radios se of a al 
general insurgente Queipo de Flano jurar que sus hombres no tarda- 



* Los seguidores de Franco libraban en csos dias una gucrra do terror t'ratnei- 
da. Caii cada vez que una ciudad caia en podcr dc los insurgentes habia a rfwtfw 
c ion miles dc cjecueioncs publieas, 



67 



Swigrc y champan 



rian en llegar, y que cuando lo hicseran viotarian a las <<rojas>,> del 
pueblo'. Ese dia tambicn se eneontraba all! el eseritor aleman Kranz 
Borkcnau. que mas tarde evoco en su libro de 1937 The Spanish 
Cockpit (El rcnitkm i'xpttilaf) que cuando llcgd, «c\ put: bio cntero 
hahia iuiidu: hombres, mujeres y nifios: a pic. sobrc burros, en coche 
y en camiones». Borkcnau se quedb houorizado a I ver que muchos 
miembras de la milicia anarquisua, la CNT, tambicn huian «como 
cobardesm. «Los fustics no sirven contra las bombas y d fucgo de 
artiller!a». grilaban algunos. 

Cunndo Borkcnau enlrn en el Ccrro Muriano propiameftle die ho, 
encontro toda* las casas desierias, las puerta,s eerradas. las reses aban- 
dunadas vagando por las calles. En las primeras lineas del frente vio 
que habian muerto <ttres o cuatro» hombres. Mas adelanre csa tarde 
vio desertar a muchos max. COO la exception de un «pequefiii grupo 
de mjlieianos de Alcoy, un viejo centro revducionario de la provin- 
cia de Alicante. [,..] que resLstio el bombarded [. . .] eon el mas orgu- 
lloso eoraje e indi ferencia. [...] Sin embargo, la disciplina faltaba a 
unos niveles casi incrcjbles)> K , 

Se tree que csa tarde Capa se unio a la milicia de Alcoy en una 
trinchera del Frente e hi^i milagrosamente la fatografia mas famosn 
de toda ia guerra civil espafiola: «Mucrte de un miliciano». Mosira- 
ba a un miliciano de Alcoy un segundo despues de que lo hiricra de 
muertc urt tiro. 






«Muerte de un miIiciano» 



No hace falui recurrir a truco* para hactr fotos en Es- 

pafiiL No itenes que hater pusar » nadie. ante la cama- 
ra. Las lotoses-tan alii, espcrando que ha hagas. La 
verdad cs la mcjur [*>li»gr<*fia, la mejor propaganda. 

knHiiRT Cam, entrevisia con 
AW KjM Wjrifi'Tetegrwn. 2de hcpliembre de 1937 



((Muerte de un miliciancm es la to to gratia mas eoniroveriida de la 
historia del period isino grafico, Puner en duda su autenticidad es 
granjearse la imperceedera colera de Cornell Capa, quien a sus ochen- 
ta y tres afios sigue controlando el legado de su hermano y durante 
muchos anos. se ha dedicado a defender con vehemencta su leyenda. 
Richard Whelan, el biografo a quien Cornell encargo la bioyrafsa de 
su hermano, ha descrito «Muerte de un milieianow como «quiza 3a 
mejor fotegraHa de guenra reafeada jamas»'. Esperanza Aguirre Gil 
de Biedma, minislra de Educacion y Cultura en Espafia a media- 
dns dc Ids iioventa. ; :> deEinki ramo un (OCOOO BBiwaaal | | (k BOa 
poiencia visual cqui parable a la del Guernica de Picassow 2 . 

Sin embargo, la fotografia mas ramosa podria no ser mas que la 
de un liombre abatido*. El eminente realizador de doeiiinentales fran- 



* liMuerte de an miliciano^ lkj;6 :i aUirtnenlar a Capa del misnw ithhIli qua 
akirmeritaria a tddic Adams su fkmusa lotogralla dc IW8 dc un }n>mbfe que e*ta 
siendo ejecutado en V'icinftm. 



68 



69 



Saitgrt: y charn.p£n 



«Muerte dc un miliciaTW>» 



c&s Patrick Jcudy cree que esc pod r in ser el caso. En su oficina de 
Paris me ensenb una secueneia filmada dc Capa dc sconce i da, asi 
como otra secueneia lilmada durante la guerre civil espanola de un 
hombre que tropieza y eae a I bajar ctirricndo una ladcra. Si se con- 
gda la imagen, un solo fotograma se parece a la famosa tbto de Capa. 
Jeudy arguye que. a parttr unicamentc dc la fotogralla de Capa, no 
hay modo lie saber si el hombre resbalo sin querer. murio de un tiro 
o se le pidio que fingicra morir. 

Jeudy no es sino uno de numerosos cineastas, histori adores, y 
iotbgrafos, lodos ellos ardienlcs admiradorcs de la obra de Capa, que 
licnen dudas acerca de la tbto. Segun el fotbgrafo y ex archivero de 
la agenda Magnum Jimmy float, csew dudas no deberian distraer a la 
gente de la obra global de Capa, quien sigue siendo sin higar a du- 
das el tcstimonio folognafico mas evocador de los afios mas turbulen- 
tos del siglo XX. Peru 61 mismo tia cueslionado lo que llama aspec- 
tos exlranos dc la linicu explication que se ofrecid en su momento de 
como saco Capa la ibto. 

KunkTilo habei locado con Cornell el tcraa de l:i historic del miliciano 
hcrido dc mticrtc durante la guerra civil espanola, ya que Cornell me 
habia pedido ha? [a varips afios que fuera a rispafia a ver a la familia 
recie-n descubierta [del hombre supuestamcnle rctratado en la foto de 
Capa], Me ehoco [que] Capa vulvicni [a Nueva York] en barco seis 
mescs despues dc que Life publieara la foto y en una entrevista que 
conccdio a un periodica explieara que habia pasado varies iJill, con 
esc hombre, incluso que estaha a su tado en el momento que lo alcan- 
liy la hala, y que se quedo junto a su cuerpo sin vida hasta que sc hizo 
de noche y se relir6 del fuego cnemigo 1 . 

El periodista en cuesdon trabajaba para el New York Warfd-Tetegram 
y entrevisto a Capa el I de scpticmbrc en Nueva York. Capa le ex- 
plicd como habia llegado a sacar esa foto sensational. El periodico 
in forma ba: 

[Capa y el hombre folografiado,, cl miliciano] cstaban inmovilizados 
en el frente de Cordoba, Capa con .su valiosa canwa y el miliciano 



70 




con su fusil. Bl miliciano estaba impacientc por volvcr a las lineas 
republicanas. Dc vez en cuando se encarainaba para mirar por enci- 
ma de los sacos dc arena. Y eada vez se tiraba al suelo en cuanto oia 
el traqueteo de advertencia de la amctralladora, Al final el miliciano 
inurmuro algo sobre que iba a. corrcr un gran riesgo y sal it* de la trin- 
ehcra scguido de Capa. Se oyo la anietralladora y Capa aprcio meca- 
nicamente el diiparador y cayb de espaldas junto al cuerpo dc su 
cnnipancro. Horas despucs, euando se KJ20 de noche y ceso cl hiego, 
el fot6grafo crui;6 a rastras d lerreno desigual hasta ponerse a salvo. 
Mas i.'irde se entero de que babia sacadu una de las mejores fn-tos de 
la guerra espafwlav 

Es bicn sabido que. a lo largo de toda su canrera, Capa nunca puso 
en sus pies de tbto intbrmacion clave como nombrcs. Aun asi, a Fox 
le siguc inlrigando como es posible que Capa hubiera pasado varios 
dias con esc miliciano y su unidad, y sin embargo no supiera como 
se llamaba. ^Por que no averiguo la identidad del hombre tuand" 
lo malaron? ^No habria podido identificarlo algon miembro de su 
unidad*? 

En 19K2 una de las amigas de Capa, Hansel Mieth, escribio acer- 
ca dc wMucrtc dc un Tniliciano», Contaba en una carta que a finales 
de lo* cuarenta, al regresar a su apartamento de Nueva York de ha- 
cer un reportuje. sc encontro a su man do Otto y a Capa discutiendo 
acalonadametite sobre la tbto. 

Otto estabii eniadad<i, y Bob parceia abatido y al mismo tiempn 
a la defensiva. Otto hablaba en tono aspcro y crttico. y Bob se mor- 
dia In lengua como una marioncta golpeada. Yd llegaba muy cansa- 

* Capa no Puc cl unico ffltajjrafb que caplu a} pareccr til insianter dc la mucrU- 
en ia guerra civil tspafipU, F,l pcrii'idiua ile i/quie*das Daily Herald dc Lcmdrcii 
publico cl 15 dc utiuhrc \ic 1936 la insian[anea de unos hombrcs ahogandtus? en cl 
mar, y en The ffiiistraud Lnndan /Vt-n,',n aparecio una fotogralf.i dc side humbrt* 
crawnilo a (odu cprrcr un elano, con el pie; d.I>os tiombm dcmhtwkJH- en un aiaqut 1 
rcbuldc, unu ifc ellos cayendo literalmcntCM (cilsdo por Tamiline Rroiriefs, Ffirr and 
Phniography, A Cultural History, Rimilcdjic. [-(l[Kln;^. 1997). Peru la foioarafia de 
Capa era extraordinaria par su preximidad 3 U vitiima. a veinte metres escasos, aii 
conic- por su intcaso simboEismo. 



71 



Sangrc y champin 



da y no me apuntc a la pelca. Pero me pareeio que Otto sc moslruba 
inneeesariamenle aleccionador. 

Cuando Capa sc marcho. dejo a Otlo echando humo en silencio, 

— ^.De que est abas acusando a Bob? — pregunto Hansel — . 
<,Crecs que ha falsi fit ado la folQ? 

— Dios lo quiera, 

— ^Y de que iba toda la discus ion? 

No quiero hablar de ello. Solo espero que lo que me veo obli- 
gado a pensar no sea eierto. 

Otto Mieth habia dlscutido acaloradatnente con Capa sobre las 
cireunstancia-s en que se habia tornado la folografia. 

— Le conoci [a I mi lie Lino abatido] cuando aim vivia — dijo 
Capa . Kstaban haciendo el Umlts. Todos haciamos el tonlo. Estaba- 
mos de buen humor, (labia cesado el fuego. Bajaron enrriendo la 
ladera y yo tambien mc cehc a coirer. 

— tPediste a los hombres que escenificaran un ataque? — pregun- 
16 Olto. 

— Dios mio, no. Todos cstabamos contcntos, lal vez un poco 
locos. 

— i,Y que paso emonees? — pregumd Otto. 

Pues que de pronto todo era real, Yo no oi los disparos... al 
principio no, 

— ^Donde eslabas hi? 

— Un poco mas addanlc, a un lado*. 

Segun este rdato, Capa se semi a culpable porque habia pedido a 
los hombres que bajaran corriendo una ladera. despmtegida y su pe- 
tition habia costado la vida a un hombre, Segun el profesor Hans 
Putlnies, biografo de Gisele Frtund, Capa habia con Lido a Freund una 
hisloria parcel da, reeonociendo que el habia «matado» nl hombre de 
la folo. 

Como qucda demostrado en los testimonies cilados, ninguno de 
ellos Tacililado por el prupio Capa, la version de Ins sucesos eambiaba 
considerabiemente cuando el la contaba. Sin embargo, existe otra 
expticaeion que 61 mismo diti en una entrevisia de radio de 1947 para 
pTomocionar su libro de memorias. Slightly Out of Focus. 



72 



«Muerte dc un miliLiarion 

A las echo y media del 20 dc octubre Capa explico a los neoyor- 
quinos que escuchaban la WNBC de Nueva York lo ocuirido esc 
aciago dia de 1 936 Sacd el tema de «Muerlc de un miliciano» de 
motu proprio, recalcando que «la loiogralla premiada nace en la 
imaginaeion de los editorcs y del publico que In ven». 

En una ocasion habia hecho una foto «que fue mucho mas valo- 
rada que las demas». Cuando la hizo «desdc luego no sabia»- que era 
especial «Fue en Esparia —explico— Era muy al principio dc IB 
carrera de fotografo y muy al principio de la guerre civi! espanola. 
Y la guerra tenia un lado romantico, si se puede dceir algo asi...» 

Capa dijo a los radioyentes que habia hecho la fotografia en 
Andalucia mientras acompanaba a un grupo de reclutas republicanos 
novates. «No eran soidados -anadid — y morian a cada momento 
con grandes gestos, convencidos dc que era por la libcrtad y por una 
buena causa. Estaban entusiasmados.» 

Capa explico que habia cstado en una irinchera rodcado de vein- 
te hombres armadus con viejos fusiles, lo que coniradecia lolalmente 
su dcclaracion para el New York World-Telegram. En la ladera dc 
ent'iente, anadid. habia una amctralladoni insurgente. Los hombres 
dispararon haeia la ametmlladora durante cineo minutos, luego se le- 
vantariin y dijeron^ <qVamos!»*, y. saliendo dc la trinchera, avanza- 
Rjn hacia la ameiralladora, «Y la amclralladora, como eabia esperar, 
abrio fuego. jdim doffil — cantinuo Capa— , De modo que los que 
quedaban con vida regresaron y volvieron a disparar al tuntun ha- 
eia la ametralladora [que] fue, sin duda, lo bastante habil para no 
dcvolver los tiros, Y al cabn de cineo minutos volvieron a decir: 
"jVamos!", y tai aeiibillaron de nucvo. Se repitio la misma csccna 
trcs o cuatro voces, y la cuarta vez me pusc la camara sobre la ca- 
beza sin mirar siquicra y cuando sc acercaban a la trincheni hiec una 
foto.ij 

Capa explico que el carreie de ese dia no lo reveld el Lo envio 
a Paris eon otms muehos earreies y se quedd en Espana otros ties 
meses. Cuando volvio a Francia sc cntero de que <<cra un fotognifo 



* En etftii*] Iljiio en cl uriginu]. (ft- tie la TJ 



73 



Sangre y champan 

muy famoso porque esa earaara que habia sostcnido sobre la cabeza 
habia captado n un hombre en el momento en que le disparaban». 

«Muerte de un miliciano^ se publico por primera vez en la revista 
Vu el 23 de septiembre dc 1936, y volvio a aparecer en Paris-Soir y 
Regards al ano siguiente. Segiin e! profesor Futures, los patrocina- 
dores suizos de la revista Vu despidieron a Lucien Voyel despues Je 
la aparicion dc la fotografla de Capa. «La publicaeidn del nume.ro 
especial [de Vogel] sobre la guerTa civil espanola en otona dc 1936 
— ha confirmado Gisele Freund — apoyando al bando republicano, 
indigno profundamente a los palroeinadores de Vu. y Vogel se vio 
obligado a renuneiar a sn puesto*.» 

La fotografla aparecid en la pagina 19 de la revista Life el 12 de 
julio de 1937 con el pie: «Un miliciano cspanol en el preciso instab- 
le en que es derribado por una bala que le atravicsa la cabeza». Corao 
en Europa, cause sensacibn. Varios lee lores escribieron cartas al edi- 
tor quejandose indignados ante tan grafica description de la violen- 
eia. En los hogares de la clase media norteamericana nunca sc habia 
visto una imagen semejante, 

La autenticidad de wMuerte dc un miliciano» se cucstion6 por 
primera vcj: publicamente en 1974 en The First Casualty de Phillip 
K night ley\ Este habia entrevistado a O. D. Gallagher, corrcsponsal 
del Daily Express durante la guerra civil, quien afirmo que «Muerte 
dc un miticiano» pertenecia a una secuencia de fotos dc un combate 
escenificado en un periodo de ealma durante la contienda. Segiin el, 
Capa y Ids demis fotografos se qucjaron al otlcial republicano de que 
no habia nada que fotografiar. El odd a! dijo que reuniria a variofl 
so (dados y esros escenifiearian urta-s maniobras. Cuaado mas larde se 
publico la folo, Gallagher comentd lo aulcnliea que parecia al cstar 
ligeramente borrosa. Dijo a Knightley que Capa «se habia reido con 
ganas y habia die ho: "Si quienes sacar bucnas lotos de ace ion. pro- 
cure que no esten bien enfocadas. Si te tiembla un poco la mano la 
Foto sera buena'V Este testimonio, sin embargo, se vio en parte cues- 
tionado cuartdo. en una entrevista concedida al hisloriador Jorge 
Lewinski en 1978, Gallagher dijo que Capa habia sacado la fotogra- 
fia en la Espaha controlada por los insurgentes. No hay pruebas de 



74 



tcMucrtc Jt lui miHciatii3)> 

que Capa visitara la Espafia nacional. De hevho, tal visita habria sido 
muy improbable, dado el ardicnte apoyo de Capa a la causa repu- 
blic ana. 

Otra fuentc importante del libro de Knightley era Ted Allan, un 
canadiense de diccinueve afios vetcrano de la guerra civil que se ena^ 
moro de Gcrda y se hizo muy amigo dc Capa a finales de los trein- 
ta. Escribio a Knightley dieiendole que en una ocasion habia habla- 
do de la fotografia con David Seymour, Chim, quicn tambicn cubria 
la guemi civil al igua! que Cartier- Bresson. «Chim me dijo que Capa 
no habia heeho esa ibtograiia. Lo que no rccuerdo ahora es si me dijo 
que la habia sacado el, Chim. o lo habia heeho Gerda. No consigo 
rewrdarlo ahtira\» La biografa dcGerda Taro, Innc Schaber, dice que 
opto por no hablar extensamente de <(Muertc dc un miliciano» en su 
libro porquc no lo consideraba crucial para comprender a su protago- 
nista. Creu que es muy poco probable que Gcrda hubieTa sacado la 
fotografia, pero es posible. El historiador Carlos Serrano, que ha 
ejeaminado las fdtograllas de Capa y Gcrda de cse periodo, ha escri- 
tt> que a menudu es imposible saber quien saco que foto. Hasta 1937 
easi todas las fotografias de Gcrda estaban sin fit-mar o con la firma 

de Capa. 

Exarninando los negativos de Capa podria saberse si la foto foe 
realmcnte chiripa o formaba parte de una secuencia escenificada de 
varioa hombres, o ono solo, que tlngian ser denibados dc on tiro. Al 
parecer muchos de los negativos dc la secuencia no existen, como 
lampoco hay un negativo o copia original de la verdadera fotograila. 

Si la fotojjrafla fue un montajc de Capa, probablemente habria 
sacado varias. fotos de milicianos abatidos, fingiendo ser alcanzados 
por las balas, y probablemente habria utilizado un tripode para cvi- 
tar el efecto borroso. Ironic amcnte, puede decirsc que en la misma 
revista Vu se han cneontrado pruebas en esta direccion. Bajo un titu- 
lar de doble pagtna, *<La guerra civil espanola^*. Vu publico la famo- 
sa fotografia encima de una segunda fotogralia de otro miliciano en 
el instante de su muerte. Las dos fotos lenian el subtitulo «C6mo 
fueron derfibados». Los pies dc las fotos se rcfieren daramente a dos 
hombres distintos: «Las piemas rigidas, el peeho al aire y un fusil en 



75 



Sangrc _v champai) 



la mano. bajan corriendo la ladera cubierla de rastrqjjo... De pronto 
su huida se ve interrumpida, se oye el silbido de una bain . . . una bala 
fratricida y la sangre de ambos cs absorbida nor la t terra que los vio 
nacer»*. 

El sol dado de la primera y mas famosa imagen I leva eamisa blan- 
ca y pantalones oscuros. hi segundo viste un mono oscuro, El hom- 
bre de la primera I leva zapatos oscuros. El segundo, al party tas blan- 
cas. El primero tiene tres cariueheras en la bandolero de cuero. El 
s*gundo. dos cartueheras en el autumn, h\ gesio de la caida cs lotai- 
mente distinto en cada fotografia. Esla claro que es muy improbable 
que las dos fotos fucran del mismo horrible, Y sin embargo, ^.podria 
habcr sacado Capa primero una foto de un hombre muriendo, una 
chiripa comet cl mismo dijo, y despues una segunda foto forfuita de 
un hombre derribado por una bala en la misma ladera? <,0 estamos 
viendo el mismo momento escenifleado por dos actores dislintos? 

Para todo el que tonga dudas. hay una defensors aun mas ardicntc 
de wMuerte de un miliciano». A la amiga de Capa y Gcrda que aun 
vive, Ruth Cerf, nunea se la ha citado hablando de ia fotografia, y sin 
embargo conoeia en csa epoca a los dos fotografos mas intimamen- 
le que nadie con vida hoy. Ahora insisle en que la fotografaa «es au- 
tentica»: «Vi las [fologratias] que III siguierun, cuando el soldado yace 
muertio en e! suelo». Pero no ha dado detailed sobre como llego a ver 
fas fotos ni que ha si do de el las. 

Despues de las revelaciones de Knightley, el veterano de la gue- 
rra civil espanola Georges Soria taststio eon vehemencia en la auien- 
ticidad de la foto, «La honradez proles ional de Capa era tal que me 
resisto a creer por un instante que fuera capaz de hacer urt montaje 
tan mediocre como desprcciablo)" 1 , Escribio que en agosto de 1 936 
habia ido con Capa al none de Madrid, a la Sierra de Cjuadarrama. 
Despues del contraataque repubticano, Soria recordaba que Capa no 
se liraba al suelo para ponerse a cubicrto cuando se oian dispanos, sine 
que so quedaba de pic <:haeiendo fotos como si no pasura nada» mien- 
tnis otros hombres morian acribiHados". 

Soria no vio a Capa saear la foto de wMuerte de un miliciano» y 
admit id que el se tiraba a I suelo con «et primer tiaquetco de la ame- 



76 



<>.VWn*. L de un milicianu» 

iratladora del enemigo». Aun asi, sostuvo que la fotografia sc habia 
sacado en agosto en una eadena montanosa situada a un dia en coehe 
de Madrid. Sin embargo, en 1936 Cerro Muriano quedaba por k> 
menos a ires dias en COcbe de Madrid y. en cualquier easo. la tbto- 
grsfia se sac6 en septicmbre y no en agosto. 

En estos ullimos anos otros defensores se han mostrado aim mas 
categories acerea do la autenticidad de la folografia. Las ailrmacio- 
nes mas recientcs se han basado en los hallazgos de un desconocido 
hisloriador aficionado, Mario Brolons. tambien veierano de la gue- 
rra 12 , Este atlrmo que cl homba- de la folografia de Capa era Fedcri- 
eo Borrdl, quien murio a los veinticuatro anus el 5 dc septicmbre de 
I93d, el mismo dia que se suponc que se itimo la foto. Bonreil traba- 
jaba en una fabrica de tejidos de Aleoy, pueblo natal tambien de Brt> 
tons. Cuando teunia datos para escribir un libro sobre ta ^uerra civil 
espanola a principios de los noventa, Brotons hurgo al parecer en los 
arctiivos militares de Madrid y Salamanca. Segun declaro mas tardc, 
en ambos archives enconlro con gran asombro pruehas de que solo 
habia mueno un hombre el 5 de septicmbre en el frente de Cerro 
Muriano: Fcderico Borreli- Cuando en 1^96 enserio la fotogmtla de 
Capa a los parientes con vida de Boadi estos al parecer reconocic- 
ion a Federico en el acto. 

Federico tenia un hermano menor Uamado Evariato que tambien 
tocbo ceres del Cerro Muriano. En 1996 la periodista inglesa Rita 
Grosvcnor entrevisto a la viuda de Evaristo, Maria, para cl Obsenvr. 
«Evarislo nos dijo que habian matado a Federico. No habia visto lo que 
habia ocurrido porquc cl estaba en otra parte. Pero sus amigos le habian 
dicho que habian visto a federico levantar los bra^os y desplomarse 
tras recibir un liro en la cabeza. Murio en el acto. Ic dijen>n n .» 

La fotografia de Capa es una de las mas famosas de la historia 
espanola. ^Por que ninguno dc los parientes de Borreli lo habia rceo- 
nocido en los sesenta anos anieriores cuando habia aparecido publi- 
cada innumerables veces en rcvistas y periddieos y sal ido poT la te- 
levision? Por desgracia, Maria murio unas semanas antes de la 
entrevista programada con el autor de este libro. Mario Brolons mu- 
rio en 1997. 



77 



Sart^re y cham-pan 

En el libro de Brotons no hay notas de las fuentes. ^,Quc doctsflaeft- 
tos habia eneonirado para apoyar su afirmacion de que solo habia 
mucrto un soldado cse dia. declaracion que contradice la version del 
testigo ocular Franz Borkenau, asi como cada una de las explicaciones 
de Capa? Escribib que habia eneonirado sus pruebas en los arehivos de 
la guerre civil espahola de Salamanca y los arehivos militares de A vila. 
Sin embargo, lias, una exhaustiva biisqucda en dichos archives, no se ha 
eneonirado nada que apoye la lesis de Brotons. HI director de los archi- 
ves de Salamanca. Miguel Angel JaramiJUi,arirmaque en sus arehivos 
no aparecc el nombre de Federico Borrell. y Manuel Melgar, conserva- 
dor de los arehivos de A vila, asegura qu* tampoco hay alusion alguna 
a Federico Barrel I en sus arehivos. 

Miguel Angel Jammillo Ueva die* afios trabajandoen los arehi- 
vos de Salamanca y nunca ha tenido Grata con Brotons: 

Segun miesinus negiKtros, el seftor Broions nunca estuvo aqui. Fn 
nuesuos arehivos hay muchos documents en los que aparecen listas 
de muertos y dwapawcidos. Es una information crucial para la gen- 
ie que solid ui pensiones. [...] Y puedo asegurarle que no hemos en- 
eonirado nada con el nombre de Borrell en las listas de hombrcs de* 
saparecldos o falieeidos en la guem... Si Broions enconlro alguna 
pnieba aqui, ;.por que no la reprodujo en su tibro? Para haccr una 
declaration can importanle un hisioriador pmfestonal se habria asegu- 
r4)du cuidadosamente de (aeilitar la referenda esacta y mostrarla. Es 
extrano que el no to hiciera. 

Ann cuando aecplaramos que el hutnbre de la foto es rcalmente Fe- 
derico, ( \podemos afirmar que murio en el moinenlo en que se saeb 
la foto? Podria habcr muerto horas despues. <,Y que hay del segun- 
do hombre de la doble pagina de la revista Rt? ^Por que no se le ha 
identificado? (i Por que Capa nunca lo menciono? Aiin mas crucial. 
Ipor que nunca sc enconlro e! cadaver de Federico? 

La academics britanica Caroline Brothers ha revisado reciente- 
mente la controversia en tomo a « Muerte dc un miliciano» dc modo 
exhaustive y ha llegado a la siguiente conclusion: «La lama de esta 
fotograiTa es indie io dc una imagination colectiva que queria y loda- 



78 



itMue-rtc <k un miliciflfunj> 

via quiere crcer ciertas cosas sobre la naluraleza de la muerte en la 
guerra. Lo que defendia esta imagen era que morir combatiendo era 
un acio heroico asi como tragico, y que el individuo eontaba y su 
muerte importaba>» M - 

No es dc extranar que uno se preguntc si hay algo de verdad en 
« Muerte de un miliciano» mas alia de la representation de una muerte 
simbolica. Al fin y al cabo, Capa no era un reporiero imparcial. Paso 
por alto las atrocidades cometidas por los republicartos y no tardaria 
en documentor la eseeniticaeion de un ataquc, asi como en haccr de 
defensor ideologico de la causa eomumsla en Esparia. 

Autentica o no. «Muerie de un miliciano» es en ultima instaticia 
un test i memo de la parei alidad e idealismo de Capa, Ambas cualida- 
des iban a ser puestas severamente a prueba en las demas batallas de 
la <!guerra apasionada». De heeho, Capa pronto experimental la 
demencia insensibibzadora y la muerte de ias ilgsiones a las que se 
enlrentan inevitablemente todos los testigos que se acercan lo sufi- 
cientc al «rornanticismo» de la guerra. 

Lo que nunca sc ha puesto en duda es que la aparicion de «Muer^ 
te de un miliciano» scftalo un momento sin reiorno. La fotogiafia 
asegurb que Andre Fnedmartn pasara a la bistoria como Robert Capa, 
el fotografo norieamericano tan osado, tan deeidido a acercarse todo 
lo postble a lo mas crudo de la guerra que incluso logra fotogratlar 
el instante precise en que morb un hombre. 



79 



«La Paquena RutHma» 



Ctflodo piensas en t«idas las personam magnifies que 
lt>s dos hcmft.t coaoculfl que har* niucrm f . . . ] lienes Jft 
absurda .ienrt&oi&n dc que de lifpm modo no es juslo 

Gwtrw Tabjo, 9 dc julio dc 1 ?37' 



1 8 dc septiembre dc 1 936 al amanccen Capa y Gerda esperaban en 
medio dc un gnipo de fotograf'os y period istas reunido del ante del 
Alcazar de Toledo. A las 6.31 CKactamente una explosion masiva 
abrio una bnxha en la fortalcza c hizo esiremccer a la ciudud sin lograr 
evaeuara las insurgentes cencados. Lf fotdgrafo alemdn Hans Namuih 
se encontraba ill lado dc Capa y Gerda cuando las tropas republica- 
ns alaearon aeto seguido el Alcazar para ser ripidamenie rechazados. 
«lVemos] como suben la eolina empinada recordaba Namuth — , 
fVemos] como mucren algunos akanzados por las balas, y como iraen 
a ios hcridos y los dejan a nuestro I ado, tan cerca que la sangre nos 
gotea sobre los zapatos y [miramosj a los ojos en bianco de Ios muer- 
tos h nuestros oidos casi SGflias por el ruido de las granadas y las ex- 
plosiones de dinamila- : .» 

Capa y Gerda sc manrharon dc Toledo irastornados y desalenta- 
dos por la camiceria. El 30 de septiembre sc levanto el siiio dc dos 
meses cuando Franco derroto a los republicanos de forma aplastante 
y tomd la ciudad. La caida dc Toledo tuvo un enorme valor propagan- 
distieo para los insurgentes y abrio d acceso a Madrid, a sesenta y 



SO 



«La I ' .ll; lll-ii. i KniiLTi;ii> 

cinco kildmctros al nortc. Franco, nombrado comandanie en jefe de 
los ejercitos insurgenlcs, hizo una declaration el dia que se libera el 
Alcazar: «Los planes dc resistencia de Madrid me hacen sonreir. Lie- 
garemos alii tan deprisa como podamos avanzar, aplasiundti toda rt- 
dicula resistencia que intenten oponernos». 

Gerda y Capa ya estaban en la capital, espcrando con d rcsto de 
los aterrorijrados habit antes de la ciudad a que atacaran las tropas 
de Franco. Por aquella epoca, en cl nnrtt; de Madrid, Capa conocio 
al joven y cntusiasta escrifor aleman Guslav Regler, que ya era el co- 
misario politico de la 1 2" Brigada International, bajo el irnndo del 
upuesto y extravagante Mate Zatka, un escritor hungaro tambien co- 
nocido como el general l.ukacz*. 

Regler penso que Capa tenia aspecto de gitano y le atribuyo aun 
menus anoK de los que tenia en realidad, a poeas semanas de eumplir 
Uk \ L-i mitres aiios. Segun el, Capa se unio a la 12. J Brigada cuando 
esta marchaba haeia el rio Manzanares, donde se decia que otras fijer- 
/as republii-aiiLis se pncpurakiu pain JetL-ndei Madrid del prima gran 
ataque de Franco, En la oscuridad total se abrieron paso con dificul- 
lad a iraves dc una ticrra de nadic cubierta dc malcza quemada por 
las heladns. pero cuando llegaron al rio encontraron las'lrirtcheras 
desicrtas. Rcglcr sc quedo asomhrado: « Madrid estaba ex.pue.sta a que 
la atacaran como una liebre acorralada porpeiros de cazaw 1 . 

Al volver a! euartel general de Lukac/, Capa experimentb por 
primera vez las fuerfes palpitaciones del terror de In guerra. «AI jo- 
ven [Capa] — rccordaba Rcylcr — le desagradaba el ruido de los pro- 
yec tiles que no tardaron en si I bar sobrc nosotros, aunquc eslallaban 
Icjos en el eampo. Mas lardc pidio permifKJ para camhtarse de pan- 
taloncs, eonfesando con sentido del humor que era su primera bata- 
Ha V sus inteslinos Itahian sido mas debiles que sus pies.» 

Durante esa primera experiencia de combate Capa probablemenle 
aprendio algunas eosas. Aunquc stilo media inetm scletila y dos de 
estatura, seguia siendo varies centimetres demasiado alto para sobre- 
vivir el intenso fucgo dc la artillcria; la mcjor manera de eonservar 



* Has-ta Kranco nspctaba a su pesar las dates militant y h tcnatidad dc Lukw- 



81 



Sanjire y champan 

lii cabeza era tumbarse con esta contra el suelo o, mejor aun, denim 
de un hoyo profundo, Ccrca de las primeras lineas del frente el silen- 
cio era muy preciado, y a veces hasta un «hola»* susurrado era reci- 
bido eon Li bala de un franeolirador, Hn la gucrra solo el presents, el 
momento, ocupaba la cabeza de un hombre. Las prcocupaciones vis- 
cendes v instintivas dc&plazaban todas las emociones y pensaroien- 
tos subjetivos. Y como han alestiguado despucs muchos fotbgrafos do 
gucrra, la descarga dc adrenal ina provocada por el combate puedc ser 
una experiencia sumamente adictiva. 

A final as de sepliembre. mientnis las bombus Llovian dia y noehe 
sobre Madrid, Capay Cerda volvieron a Paris pasando por Barcelo- 
na, Iras haber terminado su reportaje para Vogel. Exhaustos, y sin 
saber con scguridad si vokerian a ver Madrid, aun no habian logra- 
do mostrar al mundo que el pueblo esparto! era capaz de derrolar el 
rascismo. La wda en Paris les parceio insoportablemente aletargada 
comparada con la intensidad de cada instante que habian pasado des- 
piertos en Espafia. Tras eoloear sus fotograflas en re vistas de propa- 
ganda comunisla, hicieron planes para regresar a Espafia lo antes 
posiblc; ncccsitaban una nucva dosis, do la adrenal ina que sus eama- 
ras les procuraban a I captar la lucha contra el fascismo. Capa fue el 
primero en eonscguir olro eneargo y volvi6 so!» a Madrid en noviem- 
bre. En su ausencia, el miedo a la tortura y a la vioiacion en manos 
dc las Iropas de Kranco habia impulsado a muchos madrilefios a de- 
fender con fiereza la ciudad. El epicentre de la nueva resistencia se 
eneoniraha en la Casa dc Campo. al oeslc de la ciudad dondc los re- 
publicanos se habian atrincherado y construido elaboradas barricadas 
con puertas, malctas o lo que luvieran a mano. Bajo rubles esqucle- 
ticos en las calles empinadas, tres hombres a menudo compartian un 
fusit, espcrando el momenio oportuno para disparar al enemigo. Las 
adolescentes, que se habian desprendido de sus cruccs y cadenas dc 
oro, se protegian los hombros para no magullarselos con los rifles 
espanoles Mauser que daban coces como mulas. 

Durante van as semanas, mien (ras el erudo inviemo se apodera- 






«Ui Pat|uenw Rubeita» 

ba dc Madrid, Capa fbtografio luchas casi cuerpo a cuerpo en la Casa 
de Campo y alrededor de varios mataderos al nordeste de la eiudad. 
imiendose a vaiias unidades republicanas que com ball an de una casa 
bombardeada a titra. Sus Ibtogralias de ese inviemo tambien mostra- 
ban a pistoleros barbudos acurrucados para darse caior en dormiio- 
rios univcrsitarios llenos de agujeros de proyectiies. En los andenes 
de las estaciones de metro habia madres llorosas seniadas eon sus 
hijos; cuando pasaban Eos trtnes, los que dorm i an pa reel an apartar 
instinlivamente los pies del borde de los andenes. En el cdificio een- 
tral de Telefonica, sus etdegas eorrespon sales enviaban informacion 
censurada por telegrama, agachados micntras los pmyeeiiles pasaban 
por end ma de sua eabe/is A cien metres de la priraera linea del fren- 
te, los cafes de la Gran Via seguian sirviendo cafe eon nata en vasos 
altos y pcisteics*, rcposleria empalagosamente dulce, 

La revista World Illustrated elogiaba el neportaje en sus paginas, 
en las que tambien aparecian hombres arrojando granadas a sus her- 
manos por encima de muros, y sen a I aba que «las fotos buenas de 
Madrid son cseastA. Ningun bando recibe bien a Jos fotografos, y cs 
pebgroso llegar a los lugares donde pueden hacerse buenas fotos^. 
Sin embargo, Capa era capnz de ir de una matanza a otni eon extraor- 
dinaria facilidad Todo lo que neecsitaba era subirse a un tranvia. Por 
el precio de un cafe en Mont pa masse podia adentrarse tantas veees 
como quisiera en el tannpo dc batalla, «Puedes ir en tranvia hasta la 
primeni linea del frente — le dijeron los matin lenos , pen) no cojas 
el metro, podrias salir en el lado que no quleres 5 .)* 

Capa tambien fotografio los rostros mas tristcs. de la gueiTu, con- 
centrandose en madres- alerrorizadas con sus hijos, Al hacerlo se 
convirtid en el primer fotografo que llevd los horroros de la gucrra a 
los hogaresde Itw lectores de u*lu Kuropa y mas lejos. En sus imagenes, 
la contienda de Espaha es despiadada. no perdona a nadie. Los bom- 
bardetis aercos de la guerra modema malaron a mas inocentes que a 
soldados propiamente dichos. Las folografias mas eonniovctkiras dc 
Capa erun de mujeres conmocionadas por los bombardeos del barrio 



* En castellano en el original. f.W dv Fa T.i 



* En caste llano err el original, ffli. de in T.) 



82 



83 



Sangrc y champaji 



obrero de Vallecas* una de las zonas mas bombardeadas. Coloco su 
l.eiea a escasos ten I im tiros dc las caras de algunas unos minulos 
despues de que hubieran regresado y encontrado sus casas destniidas 
y a los veemos sepultados bajo sangrientos cscombros, Cuando Capa 
regreso en diciembre a Paris, se entero de que esas fotografias se 
habian vendido a wufi revislas de los paises aliados. El 28 de di- 
ciembre esas mis mas Totes le valieron su primcra pagina doble en 
Life, una nucva re vis la norteamericana que habia empe^ado a publi- 
carse e! 23 dc novicmbre y que vendio rapidamente sus primeras ti- 
radas de eualrueicnlos scseula y seis mil ejempfares. 

A principios de 1937 Capa regreso a Espana y volvio a formar 
equipo con (ienda para euhrir la siluacinn dc Ids refugiados en la costa 
andaluza, donde miles huian del avance insurgente sob re el pucrto de 
Malaga. Desde Malaga Its tocaba caminar varios dias por la carrelcra 
de la costa hasta e! rerugio republicans mas proximo, Almeria, Los 
padres suplicaban a Ids conductores que les dejaran subir a sus hijos 
a Ids camiones y furgonetas ya sobrecargados, sabiendo que tenian 
poeas probabilidadcs de voIvct a verbs, Cicnlos ,sufrieron un eolap- 
so y murieran de agotamiento y hambre en los arcenes de la carrete- 
ra. Una lardc hubn un ataque de los aviones insurgenles- Ccgidas por 
sorpresa, turn i lias enteras murieron acribi Nadus. E] medico canatiiense 
Norman Bclhunc vio como Ids aviones alcmanes c italianos volvian 
de vez en cuando para disparar sobre las columnas de refugiados, sus 
«amciralladoras lejiendo intrincados disenos enfrc los que huianw*. 

Capa y Gerda volvieron a Paris a principios de marzo con sus 
Polos dc esa tragedia. Tal ve/. conscicnte de su propia mortalidad, 
Capa pidio a Gerda que se casara con el. Ella lo sorprendio al rehu- 
sar, Se habia iraplieadD Lanlo comu cl en el dcslino de la Rcpublica, 
y «casarse era implanteable», segun Ruth CerL mientras los fascis- 
ms en Eripafia aun luvieran que sxr derrolados. Ademas, si alguna vez 
decidia dejar de ser «poligamaw sen a unicamente por motivos econo- 
mieos; un nuridoen poteneia hahria tenido que ser rieo. no un foto- 
grafo indepcndienie I tic nan do por abrirse cam i no 

Gerda tenia Dtros mtitivos para no easar.se eon su «Creaci6n». 
Durante su visita a Esparia habia hecho muchas lotos extrctordinari&s, 



84 



pero ninguna se habia publicado con su firma. y en las contadas oca- 
siones en que se las habian atribuido a ella, su nombre habia apare- 
cido a continuaei™ del dc Capa; «PhoiDs; Capa et Taro», Can&adfi de 
ver la mayoria de sus fotos atribuidas a los dos o solo a el. esiaba 
decidida a darsc a conoccr. Ya jfoa siendo hora dc que saltera de la 
sombra de su maestro. «Se sentia insultada cuando no apanecia su 
nombre dice Ruth Cerf . Ya no veia fulurrn ccm Capa.» 

Sin embargo, mas tank, ese mes, regresaron juntos a Madrid y se 
alojaron en el hotel Florida. Fmre los demas huespedes se eneonira- 
ron con el escritor norteamericano de treinta y siete aiios Ernest He- 
mingway, ya famoso por su primcra novela. The Sun Also Risen (/:/ 
sol hiuthitru sale, 1926), y su epopeya de la Primera Guerra Mundial, 
A FarvwsU lo Arms {Adim a lav ctrmttx, 1930). Capa y Hemingway 
volverian a coincidir much as veces en anos venideros. Desde su pri- 
mer eneuenlrw. Hemingway admiry el valor y el humor aulodcspre- 
ciativo de Capa. El joven y apasionado hungaro tenia el don de ha- 
cer sonrcir a los demas en los poorcs momentos. Capa, por su parte, 
respetaba a «Papart por su ardiente apoyo a los republicanos y su 
dc&co dc in formar desde una trine hera t> un Iiovd de prolcccion dc las 
primeras lineas del frente en lugar de en una barra de hotel bien sur- 
tida o un acogedor refugio anliaereo. He aqui un h ombre a imiiar, si 
no al hablar y escribir, si al menos a I presentar su vida como un gran 
lienzo dc romartticismo y heroismo. <tNuestra amistad se remoniaha 
a los buenos tiempos — recordaba Capa en Slightly Out of Focus — . 
Nos eonoeimo.s en 1937 en !a Esparla republieana, donde yo era un 
joven fotografo independiente y el un escritor muy ramoso. Lo I la ma- 
ban l *Fapa' T f ..,] y no tarde en adoptarlo como padre 7 ,» 

El 2 1 de abril las fuerzas de Franco lanzaron sobre Madrid el 
bombardeo mas intensii dc la yuerra hasta la fceha. til 27, did dc 
mercado en Guernica, los pilotos de la Legion Condor de Hitler ani- 
quilaron a los habilantes dc la pairia cspiritual y cultural del Pais 
Vasco. Unos dias despues Capa se dirigio a Bilbao, donde los tnsur- 
gentes habian errtpe/ado a hacer avanccs decisive*. C'uando lie-go. los 
bombarderos de Hitler sobrevolaban Bilbao van as veces a I dia. Capa 
fotografio a madrcs corriendo con sus hijas pcqucnas para ponersc a 



85 



Sangre y champan 



cubierto y a otras tnitundo de apagar los fuegos que ardieron duran- 
te dias cmeros en el deposito de combustible do la ciudad. 

El period] sta nortcamerieano Vicenl Sheean recordaba un bom- 
bardeo en particular: «Capa iba andando sacando lotos euando vio un 
Stuka o un JU-HX jttsto cneima de el. Se metib de un sallo en una 
zama a la vez que otras dos peisonas. Le pared 6 que to apropiado y 
correcto era presentarse de alguna manera, y dijo: "Soy fotografo". 
Bl humbre de al lado respondit): * Yo soy calblko vaseo", Y el terce- 
ro dijo: "Dos profesiones que no nos sirven en estos raomentos ,, » 1 . 

I'or esas fcehas olro corresponsal nortcamerieano, el laeonico Jay 
Alien, coincidio con Capa en cl aeropucrto de Bilbao, donde Capa 
acababa de enviar un carrete de Fotos a Reganis en Paris, y vol vio eoti 
cl a ia ciudad en un viejo camion Packard. Capa lo inird indignado, 
«Yo no habia traido comida, oomo es Ibgico recordaba Allen — . 
"Otra boca que alimentar y csta es grande", dijo [Capa] al conductor 
en mal esparto L» 

Unas dias despues, Alien y Capa sc lomaron un descanso y fue- 
ron a un cabaret del centro de ia ciudad. De pranto las sirenas antiac- 
ne volvicron a sonar, cuatro alaridos que (es riararoii cl corazbn. Una 
vez fuera del local, Capa se puso de nuevo a trabajar, (*Lo vi ftitogra- 
fiar las reaeeiones con tranquil id ad hasta que la ealle se quedo vacia 
salvo poT un guardia* etm un fusil — ii-cordaba Allen en el prologo 
de Death in the Making, una eoleceibn de ibtografias de Gerda y 
Capa publicada en Estados Unidos en 1938 — . [El guardia] nos tle- 
vo eti coehc a un refugio. Veia [a Capa] en la parte delantera T con los 
ojos seriosy tan inexpresivos que llcgaban a ser angustiosos. Pero no 
el ojo [de su camara]. » 

El 7 de mayo, las tropas de Franco asaharon el monte Sollube. un 
importantc cotHrafucrtc que rodeaba Bilbao, Una scmaria despues los 
republicanos empezaron a abandonar la ciudad. Capa volvib a Paris, 
donde asistib a una importaiite reunion con el arrogante aunque en- 
cantador Richard de Rochemont, director de la oficina parisiense de 
Time-Life. Tras haber visfo en Life su impresionante reportajc de la 



* En caslellann en cl original. (N. da la T.) 



86 



«Lfl P«q»nin Rubcna>s 

gueira, De Rochemont pi did a Capa que colaborara con el en una 
serie documental, «The March of Time». Capa aceptb. 

Iba a trabajar indirectamentc para Henry Luce, el jefe de De 
Kochenionl y fundador de Life. Irbnicainenlc, Luce cstaba convencido 
de que Franco era un «gran cabaliero bianco que iba a salvar a Es- 
pafia de esos mugrientos comunistasw*. Sin embargo, el documental 
que Rochemont se pmponia haccr. Rehearsal fnr War, em abicrtamen- 
te antifascista; dicho sea en su honor. Luce a menudo estaba en dc- 
sacuerdo con el contcnido editorial de sus peliculas y revistas*. No 
obstante, eomo camara Capa no se granjeb las simpatias de De Ro- 
ehemonl y demas productores. «Yo tenia mucho aprecio a Capa, pcro 
era totalmente indisciplinado reeordaba De Rochemont — . Lo 
envie a la gucrra cspafiola coit una camara Eyemo como corrcspon- 
sal a tiempo parcial [...] [peroj el se la dio a su amiga para que la 
utilizara |ll .» Tom Orchard, pniductor asodado de Rriwarxt:! ofWur, 
tampoco quedo impresionado. «Bob, aun siendo tbtdgrafo, no sabia 
utili>rar una camara de filmar. Cortio cunsCcueneia obluvimoS imagc- 
nes de lo mas nuuavillosas, o mas bien imagenes fijas de lo mas ma- 
ravillosas. Hacia jJiasE, y ten i as un barrido dc metTo y medio 3 '.» 

A finales de mayo Capa se reunio con Gerda en el puerto de 
Navaeerrada, eerca de Segovia, para cubrir un ataque republicano. 
Esta vez con fi aba en que entre los dos document ari an por fin una 
victoria republieana, tanto eon una camara dc filmar como en folos**. 
Trabajaron como locos, captando vividas escenas de tanques y de 
hombrcs avan/ando. penj el ataque republicano fracasb. Una vez mas 
regresaron a Madrid sin las imagenes anheladas. 

A mediados de junio Capa y Gerda se dirigiemn al sur de Ma- 
drid, mas desesperados que nunca por conscguir esccnas vietoriosas, 
y et dia 24 llegaron lemprano al cuariel general del batallbn comu- 



* I'm ex editor dc Idloj^railn dc Life. John Morris, allrma que las folografias 
de Capa flyadaron a ctnilTarrcslar la cobedura pro Franco dc las paginal dc Life. 

** Mas lande Hemingway recrco awnteeimiemns c laves del ataque en For 
Whom The Btfll Titlh (Pvr quit-ti tlnhfan fas t-unipami.'i}. cuya ptihlientiiiri l'ii l')4(l 
Iumh una :ioiL>[dj L'lilLisuh'ii v rcpicsuTiU'i un ^ran jtilci WLinnmieu, 



87 



Sangrc y cbampin 

nista Chapatev, eerca de Penarroya, Mas tarde ese din, el comisario 
politico del batallon, Alfred Kanlorowic/, un mlcteclual aleman. oeu- 
rrcnte v Lletio de eoraje, se reunio con Capa y Gerda para subir a las 
montanas de Sierra Mulva, En su diariu Kanlorowicz escribiy que 
Capa se peteaba coji una gran camara de cine y que Gerda era in- 
creiblemente atractiva, y lie v aba upanta tones, una boina ladcada 
sobre su bonito pelo rubio rojizo y un elegante revolver en la cin- 
tura» 12 , 

III diario iambi en describia con minuciosidad cbmo Gerda y Capa 
habian utilizado esa misma tarde a los hombres de Kanlo para poner 
en escena varios asaltos. «Capa nionto toda una escena de ataque: una 
posicion fascism imaginaria era tomada por asallo mientras los hom- 
bres, eon atcrradores bramidos y profunda^ ansias de luchar, avanza- 
ban a grandes zancadas hacia la victoria [,..| [Capa] sc quedo muy 
Biitistetho e<m Ion a'sultados' \» 

Anle ia imposibilidad de lilraar lo aulenlieo habian acabado re- 
eurriendo al montaje. A Capa te imprcsionb el «apasionado espiritu 
de eombatc» de sus hombres, y comento s Kanto que los aiaques 
csccnificados parceian «ma<; realesw que si htibieran ocurrido en rea- 
lidad*. Dos dias despucs Capa y Gerda se dirijgieron con Katon a las 
primeras lineas de b batalla de La Granjucla. Kanto escribio en su 
diario: 

Nada pudo coniencrEa |ii Gerda ] ruando sc echo ia dimaru ul hombroy, 
gpn gran impnjdencia, en plcno dia, cemri6 sin t jbnrsf uiento uchcntil 
metros hasta la posicion, I-a siguieron anos pocos valicnics. Era la 
hora dc la siesta y los fascisms pa redan donnir. Tbdo iba bien. Ger- 
da Taro Hlm6 cxtetisameTitc la posieiftn y a los eamamdas de la seeun- 
da compaiiia. Pol-u menos que a la fiierza lograron los hombres coti- 
1 ■_- - 1 l- s a Capa y a ella hasla ujc sc hi/o dc ruche M . 



• No era rare cntre los cinesstss de "The Mareh of Time" OOcni&W eM.-enas. 
Em sabido qav Luce fiabiu Jichp a \t>* lihccvtrfis que cmpleaian <<mfln[ajes que tii— 
citron honor a ia verdadw. A menu-do bom eontnuabari a adores para que hicieran 
cl p.Lpn'1 rk- Agmu COSM Itaik- Sehssie eaaado no podian cunseguir entrevistas. 



UK 



«La Paqucna RjsbeutH 

Tras haber filmado con dstito varios ataques republieanos aparente- 
mente victoriosos, Capa se mareho a Paris para entregar las secucti- 
cias a Richard de Rochemoni mientras Gerda se quedaba en Madrid 
para cubrir el II Congreso Intemacional de Escritores. Muy conoci- 
da a esas alluras corny (da Paquena Rubena^*. Gerda cubrtb la vani- 
dosa reunion dr escritores de izquierdas para Ce Soir, un peri6dJC0 
comunista. Sus folografias llevarian el sello «Fholo Taro»- Por fin era 
periodista grafiea por derecho propio, 

Antes de irse a Paris, Capa habia pedido a Ted Allan, un joven 
volunlario canadiense, que no perdiera de vjista a Gerda. «Te hago 
responsable de Gerda, Teddie — le dijo Capa . Cuida bien de ella ls .» 
Allan, un eseritor en ci ernes. Irabajaba de eomisario politico en la 
urndad de transfusion dc sangre del doctor canadiense Norman Be- 
thune. Habia tornado eopas con Gerda y Capa varias noches en el bar 
del hotel Gran Via de Madrid, donde a veces coincidian con Heming- 
way y John Dcts Pas^sos; la primera vez que vio a Gerda en compa- 
fiia dc Capa, Allan la mini y pensb: «Nam, namw 1 *. 

Mientras espenba a que sus editores dc Ce Soir le encargaran 
ntni rtpi^rtaje, Gerda se instalo en una suite del hotel Casa de la Alian- 
za, popular cntre los mas glamurosos anli fa.se istas de Espana por el 
irasiego nocturne de cama en eama. asi como por sus huespedes ar- 
tistas, enlre ellos el poeia chileno Pablo Neruda, Gerda enseguida se 
wnvirlib en la atraccion estrella del Aiianza, organizando varias fies- 
tas en las que comesponsalcs socialistas conveneidos, como Claud 
Coekburn y el ruso llja Ehrenburg, escucharon a apuestos y jovenes 
poetas recitar floridos versos. 

Varias corresponsales extranjeuKi que se encontraban en Madrid, 
entre ellos e) «cadaverieo» Coekburn, que escribia artieulos excesi- 
vamente optimistas para el London Worker, se quedaron ptendados al 
snstante de Gerda ; ', Dos fbtografias tomadas por Capa antes de irse 
a Paris caplan algo del encanto dc Gerda en aquella eptK'a: In prime- 
ra muestra a Gerda eon un mono verde, acucliliada al lado de una roca 
detris dc un sol dado, con una espresion dc extasis t la adrenal ina de 



* Asi en cl orignaL 0. de ia T.) 



89 



Ssngre y champdn 

la guerra corrieridole por !as venas. bin la otra aparcce abrazando dc 
forma leatral una fapida coil las siglas PC (Partido Cormmisia) gra- 
badas en clla*. 

Durante la mayor parte del mes de julio dc 1937, Allan y Gerda 
anduvieron a la eaza de noticias hasta bien entrada la noche. Era 
emocionalmenie agolador: ver a huerfatios histericos, mujercs y ni- 
fios hambrienios. e innumerable* cadaveres. Sin embargo, Gerda no 
perdia ct optimismo y pasaba de una noli™ a otra cantando marchas 
republican^. Su favorita era «l_os Quatros Generales»*\ que se bur- 
laba de los «cuatro gencrales insurgentes» y alababa cl cspirilu de la 
resistencia dc Madrid 1 *. 

Hn su nabitaeion de hotel, Allan enseiio una tarde a Gerda algu- 
nos de los rdatos cortos que habia escrito —mas tarde se tnspiraria 
en el I os para escribir This Time A New Earth — , y se quedb encanta- 
do cuando el la le dijo que le gustaban. Luego el la fue al cuarto de 
bano y voivio eepillandose los dicntcs en ropa interior. Se iendio en 
la cama. 

— £Te apeteee cchar una cabezada antes de saiir a cenar? — pre- 
gunto* 

Allan se letidm a su lado, asegurandose de que sgs cucrpos no se 
tocaban Sabia cuanto la adoraba Capa y lo serio que habia hablado 
a! encomendarle su vida. Gerda decidib poner a praebfi su resolucibn 
toeandole el parpado eon un delicado dedo. 

— jNo pienso votver a enamoraTme! — exclamo— . Hs demasiado 
dolorosa 

Allan le pregunlo si seguia qucriendo a Capa. 

— Capa es rai amigo recalco ella — mi copain, 

Segun Allan, Gerda entonccs le pregunto si le gustaba que Je 
acarieiaran cerca de las ingles. El asinlio. Gerda le cogio la mano y 



* La folografia dentnstrabu las simpalias dc Capa y Gerda hada d comimis- 
mo, id.cKj <kn [Capa y Gcuda) cr«n eomunistasii, diet.' Hulh Cert', quieu a prindpios 
de los afta* trcinia asisho con Capa y Genk a mucins miiinc pel h tcos. cU? ecnii^Lffics 
comuniuias. 

** Asi ltj d original (N. da ia T,) 



90 



(< La Paqik-na Rubcrwn 

se la lievo a sus ingles y dijo que a clla tambien le gustaba que le 
tocaran alii. Allan la acaricio con deli cad c/a, lucgo se detuvo. Se 
send a culpable. 

— f.Vas a casarte con Capa? — pregunto, 

— Ya le lo he dieho. es nri copain, no mi amanle. El lodavia quie- 
re que nos easemos, perc- yo no quiem, 

— Sc comporta coruo si fuerais amanies — dijo Allan — . Me hizo 
rcspon sable de li. Me pidio que le cuidara. 

— Si. Es muy listo. He dso cucnta dc como te miraba 1 '. 

Mienlras Gerda flineaba con otros hombres, al oeste tie Madrid 
mas de cien mil espafloles se maiabari unos a otros en la batalla de 
Bruncte. Gerxb 1 Lego por tin a la ciudad el 12 dc Julio mientras fran- 
eoliradores iinsurgentes mataban a soldados rL-publscanos a discrecion. 
Paso varias horas haeicndo Totos de un rriunfal asallo republicano 
sobrc los tiltimos bastiones insurgentes. tin una dc sus imagenes se 
veia a un republican!,) piniande un marlillo y una ho2 en una pared 
cnealada al lado del eslogan fascista «Arriba Espanaj!*, que habia 
sido taehado, 

Al eabo de unos dias Gerda acompano al eiitico y grts correspon- 
sal del Daily Worker looduxSK, Claud Cockbum, de nuevo a la pri- 
mera linea del frente. Hste recordaria despues como en mitad de un 
campo se habian cneenirado bajo el fuego intenso de aviones alcma- 
nes. «Llegamos a la conclusion de que csta Vee teniamos muy pocas 
posibilidades de salir de alii con vida — cscribio Cockbum — . Enton- 
ces f Gerda] sc Levanto y empczb a hacer \sic\ folos de los aviones, » 

«Por si salimos de esla eomo sea — dijo — , asi tendremos algo 
que ensefiar al Cemite de No Intervencion 20 .** 

Gerda ya no hacfa distincitm enire ella y los combatientes repu- 
btkarjos. Habia perdido toda nocion de objelividad. hn esos dias lle- 
vaba su primoroso revolver en la cadera dia y noche, A un colega 
fotbgralb ulcmin, Walter Rcuter, le comenlb que lambien iba al frenie 
con medias y tacones. porque levantaban la moral de los bombres 21 . 
Segun olros. como Alfred Kantorowicz y el escritor soviet ico Michail 



* En castcllano en d original. |W. rfe ta T.) 



91 



SiHimt- ■. tllampin 



«La Paqucna Kubcntm 



Kollsov, se habia eonvcrtido en una eumbalienie antifascista: hacia la 
vista gorda a las luchas interna* que estaban dividiendo a los repu- 
blicanos, pero era mis sensible que nunca al sulrimiento de ia pobla- 
cion civil. La ideologist no hacia al caso. Lo que eontaba era la vic- 
toria frente a I Fascismo. « Cuando piensas en todas las personas 
magniilcas que los dos nemos conocido que han muertu inctuso en 
esta ofensiva — dijo a Cockbum , tienes la absurda sensacibn de que 
de algun modo no es justo scguir vivo~,» 

Gerda debia volver a Paris el lunes 26 de Julio. El vicrnes 24 los 
republicanos habian recupcrado algo de terrene y ella decidio voker 
una ultima \c? a Brunvte. frseo despues del amanecer de una mafia- 
na die domingo. teleibneo a Ted Allan y Ic pidio que La aeompanara; 
ya habia logrado eneonlrar un eoehe que los llevara, ^Necesito sacar 
van as Fotos buenas que llevarme a Paris — Ic dijo — , Si sigucn lu- 
chando cerca de Bruncte lendre la oportunidad de conseguir folos de 
acci6n :i .» 

Cuando Hegaron a las afucras de Brunete, el conductor Frances se 
nego a avanzar tin metro mas y Gerda y Allan eeharon a andar a tra- 
ves de un campo de trigo. Al llegar a la ciudad se reunieron con el 
general Walter, com andante de las fuerzas republieanas dc La region. 
Tanlo el como otrns yene rales sc habian puesto nerviosos con las 
grandes perdidas, y les ordeno que se marcharan inmed lata men le. 
Gerda suplico a Waller, quien volvio a ordcnarle que se marchara, esta 
vez gritandole. Pero ella no hizo caso, Previendu un intern so alaque 
insurgente* ella y Allan se cobijaruii eo un hoyo poco profundo. Cerca 
habia alrineheradas impas republicanas asustadas. 

De pronto se oyo el siniestro ruido de los aviones de Franco, Diez 
bombarderos Heinkel cubrieron el cielo. Unos segundos deques es- 
tallaron boirtbas alredcdor tie el los. Gerda se puso manos a la obra, 
saeando Fotos sin parar mientras llovia tierra sobre el hoyo. Un pilo- 
to aleman de la Legion Condor. Werner Beumelburg, bajd ia vista y 
vio tanta destmccibn que ereyo que era «el ultimo dia en la <ierra» : '\ 

A las cuatro de la tarde, Gerda y Allan divisaron varies bi pianos 
cquipados con pot e rites ametralladoras. I J no descend io en pie ado 
directs men te hacia el los, Allan comprendio que los pi lotos debian de 



92 



u 



habcr visto el destello dc la eamara metalica de Gerda ul so!, Ella 
conservo la calma cuando un avion volo bajo y abrio t'uego sobre su 
hoyo. Mientras otros aviones descend ian hacia su posicibn, permarie- 
cid lumhada dc espaldas y se limito a eambiar el carrete de su Lei- 
ea. La Eyemo de Capa cstaba a unos palmos del hoyo, y Allan la 
cogio y trato dc utilizarla para protegerse de las bote, metralla y rocas 
voladoras. Eran alrededor de las einco y media cuando Allan y Ger- 
da vieron de pronto a unos taombres enrrer en retirada hacia ellos. 
Algunos saltaron en peda/os a poco metros de distancia. Siguio el 
caos cuando mas hombres se dieron media vuclta y ceharon a correr. 
Pero de pronto varios soldados republicanos que estaban GMCfl 
apunlaron eon sus fusiles a los camaradas que se rcliraban. Eso bas- 
to para detener Ea huida en desbandada y las filas republicanas no 
tardanm en reorgamzarse. Allan suplieb a Gerda que se marcharan de 
alii. Ella accedio por fin. 

Acompafian>n a tin medico escoces al nuevo rrcntc que se habia 
formado entre Brunete y el pueblo vecino de Viltanueva. A ambos 
lados de la earreiera habia mortbundos y mueritis. Gerda no los fo- 
tograFLo. Se habia quedado sin pelicula. En Villanueva dos hombres 
supliearon al medico que ayudara a un amign herido. Levantaroo la 
manta que cubria a su eamarada: tenia las piemas tan destro/adas que 
resullaban irrcconocibles. Paso un lanque republicano. Colocaron en 
el al herido yse subicron. Los aviones enemigos abrieron de nuevo 
lii.. - i ;. el lanque se deruvo junto a una granja enealada, abarrotada 
de mucrtos y moribundos. 

Se acerco un turismo negro que tlcvaha a tres hombres heridos. 
Gerda y Allan lo dctuvieron y preguntaron si podia llevarlos. Gerda 
se subio al estribo, «Esta noche celebrarcmos una fiesta de despedi- 
da en Madrid dijo—. He comprado champan : -.^> 

De pronto otro tanque republicano se acerco, viro hacia ellos 
mientras su conductor perdia cl control y chocd contra el lateral del 
cothe, aplastando a Gerda y arrojando a Allan a una zanja cercana. 
Lo siguiente que supo Allan es que cstaba tumbado en la carretcra. 
Tenia los pantalones rasgados y ensangrentados, pero no sentia do- 
lor Llamo a Gerda a grilos mientras dos soldados com an hacia 6! y 



93 






Sarign; y tfyirnpun 



«Li Paqaena Ruberta» 



lo arraslraban hasla una zanja. Luego vio la cara de Gerda. Grilaba, 
implorandolc con la mirada que la ayudara, pero el no podia mover 
las piemas. 

Los avioncs insurgents volvieron a descender y los soldados co- 
rrieron para ponerse a cubierto, Los avioncs pasaron dc largo. Allan 
llamo a Gerda a gritos, Le dijeron que se la habian llevado en una am- 
bulancia. Preguntd dondc estaba la camara de Gcrda. Nadie In sahiu, 
Luego alguicn le entreg6 el cinturon de Gerda; la hebilia de madera 
habia quedado hecha trizas. Unos minutes despues Allan perdidel eo- 
nocimiento. Vol v id en si en urt hospital del pueblo de El EscoriaL 

El hospital era un antiguo intemado jesuita„ con grandes dormi- 
torios y habitaciones aparte para los heridos graves. Dijeron a Allan 
que habian ingresado a Gcrda y acahaban dc somctcrla a una seria 
operation, Una enfermcra inglesa Ee explico que estaba en estado de 
shock, pero se repondria, Al parcccr habia llegudo consciente en una 
Camilla y habia pedido al medico que enviara tclegramas a su editor 
de Ce Soir y a Capa. 

Hnlrada la nochc Irene Spiegel, una entermera norteamericana, 
hizo todo lo posible para que pasara «buena noehe». 

El lanque le habia abierto el estoma^u y tenia hcridas abdominalcs 
rnuy graves: sv le habian salido lodos los inicstinos. Rceucrdo que Ted 
Allan estaba alii y me pregunto si podia verla, Pero yet no se lo per- 
miii porqu.tr me habian dicho que hiciera lo posible por que pasara 
bucna nochc. sin dolor. De haber sabido que iba a inorir le habria 
dejado verla, Pero eila no pregun(6 por cl. Lo unico que diju fue: 
«j,Lstan bien mis Camillas? Son nuevas. ^Eslan bicn^). Cuando rau- 
ri6, st limito a eerrar los ojos. Le habia dado mnrfina, no teniainos 
pcnicilina ni antibioiicos.. y no sufrio. Recuerdr> clarameiNe que era 
muy guapa, podria liaber sido una artisia de cine, y no eslaba asus- 
tada*. 

Justo despues de las scis de la larde del Limes 26 de julio. comunica- 
ron a Allan que Gerda habia muerto, Su hijo, el doctor Norman Allan^ 
dice que cuando su padre murio en Montreal en 1995. seguia ator- 
mentado por la muerte de Gerda- 1 . 



El 27 de julio Capa abrio un ujemplar de L'Huitianite en Paris, En 
el habia una breve noticia sobrc Espaiia: «Una period ista franecsa, la 
senorita Taro, se cree que ha muerto durante un combate cerca de 
Bninete». Capa sic quedd perplejo, <,Podia ser cierto? Mas tarde esc 
dia recibio una llamada de Louis Aragon. jefe de rcdaccion de Ce 
Soir. En efcelo, Genla babia muerto, 

Mientras Capa esperaba en Paris a que trajeran de lispana el euer- 
po sin vida de su am a rite, la prensa de izquierdas de toda Kuropa 
caooatKO a Gerda, elevandola de rcrK^rten? imprudente a santa anti- 
fascista. Ge Soir publico denies de homenajes y dedtcd pagina tras 
patina a conmemorar su vida. Life la deseribio oomo «pmbablemente 
la primera fotognifa que ba muerto en accidnj*^. El % r iemes 30 de julio 
de 1937 el ataud de Gerda llego por fin a la Gare d'Austerlitz de 
Paris, donde cientos dc eomunistas y amigos, junto con Capa y la 
familia de Gerda, se habian reunido para recibirlo. Ruth Getf se en- 
contraba entre el los, y recucrda vivJdainente la multitud de decenas 
de miles, en su mayor parte miembros del Parlido C'omunista que 
tambien acorn pafiaron al eoriejo funebre del dia siguiente — el vige- 
simo sexto eumplcafios de Gerda de la Maison dc la Culture al ce- 
menterio Pere-Laehaise. 

Scgun varies lestigos oculares, Capa seguia et ataud inconsola- 
ble, y cuando el padre de Gerda empe/o a leer la Tora, se vino abajo 
y se echo a llorar. Suscando consuelo en la soledad y en la bebida. 
se encerro cm su estudio y lluni solo su muerte durante quince dias, 
sin ;j[ienas probar bocado, atormentado por los remordimictito.s del 
superviviente. Eth el quien habia enscnado a Gerda a utilizar una 
Leiea, El la habia iniciado en la fotograila de guerra. Habia vislo las 
extraordinarias tbtografias de Gcrda publicadas bajo su firma. El se 
habia convcrtido en un fotografo de fama mundial segun lo pbnea- 
do T pero su inventora habia muerto. (l Por que ella y no el? 

En opinion de Henri Cartier- Bresson, fue como si lo hubieran 
cubtcrto con un manto. El hombre que salit) por Un de debajo era 
totalmenle distinto, tal como lo veian los demiis; cinico, cada vea mas 
oportunista, a veces profundamente nihilists, temeroso de las atadu- 
ras, desconsolado lodo el liempo. 



94 



L 



95 



SstlgTC y champjin 

El viejo amigo de Capa, Pierre Gassmann, trato de consolarlo; 
habia sido un aecidcnle, 61 no tenia la culpa. Dice Gassmann que re- 
eucrda que Capa le eonfeso que se senlia responsable de la mttertede 
Gcrda. «Fue la itnica vez que me habli'j real men lc en st;rto_ Mc dijo: 
"Ladeje en peligro. nunca habria muerto si yo hubiera cstado alii con 
elta. Mienlras estuviera conmigO cstaria a salvo. MiL-ntrasyoestuv se- 
ra eon el I a haria lo que yotuciera. Yo nunca ic habria dejado subirse al 
estribo. Era una imprudencia, Yo nunca Iti habria permit ida".» 

Es ponible que la familia de Gerda echara la culpa a Capa de la per- 
dida de su hija. Sus hermanos estaban tan furiosos eon 6L scgun Hansel 
Mieth, que despues del entierro de su hermana lo atacaron: «Tuvieron 
una terrible pclea. , , Bob recibib una pali^.a» 2,t . Ruth Cerfanade: «Todos 
de al gun mode creian que Capa era culpable. . . responsable de la muer- 
te de Gerda, porque la habia llevado eonsigo a Fspana». 

Un amigo hungaro, Gyorgy Markos, trato tambicn de consolar- 
lo. Recordaba que Capa, que seguiria bebiendo mas de la cucnta cl 
resio dc su vida, «se enfurccib y bebio» durante varios dias despues 
del entierro, «Capa, no puedes scguir asi suplicb Gybrgy — . Ie 
volvcras loco y te destruiras; no tiencs derecho a hacerlo. Se te ne- 
cesita, te quedan grandes cosas por haccr,» 

«Si, si — murmuro Capa — . Tiertes razon. Debo hacer algo-^.n 

Pero ^que? Segun el fbtogralb hungaro Willy Ronis, la muertc de 
Gerda llevb a Capa a eonsiderar dejar el pcriodismo grafico para 
enirar en la industria cinemalografica. Tambien se planteb accptar un 
empleo como folografo en un erueero que daba la vuetta al mundo", 
Incapaz de vagar por los quwtiers que habia expiorado con Gcrda, o 
senctrse en cafes domic hubjafl COnfabtttado J SOftttdo juntos, ( «$W 
huyo a las humedas ealles de Amsterdam. wTal vez sea una idea ro- 
manlica — dice Eva Besnyo, que entences vivia en la eiudad — , Pero 
en cierto modo creo que parte de Capa mnrio con Gerda. Vcras, el la 
fue su vcrdadera alma gcmdaj» 

En anos posteriores, Capa a menudo se retirib a Gerda como su 
esposa, y sus culegas y amigos no lo eomradijeton cuando afirmaba 
que se habia casado de hecho con ella. Como si no bastara con su 
palabra. durante varios mescs despues de su muertc llevb en la car- 



(tl.a Paqaena Rubcna» 

tera foios de Gerda, que repartia por los bares o a la parpadeante 
luz de las hogueras, deseribiendo sus gloriosos dias en Espana. « Des- 
pues de que muricra Gerda, siempre me liablaba de ella, una y oira 
vez dice Ruth Cerf . tJIa fue el gran amorde su vida.n 



Hacia noviembre de 1937, Capa se habia recuperado lo bastanle de 
la perdida de Gerda para volvcr a funcionar y regret) una vez mas a 
Espana. La gueria civil habia llegado a un punto critico. Las fucrzas 
republic an as y las Brigadas Jntcrnacionales demostraban cada vez 
mas que no podian eompetir con los ejercitos de Franco y las dece- 
nas dc miles de soldados pntfcsionales y bien armados, kos buques de 
guerra y, por cneima de lodo, los cientos de aviones modcrnos 
de Hitler y Mussolini, Franco ganaba batallas clave por toda Espana, 
y el 21 deocrubrc Gijon, el ultimo bastion dc las fuerzas republica- 
ns del ntirtc de Espana. cayb en poder de los insurgentes. 

A principios de diciembre Capa se asiKiii con I lerbert Matthews 
del New York Times, uno de los corresponsales mas imparciales que 
cubrian la guerra, Como George Orwell y otnos que adquirieron cx- 
periencia en Espaiia, Matihews no vcia la guerra en lerminos tan sini- 
plistas, la cruzada del «bien contra el mal>»- En su opinion, ambos 
bandos habian cometido alroeidades. y la guerra habia dejado de ser 
un confEicto fratricida: los republicanoa c insurgentes a esas alturas 
eran abastccidos por potent i as estranjeras que veian cada vez mas a 
Espana como un ensayo general para una guerra mas amplia en 
Europa y mas alia. Se mostraba partieularmente csccptico acerca de 
Vm acciones sovieiieas en Lispana. Los cmisarios dc Stalin parccian 
empenados en qonvertir la Republics en un estado eomunista rigida- 
metitc disciplinado por un servicio secrcto asesino*. 






* Solo puede e^setdnse sotwc comi> se SL-niia cl propio Capa respocio a tus 
\ lolculas dmsinircs L|[it Mtirgicron enrre h rcKisiencia u Kianco del Prcniv PtTfiular Je 
tspana, N<> hay indieioi dc quc sinticra lu Dlkma amargura que OrweSl lucia la lenta 
iraitlon it Is Republics por parte tie mtrtmislai Inlcrcsadfis y (an cegados porcl 
dogrna t|ut- eran incapaccs dc ver una IulIili nias amp! in wnira el lascismo-, 



% 



97 



Sangre y clump jd 

EJ 15 dc diciembre de 1937 los insurgcntes atacaron TemeL una 
inhospita fortaleza natural rodeada dc montaiias a mil ciento sescnta 
mctros (k altitud que obstruia su avance hacia Valencia. Capa y el as- 
cetico y escrupuloso Matthews llcgaroti alii cl 21 de diciembri:, La 
ciudad habia sido practicamente eercada. Si caia. Franco tendria por 
II n la oportunidad de cortar las eomunieaciones entrc Barcelona y 
Madrid, divuliendo con clla fatal nienle las fuerzas republicanas* 

Durante varios dias Capa y Matthews se unicron a Ernest He- 
mingway y al eorrcsponsal dc mediana edad y cara ruhicunda del 
Daily Mail, Sefton Delmer, para cubrir la hatalia de Teruel. retiran- 
duse eada nuchc a un conforlable hotel dc Valencia a casi cien kilo- 
metros de distancia. Fn Nochebuena, Hemingway se despidio y vul- 
vitS a Rsiados Unidos para lerminar un documental, Tien a de Espafia, 
y recaudar rondos para la causa republicana. El dia dc Ano Nuevo dc 
I93N llcgaron nolicias de que al parecer habia caidoTeruel. 

Matthews y Capa partierim a la mart an a .siguicntc. Hacia un fiio 
glacial y las carreteras cubtertas de nieve diltcuttaban el avance. Esa 
tarde se crii^aron con un grupo de republican^* alcridos t\uc rompian 
el hielo dc sus vehiculos con picos mieniras otros maniobraban trac- 
tores con gruas que utili/aban para levantar vehiculow por eneima del 
trumo mas empinado de la ultima carretera abierta que I lev aha de la 
montana a la ciudad. Cansados y hamhricntos, eru/.aron por tin por 
el puerto del Ragudo, la ultima montana antes de Uegar a Teruel, a 
alrededor dc las siele dc 3a larde. 

Cuando llegamn al pueblo de Barncas, al otro lado de !a monta- 
na, enseguida olvidamn las penal idades del dia y pasamn la noetic 
alrededor de una alegre logata con varios otlciales carahitteros* ', 
dandose un festin de bacalao. pan. vino y cafe, Hasta lograron dor- 
mir unas horas envucltos en una alfombra polvorienta. A la manana 
siguienle se pusieron una \e/. mas en camino, I.os descchos de la 
guerra empezaban a cubrir la carretera llena de baches: reses descom- 
poniendose, muebles desiru/ados y vehiculos. ineendiados. Dc las 
t'li] ut as y nervudas ramas de un arbol coigaba cl cadaver rigido dc un 



En caslellano en el original , (N, de ht T.) 



98 






«La Piiqueiia UtiKiiii" 

soldado rcpublicano, cuyo rostro era la person ificaci on de la muerte: 
habia cstado enrol I undo un eable de telefono alrededor de las ramas 
cuando lo alean/o la bala de un franeotirador. 

Justo en las at'ucras de Teruel. se enteraron de que fes Tilas repu- 
blicanas habian resist ido. pero por los pelns. La contienda mas encar- 
ni^ada se concentraba alrededor del edillcio del Gobiemo Civil en el 
centro de la ciudad, Matdiews y Capa entraron detras de un grupo dc 
suldados republieanos en un edifieio, pisoteando fragm^nttis de yeso 
y esconibras, y subicron un tramo de esealcras. 

Se habian metido en un matadero concebido para erispar los ner- 
vios de un booabrt y hacerlo enloqueeer de terror y conmocion: el 
edifieio retumbaba con disparos dc fusil, intemimpido por disparos 
dc pistolas aukidaSi grilos pidiendo elemeneia de rehenes repubi i ea- 
rn >n y explosiones de granada, Imperterritos, Capa y Matthews, con 
la cspalda pegada contra las paredes llenas de agujetos de proyecti- 
les, siguieron adentrandose, A I eabti de unos niimitos llcgaron al ter- 
cer piso. 

«jViva Franco! — gritaron varios insurgentes — . jViva Fspafta*b> 

Los hombres de Franco estaban en el piso de abajo y de pronto 
dispararon a Capa y Matthews a travel del auelo, Varios republieanos 
dcvolvieron bs tiros, agujeineando el sucb, y anrnjamn granadas a las 
habilaeiones de abajo. 

Con el corazon latiendolcs con luerza, Capa y Matthews avanza- 
ron despaeio unos pasos por el pasilb, atisbando en una habhaeion 
tras oira, donde los espanoles estaban ocupados matandose unos a 
otros. tn una habitacion vieron a un republicana solo en posieion de 
motor, 

«;LJno por ti y uno por Franco!)), cxclamo disparando dos veces 
uii revolver. Se oyo un grito, seguido de llanto y gemidos de dolor. 
Tratando de avcriguar de donde veiiian, Matthews miro porun agy- 
jero en el suelo y vio a un joven insurgentc con una granada, a pun- 
to de tinn de la espolcla. El republieano volvio a disparar, incrustando 
ires balas mas en su compatriota. 



k 



En t islellanu en cl original. (N- tie la T.) 



99 



Sangre y chainpan 

«Has(anle horrible, ( - .no?w, dijo Matihews, 

Una vez acabaron con la resistencia insurgcnle en el edificio. 
Capa se sumo a la busqueda de eiviles que sabian que ae hahian es- 
condido en el solano, At final, luvieron que ayudar a salir de los 
cseornbros a mas de cincuenta personam, en su mayoria mujeres y ni- 
nos. En un conmovedor antic ulo para Ce Suir T Capa describia como 
habian sobrevivido mas de dos sum an as comiendo las sobras; dc los 
defensores y unas pocas sardinas podridas. Pared an eadaveres, co- 
men 16. y no lenian fuerzas para salir siquiera de sus esconditcs. Pro- 
fundamente afeetado por su sufrimicnto, Capa anadi6 que no tenia 
palahras para describir «esa lamentable eseena»-". 

A mediados de febrero dc 1938, Franco tomo la eiudad y a con- 
tinuacion avanzd hacia el Mediterraneo, La Espana republicans pa- 
recia estar scntcneiada". En el resto de Europa. el tolalitarismo tam- 
bien avanzaba, aim mas triunfal. HI 14 de marzo una mtillilud cuforiea 
recibid a Hitler cuando entro en la capital de su lierra nalal, Austria. 
El 39 de abril Franco tomd Vinams y otnts ciudades de la costa tn- 
tre Valencia y Barcelona, dividiendo de modo defmitivo en dos la 
Espafia republicana. 

Capa no cubrifS ninguna de esas deprimentes nnticias. El 21 de 
enero sc habia marchado de Europa, rumbo a otra gucrra contra el 
totalitarismo aun mas despiadada que la de Espana, en e| otro extre- 
me del mundo. 



100 



ra 



Biblioteques de Barcelona 

B. Vapor v<?u 
7 C. Joan Quell, 14-22 

1*025 Gafeetona - r*l. 93 4G3 ?? 31 

Los cuutrocietitos mi (hues 



Era la misma clasc de lucha: en Espana la gucrra del 
pueblo evnirJ uti agresor y en China la guerra del pire- 
b!o contra Japtm. 

Jams IvtNi, The Camera pud ! 



En enero de 1938 Capa acepto colaborar en el documental LPS ctta- 
trociemos mitlvnes. que iba a rodarsc en China. Su cometido consis- 
ting en haeer fotograffes y hacer de ayudante de camara. Trabajaria 
con un ealor cxLtremo y bajo eondtciones alroces en loa momentos 
mas crittcos de la guerra chinojaponesa. que ya se habia cobrado mas 
de un millon de vidas. En el equipo de rodaje lambien figuraban Jo- 
ns Kens como director y John Femhout como camara. quienes habian 
trabado amistad con Capa en Eispana, Ivens tenia un motivo personal 
para llevar a Capa a China para trabajar en su pe lieu la: creyendo que 
habia eslado casado con Gcrda, le pa recia que tenia la «responsahi- 
Ijdad de ponerlo [a Capa] a trabajar para disrraerlo» dc su intensa 
afliccion'. 

Las cuatrocientas ittillones era un proyecto aun mas ambicioso 
que el propagandista Tierra de Espa&a. Ivens queria mostrar c6ma el 
F rente Unido, una aliaaza entre los comunistas y los national istas de 
Chiang Kai-shek, estaba comhatiendo con exito el brutal imperialis- 
mu japones, Tambicn iba a ser mueho mis peligroso. Como precau- 
cion, Ivens cxplico a su coproductor como interprctar sue mensajes 
en clave para pedir BOCOITO. Las palabras ulahn muy enfcrmo», por 



101 



Sartgri: y chmnpan 



Los cttatrociemox miltanes 



ejcmplo, debian lecrse como: «Larguemonos dc este pais lo antes 
posible». 

Capa y Femhout debian reunirse con Ivens en Hong Kong antes 
de adcntnarse en lo mas pro (undo dc China, y los dos partition jun- 
to* de Marseila el 2 1 de enero dc 1938. A bordo de su barco a vapor, 
el Aramis* viajaban iambi en dos jovenes escritores britanicos que se 
dirigian al (rente Oriental dc la conlienda inteniaeional contra el fas- 
cisrao: W, H. Auden y Christopher Isherwood, 

Mas tandc Isherwood recordaria que Capa y Femhou! eran «el 

alma» de la seccidn de segunda elaso del barco. pellizcando cov.i .: 

mcnle trascros, armando jaleo e tnsultandose en Trances, asi como 
contando enisles sobre polios, «Capa cs hungaro, pern mas Trances 
que los franeeses; bajo, fornido y morcno, con los ojos negros y cai- 
dos del comedianle. [. .,] Femhout es un joven holandcs alto y rubin. 
[.,.] Ian desenfrenado como Capa pero algo menus ruidoso 3 .» 

El Aramis atraco en Hong Kong el 16 de febrero. hens y sus 
camaras se dirigieron aprestiradamente a la ciudad de Hankow, don- 
de el gobierno de Chiang Kai-shek tenia su base provisional . Por 
colegas corresponsales instalados en Hankow, Capa se entero de que 
en los ultimo* meses las ruerzas japonesas invasoras habian consegui- 
do notables victorias, pero estaban muy desperdigadas. Aunque en 
Occidents muehos habian profettzado que China iba a ser una segun- 
da Abisinia, los japoneses habian sidu manlenidos a raya. gracias en 
gran medida a los comunistas de Mao Tse-mng. 

A los pocos dias de su llcgada a Hankow, Jvens comprendio que 
habia traiado de abareardemasiado. La mujer de Chiang Kai-shek, hi 
formidable conadame Chiang», una atractiva joven de educacion nor- 
leamcrieana euyo encanto no se dctenia anie nada, favorita del mag- 
nate de la nrensa Henry Luee, habia decidido convertir Los cualra- 
cientos millones en su proyecto favorilo. Solo con su aulorizacibn 
Ivens y su equipo de rodajc podian Til mar la gtierra contra Japon. 
Durante seis semanas los tuvo confinados en Hankow y los hizo se- 
gutr por espias. 

tin sus memorias, The Camera tint! I, Ivens reeordaba que habia 
qtierido cubrir las fuerzas comunistas de Mao Tse-tung, pero «mada- 



me» no lo habia penmttido, Los vcrdadems y heroicos defensores de 
China eran los nacionalistas, no Mao y su ejercito de revolucionarios 
campesinos, que habian secuestrado a su marido para a contimiacion 
consenlir en poncrlo en libertad a tin de combatir de forma mas eTi- 
ciente la invasion de 1936. 

Para conlribuir a los gastos de su viaje a China, Capa habia que- 
dado en abastecer a Life de notieias segun iucran surgiendo No tar- 
do en enviar a la revista pro China de Luce, que no oculiaba su ape,- 
yo al «heroieo» Chiang Kai-shek, una halagadora Toto iras otra de la 
parcja dorada china. Una nottcia para la revista britanica de Stefan 
Lorant, Picture Post, del 5 de noviembre dc 1938, fue aun mas abier- 
tacnente propagandista si cabe. «La carrera del comandante en jefe 
chino a In largo de eincucnta anus ha sido fantastic a — pregonaba la 
revista — , el hombre mas bombardcado del mundo, y su encaniado- 
ra mujer; la espina dorsal de la resistencia china a Japon. » Capa se 
reunid ai pareecr varias veces con madame Chiang, En una ocasion. 
segun contaria mas uwie a un amigo> tuvo que vaciar en macetas 
varios de sus cdcteles para pertnanecer sobrio. Madame Chiang Kai- 
shek, «fa estricta y purilana melodista». prcparaba por lo visto un 

rriLirtini asesino. 

A las cualro de la Lank del 10 dc marzo, Capa eogid sus eama- 
ras y se puso a trabajar en un arliculo para Life titulado «Los nirios 
chinos recorren his zonas rurales durante la campana electoral en 
husea de reclutat;». En un escenario montado en una plaza publica, 
unos nifios hactan de soldados chinos mientras unos campesinos fin- 
gtan dormir. De pronto otro niflo, que hacia el papel de jefe cruel, 
latigaba a un campesino. La representaei6n terminaba con los sob 
dados ilevimdose tanto a los invasores japoneses como a los ricos 
terratenientes: los dos cnemigos de las masas chinas. La obra propa- 
gandistica. no mas sutil que las Totos de doble pagina de Life, se re- 
present aba para un publico de jovenes soldados aeuclillados en cl 
suelo eort imifonnes tan Tmosque pasaban las noches tiritando. 

Hacia la primavera Los cuarrocienios mUhnes se habia conver- 
lido en una eKperieneia deplorable para todos los impiicados. «Las 
cosas se torcieron — recuerda Eva Besnyo, casada entonecs con 






102 



103 



Stops y chsmpsin 



Itos cuatruciantos miUwas 



Fernhout — , John [KemhoutJ me dijo que hubo series desacuerdos. 
Capa en realidad no querfa irabajar para etlos.» Capa. que al cabo de 
un ano iba a scr deserilo por Picture Pt>si como <iel mejor IbtdgTatb 
dc guerra del mundo»\ I lev aba ma] ser un mero ayudantc. Cuando se 
concentre en hater fotografias, se deseubrio compilicndu con el muy 
talentoso Walter Bosshard, Un ex fotograrb de la agencia Dephot que 
tamhien trabajaba por encargo para Life y se k eslaba adelantando con 
las mejores noticias. 

A principles dc abril el equipo se marcho por fin dc Hankow en 
Iren junto con un grupo de ascstircs militares y aiin mas espias, para 
di i it: irse al frenle Suehow situado al nordeste. rm un viajc espanto- 
so; los japoneses habian decididti que Ea unica manera de oeupar y 
retencr vastas franjas de terrilorio chino era eontndar los Irenes, y eso 
significaba continua vigilancia y bombardeos en picado de cualquier 
iren 1 . 

Capa y bus colcgas llegaron a (as seis dc la maiiana del dia 3 a la 
estacion de Suchow, donde encontraron en el anden a cuatro civiles 
agonizando. «Uno todavia so mueve unpoco — observo Ivens — - He- 
mes Ikgado juslo a tiempo. El ejercito chino esta rodeando a los ja- 
poneses cerca de Taierehwang... Mientras Capa fotografia a nucslro 
grupo, crco que esta es una situation unica en esta guerra por la 
i ndependonda. Pot primera vcven la historia de China todos sua ejer- 
citossehan unido 3 .» 

El 4 de abril Capa inspeccionb con los prismaticos de un arli He- 
ro chino las lineas japonesas, a mas de seis kilometres de distant: ia. 
De pronto los japoneses empevaron a canonear el puesto de obscrva- 
cion, C apa se refugio en un viejo cobcrum Aquella noche, en com- 
pania de Ivens y Fernhout, canto con la wvoz ronca y melaneolica» 
de las llanuras hungaras. Al dia siguiente recibio sii primera leccidn 
como segundo camara, «El tensor, el general Tu, tiata de haccr figura 
al prohibir primeros pianos del canon — cumenlb Ivens — , lo que es 
una tonteria, porque se (rata de un arma alemana fahricada en 1933 
y bien eonoeida.» Capa enseguida aprendio sua primeras palabras en 
chino: Buy tin kun, «No mire a la camara». 

A Sas acis de la mafiana del 7 dc abril se entero al despertarse de 



que los chinos habian tornado Taierchwang, Sc pusc furioso. El ge- 
neral Tu le habia impedido acercarse la suHciente para sacar fotos, 
obligandclc a perderse la primera derrota japonesa que se reeordaba, 
asi como la primera victoria china dc la guerra. Hacia el mediodia sc 
reunio con los igualmente enfadados Ivens y Femhoul en un camion 
que se dirigia a la ciudad Al llegar a las afucras, un avion japoncs 
aparecio en cl horij!onte y descendio en picado hacia elks. Se refu- 
giaron detras de un «pcqueiio monton dc arena que era una tumba». 
«Nos qucdamos cchados junto a la tumba —reeordaba Ivens— -, con 
la cabeza gacha para que el piloto japones DO viera el color de nues:- 
tra piel que era tan facil de rcconocerw 

No muy lejos un iren blindado abrio ftwgO y el avion dio vucl- 
tas y Sucgo se marcho. Esa tarde C'apa cntrb en la ciudad y la encon- 
tro en ruinas. En una calle en la que Capa y Fernhout empezaron a 
filmar, una aneiana se puso a gritar, tomando la camara por un anna, 
Otni aneiana, sentada sola centre Tragmentos de coram ica y madera», 
dijo: «Es mi casa>>. 

El reportaje de Capa para Life, publicado el ^3 de mayo, retkja- 
ba la inlensa alegria de Luce de que los chinos hubienm derrotado por 
una vez a los japoneses. «Una victoria convicrte Taierchwang en el 
pueblo mas famoso de China dcclaraba por encima de lotos de 
soidados despues de que hubicra caido la ciudad — - A los nombrcs 
de pcquenas ciudades famosas que han sido puntos decisivos de la 
historia, como Waterloo, Gettysburg o Verdun, hay que anadir otra. 
["...] Al dia siguiente toda China eelehro una gran victoria. Tambien 
al dia siguiente, el gran fotografo de cuerra Robert Capa, testigo ocu- 
lar de la bataMa, re veld su pelicula y la envio rapidamenle a Life a 
iraves de un China Cliper,» A pesar de que Life afirmaba que Capa 
habia cubicrto cl combate ia noche del ^ de abriL en realidad ftc ha- 
bia quedado donnido. 

El 1 1 dc abril cl equipo salio a cabal lo de la ciudad para filmar 
a un granjero chino herido y su ramilia. Votvieron a galope tendido 
cuando anochecia. con las fundas de las camaras golpeandolcs la 
espalda. <^Eslos son los cabal los pequenos y rcsistcnlcs sobre los que 
el ejercito de Gengis Jan conquisto loda Asia y parte de Europa. 



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Sangrt y champan 

A veces en la QSCUridad nos perdemos unos a olros. < falopando a toda 
veiocidad Capa imagina der pronto que cs Uengis Jan y nos ehilla 
gritos de guerta. Visto por detris se parcce mas a Sancho Panza, Su 
silueta baja y rechoncha da botes en la si! la; es la segunda vez que 
monta en su vida.» 

La noche siguiente, un Capa Iruslrado y un Ivens exasperado se 
scnlaron para tratar dc determinar adbnde habian trasladado las pri- 
meras lineas del (rente. «A to tcjos en la oscuridad oimos fuertes dis- 
paros en las bajas estribaciones — escribib kens — , Es como un 
continue* sacudir manias pesadas. atgo que podrias oir en estado le* 
bril. Es como e! somdo de un gong mezclado con amclralhidoras. . . 
Sigue un prolongado silencio. A traves de los canipos dc trigo verde 
cercanos, una (ultra ininterrumpida de soldadus jadcatiles trota hacia 
el ftiego intense de la arid I aria, Pero no nos dejan ir con el los .» 

Cups y sus colegas volvieron a Hankow para pasar la Semana 
Santa, muy resenlidos a csas alturas con madams Chiang Kai-shek y 
su lalange de censores y espias. E! 29 de abril Ivens y Kemhout par- 
lieron hacia el norocstc de China, y Capa prometib seguirlos dos dias 
despucs. Horas despues de que saliera su tren, los japoneses lanzaron 
un bombardeo tnasivo para festejar el cumplcanos del emperador 
Hirohilo. bl ataque aereo coslb mas de mil bajas civiles y, entre ca- 
lles en llamas y edifices destruidos. Capa vio imagcncA tan dolo- 
rosas como en Madrid. De nucvo sc concent™ en eE honor y el terror 
de la pobiaeion civil; un padre aferrando a su hijo pequenu, corriendo 
hacia un relugio an ri aereo; una mujer ocullandu su cara llorosa a la 
camara: un homhre luchando en vano con una gigantesca llama con 
un wok. 

El bomhardeo lambic-n destruyb todo residuo del enlusiasmo que 
sentia Capa por la aventura est China. Pronto empezd a frecuentar el 
Dump Bar, dondc un grupo de correspon sales oecidentaics muy uni- 
dos entre si, entre el los los eseritorcs norteamcricanos Agnes Smedlcy 
y Edgar Snow, hebian a grandes tragos gincbra y whisky barato. 
«Nuestros viejos valorcs parecicron desvanecerse y perdimos lodo 
inter es en las cosas matcriales -recordaba Smedlcy — , porque nadie 
sabia si habria un maiiana. Eramos eomo pasajeros a bordo de un 



106 



las i-aatriitieritm miUones 

barco que /o/obraba en un mar tormentoso, que por 11 n habian des- 

cubierto su condition hum ana, [...] En esa tensa atmosTera de gue- 
rra floretian entre nosotros hasta la poesia, las canciones y el ingc- 
niii, \ mi resplandor ma^ieo bafiaha nuestra amislad*,» 

A principios dc Julio Capa abandono las maratonianas partidas de 
dadtis del Dump Bar para eubrir el desbordamiento del rio Amarillo t 
provocado inlencionadamente para imped ir cl avance japones. E! 
cupectacular estallido de las prcsas deluvo a los japnncscs unas po- 
cas semanas, pcro dejo sin hogar a dos mi II ones de personas. Las 
fotos dc Capa mostraban a campe«tinos calados hasta los huesos tra- 
lando desesperados de llegar a tierra firme, sus hogares tragados por 
los lodosos torrentes del rio. Capa volvio a Hankow i\ dia 4, y a las 
pocas horas se junl6 de nuevo con Kens y bemhout en una reunion 
del Conscjo de G tierra Supremo de Chiang Kai-shek. La prens>a nunca 
habia tenido aceeso a talcs reuniones y las lotos dc Capa del «Gene- 
raUsimo» se distribuyeron a muchos medios de comunicacion. 

El 19 de julio los japoneses se concentraron deliberadamente en 
zonas civiks por primera vcz. Micnlras Capadeambulaba en medio 
de las ruinas bajo un implacable sol de mediodia, las llamas cngulMan 
La ciudad. Hn eiertas zonas el calor era tan intenso que la cara de la 
gente parccia hinchada. Las ccnizas se arremolinaban en el aire. Las 
casas habian quedado reducidas a esquelctoscubiertos de hollm 

A principios de agosto. fvens y Temhout se liieron a Nueva York. 
No mucho despucs, ton el lermometro todavia por encima de tos 
38 °C al mediodia, Capa contieio a una destacada figura en las rclacio- 
nes chinonortcamcricanas, St i I well, alias Vinegar Joe, el agrcgado 
mi I i tar norteamericano en China. FJ apodo de St i I well era bicn rrterc- 
cido t pues tenia farna de caustico en re lac ion a las ingenuas as undo- 
nes occi dental es sobre los chinos. Capa se lo encontro en un campa- 
mento mililar de las uI'ultus de Nunchang, a doscientos cincuenta 
kilmuetros dc Hankow, dondc los norteamcricanos y otros asCSOfW 
trataban de comparer los efeclivos de los ejercilos enfrentados. La 
situaeion piniaba mal tanto para Stitwell eomo para Capa; los japo- 
neses cstaban a pocos dias andandode Hankow propiamentc dicho. 

La maiiana del 7 de septiembrc Capa sc reunib con Stilwell cuan- 



107 



'viiiltl' \ champan 



do csle y un grupo de ayrogados militares britanicos y france.ses se 
dirigian a las prjmeras lineas del frenle. Slilwell eserihib en Mi dia- 
rk> que Capa era un «buen lipo». En otra entrada se lee: «Avan2amo5 
por la oocfce, terreno escarpado, el ^uardin se perdio. Transporte de 
bultos, porteadores. hombres cxhaustos se acumiL-in para nimjr... Un 
avion japoncs a scsenta metros ametratla la carretera... Pan con queso 
piir.i desuyunar t gentiles de Capa. Rancio pero bueno^ Un calor 
infernal)/. 

En Paris, Gydrgy Markos y Suzy Marquis vieron las fotografias; 
que habia enviado Capa. Marquis no sabia que seguia con vida has- 
la que apureeia otra fato de ek Markos suponia que se habia propuesto 
mostrar a! mundo la clase de horrorcs que le habian arrebatado n 
Gerda, Las iotografias eran las mas perturbadoras que habia visio 
jamas: «Ninos con barrigas protubcranies, mujeres embara^adas en 
medio de sangre y suciedad, chinos cavando sus propias tumbas bajo 
la supervision dc sol dados japoneses; sotdados japoneses practican- 
do asaltos con bayonela contra chinos vivos». Capa habia ido en 
busca de la muerli;. eonduyb, pern no la habia encontrado: «AI me- 
ntis aim no»*. 

Mieniras Capa sc mordia las anas con los demas eorresponsales, 
que habian recibido e! apodo de los «ultimos cartuchosw, esperando 
a que cayera Hankow, se pregunto a si mismo si queria pasar el res- 
to dc su vida siendo fotografo independiente, y en una carta a un 
amigo comunista, Peter Koester, a quien habia conocido euando tra- 
bajaba para Dcphou menciono la idea de formar una agencia de jo- 
venes fbtbgrafox que controlaran su. propio Irabajo"*, 

A finales de septicmbrc, con Hankow aim por lomar, se marc ho 
a Paris. Unos dias antes de irse para siempre de China saco las pri- 
mers* fotografias de guerra que iban a publicarse en color utilizando 
una pe lieu la de 35 mm Kodachroine. hi niimero del 17 de octubre 
de Life di:dic6 una pagina doblc a imageries que mostraban las con- 
sccuencias de otro alaquc aereo mas. «Los barrios bajos de Hankow, 
capita] del jwbiemo chino en retifsda se Icia en el pie de foto — , 
estan rojos de las llamas y negros del humo tras un bombardco 
japones, [,,,] una mujer vuii con camisa a^ul viyila sentada sus 



I OK 



Los i-tintrcN-ifnini- mit tones 

enscres domestieos mientras Hankow arde en cl calor del me- 
dmdia.» 

Hankow cayo finalmente en poder de los japonescs cl 25 de oo 
iuhre de 193K. Para entonces Capa volvia a eslar en Espana, cubrien- 
do la historia mas eonmovedora de su carrera: la dcrTOta final de b 
RepLiblica. 



J09 



La dtifroia final 



La derrota final 



Los paiics no viven sob de victorias, sino de] ej^tnplo 
que su puehl-u ha nubido dar en epacas ihigicas. 



Solo unos dias despucs de que Capa se marehara de China, Gran Bre- 
taha y Franc ia firmaron el acuerdo de Munich, una vergon/osa eapi- 
tuiacion ante un Hitler cada vsz mas belieusu. El 30 de septiembrc se 
sabe que Neville Chamberlain: agito el acuerdo en cl aire y declare 
que habia traido «la paz a nuestro liempo». Stalin nc tardo en iloble- 
garsc Krvilmente junto con Chamberlain ante Hiller, urdenando la 
retiradade seis mil sovielicosde las Brigadas Intemacionales. Van as 
poteneias europeas tambieti habian consenlido en retirar a los volun- 
taries, la may or i a pcrtenccientes a las Rrigadas Intemacionales. 15c- 
jaban a la Reptiblica sola en su lucha contra Franco y sus atiados, 
Hitler y Mussolini. 

Capa llego a Barcelona a principios de oetuhre sabiendo que «la 
guerra apasionada» eslaba casi perdida, Kn medio de un nuevo yru- 
po de «ultimos cartuchos» en cl bar de! hotel Majestic, encontro a 
Ernest Hemingway. En los brav.os de «Papa» habia una eorresponsal 
nubia despampanante con aecnlo de Bryn Mawr y mente agudisima 
que irabajaba para Collier s: Martha Gellhom. Elegante, divertida y 
profundamente compasiva. Gelthorn distaha de ser una escritora de 
poco peso. Ya habia publicado una novels y una eolcccion dc relates 



cortos, y habia pasado suficiente tiempo en Alemania para tencr en 
comun con Capa el odio a los nazis. 

Capa se convirtio con el tiempo en una especie de hermano para 
GelhWn, uno de los pocos hombres que llegaron a comprender sus 
contradiceiones y pasioncs. Aqucl olofto disculieron sobre polilica 
—el le reprochaba sin piedad su ingenuidad acerca de la causa y 
se burlaron el uno del otfO, pero siempre eon afecto. Un dia el Ik-uo 
al hotel con un abrigo nuevo dc pelo de eamelio con enonnes sola- 
pas y botOfiCS de perla. A ella le pareeio que estaba «totalmente tue- 
ra de lugar en Barcelona», «Si me matan ^iijo el con sinceridad , 
me gustaria morir con mi abrigcr.w En la novels Hit Death Do Us 
Part, Gellhom to retraiaba con mas penerradon psicologiea que cual- 
quiera de los muchos escritores con quienes Capa se encontraria. Le 
daba cl papel de Bam — «tan apuesto con su estilo gitano. amado por 
las mujeres y solicitado por los hombres, era un ser ton una conta- 
giosa eapacidad para disfrutar de la vida, la clase de persona que la 
genie afirmaba conoccr sin conocerlo, sobre quien inventaban histo- 
rias, a quien citaban, con quicn sc cnorgullceian de ser visios y por 
4 uien se dejaban utilizar encantados^ . y ella se disfh^o de Mamsh- 
ka, quien, segun Kara, «deberia haber sido rusa ya que tenia un alma 
rusa presovietica, tan fero/, tan ilogica, lan elevada, tan absurdaw. 
E1 25 de octubre Capa llego a Momblanc, donde el jefe de gobiei- 
no Juan Negrin tenia previsto hablar ante las Brigadas [nicmaciona- 
les que se disponian a partir Las fotos de Capa muestran a cienlos de 
hombres llorando pero adtaudo el pufto en el aire de mode provoca- 
tivo iras escuchar sa discurso. Habian sobrevivtdo dos invicrnos de 
frio glacial con una repugnanie dieia de came de eabra y mula scca, 
y en e&os dias su lucha estaba a punto de terminar. 

Cuatro dias despues Capa se desperto lemprano. Se paso loda la 
maiiana inquieto, preocupado por que sus Lcicsis no mncionaran bien, 
Por fin llego la noticia de que tba a haber un desfile dc despedida de 
las Brigadas Intemacionales que empczaria a las cuatro y media; la 
hora ex acta de esa ultima marc ha se habia mantenido en secreto por 
lemora an ataque aereo inasivo. Cuando Capa llego a la famosa ave- 
nida Diagonal, en el centre de Barcelona, encontro a deeenas de mi- 




110 



111 



Sangjv y champim 



La dcrrota final 



les de emodonados catalanes esperando para decir adibs con |»s bra- 
/\>s Denes de flores, 

Empezaron a derramarsc las lagrimas en cuanto llegd el primer 
gnpa de voluntaries; una guardia de honorcompucsta de soldados e 
infantes de marina republjeanos que cantaban a pleno pulmdn. A 
continuacion aparedd la primera de las Internationale*: los atemanes 
de la X! Brigada marehando en columna de ocho en fondo. Unas 
mujenes corriemn hacia ellos y lus cubrieron de flores cuyos petalos 
no laidiiron en formar una alfombra bajo sus estropeadas botas. Luego 
el cielo se Slenb dc liras de papcJ que llovian de las ventanas de los 
pi sob superiors s. Los ninos pequenos se unieron a las filas y dqjaron 
que los cansados hombres los 1 leva ran a hembros. 

Por ultimo llegd la hrigada norteameric&na Abraham Lincoln, Las 
llores, queen algunas partes llcgaban a los tobillos, frenaban susorgu- 
llosas ziancadas. A la cabcza de la columna iba e! alto y apueski eoman- 
dante Milton Wolff, quien con fi aba en que sus compaficros «antifascis- 
tas preeoces» estuvieran a lit allura de los demas evtranjems. 

Capa habia conocido a WoflYal fbtografiarUi con Hemingway 
antes dc que los dos enlraran en accidn en el frente de abril a princi- 
ples de I93K, y Wo'lfl "todavia lo admira por su capacidad para son- 
reir ante la adversidad y levantar el animo de quienes l» rodeaban. 
«Capa siempre puma buena cara dice — . j Esc hungaTO loco no era 
un tipo funebre! Todos admirabamos sus fotografias, su coraje. En las 
fotos de Espaua se ve lo eerca que estuvo cast kulo el liempo del fren- 
te. Se habia metido en el bolsillo a los o fid ales para que Jo dejaran 
acercarsc a la action, » 

Ctsando todos los so (dados volurtlarios intemacionales se hubie- 
ron congregado en la Diagonal, la Pastonaria, simbolo de la restslen- 
cia a Franco, se subin a un podio para hablar. Mujcr de mediana edad 
dc 11 spec lo scrio y ojos sumamente inteligenles, habta acufiado la 
famosa frase de que era «mejor morir de pie que vivir de rodillag», 
Hablo primeio a las mujeres dc la gran multituJ. «Cuando los a5es 
pasen y las heridas de la guerra se vayan restanaitdo — arengd — , 
hablad a vuestros hijos, habkulles de estos hombres de las Brigadas 
Intcmacionales, Dcddles cdmo lo abandonaron lodo: earrno, patria, 



hogar, fortuna, [...] y vinieron a nosotros a decirnos: " [Aqui estamos! 
Vuestra causa, la causa de Espana, es nuestra misma causa", [...] 
Millares se quedan, leniendo eomo sudario la lierra dc bspafia.w 

A continuacion se dirigib a los hombres. «Podeis iros con orgu- 
llo pues sois historia, sois leyenda. Sois ejcmplo henoico de la soli- 
daridad y universalidad de la democracia. No os olvidaremos; y cuan- 
do el olivo de ta pa/ flore/ca, entrela^ado eon los laurel es dc la 
victoria de la Republica cspafiola, ivolved'!» 

Gerda deberia haber estado al lado de Capa. eomo su eemparte- 
fa ideal si no su esposa, Tantos deberian haber estado alii... Pero no 
estaban. Miles de voluntarios, junto eon la tnoceneia dc loda una 
generacion, babfan muerto. 



Si la ret i radii de las tirigadas Inlcmaeionaks liie un jiolpe tragieo para 
la Republica, no acabo eon tod as las esperanzas de resistir, a I menos 
en Cataluita, el avance insufgente. Desde julio de 193S, el ejercUo 
republicano habia estado libmndo una enconada batalla contra Franco 
a orillas del rio Fhro. Con implacable delerminueion. las unidades 
nepublieanas del (Juinto Ejercito habian mantenido una pequena ca- 
beza de pucnte a lo largo del invierno. A Imales dc oetubrc, eon 
Mussolini y Hitler cada vez mas impacientes por que Franco tertni- 
nara eon los <(rojos» dc Espafia. los insurgentes habian lanzado un 
afaque en gran escala sobre la cabeza de puentc. 

A principios de noviembre Capa acompanb a Hemingway y al 
conresponsal del New York Herald Tribune, Vincent Sheean, al fren- 
te del Fbro, La mufjana del 5, Capa y Sheean se encontraron bajo 
fuego enemigo mientras t rata ha it de reunirsc con Hemingway, que 
habia pmmctido prganiiear el transporte para ir hasta la cabcza de 
pucnte, y corrieron a refugiarse en un establo. Cuando oycron silbar 
sobre sus eabe/.as olm proyeelil, se liramn jil sueli*. «Esle cs im mal 
dia para un Folbgrafou, dijo Sheean a Capa. «Es la unica clase de dta 
que tiene interes para tin foLi>grafo». replieo Capa, sacudiendose la 
paja del abrigo que Gellhom habia ridiculi/ado 4 . 

Bn c nan to eesb el bombardeo, se reunieron eon Hemingway y 



112 



H3 



Sangre y champan 

Herbert Matthews del New York Times en la orilla del Ebro. Heming- 
way los esperaba orgulloso junto a una banc a de fondo piano, mane- 
jada por eualro campesinos a quicnes habia pagado con cigarrillos. 
Mas alia, el Ebro bramaba, expuesto a la anilkria insurgente y al 
fucgo dc lYancotiradores. Todos los puentes de la region tlevaban 
tieinpo destruidos y las presas abiertas para hater el rio infranquea- 
ble para los refuer/os republieanos. La unica manera de llegar a la 
cabeza de puente era desnfiar las oorricntcs y rapidos del Ebro, 

El grupo logrb ahrirse paso a traves de los fueries remolinos y a 
continuation liie andando hasta el ultimo baluarte del general Enrique 
Lister, una CAM cnealada en una coiina en el arrasado pueblo de Mora 
de Ebro. Aimque el general Lister conocia bicn a Hemingway, y acos- 
tumhraba a ser hospitalario eon los pcriodistas, no se aiegrb de ver al 
grupo. Se disponia a ordenara sus hombres la reliraday dijo a los pe- 
riodistas que regresaran inmediatamenle al rio. Mientras volvian al 
Ebro, pasaron varios tanques republieanos. Matthews sacb la camara e 
hizo fotos. pern Capa no sc moleslo en levantar siquiera su Leiea. 
Matthews se qucdo perplejo. «A mi no me sirvc — dijo Capa — . No son 
fotos deaccion\» 

Cuando el grupo I lego al Ebro a ultima bora de la larde, se cn- 
contro con que dos de los remcros habian desertado. Las aguas se 
arremolinahan con ta! fuerza que los dos hombres restunles no eran 
ca paces el los solos de dominar la bare a. A medio cmzar el rio, un 
campesirto flaeo perdio el control de su remo y el bote se precipiin 
corricnte abajo hacia la irregular cspina dorsal del bombardeado puen- 
te Mora. Hemingway reaccionb instinEivamente aferrando un rcmo y 
utiiizandolo con energia para recuperur el control del bote. Le llevd 
varios minulos dejarlo fuera de peligro. Capa no paro de sacar « Po- 
los de accion»*. Esanochc los hombres de Listei evacuaron la cabe- 
za de puente. La batalia del Ebro se habia perdido. Al menos dieci- 
seis mil quinientos hombres habian muerto en la ultima batalia de 
cuatro muses de la Republics. 

La noche siguiente. un grupo de republieanos resueltos eruzo el 
rio Segre, un afluenle del caudaloso Ebro, decidido n detener por 
ultima vez el avancc de Franco. Capa sc unib a el los en la pcquena 



114 



La demota final 

poblacion de Fraga„ al suddeste de Lerida. Iban armados eon fusiles 
rusos de 1901 y umformes abigarrados; se habian untado los cascos 
de barro para camuflarse en el terreno seco y pedregoso. De pronto 
una explosion erisordecedora hizo eslremecer el suelo. Uno de los sol- 
dados, aturdido por cl cslallido, salib lambaleandose a campo abicr- 
to, Cori U0 solo disparo, Capa captb la guerra civil espafiola de for- 
ma mucho mas dramatics que eon «Muerte de un miliciano»; esta 
ves., la imagcn em innegablemente real: un joven espaneil tropezaba 
aterrorizado mientras llovtan sobre el tierra y roca, «La ejtposicibn y 
el enfoquc de esta Foto cran correctos asegurb el Picture Post mas 
tarde a sus lectores . Mientras nueslro fotografo apretaba el oblu- 
tadcr, »n proyeetil estaliaba a veinte pasos de dislaneiit y la tierra se 

estremecia con la exp!osi6n casi puedes o!er a polvora en esa 

fbto\» La folografta mas conmovedora de Capa moslraba a un hom- 
bre hefido tumbado en una Camilla, murmurando sus ultimas palabras 
a un camarada que garabulesi an ultimo menstrje a un ser querido. «Un 
camarada escucha. trata de enlender. anota rapidamente las pala- 
bras K ...» 

Pictutv Pom puso un pie a olra fulojirafla extraordinaria: «Empie- 
za el ataque: un hombre es aleanzado por una bala y cae»^. Ks CuflOAQ ' 
que no se haya discittido nunca esta lbto, leniendo en euenta la enor- 
me atone ion prcstada a la polemics «Muerte de un miliciamw, ya que 
muestra realmente a un hombre que ha sido aleanzado y eae al sue- 
lo. «A pesar del eigarrillo entre los tahios. a ese hombre lo acaban de 
aleanzar — declare el Picture Post . La bala le ha dado en el esto- 
mago y le hace doblarse. Se cae sin so! tar el fusil. Es uno de los peo- 
res hcridos» 

El reportaje de Capa para cl Picture Post, impresionantemente 
maquetado pur Stefan Lorant confirmb su prestigio eomts cl fatografo 
mas valiente que cubrio la guerra civil espafiola, De liecho. Loranl le 
hizo el mayor eumplido de su camera. «En las sijiuienles paginas van 
a ver una serie de fotos de hi guerra espanola — anunciaba la revis- 
ta . l-os lectures asiduos del Picture Post saben que no elogiamos a 
la ligcra la obra que publicamos, fresentamos estas fotos sencillamen- 
te como las mcjores fotos que se han hecho nunca del eombatc en el 



115 



Sangre y clianijian 



La dcrrota final 



f rente. » Cuando Capa abrio el numero del 3 de dieiembrc dc 1938, 
vio una foto suya de pagina entera (que aparcce en la sobreeubierta 
dc lMi' libm) sosieniemki una eamara Kyemo, eon el pic: «l I mejor 
fotogralb de guerra del mundo: Robert Capa». 

El reportaje dc Capa del combate en el rio Segre era So mis eer- 
ca que habia estado nunea un fotografo del caos y la camiceria de la 
guerra. y era lan sugestivo que much us lectures del Picture Post de- 
bieron de preguntarse si habia deseado morir. 

A medida que las fuerzas dc traneo arrasahan tos ultimo* redue- 
tos de la Republica en Cataluna y a lo largo de la cosia mediterranean 
asesin.aron y lorturaron a dcecnas de miles de sus compatriotas espa- 
noles, A principle* de enero de 1939 Capa volvid a Barcelona para 
cuhrir la descsperada huida de cicntos de miles de republicanos ate- 
rrorizados, £1 15 de enero volvid a present iar un terrible alaque contra 
columnar de refugiados que esia vcfc se dirigian a Barcelona. Murie- 
ron miles micntras los aviones de Hitler y Mussolini, que en esos dias 
dominaban pur complete el eiclu. hombardcahan sobrc todo a muje- 
res y ninos. Capa cneontro a una anciana dando vueltas alurdida al- 
rededor de un cam) voleado, <«No podia emender Us que habia oeu- 
rrido — dijo a Picture Post — , Daba vueltas y vueltas al carto a 
eiegas » Hahian nun ado a toda su familia" 1 . 

Cuando Capa volvio a Barcelona, enconlro la ciudad en medio de 
un caos total, Nubian deelarado la ley mareial para impedir que cun- 
diera el panic o absolute. Mas de un millon de refugiados, que vivian 
con una raeidn diaria de unos poeos gramos de pan, abarrolaban las 
calles. Las pieles de 3 as patatas habian recmplazado a I tabaco. La ciu- 
dad de lo que habia sidu la romantiea revolueidn del pueblo estaba 
tan exhausta que era imposible resist in 

Durante varias noches infernales, los <(ultimos carluchosw del hotel 
Majestic, entre ellos Herbert Matthews, Martha Gellhorn y O'Dowd 
Gallagher, esluvieronen permanente estado de tension, tratandodc 
mecanografiararticulosconmovedorcs mientnis los Heinkels descen- 
ds n en picado en euarunta y side alaques aereos en solo cuatro dias. 
Mezclados con las explosiones, habia tiros dcpistola de distintas faecio- 
nes anarquistas y marxistas, en otro liempo unidosen su tueha contra 



el fascismo. que en esos dias sc ascsinaban unos a otros. Despite* de 
que algunos eorresponsales mas hubiernn abartdonado la ciudad, Capa 
y Getlhorn se acurrucaron en la hahitacidn dc hotel de el la, tcmblando 
de Prats mienlras las hombas no cesaban de cast eerca. 

A la una de la madrugada del 25 de enero, el periodic George 
Suria do L ihtmartite entro corriendo en el Majestic eon la nolicia de 
que las tropias de Franco cstaban cruzando sin encontrar rcsistencia 
el rio Llohrcgal, a pocos kilometres de distancia. Alrededor de las dos 
y media de la madrugada, Herbert Matthews encontro a Capa dormi- 
do cumo un nirio en su habitacion, a pcsardcl inccsante bombardeo. 
Despertd a Capa zarandeandolo y lo hizo subir apresuntdamente a un 
poco fiable eoche belga Minerva, la «Vioja Minnie», A I amanecer se 
encontraron en una carreiera obstrutda por parte de los cuatro mil re- 
fugiados que acabarian huyendo de Esparia, Ninas huerfanas abraza- 
ban muhecas de trapo. Ancianos Itorosos aferraban panuclos llenos de 
ticrra de eiudades que nunca volverian a ver. Tardaron treinta horas 
en recorrer los cicnto sesenta kilometros que qucdaban hasta Figuc- 
re«, a veintc kilometros de la frontera franeesa". 

Figueres se habia visto inundada por un exodo hambrienlo e his- 
terieo tin las aeeras estahaban peleas en ire refugiados escualidos que 
buscaban un portal tUmdc dormir. Los nirios gritaban llamarldo a sus 
familias pcrdidas y pidiendo pan duro. Cam i ones con seise ten las 
obras niiiesiras de Goya, El Greco y Velazquez permanccian bajo 
vigilaneia annada antes de ser evacuados a Kraneia. «Este lugar es 
como una lumbaw. eomento un corresponsal del Times a Ilja Eluen- 
burg, del periodica sovietico Izvestiu, quicn respondib: «Es una tumba 
no solo dc la Republiea cspanola sino de toda la democracia euro- 
pea.! ■. En una calle Capa se encontro a una nifta lumbada sobre unas 
maletas. «Es una monada — informo — , pero debe de cslar muy can- 
sada, porque no juega con los otros ninos Casi no se mueve; solo si- 
gue todos mis movimientos con sus grandes ojos negros. No siempre 
es facil mantenerte al margen y no ser capa/ de bacer nada aparte de 
documcnlar el sufrimiento que tc rodea'\» 

Cuando las tropas de Franco entraron en Barcelona el 26 de ene- 
ro. se encontraron solo ton resistencia aislada. Mientrus los moros de 









Hfi 



L 



117 



Sanjrre y champan 



Franco marchaban por las Ram bias, la gente salid nerviosa de las 
paradas del metro i; htsro cE saludo fascists, algunos llevando fotos de 
Franco compradas apresuradamente. Al caho de unos dias, diez mil 
sospcuhustss pnlitieos fijeron asesinados en una matanza que hasta un 
comandante fascists italiano reconocio que fue una «purga muy dras- 
lica»'\ 

Entretanto en Figuercs Vincent Sheean buscaha frenetico por to- 
dos partes a su ami go Capa, un hombre fichado por los insurgentes 
a causa de su tee ion estrenada Kama. Shcean lo eneontro par fin en 
una oficina de prensa imprwisada donde se habia hecho una eama 
con cajas de folletos propagandist! cos a csas aUuras inuti les; en su 
eama de promesas de papel roneaba tomo Sheean no habia oido ha- 
cerlo nunca a nadie. 

El 28 de enero Capa truzba Francia. exhaustoy deprimido. Unade 
sus ultimas fotos figura entre sus imagines mas conmovedoras; mues- 
Ira una larga hileradercpublicanosderrotados cruzando la frontcra de 
Franc ia conducidos por un solo policia Trances y llevando unas pocas 
pertenencias mientras tiritan con los vientos del inviernocrudo. Ctian- 
do Capa I lego a Paris apenas si podia hater nada, tan abrumado se sen- 
lia por la derrota. Ni siquiera los grandes elogios. que le haeia Wilson 
Hicks en Lift' logranm sacariu de su profunda depresibn. «Estuvimos 
preoeupadisimos por ti mientras las tropas de Franco sc aprostimaban 
a Barcelona y durante la ioma de la ciudad — eseribio Hicks el 3 J de 
enero — , Li/esc ha quedado muy satisfecha con ins futon tantn de Chi- 
na coma de Fspaffs, Sc que tu modest ia no disminuira si te digo que 
eres el mejor fotbgrafo de gucrra de la actual idad'\» 

Varias scmanas despues. mientras en los cielos de Europa se aeu- 
mulaban las nubes de guerre, Capa volvio a la frontcra espahola, esla 
vz/. para eubrir las terribles conditioner en muchos campamentos de 
refugiados. {Una vez acabada la giierra, esos refujiiados eran una ver- 
gikn/apolstica para los franceses, ademasde un gasto importanie.) En 
ArgeSes-sur-Mcrencotilrd a sesenlu mil espanolcs, muchos durmiendo 
en hoyos en el suelo, unos pocos protegiendose con sacos muy finos dc 
los vientos glacialcs y las hajisimas tempcraturas. No habia ddndc co- 
einar ni scrvicios sanilarios, «sdlo un alambrado de espino para impedir 



118 



La ctarrola final 

que salicnm escribio . y crutlcs stildado.s senegalese^ para mante- 
tier el ofden»". Coma diversion, muchos gitaidias Franceses montados 
y armados j^olpeaban a los hombrcs moribundos que habian luchado 
contra Franco durante ires anos. Una noche de febrero murieron dieci- 
sielede frio y los enlerraron alii frti&mo. 

En olros campamentos, otros ciento setenla y cinco mil espanoles, 
soldados y civiles, vivian en condicioncs igualmeritc deph^rables, aban- 
donados por lasdeiuas polenci as occidental cs a merccd de las insensi- 
bles autoridades fcmcesas. bn el pueblo de Horn, eerta de C'arcasona, 
Capa fotygmrio a un ex profesor de derecho intemacional que yacia en- 
fermo en un lee ho de paja en un hospital dunde haeia un frio glacial. 
«Es un aneiano, y nunca se ha metido en politica — rezaba el pie de fotu 
del Picture Post—. Pero ha escrito articulos sebrc la justicia y los de- 
nxhos de las nacionespara una publicacidn extranjera, y en !a Espaha 
de Franco no hay cabidapara personas comoel,^ Fuera, a la lu/.de ul- 
tima htirade una larde invemaL Capa paseaba entre hileras de cruces. 
«En las cruces blancas hay nombres en otro liempO ecleba's en las ar- 
tts.y las ktras espariidas — informaba el Picture Post — , Y la hilera de 
cruces es inierminable r .>> 

El 28 dc marzo dc 1^3^ los insurgentes tomaron Madrid, La 
^guerra apasionada» por tin habia terms nado. Por lo menos irescicntas 
mil personas habian muerto. de las cuales mas de Ea initad eran tivi- 
les. En los afios que siguieron, trescientos mil de los vencidos se pu- 
dririan en las canceles de Franco y tal \cjl unas cien mil personas se- 
rian ejecutadas. 

La traicidn sueedid a la dcrrota cuando el 23 de agosto de 1 939 
Alctnania y la Union Soviet ica tlrmaron un pacto de no agresion. Los 
antiiiiscistas de todo l'I mundo se sintienon apunalados por la espal- 
da; las democracias supervivientes, sobre todo Franeia, icmicrun que 
la guerra fuera entonees inevitable. Como emigrante judio proininente 
que en esos diss colaboraba con regularidad para Ce S&it, una publi- 
cation comunista, es posible que Capa empLvara a prcocuparse por 
estar entre los primeros en encarcelar si el gobierno de derechas dt 
Francia decidia vengarsc dc los «rojos>» traicioncros. 

A las seis de la tnadmgada del I de septiembre de 1939 un ejer- 



119 



Sangrc y champan 

cito de la Wehrmacht de un millon y medio de sold ados invadio Pr> 
Ionia, utilizando urnsi nueva tactics que habian perfeecionado en Es- 
pana: blitzkrieg o wgucrra Tvlampagow. Dos dias despues Franc i a y 
(inin Hrctnmi dol;iraban la guerra s Alemania. En octubre Robert 
Capa volvta a hair una vez mas, csla vez a bordo de un banco con 
rum bo a Hsiados Unidos. 



120 



AislamieriLo lota! 



Nunca en cl icrTcTio <kl uiJiifliLtn huinano tantos han 
debMn laiitu a tan pocos. 

WrwsiWJ CMWtCHIU, 1*40 

A los pooos dias de llegar a Nueva York, Capa d is lint aba de la vidfl 
noctuma de la eiudad, jugando al pdquer con amicus que habia he- 
lHo en Espafia y reuniendose con Julia y su hermano Cornell, que 
habian emigrado juntos en 1938, para coiner platos hungaros tradi- 
cionales en el piso de eslos de Upper West Side. Si queria quedarse 
en Manhattan nccesitaba eneontrar irabajo sin demora, y unas sema- 
088 despues de desembarear subio en ascensor a la planta treinla y 
uno del Rockefeller Center 9, donde se reunidcon el editor de fblogra- 
fja de Life, Edward Thompson, un (ipo serio y de maneras bruscas. 
«S6lo cntendi un poco de lo que [Capa| dijo recordaria mas 
tardc Thompson—. Trate, sin mucho cxilo. de conseguir encargo* 
para Capa'.w Pcro enseguida se hizo evidente que no estate hecho 
para la empresa movida por el lucro de Henry Luce* ni para Estados 
Unidos, que enseguida vio como un reiugio temporal, frio e imper- 
sonal. La actitud aislacionista y lus valorem puritanos de Estados 
Unidos empezaron a erisparie los nervios a los pocos. meses, Com pa- 
rados eon los europeos, los norfeamerieanOs no sabian lo aforttinados 
que eran. Y no lenian ni idea tic comida ni de vino. No mueho des- 
pues de que empczara a trabajar para Life, Thompson reeordaba que 
Capa «dejo perplejo a un reporiera que lo acompanaba, Dun Hurke. 



121 



al Iiacer una esc en a en el vagon restaurantc del tren porque no habia 
vino de calidad»% 

A finales de otono Capa conocio a] joven escritor Irwin Shaw, uti 
atraclivo y ailetieo judio criado en Brooklyn de quicn se hi/.o amigo 
intimo. «Conoci a Bob Capa con una chica guapa en un bar de 
Greenwich Village, No fue la ultima ve* que lo encontre en un bar o 
con una chica guapa. Acababa de volver de Espana y ya era famoso, 
y le reeonoci al irtyLanle: los ojos oseuros de tupfdas pestafias, porti- 
cos y vivaees, como los de un golfillo napolitano, la boca curvada y 
sardonica con el etemo eigarrillo pegado al labio infcriot\» 

Shaw se quedo parado al ver que Capa «ya era Famosow y sin 
embargo estaba sin blanea, «una siluaeion que, dehido a Ion ricsgos 
de su proTesion y a su a fie ion al juego. era casi cronica en el, Tani- 
bien corria e! peligro de que lo deportaran a su Hungria natal, pats que 
su aeento conmemoraba. una musical defcrmacie-n al hablar otros 
idiomas que sus amigos habian bautizado como "capancVV, 

Por esa epoea Capa lambien conocio a un joven de Chicago, John 
Morris, que trabajnba de ayudante en el departamenlo de folografia de 
Life, Morri.s recuerda a Capa ese inviemo patinando en la pista de Roc- 
kefeller a la hora del almuerzo. «Capa aferro a Bobby Rock, una seere- 
laria de Life, y enseguida se hizo cvidenie que no sab [a patinar. Ella lo 
arrastrabapor la pista y que me cuelguen si no eayeronde forma espee- 
tanilar jiislo L-nlrL-ntL- del escaparatede vidrio cilindrado de un restau- 
rante. Yo estaba detras de ellos y vi a los tres principal cs redactores 
jefes dc Life, sentados a una mesa, destemiilandose de la risa,» 

La condition de inmigrantc de Capa no era tan divcriida, «Capa 
tenia un pasaporte "Nanscn", llamado asi por Frtdijof Nansen de la 
Sociedad de Naciones — recordaba Edward Thompson , un docu- 
ments que se expedia a personam "sin patria". El cupo de ininigi an- 
tes hungaros que Estados Unidos podia admitir se maniuvo durante 
veintiiantns sinus, de modo que un documents mugrtento y pegado 
con ceio ("Si esta limpio parece falso". decia Capa) era su uniea base 
para andar por ahi,» 

Capa se vio obligado a lomar medidas draslicas antes de que su vi- 
sado expirara a principios de 1 94(1. Solo habia una solution: tendria que 




Aisl-amienlo lota I 

easarse. El 2? de inmv.o asistid a una fiesta con John Fernhout, que se 
habia divorciado de Eva Besnyii y vuelto a casar con Polly Koiehein, una 
resuelta bailarina norlcamerieana, Polly le presents a Toni SoreL 
una neoyorquina morena muy atractiva. En otra fiesta unos dias despoes, 
un Capa y una Sore I achispados convinieron en easarse al dia siguiente 
en una «ceremonia rapida^i en Maryland, el lugar mas cercano que per- 
iniliu esta eliise de uniones, a varias horas en coehe a! sur de Manhattan -. 

Cuando a la tnauana siguienie Capa recupero la sobriedad, eayo 
en la euenta de que no tenia n dinero nt cochs para ir a Maryland. 
Pero en las oficinas de Lije habia oido decirque dos futdgrafos tam- 
bien ten i an previsto easarse: Otto y Hansel Mieih, La parcja se habia 
marchado de Alemania en los afios veinte, se habia abierto camino de 
Budapest a Vicna eomo musieus am bu I antes y aeabadu en Estados 
Lnidos, donde Hansel habia nbtcnido la ciudadania y se habia con- 
vertido en fotografo de plant ilia de Life en 193-7, En 1940 necesita- 
ban casarse para itnpedtr que Otto, que habia entrado i legal mente en 
Estados Unidos, fuera deportado de nuevo a la Alemania na^i, Mas 
tarde Hansel recordaria vividamente ese dia. 

Capa irrumpio en las oficinas de Life y enconlro a Otto scntado 
detnis de un plafon luminosu cerca de ella, «/,Que os parece si nos 
easamos los cuatro a la vez? pregunto , Una bodadoble,,. Ten- 
go que marcharme manana misino del pais porque no me han exten- 
dido el visado. Soy hungaro y judio, y los hitlerianos en Hungria,,. 
He hceho el .siguiente trato con una chica: que se case conmigo a 
eambio de elascs de baiie durante un ano.» 

Esa tarde pasaron a reeoyer a Ibui Sorel y fuemn lodos juntos en 
el coche de Otto a Maryland bajo una lluvia torrencial Llegaron a 
Elkton quince minulus antes de que cerrara la oficina de licencias 
matrimoniales. Ciipa y Otto entraron corriendo y el oficinista les dio 
la mala noticia: habia eambiado la ley. En adelanie se rcqueria una 
espera de tres dias antes de eonceder una liceneia. Le suplicaron que 
hieiera una excepeion, pero el se negiV Heprimidos, volvieron a su» 
birse a I coche y emprendieron el regreso a Nueva York. 

Al lleuar a las afueras de Hlkton, Otto vio un eoehe rnir el retro- 
visor, Dos hombres les hacian senas frenelicos para que se detuvie- 



122 



123 



SiMgrc. 1 y champin 

ran, Ellos asi to hicienon y los hombres explicaron que habia una 1a- 
guna juridica que dejaba abierla una escapatoria, y pidieron hablar 
n sobs con Otto y Capa, Desde el coche. Hansel y Sore! vieron a 
Olta sacudir encrgicamente la cabeza y dar media vuelta, y a Capa 
tirando de el. Kntonces Otto saco lii cartera y les dio unos bi Metes, 
Cuando Otto y Capa vol vieron a subirse al coche, el primero expli- 
co que si eonseguian un certificado medico ton forme estaban cmba- 
razadas podian casarse inmediatamente. Tanto Hansel como Sorel se 
ncgaron a aecptar, pero Capa les suplieo que lo reconsideraran miert- 
tnas los dos hoinbres esperaban impacientes a que las parejas los a* 
guieran. 

Ai final las mujeres se dejaron persuadir Un medico del pueblo 
ni siquiera las miro mienlras escribia a maquina un certificado de sit 
embarazo. Otto saco mas hilletes. Luego se encontraron a si mismos 
ante un anciano, el «ministro», quicn case- a las dos parejas. Pero 
cuando 11 ego el momento de pagar al ministro, a Otto no le quedaba 
suticicntc dinero. de modo que Hansel y Sorel luvicron que buscar en 
sus botsoa la canlidad necesaria. Con el papeleo de la boda en la 
muno. los cuairo rccien casados se quedaron de pie bajo la lluvia fucra 
de la oficina matrimonial. 

Isto pidc una copa -dijo Capa. 

Pero ninguno tenia dinero, de modo que se subieron de nuevo al 
coche y empnendieron el regreso. Otto y Hansel ihan senunlos delanle. 
y Sorel y Capa en el asiento trasero. Al cabo de unos kilometres 
Hansel oyo a Sorel dar una boletada en la mcjilla a Capa, quien ha- 
bia hecho un torpe avance, Sorel permanecid acurnicada en una es- 
quina del asienio llorando, y al aeerearse a I Lincoln Tunnel en Ire 
Newark y Manhattan, pidio que la dejaran bajar. Se despidio con voz 
embargada por la emotion. Capa pidio que lo dejaran en el hotel 
Bedford. Se bajo y, sin decir una palabra, se alejo en la noetic*". 

« Veras, Capa era un ser humano extrano -cscribio Hansel Mieth 
despues — , Actuaba como si la vida Fuera una broma, y al mismo 
tiempo se tomaba la vida muy en serio, Estaba eornpuesto de muchas 
personam algunas muy buenas, otras no tanto. Era atnigo nuestro y sin 
embargo nos conlaba cosas que no se sostenian a la luz del dia, Hra 



124 



ALsLumitMllO lulfl] 

un tipo aventurero, pero a menudo se desahogaba eonrtligo. Era una 
persona que se habia inventado en gran medida a si misma 7 .» 

Sore! afirmo despues que se habia easado eon Capa para haeer- 
le un favor". Pen,) seyun Georgia Brown, amiga intima de los Mieth, 
se habia enamorado de el. Ed Thompson tambicn creia que el matrt- 
monio significaba mas para ell a que para Capa. «Capa veia el m;i- 
trimomo como algo temporal recordaba . Toni, por desgraeia, no, 
y siempre me preyuntaba eon melancolia por Bob cuando me la en- 
contraba por casual idad*.» 



A fin de legali/ar su biiluacion despues de la boda, Capa y Otto ne- 
cesitaban ausentarse seis meses del pais y volver a enlrar. Life lo tuvo 
en euenta y al cabo de unas semanas encontro oponunamente traba- 
jo a Capa en Mexico, mientras que Otto se fue a Cuba. 

Capa Hego a la ciudad de Mexico a finales de abril. se registro 
en el hotel Montejo y se puso en contaeto eon el vgterano experto en 
Lalinoameriea Holland McComhs, jefe de la oficina de Time- Life 
en Mexico, quien le explico la inestable siluaeion nttlitica tomando co- 
pas en varios de los clubes noelurnos de la ciudad" 1 . Segim inibnnaba 
Life en uno de los primeros reportajes grafieos dc Capa desde Mexico, 
<dos ajjentes na/isestin muy ocupadosentoda Latinoamerica, inculean- 
do el odtoa Gran Brelana, Fnincia y sobre totln Lstados Unidos. En 
Mexico trabapn codo eon eodo con los comunislas, aprovechando que 
las elecciones presideneiales mexicanas del 7 de Julio estan proximasft". 

Cuando Capa no se eniborrachaba con ron caliente en el bar del 
Montejo, deambuhba por las calles, cubriendo las eampafias electo- 
ral es del general de iiquierdas Manuel Avila Camacho y el general 
mas de clase media y de dereehas Juan Andreu Almazan. El dia de 
las elecciones se persono al amanccer en un colegio electoral del 
cenlro donde estaba previsto que acudicra a volar Avila Camacho. Se 
respiraba eierta violeneia en el ambiente: una extrana norma en las 
elecciones mexicanas eslnblecia que los primeros hombres en llegar 
al eoleyio electoral se haeian cargo de la votacion el Tesso del dia. y 
en cuanto abrieron las cabinas enipezo el liroteo. 



125 



Sang.TC y ctijimpan 

Capa tfabajo vans boras sin descanso, esquivando los tiros mien- 
tras la policia y partidarios ri vales disparaban indi scrim inadamente a 
la mullitud. Futografio al primer hombre que murio esa mafiana. a los 
heridos que se subian a las ambulancias. a la vietima eon la picl en 
came viva de un bnmhardeo y a «<un joven repanidor de pcriudicos 
agontzando con una ptcdra lodavia en las man OS que no habia llega- 
do a arrojarw'*, Scgun el reportaje de Life del 22 de Julio, esas elec- 
cioncs prcsidenciales «libres», las primcras en treinla anus, fueron 
mucho meuos violenias de lo que se esperaba, con solo cien mucrtus 
denurtciados al final de la jomada electoral. 

Hi 8 de julio los dos candidates se declararon vencedores. Los 
secretaries electorates anunciaron que no se sahrian los resullados 
otietuks hasla cl I de sepliembrc, cuando volviera a reunirse el Par- 
lamcnto mexicano. A lo largo de todo el mes dc agosto las tenstones 
y las tempenituras aumenlaron en la capital mientras los partidarios 
de los dos candidates hablaban en susurros de insumeccion y eleeeio- 
nes anianadas 

Cuando Capa acudio a las oficinas de Life, eneontro en Las pagi- 
nal de la revista noticias aim mas inquietantcs sobrc Europa. Francia 
y Helyiea hahian sueumhido en pocas scmanas a la guerra relirfipa- 
go de Hitler. La baialta de Inglatcnra se prolongaba sobrc los campos 
estivales britanicos y solo los jovenes pilotos de la RAH se inlerpo- 
nian entre Hitler y la domination total dc Europa. En Londres, el 
20 de agosto Churchill se dirigio al valeroso pueblo hritanko, rindkn- 
do homenaje a los aviadorcs que eslaban ganaitdo la primera gran 
balalla contra Hitler. 

El mismo dia que Churchill pronuneid su famoso discurso, Capa 
se enenntraha eon otros muchos periodistas a las puertas de un hos- 
pital de la ciudad de Mexico dondc ajionizaha cl protagonista de su 
primer reportaje, I con Trolski. Esa larde Trotski habia sido herido en 
la cabeza con un pico. Antes de perder el eonoeimiento en la ambu- 
laneia que lo Hevaha al hospital, habia susurrado: «Estoy seguro de 
la victoria... Seguid adelante^ 13 . Ya sentenciado a muerte por traicion 
por un tribunal de Moseu, Trotski murio al dia siguiente. El 27 de 
agosto su cuerpo desaparecio en las llamas de un homo crcmatorio. 






AislairtienUi total 

Eucra. Capa Ibtografio a su viuda mientras la llcvahan desmayada a 

un coche cencanO, 



El 10 dc oetubre dc 1940 Capa volvio a Eslados Unidos pasando por 
Laredo, Texas, despues dc habcr obtenido e! permiso de residencia. 
La temporada electoral alcanzaba su memento culniiitanic y llego a 
Nueva York a tiempo para cubrir varios discursos de los candidates 
Wendell Wilkic y el presidente Franklin P, Roosevelt. Prcsionado por 
los aislacionisias, Roosevelt hi^o una dura campana que giraba sobrc 
la promesa de mantener a Estados Unidos al marjjen de la guerra*. 
Cuando los esiadounidenses acudicron a las umas, Capa se encontra- 
ba en Sun Valley, Idaho, donde paso diez dias eubriendo a la pareja 
literaria mas fascinante del pais: Hemingway y Martha GellhorTt. 
Capa fotograf)6 al «gran norteamericano tnibajando y jugando» con 
ficllhoni' disparando a faisnnes, eazando y bailando juntos en tin Trail 
Creek (.'abin ccrcano, a cinco kildmetros del rancho de Hemingway 1,1 . 

Hemingway se hall aba en la euspidc dc su exito. Su novel a am- 
bientada en la guerra civil cspanola, Far Whom the ftell Tails {Par 
tiuii'fi di/bktn Ins catnpana^ se vendia a un ritmo asombroso de cin- 
cuenla mil ejemplares al dia, y la Paramount !e habia eOmprado los 
derechos por la sum a record de cien mil dolares; Life no iardaria en 
publicar un ruportajc especial utili/ando muehas de las fotografias que 
Capa habia sacado en Espaha para promoeionar la pclicula. 

Una de las fotografias de Capa de la «parcja fdizn mostraba a 
Hemingway sosteniendo en alto ongulloso un faisan macho recien 
cazado. «Por encima del hombro — explicaba el pie de Toto — , le 
cuelga .iu bolsa de cuero que le compw !a sefiorita Gellhom en Fin- 
land! a cuando eubria la guerra rusofinlandesa.» Para sacar otra Foto 
de Hemingway con el aspecto viril que correspondia, Capa se melio 
en un cenagal y lo folograflb bebiendo a morro de una botella dc 
whisky La imagen no aparecid en la revista prcsbitcriana de Luce, 



* Roosevelt s»lio ck'^ido para un [ercer mandato sin prcccdcntcs cl 5 dr Bfr- 



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127 



Soogre y champAn 

pern una in soli la foto que saco un scgundo folografo muestra a Capa 
cnfbcando b camam, hundido hasta la cinlura en barro hclado. 

Aun mas placentero fue otro encargo que Ic hieieron; folografiar 
Calumet Ciiy. en Illinois, ociudad del peeado» para las decenas dc 
miles de trabajadorcs de las rabricas de los alredcdories, Life inlbmm- 
ba que la eiudatl no tenia wcsiacion ferroviaria, ui iglesia protestan- 
le, ui semaforos, ni un sistema telefbnico central, pero si treseientos 
ocho elubes noctumos y sietc agentes de policia. La proportion do un 
bar por cada cuarenta y sets personas cs [la| mas devada dc fcsiados 
Unidosw 1 *. Capa trasnoeho para folografiar a prathsionales del streap- 
tease bajandose las eremalleras dc bus Hildas y a vicjdji parejas de 
ancianos borraehos apoyandose unos a otros en aminos de mala muerte. 

Fue por esta epoca cuando en el tren a Chicago Capa eharlo coil 
un porlero negro de vcinlioeho arios que comento que le encantaria 
scr foiografb a (gun dia. El portero se llamaba Gordon Parks y le CS* 
peraba una larga ean-era eon Life antes de dirigir el elasico de los 
setenta Shaft. 4 Bob Capa subio al hen esperando dormir los siguicnlcs 
seiscienlos kilometros de regreso a Chicago — recordaba — t pern no 
Ic deje pegar ojo con mi aluvion de preguntas, .. Cuando se bajo can- 
sinamenle del vagon varias horas despot*, [Capa] dijo: "Nos veremos 
en Etiropa algun dia""',» 

En 1941 Europa eslaba muy prcsente en la mente de Capa, Ha- 
bia vtsto m iic ho dc Norteamerica, pero su trabajo paTa Life le resui- 
laba frustrantc, Cuando echaba un vistazo a la poriada del Mew York 
Times, los reportajes que hacia para ellos le pareeian triviales e irre- 
levantes. Tambien habia empe/ado a sentirse molesto con la direction 
de Life: en 1941 Lodos los fbtdgrafos de la revisia menos uno — a 
saber, Margaret Bourke- White — , recibian irate de «cazadores de 
fotos», un peldano mas arriba de los compositores pero varios mas 
abajo de los verdadcTvs interpretes, los vendedores de pubJicidad. 

Cuando Capa se cnterd de que la mujer de Vincent Sheean. Di- 
nah, buscaba fotognjfos para un libro sobre cl bomhardeo aleman de 
Londres, se aprcsuro a aprovechar la oportunidad de regresar a 
Europa. Pero cuando I lego a Londrcs en junk), se encontro con que 
el bymbaTdeo masivo habia lerminado. Sin dejarse desalentar, se con- 



AislamicnKt l«iul 

centre en mostrar la eapaeidad de recuperacion de una familia 
de clase obrera, los Gibb, al rcanudar su vida eotidiana. EI Hbro de 
Sheean. The Battle of Waterloo Routt se publico a finales de 1941 y 
red bio resenas mediocres. Capa habia hceho lodo io que habia podi- 
do, pero para entonces e! tcma ya no era noticia. Como testimonio del 
bombardeo aleman, se veia y se leia como un ttemo epiiogo dc Io real. 
El lib™ no tuvo exito, sobre todo porque en el no habia ningun pa- 
saje o Fotogratla que deseribiera el verdadero drama. 

Haeia octubre de 1941 Capa vol via a eslar efl Nueva York, im- 
paciente por eonseguir un encargo mas prolongado para cubrir la 
gucrra en si, en Sugar de la* lugubres calles dondc los nazis habian 
eausado tan(o surrimicnto y danos. pero nada que mereciera un titu- 
lar, Moscu se veia amenazada pt>r euatro divisiones blindadas alema- 
nas, cada una compucsta de cinco mil lanques, y Capa solidto un 
visado ruso. Pern la solicitud fue denegada 17 . El 6 dc diciembje de 
l n 4! la historia poso fin a la «extrana guerra» de Capa, asi como a 
su autlamwajto en Estados Unidos. Aquel dia por la manana los japo- 
nese.s bombardearon Pearl Harbor. El dia dc AnoNuevode 1942 lio 
Sam estaba por fin en guena con las potencies del bje: Italia, Alema- 
nia y Japon. 






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10 



Seilirse del paso 



Hablaba con a fee to de los ingieses. trat&ndotos de 

iguales: oontaba th isles sobrc la flerna con que se sa- 

li;m del paso, 

Martha GllluliKn, Tsil Death Do Ux Pert 



Una manana de principles de 1942 Capa desperto en un esfudio des- 
provisto de mucbles del piso superior dc un edificio de piedra rojiza 
de einco plantas en d fiuttioto oO de la ealle Nueve Oeste de Nueva 
York. AI coger su correspondeneia, cnconlro una alcnladoni carta de 
la nevisla Cottier s\ querian que fuera a litjdaterra y se preparara para 
cubrirel desembarco aliado en Francia o en el nortc dc Africa, Aim 
mejor; adjuntaban un talon por valor de mil quinientos dolares como 
ad elan to, o eso afirmaria cl mas tarde. Pe™ una carta del Minislerio 
dc Justicia resullo desasbosa; lo habian Itcharfo como extranjero ene- 
migo en potencia y era posible que lo enearcelaran- Como mini mo le 
prohibirian hater fotogralias en publico; solo con que sacara una Lei- 
ca en Central Park podrian detencrio 1 . 

En sus memorias dc 1947, Slightly Out oj f Focus, Capa lambien 
explicaba como se las habia ingeniadopara cubrir la Segunda Gue- 
rra Mundial siendo un wcxtranjero enemigo en potencia», el unico 
fotdgrafo que lo logro. Despues dc pedir al redactor jefe de Cottier's 
que utilizara sus influencias, acudid a la embajada britanica de Wash- 
ington. Invito a comer a un eomprensivo funeionario y lo agasajo con 
ostras y una boteila dc Montrachet de 1921. El funcionario senaki que 



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SiliTK del paso 

a lo mejor podia, h averse, un arrcglu especial*. Micnlras esperaba 
noticias de la emhajada, Capa se quedb en Washington en casa de 
Myron Davis, un EbtOgrafo de Life dc vcintilres anos, y su joven es- 
posa, Davis recuerda a Capa aducnandose del cuarto de bafio c wins- 
taliindose en la banera un par de boras leycndo sus libros». Una ma- 
rtana Capa olvido echar el peslillo. Cuando se tic-go a salir de la 
baiKTLi. Davis cogio su Rolleiflex y empe/o a hacerle fotos desnudo. 
A Capa no le hizo ninguna gracia. «Fue la iitiica forma en que logre 
sacar a Hob de mi banera», dice Davis, cuyas fotos muesiran a Capa 
leycndo una novel a de Simenon con la eara dc sueno que correspon- 
ds, Hasta la fecha sostiene que Capa nceesitaba de esc ritual mali- 
nal para «transformarse de Fricdmann en Capa». 

Capa rccibio por tin dc la embajada britanica una carta oftcial que 
serviria de documentation temporal para viajar. Volvio a Nueva York, 
donde hizo bfl maletas y salio una ultima nuehe por la ciudad. Mas 
tarde con.ta.ria que sc habia pulido su adelanto dc Colliers en una 
partida dc poquer y habia ienido que pedir prestado los einco dola- 
res para un taxi que lo llevara a un bareo de Brooklyn. Julia cspcrti 
en el taxi micntras Capa recogia varios perrnisos que lo autorizaban 
a salir dc Estados Unidos, Dejo a su madre llorosa en cl puerto dicien- 
dole adios ton la mano. Luejju bajo a su camarote para dejar su equi- 
po y sc sirvio una copa para celebrar que por tin volvia a ser corrcs- 
ponsal de gucrra. 

El barco de Capa formaba parte de un convoy y su travesia a (ra- 
ves del Atlanlico prometia ser un buen reportaic en si misma. En 1 942 
la bat&Ma del Atlantic^ cstaba en una fase crucial con enonnes pcr- 



* E* pwible que Capa <><: uhriera real menu; caitiino hasta la gucirii eon sus 
encantos, tmno mas tarde afiimaria. Pcro alguniM partes dc Slightly (in! of Facta son 
poco fiuhlei. y otras, ttiuilTTieistfS mventad-iii. De hecho, Capa tenia la intension di; 
nicer una pclicula <k M» memorias y rwann aliniio que se tntara de un relak> 6d 
de ^us vivencias dc 1942 a 1^5. Al puhlitars« en 1*47, a ia sobrccuhiertii de 
SUghtfy Out ef Facta st leian incliiso una* palabrai dc advtrtencia del alitor- «A1 s*r 
logicamcnte Ian dificil escribir sobrc La verdad. nrc he pi'rmitido en su propio into- 
«& ir un poc« miia alia pcro a ctfe lado de clla. Tmlire los hechiw y pcraoiuts que 
apareccn en csie libro son CbttoiMB y ticnen algo que Wf con la Vtfdi&ft 



131 



Ssngre y etrampan 



Saline del pMfl 



didas en mercancias causadas por los voraces submarinos alemanes. 
Erttre Capa y la scguridad se inlerponian Ire mil mi [fas dc mar cruel, 
plagado de flotillas de submarinos que se elevaban a mas de cienlo 
euarcrda unidades. No exislia un momenlo mas peligroso para cruzar- 
lo hasta Gran Bret ana. 

Al dia siguiente Capa se presento al comodoro Magee, que esta- 
ba al mando del convoy. Magcc habia servido en la famosa Patrulla 
de Dover durante la Gran Guerra y se habia rctirado who anos an- 
tes de reincorporarse al servicio en 1939. <qBueno, pues no euente 
con ninguna maldita primieia en esla (ruvesia! adviniu a Capa , 
Nuestra mision no es luchar, sino huir y esquivar. Preferimos lener 
cien buqucs de carga a salvo en el puerto que cien CTUCes tie victoria 
cualquier dia de estos : .» 

Llevaban varies dias de travesia cuandu sono una alarm a. Se 
habia detectado una flotilla de submarinos a treinta milLis. Capa saco 
sus camaras y I lego justo a tiempo para fotografiar a los marineros 
salir de una sal a de maquinas y corrcr a sus puestos. En ta cubierta. 
vio un destruclorcreando una eortina de humo proteclora; sc eleva- 
ban nubes negras del barco mientras navegaba a traves del convoy. 
Pronto' dejo de ver a tos oficiales a poeos metros de dislaneia.. por no 
hablar de los veintitantos barcos del convoy. Al atardecer el mar es- 
lal!6 con la explosion de profunda* cargas. Transcurrieron horas 
espanlosas antes de que btenvenidos destructores britanicos se unie- 
ran a I eonvoy y empczaran u escollarlo a un lugar seguro. 

Capa I lego a Londres a mediados de mayo. Quentin Reynolds, el 
corrcsponsal de Cottier's asignado para cubrir noticias eon el, Slego 
una semana despues. Borrachin ejttravertido nacido en Brooklyn que 
pesaba easi cien kilos, se gano ense-guida la simpatia de Capa mien- 
tras recorrian los pubs londinenses. «E1 espiritu de Londres — escri- 
bio Capa puCO despues del bombard eo pero anles de la total inva- 
sion norteamericana de Irtglaierra, era abierto y acogedor\» Una 
noehe se eneontraron con el teniente Riehard Llewellyn, aulor de 
How Green tVas My Valley {jQtte verde era mi valie!), unas memo- 
rias de su nine/ en una comunidad minera galcsa. La pelicula basa- 
da en ese libra habia ganado el Premio de la Academia a la Mejor 



Pelieula de 194 L «^C6mo es de verde tu valle?», le prcgunto Rey- 
nolds, «Ven a verlo por ti mismo — respond id el eseritor — . A ver si 
he exagerado el cuadro, A ver como viven esos hombres y mujeres... 
esa gente que esta arrancando carbon, que trabaja para una de las 
industrial bclicas mas csenciales*.» 

Capa y Reynolds siguieron c! consejo de Llewellyn. A principios 
de junto cogieron un tren a Gales y a continuation rueron en eoche 
al pueblo de Gilfaeh Gocb, en una region enlre Cardiff y el parque 
nacional Brecon Beacons conocida eomo el «Valle Perdido» s , El 
hollin gris cubria las calles y las laderas, y envenenaba la hierba. La 
Gran D^presion de los afios ireinta aun pcrsistia, muchas dc las tien- 
das estaban ccrradas con lablones y la mayoria dc las: familias lucha- 
ban por llcvar la comida a la mesa. Capa fotografio a nifios bajar 
corriendo una ealle vaeia, detras de los cuales h-abia lerrazas empina- 
das de casas de mineros que terminaban en un horizomt; gris. una 
vista que poco ha eambiado hoy. Una de sus fotografias, que mues- 
tra a un minero saliendo a la superfieie tras una larga Jornada, fue 
scleecionada por la re vista US Camera como una de las mejores fo- 
tografias de 1942. Otras imagenes mostraban a hombres saliendo de 
un poiro, parpadcando bajo el sol abrasador el dia dc paga, la denla- 
dura blanea destacando en sus caras enncgrecidas. 

El siguientc encargo dc Capa fue fotografiar las tecnieas pione- 
ras de la cimgia plastica, una rama de la medic ina que avanzaba a 
gran vclocidad en respuesta a las heridas de guenra. Un caluroso dia 
de julio, en una sala de quirbfano kmdirtense, Capa vio como el 
doctor Thomas Pomlret Kilner se preparabu para tiperar a un joven 
pol;tco Efl otono de 1939 la culata de un fusil aleman habta desiro- 
/ado la cara del pt^laco haciendo desaparecer su nariz, y Capa icnia 
instruct iones de fotografiar a Kilner construyendole una nueva. Con 
cl estdmago revue llo vio como Kilner cogia un bisturi, abria la na- 
riz y empezaba a relirar fragmentos de bucso y cartilage rotos. Bajo 
ul efecto del gas y el eter, el polaeo donnia como un nino. No se )c 
movja ni un musculo facial. De pronto uno de los cinijanos. ayudan- 
tes de Kilner dio un codazo a Reynolds y senalo riendo a Capa, 
cuya «cara normalmcnle eolorada estaba gris palida». Reynolds y 






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Satl^rii y chiimpin 



Saline del paso 



Kilncr acompanaron a Capa a k antes a fa. «Me desmayo». gimio 
Capa. 

Kilncr rnandd traer un gran vaso de brandy. El buen brandy es- 
caseaba enronces en Londres, reeordaba Reynolds, y le parecid ri- 
diculo malgasiarlu en un «hombre uiconsciente», de modo que se lo 
bebid el. Cuando Capa volvid en si, Reynolds le dijo que le habia 
dado una copa dc eonac de primera caiidad para rcanimarlo. «jDebia 
de ser muy bueno, ponque no me he enterado!», respond! 6 Capa''. 

Fue alrcdedor de esta cpoea cuando una tarde en el cuarto oscu- 
ro de Life de Dean Street, en el Soho, Capa conoeio a I apuesto fold- 
grafo de la revista Yang, Sergeant Slim Aarons. Aarons acababa de 
fctografiar a Winston Churchill en Downing Street, Recuerda que 
Churchill «cstaba eocido, tola Ime rite cocido>*, y habia folografiado a I 
inspirador dirigente britanieo muy desmejorado, «Yo tenia esa gran 
primicia, pcro cuando llegue al laboratorio de Life, Tevetaron la pe- 
licula y estropeamn la foto. <Que podia hacer? No podia malar :i 
nadie. Capa cstaba atti y dijo: "Vamos, hare que te sientas mejor". De 
modo que me llevo a un club de Mayfair y al cabo de cineo minulos 
tenia a siele chicas alrededor, Nos divertirnos mucho y nos recorrimos 
toda la ciudad esa nochc. Alia adonde ibamos, Capa eonoeia a al- 
guien,» 

En una fiesta el verano anterior, Capa habia conoeido a olros 
eorresponsales extranjeros en Londres, entrc ellos Mary Welsh de 
Life, una rubia menuda que poco despues empezd una avcnlura sen- 
timental con Ernest Hemingway. En otofio de 1442 Capa reanudd su 
amistad eon Welsh y otros, y asistio a fiestas organ i^adas pur la an- 
fifriona de la alta sociedad norteamcrieana Pamela Churchill. Pelirro- 
ja, voluptuosa y scKiialmente omnivora, Pamela estaba casada enion- 
ccs con Randolph Churchill, hijo unico del primer mi nistro. Cuando 
Randolph no andaba cerca, Pamela lo pasaba en grande Organizando 
reuniones desenfrenadas y aeostandose con grandes generates, tanro 
norteamerieanos como britanicos, asi como con el (amoso locutor 
norleamericano Edward R. Mutrow, Tambien encontrd tiempo para 
beher y bromear ton Capa en un bar del Soho Hamado White Tower, 
Varias decadas despues, ella todavia se rcia al recordar al Capa que 



habia eonocido en el Londres de la guerra. So&tcnia que el se habia 
cambiado de nombre para evitar el antisemitismo y poique hacia que 
gente importante lo eonfundiera con el director Frank Capra. 

Cuando Capa no estaba tratando dc ligar con chicas de la alta 
sociedad londinensc ni bebiendo con la nuera de Churchill, pasaba la 
noelie con prostitutas que se agazapaban en laoscuridad alrtdedor del 
Shepherd's Market, que se liallaba a un eorto paseo del hotel Dorches- 
ter En una ocas ion, recordaba Pamela Churchill, pidieron a Capa con 
amabilsdad que se marehara porquc el gereme estaba «cansado del 
continue desfile de jo\enes» que se llevaba a su habitacidn 1 . Como 
Bara, la version ficlicia que habia cserito Martha Gcllhom dc cl, se 
«aferraba a las pmstitutas por^ue le gustaban... cran tan independien- 

tes como eb)*. 

Hacia principios de agoslo, varias semanas despues de su llega- 
da a Uran ftretana, Capa scguia sin reeibir los papelcs para cubrir las 
opcraeiones militates tuera de Gran Bretana Sin poder abandonar el 
pais, se pcrdid lo que habria podido scr su primer gran reportaje dc 
la guerra: el intento aliado dc abrir una cabc/a de playa en Europa 
QccidenLal, El 19 de agosto Reynolds informd sin Capa sobre un 
descmbarco anllbio en el puerto Frances del canal de !a Maneha de 
Dieppe. El desembareo acabo en un sangriento desaslre. Seis mil co- 
rn a ndns, en su mayoria canadienses, desembarcaron bajo el feroz 
fuego aleman Al cabo dc unas horas, mas de la mitad cstaban muer- 
tos, hcridos o hechm prisioneros. 

El 8 dc scptiembre de 1942, los altos mandos de Londres y Wash- 
ington acordaron empezar los bombardeos nartcamericanos dc dia 
sobre las ciudades alemanas, coordinados con ataqucs aereos noctur- 
nes en gran escala de la RAP, Mientras Reynolds escribia informes 
eortados por la censura fiobre Dieppe, Capa visit6 una base aerea 
noncamericana en Chelveston, en las afueTas dc Londres, En la base 
vivian ya las tripulacioncs de cuarenta y ocho Fortalezas Voladoras: 
los famosos bombardcros B-l 7, equipados con un par de amOtralla- 
doras Browning 0,5 en torretas que permitian que una formacidn 
cerrada arrojara luego antiaereo en cantidades sin precedentcs. Un 
armamento tan potenle era de vital importaneia; en otofio de 1942 los 






134 



135 



Sangre > ehatiipari 






B-l 7 nocesitaban toda la proteccibn que pudieran obtcner para enfVen- 
tarse contra las bandadas de Bf-10°- Mcsscrsch mitts que saltan a su 
encuentio en cada mis ion sobre el Tercet Reich, 

Pero la siuerte de Capa aiin no habia cambiado. Fl ma 1 1 tempo man- 
tuvn ti las tripulaciones varios diss en ticira. Mientras esperaban para 
despegarcon urgcneia, el se ejercitoen nuevas modalidades de poquer, 
el «arte masculine de la aiJlodcslnicei 6n», «Estaba perdiendomi euen- 
ta de gaslos hasLante liberalmente — reeordaba , Las partidas duraban 
ha*!a alias horas de la madmgada*'.» A I final, iras innumerable* parti- 
das de «spit-in-the-ocean» poquer y «rcd dug» poquer, asislio a una 
ictjsa reunion informative a lascincode (a madmgada. Un joven eora- 
nel se levanto y sen a to algo en un gran mapa de la pared. <d tab ran oido 
hablar sin duda ante* de este bianco dijo . Se rrala de Saint Nazaire. 
La RAF lo ha bombardeado m tic has veees. pero ahora es mas impor- 
lante que nunea, porque es de Saint Nazaire de donde sal en los subma- 
rines na*is para atacar los convoyes" h .» 

La tripulacion volvio a su sala a esperar la liamada deeisiva. De 
pronto hubo una oleada de entusiasmo. Se oia a I querido comedian 
tc norteamcricano Bob Hope hacer bromas, y por unos momenlos la 
in is ion ffoedo oividnda mientras los aviadores se apinaban alrededor 
de una pequena radio. Fcto de repente liego el espcrado a nuncio: 
«A sus an ioncs». Mientras la tripulacion de los aviones despegaba, 
Capa eorrio a la torre de control, desde donde rotografio a las Forta- 
lezas cargadas de bombas elevandose poco a poco en el aire. Comb 
veinticuatro aviones despegando, Sets horas despucs. volvicron solo 
diecisicle. Una se vio obligado a hacer un aterrizaje forzoso; le ha- 
bian a lean/ ado el trcn de aterrizaje en el ataque aerco y vnrios miem- 
bros de su tripulacion habian muertu o esiaban heridos. 

Capa eorrio haeia el avion mientras este se des!i/6 por una pista 
dc atenrizajc de cesped hasta detenerse, Vio abrirse la escotiMa. Un 
joven soldado mutilado fue atendido rapidamente por los miembros 
del person a I medico que espemban. Siguieron dos cadaveres. El ul- 
timo en salir dc la immli/ada Fortaleza fue el pi to to, sangrando de un 
cortc en la cabeza. Instintivamcntc, Capa se acerco mas para hacerle 
una foto. El traumatizado piloto se volvio had a el furioso. ^De modo 



136 



Salirsc del pasiii 



que eso era lo que Capa habia cstado esperando'-' ,',lma.genes de sus 
eotnpaneros muertos y ensangrentados? 

Capa escribio en Siightiy Out of Focus que habia cerrado la ca- 
mara de golpe y se habia march ado del aerbdromo sin decir una pa- 
labra mas, y en el tren de rcgreso a Londres se habia prometido a si 
mismo dejarde ser un «emerradoD>, Si tenia que asistir a enlierros, 
deberia parti ci par tambien en c! wcortejo funebre». Hn adelanie len- 
dria que acompanar a esos hombres en misiones posiblemcnlc fata- 
les. Lost combatientes solo lolerarian su presencia si experimentaba 
a su lado la guerre, Capa anadio que la pdicula que habia sacado de 
los aviadores muertos y hcxidos «mo5traria a la gente el verdadero as- 
pects de la guerra». Pero sus fotos de avi adores hcridos resultaron set 
demasiado sangrientas para eualquier revista. 

£se no fue el final del poco aforuinado reportaje de Capa, Sus fo- 
tos. segui; contaria el mas tarde a un enlrcvistador de radio, «de al- 
gun modo habian Ipasado] los censores sin ninguna clase de censu- 
ra. [Illustrated] qui so pubSiear en portada una tbto de un joven en el 
morro de un bombardcrij. Por desgracia habia una pequena cosa ne- 
gra que resulto ser una mira dc bombardeo secretiiw. 

«La pequena cosa negran era la mira de bombardeo ultraseereta 
Norden. tan precisa que decs an que permit ia a los bombardcros *<de- 
jar eaer una bomba en un barril de salmuera"" 1 - Cuando los censores 
vieron la foiograTia, Illustrated ya habia impreso cuarenla mil ejem- 
plares. Len Spooner, el redactor jefe, se vio obligado a cambiar en el 
ultimo momcnlo la foto de la portada a un coste e!evado i: . Por for- 
luna no le guardo reneor a Capa nor ello, y con los anos el y Capa se 
hicieron buenos amigos, Admiraba mueho a Capa como fotografo de 
notieias y no tardo en eshibir su talento en gonerosos reportajes a 
doble pagina. Cuando Capa consiguib pt^r fin autorizacion para cu- 
brir la guerra en el nortc de Africa a principios de 1943, Spooner se 
comprometib cntusiasmado a tener en cuenta los reportajes que le 
enviara. 

Antes de partir haeia Africa Capa ecno con Vincent Sheean y su 
mujer Dinah, a quienes luego aeompano a ver a la hermana de Dinah, 
Blossom, que vivia ccrca de Reading, BUwsom estaba casada con un 






137 



Sangre y champan 

praspcro fabricanle de aviones, Frederick Miles. Capa disfruto de la 
compania ingeniosa y poco pretenciosa de los Miles y dectdio volver 
a hacerley una visit ii un fin de semana, En esa ocas ion descubrid con 
gran placer a ntra invitada: una rubia rVescVn llamada Elaine Justin 1 *. 

Elaine tenia un sentido del humor coniagioso y un tipo magnifi- 
es: tenia veintieinco .sfms y buscaba una aventura sentimental. Su 
matrimonio con John Justin, un atractivo pilolo de la RAF, ya habia 
tcrminado, o cso afirmaria mas tardc. Caulivado por su bonito pelo, 
Capa pronto empezd a llamarla Pinky y a prodigar encanto. En cier- 
to tnomenlo do su estaneia, Capa sc dosperio tie una siesta y vio a 
Pinky de pie junto a un gramdfono en la saia de estar, con un cenido 
vcslido ncgn>- Baitando la rumba y bebiendo champai^ el I a sueum- 
bid rapidamente a sus encantos. Durante el resto de la guerra, cada 
vet que el volvia a Londrcs, ella io cspcraba, a menudo con una bo- 
tella de champan fria y las Haves de un atico, donde hariati apasio- 
nadamente el amor. 

Una noche de primavera de 1943, con un uni forme de correspon- 
sal hecho a medida, Capa se bebib una ultima botella de champan y 
se despidid con un besode una llorosa Pinky en la estacion de Eus- 
ton. Pinky canto un trozo de su cancidn favorita, J'allendrai, y Capa 
se subid al tren de las 7.30 a Glasgow T donde debia embarcar en un 
barco de transporte de tropas con rumbo a I norte de Africa. Despues 
de mucho esperar volvia a dtrtgirse a las primeras lineas del frente. 



138 



11 
El desierto 



<tSo!o hay cuatno cosas imprcsdndibleii: ropa, comida, 
tabacu y loda lit stgkJfidad que seas capa;' de propcn - - 
ekinarte. (...) Sin corrco ni obligacioncs ni prcwupa- 
cioncs... i,iiui mas puede pedir un hombre'.'w 

Eioiii- PiLU, jifi-ka dot Nortt, 1W 



La division escoecsa a bordo del barco dc transporte de tropas de 
Capa sabia que la guerra que se tibraba en Africa aCababd de cntrar 
en una fasc deeisiva. En calidad dc rclucrcos, se adenirarian en las 
prim-eras lineas del frente para relcvar a hombres que llevaban meses 
luchando en las infernales temperaturas del desierto. Se rumorcaba 
que era imninente una gran ofensiva. 

Antes de que cl banco atracara en Argcl. los cscoceses se habian 
acostumbrado al exdtico hungaro que se haiiaba cntre dlOft, con su 
uni forme hecho a medida y destrozando el ingles con un acento Ian 
cerrado como el de cualquier soldado de los Gorbals*. Pot lo que 
se referia a Capa, se habia resignado a hacer aun mas iramites bu- 
rocraticos eon los oficiales de re lactones publicas en CUftBtO desem- 
barcara. Probablemente pa*arian semanas antes dc que pudiera fo- 
tograliar pur fin la guerra, que ya haeia ires anos y medio que habia 
comenzado. 



* Barrio ntm-ris tie Gbttgow. (W. del E.) 



139 



Sangre y ehampin 



Le sorprendio por tanto eneontrarque nadie queria examinar sus 
papeles, cucslionar su acento o arrebalarlc las camaras, sino todo lo 
contrario. El ofkial dc relaciones publicas lo subio raptdanienle a un 
jeep y le dijo que mas valia que se pusicra en eamino inmedialamentc 
si quma ponerse al dia de la guerra, a varies cientos dc k<16mclros 
de distancia en d accidenlado interior de Tunez. 

Durante el siguienlc dia eon ,su correspondienlc noehc, eruzo un 
lerrenoque k- rircordo mueho al arido interior tic l-\p;ih;i. :iun L jLie Lis 
lemperaturas eran niucho mas clcvadas que las que habia soportudo 
incluso en China: lejos de la costa, llegahan a veces a los 42 n C a la 
sombra, Mientras el jeep pegaha botes por carreteras abicrtas por 
tanques. disfruto del sol y admird las colinas que se extendian aqui 
y alia cuhiertas de limonares y valles exuberames. 

Capa llego por Tin a la eiudad tu nee in a de Gafsa y lo alojaron en 
una escuela arabe abandonada. Esa noche sofid que era cl primer 
fotografo en documentor la captura dd rnariseal de campo Erwin 
Kommd, Pero cuando despcrto, apenas podia abrir los ojos: la parte 
superior de su eara que habia quedado al deseubierto estaba cubier- 
la de pieaduras de insectos. Mas larde esa muhaiiu. en un eainparnento 
de prensa levaniado apresuradamente en Gafsa, te informaron sobre 
la guerra en Africa. 

En noviembre de 1942, mientras el se habia dedicado a cailejear 
por Londres, tropas britanieas. francesas y norteamerieanus habian 
desembareado en el norte de Africa y ascgurado rapidamentc la pri- 
rnera gran victoria de los aliados contra Hitler. La guerra del desier- 
to se ha I Lib j en esos mementos en su ultima fase, El Segundo Cuer- 
po del general norteamerieano George Patton luchaba contra los 
ita Marios y to.s alcrrtanes, avanzando desde el wste mientras Montgo- 
mery pcrseguia a Rommel a traves del sur de Tunez*, 



* La comente [amhi<-n. se vwlvia contra el £je en el Freirie Oriental. £131 dc 
enero de 1943, en Stalingrado, cl lyerdui Kojo del general CfaHoPV tuibui ubligado 
al iruirisujil dc campo Won Paulas a rendirsrc™ Jo que quedaba del Stxit> Rjereito 
de Hitler [r-iH uii ierriblc srtio que costii n la Wehrroachl Ircscientoj mil hnmbres y 
puso tin al vraaeP liiici* cl cslc de- Hitler. 



140 



I I deHterto 

Entre los eorresponsales colegas dc Capa estaba el singular norte- 
amerieano Ernie Pyle, un hombre eon aspeeto degnomo y llacocomo 
un palillo, querido por sus cronieas sen l: ill as pero elegantes sobre el 
yugo y el horror de la guerra del soldado medio cslade-uriidense. Pese 
a su aspeeto doctl. Pyle no se andaba eon miramientos en sus artieulos, 
Una de sus primcras cronieas sobre Africa habia sido una firme conde- 
na a la negati v.a de Eatados Unidos a expuhar a los oficiales eolabora- 
cionistas del Africa Iranecsa de Vichy. «Hemosdejadocn sus eargos a 
la mayoria de oficiales de poca monta puesros alii por tos alemanes 
antes de que nosotros llcgaramos — eseribio Pyle — - Estamos penni- 
tiendo que sigan existiendo drculos rascisias.rt 1 

A finales de mar/o de 1943, Capa se dirigio a la eiudad tuned- 
na de El Guetar. Unas semanas antes el Eje habia contraaiaeado y 
obligado a las tropas norteamericanas a cruzur de nuevo una deva- 
da garganta montanosa Hamnda cl paso de Kasserine, en la frontera 
dc Argelia con Tfiaez, En esos momentos e! Segundo Cuerpo de 
Patton estaba inmovilizado eerea de El Guetar, dondc se habia encon- 
trado con una resistencia inesperadamente eneonada de la infanteria 
ita liana, Por el camino Capa pidio al conductor del jeep que parara 
e hizo sus necesidades cere a de un cactus. Vio eon gran horror un 
pequcno letrero de madeni: wAchtungl Minen!» J ; se habia adentrado 
sin saberlo en un campo de minas aleman, Ordcno al conductor que 
t'uera a buscar ayuda. Unas horas despties un equipo de dcsaelivacion 
de tninas llego junto con un fotografo de Life, Eliot Elisofon, que hizo 
folos dc Capa alii alrapado. 

El incidents provoeo muchas risas en cl campamento de prensa, 
pero mas tarde esa noche, eseribio Capa. la hilaridad se convirtio en 
terror cuando los aicmancs bombardearon el campamento. Varias de 
las tiendas se sollaron y se alejaron volando, dejando muy alterada a 
loda la prensa acredilada menos a Capa, quien afinno que habia dormi- 
do a lo largo de iodo el ataque aurco. A la tnanana siguienie se L-ntero de 
que la situacion en Kl Guetar era cada vez. mas precaria. Los norteamc- 
rietirtos flaqueaban, hasta el punttt que el general Eisenhower ordertd a 
su compaficrode West Point, d general dc division Omar Bradley, tjue 
fui=ra a la eiudad para levantar la moral norteamerieana. 



141 



Sangn; y cfiampan 



Fl desiertD 



Cuando Caps llegd, encontro a los norteamer icanaj atrincherados 
en la cresta de un monte que dominaba uti paso estrategicamente im- 
portante. Una mariana se reunid con los soldados en los hoyos de pro- 
tection de fa primera linea del frenle niicntras eocinaban unos viveres. 
En el pteciw momenta en que comia con apetito voraz una lata de ju- 
dias btancas, un proyectil Bilbo sobre su cabcza y se arrojo al suelo para 
cubrirse, derramando las ju dias eon came por todo su uni forme de eorte 
impecable, Mienlras los norteamericanos trababan batalla con cincucn- 
ta tanques y dos regimienlosde infanleria alemanes, el observe desde 
una (rincherade la primera linea. Esa tarde llegaron ires generates nor- 
teameriuanos en busea de «un asiento de tribuna para an i mar al equi- 
po»; Patton en persona, cl general de brigada tejano Terry Allen y 
Teddy Roosevelt* que estaba al mando de la I ." Division «Cada vez 
que alcanzaban un (anquc ateman — eseribio Capa — , Ration rebosaba 
de plaeer debajo de su casco de ires estrellas 4 .» 

Capa fbtografirj durante tres dias la batalla por El Guetar, sin 
arenas dormir y soponando el incesante bomhardeo. «Todas [las fo- 
tos de Capa] son fotos del frente — anunciaba Collier k el 1° dc ju- 
nio de 1943 — Muchas se han hceho con considerable riesgo; uno de 
los tres diss, el sehor Capa luvo que eobijarse ferece veces de los bpm- 
barderos en picado akmanes, y pasd varias horns agachado con sus 
camaras en trincheras y refugios .subtemineos'.w 

«t;se dia se me metid mucha lierra en el objerivo — expiicd el a 
Colliers— , y pasc tanlo miedo que se me revolvid el eslomago 6 .» 
Cada nochc. despues de eubrir la batalla, Capa se bebia con los 
demas corrcsponsalcs una boiella de vino argelino. Cuando ellus se 
vanagloriaban de to guapas que eran sus novias y csposas que Jos 
esperaban en Estados Unidos, Capa hablaba dc Pinky, pero euando 
deseribra el eolnr de su pelo, sus colegas se reian con incredulidad. 
«Decian que no cxfciian las mujeres de pelo rosa recordaba el— 
y que deberia fener la deeencia de mentir henrosamente sobre las 
rubias, morenas y pelinojas, como hacian todos, Yo no tenia ningu- 
na foto para demostrarlo T F » 

La batalla de El Guetar sc probngd oiras Ires semanas, Segun 
Collier's, las tropas italianas habian huido con lanta precipitation que 



los soldadtis estadounidenses encontraron platos de espagueti y albon- 
digas todavia ealientes en las mesas de sus oficiales, Micntras los 
aliados acababan con lo que quedaba del Atrika Corps y el ejercito 
italiano, haciendolos eorrer hacia los puertos mediterraneos de Tunez 
y Bizerte, Capa decidio reunirse con el Grupo de Homhardeo 301, eon 
el que habia aprendido a jugar a I ured dog>: poquer en Inglatcrra. 

En esos momentos el 301 tenia su base en Constantina al none 
de Amelia. A prindpios de mayo, Capa se eneontro jugando de nue- 
vo al poquer y perdiendo grandes sumas durante varios dias que e\ 
mal liempo mantuvo a las tropas en tierra. l J or Tin se )unl6 eon la tri- 
pulacion de an tal teniente Jay, que la noche anterior habia giinado 
muchti dinero en una larga paitida de poquer, se dijo que Jay querria 
proteger sus ganancias y lo llevaria de vuelta sin incidentes en un 
bomhardero B-17 (iamado nel Goonw*. 

Capa acumpano varios dias a la tripulaeion del Goon en ataqucs 
aereos contra el pucrto de Bizerte, que seguia en poder de los aletna- 
ncs. El oxigeno que bombeaba a travea de su careta le curaba las re- 
sacas, y cl Trio a seis mil metres dc altitud era un cambio agradable 
del insoportable calor que hacia en tierTa En varias ocasiones Capa 
afirmd que cl Goon sc habia enconlrado con carkmes antiaeretis. En 
una oeasion los puntitos plaieados de ios cazas descendicron en pi- 
cado del eiclo siempre azul y ameirallaron el luselaje del Guon. En 
olra mision cl avion volo tan bajo que Capa consiguio fotografiar su 
sombra en el agitado Mediterraneo treinta metros mas abajo. 

Cuando el Goon volvid a aterrizar en Constantina despues de 
una misi6n T Capa se cntero de que cl Primer Ejcrcilo habia libcra- 
do Tunez el 7 de mayo y los nurteamericanos acababan de tomar 
Bizerte, E! movimiento de tenazas mas ambicioso de la historia 
be I tea, que abarcaba del Nile al Atlantico a iraves dc miles de ki- 



* Acumpaiiar 9 lu iripulaci&n tic M" bumbardcFo Ma una empress esflda. pue*- 
lo que los mu&xm noneaiTwritanos sulneron las DU^atn twjas cntre loa aliadus 
a lo lai^o dc lotia la yuema, Se valcula que apciias uno dc cada cusiiru hombnes s*- 
brevivio a! bAbkio dc misionm t)ut debian buctr antes dc volver a su pais, nwmal- 
mente cnlne trcinla y meinui y tinco ataques aereos. 






142 



143 



7 



Sangre y thampan 



lometros de inhospilo desiento. habia tcrniinado en una apotedsiea 
victoria*. 

Capa y algunos Cttftesponsates man lo celebraron en Tunez con 
una juerga que dure toda la nochc; d alcohol 11 ego gracias a un asalto 
a un almacen capturado. Cada nueva victoria aliada era seguida in- 
variablementc de terrible resacas entre la prensa acreditada, que, a 
diferencia de los soldados, podia bebcr hasta perder d sentido cuan- 
do se presentaba la oportunidad. 

Sabiendo que lal vez no icndria otra oportunidad para relajaise en 
varios mesesi, Capa consiguid del eonsulado britanico de Argel un 
perm iso de cuatro semanas que le permit ia volver a Inglatcrra. L le- 
go a Londres a principms de junio de 1 943 y se registrd en el Savoy, 
que siguid siendo hasia su rnuerte su hotel favortto de Londres. Una 
noche se sento a tomar eopas con el corresponsal del Chicago Tribune 
en el concumdo bar. John Steinbeck, al autor de The (Jrapes of Wrath 
[Las uvas de ia ira, 1939}, a qui en Capa no conocia, se hallaba lo 
sufieicnlemente cerca como para oirlo, Acababa de llegar a Londres 
con un ertcargo para el New Yurk Herald Trihurie*. 

«[Capa, no lienes ninguna imegrtdad], grufid el reportero del 
Chicago Tribune. Est estallido intrigo a Steinbeck. «Mo faseino que 
alguien pudiera caer tan hajo como para que un reportero del Chica- 
go Tribune le dijera lal cosa. Mice averiguaciones sobre Capa y de^ 
eubri que era totalmente uierto** L » 

La revista Life tenia entonces unas ofidnas ampliadas en Dean 
Street, y cuando no estaba en el pub de a I lado, Ilarnado Bath House, 
Capa flirteaba con muehas de las chicas de la plantilla. Una de las 



* Los altsmanes y !os icaliantis habian perdido a J49.2M (Himhrcs entre inuvr- 
[os y pnjikincros. HI sue™ de II Dull- decrear un nucvji Imperio m^ano hafcia [cr- 
muudo en ttenma tout en los mismos; desiertos dande Escipiin el Afrkano habia 
vaicido a las «irlaguKS*.<i de Anibal en Zama. Los norteairtcrieanos, tras m vndJanie 
rautotta, tabta dfanattmdo b que valian. |, os brittWcw, que tlevaban tm anm 
luthando conim Rommel to Franc fa y en l-1 norte de? Africa, cstaban radianics dc 
ulegria, conw era legi'timo. y Monijwmery era un hiroe naciunal. 

** Steinbeck nunca explieo p<irqtie Capatarttia dc iniegritUdL pen: le -.rrviii 
como una bucna aijecdnta. 



HI desierto 

corresponsales, Mary Welsh, presencio una de sus chispeadiis visi- 
tas de media larde: «Casi se niu el aumenlo de los talidos de los co- 
razones ibmenino* alredcdorde la o6ctna»', Trahajar para Life tenia 
sus inecntivos: secreiarias atmetivas a quienes no les importaba que 
les pelllzcaran el trasero, cuentas dc jjastos saneadas y tralo prefenente 
de la cada vez mas formidable Organizacion de Relaciones Piibli- 
cas de los aliados. que en esos moment us eonstaba de varios cientos 
de oik tales eon ordenes estrictas dc obtener una eobertura dc la gue- 
rra que ievanlara la moraL Y para los que neeesttaban tomarse un des^ 
canso de un Londres en liempos de guerra, la revista proporeionaba 
un reFugio para el Ttn de semana que no lardo en conocerse como 
Time Out. en una flnca proxitna a High Wycombe, en Bucking- 
hamshire. 

A menndo era dificil eonsetiuir cama en Time Out. Mary Welsh 
reeordaba que un fin de semana habia Umta gente que acabd compar- 
tiendo una eaina con Capa y Pinky, <mna bonita y dulce rubta freson 
[...] que gustaba a lodos e iba a menudo a pasar el Fin de semana a 
Time Owt». A pesar de que les dicron Sa mejor habitation, el trio paso 
una noche terrible, «la pequena Pinky a la derecha, Capa respirandt^ 
bajito pero fijriosamente en el centra, [Welsh] colgando sobre el horde 
iviquierdo hasta que el costado derecho bc le resintid)) 1 ". 

Las vaeaciones de Capa tenninaron a principios de julio con un 
lelegrama de Cottier tt: «Lamentamos tener que pedirle que vuelva a 
Nueva York» 11 . Se entero honorific de que su conlTato expiraba el 
19 de Julio. Tenia quinee dias para enconirar otro trabajo o abando- 
nar la guerra, pero se puso inmediatamente en contacts eon la ofict- 
na de Nueva York de Life y les pidio que vokieran a contratarlo 82 . A 
principios dc julio subio a un avion que se dirigia al norte de Africa 
con la esperanza dc que Life le proporcionara una autorizacion. Muy 
cnamorado en Mas dias de Pinky — Uevaba su foto en la eartera — , 
Capa pennanecio sentado en el ruidoso avion que volaba al sur. de 
vuelta a Argcl y a un Tuturo inciertrx 

Eo Argel se entcri* de que los aliados estaban a punto de invadir 
Sicilia, un prcludio de un ataquc mas amplio en el interior de Italia 
Era su t^portunidad de conseguir una exclusiva. Si lograba encontrar 






144 



145 



Sangrc y ctiampan 

tomo fuera la forma de unirsc a las primcras tropas norteamericanas 
que atemzaran en tierra ita liana. Life probablemente le ofreceria otro 
eontrato. For fin cmpe/6 a eambiartc la suerte: en el eainpamento de 
prensa de Argel conocid a tin fotografb al que le habian asignado 
sal tar can la 82." Division Aeroiransponada en la *ona at cste de Pen- 
le Olivo. El fotografb sufria una seria «diarrea de vi vexes de campa- 
na», y cuando Capa se of'reci6 a ocupar su lugar. enseguida acccdio 1 \ 

Capa fue corriendo a un aerodrome improvisado cerca de Kai- 
rouan, en el desierta tuned no, donde locals a un cuntacto de Lon- 
dres. un ofieial de relaciones publicas que !o presento al general de 
division Matthew Ridgway, al maridode la X2 J Division Aerotrans- 
portada, Ridgway habia vislo la obra de Capa y admiraba su desca- 
ro. Sin saber que sus papules eslaban a punto de eftpirar, aceedib a que 
e1 hungaro insolenle pari ici para en fa invasion de la 82 . u Division 
Aerotransportada de Sicilia 14 . 

I'ero al final Capa no se unib a la primera oleada de tropas que 
aterrizaron en Sicilia, y hasta despues de que los nortcamericanos se 
hubieran csiablecido en la eahcza de playa no se enconiro junto a 
dieciocho jdvenes paracaidistas en un avion incstable No babia 1o- 
grado aeompanar a los invasores, pcro le habian pcnniiido fotogra- 
fiar a los refuenzos que iban a scr Lmzados detras de las linens ene- 
migas. Mientras cru/aban el Mcditernmeo, varios hombres vomitaron 
de nervios y mareo, Fotografib sus caras resueltas y sonrientes. «No 
haria iu trabajo por nada del mundo — le dijo uno , Es demasiado 
peligroso ls .» Capa nunca habia hecho practicas de paracaidismo y por 
lo tanto tenia prohibidu sahar Cuando la In/ eamhib de verde a rojo t 
se sintio tan lerriblcmente solo que decidio que la siguiente vez el 
tambien sallaria de lacseolilla a la oscuridad del letritorio encmigu 

«En adelante — recordaba el general James M Gavin de la &2* Di- 
vision AcrotTansportada [Capa| no p;im de munnurar en el idio- 
ina dc Capa que querta saltan Llegamos por fin a eso en [nglaterra, 
donde hizo loseinco sattos deenlrenamienln rcqueridos. Lucgo nos 
fue muy detras para hacer un sal to de eombate. Como no podiamos 
saber con antelacibn la fecha exacts de nueslro siguicnlc sallo de 
combatc, luvo que esperar con nosotros mordiendose las unas. Eso no 



146 



El desierto 

iba con el, Dividido entre matar el tiempo en Leicestershire y visiter 
los antros de perdicibn del Soho, mostrb una comprcnsible inclina- 
cion por lo segundo, [,..] Era un huen tipo. Su conversacion no sc 
limilaba a su letna, esto es. como hacer fotos, Habia adquirido mu- 
cha experiencia practica dc eombate y entendia mas de juzgar tropas 
dc eombate y corabalir que In mayoria de los 1 1 am ados espertos"'." 

Capa seguia sin tener notieias de Life y se aeercaba la fecha lope de 
julio. HI dia 19 Collier > le dio instruceiones dc abandonar el frentc v 
volver inmediatamente a Nucva York. Corriendo el mayor riesgo de su 
carrefa, 61 Uesobedccib las instrucc tones. Siempre que estuviera un 
paso mas adelante de los oficialcs de Relaciones Publicas del ejeicilo, 
tendria una posibilidad de quedarsc en la guerra; siempre que Lifc'dc- 
cidiera contratarlo antes de que Collier s avisara a la Oficina de Rela- 
ciones Publicas de Argel. Tras subirse a bordo de un bareo de sumitiis- 
tros con rumbo a Sic ilia, Capa desembarcb en el pequeno puerto de 
Liciiiu y se puso en eontactocon la I ." Division estadounidensc que se 
abria paso luchando a traves de la isla, Muehos de los olleialesde alto 
rango lo habian conocido en Africa y no tenian motives para sospechar 
que era el unico corresponsal nortearaerieano en el frente sin autoriza- 
cion: un deli to digno dc consejo de guerra. 

La posterior cobertura de Capa de la I * Division proporciono las 
imagenes decisivas dc la batalla e stadouniden.se por Sicilia: una ca- 
rrcra dc veintiiln dias, con e! enemigo siempre a unos kilbmctr^s por 
dclante, segun advirtio Capa. En una carretera aislada fotografib at 
general de brigada de la L a Division, Theodore Housevell, sonrien- 
do y apoyado en un bastdn junto a un siciliano harapicnto que sena- 
laba en la dircccion en que se retiraban los alemanes, Otra imagen 
tnostraba a un sonriente miemhro del servicio de sanidad del Septi- 
mo Ejcrcito estatkmnidense haeiendose limpiar sus detcrinradas bo- 
las en un recien liberado Palermo y una atracttva italiana mirandoto 
ccn simpuliji. 

La batalla mas encamizada que libnb Estados Unidos en Sicilia 
empezb a principios de 1943 en las aftieras de la ciudad de Troina, 
siluada en una cima y fuertemente defendida, Lo.s alemanes se habian 
atrincherado y crcado un ant Ho dc defensas tan impenetrable que los 



147 



Sargre y diampan 

aliados no luvicron mas remcdio que depender do In artillerta y los 
bombardeos aereos para evacuarlos. Un dia Capa observo desde un 
novo de protection como las explosiones de la artilicria atemana 
subian por la ladcra en direction a eL Unos dias despucs void en un 
pequeno Piper Club — ml «jccp VOjadOTft — para tbiografiEir la ciudad 
arrasada. 

El 6 de agosto de 1943, el dia que fuc lomada Troina, Capa en- 
tro en la ciudad con su viejo eolega de Espana, Herbert Matthews, que 
seguia trabajando para el New York Times. n<Bob Capa. el mejory mas 
valicntc de todos los fotografosde guerra — recordaba Matthews — , 
estaba alii para haccrme pensar en I ,sparia.» Aetimpaftaron a varios 
escuadrunes dctectores de niinas y se eneontraron con «una ciudad de 
terror, llcna de hombres hislericos llorando. y de mujeres y nino* que 
habian permanecido alii dos terribles dias de bombardeos y caftoneos, 
viendo como los nazis mataban o herian a sus seres qucridas, des- 
iruian sus casas y saqueaban sin piedad lo que qucdaba de ellas al 
re!irarse» |T . 

En el centra de la ciudad Capa se encoivtro con Roosevelt, quien 
tenia buenas noticing. Se habia enterado de que Capa trahajaba aha- 
fa oficialmente para Life'". Capa no cabia en si de alegria y lo cele- 
brd hasta entrada la noene. Vokia a cstar en la guerra, Irabajando bajo 
eontrato para la principal revista de Estados Unidos, con e! mejor 
acceso a las unidadts de todos los frentes aliados 1 *, 

Despues de curarse de un ataque de malaria sudando, regreso a 
Argel. Entre los aliados y el eMremo de Italia ya solo se interponia 
el angoslo estrecho dc Messina. En la ciudad habia mucha animation 
con los miles de militares y los cicntos de conresponsales que espc- 
rahan la invasion del interior de Europa, 

En el hotel official de la prensa, cl Aletti, no qucdahan habitacio- 
nes librcs. Capa eneontro por fin un poco de espaeio en el suelo de 
la habitation 140. entre los pelates del gmpo de enures ponsales 
de guerra mas distinguido que jamas habia dormido codo con codo: 
A. J. Liebling del New Yorker, John Steinbeck, Jack Bclden de Time 
and Life y el eorresponsal de Stripps-Howard Ernie Pyle. Steinbeck 
describio al grupo como una «banda dc ruiiaitcs. mtrcpidos y ale- 



148 



EI desiertn 

gresw 20 . Su habitation parecia «el decorado de una obra de Maximo 
Gorfci»>, solo hacia falta «que goteara agua de las paredes para que 
fuera perfecto. eso y los gritos de los torturados en algun sdtano sub- 
terrancW. El empapclado se habia despegado eon las explosiones 
de las bombas y no habia ventanas ni espejos. 

Al cabo de dos dias Capa recibi6 drdenes de presenlarse ante c I 
general Ridgway de la 82." Division Aerotransportada, quien parece 
scr que le anuncid que esa noche eenaria en Roma, Ei plan era que 
los paraeaidistas rjorieanicricanos ocuparan la ciudad. Capa se emo- 
tiono; iha a ser el primero en satar folos de los norTeamericanos li- 
berando Roma, lugar de nacimiento de los idolos dc Pattort: los gran- 
des generates romanos. Seria una de las mayores primicias de la 
guerra, Mientras sus colegas fotografos hacian fotos poco emoeionan- 
les. el se refugiaria en el hoiel mas elegante de Italia, «llamando al 
camarero por su nombrc de pfluB* 1 , 

Sin embargo, unos dias despues Capa Tue informado de que se 
habia cancelado b invasion. A3 examinarlo mas minuciosamente, 
se vio que cl plan italiano de desarmar las dciensas antiaereas alema- 
nas en Roma y entregar la ciudad era poco realista, Capa se llevo una 
gran deeepcidn. No iba a liberar los mejores hoteles y bares de la 
Ciudad Etema, despues de todo. 



149 



12 



Es una guerra dura 



La su*rra es como una a«triz que cnvcjcce. Cada vez 
cs menos foloyemea y mas peligrosa. 

ROULRT Cnf\. revisla £j/t, I *44 



Capa puso cl pie en Europa, iras una ausencia Jc cineo anus, en cl 
pequcfio puertn de Pesatum en septiembre de 1943, dos semanas 
despues de que to hicieran las primeras tropas a ortea m flf icaBM. Se 
diligio a eontinuaciGn al sector norte de la cabeza de play a norteame- 
ricana, alrededor del paso de Chtun^i, la ultima barrera geografiea 
impnrtanle antes de Napoles. No habia liegado a la invasion propia- 
mentc dicha, pcro en esos dias tenia !a oporturudad de ser cl primer 
fol6grafo en doeumentar la liberation de la primera ciudad europea 
import ante. 

La trupa que mas probabilidades tenian de llegar a la ciudad antes 
que ninguna otra eran un cseuadron dc osados eomandos norteameri- 
canos con oci dos como «rangers». Capa los c neurit ro bien atrinchcra- 
dos en Li llanura del Vcsubio bajti un intense fuego aleman. Con el ele- 
gante comesponsal de Life, Will Lang, nacido en Chicago, alto y con 
fino bigote. Capa se ahrio paso hasta una granja que haeia las veces de 
puesto de observacion, llamada «Fuerte Schuster» per el medico res- 
ponsablc del puesto do primeros au«ilios. Cuando Capa entro. lo pri- 
meroque vio tue una mesa larga en el centrode lahabitacion, utiliza- 
da para opcraeioncs de emergencia. Varies medicos preparaban a unos 
soldados heridos para llevarlos a traves del paso a] abarrotado hospital 



150 



I | una itKH* Jum 

militar de Maiori. Sogun Lang, les ofrecian whisky para relajarlns. 
Pronto descubrieron el motive. Dia y noehe llovian proyectiles sobre 
la posicion que, en palabras de Lang, estaba rodeada de «cscarpadas 
punt as de roca osctira cnvucltas en bruma». 

«Es aqui dondc combalen — dijo Capa a Lang mientras contcnv 
plaban la escena — . Me recuerda a Espafla'.» 

Una mufiana Capa observe coino el capitan de vcinliun afkis 
O'Brien localizaba unos morteros alcmanes eercanos. O'Brien llevaba 
prcndida en cl peehu una Estrella de Plata y cuando salio a un elaro. 
los alemanes abrieron fucgo. revclando asi sus posiciones; Capa uti- 
Xvt.b ku objetivo mas potente y saco treinta y seis fotos del eomhale. 
Al dia siguiente acompaiio a Ins soldados norteamericanos que nje- 
Ton l ree-onccer un pueblo cercano, donde se creia que habia unida- 
des de artilleria alemanas, De pronto la unidad se encontro bajo fue- 
go enemigo y el suelo empezo a temblar. Los proyce tiles de los 
niorteros silhahan en di^tinlas dirccciones. Lo max i mo que se atrevio 
Capa a levantar la cabeza para sacar fotos fueron ocho ccnlimctros. 
Tenia dos opcioncs: qucdarse ateirorizado tumbado de espaldas o 
boca abajo, El fuego cesd por fin y Capa voSvio gatcando al Luertc 
Selmster. 

Despues de pasar varies dias espantosos alii. Capa atompanb a la 
82/" Division Acrotransportada en su ultima ofensiva sobre Napoles. 
Poco antes de entrar en ta ciudad el I de octubre, Capa folograiio a las 
dotaemnes de los tanques brilanicos arregiandose: lavandose y afei- 
tandose a la sombra de un edificio bt>tnbardeado antes dc adentrarse en 
la pia/xa de Torre Annunziatadonde, segun Life, los alemanes habiati 
realizado una wviolentaaeeion retatdadaw 3 , «La primera vezquesere- 
conre unaeiudad tomada seexperimenta una inicial sensacion de cufb- 
ria — dijo Capa a UhatPOted — - Pcro enscguida se te encoge el corazon 
depeo& 3 .M Cada via y plaza estaban cubiertasdecadaveres. A I balirse 
en retirada los alemancs hahian atcrrorizado Napoles en una orgia de 
cineo dtas dc saqueos y asesinatos indiscriminados para veniraTse de Sa 
rendicion de Italia a losaliados el IS descptiembre. Habian elegido los 
hospi tales como bianco para destruirsus ptovisiones- Habian volodo la 
red de suministro y las aleanlarillas. 



151 



Sangir y chiimpin 

EJ 2 de octubre Capa entrd en una escuela, dondc lo recibio lo que 
mas tarde deseribiria eomo el «dulce y cmpalagoso olor a flores y 
muertosH. Ante el habia veinte ataudes, «no del todo eubicrlos de 
flores y demasiado pequcnos para oeidtar los pies pequenos y sucios 
de ninos, ninos lo bastante mayores para luchar contra los a] ermines 
y morir. pero solo un poco dcmasiado mayores para caber en ataudes 
infanlilcs». Sus inadres, vestidas de luto, Uoraban a grilos su rnuerte 
a pocos metros del ubjetivo. «Hsas fuerun las. folos mas autenticas de 
la victoria — escribio — , las que saque en ese sencillo funeral eelcbra- 
do en una escuela.» 4 

Los dias que siguieron a la liberacion tambien se encontraba en 
Napoles el director de cine John Huston, que habia eonocido a Capa 
en Nueva York antes de la guerra en una fiesta de Nochevicja. tista- 
ba haciendo un documental. The Battle of San Pit'iro {La baiitUa de 
San Pietrv), que se convirttd en el mejo-r retrato del combale eslado- 
uni dense en la Segunda Ciuerra MundiaL Una tarde hajaban el y Capa 
por una ealle cuando oyeron una sirena antiaerea. Se meticrun en un 
portal para protegerse de los fragmentos de proyectiles del fuego 
anu'acreo. Oe pronto vieron un coche funebre — «un gran ataud de 
ebano tirado por una pareja de cabal los negros* — doblar ruidosainen- 
te una csquina. «Las sircnas antiacreas gemian — escribio Huston , 
los cahones retumbaban, y justo euando pasaba el coche funebre por 
del ante de nosolros, las puertas traseras se abrieron de golpe y em- 
pezaron a salir los ataudes despedidos. Estos se reventaron at estre- 
iiarse contra los adoquincs y la caSJe quedd cubierta de cadaveres que 
poco a poco perdian sus rigidas posluras. Foe pofaseameBte diver- 
tido. iQ\k podiarnos haeer sino reir? s >> 

El 7 de ocrubre Capa fue testigo de «uno de los mayores horro- 
res de la guerra», en palabras de la revista Life*. Esa tarde la omamen- 
tada oficina de Correos de Napoles, construida en 1933 por los arqui- 
tectos lascislas de Mussolini, estaba abarrotada de soldados aliados 
y civiles italianos. De pronto estallo en el sotano una mina de action 
retardada, dejada pm los alcimncs al cvacnar la ciudad, «Hubo un 
repenliao y sobrecogedor rugido, y a conlinuaeion el crista! de la 
venfana se hizo ankos sobre el mobiliario.» Lang envio un telegra- 



152 



Es una guerra dura 

ma esa noetic a Life, «EsLabamos a oscuras; enormes nubes de humo 
negro tapaban la luz de la estancia. Ln la calle de abajo se oyo grilar 
a una mujer, euya rcspiraeion era fatigada y entrecortada. Un furio- 
so y discordaitte com de gritos de dolor hendio la oscuridad. L , Aqui 
y alii habia cuerpos du formes y fragmentos de cadaveres por la eal- 
/ada y la acera. No parectan reales y hasla la sangre era negra .» Una 
de las imagenes de Capa mosiraba a un ttaliano con los bra/os car- 
bonizados extendidos impotentes, y 1a cara y la ropa ealcinados, pi- 
diendo a gritos st.»corr». 

Mientras Capa y Lang vagaban entre los cseombros, pisando 
mierabros mutilados y cucrpos deeapilados^ se encontraron eon un 
sotdado nortcamericano, «tan negro que soIli se !e distinguia por sus 
pantalones impcrmcables. Vagaba aturdido hacia unos medicos ex- 
haustos dc la Cruz Roja, sujetandose Ea cabc/a ensangrcntada, ^Esos 
hijos de puta balbucey , Hsos jodidos hijos de pula H .>^ 



aiii}b siempre calculaba el tiempo a la perfeceion — dice John Mo- 
rris, el director de folografia de la oficina londinense de Life de 1943 
n [945—. Sabia ahorrar energias y pelicu]a/>t Despucs de su angus- 
tiosa experiencia en Napoles, Capa fue con Herbert Matthews a la 
cercana isla de Capri. El 12 de octubre los dos entrevistaron al sin- 
gular Fildsotb antifascisla Benedetto Croee. Cuando los ejercttos alia- 
dos atacaron Salerno a prinejpios de septiembre, se habian enterado 
de que los alemanes habian detenido a Croce H a sus setenta y sicte 
afios, y el «mayor antifascist",! con vida en Italian, Un pufiado de va^ 
llentes soldados britanicos se tiraion en paraeaidas detras de las I incus 
enemigas y lo hicieron desaparecer misteriosamentc hasta dejarlo 
fuera de peligro en Capri, Groce estplieo a Matthews que Italia habia 
padecido <da enfermedad del fascismo^, pero en adelanic pt>dia an- 
dar con inmunidad enrre las wnaciones infectadas^. Sin embargo, sos- 
pechaha que el na/ismo era tal vez una Kespresidn natural y adceuada 
del temperamento aleman)s s . 

Capa quedo tan impresiortado ante los antiguos eneantos de Ca- 
pri que voivio a la isla una semana despues para celebrar su trcintu 



153 



Sangn: y chwnpan 

cumpleaiios cl 22 de oclubrc. Lo atompafid otro fbtdgraib de Life, el 
ingles George Rodger. En una fotogrnfiia tomada durante esa epoca, 
los dos parecian ci aiquetipo del apucsto Totografo de guerra: pelo 
laeio y brill ante peinado had a atnis, uni forme inmaculado, camara 
coigada del cuello, cigarrillo cntre los dedos. A Capa Ic habia gusta- 
do tanto cl fular de Rodger que habia empczado a llevar uno. «Segun 
me dijo Gcurge nuis tarde recuerda la viutla de Rodger, Jinx — , 
nunca habia vislo a Bob tan Telajado y eontento como esos dias [en 
Capri], » 

El 21 de octubre Rodger escribio en su diario: «Bob y yo subl- 
ines a la una de la tarde a un banco de pesca que iba a Capri y lic- 
gamos a las Ires y media, |...J Cogimos habitaciones en el hotel 
Morgano, dondc Morgano en persona sc aseguro de que nos aten- 
dian bien». Al dia siguiente, el cumpleanos de Capa, «paseamos por 
la pinturesca y pequena eiudad, e hicimos unas eompras, despues de 
las cuales comimos con Graziella [una airactiva aristocrata Italian a 
y, scgun Jins Rodger, "otra de las conquistas de Cap if 1 en su sun- 
tuosa villa del otro lado de la isla. Es tan bonita que parece mas bien 
un decorado» l(1 , 

Al dia siguiente, Rodger y Capa comieron en un restaurante del 
mcrcado negro y «holgazaneamos ludo el dia. [,..] Hs imposibleha- 
cer algo aparte de reiajarte, ponque se respiraba muchisima tranqui- 
lidad y pOKflie aqui nadie habia nunca de la guerra ». Capa no tardo 
en liamar a Rodger «vicja eabra», refiriendose en broma al olor cor- 
poral que desprvndia el ingles If as pasar van as semanas en el [rente. 
«Escucha, vieja cabra, ni el hoy ni el manana importan — le dijo un 
dia . Lo que cuenta es cl final de la partida y cuantas fichus tc que- 
dan en el bo Is i Mo... si aun no te has retirado".» 

En Capri tambien se quejaron el uno al otro de In revisla Life. 
«Fue entonces cuartdo empezamos a hablar por primera vez de una 
futum hcrmandad recordaba Rodger . No esinbamos contentos 
[eon Lift'], [...] El objetivo de esa hcrmandad cm que nus vcriamos 
libres de toda elase de partidismo editorial y hariamos los reportajes 
que quisicramos y dejariamos que otros hicicran todo el trahajo ru- 
tinario 12 .^ 



154 



En una gucn-a Jura 

El ultimo dia que pasaron Capa y Rodger en Capri, «navegamos 
por la isla en una goleta italiana llevando a remolque dos botes de 
Ett&OB que utilizabamus para explorar las grulas», Hn una de las grutas 
el agua em del «azul clectrico del ala de una mariposa». Esa noetic 
Rodge: escribio en su diario en un tono alarmaflle: <t Mariana volve- 
remos a Napntes. Bob regresa al frenlen. Antes de despedirse, prome- 
ftetGD ftunirse algun dia en Paris. Quien llegara primero reservaria al 
otro una habitation en el hotel Lancaster. 

En Napoles, Capa melio en su equipaje su camara eon un nuevo 
carrete y volvio de mala gana a las primcras lineas del frente. «La 
guerra es como una aclriz que envejece — dijo a Life—. Cada vez es 
menos fbtogeniea y mas peligrosa 1 -'.n bl atvfliice aliado hacia la espina 
dt>rsal de Italia se habia vuetto arduo. tan lento y fatidieo que a Chur- 
chill y Eisenhower les prcoeupaba que la invasion de Italia en pa- 
labras de Churchill, «el punlo debil de Europax hubiera. side un 
error desastroso. 

Esc otono Capa subio durante dos semanas con et 504." Regi- 
niienio estadounidense a las momanas del norte de Napoles. El invier- 
no se accreaba rapidamenie y coafoime bajaban las temperaiuras se 
clcvaba el nuniero de vlcttmas. Cada montafia nueva cstaba mejor de- 
tendida que la anterior por las firopas alemanas expertas. Las escenas 
que vio le recordaron l-o que habia oido contar sobre el desgaste de 
la Primcra Guerra MundiaL El pais sc habia convertido en una vasta 
y montanosa ticrra de nadie. Lo.s arboles eran csqueletos carboniza- 
dos. Cuanio mas subia, mas eadavews encontraba en las laderas. En 
los campos y barrancos yacian jovenes noneameric&nos en pedazos. 
«5u sangre estaba seca y oxidada reetirdaba — t armonizandu con 
el color de las hojas de finales de otono M .w 

Las fotograflas de Capa expresaban mejor que las palabras la 
horrible vcrdad de la eampana italiana. A principios de 1944 Life 
publico un reportaje sobre el avance invernal alrededor del monte 
Pantano con el titulo: «Es una guerra dura». «Con los soldados del 
Quinto Ejcrcito durante la baialla del vallc Liri [...] se encontraba el 
folugrafo de Life, Robert Capa. Sus lotos, que publicamo.s aqui, son 
desagradables y carcntes de sentimentalismo. pero nos dicen como es 



155 



Suigre y champon 

la guerra en Italian Entre ellas estaba la de im norteamciicano heri- 
do alendido por un medico y ciratro folos de soldados muertos tapa- 
dos con mantas. «Todo lo que se vc de estc norteamericano muerlo 
— rezaba cl pie de la Ibtografia mas grafica que iba a pubiicar Life de 
la muerte -» son las piemas, un hombro y parte de una mano L5 .» 

Los t ec te l W norteamericanos quedaron horrorizndos ante las 
imagenes de Capa. «Nccesi tamos reporlajes como "Es una guerra 
dura" nut; nos abofeieen en la cara — escribia al director de Life un 
ciudadano y hagan damos euenla de los hechos.w Un soldado es- 
cribio: «Las fatos [de Capa] retratan claramente la crudeza y dureza 
de las batallas que se libraron antes de que Ifcgaramos a Berlin y To- 
kio. Fambieri nos hacen eonscientes de [nuestra] responsabilidad de 
hacer todo lo posiblc por apoyar a los muehachos con bonos y trabajo 
en c! patsj*'*, 

A finales de dicicmbrc Capa se uni6 a una seccion de la 45.* 
Division de Estados Unidos cuya mision era atacar un pequeno pue- 
blo 1 1 am ado Venafro, eerca dc Montecassino. A! partir en la oscu- 
ridud de antes del amanecer, el miedo se apoderd de el. Las botas 
le pesaban cada vez mas. Los primeros rayos dc sot prcsagiaban 
muerte. Los observadores dc la arlilieria alemana calcularon la dis- 
tancia de liro a la que se rmlluhun y Ins pmyectiles pronto obliga- 
tion a todos los hombres a permanecer tumbados boca abajo en el 
barro congelado, Mas tarde esa itianana, Capa se encontro inmovi- 
li/ado entre un soldado raso y un sargemo, Temblando de miedo, lo 
alcanzo trcs TOCfis la rnetralla. Por suerte tos fragmcnlos no le per- 
foraron el uni forme. De pronto el soldado raso que tenia a su I ado 
murid y el sargenlo fue herido «lo taztante gravemente*. segun 
schald Capa, «para recibir la condecoracion Corazon Purpura» 17 . 
Unas horas despues, un Capa muy afectado regrcso a las lineas 
nortcamericanas. 

Deprimido y sufriendo de faliga de eombatc, volvio a Napoles 
a principtos de 1944. Las ealles estaban llenas de policia militar y 
estraperlistas. Las hijas de Napoles sc pascaban per la Via Roma 
eon veslidos muy finos de cstampado de flores en busca de yanquis 
mascando chicle y con los bolsillos llenas de cigarrillos Lucky 



15ft 



J -■ viri.i mLL'i i:l dura 

Strike y medias de nailon. El monte del Vesubio, advirtio Capa, 
habia prcscntado «ra mayor cspectaculo en cien anos»'\ y el hollin 
y el humo eubrian toda la ciudad. Capa se entero dc que iban a 
hueerle reyresar pn>rtto a Londres para prepararse para ia tan espe- 
rada invasion de francia, pcro anles debia temiinar una ultima mi- 
sion en Italia: un desembarcn anfibio en Anzio, a unos cuarenta 
kilometros de Roma. 

Los desembarcoii de Anzio se eonvirtieron en una de las opcra- 
ciones mas controvert idas de la guerra en Italia, Con el nombre en 
clave de Shingle, la planeada invasion era un audaz intento de llan- 
quear a los alcmanes, que habian detenido cl avancc aliado hacia 
Roma en una encarnizada lucha en los alrededores del monasterio de 
Montecassino. Al desembarear en An/io, los aliados esperaban rom- 
per el punto muerto al que se habia llegado en Montecassino y diri- 
girse rapidnmente a Roma. 

El 22 de enero Capa bajo de un salto dc una lane ha de asalto y 
vadeo cuanenta mctros hasta la playa de Anzio. El y los hombrcs que 
iban con el se quedaron perplejos ante la auseneia de re.ststeftcia ale- 
mana: solo murieron trece de los treinta y seis mii hombres que ca- 
minaron por cl agua hasta la orilla. Por lo que se referia a la prensa 
acred itada, el inmmenic consejo de guerra del fotografo de Yank, Ser- 
geant Slim Aarons, fue el incidente mas emocionante durante la in- 
vasion. (Janandose la gralilud etema de Aarons, Capa y alguno^ re- 
portcros velcranos mas !e evitaron un consejo dc guerra euando se 
enteraron de que la policia militar iba a delenerlo por haberse incor- 
porado a la invasion sin la debida autorizacidn. Para empeorar las 
cosas, se habia apropiado de un jeep. «Capa y todos los demas corres- 
ponsales importantcs, Lang, Pyle, todos los lipos de Life — recuerda 
Aarons , dijeron a los mil i lares que debian de estar de broma. "; h Vais 
a hacer eomparecer a eslos tipos ante un consejo de guerra por haber 
tornado parte en una invasion? 1 * Los militares se calmaron l.„] al 
darse euenta dc que estaban en minor! a numcrica y que la prensa los 
ridicuhzaria,)' 

Salvo el episodic de Aarons, toda la mision habia terminado de 
modo decepeionanle, sin heroicas hisiorias de eorajc sobre las que 



157 



Sangrc y enampan 



mformar. «A las nueve y media [de la manana siguiente] — segun 
informo Capa a la revista Illustrated , llegaron los primerus avio- 
nes enemigos y cayeron las primeras bombas sobre ]a ciudad. Pero 
no nos etieontranios con resistencia serin [.„] hasts que nos hubi- 
mos adenlnido oeho kilomelros en [as lianas y densatnente pobla- 
das ticrras de labranza que habia mas alia de la ciudad, deride pa- 
gamos muy earo cada metro que habiamos ganado, Por primera vez 
an la campaaa Italians, los alemanes eran dos por cada uno de 
nosotros. Dc rcpenle eomprendimos que no ibanios a entrar en 
Koma pascando tranquilamente. Pronto oleadas de bombarderos 
alemanes empezaron a arrasst An/.io y eontinuaron sus ataques 
praetii:amentL' cada bora".» Fue el bomhardeo mas serio que ha- 
bian soportado has la la fecha las fuervas norteamericanas en la Sc- 
gun da Guerra Mundial. 

Capa y sus colegas corresponsales se refugiaron en el sotano dc 
una villa de la costa. Pronto averiguaron que el cjercito invasor ha- 
bia avanzado quince kilometros hacia las eolinas Alban y se habia 
vislo brulalmcnte atascado. PI mariscal de cam pa Kesselring habia 
I Li [1/ ado sob re los invasores seis divisiones, entrc el las la division 
panzer de elite de Hermann tigering. Los aliados se hallaban atrapa- 
dos en un terrene al nivel del mar de quince kilometres de kmyttud 
y otros quince dc prolundidad. Fl mando estadounidense, el general 
de division John P. Lucas, habia dado ordenes de que no so retiraran. 
Entonccs los alemanes abrieron fuego, 

Entre los colegas de Capa que se agazapaban en la villa de la 
playa esiaban Bmie Pyle. el eari cat arista Bill Mauldin, Will Lang y 
Aarons, Los proyccttles silbaban dia y noche sobrc sus cabez;is, Aarons 
recuerda las largas nuches sin dormir en que los corresponsales 
habia n matado el tiempo jugando al poquer. Un o fid a I britanico, Jef- 
frey Keating, habia urganizado las partidas. imponiendo nomas es- 
trietas y ereandn un ambiente de casino en el atestado sotano. «Juga- 
bamos a poquer descubierto o a stud de sicte cartas, siempre a 
elcccion del que repartia las cartas — recuerda Aarons - . <,Quc otra 
cosa podiamos hacer7 i.Ir a bailar'.' [...] Los britanieos aposiahan con 
libras, los francescs con Francos y nosotros con dolares. [...] No ha- 



158 



Es vaa lj.lil-itj dura 

blabamos de como nos sentiamos, si cstabamos asuslado* o que. solo 
de como conseguir vino y eomida. y de las enFermeras de la Cruz 
Roja,» 

De dia Capa y Aarons se paseahan por Anzio y las tiendas de 
eampana agujereadas por la metralEa que huciim las veces de hospi- 
tal, tratando de conseguir vino a cambio de pan y flirteando con las 
enfermeras, Pero estas no podian permit irse mas que unos minutos dc 
charla trivial y cansada antes dc volver a los millarcs de heridos que 
no tardaron en abarrotar la misma cindad de Anzio. «INu es que fue- 
ramos a conseguir una cita enfati^a Aarons, describiendose a si 
mismo eomo un "valiente cobarde 1 ' — . Estabamos en medio dc un 
eombate que duraba las veinlicuatro htiras dc! dia.» Aarons y Capa 
tambien visitaron varias veces a una unidad <fsecreta» dc las iueraas 
cspeciales itorteamericanas: «}6vcncs temerurios con pantalones muy 
holgados^ que hacian incursiones en las posiciones alemanas- «Ha- 
cian todos los irabajos sucios. luehando eon los atemants en combates 
cuerpo a euerpo>t. recuerda Aarons. Capa se quedo fascinado con csa 
unidad de degolladores de elite; partian la eolumna vertebral dc los 
jdvenes alemanes aterrod/ados por la noche y disparaban al ganado 
para desayunar bistecs cuando regresaban antes del amanccer a sus 
propias lineas, Eran la clasc dc hombres, recordaba Bill Mauldin, 
«que Uamaban a sus oFicinles por su nombre dc pila si les apetecia. 
[>..] Corria el rumor de que un par de ellos habian sido guardacspal- 
das de gangsteres de Chicago^ 20 . 

De vuelta en cl sfltano dc la villa ocupada por la prensa, las 
apucstas que se haciait en las pari Idas profcsionales dc Keating se 
elevaron a medida que los bombardeos se intensiFicaban a lo largo 
dc agosto. Pero a esas alturas entre los corresponsales se hacia un 
sileneio Fatidieo duranii; esos raros periodos de calma. Los nervios 
se erispaban. los animos se exaltaban y algunos rcpurtcros vetera- 
nos se ponian a rezan A finales de febrero Capa recibio instmccio- 
ni.-s dc volver a Napoles y a continuacion a Londres, Tan pronto 
como pudo partib de Anzio a bordo dc un buque hospital: «E1 lini- 
Co hombrc ileso a bordo del barco caigado dc malheridossr 1 . Dcja- 
ba atras a Aarons y Pyle, quiencs rcsultarian hcridos el 17 de mar- 



159 



Sart^rc y thiiiflpiirt 



zo cuando un grupo de bombas dc doscientos veinlicinco kilos cayo 
a cincucrtla kilomelros tic la villa*. 

Capa volvia a abandonar el Frertte muy conmocionado. Se alcgru 
de alejarsc tie la wgucrra dura?) dc llaliu, pero sabia que en pocos 
ineses tal vez tendria que enfrentarse a su mayor prueba de resistcn- 
cia en una decada en el (runic. En el eampamenio de prensa corria el 
rumor de que los aliados se preparaban para la invasion mas ambi- 
csosa dc la historia. etnlifieada con el ruintbrc de <<Overlord». 



13 



El dia mas largo 



La ptaya de Omaha fue una pcsadilla. Aun ahora |trein- 
ta jifms despues] me results dolorosa rExwdar lo que 
ocurrio alii el 6 Js; junto de 1944. H-e nc.gresadu' mucha* 
veces pafa rendir homenaje a lus valertwos hombrcs 
que muricrcn eft esa play a. No debcriartKis olvidarlns 
nunca. Ni a ctlos ni a los que vivieron para obtcner la 
Victoria pfM" un manj.cn csirevhisirtiu, TwJqs los horn- 
bres que pisariwi la play a de Omaha esc dia fueron 
heroes. 

GttOttA] OUAH BltAllLIiY 1 



* Anzid luc uLacudu sin piedad durante olrosi [res meses. Hasla cl v-crano de 
1944, irab la caida dr Monleeassirw, e! fjuinto Hjcrcito csladounidcns* no logro 
GXpubtt a kiii alentanes de Las eoltnas Albart y libernr las (acrxas dc An?io sacudi- 
das poc Itw bombardecs para entpezar su avarice hacia Roma. 



160 




Capa llego a Inglaterra a principios de abril de 1944. ^Quien sabia 
cuanto tiempo rranscumiria hasta que volvieran a llamarlo para enlrar 
en accion? ('.Semanas'? ^,Tal vez un mes? Ertlretanto estaba decidido 
a darse la gran vida, aunquc solo fuera para ohidar los htirrures de 
Italia, t'uando salsa a pasear por las callcs. y parqu.es eereanos t se veia 
rodeado de oil dates norteamcricanos y otros miembros del personal 
atiado, hn el melro la gente tenia los norvios de punta. Algo grave 
estaba a punto de ocuttit. Londres tenia la ^fiebre de la invasions. 
Habia que sahorear cada copa, cada seduction, cada comilona, y Capa 
paso varies dias con Pinky, bebiendose su ration de alcohol y haeien- 
do el amor. 

No habia nada corny no saber si ibas a volver a ver a lu amante 
para disfrular de buen sexo, « Basra ba que una ttiujer le mi rata dos 



161 






Sangrc y champan 

veces en eJ metro para saber que ihas a echar un polvo», recuerda 
Warren Trabanl, que sirvio en el contraespionaje estadounidense y 
mis larde hi^o amistad eon Capa en Paris. Las escenas y ruidos de 
Hyde Park y Green Park al atardecer y de spues del anochecer sor- 
prendkronamuehosjovenes ofieiales incxperios. Un joven canadien- 
se que habia recorrido las mismas calks que Capa observe que pa- 
recta un eampo de butalla de sexo. 

De lee cicnto se tenia y cinco mil hombres que fueron testigos del 
dia D, Capa era urto de los pocos que habia cscogido voiunlariamente 
su destine. Entre acompanar a un regimiento o ir con las primeras 
oleadas de tropas dc asalto, opto per jugarse la vida en lo segundo. 
Ccmscienfe dc que habia eseogido la mision mas arriesgada pern iam- 
bi en la mas imp i Hia i tie eon diferencia de su carrera, no tardo en des- 
cubrir que sus relaciones sexuales con Pinky no bastahart para dis- 
Iracrlo de su inminenle apuesta eon In muerte, Muehos de sus cokgas 
corresponsaks, entre ellos Ernie Pyle, habian empczado a heber para 
L-(ineilim el suc:";n. -■ hnin el liempd el niiedo se eenita stniestitttttettte 
sobre tu conciencia — escribio Pyle — ■. Tc aplastaba el eora/on como 
un peso angusiusso\» Capa preferia jugar al poquer en lugar de eso. 

Antes de que se marchitaran las /lores de los castarios dc Indias 
de Hyde Park a prineipios de mayo. Capa Ikvaba perdidas cuanlio- 
sas stomas jugando con un destacado grape de eseritores y cineastas 
Mtrtcamericanos, No jugaba con buscavidas de poca monta si podia 
evitarlo, prefirkndo los jugadorcs serios que sabian haccrde mane 
ra convincenlc un farol y si era posible anuneiaban cada cscakra real 
o pareja con mi eomentario ingenioso. A que I la prima vera sus adver- 
saries eran nada raenos que el escrilor Irwin Shaw, el dramaturge 
ganador del Premto Pulitzer William Saroyan y Jos. dirce lores de 
Hollywood George Stevens e Irving Reis, todos los cuales pertene- 
cian a una seccidn del servicio dc transmit ones del ejercito esla- 
dounidense que haeia peHculas de propaganda 1 . 

«Londres antes del dia D — escribio Shaw Tue para Capa una 
6poca dc juerga, ocupactdfl a !a que habia eogtdo el gusto. Cuando no 
recorria los pubs, organizaba emocionantcs parti das de poquer durante 
las cuales, en medio de los bombardeos de la Luftwaffe que tcnian 



If^ 






£1 dia info largo 

lugar casi todas las noehe*. estaba mal visto titubear antes de apos- 
tar o levantarse de la mesa, poT muy cerea que esluviera o muy fuer- 
te que se oyera el fuego anbacreo l .» Todos los sentados a la mesa de 
cartas de Capa recordaban con afecio a Pinky coma una maravillosa 
anfilriona. Despues de una explosion particulaTmente proximo son- 
reia dukemente eon un bnllo en los ojos y prcparaba mas cocteles 
para que nadie perdkra el animo. 

Saroyan sabia como hacer un farol, pert) irritaba a Stevens por- 
que parecia traerle sin cuidado si ganaba o perdia. Slevens, que eomo 
eoronel tenia el range mas alto, era un magnifico jugador, ttinexpre- 
sivo y frio». Saroyan, un soldado rose que delestaba la vida militar 
tanto como Shaw, era un ujugador malisirao, insensalo, alolondrado>t\ 
y mas tarde deseribio a Capa como «un jugador de poquer cuya ocu- 
pacion suplementaria era bacer lotos, cosa que odiabaw, Capa nunea 
abandon aba una partida por mucho que se ekvaran las apucslas. y 
nunca gano en presencia tie Saroyan. «Ya no paraba de caleular lo que 
Ikvaba gastado — recordo Saroyan , y en total debia ascender al 
capital neecsarto para montar un estudio de cine de pcUeulas de bajo 
presupucsto fi .» 

«Si Capa hacia dincro con la guerra, las panidas de poquer se 
estaban asegurando de que cuando llcgara la paz no fuera un hombrc 
rieo — reeordaba Shaw—, Pero no se tomaba a pecho perder. Cuan- 
do salia eon una pareja contra un trio o lo ptllaban con una escalera 
de euatro, como muchu decia: "M m &i& P^ s hewmx", una frase 
favorila de la opera Ptlleas cr Melisande que utilizo en otras situa^ 
ciottftS mas peligrosas^.» 

I [acia mediados de mayo, los mejorcs bares y restaurantes Ion- 
dinenses eslaban abarrotados de ollciales estadounidenses de alto 
rango y corresponsaks cada vex mas nerviosos, entre ellos Slim 
Aarons, Ernie Pyk y George Rodger, que habian regresado de Italia 
para espcrar el dip D. Una noehe Capa coincidio con Ernest Heming- 
way en el bar del hotel Dorchester y juntos recorrieron la ciudad 
hasta alias horas de la madrugada. No habia rcconocido enseguitla a 
«Papa>j, con su poblada barba que se habia dejado crecer para disi- 
mular una fea quemadura del sol. «Papa tienc problemas 



163 



:omen- 



Sangrc y champan 

to al dia siguiente el hermano de Hemingway. Leicester- . Esa mal- 
dtta banba ahuyenta a butts las chicas*.» 

El 22 de mayo lottos los corrcspunsales con autorizacion para 
eubrir la invasion se rcunieron en la sala de actos de un club militar 
del centra de Londres. El general Eisenhower, comandiinlu en jefe 
aliado dc la ofensiva, se subio a un podio y dijo que Capa y sus co- 
legas eran en realidad un brazo del ejcreiio, decisive para ganar b 
gucrra. h<Ml- he enlcrado por los periodicos de que esta proxima una 
operacion — afiadio Ike, provocando carcajadas — . Nucslros paises 
luchan mcjor cuanto mcjor mformada esta la genie. Se os perm hi ra 
informal de todo cuanto sea posiblc, siempre que no esie nefiido. 16- 
gtcamente, con la seguridad militar. Nunca os dare infonnacion fal- 
sa. [...J No tengo dudas sobne lo que va a deparamos el futuro, pero 
no me hago ilusioncs accrca de la magnitud de la empress, [...] No 
va a ser nada i'acil^w 

El 24 dc mayo Capa ofrecio una lujosa fiesta. Podia ser la ulti- 
ma, que el supiera. A los mvitados, entre el los John Morris y los com- 
paneros dc poquer, les parecio que habia invitado a toda la genre 
important? de la prensa acrcdilada, Ernest Hemingway incluido, que 
en csqs dias era el eorresponsal de Cottier \, Leicester Hemingway se 
quedo tan impresionado comu cualquier otro inviEado ante las ingvn- 
tes camidades de alcohol que Capa habia eonseguido en el mercado 
negro para calnw los. nervios previos a la invasion dc lodos los asis- 
tentcs: «Capa era experto en organizar. gorronear y birlar» Hl . El enor- 
me recipients dc ponche que dominaba la habitation era una «jarra 
de crista! de euarcnta litros tomada prcslada de un laboratorio de in- 
vestigacion atomica y estaba llena de melocotoncs flotando en alco- 
hol*". 

Hacia las ties de la madrugada se habia aeabado por fin el alco- 
hol y los invitados ernpe/aron a marcharse. Ernest Hemingway se fue 
poco despues de las cuatro con un tal doctor Peter DoTvr, que se ha- 
bia ofrecido a Ncvarlo en coche a I Dorchester. A eso de las sicte Capa 
desperfo a Leicester. 

— Papa ha tenido un accidenle poco despues de irse esta madru- 
gada. 



164 



T.] dia mas lanjso 

— t,Esta malhcrido? — pregunto Leicester. 

No, solo tiene un corle. Esta en el hospital de aqui al lado, 

Fueron precipitadamente al hospital Saint George's dc Knights- 
bridge y uncontraron a Ernest acostado en una c&ma, con un venda- 
je «que le rodeaba como un halo la cabcza» bajo una herida grave en 
el cuero eabelludo. 

— ^Que ha pasado? — pregunto Leicester 

— Cheque con un deposito de agua que habia en la ealle rcs- 
pondio a su hermano— . [Dorer] se ha hecho da.no en las picmas. Yo 
he icnido suerte i: . 

Antes de que Capa dejara a Papii para que te suturaran la cabe- 
za, sac6 una hiiarante Ibtografia de Pinky a earcajadas levanlando 
la bata dc hospital del revereneiadu autor y dejando a la vista sus 
nalgas blancas como la nicve. Esa fotografia no 11 ego a las paginas 
de la revista Life, pero si lo hizo una dc Hemingway con !a cabeza 
vendada*. 

Poco despues del accidenle de Hemingway, Capa asistio a una 
reunion de la Division de Relaciones Publicas de las ruerzas aliadas. 
Le dijeron que hieiera el equipaje y dejara constancia de su ultima 
voluntad, si tenia alguna, junto con su grupc sanguineo. No debia 
ausentarse del hotel mas de una hora seguida. Sabiendo que el dia D 
era mminente, Capa deeidio hacer unas compras de ultima hora para 
la invasion. Sus principals adquisieiones fueron un nuevo abrigo 
militar Burberry y una petaca dc plata. En una Eoto de los fotografos 
del dia D dc Life, tomada poco despues de esa expedieion a las tien- 
das, aparcce con las manos en los bulsillos dc su abrigo nuevo y un 
cigarrillo casi cOflsumido enlre los labios. No presta aleneion a la 



* Urt rtportero liabia acudhdo piKa ante? al hospiml y le habian coimmicado 
que Heminijway habia muerto, Fn liitlia. Stars jnJ Stripes publico la noticia de ttuc 
habia fatleeido en un acjcidcme taussnk) por cl oscureeiiniiiiiJi de Lorwtres p^ra ny 
slt viTiibk' dt'sdc fo5 avjynes eiiemipo&. £1 accident* ntt fue fatal, pero unci de tsfls 
gtilpea scrios en la euhe^a podrian, habcr cwiirihuido a su iillimo eolar«» rtervtoso 
en I960, cuando m$i£\ una eicopeta Rkhpfd^n de dobic caion y talibrc 12 ccra 
tnerustaciorurs dc plaia y se lcvanl6 la lapa de los sesos, 



165 






Sungrc y chsimpLin 

eamara y solo Frank Scherschel — destinado a hi USAAF — logra 
sonreir. Bob Landry, cl iinieo fotografb de Lift' aparte de Capa al que 
se tc permilid acompanar a las tropas de asalto nortcamericanas. ni 
siquiera disimula su ansiedad. 

Capa empezd a hacer las ma let lis. tint re los cincuenla kilos que 
le pemiitian llevar escondid brandy y uri paquete nuevo de condones. 
En Italia habia advertido que muchos so Id ados udlizaban los condo- 
nes reglamentarios para mantcner seca la municion, y habia iniciado 
una moda enire los fotdgrafos al utilizer los suyos para proteger sus 
peliculas y camaras. El 28 de oelubre, el mismo dia que Pinky fue a 
vcrlo para despedirse de el y desearle buena suerte. lo despertb tem- 
prano un oficial de relaciones publicas y le dijo que debia partir in- 
media tamcnte, Por fin habia terminado la larga espera. 



Capa se reunio con varios miles de soldados en uno dc los numero- 
sos campamentos levantados a propdsito en la casta sur. Mas tarde 
recordaria que, en cuanto cruzd las verjas, tuvo la sensation de ha- 
ber recorrido ya la mitad del canal dc la Ma neb a. Todo coniaclo con 
el mundo exterior ceso; solo habia una forma de salir de alii: en un 
camion abarrolado de soldados que se dirigia a las play as de FiancLa. 
En su campamento se reunio con los hombres del 1 16. 1 * de Infante- 
ria del 2." Bataltcm. Iria con la primera oleada, que tenia previsto lie- 
gar a la playa de Omaha exactamente a las 6.30 de la madrugada, una 
hora despues de la marea baja. 

Capay los hombres del 1 16. u dc Jnfantcria permaneeiemn sen la- 
dos en silencio mien Iras los oficiales de mlcligencia les informaban 
del panel que iban a desempefiar en la openicibn Overlord l.os pri- 
meros en desembarcar sen an unos tanqties anfibios especialmenle di- 
scfiados para penetrar en las defensas alemanas de la playa, abricn- 
do asi canalcs «de fuga» desde la playa. Enire las primeras tropas que 
llegarian a la orilla habria equipos de asalto. endunrcidos Iras meses 
de adiesiramiento intensivo y armados eon lodas las nuevas y potentes 
arma-s disponibles: amelralladoras de IreirUa pulgadas, lan/agranadas 
y lanzallamas. Los equipos design ados para demoler los princi pales 



El dia mis latfcO 

obstaculos de cada section de la piaya dejarian banderas a modo de 
serial es para los timoneles, quienes a eonlinuacidn conducirian has- 
ta la orilla a varios grupos de lanchas de desembarco, Dos horas des- 
pues de la hora H — el momento en que llcgaran las primeras tropas 
a la playa — . Omaha estaria a salvo. 

Hacia liempo que los akmanes esperaban un desembarco aliado 
en el none de Franeia, Si csW* tenia exito, su derrola final stria inevi- 
table. Dada la enormidad de la amenaya, Hitler habia recumdo a su 
general mas briManlc, cl poeo conventional zotto del desicrto, Erwin 
Rommel, «La guerra se ganara o perdcra en las playas — habia decla- 
rado Rommel al visitarlas por primera vez en enero dc 1944 — . Solo 
tendremos una oportunidad para dclcncr al etiemigo y esta sera mien- 
iras este en el agna, luehando nor llegar a la orilla. Las primeras vein- 
ticuaEro hoias dc la invasion seran decisivas, (...] Para los aliados, asi 
como para Ale mania, sera cl dia mas largo" \» 

Capa iba a desembarcar en una de las playas mejor defendidas de 
la historia. Rommel habia ordenado inmediatamente la coloeacidn 
de obstaculos ingeniosos y letales a lo iargo tie ntda la costa. Fue idea 
suya clavar postes a la allura de la eintura con una mina sujda a elios, 
que quedaran sumergidos eon la marea alia. Distribuyeron por las 
playas enormes crates de hicrro cubiertas de minas magneticas para 
detener los vchienlos y lanques anllbios. Y para impedir el aterriza- 
jc de planeadores, ciavaron alla> csiacas (los «esparragos» de Rom- 
mel) en campos a varios kilometres tierra adenlro. 

Despues de recibir instrucciones. Capa y los hombres del 1 1 6." dc 
Inlanteria cambiaron sus dolares por la moneda de la invasion: finos 
bitlclcs de francos. Cada hombrc reeibio a continuacidn un libriio con 
Prases en alcmiri y frances que, segiin advirtio Capa, «prometian ci- 
jjanrillos, bafios calientcs y toda clase de comodidades, lodo a earn- 
bio de un simple aeio dc rendition incondicional De hecho el libri- 
llo era una lectura que pnometia>i M , 

El 4 de junto en Weymouth Capa subio a frirdo de un buque de 
iransportc, el Samuel Chase, que form aba parte de la mayor flota 
jamas reunida. Con el iban casi tres milloncs dc soldados aliados, 
infantes de marina y aviadorcs, prcparados para atacar la Fortak/a 






156 



167 



Sarigre y cliampan 

Europa. Los desembarcos consistirian efl 1 76-475 hombres, 20.1 1 1 ve- 
hieulo*, 1,500 tanques y 12.000 aviones. «[Ese] podcroso cjercilo 
estaba tenso como un resorte dc espiral - recordaba el general Eisen- 
hower , y eso era exactamente, una gran espiral humana en tension 
esperando el momenta de liberar su cnergia y sallar el canal de la 
Mancha en el mayor plaque anfibio que jamas se habia inlenlado",» 

Capa cruzd el Canal e] 5 de junio despucs del anochecer"\ En- 
ire los camaradas a bordo se encontraba el capitan Oscar Rich, mi 
observador de artilleria del 5 " Batailon dc Artilleria de Campo de la 
I ." Division. Rich reeordaha haber examinado un «mapa de espuma 
de caucho de la eosta de Calvados» sobre una mesa del gimnasio del 
Samuel Chase que Capa folografio. Era la maqucta mas detail ada que 
Rich jamas habia vista, «Los arboles. his vias dc XBttk, las carreteras, 
las casas. Ins obstaculos de la playa... todo estaba alii. | ...| Todo 
esiaba a estala, era como estar en un avion a unos ciento eincuenta 
mctrus sobre la playa, y mtrar haeia abajo y verta enlera en verdadcra 
perspectiva l7 .» 

This estudiar la section dc la playa a la que lo habian destinado, 
llamada Easy Red, Capa se reunid con los grupus de jugadorcs que 
tiraban los dados en la eubicrta oscilante y jugaban intensas partidas 
dc pdquer*. Entre sus contrincantes se contaban Oscar Rich y el co- 
rresponsal del New York Times Don Whitehead mientras el Chase 
crozaba despacio y rcsoplando el picado mar del Canal. «Yu iba en 
ese bonito y limpio barco con el UG* de Infanteria explico Capa 
a Charles Werten baker de Life tres dias despucs — - Y es un barco 
bonito y limpio. La comida es hucna y jugamos al pdquer casi toda 
la noehe, y una vez casi complete una escalera, pern olro salid con un 
pdquer de nueves, Jo que no era raro'",» 

Envueltos en mamas, los hombres apostaban miles de ddlares a 
los dados y, entre aliladas dagas y bayonctas, se despedian con un 
bests de pequefias fbrtunas. «Daba lo mismo ganar o perdcr, solo era 
una man era de pasar el rato — rceuerda el sar^ento Roy Stevens de 



* La playa de Omaha estaba Jiudida es ocho sccciones en lirtisl: Charlie, Dog 
Green, Dog While, Dog RscL Easy Green, Easy Red y Fas Red. twins petigroststnws. 



168 



El dia mas large 

!a Compunia A, 116." de Infanteria, 29* Division—. Sabias que pro- 
bablcmenie no ibas a lencr la ocasion de recuperar lu dinero de todos 
modos.w 

La pallida de Capa se vio inlerrumpida a las dos de la madruga- 
da por una severa orden procedente de un aliavoz. Los hombres de- 
bian ucudir a sus puntos de reunion. Los compancros de juego 
de Capa, entre ellos Rich, se. guardaron sus ganancias en sus rinone- 
ras impermeables y aeudieron a sus puestos. La hora H. para la que 
tnuchos tlevaban entrenandose desde 1942, estaba prdxima, A las tres 
dc la madrugada Capa se senlo a disfrutar de un ultimo desayuno de 
crepes, salchtchas y huevos con care, Pocos hombres condemn ese 
magniHco desayuno. servido por ordenanzas optimi^ias con unifor- 
me bianco almidonado, Capa se reunio a las euatro de la madrugada 
con los dos mil hombres congregados en la cubiena, quicnes espera- 
ban en silencio absoluto a que amaneciera: lo que cada uno pensaba 
parecia furmar parte de una oracion comiin. 

A unos dieeiseis kildmclros de la playa, Capa se sub id con otros 
treinia hombres a un oscilante bote que bajaron hasla las aguas en- 
erespadas. La mayor! a de sus companeros tenia die?, aftos menus que 
el, con la cara petri Ikada, amarillenU c inexpresiva. Los mas vetB* 
ranos de veinticinco aiios, que habian desembareado en Africa y en 
Italia, espetaban instruct iones a los que nunca habian visto el mar y 
apenas habian lerminado la secundaria el verano anterior. Dcbian 
mantener la cabeza por debajo de la borda a loda costa. Cuando los 
alemanes abrieran Fuego, todo lo que asomara por encima tenia mu- 
chas posibilidades dc volar en pedazos. 

Volvid a oirac una voz por los megafonos: «Luchad por conseguir 
que vuestros hombres lleguen a la orilla... y si os quedan fuerzas, 
luchad por poneros vosotros a salvo... j Abajo todos los botes'... 
Padre nucstro, que eslas en los cielos, santificado sea In nombre.,.»". 
A las 5.50, los buques de guerra empezaron a bombardear las playas 
asignadafi a los estadounidenses. Los buqucs Texas y Arkansas dis- 
pararon mas de seiscientos proyccdles a una sola baieria alemana en 
Omaha. Lo* hombres que se aproximaban a la playa, algunos achi- 
cando freneticos agua con sus eascos, levant aron la mirada haeia la 



169 






Setngrc y champfin 

salva dc proyectiles que volaba por encima de sus cabezas y gritaron 
con entusiasmo. Luego c] eielo se lleno de aviones y al zumbante 
rumor de los bombarderos B-26 se sumo cl eontinuo eslrcpito de las 
bombas al explotar. liniretanto, en la lane ha de desembarco dc Capa, 
al igual que en todas las de la primera oleada. los hombres se relaja- 
ron momentaneamente, Por fin habia llegado la decisiva cobertura 
aerea para abrir crateres en la playa en los que refugiarse, destruir 
baterias y dejar a lot; alemanes aturdidos y confusos. Ya lenian algu- 
na posibilidad de luchar, 

A unos kiiomctros de dislancia, los hombres ya exhaustos des- 
pues dc mas de vointieuatro horas sin dormir empezaron a marearse. 
«Algunos de los chicos vomitaban educadamente en holsas dc pa- 
pel y me di euenta de que era una invasion civilizada recordaba 
Capa — , Esperamos a que enrraran los [equipos de asalto) T y enten- 
tes vi regresar los primeros botes de desembarco, y el timonel negro 
de lino de los botes indico con el pulgar que todo iba bicn y parecia 
pan eomido. Oimos algo alrededor de nucstno bote, pero nadie hizo 
caso M ,» 

Capa seguia agachado en medio de vomito y agua de mar mien- 
tras el fucgo de artilleria de tos emplazamienlos alemanes de la 
eosta ealculaba a que distancia de tiro se eneontraba su lancha de 
desembarco. Saco una dc sus dos camaras Contax de una funda 
impermeable, A pesarde que eslaha eneapotado, habia suftciente luz 
para saear folos de ace ion rapida. De pronto se bajo la nimpa de su 
Janeha y los hombres que Capa tenia delantc sallaron a un agua que 
les llegaba a In cintura, sosteniendo los fusiles por encimu de la ea- 
beza. «Mi hermosa Francia se veia sordida y poco atractiva — recor- 
daba — . [pero] una ametralladora alemana que eseupia hulas alrede- 
dor de la iancha acabd de estropear mi regrescr J .w Cientos de hombres 
murieron en los primeros minutos en Easy Red, a cscasos mctros de 
£1. «Vi como caian !os hombres — cxplico a Wertenbaker — y luve 
que ahrirme paso a empujones a traves de sus eucrpos T to que hiee con 
education 22 .* 

No habia craleres abiertos por bombas en los que refugiarse y los 
acantilados dc suave pe ridicule a lu largo de casi toda la playa, que 



170 



El ilk mi* largo 

tenia forma de largas pinzas abiertas, eran una perfecta barraca dc 
tiro al bianco. Para empeorar las cosas, los alemanes sc habian es- 
tado adiesirando et dia anterior en Omaha para reeha^ar un ataquc 
antibio. La guamicion, que solia estar compuesta de una veinlcna de 
hombres. se habia ecnluplicado y en esos momentos ocupaban defen- 
sas formidable*: tteho bunkers de cemento equipados con cafioncs de 
calibre 75 mm y SS mm. ireinta y cinco fortines, euatro baterias 
de artilleria, diceiocho ca nones aitlitanques, scis fosos para mortcros, 
cuarenta montajes para lanzacohetcs y al menos othenta y cineo 
nidos de ametraUadoras. 

Como era tipico dc el. mas tardc Capa bromeo soba' suk primeros 
in. memos angustiosos en Omaha. *< Yo iba muy elegante con mi gabar- 
dina [Burberry] en la mano i/quierda eonto a Wertenbaker— , En un 
delerminado momertto tuve la sensacidn de que no iba a necesitar csa 
eiilwdinu, La suite y se alejo llotando, y me escondi dctras de unos 
tanques que disparaban a la playa. Al eabo de veinic minutos compren- 
di que no em una posicion segura. Los tanques me protegian un poco 
de las armasde fuego pequenas. pcro eran cl bianco dc los proyectiles 
alemanes 2 '. » 

Los morteros alemanes eran tan precisos, en plica el (entente Ray 
Nance, supervivicnte de la primera oleada, que weran capaces de lan- 
zarte un proyectil a la cabeza si te veian», Mienlras los proyectiles 
estallaban alrededor de Capa y el agua poco profunda se llenaba de 
cadaveres, sc sorprendio a si mismo repitiendo palabras que habia 
aprendido en espanoL «Es una eosa muy seria — murmurd> — Es una 
cosa muy seria*. » 

Los hombres no se atrevian a levantar la cabeza del suelo por si 
les disparaban. «La pendientc de la playa nos pxoiegia un poco de las 
balas de fusil y ametralladora, siempre que pcrnianecieramos tumba- 
dos recordaba Capa , pero la marea nos empujaba hacsa el alam- 
bre de puas h y parecia que se huhiera levantado la veda para los cli- 
fvones.N> Durante unos minutos permanceio tumbado eon el cuerpo lo 
mas pegado posible contra la arena, press de un miedo debilitante 






* t.n ciusicllaiwi en el orijjiria!. (N. de ta T.) 



m 



mmiui ./ y i. h.'.mi'.ir 

muchisimo mayor que el que habia ejtpcTimentado en Italia: «Me 
puse fatal, La eamara vacia me temblaba en las manos. Era una nue- 
va ctasc de miedo que me back temblar de la cabeza a los pies y me 
de&eneajaha lacara». 

Capa sacd su herramicnta para eavar y trato de hacer un hoyo en 
el que refugiarsc, pero casi inmediatametite golped guijarros y la tiro. 
De pronto se fijd en que Ios hombres a su alrededor estaban inmovi- 
les: «solo los muertos que llotaban en la superficie se movian con las 
olas» :4 . Sabia que la unica manera tic vencer el miedo era sacar fo- 
los 4 haeer su trabajo lo mas deprisa posible y largarse de la playa, Mas 
laide explico a Wertenbaker que paso noventa minutos sacando fotos 
hasta que se lc acabaron los carreles. Luego vio una lane ha de descm- 
bareo a eincuenta metros mar adenlro. 

De un salto bajo de ella un grupo de personal medico eon crates 
rojas pintadas en el casco. Una amctralladora bramd y varies de eilos 
murieron en el acto, Capa se levantb y t sin tomar conscicnlemente 
ninguna decision, echo a correr haeia la lancha. No lardb en caminar 
por el agua roja de sangre. El gelido mar le llegaba at pcelw y las olas 
le abofeteaban la cara. Soslenia las eamaras por encima de la cahe- 
za. Sabia que esiaha huyendo. 

En la lancha de descmbareo LCI °4 V ct operario de diecinuevc 
anos Charles Janrau, se pelcaha por subir a heridos a bordo cuando 
vio a Capa*. «Alli estaba el pobre, sosieniendo en alto sus camaras 
para que no sc 1c mojaran, tratando de recupcrar el aliento^.w Tan 
pronto como hubo subtdo a bordo de la I, CI t M, cambio el carrete. 
Luego sintio «Una ligera sacudida^ y se vio eubiertu de plumas. 



* J arrtju era un frtpgrafo aficionado cntusJasia. y es* dia saw rnuchas fotos dc 
la LCI, con curettf en un bolsillo y un nosancr en el alro. Su uapitan. un astuto 
miemhro de la marirta mereante, h<ihsia almacenado a bordo del barco un gran xumi- 
nistro <tc whisky J&B para fiirtuk-iiLT a la Tripulacion. «Mas que nada, bebiames ua^i 
iinlcs d dia — rccordaba Janrcau . Ni> hahia cumkLi, pero bebtamos lode el dia y no 
n«H ernSxircschabamos. No nos hacia nitigutt eleciu.H Jamau nfrnvivid a (a guerre, 
y IUl' -padre de once hijos. Sicmprc insistio en que el did D habia tidn gn gnui n\o- 
nionio para el y pwira Fsiados Unidas. tan atcsorasio en su nwuioria KmtO d dfods 
1 947 en que dcilmi una alian/a en el dedo dc su csposn Audrey. 



El dia mis lanjo 

«lQa& ha sido eso? pensd — . ^Hay itguieo matando polios? 11 ^ Le- 
vanto la mirada y vio que el bole de cuarcnta y einco metros habia 
sido aleanzado por una bomba de S8 mm*. En la lancha salpicada de 
sangre habia desparramados fragraentos de cadaveres. «Las plumas 
venian del relleno de las chaquetas de eapoc de los hombres que 
habian saltado par los aires. El capitan [un joven de treinta y dos anos 
al que llamaban "Popcye"] lloraba porque su ayudantc habia reven- 
tado encima de el y lo habia dejado hecho un asco 27 .)* 

La lancha de descmbareo escoraba de mala mancra, pero logro 
alejarse poeo a poco de la playa de Omaha. Capa bajo al camarote 
para seearse las manOsi y cambiar los earretes de sus eamaras, y vol- 
vid a subiT a eubierta, A su alrededor solo cneontro hombres muer- 
tos y gimiendo. Cuando se enconlraban a unos pocas cicntos de 
metros de la playa, mird alias y satd una ultima foto de la wSanyrienta 
Omaha» envuelta en humo Estaba eubierta de enormes desechos de 
la guerra; tanques ealcinados y lanchas de descmbareo deslro/adas; 
Biblias flotando en Ujs eharcos de color rojo que se fonnaban entre 
las rocas; una guitarra solitaria eerca de Easy Red e innumerable* ea- 
davcres de jdvenes nortcamerieanos. 



A pesar de que Life habia acaparado dos dc la.s euatio plazas asigna^ 
das a fotografos para cubrircl asalto ntirteanvericano por tierra. tuvo que 
recurrir a fotografias de ires agendas de noticias: AP (Associated 
Press); Planet News, una filial londinense de Acme, la sucursal de fo- 
togratla de United Press, y Keystone, La misum de John Monis, de 
veinlLsiete anos. era obtener fotografias de accidn de los desembarcos 
del dia D la nutkia mas imptJitante del sigk>— para la revista neo- 
yorquina Life. «Capa era el ptofesional reconoeido recuerda- . la 
est re I la a la que lodos miribaitios.w 

Morris sabia que las fotos deb ran llegar a Nueva York el sabado 
1 de junio por la tarde para que aparecieran en el numero del 1 9 de 









* Sejin un reportaje dc Lifi\ la LCI 94 Tue bianco dc Ires alatjuea de canonn 

de 8R mm proccdcnicii de las batcria^ <k la plava alcmana. 



172 



173 






Snngrc y champan 

junio de Life . A fin de cumplir el plazo fijado (y eonscrvar «u empieo), 
lendria que enviar los cliches originates en una valija que saldria por 
mensajero motorizado a las nueve en punto dc la mariana, segun la 
hora de verano hritaniea, el jucves & de junio*. Un mensajero moto- 
rizado llevaria a continuation la valija a un avion que estaria csperan- 
do en Heathrow y la trasladaria a otro en Prestwick, Escocia. Tras un 
par de paradas para repostar. la valija llegaria a Washington y seria 
Nevada a mano a Nucva York el sabado 1 *. 

Morris I lego temprano a las olicinas dc Dean Street de Life el 
A de junio y esperb a tener notictas de su grupo dc seis fotbgrafos del 
dia D. Hacia mediodta se habia resign ado a una larga cspera, hntrc- 
tanto, Capa estaba en mitad del canal dc la Mancha hablando con 
Charles Jarreau. Parccia aiurdido por lo que habia vislo, con la cara 
gris y lodavia en est ado de shock, y comenlo a Jarreau que cstaha 
«realmenie agradccido» de haherdejadu la playa 2 * 1 , Dcspues de vol- 
WW a cambiar los cauetes, tbtografib a Jos primeros norteamericajtos 
heridos que se habian retirado de la playa de Omaha Hi la LCI**. 
Lticgo dejo las camaras y ayudd a subir Camillas de hombrcs heridos 
a bordo del Samuel Chase. No hacia ni seis horas que se habia subi- 
do a una lancha de desembarco desde la inmaculada cubierta del 
Chase. Este «ya no era bonito y limpio. Hasta los cocineros que ha- 
bian preparado comidas tan buenas ayudaban en eso<* moment™ a 
subir a los herido5» M , 

Una vez a salvo a bordo del Samuel Chase,. Capa sufrio un eo- 



• M-orriSi habi;i cn<iavaJn muehas. veccs el trayeclo de las oficinas de Life a las 
del ecn^or, y a CGriliituaeitir) la erslnejja 4v La valija; habia rcewTickt el earning) a (ra- 
ves dc Londres. cii un Austin de dos puertas para cerciorarM: dc que p*«iia cniregar 

la valija a tiempo. Para adclanlar la entries correria k>s u In <■ dnuuertiLi pusim .1 

rnives dv Grusvenw Square. 

** Fn lifi^ iL Ikh- §Hm arsirvcia tin micmbw del personal medico con dos ba- 
miH en su jjrati casew dc 1st armada, prcparandcisc rxtra tiaccr una transfusion a un 
nxtenfao de la tripulaeitia qut habia sido itcaaudo por ffrgmerttcti dc un SS mm, 
HI casco penenceia a Jarrisau. tdBn el se ve el niimer:) dt Charles — insiwte su viuda, 
Audrey — . Charles sc lo tiabia prtsiado at HXBtariQ, i^uc hahiii pcrdidt) el suyn cuandn 
fi.iL - akiiriAtdo cl burc.i' 



174 



fit dia mas lur^u 



lapso debido al agotamiento. bl barco se aproxiinaba a la cos.ia ingle- 
sa cuando se desperto desnudo bajo una aspera nianta con una nota 
alrededordel cuello: «Caso dc esienaacidn. Sin plaea de LdeiUuladV 1 , 
En el cairc de al lado csitaba un supervivientc del regimienio de tan- 
ques antlbios que habian desembarcado antes dc la pritnera oleada de 
tropas, El suyo y otros die^ tanques se habian iiundido en el mar pi- 
eado junto a la playa de Omaha, El joven conld descsperado a Capa 
que habia sido un cobarde y que debena haberse quedado en la pla- 
ya, Capa le aseguro que no tta ningun cobarde. No tenia ninguna 
culpa, £1 si que era cobarde, insistiu Capa, rto el joven soldado. 

El 7 de junio muy temprant) el Samuel Chase atracd en Wey- 
mouth. Los periodistas mdearon a Capa, impacientes por obtener 
jnformacidn de primera mano sobre la invasion. En cl niuelle tambien 
esperaba David Scherman de Life, « David sacd una foto maravillo- 
sa de Bob tralando de sonreir cuando llego nccucrda su viuda, 
Rosemarie — . fue una extraordinaria coineideneia que se encuntra- 
ran de ese modo.» 

Mas ta.rde Capa explico que en cuanto pisd tierra firmc. le ofre- 
eieron un avion para bevarlo a Londres a hablar por la radio sobre la 
invasion. En lugar de ello met id los rollos dc lotos en la valija de un 
mensajero, se cambio de ropa y bused el primer barco que regresara 
a la cabeza de playa. 

Esa manana en Londres, Morris sc enterd nada mas despertaree 
de que Bert Brandt de Acme habia rcgresado a Uindres con una «jpri- 
mpra fotdIw 32 . La imagen mostraba tmpas desembarcando, pero nada 
del drama desgarrador ni del derramamienlo de sangrc dc Omaha. 
^Uonde demon ios estaba Caps.? Las horas transcunian eon una len- 
titud insopontablc. A ultima hora de la tardc, Morris y su equtpo es- 
laban lotalmentc dcsmoralizados. El personal del cuarto oscuro de 
Uf e _ e | |efe, Braddy Bradshaw, cuatro jbvencs ayudantes y un fo- 
tografo, Hans Wild— llevaba mas dc vctnticuarro horas esperando 
para ponersc a trabajar. «No llcgb nada salvo material secundario 
— una verdadera porqueria — dc fuentcs ofietales: el servicio de trans- 
intsiones, la Armada, los britanicos — recuerda Morris — . Todo era 
material preliminar, No habia nada de to autentico".:* 






175 



Sangrc y champan 

Cerca de las seis y media de la lank Morris recibio una llamada 
dc Weymouth; «La pelicula de Capa esta en cam i no. La recibireis on 
un par de horas», Llanto a E. K. Butler de AP. que no habia parade 
de atosigarlo pidiendolc una imagen que mostrara el vcrdadcro com- 
bate. «jLo que quiero son foios, no prumesasl», rcplico Butler Por 
fin a las nueve de la noche del 7 de junio Uego un mensajcro con cl 
valioso paquete. <(Era un. paquctc pequeno recuerda Morris — . 
Deniro habit* cuanro peliculas de 35 milimetros y alguna.s [pelieulasl 
de 120, tal vez media docena. y una nota breve de Capa escrita a 
mano en ta que solo ponia: '*John, toda la accion esta en la de irein- 
ta y cinco milimetros". Y anadia que habia sido un dia dura y regre- 
saba a la playa.» 

El personal del cuarto oscuro dc Life $e puso manos a la obra. 
ennfigndu en acabar antes de la hora tope, las nueve de la manana. 
Hans Wild llamo a Morris tan pronto corao terminaron de rcvelar las 
de 35 mm. Caps habia heeho un trabajo magnifieo en amdiciones 
terribles y con luz limitada. «Neeesito contactos pidio Morris — ■, 
jDeprisa. deprisa, deprisa!» Unos minutos despucs uno de los ayudan- 
tes, Dennis Banks, bajo de un sal to un Iramo de escaieras y entro 
eorriendo en la oficina de Morris. 

— Se nan estmpeado — balbucio llorando---. ;Se han estropeado! 
; lodas las peliculas de ( apa se km M4lu|HBdoJ 

— <„Que quicrcs dceir? pregunfo Morris. 
-Tenias lanta prisa, .. — re-plicb Banks — . Las meti en un arma- 
rio secador y cenre las puCftas. 

Era habitual meter las peliculas en un armario de madera eon una 
resistencia electfiea en forma de espiral en la base. Pero con las puer- 
las eerradas, ei calor se habia hecho tan intensu que habia derrctEdo 
la emulsion de la pelieula. Morris bajo corriendo con Dennis al cuarto 
oscuro. Sostuvo en alto las euatro pelieula.s, una pur una. Tres eran 
inservihles, solo una mane ha marron en una foto tras otra. «No se dis- 
tinguia nada — recuerda Morris — . Solo barro gns, Pero en el cuarto 
rollo habia onee folograllas que podian revelarse, y revele eada una 
de eilas. Hoy dia se ha establecido que dos de ellas no mereeian la 
pena, de modo que nueve han sobrevivido hasta hoy, to que no esta 



176 



El dfa id£k lafga 

mal- Eran alga rcpetitivas, pero alii babia media docena de fotos 
buenas.» 

Sc aproxiinaba a toda prisa la medianoche cuando Morris pidio 
a su equipo que hiciera euatro copias ds seguridad dc cada negati- 
vo supervi vie rite. Tan pronto como las uivicron, haeia las ires y 
media de la madrugada, sc dirigio a traves de las calles desiertas 
y oseurus de Londres a la oficina del censor. Contaba con varios 
cientos de fot o gt a fla s apartc de las imagCflcs «granuladas» de Capa 
de hombres encogiendose en el oleaje de la playa dc Omaha. Los 
minutos le parecieron horas mientras e-speraba a que el censor auto- 
ri/ara las fotos. Todas las de Capa pasaron la censure, Haeia !°44 
Capa sabia perfectamente que pasaria y qu6 no. No se rnolestaba en 
desperdiciar pelieula en escenas que no estaba seguro de que cl 
publico norteamericano las digiriera*. Con menos de una hora por 
1 K- 1 : i n t l- para etilrcgar la valija, Morris sc topo con un nucvo obs- 
laculo. El censor tenia que cerrar los sobres con una einta en la que 
sc Icia AfnoriAtio pob el censor. «Pero en el momento crucial en 
que iba a cerrarlos h la einta se alaseb. No Iwgm haeer Tuncionar el 
maldito traslo,» Para cuando cerro por Tin el sobre ya eran las nueve 
menos veinte. «L!egue a Grosvenor Square a las ouevt menos un 
minuto. Encontrc al mensajem en el sotano literalmente a pun Id de 
cerrar con cartdado la valija. » 

t<jEsperat», grito Murris. Y le enirego sus valiosos paquetes, 
Habia cumplido el plazo de entrega con el liempo justo 

Las fotos de Capa aparceieron el 19 de junio en siete paginas dc 
Life junto con lal vez el titular mas famoso tie la revista por su si>brie- 

dad; LA AKVlAtJA Y L^ AVJACION SE UNRN A LA DECTSIVA BATALLA POR 

EUROPE. Life informaba a sus perplejos lee tores: «Esta fotografia y 
las de las siguicntes scis patinas son del fotografo de Life Robert 
Capa que acompafto a la primera oleada de tropas. Aunque las prime- 
ras noticias que llegaron de los desembarcos daban a entender poca 



■ Las fotografias que mostraban. rpstms Je htimhn.'s mucrUj!>. asi como c?tprc- 
siores dc ctcrroia y sevcra fatijia de coir Half icniiin ptjoas probabilidades de pjissr la 
ccnsLtra 



177 



San^re y champan 

resistencia, sus fotos mueslran lo encamizadii que ha sido la batalta 
y lo luetics que eran las defensas alcmanas». 

Morris dice que Capa nunca le menciono la pelicula eslrapeada 
y ha escrito que pared 6 «cncajar bien la noiicia dc las emulsioncs 
derretidas». Capa habia sacado setenta y ouevfl folos, segun Charles 
Wertenbaker; «EI tinico teslimonio fbtografieo complete de las peo- 
res horas dc la invasions". Aunque borrosas, las imageries de Capa 
habian captado para la posiendad algo de los enioquecedores prime- 
ros momentos de hi invasion. Eran, en efeclo, gra rides fotos; un pa- 
labras del mismo Capa, «un fragmenio del sueeso que revelara mas 
de la verdad autentica que la escena compkla a alguien que no eslu- 
vo alli» ,J , 

El linico hombre a quien se ha idcnlilicado en las fotografias dc 
Capa es Edward K. Regan, de la Compania K del 116," dc Infante- 
ria, que murib en 1998. La Koto de Capa del soldado de dieciocho 
afios se ha puhlicado miles de veces y siguc siendo la imagen pur 
excelencia de los primeros ininutos de la wSangrienta Qmaha». Para 
Regan la fbtografiu siempre senalaria s<un importante rito dc inieia- 
cion. . . la Iran sic ion de la adolescent: in a la edad viribv 1 *. 

Regan recordaba que habia pasado la nochc anterior muerfo dc 
miedo. Su lancha de desembarco vara en un banco de arena a veinte 
metros de la orilla y tan pronto aiinn bajaron la rampa. se eneontro 
bajo el irttenso Flic go del enemigo. Durante el resto de su vida lo 
perseguiiia el recuerdo de csa lucha por msnlcner la cabeza por en- 
cima del agua y apoyar los pies en tierra finne, con casi treinta kilos 
a la espalda y camaradas mucrtos flutando en d sangricnto oleajc que 
le rodeaba, 

«Cuando me tlaquearon las fuerzas. me desplume en la arena para 
recuperar el alienlo. E! agua me llegaba a la nariz. Fue entonccs cuan- 
do me hicieron In ibto,» 

I n Kstadosi Unidos. su madre recortd la foto de Lift* con Iagrimas 
en los ojos. Cuando su hijo voivio a Virginia en 1945, clia sostuvo en 
alto el recortc. «Mira n cres til ( -,verdad?», prcguntb. 

«Si, soy yo — replied el — . Y me siento muy oigulloso de el!o,» 



178 



14 
El bocage 



Habfs un pardillo canlando en una casa deffuida de 
Nchou; la bomba <1W habia volado la casa en mil pc- 
da/os no habia hecho ni un rasgunu # \a jauia. Las re- 
scs nutrias eslaban en las mas cstrafias posit tones, 
[♦.,] algunas apoyaddb contra iirtooles y ceneas, y una dc 
pit; sohre sus cuairn paias, halanecandosc ligcrarttente 
al vientu. [...] Los rosale* irepajdores seguian aferran- 
dose a las parcdes dc la^ casus dt labfartfti derruidas, 
junto vim cl Disc de las flores cuando desaparccieron 
\on demas olorcs, 

CHARI>» WwiKNB*itt:R, Invasion' 



Capa voivio a desembarear en !a playa de Omaha el S de junio, dos 
dias despu^s del dia D. Antes de dirigirsc al eampamento de pren- 
sa de Baycux, en cl interior, se detuvo a fotograliar una vez mas la 
playa. En la zona de la playa nlcanzada por la marea alta se amon- 
tonaban los desechos' fusiles, tVagmcntos de cadaveres, equipo des- 
perdigado y muchas Biblias. Cerca de Easy Red. Capa encontrb a 
unos Pescadores eontcmplando con solemn idad las hi 1 eras de tadd- 
veres eubtertos- En otras partes vio cavar tumbas pruwistonalcs a pri- 
sioneras aLcmanes quo cuarentfl y ocho horas antes habian dispara- 
do contra el. Esa tarde un sacerdote noneamerieano eelebro un 
Tuncral en la playa. Un excepeional documental de noticias locaii- 
zado por el eirtcasta Patrick Jeudy muestra a un Capa recien afei- 
tado y sumamente en forma, moviendosc deprisa pero con discre- 



179 



Sangre y chaitipa!! 

cion alrededor de las tropas de eombale y los eorresponsales que 
rezan. 

Llego por la tarde a Bayeux, a ocho kilometres en el interior Los 
atemanes habian abandonado la ciudad y causado pocos dafios, Capa 
folografio a unos oficiales britanicos andando tranquilamente por una 
eallc principal bien conservada. Detras de eliofl se ve una boutique dc 
ropa en cuyo cscaparatc hay Irus maniquies con veslidos de verano. 
((BiUa riqueza muderada informaba Life — es caraeteristiea dc Ba- 
yeux, El mando ale man maniuvo al mini mo los saqueos y los traba- 
jos {brzados'.» 

Life no mencionaba qui: k eolaboraci6n habia sido extensa y las 
aelividadcs dc la Resisiencia insignific antes. Los frances.es; dc csa 
prospers ciudad normanda hahian vivido una guemt muy llcvadera. 
Tanto que los ninos al principio recibieron a sus tiuevos t>cupantes con 
saludos nazis. En utras paries, los franceses recien liberados no se 
alegraron demasiado de ver a los nortcamericanos y los britanicos, 
Los bombardeos del dia D habian quilado la vida a miles dc norman- 
dos, algunos no ran inocentes como otros. 

Mas larde csa ooche, Capa encontrd a sua colegas periodisias 
sentados en un cobertizo alrededor de parpadeantes velas T bebiendo 
una botella de Calvados. ( clebraban un velatorio en su honor Mas 
tarde el cxpfico que un sargento habia informado haber visto su cada- 
ver flolando en las aguas de Omaha, Como llevaba cuarenta y ocbo 
horas desaparccido del Frente, lo habian dcclarado oficialmcnle mucr- 
to. Escribio que los eensores basta habian aprobado su obituario : . 

Esa noche, en un hotel llamado Lion d'Or, Capa y sus colegas se 
pulieroii al pareeer van as hotel las de Calvados para celebrar su regre- 
so dc los muertos. Enlre los presenles en ese velatorio eslahan fcmie 
Pyie y Charles Wertenbaker. el imponente jefc del nuevo personal 
curopeo de Time and Life. Al dia siguienlc Capa Formo cquipo con 
el los para infomw sobrc el avancc aliado hacia Cherbourg, un puerto 
del Canal de vital importancia y «e\ primer gran objetivo dc la inva- 
sion)/. Antes de volver a la primera linca del frente, cada uno se 
engull6 un buen bistec. se afeito, se band con agua ealientc y se cam- 
bio de ropa. Pod tan pasar semanas antes dc que volvieran a hacerlo. 



ISO 



El twrage 

Unos nueve dias despues del dia D, los tres corresponsales se 
encontraban en el momenio mas critico de la eontienda «l\-l L s al 
27 de junio — recordaba Wertenbaker — , casi cada dia cstuvimos con 
un balallon o una compaitia en aecion 4 ,» Los borabtes que habian 
sobrevivido al dia D perdian ami mas amigos y hermanos mientras se 
iirriisiniban de un empinado scto a olro, la mayoria scmbrados dc 
minas y bombas, Tenian sueile si recorrian dos setos al dia: el bttnt- 
ge — cl anliguo mosaieo de pcquenos campus tic Ntmiumdia scpara- 
dos por terraplenes y espesa maleza — daba una ventaja clara a los 
dclcnsores. «tin Normandia habia un promedio dc eatorcc scitvs por 
kilometre — ha senalado el historiador Stephen Ambrose — . El debi- 
litanlc y arduo proccso de prepararsc para un ataquc. lan/ar el ataquc, 
llevar a cabo el ataque y hmpiar despues del ataque llevaba por lo 
menos un dia, Y al final dc la action aguardaba cl siguienle scto, en ire 
cineuenta y cien mctros de distancia f .» 

En cualquier momcnlo. rceucrda el sargenlo Roy Stevens del 
1 16. 4 * de lnfanteria, sus amigos eran alcanzados por un francotirador 
de,saparccian en un amasijo dc sangrc y came al pisar una mina. El 
propio Stevens resulto gravemente hertdo ctiatido un eamarada hizo 
esiallar una mina unos mctros mas adelantc (Jlros pcrdicron cl valor 
y se suicidaron o se pegaron un tiro en los pies. Eran los callados, los 
que en cl campamenLi dc instruction habian si do obidu de burl as, 
quienes a menudo demosiraban ser asesinos crueles. Crueles o no, la 
mayoria dc los homhrcs descubria aliviada que no era cobarde: no se 
venian abajo cuando el terror se apoderaba de el los. Al enirar en una 
nueva ciudad o pueblo, a menudo sc veian obligados a despejar cada 
calle. a veces casa por casa. 

Wertenbaker y Capa pasanm dia Iras dia agaehandusc detnis dc 
setos, metiendose en edificios, corriendo para poncrse a cubierto cada 
vcv que los alemanes llevahan a cabo una virulenla aeeion defensi- 
va. A diferencia de sus agresores, muchos de los alenianes eran cur- 
litlos vcleranos dc Africa, el frente ruso e lialia. La experieneia k's 
habia ensexiado. como habia ensenado a Capa, a permanecer aeurru- 
eados bajo el fueyo dc artiHcria y a soportar dias de continua tension 
sin doniiir ni comer debidamenle. En el ultimo momenta, cuando solo 



181 



Sanaiir y champan 

podian Mevarse el mausera la sien o desplegar una bandera blanca, 
la mayoria optuba por vivir. oLuchan, no hasta el ultimo aleman, si no 
hasta el primer norteamericano», comento un dia Capa con deaden a 
Wertenbaker*. 

En las articulos que aeompafiaban las fotos de Capa del avance 
norteamericano sobre La peninsula de Cotentin, la revista Life no 
mcneionaha ia mejor preparacion para el combats de los alemanes ni 
su formidable armamento. Capa aprendid rapidamenle a rcconocer 
cada arma por su sonido, como cualquicr so I dado raso que vivid la 
espeluznante confusion del bat-age. Las ametralladoras MG42 dc 
\-A Wghrmacht disparaban a un ritmo de mil doscicntos. proyectiles nor 
rainuto. En medio del coneicrto de otros ruidos In tales sonaban como 
una gran tela rasgandose cerca del otdo de alguien, Los canoncs ale- 
manes de 88 mm, con difcrencia la mejor artillcria de la guerre, lan- 
zaban proyectiles a la altura de la cabezu por las callcs a easi tres ve- 
ces la velocidad de! sonido; los blancos de came y hueso nunca los 
oian venir. El Paiizvrfaust a Ionian era rauy superior a su cquivalente 
iiortcamerieano, la bazuka. Su repenlino estallido resonaba en el sue- 
no febril dt; casi todos los miembros de la tripulacion de los ianques 
norteamericanos. Luego estaba el ruido mas aterrador de todos: el 
gemido de las Mooning Minnies, las bombas disparadas easi simul- 
tancamente por un NebelwerlcT (lan/acohetes), que los krauts [los 
alemanes | Uamaban «slukas sobre ruedasw porque las sirenas con que 
estaban provistos los proyectiles, como los stukas. tucntan un efecto 
en quienes las oian a menudo mas penetnmte que su polencia explo- 
siva))'. 

Al cabo de varies dias dc eaminar con dilicultad por el bocage 
mortal, una larde Capa y Pyle decidieron que no pod i an soportar olra 
com Ida de viveres de campafia e iban a salir en busea de com i da dc 
verdad, Convencieron a un sargento del comedor para que les hicie- 
ra tin paquete eon provisioned y fueron en coche al pequeno pueblo 
de Les Pieux, donde Capa entrd en el unica restaurants. Volvid ai 
cabo de unos minuios e hizo sefias a Pyle y a su conductor, el so Ida- 
do Cogan, para que entraran con el en una ateslada sala de [echo bajo 
y suclos desnivelados. La propictaria do! restaurante !os sento a una 



182 



El homage 

mesa alargada. Capa habia hecho un tralo con ella: el paquete de 
provisiones en eonscrva a eambio de una comida caliente. Comicrort 
magmftcamente mientras Capa hablaba con vehement ia con varias 
personas del pueblo. «f l.os franeeses] no ten tan mucho que erilicar 
de los alemanes», recordaba Pyle. Cuando salicron del restaurante, 
Cogan eslaba cufbrico. A sus diecimieve anos eseasos se habia zam- 
pado su primera coin Nona t'rancesa. 

El 26 de junio Capa sc reunibcon Pyle y Wertenbaker mientras un 
hatallon norteamericano de la 9, a Division enlraba en un barrio de las 
afueras de Cherbourg-*. l : .n la osquina do una calk Capa ertcontro a va- 
riOfl prisioneros alemanes, asi como a rticlutas rusfls aeompanados de 
sus mujeres, que cstaban histcricas dc miedo: los alemanes habian asc- 
guradoasus maridosque los norteamericanos no tomaban prisioneros. 
Era la mejor ma nera dc conseguir que siguieran luchando, 

A 1o lejo.s se vcta el puerto de Cherbourg envuclto en llamas. 
Mientras el batallbn avan/aba hacia e! centro de la ciudad. Capa oy6 
la encarnizada lucha que tenia lugar en las calles cercanas: el traque- 
teo de las ameEralladoras MG42 y los dispams de una solitaria Luger 
Tarabien sc oia el fuego de francotiradores. Los proyectiles de 20 mm 
silbaban sobre sus eabezas. El objetivo inmediato del batallon era un 
hospital donde las tropas alemanas habian capturado a mas de cien 
norteamericanos heridos, Dc pronto un joven teniente con galas dc sol 
|usl- ill cieUi LTiCLijuiladp >u no era* ,i C;ip:i y :i sus Cotegas, «Nuesliii 
compania empezara a subir en unos minutos por esta calle para asaitar 
una plaza fucrte que se encuentra a un kitomeiro de aqui — dijo — . 
Seguramente habra franeotiradorcs apostados en algunas de las casas 
que hay por cl camino. /.Quereis acompaflamos?» 

Pyle no queria ir, pero no pudo rchusar ia invilacion. Habria sido 
una cobardia. Wertenbaker asi mio con calma. Capa parccia ansioso 
por ir. Echaron a andar, Capa comprobando sus cdmaras, hasta que 
se situaron al frente dc una colmnna. El [entente se prcscntd a si 
mismo: Orion Shockley de Jefferson City, Missouri. Le habian pueslo 
el nombrc del hermano dc Mark Twain, Uno de sus eompafieros ofi- 
ciales habia I leg ado con la eompariia haoia apenas tres horas. y lle- 
vaba tan poco tiempo combat iendo que conria a esconders* cada ve? 



183 






Sflnsrc >' ^hirtlpafl 



que vol aba sobre sus cabezas «<correspondencia salicnie» (proyecti- 
les norteamericanos). En eamhio los hombres a su mando ilevaban 
combatiendo desdc el 14 de junio, Habian sacado Unas haras para 
donnir en hiimedos sotanos y toyoa eavados a toda prisa. Sus uni for- 
mes estubart eubiertos de polvo \ sudor, y icmim unn cNprVsion illlir- 
dida, porque todos sabian que ihan a morir o a volver a su casa en 
Camilla, las dos unicas maneras de salir del inflerno de Normandia. 
Hacia el final de la guerre la Q . a Division habia pasado doscicnlus 
sesenta y euatro dias combatiendo y sufridu 33.R64 bajas, mas que 
ninguna otra division de infanlcria de Europa. El movimiento de tro- 
pas fuc de un asombroso 240 por ciento. 

«^Por que no decis a la genie edmo es esto? — pregunto un sol- 
dado furioso — . Solo oyen hablar de viciorias y un monton de cosas 
gloriosas. No saben que por cada eicn pasos que avanzamos muere 
atguien. i,Por qu6 no les decis lo dura que es aqui la vida'?» Pyle res- 
pondid al cxhausto soldado que inlentaba decir a los norteamericanos 
lo dura que eta la guerra en cada una de sus columnar. 

Empezo a Hover y Capa enseguida estuvo eatado hasta los hue- 
sob. Shoeklcy k explico que sus hombres se pToponian derribar las 
posiciones de las ametraliadoras y los fortines del final de cada ca- 
He. «No sabemos que nos vamos a enconlrar anadio ■ , y no quie- 
ro ponerte justo delante, asi que £pOC que no te vicnes conmigo?» 
Capa nceplo. De prorUO oyu un Tuerte traqueteo por end ma de su 
cabeza, Se agachd detras de un muro alio cerca de un eruce. Si que- 
ria scguir avan^andti debia abrirse paso por terreno abicrto bajo el 
fucgo del euemigo. Shockley ordend a sus hombres que avanzaran 
rrtieniras Capa obscrvaha, «jF>esplcgaos! — gnto, sabiendo que si 
permaneeian agrupados scrian blancos faeiles — , ;,Quereis que os dis- 
paren',' No os amonloneis de esa manera. Manteneos a eiriCO pasos de 
disiancia unosde otros. jDesplegaos, maldita seab> 

Pyle se quedd asombradQ ante la profunda vulnerabilidad dc los 
hombres que obedecian las drdenes de Shoekky «Eran en real i dad 
los cazadores, pcro pareeian los eavados. No eran combatientes. Eran 
nmchachos norteamericanos que por puro a/ar del deslino habian 
acabado eon un arma en las manos, recorriendo furtivamente una 



184 



P.l hot-age 

ealle eubierta de cadaveres en una arrasada y deseonoeida ciudad de 
un pais kjano bajo una lluvia Lorrencial. EsEaban asitslados, pefO no 
estaba en su mano renunciar. No ten inn ekeeiun." 

Corrio la voy de qut: las tropas alemanas se encontraban doseien- 
tos mciros mas adelame, cerca de su bianco; el hospilal lleno de nor- 
teameiricanos heridos. A eineuenia pasos del hospital, un tanuue nor- 
leameritano abrid fuego con su canon de 75 mm. Las vetitanas se 
hicieron an i cos mieniras la callc se estremecia con el estallido- 
A eonSingacidn el tanque lue a lean/ado y de \a parte inferior se ele- 
varon llamas. La dolaeidn salio en estampida y corrio a refugiarse. 
Unos minutos despues aparecio mas adelaule un grupo de alemanes 
eon un oficial a la cabeza, agiiaudo una banders de la Cruz Roja, 
Llevaban dca eamillas con heridos. Capa saltd por encima de unos es- 
combros, corrio hacia los alemanes que se rendian y les saco %arias 
Iblos eon su Leica. Luego les dijo en aleman que lo siguieran hasta 
las Jineas norteamericanas. 

Cuando Capa I lego por Im al hospital, encontro a mas de doscien- 
los hombres de la B2." Division Aemtransportada vendados y le in- 
formaron dc que en el sotano del hospital habia una provision del 
mejor vino y brandy. Peru euando Ucgo al sdlano se encontro con que 
«eada soldado dc! 4iy [Regimienlo] de Inianteria ya Itnia U)S brazos, 
la cazadora y los bolsillos llcnos dc las preciadas botellas». Se mo- 
ria por un trago y rogo a un soldado que le diera una. bl soldado se 
echo a reir <tS61o si eras Ernie Fylc*,» l>e modo que Capa pidid a otro 
soldado una boLclla para Pyle y enscguida se la dio. Por d unico c 
inimitable Ernie Pyle, la mayoria dc los soldados rasos estaban dis- 
puestos a compartir c] botin que habian liberado. Aesits alturas dc la 
guerra, ei corresponsal dc Scripps-Howard a voces se veia asediado. 
con gran verguenxa, por los soldados. Alia adondc iba, los soldados 
le pedian que les fimiara billetes dc francos y culaias de fustl. «Cada 
dia llegaban nucvas invjtaciones — ha escrito el biografo dc Pyle, 
James Tobin — , de soldados rasos hasta gencralcs, ansiosos por que 
Pyle reconoeicra sus unidades'°.» 

Esa misma tarde del 2G de junio Capa presencid la rendicion del 
general Von Schlicbcn, cl mando aleman de Cherbourg. Negando>u 



18S 



Satire y chimipiin 

a dejarsc iblograiiar. Von Schlieben dijo en alcman a su ayudante que 
estaba harto dc la prensa ngrteamericana. Capa replied en ale man 
que estaba harto de otlciales alemanes derrotados, Indignado ante su 
insolencia, Von Schlieben se volvio furioso hacia el. Capa esperaba 
con el dedo en el dispnrador de su Leica y obtuvo la imagen pcrfee- 
la de la luriosa dcrrota. 

Antes de la caida de Cherbourg, los norteamericanos habian sufri- 
do scrias pcrdidas en Normatidia. Dos lercios de los cuarenta mil sol- 
dados aliados que resultaron heridosen las primerasdos semanas que 
siguicron al dia I) enm norteamericanos. 1 l I numerocada vez mas ele- 
vado de muertos mientras los alemanes luchaban para de tun tier eada 
campoy cada eiudad empezd a pesarsobre todoaquct que !o vivid. El 
30 dc junio, despues de pasar cinco dias con Capa y la 9." Division. 
Pyle eseribib a un amigo; «£sto (fa ir dc selo en selo es una elase de 
guerra que imiica nos habiamos encontrado antes, y jamas he visto a 
mas alemanes muertos entoda mi vida. Turn bi en norteamericanos, pcro 
no tantos como alemanes. Un dia creo que voy a acabar acostumbran- 
dome a los muertos, a ver jovenes muertos en grandes eantidades. y al 
dia siguienie me doy cuenta de que no es asi y nunca lo sera»", 

Capa y Wertenbakcr lumbien cstaban sobrecogidos ante «el hu- 
mor dc todo aquello» i:! . Un dia t al volver al campamento de prensa de 
Baycux lias Ea caida de Cherbourg. Wcrtenbaker reflcxiono con amar- 
gura sobrc como algunos politico? veian la guerra como un juego 
grand ioso: 

La guerra es soledad, y un honibre solo (id vcz sea una eriatura eon 
dignidad, Pert* el miedp y la suciedad de la guerra desfruyen dc lal 
mode esa dignidad que se pierde hasta la pnsihilidad dc tener una 
muerte dipa. La muerte en combate pocas veces es Ea bala litnpia e 
incspcrada que maiu a an hombrc antes de que el miedo le deforme 
la cara. . . Suclc scr un. proved! I. una bamba o una ralaga de balas de 
ametralladftra que se aproxima a criaturas vivas que se. aturruean en 
el suelo aterrorizadas, y cuando la muerte ha pasadn. en los fragmen- 
tos de came ensiiii^reiitada que cubren el suelo no queda dignidad", 



bl bocoge 

El jeep daba boles por el mortal hnvagi: con un Capa que parecia un 
bandido mongol con su poblada barba, cuando se les levanto el es- 
piritu por unos momentos. Mientras ciwaban un pucntc hasta Isig- 
ny bajo el fuego de artilleria. levantaron la vista hacia un avion de 
caza que rozaba la parte inferior de una niibe sol it aria en el cielo 
despejado. «E( cielo frances es precioso» T dijo Capa. Werienbaker 
al/6 la vista y asintib, llcno de admiration, «Creo que es el mas bo- 
nito del mundo», anadio Capa u . 



A mediados dc julio Capa volvio con Wtrtcnbaker a Londres. Solo 
entonces se entero de la suerte que habian corrido sus EbtOfl del 
dia D 11 , Life al principio Ic mintio, die i en do que sus lotos se habian 
estropeado porquc se habia metido agua en sus Contaxcs. A I ver un 
numcro dc la revista Life Capa se enfado ianto, segun Irwin Shaw, que 
«ya nunca mas volvio a interesarle fotograftar la guerra»"', Sc con- 
trario aun mas cuando en el numcro del 19 de junio de Life encontto 
una explicacidn de lo sucedido a sus foios esifopeatlas. «l.a cnorme 
excilacion del momento hizo que el fotognilo Capa moviera la camara 
y sacarti una foto borrosa*.»> 

Cuando Capa volvio a ia gucmi a finales de julio, descubrio que 
mas de tnescientos miembrost de la prensa acrcditada, enine ellos Stein- 
beck y Hemingway, se disputaban el primer puesto en la camera a 
Paris: la liberacion de la ciudad era la siguienie gran nolicia. «Papa» 
estaba ocupado iibrando su propia guerra privada, avanzando con una 
unidad de la 4 L * Division de Infanteria con cuyos oficiales de alto 
ran go habia trabado a mis tad, Segun Capa, contaba con un cocinero 
particular, un cbdfer-rbt6graib y su raei6n pcrstmal de whisky, Los 
companeros de Hemingway, a quienes este llamaba «irregulares», 
eran o flc i ales de rclaciones publico, pero bajo la influencia d« Papa 
se habian convertido en un «punado de indios avidos de sangreu. Sin 






* Pese a su eolera y decepcibia, Capa nu iftitrt clu venjuirac. Stgun algunan fuffii- 
tcs, hasla amenazo con dejar la ivvista si dcs.pcdian a! ayudanie del eantp MOXO 

rcsponsablc Ac desasrre. 



IS6 



187 



Sangrc y champan 



El bocoge 



auto rizac ion para llevar un anna, como todos los corresnonsales dc 
guerra, Hemingway se habia asegurado de quest! pelotou particular 
llevara «todas las arnias imaginahlcs», [an to alemanas como nortc- 
amerieanas 17 . 

A principles de agoslo Hemingway invito a Capa a reuntrse con 
el y con su grupo dc «irreguSares» en su avance hacia Ptiris, Capa 
acepto, detectando una n otic i a en poteucia con Hemingway como 
figura central. Segun cl period ista norteamerieano Peter Hamiil, una 
tarde Hemingway iba sentado en un jeep al lado dc Capa cuando un 
cii/a alcman apareeio y empezo a bombardear la canretera. Capa y el 
conductor se refugiaron debajo del vehicuio, pero Hemingway se 
quedo erguido en su asiento. haciendo caso omiso dc las balas. Cuan- 
do el avion paso de largo, Capa salid de debajo del jeep y ordeno al 
conductor que rcgrcsara a un puesto de guard ia para enviar unas pe- 
lieulas a Londnes. 

«^C6mo? cxclamb Hemingway . <,Volver7 jNo pienso batir- 
me en retirada por Henry Luce tR !» 

El 5 de agosto. muy temprano, Hemingway envio un Mercedes de 
campana caprurado a recoger a Capa para hacer otra excursion. Con 
d eoronei Charles Lanham, alias Buck, habia deeidido que iba a «to- 
mans el pueblo de Sainl-Pois, y qucria que Capa los acompanara para 
foiogruliar una vez mas la ace ion, Hsta vcz cuando «Papa» desplego 
un mapa y exphco su plan de ataquc, Capa lo prcvino contra esa ac- 
cion inneeesaria c imprudenie, dieiendole que deberia seguir una 
sencilla regla: ir siempre deltas del mayor numero posible de sol da- 
dos y no tomar nunea «alajos solitaries a traves de tierra de nadiew", 

Hemingway lo miro con desden, dandole a enlender que era un 
eobarde, Capa acccdio de mala gana a aeompafjarlo, pero solo si se 
le permilia seguirlo a una distancia prudcnciaL Hemingway salio en 
un sidecar y Capa lo siguio en el Mercedes. I>e pronto Hemingway 
volvio a encontrarse bajo cl fuego de! enemigo al doblar una csqui- 
na en su sidecar, A lo Icjos habia una division panzer, E! conductor 
de la motocicleta freno dc golpc y Hemingway se rio atrojado a una 
zanja poeo profunda, donde quedo inrnovilizado en cl acto. «j Atras, 
maldila sea!». exclamo Hemingway. Pero Capa al parccer sc qucdo 



donde estaba. «He dieho ahis, maldila sea 3 ".** Pero el se nego a mo- 
verse. Cuando los alcmancs por fit m retirarott, US Hemingwaj i'u- 
rioso se encaro con el y durante dias no se hahtaron. Scgun varios 
bi6grafos, Hemingway nunca perdono del todo a Capa ese inciden- 
ts y su amistad siguio siendc. tiraiUe hasta la miicrte dc Capa*. 

HI hijo dc Hemingway, John, oyo tanto la version de Capa como 
la de su padre sobre lo ocurrido esc dia: «Capa decta que al final habia 
re tfOCWl ido y que si se qucdo al principio alii parado fue para ayudar 
a Papa. Pero este siempTe jur6 que la ra/6n por la que Capa no ha- 
biii querido rctroccder era porquc queria estar alii para con seguir la 
exclusiva y saear folos de Papa alean/adu por una amctralladora» !l , 

Dcspues de! abortado ataque contra Saint-Pois. Hemingway y 
Capa sc facron cada uno por su lado. Kn cl ejercito privado de He- 
mingway solo habia sitto para un fotografo y despues de Saint-Pois 
no iba a ser Capa, quien parecia mas inlercsado en fotografiar la 
muertc dc Papa que sus hazanas heroicas ftngidas. 

Capa se dirigio a Le Mom- Sain I- Michel para reunirse con John 
Morris: habia aceptado dc mala gana ensenar a su joven redactor jefe 
como era la v ida en las primeras lincas del frcnte, «E I dia que llegue 
recuerda Morris — Capa sugirio que recorrieramos andando una 
larga calle [a traves del centro de la ciudadj. HI enscguida cstablecia 
re lac ion con la gente. Mientras caminabamos vio a una nifia, a quien 
lehizo cosquilias debajo de la barbilla y le pregunt6 donde estaba su 
novio, Unos minulo^ despues pasamos por delante de un pequeno 
care donde unos hombres jugaban a I ajedrca, y dtjo' « (F Por que no 
mueves exla f pic/a ]?». Sc le daba muy bien entabiar conversation eon 






* Otras ntwrcs lytptkia par qui; M) vtawi tan poco «n afios venidcros. Cuan- 
(k) su rnainmnrut con Manila GelHiam se fuc ul Haste, el atccto dc Hemingway p<w 

Capa. h tiTm dt celos. < itllhoni nunca liabia ocultado cl tnormc carina, ti V) cl amor. 
que sentia por Capa, y Papa labia que clla tc Kncia confiJcnti^ > ii U po-ii i <.k su 
pane. En mia ocasion Capa hasta reprcrdio a Hcrningwfly p"r quercr easafse con 
cada mujer de Ea que se cnamoraba. Con lw anas, HcT^i^gwaJ■ st; volvio cada vez mas 
rcscnlido y mis turtle dij-rt ji un amijjd comim, el liscrilor Peter Vicrte]. que Capa ncra 
JTicapn^ dc satisfaccr a ninguna tie HU rtiuirre<i, y eiia es; la razi>n por la que no ce- 
sahj Je ratarde un cDniinenit; a oiro (Viertel, Dnttf>t>rtHis Friends). 



IMS 



1 89 



Sangrtf y champan 

la gente. [...] Fue ese mismo dia cuando un granjcro se le aeerco y 
le preguntb si podia hater algo para ayudar. Bob dijo que si. "Invi- 
tanos a cnmer."» 

Unos dias despucs Morris y Capa visitaron la cercana ciudad de 
Saint-Malo. Mientras la pareja se aecrcaba a la ciudad, se cmzaron 
con una unidad especial de soldados cstadounidenses que participa- 
ba en la «guerra psieoldgica», A Morris le pareeid que sus aelivi Ja- 
des scrian una gran noticia y persuadib a un Capa esceptico para que 
los siguieran hasta las primeras lineas donde, a traves dc rnegafonos, 
ptdieron a las tropas alemanas que se rindicran. Cuando Morris pre- 
gunto a su conductor que soli a ocurrir despues dc I ales ruegos, el 
conductor dijo de manera harto signifieadva: «Salimos de aqui por 
piemas», Morris enseguida vio por que cuando empozaron a cacr 
cerea proyectiles de mortero, 

«Esto no pinta muy hien. !a verdadw, dijo Capa. 

Se refugiaron en el sdtano de una easa dc labran/a. «Bob se 
mostraba muy practice y sereno [bajo el fucgo], no se ponia ncrvio- 
so — rccuerda Morris— . Tenia un gran inslinto dc conservation. 
A esas allures habia pasado par mucho.» 

Mas tarde, ese dia, un grupo de prisioneros alcmanes pas6 ]u*i 
delante dc la casa, Morris ptdid a Capa «que se acercaran para prc- 
guntarles cdrao habian reaccionado ante los llamamientos dc la uni- 
dad de guerra psieoldgica, Capa hablo con los hombres uno por uno, 
luego se volvio hacia Morris y dijo: «Ninguno los ha oido»- 

Despues de despedirse de su excesivamente eniusiasia jefe, 
Capa decidid reunirse con Charles Wertenbaker, El 18 de agoslo 
entraron juntos en la caledralicia ciudad dc Chartres, Al llcgar a la 
prefeetura de la ciudad, oycron los furiosos gritos de una multitud 
francesa: «Sahpes! Sstgpesh [;Putas! ;Putas!], Wertenbaker deseri- 
bio la csecna en invasion!: «Los pairiotas traian a mujeres colabo- 
racionistas, lanto viejas que habian ayudado a los alemancs o comer- 
ciado en mercados ncgros, coino otras mas jovenes y de aspeelo 
vulgar que se habian vendido a his alemaiies. Las eoloearon en hi- 
lera contra una pared, algunas con el pelo ya cortado a lijereta/os 
casi al cero, y en el centra del palio habia una montana de pelo 



190 



I , I '"'case 

rubio y gris. En una esquina del patio una mujer y un nifio vendian 
vino tinto por vasosw 22 . 

Capa adclantd a la inuchedumbTC mientras esta se mofaba de una 
mujer que llevaba en brazos al hijo de su amante aleman por las ca- 
lies adoquiitadas. ttEfl cruel e innceesario tomentd una mujer que 
Irabajaba para la Resisiencia— , Son mujeres de soldados, y el dia de 
mafiana se estaran acosiando con los norteamericanos 2> .» Caminan- 
do hacia alras, C apa fotografi6 varias veces a la mujer cor la eabe?a 
afeitada mientras ckntos de sus compalriotas se buriaban de el la y le 
griiaban obscenidades. Siguc siendo una dc sus imagencs mas famo- 
sas, un graficG testimonio de la complicidad dc Francia con el nazis- 
mo y el consiguiente resenlimiento de los que al parccer no habian 

colaborado. 

El 23 de agosto Capa y Wertenbaker se enteran>n de que las pri- 
meras tropas en entrar en Paris iban a ser la 2," Division Acorazada 
francwa del general Leclerc, pcro este habia declarado que solo que- 
ria a la prensa francesa con el y habia irasladado su division mas cerca 
de Parts sin inj'ormar a ningunn de los corrcsponsales norieameriea- 
nos. El dia 24 Capa y Wertenbaker akanzaron los tanques dc Leclerc 
en Elampes. Esa larde, «las nuhes se alejaron y brillo el sol en me- 
dio de un eielo azuL I os altos y eneaiuadores arboles que se inelina- 
ban a ambos lados dc los caminos y canipos se alzaban oscuros contra 
el atardecer» ;4 - Esa noche desenrollaron sus peiates al lado de la 
Route National 20, «De debajo dc la Osa Mayor tlegaban de vez en 
cuando destellos de lu/- scguidos del ruido de artjUettfl a lo kjos. Los 
tanques franceses eran fomias borrosas y oscuras bajo los arboles- .» 
La oscurecida ciudad de la luz solo cstaba a unos kilometros de dis- 
taneia. 



191 



15 
Victoria 



Fue el dia mas inolvidabUr (k mi vida. 

Robert CAM, Slightly Out of Foot.* 



25 de agostu de 1 944, a! amaneter: cl sol parecio salir con prisas. Capa 
no se jiiolesto en cepillsuse los dienres. A las nueve en punlo cl coodoo* 
tor del jeep en el que iban cl y Wertenbaker maniobrtV detr as del coehe 
blindado de Leclert y $c dirigio a Toda velocidad hacia la Puerto de 
Orleans. De pronto se vieron rodeados por una sipifiuda multilud que 
ondeaba banderas y ramos de flores, Sc subieron mujeres al jeep y los 
besaron apasionadamente, «Vtve De Gauiie! ~ ejitlamaban — Vive 
Lectwh) Gtros griiabart una y otra vez: M&ct* tnerci, merci'n. 

Capa y Wertenbaker cniZWOTJ la Puerta de Orleans exactamente 
a las 9,40. Habum Hegado a las puertas de Paris antes que cl ejereito 
de Hemingway. Unas mujeres levantaron a sus hijos haeia cllos para 
que kw besaran y volvicTOn a gritar; «Aierci, meprf, mercih>. Dcspucs 
do cinco aiios, Capa habia vuelto a la linica ciudad que consideraria 
alguna vez su hogar Flte el dia mas feliz de su vida. 

Todas las cmociones contenidas a lo largo de fos ultimas aiios 
enseguida salieron en tropel. «Bob Capa y yo entramos en Paris eon 
los ojos llorosus — recordaba Werii:nbaker — . Nos avergonzabamos 
tan poco de ello corao la genie que lloraba al abrazamos'.» 

Qajaron del jeep cerca del BottJcvard des Invalides y eeharon a 
andar hacia el Quai d'Orsay, donde los alcmunc* seguian openiendo 



192 




<i Tenia et sentidod* prioridades. dd jugador> Capa con muchas papekteii dc apuusms. t.smg- 
diamps, Paris. 19^2. (Cfipyrighl C 1 Henri CartieT-Rncswin.MiiiinLjiii PTusius. I 



"L;i pi.'LjiiL"ii;jyi>rTumj;ii- ( ut- 

da Tairo. (Fotogrofla de Fred 
Stent) 




hiFuc c! gran amor dc su vida.u Cortejo 
(timbre dc Genii Tsiro en Paris, 1937. 
tCeSuir, 7 de iqc&tc tit- ! 937. CciDvclieiri 
Bibliolhcquc Hiskirjqtit: de la ville de 

Paris.) 



fiu'i'ilu T;u*o. suivfe 

d'une foule emue, a £te portee 
ce matin au Pere-Lachaise 



Le turpi it twltt untie itfisr nnn imtt it; vkiinti 
it Clichy .lam un immtnst manwoii de fours 




*■ '.^^^i pif< 




irHabia id<> en busca dc ia ntucrte.u FemhouC, hens y Capa, i=l KvgEundu pur h i^quk-fda, con tres 
Officiates chinos en China, I93R. (Copyright £> European Foundation Jons I vers.) 




(dEntre los cualrot'icnlos mi Hones. » 1 venay un hombrc no idenlificado encimadc un utitquc. Cape, 

[ r Lniii«jui y un chimi ddarttt, China, I93R. (Copyright European FuUEiJalion Joris Ivors.) 




Cap j y uPnpJf) I leminuway. Sun Valley, Idaho, noviembrc dc 1940. (L'opynghl *.'■ Lloyd Arnold.- 
John V. Kennedy Library.) 




H<[Capa]hab!abasicteidiomaji, pcioninguno bn;n.» I.mcsi Hemingway escuchin«capanes». Sun 
Valky, Idaho, novieiiihrt dt 1W-0. {Copyright Lloyd A mold/John K Kennedy Library, 1 



G 



Capa bai la toda ia noc-hc en Sun Va I ley. 
ftisviemhre de 1940. Su *<alma geme- 
la»„ Martha Ucllhorn. es la segunda 
porla i/ciuicrdii. {Copyrighl C Lloyd 
Ann tkl' Juhn F. Kennedy Library.) 




nComiuda pwr que rmdic en cl nuinda»(.'apa a finales de 1^44, (Hutlwi-Gtrlly.) 




«Fscuehn, vjcja cabin, lo que taenia cu cl final de la p&riida y euintaji rtchn.fi tt L quartan en e! bal- 
h.tlUh si aim no le haK n:Lirjdt>.>. Ctfpa V In «vi<!ja eahra», GtfOt^C Rinl^i!r. Ninttlts, 1 943. (Co- 
pyright C Magnum Photos.) 




i(F;;im'<? con el en 9a linca de fuegO,» HI amigo dc Cana y director di' i|fe, John Morris. LoodKS, 
1944. ( Jonn G. Morris Olleciitiii/HiblboEcca dc la UtawKudac) de Chicago.) 




H puerm tk-spui-s del b wfrard t o , An/io, I 143. U JLilion-IH-uEschCorbiU 




tmic Pylc, el gran cofTCfipunsail il 

guars rKHicauicrkajiu, endeiHte un i 
garrHlit Era* un aijiquc direeto conl ■ ■ 
lii iIl'I dc In* Litrri^jnmsalo del [■ 
maritimo, Anno. 1944. (Coitesiii .1 
The LilJv Library, Universidad ■ ■ • li 
diana. Blooiiiin^mn, Indiana J 



tiEa incrciblcmiciite vafiente.^ Ctpo. 
segundd [Mir la tzquierda, Hsto pats sal 
tar eon la 1 7." Divim'tri AiTotransowi i 
da sotire Wcscl en la frtmluni huhuid. 
sa, rnumulc 1145 (Hnftoa-Gctty.) 





< apa con su amij»o inlimoy/ ccifuudador Jl la agenda Magnum, Davsd Seymour. Chim. Paris, 
principles dc losiino&cincucntii. (Copyright 6 Hertn Carticr-Brcsson/Magnum Photos. j 







I us fimdadorcs ilu Maynurn briridaridu pur la LiheraLiiin de l\ins en una fiesta u-n l.i Lain del di- 
rector de f&gue, Michel de BrunhofY. Capa en segundo planu a ia i/quitirda. C"Kim Seymour en 
cl ctnlro sin cortwta. Cadicr-Brcsson vn scgmido piano a la dcrtcha. (John G, Morris Collection' 1 
Eliblmieca de la Universidad Jc Chicago.) 



10 




<i tires ia friaiiffii que me va> Capa cpO l> es- 
criHtru Oajel Etson Mayo. (Cispyrighl C The 
Estate of Gael Eltoe hftyft) 



11 




lll.mlil Eteruiiun am mi paiiru. un I'lrtiijjr.iiiilTok-mhi iSwi'iikh lilm [ii^iMiU- Si: IK Arelmo.l 



ts 




fSfrrt cumii un grta catfdrOvA lugrid tStrrtimaji en Notorious [Fncaclemitfox], 1946. jRKO Radio 

Piclures, , 'Ro(ia Id (irant Archive) 




( '.ip.i |iii-.nnNn]l pi')L|ua LvrJuhi' I I'.im.m:,v,'ii SegSOdo filmid ;i ladcn-dinl miciltfLi*. Km I I w> UHM 
l;i uuiiarra, Londres, E*J53. (Copyright i Emsi Uaas/licfty Images,) 













13 




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Capa con John Sidubctk y -hu mujerGwyn <n un hold dc rarri-n en 1 "4 .", units dias wills dt- cru- 
/-ir el tclon dc acero. (Center for Steinbeck Studies, I Jni venddad cstalal dc San Jowl * 




Dc nuci-o en action. Un eauiara du iJbcumL-riE^iLN ik - amudidart caplii a Capa fotograiiando a Jos 
heridns Jl Dien fticn Phu, Indochina, niayoite 1954. (Collection I'airitk Juuity. J 



14 



15 





«Mc pidio que w$,\vrv sw tamars-.w Ultiirw fon>gr«f]fi <!<; Cap*i ton vida, topnadu pvr sw *nni.go.y 
culega Michel Descamps. (Fojugratla d-e Michel Destainpa'SCOOP, , '/ , jF'is- Match.) 



«No subiii hjbbr dt mm cnsa ■> «Jij|ila>» E-'ricdmann eti lu lumhu tit: hii hijo prcdikem n\ norte dc 
Nucva Yorit- (CDpynglii * I.iesl Stcincr-1 



16 



Vi L 'U-.nu 




«EI hoTtibnc-quc sc invcnica si mismo.» Andre Friedirunti. alijs. Ruber! Capa, IQM. (Hulum- 
Gctty) 



una energies resistencia. Un sacerdote barhudo con tin casco de acero 
paso corriendo porsu lado para acercarse a un infante de marina tran- 
ces mortal n urine ucrido v darle los ultimas sacramcntos. En una es- 
quina Capa se topo con un corro de gente alrededor de un oficial ale- 
man que se habia arrodillado en la calle para ixvar pgr su vida. Varios 
miembros de I a Resistencia querian pegarle un lira alii mis mo, pero 
de pronto lleiruron Ires infantes de marina franceses y se lo llcvaron 
prisionero. 

Luego empe;ti la lueba. Los alernunes scguiun oeupando el Mi- 
nisterio de Asuntos Exteriores y varios edi ileitis c laves-, Por la tarde 
casi lodes los akmanes que qucdaban en Paris so babian rendido, 
Anochecia, y cl ruido de los disparos se perdia en la lejania cuando 
la eiudad de la luz volvio a ilummarac pnr primers ve/ en eoalro afitis. 
y [a bandera tricolor y la de las barras y las. estrellas se elevaron una 
al [ado de la otra por encima de la Lome biffcl. Durante loda la no- 
che los parisienses caniaron la Mtu'&eltesa desdc sue ventanas. 

A la maftana sigm'enie, bajo ef eielo azuL. Capa (diografio at gene- 
ral De Gaulle en un deslile de la victoria desde el Arco dc Triunfo hasta 
Noire Dame, Las folografias de Capa lomuestran eon una de sus poeo 
frecuentes sonrisasen su mayor momentode gloria. Pero el desfile de 
la victoria se vio interrumpido en la place de !'Hdiel-de-Villc euando 
varios francotiradores alemanes disidentcs, tal vcz ignoranies de la 
orden derendirse, abricron t'uegu contra lamultitud. Miles de parisien- 
He se aprctujaron en las aceras tnanchadas dc sangrc. Una atractiva 
mujer eon gafas de sol permanecio crguida sin apice de miedo, dema- 
siado orgullosa para volver a aeobardarse. En las calles cereanas, los 
eombatientes de la Resisteneia localizator rapidamente a los fcineoli- 
radores y dispararoti sus ametralladoras y lusiles automat icos contra 
el los, bn una calle Capa encontro a un elegante hombre de negocios 
con un traje oseuro cruzado de raya diplomalica. lumbado de espaldas 
disparando una earabinar en 9a puerta de un restaurante que habia de- 
n-as dc el sc vcian agujeros debalas, 

Unas lioras despues babian aeabado con los uliimos francotirado- 
rcs y Capa se reunio con Wertenbaker en cl hotel Scribe, cuyo bar no 
fardo en convertirse en el abrevadero de la prensa acreditada interna- 



ls 



Sangre y chanipaii 

cional. El artista de Life, Floyd Davis, mas tarde plasmaria maravi- 
llosamente la escena del bar. Bn su cuadro. Capa paroec un ban dido 
moreno que examtna a sus compafieros: Werten baker, con aspeclo de 
genera! dLstinguido; la escritora del New Yorker, Janet Manner, con su 
perpetuo cigamllo; William Shirer, e! locator eon un parche en el ojo; 
un Hemingway fornido y un John Steinbeck cariaeonteeido. 

John Moms recuerda vividamemc et dia que prepard para su publi- 
cation las folograilas dc Capa de la libcracibn. «bn esos momentos 
rccuerdo que no quede demasiado impassion ado: me decepeionaron. 
[...] Era facil preparer [susj fotos, no era muy difieil seguir el hilo de 
suspcnsamienlos. No buscabaangulosexlranos. Masbien iblografiaba 
lo que tenia a la alturu del ojo. Pod las deeirque eso era una debilidad: 
no era U> bastanie flexible en su enfoquc del tenia. » Sin embargu al 
recordarlo ahora, easi sesenta aiios despues, Murris dice que le «encan- 
taria vol vcr a ver esos conlaetos [de la noticia de la liberaemfi]». Capa 
era el menos afcetadu de los fbtografos, sorprendentemente limitado en 
su teenica, pero aun asi tenia una habilidad asombrosa paraenlbear la 
camaraen el momenlo oportuno. Sus imageries de Paris decsejubiloso 
dia siguen siendo el mejor teslimoniu de la Kberaeidn; el dia mas leliz 
de su dia, y pudria deeirse que de la hisloria de Paris. 

En los emocionantes primcros dias que siguicron a la liberacion, 
Capa bebib muehas bole II as de chain pan eon Munis, asi como con 
George Rodger, Mary Welsh, Slim Aarons y William Saroyan. Pero 
decidid dejar dc alojarse en el Scribe, oplando en cambio por el Lan- 
caster. Dcseubrio con sorpresa que George Rodger habia llegado una 
hora antes y le habia reservado una habitacion, ccmo habia prometi- 
do haceren Italia. 

Una noehe Capa y Hemingway olvidaron su pelea de Saint-Pois 
y ccnaron comida del mercado negro en el Lancaster. La noche si- 
guiente el eseritor Marce! Duhamcl. traduetordc Hemingway, Ilev6 
a Capa y al grupo de <drregulares» de Hemingway a un pequefio res- 
taurante de la me de Seine donde solia comer Picasso. Viejos amigos, 
Hemingway y Picasso se abTazaron y se quedaron hablando hasta 
bien entrada la noche en la mesa dc Capa, bebiendo una botclla dc 
vino afiejo Iras otra y cnmicrulo cordero. 



194 



Victoria 

A la maiiana siguiente, segun Leicester Hemingway, Capa fue a 
ver a Picasso a su estudio de dos pisos de la rue Saint-Augustin en 
la orilfa izquierda: cada maiiana, de las nuevc a las once, Picasso abria 
las puertas de su cstudio a artistas y amigos. Capa lo fotografio eon 
una camiseta de rayas. el brazo izquierdu alrededor de lo que Life 
describib como una «grotc5ca figura** hecha de «alambre, metal, cra- 
neos de buey y toda ciasc de ehatana^'. Aunque los nazis habian 
dcelarado a Picasso «pintor degenerado», le habian dejadt> praetiea- 
menle en paz durante la ocupacj&L, 

Durante varios dias Capa redescubrib otros rincones de Paris y sc 
reunio con sus mejores amigos dc antes de la guerra: Cartier-Bresson, 
(him y Pierre Gassmann, En una fiesta organizada por el director 
de la revista francesa Vogue, los ires bebieron ehampan, brindando 
por la libcracibn de su qucrida ciudad, y se contaron anccdotas dc la 
guerra. Cart ier- Bresson habia pasado tres anas en un campo de pri- 
sioncros de guerra. Habia logrado escapar en su icrccr in!cntt> de higa 
y se habia unido a la Rcsislcneia de Paris, haciendose pasar por su 
alter ego, un abstraido pintor budista. Chi in habia pasado la guerra 
en el ejercito estadounidense, destinado a la fotointerpretacidn de la 
inteligencia aerea. En 1944 era teniente y ciudadano norleamericano. 
Poco despucs se L-ntertS de que sus padres y cast lodos sus parientes 
habian muerto en 1 942 en el gueto de Warsaw. 

Tras la cuforia de la liberation, la mayoria de los parisienses rea- 
nudd su triste lucha por conseguir comida y otros artieulos de primera 
necesidad. A Capa lo desperlaron en el Lancaster viejos eonocidos 
que Mamaban pidiendo comida, cafe, tabaco norteamcrieano o lo que 
fuera que d legcntlario gonrdn pudiera conseguir, Encabezando la lista 
de genie a ia que Capa queria realmente ayudar CStaban sus unices pa- 
rientes en Paris: Bcla y Szeren Fischer, y su hija de dieciscis anos 
Suzy Marquis. 

Los Fischer habian sufrido terribiemente durante la ocupacidn. 
Las semanas anteriores a la liberation, Su/y habia caminado kilome- 
tros cada dia para intentar conseguir unas ceboilas crudas que dar dc 
comer a su familia. El dia que Capa Uego a Paris. Su/y habia trata- 
dci de dejarle un rccado en el hotel Scribe, pero no luvo suerte. Unos 



195 



Sallow y Liiiiti]p:Ln 



dias despues vio a un joven soldado estadounidense detener unjeep 
junto a su casa. El sonrienie soldado no tardo en arrastrar hasta el 
salon dc sus padres un enornic nijieuio ivplcti' ■iK- uimii.la (cNo ppdi*- 
mos creerlo — reeuerda Susy, que ludavia yuarda el maculo — . Estaba 
lleno de todo con lo que Mevabamos anos sofiando; harina, niantequi- 
11a fresca. El norteamericauo me regale un reloj de pulsera y unas 
medias, y dijo que el maeuto era de parte de Bob. Nos quedamos 
sentados durante horas contemplando toda aquclla comida. Kslaha- 
mos seneillamenie perplejos.w 

A principios de septiembre Capa se alegro al enlcrar.se dc que le 
hahian conccdido unas semanas iniis en Paris. No tenia ningun deseo 
de seguir fbtografiando la guerra ahora que habia vuello a la uniea 
ciudad que eonsidcrabu su hoyar. « Nunc a mas voiveria a haber tbfos 
de soldados de infanteria ccrao las de los desiertos del none de Africa 
las monlarias de Italia, nunca mas habria una invasion que supera- 
ra la de la playa de Normandia. ni una liheraetdn que igualara la dc 
Paris 4 .;) Mas larde. esc mes. Bill Graftls, un otleial de relaciones pu- 
blicas norteamericano, Ic propuso salir dc Parts para euhrir una no- 
ticia sobfC 3a Rcsislertda en el sur de Francia: los maquis. Luego 
explico la reaccion de Capa: 



Dice la gente que a] Hungarci Feliz no le asustaha nmguiia mi si on 
durante la gucn-a. Entiendanme bier. Creo que Capa (icne [nuchas 
agallas, pero por su parte siempre fue una perfcclu demoslraeion de 
valor. Como oficinl de la H2. J AerotrariSportada, una vcz pedi a Capa 
que me acompaflara en una pequen;i mision dc rcabaslceimienio dc los 
maquis en un transports de iropas. Rehuso diciertdo: «Para vuestms. 
pi lotos y los ntaquis la misiiin cs important^. Para mi editor solo sig- 
nifies un par de Fotos coino mucho. Para Capa. un asunta tan insig- 
nitieante no merece que le vuelen su bonita cabeza si tio es por dos 
paginas dobies por lo menos. Me nbgo, vicju». Esttry de acucrdo en 
que Capa es prubablemenle el mejor fbtografo de la Segunda Guerra 
Mundial, solo porque fue lo bastame listo para medir el peligro con 
retaci6n al espacio de la rcvista. Ademas. Capa ?S uno de los caha- 
lleros mas verdaderamente liberates y democratas que he tenido cl 
placer de conocer. Capa perseguira a cualqmer muJLT. independienle- 



J% 



Victoria 

tnente de su raza, color, credo, altura, edad. peso, eslado civil a na- 

etonalidad^. 

Hasta finales de octubre el «verdaderamcntc liberals Capa no se 
marcho de Paris para dirigirse a Toulouse, donde sc puso en contac- 

to con los veteranos de la guerra civil espafiota dc la Union Nacio- 
nal hspanola, E\ 22 de octubrc guerrilleros republteanos espafioles 
habfan invadido Espana T pero habiait sido reeha^dos cruel mente por 
el ejereito de Kraneo, En yn asepttco hospital, Capa hiso varias lotos 
desgarrddoras a esos ultimos y valemsns supcrvivientes de la causa 
republieana. Vt^rios hiibinn pcrdido miembros por congelation, mien- 
tras que la mayor! a de sus eamaradas habia rrmerto tralando de cm- 
y.uT los Pirincos para entrar otra vez en Francia. 

Dc nucvo en Paris, se eneontr6 con Martha Gcllhorn en el Lan- 

i 

easier. Esta tenia previsto cenar con Papa para pedirle el divorcio. 
Pero euando llego at restaurante, |c> eneontn6 con su gmpo de .solda- 
dos <on"egulares». Al parecer el la insulto a lo largo dc toda la cena 
y Capa la encontrb todavia llorando a las cualro de la madrugsda. El 
le dijo que Mary Welsh tenia una aventura con Papa, y que si no le 
creia. Ilamara al Rjiz y prcguntara pt>T ella. (iellhom llamd y pitlio que 
h pusieran eon Welsh. Contesto el telefono Hemingway, Capa dijo 
enlonces a Gellhorn que le pidiera el divorcio, Despues de insullarla 
varios segundos, Papa acepto. Que hacia Capa en b habitacion de 
Gellhorn a las cualro de la madrugada queda todavia por uxplicai*. 

Capa tarn bi en tenia problemas en el Irente de las mujeres. Pinky 
le presionaba para que contra] era un coinpromiso con el I a Q"tria 
divureiar.se de su marido y casarse con el. Si el no k proponia ma- 
trimonio T se iria con el primer buen partido que enconirara. Hacieii- 
do acopio de todo su encanto, Capa le pidio que esperara a que ter- 
minara la guerra. Pero Pinky le respondtb que estaba eansada de 
cspcrar. Estaba envejeciendo y temia que nadie la quisiera cuando 
perdiera el brillo de la juveniud. El era intrepido en la guerra. afiadio. 
pero Ic alerraba enamorarse 7 , 

Capa volvio a Paris sin saber si Pinky iba a serle ftel. Unas se- 
manas despues volvieron a liamarlo para que entrara de nuevo en 



197 



Sarigre y ebampin 



Wmn.i 



action. A principios de dieiembre se reunid cerca de la frontera ale- 
mana de! vallc Saar con la 95. 1 * Division estadounidemc que recorria 
los ullimos kifometros fatales hacia e! Tercer Reich. Los hombres que 
encontro eran terrible mente jdvenes y no cstahan debidamcncc pre- 
parados para pasar el cnido inviemo combat iendo en las fronteras de 
Alemania. Eran rcclutas sen lend ados, con un rninimo de cnlrcna- 
miento y ninguna experiencia de combate. Ni siquiera habian recibido 
tursos de Oricntaeidrt sobtfe que espcrur, y itiuriertifl como mOsCas en 
la primera helada, En algunas batallas mas de3 50 por cienfo murie- 
ron en cl (rente en mentis de lues diasi. Ens vclmnos, definidos en- 
toners como hombres que habian sobrevivido Lin mes de contienda, 
:i in en udo ni se molcslaban en prey untax j\ soldado novate; cbmo se 
llamaba. No querian saber el nombre del siguientc en morir. Eso solo 
les recordaba su propio desiino inevitable*. 

En sus memorias, Sfigltliy Out of Focus, Capa no mencionaba tal 
camiccria. Solo insinuaba alguna \cz tos verdadcros horrores de la 
guerra. El humor reemplazaba a la franqueza. La ironia enmascara- 
ba la critica d« las malas taclicas. Como no combatiente, plenamen- 
le consciente de que podia escoger cuando arriesgar la vida o cuan- 
do atrincherarse en um hoyo, Capa no tenia derecho, diria mas iarde 
a unos amigos, a hacer mas que sonreir ante la adversidad, encoger- 
bc de hombros ante una perdida y pasar a la siguicntc batalla o par- 
lida de poqucf**. 



* Scgun cl soldado dc diccinucve anos Ken Russell dc la R2." Acrotranspor- 
lada, los rcclutas que Capa fotografto ertn «los bucnos muehactios, con la fucrza dc 

una mula y l.i i^nnr:mci.i dc una* solicrcmas Compadcciameis a tosasustados, tinii- 
dos y ansi(Hi(K jtivents que se apinuban a[cm[>riy,aLl(]s a nucslro alnidttlor, I»k, chi- 
COI fflHyiWt!>t. En la primiira balalla <culian rmrir a pUfladMM, ( Ambrose, Ciliien Stil- 

tticr\.i 

"El caricaturista Bill Mauldiu I'm: uno de los pocos que mas tardti disfmto 
eontando hisiorias sabre la aparenlc indifcrencia dc Capa ante al honor. Lin dia. sejsun 
alYrmaba, Capa to invito a cruzar un rio vigdado por los alcmanes. Kchuso y «Capa 
no (ardfl en volv^r con una picma i;nsangrenl*da. Al cnizar con un per dc hombres 
*rmado-H ton ftisil^s., ^ habia lopadc wn ut» soldfwfo alcrn^n. aparenlcmerite jnurdi- 
do ptw cl biimhardet!. gn avtiiud dc rendirxi:. Tan pronto como c! irio ae flcercA, cl 



198 






Ese diciembne en el valle Saar, Capa se eneontrd con escenas cada 
ve^ mas siirrealistas. En un sector duscubrio una nueva arma: la nie- 
bla artificial, que hacia imposible vcr mis alia de un par dc mctros. 
Los hombres que extendian la niebla eran soldados negros y sopor- 
laron un ruego conlinuo. Uno comento a Capa que los proyectilcs de 
SS mm le hablaban. previniendolo contra volver a Alabama. 

El bombardeo se hizo mas intense ^uanto mas avanzaba Capa, y 
este deeidio esconderse en un sotano; de todos modos, no podia ha- 
cer fotos debido a la niebla artificial. Msentras los proyectiles silha- 
ban sobre su cabeza, leyt'j un viejo ejemplar de Guerra ypaz a la luz 
de una IkltentB. Los cfectos sonoros, cscribio, «parecian bechos por 
cncarj;o especial)** 1 . Despues dc cinco dias leyendo el clasico de Tols- 
toi, oyo por la radio un inquietanre boletin intormalivo. Lo^ alema- 
nes tiEtbian lanzado un contraataque en gran eseala etmira los aliados. 
La Wchrmatht se habia reagmpado y nuevas divisions pan/^rcru- 
/ahan a loda velocidad lielgica hacia Antwerp, pasando por Lieja y 
Bastognc en las Ardenas. La ofensiva sobre Alemania corria grave 
peligro, con un bulge ti protuberancia en el frcnte aliado que crecia 
hacia el rio Meuse. Capa volvio dc inmediato a Paris. 

La legendaria batalla del Bulge empezd el 16 de diciembre cuan- 
do ires drviaiaraa alemanas se aeercaron al cruce de earreteras dc 
Baslogne, en el sudestc tie Belgica, Sin embargo, antes de que llega- 
ran los alcmanes, la I01. a Division Aerotransportada, al mando del 
general de brigada Anthony C. McAuliffe, entro en Bastogne y la 
forttfico. Pero los tilemanes rodearon rapidamente la 101 * Aerotrans- 
portada, Cuando el teniente general He in rich von Luttwitz les estigio 
que se rindieran. McAultlTe diti la famosa respuesta: «;Vck; a paseolw. 



Htermta liatlbl Icvuntado un poco mis las rrmnos y iacado de la u*ila una granada 

esladuunidt-nsv. matando a un Dortwniffea&B e hiriendose a si miiimoy a Capa. El 
norteanwricaiiu qm; H>ljn;vivid disparo al eulpablc, arrojo un botiqoifi a Cspii y sj- 
guio avanzando. Entnetantn, cl iolografo habia rtgisirado tooo cl cpisodio en ptlF- 
cula. No s* habia moteMada en wbrir el botiquln, aonLjoe nangraba copiosanienre». 
En b unico en que Capa pudo pensar a continuacion fue en h^er llcgar la pclicula 
a Loodrcs. | Mauldin, The Bra.™ Ring.) 



199 






Sangnc y cbampitn 



Capa se marchb de Paris antes de Navidad para cubrir la lihcra- 
cion de Bastogne por las fueraas del general Palton. Durante el geli- 
do rrayecto en coehe al none lo detuvieron e iuterrogaron con regu- 
larised policias militares parartC-icos que tenian brdenes dc detener a 
todo el que pareciera remoiamente sospechoso; los alemanes habian 
dejado eaer a paracaidistas y comandos con uniformes esiadouniden- 
ses dclras de las lincus aliadas con inslruecioncs dc ocupar los tru- 
ces y crcar e! caos. El fuerte aeento de Capa despertb muehas sospe- 
ehas. «Insislieron en hacerme un monlon dc pregunlas muy tonm- y 
vergonzosas — record aba el , Como cual es la capital dc Nebras- 
ka... o quien gano la ultima Serie Mundial. Me detuvieron varias 
veces, rcteniendome cada vcz muehas horas*.» 

El 23 de dieiembre las temperaturas caycron muy por debajo dc 
los cero grados. El barro no tardo en convert! rse en piedra y los ho- 
yus de las trincheras sc transfonnaron en nevcras. Como en Italia, los 
hombres empezaron a morir de firfo y congelation. Con las manos 
congcladas y los ojos Ikwosos del frio, Capa sc unib a una unidad dc 
i,r r, in,. ■•. que tenia el cometido de liberar a la 101." de Bastogne. El 
unieo fotbgrafo de la unidad que iba a salvar la division no podia 
man ten er el dedo «mas de una decima de segundo» sobrc el helado 
disparador 1 ". Como los hombres a los que futografio, Capa no lEird.6 
en robar todo lo que encontraba para enirar en calor. 

Fue por aquella epoea tuando Capa se lopb con el joven repor- 
tero norteamericano Andy Rooney. hoy en dia escritor famoso y eo- 
nocido locutor de la radio y television. 

Rooney Ic recordaba hablando eon tin oficial dc relaciones publi- 
cas, Ken Koyen,que iba eon la 4.* Division Acorayada de Patron: «(EIJ 
llevaba un abrigo de piel que se habia apropiado de un almaccrt de per- 
ircchos de la Wehrmaeht. Si en la gucrra hubiera habido modas, esc 
abrigo habriaapareeido esa semana en la scecibn de moda del peribdi- 
co del domingo, porquc todos los sol dados norteamericanos querian 
uno. Dc piel por dentro y cuero por t'uera, no solo abrigaba sino que 
estaba a la ultima moda, y a Capa legustaba ira la ultima moda, Koyen 
advirtio a Capa que el f rente no era si lb para veslir ropa mililar alema- 
na, pcro no logrbpersuadirlo para que se lo quitara»". 



im 



Victoria 



A ocho kilometres de Bastogne. vestido con su modemo abrigo, 
Capa sl- detuvo a fotograriar a unos hombres que entZ&btm un eam- 
po cubierto de nieve. De pronto un soldado estadounidense a ciento 
cincucnta metros levanlb su ametralladora. « ; Calm ate! ». gritb Capa. 

El soldado oy6 el accnto de Capa, vio su abrigo y empezb a dis- 
parar. Capa considerb las alternatives que tenia. Si se cehaba a corner, 
lo malaria, Si se ponia a cubierto, las balas tambien lo alcanzarian 
rapidamente. De modo que levanto las manos y grito; xKameradh*. Se 
acercaron a el dos soldados apunlandolo eon sus armas. Al ver las tres 
valiosas camaras alemanas que colgabiin del cucllo de Capa, sonrie- 
ron de oreja a oreja. Luego vicron su pase de prensa. «Deberia haber 
disparado antes a este cabron», dijo uno de cllos 1 -. 

Capa pasb la Mochebuena dc 1944 con la dotacibn de los tanques, 
iirtLiimlo de frio bajo un ctelo despejado lachonado de brillantcs es- 
rrcllas y cantando «Noche de paz». De pronto una bengala alemana 
iluminb el cieki y vitivitjron a sus tanques para seguir avan/ando haeia 
Bastogne. <<:Capa viajaba con los tanques mientras estos luchabnn 
conira los parauaidistas alemanes por la carrerera a Bastogne infor- 
maba Life el 15 de enero de 1945, junto a fotos de norteamertcanos 
liritando de fno eru/ando campos blancos mientras bandadas dc avio- 
nesde trail sporte daban vuellas sobre Bastogne — . EI sexto [dia], el 
tenicnle eorond C" reighton Abrams, al mando del principal balallon 
dc tanques, dijo: "jVamos a ennrar ahora mismo para reunirnos con 
esa gentef 1 . El dia sijiuit-nie a Navidad. tras un repentino avance de 
einco kiiomerros, levantaron cl silio de Haslogne.)) 

Despues de varias semanas de descanso, que incluyeron una CC- 
fuveriecedora excursion a los Alpes para c&quiar, Capa recibib orde- 
nes de presentarNe en cl cuartcl general de la 17." Division Aerotrans- 
portada estadounidense para participar en un salto en paracaidas 
previsto sobre el kin. Antes de reunirsc con el grupo volvio a Tou- 
louse, donde su viejo amigo Pierre Gassmann lo encontro <«onrien- 
do» encantado mientras fotografiaba un congreso del Partido Socia- 
lists espanol en el exilio. Asu lado estaba Henri Cartier- Bresson. 

Una tarde un orador clogib a Capa por liaber sido el primero en 

mostrar al mundo la heroica resistencia del pueblo espanol al fascis- 

ute^ujs ac Barcelona 



201 



P, Vapor Veil 

C. J0£n Gtte I i •; ■?? 



Sangrc y champi'in 



mo. En un hole], csa hoc he ha bio con Gas.sma.nn dc su idea de mon- 
tar con el una agenda de fotografia, Tarnbien tenia previsto im plica r 
a Chim y a Cartier- Bresson. Segun Gassmann, la primera vez que 
habia pensado en ia agencia fue en 1935 cuando el MUncfier itlus- 
trierte Presse nazi habia comprado y utilizado una foto suya de la 
Bolsa de Paris para mostrar e6mo los judtos Franceses tenian previs- 
to desestabilizar f| franco trances". 

A finales de marzo. en los alrcdedores de la ciudad francesa de 
Arras, Capa se rcunin por fin con un grupo de jovenes paracaidistas 
cstadounidenses de la 1 7." Division Aerotransporiada que se habian 
afeitado la caheza at estilo «mohicsno» en un ritual de vinculacidn 
emotional antes de lanzarsc sobre Alemania sin previo aviso. Micn- 
tras esperaba para sallar, Capa pi did al parecer un envio especial de 
whisky para calmar [os nervios, 

«Capa aparecio en la oficina de relaeioncs piiblicas de la base y 
anuneid que queria whisky - recordaba John Hersey— , HI oficial de 
relaciones publican respond i 6 que esiaba pnohibido en la base vein- 
ticuatro horas antes de una mision. Capa pregunto si podia utilizar el 
telefono. El ofieial de relaciones publicax amenazo con arrancar 
el aparato de la pared si Capa lo locaba; la base se hallaba bajo un 
man to de secret u nbsoluto, Capa se marc ho, Unos minutos despues 
volvio y dijo con despreocupaeion: '11c encontrado un leletbno". Un 
par de horas mas tarde aterrizd en el campamento el principal ofteial 
de relaciones publieas dc la oficina central del lenienlc general Lewis 
Brereton, eon d cometido de descargar una eaja de whisky para Capa. 
Dos horas despues un avion plateado dio vueltas sobrc el campo antes 
de atem/ar y bajd de el el general Brereton en persona, quien pasd 
bruscamente junto al nervioso oficial al mando dc la base, saludo a 
Capa y le pregunld si le habia llegado bien el whisky'\» 

El 24 de marzo Capa se sento con los sedientos «mohicanos>> en 
un avion que rod6 per la pista de despegue y a continuation void por 
encima del paisajc helado y gris. Sabiendo que «el final de la oscu- 
ridad siempre traia el comienzo dc Sa rnuerte»' J , comprobd que lle- 
vaba las camaras bien sujetas a sus piemas y la wpctaca {con el whis- 
ky de Brereton] en el bolsillo del pecho sobre [su] corazdnR™ A las 



mi 



Victoria 

diez de la mariana se encendio una luz verde. A las diez y veinticin- 
co, una luz roja. 

Capa se levanto, se sujeto a I cable de lanzamiento de su paracaidas, 
se acerco arrastrandu lo.s pies a la train pi Lisa, y sal id. Cuarenta scgundos 
despues, rras haberse lunzado a apenas ciento ochenta metros de altitud, 
toco tierra. sc desahroehd la moehila, reeogid cl paracimk^ v sr_t>;uid a 
las tropas en su avance bajo el fuego del enemigo hacia los setos y ca- 
sas de labranza ocupados pur los alemancs. Sus fotos mustraban un 
paisaje inhospito cubierto de paracaidas de seda. En una foto, vartos 
paracaidistas colgaban de ramas. sus paraeaidas fonnando doseles l-ii 
las desnudas copas de los arboles, sus cuerpos perforados una veinte- 
na de veees por balas de amctralladoras alemanas. 

Hacia las once de la mahana Capa habia tenninado dos carretes 
de fotos y sc cnecndi(') su primer cijiarri Ho. Sus carreies contenian mas 
imagenes profundainente conmovedoras, como la de un medico 1c- 
vantando la cabesci de un joven paracaidista at que le abandon aban 
poco a poco las fuerzas, su paracaidas en segundo piano cubriendo la 
alambrada de pirns . A las once y media bebio el primer sorbo de su 
petaca. Las fuerzas aliadas habian oeupado la orilla este del Rin. 

Mucho despues Capa esplico su salto en paracaidas a su a mi go 
Pierre Gassmann, quien insiste: «Capa nunea disfruto del peligro. Lo 
tolcraba, era parte de su profesidn, Sabia que hacer para sobrevivir... 
era un buen soldado y tenia una manera saludable de reirsc de las 
cosas. Me conto que despues de aterrizar hivo que abrir su macuto y 
sacar una muda de rapa interior porque habia manehado Ins cal/ort- 
cillos. Dijo que lo peor fue cambiarse de ealzoncillos bajo el tuego 
del cncmigo». 



A medida que los aliados avanzaban a traves de! corazon de Alema- 
nia en abril de 1Q45. cncorttraron un osario de sufrirnicrtto y horror. 
El dia 15 los brilanicos liberaron Belsen. Capa podria haberse unido 
a los reporteros hdward Mura>w, Martha Gellhom y George Rodger 
para fotografiar la liberacion de losdemas campamentos, pero deci- 
dii) no hacerlo. «Los [campamentosl estaban atestados de fotdgrafos 



20.1 



Sangre y champun 

— explicc — , y eada fotografia del horror solo sitvc para disminuir el 
cfecto total. De pronto, por un breve dia, lodo el mundo ve lo que ha 
si do de csos pobres diablos en csos campamentos; mariana a muy 
poeos les tmportara que sera de ellos en el futuro i7 .» 

I labia una noticia que Capa quern cubrir: la liberation de Leip- 
zig. En un bo let in informativo que habia eseuchado por la radio. 
Edward Murrow describio lit que el <tbombardeo cstnilegico» habia 
heebo en la ciudad natal dc Gerda: «E1 bfimbardco no ha provuuado 
incendios porque no quedaba nada por quemar. Era un mero desier- 
(0 polvoriento y dcsruvelado» ls . En medio de las ruinas, Capa sacu 
sus ultimos roll OS de fotos de la guerra . El IS de abril de 1945, mien- 
tras los alcmanes se rendian por decenas de miles en lo que quedaba 
del Tercer Reich, se unio a la 2," Division de Infameria cuando esta 
sc acercaba al puenie Zeppelin sobrc el canal Weisse Elster. En una 
entrevista que concedid a la radio en 1947 ex plied como habia saca- 
do entonces ta Foto mas conmovedora de su camera: 

Era evidente que la guerra estaba a punto die terminar, porque sabia- 
mos que lus riLsos ya estaban en Berlin [sic] y luvimos que detener- 
nos pwo despuex de (omar Leipzig, Entrained en Leipzig despucs de 
uumbaitr y solo nos quedaba un puerile por eruzar, pero los alema- 
nes opusieron cierta resistencia para imped ir que lo cruzararnos. 
Habia un gran edificin de pisos que dominaba el puente, de modo 
que nie dije; <(Voy a subir al ultimo piso y lat vez consiga una bonita 
foto de Leipzig en los ullimos itiomcntos del combate». Entrc en un 
bonito pise burgues dunde habia un agradable jovch en cl balcon, 
ufl joven sargento que [instalaba] una pesada ametraliadora. Le htce 
una foto. Pero, por Dios, la guerra habia acabado. iQuien queria mas 
Totos de alguien disparando'.' Llevabatnos cuatro afios saeando la 
misma foto y todos buscabamos algo distinto. Ademas, para euando 
esa foto Ikgara a Ntteva York los timbres probflbtementc hablarian 
de «paz». De mode -que no tenia sentido sacarla. Pero tenia un aspee- 
lu tan pulidn como si fuera cl primer dia de la guerra, y se le veia 
muy entusiasmado. De modo que me dije: «Esta bien. sera mi ulti- 
ma foto de hi guenra??. Y Icvante la eamara para retratarlo y en ese 
preciso momento lo mato un franco! irador. Fue una imiertc muy lim- 



204 



Vicmriu 

pin y en eierto senudo muy bonita. y creo que es lo que mejor rceuer- 
do de esa guerra. 



j,Y ese fue t eree listed, probabkmenle el ultimo hombre que 
murio en la guena ofipiajt? -prcgutito el entrevislador a Capa. 

Asi es — replica Capa . Estoy seguro de que hubo muchos 
ultimos hombres qtie murieron. Pero ese tal vez fue el ultimo de nues- 
tro sector, 

— Es sin duda una imagen de la inutilidad de la guerra — dijo el 
enlrcvistador a Capa 

— Ya lo creo toineidio Capa — . Es sin dudst una firto que re- 
cordar porque yo sabia que al dia siguiente la gente empezaria a ol- 
vidar". 

Capa no dijo al entrevistador lo que oeurrio despues de hacer su 
foto del «ultimo hombrew, En la siguiente foto el hombre yaee des- 
plomado en el sueio. con la sangre manandole del euello y una bala 
entre los ojos, Durante unos proiongados segundos rottigrafio el 
charco de sangre que avanzaba bacia 61, Seguti Life, los «demas 
imembros del petolon decidieron [entoncesj a\eriguar di; deride ha- 
bia venido ese disparo fatal. Salieron en ftla india con sigilo a la 
CaJle adoquinada y rodcaron a los alemanen atrintberados en varios 
tranvias ahandonados. Dispararon unos pocos tiros de advertencia. Ai 
final dos alemanes salicrtin eon las manes alzadas. gritando: ""Kume- 
radP\ Los noricamericanos, sin experimentar ninguna euforia, se los 
llevaron^ 2 ". 

Esa noe he en Leipzig despertaron a Capa con la noticia de que 
al mejor reportero estadounidense de la Segunda Guerra Mundial, su 
buen amigo Ernie Pyle, le habia abandonado finalmente la suertc. El 
dia anterior, hacia las diez de la manana, le habia atravesado la .sien t 
justo debajo del casco, una amctralladora ehina en la isla del Paeifi- 
co le Shi ma, de vc uiticin op kilometros cuadrados. Capa sc sento y se 
emborracho en silencto. Habia dormido al lado de Pyle en Africa, 
compartido eon el su petaca en muchas oeasiones de jubilo y miexlo 
en Italia, asi como en los campus de matanza de la peninsula dc 
Cherbourg, Al igual que decenas de mi li ones dc norteainerieanos, 



2(W 



Sangrc y champin 



Vicloria 



habia leido La column a de Pyfc y encontrado Icrnura y humor en 
medio de lo que Steinbeck habia itamado «1a demencial c histerica 
confusion;) de la Segunda Guerra Mundial' 1 , 

Aunque muy difcrentes en niuchos scntidos, cotno profesionales 
del period ism o Capa y Pyle habian cslableeido el nivel de los repor- 
ters y fotografos que se ha man ten i do hasta el dia de hoy. Despues 
de Pyle, ha escrito su btografb James Tobin, ttaingun correspon.sal de 
guerra pudo fingir que habia conseguido la autentica noticia sin ha- 
berse codeado con los soldados del frente que reatmente habian com- 
batido*^. Lo mismo, si no mas, podia decirse de Capa; Pyle no ha- 
bia tenido que sacar la cabe/a por encima de nhgun ten-aplen, dia tras 
dia, para hacer six trabajo. 

Pettier a alguien siempre provoca introspection. En un deter- 
minado m omenta de la camera de eada fotografo dc guerra llega 
un inwlante de profunda euneiencia de si rnismo. El velo de la ne- 
gation cae, ya sea por la perdida de coraje o por la concienciacion, 
igualmente comiiin, de las pnobabilidades cada vez inas esuasas de 
saiir con vida en la siguiente gucua. Tal vez por primcra vez desde 
la mucrte de Gerda, Capa empezo a haeer balance de su vida. 
Habia jugado mano Iras mano y wbrevivido para apuntarse a uada 
nut'va pallida. Pero j.basta euandn iba a potior seguir desafiando a 
la suerte? 

Habia mas malas nolicias, esta vez de Pinky, Se habia enamora- 
do de un oficial de relaeioncn publicas llamado Chuck Rominc, ;i 
quien Capa disfrazo en sus meinorias de eapitan Chris Scott. Con el 
tiempo se divorcid de su marido y se casd con el. 



menlos. mienlras se deseorehaban hotel las de champan por todo el 
mundo. todo eso tambien se habia acabado, «Capa era un jugador y 
un gran actor dice su amigo y eolega Slim Aarons . Su es^ena- 
rio era la guerra. Pero (.que iba a ser de el si no podia ir mas a la 
gueiTa?)> 



7 de mayo de 1945, 2.41 de la madruyada, hora de Europa Central; 
el general Alfred Jodl, seniado a una sencilla mesa de rrsadera en un 
lugubre cotogio de Reims, tirmo la rendition oficial dc Alcmania. A! 
dia siguiente se declart) la victoria en Europa. Desde la mucrte de 
Gerda. Capa sc habia sostenido graeins a la camaraderia entre los 
soldados. la necesidad de vivir e! prcsentc, pensando solo en la si- 
guiente cama, eomida, botella do whisky o mujer. Pure en esos ma- 



lm 



207 



u 



16 



«;Te esta mirando, chico!» 



Solo me interesan dns elases de personas, las que me 
enlrctkncn y Eas^uc puederi damie un empujnn en m\ 

carrem. 



ft dc junto do 1945: Jos paparazzi gritan su nonibrc y la rodean mien- 
tras ella baja de una limusina y sube los eseaiones del hotel Ritz, En 
un viejo noiidario se k levanla el pelo con una ligera hrisa mienrras 
dice adios con la mano a sus admiradores. Antes de desaparecer on el 
interior del hold. Ingrid Bergman se vuelve y sonrie para las vol urn i- 
nosas camaras Speed Graphic. No haestadoen Europa desde 1937 y 
cl cv ideate plater que Ic produce haber vuelto sc reflcja en rnuchas 
fctografias. Paris \e hace scntir aimo si wempezara a vivir de nuevow 2 . 
Al el u ^.i r ■ it r^L- s p 1 1 . j^ L s m ^' n tc el \estiblllo con un sequito b la Zfiga, 
pasd por delantc de Capa, y dc su amigo y companero de poquer de 
Nueva York, el escritor Irwin Shaw. La habian alojado en d Ritz junto 
con los demas artislas dc un especticulo que hacia una gira por las 
bases estadounidenses de toda Europa. Su llegada a Paris ya habia 
electrizado a la prensa acred ilada. que envio febriles telegramas desde 
cl sritano del hotel Scribe, El revuelo produddo porsu llcgada al hotel 
habia heeho que su eelosa rival ;t la hora de levantar la moral dc las 
tropas, Marlene Dietrich, la saludara una manana en cl veslibulo con 
el famoso desaire: «jAh, uhora viencs... cuando ya ha term in ado la 
guerre !»\ 



208 



«jTe csia mirando, chico!» 

«La mtsma larde que llegue — eseribio Bergman en su autobio- 
grafia — , vi que me liabian pasado una nola por debajo de la pueita 
de mi habitacion. Me parecio muy divertida.w 

Asunto: Cena. 6-6.45. Paris. Franeia. 
Para; Ingrid Bergman. 

CunTknluo: I. Se trata de un csfiierzo cmnunilarin. La eoniumdad 
esta enmpuesta por Bob Capa e Irwin Shaw. 

2. Teniptnos pensado enviarle un rarno de (lores con 
esta tiota mvitandola a eenar esia not he, peno tras 
eonferendar BOS hemos dado cucnla d-c que siilo 
podemos pennitimos pagar las flores o la cena, o la 
cena a las ilorcs. no ambas ensas, Hemos hecho una 
votacion y ha ganadc por estrecho marten la cena. 

3. Se ha propuesto que a no k interesaba 3a aem, sc Ic 
pudrian enviar tlures. Hasta tL mcmcTito no se ha Ite- 
uiid<i a riiiiiiim.L L L onelusi6n al respecto. 

4. Florcs aparte. tencmos un monton de dudosas cu;ili- 
dades. 

5. Si escribimos niucho rna& no nos quedara conversa- 
Ct6n, ya que nucsiro vneantu es limiNido. 

o. La llamaremob; a las 6.15. 
7, No dormimos'. 

Cuajidti Shaw y Capa la llamaron a su habitadon a las seis y cuar- 
to de esa tarde, ella quedo en reuntrse con ellos en el bar del sota- 
rui del Kit*. Capa y Shaw ya cstaban muy cocidos cuando ella J le- 
go a las seis y media, eomo babia promelido, con un bonilo traje dc 
alta eoslura y una tlor mja en el pelo. Los dos hombres se apresu- 
raron a acercarse para saludarla. asombrados de que hubiera bajado 
a verbs a ellos m Jugar de a algun general importance, Ella habia 
aceptado la invitacion, segun explieo mas tarde, porque preTeria salir 
a eenar a quedar.se en una habitacion dc hotel, «mirando un jarron 
de flones» s , 

«Habeis dicho que me vaia a ltevar a cenar loa dijo, hablando 
en opinion de Capa eomo una "cotcgiala" dcsafiandolos con piear- 



209 



Sangre y chairman 

din — . Espero que tenuis suficiente dincro porque me mueno de ham- 
brc' , .» Fueron en taxi al famoso club noctumo Fouqucl*^ dondc Capa 
pidio el mejor champam Tudos los ojos. se volvian hacia su mesa 
cuando Bergman rein alegremente, divirtiendose do forma visibfc, 
Frente a Capa, que reia bobamcnte mientras &e echaba al coleto copa 
tras copa de champan, estaba un idolo de los soldados all ados y la ul- 
tima prcsa de un mujeriego de su Icgcndaria destreza. Pero segura- 
nu'inc no tenia nada que hacer eon ella. 

A bus (reinta v uit anus, tngrid Bergman estaba casada con un joven 
y atraclivo dentista sueeo, Petler Ltndslrom, y tenia una hija. Pia. Tras 
haber protago piz ado la famoMsima pe lieu la Casablanca ( 1942), gano 
un Oscar a la mejor actriz en 1944 por su actuation en Gaslight \Lttz 
que tfj*{>itizii] T y era la mayor atraccion taquillera de 1945. En la cuspide 
de su camera, podia escoger — si qucriaser in fie I al humbre que qui- 
siera. Capa no sabia que su matrimonio casi habia tcrminado. Litid- 
strom se habia convertido en un manager antes que en un verdadero 
marido, y clla ya estaba pen sand o en el divorcio. 

Despues del Fouquet's, el grupo fue a cenar a Maxim's, De nue- 
vo se volvieron las cabezas. Como se les estaba agotando el dinero, 
Capa y Shaw llevaron a Bergman a un pequeno club noctumo de 
Monimartre dondc baitaron toda la noche. Capa enseguida descubrio 
que la verdadera Bergman no tenia nada que vcrcon la pura y virgi- 
nal imagen que habia fahricado con tanto esmero el productor ho- 
llywoodiense David Selznick. De hecho, en la vida real distaba de ser 
una inoccnte «lcchera sueca»- h su imagen en Hollywood, Bebia mu- 
cho, contaba ch isles suhidos de toflQ y, segun Ic parecio mientras la 
estrechaba en sus brazos en la pists de baile, no haria falla mucha 
persuasion para llcvarscla a la cams. 

Cuando Capa y Shaw se qucdaron sin dinero, Bergman B806 su 
monedero y se ocupo de que siguicra corriendo el alcohol y ya de 
madrugada. clla y Capa pasearon por las orillas del Sena. Pordesgra- 
cia, el I a tenia que its* al dia siguicntc para acinar en un cspectaculo 
de la United Services Overseas (USO): se despidiciwi, umbos espe- 
rando volver a verse- 
Bergman comenta su primcra impresirin de Capa con su mana- 



210 



■■■; Fc csta mirandi), ehieo!» 

ger dc publicidad, Joe Steele: «Capa es genial y esta loco, y licne una 
mente fnaravillosa»*, Habia eonocido a Capa en su mejor momenta 
y en h mas seductora de las ciudades imaginablcs. «Desdc su primer 
encuemro con Capa escribe Donald Spoto. cl bibgrata mas rectetite 
dc Bergman Ingrid se volvio desesperadamenie adicta a la prescn- 
cia [de Capa], [...] Era la clase de hombre que solo habia eonocido 
en guiones cinematografkos y de pronto habia cobrado vida como por 
arte de magiaw". Ten i an muchas cosas en comun, Los dos habian 
partjeipado en la creacibn dc su imagen: pulir la leyenda de uno mis- 
mo era util para su profcsion, Tenian en comun sus modestos ori ge- 
nes europeos y el hecho dc que ambos habian soportado la Iragedia. 
Y nitigunodc los dos tenia niotivos para urccv en ci iitnor perdurable. 

A mediados de julio dc 1945, Bergman llcgo con la gira de la 
USO a Bavaria, donde el t'amoso interprete dc armonica, Larry Adler, 
se incorooro a la compafiia de artistas, entre cllos Martha Tiiton y 
Jack Benny. Aiinque no era apuesto en un sentido convencionaL Adlcr 
era un musico carismasico y brillante con tin grari scnlido del humor. 
A I eabo de unos dias Bergman empevo a pasar mucho tiempo et>n el. 
«[Era] lan romantieo. tan divertido estar eon 61.,, escribio — t y su 
seneilla pern maravillosa miisita le arropaba" ) ,» 

Durante el tiempo que permanecio en Lumps, Bergman se com- 
porto como una «Kindcniatur»", como la habia llamado su lia Mult: 
una hija natural del momenta. Sin saber si iba a volver a ver a Capa, 
enseguida empezd a aeostar.se con Adler. «Ingrid era de una bellcza 
despampanante — recuerda el—. No te cansabas dc mirarla. Era como 
mirar un gran cuadro. Tambien era tola I mente inconscicnte de su 
estrellato*." 



• «iPor que dice la gente que nay guapa? — le prcgumo Bergman ui comienisci 
de su KPtfltUEB amonosa — . En Eitocolrnia unJn q| mundo cs tomo yo.M 

nffe [iK^dy en Fstocolmo y no Siay nadic QOOO tut>, rcplico el. 

Adler dice que., a difcrcneia de mucha*. de \n% attriccs de la gira de la CJSO, 
a clla Ic Importabmi rtiLlnente los soldados nasos. flOtisfnifo dc las funciuncs sc pa- 
scabfl enlnc \oi soldados y afjunrabn sus nombres, y al volvtr ;i l ; .Ki;nl(is L'nkkjs llamaba 
« sas padres — recuerda Adler — . Se ncgatfca a comer tx>it Jus !>ltcial», Sicmpnc co- 
mia ciin los reclutas. Nunea sif LCHnportti como una estretla_« 



2U 



Sangrc y champan 

Mieniras Bergman Lenta su a venture amorosa con Adlcr. Capa 
hizo su primer trabajo de posguerra para Life. Es posiblc que fuera el 
rcportaje de peor gusto de toda su carrera. El 1 3 de agoslo de 1945 
los lcclores abrieron la revisla y eneonlraron varias lotos dc bebes 
arios. Capa habia vtsitado un caslillo ale man en Hohcnhorst expli- 
caba Life, que albergaba una « institution nazi conocida como Lebens- 
barn». En el dormitorio Capa encontro a montones de bebes i legiti- 
mes, «[Esos] bebes bastardos de Hohenhorsl son los hijos dc los 
miembros de las SS a quicncs Ueinrich habia animado a ser padres 
de "supcrbebcs**, Habian crecido gordos como ecrdos a I cuidado dc 
cnfermeras nazis que los sobreaiimentaban, y ahora posaban para los 
aliados como un problema toda via por resolvcr*.» 

De Hohenhorst me a Berlin para fotografiar la terrible devasia- 
eion que la guerre habia causado en la eiudad. Los bombardeos alia- 
dos habian maiado a por lo menos ochocientos mil civiles alemanes 
en 1 945, siendo Berlin cl bianco mas frecucnle: cl 95 por ciento del 
centre de la eiudad habia sido destruido y en el reslo solo una de cada 
cuatro easas scguia siendo habitable**. No tardd en enterarse dc que 
habia llcgado a Berlin a I mismo liempo que Adler y Bergman con la 
gira de la USO; Bergman se quedo encantada cuando el se puso en 
contacto con el la, pero no le dijo que salia con Adler. 

<t Ingrid hizo malabarismos con Capa y conmigo dice Adler , 
Recuerdo que una noche sal i mos los ires a cenar, y la situacidn se volvio 
tan incdmoda que me rui. Ingrid fue despues a mi habitation para discul- 
parse. No sabia con cua! de los dos quedarse, y ninguno de nosotros sa- 
biamos a cua I de los dos queria en rcatidad. Pero eso no fue motivo para 
que Capa y yo nos enemistaramos, Seguimos siendo buenos amigos.» 



* Una de las. uuex-u tbtos dc Capa ocupaba toda una plana y inoslraba a nifltis 
cnmJcndo grander cuencos dc pachas dc avena. bin cl pic de la tfolo se Icia: «Los 
bastaidos dc los humbrcs dc Himmlcrquc h; cneucnlmn en Kcihcnlwret ticncn l(*s 
ojos arvilcs y cl pctfi rubisumt}, y cstan gwdoii cnmit fcrnimi. Dgben comer gacha-; 
lanlu si quiLTL-n COfltO si nun 

** Las lotos de Capa de Berlin, que rtiostraban lo que habia costado la guerra 
a 1. 1 pobEacion civil de Alentania, no aparecieron publicudas en la revista Life. 



212 



«;To cjta mirando, chira! >. 

En varias ocasiones Bergman acompand a Capa por las calles de 
Berlin, disfrazgda eon una gabardina y un panuelo al estilo dc Casa- 
blanca. Es posible que estuvicra con el cuando Capa fotografid un 
enorme mereado negro en Tiergarten, El capital ismo al esiilo ameri- 
eano ya habia arraigado profundamente en I re las minas del Tercer 
Reich: los berlincses hacian trueques eon sol dado* dc «ojos muy 
abiertos?) del Ejercito Rqjo, dcsespenidos por consegutr baratijas de 
la decadencia occidental: los relojes de Mickey Mouse, que en hsta- 
dos Unidos cosiaban tres eott noventa y einco do! a res, en esos dias 
se vendian por mas de quinienios ddlares cada uno. Capa folografio 
a un oficial ruso cerrando un iralo por una botella de vino, a oiro pro- 
bando un aeurdeon y a un hoinbre con la nariz ensatigrentada al que 
se lo ilevaban del enonne mcrcado negro al aire libre despues de ser 
detenidti por ir armado y no llevar la documentaeion. 

Bergman se quedo profundamentc a feet ad a por la devastacion 
de Berlin, Costaba ereer lo poco que quedaba de la eiudad que clla 
rccordaba. A finales de los anos treinla habia trabajado para el es- 
tudio de cine nazi UFA, protagonizando The Ftmr Companions, y 
habia pasado varios meses en Berlin, ignorante al parecer de la re- 
presion polilica que la rodeaba. En sus memorias restaba eompren- 
siblemente importancia a su trabaja para cl estudio propagandistico 
de Gocbbcls. No hay modvos para creer que se lo mencittjiara a 
Capa. «[Bergman] nunea me habto de la pelicula que hizo en Ale- 
mania dice Adlcr, que siguio siendo amigo suyo hasta que clla 
murio de cancer en Londres en 1 982-— . Creo que cstaba bastante 
av ergon zada de ello.» 

Una tarde Capa vio una bafiera en e! armazon de una casa. jQuc 
primicia! [Imaginate! ; Ingrid Bergam fotografiada por primcravtv en 
la banera! Hizo folos sin parar. pero en sus prisas por re velaria la 
pelicula se esiropeo. Sin embargo, el instantc no se penlio. Hsa tar- 
de dio la casualidad que su eneonirabu con cllos olro idtdgrafo, Carl 
Gotkiwin. Sus folos mue strati ;) Beremaii con su dislra/. de jiahardi- 
na y panuelo. y un aspecto alegremente desprcocupado, 

Trias die^ dias en Berlin, Adler se marchd para reunirse con su 
familia en Estados Unidos, y Capa y Bergman voivieron a Paris. 



2!3 



San tre y champan 

Durante varias semanas fuerun inseparables. Volvieron a beber cham- 
pan en el Fouquef s, visitaron Notre Dame y una noche se les via 
eogidos de la mano en una esquina de la harm del Rite, visiblemen- 
te prendados el uno del otro. Fue en Paris, escribio mis larde Berg- 
man, cuando se enamoro de el*. A I eabo dc varias semanas cstaba 
loca por un hombre que se veia en suefios en «fotos peltgrosas)?'- y 
era perseguido por irnagencs dc rnuerie. y concrelamenie por las pn- 
labras del piloto que lo habia acusado de ser un buitre sin corazon en 
el aerbdromo de Chelv-esl»n en 1942. «l_a cicatrix que dejo esc insulto 
en la autoesttma de Capa lo acorn panaris d resto de su vida".» 

Bergman lambicn M dm cuenta dc que Capa tenia «cJ sentido de 
prioridades del jugador». una manera educada dc deeir que dejaria a 
cualquicra por una carrera de cabal los en Longchamps h una gran 
pallida de poquer en el vestuario de los fotdgrafos dc la oficina dc 
Paris de Life. #En muy conscienie de que la vida era corta — enfati- 
zo ella — y no debia dejaria eseapar ateniendose a una serie de nor- 
mas que no 3e divertian^.w Dcspilfarrudor, apasionado e impulsivo, 
Capa dio a la vida de Bergman una enonne vi tali dad, infurtdicndole 
energia e instandola a preoeuparsc menos por el bituro y concentrate 
mas en disfrutar el momento. 

El 14 de agosto, cinco dias despues del bombardeo de Nagasa- 
ki, Paris cciebro el dia VJ, la victoria aliada sobre Japon. Bergman 
estaba con Capa en un jeep cuando este ibtografio a una euforica 
muEtiiud en. los Campos Elfseos. Habia visto noticiarios de celebra- 
ciones de liberation en los que habia esccnas de mujeres ahrazando 
y hesando a los soldados aliados y dijo a Capa: 



■ Puedc que Cap* sc prcguntara por que se habia cnamorado tan Loeamente dc 
,-i Si hi i bi era abiertn uno de los qucrittos albumes dc rccortes dc Bergman, liabriu 
deseubiertp una rcnvinccnlc raz6n. Capa tenia un gran parecido con su ditunto pa- 
dre. Jusmii [Icrynian un fon'igrafu de estudiu despilfarrador y twhcmio (inc habia 
mutrlu CUMKIg eliti BQk) tenia ireee afm% die/ anuw despues de la muertc de tt ma- 
■ I]-. Bergman decia a nieuudti ljuc su padre liabia sido su sntftjer wiff» de la. in- 
fancia. Le habia htcho pcrdcr el miedo a fa edmam, fotu^ratiandola con vcstkk4 y 
en poses ridiculos, y hasta la habia (iliiuido a los tres anus dejando unas flores sa- 
bre la rumba de a\i madrc. Lsc habia side su primer papel esleiar. 



214 



fljTtestd mi™ndn, ehieo!» 

Voy a arTojamie a los: brazos de alguien y besarlo. 

— iDe quien? 

— Ese de alii. 

Se bajo del jeep y, abatanzindose sobre el soldado, lo beso en la 
boca. El perplejo soldado le devolvio el beso ls . 

Al acercarse cl Otorio Bergman hablo de divorciarse de Petter, 
Capa le dijo que no hiciera nada prectpitado por cl. No cstaba scgu- 
ro dc que lc aguardaba. Despucs de tiido. era tin Ibtografo de guerra 
dcsempleado y debia decidir que hacer con su vida. k scuba tan ena- 
morado dc Bergman eomo elk de el. Pero en esos momentos, como 
con Pinky, tenia que enfrentarse una vez mas con lo que mas tcmia 
desde la mucrtc de ( icrda: la verdadera intimidad con una mujer. t.[ba 
a acabar el enamoramiento una vez mas en rechazo. como habia ocu- 
rrido con Gerda y despues con Pinky? 

t,Merecia la pena la apuesta? Se sabiaque habia dicho en broma; 
«Si una Ibto no es lo suficientemente buena es que no lc lias acercado 
lo 5uficiente» ln ; Pero con las; mujeres, acercarsc demasiado podia 
doleT mucin i mas que la «herida del mi I Ion de db!ares» sobrc la que 
habian bromeado los soldados durante la guerra: una hcrida lo bas- 
tante grave para asegurar el regieso a Est ados Unidos. 

Acostumbrada a que los hombrcs sc rindieran a sus pies, a Berg- 
man k* molesto la despreoeupada reaccidn de Capa. Medio bohemia 
medio mojigata, segun se describiria ella misma despues, tenia ideas 
tnidicionales sobre adonde debia conducir el amor entne dos adultos: 
matrimonio y una familia. Sin embargo, se ncgaba a perdcr las espe- 
ranzas de que Capa se convirtiera en lo que ella querfa: el siguiente 
marido de Ingrid Bergman. ^Por que no iba eon ella a Hollywood? 
Podria dirigir, escribirguiones, ln\ r in Shaw estabaalli, lo niismoquc 
muchos de los escrttores que cl habia conocido durante la guerra. 
Capa al final prometio considerar la invitacion, recordando el intercs 
que habia tenido de trabajar tal vez en cine en los anos treinta, cuando 
habia luchado por ganarse la vida como fotografo indcpcndicntc- 
Adcmas, si dejaba de eubrir gucrras iba a necesitar un nuevo desafio, 

A principios de septiembre Bergman volvio a Beverly Hills pa- 
sando por Nueva York. Iba a volver, dijo a Capa antes de parti r, a una 



215 



Sangns y cbampsm 

jaula dorada dondt; lendria que fingirquc tenia dieeiocho anos*. El 
promelio volver a verla h tal vez en Hollywood. Pero tenia que vcr que 
la I le iban las oosfla como folografo en tiempos de paz antes do de- 
cider prober suerte alii. 

El 7 dc sepiiembre Capa votvia. a Berlin eon e! encargo de Life 
de cubrir las primeras celebraciones del Rosh Hashanah (el Afio 
Nuevo judio) que lenian lugar en las sinagogas de la eiudad desdc 
1 93S. Una de sus fbtos muestra a un joven suldadu, Werner Nathan, 
con un panuelo de ri;zar wbre su uni forme del ejercito de Estados 
Unidos. leyendo de un rollo sagrado. Entre los otros qumientos fie- 
les habia soldados rusos que re/aban eon varias docenas de judios 
supervivienTes**. 

«Scguinios en la oseuridad dijo un ayudantc de rabino cuyo 
munlor habia sido asesinado por los rtazis — . Esiamos cnlrc dos puer- 
tas y hemos abicrto y cna/ado solo una. Preguntoa Dtos adonde iremos 
a partir de aqui. , . » Cuando termini) la eek-hrjeion, Capa ubservo como 
un soldado nortcamerieano mpuba los sagrados rollos de la Tora, que 
habian permanecido escondidos a lo largo dc loda la guttTa.' 7 . 

Mientras Capa fotografmba una Europa que dcspcriaba de la 
pesadilla nazi, Bergman ac pneparaha para su siguienie. pclicula. pre- 



* La vida de fain ilia vis] v in a mi abLLrndii rusnTidl ida d en cl nunicro 1.120 dc 
Benedict Canyon, una easa de un sdI<j pi.mj de madera de scvwiyn y piedni cineclada 
jujUo a Sunset Boulevard, con su eottrrttt: sali'>ri-L(>mcd<ir abmeihdii qm; Hcrgman 
llamabu Ml cc<bcr(Jzo», Cada maiiana Bergman y Peller Ltndstrum (.-harlaban de in - 
viLilidadcN miemras uimaban calc. Lucgo e I sc iba a irabajar a un hospital C HBMto e 
Ingfid rnaiaha cl liempo leyendo guiones, a vectrs limpiando obscsivamentc la cum 
y llenando sus, qucridos. ilhnmcs dc recortcs. Para guardar las apariencias, los Berg- 
man se aventurubun a ir a algun que ottO Mtrertf a fiesta dondc sc les vela brcvemen- 
n m Ea pis.ta de baile. Pelter era un bailarin clejjyinie, pe™ nn era la parcja ideal: su- 
daba con liicilidad y a menudo tenia que (.-ambiiirae de uamixa en miiad dc l.i vclada.. 
Ingrid. scjLun dccttiraria cl mas tuido. era dcniasiado tsmida pan bh una huena baj- 
lurina: .-Siempre Icrtia que comprobar st \os demas mLrabanj>. (Los deiallts de. In vkla 
doiiiestitii han sidis cxiryitkis funtionJentaJmcntc de Spoto y Learner. Vease la bibtio- 
grafla pafa (Mfa-f futnicsi wrbne Hollywood y 1« camera dc bcrgman.) 

** Mis de La niiiad de la fKiblatrion alemaria judia — alredcdor dc trescientos 
ocho mil en 1939 habiii mueru) durante hi h<slj lucn'm lin^lis. 



216 



*jTe csta mifmtda, chico!» 

guntandose si su amantc iba a seguirla a Estados Unidos, A finales de 
1945, suspirando todavia por el, se reunio eon Ben Hecht, el gutonis- 
ta, y Alfred Hilehcoek para hablar del argumenlo 1 ^. El rodajc de 
Notorious [Encadeitados], su nueva pelicuia. estaba a punlo de co- 
menzar*, Tras un par de reuniones, Ingrid y Hileheyek quedaron una 
tardc en la oficina de este para lomar una cupa. A solas con el, bebien- 
do coeteles cargadus, el la [e hablo de Capa: que cspcraba impaeien- 
le que viniera a Hollywood y sc forjara una nueva carrera. Estaba lo- 
earaente cnamurada de el, pero al parecer el ya la habia olvidado. 
Hiithcoek le recordo unas tineas de SpeUinmnd {Recuerda\ t la u Mi- 
ma pelicula que habian hecho juntos. «Es muy triste arnary perdcr 
a alguien — dijo Hitchcock micntras Jngrid se echaba a llorar 
Pero eon el liempo olvidaras y roemprenderas m vida donde la do- 
jaslc no hace mucho, y trabajaras duro 13a nine ha febeidad trabajar 
duro. . . tal vez lo que mas'*> 



* Scgiin Lftrry Adlcr, mis uifde Bergman sc qucjo de que Hitcht-oek hizo re- 
pcfidos avarices, que ella nsthi^o dinlomaticamcnte, pero que ctmviriiemn el roda- 
jc en una enperiertcia thistrantc y tensa. «Me dija que trah^jar fun I litelicock era un 
csiparut, porque no parabade cnlrar en su carniiriiuf pui.L ni^niiiiifsLL-. V.\ki niempre 
Id recha^aba. Era una chica muy duni, nunts sLBrumbla ante la position del hombrc 
que se le iiLMnuaba.» 



217 



17 
Fin del idilto 



La micida mas grander que he ptsado nunea, 

RrmmT Cam sobre Hollywood 1 



A finales de 1945 Capa habia dccitlido probar suerte en Hollywood, 
tal como le habia animadu n hacer Bergman. Sin embargo, se lo tomd 
con calmu. Llegb a Nueva York en octubre, y micntras Bergman se 
consumia espcrandolo, el jugo a poquer y se jaelo de su idilio con sus 
amigos hasta que pocos dias antes dc Navidad se rcgistro per fin en 
un bungalow del Garden of Allah en Hollywood*. 

Al principio Capa y Bergman se vieron poco, Encadenados ocu- 
paba todas las horas que ella pasaba despierta. Mientras ranto el se 
puso al dia con sus vicjas amistades, Mientras fotografiaba a Hemin- 
gway y Gellhorn en Idaho, habia conocido a Gary Cooper y al direc- 
tor Howard Hawks y su elegantisima esposa, Slim. Luego estaba su 
viejo grupo de poquer de Londres: Stevens. Reis y Saroyan, asi como 
el guionisla Peter Viertel. Kinalmcntc Bergman leconsiguio un pase 
para visitar cl plain de Eftcadenitdos en la RKO, Con&ciente de! es- 
candalo que se descneadenaria si se hacia publtca la aventura amo- 
ro&a. Hitchcock prcsento a los amantes como si no se conocieran. 
A dilerencia de lo ocurrido en tiuropa, alii habia ojos fisgoncs por 



* I'niri; Icik dermis tiuejpedes del hotel. fiimsis.(i por sus citas e-ntre idolou de In 
p:i:nal]a. ctfaban el actttr Charles LaughtLin y cE guiunisla Robert Benchley. 



218 



F-'in del idilto 

todas partes : entonces, al igual que ahora, la prensa amarilla pagaba 
bien las notkias pi cantos sobre las estrellas y la cronista de sockdud 
Hcdda Hopper, capa? de destruir una carrera con un rumor, tenia 
espias por toda la eiudad, Como cl Garden de Allah estaba cslreeha- 
mentc vigil ado por periodtsias, Capa y Bergman se veian en la casa 
de la playa de Irwin Shaw, en el niimero 1 S de Malibu Road, dondc 
Larry Adier iba a veees a eseribir, 

A finales de enero de 1 946 Capa neepto un trabajo de produce ion 
en la compariia International Pictures de William Ooetz. Bergman se 
quedo encantada: Capa tendria ya una razbn para quedarse. Pero al 
C&bo de Unas semanas cl se habia abutrldo dc la industria cinemato- 
grafica y hartado de un ambiente social que cstaba, como lo esta hoy. 
rigidamentc estratifieado scgun el exim dc la ultima pelicula de al- 
guien. «Capa no llevaba bien recibir drdenes explicit Larry Adier, 
que compart id con cl su apartamento dc Beverly Hills varias scma- 
nas a principles de 1946 — . De haberse integrado realmente en el 
juego dc Hollywood, habria cstado a las 6rdcncs dc alguien. Un pro- 
ductor le habria dicho que bacer. Lin director le habria dicho que 
hacer. Y cso no le habria gustado a Bob,» 

Incapaz de cstarse mas de unos minutes sentado ante su escrito- 
rio, Capa no lardo en pasar las mananas jugando al tcnis con Adier, 
las tardes banandose en la piscina de lo? Hawks y los fines de sema- 
na perdiendo grandes sumas en el hipddromo Santa Anita. iVfuchos 
dias se juntaha con period! stas y fotografos como Slim Aarons, que 
freeuentaba un pub ingles llamado Ceek and Bull, freritc a las ofiei- 
nas de Time-Life dc Sunset Boulevard. 

«Nos sentabamos en la barra y tonteabamos eon chieas; — reeucr- 
da Aarons. que no tardo en apodar a Capa "Bob Capones", Tambien 
me lo encontre una vez en una fiesta eon Howard Hughes y iodos 
csos peecs gordos. Pasaba cl rata jugando a cartas con los ncos, los 
era tides jugadores, esos productores que tenian un monlon dc dinc- 
ro, Neeesitaba eoirer ricsgos- Veras, al tcrminar ta guerra se acabo su 
cometido y a esas alturas necesitaba emocion. Debib dc perder gran- 
des sumas varias veccs porquc stempre estaba pidtendome dinero 
prestado.« 



iw 



Sangrc v chanipan 

C 'offlu para su padre, el juego era a menudocl ecniro Jc la vida de 
Capa en esos dias. Peio se habia equivocado de ciudad pan jugar ruerte. 
Aposlareonlra tipos eomu Howard Hawks. el fulerodc Humphrey Bo- 
gart y los directores John Huston y Anatole Litvak en tan peligroso en 
polcncia como sal tar en paracaidas sobre el Rin. Huston en CQOSieto era 
un jugador empedemtdo a I que nada le gustaba tanto como apostar una 
montana dc debus a una solii tana, «Una vgr meapuntc a una de esas 
grandes pallidas — dice Slim Aarons — , Es posible que Capa hubiera 
cstadocn la misma pallida porquc estahaen la ciudad poraquel entonecii, 
Recuerdo que ruve mucha suerte dc salir de alii, Nunca volvi a jugar» 

Haeia marzo. en sus eilas eon Bergman en Malihu, Capa se que- 
jaba de I tj controlada que vivia e]la en Hollywood, Era un mero se- 
guro de future para Potter y nada mas que un exito dc laquilla para 
Selznick, «No hagas caso a tu marido, ni a Joe Steele, ni a nadie que 
le irate como a una colegialu», la amonestaba. Todo lo que hacia era 
«trabajar, trabajar y tnbajarv. Sacrificaba demasiadas cosas por su 
maidita carreru y el no le veia el seniido si no In hacia mas fell/. 
«Estas loca. Te has convertido en una industrta, una institucion. De- 
bes rccuperar la coridicion dc ser humano, No sacas todo el provecho 
de la vida que deberias sacar porque no tienes tiempo para vivirw 

«Me estoy rcali/ando eorttraalaeaba el la- -. Y voy a haccr mas 
pe lieu las en Hollywood y a volver al teatro a hacer mas obras 1 .* 

Un dia Capa dijo furioso a Joe Steele que Bergman tenia miedo 
de ser ella misma. Seguia siendo una nina que se resislia a madurar 
huyendo en fantasias de ecluloide*. «Para ser una mujer heeha y de- 
recha, es tan ingenua que duele. Le da miedo soltarse la melena. Le 
asusta abandonar l-sei matdita eonformidad inherente a ella. La segu- 
ridad y la estabilidad, eso es lo que la motiva. No tiene la menor idea 
de como funeiona el mundo, Es una verguenza espantt>sa ; .» 



* De m«d" rcvdadw, IngrUt se idemificaba miicho con la pnu.igoniMa de su 
lihni fuvciriUT ()f'Ls;na Grver dc Martin TJuvonport [Grtism-'t iiihJ Hunlaji, Nutva Ycrfc. 
1936). Lertn os tirta joven biitioirriii pubrtf que ».e umviene un Liinianio do itpHTH do 
fama tnundial. «No so trala dc canvm ni do dinem ni do nada dioe lii un iTuimentn 
delorraiiiado — . Es mi vida, es arte, aquello por Id que hid dado Utdo en oste mundir » 



220 



Fin Jd idiiio 

Sin poder ver a Bergman eon toda libertad y desencantado eon la 
real i dad de la industrial del cine* Capa no tardo en quejarse de que el 
y Los Angeles no cstaban heehos para convtvir. La ciudad era la 
antitesis dc una capital europea como Paris. Km complicado y cam 
eoger taxis, de modo que sc veia obligado a conducir. cosa que dc- 
testaba. Durante su estancia en Hollywood luvo varios choques pe- 
quenos y estus a vai ias veces a punto de colisionar en serit>; rara vez 
se sentaha sobrio al volanie y Slim Aarons reeuerda que el personal 
dc la oficina de Life de Los Angeles temia que tarde o temprano se 
matara. El y otros colaboradores de Life tambicn csperaban el dia en 
que el coche de Capa. que cste nunca apurcaba bicn, bajara rodando 
la colina dortde cslaba la oficina y matara a un Iranseunte. 

Hn mayo de ] l iAb Capa sl- habia bartado de Tinseltown*, Cuan- 
do Bergman le a nuncio que iba a ir a Nueva York para tomarse un 
descanso despues dc Encadenados, el hizo las maletas. En Manhat- 
tan dccidicrum que si iban a continuar viendose, debian dejar de es- 
conderse de la prensa. Una noehe oeuparon una visible mesa centri- 
ca en el elegante club noctumo Sheridan's Square. Kunciono. Los pe- 
ri ndistas agazapados en Ins rinetmes asu micron que solo etEffl omigos, 
;,Por que iban a dejarse ver tan en publico si Lcniun algo que oeullui".' 

Hergman hizo lambien todo lo posible por quitarsc de eneirna a 
su cuidador. Joe Steele, pidiendo al personal dc! hotel Drake que le 
pasaran las llamadas dircetamente a ella. Steele pronto sospceho la 
razon. Cuarido se enearo a ella y le preguntu si se habia citado con 
Capa, ella ncgo ruriosa las acusaeiones. Al dia siguiente deslijio por 
debajo de la puerta de Sleele el program a del dia. Tenia previsto to- 
mar una copa con Cary Grant, ir al cuarto de bano y cambiarsc para 
cenar. Lucgo iria a «Cenar (no con Cary)», y por ultimo, «i,Casa?»*. 

Noche tias noche Bergman y Capa se dejaron \-er por Manhattan; 
besuqucandosc en rincones llenos de humo de los bares de jazz del 
Greenwich Village, en la ultima fila de las solas de arte y enjsayo, y pa- 
seando por la Qttinta Avenida al amaneecr despues de una noche de co- 
pas, Capa hasta la llevo a conoeer a su madre, quicn habia hecho un ves- 



* Hofywood, la Meiudad dc orope!». (K de b T) 



221 



Sangre y champon 

lido con maravillosos bordados para la ultima novia decoraliva de su 
hijo. «Adicta a la alencion y [a energia de la vida de una estTella — ha 
csLNtosu hiografu Laurence Learner — , Bergman viviacada vezmasal 
borde del precipicio, jugando con su imagen do santa, jugando eon lo que 
quedaba de su malrimtmio, jugando con un escandalo personal 5 L » 

Los ternores de Steele se vieron justificados cuando la cronista de 
soeiedad Sheila Graham informo que corrian rumores de que el ma- 
trimonio de los Bergman atravesahadificuttades. Por Ibrtuna, Petter 
no saeo cl tema tie la eronica de Graham en una de sus llamadas 
habituales a Steele. Confiando en que lo ocurrido tranquilizara a 
Bergman, Steele descubrio lo contTario: ella se habia convencido de 
que estaban tiechos el unu para cl titrtj preei-samentc porque su aven- 
turu amorosa no habia sido descubierta. 

Steele trato de razonar con clla, Capa tenia fama dc cakvera sin 
blanca. Alardeaba demasiado con sus amigates dc poqucr dc que se 
estaba lirando al ultimo nbomb6n» de Hollywood. Nunca seria el 
siguienlG marido de Ingrid Bergman. Pero ella no hizo caso. 

Steele tenia ra/ort, Cuando clla hablo a Capa de casarse, el se 
encogio de hombros y dijo que no estaba ^hecho para cl matrimo- 
nio».* Mas tank clla escribio que si Capa le hubiera dieho «ven con- 
migo. probemos suerte juntos, conquistemos el mundo, hcbaiixis del 
buen vino tinto de b vida», ella probablemente habria dejado a Fet- 
ter. Y si el le hubiera dicho «ven. easate conmigo y se mi amor, y 
todos los placercs probaremosw, clla habria pennanecido a su lado. 
Pero el no hizo ni lo uno ni lo olro. En camhiu dijo: «lSo pucdo atar- 
me. Si dicen "Mariana Corea" y cstamos casados y con un hijo, no 
podre ir a Corea. Yeso es imposihlc». 

Una noche, despues de varios coetdes, Capa dijo que si ella que- 
ria algo mas que el prescntc, debcria buscar en olra parte. Que eso era 



" Como e] personaje sie ftraci: Kelly un ftee? Window {Ijt wntana indiactvtay 
de fillchcock, Bergman irtols'i a Ciipa a dujiir cl pcrMKiiKrrm gnificn p.ir:b tr.ih.'ijitr COTTK> 
folografo dc cstudio. hn la [wlicula, el pcisona^e de James Stewart se mafahu furiuxo 
dc h idea. Hitchcock bases cl pcrsouaje dc Stewart en £rosi mtdida en lo que la- 
bia dc Capa y oItos vclcranos como Slim Aarnns. 



222 



Fin del i - 1 ■ > i . -- 

todo lo que el podia ofrecerle. y si no le bastaba, debia seguir con su 
vida*. Pero ella no podia soportar perderlo, aunquc e] se negara a 
hacer el papel que ella queria. A lo largo de 1946 siguieron viendo- 
se cuando lograban en contra r una noche o un fin de scmana libres. 
Capa convcrtido entonces en tnarido a tiempo parcial-Svengalt* y 
Bergman su bicn dispuesla alumna. ESla empejo a leer los pcriodieos, 
a csludiar eon mas aiencioit las cartas dc vinos y a interesarse por la 
alta cocina y el cine curntpeo. La mayoria dc las pe lieu las de Holly- 
wood cran dc bajisima calidad, le decia Capa, Si queria scr una ar- 
tista de verdad, debia colaborar con un director decentc. alguien como 
Robcrtu Rossellini. 

Una tarde en Nueva York ella \ k> lit una. t ilia aperhi [Roma, ciii- 
dad abierta], la obra maestra de Rosscllini que incorporaba la clase 
de documental valeroso que habia aparecido en much<& peliculas eu- 
ropeas sen as desde los afios veinlc. Salio del cine Fascinada, dema- 
siado conmovida hasta para hablar. « Prefer! ria que me recordaran 
por una sola gian pclicula artist lea como esla dijo a Capa — que por 
cualquiera dc mis exitos de laquilla. ;,Por que nu puede venir Roberto 
Rosscllini a Hollywood y hacer una pclicula como esta con alguien 
como yo'.'i> Capa le advirlid que debia lener euidado y no confun- 
diT el caracter del arlista eon su ubra, Pero su consejo cayo en oidos 
sordos. 

En agosto de 1946, el la siguio de nuevo a Hollywood para el 
rodaje de su siguienie pelicula, Arch of Triumph [Arco de Triunfo], 
basada en la impact ante novcla dc espionaje y traicion de Erich Ma- 
ria Remarque ambientada en el Paris dc finales dc los afios treinia**. 
Bergman pregunto al director, Lewis Milestone, si Capa podia hater 
fotos durante el rodaje. Milestone pareeia encantado dc tener al fa- 
moso fotbgrafo dc guerra en su plalo- y eslaba tan obsesioitado eon 



■ Svenpati: perei)naj(; que apanecc en ]a Jiovela humAnima de George du Mau- 
ricr ( 1894); sc trata de an nul&tofo hipnotizador. 

** Sergman habia disfniiiilo mmij cfi Nucva York que ilegu a] platcS can nw- 
vc kilos de mas. Davis Lewis, el pnxltictof *k cine, dijo qut habia pcdkto a l.iiul- 
iteflU que «pusiera un candado en la neveta Je su casH». (Learner. As Time Cmm By. } 



22.^ 



Ssingre y champon 

Bergman como So habia estado Hitchcock. Cada tarde, en cuanlu M 
apagaban las lamparas dc arco, Capa se reunia CM Bergman y el 
coprotagonista Charles Boyer para tomar eoctelcs en su oficina. Con 
gran consternaciara de ella, cl a mcnudo se emborrachaba hasta per- 
der los papele*. Habia tenido un notable aguanic para el alcohol du- 
rante la guerra, cuando servia de anaigesico y estimulariiC- Pero en 
1946 no habia ninguna situation de vida o muerte que lo distrajera 
de la bebida. Bebia su primer trago de una petaca de bolsillo mueho 
antes de comer. 

Ella enseguida se canso del malhumor matinal de Capa antes de 
que recuperara su equihbrio tomando eopas en vez de almorzar en el 
RomanofFs o en algun olro reslaurante lachonado de eclehridades 
— «La bebida se habia converlido para el en una especie de desallo 
maehista, asi como en un calmante K » — y mientras eonlinuaba el ro- 
daje s su relacidn se enfrio. Ya no podian verse en la casa de Irwin 
Shaw de Malibu, debido al horario lahoral aun mas frcnetieo de ella, 
y ella no queria corrcr el ricsgo de que la vieran en el Garden of Allah. 
La vida de Capa, se dio cuenta ella. se habia vuelto un deprimente 
tedio interrumpido por subidas de adrenalina y apuoitas cbrias. La paz 
le aburria, pero tampoco parecia satisraeerle hacer el papel de «don- 
juin impulsivo» g , 

Tras mas de una decada dc guerra, Capa habia empezado a ma- 
nifestar muchos de los sintomas del trastomo dc estres postraumati- 
co: agitacidn, exeeso de bebida. irritabilidad, depresidn, culpabilidad 
del supervivientc, falta de none y nihilismo apenas disimulado. Al 
comienzo de su relacidn el habia eonlesado que ia muerte perseguia 
sus suefsos. A esas al turns ella sabia que habia dicho la verdad. Por 
Tin habia visio dctrasde su mascara elemamenle «jovial» ia : se irata- 
ba tamo de un escudo psicologico como de un sosten indispensable 
para un hombre que necesitaba tlngir ser otro para escapar de los 
cslragos emocionales causados por ia guerra. 

^Seguir mostrandose jovial ex plied Irwin Shaw mas Cards — 
signiftca estar siemprc dispuesto a ir al siguiente bar o a la prbsdma 
guerra, por larde que sea o poco alraetiva que parezca la guerra. Sig- 
nifka quedarse siempre hasta el final de cada apuesla y eada mano 






Fin del idilio 

de poquer; gaslarse el sueldo de seis meses para pagar la siguiente 
roods de copas, preslar dincro irreflexivarnenle y pedirlo prestado 
ceremoniosamente [y] tcner trato solo eon mujeres guapas, a poder 
scrde las que aparecen en los periddico5»". 

Area de Trsunfit lue un triste fracaso de taquilla. Peru Bergman 
tenia varias escenas grandiosas y; como dee!art> la a vista Illustrated 
con orgullo durante el rodaje, era innovadora: «Capa hizo csia^ fotos 
micntras las camaras rodaban. Se cree que es la primera vez que se 
han hecho fotus durante un rodajc» i: , Como en el caso de Encadcnp- 
dos. habia muchos panilclismos entre la narraeion y la reafidad. Capa 
est aba prescnte, de hecho, en una cscena en que Boyer, que haeia el 
papel de doctor Ravie, un eantante de cabaret italnrumano, rehu^a 
casarse eon BcTgman. «Espere —dice ella — kspere. Peronunea vi- 
mste''---» 

Mientrm ftrtografiaba a Bergman en su momento mas etcret) 
sus retratos estan compuesios con el mayor cuidado — , Capa en- 
eontrd tiempo para aparecer ante la eamata, Habia dicho a menudo 
en broma que deberia haber sido aelor. Cuando no eslaba en el plato 
dc Arco de Triunfo, se disfrazaba de sirviente egipcio en Temptation, 
dirigida por Irving Pichel H . Pero antes de que terminara Temptation 
se marc ho dc Hollywood por ultima vez., siguiendo una vez mas a 
Bergman a Nueva York, donde ella empezo a ensayar para su primer 
papel de Broadway como iuana de Arco. Se vieroa varias veces, pcro 
los dos sabian que su relacidn estaba abocada al fraeaso. ftl nu iba a 
sentar la cabeza y casarse — la domestication era peor que la muer- 
te, a I parcccr — , y ella no iba a poner en peligro su carrera para estar 
con un hombre que no iba a compromererse como eorrespondia para 
guardar las apariencias, 

«Soy conscienie de la influencia hungara — escribio etla a un 
amigo , Siempre le oNnv .igradeeida por ella. [...J Tcngo la sensa- 
tion de que ha cambiadu muchas cosas en mi. [ . . .] Pero [el] sabe que 
estamos ccrrando el capitulo. Hs ten*ible cuando tampoco funeiona lo 
demas a su alrededor. Pero no puedes escoger el momento. Estamos 
bebiendo nuestras ultimas bolellas de ehampan. Estoy arraneandome 
una parte muy querida de mi vida, pero los dos estamos aprendicn- 



224 



225 



SanjErc y champan 

do y la cstamos haeicndo con una uperacidn limpia, para que los dos 
pacientcs vivan feliccs despues'\» 

Antes de que se estrenara./ww of Arc \Juana deArco] en Wash- 
ington, Capa habia regncsado a Paris. Varias semanas despues le es- 
erihid diciendo que la cchaba mueho de menos. Se habia enmprado 
una maquina de escribir y una casa Lo primero era pcqueno, lo se- 
gundo tin poco demnsiado grande. a dieciseis kilometres dc Paris, en 
el corayim dc un bosque. Los amigox del Ritz le habian preguntado 
por ella. Le podia que le escribiera y con fi aba en que le fuera liel. 
Queria que guardara una botella de ehampan en la ncvera para la si- 
guionte vez que se vieran, De nuevo ie aconsejd que no se eompro- 
metiera eon mas pcliculas y se encareelara aim mas en Hollywood, 
volviendose menos humatia eon eada estreno, Hn su opinion, el exi- 
to era peor que el fraeaso. El conocia a la vcTdadera Ingrid. una jo- 
ven de Tinseltown cuyo eomzon pertenecia a Suecia. Tenminaba la 
carta die i en dole lo enamorado que estaba de clla |h . 

La noehc dcJ estreno dc Bergman en Broadway rue un gran exi- 
to. pero despues de rccibir varias ovaciones de pie. fue corriendo al 
cuarto de bafio, donde se scnlo y Mor6 de agolamiento ncrvioso t sin- 
dundose de pronto muy sola. A I dia siguiente, entre los montoncs de 
telegramas de fdicitacit'm que habia en su camerino cneontrd uno 
de Fetter* que habia vuelto a Los Angeles: «Me has hecho !lorar» r . 
Dia tras dia bs criticos la ponian por las nubes. En ire los abultados 
sacos de cartas de admiradores eneontro cartas de un Capa enfermo 
de amor. El Erabajo se la habia arrebatado. Habia conocido a muy po- 
cas mujeres que le hieieran rcir tanto como ella. que le hicteran dis- 
frutar el presente. Le rogaba que no desapareciera de su vida, porque 
en esta habia ya muy pocas cosas que valorara, Europa ie pareeia muy 
silenciosa y solirarta sin ella, Cuando enminaba por las calles, senlia 
su ausencia en lodas partes. 

Capa seguia yendo de aca para alia, pero ya no hallaba mueho 
eonsuelo en su estilo de vida nomnda. Como eseribio Martha Gell- 
horn: «Si«mpre tuvo dincro para viajar, nunca para estahlecersew". 
Ese otofio huyd a Estambul, donde dtrigio un mediocre documental 
sobrc bs lensiones de la guerra fria en ta region. Un domingo por la 



>26 



Fin del iditio 

[arde estaba senlado en la terraza de su habitation, de hotel que do- 
mmnba el Bosforo, pero no prestaba atencion a la vista, Bergman lie* 
naba sus pensamientos. La ultima vez que habian estado juntos, le 
habia dicho que queria iivcriguar que se senlia eslando lejos de el hi, 
solo eon sus pensamientos, A esas alturas lo sabia exactamente: ha- 
bia empezado a hablar eonsigo mismo. 

Tambicn lc escribid que el mundo estaba llcno de falsos valores, 
La gente ya no podia permitirse fraeasar. Pero volver a trabajar le 
habia reeordado que lo importante era vivird momentu, Habia estado 
itilentando averiyuar que le habia oeurrido desdeque la habia eono- 
eido. En Turquia no habia champan decentc. Se estaba eoniportando, 
Pero se preguntaba que era dc ella. ; Estaba saltendo con alguien? 
Queria que ella escuehara sus voces y se liberara. 

Cuando termind el reportaje Capa volvio a Paris. Luego lue a 
esquiar a Megeve y regresii finalmetite a Nueva York. Perti Bergman 
habia vuelto a Hollywood, de modu quo quedaron en verse en Sun 
Valley, Idaho, despues del fin de semana de Pascua. Ella iba a pasar 
varios dias con su marido en In estaeidn de esqui. Aun asi, encontra- 
rian el modo de verse. Kri Sun Valley htcicron el amor por ultima vcz. 
Bergmari volvio luego a su piso para reanudar su papel mas dificil: 
la fiel y alegre Himsfrau^. 

Antes de marcharse de Sun Valley, Capa sc quedd en las mesas 
de ruleta y pdquer del easinc hasta que pcrdio dos mi! dolares: todos 
sus ahorros. A la manana siguiente Bergman io cneontrd resacoso y 
sin haber dormido. «f,Que importa? — dijo el — . Es lo mejor que po- 
dia pasarme, Ahora tendre que trabajar mueho ma& duro ; '\» 

Por aquella epoca se eneonti>> con Petter Lindstrom en las la- 
deras de Sun Valley. Scgun Petter, Capa le ofrecio units eonsejos 
sobre esqui. El se ofendio; era un csquiador experto, mueho me- 
jor que Capa, Luego Capa le dijo que creia que Ingrid neccsitaba 
unas vacaciones: la habia visto palida y cansada la ultima vez que 
habia eoineidido con ella en Nueva York. Petter sospeeho por fin 
de cl y cuando se enrrento con Ingrid. ella admitio que habian 
tenido una aveiuura, pero jurd que se habia terminado. Hlla lo 
pcrdcria todo si el la demandaba pyr adullerio: el escandalo no 



227 



Sangre y ehampan 

solo arruinaria su eaTTera, sino que Se pcrmiliria a 61 obtener la 
custodia de Piu. 

Scgun varias fuentes, Bergman y Capa terminator su idilto en 
Sun Valley dc forma amistosa. Bergman habia escuchado las voces 
de Capa y habia tratada de seguir su consejo. Pero no esiaba dispuesta 
a rcnunciar a lodo por estar con el hombre que mas tarde afirrno ha- 
ber «lfcgado a querer lanto». Sin embargo, si em pre Ic eslaria agradc- 
cida por habcrle mestrado que habia vida fuera de Hollywood y por 
haberje ahierto los ojos a la posibilidad dc velvet a trabajaren Euro- 
pa. £n cambin mas lardc alirmo que la* unicas patabras de alicnio que 
habia rccibido de Better en 806 doce anos de matrimonio habian sido; 
«No esta ma|» !1 . 



228 



18 



De nuevo en la Union Sovietica 



Hay una gutrrii denim tie lax fmntcms dc lit Uniun 
Sovietica [,.,], una guerrano por la vida. sino hasta la 
muerie. Sin emhargo tu no la advertisle, aunque salla 
a la vista. 

VLHivSircnEKn, 
wWhat Did You Not Want lo Se*, Mr. Steinbeck'?* 



No mucho despues de que tcrminara su avenrura arrtorosa con Berg- 
man. Capa se rcuniocon John Steinbeck en d bar del hotel Bedford 
de Nueva York. El primer main man io de Steinbeck no tuncionaba. 
Su carrera estaba atruvesando una crisis uguda y Be habia dado a la 
bebida. Capa se sento en la barra y los dos empezaron a eompadecer- 
se mu lua men It*, Steinbeck no pudu evitar sonreif cuando Capa, a 
quiert la segunda mujer de Steinbeck describiria como «uno de los 
hombrcs mas cncanladm-es del n-umd<>»\ le COOfeso que cl lambien 
estaha deprimido: la gran part id a de poquer que llevaba semanas tra- 
tando de argpsozBi habia quedado en nada. 

tlasta bien entrada la noche se contaron chistes y anecdotas de la 
guerra. eompararon sus reeicntes resuhudos al poquer (euando Capa 
eslaba en Nueva York a menudo jugaban juntos los viemes por la 
noche) y se animaron muluamentc con grandes coe teles Suisscssc 
verdes brillantcs, la especial! dad de Willy, el camarero. Finalmente 
pasaron a hablar dc lo deseontentos que cslaban et»n la forma en que 
se infonnaba sohre los asuntos extranjeros, en particular la cobertu- 



229 



Sangre y chompdn 

ra que se habia hecho del bloquc del Este tras el famoso disturb dc 
1946 de Churchill en Fulton, Missouri, dclanlc del prcsidente Truman, 
En el Churchill habia clogiado al «heroico pueblo ruso y a mi cama- 
rada dc guem T el mariscal Stall n», para a continuation prevenir con- 
tra una «amenaza roja»: «Dc Stettin en el Baltico a Trickle en el 
Adriatic^, ha eatdo un teldn de accro a traves del continenie». 

Mientras soplaban los primeios vientos hclados dc la guenra fria 
a tosv&s dc Washington y Moscu, Steinbeck y Capa decidteron hacer 
un reportaje sobrc la genie corriente rusa: hacer, en las pro fei teas 
palabras dc Capa, «una anticuada eorTCria a lo Don Quijote y Sancho 
Panza: cabalgar dclras del "tclon de acero" y enfrenlamos con nues- 
tras lanzas y pi urn as ton los mo linos dc hojV. Con el tirulo A Ruk- 
siati Journal, iba a ser un libro sobre la autentica Rusia, no un anali- 
sis politico y arido del pais. Sus amistades les dijeron que no tertian 
ninguna pogibilidad de que les permitierait viajar por la Union Sovie- 
tica en un momenta tan dclicado, 

Sindcjarsc dc&alcntar, Steinbeck acudio al eonsulado sovietico en 
Nueva York, donde comprobo con salisfaccion que su idea era acogi- 
da con entusiasmo. El autor de Las uvas de la ira { 1 939} y De ratones 
y kombres ( 1935} era cl cseritor de novela proletaria mas lamoso del 
planeta y T a loa ojos de los sovieticos, una apuesta bastantc segura*. Su 
plan de concentrarse en la gcnle corriente, basando la mayor parte de 
su libro en un viaje organ izado por funcionarios estahnistas, brindaba 
a los sovieticos la oportunidad de presentar fa Union Sovictica como 
una nation armoniosa, industriosa y allamente productive. 



■ Steinbeck hdbiu vi^tiado Moscu cl vcruno de ] 937, en el manwnto mas cri- 

lico de las pwgps de Sialin en las que ceres dc cinco mi Hones dc peraunas hubian 
sido ejecutadas o enviadas a c«)p04 de intbajo. Pcro cl no habia dicho una wis 
palahmeonlra el regimen dc Sialin. Cumodijo u un cspia sovlctico durante su visi- 
[li a Li L'nion Sovictica ; nlfra tolalincme coiueicnle de lo que succdia y no saque 
ninguna cundusicin falsa* (CSA). tin esos-diaj) Stalin esmba ocupado«n anipliaruna 
brutal red de jjulayn que :i finales dc los cuarenta albeqiartm ;i apfTuxirnadamcnte scis 
milk>lie> dc n ileum indeseabkK, I'.n Moscu. y cntrc Ins purindisMs Iimnl .m/.-di .- ; .. 
la situaciwi en ta UfticHi St>viiiiica, la bmial rcpresion dc Stalirt em iui seereio a voces. 



230 



Dc nuevo tn la Unirirt Sovidtica 

— Pcro (,por que tiene que acompanarle un Camsra? — pregunto 
el consul general . Tcncmos monumes en la Union Soviet ica. 

Pcro no ticnen Capas — respondio Steinbeck—. Si lo haccmos, 
que sea en gmpo, como una colaboraeii'm J . 

Su insisieticia dio rcsultado. Los sovieiicos acabaron accptando 
a Capa. Este habia tralado dc wbtcner un vtsado para visitar la Union 
Soviet ica en los anos treinta y se lo habian denegado, pero ahora. 
gracilis a la fama dc Steinbeck, iha a U-ner la oportunidad de fologra- 
ilar un pais que estaba siendo rapidamente demonizado en la prensa 
occidental 

Sabiendti que la camara de Capa podia propane ionar las pmebas 
mas peiju die talcs de que no fcodo mare ha ba bien en el imperio de 
Stalin, los sovieticos empezaron a hacer cuidadosos planes para im- 
ped irselo*. El vicepresidente de la UOKS (St>cicdad de Relaciones 
Cullurales dc Ucraniaj cscribid en. un informe secreto dirigido a las 
pcrsonas que than a hacer de guias a Steinbeck y Capa por U crania, 
que t<a Capa, el folografo que acompanaba [a Steinbeck], tambicn 
hay que vigilarlo para impedirque hagu folos que no debe»*. 

Dias antes dc la fecha en que estaba prevista su partida a la Union 
Sovietk-Ei, Steinbeck se cayd de un baleen en su piso dc Nueva York 
y se rompio la rolula, Puc neecsario posponer varias semana^ el via- 
jc. Mitrnlras se reponia, i apa sededic6d OKMiarpOC lin l:t ^HK3fl 6t 
Ea que habia hablado a George Rodger en Italia en 1943 y a Pierre 
Ga&smaon en 1945, y que habia concebsdo por primcra vest en los 
anos treinta, 

C'apa habia sido miembro de la American Society of Magazine 
Photographers desdc I Q45, Habia sostenido eon elocuencia que los 
fbtogTafos indepcndteiites debian exigir cicrtas medidas. de protcccidn 
a las corporacioncs que los cxplotaban como Ltft, la cual no solo 
habia cstropeado su reportaje mas importante. sino tambicn habia 



* Las cimaras ponian. muy nerviusiis a hn sovieticos, quiencs etrcian que los 

occidentalcs las iinli/jihiiii tat mas de las voces parj ntrazar mapas dc csptona]c», 
Como advenia Steinheck en A Rwxian Journal, La camara era un <h instalment" te- 
mido» y «itna perstrnj con una camara eta sospechosa y vigilads atla ademde iba»- 



231 






Sangreyctmnpfa 

intenlado cncubrir su responsabilidad echandole la culpa a el. Los 
fotografos tamhien nccesitaban conirolar todo lu posible el contexto 
tic su obra: en cada articulo que L//e publicaba con IbtCkS suyas, los 
pies de foto suscribian la vision del mundo de Henry Luce*. Por ul- 
timo y mas importante. era fundamental que los fotografos obluvie- 
ran el copyright de las Sofas que ppdfOl lener mucho valor en el fu- 
ture, como sus tomas del dia D. 

Capa queria ser propietario de mu obra a. perpctuidad* asi como 
eonegir el equilibrio de poderes entre las revisias y !os fotbgrafos. 
« ( - F Por que dejar que nos exploten elms'.' dijo a Gisele Freund — . 
Explotemonos nosotros misnios e .)> Despues de ponersc en eontacto 
eon George Rodger, Chim y algunos fotografos mas, asi como con su 
antigua jefa de Alliance. Maria Eisner, que habia huidt> de los nazis 
y se habia abierto camino hasta E.stados Unidos durante la guerra, 
organizo una comida especial para esbozar planes para moniar una 
agenda folografica dirigida por el Ids mismos, Tuvo lugar a mediados 
de abrii de 1947, eon ehampan, en el segundo pi ho del Museo de Arte 
Moderns de Nueva York 7 . 

Entre los asistenies eslaban el fbtogralb nurleaiTierieuno de Life 
Bill Vandivert y su mujer Rita, la elegante Maria Eisner y David 
Seymour, Chim. La reunion, anuncid Capa, sefialaba el nacimiento 
formal de su invento: una ((cooperative que iba a llamarsc Magnum, 
Segiin Pierre Gassmann, et nombre de la agenda habia surgido espon- 
lancamcnfe en una reunion anterior en Paris en la que deseorcharon 
una magnum de ehampan y todos exclamaron: «; Magnum !». Entre 
sus miembros fundadores iambi en estaban George Rodger y Henri 
Cartier-Bncs.son, que mas tarde aprobaron la estraiegia general discu- 
tida en el MO MA tomando copas de champan. Chim eubriria Euro- 



* Haste la feha, Magnum insiste en que no fetal modinkarsc los pin de lirio 
pfopmiitoi por n«s r^ujgrfltbi, Es objclo de dena poiiiiaia si oeune as! en la prac- 
>ka A nieaado se fmnc uii pie a una imager sola pu.ru lleiw un cspaeio y un re- 
portaje en particular y, pi>r supucslo, lo* pcriodkos con una fuenc inclination 

p^liiieiL que utilizaii la.s ima^L-nts le* dan turo scnlido uue ei prtlcndidu por cl fo- 
njgrafb. 



De nucvo en la Union Soviclka 

pa, C artier- Bresson rceorreria la India y Exiremo Qrienle, Rodger se 
concent rari a en su querida Africa y Orienie Proximo, y Vandivert 
operaria en Estados Unidos. Capa iria a donde sc le antojara. 

Cada miembro fundador debia eontribuir con una aporlacion de 
euatrocienso* dolares. La ageneia se quedaria con el 40 porciento de 
los honorarios dc los encargos que los tbt6grafos encontniran por si 
mismos, y con el 50 por eiento de las reventas. Los Vandivert lleva- 
rian la oflcina de Nueva York en la calls Oeho de Greenwich Villa- 
ge y Rita cobraria ocho mil dolares al ano en calidad de gerente, Ma- 
ria Kisner I levari a la oficina de Paris desde su easa, el numem 125 de 
la Rue du Faubourg Saint Honore. y cohraria euairo mil dolares^. 

Ya habian exist ido otras muchas oigani/acitines con ct objetivo 
de promocionar la obra dc foldgrafos CM conciencia swial*. Lo que 
sorprendio en las rcdacciones dc periodicos y rcvistas de Nucva York, 
Paris y Londrcs Tue la os&da promesa de la agenda Magnum de sc- 
guir siendo propietaria del copyright y los negatives de sus micmbros; 
le faltaba poco para ser una revolucibn en la re lac ion de los fotbgra- 
fos con revistas importantes cornt> Life*. El folbgrafo trances Romeo 
Martinez couocia a Capa y a sus colegas fundadorcs. «Concretamen- 
te, la idea de Capa dc que el reportcro no es nadic si no es pnipieu- 
rio de sus negalivos, resuitara ser la idea mas sensata de la historia 
del pcricdismo folografico eseribib en IW— , La cooperativa es 
Ja mejor formula para conscrvar esos dercchos, asi como para garan- 
tizar la libcrtad de accidn de cada uno de sus micmbros llh .H 

Desde cl principio, a Capa le preocupo que ia agencia fuera ca- 



• A priiis;ipiijs dc l<is euarcnia Cspa tsiaba implieadu ton la Photo League con 
twsv CO Nueva Yen*. Asociaci6n dc iottigralbs onani^ida du fonna poco fijiida, la 
League habiw si4o conccbida p»m prumocionar el reports] c 6c irglinacidm izquier- 
disia. pero no funcionaba como ana empressi sirw -l-oitio una rcJ de isMografbs pro- 
eresista» de ideas alVncs, F-ln sus reunioncs (fc febrero <fc i**0 y abril de l*>42 Capa 
hablo sohrt su tsbra en China, Espafia y la ftrtuj>rana dc gwnn en jjeiwral. p«0 la- 
mentabicmeate las innscripeioncs nsi ban sobrcvivifa, F.n dicicmbpc dc 1 947 cl 
inftm Depanamcr>[a dt; Juiticla de Fsiaiios Unidd* declmro la Phoia Uague sub- 
veniiva y la pu&o en nu «lisla ncgre». Se disolvio en verano de IS>51 . wia vteiima mas 
de la hisleria unlinamunisla que cundiu durante la gutrni fria. 



232 



233 



Sargre y cftatupin 



talogada corao la creaeion de un gnipo de di tetanies. Si queria tcncr 
algiina posibiiidad. Magnum tendria que funeionar eomo cualquier 
otni agencta, por inucha sofisticacibn e impctu que afirmara tener. En 
otras palabras, tendria que aposlar por lo comercial y la corriente 
dominante eran log fotocnsayos, De todos los miembros fundadorcs, 
solo Cartier- Bresson podia permitirse el lujo de pasar por alto tales 
restricciones practices y Capa no queria que su estetica surrealism 
acabara ijefiniendo a la agenda Magnum a los ojus de los prosaicos 
directores eon dinero. wCuidado con las etiquetas — ya le habia ad- 
vertidu Capa ---*. Son tranquil izadoras, pcro un dia alguien va a po- 
nerte una de la que nunea podras librarte: hl El pequeiio fotografo su- 
rreal is UT. Y estaras perdido, te vol v eras prcdosista y afectado. 
Adopta en cambio la cliqueta de *periodista giaRco" y guardale lo 
dtmas en el fondo de tu cora?_6n IL **,» 

Pierre Gassmann recuerda con particular afeelo los primeros 
tiempos de Magnum, pnrquc senalarun el comienzo de su asociacibn 
con la agenda eomo su unite revelador de fotos. Hasla el dia de hoy 
siguc stendo miembro honor ario de la junta directiva de Magnum, 
Tambien reoalea que sin la influencia dc Chim. Magnum no habria 
pasado de ser una fantasia Solo euando Chim apnobb el plan de Capa 
de montar Magnum, los demas fimdadores se pusicrnn en Bfa. Y fue 
Chim quien evaluo con mas calma los riesgos y mantuvo en funcio- 
namiento Magnum en sus primeros aiioft uiicmras Capa est aba ocu- 
pado ejerciendo de carisrhaika cabeza visible, cautivando a los di- 
rectores y hadendo contactos dondc veia una pusiblc fucnte de 
ingresos 11 . 



* Capa hkt [t'rtfa moiivos para prcocuparsc. tfn las sigULeiites, dtcadas Carficr- 
Br«son sc distinguio eomo [Wrimtisia ik- lalhi murwfial h 11 una poco frecuetue arra- 
nt ion dc] fotografo en un pru^rmia Jl enlrevis|»s ncirtcamcricano en 2000, ferae una 
mueca mic fo alirmacion dc que era una ik los gjniniies ani^as del *iglo sx, y dest- 
triHtL's una ve? mas » Capa conio un fotogfafo insiinLivo. uno de los gramics aven- 
Hjil'h>s de la. faliigrafia. 

** Cartieir-Brtis.'itm me envj6 un la* cn \V99 diciendo que no icnia amtcdotas 
intcrcsantcs que afladir a las cjgc ya habia rcpetido nuchas voces. Sin cmtW|>o > mvo 
la genii Icza dc cnvianiie el pnenid que jhn 1 pste IfiHtt 



234 



De m«vo csn la Uni&n. Sovietica 

El primer cliente iraportante de la agenda fue John Morris, que 
habia dejadb Life para convert irse cn director de fotografia de Ladies ' 
Home Journal: dos tercios de los quince mil doscknto.s noventa y 
cualro dolares que Magnum gano en los primeros meses de su exis- 
tetieia derivabau de su patrocinio. Morris tambien de.sarmllo eon Capa 
fa idea de hacer un reportajc eomparativo sobre familias de todo el 
mundo, « People are Peoples, y convendo a Ladies ' Hnme Journal 
para que lo tin and am. til Journal aprobo un presupueslo de quince 
mil dolares. Chim tbtografiaria una familia en FtSSCUl y Alemania, 
Rodger cubriria las fain i lias en Africa. Egipto y Pakistan* y Capa 
haria rctratoR cn la Union Sovietica durante su viaje e«n Steinbeck. 

Capa y Slcinbcdk ttegaron por fin a fvloseu el 3 1 de Julio de 1947. 
Era una oportunidad unica. Si algiirt fotografo podia desli/arsu ob- 
jetivo bajo el telon de acero. sin duda era el. Con este fin, se llevd una 
cantidad cnormc dc equipo: varias camaras, cientos de cajas de peli- 
eulas y tanto equipo de iluminacion que luvo que pagar iresdentos 
ddlares por e^ccso de equipajc, 

En el aeropuerlo de Moscu, Capa se ascgurb inmediatamente de 
que tenia sus dka bultos de equipaje. Lucgo pidio que se lo guard aran 
mientras esperaba con Steinbeck a que los fueran a rctoger, diciendo a 
varios funcionariosaeroportLiarios que lo vigilaran con su vida, «Nor- 
malmente desprcocupadoyalegre comento ^Icinbeck- , euando se 
trata de sus camaras Capa se vncKe un tirano y se agobia por todo 13 . » 

Los funcionarios tuvicron que vigilarel equipaje mas tiempi) que 
el que Capa esperaba. El MMTCSponsal del Herald Tribune en Moscii, 
Ed Cjilniore. no fue a recogerlos, como habia piometido. Rcsultb que 
se habia marchado dc la eiudad para reaiizar un en cargo, de modo 
que C'apa y Steinbeck sc encontraron cn npuros, sin dinero y sin ta- 
xis que coger aunque hubieran tenido los rublos necesarios. 

Un compasivo mensajero frances los llevo finalmente a Moseu, 
Los hotel es Metropole y Savoy, los unieos designados a los extra n- 
jeros, estaban llenos. A I final eonsiguieron una Have del pi so de Gib 
more, donde desahogaron su frusiraeion pyliC*ndose SU reservs de 
whisky rnienlras jugaban varias maitos de gin-rummy. Se les levanld 
el espiritu euando al dia siguiente la agencia de infarmadon rusa que 



235 



SMagiv ■> Llidrnp.iii 

habia organivado su viaje les eonsiguio una suite en el Savoy con una 
gran bafiera para ei eonsabido bafio de cada manana de Capa, peTo en 
el bar del hotel oiros corresponsales les advirtieron que intcntar sa- 
lir dc la zona de Mokcu les causaria mayorcs frustraciones que tratar 
simplemente de encontrar una cam a donde pasar la noche. 

En su ultimo viaje de diez anos atria, Stein beck habia visitado 
una capital caotica. Ahora eslaba mucho mis timpia, y tachonada de 
ttuevus cdifkios y monumenlos a Stalin, pero la gente era gris y ta- 
cituma De hecho, estaba agotada y profundamentc hastiada de la 
guana, la colectivizadun obligators y los rigorcs del estalinismo. Las 
mujeres iban sin maquillar. un lujo burgues, y la mayoria de la ropa 
que vestia la gente era barata y de mal gusto. Muchos humbres se- 
guian llevando sus viejos uni formes del ejercilo porque era la unica 
ropa que tenian*. 

Mien Iras esperaban autori/aeion para salir de Moscii, Steinbeck 
no Landd en conoeer a un Capa distinlu del hombre eneantador con el 
que habia coineidido en divcrsos bares y eampa memos de prensa, 
«Fue alii donde descofad una desagradable cualidad de Capa, y ereo 
que es juslo ponerla por escrito en caso de que alguna joven reciba 



• Steinbeck no menciono en A Russian Journal que en nnvjembre de I94fi 
BH&M inrclcciualef; jutlin* de Moscu babijn despcrtado las su.Hpcchas de Statin y 

se hahian visjto cxpulsados de ta Asociadon Jl- EserJlorcs Sovietictw, eun ci que el 
propio SUjinbcck dt&frutu dt- una vclacta de auhk.-lnLim V.irius dc l--i.iv iirIios pronto 
mod riaii en jjulags donde muchns Jc [M mas brillanlex ticnltfieos dc la Union So- 
vielica trabajaban e*mo csclavos pam fehricar la primers bnrnha atomiea del pak, 
Steinbeck ttnjMKri mencioiio en so a'porlajc- sobre la vida dc los sc-vietJcns 
eorrienles que en QgMK dc 1*16, exactameme un ano antes de su llcgada, Stalin 
habia ordenado a Yuri Zhdanov que ianzarj una campana ideologies en gian escala 
conlra la influencis d* Ea cullura occidental. ^,No eslabu #1 comenlc Sleinbeek dc tatcs 
hechotf Es. ptKiihlc, . . bra un tantbtt que habia apoyadu a Flia Kazan famtitt la ?Bia 
dc brujas de McCarthy, y a lo \aig(> dc tadd su vida comelio una pifia polltkfl tras 
otra, tn la LDitm Suvieiica- Slcinbock iniiftid al hablar wn un e^tb en que no ha- 
bui divijiioncs de ckse en Rstados Unidm. fuanda d espia seilak's qye lcn> sovieli- 
cos estaban M corriente de la* divisioncs soeiales gmcias a libros comu /.olt wvoj; rfc 
/./ j>£x, Sieinbeck use sonrojfiit, pero *c mamtivo en sus (rece y siguit) nc^andn [a 
cxistencia de flciawi antagonicasM (CSA), 



236 



De nuevo en la Union Sovictica 

un dia una propuesia de mairimonto de el. Bs un acaparador del cuano 
de bano, y uno muy pectiliar N .» Por desgracia, eseribio con cicfta iro- 
nia, el ritual del baiio de C apa se acabo porque la tosca y deseasca- 
rillada bafiera le hacia sangrar las pwsaderas. 

Despucs de casi una semana en Moseu. a Capa no le habian per- 
milido liacer una sola folo abiertamente en las ealles, y nogo a un 
fiincionarin de prensa sovietieo un permiso para hacer lotos, til fun- 
einnario prometi6 acelerar el prwe.so. Capa ahog«'i sus hrustraciones 
en una fiesta que lo dcj6 aiin mas deprimido aeerca de las perspecti- 
ves del viaje, Entrt; los invitados hahia varias esposas rusas de diplo- 
mat icos y pcriodistas exiranjeros Stalin no pemutia a esas rnujeres 
de mirada triste salir del pais para neunirsc con sus maridos, aun cuan- 
do Clement Attlee, el primer ministro britanico, habia pedid** que les 
djetan visados de salida. Si los sovicticos podian mostrarse tan inlran- 
sigentes respecto a una scneilla peticibn humanitaria, ;,que posibili- 
dades tenia el dc que le dejaran fotoyrallar lo que queria? 

Capa tecibio por fin sus permssos y sc aventurd a salir a la calle 
para fotografiar los preparativos del octavo centenario de Moseii, 
Esperaba que T Lejos de la paranoia de la capital, seria librc dc volver 
a cjercer como periodista gratico, Siempre habia eneontrado la ma- 
nera dc burtar los tramites burocraticos y conseguir fotos revelado- 
ras. Contiaba en poder volver a hacerlo, pero eso signiricaba ir a 
donde pudicra desembaramrse dc sus cuidadorcs. al menus durante 
unas pocas horas*. Poco imaginaba que los sovietieo* ya habian he- 
cho planes para frustrar semej antes intentos. Un in forme seereto de 
un agente de la UOKS de Kiev resume lo que los sovieticos tenian 



* Un cxanien mis minueioso dc los arclm-iKi sovieticos dc Ucrania y Moseu 

revcta que Capa y Slcinbeek fucron vigiladtw desde que llcgumn a la Union Sovtt- 
liCA. No podian imaginarse lo hibilmemc iiae iu csiancia csiaba iiendo orquesiada 
para fuics propa^dnduticos. 

A Tin dc vet la Union Soviciica, t.'apa y Steinbccjt Mnm que ir a cada ciudad 
en avian. Les dijencm que aun nu habian Fcparadd las eajreteraij !rs& I& ^uiirra. Ann 
psra iwurrw &6lo mm pacm cienios de kUteK&tM de una ciud<id a uitn. teiiian que 
hacef Id pasaudo pm Mttstu. Por supunlo, eao permilia a los SjgEOtCS oontrolar aun 
mas hus acl ividades. 



237 



Sangn; y champifl 

en mente: «La larva que &e propuso la UQKS era, ante todo, mostrar 
a los visitantes como habian quedado destruidos la cconomia nacto- 
nal y los objetos de valor cultural de la Republics Socialists Sovie- 
lit-a de Ucrania durante Id guerra, y lus grandes esfuer/os que nues- 
tro pueblo estaba reafizando para restaurar y reconstruir cl pai5» ,s . 
Antes de que partieran hacia su primer destino — Ucrania— . la 
relation entre Steinbeck y Capa aeusaba tensioncs. Capa tenia la horri- 
ble costumbre de robar tibros, tin defecto imperdonable en opinion de 
Steinbeck. Hurtabacualquiercosa asti alcance que cstuviera en ingles: 
The Notebixtks oj Maxim Gorki, un ejemplarde Vanity rwy hasia un 
manoscado informede 1927 del J^tpartamentode Agrieultura de Esta- 
dos Unidos. De losestanies de Ed Gitmorecogio unanueva noveJa.de- 
misterio de EMery Queen, un lujo poco comun en Moseu en 1947. 
Steinbeck cscribid con ironia que tambien robaba mujercs y cigarrillos, 
pL-rocMiisdeliUis emu mas laeilesde perdoSBE 

Llegaron por fin a Stalingrado en plena ola dc calory Ion Ueva- 
ron a traves, un kiEometro teas otro, de rqinas hasta un nuevo hotel 
Inlourisl del centre. U habitation dominaba la minima plaza donde el 
mariseaf de campo Von Paul us, a I inando derl Sexto Ejercito de Hit- 
ler, se habia rendidt) por tin al Ejcreito Rojo Iras el sitio mas cpico 
de la Segunda Guerra MundiaL 

Aun despues de haber visto Berlin en 1945, a Capa Je impresio- 
iio la extension de la devastation El 15 porciento de la poblaeion 
civil ucrnniana, que en 1939 era de cuaretila y cinco milloncs de per- 
sonas, habia muerto durante ta guerra, y SUitingrado habia perdido de- 
cenas de miles dc habitantes. No habia ningun ediiicio en el centre 
de la ciudad que no hubtera sutrido despeifectos. [Jebido a que Sta- 
ll ru/rado era el gran rriunfo sovietieo de la guerra, a Capa le permi- 
tieron fotografiar lo que veia per lad calles*. 

Se alegra de encontrar una historia real en la gentc que seguia 
\ \\ iendo como ratas en un laberinto de tuneles y en los sdtanos de sus 
viejas casas. Pero tuvo una profunda deception cuando le pmbibie- 



* La victoria sovietieo Supuso an detitfvg cambio de opinion a font dc los 
,i!l<uhvi lmi I'M* 



J<* 



De nuevo en In Union Sovictica 

ron hacer fotos de la lamosa fabrica de tanques donde los alemanes 
y el Kjercito Rojo habian luchado mas encami/adantente durante cl 
invierno de 1 942- 1943*. Les hicieron una visita guiada oficial t pero 
antes le pidieron que dejara sus camaras en el autocar; un momenta 
humillantc para, un periodista gralico de su fama, 

Se indignd muchisimo Segun Sietnbeck, a qui en no se le pro hi- 
bio tomar notas, parecia alligido mientras recorrian la labriea donde 
produeian tractores a partir de panzers alemanes destruidos, Por lo- 
das partes Capa vcia imagenes perfectas. <(eontrastes y angulos, y 
lotos tort un signiticado que iba mas alia de su signiilcadot). « Aqui, 
con dos iotos habria mostrado mas de lo que muchos miles de pala- 
bras podrian deciru, dijo a Steinbeck eon amargura" . 

Ironicamentc, por aquel tntonccs habia en Stalingrado un equi- 
po de rodaje soviet ieo recrcando el sitio de la ciudad para una peli- 
tula propagandistiea. Pcro debido a <<algun que otro pereaneoi, como 
lo expresd Steinbeck, Capa ni siquiera pudo hacer fotos de la pelicula 
que se cstaba rodando; otro reports] c con verdadero valor comcrcial 
en Occidents que se perdia. Sin embargo, logro lotografiar a algunos 
de los prisioneros alemanes que quedaban. Todavia con uniforme, 
recorrian las eallcs vigilados por un soldado. tristes supervivietites de 
tos cien mi! que se habian rendido en 1944, Muy pocos regresaron a 
su patria**. En las ruinas de una capilla, Capa cnconiro a una mujer 
tumbada en el suelo delante de un altar demiidu. Vio a olra mu- 



* lin el transcurso de su citancia va Ucrania, Caps > Steinbeck vyQtoe mi^iias 
hisuirias tmcutenias a»bce el silio dc Stftlingrado. Una pt>chtr estaban seniados es- 
fULJiatidci musics suave y contcmpliindo el knlw EWW del Volga, Shs ufiHtrioncs 
hahlaban del Bfo ininiaeinablc que k habia aporteradn de Uerania en el inviemo de 
1942. dc ton™ los tombres se habian calcmailti las manos con In S4ingre dc flania- 
radas ntUOtOS para podcr d iipafar a los tu&Au, 

** Sseinbeek odvirlif) ^ao La gcnlc iiT»urtiba la visla de lira prisioneros CUADdo 
pasaban por la callc. No cxplico la raTon, Segiin un cscritor eonteiiiporanep, km ciu- 
djubruw swiiticos (cinioii la«mas minima ceniex.ion» am unextranjen), «L« persona 
mm [iene alguna rt?lacioci con M ttMflj tt W i en la URSS. al margen de las tiormas y 
leyes oficialt. desaparece.» (Yuriv Sherckh. «What Did Vou No! Want to Sec, 
Mr. Steinbeck?* ) 



239 



Snngre y ehnmpiin 

jer «con la mirada cxtraviada, medio enIoquecida;a |T . santiguandose 

una y otra vlv*. 

No mucho despues de cse incidente, a juzgar por la insipidez de 
sus fotos, Capa decidto a] panecer saear el mavirno partido dc lo que 
quedaba dc la «ruta del vodkas >*, tratandola exactamente como lo 
que era, un viaje pagado a Uerania dunde al menos las chicas cran tan 
guapas como en Paris. «[Capa] lenia la sensation no solo de que el 
viaje babia sido un fracaso -escribio Steinbeck-, sino que todo era 
un fracaso, que el era un fraeasado, que yo era un fracasado. Esiaba 
obsesionado 1 ',*:. 

El vicepresidente de la UOKS en Uerania, un tatmado archiesla- 
linisla llamadu camarada Poltoralsky, informo; 

Estuve coil Capa cuando saeo todas sus ftrtos. Tuvo opominidad de ha- 
cer (bits dc mendigos, colas de genie, priaioneros de guerra alemanes y 
lucres secretos t pur cjemplo. la tonstmccion del gasoduclo). Pcro re- 
nuncio a hater esta claw de lotos y abordd la lotografia sin Ea impruderv 
eia del reporterc De las fotos que no pueden eonsiderarsc lavorablemen- 
te paedo senator solo dos: en el Museo de Arte Ucraniano fotogralio 
a una visitants qscualida, y at dirigimos a! fcoljos | jnanja oofecti va|, saeo 
una ibiu dc una fkmilla vesdda con ropa liarapicnla. . . Sin embargo, un 
examen minucioso dc las nclaeiemes cntre Steinbeck y Capa lambien nos 
obliga a estipular que Capa cs mas leal > est£ mejnr dispucsto hacia rio- 
sotros. Steinbeck de forma solapada, diu insiruceiones a Capa de busear 
aspectos en su opinion vulnerabiesde nucstra vida. 

Los sovieticos tenian buenos motivos pant vigilar de eerca a Capa y 
a Steinbcek durante su «rutadel vodkas per Uerania: praelieamente 
toda la parte occidental de la Union Sovietica estaba sumida en gue- 
rra civil* 11 *. Sin embargo, no habia la mas minima insinuation de h 



* El KGB sc ascguro dc que no se publiuira esa imager, porquc mostrsba la 
reiilidad de la UaJQB Soviclica de posguerra: un pais que no tograba rectifies™: dc 
la piindida dc mas de vcintc mUtooet dc suj habtiantes. 

* Tras la expulsion dc tos eferdius alcmanes dc Uerania occidental, destaou- 
menlos de partisan*}* armgdos habFar seguido luehaitdo evata el regjirren soviedco. 



240 



Dc nucvu en la Union Suviciica 

eneonada lucha del pueblo ucranio contra el comunismo en A Russian 
Journal, ni en las lotos dc Capa ni en el textti de Steinbeck. 

En 1948 el activists y cscriSor ucraniano Yuriy Sherckh cscribitj 
un virulento ataquc contra Steinbeck, «Whal Did You Not Want to 
See, Mr. Sleinbeck7». El artieulo apanetio en el Ukrainian Quartet} 
ese mtsmo afio y ha sido pasado por alto, tal vex. oportunamente, por 
ttxlos los biografds de Steinbcek. 

«Del mismo mudo qtte no advertiste el pn>j'undo cunsancio y la 
descsperaeton del hombrc sovietiai, no advertiste la repression nacio- 
nal en la Union Sovietica — escribio Sherckh — . No viste la lucha dc 
las nacioncs de Georgia y Uerania por liberarse. No te enteraste 
de que hasta la pnensa sovietica dc Uerania csli llena de articulos con- 
Ira el "national ismo ucraniano", [...J Hay una guerra dentro de las 
fronteras de la Union Sovietica, una guerra secneta y enmascarada, 
una guerra no por la vtda, sino hasta la muerte. Sin embargo tu no lo 
advertiste, aunquc salta a la vista » 

Micntras las fuerzas de scguridad de Stalin a.sesinahan a ]os par- 
tisanos ueranianos que luchaban por la independencia, Capa y 
Steinbeck visitaron una «cxposiei6n panisana» en Uerania, donde les 
pasaron una pclieula de propaganda. People's Avengers. Su guia (te 
la UOKS escribio en su diario: 

Capa se intereso varian veces por la genic que hahia filmado est o aquel 
episodio. y sonrio con aprubaeion cuando el rvperador visilanie tilmaba 13 
partisanns que posaban para la camara. Fraevidente qiic Capa sc inc!ina- 
ba a creer partitularmcnic cs;i serie de episodios. Cuando People & A\x>n^ 
gers lermino, cmpc7i6 inmediataincnlc la pelkula She is Fighting jbr her 
Motherland, y tanto Capa como Steinbeck dieron mucstraii de desconlen- 
toy, abunidofL. etiTpezanjn a rnovcrsc inquietosen mi si I la, Luegu Capai 
dijo sin ceremonias: flEspcro que luche porsu madre pau-ia muy dcprisai 
prinque me inucro de hamhrc» , Sic i nbeck sonrto 3 ". 



Slaltn liattia ordenado #1 jefc dc *u s*rvicit> hereto. Beira, que acabara con es.u>i 
H<pnoscritos lo anies pdsihle^. pero la lucha mi* LTieHmij-.uda no fue iwfocada en In 
rtgism hasta 1^5U. f Dmitri \ , i.illcogonov,^>fl/j'H r Tnttmpk and Tragedy; Grove vVciden- 
feld. Nueva York, ]")91.) 



241 



Sangrc y ehampan 



Conforme pasaban las semanas, Steinbeck y Capa sucumbieron a las 
fastuosas diversions organ izadas porsus antltriones. Segiin un infor- 
ms secrelo del camarada Poltoratsky, una noehe en un restaurante, 
<dos uitimos trwos de hielo de la fachada de Steinbeck sc derriiieron, 
[...] Estaba muy animado y hablador» 21 , Cuando visitaron un circo, 
sua cuidadorcs decidicron presentarles a un afable escritor ueraniano, 
un tal «camarada Komiychukw. «Evidcntemente Steinbeck va a ser 
"franco" en bucna medida en sus relaciones con el camarada Komiy- 
chukw, intbrmaba Poltoratsky*. 

Mientrascl camarada Komiychuk, un inilitradosovietieiL\regalaba 
los oidos de Steinbeck con historias populates dc la vida proletaria en 
la nueva y valcrosa sociedad de Stalin, Caps se atracaba en banquetes 
que les preparaban alia adonde ihan* * , Andes dc marcharse de Ucrania, 
escribio en el libra de vis has de la UOKS: ((Las imageries, del gran 
pueblo ucraniano despertaran. eortfio, en nuestro pueblo el mismo en- 
Eusiasmo que ha hecho tan alegre y fruciifera mi esianeia>s. 

La siguiente parada be Georgia. At cabo de diez dias, Capa y 
Sleinbeck estaban exhaustos de comer y beber en e\ceso. Por vani- 
dad Capa se negaba a aflojarse el cinlurbn despues de cada comida, 
enurguUeciendose de su cintura de ochenta y dos eentimetros. Atibo- 
rrados y bronceados, Capa y Steinbeck volvieron a un Moscu sorpren- 
denternente frio a finales de agosto, a tiempo para et oclavo centena- 
rio de la ciudad. 



* Shcrcth expiica que Pdturaisky ieni.i «sntire su condencia muchas muer- 
tes y CKilios dc! "vcrdadern Heritor uLraniaiu>", [,,.] por csa misma tazon [a Pullo- 
raistty] tc hiciciwi psiiiar pior "eserilof un-jniiana", a fin dc darlc la oporhmidad de cs> 
friar en drculos I iterance con inslnjceion-es espc^iiilcd A 8M honibrc, otfindo por 
todus, i« ILumaha en uecrclo no Polloratsky sino Pollovratsky (de la palnhra rnsa vnsf, 
que si^ntfiea tnemir. deeir tina falscdadR 

Inim ieamenttr, H<Poll[>vraLsty» infonno a sus jefes que Capa crcia «preferib3e que 
cl mal se rcvelara par si ntsmo a qui; p^mtanceicra oculto>, 

*• El IckIo dc Steinbeck no mentiunaha la hambmna de 1946 que habta ma- 
linkk n rnitltirts dc tanipcslnos rusos. m el severe reciun«nicnlo que cKisiia por i&da 
la Union Sovicirea, La mayoriadu gate, du hecho, Do comia mtrjiir tjiit antes dc la 
fL;v(ilm.'i('m dc 1917. 



24-2 



De nucvo en la Union Sovietica 

Por todas partes colgaban banders y esiandarles, corao en una 
escena de Nineteen Eighty Four [ t '9H4] de Orwell. En et enorme y te- 
nebroso csladio Dynamo. Capa fotografi6 a eientos de at] etas. En un 
pan | iic del centre de la ciudad dedicado a armamento aleman eaplura- 
do, llamado <(Parquc del Trofeo», obscrvo eomo Eas familias snvieticas 
se apihaban alrededor de aviones y tanqucs nazis. La vispera del octavo 
centenario. Capa se reunio con mas dc un mi 11 on de personas que ates- 
laban la plaza Roja y las calks de alrededor «p a ra los hombres del 
Kremlin era mucho mas que diversion y fucgos artificiaies — infortno 
Life, rellejando la crecienie piiranoia de un I lenry Luce eombatiente de 
la guerr-j fria aeerca de la propagaeion del eomunismo — , En su discur- 
so Stalin hizo hincapie en que no itnporta lo que piensc el resto del 
mundt> del ejemplo ruso, el vc Mo^eu como el simbolo de una cru;ra- 
da para rehacer el mundo a la intagen comunista ;i ,» 

Knlretanto Henry E loll habia publieiido en Estados Unidrts las memo- 
rias dc Capa, Slightly Out of Focus. Capa aeudio a una embajada esta- 
duunidense y, como dijo despues en Radio WNBC de Nueva York, htijeb 
«Ios perindicos [y] en el Mew York Times encontra una tesena bastante 
larga^t. Cuando se la enseno a Steinbeck, este dijo que ningiin cserilor «in- 
leligente» lecria a bus criticos. «De mode que me quede avergonzado 
- bromeaba el mas lardc — . y me fu i eon [la resena] al cuarto de bano 2 - 1 ^ 

La critiea del Times se hacia ceo de otras muchas resenas. Bonitas 
lotos, Lastima la prosa artificial, El Philadelphia Inquirer cm el mas 
magiianimn: «I.o que haee Tolstoi eon las palabras por Sebastopol. 
Hemingway por Caporctto y Hart Crane por la guerra de secesibm 
Capa loeonsiguc con su camara»- \ En Photo Notes, John Vachon ob- 
servaba con perspieaeia: «La historia estimulante, pcnsonal y diverti- 
JiMnui que cuenlii Capa disia mudm de \a sombria y a rnenudo nada 
divertida historia que ha Ibtografiadow 25 . A continuaci6n, Vachon cri- 
tieaba el diseiio y la baja calidad de \s& Teprottucciones de Holt Mueha* 
tbtoseran material tie relieno para articulos y varias imagenes eran si- 
imhtres acscenas que otros fotdgrafofl habian eaptado muchas voces*. 



* Hoy en. dia la narration de Capa se !cc como un ingenjoso bonador para una 
peliLuid de %eric Br grafica y eimciia pens solo fuga^ment-c conniovedura. Sin em- 



243 



Sangnr y champan 

Aunque solo cstaban a principios de septiembre, ya empc/aha a 
sendrse el invicmo en el aire Las habi lactones de Capa y Steinbeck 
csiiiban tan ma I caldeadas que no tardaron en ponerse sus abrigos 
cuando no estabau acosludov Ires dbs antes de su pallida, se ente- 
ral n de que los negativos de Capa deb i an ser revel ados y examt- 
nados*. Los entrego de mala gana r Hslaba convencido de que los 
sovieticos irinn con pnsas con un numero tan elevado de ml los y el 
revelado serta peor que mediocre. ,,Kra posiblc que lodo el proyec- 
to, su idea que habta acabado en Irucaso, fuera a esas alluras irredt- 
mible? Se pased por la habitation «cloqueando como una galiina que 
ha perdido sus polluelosw-*. 

El dia de su partida. en el acropuertiv de Mttseu, los sovieticos 
dijeron a Capa que podia recuperar sus fotografias y llcvarsclas del 
pais, Le entregaron una gran euja, peno le dijeron que no la abriera 
hasla que el avion estuviera en el aire rumbo a Kiev, una parada para 
repostar antes de eru^ar el telort dc acero. Una vez a bordo del avion, 
un Capa sombrio sostuvo la caja L 

— Pcsa poco — comento a Steinbeck — . Solo pesa la mitad de lo 
que deberia, 

— Puede que hayan pucsto picdras dentro y no haya ninguna 
respond] 6 Steinbeck. 

Capa sacudio la caja. 

— Suenan como fotos. 



hargi), L'oimi hiskwia nr&] — la diclo en su mayor parte a un joven tipografo turco , 
Slightly Out ofFocut fi,gui¥ enirc l<w rdaKw mas atraclivos de Ja Scgunda Guerra 
V 1 1. j i l l L i :. 1 1 De hecbw), Ian nifnidrius perMinul^^ sv fuin puc^e tan de TTMsda en la aclua- 

lidad que el tibro lu >idtt CTSCttado du lu uscuridad em la ayudii dc Cornell Capa, 

En 19^9 la Modem Library volvio a puHicarlopara h Berk nwteafficriciiift, clcviin- 
<Iq]<> a la casegoria de «elasieo modemo*. Al hacerlo. la Modern Library i rurhiyi'i a 
mut hm fuuiyra fos cucden tR que no apaTedan en el original, asi como a varios que 
pretedierun la tfhru de Caps. Con dos veces mas Ibtojirafias que c\ original, lodas 
leproduc idas magnHVeamenie', el rmpacto visual del lihm es mucho mayor que la 
edition que John Vacfaon critico con rcuan put su duetto defcutdsdo. 

* Capa habia hecho ecrca dc cuatro mil foitv, (cien en color) en ni^-t ■■ ■■- dc ettt- 
renltt dias; una cifra insotitanucntc ekvada para un fbiagtnfo tan rconomico. 



244 



De ottevoea la Union Snviftica 

— Podrian ser periodicos viejos. 

— Cabrdn -replied Capa, 

En Kiev, Capa abrio la caja tras una rigurosa inspeccion en la 
aduana. Segun Steinbeek. taltaban la folo de la mtijer medio loeade 
Stalingrado y las de varios so I dados alemanes, con den ados como 
millones de otros a morir bajo el regimen de Stalin, «pero no le ctni- 
fiscaron [,.,] nada importante» r '. Abatido pero aliviado por haber 
reeuperado sus pelieulas. Capa se durmid en cuanlo el avion despe- 
gd rumbo a Praga. 

En A Russian Journal, despues de deseribir los iihimos momen- 
los llenos de tension de su viaje, Steinbeck concluia: «Nos eonsta que 
esie diario no MiiislurLi ni a la i^quierda ortodoxa ni a la derecha pro- 
letaria. Seguramenie es supertlciaL ^como iba a ser de otro modo? No 
U;nem»s> eon^lusiynes que eslraer, salvo que los rusos son eomo lodos 
los demas pueblos del mundo. Los habra nialos, seguro, pero la ma- 
yoria eon difereneia *vm bucriijs» r,i Steinbevk tia mertcionaba a que 
grupo pertenecian el <<camarada Poltovratsky» y sus espias dc la 
UOKS. 



245 



19 
E) new look 



Era muy atractivo, por su fisieo. su estilo de vicla ro- 
mada, el hechizo de su tibra-. la Fama tie sus Fotografias 
y el peligro que rudcaba su vida. 

BETTrNA GraziaNI, ex modeto dc Dior 



Tras mareharse de la Union Sovietica. Capa paso unos dias en Praga 
y a continuation fue af pueblo eslovaco de Furolac. en los montes 
Carpalus, donde fotografid a una famiha para la serie ((People are 
People» de Morris*. De Praga viajo a Budapest. El casco viejo de la 
eiudad que rodeaba el Palacio Real de Buda habia sido arrasado y en 
otras partes encontrd minus. Conmocionado ante la desfiguracion de la 
ciudad de su nifiez* no permanecid en ella mas de veinticuatro horas, 
Sin embargo, segun el bidgra-fo Richard Whelan, encontrd tiempo para 
ir a ver a [a viuda de su hermano Lazlo. Angela, y a su hija de trece 
afios**. Pesc a la brevedad de su estancia, Capa se enfrctud por primera 



* HHbiji pnNtnifliJsi a Morris una I'amilia rusa. pero no se habia mnk-stntk* cr 
hacer Touts duniiik: la uruia del wdka». Aunque mas tarde Morns quudu dtcepcio- 
nado de quu rus lo huhimi hecho, le apaciguocl hecho de iener al BKROS una i'ami- 
Lia del bLoque del lisle. 

** Segun Richard Whelan, hablan .nufrido muehisimo durante la guerra. y a 
durss penas llcgaban a flu de mes. Capa paso una nuchi: cun cllas y al dia siguien- 
le. nriies de irsc n Nucva York, fijc a ver al consul csiaddunidensc para sac-aria* dc 
Hungria. 



246 



El new look 

vez a la enonmidad del Hnlocausio*. La mayoria de los judios dc la ciu- 
dad habia sido asesinada, entre ella varies panentes de su madre. Se- 
gun sus aminos, Capa easi nunca hablabu de ello. si lo haciaalguna ve/, 
tal vez porque le resultaba demasiado dolorosa 

Judy Freiburg, que trabajaba eomo invesligadora para la agenda 
Magnum a finales de los cuarenta, coincidio muchas veces: eon Capa 
en reuniones de tipo sock] y se enamord de su «mejor amigo». Da- 
vid Seymour, Chim. Capa y Seymour «habian escapado de Hitler y 
sabiun de que se habian librado — recuerda ell a—, Cada dia dabau 
gracias a Dios por estar vtvos>>, Mientras trabajaba en la embajada 
noneamerieana en Londrcs en 1 945, Judy vio cientos dc foios loma- 
das en los campos de concentration Hberados, tantas que «todavia 
puedo i>lerlasn, Cree que el Holoeausto fue un «ierrib!e traumas para 
Seymour y para los dos hermanos Capa, «Lo abordaron de distintas 
maneras. Chim fbe a ver [que habia sido de su gente al volver a su 
antigua casa del gueto de Warsaw], pem Bob y .su hermano Cornell 
tendieron a eludirio. No qucrian que se to recordaran. Si ha bias so- 
brevivido, no qucrias que le lo resiregaran nor las nances,* 

Cuando Capa regresd a Estados Unidos a principios de octubre s 
se alqjo en el hotel Bedford, donde Steinbeck estaba ocupado eseri- 
biendo A Russian Journal**. Unos dias despues Capa se entero de 



* Ixva judius hurniirHw "hiihian skk> el ullimo grupo extensode la tonnmidad jifdus 
stiropca en seraribCiLiilado. I. a iriayuriahahia sido enviada a Austhwiu en sL^-lias Ean3isis 
dc la guerra, «i el verano ile 1 944: etttrc mayo y julio de ese aflt>, ltw alcmaues ineliii- 
ron a cuatrocicnta* treinla y uicte mil en cicrrtD cuarenta y siete Irenes. Fue el Qltiiriioaeio 
dc bsirtnanc dc h nsoLucion finalu y tcmnnocii la noryia asesina mas iniensa dc Ausch- 
w itzu (rinldhiiycn. Hitter ,c Hftiiitg Exeadtutwi). La mayoria mun6 en las eamajas.de 
jsas de Auschwitz y el BMa ew\ c;iminalfts morlaks >■ en otros campos de conccn- 
tractjn. Muy fused*, tal vet unp ik cada die*, sobwvivtma >■ ngnsania a Bu(t»pest. 

** Los dia-i tjUL' siguicmn a su reyresis, 51tL;iribuck tcinfii'i -a su Hmijio Nalhanicl 
Bciichtey que Capa le caia hjeti y admiraba su obhj, neru no <\utti* vulvar a iniki- 
jar con cl: paia ci>nscguir sus iblograiiai Capa liabia ptonicii Jn j \ a ^ inll - clrs l;l , 
regales desde tis-tados Lfnidos, canifuas o lo que quisicran, pert) no cumplio su pro- 
Tncsa, Segiin !a mujcTdc Slcinbcck, Gwyn: «tso indigno a John, quien se crcyo en 
la oblij^iicHin de r^-piirar las promesas rota? dc Capa y enviarlos cl», 



247 



Sangre y champiti 

que le habian concedido la Medalla de la Libertad por su <dogro ex- 
eepcionalmcme merilorio ayudando a Estados Unidos a llevar adelan- 
te la guena contra c! enemigo en Europaw 1 . 

El 20 dc octubre Capa se levanto a una horn instil itamente tem- 
prana, desayuno lo que le habia preparado Steinbeck y juntos llega- 
ron a tieinpti para una entrevista en di recto con Radio WNBC de 
Nueva York para promocionar Slightly Out of Focus y A Russian 
Journal. 

«Bien, Bob, estas en cl aire dijo el jovial entrevistador dc 
Capa — , V, por cierto, no puedes hablar con un eigarrillo en la boca... 
tQue se siente trabajando enn una vamara al otro lado del lelon dc 
acero?» 

«Veras — respondio Capa — , tu lo has dicho, telon de aeero,,. 
Para mi un telon de acera es una clase de tdon de aecro de bolsillo. 
Ksl;i on In cube/a de uulo el mundo. El otro teldn de accro, no »e, Tal 
vet existe en cierto modo. por lo que se refiere a las fronteras. Pern 
yo no tuve muchos problemas.» Paso a contar varias anecdotal sobre 
Steinbeck y otros ind denies del viaje. y a describir la visita de am- 
bos coino un mero intento de «ver como vivia esa gente» J . 

La publicacion de A Russian Journal f'ue recibida con resefias 
mas bien mediocrcs y alguna crilica mordaz por parte dc los ertper- 
los sovieticos. Ver cdmo n vivia la gcnte» en 1 947 en la Union Sovie- 
tica era en si mismo un acto politico de condena o aprohacion tacila 
del regimen de Stalin. Orville PtcscoU del fifew York Times se hizo eeo 
de la opinion dc ottos muchos: «,A Russian Journal esla mucho mc- 
jor escrito que la mayoria, pero es ma s superficial que otrost*. El 
conoeido erilico neoyorquino Sterling North coschlia sagazmente: 
«La cuestion que plantea es lo supcrfi dales que pueden ser los libros 
sobre Rusia. [,,.] No lo habria sido si los conocimientos sobre Rusia de 
los colaboradores, su interest por Rusia y su actilud hacia Rusia hu- 
bieran csiado por encima de comer, beber y tener agrailables impre- 
siones supe^fLciales^^^ 

La prensa cstalinista de Moscu, que eritieaba con vimlencia cual- 
quier punto de vista occidental de la Union Sovietica, qucdo aun 
tnenos imprcsionada que su homologa capitalisia; los criticos ridicu- 



248 



Elnewkwk 

li/aroit a Capa y Steinbeck como <tgangstcres» y !<hicnas>»\ Sin em- 
bargo, los buroeruiys sovieticos debcrian haberse quedado salisfechos. 
A Russian Journal se ajustaba a la prediccion del camarada Pottorals- 
ky: ^Steinbeck valorara de modo favorable at pueblo sovietico y hara 
hincapic en las simpatias de este hacia el pueblo norteamerieano- 
Describira hasta cierto punto la destruccion y evaluara positivamen- 
te el trabajo heroico del pueblo ucraniano sovietico^'. 

Su publicacion scnalo cl moTiiento mas bajo de la carrera de 
Capa. Dada la carttidad que habia hecho, sus fotos cran pocu inspi- 
radoras y estranamcnlc insulsas, Aun leniendo en cuenta las res- 
triccioncs que le habian impuesto, a jit/gar por A Russian Journal 
estaba perdiendo facultadcs, Su talenlti no pareeia adaplarse al com- 
plicado y politicamente delicado comelido de fotograJiar la guerra 
fria. Era como si solo el combaie real lt> estimulara eon igualcs do- 
sis de adrenal ina y compasion. 

Si su eolaboracion con Steinbeck re.sullo en su mayor parte de- 
ecpeionante, fue sin embargo el mayor filon de oro de toda su carre- 
ra, gracias a Ladies 'Home Journal dc John Morris. A mediados de 
oetubrc de 1947 Capa quedb con el para comer en el hotel Algonquin, 
donde le esplico que c! proyeclo de la visits a la Uni6n Sovieliea 
habia aeabado en un fracaso total; pero Morris, convene ido de que 
podria rescatar algo del viaje, se paso varias htiras revisando el enor- 
mc monton dc lotos en la habitaeion de Capa del Bedford. 

Varias imagenes lo impresionaron, pero lotos cran en bianco y 
negro, ( ',Tenia alguna en color'? Capa le entrego una docena de peli- 
culas Ektachroane 120. Al rlnai Morris encontro van as imagenes 
buenas, pero lodavia necesitaba una Toto para la portada. Busco con 
mas delenimiento. Al finai encontro «solo una fotti lo sgrieieniemente 
dramatiea y contundente. Mostraba a una mujer campesina con su 
babushka [pariueloj, trabajaado de rodillas en un carnpow*. 

Morris licvo la maqueta dc la portada y otras imageries a sus je- 
fes, Beatrice y Bruce Gould. A continuacion los convencio para que 
pagiiran la suma estraordinartamente elevada de veinte mil doiares 
por los pritneros derechos de la revista sobre las lotos sclcccionadas, 
que apanecerian en la portada y a lo largo de diceiseis paginas mas. 



249 



Sartgm y chum^n 

Capa se quedo asombrado al cnterarse por el propio Morris de esos 
beneficios imprevistos durante mi almuer/o en cl resiaurante de ce- 
lebridadcs Toota Shor's. Si le guardaba algun rencor por l'I fiasco del 
dia P. despues de esa venta Morris est aba mas que perdonado. 
Steinbeck no BC most™ Ian agradecido. Tenia la sensacion dp habcr 
salido mal parado del tralo, a pesar de que sus ties mil do lares por cs- 
erihir um>s poeos pics de Foto eran mas de lo que la mayona de nor- 
teamerieanos ganaba en un afio. 

El viaje de Capa habia report ado muchos benefidos, mas de dos 
mil do lares por cada scmana que habia pasado detras del telon 
de acero. pero a la larga le costaria muy cam. A los ojos del FBI, ese 
viaje era una pmeba mas de que sus simpatfea estaban con el diablo 
— el comunismo- . y anadieron un infonne al cxpediente que lenian 
de el desde que un informante habia afirmado que Capa llevaba sten- 
do comunista desde los anos treinta*, 

Capa dio mas argumenlos a| FB! durante las scmanas que siguic- 
ron a su regreso de Europa, En una conferencia del Herald Tribune 
celebrada la tarde del micreolcs 22 de octubre de 1947, leyo una 
declaration que resumia las observaciones de Steinbeck y de el mis- 
mo sobre los soviettcos: «Esa gentc ha sufrido mas destruction y 
dolor que la que he visto en mis diez anos por campos de batalla. 
y odiari la guerra mas que nadie en el mundow, A continuation ana- 
did que los sovieticos estaban muy intcresados en oir hablar de «las 
persecucioncs de los pmgresistas» en Estados Unidos* y que el y 
Steinbeck habian asegurado a sus an fit hones sovictieos que wtodavia 
no hay prisiimeros politico* en Estados Unidos». 

«Toeo madera - -anadio — . No sabemo* qui6n ha empezado este 
malieioso y disparatadn jucgo de acusaciones estupidas y critical 



* [1:0 de Ids Hmailus mcncionadtrt en d CKpedJeiiie Jet FBI d* Capa licn-e 
feeha del 24 tie wtubrc, apenas anos dias despues; de que Morris hubkm hedno su 
trato con. los. Gould Fl Dtriiy Worker infonratta: n<La palabra que mis han cii4.Lt> ea 
su rcdcnle viaje por la Ufiifa Sovi&ticckCft "pan-", dijeron d escri tor John Steinbeck 
y cl fotogralb Robert Capa en In marta ttsMe dd Fomm dd Herald Tribune que tuvo 
11.;. i! il tni^rcoles por 9a noche»_ 



250 



E3 new look 



virulentas. Lo de menoses quien lo ha empevado, I o niipDrlante l> 
quien va a detenerlo T .» 



Pese a su conflietiva eolaboraeion en A Russian Journal. Capa y 
Steinbeck no tardaran en parti ctpar en una aventura mutho mas caus- 
lica: una eompania de produce ion de television llamada WoTld Video. 
La compaflia habia naeido a parttr dc una eonvcrsacibn entre 
Steinbeck y Harry S. White, un persuasivo promolor y ex ejecutivrj 
de radio. Steinbeck ereia que la television idiaria practtcamenle ob- 
solete* los libios, cine, period] cos y otras tbmias de comunieaeibn en 
el Tuturow". Capa cslaba eortveneido de que World Video era la for- 
mula para hacerae rico de goipe, Viendo otra oportunidad pans saear 
prweeho de su astieiaeion eon Steinbeek, deeidio inverlir mucho en 
la eompania y com pro dos mil do I arcs en actionem 

Era unajupda insulita, sobre lodo para Steinbeck. Annie Laurie, 
su agente de cine y television, le habia dejado muy ciaro que World 
Video era una idea disparatada y no mcreeia m su tiempo ni su dinen>. 
Gwyn, su mujcr t fue aiin mas eontundenle. EscTibir para la television 
lo trituraria «eomo una hamburguesaH 1 *. Aun asi, en enero de 1948 cl 
autor de Las uvti\- tic In iru eseribia a toda prisa material para la pri- 
mers production de World Video, ((Maris; Calvacade of Fashions. 

La idea de la serie era de Capa y tenia mucho seittido en esa 
epoca. El final de los anos cuarenta habia si do lestigo de un asombTm- 
so renacimiento de la alia costura en los talleres parisienses, capita- 
neado por genios del diseno como Jacques Halh y, sobre lodeu Chris- 
tian Dior. Fn una epoea de scvera austeridad en toda Europa, los 
estralalarios disenos de Dior, eon sus prccios acorde, escandalizaron 
a muchos, Solo una falda Dior llevaba mas de veintictnco metros de 
tela. En Gran Sretana los miembros femeninc-s del Parlamento cen- 
suraron semejante derroehe, destribiertdolo eomo «el rtdiculo capri- 
cho de la gente ociosa» y «un estupido y exagerado despilfarro de 
maierial y reeursos»'"- 

En Paris las modelos que Ncvaban conjuntos Dior eran aborda- 
das por mujea's que gritaban; «;Cuarcnia mil francos pi>r un vesiido 



251 



Sgngrc y champdn 

y nuesfros hijos no tienen leche!»". Sin embargo, el movimienlo dc 
protests era aun mas voeiferanle en Estados Unidos, donde deccnas 
de miles de mujeres, con gran rcgoeijo de tos soldados desmoviliza- 
dos, empeKaron a acorlar sus faldas largas para demostrar su pairio- 
tica dedicacion a ahorrar tela. Pero como Mussolini habia observado 
con tanta perspicacia, «eua|quier poder esta desiinado a fracasar ["rente 
a la moda» i: . Hasiiadas de la gucrra, las mujeres dc todo el mundo, 
espccialmente las aditicradas de Manhattan y Loodwal, estahan esta- 
siadas con el rctorno de Dior a los vestidos de corte gencroso y a los 
corses sensuates. 

A principios dc IV48 Capa fue en barco de Nucva York a Euro- 
pa para dirigir «Paris: Cakacade of Fashion» pan World Video. Lc 
habian dado unos plazos de production imposibles de cumplir debia 
til mar oeho desfiles de una hora en seis semanus y, para empeorar 
las cosas, sus presupuestos eran demasiado bajos para (Tatar el tema 
debidamente, Pero aun trabajando bajo muehisima presion y en eon- 
diciones dificiles - la prensa de todo cl mundo habia aeudido en tro- 
pe I a Paris para presentar en tcrminos scnsacionalistas las nuevas 
creaciones de Dior , hizo un trabajo excel ente reuniendo sutki eli- 
te material para ilenar oeho horas de telex ision, Hasta encontro licm- 
po para hacer lotos para Illustrated, que informo que Dior voivia a 
ser la «scnsacibn de la temporada, esta vez al no conseguir alargaj SUs 
faldas»'\ Rcalmcnle, las nuevas fa Idas de Dior eran hastantc cortas. 
Pero lo que mas asomhr6 file lo que las modelos llcvaban debajo: 
medias de seda y Hgueros increiblemente provocatives. Durante va- 
rios anos Jos proveedores dc seda se habian dedicado a labricar pa- 
raeaidas en tugar de fri votes medias, y las mujeres de toda buropa se 
habian enorguliecido dc dibujarsc una linea recta a lo largo dc las 
pantorrillas. En cl presente Capa fotografiaba a modclos agiles dan- 
do vucltas por las pasarclas, con sus vestidos que se ievantaban y 
dejaban ver ornamcntadoH ligucros y medias de seda aulentica. en 
lugar dc Jos baratos artieulos de Taydn que los sol dados habian utili- 
zado para engatusara las mujeres liberadas del tiayismo. 

Obligado a trabajar con arreglo a I presupnesto excesivamente 
reducido de la produceion, Capa se dedied a dilapidar su cnenta de 



252 



F| new look 

gastos. Llevo a viejas ami gas como Pamela Churchill a eenar a res- 
taurantes lujosos t y bebid vino y comid con varias modelos que el 
New Look habia hceho famosas, enlre el las Hcttina {.iraziani, una 
cautivadora bretona dc bclle/a mctancolica que trabajaba como mo- 
del o para Jacques Faih y Dior. La llevo a su restaurante favorito de 
Paris: un diminuto bar Ilamado Che/, Anna, llevado por la dueiia epo- 
nima, que eocinaba platos caseros francesesexquisitoi. HI lo adora- 
ba entre otras cosas porquc Anna tenia una gallina como animal do- 
mestieo que a menudo se posaba en su mesa mientras el se pulia otra 
bote 1 la de champan. 

Nacida Stmone Micheline Bodin. Bettina habia sido rebauti/ada 
por hath — «ya tcnemos una Simone; para mi tienes cara de Betti- 
na^> — IJ y era una de las primeras supermodelos del siyhi que en los 
anoscuarenta solo rivalizaba eon la bellcza inglesa Barbara Goalen. 
Capa enscgyida se quedd prendado de el la, pero Tracaso en sus repe- 
lidos avances porquc el la ya habia eonocido y se habta enamorado del 
guiomsta y novelista Peter Viertei, que se habia marchudti de Ho- 
llywood para ir a Paris, Capa escolto a varias de las modelos cabin? 
compancras de Bettina, en particular a «AUa», una jmponeflte oriental 
de sangre rusa, pero fue con Betlina, la hija pecosa de un ferroviario, 
con qui en trabo una amistad duradera. 

Seniada en su elegante piso parisinu, Bettina examina varies re- 
iratos de Capa y sonde a I recordar su enorme encajito y su picara 
vitalidad. «Capa era una prescneia tan poderosa... — dice, mirando 
un retralo que hi/.o Ruth Orkin a Capa en su mcjor moiTientc — . 
Cuando llevas una vida tan pcligrosa y sabes que puedes perderla en 
cualqutcr momcnlo. tiendes a vivirla al maximo y a vatorarla dc ver- 
dad. El amaba la vida, sus amigos. beber, la buena comida y sobre 
todu las mujeres yuapas.» 

Bettina recuerda que Capa era sumamente sexual, Siempre tenia 
una <(inirada piearai». Ella nunca sabia si bromeaba o nn T y era de lo mas 
atrayente porque su arrojo y eoraje eran auienticos — probados — , y las 
mujeres [o sabian. «No era arrogante, y eso tambien lo hacia atraeli- 
vo; era consciente de sus debifidades. bra lotalmente libre, pero eso 
lc creaba ditlcultades con las mujeres que querian que cambiara, Yo 



253 



Sungr? y ehampiii 

siemprc tuve la impreston de que buscaba algo que no iba a encon- 
trar, algo que tal vez habia perdido: la mujer perfecta, quiza.» Glo- 
ton y gran sensual ista de efiorme encanlo natural, el Capa que Retli- 
na recuerda era un supervivicnte «que vivio liempos tragicos», pero 
trascendio los males y los horrores que habia conocido para llevar 
alcgria y frivol idad a la vida de los demas. 

Los palrocinadorcs ncoyorquinos de Capa no apreeiarun lanto 
sus encantos. Hoy en dia esos documen talcs constituyen el mejor tes- 
timonio visual de un renacimtento importante en la moda, pero en 
1948 Steinbeck y sus colcgas se quedamn deeepeionados por su 
calidad. Steinbeck tambien se indigno con la cucnta de gustos que 
presents Capa, que ascendta a mas de mil quinicntos dolares, y has 
un minucioso esamen. World Video se nego a pagarloS, Capa fue 
eastigado por hater malgaslado el dinero dc la empresa y se via 
obligado a vender dc nucvo sus acetones, Su aventura en la televi- 
sion habia terminado con un amargo ehaseo". 

Steinbeck y Capa no volvcriart a trabajar juntos, pero su am is tad 
sobrevivio a la enconada pelea a causa de World Video. Mas tarde 
Steinbeck dijo que Capa tenia muchos amigos pero no tenia a nadie 
que lo quisiera mas que el, y los dos se vierOfl vatias veees mas an- 
tes de su muerte, larvlo en Paris como en Nueva York. En una de sus 
visitas a Nueva York fue Capa quien orquestb uno dc los eneuentros 
mas singulares de la eanrera lilcruria de Steinbeck, Segun la mujer de 
Steinbeck, Gwyn, se paso semanas tratando de organizar on eneueniro 
entre Steinbeck y el otro eoloso literario estadounidense, Hemingway, 
Cuando ambos cscri lores coineidieron en una fiesta que se celcbra- 
ba en Tim Costello, un bar muy freeuentado de la Tercera Avenjda de 
Nueva York, Capa «cloquco sobre los dos como una gallina eluecaw. 
Pero Steinbeck se fue de la fiesta por pi em as, contrariado ante la 
conducts maehisla y cruel de Hemingway: borracho, eslc habia par- 
ti do el baston de endrino del c&crilor John O'Hara, regalo de 
Steinbeck, afirmando que era una imitation barata 1 *. 




20 



Un camino de muertc 



El camino a Jcrusaltn en un earning de muerte. 
Itttatnntzl. 5 dc julio dc 1948 



A principios de mayo de J 948 Capa se entero a haves de comunica- 
dos de prensa de que era probable que en cuestion de semanas se 
proclamara el Estado judio de Israel en temtorio palestino. Por fin 
habia una noticia que sc veia obligado a cubrir. Llego a Tel Aviv el 
dia K y lomo una habitacion en el hotel Armon frente al mar, No lardo 
en averiguar que, entre los demas hue spedes. estaban su viejo cole- 
ga QuerUin Reynolds, que trabajaba para Cottier's. Kenneth W. Bil- 
by del Herald Tribune, a quien habia conocido durante la Segun da 
Guerru Mundial, y Jack Winocour de Illustrated 1 . 

El 1 4 de mayo Capa se desperto temprano a fin de prepararse para 
lo que iba a -lt un largo c historic*) dia. -S las ocho en ptfflta de la 
mafiana el embajador brilanico, sir Alan Cunningham, salio de la im- 
ponente resideneia del gobemador de Jerusalen para pasar revista a 
la guardia de honor de la Infanteria Ligera de las Highlands de Es- 
cocia. A continuacidn sc subio a su Daimler blindado mientras las 
gailas tocaban un canto funcbre escoees. A la una de la tarde sc diri- 
gio despaeit) al acropuerto Kadatidia acompanado de una guard ia muy 
armada, y unos soldados arriaron la ultima bandera nacional britant- 
ca dc la ciudad. Los britanieos se habian ido arrastrando los pies, 
dejando que Palest ina se precipitara hacia una gucrra segura. 



254 



2tf 



Sangri: y chumpin 

Esa misma tarde, en el Museo de Tel Aviv, David Ben^Gurion dio 
unos gulpes con su mazo para pcJir silencio, y toda b alestada sab 
se levanto y canto un himno sagrado, el Hatikvttlr. la indicacion para 
que Capa se aeercara a Bcn-Gurion, el primer minis) ro de Israel, 
cuando se disponia a leer b Deelaracion de Independencia Israeli. 
«Encomendundonos a Dios Todopodcroso firmamos esla Declaration 
en esta Sesion del Consejo de Estado Provisional en el suelo de la 
patria. en esta ciudad dc Tel Aviv, esia vispcra de Sabbalh, el 5 de lyar 
de 5708. el 14 de mayo de 194S.» 

Pespucs de folografiar el nacimicnlo de la nation judia, Capa 
volvio a cargar sus Leicas y documento la primcra sesion del gabi- 
nele ministerial tie Israel. Al salira la luz dc ultima horade la tarde 
de Tel Aviv, se coneentro en la euforica multitud que atestaba las 
calles, concrelamente en una nina pequena que ondeaba una bnnde- 
ra Israeli, Ella tambien eclebraba el momento que su pueblo llcvaha 
dos mil anos esperando. Esa noche estallo la guerra entre Israel y 
varios estados arabes de alrcdedor. 

La guerra de Israel por la independencia ftie b guemi en b que mas 
M implied Capa persona I mente. Es difieil encontrarun ejcmpln de al- 
gun fotografo anterior o posterior a el que haya cubierto una guerra con 
tanto coraje y lanta bri I lantern, El « ultimo gran vaquero>s, en pabbras 
del fotografo Jean-Jackes Naudet, que pronto volvcria a estar en plena 
forma, trahajando a una e*iraordinaria ve toe idad para haecrcl rcportajc 
mas dinam-ico y lirico de su carrera. Tan pronto se arrastraba bajo el 
fuego eru/ado de los frartcotiradofes hasta uri puesto de avartzada Israe- 
li ca mull ado en el tejado de una easa arabe, eomo un momento despues 
charlaba eon una atractiva sokbdu judia nacida en l J ales[ina*, Una 
nocbe, segun una anecdora seguramente inventada. un reflector reco- 
rrin la Laderu de una eulina, donde se vio claramcmv a Capa haeicrido 
el amor con una de esas jovenes combat i en tes\ 



* Una de essis mujeres combat ientcs — judias nacidas en Palestine - tenia un 

curioso parecido con tkrgrrmn Capa h tblogratlo maravj Hosamcnlc scducttira con 
panmiunt's cunos csqui y ww tutnana vcslgatLi [t^prcnvtipadiiTnicnlv dc bus lomeada* 
cadvras. 



25b 



Un camino de mucrw 

A finales tie mayo Capa sc reunid con Frank Scherschel de Life 
y el fotografo de origen faungaro Paul Goldman, y juntos sc dirigie- 
ron al desierto de Negucv, donde los israelies rechazaban un ataque 
Ggjpcto en un kibbutz de vital importancia cstrategiea, Mas tarde 
Goldman dijo a Juzefa Stuart que cuando llegaron los tres, lo encon- 
traron cast rodeado. Durante un par de horas perTnanceierOii tumba- 
dos en el suelo mientras sobrc ^us cabeyas volaban casi trescientos 
proyeetiles arabes. 

;Bob, agaehate! -grito Scberschel — , jTe van a alcanzarf 
EsOS proyectiles no van dirigidos a mi replico Capa. y siguib 
corriendo 3 , 

Cuando el grupo I lego a la colonia, los acompafiaron a unos re- 
fugios donde Capa saludo a todos eon su uSIutlum con fuerte acenio 
hungarow, Segiin Goldman, Capa conto varios chistes para aliviar b 
tension y enseguida se vio mdcado de un jjrupo de admiradoras que 
estaban impaeientes por expliearle sus historias. 

«Una vez mas la violcncia de la guerra ha alcanzado a Robert 
Capa — anuneiaba Illustrated en una introduction a un rcportaje es- 
pecial sobre Israel que iba acompafiado dc mas de veinte fotos de 
Capa, muehas sacadas durante la contienda en el Neguev , hstas 
fotos cuentan la historia de las eolonias judias — kibbutzim — despa- 
rramada-s enire los pueblos arabes. bajo el 1'uclio eontinim de imietra- 
lladoras y fustics por lierra, y de bombas fH>r el eiclo... Capa y sus 
camaras han captado el clima de la guerra de Tierra Sanla. el sufri- 
m iento de la muerte. el pcligui que repfcuenta la bala de un franco- 
lirador, Robert Capa ha encontrado otra guerra J .» 

Con diferencia, la noticia mas dramatic a que eubrib Capa rue la 
liberaciun dc Jerusalen. Si parte de la ciudad iba a SO" reclamada por 
los israelies. era esencial que se abriera una earretera a Tel Aviv an- 
tes dc que entrara en vigor el 1 1 de junio de 1948 el alto el fucgo 
acordado por las Naciones Unidas. El hombre responsible dc la ope- 
racion era un singular liccnciado de West Point, David Michael Mar- 
cus. A lo largo de varias semanas este nortcamcTieano judio nacido 
en Brooklyn habia inspirado a I abigarrado ejercito israeli bajo su 
mando a hacer sobrecogedoras hazarias dc perse v crane i a y resisten- 



257 



Sangrc y champan 

da. Capa admiraba enomiemente su coraje. tenacidad y pragmads- 
mo Los dos eran veteranos judios de la Segunda Guerra Mondial e 
idealistas apasiortados detras de su cinismo aparente. 

Sin embargo. Marcus de entrada le encontn;> un defecto im La ri- 
te, Segun David Eldans, jefe del Departamento Fotografico de la 
Prensa Israeli, durante varios dias se dedicarort a enganarse mulua- 
mente-': Marcus deck a Capa que cicrtas zonas eran pcligrosas eon la 
espcran/a de que se apartara de las zonas de verdadero peligro, pero 
aunque las untdades tie primera linen del frenle Israeli lenian drdenes 
estrictas de echar a Jos corresponsales de las *onas clave de comba- 
ts, mediante Wtucta, eofiac y encanto Capa siempre se las arreglaba 
para cunscguir una noticia*, 

Los comesponsales ten i an que scr delensores entusiasias de la cau- 
sa israeli si infbrmaban desde el lado judio. ya que en cuanto expird el 
mandato britanieo, la censure se habia introducido en lodos loscomu- 
nicados de prensa al exterior. Kenneth Rilhy escribid despucs de la 
guerra que esa censura era « inept a y a menudo lergivcrsadora». «La 
cobertura, por regia general, sedistinguia por su profunda parcialidad. 
Solo llegar te eatalogaban, arabe o judio, y era iniposiblc eumbiarlo*.». 

A principios de juniy Capa cubrio el mayor logro de Marcus: la 
cons truce ion dc la llamada wcarrelera de Birmania» para Hberar Je- 
rusalem tin cuestidn de dias, con los israelses trabajando sobre todo 
de noche y a menudo del ante de las nances del enemigo, abrieron una 
ruta a traves de montanas y gargantas dcsierias. El X de junio por la 
tarde Capa se reunio con Jack Winocour para recorrer la «earTelera 
de Birrnania» hasla Jemsalcn, Su jeep tbmiaba parte de un convoy 
que se esperaba que llegara a la ciudad con los medieamentos y vi- 



* Durante b guerra no se intonnu de rrwehos laciores. pursue csto& tiabrian 
minado el mitit romantico de la batalla dc un David y Uflliai en la qui; los judios 
venrian a pe&ar dc lenerlo todo en contra. Lhs israclics estuvieron de heeho tnen 
Hbas-ieeidosdcsde un prinejpiu Como Bilby se Unvi6n scrialar. en Esiados Unidos> 
!a Untied Jewish AppeaJ reeuud<> mitlones en «dinero eontamc y 5on&nie» ft*ra ob- 
[l'iilt smuts en vano* i>aises tEwnu Chccoslovaquia, «que al pareecr tenia pertrechoH 
military de snbra rcscalado* <te la Alcnuwia nazi oalmaeenados al|[ por tos ejerci- 
tos aliadti*, a] tmirchariew, 



258 



Un tamiiio de mucrtc 

veres que tan desesperadamente Tiecesttaba. A I anochecer, Capa y 
Winocour se alaron sus pafiuelos a la eara para pnjtcyersela del pol- 
vo y la arena, y apagaron sus uhiinos cigarrillos de la noche: la mas 
minima brasa de una culilla podia rcvelar su posicion a los niorteras 
y francoliradores arabes. 

Avanzaron por senderos serpemeantes bajo una (una brill ante. 
Cada pacas ktldmetros distinguian a la \us dc la luna unos letneros 
pintados a mano que sefialaban en caracteres hebreos en que direc- 
tion estaba Jcrusalen. Solo un monlon dc rocas senataba un precipi- 
cio cercano. Las trampas para tanques se encontraban disemmadas 
por el terreno. En un pequerio pueblo de moiitana Capa se despidio 
de Winocour para recorrer eon Marcus los ultimos y mas peligrosos 
treehos de la «cametera de Birmaniaw, A CSfiS alluras Marcus y Capa 
se llamaban haJid, amigo en hehreo. Capa dumiio la mayor parte del 
Irayeeto a Jcrusalen, aunque esluvo varias veves a punto de caerse de 
un bote del jeep 7 . 

11 If) de junio de 1948 por la maftaaa Capa y Marcus hablaron 
en el cuartel general provisional dc Marcus, el Monastcrc Notre Dame 
dc la Nouvellc Alliance, a unos setecientos cineuenta metros sobre el 
desierto de Judea, La tregua aeordada entre Israel y los seis ejereitos 
arabes crifreriiados se habia iljado para las die/, de la rnanana del dia 
siguiente, Nadie eslaba scguro de si los arabes la respetarian. Marcus 
temia que, mientras durara la coniienda, b «camctcra de Birmania» 
siguiera estando en petign>. Si cortaban la carretera antes del alto el 
fiiego, Jcrusalen podia caer. Confiado, C'apa dijo en bio ma que 
el hotel Eden de Jcrusalen ya esiaba wpreparandose para recibir a 
Marcus con cl rnas alto bonor un banocalienlc de vcrdad»- «Sera una 
cxperiencia de lo mas agradable». afiadid. 

«Si kigro llegar — replied Marcus . Puedes cslirar una gomita 
a tope, ya sabes. . . y la sucrtc funciona dc la misma ma^era^.>^ 

Esa noche Marcus no pudo dormir*. En unas horas escasas fina- 



* Marcus sabia que los israclics habiun tdnieniiks a los arabes en lodtis lys nvn- 
les, pens por los polos. La mayor parte de GaEilea -cstaba en manos de los israclics, 
asi coniD la mayor parte de Juiusaldn. 



259 



Sangre y champan 

iizaria la larga lucha por crear una patria judia. Hacia las ires y me- 
dia de la madrugada decidio salir a tomar el aire, se envoi via en una 
sabsna y paseo por el campamenlo. Vol via a su catre euaado oyd a 
un cent in e la gritar; mMt sham?». [i.Quien anda ahi.'| 

Marcus rcspondio y siguid andando. Con el viento, el ccrilincla 
no oyd bien lo que dijo. La figura Cartas mal de Marcus se acereaha. 
El ccntinela temblo, levanio su arm a, puso ei dedo en el gatillo. 
Marcus dio otro paso. El ccntinela, presa de] panico, apretb el gati- 
llo L Marcus murirj en el acto: un disparo en el corazdn a las 3,50 de 
la madrugada del 1 1 dc junto de 194S, seis he»ras y diez minutes an- 
tes de que comenzara la iregua*. A las dos y media de la madrugada 
del dia 1 2 de junto un Capa acongojado despertd a Winocour, «Mikc 
ha muerto» > dijo en voz muy baja" 1 , 

tin una carta que escribio una mujer que habia aibergado a Mar- 
cus a la espOtt de fete, Emma, en Brooklyn, se lee: «Quicra que sepa 
que cuando sus hombres se emeraron de que Mickey habia muerto, 
tloraron. Esos chicos, la mayoria apenas unos ninos, no lloran facil- 
mente, y la muertc para el I us es algo habitual y accptado, [...] pern 
esta vez no les dio verguenza llorar»_ La reaction de Capa ante la 
perdida de su amigo fuc la misma". 

El 13 de junio Capa y Winocour Uegaron a Jerusalem. Nirios pali- 
dos volviau a sus colegios, Judios orientates con sus tunicas largas. 
vagaban «como fantasmas)*' 1 por la ciudad conrnocionada por la gue- 
rra*. Despues de eelebrar uti funeral en Jerusalem, se anuncid que iban 



* «Los nuevw judios de caqut apnt'iaium kH dic-ntes en el viejito pohtvieato 
y aguanlaron — infonmo Wi nocour en el tiunicto del 2 dc julio de 194H de tt&ttfra 
ti-ii Duiiuiic iml'i^ iIl' \zc>, KL-tii.in.!^ lun sopui'iado mIl'h ni:is tvnibk ljuc L-ualiju h-i 
utaque serco. Han perrmjieeidii ggiwhados bajo el fuego de ariillcria, lan intense que 
cm impusibte in,e de alii. Cifiuios dc ellos ban mucrto. Cientas y cieniMw mas nan suli» 
bendot, lJ.m hospitalcs cslan llenoi dc ht;ritkis-)s Was tarde e.se dia t'apa y Winocour 
se reumeron con oiros correspotisale*. Urui de c|b& cDmcnl6 que nunm habia visli> 
lantos oftos muerfoA y ngonizando por las- LLilk^ift una ciudad. Ilahia vised :i dote 
cplcgialcn cantaudu ^ un memento despues a uno dc cIUm grilando de dolor. Jtahin 
vis!(j s una nafLa iiiirjndo anindida el niiiilon de su bra/u. t.'na vez mas ln> civile^ 
habisin pagado un precio inuy aka por la oivictoria». 



2WI 



i n cunino dc muene 

a trasladar el ataud de Marcus a Tel Aviv antes de enviarlo finalrnen- 
te a Brooklyn. Capa decidio acompartar a Marcus hastaet puerto. An- 
tes de marehurse COfttO a Wi notour los ultimo*; nninutosque habia pa- 
sadocon feL Winocoiiropto porno reproducir la historia en sus repor- 
tajes para Illustrated. «Es la historia de Capa ^strihid^ — , y el querra 
contarlo todu algiin dia a su mantra. Vo guardare silencio IJ r » 

Capa nunca conto la historia en letra imprcsa. Tampoco lo hicie- 
ron los olros muchos conresponsatcs que, como Winocour, sabian de 
que manera Marcus, el mas famoso martirdc la guerra de independent 
cia israelL habia encontrado la muerte: de un absurdo lirti de uno de 
sus propios hombrcs. Segiin Bilby b ese si lent io fue el peor ejemplo 
de censura de toda la guerra. La version ofieial Israeli rue que habia 
mucrto en combale de una bala arabe al frvnte de una patrulla. Capa 
prefirid no romper filas con los censures, de ahi que callara. Pero dos 
anos despues lo hizo Hilby. En su bbro New Star in the Kast de 1950 
explicd que seguia violando ia «censura» Israeli, 

El 2 1 de junio Capa estaba de nuevo en Tel Aviv y se disponia a 
volver a Paris. Habia visto al ejeTCtto Israeli rechazar a seis nacioncs 
arabes. La tregua dc las Naciones Unidas seguia en vigor y de los 
campamentos de la Cruz Roju de Alenuniii llegaban las pnmeras 
oleadas de inmigracidn en gran cscala, bn Kstados Unidos el presi- 
denle Truman habia reconocido el nuevo EsTado. asegurandole asi 
eierta legitimidad internaeional y abriendy las pucrtas al apoyo mi- 
lilar y eeondmieo de Estados Unidos. Pero mienrras Capa hacia las 
maletas, una verdadera guerra civil amena/aba con hacer pedazos los 
milagrtisos logros de los mescs anteriores. 

El 22 de junio los lidcres de Irgun Zvai Leumi, un grupo de de- 
recbas, decidio descargar un envio i legal de armas a burdo dc un 
barco Hamado Altalem, El alijo de armas era un negalo de unos jo- 
dios norteamericanos adinerados que tambien habian Ttnanciado 
muchos ataques lerrorisLas contra los brilanicos antes de que expira- 
ra su mandate. Descargar las armas habria violado el acuerdo de alto 
el fuego del 1 1 dc junio con los arabes, y el gobierno de Ben-Gurion 
anuncio que todo intenlo de haeerlo seria rechazado. Dcsdc un bal- 
con del ptso superior del Armon. Capa obsen'6 horrorizado como las 



2f>l 



Sangre y ehampin 

tropas de Irgun llcgahan vadeando a la orillii mientras los s^ldados de 
Haganah. leak's al gobiemo de Ben-Gurion, & preparaban para recha- 
zarlos. Con Bilby y varios mas, Capa corrio a la playa, dondc descu- 
hru> que los irgun istas ya habian instalado una ametralladora. Lucgij 
un segundo grupo de irgunistas llego a la orilla. 

«<, Vais a matar a vuestra prop id gentc? -reprocho uno a las lr<>- 
pas de Haganah — . ; H tin i to recibimiento haeeis a los nurteamerica- 
nos que hemos traido con nosotros! ;Han venido a luchar por voso- 
tros y tratais de matarlos!» 

1 43$ dos gmpos se enfrenlaron ears a eara y Ben-Gurion dio la at- 
den de abrir fuego, Kenneth Bilby vio lo que ocurria a continuation: 
«Comenzo el fuego en el frcnte de la playa. donde los pocos irgunistuN 
de la orilla fueron muertos o eapturados... Los judios empezaron a 
maiarsc unos a ottos a quemarropa en un confuso ejemplo de guerra 
anarquica. Todos los soldados iban identieamenteunilbrmados y cual- 
quier persona ajena habria sido incapaz de decir quien disparaba a 
quiem>. Qbserv6con incredulidad como «un hornbre dc Hayanah dis- 
paraba a un irgunista a menosde diezpasos de distancia, levaniando- 
le la tapa de los stsos. El irgunista se lambalcn dc mancru extrana en 
citxulos concentricos un paroV mimitos y cayo muerto»". 

Ben-Gurion Iambi en habia ordenado la destruction del Atiaiena, 
un poderoso simbolo de insurrection. Cuando cl banco estallo en Ma- 
mas, la tripulacion que scguia con vida salto por la borda. El buquc 
de carga que transportaba munition no lardo en prender. Capa oyo 
«un rugido mas profundus mezclado con e! (tcnlrceortado iraqueteo 
dc las ametralladoras*", y se acerco mas para lotografiar a los irgu- 
n istas sallando del banco en llamas y tiadando hacia la orilla, Duran- 
te varios minutos observo como los judios se alejaban del barco en 
llamas en lablas de surf mientras las balas norteamerieanas alcanza- 
ban a otios judios que cran subidos a ambulancias norteamerieanas 
prov istas por la Cruz Roja judia, con el blason del «Escudo Rojo» de 
David ln . 

De pronto Capa sintto un terrible dolor en la cntrepicma. Despues 
de una decada en cl f rente, finalmentc lo habia alcanzado una bala, 
Por unos segundos inlemunables creyo que le habian arrancado de un 



262 



Un camirtu dc mucrtc 

tiro los genitales, Pcra, por fbrtuna, la bala solo los habia rozado. 
Aliviado, volvio cojeando a su habitation del hotel Armon y reserve 
un vuelo a Paris 17 . Serial Irwin Shaw. Capa mas tarde deeia hmmean- 
do: «|Eso si que serin el insula final, que me malaran los judios (»'*, 

A los pocos dias de regresar a Paris, Capa tomaba eopas con un 
ex piloto de caza noctumo llatnado Noe! Howard en su elub noetur- 
no favorito, Chez Carrere, en los Campos Eliseos, Se habian conocido 
en una cena y habian congeniado enseguida al deseubrir que los dns 
llevahan getnelos regalados por la itmm mujer: la ex cspO^a de Noel. 

«Voki tan deprisa — explico Capa— que todavia tonia la brague- 
ta desabrocliada tuando llegue al Lancaster.?! Mientras Raymond, el 
soltcito eamarero, volvia a llenar las copas a cada momento, Capa ttijo 
que habia decidido que el y los demas micmbros de Magnum iban a 
dejar de cubrir guerras. « Habian ido demas iado Icjos, o mas bien sc 
habian acercado demasiado, en Paleslina, Me niego a seguir docu- 
mentando para la posteridad cl juego de estos tipus 11 *-* 



Mientras Capa cubria la lucha israeli por la independencia. la guerra 
fria habia cobrado una nueva intensidad En todo cl vcrano. la unica 
nolicia de interes en Huropa, al parecer, hahia sido el puentc acreo de 
Berlin. El IS de septiembrc se habia establecido un nuevo record 
cuando los aviones aliados habian llevado mas de seis mil trescien- 
tas cincuenta toneladas de sumini^trtw a la ciudad, desafiando el blo- 
quco sovietico de hacia ires meses, Unas setnanas despues Capa par- 
tid con Thendorc White, el principal corresponsal de la Overseas 
News Agency, en un oporiuno recorrido por ires paises del bloquc del 
Este: Polouia, Checoslovaquia y Hungria^, Enseguida encontraron, 
en palabras del pcriodista britanico Richard Mayne, una ticrra yerma 
que «olia a polvo, aceite, polvora y metal gnisiento; a alcantarillas y 
verdin; a sudor y vomilo, ealcetines sucios y excremerttos; a decaden- 
cia y cadavercs sin enterran> :i . 

En Europa occidental rmichos civilcs scguian bregando pe-r co- 
mer y vestinsc adecuadamente. La severa austeridad mareo a toda una 
generation en Gran Brclana. En el pais dc adopcion de Eva Bcstiyo, 



263 



Satire f champan 



Hoianda, los adultos pasaban con los <<requisitos calorieos de un nino 
de seis anos» r Pero en Pa Ionia b esraban pasando mucho pcor. En 
Wareaw fa pa fblogrario un paisaje que pared a tan desolado como 
Nagasaki, hn el gueto de Warsaw, donde hahian muerto eualroeien- 
tos mil poiacos T d unico edificio que se mantenia en pie era una 
iglesia catoiica; los sovtelieos habian arrasado el resto de la /ana. La 
malnulricion y las enfermedades proliferaban. Sin embargo, mdagro- 
samenlc, los exhaustos poheos ya eslaban trabajando largas jomadas 
en minas y fabrieas recien construidas, y reconstruyendo a fuerza de 
brazos gran parte de su asolado pais. 

White y Capa necoirian en troche el inhdspito campo del sur de 
Polonia cuando decidieron djir un rodeo para visitar un ;< ultimo monu- 
mcnio conmemoralivoatroz»: Auschwitz, El campo de eHlerminio de 
mas iriste lama de ]os naxis habia sido con vert ido en un musco, Los 
senderos que Capa recomo estabari euidados. Su guia tenia su perorata 
bicn apnendida, No muy Jejos de Auschwitz habia varias heetarcaii yer- 
mas que niuchos guias, algunos ex, prisioneros, letnian pisar. Haeia el 
final de la guerre, los na^js habian deeidido que no se deshaeian lo 
bastanle deprisa de los eadaveres de los judios. Era mas barato y mu- 
cho mis rapido arrojar los seneillamentc a fosos y quemarlos. Tres anos 
despues, Capa sabia reconocer donde habia habido fbsos por el color 
vivo de la hierba que creeia en el suelo ferti H/ado por los eadaveres, 
Los nazis habian estado tan aterrados por escapar del Ejercito Rojo en 
1945 que habian dejadn un parde fosos sin cubrir. Capa los encontro 
inundados de agua, «Los cuerpos medio carbon i/ados siguen alii y cl 
agua lodavia burbujea — informo White— por la lenta fenrieniacion. Si 
te inclines por encima del borde. , . lo oyes-,» 

Cuando Capa Hego a Budapest una* scmnnas despues, la encon- 
tro solo un poco menos Iugubre que como la habia visto en su ante- 
rior visita de veinticuairo horas, «La Hungria de ayer no es mas que 
un mito — informaba iiluxtruted el 26 de mar/o de 1949 en un ar- 
tihulo que iba acoinpanado de doce de folos de Capa, vanas mostran- 
do un desfile mililur de las tropas hungaras rccicn armadas y apoya- 
das por la Union Soviet iea . Si hoy en dia se menciona el nombre 
de Kossuth, el gran lucliador por la libertad, la genie solo piensu en 



264 



Un camtao de mucne 

el pucnte de Budapest que eru/a el Danubio y que lleva su nombirc. 
Y el Danubui vuelve a cstar rojo de la sangre de las victimas po I Mi- 
cas a quienes los opresores hi'mgaros de tiempos inmemoriaies han 
enviado a la muerte en ese rio*.» En lo alto de la eolina Saint Gellert, 
donde en otro Liempo habia esq ui ado, Capa se encontro eon que es- 
laban cok'hnmdo un funeral en honor a los soldados sovieticos que 
habian muerto en ei sido de dos mescs dc Budapest, Los edifieios re- 
levantes que habia s,obrevivido estaban, OOflBO lo esilan hoy, llenos de 
agujeroK de balas. 

Durante seis scmanas Capa fotografto la eiudad en ruinas y mas 
tarde escribio una cronica ingeniysa aunque superficial para una nuc- 
va rcvista de viajes norteaincricana llamadit Holiday. I al vcz no se vio 
eon fgcr/as de contar a sus lectures dc gran poder adquisilivo que 
cientos de afios de culiura judia habian sido borrados junto con gran 
parte de lo que en otro tiempo le habia cautivado de la eiudad, Pert! 
daba a entender que habia sido sumamente afortunadu de salir del 
pais antes de la guerra. El dia anterior a su pallida tue a que le scl la- 
ran el visado de salida- Un hombre de unos l rein la y eineo anos exa- 
mind su pasaporte, lo sello y luego le pnegunld a que colegio habia 
ido. Resulto que cl ofieial se habia marchado dos artos despues que 
Capa, «Si hubicras nacido dos antis despues — dijo — , ahora con tu 
lalenlo estarias muerto o serias por lo menos secretario de un minis- 
tro. Tal como estan las cosas, solo cres un liberal occidental confun- 
dido. Esto es el materialismo hist6riccr 3 .» 



En enero dc 1 949 la guerre israeli por la indcpendcQcia termind con un 

annisticio fonnal, Capa se entero de que Irwin Shaw tenia previslo 



* Illustrated lambiSn informaba: «EI juicio y u-ntarcelamicnlo del cardcnal 

Mind^7*;nty y sus amigos iiati pueslo fin a I vit^illajt U-l-I pjis l|lbc cm otro tiempo hallfi 
cons.i4icl[j i:n fX^idetite y tcmid al h'ste. Mingiui umi t'siado del Cominform h-n sufridii 
tanto. Polofiia y Yugoslavia c*l£n luchjnsio pm couservar su idcnlioad nitcimul; un 
lliin^riii, Ui trapas sw^'iciicas i^ut a; hullm) iitli aparentcmente fwm vijjitar ]as. lintaii 
df eaaiunicacion con la ygajniuiiVn ruia d* Austria, scm los vcrctiidun^ amot*. 



265 



Sangrc y champan 

cubrir la situation dc Jit posguerra para d New Yorker y lo convencib 
para que colahorara con el en el proyecto de un libro: Report on Israel*. 
Llegaron a Tel Aviv a principios de mayo, a tiempo para la celebraci6n 
del primer anivereario de Israel. Uno de sus primerus objetivos fue cl 
presidente Chaim Wci/mann, a quien Capa uitograiib sentado junto a 
una piscina con su nieto ingles. David, en su hogar dc Tel Aviv. Tarn- 
bien asistieron a una scsion de la Kncsel fel Parlamento israeli] y vi- 
silaran los oxidados restos dc! Aitalemt. Shaw eseribio que los nifios 
habian convertido w\cX\ tragi co monumcnio en un tugar dondc jugar y 
nadaban hasta cl banco encallado; los mas intrepidos se subian descal- 
zos a el y se tiraban al agua por un costadoa 1 *. 

« Israel es el lugar mas duro y crudo donde sic puede vivir hoy 
— informaba Capa en cl numero de! 27 dc agosto de la revisla Illus- 
trated — , Pero es un lugar donde se oye a los jovenes eantar por la no- 
chc y donde hasta los viejos bablan del brill ante porveflir que les 
espera.)> K I pais ya habia cambiado radical mente desde la apresura- 
da partida de Capa en julio de 194R. En los meses transeurridos des- 
de entonces, Israel se habia convertido en el hogaT de cientos de mi- 
les de jovenes socialists que en esos dias estaban oeupadus constru- 
yendo un pais nuevo desdc cero. A Capa le recordanon a los Idealists* 
que habia comx-ido en Barcelona el vcranode 1936, antes de que el fas- 
eismo acabara con sus suenos dc una nueva nacion democratic^. 

Lo que a esos diligentes fanaticos les fallaba en semido del hu- 
mor lo eompensaban con optimismo. De heeho, sus esperanzas, re- 
forzadas por la victoria sobre varies ejencilos arabes, sc contagiaban 
rapidamenle. Capa advirtio que fbrmaban pane de una gran «as.um- 
blea de exiliados» procedentes dc cxbticas tribus del desierto como 
los habanim, de entre los csqueleticos supervivientes de Auschwitz y 
de los guetos > puebbs de toda una Europa asolada por la guerra : \ 
En la ciudad portuaria de Haifa los fotografio llcgando a mi Marcs cada 
dia, «A los poOQS minutos de su llegada los pasajcros, la mayoria sin 



* Eslc libra foe la eolalwracion de mas exiu> de Capa con un esoriutr, niuy 
KUperuir a A Russian Journal. El anilisis lirico de Shaw y bs rctraios profijjidaEneritc 
conip^ivos de Capa se cortihi rtahun dando lugai a un ee.pwtajc dc attL^tmo ravel. 



266 



Un camimt lit rtiuerle 

hogar desdc hace muchos aiios y ciudadanos de ninyun pais, se es- 
tan convirtiendo en ciudadanOft con pleno derecho de Israel infor- 
maba Capa — . Lucgo son sometidos a un cxamen medico y se suben 
a los atestados cam i ones cjuc esperan.» A continuation estos super- 
vivienlcs tendrian que luehar contra un nuevo e&smigo; cl desierto. 
Para sobrevivir en Israel pronto cstarian trabajando largas jomadas 
para crear colonias, infraeslructura basic a y suministros dc agua*. 
Dicho sea en su honor, Shaw advirtio en Report on Israel \v 
mucho que habian sul'rido los palestinos arabes con la formaeion de 
una nacion sionista para los supcrvivientes del 1 lolocaustu. Pero no 
mencionaba iwla la extension de la diaspora palestina que habia crea- 
do Israel y en su librx> no habia una sola folo de un arabe. Para ser 
Justus habria que senalar que Shaw y Capa estaban prevcrtidos con- 
tra cubrir cl bando arabe porque habria result ado demasiado peligro- 
so, sobre todo para Capa, que a estas alturas era un judio famoso, 
avetiturarse a entrar en las zonas conimladas por los arabes que lin- 
daban con Jerusalem y otras ciudades, Pero Capa si lo intentb, y para 
entrar en una Jerusalen controlada por los arabes estuvo dispuesto 
incluso a disrrazaise de camdlero beduino, pese a las advertencias de 
que 5)robLililemente lo matarian si lo descubrian, aunque at final opto, 
con gran alivio de Shaw, por obtcner fotos de la zona arabe a traves 
dc un fbtografb arabe. Sin embargo, en cl numero del 27 de agos- 
to de 1949 de illustrated si aparedb una folo reveladora. Con el pie 
«E1 ardbc errante», la foto de plana entera mo.straba una wnueva fi- 
gura tragiea». un arabe de mediana edad vestido con ropa tradicional, 
en ire einco y diez pasos de el, Los separaba un alambre dc espino**. 



* Hn la mayoTia tic Us ftiios de Capa» los nosrrwi, jivencs y viejos, irradiian 
alcgria. Los humNex sudan de sol a sol vcslidos con mugricmos uni formes caqui bajo 
un talur iibfus.uiJor. Sus mujeres, muy broaccidas y twfi la [lenudurj britlante, an- 
dan eoa difcjliad pof cl (lesierto con sus calcdincs <x>na\ bhueos, so]irict»do por un 
GOGKntario descarado dc Capa. 

•* Kenneth Bilby. que tumb^ii v(iIvil'j para el primer anivcrsario de Israel, in- 
fomiaba con mas dclalk wuhre l:i nwevj diispftra arabe en Fakstina. En ,V«w Star in 
the Eai'T afirmabd h\k lim puiihliVK Arabes eon^iderados ^inhabitablcsi* habiati iido 
arras-ados «paro inip^irel regreso de sus. habilantes". Ochoeientos rnii ifabes ha- 



267 



Ssngn? y thampan 

Shaw tambtcn rceordaba que la mayor parte dej tiempo que pasb 
con Capa en Jerusalem, eamino a la sombra de este. Capa era un 
hcroe paTa muchos israelies graeias a su reportaje dc 1948, rnicntras 
que Shaw solo era uji ntirtcam erica no narigudo con un cuademo, 
que soslenia los foeos al lamoso hungaro. El 4 de mayo se reunio con 
Capa para eubrir la celebration del primer an i versa rio de su eafego- 
ria dc btstado y lo vio folograftar a judios ortodoxos, a los que pocas 
veces se fotografiaban, que posabaii para el. Shaw tambten cstuvo con 
el cuando documents olra emocionanle ceremonia de los primeros 
ados de historia de Israel: una procesioii que llevaba las ceni«is de 
doscientos mil judios procedenies dc eampos de eoncentracion. Dc 
nuevo Capa eoloed su Leica a poeos palmos de los rostros de las des- 
consoladas raujercs que juntabati las manos en aciitud de siiplica en 
un cementcrio cercano a las antiguas rumbas de los reyes de Jerusalem". 

Tras varios dias en Jerusalen. Capa regreso c] solo a la cosia y 
visitd el eampamento de refugiados de Saint Luke, a media hora en 
coche dc Haifa. Essia antigua base mililar britanica rodcada de aiam- 
bradn albcrgaba en el presents a miles de supenivientcs del Holo- 
causto. «E1 "pueblo de la alambrada" informaba— que ha pasado 
Pot tantos campos de eoncentracion en la ultima decada, Ikga a la 
tierra de sus suefios para volver a eneonlrarse una vez mas tras una 
alambrada-'.w 

Las condiciones eran muy preearias, la com i da cstaba raeionada 
y las escenas que vio fueron tal vez mas conmqvedoras que cualquie- 
ra de las que habia visto a lo largo de su camera, dehido a su imeres 
personal por el destino de los judios europeos. «EI eampamento de 
Saint Luke — esc ri bio con amargura apenas se diferencia de los 
campamentos de desplazados que conoci en Alemania. [...] Acostum- 
brados a esa vida, no laidan en adaptarsc a la mtina dci eampamen- 
to, I,,. J En estc mievo eampamento de Babel, losaltavoces rcsuenan 
atronadores tan ineesant entente como en Auschwitz a Belsen 3 *...» 



bian ubandonado hn bsfiVU en un aflo de guerre y el Esludn judio habia ocrijldo 
un efleircrti. dc "Poco tiniu^",., Los babes de Paleslina lajiguidcvian en un exilio 
purpeture. 



268 



Un eamino dc imierte 

Durante varios dias hisco fotos angusti antes de ninos huerfanos 
nacides durante el Holocausto que segutan pidiendo afecto a gritos 
entre las rocas y la arena de los nuevos campamentos. Siguen sien- 
do las mas desgarradoras entre las miles dc fotos que hi bo de ninos 
despla/ados a lo largo de su earrera. 

Antes de maaharse de Israel visito cl asentamiento de Gedera, 
donde demnbulo por un eampamento que habia memtado un abogado 
polaco para judios ciegos. muchos de cllos yemenitas que padeeian 
tiacoma. Una de sus imagenes muestra a una nifta conductendo a ties 
hombres ciegos a un comedor, tal ve^ la mas simboliea de todas sus 
folografias tomadas en c! pais naciente, «Mc aeuerdo de cuando Bob 
volvio de Israel despucs de rbtografiar los campamentos de refugia- 
dos — rccuerda su prima Su/y Marquis . Le habia afectado profun- 
damente lo que habia vislo alii. Dcjo sus fotos en la uficina de Paris 
para que otro las preparara para su publication. Me dijo que no po- 
dia soportar volver a verlas.» 



269 



21 



EI reino de los sentidos 



Capo taagtepb* a la £enlc a su alredcclur, ios aknta- 
ba. les enscriaha, a v«cs hasta ies daba dc comer y tos 
vestia, La obra de Ht*g persona* adquiria una macstria 
especial. >■ sin embargo d propio Capa parccia Lin 
hombn: dc vida akgn: y desciU'renada que rieia y bebia. 

Gabi Eltos Math. 7*r Mad .Ktmmk 



Capa recunio con la mirada la sal a atestada de mode los, actrices y 
debutantes dc Upper East Side, eorao eabia esperar del club noctur- 
no de muda de Greenwich Village. Cafe Society. Una mujer 1e llamo 
la alencion: Jemmy Hammond. «Era una morena alia de bonitos ojos 
grander y una alraelivu nariz recta que siempre envidte recuerda 
Jozefa Stuart, que entonces era su vecina y confidante -. Era muy 
fologenica y habia ido una vez a Hollywood para convert! rse en es- 
indla de cine, pero no sahia actuar'.» 

Hammond era una eompafiera agradabk y una gran bebedora, 
ocurrenie y libre y sin com promise Lras divorciarse del pmductor 
discogratieo John Hammond* Se convert iria en la novia mas formal 
dc Capa hasta d final de su vida. Scgun su hijo, John Hammond, se 
enamono loeamente de el al instanle, pero lamentahlemcnte el no 
pudo volvcr a verla en varios meses porque tenia que regrcsar a 



* Hammond ya era una Icyeitda on cl mundo de la musica. y rrtas adclante des- 
cubnria a Bob Dylan. Bruce Springsteen y ottoi mucbos, 



270 



El reino dc los seniidoi 

Europa a la manana siguiente; tenia un asunlo urgente que alendcr en 

Paris 

La agent ia Magnum neccsitaha con urgeneia reclutar a nuevos 
micmbros si queria eompetir con otras agencias en cubrir las noticias 
de todo el ittundo. Y asi, desde 1"949 hasta su muerte Capa enrolo a 
varios fotografos. Dcsde entonces la muyoria se ban heeho famosos 
por dereeho propio y varios siguen siendo micmbros de Magnum: 
I sve Arnold, Eiliol brwill, Burt Glinn, Inge Morath y Marc Riboud. 
El primer miembro que Capa rcclutd fuc Werner Bischof. un fo- 
lografo suizo que le habia impresionado eon una desganradora serie 
de fotografias tomadas en 1946 que mostrnban la diflcil situation de 
los ninos refugiados dc Europa. Ingreso en la agencia Magnum en 
parte por las ideas politicas de Capa y Chim y su participacion en la 
gvierra civil espanola, Aunquc Capa solo tenia tres anos mas que el, 
al princtpio BisehoNo veia a veecs como una ligura paterna. Con los 
anos Capa lo antmo a seguir su ins tin to haeia una obra mas arlislica 
mientras se ganaba la vida, con gran frustracion, colaborando para las 
revislas principales. Al final Bischof se can.sd de que Magnum no 
pndiera proporcionarle el apoyo economico que le ofrecia Life: y 
critieo a Capa por no desamillarse como letografo. Pero siguio siendo 
fiel a la agencia. Padre e hijo rebclde esiaban destinados a morirsolo 
con unos dias de diferencia-. 

Inge Morath, austriaca dc nacimiento, I lego a Paris en julio 
de 1949 y rue en lax! diTcctamente de la Garc de l'Esl a la ofieina de 
Magnum, que entonces seguia en cl cuarto piso del numero 125 
de la rue du Faubourg-Saim-Honore. En el ascensor habia un letrero 
en cl que se leia: el ascensor sube pero no baja. Cuando entro en la 
oficina. vio que «parecia un apartamento con eocina, cuarlo dc bafio 
y dormitorio. Solo la amplia habitaeitin delantera tenia un vago aire 
de oficina. En clla habia una mesa alia para trabajar, un telefono con 
on cable largo que podia llevarse por la habitacion, unos pocos fiche* 
ros y un stifa en el que a menudo dormia cuando no tenia dinero; muy 
practico de no ser por la ausencia dc sabanas y la llegada muy tern- 
prana del conserje cada niariana para limpiar)>\ 

Esa nochc ccno eon Capa en Sainl-Germain-dcs-Pres. y luego 



271 



Sangre- y ehampan 

bailaron vals por eslrechas calles bajo un dele iluminado con fucgos 
artifidales. Era d dia de la toma Jc la Bast ilia, Morath diec que Capa 
enseguida se hi^o cargo de ella. recomendandole que liiciera dc ayu- 
dante de Cartier-Bresson y que te buseara ropa elegante. Cartier-Bres- 
son em d fbtografo «mas rapido» que elb habia conocido. Aprendio 
a hacerse invisible torno el, llevando ropa corriente, y a tratar de tc- 
ner siempre en metite la imagen que queria. El ic dijo que m Irani las 
imagenes del reves paru «juzgar la composition". 

Urto de los primeros trabajos que hizo Morath para la agenda 
Magnum b llevb a Espana. «En una fiesta en Madrid eonoci al di&c- 
iiador Balenciaya recuerda . Creo que le guste por mi profession 
arriesgada, y me rcgalo un par de Irajes con bolsillos por todas par- 
tes para las cameras y los rollos de fotos. Eran tan elegantes... jTo- 
davia guardo uno! Cuando volvf a Paris y se lo conte a Capa, me dijo: 
"[Vamos! jlnviiame a cenur!". Me pus.e uno de mis trajes y d excla- 
mo; "jUau! jMirale! '. Despues de eso Balenciaga me hizo toda la 
ropa durante mueho tiempo.» 

Capa salia a etnar y de copas con sus reciutas, los consoiaba 
cuando tenian desenganos amorosos, les buscaba el encargo ideal y 
haeia que el trabajo para la agenda Magnum parecicra la mas K bmu- 
roM de las prol'esiones, A decir de todos, era un mentor muy inspi- 
rador y todos sus rcclutas siguen reeordandolo con gran afecto. «Era 
sumamente generoso con su tiempo dice Moraih— y con el dine- 
ro cuando tenia. Jamas he eonocido a nadie con mas olfato para la 
genie y para sacar lo mejor de ella,» 

Inge Morath habia llegado a Paris con uno de los mas intercsan- 
tes y quizh mas creativos de Eos primeros reetutas de Capa, Ernst 
Haas, descrito pur la ex investigadora de la Magnum Inge Bondi 
eomo «anjoven esbelto y de pasu agil. con una mala de pelo que 
pareeian cascadas en un paisaje chino» J . Haas tambien entrd en la 
Magnum en Julio de 1949, despues de ser presenlado a Capa por el 
director de Heme, Warren Trabant. y rcchazar a eontinuaddn una 
oterta de la revista Ufe. Capa le habia convencido de que solo la 
agenda Magnum le ofrecia lo que el mas deseabu; libertad artistica. 
Despues de ingresar en la agencia fue a corner con Capa. uMe feH- 



272 



El raimt dc Inn iitnlidui 

citb por haberme converiido en * h accionista"»> recordaba. Pero (F que 
significaba ser «accionista»? «Significa — ex plied Capa que tu 
dinero esta en Magnum, que Magnum es una empresa sin a fan de 
luerti y que nunca volveras a ver tu dKHfir/j* 

Haas se rnOStro parti eularmente perspicas? al observar que el fun- 
dador dc Magnum buseaba en su obra erear una «poesia de guerra, 
una poesia lragica». «Creia estar en contra del arte, la religion, la 
poesia y lo sentimental, pero eran sus manes [las que] realmente re- 
vdahan su pertvonalidad. Eran tiemas y temeninasi, todti lo contrario 
& su aspecto general, voz y demas. [..,] Capa queria afinnar sencilla- 
mentc: "Estuvc alii", y queria hacerlo sin ninguna COflaposkirjn, de lal 
modo que experimentaras de vcrdad la realidad de un acontecimicn- 
to, Y uno no componc realmente si solo alerriza ton un paracaidas. 
Hso es una sensacion, y el supo crear csa dase de sensacion*.» 

Poco despues de reclutar a Haas, Capa se tomb un bien mcreei- 
do descanso y se di rigid a uno de sus destinos esti vales favoritos al 
sur, la cosia Azul, donde muthos amigos come. Irwin Shaw y Peter 
Viertel tenian alquiladas villas y casus de playa un par de meses al 
afio 7 . La ultima ve/ que habia cstado en ese paraiso estiva! para rieos 
fue en julio de I94S, despues de volver de Israel. Cuando no jugaba 
en los casinos, se habia dedieado varios dias a Ibtografiar a Pablo 
Picasso eon su hijo dc un ano Claude y la madre de cste, Francoise 
dilot. Uno de sus muehos retratos, que muestra a Picasso con una 
sombrilla para resguardaT del sol a la cautivadora Gi lot, es ahora la 
das tea imagen dc la pareja. 

Ese verano Capa paso varios dias con Henri Matisse en su casa de 
Ni/a, cuyas paredes estaban cubiertas dc cnormes murales que acaba- 
ron decorando una iglcsia cercana. Matisse, a sus setenta y nueve anos, 
corpulento y con barba blanea, pasaba la mayor parte del liempo M la 
cama con su querido gatoal !ado, luchando con suarlritiv Laenferme- 
dad le habia dejado los dedos imposibilitados y Capa lo fotografib uti- 
lizando un lapiz de carbon sujeto a una canita de bambu, un tnelodo 
menes doloroso para trazar ios eontomos de sus dibujos. 

Esc misrnu verano Capa se alojo con Irwin Shaw y su tnujer 
Marion en la casa de verano que estos tenian a la sombra de los pi- 



273 



Sangre y champin 

nos en Antibes, Villa Shady Rock, que dominaba el MeditciTanco, 
Una nochc poco despues de su llegada, Shaw lleyo a Capa a su bar 
favorite, frecucntado por marineros que a menudo jugaban a un ex- 
trafio juego que consist! a en arrancarse vello del pecho. aLos jugado- 
res se met Ian seneillamente una mano denlTo de Ea camisa, agarraban 
todo el vello que podian y se lo arrancaban — escribib Shaw—. Luego 
dejahan el vello con cuidado en una servilleta de papel pata que lo 
ewnlara un arbirro nombrado por su honradcii.w El que perdia paga- 
ba la siguiente ronda K . 

Un dia Gijon Mili t fotografo de Life, apareeib en la puerta de los 
Shaw para apuntarse a la fiesta, HI y Capa hicieron causa comun persi- 
guiendo a mujeres por el dia y yendo al casino por la noche. «Prestabas 
[a Capa] los doscientos dolarcs que necesitaba para devolvcrte los dos- 
cientos que le habias prestado la noche anterior" — reeordaba Shaw — , y 
que enseguida perdia en el casino de Cannes. [...] No era un vcrdade- 
ro invitado ni un verdadcro amigo m nada, era Capa, magnifico y scn- 
lenciado. . . » La<t mis dc las veces Capa vol via a Villa Shady Rock sin 
blanca pero con una chica o prostitula como premio de consolation. 
Segun el bibgrafo de Sltiiw, Michael Shnayerson. «mas de una mafia- 
na Shaw tuvo que tomar por asallo d armario de Marion en busea de 
ropa que las chicas del fotografo pudieran ponerse para no cscandali- 
^ar al vecindario euando se march aram! llh , 

Segun James Salter, un escritor que fue amigo de Shaw en sus 
ultimos arics, Capa tatnbicn quemaba los mueblcs, pasaba horas in- 
terrainables sentado «sin hacer nada con la ceniza de cigarriKo amon- 
tonandosde encima de la ropa»", y rfluy pronio In paciencia de Ma- 
rion Shaw llego a su limite. Llegc a la conclusion de que Capa habia 
perdido el control sin una guerra que le diera un none y al final m- 
sislifs en que tenia que marcharse. Fue Shaw quien le pidio que se 
fuera, «algo que nunca me he perdonadu»' : . Mas tarde se inspiro en 
Capa para su novel a Evening in Byzantium, en la que el pratagonis- 
ta recuerda a «un invitado que contribuyd en gran medida a esiro- 
pear» un verano en la costa AzuL 

A principios de septicmbrc de 1949 Capa regresaba en avion a 
Nueva York. Una manana otonal volviii a apareccr en la puerta de 



274 



El reino dc los wniidos 

Greenwich Village de Jemmy Hammond. Habiendo llegado a la con- 
clusion dc que se habia marehado para siempre. el la se alegro mucho 
dc verlo, «Una vez le comenli a Capa que creia que Jemmy era una 
verdadera belle/a — recuerda Jozela Stuart — . Capa dijo: "No fue eso 
lo que me atrajo de ella, sino que se alegrara lanio de verme euando 
fui a veria de nuevo dcspu.es de varios meses". Capa necesitaba real- 
mente afecto.w 

Capa y Hammond enseguida tuvieron una rdacidn muy intensa. 
Pero ella no era libre para scguirlo a Paris. Tenia dos hijos pcquciios 
de su matrimorUo eon John Hammond y, de acucrdo con los termi- 
nos de su divorcio. no podia llcvarselos de Estados Unidos, Segun 
John Hammond hijo, los siguientes cinco anas hasla la muerte de 
Capa, ella esperaria a que vohiera de su ultima aventura, pasaria unas 
semanas con el en Paris eada verano y de vez en euando se reuniria 
con el en kis Alpes para esquiar, < 'on los anos llammnnd \o ;ipremio 
para que se comprorncticra eon ella, pero el no quiso. «Una vez ella 
me dijo: "Ojala dejara de ir de aea para alia, apostando sin parar" 
— recuerda Jozcfa Stuart — , "Me iria a vivir a Little Rock, si eso fuera 
lo que hacc falta para llevar una vida normal".» 

Capa no queria por nada del mundo llevar una vida normal; su 
padre habia dado ejemplo de como evitar a toda costa la prosaic a 
rut in a. Era como si aflojar el ritmo o afincarse en un lugar equtvaliera 
a una muerte lenta. De modo que en vez de eso optb por hacer el 
papel de ban viveur libre y sin eompromiso, el houiewrdicr pmfesio- 
nal que su padre siempre habia aspiradtt a ser y en quien se habia 
convertido el en esos dias. La amiga de la infancia de Capa, Eva 
Besnyd, recuerda que fue a Paris a principios de U«s cincuenta. Capa 
la invito a reunirse con el no para ccnar tranquilamente como ella 
espcraba, sino para asistir a un coctel. El Capa que habia conocido 
durante veinticinco anos se habia vgello tristctnente rtsuperfieial»- vA\ 
final nuestta amistad se desvanecid dice . Tuve la sensacibn de 
que lo habia perdido.w 

Cuando ella le pregunto si podia conseguir irabajo a traves de 
Magnum, Capa respondio a la mujer que le liabia iniciado en la fo- 
togralia que no servia para la agenda, «no era periodisticaw. Su es- 



275 



Sangrc y champan 

let tea era detnasiado ahslracta. I ,s posiblc que larnpoeo qutsiera lener- 
la cerea para recordarle a el y a !os demas el que habia sido: Andre 
Fri&dmann, cl joveii buscavidas que ella habia conocido en Hung.™ 
y Berlin. 

Otros fotografos corao Fen no Jacobs, Herbert List, Homer Page 
y tiisi'lc Freund ingresaron como corrcsponsales a tiempo partial, 
pero no eomo niiembros dc pleno dcreeho. Mas tarde Giscle Freund 
sostuvo que Capa 1c habia dicho que era miembro de pkno derecho 
y el la le habia entregado varios cicntos de do I ares, Cuando dejo 
Mugnum, afirmo que Capa negaba que ell a le habia dado dinero. «A1 
Final de una carrera inereibl entente bri Haute — ha oscrito elta sin re- 
sentimiento — , no tenia mas que unos pocos trajes bicn cortados, 
aunque su obra eH3U tola I i dad tenia un valor ineonmensurablew 1 - 1 , 

tn 19? I Maria Eisner tuvo la osadia de quedarse embarazada y 
Capa ocupo rapidamente sg puesto eomo piwdente dc Magnum. 
Pero no iardo en deseubrir que ser su cabeza visible era inFinitamente 
preferible al tedio de llevar las asunlos del dia a dta, y a los poeos 
mescs empczo a busear a alguien que lo reemplazara. A uno de los 
que acudio fiie Waiten Trabant, quien en csos dias trabajaba en Pa- 
ris para h OTAN, «Yo le habia dicho que no queria llevar un club de 
fotografos — recuerda Trabanl — . Una agenda de lotos profesional 
habria sido olra eosn.» Tambien le habia dicho a Capa que no queria 
«cambiar panales». Esta vex hromeo diciendo que no queria llevar 
«una guarderiaw. 

Hacia Navidad de l°5 I parecia que la oficina de Nucva York dc 
Magnum iba a obtener por fin ganancias, unos setecientos dolares, 
Capa decidio organizar una Fiesta en una sal a privada del hotel Algon- 
quin y„ segun John Morris. nanuncio que habia barra libre para los 
amigos de Magnums. Empczo a nevar mueho y los behodorcs empe- 
demidos mdeeidieron aplicarse» 14 . La cuenta ascendio a mucho mas 
de setecientos dolares y si bien la esplendidtv. tal vez granjeo a Mag- 
num las simpatias de varios directores de publicaciones, irrito a mu- 
cho; de sus empleadoK. 

Llevar unit empresa eomo Magnum no era cl merle de Capa. Le 
gustaba hacerse el hombrc de ncgoeios, sobre lodo en aim tier zos 



27ft 



El reino de los senridtas 

caros, pero la administration y organizacion de Magnum enscguida 
se convirticron en un oneroso aburrimientti. Fra una persona dema- 
siado inquieta, demasiadu anarquica para concentrarse en minucias 
como los balances de cuentas y preoeuparse mucho por su balance 
final. 

<t[Capa] sabia que era incapaz de adaptarsc a una vida normal con 
una esposa, un empleo fijo y un piso en Paris o Nueva York en lugar 
de la agradable iransitoriedad de vivir en un hotel — ha eserito su 
amigo Peter Viertel — . Era un bohemio tan incurable que ni siquiera 
le gustaba ir a cenar a casa de alguien, prcfiriendo los restaurantes y 
los cafes, y quedarse de pie en la barra hasta bien entrada hi noehc. 
hub I audit con desconocidos ls .» 

A Capa le iba el eaos, no la diseiplina y el orden necesarios para 
mantener a flote una empresa mediana eomo Magnum. Tal vez su 
mejor aptitud como director era eneontrar a gente e inspirarla para que 
irabajara por una miseria. A veces Magnum parecia a primera vista 
una agenda de modulus debido a la prcsencia de las invest igadoras 
invar iahlemente guapas que Capa contralaba para eorrelear de aqui 
para alia, atendiendo \aa necesidades y egos de los tundadores. La 
mas guapa de todas era la talentosa cscritora inglcsa Gael Elton 
Mayo, que deseribio a Capa eomo ((robusto y moreno. con una atrae- 
cis'tn animal, ardiente^, y se derretia cada vc/ que el se le acercaba y 
le susuiraba algo. «Eres la criatura que me va*.i> «Tengo recuerdos 
encantadorcs — cscribio el la mas tarde . Capa y yo eon Chim en la 
White Tower del Soho; Capa con un cigarrillo casi consumido en los 
labius, la mirada perdida en una futura noticia mientras Chim se ocu- 
pa del menu. [. . . ] Los ojos [dc C'apa] risuenos, entrecerrados; la eier- 
na colt II a de cigarrillo; el hecho de que fuera a todas partes pero 
nunca tuviera un esmoquin"'.» Olro de sus recuerdos imborrables era 
de Capa jugando al millon en el cafe de debajo dc Magnum, hacien- 
da una mueea a truves de las nubes dc humo azutado mieniras dispara 
pclotas plateadas a las brillantes luces, hora Iras hora. 



• Una fotografia facililadn por su hijs mucstra n rapa beiando a Mayo en la 

ircnlc. Klla parccc profundamcnic cnamonsda. 



277 



Sanyrs.' y champaTi 



Warren Truhant dice que Capa rara vez hablaba de negocios mas 
de unos minutos en e! cafe, que convirtio en la verdadera oficina de 
Magnum, prefiriendo charlar, copa de vino tinto en mano. de una 
camera de caballos, un nuevo resLaurante que Chim habia descubicr- 
to o una parlida de poquer planeada haeia tiempo. Los demas a me- 
nudo tenian la impresion de que el juego habia acabado sustituyen- 
do a 3a fotografia como su principal ocupaeibn. 

Si un auditor independientc hubiera examinado los Itbros de 
contabitidad de Magnum de principios de los anas cincuenta. ha- 
bria descubierto irregularidadcs financicras que hoy constituyen un 
desfalco", Capa eehaba mano de los ingresos dc sus socios y re- 
clutas para pagar a sus mujeres, ropa cara, reslauranles y, por cn- 
cima de todo, sus apuestas. No es que fucra a dcspedirlo ta agen- 
eia que el habia fundado. Los miembros que el habia reeiutadu le 
deb inn sus cameras, de modo que habia pocas posibilidades de 
que hubiera una protests scria contra ese uso irregular de sus in- 
gresos, 

Pero su actitud no era deliberadamenie fraudulent^. El incondi- 
clonal de Magnum Elliot Erwift, que ha si do quiza ef que mas bene- 
He ios ha reportado a fa agenda de forma continuada en dncucnta 
arios, reeuerda haber ido a la oficina de Paris de Magnum a princi- 
pios de los cincuenia, o mas bien al cafe de debaje de la oficina. 
«Capa habia ganado una apuesta dohk en Longchamps. Entrb en el 
cafe con un fajo de pilletes que dividio y empcze a repartir a todas 
la.s personam a las que debia dinero en et cafe y arriba en la oficina. 
Cuando lerminb tenia las manos vacias.» 

Durante el tiempo que fue prcsidonla, Maria Eisner siempre le- 
mio que uno de los fiindadores volviera de algun cneargo en el es- 
tranjero y exigiera que le pagara todos sus honorarios 1 ", De hecho 
ocurrio cuandu Cariier-Bresson regresd tras haber pasado tres anos en 
la fndia. Le debian varios miles de do (ares y dijo a Capa que neccsi- 
taba dcsesperadamenle el dinero. 

^,Por que? — pregunto Capa — . Tu mujer ya bene un abrigo de 
pieles, no ncccsita otro. Y a ti no te gust an los coches, £,Que piensas 
hacer con el dinero? 



278 



E! reino de los scntidos 

Cartier-Bresson queria comprar una easa a tin precio regalado y 
utilizar el dinero para restaurarla, 

— He cog ido tu dinero porquc estabamos practicamente en ban- 
carrota repHeb Capa. 

— Oh, pues podrias habcrme avisado. 

No te altered- Vamos, Premingeresta haciendo una pelicula. V'e 
y ha/, lotos de la pe lieu la. 

«EI dinero no era un problema entre nosotros — declaro mas tanle 
Cartter-Bresson— , Nosotros tcniantOS que vivir, mientras el jugaba 
y nos properdin aba trabajo. Siempre fue asi^.w 

Segun Suzy Marquis, que tenia la Have de la caja para gastos 
menores de Magnum. Cartter-Bresson no hablaba de ello con lanta 
indiferencia. Recuerda diseusiones a voz en grito entre Capa y su 
aristocratico compariero, «C artier-Bresson pensaba que Capa era 
de otro mundo — recueida ella — . Lo aprcciaba. pero no lo enten- 
dia en absolute, ni entendia lo que deeia la mayor parte del tiem- 
po: su mc/cla de ingles chaptirreado eon palabras de aleman y un 
poco de hungaro. Cuantlo sc ealdcaba de verdad el ambiente. Bob 
daba un goipe en ta mesa. Chim siempre trataha de arreglar las 
cosas. Al cabo de un rate habia una tregua. Al final Henri acepto 
que Bob nunca eambiaria, Con tal de que pudiera salir y hacer las 
fotos de lo que queria cubrir a su manera, estuvo bastantc con- 
tento,» 

La viuda de George Rodger, Jinx, recuerda que la aficion al jue- 
go de Capa era una preocupacion constante entre los eofundadores de 
Magnum. Su marido discutia eon el por dinero, lo mi mho que Cartier- 
Bresson. «Capa perdia el dinero jugarsdo —dice- . No parceia impor- 
tarlc. pero a nosotros si nos importaba, A I final Chim y Cartier-Bres- 
son decidicron que no podiati confiar en que las apucslas de Capa 
dirigieran la agencia. Iban a IcnerquC hacer algo.w 

Capa siguib siendo hasta el final no solo un jtigador empeder- 
nides. sino tambien un buscador de seso anonimo con prostitutas. 
Si habia ganado apostando en un cabal lo, habia prostitutas-mode- 
los fumando Lucky Strike en los bares de los alrededores de los 
Campos Hliseos, su tcrritorio favorito. Si preferia una visita a un 



279 



Sangrc y champii) 

burdel a un polvo rapido en el Lancaster, estaba La Mai son des 
Nations, donde las habitaekmes estaban adecuadamente decoradas 
pain un hombre de gustos tan internaeionales: la habitation orien- 
tal tenia un tat ami y una pkutcba de made:™ del monte Fuji. La_s 
cbicas eran T por supuesfo, deslumbranlemente exottcas y jovenes. 
Y si la suerte no le acompanaba. estaban las veinte mil o mas 
putains de labios color guinda y cscesivamente perfumadas pcro 
dc preem economieo que merodeaban por los oscuros alrededo- 
res de la plaza dc la Bast ilia, y euros coins de pluisir dc lodo 
Paris. 

Las obsesiones de Capa ta] vn? lenian una explication. Esta- 
ba aburrido. «Hay que lener en cuenta que Bub era un hombre de 
accidn — dice Suzy Marquis — . Qucria ser testigo dc su epoca. 
Tenia que estar siemprc en movimiento, actuar, estar en el lugar 
adecuado en cl memento oportuna |...] Toda su vida la paso yen- 
do de aca para alia, principal me rite eomo una form a de sohrevi- 
vir.w Nacido y eriado en medio de eontlieto. euanto m:is tiempo 
pasaba jugando al mil Ion en un bar llem> de humo de Paris, ha- 
ciendo Frente a rinas por dinero dc la agenda y a discusiones por 
pics de autores, mas echaba de menos la I vez el desafio dc la fo- 
rografia de guerra. Un contemporaneo suyo que cubrio ta Segun- 
da Guerra Mundial admitc: «Nunca he lenido un orgasms que 
pueda eompararse con los subidoncs que ejtperimentaba tras un dia 
de combate. La adrenal in a recorriendo lodo mi cuerpo hora tras 
hora. lira una sensacidn indeseriptible; lo mas fucrle que puedes 
experimentar es estar en la primera linea del frente. bajo el fuego 
del enemigo. en una gucrraw. 

Capa dijo a sus amigos que odiaba la gucrra y se alegraba «de ser 
un fotografo de guerra en paron^. pero la gucrra le habia convertido 
en una leyenda y. si qucria mantenerla. tendria que volver al eampo 
de batalla. Sin embargo, tambicn sabia que tenia pocas posibiii- 
dades de regrcsar dc la siguiente zona de guerra. Ya habia eubierto 
euatro gucrras, y el heeho dc que le hubiera fa It ado tan poco para 
morir en Tel Aviv lo habia dejado muy perturbado y mueho mis eons- 
eiente dc su mortabdad. Tal vez por esa razon nu cubrio la guerra dc 




lil reteo dt; los sentidos 

Corea de principles de los cincuenla, xaenficando asi su rango de 
fotografo de guerra preeminent de su generacion*. 

Varios contemporaneos de Capa sosticnen que la guerra dc Co- 
rea no le motive lo suficiente para jugarse una vez mas la vida en eSla. 
«<En una guerra tienes que odiar o anw babia die ho en una ocasidn 
a Martha Oellliom , ticnes que adoptar una postura o no aguantas :i ,» 
Pero es posible que hubiera una razon mas prosaica: maiHcnido por 
Magnum, no nccesiiaba desesperadamente el dinero, Ver a una poten- 
eia imperial malar a campesinos no justificaba suit el riesgo. 



* CufaritTiin !a gucrra niiigjiifieaiiiente varios foiografbs, pero tal vcz dc manera 
mifi cnuxriunuiiit e\ tit nriirint' twrteaniericano David Douglas DurKan, orpilbsio jm- 
liidin dt-l soldodD estadoujii dense comcutc, cuyt* vSituiri^mo tnwslsw en las pajjinas 
deLiJL'. Aujique Capa no fue a Corea, su primer rc^luia, W^nier Bi^hnf. ftiti^rufio 
la guerra para Magnum, conccnlrandoBe en tas vitiin-ms di: Ids tn«nbard*os ntsrhiame- 
ricanos, Pcro tomo cihserva Wilkr en Magnum. Tafia describio esas folos coino nide- 
niitsiadi) \XB)pt8ivtt&# pan vs.-ntld rlas a Lift', mas panidario que nmiea de la agicsioB 
noncameritiina en F-xtnL-Enn CMcitie. 



280 



2S1 



; r C6nit> Ht posiblc que sea viejo? 



22 



^C6mo es posiblc que sea viejo? 



Bob tenia una matters especial dc demostrar que se 

divertia; cur los ojos seniiccrrados., una sonrisa dture- 
ja a orcja y un oyamlb etilre (os labius, reia muy ba- 
jitt>, entreeortadamente Espcrabas que solum una car- 
tEijdda. pcro nunca Jo hacia. Kit ese runrtineo pcrcibia* 
una gran alegria interior. 

Mientras otros fotografos k robaban la gloria en Carea, Caps salvo 
a la agenda Magnum de la bancarrota eortejandu a ratios clientes im- 
portances: el Picture Post tig 1 .ondres, la oficina de relaciones pfrbli- 
eas del Plan Marshall y, el mas lucrativo dc todos, to revista Holiday 
de Ted Patrick. Lo* frutos de su re lac ion con Patrick y su director de 
fulografla, Frank Zaehary, mantuvkrun Maynum a I comienzo de la 
decada de los cinctienia. 

Zaehary reeuerda con afecto la obra y la amistad de Capa. El 
murtdano fold^rufn y hnn vivanl, con acceso a la mayorfa de los 
cfrctllos glamurosos, era el «colaboradar ideal» para su revista, «Bob 
tenia un gran sentido del humor y eso se notaba en sus fotos — rceucr- 
da — . No raentia en sus fotos, decia to verdad tal eomo la veia. La 
ironta era una parte importante de su filosofia visual. Entonees no 
podtos ser judio hungaro y no lener senlido de la ironia* » 



Capa paso el invicmo de 1950 en los A 1 pes preparando un largo re- 
ports je sobre esqui para Holiday*. Hn su primcra visita a Klosters, que 
prefer! a a cslaeiones dc esqui mas pretenciosas eomo Davos, Capa se 
alojo en un hotel llamado el Chcsa-Grisehuna. El duenodel hotel. Hans 
Guler, un atracti vo ex campeon de esqui, le ofrceio una «| habilacion] 
revestida de paneles de madera, eon dueha eromada. tres comidas, ca- 
lefaecidn y ambiente inc initios, par seis do lares al dia»'. 

En el bar del sotano del hotel, donde un pianista tocaba piezas de 
Chopin y Strauss, Capa conocio a Judith Thome, una despampanan- 
le estudiante del Vassal College, una de las universidades de la Ivy 
League. Tenia el eabello negro y brillante. mirada picara, un gran 
sentido del humor y un eucrpo atletico que hacia que la gemc se 
volviera a miraria, sobre lodo cuando llevaba pantalones de esqui 
cenidos, y estaba sola en Suixa en un viaje de seis semanas. VoEvio 
a enectntrarsela en el bar del exclusive- Grand Hotel du Mont-Cervirt 
en Zermal. al abrigo del famoso Matterhom. Esquiaron juntas, con 
Thome ptjs,ando para el, y empezaron una avenlura amorosa que duro 
de forma esporadiea tres anos\ 

Mientras viajaba porel mundo eon una saneada euenta de gastos, 
Capa parecia salisfecho y Eve Arnold lo recuerda animando muehas 
reuniones con un carisma y un entusiasmo irresistibles**. «Capa era 



* Para un rcportaje sabre Paris que h publico unalmcntc en abrti de 1 953, 
Zat-htirY encaj^o a Canicr-Bresson folografiaFi en color, Solo mas tandc *c enter* dc 



que Canier-Miie.'iXLin iHliahii imbajar en color y habia pedidit a Capa que hicic™ las 
fotos en su lugar. Cuando aparwip cl niimcro con las lotos de Capa al ladii dc la fimia 
dc Cartier-arEsson, nuichui foidgrarosi ■ .■ i'ultoh conriendo a comprat 1 ktdos Itts nuitic- 
m% qw pudicran conscgulr para vte las pTimtrras y unicas folos en coior de Carlier- 
Rrt^scm. Sc lo tragaran cotno todos Ism demin*, 

* En 1954 Capa rccibio encargos de Foldgi'ufiar y weribir sobre Norucga, Ho- 
landa, JueuMn, Inttianflpdlis., Paris. Munich, Biarritz y Roma, 

** Aiirtna que Capa y $vs eoltgas fimdadorcs ie Magnum fuenjri para dlfl una 
«jnivcreidad de Ibtografiaw. y que ppw horas tn los archi vos exaininandb s,us fi.iios. 
Tambicn recuerda una noche que asi\ri<i a utw Jiesia dondc sonocio a la escrliora del 
New Ynrker Janet Klanner, quieii ci^nircia a Capa, CuanJo Klanncr se entero de qui- 
la mi'n.jifa y apftsionada Arnold trabajaba paru Magnum, le prejrijnl6 per Capa. «CHjo: 
"i,Que piensas iW las Polos de Capa?", Respondi: "Bueisci, no crot* que esten muy Men 
discfladas". Y clla me miro con compasion y dijo: "QuL-rida, la hissorta tampoco 
di.scua bien".» 






282 



283 



Sangrv y champan 

un camaleon que cambiaba sin cesar. No habia nada establecido ni 
fijo en el Hmpleaba una enormc canlidad de liempo, energia y pen- 
samientos contigo. Eso le hacia muy especial." Esla de acucrdo en 
que Capa era demasiado sensible para que no !e ateciaran profunda- 
nicnte las (Uragedias que habia vivido», «Pero nunca lo demostrb en 
mi present; ia,» Todavia visualiza a Capo «caminando por los Campos 
Eliseos con un ahrigo sobre los hombms como una capa y tin eiga- 
rrillo eolgandole de los labios, Como manlenia el eigarriilo alii, no lo 
se, porque parcel a tocarle la barbiila. Detras de el iba una de las su- 
permodelos del mundo. tambien con un abrigo sobre los hombros, 
Tenia novias encantadorasw. 

Los dias de Capa en Paris empezaban eon un largo bano en la 
baiiera del hotel Lancaster. Mientras se banaha Icia move las de de- 
tectives baratas las de Simenon eran sus favoritas-- y luego ho- 
jeaba los periodieos para estar al corricnle de lo que pasaba en el 
mundo antes de estudiar las carreras de eaballos de ese dia en Long- 
champs. ^Tumbado en la baftera con el periodieo, Capa repartia los 
encargos que habia conseguido recuerda Inge Morath . Luego 
iba a hacer sus apucstas. "Ya lo veis, chicog — nos decfa — , tengo 
que quedamic en cl Lancaster porque es alii donde consigo mis 
contactos. Vosotros no los neccsitais. Os podcis quedar en un hotel 
bando,* 1 Y sabias que lenia razon. Dios mio, era una persona diver- 
tidisima.» 

Entre los compafieros de Capa de Longchamps estaban John 
Huston, Howard Hawks, Irwin Shaw, Gene Kelly y cl hijo fabutosa- 
menfc rieo de Aya Khan. Aly Khan. Tan to a Capa como a Huston les 
gustaba apostar fucrte por el amigo norteamcricano de Huston, el 
jockey Billy Pearson. En una ocasidn que Pearson corria en Francia, 
Capa y Huston reunieron a sus amigos para ir juntos a Longchamps. 
Los jockeys franceses habian cerrado cl paso de manera cseandalo- 
sa a Pearson en una carrera anterior y, scgim Huston, cl apoyo colee- 
two formaba parte de un plan para rodearlo en el recinto del ganador 
y pmtcgerlo de una multitud francos a xenofoba. En euanto paso a 
codazos y latigazos por delante del poste de llegada, el ejercito de 
segtiidores de Capa y Huston formaron un cordon protector. Lo des- 





i.C6mfi cs posihk que sea vicju? 

cab fie aron, como era de esperar, pero se quedo satisfeeho de haber- 
se vengado de los jockeys franceses- 1 . 

Si Capa no iba a Longchamps, comia a menudo en a] gun rcslauran- 
te lleno decelebridadcs. Como Irwin Shaw, despucsde unabotellade 
bucn borgoiia le gustaba relirarse para echar un polvo de tarde, A veccs 
llevaba amantcs a una sunluosa es residencia Rothschild propiedad del 
emprcsario norteamerieano Arthur Stanton, que habia conocido a Capa 
en Paris despues de la liberation de 1944, Stanton le habia ofrecido 
ulili/ar el pisocuando el no estuviera en Paris yCapa le habia tornado 
la palabra, Burt til inn recuerda habcrse alojado en cl piso, del que se 
euidaba un mayordomo marroqui llamado Israel. 

«Chim mc conto una hisloria que era lipiea de Capa. Stanton lle- 
vaba anos sin pisar Paris porque estaba muy ocupado, Pero un dia 
llamo a Israel y anuncio que preparara el dormitorio principal porque 
iha a LLegar eon su mujer. Hubo un incdmodo silencio al otro cxlre- 
mo de la linea y enlonces Israel dijo a Stanton que el senor Capa 
esiaba en el dormitorio principal concompania. Stanton aprceiaba a 
Bob, de modo que pidio a Israel que le preparara un segundo dormi- 
torio. Pero Israel tuvo que explicarle que el segundo dormitorio iam- 
bi en estaba ocupado por uno de los amigos del senior Capa. Para en- 
tonees a Stanton sc le estaba agotando la paeiencia, Dijo a Israel que 
tuera a busear a Capa, Israel dijo que no creia que al senor Capa le 
gustara que lo molestaran, Hubo un largo silencio mientras algutcn 
iba a busear a Capa, Al linal Capa eogio el telefono. "Arthur, no te 
preocupes — dijo — . Tenemos una maravilkisa habitacion para li en 
el hotel Lancaster.*^ 

Las mujeres con quienes Capa se acostaba en la resideneia de 
Stanton y en el Lancaster variaban macho, pero lodas eran guapas. 
Pamela Churchill seguia siendo una de las favoritas y recordaha que 
una tarde Capa la habia pcrscguidt) riendo por los cientos de escaio- 
ites que llevaban al Sacre Coeur de Montmartrc. Lra uno de los mu- 
chos hombres pobres con quicn clla sc habia acosiado, segun conto 
mas tarde a su bibgrar'o; el «era aficionado a I champan y se compra- 
ba las camisas y corbatas en Sulka, pern apenas !e llegaba para cer- 
\evas» 4 . 



>;4 



285 



Sangre y cltampan 

Un ex redactor je ft del Washington Post, Ben Bradlee, se encon- 
lr6 a Capa muchas veces en Paris cuando irahajaba para Newsweek 
a principios dc ios eincuenla, «Tc caia bien o ma I instintivamcnlc, Asi 
de sencillo era con Capa — recuerda— . Todas las mujeres adoraban 
a Capa. Lo trataban con aire maternal y luego el las foil aba hasla 
dcjarlas inconscientes. Su taisses-passw ctiTisislia en ser cse nlfio 
pcrdido'.» 

Hedy Lamarr, la provocaiiva protagonist de la pelicula Samson 
and Delilah [Sanxon y Dulila] de 1949, fue una de las pocas mine 
res que debio de conquistar a Capa en lugar de viecversa, «Me gus- 
lan las pcrsonas de gran inclination sexuaS. Las pocas que he eono- 
eido siempre nan sido muy sensible^ y con talento 1 ^ A eMa y a 
Capa se les vio muchas veces juntos en la ciudad, pern lal vez La- 
marr era demasiado aficionada a dar orderies a los hombres en la 
cama para que su relation fuera mas alia de unas vuelias dc la ru- 
leta seguidas de un revolcon en sus sabanas de seda. En anos pos- 
teriores, scgun las amistades que los ban sobrcvividc Capa tuvts 
Hgues de una noche o breves aventuras con oiras muchas bellezas 
de Hollywood, «Nunca mentia a [esas] mujeres — insisle Suzy 
Marquis — . No prometis nada que no pudiera cumplir, y las muje- 
res sabian la clase dc vida que llevaba. El no queria seguridad.,. La 
idea de vivir el resto de su vida con una sola mujcr,,, no podia ni 
pensar en ello.» 

Si necesitaba un c&timulanlc despues del coito de la tarde, Capa 
se encaminaha al hotel Crillon, frecueniado por periodistas y el me- 
jor lugar de Paris para reeibir «soploffl> sobrc posibles trabajos en el 
cMiranjero o a que redactor jefe abordar a coniinuacion. Si disponia 
de tieinpo antes de cilarsc con alguien esa noche, se apuniaba a una 
rapjja partida de gin-rummy en el cuarto de los folografofi, a veces 
con Slim Aarons y Gijon Mili, en Ea oficina del Time junto a la pla- 
za dc la Concordia. 

Uno de sus lugarcs favoritos para sus citas noclurnas era cl bar 
del hotel California situado frente a la oficina del ftfel* York Herald 
Tribune. <<Chim me conto que un sabado por la tarde coincidid con 
Bob e Irwin Shaw alii — ^explica Burt Glinn — . Chim estuvo muy 



286 



jDimo cs pcsibW que sea vieju? 



callado mientras Capa y Shaw repasaban una larga lista de senori- 
tas dc compania. mujeres realm en te atraeiivas. Llamaron a todas 
pero. avisadas con tan poco tiempo de antelacion. ninguna estaba 
librc. A I final Chim anunciu que tenia que manehante. Habia qucda- 
do para cenar. Debio de ser un poco mortiticante para Bob cuando 
Chim dijo con qiiicn habia qucdadu; Ingrid Bergman. Hlla y Chim 
se llevaban muy bien, de heeho gracias a Bob, ya que la conocio a 
traves de el.*> 

La cena, con o sin acompanante, era en uno de los mejores res- 
ts lira riles de Paris, a menudo recomendado por Chim, un glotbn con- 
sagrado. «Lucgo [estaba] el Alexandre, en la avenue George V 
- recordaba el igualmente sibarila Irwin Shaw -, dondc eada media- 
noL'he se reunian los amigos norteamericanos, [. ..] Bob Capa arras- 
trando las palabras en su ingles con acento hungaro, un cigarritlo 
consumiendosc en sus labios, diciendo: "No soy feliz'\ John Huston, 
que estaba en la ciudad para rodar Moulin Rouge. \ .. . ] Hilly Wilder, 
causlicamente ingenioso, que tambien estaba en la ciudad para et 
rodaje de Love in the Afternoon [Ariane]. f.,,] Art Huehwald, con 
su eolumna del dia siguientc terminada, buscando una partida de 
poquer T .» 

A veecs sLguiati partidas de poquer de medianochc, a menudo con 
Shaw, y con Huston si se enconlraba en la ciudad, hasla que por fin 
Capa salia tambalcdndosc a las grises callcs al amanccer ^Jemmy me 
dijo que hacia el final a Capa ya no le interesaba reaimente el sexo 
— dice Jo/cfa Stuart — . Prcferia jugar.» 

La relacidn dc Capa con Hammond estaba siguiendo las pautas 
dc sus aventuras aitiorosas con Bergman y Pinky; no iba a compro- 
mcterse en matrimonio, y en lugar de ello entniba y salia dc su vida. 
Sluart dice que cuando Hammond iba a verb a Paris, contaba con que 
el se ocupara de el la, y que le coriaba tanlo los vuclos que cl sc sen- 
tia en eierto modo aliviado euando el la negresaba a Nueva York. Pero, 
como siempre, en cuanto ella se iba empezaba a echarla dc DMD08. 

Aunque reacio a atarse, Capa se propuso pasar todas las navida- 

des con Hammond y sus dos hijos. «Cuando Capa nos vis i la ha 

rceucrda John Hammond hijo— , mi madre vol via a la vida Yo les 



2S7 



Swlgre y thampan 

daba las buenas noches antes de inne a la catna, y siernpre las veia 
muy a gusto el unci eon cl otru. Cosiaba no notar el caior que irradia- 
ban cuando esiaban los dos juntos. Capa era una especie de tijiurn 
palema para mi y para mi hcrmano, {...] De nino yo pintaba, dibu- 
jaba y hacia esculturas* y el me alcniaba y me alababa mucho. Mi 
madre tenia mucho* ticseos dc casarse con el.» 

Mientras estuvo en Nucva York, Capa tamhicn tuvo tratos con 
direetorcs como Ted Patrick tic Hnthhty, y fue a ver a Cornell y a su 
nucva esposa, Edie, asi como a su madre Julia. Cornell habia adop- 
lado el apcllidu Capa en 1 944 tras oblener la ciudadama esladoum- 
dense y en esos dias trabajaba para Life, gracias en parte a su herm it- 
no. Sin embargo, era raro que Capa pasara mas de un par dc noches 
con su familia en esas visitas, probahlemente porque eneonlraba a su 
madre, a quicn sus amigos habian apodado «Mama Oca»*, tan domi- 
nante como siempre. 

A k) largo tie los cincuenta. Capa volvcria a Curopa eada enem 
para esquiar Su estacion de csqui favorite scyuia siendo Klosters, que 
lambien era freeuentada por Irwin Shaw, el hijo de Charlie Chaplin, 
Sydney, y Peter Vicrtel. quien a menudo sc quedaba tomando copas 
con el hasla enlrada la noche en el bar del sc-tano del Chesa ("iresehu 
na. E! bar no habia cambiado desdc la primcra vez que Capa habia 
eslado alii: todavia tenia los techos de madera latlada, oiia a cera de 
muebles y permanccia abicrto hasta que el ultimo cliente se cata 
de su taburete. 

AViertel le gustabatanto KJoslCTsqueal final pasomuchos invier- 
nos alii con su mujer. la actriz Deborah Kerr. «E1 dia que cont»ci a Capa 
— recuerda Viertel, que trabajaba pant cl servicio de espionaje militar 
durante la gucrra me dijo: hi jTe conozco, tu eres el espial**, En aque- 
11a epoca todos tcniamos un vinculo que nos unia, volvera la guerra. 
[ r ,,] Lo que me atrajo de el entre otras m Lie has cosas luc SU invrciblc 
coraje. Esa es una cualidad sumamente apreciada en la guerre, aunquc 
deja de serlo en cuanto eesa el f'ueyo. V era una persona muy divvriid;* 
En Klosters lo querian las camareras, las criadas, todos. » 

Vierte! y otros recuerdan que Capa era un esquiadur eotriente. 
A menudo lo acompanaba a las pistas un ocurrente granjero llamado 



288 



iC&mo ta posiblt l|ui; s«i viejg? 

Peter Hitch, que tambien Irabajaba de monitor de esqui en iiivierno 
SegQS Viertel, una vez Capa le pregunto que prefcria, ser monitor de 
esqui o granjero, Pelcr respondio: «En veraro subo & las montanas 
con las vacas y en invierno In hago eon his tlama.s inglesas. Viene a 
ser lo mismo)>. Capa reprodujo mis tarde la anecdota en la rcvista 
Holiday, indignando a loa lee tores britanicos. 

Ben Bradlec a menudo so juntaba con Capa y sus compaiicros de 
copas en el bar det Chesa Greschuna. «Una noche Noel Howard apa- 
recio con una jovencita descorazonadoramenie guapa — recuerda . 
No podia tener mas de dieeiscis. Capa se quedo pretidado de el!a. 
Todos lo hjevoos, Cuando Howard se fue con el la, tan to Peter Vier- 
tel como Irwin Shaw dtjeron: "Apuesto a que manana vuelve la jo- 
vencila'*, V asi fuc> atraida irremediablemente por Capa. Ni -siquieni 
ten i as ceios de eh Era divertido de ver.» 

Mientras Bradlec se reunia cada mafia na con Shaw y otros en las 
pistas de la montana mas cercana, Gotshnagral, a menudo Capa se 
quedaba en la cam a. «No recuerdo que esquiara muchu dice Brad- 
lee — . Estaba demasiado ocupado foilando mientras los demas su- 
biantos a las pis las. » Una de sus muchas eonquistas en Kloslers tue 
Colette Harrison, la primcra esposa de Rex Harrison. «Una rubia 
guapa y dcl^ada, parcel a tener una relation poco seria con Capa 
—ha escrito Viertel — T como muchas dc sus novias de Paris.» Seyim 
la novia de Viertel de esa epoca, Qettina Graziani, Vivien Leigh tam- 
bien sucumbio una noche a sus encantos. Segun recuerda: «Se la veia 
s<sla y fragil. Estabamos todos tomando una copa en cl bar. Ella bajo 
y Capa empezo a beber Con elta y luego bailaron danzas rusas. El «» 
increible. muy divertido. No creo que durara mucho con ella. No se 
si algu.na vez tuvo una a^acion con una mnjcr que durara rnucho». 



Segun otros content poraneos de Capa, a! amenuzar la mediana edad 
Capa tuvo una profunda crisis de identidad. <',Que iba a hacer cl rcs- 
to dc su vida si dejaba de hacer el papel dc gitano alegre con una 
Leica colgada del eucllo'.' ^.Era demasiado tarde para reinventarse a 
si mismo como un hombre de negecios con exilo al margen de la 



2K9 



Sangrc y cliampan 

foiografia? El era una fuentc de ideas nucvas, el impulse crcador de 
casi lodos los proyeclos de equipo de Magnum, pcro las ideas en si 
ii i is mas no garaiillzaban un future economic o seguro. Cuando Noel 
Howard le comento que podria ser facilmente un hombre rico, el res- 
pondid: «Lo dificil en la vida no es tener ideas, si no hater que las 
personas capaces de convettirlas en rcalidad crean que pueden eon- 
seggirlas»". Una cosa em segUra: ser peHodisla. irtdepetldiente HO era 
el modo de disfrutar de los grandes goces de la vida para un hombre 
de gusto* tan maleados. «Si q uteres hacer dinero T renuncia a lu Ira- 
bajo como reportera — decia muchas veces a Gisele F round y otros 
eolahoradores de Magnum—. Te ganaras la vida holgadamentc, pero 
nunca te haras rico. Son demasiados gastos"*.)* 

Tambicn empe/aba a estar cansado dc tetter que tnantener cons- 
tants mente la leyenda Capa, acluando como un don j nun impulsivo y 
Ilevando su clema «mascara de hombre jovial y descnvuelto». «Capa 
se senlia atrapado — confirms Inge Morath — . Si una noche queria 
retirursc lemprano. ny pudia irse a la eama. El era Capa. y Capa siem- 
pre se queda levaniado hasia las tres de la madrugada y juega al po- 
quer, Sin embargo, estaba eansado de todo did. Como el que sicm- 
pne esta eontando chistes, al final las cosas dejaron de scr graciosas. 
Habia en e! una Eristeza que podria haber side parte de su pasado 
judio, eslavo. Pero ereo que era consecuencia de todas las guerras.» 

Irwin Shaw, que se habia ido a vivir a Paris en vcrano de 195 L 
veia en el al hombre que habia visto demasiado: 



Solo por las munanas, cuando sc levanta lambakante de lu cama, Capa 
deja ver la liuclla que k hau dejado la tragedia y el sufrimienDo por los 
que ha pasado- Tienc la eara gris. los ojos apajiados y atomientados por 
los smiestros suei5i>s de la noche: lie aqui pot fin el hombre euya cfitnan 
ha conlctnplado lanta muerte y tarita maldad, be aqui un hombre que 
descspera y sufrc, lleno de nesar. nada elegante ni jovial, Lntonees Capa 
se bebc un fuflrte irago, se sacudc, ensaya su sonnsa dc- la tardc, des- 
cubro que faockna, sabe una vez mas que tiene las fjeryas para subir 
la deslumbrante cuesta del dia, se viste y se encamina despreocupadn 
y esladiadamcnle alcgre al bar de la «2l n, al Scribe o al Dorchester, 
lodos loss lugares donde este htimbn; sin houar se sicnle en casa, don- 



290 



i'.Coitio es posiblc que ica vicjo'.' 

de encueiura a sus amig.es y los hace r-eir, y donde sus aminos lo ayu- 
dart a olvidar las amargas y solilanas Itoras sin amigos de la noche que 
ha dejado .ilras y dc la que liene pur delaute''. 

En 1952 el anhefo de Capa de una vida «deslumbrante», asi como su 
compromiso con Magnum, habian empezado a menguar. En un infor- 
me de febiero dirigido a los accionistas de Magnum. Capa decia bro- 
Uesodo: «De^Wife de einco anos la ageneia Magnum es solvente y yo 
estoy en bancarrola>» i;! . Unos meses despucs sc asigno die/ mil dola- 
res para eubrir sus gaslos de viaje y representation, pero declind la 
oferta de un sueldo por seguir llevando la agenda ", diciendo a su her- 
manu Cornell: « ( ,CYees que quiero que me eontiaten esos eabroncsVi*' 11 . 

rlasla eneTO de 1953 no enecntro a alguicn dispuesto a dirigir la 
agenda, .siempre eon dificultadea economical John Morris, a quien 
habia convene ido para que dejara Ladies Home Journal y se convir- 
tiera en el «di rector ejeculivo inlemacionab> de Magnum, responsa- 
ble de las ollcinas de Paris y Londres, por un sueldo de doce mil do- 
larcs", (fEw nu era un aeuerdo de negtieios — recordaba Morris — , 
Era una relation* un idilio |ft .;> Mas adelante ese mes Capa anuncio el 
nombramienlO en una reunion del personal de Magnum de Nueva 
York. «;Bueno, chicos. a parlir de ahora id con los problemas a el!», 
esclamo sefialando al nuevo director ejeeuiivo 1 '. 

Por la epoca en que transllrio la responsabilidad de la direction 
de Magnum, reeibio una carta tie la embajada lie Hstadns I Jnidns en 
Paris en la que le pedian que los consultary acerca de su pasaporte, 
El 7 de oclubre de 1952 habia solieitado que 1c renovaran el pasapor- 
te, que expiraba el 5 de oclubre de 1954. Lo entrego y se entero ho- 
morizado de que no iban a devolverselo. Cuando esigio saber la ra- 
zon, le dijeron que se sospechaba que era comunista 111 , «Todos los 
con tut I us y amistades [de Capaj le sirvienm dc poca ayuda en ese 
momento — ha escrito Peter Vieriel — . El nunca habia estado afilia- 
do a I Pail ido Comunista. habia sido un pcriodista euyas simpatias 
habian estado con los antifascist as, nada pais" J* 

Capa dijo a Noel Howard y a Vicnel que habia Cfivtado inmedia- 
lamcntc un telegrama a un tbogarJo de Nucva York, Morris Ernst, 



291 



Stngn y champin 

Coasesor de la Union tie Libertades Ctvilcs Am erica nas. habia ayu- 
dado a la fotogTafa de Life Margaret Bourke- White a solucionar el 
mismo problems, y Capa esperaha que le ayudara a resolver la cri- 
sis lo ante* posible, porquc sin pa.saporte no podia irabajar. y nece- 
sitaba hacer el reportaje que la revista Holiday le habia encargado en 
el exirartjc™ para salir de dcudas y ayudar a resolver el serio proble- 
ma de liqtiidc/. de Magnum. 

Segun un ex a men minueioso del expedicnte del FBI (k Capa, 
pareeia que su pasadu finalmeme le pasaba factum. 

El primer informe detallado de su expedient del FBI era un su- 
mario solicitado por la ofieina de J. Edgar Hoover con Tech a del 2K 
de maryts de 1948, «Se ha informado afirma el sumario que el 
sujeto se afilio a! Partido Comunista dc FFR durante la guerra civil 
esparto] a cuando vendio sus folografias a la revista del frente comu- 
nista. Regards, » El in forme daba a los agentes del FBI de Hoover 
varios ejemplos de las actividades subversivas dc Capa; 

La edicion de I93K de la revista Friends i>f Abraham Lincoln Briga- 
de publics una serie dc fotografiap realizadas por a\ sujeto, [,.,] El 2 
dt? junio de 1942, un infomianie eomtmieo que el sujeto era mietnbro 
o miembro honurario dc la radical y antifascists Photographic League 
of New York, con base en el numero 31 de la calle Veinliuno Estc dc 
Nueva York. [.„] El 18 dc diciembre de 1947 el Magyar Java, un 
pcriodico comuiiisla en lenjrua hungara, inform aba que el sujeto es- 
luvo presente en una reunion eclehrada en el hotel Park Central dc 
Nueva York por el «4S Comitew el 14 dc diciembre de 1947. Dicho 
comile se ereo para nrganizar ana peregrination a llungrla a fin de 
participar en las celebrationis que ibun a tenor Uiji;ir en I94K con 
motivo del cenrenario de la guerra dc fcftdependeneia hungara de 194H. 
[...] El sujeto viajb con John Steinbeck por Rusia en cl verano de 
1947. [. ..] A SU regreso aparcciemn en disunion pcriodico; muehos 
articulos que dwumentahan lo que el sujeto y Steinbeck habian ob- 
servado en Rusia. [...} The Daily Worker del 24 de oclubre de 1947 
dijo que el sujeto. al hablar el dia anterior ante la euarta scsion del 
Forum del Herald Tribune, habia alirmado que el pueblo nis,o no 
queria la jiuerra y una «trcgua en el pemiciosoy demencial juego» de 



292 



;,C6mci cs posibk que sea viejo? 

recti minaciones entre Rusia y Hstados Unidos recibiria la aprohacion 
mmediata de los ruses'. 

Morris Ernst aconsejo a Capa que prcsetitara a las autoridades una 
declaration completa detaltando sus anteriores aetividades political, 
y la declaration jurada que resultd de ello fue un largo y fascinantc 
documento en cl que daba nornbres, IXxlaraba que «en ningiin mo- 
menta de mi vida he estado allliado al Partido Comunista^- 1 *. En 
Hungria habia '<estudiado el soeialismu, pero [.se] deseubrio al ins,tan- 
te en desaeuerdo con los objetivos y metodos del Partido Comunis- 
ta», En la Alemania na^i se habia vudlo «aun mfc contrario al Par- 
tido Comunista que, en [su] opinion, pareeia estar promoviendo el 
ascenso de Hitler al podeno, A eontinuaeion cxplieaba por que se 
habia cainbiado el nombre: ya habia rtun folograib dc renombre lla- 
mado Friedman trabajando en Francia». 

Sostuvo que su colaboraeion con Ce Soir, «el periodico contro- 
lado por comiinistas», no signtfieaba que hubiera s,ido comunista, 
olvidando mertcionar que solo los simpatizantes comunisias se con- 
vert! an en fbtografrjs de plantilla, y a continuacion afimiiaba que «cl 
director dc Ce Soir, Louis Aragon, era comunista». Para recalcar su 
respetabitidad, pasaba a nombrar a amigos famosos y patrones, como 
Hemingway y Ed Thompson, el director ejecutivo de la revista Life. 
En un breve parraib sobre su estancia en China, a'velaba que cl do- 
cumental que habia hecho alii habia sido un esfuerxo propagandisti- 
co mas, (dirceta-mente patroeinadt} y sapervisado por madamc Chiang 
Kai Chek [sic]i>. Tambicn mencionaba a su viejo colega y amigo Joris 
Ivens como «pTobablemeiite com un is taw. 

El expedicnte del FBI de Capa consta de otro documento descla- 
sificado que da a en tender que se planted irabajar para el Departamen- 
to de Estado de Estados Unidos. Segun un docuiiiento, «una rbenle 



* Cnin [Mine dc cslv niiauri;il i'ue ratilitaiiu pur un ini'Dfrnajiic cuvu numbne en 
clave ui.i «T-l»t. fin 1 953 liubn ijgtum mis. F.I FBI liasla izcmsallo Jos archivos 
polii.-i.ulet, de Mutva York en busta de traptis RKftw, pen) se fueron con las manos 

v»cias. 



293 



San^n: y f fiampai] 

confidential dc conocida fiabilidad» informaba ef 14 de abril de 1953 
que Capa nunca habia trabajado para ninguna seccidn propagandis- 
tica del Dcpartamento dc Estadode EiUados Unidos. La fuente tam- 
bien atmnaba que* «la Division de Infbrmacion [...] habia considcra- 
do en un delerminado momento utilizar a Capa hajo contrato, y 
siguiendo el procedimiento normal para aprobar al personal contra- 
tado T se te entrego a Capa un formulario. [..♦] Capa se negd a cum- 
plimentar el formuiariow. 

Varias cartas muy eensuradas entre b CIA y la ofidna de Hoover 
revdan que durante todo el ano 1953 Capa foe vigilado de ccrea y 
objeto de mucha conlrtjversia. Sn expedicnte concluyc en 1955, un 
aito despues de su muerte, con doeumeniacton lachada que sugiere 
infbrmacion demasiado delicada todavia para que la CJA la haga 
publics. 

El 6 de mayo la sefiorita Agnes Schneider, jefa dc la seccion de 
pasaportes de la embajada mirteamerieana en Paris, validd su pasa- 
porte hasta octubre dc 1 954. «para lode* tos paises excepro los del 
It: Ion de accno». MeTece eonsidcnicion c6mo Consiguid que k tievol- 
vieran su pasaporte tan deprisa (a los dos meses dc que se lo retira- 
ran) cuando otros subversives sospechosos tuvieron que luchar afios 
y en un easo hasta aeudir a I Tribunal Supremo. 

Es posible que 3a rcspuesla sea muy send I fa; Peter Viertel dice 
que Capa conirato a Henry Hyde, ex jeie de la Oficina de Scrvkaos 
Estrategicos. el servicio dc inteligencia en tiempos de guerre, y le 
pi did que hablara con la senora Shipley, en esos momcnlos la direc- 
tor con Fama de reaccionaria de la seccion dc pasaportes. «Hyde era 
muy republicano y habia sido mi jefe durante la j>uerra. Tenia una 
buena relacion con Shipley, y a I final logro que te devolvicran a Capa 
el pasaporte sin cobrarie siquiera.» 

Pero otros han cuestionado que Hyde ejerciera tal influenciu. <,Es 
posibEe que Capa se planteara haccr un trato para rceuperar su pasa- 
porte? (Jintrariiiba dicho tralo facilitar infbrmacibn a la CIA? Tal vez 
nunca lo sepamos a menos que la CIA decida re%elar que trato.s tuvo 
exactamenie con el. Larry Collins, un periodista amigo dc Capa que 
en csa epoca tenia una estrecha relacion con la CIA corao corrcspon- 



294 



iComo cs posibte que sea viejo'.' 

sal de Newsweek, tree que «Capa habria sido la persona ideal». 
Warren Trabant, que habia trabajado en eontraespionaje durante la 
guerra, dice en broma que Capa «lal ve^ csiaba a punlo de convertirse 
en el ultimo Mara Hari v. 



El annus horribiUs dc Capa fuc de mal en peor. En mayo de 1953 
tuvo una hernia discal por llevar equipo fotografieo demasiado pesa- 
do. John Morris rccordaha que un dia cl dolor era tan intenso que sc 
tumbo en el suelo de la oficina de Magnum y «lloro>r'. y que en ju- 
nio fue a Londrcs a ver a un espccialisla de Harley Streel. Empezo a 
torn a r grandes dosis de codcina y probo la trace ion, pero et dolor no 
remiti6", 

Ese vernno Capa volvio al sur de Francia con Jemmy Hammond 
y se akvjo en la villa dc verano de John Huston. Peter Viertel recuer- 
da a la mujer de Huston. RickL andando deseal/a sobre la parte in- 
fcrittr dc la cspalda de Capa micntras cste gemia tumbado en el sue- 
lo. «Era penoso veral antes jovial Capa parcialmente lisiado por algo 
que nn esuiba rclacionado en modo alguno con las numcrosas guerras 
en las que habia participado. [...] A menudo hablabamos de su futu- 
ro. pero el decia que estuba cansado de cubrir guerras, cansado de 
contemplar el horror a traves del objetivo de su Leiea, [...] cansado 
de vivir en holeles horribles en rincones del planela dejados de la 
mano de Dios. [.,,] Su vida personal era igual de incierta, Queria con 
verdadcra devueion a Jemmy Hammond, pero sabia muy bicn que 
nunca serin un buen marido para ninguna mujer 1 '.» 

Capa dijo a Viertel que seguia sintiendo «gran ateclow por la es- 
quiadora norteaniericana Judy Thome T pern cuando estaba con Jem- 
my pensaba en Judy y cuando estaba con Judy pensaba en Jemmy. No 
le gustaba que le nccordaran que tener ll una ehicu en cada puerlo HO 
funcionaba tan bicn en tiempos de paz, «Ahora todo es distuito — dijo 
Viertel — . Ahora es peor rener dos novias que una.» Viertel ya se 
habia enterado dc la tnigicn muerte de Gerda a traves de Hemingway. 
«[CapaJ no habia superado su muerte y cso qui/i le impedia compro- 
meterse del todo en cualquier olra relacion 2,t .» 



295 



Sangrc y champan 

En julio Capa rue a Italia por etieargo dc Pictitre Pitst para in- 
fbrmar sob re la fljmacion dc Beat the Devil [La burin del diablo], 
dc John Huston, con guion dc Truman Capote y pn.Hagoniz.uda por 
Humphrey Hogarl. Huston habia escogido un lugar magico para el 
rodaje. La ciudad de Ravel lo estaba en lo alio de las mon tafias dc 
deltas do Sorrento y era famosa por una suntuosa villa que domina- 
ba el mar. Greta Garbo y Stokowski habian pasado alii unas roman- 
tieas vaeacioncs que habian recibido mucha publicidad. Gran parte 
de la pelicula se rodaba en la villa, rodeada do mon tafias y constTui- 
da en tenaaas dc vificdos y ffuialcs. Muchas noches Capa jugaba al 
pdquer con miembros del reparlo y del cquipu dc rodaje, Hogart y 
Huston cran Ios amos: «Bob Capa, que estaba alii para hacer lotos 
para promocionar la pelieula. y Truman cran rwestras principals 
vie limits. Los servicios quo prestaron a la pelicula resultaron bastati- 
te baratos porque conlinuameiUe reeuperabamos ios sucldos que les 
pagabamos»*. 

Capa no podia permilirse que Huston le ganara un solo dolar. En 
otorio de 1953 estaba en la peor situation economica de ttnJa su ca- 
n-era. Para pagar sus gastos medicos y Ios honorarios de Morris 
Ernst, sc habia visto obligado a tomar prestados de Magnum varios 
miles de dolarcs. agravando el problems de liquids? ya serio de la 
agenda, 

En la ultima reunion dc Ios aecionistas dc Magnum a b que asis- 
lio, en septiembrc de 1953, Capa hablo con clocuoncia sobrc come 
aigun dia la imagen lti movimienlo usurparia el lugar de la fologra- 
fia. Jinx Rodger recuerda que propuso que Ios miembros de Magnum 



* Una noetic, en milad de una partida. Huskhi h: kvanu'j de Is nif>;i fuir;i pre 
panirH' un martini. Como recuerda en Art Ojrt'ti Bank \A fibm ahierio], nUd » una 
itTrav-a y x mflravillfl del cnlomo Mas abajo habia una nibahia ilumiiuda por las 
lamparas Jl* sotlio dc Iwk ttarcw pe^jiicros [,.,J tbrniando ccmsteiaciemes que riva- 
Ikahan con las dv arribaa. Rcshuli'i y ca>6 ton la copa en la mane. Por fortuna, un 
arbo] I'rtiii'i su caida y L-avu :il sucln citaei: memw mas abajo dc Is Icrraza. No sc hu.o 
dano. Pidio ayuda y eiiieguida lo Slevanun de vuiilia 11 la villa. Jnnji; sc prepam otrti 
martini come si no liuhiera pasado riada y volvid a ucapar so dtio en In nam <L- 
poqucr. 



2% 







iComo cs posible que sea vfcjo? 

empezaran a llevarcamatas de filmar*. Iba eincuenta anos por delante 
de su epoca. Hoy el veterano periodisia grafieo Pirck Halslead, ga- 
nador de la medalla Robert Capa en 1974, recomienda el doble cn- 
foque de Capa eomu la unica maiiera de revivifiear el periodismo 
grallco serio. 

I I ibtbgrafo franccs Marc Riboud, a qui en Capa habia reelutado 
poco antes esc ano, recuerda haber ido a ver a Capa ese oiofio en 
Londres a su habitacion del hotel Pasloria, Ibmada «fil Cuarto de 
ApuestaSH. «[CapaJ me habia aeon sej ado que t'uera a Londres a 
aprender ingles y eonociera a lits ehieas de alii. Hui, pero no conoci 
a ninguna chica. Era demasiado timido. Pcro quede dos veees con 
Capa en Londres. Una vez le hable durante quince minutoa mientros 
el pemianecia tumbado en la banera dc su habitacion de hote| r Me 
dijo que la fotografia se habia acabado La television iba a tomar el 
relevo.j* 

El 22 de octubrc, deprimido. todaviaeon molestias fisicas y prac- 
ticamente amtinado, Capa cclebro su cuarenm eumpleanos, «No pue- 
do tenor cuarenta afios, ,',como puede tener alguien cuarenla anos? 
— dijo a Inge Morath— , No so como voy a sopiirtarlo.w Por Navidad 
fue a ver a su familia en Nueva York y volvib a Klostcrs para el Ano 
Nuevo. 

Una tardc en las pistas le tallo poeo para malarse de una caida, 
Kl monitor de esqui Flury Clavadetscher lo salvo juslo a tiempo. 
«Bnjabamt>s una piste muy empinada por encima dc una pared de 
roea. El Uevaba esquis y botas Trancesas y sc eayo: yo suite sobrc 41, 
lo aganre do una piema y pare su caida. Esa noche organ izamos una 
fiesta en el Chesa Grcschuna para ceiebrar que no se habia cat do por 
el precipicio. Probablcmente se habria matado porquo era una eaida 
dc unos treinte tnetros.w Clavadetseher recuerda que Capa era un gran 
bebedor dc whisky y un hombre encantador, pero en csos dias se 



* «Rceuenio a Boh diciettdo a nicnudn que debianw* oaajKCV a fijar fa mira 
m el ftllura La iclevisiiirt iha a cambiarki l«do. Todos tcni^mtis la sensaci6n dc que 

Bnh no tiahria scguidn iieiido tbtograftt. l"-ra un almu irniuteia que tenia \\\\c h;tccr 
eorttinuamentc alg« nm'esditKO y aftonjiar ttuevos rclos.w 



297 



Sangre y chain [*in 



percibia en el cieria mciancolia, sobre todo por las malarias, mien- 
tras tralaba dc encontrar su equipo de esquiar y hablaba con Clava- 
detscher de Jemmy Hammond y otras mujeres. Queria a Jemmy, pero 
suguia negandose a atarsc. 

A principios dc febrero dc 1954, todavia en Klosters, Capa reci- 
bi6 una oferta que no pudo reehajiar, Un grupo editorial japones, 
Maruichi Press, lo invito a pasar unas semanas fotugrafiando Japon. 
La empnesa correria con lodos sus gustos y le pagan a una gencrosa 
suma, ademas de proportionate las nuevas camaras do fabxicacidn 
japonesa para que las utilizara en el viaje. Jrwin Shaw tambten esta- 
ba en Klosters esc iiwiemo. «Le habia hecho promctermc |a Capa] 
que no se implicaria en mas guerras. Cuando le pedi que me trajeru 
una camara, me miru dc una manera peculiar quo debcria habenne 
advert ido que no iba a pasar el liempo en Oriente fbiografiando la 
pacifica rehabilitation de la poblacion civil japynesa.» Shaw lo acom- 
pano a la estacion de men cuando sc fue a Paris: «La orqucsta de la 
ciudad lo despidiii fa CapaJ con una serenata cuando subio al tTen con 
una botella de ehampan y 3a mujer de alguien» :i . 

Inge Moralh rccuerda una noche de linalcs dc primavera de 1954, 
cuando un grupo de reelulas de Magnum bajo al cafe de dcbajti dc \a 
oTicina dc Paris para despedirsc de Capa antes de que parti era a Ja- 
pan. Llevaban muchos afios despidiendose unos a otros. pero esta vc^ 
fuc dislinto, ((Fue muy extrafio, porque nunca habiamos tenido esa 
son sac ion de fatal i dad acerea de Capa. Sin embargo esa noche lodos 
la tuvimns. Nos sentiamos fatal, Juguc con el at miilon por ultima vez. 
Era algo asi como triste, porque tcniamos la sensacion dc que 61 no 
queria irsc.w Capa volvio a pasar la mayor parte de la noche dando 
golpetazos a la maquinu del miilon. murmurando que iba a hacer 
cuando luera viejo, 

Mas tarde, en las calles salpicadas de lluvia, Capa y sus j6venes 
reelutas se abrazaron. vBounc chance, man vieux», dijo Inge Moralh 
a! hombre que habia sido «un hermano y un padrc» para lodos ellos. 
l'nionccs Capa regresd al Lancaster, donde Suzy Marquis lo ertcon- 
tro en una de las habitaeiones del servicio; el gerente del Lancaster 
habia tenido el details de iristalarEo alii una vest que ya no pudo per- 



:ys 



j.C6mo cs posible que sen vicjo? 

mitirsc pagar los pTCcios norma les. Durante anos ell a habia ayudado 
a Capa a hater las maletas antes de cada viaje. «Mientras yo le ha- 
cia el cquipaje, hablabamos dice clla — . Siempre sabia como se 
senlia acerca dc cada lugar al que le enviuhan A I final Bob ya no 
queria ir a la guerre. Se habia quedado muy atcclado psicologicamen- 
te por todo lo que habia vislo: nunca hablo dc cllo con los derate, pero 
conmigo si que lo hi/o,» 

Esta vez Su/y se encontro con que ya habia hecho las rnmletas. HI 
ya le habia dicho: «Sl lengo que volvcr a ir a la guerra, me pegare un 
lim, porque ya he visto demasiadow. De pronto ella tuvo el prcsenti- 
miento de que no iba a vol vera verb y de que de algun modo et lam- 
bicn lo sabia. «Bob no era de los que escriben. Pero mas tarde recibi 
una carta suya escrila a mano, Terminaba con las ultimas palabras que 
iba a dirigirme: "Vive con intcligencia. Con afecto, Bob".» 




eittlfoteques dc Barcelona 

B. Vapor Veil 
C. Jjjn Gael:, U 
'^n?ftP. Tsl. 93 409 7 J 



299 



23 



Mas add ante esta el Delta 



Tmia esa ntarav j] ku habilidad para Ik vara bien con 

nciicr.ilih y eampesinos. 

Jink Rojxikk 



Mainiehi Press organize* a Capa un conmovedor reeonido por Japdn 
y & compnobd ton deleile que alii adondc iba lo agasajaban. So con- 
gregant grandes grupos para oirle hablar de su irabajo y se forma- 
nun largas colas a la enlrada de una exposieidn de sus fotogrsfias en 
Tokio, «Habia cicnlos de foldgrafos japonescs corriendo deiras d« 
Capa — dice Jins Rodger — , Era su heme?) tin im telegrams que 
envid a la olicina de Paris de Magnum, cxplicaba que en apenas uiui.s 
dias le habian dado cinco camaras nuevas, quince objetivos y ireinta 
ramos de flores. 

A lo largo de su viaje de sets semanas Capa escogio a Log niiios 
como tema principal. Tambien documents la eelebracjdn del prime- 
ro de mayo en Tokio y varias escenas dentro de distintos ternplos 
budistas. Concentrandose en los ninos alegres y en los lugares tie 
eulto, no tardo en disfrutar por primera vez en a&ffi de la Folografia. 
A su eonlacto japoncs, Hiroshi K.awa*oe, le com en id que Japon era 
el «paraiso de! foiografo^ 1 . 

Mientras Capa recuperaba pane de su anliguo entusiasmo por la 
fotografia, enolros lugares lo? aeon tec imientosconspiraban para acor- 
tar su estancia en Japdn. Ba abril Howard Soehurek, que eubria la gue- 
rra francesa en la cercana Indochina para Life, luvo que regresar a San 



\m 



Mas adclanit t*ta cl I>cl(a 

Francisco por motivos fami Hares. Life necesitaba u^cntemenic a al- 
guien que lo reemplazara. Segun Soehurek. «Ed Thompson [director 
ejeeutivo de Uftr] dijo: "Como vuelves pasando por Tokio, podrias ir a 
ver a Capa. Tal vez Ic inierese cubrir Indochina en tu ausenria 1 ". Capa 
cxponia sus fotos en uno do los grandes almacenes»'. 

Life, que sabia que Capa siempre respondia aflrmativamente. tam- 
bien le envi6 direciamenlc un telegrama haciendolc una oterta; dos 
mil ddlares al mes con una pdliza de seguro eon Lloyd de Limdres de 
vcinticmco mil dolares por atiadidura. Thompson lelefoned a conli- 
nuacion a Capa en Tokio*, «Mira, no lieues que hacerlo, y se que no 
!o haras si no quieres le dijo— , per o si qui e res pr»barlo un mes o 
asi, tqol te parece sustituir a Howard en !ndoehina?» 

Mas tarde Thompson insist id en que no <diabsa tratado de came- 
lark»! para que aceptara el peligroso eneaigo. Al parecerCapa le dijo 
que ya tenia una idea para un rcportajc litulado <iAmw amargo» que 
yuxtapondria, «en forma de ensayo, fotos de eampesinos en el Delta 
a la actividad militant. 

A continuation Capa red bio un telegrama de John Morris de 
Magnum qui,' rccalcaba lo interesada que estaba la revista Life en que 
aceptara; honorarios sujetos a aumento ihportante si SB vuelve pe- 

UGROSO**. 

El 29 de abril Howard Sochurek se reunio con Capa en Tokio 
antes de regresar a Eslados Unidos, "Cenamos en cl antiguo hotel 



* H*nr>' Luce haHu daJo ioBtmceigOH a TbamfHDa de hacer un rtpurtaje op- 
limisia dc la pucrra p*ru cimlrantitar tl rtportaje dc DlM^m yuc hahia ILevado si 
Ministtrio de Asunins Extcriores fnantes a hablar de «difaiTiacion y ealuninia*., 

** Morris lia djcfcc que llamft a C:apa rtara iratar de disuadldo. La comurica- 
lhhi era mala. 

—Boh. no tiencs por qu^ taKerlo —jpilij — , no cs nuesini yuerra. 

— No te preocupes — jyHto Capa a su wz , solo n<m unas semanas. 
Capa envso ocsput-s yna carta I Mmttis diwulpiniliwi; p&r habcrle urilado y 
expfiendo que no BMpftb* cl MAflko fKirque; se liotien obligadd a hacerlo, sine 
p«rqje cstat-a vtniiidefanKnic cmticionado ante la perjpccliva d? volver a accpiar 
un encanici dc vcrdad. En Japon tiuhia rscai^uuki y recupcrado part* de su cnlusias- 
ijio por la ftnijyrbiltLh, anadia- 



301 



San-grc y champap 

Imperial eonstnjidn por Frank Lloyd Wright — rctordaba Sochiirek— \ 
Tenia !os techos bajos, o csa era la impresion que te daba, pero aba- 
jo tenian una parrilla que servta unos bistegs fabulosos. Hablamos 
desde las sielc dc la tarde hasla la una de !a madrugada de (o que yo 
habia cubic rto, de como iba la guerra y del pcligro que cntranaba. El 
no paraba de rcpetir: "Es una guerra que no he cuhieno ni he queri- 
do cuhrir nunca". Se veia muy presionadu a ir por su hermano. Se que 
neeesitaba cl dinero. Hah16 brevemente de eilo En esos tiempos se 
pagaba muy bien* ,» Capa acepto la oferta de Life el 30 do abril dc 
15*54 y a continuation eogio un avion a Bangkok*. 

La cstancia de Capa en Japon habia coincidido con cl epico ase- 
dio de Dicn Bien Phu Eaperaado incitara Las guerrillas de Ho Chi 
Minh a libnir una batalla elaska, los franceses habiari decidido cons- 
iruir alii una plaza, Pcro mientras lo hacian. las guerrillas del Vict- 
mitih y las tropas del Ejereiio del Pueblo de Vietnam rodearon la 
ciudadela a) amparo de la noche. Con enormc ingenuidad y delermi- 
nacion. el Vietminh Uimbien logro trasladar baterias de urtiileria en- 
leras a traves dc escarpadas garganta* y montanas hasta tetter la pla- 
za al alcance de sus armas. 

Cuando el Vielminh ataco a los franceses el 13 de marzy, demos- 
traron al instante lo vulnerable* y defeeiuosas que eran las defenses 



* 1,b razon por la qtK Capa Keptf su ultimo enca^o sigue siendo una cuestitin 
cmoiiva. ([ Lfl inltresaba ■acar brillu a su icyenda enpio cl mejiir fotogral'o de gw- 
ma de su <$o<»? /.'tenia rcabunta Eflkn dc Duncan, cuya eobertura de Cmta le es- 
■nta conviniendo rapidainence en la rAKVa e^trdia del tampo dc batallu del pcrio- 
dismo pilki]? Duncan niejja que exktiet* rivatidad enlt* Capa y el. «Nuncs tuve 
la sensacion de compear con nadie en H>tof;wr]a dc guerra — fctfistfr- . Tenia* suertc 
46 meicr y vnNr a »acar el culo Asi dc sencillo. Ei lo mi* &0u del mundo mb 
una ftjui dc alguien a I que han diiparado. Mo hair falna ser un B cnio, Esq es Odl. 
Lo unico que hacc faiui es conocer tu cama-rn, Metertt y si licnes auerte salir. V acer- 
tarto IoJd k> posiblc.ri 

«Siemprc be pensado — cscribio Iirwin Sh«w niai tirtk— que si Capa accpto cs* 
emplco fiw parsi deanentir las aeusaciones •iemioficialei de que era simpati^ame 
Ldnrunista... Puier Vicnel de&Laria esa icflria. scnalando oW tMa praducto de la ob- 
sesu'm lardia de Shuw por el macanismo en Esiadns Utridos «Capa nccesitaba resl- 
iisunie cl dinero*), diec. 



302 



Mas adelartte esta el Dtlia 

francesas. tin cueslion de dias rodcaron la plaws, Aislada del mundo 
exlcrior, sometida a fuego eonstante e inundada por las lluvias mon- 
zpnicas, Sas eondiciones dentro dc Dicn Bien Phu se volvieron rapi- 
damenle inhuinanas. Los hombnes enloquceiemn. Cientos y mas tardc 
miles de Jicridos sc amwflLonaban dent™ del hospiial dc la pla/a mien- 
iras los dias se convertian en scmanas. El 7 de mayo Dion Bten Phu 
cayo en podcr de los comunisias. El ejereito tianees habia sulrido por 
lo menos dos mil doscientas bajas durante cl asedio. Olros miles ca- 
yeron prisioneros. 

Capa seguia en Hangkok esperando un visado para volar a Hanoi 
cuando Itegfj un telegrama con la noiicia dc la caida de Dicn Bien 
Phu, Dos dias despues, cl 9 de mayo, llego a Hanoi, en Indochina 
traneesa. La eaida de Dicn Bien Phu, que habia Ucnado los lilulares 
de todo el mundo, significaba que Capa iba a ver ineviiableraenlc 
accidn. La libcracion de los prisionems franceses por el Vietmirih y 
la estralcgia francesa Iras esa deTTOla aplastantc eran en esOR dias las 
grandes noticias. Life iba a necesilar imagenes convenientemente 
emotive. 

Esperando encontrar los c lubes nocturnes desiertos y la ciudad en 
luto, Capa visito restaurantes abarrotados dondc sc descorchaban con 
decademe abandono los mejores vinos ancjos. Los bares de bamhii 
eran mantcnidos a floic por oficialcs franceses abrazados a sus me- 
nudas prostitulas que chasqucaban la lengua Tingiendo odiar a Ho Chi 
Minh mieniras cchaban un vistazo a los dormitorios de seda de la 
competencia*. 

El fotografo Michel Descamps de Paris-Mutt h bebio eofiac con 
Capa varias veces en Hanoi. 

Era muy buen amigo mlo, Nos habiamos. vjstp muchas vetcs eti Pa- 
ris, a menudu en d maravilloso bardc la Legion Amcrieania piosimo 
a las oficinas dc Paris-Match. Ltl Vielriam pasunn>s muchti tiemno en 
ol eluh de prensa de Hanoi, ya sabes, Yo 1c respctaha pofqu* liacia 
fotos huinanas y era muy rapido. Una v?7 hablamos de Pmix-Malch. 
A menudo los redaetores jefe miraban el DOHrbW del fbtografb y des- 
pues la ibiogtafia, Capa dijo: «jVen a vcrme cuandu vuelvas a Paris, 



303 



Sangnc y ctinmpan 

Michel, y esiampare mi nombre detras de lus Fotos, y enlonces seras 

el mejor!», 

Tras pasar tnes dias en Hanoi, Capa acompario a Descamps y al re- 
ponero de Lije Don Wilson a Luang Prabang, al norte de Laos, para 
eubrir la evacuation de los Franceses hcridos de Dicn Bien Phu. Se- 
gun Life, una seinana despues de su eaida, solo «eicnto ochenia y tres 
de setecientos cincuenta y lres» 7 heridos habian salido de la ciudad 
asolada, lo que llevA al Vietminh a declarer: ^Mirad, nosotms esta- 
mos dispu&stos a cvacuarus, pero a los Franceses no Its interesa sa- 
cams de aqub. Un documental de actualidad inedito muestra a Capa 
fotograftando a un soldado Trances herido. Se le ve en forma, relaja- 
do, coneentrado y sumamente itgero de pies al precipitarse haeia la 
Camilla para situarse a unos pocos palmos de la cara del hombre. Una 
de sus fotos muestra a un exhausto soldado con Ilagas en los pies des- 
cansando despues de que un helicopters lo haya dejado en un lugar 
.scguro. En otras imagenes unos hombres ealados hasta los hucsos 
conducen a sus camaradas a (raves de un campamento de hernias 
cubicrto de un pa [mo de barn*". 

En Luang Prabang, Capa descuhrio en las orillas del no Mekong 
un paraje idilieo atrededor del PaJacio Real. «La dudad. situada en- 
ire monianas de un vcrde intense eubiertas de Franehipanteros, es cl 
ultimo escenario que imaginarfas para una guorra mode my infor- 
raaba Don Wilson—, «Entre los soldados que eavan trincheras se 
elevan las doradas agujas de la pagoda Phousi. Los tndieios de con- 
flicto nu inquietan a las ninas descal/as que pedal can siienciosamenlc 
en sus biciclctas por las umbrosas calles... Peru prcgunta al gober- 
nador Tiao Rattava Panya, que Neva un fedara do goraa verdc, y te 
dini que los Vieis rodavia podrian Ilegar antes de las Uuvias'j* 

El 1 7 de mayo Capa y Descamps volvieron a Hanoi, donde Capa 
oyb decir a varios comandantcs Franceses que no todo estaba perdido, 
y a uno en particular insist ir en que la guerra contra el Vietminb aim 
podia ganarse. LI general Rene Cogny, un liderde elevada estatura y 
mucha expertencia, insislio con vehemencia en que lo que hacia faha 
era una guerra de rapido movimicnto, taetieas conccbidas paraderro- 




Mfi* adelanle chih ci Delta 

tar a Ho Chi Minh eon sus propias armas, Los Franceses debian Euchar 
como intnisos, en pequeiios yrupos, Capa cstuvo de acuerdo con sus 
taetieas, si bien rw con el impulso politico que habia delnis de el las, 

Durante una visila al cuariel general de Cogny el 21 de mayo a 
Descamps se le antojo sacar h camara e hizo entonccs la ultima Ibto 
de Capa con vida. 

Saque la camara c hitc una foio f cso es lodcv Bob caminaba i-on un 

medico, un eatedriiico dc mediema ilaniiido llu-ard, Pocodespuca mc 
pidio que llcvara una camara a Hrancia, Me dijo; «Michel ( como vas 
a volvcr a Fnintia en un avion miliiar, nu habri aduana. Panaris di- 
rectanrentf?. ^Te importa que te de mi eamara y me la devuelves en 
Pariji?». Y yo respond!: <disla bien, Bob». y la cogi, Peno cotneti el 
error de dar la tamara a Carrier- Bresson dc Magnum. Habria sido 
itiucho mejor que mc la quedara yo conno recuerdo. Mas landc rau dije: 
"Michel, cslis l«co por haber devuelto ksh camara». 

Segun Descamps, Cogny y Capa sc llevaban bieni «Capa era muy 
conocido y a Cogny le gustaba mucho la prensa>s. La hija de Cogny, 
Marte-Claudc T recuerda haber oido a su padre hablar de Capa con 
afceto hasla que murio en un accidente aereo en 1%7: «Mi padre y 
Capa pensaban lo mismo sobrc eomo deberia haberse hecho la gue- 
rra». Cogny tenia sentido del humor y cm rcalmentc valiente. un 
soldado de soldados, y Capa enseguida se dio cuenta de ello. «Tanto 
£1 como Capa eran de origencs humiides. Cuando se conocieron* los 
dos habian viajado mucho, Es posible que los dos se dieran euenta de 



El 24 de mayo de I954„ bajo un eieki despqjado. Capa rue en avion 
eon Cogny a la conflictiva zona del sur del delta del rio Rojo. t!)bser- 
vo a eonlinuacion como el general rendia un homenaje militar al 
Segundo Grupo Anfibio de elile. Primer Regimiento dc Cabal leria de 
la Legion Extranjera. Se irataba, por supuesto, de un ejereicio de re- 
lacioncs publicas que prelendia demostrar que los Franceses no se 
habian desalentado, y Capa sabia que sus folos se acomodarian a la 



304 



.105 



S-angre y charapgn 



Mis adelante csta el Delta 



postura politica dc Life: mostrarian a los franeeses de&de un punto de 
vista positivo. 

«No tencmos ningun problema cuando luchamos^ 1 ", dijo Cogny 
a sus hombres lo suficientemente ccrca de Capa y nlros eorrcsponsa- 
les para que lo oyerari, ocultando su amarga tristeza tras la caida de 
Dien Bien Phu, Habia suplieado que le permilieran liberar a la guar- 
nicion, pero se lo habian denegado. Liberar a la guarnicion habria 
contravenido las ordenes de la confcrenL-iii de paz detiinebra. Irtca- 
pa/ dc salvar a sus camaradas, habia permanecido en contacto radio- 
fonico hasta el ultimo memento, cxperimenlando una gran angustta 
ii medida que las voces crepitants que llegaban por la radio se vol- 
vian mas desesperadas y asustadas antes de enmudecer. 

Es'A mafiana del 24 Capa vio a Cogny atar imfonOit tradtcional, la 
cola de un eaballo arabe, a los colores del uni forme dc la unidad. y a 
continuation llamar a sus ufieiales. « Dien Bien Phu ha sido un duro 
golpe — dijo — , pero se ha terminado. Debemos pasar pagina. Debe- 
mos mirar adelantc y arUcnosotros tenemos la batalladel Delta 1 '.» 

Durante un almuerzo, el leniente corone! Jean Lacapellc, uno de 
los ofieiales dc mas alto rango dc Cogny, invito a Capa a acotnpaflarlo 
en una mision para asaltar y arrasar dos pequerios t'uertes. Doaithan 
y Thantinc. situados en una earreiera que llcvaba del pueblo de 
Namdinh al deThaibinh, a poco mas de trcinta kilometres al este. La- 
capellc Ic aseguTO que saearia un mortlon dc bucnas fotos, Capa aeep- 
lo la oferta. 

Esa noehc en Namdinh. wen un hotel sordido y lleno de chinchesw 
que llevaba por nombrc hotel Moderno, Capa accedio a hacer causa 
comun con John Mecklin de Time-Life y Jim Lucas, que trabajaba 
para Sci-ippx- Howard y fue uno de los mejores correspon sales de 
guerra norleamcrieanos del siglo xx. Mas lardc Lucas euhriria 
la guerra de Vietnam a los cincucnta aiios, antes de morir a causa de 
su adiccion al alcohol. 

Mecklin, Lucas y Capa se quedaron levantados hasta las tres de 
la madrugada, estimulados por el curiae de Capa, Capa cslaba furio- 
sti eon la act it u J relajada de muchos corresponsales y se mostraba 
desdefioso con su trabajo: tenian demasiado micdo a accrcarsc lo 



suficiente para must far lo que ocufrffi realmenle en la Indochina Iran- 
cesa, «Puede que esla sea la ultima gran guerra — dijo mientras be- 
bia conac con soda a grander tragus — , LI pTOblcma que teneis tos que 
os quejais tanto de fas relaciones publicas francesas cs que no oa dais 
cuenta de que cs una guerra dc reporlcrus. Nadic sabe nada y nadie 
dice nada, y eso signilicn que un buen reportero es libro de salir y 
conseguir una cxclustva cada dia.» 

Capa no meneiond su posicion comprometida. Despucs de todo, 
cubria la guerra para una revisla euyo direetor se oponia con vehe- 
meacta a la expansion eomunista en Extremo Oriente. De hcch<\ por 
priinera vez en su carrera cslaba en el bando equivocado. Luce que- 
ria Ibkis. de victorias francesas. no de victimas del imperial ismo. Kra 
muy di fere rite de la epoca en que Capa habia heeho montajes en 
J- spafia, ereyendo tan apasionadamente en la causa que. armado con 
una Leica, se hahia eonvertida en el propagandista mas competentc 
de la Kepublica, 

A las siete de la martana del martes 25 de mayo, uno de los horn- 
bres de Lacapelle pa so a recoger a Capa, Mcekiin y Lueas. Capa 
habia preparado una petaea de curiae y un termo de te helado. ^Va a 
ser un gran reportaje — dijo Capa — . Hoy me voy a portar bien. No 
voy a insullar a mis eolegas y no voy a habia r ni una sola vez de la 
excelencia de mi obra.w 

Cru^aron el rio Kojo y la column a se dirigio a continuacion a 
Doaithan. A las 8.40 dc la mafiana se oyeron disparos. Los comespon- 
sales se agaehanon inslinlivamente para ponerse a cubierto, Varios 
tanqucs franceses que than al final del convoy abrieron fuego. Capa 
haji's dc su jeep y empezo a lotograflar a unos campesinos aparente- 
mente indiferentes que stguicron reeogiendo amoz en los campos de 
alrededor. 

Mientras el convoy csperaba para reanudar la marcha, Capa se 
metio por un arrozal para acercarse mas a unas mujeres, deeidido a 
lievar a cabo el proyecto de nAmw arnargo» de! que habia hablado 
con Rd Thompson de Life. La columna volvio a ponerse por fm en 
movimiento, pero unos minutos despues la dctuvo una vez mas una 
explosion, Corriu la voz de que un camion habia pisado una mina. 



306 



307 



Sangn: y uh^mpan 

Hubo euatm muertos y seis heridos, Aconiinuacion los raorteros del 
Vietminh abrieron fuego. Cuatlto mas pcligrosa y caoliea se vol via la 
situation, mas rcbosante de energia parecia Capa. Lucas lo vio sopor- 
tar el fuego de los morteros para subir a im soldado vietnamita heri- 
du a un jeep que acta seguido condujo de vuelta a un puesto de avan- 
zadilla para que recibiera atencidn medics, 

Hn lus penodos de ealma entre canoneos, Capa fotografio a un 
soldado del Vietminh inuerto, despojado dc su fusil, /apalns y radon 
de arrets; el cadaver estaba despatarrado sobre un lerraplen. Sacd otra 
foto de un soldado con un detector tie mina-s. y de otros sol dados en 
un arm/al. tratando de local izar un mortero. Se movia con agilidatf. 
eonsc iente como solo un veterano de cinco guenras con euarenla aito:* 
eumplidns pucde estarlo del peligro que entranaba cada nueva foio 
que hacia. «Se cuidabu de cruzar las zona* cspueslas — comento 
Mecklin , perm si veia una buena foto que suponia ricsgo, lo corria,^ 

Un coronel trances invito a comer a Mecklin, Lucas y Capa en 
cl Duny Q'ui t'hoti, pii.ro Capa dec lino la invitacidn. Queria seguir 
haciendo fotos para su reportaje «Arroz amargo», a pem de que Life 
tal vez no publicara una.s imagencs que captaban la injuslicia de la 
guerra. Para huir del sol del mediodia, echo una eabezatla tlebajo dc 
un camion, donde Mecklin y Lucas lo encontraron dormido poco 
despues de las dos de la tarde al volver de la comida. Le pnegunta- 
ron cuanta pe lieu la tc quedaba. 

— Eso es lo que estoy haciendo uqui respond io el sonricnclo 
ahorrar pclieula. 

El trio volvib a subir a) jeep, que maniobrd alrededoi' dc otros 
vehiculos de la culumna. A las 2.25 llegaron a un fuerte rodeado de 
alambrada, Los expertos en demolicion eoloeaban explosivos. 

—LI reportage ya casi csta — dijo Capa — , pero necesito que el 
fuerte salte por los aires, 

Unos cien paso.s mas adelanle, la columna se vio de ten Ida de 
nuevo por una emboscada del Vietminh. Los periodistas se acercaron 
a Lacapdle. 

— ^Y ahora que? pregunlb Capa, 

— LI Vietminh esta en todas partes — respondto el militar. 




Mis adclante csta v\ Delia 

Capa se subid de un sallo a la capota del jeep para folograriar me- 
jor los mortcros que abrian fuego una vtz mas. Un camion lleno de 
soldados que iba detras de los periodistas loco la bocina van as veees 
eon impaeiencia para que siguieran avanzando. Capa se lo tomb con 
calma. «Es una buena foto», dijo subiendose por lin al jeep, pcrmi- 
liendo que la columna se pusiera de nuevo en movimieinto. A cinco 
kilbmetros de distaneia del siguieute fuerte de Thanh Nc, bajo tin sol 
implacable, empezd el combafe mas eneami/ado del dia. La artdlc- 
ria, lanques y mortcros franeeses abrieron fuego detras dc cllos. Rcs- 
pondicron annas pequefias desdc los arboles que rodeaban un pueblo 
a un kilometre de distancia. A I cabo de unos segundos, lodo lo que 
se oia em «el silbido esporadtco de Ian balas por enciraa de nuestras 
cabezas, asi como cl angustioso esrxuendo de las minas y los mortc- 
ros L-m:mii!.<»». 

Capa pared a abumdo. 

«Voy a alejarme un poco por la carrelera — dijo a Lucas y Mec- 
klin . Reeogedme euando os volvais a poner en marcha." A cllos les 
pared is demasiado peligroso, pero el no hizo caso de su preocupacidn. 
tdUurante un largo minuio de indecision — reconJaba Lucas — Capa 
permaneeid agachado detras del arma/dn dc nuestro jeep, lislo para 
saltar hacia atris o hacia delante, como tanteando el lemperametiio del 
fuego del Vietminh, Decidio amesgarse.H 

Vieron a Capa alejarsc y a conlinuacion dejar la carrctcra y em- 
pe^ar a cruzar una zona resguardada entre la carreiera y un terraplen. 
Fotografid a un peloion avanzando a traves de la aha hicrba, desple- 
gado contra el humedo horizontc, Mecklin consulto su reloj. Cinco 
minuios despues se oy6 una fuerte explosion. Un tenienic frances que 
andaba eerca trato de bromear, pregunlanduse: «;,Son asi las bombas 
atdmicas?». 

— Maldita sea — estallo Lucas , Alii va la foto que queria Capa, 

De pronto Ikgo uft joven vietnamita y hablb eon cl tementc, quien 
dijo en frances y sin el menor rastro dc cmocidn: «£9 fotografo ha 
muerto». 

— ^.Como dice? - pregunld Mecklin. 

- Le photograph? est mort. 



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309 



Sangrc y ehiimpan 



Ma\ adelante evli t±1 Delta 



Mecklin se volvio hacia Lucas. No estaba seguro de si el lenicnte 
trataba de ser gracioso dc nuevo, «Crci» que este tipo esta mtentando 
decirme que Capa ha. muerun», dijo Mecklin con incredulidad. El te- 
nicnlc asinlid y luego deterred «m-u-e-r-i-o» eon mareado acento fran- 
ces, Otro sol dado se aeereo corriendo y hablo con el. «Tal vev no ha 
mucrlo pero lo ha alcanzado un mortero y esta muy graven, anadid. 

Mecklin y Lucas eeharon a correr hacia Capa, record endo a ga- 
tas la earreiers y adentraridose en un pequerto eampo. Capa yacia de 
espaldas en un charco de sangre. Le habia volado en pedazos la pierna 
i/quierda que habia aterrizado en un foso abierlo por una mina. Te- 
nia una grave herida en el peeho y aferraba con la mano izquierda su 
uamara Contax*. 

— jCapa! jCapa! [Capa! — grilo Mecklin. 

Los lapjos de Capa temblaran y enscguida dejaron de moverse. 
Eran las 3, 10 de In tarde. Mecklin pidid un medico a grhos. Unos 
minutos despu&s llego tin Trances con una Camilla, eehd un vistazo a 
Capa y, encogiendose de bombros, se volvid para marcharse. Era un 
ease perdido- En su Sugar podia salvar a otros muchos hombres. Pero 
luego se volvid hacia Mecklin y Lucas y les preguntd: <tCamarade,'». 
Mecklin asinti6 y el sanitario volvid a encogerse de hombrofi y des- 
plego la Camilla. 

Coluearon en la Camilla el cuerpo destrozado de Capa y corrie- 
ron hacia una zona mentis expuesta, al otro lado de la carretera. Al 
llegar a un lugar relaiivamente seguro, oyeron una gran explosion en 
la carretera, Habia estallado olra mina de tierra, arrojando a tres sol- 
dados vietnamitas a una zanja cercana. Los segundos Lrunscurrian 
despacio. Luego llego el eoronel Laeapelle, qui en detuvo con senas 
una ambulancia para que trasladara el cuerpo sin vida de Capa a Dong 
Qui Thon, a cinco kitomerros de distaneia, donde un medico vieina- 
mita declare muertu a «/r photographed, 

Fuera del puesto medico, Mecklin y Lucas eneontraron al jefe de 
operaciones de la zona, el tenicntc eoronel Jacques Navarre. Mecklin 



le eomunied que Capa habia muerto, «C'est t Indochinen>, respond! 6 
el; se volvid y pasd junto a I camion a cuya somhra habia donmladu 
Capa poco antes esa larde. 

— ^,Es el primer corresponsal norieamcricann que ha muerto en 
Indochina? preguntd el medico vietnamita. 

Mecklin asinlio. 

Es una dura forma de aprender para un norteamericano* . 



El sol se abria camino por cnlrc la larde brumosa, blanqucando cl 
polvo, obligando a los jdvenes rranceses a cubrirse con las manos sus 
roslros tristes y quemados al subir el ataud de Robert Capa a bordg 
de un C^t7 para trasladarlo a Hanoi, En Saigon el general Navarre ya 
habia dado el pesame a !a embajada de Eslados Unidos. tban a cnle- 
rrar a Capa en Hanoi hasta que organizaran su traslado a Nueva York. 
Cuando el avion aierrizc en la capital en ta pisla de alemizajc espe- 
raba un guardia de honor senegales. 

En el funeral que se edebro en Hanoi, c! sol volvio a caer a pb- 
mo. Eran los ultimas dias de la ocupacion francesa en Indochina y el 
general Rene Cogny. veslido con uni forme de gala, pcTmanedd dc pic 
paralizado de dolor, saludando con una ma.no rigida a su ami go muer- 



* La ultimn foty ik Capa, la ttdmero I L cte ta pelicula, moslraba n unos h*>m- 
bres caminantki por nn [^rrflpS^n. 



* Hubicron etc pasar dos decadas y mortr sesenia mil jovenes antes de que Es- 
lwk>5 Unidos apiumdivrn In im'itil que piKxte llc^ar a ttt enfrcrttarse a mi cricmigo nmy 
m(Hiv:ido ideulogkamcnlc cn urv;i sjlilttb Jc gufrri UiLH en wr (cmrtlO inbisspito al <rtro 
liitkt lit;] munuit. Tn rL'jSitJjil, fapu fiM; I? I primer wmespunsa] mw;rlv en Iw que des- 
pUCS Hi. Ilairif) guCffli Jl Vielniliii, (.i»run:id^ por \ns viL - (n;imilas coinir «^ui:rTei Ame- 
ricanu, Lanicntablcmcjitc, otros mas decien periodistas murieroa aines deqac bs 
i-Nr.ii.liHiir.dvn-ii.--i aprcndicnan la kvcion dc Dien Bien Phu: el Vietminli no debla ser 
subciitimado, 

Por un paniculjirrnenlc conmovedor giro del destino, Larry Burrows, un dclga* 
do joven dc dicciiicho snos. que habia pasidit cincuenta y doi boras onicnarido las 
IblDs Jul lIsLl D de t'jpu y ivtros hUafinLdvi de l.itf Umbien muritt i:n ludochinj, Ir.i- 
bajundo para ia misina Lift.: Pcrtbd la vida. en I96K tattO^O KCmpSfillba :t iltinr^ 
Luce, CDnvirtienddse en el primer rcponero praflco de guerre Hrtiinico caido tin In- 
dochina. Gana por ellos la medJilla Robert Capa. 



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311 



Sang** V di;imp:in 

to. Cuando terminaron los largos nnnutos de silencio. se volvio ha- 
eia los colegas periodistas de Capa: vcleranos CurtidoS por la guemi. 
muchm juchando por eontener las lagrimas. «C'apa ha catdo como un 
sol dado entre sol dados ». dijo. Luego prendio una medal la en la ban- 
dcra riofU. L LimeTieLm;i que cubria el alaud de Capa, Era uno de los mas 
altos honores de Franc ia: la Cms. de Ljuerra eon palma, oiden mili- 
lar. A eontinuaeion colocaron varias coronas sobne la tumba provi- 
sional de Capa, Una era del servieio de information de prensa del 
cjercilo francos, fcn olra sc lein: «A nofrv ami». Era de La Bonne Cas- 
serole, un, restaurante ccrcano donde, segun Meeklin, Capa habia 
«aierTOri;i>ado a los eamareros, cautivado a la duefia y ensefiado a I 
barman a preparar martinis amerieanosw. 




Epflogo 
La teyenda 



Capa: era un bueri amigo y un gran fulografo llcno dc 
coraje. Hue mala sucrle para todos que iu akarrzaran 
las csladislicas. Mala sotm: lodo para Capa. Estaba tan 
llertn de vida quetuesta mucho vtcct que esta muerto. 

Eunest Hbmngmkv, Madrid, 27 d* mayo de 1 954 



Si bien era tal vez inevitable que Capa Burners en una mision — sa- 
bia mejor que nadte que algun dia b abandonaria la suerte — . aun asi 
fuc un gran golpe para sun amigos, fami litres y colegas de Magnum. 
Dicen que John Steinbeck sc quedti tan deshecho a I tnterarse de la 
notieia que vago durante catorce horas por Paris, totalmenle aturdi- 
do. John Hammond liijo recuerda que cstaba con su madtt Jemmy 
eunndo esta recibio una llamada telefonica. «No habia manera de 
consolarla... nunca supero su muerte. Fue el gran amor de su vida 
y cambio cuando el murio, Sc volvio retraida. menos sociable, y em- 
pezd a beber mucho. Tal vez eslen juntos ahora*,» 

Los; micmbros del personal de la agenda Magnum como Inge 
BondL que trabajaba en la otkina de Nueva York, recuerdan con 
partieular dolor el mes de mayo de 1954, «Seneillamente no nos Lu 
creiamos. hue un momenta terrible.» La tragedia se agravo con otra 



* Jemmy Hammond niuri6 en I ^93 . John Hammond hijo diet que nunca de)6 
de amar a Capa. 



312 



313 



Sangre y cliampan 



muerte en la familia Magnum: cl protegidn de Capa, Wcmer Bischof. 
habia muerto el 16 de mayo en un accidente de coche en Pert al caer 
desde una allura dc cuatroeicniOs sewn la mclros Iras salirse de una 
carretera. La noticia tardd nueve dtas en Uegar a Nucva York y lo hizo 
a| mismo ttempo que Its comunicahan la muerte de Capa, Fue Bon- 
di quien dio la noticia de la muerte de Werner Bischof a John Morris: 
«John, lengo una nolicia terrible. Werner ha muerto. ;Ha muerfoin 1 . 

La muerte de Werner dejd anonadado a Morris, quien habia tra- 
hado arnistad eon cl y su mujer. RoscUina. embara?.ada del segundo 
hijo del fotografo. « Abrumado por recuerdos felices y tristesa, Mo- 
iris volvib a Nucva York desde Chicago, Esa tarde una investigado- 
ra de Life lo I lamb a casa. 

(,Se ha enlerado de la terrible nolicia? pregunlb, 

— Si — respond id Morris, asumiendo que se rcferia a Bischof. 
(,Le importa si 1c hago unas pregunlas sobre Robert Capa? 

— i,Capa-? 

La noli cm anadida de la muerte de Capa fue demasiado para un 
solo dia, Logrd preparar los obituarios de los dos folografos de Mag- 
num, asegurandose de que Sos logros de Bischof no pasaran inadver- 
tidos: Capa era famoso, niieniras que ia grandcza de Bischof aiin no 
eslaba muy reconocida. A la mafiana siguicnte se reunio con Julia y 
Cornell, que estaban desconsolados. Recuerda que Julia no cstaha 
segura de que haeer para el funeral del hijo a quien tanto habia ado- 
rado- Sin embargo, deeidid no eelcbrarlo en el Arlington National 
Cemetery. «Bob. cl mejor fotografo de guenra del mas sangricnlo si- 
glo T odiaba la guerra y se burl aba de sus monu memos — ha escrilo 
Morris , Durante unas horas se considers seriamente el cementeria 
Perc-Lachaise, en la qucrida Paris de Capa, pero habia babido dema- 
siadas mujeres en la vida de Bob desde Gcrda Taro, que eslaba ente- 
rradaalli.n 

Julia lampoeo queria que cnvianin a su hijo a una liineraria, eomo 
solia ocurrir con los judios ncoycrquinos no practicanies. Era dema- 
siado especial para lener un final tan anon i mo. John Morris se ha- 
bia hecho cuaquero recientemenie y propuso una ceremonia seneilla 
en un templo cuaquero de Purchase, cerca de Armonk, a una hora en 



314 



Bpikjgo 

coche a I norte de Nueva York, Julia sorprendio a judios eomo Judy 
Freiburg a I aecptar la propucsia. La eeremonia informal y no confe- 
sional de los cuaqueros, confiaba Morris, seria una despedida apro- 
piada. 

El domingo siguicnte a fa rnuerte de Capa. e! templo de Purchase 
estabade bote en bote. El fotografo Edward Steichen sc levantoy anun- 
cia: «Os saludamos, Robert Capa y Werner Bischof»\ A continuacion 
se leyerofi elogios de todas partes del mundo, ineluidu un mensaje de 
Ingrid Bergman. Dossemanas despues enterraron a Capa en un cemen- 
terio cuaquero de Amawalk, a unos cineuenta kilomeiros al none dc 
Purchase. A I entierro solo acudieron los miembros de la familia y los 
amigos inlimos Inge Bondi se sorprendio al vera un joveti fotografo 
hacer folos del ataiid mientras lo bajaban a la rumba. Preguntd a Morris 
si podia pedir a I fologTafo que param Esle se acercd a un Dirck Hals- 
lead de dii:eiocho anos y empezd a amonestarlo, pero luego se inte- 
rrumpio, « Despues de todo — dijo a Bondi , i,a quien estamos ente- 
nrundo*?)! 

«Mc habia cnterado de la muerte de Capa la semana anicritir 
-reeuurda 1 lalslead — , Eslaba eslupefacto porquc era Capa y yo lo 
habia idolatrado, y porque iban a enlerrarlo en la zona que yo cubria 
para mi pcrsodico... Deambule por el ccmcrilerio y de pronto llego 
el cortejo funebre y apareeio el ataiid. Yo no cabia en mi asombro.. . 
iba u-n un;i Litja dc L-nibalaje. No era un verdadem ataiid. En el se leia: 
rosert capa, RJTOtiRAK). Entonccs no estaba acosrumbrado a vcr euer- 
pos en cajones de embalaje.w 

Las fotos dc I hi I stead del entierro de Capa no le valieron un sai- 
ls ' en su earrera. pero su cneuentro eon Morris si lo llevo a un primer 
encargo de Life en el extranjero. Su posterior earrera le ha visto jia- 
nai* easi Lidos los prcmios mas presligiosos del periodismo grafico. 
En 1974 recibid lo que ia mayorsa de fotdgrafos de guerra conside- 
ran cl galarddn por cscelcncia, la tncdalla Robert C 'aps., por su eober- 
tura de Vietnam. Life y el Overseas Press Club habian creado la con- 
decoraeidn para rendir homenaje a «la foiografia de primerisima 
calidad que requiere un coraje y una inieiativa excepcionales en el 
e?itranjcTO» s , El primero en reeibirla en 1955 fue Howard Soehurek, 



3L5 



Sangr? y champ an 



Kpilogo 



a quien Capa habia rccmplazado en su ultimo y Fatal eneargo, Cuan- 
do en 1993 le pteguntaron como se habia sentido al enterarse de la 
muerte de Capa, Sochurek rcspondio: «Me senti responsible. Era a 
mi a quien reemplazaba, ,, Si Capa hub i era vivido otros tres dias. 
habria regresado a TokiO»*. 

«Lo que me atrajo mmediatamcntc de el dice Halstead — fue 
la leyenda, e! hecho dc que se hubiera invcntado a si mismo, ese gran 
personaje. Para mi era como Clark Kent etmvirtiendose en Super- 
man.^ Capa fue el primer fotografo que hizo parecer glaniuroso y 
sexy el poriodismo grafico. 

Su ejemplo ha inspired" a muchos grandes period istas graficos 
como Donald McCullin, Jim r^atchwey y Luc Delaheye de Magnum, 
asi como a Halstead: lodos han ganado la medalla Robert Capa. 
Como Steinbeck esc ri bio en un panegirieo a Capa: «La itifluencia de 
Capa se encontrara en los hombrcs que trabajaron eon el, Toda su vida 
llevaran torsi go una pequena parte de Capa que tal vez transmits a 
los jovenes que los sueedan» T . 

Los demas fundadores de Magnum George Rodger* Henri 
Cartier-Bresson y ci mcjor amigo de Capa. David Seymour, Chim 
hieieron who de mantener Magnum a 3a muerte de Capa, su eabeza 
visible, y de Bischof, uno tie sus reclulas mas prometedores. Tragi- 
eamentc en 1956 una ametralladora cgineia mato a Seymour cuan- 
do cubria la crisis de Suck. Pcse a la perdida de dos de sus fundado- 
res en apenas un par de anos, Magnum siguio resistiendo. Con gran 
sotpresa de muchos, la invention de Capa ha sobrevivtdo hasta el dia 
de hoy, aunque su prcstigio no es el que fue en la cpoca de apogeo 
del periodismo grafico de los afios euarenta y cincuenta, antes de que 
la television usurpara el lugar de la fotografia como el principal me- 
dio para transmitir information visual al rnuiido. 

A la mucne de su hermano, Cornell Capa dejo su empleo en Life 
y se dedico a mantener a Hole la agencia Magnum. A finales de los 
cinctiertUi se dedico a sacar brillo a la reputation de su hermano, asi 
como de period istas graficos posteriores que han consagrado su vida 
a lo que llamo «fbrogratsa comprometidas>. Con tenacidad y astucia 
lundo en los anos setenta e! Centra Intemacional de Fotogralia en 






Nueva York, que hoy en dia es la institucion mas infiuyente de su 
clase. Su madre Julia muriocn 1961 y esla enterrada junto a Robert 
Capa en Amawalk. Hasta el dia de su muerte siguio idolarrando s su 
hijo predilecto. 

K! mayor legado de Capa noes una institucion, ni una medalla, nt 
et inspirador ejemplo que dio. Son. como swede con cualquier fotogra- 
fo, sus folografias. « Durante e! breve tiempo que estuvo entre nosotros 
vivio y amo mucho escribio Cornell sobre su hermano en abril de 
1 999 — , Lo que dejo fue la narration de su viaje unico y un testimonio 
visual que afinna su fe en la capacidad del scr humanu para aguantar y 
de VS7. en cuando para supcrar las d i tie ul lades", » 



316 



317 



Nlotas 



En la cstensa hinliografia se delallan las fuentes primsu-iiis y secundaria*. No sc e- 
ptctfkfl L liiente cuando sc deduce de! lexifi que la persona eitada ha sido cmnrvix- 
tadii por el aulor. Ert el apartadn dc KAgradecintleiitasw se facilila una lisia cumple- 
i;i de las pcrsonas cnlrcvisiada*. Cuando se mcnciona en el tento la fueme (en la 
mayoria dc bs cbwjs, 1a ("etna del itumero dc la rcvista}, n<i sc rcpite la tieferecwia 
en Ids notas, 



A UNCO Mil. Klt.ftMrTROS Hi OMAHA 

Pass varios d las en Bedford, hablando con los supemvientcs dc la. CompafiEa A. El 
prolesur Hill MdnUwh me proporcionc. una nucva perception dc In que habia sig- 

nificado el dlu D jwra la eiudad tie Bedford. Una cslartcia dc VWHM dias en Morman- 
dia, conereiumeitie en Caen, y una visilaa! magnifiers mgseo conmcniorativo dc Ba- 
yeux y a Ins playas de Nomiandia. me permiticnm coinprciiderLo aun mcjor. Veanse 
oinfi futfliei en la bibliogratla y c! capitulo 1 3 de cste litao. 

1. John Steinbeck, Popular Photography, scpticmbrc dc 1954. 

2. Robcn OBptt, Slightly Out of Focus. 

3. En&wffta COH el auior 



I. CONVERSATION EN flUDAPfcST 

A finale* de lo* anos cincmcnia la esmtora Jozela, Stuart llcvo a calm una cxlensa iti- 
vestigaciorj para una hidgrafiji de Capa que dceidio no cancluir. Todas las. aiieodotas 
de la nine? tie Capa esiaii Jiece,*anamcntc basadas en gran mcdLda en su obra; dc hc- 
cho. In ah™ de I9K5 de Richard Whclan rcconoce que todos lus btografos cslan en 
demla can Stuart, auien realize la unica enlrcvinta a Julia antes de su muertc en 1 9fil . 



319 



Saiigre y champan 



Para mi version de la nine/ de Capa yu lumbien me he apoyado en la obra dc 
Stuart y en las entree istas que le hiee. Las personas que eito a ctiminuacion me pres- 
taron una gran ayuda: la fotograia Lies] Steiner, amiya mlimu Je Julia 41] final dc la 
vida decsta; Li veterans penodista gralka hungara Eva Keleti, co ofB tdnaott CAtto- 
dida y snhdta ante* y despucs dc mi vis i ta a Budapest en seplkinbre dc 2040: Ka- 
roly Kineses, ot™ hurjsgm experto en fotografia; las ml revistas a Cornell Capa, sobtt 
ttuki una dc la cxtelenie cdeceaSn ile entrcvjsiEiii efcditadas por John Locngard a los. 
veterattos de Ltfe', y put ultimo pern nti menos i mfKirtflnlt, la singular Eva Bcsnyo, 
la LLtiica ..11 hu.l ■■■ con.lkJenie de la in Cauda tL' Capa ujuc .11111 vive, 

Lstoy asimisnto en dcuda con Katya Steiner, qui! me hizu un \ aiktso ret-orridjo 
pur I os sitios favorites, casas. colcgios y otros lugare^ importances dc la. nine/ de 
Capa. Veansc detallados en la bibliografia los libros sobrc Budapest y llimgriaque 
me prop[>rek>nani.n el contexto hi-sionieo, Particulamientc rcveladora rue la obra de 
John A. Lukaes, BuJapexi f90fc A Historical Pnrtrail of a City and its Culture. 
pags. 92-96 

La prinicra pane se ba_sa en gran itiedida en el dotaraemal l|lll- hso Capa par? 
las revistai Holiday, novicmbrc dc 1949. e Illustrated, 2(i de mur/ii de 1 949.. 

1 . John Hcrsey, «Thc Man Who invented Himself*. 

2. Ibidem . 

3. Gydrgy Markos,*i My Friend Capa». 

4. Ibidem. 

5. fata mas detalles sobre cl naetmiento y prime™ rnfamqia de Capa. veansc 
Richard Whelan, Robert Capa* y cl manuscrito de Jozefa Stuanjtinto con las tran*- 
cripcioncs dc las entrcvisias rcalizadas en cl International Center of Photography, 
Mueva York. 

6. Whelan, Robert Capa, y Jozefa Stuart, ibidem. 

7. Adam de I legedus, Hungarian Background. 
H. Julia Fnedliiailil. emrevisla eon Jo/efa Siuart. 
9. Whcton, Robert Capa. 

IlL Expedience del KB I, declaracidn jitrada, firmada pur Capa el 3 de octu- 
brc de 1 952 ante Jerome Weiss, nolano publico del esiado de Nucva York, N," 24- 
420T225. pig. 2, 

1 1. Capa and Capa: catalogue far exhibition of pictures at ImernatiaiiiiF 
Center of ' Photography. 

12. Ibidem. 

13. Ibidem. 



.120 



Solas 



1 BARBAJW* fN LAB PLESfTAB 

1 . Para el tneidente dc frau Bohcn y la desesperacififi dc la pobrraa tie Her- 
lin. veas* SiLf.y Marquis, cntrcvista ciiti el auior, abrit de 2000, Paris, 

2. Espcdicntc del FBL declaration jurada dc l°53, pig. 2. 

3. Para Dephsrt. Fdin Man y tiuttmarm, vcasc Gisele Freund, Photography 
and Society. 

4. Jay Deutsch. director de la Leic« 0«lk-ry de Nueva York, rue particular- 
mcnic util al pmporeionarmc informacion hisl^rtca fsobrc la Leiea, 

5. Para el incidente de l.cehenperg, vease Richard Whclan, Rtita-rt 
Capa. 

6. lAufnahmeii: Friedmann Depliobs, Der Weit Spiegd, 1 1 de dictembre de 
l«2,pag.3, 

7. Eva, Qeafiyo, Eva Besttw. 

8. Eva Besnyo. cntrcvista con el amor. 

9. Para mas informacion sohne la agencia de viajcs Veres. \m deialles de su 
regrt-so a llungria y su parlkb a Paris, veanse VVhclan. Hubert Capa. y Joxela Stuart, 
btografladc Robert Ciipa, manuscrito ineompleto. International Center of Photogra- 
phy, Nueva York , 



3. EL HOMBRE fjl h *t- IN\ t:NTO A 5l MEMO 

Par? est? eapitulo me he basado en mis enux-visius a los cotitcmporancos de Capa 
que aun viven: Jozefa Stuart, Ruth Cerf, Pieme Ciaisinann y Suzy Marquis. Tumbien 
me he apoyado en cl arlieub dc John Hisrscy publicado por 4? Magazine, «The Man 
Who Invented Himsclfr. y t:n la exbauitivamente documeiiiada bii)yrjtla de Gcrda 
Taro cscrita por Irme Sehaber (Certa Tarn, Foloivpoitirin im xptini.uhcrt Burger- 
h'ieg; vine 8ii>grafie}, asi como en los prknerot reportijcs psra re vistas que hi™ 
Capa. Schaber luvo acceso a los archivos esiaiales sobre Capa que se hallan en el 
Iniemaliottal Center of Photography y obtuvo pane du su informaeiun dc las numc- 
rasas y laf^gas cnlrevislas tine reali^o Jozela Srunn. 

1. John Hetsey. ^The Man Who Lnvenicd Himseli". 

1, Herve Le Gaff, Pierre Getssmann. 

J. I>c un poema de Henri Carticr-Hresson, enviadc al aulor con autori^a- 

ciljii para irilarlo en su totalidad, 

4. ilenri Cartier-Bresson. The Beehive Moment. 

5. Entrevista de Pierre Oassmann con el autor. 
<j. Whclan. Rnberl Capa. 

1. Para mis infdnnacton sobrc Gerda y su p^mer encuentro, consul tese 



321 



Sangre y charnpan 

t'ncrevisip a Pierre GmwamR, abril dc 2000; cnircv^ia a Ruth Ccrf, abril de 200] ; 
entrevista a Irme Schabcf, octubfe de 2000; Schabcr, Gerta Taro. 
8. Sehabcr, Ciena Two. 

Whelan, Robert Capa. 

ibidem. 

Berliner fliuxlrierte Zeitung, 20 de junto de- 1935. 

ibidem . 

Worid illustrated, 14 dc abril de 1 936. 

Schabcr, Cerla Tam, 
f hi Jem . 

Whdan, Robert Capa. 

Cornell Capa, entremta a John Locngard, en Liji- Photagfapherr, What 



\l_:\.\-. 



■ 



UMUEKTE DE VH MH.I(iANO» 



9. 
10 

II. 
12. 
13. 
14. 

15. 
16. 
17. 
They Saw. 
13. 
19. 
20. 



Whelan, Rakm Capa, 
Horsey. n<The Man Who Invented Himselfi*. 

Entrevista radioionica, Radio WNBC (Nuevi Yorkj, 20 dc octubre de 
1947 

21. La infnrniacidn sobr* Kertcsz, Vu y Vogel esta basadu en las cntrevtsta:, 
al profesor Ham Putmies, asi comu en Photography and Society, dc Giscle 
Frcitnd, y el ensayei dc Dominique Baque, Andre Kertes;, His Life and Work, 
pags. 83-197. 

22. Horsey. «The Man Who Invented ttfltBtdfik 

23. ibidem. 

24. Revista Mc r S de Julio dc 1936. 

25. EMUom, 

26. Sobrr la agencta Alliance y los encargos que hizo Capa para ella. asi 
como &u relacii'jn enn Fisncr, vease tambien Gitfithcr, Alliance phutcr. 



LA CUfttM ArASPONADA 

I Ernest Hemingway, prdltjgo a t?n?a/ Crusade de QttSav Rcgler. 

2. Martha (jiclllMrri, e.Till Death Do Us Parto, Ji™ fry TWo. 

3. Schaber, GhMa JflW. 

4. Gustav fcgk-r. The Owl of Minerva. 

5. Schaber, Gerta Tam. 

6. Richard Whelan. Robert Capa. 
7 r ibidem. 

B. Fran7 Borkenau, F/it' Spanish Cocfpit, 



1 . 4 Heart of Spain -Robert Caps'* phrsiograph* of the Spanish Civil Want. 
Aperiarv, Nucva York. 1999. 

2. fhidem. 

3. Jimmy Fox, e-mail al auior, abril de 2000. 

4. Afcw York WorW- TWegnnn, 2 de scpficmbrc dc I 93 7. 

5. Han&cl Miclh, carta a Richard Wticlan, 19 dc morao de 1962, cilada con 
autorizacion dc Georgia Brown y el Center for Creative Photography. 

6. Gisele Freurtd. Photography and Society, 

7. Phillip Knighlicy, The First Casualty. 
&. Ihidem. 

9, Revista Vu, 23 de scptiembre de 1936. 

|0. Georges Sons, Ruben Capa y David Seymour, Chim. Us grandes pho- 
tos de la gtterre d'Expagiie. 

1 1 . Ihidem. 

12. Mario Button! Jorda, Rrtuzos de una vpoea de inquietudes. 

13. Rita Gmsvenor y Arnold Kemp, .(Spain's Falling Soldier Really Did Die 
That Day*, Observer, I de scptiembre dc 1996. 

14. Caroline Brothers, War and rhtilugraphy. 



(i. ClJ PyiiOtnilSA RUB1:NA»> 

1 . Jay Allen, prologa a Robert Capa y Gerda "Taro. Death in the \faking: 
Phttiagraphs by Robert Capa and Gerda Taro, 

2. Scbghvr, Oena Taro. 

3. Rcgler, JTir Owi of Minerva, 

4. Wurki lltitatnited, 2 de encro de 1 937. 

5. Bernard Knox. ^Remembering Madrid^. Mrw K»l Jta&w a/ Books, 
6 de itDviembre dc 1 980, 

6. Peter VVcydcn. TTrt- /'UwJOfHtt Hiir. 
?. Capa, Slightly Gut of focus. 

8, Carm al director, 47 Magazine, octubre de 1947. 

9. Jimmy Shute, citado en Raymond Fieldines The Man-H of Time, 1935- 



1951.. 



1 fj. ibidem* 

11. ibidem. 

12. Alfred Ksfworaw'tcz^ Spaaisches: Tagehuch. 

13. Ibidem. 



M2 



323 



Sartgre y champan 



14. Ibidem. 

15. Dociot- Norman Allan, biogratia tncdiki y sin u'lufodcsu padre Ted A I bin, 
que conlicnc las menitrrias e.jtcnsamentc etiadas de Allan. Aulorizacita para eilarJa 
por tyrlcsia del doctor Allan. 

1 6. Ibidem. 

1 7. La infonnacion score Cockbunn provicne de Peter Weyden. The Passio- 



mite War. 

IS. 
I". 
29 



Norman Allan, biografia incdita. 

Ibidem. 

Wcydcn, Tfie Passionate Wiii-. HI Comile de No Intervention se erco para 
impedir la participant extranjera en la guana civil. El comile estaha (brrnado por 
dokgidof de veiniisicic paises; fue objeio da tmsSm burlaw por su tuial intficacia 
y l'I mirrislni de Asuntos txteriores naaj. Joachim von ttibbcnlrop, se relirio a el 
como el «Conii[c de intervene ion». 
2 1 . Schaber. Certa Tarv. 

Ibidem. 

Norman Allan, biografia inedita. 

Hcmnch Jacnecke. F.x li-beder Tod. Die Tra^udie dex .spani.n-hen Bur- 



22. 
23. 
24. 

ffvrkrieges. 
25. 
26, 
27, 



Norm&n Allan, biografia inedita. 

Entrevisia con cl aulm, 

La Infoimacinn sabre la mucrtc de Gerda, su funeral y la reaction de 
Caps ptocede de varias fuenics: enlrevistas de tva Besnyii, Pierre (jassmarm y Ruth 
Cert" con cl autor; la exceknte obra. de- Peier Wcydcn, The Paisiimure War, la bio- 
gralla de [mie Scttabcr; y por enctnia de toda, cl libro del doctor Norman Allan sc- 
ore sli padre. 

28. Life, I6deago5lodel937. 

29. Hansel Mieth, carta sin Iccha a Innc SeHaper. 

30. Gyorgy Marii&s, «My Friend Capa». 

31. Lc Goff, Pierre Oaxxmann. 

32. Ce Soir, B de enero de 1 933. 

33. Ujs detalles sobre el sitio de Teniel y las citas provtcnen de Herbert L, 
Matthews, The Education of a Corre.tpandcn/. 



?. LOS CUATKMTI^ffjnS WLLtMZS 

1. Joris [vens, The Camera and I. 

2. Chnshiprii-r fsherwood, Jcturney to a War. 

3. Picture Poxt. 3 de dicicmbrc de 1 938. 



324 



Notas 



4. Lb fuertte de esie y gran pane de los movimicntos del equips es Ivens. 
The Camera and I. 

5. Ibidem. Todas las desenpeioncs que haec Ivcns del viajc lot) ciiada* de 
L-sLu volumen. 

6. Agnes Sirwdtay, Battle Hymn af China. 

7. C'itadc en H^rbara W. TuL-bman, Stttwelt and (He American Experience, 
in China, 191 1-45. 

R. Gyiirjiy Markos, «My Friend fJapa>». 

9. Para mas inlbrntacion sobrc la carta a Peter Kocslcr. vchsc Wbelaii, 
Rnbert Capti. 



\ lAHUmolAHVU. 

1. Juan Negrin, citado en Wcydcn. The Pasaiwvie War. 

2. Ibidem. 

3. Para mas detalles sybre el desfilc de despedida. ibidem. 

4. Vincent Shecan, Nal Peace Buf a Snvni. 

5. Hcttrti L. MaiiheAS, The Education of a Correspondent. 

(S, I. a information sobre et crucc del Ebro provicne de Ins tesiimiiiiio* do 
Manhew-H \ SiLL'ean. 

7. Picture Post, 3 de dicicmbrc de ! 938, 
i, Picture Post, 4 de febrena de 1939. 
9. Ibidem. 
HI. thidem, 

1 1 . Los delal!e& sobre la buida de Barcelona sc basan en Pkiaiv Past y en 
l<w [«i[im[jniO!i de Weydcii, Marthcws y Shecan. 

1 2. Weydeii, The Passionate War. 

1 3. Robert Capa, Images of War. 

14. Ibidem. 

1 5. Carta de Wilson H ieks, al euidado de Mrs. Oli via Cliambcrs dc la ofici- 
na de Paris de March of Time, 3 1 de enero de 1939. 

L6. Picture Past, 3 5 de abcil de 193°. 
1 7. Ibidem. 



«, MSLA-MJF*™ TOTAL 

1. Edward K. Thompson, A Love Affair with Life tS Smitbs<nirun. 

2. Ibidem. 

3. Irwin Shaw. Mptr* tif Paris; s\'ctte.\ on a Parisian. 



325 



Sangre y champan 






Sn:,is 



4, Thompson, A Love Affair* 

5- Hansel Mirth, The Singing rlittz ofJackuxz Fiat (ninrtuKtnio inedho. ci- 
ludo con En a.ulori?Sci6n dc Georgia Brown y el Center lor Crtaiivc Photography ), 

6. S»hre el r?|ai,p del matrimonio de Capa, ibidem. 

7. Hansel Mitth. carta sin kchu a Irme Schabcr. eitada con la autartz&cidn 
dc Georgia Brown y el Cemer of Contemporary Photography, 

8. Richard, whelati, Robert Capa. 

9. Thompson, A Lu w Affair. 

1 0. Pars mas dclalics sobre la relation de MeCumbs con Capa, vcase Whc- 
l.in. Robert Cftpci. 

11. Life, lOdejuniode 1*40. 

12. Life, 12 de julio de 1940. 

I 3. Robert Payne, The Life and Death of Trotsky. 

14. Life. 6 dc enero de 194 1 . 

15. Life, 20deencrode 1941 

16. Gordon Parks, A Choice of Weapons. 

1 7. Ftefaoto Jet personal de Capa, que se encuenira en las arciiis os de la rc- 
visia Life, nevisado para el aulor por Bill Hooper. 



IS. SALIR5E DSL r*S> 

1 . Caps, Slightly Out ofFtxm, 

2. illustrated, 13 dc junio dc 1*42. 

3. Ibidem. 

4. Collier s, 7 dc novicrnbrc dc 1942, 

5 . Ibidem . 

b. Cottier i t 24 de ociubre dc I 942 . 

7. Chnslophcr Ogden, Life of the Party: ihe Biography of Pamela Digby 
Churchill Hayward Marriman. 

8. Gcllhom, Till Death Do Us Pari. 

9. ! i'.i .■■. i m radiofonica, Kadio WNBC (Nueva York), 20 de ocrubrt dc 



1947. 



1 0. illustrated, 5 dc dicicjnbrc dc 1 942. 

1 1 . fc'ntrevUta radiolonicu. Radio WNBC, 20 dc octubrc de 1947. 

12. Win- km. Roirerf Capa. 

1 3. Jozcfa Stuart entre vista con el autor. 



II. EL DESJI1RTO 

1 . Citado en James Tohin, Ernie Pile's War. 

2. Ernie Pyle, citado en Phillip Knightley, The First Casualty 

3. Capa, Slightly Out of Focus. 

4. Ibidem. 

5 . Collier S, 1 9 dc junio dc 1 943 , 

6. Ibidem. 

7. Capa, Slightly Out of Focus. 

R, Jackson Benson,. The True Adventum of John Steinbeck. Writer. 

9. Hemingway, Mary Welsh, How it Was. 

10- ibidem. 

1 ] . Capa. Slightly Out of Focus. 

12. Vdase el fichcro del personal dc Life, en los arcJiivus dc Life, cortesia de 
Bitl Hooper. 

13. Para mis detallcK. wbre el inientu de Capa de oblcner una cxclusiva, vca- 
se Slightly Oat of Foots, 

14- ibidem. 

15. f Jersey, «The Man Who Invented Himself)). 

16. Carta al director, 47 Magazine, octubrc dc 1947, 

17. Matthews, The Education of a Correspondent. 
] 8, Capa, Slightly Out ofFocm. 

19, hue oficiatmcn!e conlrslado cl 15 dc julio de 1943. 

2(1 lohn Sluinbuuk., t.omsvdle Cuuner-Journtit, 2] dc abri! dc 195-7. 

21. Jackson Benton. 77k- True Adventures of John Steinbeck, Writer, 

23. Capa, Slightly Out ofFoaa. 



ES UNA UUlfKftA IHIftA 

1 . Will Lang, «5iory of Fort Schusier», Life, 25 de octubrc de 1943. 

2. life, S de ruwiembre de 1943. 

I, Illustrated, 13 de mayo de 1944, 

4. Capa, Slightly Out of Focus. 

5. John Huston, An Open Book. 

6, Life, 1 de novicmbre de [94,3, 

7, ibidem. 
B, ibidem. 

9. Life, 22 de noviembre de 1943. 

10. Todas la* citas del diarjo dc Rodger sc Ivan reproducido con la autoriza- 



l ion de J inx Rodger. 



326 



327 



Sangre y champiin 

11. George Rudder, citado en The Magnum Story, BBC2, octubrc dc 1989. 

! 2. ibidem. 

13. lift; 14 dc febrem dc I 'M-i 

14. Capa, Slightly Out qf Facta. 

15. £#fe, ,1 1 dc cnero de 1944. 

16. Viclsi Goldberg, The Power of Photography. 

17. Capa, Slightly Out of Focus. 

18. /Man. 

19. Illustrated, I dt abri! cle 1944. 

20. Hill Mauldin, Tkt Bran Ring. 

21. Capa, Stightiy Out of Focus. 



a. EL DtA MAS LMLOO 



1 . Omar Bradley y Clay Blair, .4 GSMBttf& ii/i-: /In Autobiography. 

2. Enrie Pyk;, columns de Stripps-ihward, 10 dc junio de 1944. 

3. Richard Whclan, Robert Cttpa. 

4. Irwin Shaw, pcrfil dc Robert Capa ( version wrrcgids dc la introduueiun 
dc Shaw a Views Of Parti), US fvgtie, abril de 1 982. 

5. Lawrence Lee y Harry Giffcrd, Samyan. 
William Saroyan. carta al dineclor, 4? Magazine. 
Irwin Shaw, US Vague. 

Leicester Hemingway, My Brother. Ernest Hemingway. 
Archives de 1m Division dc Relatione* Puhlitas. SriAEF, Grupo de re- 

gislro 331, Archivui Nadona I cs, Washington. DC. 

10. Leicester I leitringwuy. My Brother, Ernest Hemingway. 

1 1 . William S&royaiL, 41 Magazine, 
Leicester Hemingway. My Brother. Ernest Hemingway. 
Ryan. The Longest Day 
Capa. Stightiy Out of Focus. 

Stephen E. Ambrose, Li-Day: The Climactic Battle of World War 11. 
El relate del dia D estf hasado en las memorial de Opa, la cnlrevista de 

W«tcnbaicra Capa, Ids relates fad iiludwi en la bibltografiay las hislorius wolcs del 
Eisenhower Center. 

1 7. TraiLstTipcion dc la entrevista. a Oscar Rich, Eisenhower Center, Nueva 



6. 
7. 

8. 

9. 



12 
13. 

14. 
15. 
16. 



Orleans. 
IS. 

19. 
20. 



Charles Wcrten baker, invasion? 
Ryan, The Longest Pay. 
Wcrtenbakcr, invasion! 

328 



Nut;iS 



21 . Capa. Slightly Oat of Focus. 

11. Wertefi baker. Invasion! 

23. Ibidem. 

24. Capa. Slightly Out of Focus. 

25. Transcription dc la cntrcvista a Charles Jarreau, Eisenhower Center, 
N tie va Orleans, 

26. Wertenbaker, /,rpv W i(Wl,' 

27. Ibidem. 

2$, Enlrevisia con el autor y Get the Picture. 

29, Enlrcvisla a Charles Jarreau. 

30, Wcrtenbakcr, Invasion! 

3 1 , Capa, Slightly Out of Focus. 

32. John Morris, international Herald Tribune, 3 de junio de 1994. 

33. El relatu Mjbre el rcveladn de las Kotos y el CttmplimicnlO dc la fecha tope 
dc Life tambien se basa en una ertirevixta a Murris y sus memorias c\iraordinana- 
mentc minucios.as. Get the- Picture. 

34. Wertenbaker, invasiim! 

35, Cilildc en la inundtlcekul a A Russian Journal de Steinbeck, edition de 
1999. 

36. Marie-Munique Fiobin, The Photos of the Century: 10Q Historic Mo- 



it. EL SOCAGE 

1. Life, 3 dc julie de 1944. 

2. Capa, Slightly Out of Foots. 

3. Life, lOdcjuliodc 1944. 

4. Wertenbaker, Invasion.' 

5. Stephen Ambrose. Citizen Soldiers. 
o. Wertenbaker, Invasion! 

7. Hastings, Overlord. 

8. El relate dc ta cntrada en Cherbourg esta basudo en la eolumna de Pyk 
((Street Fighting*. publiu;iilii en Smw Men, de la que provieiiett todas bs eiLns. asl 
coina en el delallado relnio de Wcrtenbakcr en invasion! 

9. Capa, Stightlv Out of Foots. 
I ft iob itl . Ernie Pyie s War. 

1 1 . Ibidem. 

13, ibidem. 

13. Wenenhskec Invasion! 

14. Ibidem. 



329 



Sangre y champan 

15, Richard Whclan, Robert Capa. 

16, Irwin Shaw, pcrfil dc Robcn Capa. Vogue. 

1 7, Capa, Slightly Out of Focus. 

IR. Alfred G. Arultowil* y Peier HamilL Emexl liemingw.'ay. The Life and 

Death of a Man. 

19, Capa. Slightly Out of Focus. 

20, Aronowitz y Hamill, Ernest Hemingway. 

21, Ibidem. 

22, Wcrtcntiakcr, invasion? 

23, ibidem, 

24, Wertenbaker. Time, 4 de scpiiembre de 1944. 

25, Ibidem. 



li. VICTORIA 

1 , Wcrtcn baker, invasion! 

2. Caps, Slightly Out of Facta. 

1. Life, [3 de novientbre dc 1944. 

4. Capa. Slightly Out ofFneiLx. 

5, Bill (iraffis. carta al director, 47 Mogiislne. 

6, Sabre la conversation, veasc la cntrcvisla dc Richard W liclan a Gcllhom 
en Whclan, Robert Capa. 

7. Capa, Slightly Out of Focus. 
B, ibidem. 

9, Ibidem. 

ID. ibidem. 

1 1 , Andy Rooney, My War. 

1 2 , Capa, Slightly Out of Focus. 

13, Lc GofiV fttfm Ciiwjwrt/jfl, 

14, Hcrscy, «Thc Man Who Invented Himself". 

15, ibidem. 

16, ibidem. 

17, fbtdem. 

18, Ed Murrow, reportaje de CBS. 22 de abrit dc [945. 

19, Kniivvista de radio. Radio WNBCfNueva York), 20 d* ocrubre dc t#47, 

20, Life, 14 dc mayo de 1945. 

21, John Steinbeck, Once There Was a War 

22, Tobrn. Ernie Pyie i War. 



330 



Notas 



I* OiTF. EST A MIKAXIXJ. CHKu!» 



1. Laurence [.earner. As Time Ones By: The Life of ingrid Bergman, 

2. Bergman y Burgess. My Story. 

3. Learner, Ax Time Goes By. 

4. Bergman y Burgess, My Story. 

5. Learner, As Time Goes By. 
fi. Ibidem . 

7. Dnnakl Spoto, Notorious; The Life of ingrid Bergman. 

8. Joseph, Henry Steele, ingrid Bergman: An intimate Portrait- 

9. Spoto, Notorious. 

1 0. Bergman y Burgess, My Storj- 

1 1. Spoto, Notorious. 

1 2. Bergman y Burgess. My finy. 

13. ibidem. 

1 4. ibidem , 

15. fbidem. 

16. fttmcti Miller. Magnum; Fi/rr tfettf of fne Fntinl L&K of History. 

17. fJ/t? h 8 de octubte de [945. 

18. Para mas detailed sobre la reunion con Hitchcock, vease Spoto, Noto- 
rious, asi como su tgualmentc pcnettanlc The Dark Side of Genius: The Life of Al- 
fred Hitchcock. 

1 9- Spoto, Notorious. 



IT, HNnei, ii>im> 


1. 


Whflan, Robert Capa. 


2. 


Bergman y 1 t< irye -■■. My Story. 


3. 


Steele, ingritt Bergman. 


4. 


Learner, As Time Hoes By. 


5. 


ibidem. 


6. 


Spoto, Notorious. 


7. 


Learner, Ax Time Goes By. 


& 


Ibidem. 


9. 


Ibidem. 


10. 


Irwin Shaw, carta al director, 47 Magazine. 


11. 


Ibidem. 


12. 


illustrated, 6 de scptiembre de ] 947, 


IS, 


ibidem. 


14. 


Para mas detailed vubrc el papcl secundaria dc Caput como Hamza y su 



331 



Sangrc y champan 

implicadou en Hollywood, vtase |u inirtnlucci^n a Magnum Cinema de Alain Ber- 
pia 

1 5, Bergman y Uurguess, My Siory. riladn con In auiorizaeion de Delator- 
tc Press. 

! 6. Ibidem, 

1 7. Learner. .4.1 Time Goes By. 

I B. Qelllssjrn, Till Death Do Us Part. 

19. Para mas; detafles sid-tn-e el ultimo eneueniro. vcansc los relates dc 
Learner, Spoto y Bergman. El lib™ de Learner tuenta u<in eKtHUMM entrevislas a 
Pciter I .indslTom. quicn lamcnlablcmentc iallccio antes deque yoputlieni enlrevi-i- 
tBrlo. 

20. Bergman y BurgSW, Aft' Jfflrv. 

2 1 . Ibidem. 



IS. DE NUEVItl EN LA UNION SOVlfTlCA 

1 . Yuriy Sherekh, wWhdl Dkl Ymj Nw Warn lo Sec, M r. Slcmbeck?», Ukrai- 
nian Quarterly, 4, 1 948-. Sherekj) era ei seudbnimo ds; Yuriy Shevelov. quien mas 
rarde fue cutedralico dc tliologia eslava y lirLgilistiea en la Univcrsidad de Colum- 
bia de Nucva York. 

Esioy en deuda ton el profesor Wolodymyr Slojko. redactor jcfc de Ukrainian 
Quarterly, pur la cantiiLad de informae it'sn nucva que ayudo a sacar a la luz sobre ta 
c^lancia de Steinbeck y Capa en la, URSS. Susan Shillinglaw, una destaeads espe- 
cial ista en Steinbeck, lambJen ma seflalo nuevas faostet, 

Todos Ins expedients sovicltco* sccrcto* do cite uapituto provietten del Archivn 
Fsiatal Ccnlral de Lkrania en Kiev. Los documentoj especilko^, tradueidosi pur el 
pre&OOf Stcijko en Ucrania, cslfln catal-OEados coma Hond I ; Opys^ 23; Sprava 4365 
(resolution 4363, pigs. 16-23 y 54-50). F-n aras de la. brcvedad sc rcfierc a d!os como 
CSA (Central Siaie Archive). 

Para una cxtraordinaria virion global de !<; que ocwkl H real i dad bajo el re- 
gimen de Stalin en csa cpoca, vcase Kdvard Radzinsky, Stuitn. La mejor destript-ii'm 
de las reluciones inicmas en cl Kremlin es la insuperable obra de Dmitri Volkriyn- 
tiOV. Stalin. Triumph and Tragedy. 

2. Jay Parini, John .Steinbeck. Para un rnagni fLco retalo dc las numcrosas 
aventuras de Sieinbetk, vcase Juckstm Benson. The True Adventures of John 
Steinbeck. Writer, 

3. Steinbeck, A Russian Journal. 

4. Ibidem. 

5. CSA. 

6. Gisele Ffeund, 7>u? World in My Camera. 



332 



\;'!ii-- 



Para el mejor relalo Sofere la creation dp Ma-gnum y la stotivftctda de 
Capa, vcase Rus*ll MilScr. Magnum: Fifty Yean til the Fmnt Line tif History. John 
Morriji. Gel the Picture, es lambien ejtiremadamente minueioio y saea prrivccho de 
la re laeinn personal del watXtt con fodos hs hinJad<n-js. 
S. Miller, Mu%mim. 
9. Ibidem. 

f(j. Jam l.:bLiinjlre, Jfurw* Cw/w. 
II. Milter. Magnum. 
] 2. Le Go!F. PrVfrp Gummann. 

13. Stciribcck, ^ Rwaian Journal. 

14. Ibidem. 
15 CSA 

16, Sleinheck. ^ /fji.uian Journal. 

17. Ibideai. 

1 8- Entrevista al professor Wc-lodymyr Stojko, oelubre de 2000. 

1 9. Steinbeck, A Ruffian Journal. 

20 CSA. 

2 1 . Ibidem. 

22. £$fe 6 de octubre de 1*47. 

23. Entrevrisia radiofortico. Radio WNBC (Nwvi York), 20 de octubre de 
1947, 

24. Citado en inijvduccion a Sli^ltttv Out o/'Facux. Modem Libraxv. Nueva 
York, WW. 

25. John Vachon. Pbotn tiotea. mat /.a de )94S. 

26. Steinbeck, A Russian Journal. 

27. Ibidem. 

28. ibidem. 



11. EL VflT LOOK 

1- Miller. Magnum 

2. Enircvista radinRHiica, Radio WNBC (Nueva Ynrk), 20 de oclubre dc 
1947, 

3- Entrodueertn dc A Rus.tian Journal* edieion dc 1999, 

4. Reseila* cisadas en ibidem, 

5. CSA. 

6. John Morris. Get (he Picture. 

1. Daily Worker. 22 de octubre de 1947, 

8, Jackson J. Benson, The True Adventures of John Steinbeck Writer. Piim 
mas detallcs sohrc la inversion financicra y problemas posleriores, csn Capa, vean- 



333 



Sangrc y champar 

se conrespondcnc ia de negocios de Steinbeck ndajeunuda con World Video. Univcr- 
itdad de Columbia, y Richard Whelan. Rahert Capa. 
9. Ibidem. 

10. Nigel Cawthame. The Dior Revitltifiott. 

1 1. , Ibidem. 

12. Ibidem. 

] J. Illustrated, 3 de afciri I de 1 948, 

1 4. Michael Gross, Model, 

15. Para cslos tratos firvancicrw, P&SBfC itneve cartas escritas cnlrc 1947 y 
I94B, conscrvadiin en la Anne Watkiit-s Collection, Univereidad de C'cdunabiu. 

16. Bcnsun, The True Advetttums of John Steinbeck. 



30. UN CAMFMl f>f MUKKTE 



1, Uw, detalL-cs. sobre la eslancia dc Capa pruviqnen dc las entreustas rca- 
lizsdite por Jozefil Stuart: Kenneth Bilby, flfcw Star in the East, y varios articulos dc 
Jack Winocour y Quenlin Reynolds. 

2. Whelan, Robert Capa. 
hnlTCvista dc Goldman a Jo*eFa Stuart. 
Illustrated, 19 de junki de I94S. 
Wheian, Robert Capa. 
Bilby, .Vi'H- .Vjut iri fAf £irji. 
Pam el viaje a traves de la carrclcra de Birmama, vease el elcgiaco ar- 

ikulo de Wtnoccmi para Illustrated, 3 de julici de I94N. 

& Ted Bcrfcham. Cast a Giant Shadow. The Story of Mickey Marcus, 
ibidem. 

Illustrated, 3 dc Julio de I94R. 
Berkhum, Cast a Giant Shadow. 
Illustrated. 3 de Julio de 194*. 
Ibidem. 

B ilby. New Star in the East. 
Ibidem. 

Paia mis ititormaeiun ntm el desembarco, veansc Illustrated. 1 7 ejl; ju- 
lio dc 194a. y Life, 12 dc juU-d de I94B 

17. Vcanse Noel Howard, Hollywood sur MY, y Miller, Magnum. 
IE. US Vogue, abril de 1982. 

19. /bitfrjn. 

20. Para mas detaiJcs sobre la vjsiis a Fumpa del Este, veanse Illustrated, 26 
de marzo de 1949; Holiday, junto de 1949;. Illustrated, 20 de agosto dc 1949. y 
Holiday, novicmbrc dc 1949. 



9. 
10. 

II 

12- 

13. 

14. 

15. 

16. 



334 



\.,il;,-.. 



21. Mary Blume, After the War was Over. 

22. Holiday, JTHJto de 1949. 

23. Holiday, imviumhri.' de I'M*). 

24. Irwin Shaw, Report on Israel. 

25. Todcis Ids detailed y citas provienert de Illustrated, 27 de agosto ds 1 $49. 

26. Paja los tecucrdos do Shaw, vease US Vogue, abril dc 1 982. 

27. Illustrated, 27 dc agostodc 1949. 
Hi Ibidem. 



Zl- EL SEINO DE LOS SENTIDOS 

1 . I ji inlbrmacion score el primer encuenlro de Capa Kin Hammond se bass 
en las CBlTTvktU de Joatfk Stuart y John Hammond hijo. octubre de 2000. 

2. Uurri y Bischpf", Werner Bischof. 

3. Inge Moraih, «Me*;[ing Majaium», en /tow Magnum-PfittittgHiphx 1915- 



IM1. 



4. tngC B&Tldi. Cilado en Miller, .Wa^num , 

5. Ibidem. 

6. [nge Bondi , Ervur A/uojt. Colour Photographv. 

1. Veansc Michael Stmaycrson, MWfl Shaw, y Illustrated. 4 dc mareu dc 
1950. 

S. Irwin Shaw, «Hnw to Live Abroad^ Holiday, Julio de 1951 . 

9, Irwin Shaw, fegne. 

10. Shjiayertsofl, Shaw. 

1 1 . James Salter, Burning the Days. 

12. fhidem. 

13. Fneund. TVie World in My Camera. 

14. Morris-. Get the Picture. 

15. Viertfi], Djingerwis Friend*. 

16. Gael Elton Mayo, The Mad litmatc. 

17. Los Eralos rlnancietos, d:e Magnum y olro* temas relacionados con la 
agent is tslan basados en Miller, Magnum, y en etitrcvistas del aulor a Suzy Mar- 
quis, Watitrn Trahant. Inge Moratk, Jinx Rodger, Judy Freiburg, Jimmy Fox, Pierre 
Gassmajut, Elliot Ertvftl y Jftlin Morris. 

13. Milk". li*.|;f.!ln.':. 

19. ibidem. 

21*. Morris, Get the Picture. 

2 1 , Cilado en ibidem. 



335 



Sangre y champan 

!: IfClMO ES POSIBLE QUE SEA VlEKJ? 

1 . llalidar, enero tie 1 95 1 . 

2. Para mas detalles sobne Thome y el esqui. ibidem. 

3. La information sobne la estaneia de Capa en Paris esta basada en las 
memorias dc Noel Howard; John Huston, An Open Book, Chrislopher Ogden, Pa- 
mela Harriman:v,) peril I de Irwin Shaw para Ifyfiw asi coma «Notes an a Parisian»; 
Peter Vicrtel, Dangerous Friend*; y las entrevistas del aulor a Siv.y Marquis, Burt 
01 inn. Inge Moraih, Elliot Erwitt, Pierre Gassmann, Beilina Gnuiani, Ben Bradlec. 
Michel Descauaps, Etige Bondi, John Morris, Peler Viertel, Eve Arnold y Warren 
Trtibant. 

4. Chrislopher Ogden, Pamela llarriman. 

5. ibidem, 

6. Hedy Lamarr, fifcfttqp urn/ Me. 

7. Irwin Slia*. /'un'j.' Paris' 

8. Morris., GeJ /ih? Picture. 

9. I loward, Hatiywood nur Nil. 

10. Frettnd, FJte H'twW iff Aft' Camera 

11. Irwin Shaw, carta al director, 47 Magazine. 

12. Miller, Magrmm. 

13. Para fnas detalles snbre e! suetdo dc Capa. vcansc Miller, Magnum, y 
Morris, Gel ike Piilure. 

14. Miller. Magnum. 

15. Para, mas information sobrc el ndmbramiento y los tcmiinos dc Motrin, 
veanse Miller, Siagnum. y Morris. (let the Picture. 

16. Ibidem. 

17. Morris, fict the Pit tare. 

18. Para mas detalles score la crisis del pasapurtc, veaust' Mortis, Get the 
Picture, y el expedienle del FBI de Capa becho publico scgun cl Acta dc Libertad 
dc liiliwrnacion, Sc reficrc a I expedient tomo FOI A 923304 scgun los prwedin-iirn- 
toi del KBl para su publication,. En aras de ta brcvednd, sc refkro a cl tasa el «ejt- 
pedicnte del FBh y, euandti sun relevanlcs.. ^c i'ncilitan los daMs en el tento. 

19. Vicrtel, iJartgerous Frieritii. 

20. Bxpedknte do! FBI, declaration jurada, finiiada por Capa cl 3 dc octu- 

bre dc 1 952 anie Jerome Weiss, nolttrio publico del eslado dc Nucva York. Niimero 
2+4207225. 

2 1 . Morris, Get the Picture. 

22. tj infomnacion snhre el annus hi>mbilin dc Capa, su- dcprcsii'm y sus 
probiemas dc cspaldn provku de entrevistas realizadas a John Munis, Jinx Rodger, 
tngc Moralh, Ben Bradlce, Flu?> Clavadetschcr. Rmb Guler, Larry Collins. Bctlina 
Graziani. Su*y Marquis. Peier Vicrtel y J™cta Stuart. 



336 



Notas 



23 . Viertcl , Pangervas Friends. 

24. ibidem. 

25. Irwin Shaw. US Vogue. 



a MAS ADCLANTE EST^ H l*.t.TA 



L, WhcUn, Robert Caps. 

2. Enlnrvista a John Locniard, £j6 Photographers. 

3. Thompson, .4 Lot't /I/?oj> «'rf/r i^i/i? t£ i>ff ithvnnian . 

4. Entra%'ista a John l.cjtn^atd. Life Photographers. 

5. Para mas detalles wjhrr como Capa accpto cste ultimo encargo. vtanse 
Morris, Get the Picture, y Miller, Magnum. 

6. Los detalles sobre la cpoea de Capa en Hanoi provicnen dc una entrevista 
a Michel Qmaaafi*, articulos dc la rcvisia Life, obituarios, la obra de MilleF Mag- 
num y un detalludo relato de Morris en Get the Picture, ast como las entrevistas del 
autor a Inge Bondi, John Morris y Su^v Marquis. 

7. Life, 3 1 de mayo dc 1954. 

R. La inlbrmscion stihrt el documental de actualidad provicne dc la entre- 
visla a Patnck Jeudy, quieti tienc vanas sccuentias fascinanlcs dc Capa eh accion. 
Todas las alusiones al documental que apaivten en este libro son conesla de 6L 

9. Life. 3 1 de mayo dc 1954. 

10. Life, 7dejuniodel954. 

1 1 . Ihidem. 

12. La description de la muerte dc Capa esla basada cr\ su mayeir parte en 
dos fuentes, Jnhn Mecklin y Jim Lucas. El artieuto de Mceklin, «Fo™a«J Lies the 
Delta*, Time, 1 dc jtmio de 1954, cs un dclallado relato dc los diss anieriorcs a su 
mu«nc. «Hc Said: This Is Going To Be a Beautiful Storyit, Life . 7 de junio dc 1954. 
rccrca tun gfan dramatismo y minueiosidad el ultimo dia de la ■. idu liu Capa HI auttir 
Bgradece la aulorizacion dc Time-Life para citarlo eitensamenle. El scgundo icsii^u 
[sirular iirf Jim Lucas, cuyo articulo «Bob Cap* Planned to Leave Indo-China by Sea» 
apareeid publicadb p<ir primera vez en cl Washington Daily Ntws cl 27 de mayo de 
1954. El auror^c ha basado en ambos lestimotiiris, asi como en un minucicso a\s- 
men dc las ultimas idtos de Capa, para rewnstmir cl ultimo mcargo de Capa. 



i Mi i »■:<*; La Icycnda 

1 . Morris, Get the Picturw- 

2. Ihidem. 

3. Ibidem. 



337 



Sangre y champan 

4. Ibitfvm. 

5. Catalogue for Inhumanity and Humanity, bApoweinn dc Ganadores de V., 
Medal la de Oro Robert Cap*. Tokyo Fuji Art Museum, Tokio, 2000. La Medal la de 
Robert Capa flic mostradn ul aulor en Pari-i, abril dc 2000. por Anihroy Suau, quien 
obtuvo el gsl&Tdon en L995. 

6. Enlrrvtsta a John Loengarid, Life Phuictgrqfrhers, 

7. John Steinbeck, Piijrular Photographv. 

B. Cornell Capa, prologs a Stightiy Out o/Focm, Modem Library. Noova 
York, 1999. 



338 



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Zeman, 2. A. B., Nail Propaganda, Oxford University Press, 1973. 



351 



lndice onomastico 



B 



Aarons. aargcnto Slim, 157-159, 

163, 194, 20ft, 220-221. 236 
Africa, mate de, 139-144 
Anzio, desernbarcos de, 157-160 
Abrams, teniente coroncl Crcightan, 

201 
Adams, Eddie, 69ri 
Adler. Larry, 211-2 U. 217n. 219 
Alcniania, 198-21 6 

invasion de Polonia, ! 20 

rendtrion de, 206 

revoludon nazi. 49 
ASlan, doctor Norman, 94 
Allan, Ted, 75, 89-94 

Thin Time a New Earth , 90 
Allen, Jay, 86 
Allen, general Terry, 142 
Alliance, agenda. 57, 232 
Aga Khan, 2R4 
Ambrose, Stephen, 1S1 
Aragon, Louis, 95, 293 
Arnold, Eve, 271,283 
Ajdcn, W. JL, 102 
Auschwitz, 33, 247n, 26*, 266 



Balendaga, 272 

Banks, Dennis, 176 

Barcelona, 65-66, 9K, 111,1 16-1 18 

Beldcn, Jack, I4S 

Bdscri, 203 

Ben-Gurion. David. 256, 262 

Benny, Jack, 21 1 

Bergman, Icigrid, 208-223, 237, 3 1 5 

Arch o] Triumph [Awo de Triun- 
fo], 223, 225 

Casablanca. 2 1 

Gaslight [Luz que agoniza}, 210 

Joan of Arc, 226 

Notaritts \Encadenados\, 217, 
21)5,221 

Spellbound [Recuerda]. 217 

The Four Companions, 2 1 3 
Bcrkovits, Juliunna Henrietta; vims 

Capa, Julia 
Berlin. 43-50, 212-213,263 
Berliner Illuslrierte Zeilung, 55 
Bwinyo, Eva, 33-45, 48, 57,96, 103, 

122, 263, 275 
Berhune, doctor Norman, H4« 39 
Bcumclburg. Werner, 92 
Bilby, Kenneth W., 255, 258, 261- 

262 



353 



Sdilyre y champan 



New Star in the East, 267n 
Bisehof, Roseltira. |15 

BiochoC Werner, 271, 281n, 314416 

Mum, Leon, 60 

Bogart, Humphrey, 220, 296 

Bohcn, Fmu, 44 

Bondi, Inge, 272, 313-315 

Borkenau. r-'rarus: The Spanish Cock- 
pit [EI reniden; KnpuAoI], 68, 78 

Bom;!!, Evarislo, 77 

Bon-ell, Federieo, 77-78 

Bcssfaard, Walter, 104 

Bole. Hans, 54 

Bourkt- White, Margaret, 128, 292 

Boyer. Charles, 224-225 

Bradlee. Ben, 286. 289 

Bradley, general de division Omar. 
141 

Bradshaw, Braddy, 175 

Brand! , Bert, 175 

Brceht, Sertoli, 47, 50 

Beretotl, j general Lewis, 202 

Brigadas Internadonales, 97, 110- 
112 

Brothers, Caroline, 78 

Brolons iorda, Mario, 77-78 

Brown, Georgia, 125 

Buchwald, Art, 2S7 

Budapest, 32-38, 246, 264-265 

Bulge, batallade, 199-201 

Burke, Don, 121 

Burrows, Larry, 3 11 n 

Butler, E. K., 1 76 



Capa, Cornell (hermano de Robert), 
41, 121,291,314 

emigradon a Nucva York, 1 2 1 
fofografo, 58.288. 316 



y Muertt? de tut n-tilicin.no, 69 
Capa, Julia (madre de Robert), 36- 
38,41,44,57, 121, 131,288,317 
funera] de Robert Capa, 314-315 
Capa, Robert 

Death in ihe Making, 86 

Images of War, 26-25) 

Russian Journal, 230, 248-245), 

251 
SHgfltfy Out vf Focus, 72, 85, 130, 

137, 198, 243 
TRABAJO 

Africa del none, 139-144 
Alematiia, 198-216 
Berlin. 43-50 
Budapest, 38-42 
China, 101-109 
Espafia, 55-56, 64-100, 110- 
118 

muertc de Gerda, 93-96 
Mtierle tic un miciliano, 69- 

79 
FBI, expediente del, 292-295 
Francis. 179-191 
Hollywood, 218-222 
Inglaterra. 1 30-138, 161-166 
Israel, 255-263, 266-269 
Italia, 150-158 
Jap6n. 30U-301 
Magnum, agenda, 232-235, 

271-273,275-281 
Mexico, 125-126 
Omaha, desembareo en la pla- 

ya de, 26-29, 166-1 78 
Paris, 51-63, 187-200, 208- 

210,227 
SfciUfl, 150-151 
Union Sovietka. 230-23!, 

235-244 
Vietnam, 304-312 
World Video, 251-252, 254 



354 



Indice onomastico 



VIDA 

eambio de nombre. 58-59 
Ingrid Bergman, 208-228 
inalrimonio, 122-125 
muerre. 309-311 
nadmicnlo, 35 
Capote, Truman, 296 
Cartier-Bresson, Henri, 52-54, 58, 

75,201.272 

Magnum, agenda, 202. 232-234, 
277-279,305,316 

y Capa. 52-53, 95. 195, 234n, 
282n, 2S3n 
Ce Soir, periddico, 64, 89. 91, 94, 

100. 119,293 
Centra Intcmacional de Fologrurla, 

316 
Cerf. Ruth, 54-56, 58, 76, 84-85, 

90n. 95-97 
Chaplin, Sydney, 288 
Chardacfc, Willi, 56 
Cherbourg, 183-186 
Chiang Kai-shek, general, 101-103, 

107 
Chiang Kai-shek, madame, 103, 

106, 293 
Chicago Tribune, periodica, 1 44 
China. 101-109 
chinojaponesa, guerra, 101 
Churehill, Pamela, 134-135, 253, 285 
Churchill. Randolph, 134 
Churchill, Winston, 135, 155, 230 
Clavadeischer, Hury, 297 
Coekbum, Claud, R9, 92 
Cogny, general Rene. 304-306, 311 
Cogny, Marie-Claude, 305 
Colliers, revista. 1 10, 130-132, 142. 

145, 147, 164,255 
Collins, Larry, 294 
comunismo.40, 125.250,292-293 
Cooper. Gary, 2 1 8 



Croce, Beneditto, 153 
Cuairocientas miUones, Los (docu- 
mental), 101-102 
Cunningham, Jack, 255 



D 



D, desembarcos del dia, 165, 186 
Daily Express, periodtCO, 74 
Daily Herald, periodico. 7ln 
Daily Muih peri6dico, 98 
Daily Worker, periodico, 9 1 , 250n, 

292 
Davis, Floyd, 1 94 
Davis. Myron, 1 3 1 
Dclahaye. Luc, 3 1 6 
Delmcr, Scfton, 98 
Dephot, agenda, 45-47, 50, 60n, 108 
Der Well Spiegel, 48 
Deseamps. Michel, 303-305 
Dien Bicn Phu, 302-304, 306 
Dietrich. Marlcnc, 208 
Dior. Christian. 251-253 
UoJIIuis, Engelbert, 50 
Dos Passsos, John, 89 
Duhamel, Marcel, 194 
Duncan, David Douglas, 281n 



Ehrenburg, llja, 89. 117 

Einstein, Albert, 50 

Eisenhower, general, 141, 155, 164, 

168 
Eisner, Maria, 57.61-62, 232 

Magnum, agenda, 232-234, 276- 
278 
Eldan, David, 258 
Elisofon, Elk*, 141 



355 



Siinyri.' y champan 



Ernst, Morris, 291, 293, 296 
Krwirt, Elliot, 271,278 

Espana, 55, 63 

Espafia, gucma civil cspafiola, 64- 

ioo, 110-120 




ladice 



(miimasNco 



Path, Jacques, 251, 253 

Fcrnhout, John, 101-l02 t 104-105, 
107, 123 

Fischer, Beia. 195 

Fischer, Suzy, 51-52, 195-196 

Fischer, Szeren, 51, 195 

¥ Ian ner, Janet, 194, 28Jn 

Flos, Jimmy, Mverte de un miliciano, 
10-1 \ 

Francia, 179-191 

crisis politico, 53, 60 

Franco, general Francisco, 62-63, 
65-67. 80-82, 85-87, 92, 98-100, 
110, 112-114, 1I7-1L9, 197 

Freiburg, Judy, 247, 3 1 5 

FreuntLGiscIc, 46, 72. 74, 232, 276, 
290 

Friedmann, Andre- Vi.vr.hv Capa. Ro- 
bert 

Friedmarln, Angela (Cufiadii de Ro- 
bert Capa), 246 

Friedmann, Cornell (hennano de 
Robert Capa); vcase Capa, Cor- 
nell 

Friedmann, Deszo (padre de Robert 
Capa), 35-36, 42, 58 

Friedmann. Julia (rnudre dc Robert 
Capa); vease Capa, Julia 

Friedmann, Las7lo (hermano de Ro- 
bert Capa), 246 



Gallagher, ODowd, 74, LIS 

Gaibo, Greta, 296 

Gdssmann, Pierre. 53-54, 96, 195, 

201-203 

Magnum, agenda, 202, 231- 
233 
Gavin, general James M„ 146 
Gellhom, Martha. 64, 1 1 6- 117, 135. 

203,226,231 

71// death Do Us Pari, 1 1 1 

y Hemingway, 1(0, 127, I89n, 
197, 218 
Gilmore, Ed, 235 
Giloi, Francoise, 273 
Glinn, Burt. 271,285-286 
Goalen. Barbara, 253 
Goelz, William, 219 
Goldman, Pant, 257 
Goodwin, Carl, 2 1 3 
Gorin, Raymond, 56 
Gould, Beatrice y Bruce, 249 
GrafTis. Bill, ]96 
Graham, Sheila, 222 
Graziaiii, Bcttina, 253-254, 289 
Grosvenor, Rita, 77 
Guernica, 85 
Gulcr, Hans. 283 
Gunther, Thomas, 61 
Guttmann, Simon, 46. 48, 54-55 



H 



Haas. Ernst, 272-273 

Halstead, Dirck, 297, 315-336 

Kami II, Peter. 188 

Hammond, Jemmy, 270, 275, 287, 

295,313 
Hammond, John, 270, 275 



Hammond, John (hijo), 270, 275, 
287,313 

Harrison, Colette, 289 

Hawks, Howard, 218, 220, 284 

Hawks, Slim, 218 

Hecht, Hen, 217 

Hcsm, Peter, 33, 41 

Hemingway, Ernest, 134, 165, 187- 
189, 192, 194,243,291.295 
A Farewell to Arms \Adi6s a tas 

armas], 85 
corrapunsal dc Collier 's, 1 64 
For Whom the Bell Talis [Par 
qiiien dohlan ins vampanas], 
87n, 127 
guerra civil esparto] a, 98. 112- 

114 
The Sun Also Rises \El sol tam- 

hien sa/e], 85 
Tierra de Esparia, 93 
y Capa, 85, 164-165, 187-189 
y Gellhom, 110. 127, 189n, 197. 

218 
y Steinbeck, 187, 194, 254 

Hemingway, Leicester. 164-165. 195 

Herald Tribune, pcriodico, 235, 250, 
255. 292 

Herrcra, teniente coronel Emilio, 56 

Kersey. John. 3 1 -32, 5 1 , 58-61. 202 

Himsftimu, 3 1 

Hcienyi, lmre, 41 

fieuie, 272 

Hicks, Wilson. 118 

Hitch. Peter, 289 

Hitchcock, Alfred, 217-218, 224 

I iillcr, Adolr, 38, 46-47, 49, 55, 60- 
62. 64, 85. 97, 100, 110, 113, 
116-117, 126, 140, 167,247,293 

Holiday, re vista, 32, 265. 2&2-2H3, 
288-289, 292 

Hoi lywood, 218-222 



Holocausts. 247, 267, 269 
Holt, Henry, 243 
I topper, Hcdda, 2 1 9 
Horthy. almirante, 33. 37, 41, 49 
Howard, Noel. 263, 289-291 
Hughes, Howard, 219 
Hungrta, 34-35, 39-40, 264-265 
Huston, John, 220, 284, 287, 295- 

296 

An Open Book, 296n 

The Battle of San Pieiro {La ha- 
taiia de San f'ietru\, 152 
Huston. Rieki, 295 
Hyde. Henry, 294 



illustrated, re vista, 137, 225, 252. 

255. 26! 

cainpana Italians, 151, 158 

Htingria, 264 

Israel, 257, 26fl n , 266-267 
illustrated London News, revista, 

71n 
Inglakrra, 130-138, 161-166 
Isherwood, Christopher, 1 02 
Israel, 255-263, 266-269 
lialia, 150-160 
Jvens.Joris, 101-102, 104-107 

The Camera and I. 102 
lives tia, periodico, 117 



Jacobs, Fcnno, 276 

Japofl. 300-301 

Jaramillo, Miguel Angel. 78 

Janxau, Charles, 172, 174, 329 

Jerusalem 257-261, 268 



356 



357 



Sangff y chumpan 



Jeudy, Patrick. 70, 1 79 

judios, 37, 216, 247n, 255, 25 8n, 

262 
Justin, Elaine (Pinky). 138, 142, 161- 

163, 197,206 
Justin, John. 138 



Kandinsky, Wassily, 50 

Kanlorowicz, Alfred, 88, 9] 

Kavitkcs, Gcorg, 55 

Kawazoe, Itiroshi, 3(H) 

Keating, Jeffrey, 158 

Kcleti, Eva, 59 

Kelly. Gene, 284 

Kerr, Deborah, 288 

Kertesz, Andre. 60 

Kilncr. doctor Thomas Pom fret, 133- 

134 
K rightly, Phillip, 75-76 
The First Casuality, 74 
Koester, Peter, 108 
Kolstov, Michail, 92 
K.orchein, Polly, 123 
Koyen, Ken, 200 



Lacapelk, ten ie-ri le corond J can, 

300,310 
Ladies 'Home Journal, revista, 235, 

249, 291 
Lauiarr, Hedy, 28fi 
Landry, Bob, 166 
Lang, Fritz, 47 

Lang, Will, 150-153, 157-158 
Lanham. coronel Charles "Buck", 

IKS 



Laurie, Annie, 25 1 

Learner, Laurence. 222 

Lechenperg, Harald, 47 

Lcica, camaras. 46, 48, 5 1 . 54, 64, 

84,95, 111, 114, 185-186,256 
Leigh, Vivien. 289 
Lcwinski, Jorge. 74 
L 'Humanite, periodica, 95. 1 1 7 
Lieblitig, A. J., 148 
Life revisit 7(1, 123, 13 I. 134. 141, 

154-155, 178, 194-195,205, 214. 

23 1-233. 235, 27 1 -272, 274, 28S. 

292-293, 300-302 

China, 103-105 

D, desembarcos del dia, 165-166. 
168, 173-177, 187 

guerra civil espanola, 74, 84, 87, 
95, 1 1 9 

invasi6ndeEuropa. 179-182, 187- 
1*8. 201,212 

Israel, 257 

llalia, 150-157 

Mexico, 125-126 

Moscu, 244 

oilcina de Londres, 144-1 45, 1 74- 
175 

oficina de los Angeles., 22 1 

oficina de Mueva York. 145 

Robert Capa, mcdalla, 3 16 

Sicilia, 147-148 

Vietnam, 304, 306-307, 315 

yCapa, 121-122, 128,301,314 
Litidstrum, Fetter, 210, 226-228 
List, Herbert, 276 
Lister, genera! Enrique, 114 
Litvak, Anatole. 220 
l.lewellvti. lenicntc Richard, 132- 

133 

How Green Wm My Valley, 1 32 
Lararu, Stefan. 103, 115 
Lubitsch, Ernst, 47 



358 



I inline (jiKimiihlwo 



Lucas, Jim. 306-310 

Luce, ILenry, 87, 88n., 102-103. 105, 

121, 188, 301n.. 232 
Lukaez, general, 81 
Luttwit2, leniente general Heinrtch 

von, 1 99 



M 

Madrid, 67, 81-83, 87, 90, 98, 106, 

119 
Magee, comantlante, 132 
Magnum, agenda, 232-235, 263, 27!- 

273,275-281,296,313.316 

Capa, presidente, 276. 290-291 

cliemes, 282 

fundacion, 202, 283n 

Paris, oficina de, 278 
Maichini Press, 58, 298. 300 
Man. Felix, 46 
Mann, Thomas, 50 
Marcus, David Michael, 257-261 
Markos, Gyorgy, 34-35, 96, 108 
Marquis, Suzy, 44, 108. 269, 279- 

230, 286, 298-299 
Martinez, Romeo, 233 
Matisse, Henri. 273 
Matthews, Herbert, 97-100, 114. 1 16- 

117, 148, 153 
Mauldin, Bill, 158-159. 19*n 
Mayne, Richard, 263 
Mayo, Gael Elton. 277 
McAulilTe. general Anthony C, 199 
McCombs, Holland. 125 
McCulliu, Donald. 316 
Meeklin, John, 306-3 10. 3 1 2 
Melgar. ManucL 78 
Mexico. 125-126 

Micth, Hansel, 71-72, 96. 123-125 
Mieth. Otto, 71-72. 123-125 



Miles, Blossom. 138 

Miles, Frederick, 137-138 

Milestone, Lewis. 223 

Mill, Gijon, 274,286 

Miller, Henry. 52 

Miravitllcs, Jaiimc, 65 

Morath, Irigc, 246, 27 1 -2 72, 2*4. 290, 

297-298 
Morns, John. 1 64, 189- 190. 1 94, 250, 

314-315 

Ladies Home Journal, revista, 
235, 249, 291 

Lije, revista, 122, 153, 173-178 

Magnum, agencia, 276, 29 1 , 295, 
301 
Moscu, 129, 236-237, 242-244, 

248 
Miterte de tin miliciano, 69-79 
Miimhvr ithistrierti.' Finesse, 4o, 202 
Murrow. Edward R„ 134, 203-204 



N 



Namuth, Hans, 80 

Nance, lenicnte Ray, 28-29, 171 

Napnies, !50-153,'l56, 159 

Natchwey. Jim, 3l6 

Naudct, Jean- Jacques, 256 

Navarre, tenicnlc coronel Jacques, 
310-311 

na/LS. 47-49 

Neruda, Pablo, 89 

New York Herald Tribune, periodico, 
113, 144.2*6 

New York Times, periodico, 97, 1 1 4, 
128. 148, 168, 243, 248 

New York World-Telegram, periodi- 
co, 70, 73 

New Yorker, periodico, 148.266 

Newsweek, revista, 286, 295 



359 



Sangre y chainpan 



Ni.ii. An in n. 52 
North, Sterling, 248 



O 



Prescott, Ondlle, 24R 
Puttnies, profesnr Hans, 72, 74 
Pyle,Emic, Ml, 148. 157-159, 162- 
16X180, 182, 186,205-206 



Observer, periodico, 77 

O'Hara, John, 254 

Omaha, desembarcos en la piaya de. 

25-28. 166-178 
Operaeion Overlord, 166 
Orchard. Tom, 87 
Orkin, Ruth, 253 
Orwell. George. 67, 97. 243 
Overseas Press Club, 315 



P 



Page, Homer, 276 

Palestina, 255 

Paris, 51-63.208-210 
Cafe Dome, 52, 55, 58 
Hberacion, 187-188, 192-195 

Paris-Matek, rcvisla, 187-188, 192- 
195 

Peiris-Soir, revista, 74 

Parks, Gordon, 128 

Patrick, Ted, 282, 288 

Patton, general George, 140-142, 149, 

Pearson. Bill, 284 

Phitadetpfiia Inquirer, 243 

Photo Notes. 243 

Picasso, Pablo, 69, 194-195, 273 

Pkiure Post, revista, 103-104, 115- 

116, 119,282.2% 
Piscator, Edwin, 47 
Pohorylles. tierda; irrai-tfTaro.Gerda 
Poltoratsky. camarada, 240, 242. 245. 

249 



Regan, Edward K., 1 78 

Regards, semanario, 52, 64, 74, 86. 

292 
Regler. Gustav, 65, 81 
Retnhardl. Max. 47 
Re is, Irving, 162, 218 
Keuter, Walter, 91 
Reynolds, Qucnl in, 132-135,255 
Riboud, Mart, 271,297 
Rich, capilan Oscar, 168-169 
Ridgway, general dc division Mat- 
thew, 146, 149 
Robert Capa, medal I a, 297, 31 In, 

315-316 
Rochemont, Richard dc, 86, 89 

Rehearsal for War. 87 
Rock, Hobby, 122 
Rodger, George, 154-155. 163. 194, 

203. 279 

Magnum, agenda. 231-232, 235, 

316 
Rodger, Jinx, 154. 279. 2*16, 300 
Rommel, genera! Erwin, 167 
Ron is. Willy, % 
Rooney, Andy. 200 
Roosevelt, Franklin D,„ 35, 127 
Roosevelt, general Theodore, 142. 

(47-148 
Rosscllini, Roberto, 223 



360 



ludi 



ice onomastico 



Salter, James, 274 

Satoyan. William, 1 62- 1 63, 194, 2 1 8 

Schabcr. Irmc, 75 

Sehemian, David, 175 

Scherschel, Frank, 166, 257 

Schliehen. general Von, 185-186 

Schmeling, Max, 55 

Schneider, Agnes, 294 

.5m/tfw-tfr>Httrt/,peri6dic0. 148, 185, 
306 

Serrano, Carlos, 75 

Seymour, Chim David, 52-54, 58, 
! 95. 202, 27 1 , 277-279, 286-287 
gucrra civil cspanola, 75 
Holocaust®, 247 
Magnum, agencia, 232. 234, 316 
Regards* scmanario, 52 

Shaw, Irwin. 224, 265, 288-289 
Evening in Byzantium, 274 
Malibii, casa de, 219, 224 
Report at: Israel* 266-268 
v Bergman, 208-210, 215 
yCaps. 122, 162-163, 187,263, 
273-274, 284-287, 290, 298 

Shaw, Marion, 273-274 

Sheean, Dinah, 129, 137 

77ie Battle of Waterloo Road, 129 

Sheean, Vincent, 86, 113. 118, 128. 
137 

Sherekh, Yuriy, "What Did You Not 
Want To See, Mr. Steinbeck", 
241 

Shipley, sefiora., 294 

Shircr. William. 194 

Shnayerson, Michael, 274 

Shockley, Orion, 183-184 

Sicilia, 146-148 

Smed fey, Agnes, 106 

Snow, Edgar, ! 06 



Sochurek, Howard, 300-302, 315- 

316 
Sorcl, Toni. 1 23- 1 25 
Soria, Georges, 76, 117 
Spiegel, Irene, 94 
Spooner, Lcn, 137 
Spoto, Donald, 2 1 1 
Stanton, Arthur, 285 
Steele, Joe, 21 1,220-222 
Stcichen, Edward, 3 1 5 
Steinbeck, John, 148, 187, 194, 250 

A Russian Journal 230, 241 . 245, 
247-249 

en Rusia. 230-231 . 235-244, 292 

World Video, 251, 254 

y Capa, 144.313,316 

y Hemingway. 187. 194, 254 
Stevens, George, 162-163, 218 
Slevcns, sargento Roy, 25-26, 168, 

181 
Si il well, alias Vinegar Joe, 107-108 
Stofcuwria, 296 

Stuart, Jozefa, 386, 257, 270, 275. 
287 



Taro, Gerda, 54-61. 101, 108, 113, 

204,314 

en tspana, 64-67, 75, 80-82, 84- 
94 

muerte. 92-96, 206, 295 

Paquenci Rubenci, la, 89 
l\etru de Esputia, 98, 101 
Thompson, Edward, 121-122, 125, 

293,301,307 
Thome, Judy. 283, 295 
Tilton, Martha, 211 
Time, 286 
Ttnie and Life, 148, 180 



361 



Sangrc y champan 






JIflW-Z$feW, 125,219.306 

Tobin,, James, 185 

To Her, Ernst, 47 

Trabant, Warren, 1 62, 272, 278, 295 

TrtJlski. Leon. 43, 60, 126 



U 



Umbehrs, Otto. 45 
Union Sovietica, 230-23!. 235-244 
US Camera* revista, 1 33 
Uzcudun. Paolino, S5 



Vachon, John, 243 

Vandivert, Bill, 233 

Vandivert, Rita, 233 

Viertel. peter, !&9n, 218. 253. 273. 

277, 288-289. 291,294-295 
Vietnam, gucrra dc. 302-312, 315 
Vogel, Locks, 60-61, 64-65, 74, 82 
Kw, revista, 56, 60, 64, 74-75, 78 



Hbshingitm Past, periodico, 286 
Weber, Eugen, The Hallow Yeans, 53 
Wci/rnann r Chaim, 266 
Welsh. Mary, 134. 145. 194, 197 
Werteiibaker, Charles. 1 6fc, 1 70- 1 72. 
178, 180-183, 1864*7, 190-194 
Wheian, Richard, 69, 246 
White, Harry S., 251 
White, Theodore, 263-264 
Whitehead, Don. 168 
Wild. Hans. 175-176 
Wilder, Ritly, 287 
Wilkiu, Wendell. 127 
Wilson, Don, 304 
Winocour, Jack, 255, 258-261 
Wal IF. Milton. 112 
Hbrid HImtraied, revista, 83 
World Video, 251-252. 254 



Yank, re vista. 134, 157 



Wallers, general, 92 



Z&chary, Frank. 282 
Zalka, Mate, 81 
Zuckmayer. KaTl. 47 



362 



ESTF 1. IllPtO HA SI DO [MPAESO 

EN LOS TALLXKil DE 

ASM fiBATIC, S. L. 

SAtiT*. t*EM*t;tUA &¥■ MOfiODA (BARCELONA)